Rx Migraña Crisis palpitante foto ideasstock.com / corbis / david raymer Intensa y recurrente, la enfermedad –conocida también como jaqueca– no debe confundirse con otros dolores de cabeza. De origen todavía incierto, la neurología trabaja por ponerle fin al tormento / María Cristina Sanhueza 32+SALUD 16% de las mujeres venezolanas padece migraña A oscuras, con las persianas cerradas, guardan- do reposo absoluto y levantándose sólo movido por náuseas y vómitos, quien vive una crisis de migraña afronta comúnmente así el vivo y palpitante dolor de cabeza –característico de la dolencia–, que a menudo viene acompañado de vértigo y visión alterada del entorno. No en vano en culturas primitivas, apoyadas en la magia, se procedía prontamente a ayudar al enfermo con métodos drásticos: una perforación en el cráneo facilitaba la salida de los “malos espíritus” que moraban dentro. Si bien hoy se conoce una larga lista de sustancias y factores desencadenantes, así como el complejo trastorno vascular que acompaña a la migraña –una de las variantes de la cefalea o dolor de cabeza–, aún no se ha logrado precisar el origen de esta dolencia de carácter recurrente, que compromete seriamente la calidad de vida. Los especialistas la definen como cefalea primaria, que significa “de causa desconocida”. Factores desencadenantes • Falta de sueño. • Estrés mental o físico. • Consumo de alcohol o cafeína. • Fumar. • Fluctuaciones hormonales relacionadas con ciclos menstruales o uso de anticonceptivos orales. • Cambios de presión atmosférica. • Resplandor solar. • Alimentos que contienen tiramina (queso curado, vino tinto, hígado de pollo, pescado ahumado) o glutamato monosódico (tocino, salami, sopas de sobre) y alimentos fermentados o encurtidos. También chocolates, nueces, cítricos y lácteos, entre otros. Buscando el origen La exposición a luces intensas, como los rayos solares, y cambios de presión atmosférica juegan un papel desencadenante de una crisis de migraña. Igualmente, podrían hacerlo una galleta con paté de pollo, un trozo de queso añejo, una copa de vino tinto o una barra de chocolate, de acuerdo a la vasta literatura que pone su acento en los alimentos. Sin embargo, Juana Rosa, neurólogo con más de 20 años de experiencia acumulada en el Hospital José María Vargas, subraya que, salvo casos muy concretos, no existe literatura médica seria centrada en la dieta como desencadenante de la migraña. En cambio, sí se ha establecido con certeza –precisa la especialista– que la falta de sueño (trabajadores que hacen guardias, jóvenes que van de fiesta en fiesta...), las fluctuaciones hormonales femeninas (antes, durante y después de la menstruación) y el estrés son frecuentes estimuladores de la crisis. Para el neurólogo Isaac Mosquera, director del Instituto de Neurología y Neurociencias Aplicadas, el origen de la migraña es hereditario (se sabe que influyen los antecedentes familiares) y tarde o temprano será precisado por la ingeniería genética. Los estímulos desencadenantes, explica Mosquera, producen la liberación de sustancias como las prostaglandinas, la serotonina y la histamina, culpables de la constricción de los vasos arteriales extracraneales. Aparece, entonces, el dolor y luego la consiguiente dilatación de los vasos que, por estar limitados a un espacio muy estrecho, comienzan a pulsar (teoría vascular). El cuadro se acompaña de síntomas vegetativos como náuseas, vómitos y alteraciones de la visión. “La crisis 33+SALUD Rx migraña “ En tres de cada cuatro mujeres la jaqueca prácticamente desaparece después de la menopausia” tiene una duración de entre 6 y 48 horas. Más allá de ese tiempo no se soportaría. ¿Por qué afecta casi siempre un solo lado de la cabeza? Porque se extiende por el territorio vascular más susceptible a la presión y distribución de la sangre”, explica el especialista. Lo cierto es que la migraña continúa suscitando en el terreno médico apreciaciones –a veces contrarias– sobre su origen. Aunque los investigadores están de acuerdo en que los cambios en el flujo sanguíneo en el encéfalo son un factor clave en la migraña, el porqué del cuadro aún se desconoce. Hoy cobra fuerza la hipótesis de la coexistencia de la teoría vascular y la teoría neurógena del sistema trigémino-vascular: las neuronas de los pacientes con jaqueca reaccionan de manera más intensa que lo normal a los estímulos externos e internos, produciendo una depresión neuronal que trae como consecuencia la disminución del flujo sanguíneo con las consiguientes señales dolorosas. Prevalencia femenina Tampoco parece haber acuerdo sobre la incidencia de la migraña. Algunos estudios señalan que se presenta en 11% de las personas, mientras que otros le asignan sólo 10% del total correspondiente a las cefaleas (dolencia que aquejaría a 12% de la población mundial). De ser así, la migraña tendría una frecuencia más baja de la sospechada. Se sabe, sin embargo y sin lugar a dudas, que afecta a las mujeres tres o cuatro veces más que a los hombres. Según investigaciones epidemiológicas, por lo menos 6% de los hombres y 18% de las mujeres padece migraña. Un estudio reciente sobre su incidencia en Venezuela –refiere Rosa– señala como migrañosos a 5% de los hombres versus 16% de las mujeres. La especialista destaca el carácter individual de la patología, que puede comenzar en la infancia 34+SALUD (aunque es poco frecuente en niños), arreciar en la etapa juvenil y desaparecer después de los 50 años. Un aspecto común en casi todas las formas de migraña es la disminución de la frecuencia de las crisis con el paso de los años. Se cree que aumenta hasta los 40 y desciende conforme se envejece. Esa tendencia tiene un carácter particular en el sexo femenino: en tres de cada cuatro mujeres la jaqueca prácticamente desaparece después de la menopausia. En preaviso • Con aura (también llamada migraña clásica). Afecta a una de cada cinco personas con jaqueca y llega precedida de síntomas neurológicos de tipo visual –conocidos como aura– y otros signos (cambios notables de humor, adormecimiento de las extremidades y trastornos del habla). Las alteraciones en la visión se perciben en uno o en ambos ojos como estrellitas titilantes, líneas en zigzag, dibujos geométricos y destellos luminosos. La etapa de aviso, que no dura más allá de una hora, da paso al dolor, náuseas, escalofríos y vómitos propios de la crisis. Al aura se le conoce también como síndrome de Alicia en el país de las maravillas, porque se dice que inspiró al autor de ese libro, Lewis Carroll (quien vivió de jaqueca en jaqueca), para crear su alucinante obra literaria. • Sin aura (o migraña común). Es la más frecuente, y si bien carece de aura, su manifestación es similar a la clásica. El dolor pulsátil, de lenta evolución, se puede instalar en la sien, detrás de uno de los oídos o de la cabeza, para luego invadir todo un lado. Empeora con el ejercicio, la exposición a la luz y a los sonidos. • Mixta tensional. Se presenta con caprichosa mezcla de rasgos de cefalea tensional (tipo de cefalea más frecuente que la migraña), dolor opresivo en el cuello y la cabeza. Se hace difícil diferenciar los síntomas propiamente migrañosos. Prevención y tratamiento Mosquera advierte que ni las dietas depurativas, ni las ventosas en la espalda ni los masajes sobre la musculatura contracturada –métodos muy promocionados por algunos sistemas naturistas– sirven para conjurar la patología. alerta • Si aparecen síntomas nuevos con la migraña, como pérdida del equilibrio o dificultad para mover una extremidad. • Si el dolor de cabeza es diferente o más intenso que en crisis anteriores. • Si los tratamientos indicados dejan de ser efectivos. • Si el dolor de cabeza empeora al acostarse. foto orlando palencia • Si con los fármacos indicados por el especialista aparecen efectos secundarios (arritmia cardíaca, calambres, diarrea, palidez, sed extrema). La asistencia médica especializada es la única manera de mantenerla controlada. “Es nuestra obligación buscar exhaustivamente la causa del dolor de cabeza con todos los adelantos tecnológicos disponibles –exámenes de laboratorio, electroencefalogramas, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas de cráneo y encéfalo, entre otros–, para descartar la existencia de enfermedades como el síndrome sinusal o trastornos que podrían ser de extrema gravedad, como un tumor en el cerebro o una hemorragia por accidente cerebro vascular, sin relación alguna con la migraña. En el caso de la migraña, salvo algunas alteraciones en el electroencefalograma, todos los exámenes indican normalidad”, subraya el neurólogo. Una vez reconocida y diagnosticada la patología, precisa Mosquera, “tratamos al paciente con fármacos muy específicos, lo educamos y le damos pautas para que aprenda a manejar la enfermedad, vivir con ella y mejorar su calidad de vida”. Respecto a los medicamentos utilizados, que deben ser siempre prescritos por el especialista, están los que previenen la crisis, los que la interrumpen abruptamente ante los primeros signos de aviso y los que reducen su severidad (no sólo alivian los síntomas, sino que tienen efectos sobre procesos subyacentes). Rosa celebra el notable avance logrado en los últimos años en la investigación de la migraña y el gran paso adelante en su prevención y tratamiento, gracias al enfoque de la comorbilidad (enfermedades que la acompañan más frecuentemente, como la epilepsia, la hipertensión y la depresión). Cefaleas a granel El universo del dolor de cabeza es muy amplio y su manifestación más frecuente es la cefalea tensional, muchas veces confundida con la migraña. Según su punto de arranque también se reconocen la cefalea ocular (por inflamación o irritación en el ojo), la meníngea (por infección de las fibras nerviosas de las membranas que recubren el cerebro), la cefalea por síndrome febril, por delineación de la articulación mandibular, por punción lumbar (disminución del líquido encefalorraquídeo), por neuralgias de los nervios craneales o suboccipitales, y por estreñimiento (se produce la absorción de tóxicos acumulados en el cuerpo). La variedad más dolorosa es la cefalea cíclica –llamada “en racimo”–, más común en el hombre, con dilatación de pupila, caída de los párpados y lagrimeo constante. • ( F u e n t e s c o n s u lta d a s º Isaac Mosquera, neurólogo. Director del Instituto de Neurología y Neurociencias Aplicadas. º Juana Rosa, neurólogo. Clínica Santa Sofía. º www.medlineplus.gov ) 35+SALUD