ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C. Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0 WEB: www.acegap.org EL MITO DE ZEUS Y DANAE PERSEO, EL PEZ DEL MAR ROJO E n el hermetismo existe un postulado que dice: “EL ORO ABRE LAS PUERTAS CERRADAS”. Todo el mundo lo sabe. Pero este proverbio, cuya aplicación se encuentra en la base del privilegio, del favoritismo y de todos los atropellos, no podría tener, en el espíritu del filósofo, el sentido figurado que le conocemos. No se trata aquí del oro corruptor, sino, del episodio mito-hermético que encierra la fábula de Zeus y Danae. Los poetas cuentan que esta princesa, Hija del Rey de Argos, Acrisio, fue encerrada en una torre porque un oráculo había anunciado a su padre que sería muerto por su nieto. Pero los muros de una prisión, por espesos que sean, no pueden constituir un obstáculo serio para la voluntad de un dios. Zeus, gran amante de aventuras y metamorfosis, siempre preocupado de burlar la vigilancia de Hera (su esposa) y de extender su progenie, reparó en Danae. DANAE RECIBIENDO LA LLUVIA DE ORO Ingeioso en cuanto a escoger el medio, se introdujo junto a ella en forma de lluvia de oro y, al expirar el plazo requerido, la prisionera puso en el mundo un hijo que recibió el nombre de PERSEO. Acrisio (el abuelo), muy descontento de esta noticia, mandó encerrar a la madre y al niño en un cofre que se arrojó al MAR (de los filósofos). Arrastrado por las corrientes hasta la isla de Serifea, unos pescadores recogieron la singular embarcación, la abrieron y presentaron el contenido al rey POLIDECTO, el cual recibió con generosa hospitalidad a Danae y a Perseo, su hijo. Bajo esta mirífica historia se esconde un importante secreto: el de la preparación del sujeto hermético o materia prima de la Obra, y el de la obtención del Azufre: “PRIMUM ENS DE LA PIEDRA”. Danae representa nuestro mineral en bruto, el primer Mercurio o Azogue en bruto que se encuentra en las gónadas, o sea, tal como se extrae de la mina (Gónadas). Se trata de la tierra de los sabios, que contiene en sí el espíritu activo y escondido, el único capaz, dice Hermes, de realizar “por estas cosas los milagros de una sola cosa”. Danae lenguaje que procede, en efecto, del dorio “Dan”, tierra, y de “ah”, soplo, espíritu. Simboliza la Madre Divina: María, Isis, Rea, Tonantzín, Maia, Diana, Gaulchováng, etc. Los filósofos enseñan que su materia prima es una parcela del “Caos Original”, y eso es lo que afirma el nombre griego Acrisio, rey de Argos y padre de Danae: Acrisio significa confusión, desorden. Argos, quiere decir bruto, inculto, inacabado. Zeus, por su parte, alegoriza el cielo, el aire y el agua, hasta tal punto que los griegos, para expresar la acción de llover, decían: Gei o Zeus: envía lluvia o, simplemente, llueve. El dios Zeusa parece como la personificación del agua, de un agua capaz de penetrar los cuerpos, como es el “Ens Seminis”, o Aguas de Vida, según la Biblia cristiana, un agua metálica puesto que es de oro o, al menos, dorada. Sometida esta lluvia entonces, en ciertas condiciones, a la acción del fuego del amor, parte de ese licor se cristaliza en una masa que cae al fondo y que se recoge con cuidado. Ese es nuestro precioso azufre, el Niño Dios recién nacido, el reyecito y nuestro delfín, pez simbólico llamado por otros nombres: echeneis, rémora o piloto, Perseo o pez del mar Rojo (en griego perseuç), etc. Ese reyecito es la Estrella de seis puntas que guía al alquimista (Conciencia, el Iniciado) en la senda de la Gran Obra del Padre; esa es la Estrella que nos ilumina llevándonos por el escarpado sendero de la Liberación Final, o Salvación del Alma…