ABDUCCION J. David Villalobos Pág. 4

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Para que ciertos conocimientos
Salgan a la luz,
Debemos hacerlo ficción.
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INDICE
Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
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Pág. 10
Pág. 77
Pág. 104
Pág. 132
Pág. 158
Pág. 223
Pág. 250
Pág. 319
Pág. 403
Pág. 444
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PROLOGO
En el campo de la “ufología” y en el de la “ciencia
ficción” se llama abducción al acto en el cual uno o más
seres extraterrestres toman a un ser vivo terrestre en contra
de su voluntad, lo secuestran y lo llevan a algún sitio
determinado que generalmente es a su propia nave espacial.
Desde los años cincuentas, los relatos de abducciones
suelen incluir la descripción de una sala semejante a un
laboratorio, en la cual los extraterrestres realizan algún tipo
de experimento o investigación sobre el individuo que ha
sido secuestrado.
Quienes refieren haber sido víctimas de una abducción
aseguran que durante el rapto habrían padecido un lapso
importante de “tiempo perdido”, es decir, la sensación de
haber pasado un tiempo prolongado, pero sin poder recordar
casi nada de ese lapso transcurrido.
El interior de la nave a la cual serían conducidos los
abducidos por lo general es descrito como una sala redonda
con cúpula, iluminada por una luz difusa que parece salir de
las paredes y del suelo. Tras ser retornados de la abducción,
algunos comentan tener posteriormente alguna anomalía en
su organismo, tales como la presencia de objetos metálicos
dentro del cuerpo.
Una característica común de quienes alegan haber sido
abducidos es la amnesia. Esta amnesia casi siempre impide
a los protagonistas recordar los detalles del incidente. Por
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ejemplo, una persona vive una supuesta abducción o la visita
de un extraterrestre a determinada hora. Más tarde al mirar
su reloj, ve que han transcurrido varias horas, pero no
recuerda bien lo que ocurrió en ese lapso de tiempo.
Lo ocurrido durante ese tiempo perdido supuestamente,
solo puede conocerse mediante una regresión hipnótica,
mediante las cuales se somete al abducido a un estado de
relajación, en el cual las imágenes que la memoria
consciente se resistía a recordar, afloran progresivamente.
Es muy posible que el abducido recuerde el principio del
episodio, como por ejemplo alguna luz muy fuerte que le
cierra el paso mientras viaja de noche en su automóvil, o una
estrella que cae del cielo y se posa en un prado cercano,
donde todo se resuelve en un “platillo volador”. Todo esto
viene acompañado de varios factores, como un súbito paro
de todos los sistemas eléctricos de su automóvil, un tiempo
perdido, algunas horas en las que el sujeto no sabe en dónde
ha estado.
Las personas abducidas, por lo general recuerdan el
principio y el final del episodio, pero la parte central del
mismo —la más importante— ha sido borrada de su mente
consciente. Este borrado ha sido hecho sin duda mediante la
hipnosis. Se les ha impuesto un bloqueo para que no
recuerden ciertas experiencias, que en ocasiones podrían
resultar muy traumáticas.
El problema es que la técnica de regresión hipnótica no
es en absoluto confiable. La hipnosis es un estado en el que
el individuo es altamente sugestionable y está demostrado
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que no es fiable en absoluto a la hora de relatar recuerdos
veraces.
Peor todavía, el individuo en estado de hipnosis se
tiende a inventar recuerdos, con lo que la regresión hipnótica
pasa de ser un argumento a favor, a un argumento en contra
de la tesis ufológica de las abducciones.
Dentro de estas páginas se narra la abducción real de
una persona pero a diferencia de otras, cometieron un error
los extraterrestres al no poder borrarle la memoria. Por tal
motivo, esta persona tiene visiones de dos Universos
paralelos, creando conflictos en su vida diaria.
Además conocerá los secretos más ocultos de las
agencias secretas como la CIA y la Inteligencia Británica,
quienes mantienen contactos con extraterrestres, a pesar de
todo intento por negarlo. Además descubrirá quienes son los
verdaderos gobernantes del mundo.
¿Qué pasaría con todas las religiones si se supiera la
verdad que fue escrita en el “Libro de la vida” por los
extraterrestres? Conocerá todo lo relacionado al terrorismo
creado con un solo fin, atender a las demandas de los
extraterrestres malévolos.
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Capítulo I
José regresaba de su trabajo cerca de las once de la
noche, cuando vio que su esposa y todos los vecinos miraban
al cielo. Se acercó a ella para preguntarle:
—¿Qué sucede?
—¡Hay un ovni volando cerca!—. Le respondió muy
agitada por la emoción.
José burlándose le hizo un comentario:
—Tú siempre viendo ovnis por todos lados.
Miró a los demás y vio que no era solamente ella, sino
también los vecinos, quienes permanecían atentos mirando al
cielo en busca del supuesto ovni.
Se podía percibir gran actividad aérea. Había una gran
cantidad de aviones caza, tratando de localizar al platillo
volador. Volaban en círculos, subían y bajaban. Era todo un
espectáculo escuchar el ruido de los motores cuando pasaban
volando muy bajo, cerca de ellos.
José sintió una gran emoción al escuchar el ruido de los
motores tan cerca de él. Tal parecía que se estaba librando
una batalla aérea. Siguió con la vista fija al cielo, mirando la
cantidad de aviones que hacían giros, y todo tipo de
maniobras inimaginables en busca del objeto volador.
A lo lejos pudo percibir un objeto volador que se
acercaba a gran velocidad hacia ellos. De ser un puntito
negro en el horizonte, pasó a ser un gran platillo volador que
se acercó volando velozmente hasta donde ellos se
encontraban. Observó cómo el platillo volador, trataba de
ocultarse entre la feria que se había instalado en las calles
aledañas a su domicilio.
Pasó muy cerca de la “rueda de la fortuna” golpeando
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los cables de electricidad, produciendo chispas. El platillo
pasaba unas veces verticalmente, y otras horizontales. Los
aviones trataban de interceptarlo pasando muy cerca de las
cabezas de los espectadores.
De pronto, José les gritó a su esposa y a sus hijas:
—¡Tómenle fotos con los celulares!
Todos los que presenciaban la persecución sacaron los
celulares y comenzaron a tomar fotos.
—¡Tomen videos!—. Volvió a gritar José presa de la
emoción.
El ovni dibujaba círculos y giros tan rápidos que no
lograban hacer las tomas. Estaba tratando desesperadamente
de encontrar el modo de esquivar a los aviones caza que lo
seguían muy de cerca.
De pronto, así como había llegado se alejó a una
velocidad vertiginosa. Los aviones lo siguieron y ambos se
perdieron en el horizonte.
Después que se hubo alejado, José y su familia miraron
las imágenes en sus celulares. Sintió una gran emoción por la
gran cantidad de fotos y videos que lograron tomar, y que no
se hubieran borrado; como sucedía siempre en estos casos.
Le pareció extraño que en los celulares de sus hijas y de
su esposa, solo aparecieron algunas tomas, las demás se
habían borrado.
Una vez que descargó las fotos en la computadora, le
preguntó a su esposa:
—¿Sabes cuál es el correo de Jaime Maussán para
enviárselas?
Ella le respondió:
—Es [email protected].
Comenzó con la descarga de los videos, para enviarle
posteriormente el material a Jaime Maussán.
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Mientras se realizaba la descarga le hizo un comentario
a su esposa:
—Si después quieren que narre todo lo que sucedió aquí,
yo no quiero salir en ningún reportaje. Si quieres hazlo tú.
Ella rió de su comentario.
Al ver las imágenes y agrandarlas en su computadora,
José quedó maravillado al ver los colores tan nítidos, además
de la fidelidad de las fotos y los videos. Parecían como si
hubieran sido extraídos de una película de extraterrestres. Al
contrario de las que había tomado su esposa, esas aparecían
un poco borrosas y fuera de enfoque.
Al poco rato, escucharon gritar a los vecinos.
Salieron a ver lo que sucedía y para asombro de ellos,
vieron que había aterrizado una nave espacial en forma de
alcachofa, debido a la forma; ya que tenía muchos picos
apuntando hacia arriba como las alcachofas. Era de un color
gris muy oscuro. Tenía la puerta abierta por donde emergía
una luz muy blanca, pero sin llegar a dañar la vista.
Al asomarse vieron a un ser como si fuera un tipo de
batracio, pero enorme y estaba acostado sobre el piso. La
nave tendría una altura como de tres pisos, y tal parecía que
el ser vivo en forma de sapo, no cabría por esa puerta.
Para sorpresa de todos, comenzó a levantarse y asomó la
cabeza por la pequeña puerta haciendo que todos corrieran
asustados. José no salió huyendo como los demás, continuó
grabando el video con su celular, pensando en los cientos de
videos que le enviaban a Jaime Maussán, y que muchos
escépticos los catalogaban como montajes. Debido a eso
continuó filmando.
Dirigió su teléfono hacia la gente que corría, y continuó
filmando para poder demostrar posteriormente, que no se
trataba de ningún tipo de montaje.
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Su asombro no tuvo límites cuando vio a los militares
que habían arribado al lugar, que éstos vestían con ropa de
los años cincuentas, incluso sus vehículos eran antiguos.
Era como si hubieran retrocedido en el tiempo. También
los vecinos vestían con ropa de esa época. Lo curioso de
todo esto era que no existían los colores, todo era en blanco
y negro, excepto él.
Dirigió su celular hacia la nave para continuar filmando,
pero ésta había desaparecido.
Ya no estaba, simplemente se había esfumado.
Volteó de nuevo su celular hacia la gente, y esta seguía
en color monocromático, menos donde se encontraba él, ni el
lugar en donde había estado la nave. Era como si la mitad
fuera en colores y la otra en blanco y negro. No quiso
caminar hacia la parte monocromática, por temor a algo
desconocido. No tuvo tiempo de pensar en lo que estaba
sucediendo, solo quería continuar grabando.
De pronto la nave volvió a aparecer en el mismo lugar
donde estaba. Nunca se había ido, solo se había hecho
invisible.
Al verla de nuevo José le gritó a la gente:
—¡Aquí está la nave!
Pero nadie; excepto él la podía ver.
La gente regresó y se quedó mirando hacia donde les
señalaba, pero no lograban ver nada.
Se acercó a la nave lo más que pudo, y vio de nuevo la
puerta abierta. Pensó en hacer una toma más cerca para
captar todo lo que ocurría en su interior. Se acercó lo
suficiente, y pudo observar que era mucho más espacioso
que el tamaño de la nave. Era como si existiera dentro de la
nave un edificio blanco, con cristales y demasiada
iluminación también blanca, pero como había ocurrido antes,
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tampoco lastimaba a la vista.
Se podía observar todo lo que ocurría en su interior.
José no era del tipo muy valiente que digamos, pero
tenía la seguridad de que si algo salía por esa puerta, correría
sin detenerse.
A pesar de que José se encontraba presa del miedo,
extendió su brazo lo más que pudo, para lograr captar con su
celular todo lo que ocurría en el interior, y que quedara
grabado.
De pronto y sin ninguna explicación lógica, un ser
extremadamente delgado sin figura aparente humana, más
bien como si fuera una especie de energía o forma fantasmal,
lo arrastró literalmente hacia el interior. No hubo forcejeo, ni
dolor en el brazo cuando lo jaló.
Se encontró dentro de la nave y frente a varios de ellos.
Todos tenían la cabeza más grande que la de su cuerpo. No
estaban apoyados en el piso, sino que parecía que flotaban.
No tenían pies, y en lugar de ellos terminaban como
desvanecidos. Tampoco tenían boca ni orejas. En el frente de
esa gran cabeza, tenían dos ojos muy grandes alargados
como si fueran del tipo “asiático”.
Todos eran iguales, nada había que los diferenciara uno
del otro. No eran del tipo humano, sino más bien, del tipo
espíritus o fantasmas. No tenían dedos ni siquiera manos, en
su lugar tenían dos alargadas extremidades que terminaban
difuminadas.
A un costado de ellos, estaba el enorme batracio echado
en el piso como si fuera una mascota. Era de color blanco
con manchas rosas.
A pesar de haberse encontrado minutos antes lleno de
pánico, ya no experimentaba ningún temor. Se dio cuenta de
que su vida no valía nada al encontrarse en sus manos.
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Nada podían hacer su familia, o los militares por salvar
su vida, puesto que nadie más había visto la nave, excepto él,
así que se resignó a su suerte. Para ellos José simplemente
había desaparecido delante de sus ojos. Pensó en su familia y
también pensó en que si salía vivo de esa experiencia, podía
narrar al mundo la verdad sobre los extraterrestres.
No había palabras ni sonidos. Solo el silencio lo
acompañaba dentro de ese gran salón iluminado.
De pronto, percibió dentro de su mente la comunicación
de uno de ellos. Se estaban comunicando telepáticamente y
escuchó cuando le dijo a través del pensamiento que iban a
tomarle muestras de sangre.
Otro de ellos se acercó con un tubo muy delgado
parecido al aluminio, del tamaño de un palillo de dientes. Lo
acercó a su brazo y sin sentir el piquete ni dolor, extrajo
sangre de su antebrazo.
La sangre extraída la guardó en una especie de cartucho
color blanco, muy pequeño como del tamaño de una bala de
pistola calibre 22.
Al separar la “hipodérmica” de su brazo, salpicó tres
gotas de sangre en una servilleta de tela blanca. Lo curioso
era que la ampolleta blanca no era de ese color, sino que era
transparente y lo que parecía ser la sangre, era de color
blanco. Lo extraño es que la sangre que salpicó en la
servilleta si era del color natural rojo.
El primero que se había comunicado con José, le dijo al
que le extrajo la sangre, que no había tenido cuidado. No
había reproche en el comentario que le hizo.
El otro se disculpó por el error cometido.
Uno de ellos le hizo saber que esos tres puntos de sangre
eran la conciencia, las emociones y lo físico. Es decir,
cuerpo, mente y alma. Y se habían escapado de la muestra de
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sangre.
José no entendió por el momento a que referían.
Después que extrajeron la sangre, colocaron la
ampolleta blanca en una máquina que tenía un gran espejo.
A los pocos momentos, apareció reflejada en ese gran
espejo una figura humana. José no daba crédito a lo que veía.
Era él mismo apareciendo en lo que creyó primero que era
un espejo, pero que en realidad era un cristal frente a una
especie de pequeño cuarto, como el parecido a una cabina
telefónica antigua; y por donde se asomó otro ser igual a
José.
Le preguntó al extraterrestre que era todo eso, y le
dijeron que era un clon de él, y que la mayoría de las
personas tienen uno. Que era necesario para mantener el
Universo paralelo que existe, y que era muy importante para
que a la hora de cruzar al otro mundo paralelo, pudiera
continuar con la vida.
José siguió sin comprender absolutamente nada.
Pero según ellos, lo malo de haber desperdiciado esas
tres gotas, era que no podrían borrar su memoria de todo lo
que había ocurrido en ese salón dentro de la nave.
José preguntó:
—¿Que hace el clon?
Uno de ellos le respondió a través del pensamiento:
—No es un clon exactamente. Eres tú mismo. Tú sientes
lo mismo que tu “otro ser”.
Luego le preguntó:
—¿No has sentido dolores de cabeza más frecuentes?
—Si—. Le respondió.
—Se debe a que capturas demasiadas emociones por
parte de tu “otro ser”. Se acumula la información en una sola
mente, debido a que los dos son una sola mente, un solo
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espíritu y un solo cuerpo. A veces se cruzan los dos en el
mismo tiempo y en el mismo espacio con una diferencia de
segundos, y crea conflictos en tu vida.
El humanoide continuó:
—Por ejemplo, a veces estás usando un martillo y lo
dejas en el piso para colocar la tabla que vas a clavar, y de
repente no está en el lugar donde lo dejaste. Esto ocurre
debido a que tu “otro ser”, lo tomó segundos después que tú
para hacer la misma reparación que tú hacías. Pero para tu
sorpresa, lo encuentras encima de una mesa cercana. Es ahí
donde lo dejó tu “otro ser”. A veces no sabes en donde
dejaste las llaves de tu coche y exclamas “Si yo las dejé
aquí”, pero tu “otro ser” las tomó segundos después que tú y
las dejó en otro lugar, incluso en otra habitación.
Hay ocasiones en que se desaparecen las cosas, entonces
la gente lo atribuye a que son duendes o fantasmas, en cierto
modo tu “otro ser” es una especie de fantasma que está
siempre detrás de ti, haciendo exactamente lo que tú haces,
creando con esto otro mundo paralelo. También a veces
descubres una cortadura o una herida menor en algunos de
tus dedos, y no sabes dónde te golpeaste o cómo se produjo,
pero fue tu “otro ser” quien se lastimó y aparece en ti mismo.
—¿Que hace mi “otro ser” mientras duermo?
—Él está en otro Universo paralelo haciendo otras cosas
distintas, pero a veces hace las mismas cosas que tú hiciste
momentos antes.
José no comprendió de lo que hablaba, solo se le ocurrió
preguntar:
—¿Y quién es el que se acuesta al lado de mi esposa?
—Eres tú y tu “otro ser”, no puedes diferenciar quien
eres tú, ni quien es el otro. A veces vas manejando y de
repente sin quererlo ya estás cerca del lugar a donde te
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dirigías, y no sabes cómo ocurrió. Lo que pasó fue que en
ese lapso de tiempo tu “otro ser” ha tomado tu lugar.
José no sabía que decir, no comprendía muchas de las
cosas. Su silencio fue roto ante una pregunta:
—¿Nunca te has preguntado por qué nunca dejas de
pensar?
—Si—. Le respondió.
—Porque tu “otro ser” es el que está pensando también.
Cuando tú dejas de pensar, tu “otro ser” toma tu mente y
comienza a pensar.
Seguía sin comprender, y le preguntó:
—¿Que va a pasar conmigo y con mi “otro ser”?
El extraterrestre le respondió:
—Cometimos un error al no poder borrarte la memoria y
deberás aprender a vivir al mismo tiempo con tu “otro ser”.
No podrán estar juntos, pero si sentirás las emociones y
pensamientos que tu “otro ser” experimente y viva.
—¿Porque no pudieron borrarla?
—Porque se escapó el ingrediente principal de la vida y
no podemos revertirlo. Son tus emociones y sentimientos. Lo
que tu “otro ser” viva, lo sentirás tú. No sabrás distinguir
quién es quién de los dos, por que los dos son uno mismo.
—¿Porqué son tres gotas de sangre y no cuatro o dos?
—Es el ingrediente básico de la vida.
Luego ante sorpresa de él, le hizo una pregunta un poco
extraña:
—¿Porque crees que Jaime Maussán usa el número tres
dentro del nombre de su programa?
—No tengo idea. —Argumentó— Supongo que es un
ardid publicitario.
—No es como lo piensas. Nosotros influenciamos para
que se creara el nombre que usa en su programa llamado
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“Tercer milenio”, y lo escribe de la siguiente manera:
T3RCER MILENIO.
José no podía comprender todavía lo que trataba de
decirle. Ante su asombro y su silencio, el extraterrestre
continuó:
—Es nuestro símbolo y nuestra fuente de vida. Incluso
nuestro Universo paralelo tiene tres soles. Su programa se
refiere a la vida que creamos dentro de tu universo paralelo.
Creamos figuras dándole vida a lo inerte, pero aún así tus
científicos no han logrado descifrar los símbolos creados por
nosotros, en los campos de trigo. Son solo especulaciones de
ellos quienes quieren asimilar o asemejar las cosas con lo
que quieren creer. A veces son tan simples y sencillas que no
necesitan demasiada investigación, pero para entender a un
niño debes actuar como tal.
—No entiendo—. Dijo José asombrado.
—Por ejemplo. ¿Has visto a un niño cuando comienza a
aprender a dibujar? Crea figuras o imágenes con pocas
líneas o pocas figuras. Y si se le llega a preguntar qué es lo
que dibujó, él responderá y describirá todo lo que encierra en
su dibujo a pesar de que ustedes vean solamente un circulo o
un triangulo en el dibujo. Ya se han olvidado ustedes de
cuando fueron niños, y no pueden comprender sus dibujos ni
sus figuras. De modo que para que los humanos puedan
entender las figuras en los campos de trigo, deben aprender
primero a conocer el plano sutil.
José ahora comprendía algunas cosas, y que no era
producto de la casualidad que el programa de Jaime Maussán
se refiriera a seres extraterrestres, platillos voladores y
abducciones, como la que él estaba experimentando.
Los seres se alejaron de él y se dirigieron hacia donde
estaba su “otro ser”.
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Miró hacia el espejo y vio a su “otro ser” salir del
pequeño cuarto y lo miró asombrado. No lo miró como si se
conocieran, sino muy serio, como confundido.
Traía puesto una camisa azul cielo que José había
comprado en un viaje que hizo a Canadá, en el año de 1993.
Se encontraba como si recién se hubiese levantado de
de la cama. Lo miró y lo ignoró, después dirigió su mirada
hacia los seres, y se veía claramente que no existía ningún
vínculo entre ellos. Solo los miraba desconcertado.
José observó que su “otro ser” movía su cuerpo, como si
sufriera de alguna molestia en los hombros o en la espalda.
Después ya no supo nada.
Abrió los ojos y se encontró sobre la cama, en su casa.
Estaba oscuro todavía, buscó su reloj y vio que eran las seis
de la mañana.
Sintió un ligero dolor en el brazo.
Se enderezó y se dirigió al cuarto de baño para ver lo
que le ocurría en el brazo. Se sorprendió de ver un ligero
piquete como si hubiera sido producido por un mosquito.
Más tarde al despertar su esposa y su hija, les comentó
lo ocurrido, y ellas rieron. José se unió a sus risas y también
comenzó a bromear.
Su hija le dijo:
—¡Apúrate papá que se me hace tarde para ir a la
escuela, y dile a tu clon que se mueva! ¡Nos dejaron al más
lento!
Su comentario les causó mucha gracia.
No quiso seguir con el tema y trató de olvidarlo, solo lo
tomó como si hubiera sido un sueño.
Una vez que regresó de la escuela de su hija, se sentó
frente a la computadora.
Su esposa le había dicho en su “sueño” que el supuesto
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