LA MANERA BÍBLICA DE ORAR EN PÚBLICO “Quiero pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” 1 Timoteo 2:8 Esta primera carta del Apóstol Pablo a Timoteo es parte de lo que se conoce como las epístolas pastorales, entiéndase dirigida a los pastores con el contenido y orden que debe gobernar la vida de la Iglesia. Y aquí en nuestro versículo el contexto corresponde a las instrucciones concernientes a la oración pública dentro de la congregación, nótese que más adelante se le dice a Timoteo: “Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios Viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Ti. 3:15). La verdad de Dios será conocida de acuerdo a la manera en que la Iglesia viva esa verdad. La primera instrucción apostólica es una advertencia con las falsas doctrinas y la segunda, a su vez la primera de carácter positivo, lo concerniente a la oración, el cual es resumido en el (v. 8), nótese la conjunción causal “pues”; concluye así el asunto de la oración, con una exhortación particular a este deber. Estudiaremos este tema Así: I. EXPLICANDO EL CONTENIDO DEL TEXTO II. LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA ORACIÓN PÚBLICA III. DIRECCIONES DE COMO MEJORAR ESTE SANTO DEBER I. EXPLICANDO EL CONTENIDO DEL TEXTO A. LA EXHORTACIÓN AL DEBER 1. “Quiero, pues, que los hombres oren”; todos los hombres de la Iglesia son mandados por el Espíritu Santo a participar de las oraciones congregacionales. Es responsabilidad de todos los Creyentes el orar en público, ellos están mandados a dirigir el culto de oración. En una ocasión Moisés estuvo orando por Israel (Éx. 17:11), y mientras lo hacia ellos prevalecían contra el enemigo, o que tomó sobre sus hombros el progreso del pueblo; de manera semejante los varones de la Iglesia debe tomar sobre sus hombros el peso de la Congregación, y esto participando de las oraciones cuando nos reunimos como Iglesia. Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla B. 2 “Adoración Pública” 2. El énfasis es sobre los miembros varones, el apóstol contrapone el sentido con las mujeres, para establecer diferencia con los varones u hombres. La alusión no es a hombre en el sentido genérico, sino a hombre varón (Gr=). De manera que Dios da mucho valor al orden de la oración dentro de la Iglesia. Nótese que el asunto es traído a nuestras mentes, antes de considerar el tema del gobierno de la Iglesia. 3. Esto no significa que debemos escoger uno y dejar el otro, sino que por el contrario, todos los pasos deben ser dados para edificar una Iglesia bíblica; el primer paso es desechar el error y el segundo orar bíblicamente. LA OCASIÓN AL DEBER 1. “En todo lugar”. Al mencionar la ocasión en relación a la ofrenda de orar, el apóstol no lo limita con algún lugar geográfico, tal como el templo, la sinagoga u otro lugar de adoración, sino que más bien está dando una expresión que da carácter universal a la oración, así que la referencia es que en cualquier tiempo o lugar donde la Iglesia se reúna, donde hayan adoradores, la oración no debe faltar. C. LA MANERA DE ORAR 1. “Levantando manos santas, sin ira ni contiendas”. La manera y el espíritu para orar no trae ningún añadido que lo explique, lo que nos indica que se trata de una expresión muy familiar y conocida en aquel tiempo, así que lo importante aquí no son en sí las palabras, sino el concepto detrás de las palabras. Entiéndase que deben ser manos cuyas sendas no es ir tras la iniquidad, sino de hombres amantes de lo que es puro y bueno. 2. “La oración sin iras ni contiendas”, es simplemente orar animado por un espíritu manso, generoso, misericordioso hacia aquellos por los cuales se ora; unido a un espíritu de fe y confianza hacia quién él ruega. Así que: Los miembros varones de la Iglesia deben estar envueltos en dirigir la oración pública con un espíritu de pureza y bondad. II. ELEMENTOS QUE COMPONEN LA ORACIÓN PÚBLICA Ahora iremos en pos considerar las características de una buena oración Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla 3 “Adoración Pública” pública, y en esto haremos uso de las enseñanzas del ministro Samuel Miller. Pasemos, pues, a considerar esos detalles. A. UN ABUNDANTE LENGUAJE DE LA PALABRA DE DIOS 1. Son varias las razones para que esta cualidad esté presente en toda oración. A manera de ilustración se dirá, que cuando un inferior se va a dirigir a un superior, este debe hacerlo en el lenguaje del superior, cuánto más por la Majestad de Dios hacerlo con su lenguaje revelado en las Santas Escrituras. El Señor Jesús cambió el nombre de Simón por el de Pedro, pero el apóstol siempre guardó la debida distancia, continuó llamándole Señor. 2. El lenguaje escritural es siempre correcto, siempre seguro y siempre edificante. En otro lenguaje podría ser causa de aumentar las dudas o cavilaciones, pero con este se eliminan. Calla toda objeción y termina toda disputa. El lenguaje bíblico también es suave, tierno; posee una elocuencia sencilla y perfectamente adecuado para impresionar el corazón. De todo lo que se ha escrito y se ha hablado entre los hombres, no hay nada tan bien adecuado para ganar la mente humana con pensamientos reverentes, solemnes y eternos que los escritos de las Santas Escrituras. 3. Aun los hombres mundanos, como los políticos, citan porciones de la Biblia en sus discursos con el fin de ganar aprecio entre los que le escuchan, pues no hay nada tan pertinente para tocar con eficacia la mente y estimular los mejores sentimientos del alma humana que la Palabra de Dios; la mejor voz para las criaturas es la del Creador y Dios se deleita en oír Su voz en las oraciones de sus hijos. 4. Una precaución ha observar en esto es que el lenguaje bíblico puede no ser enteramente adecuado al uso moderno, por causa de ciertos hebraísmos propios de aquellas épocas, pero no entendible para la actual. No debe olvidarse que una cosa son las palabras y otras el concepto detrás de las palabras. Los judíos oraban con el rostro hacia Jerusalén donde estaba el Templo, lugar que Dios había hecho habitar Su Nombre, pero ahora en Cristo ya no es así, y nadie aplicará literalmente ciertas expresiones encontradas en las Escrituras. Un caso: “Alzaré mis ojos a los montes” (Sal. 121:1); el salmista se refiere a los Montes de Jerusalén, y ya no se ora así. Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla B. 4 “Adoración Pública” QUE LA ORACIÓN SEA ORDENADA 1. Esto es, que tenga un orden, que el adorador posea un bosquejo mental de lo que va a decir. No que sea siempre en el mismo orden, sino que las varias partes de la oración como la adoración, la confesión, la acción de gracias, la intersección, etc. no deben estar mal mezcladas, sino que una parte le siga a la otra y no que estén revueltas o en desorden. 2. Quien ora en público debe llevar sobre sus hombros a todo el grupo y a él mismo, pero si él pasa de una parte a otra sin tener a nadie en consideración, sino lo que se le ocurra o de lo que se acuerde, entonces no podrá presentar toda la congregación como un sólo cuerpo, sino que pudiera provocar una fragmentación o distracción en las mentes de los demás quienes oran con él. El orar supone levantar el alma a Dios, se requiere de gran esfuerzo anímico, y sin quererlo quien dirige en lugar de llevarlos al Cielo los cansa hasta dormirlos. 3. Otro peligro a evitar es si la persona quien ora se amarra a un orden invariable e inflexible en su oración. Hay veces que los demás en lugar de ser dirigidos ya saben lo que el individuo va a decir y estarán adivinado en lugar de orando con uno. En cambio, será de mucho provecho e interés para quienes deben seguirlo con una sola mente, si el adorador enriquece sus plegarias si de vez en cuando varia el orden sucesivo de las partes que componen su oración. C. EN LA ORACIÓN PÚBLICA DEBE SER EVITADA AL MÁXIMO LA VERBOSIDAD INDEBIDA 1. El alargar la oración de forma indebida tiene dos causas a saber: Multiplicar los tópicos o partes de manera indebida y excesiva, y el alargar las partes de la misma al entrar imprudentemente en particular o detalles. Como está escrito: “No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabras delante de tu Dios” (Ec. 5:2). 2. En cuanto a los detalles o particulares, es observable en las Escrituras de hombres piadosos gastar la noche entera pidiéndole a Dios lo mismo. Pero debemos darnos cuenta que se trataba de una oración personal, no de una oración pública. Entonces es preferible ser breve y conciso en este deber piadoso Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla 5 “Adoración Pública” y que toda la congregación sea de un sólo corazón, y no ser largo en el orar, pues pudiera hacer vagar las mentes de nuestros hermanos por diferentes lugares de la tierra y no en el cielo. D. E. F. QUE LA ORACIÓN PÚBLICA SEA ADECUADA Y APROPIADA A LA OCASIÓN SOBRE LA CUAL ES DICHA 1. Las oraciones que encontramos en las Escrituras tienen este carácter singular de versar sobre el asunto para lo cual fue hecha. Suele darse con cierta frecuencia que la persona quien está guiando en la oración trae una introducción larga y extraña al propósito presente con que la Iglesia está orando. 2. Esto es poco sabio y hasta ser desconsiderado con el intelecto de nuestros hermanos, pues trae una subestima ofensiva al otro y en lugar de ganar su alma para que se nos una en oración, lo que se hace es perderlo en tierras extrañas al asunto en cuestión. QUE INCLUYA SIEMPRE UNA MARCADA REFERENCIA A LA EXPANSIÓN DEL EVANGELIO 1. Es el deber de la Iglesia difundir el conocimiento del camino de salvación a todos los que están alrededor de ella y esforzarse con todo su poder para alcanzar a los perdidos, de modo que ella debe suplicar la Gracia y bendición de Dios por los medios empleados para evangelizar. 2. Esta petición debe estar muy presente en la mente de los pastores y de todo el pueblo del Señor. David en uno de sus Salmos de acción de gracias, no deja fuera este sentido evangelístico: “¡Alégrense los cielos, y gócese la tierra! Que digan entre las naciones: “¡Jehová reina!” (1 Cr. 16:31); pensó en las naciones, no sólo en su propio pueblo. LA MANERA EN QUE NOS DIRIGIMOS AL ALTÍSIMO EN LAS DIFERENTES PARTES DE LA ORACIÓN PÚBLICA 1. Es frecuente en quienes realizan este oficio de orar en público, adoptar un título de Dios a lo largo de todas las partes de la oración, sea este Padre, Señor, Todopoderoso, Padre Celestial, etc. y lo repiten de manera indiscriminada una y otra vez en sus peticiones o bendiciones. Eso es una repetición vana, que Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla 6 “Adoración Pública” estropea que ofende a Dios y estropea el alma ajena. Es, pues, muy apropiado el variar consciente y santamente este título a lo largo de la oración, como si pasásemos de una parte a otra, y haciendo notar la diversidad, y la gloria de Sus atributos. 2. El nombre o título de Dios empleado tiene relación directa con el carácter Suyo que esperamos recibir o encontrar de El. Dice la Escritura que cuando Daniel miró que se habían cumplido los setenta años de las desolaciones de Jerusalén, invocó a Dios de esta manera: “Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos” (Dn. 9:4). 3. El invocó el poder y la fidelidad de Jehová sobre lo que Dios mismo había prometido. Otro caso, Ezequías: “Oh Jehová, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y de que he hecho lo bueno ante tus ojos” (Is. 38:3); El rey hizo uso de que Dios honra a los que le honran, pues al caer enfermo de muerte rogó el favor de Dios sobre estos términos: “He andado delante de ti con íntegro corazón”, por eso, acuérdate de mi. G. DEBE ESTAR FUERTEMENTE IMPREGNADA CON EL ESPÍRITU Y EL LENGUAJE DE LA CONFIANZA Y ESPERANZA EN DIOS 1. Esto significa que se debe orar de manera directa con El y persuadidos que Dios no sólo tiene el poder de salvar, sino que está más dispuesto a concedernos los dones de su Gracia, que los padres terrenales para dar buenas cosas a sus hijos. 2. Jesús así lo enseña cuando nos motiva a ser frecuentes y confiados en la oración: “Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” (Mt. 7:11). 3. Tal es el concepto de la oración de fe, no pedir según nuestra debilidad, sino según la abundancia de su infinita generosidad. “¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos.” (Dt. 4:7). Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla H. I. 7 “Adoración Pública” UN ESPÍRITU HUMILDE, FILIAL, SENTIDO Y REVERENTE DEBE CARACTERIZAR CADA ORACIÓN 1. Hay hombres que cuando están rogando a Dios no parece que se estén dirigiendo al Creador, sino a alguien igual que ellos, pues al pedir, suenan más bien como exigiendo que rogando. Es bíblico hacer exigencias a Dios, pero estas deben ser hechas con espíritu de reverencia y conforme a Su fidelidad a las promesas: “Acuérdate de la promesa dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar” (Sal. 119:49). 2. Oraciones con los ojos abiertos no son ilícitas, pero tenerlos cerrados está más acorde con el ambiente espiritual del orar, que es despegarnos de todo terrenal y levantar nuestras almas a la altura de los cielos: Cerrar los ojos del cuerpo y alzar la mente al cielo. La voz del orador debe ser adaptada de una manera acorde con el solemne ejercicio en el cual es empleada, un hablar suave, de tono serio y grave como se espera que hable un pecador penitente, pero favorecido con la Gracia del perdón de Dios en Jesucristo. Es imposible que un hombre haya conocido el gozo del Señor y al mismo tiempo ore como si no tuviera sentimientos. Todo el ser debe estar bajo consciente y diligente atención. 3. Recuerde esto: Quien ora no es el hombre natural, sino una criatura regenerada, no con la espontaneidad de la carne, sino con la guía del Espíritu, que casi siempre es una segunda voz. FINALIZAR CON UNA ACENTUADA DOXOLOGÍA Y UN CLARO Y ENFÁTICO AMÉN 1. Doxología es una breve forma de alabanza a la Deidad, por ejemplo, en la oración modelo del Padre Nuestro Cristo nos enseña a cerrarla con una Doxología: “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén” (Mt. 6:13). Hay otras doxologías. Mire estos casos: (Ro. 11:36; 16:27, 2 Co. 13:14, Ef. 3:20-21, 1 Ti. 1:17): “Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. También es posible decirlas en lenguaje propio como: “Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo sea la gloria para siempre. Amén”. Véase además el Salmos 72:18-19, 41:13, etc. Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla 8 “Adoración Pública” 2. En cuanto al Amén en la oración es mandatario y necesario pronunciar el amén de manera clara, audible y reverente, sobre todo al final de la oración, es esta pequeña palabra una de las más significativas para conocer cuánto de conciencia hay en la oración. Para la gloria de Dios y la ayuda espiritual de tu propia alma, procura, pues, que tus oraciones sean conscientes y racionales hasta el último amén. 3. En la oración modelo del Padre Nuestro, el Señor Jesucristo no dejó el amén a la decisión del adorador, sino que lo escribió para que fuese claramente pronunciado. Lo mismo puede ser notado en algunos salmos y siempre presente al final de las cartas que dejaron los apóstoles, de manera que nunca fue dejado a que si usted quiere añadirlo o no. Sí, hay que decirlo. III. DIRECCIONES EN ORDEN DE MEJORAR NUESTRAS ORACIONES A. ESFUÉRZATE EN MEJORAR Y MULTIPLICAR TUS ORACIONES PRIVADAS 1. Nadie podrá mejorar las cualidades de sus oraciones y el don de hacerlo en público a menos que abunde en sus súplicas privadas. Es cierto que no todos los hombres tienen el talento o don de dirigir las oraciones en público, pues es obvio que alguien tartamudo, media lengua o con dificultades de dicción no tiene el don de orar en público. Pero los que tienen el don no podrán mejorarlo a menos que en sus oraciones privadas abunden en ellas. 2. El inspirado hombre sabio nos dice: “El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade Gracia a sus labios” (Pr. 16:23). Nunca fueron estas palabras más adecuadas que en el tema de la oración, pues “del corazón habla la boca”. Comentando sobre esto el ministro Miller dice: “Nadie fue nunca tan verdaderamente elocuente, que quien real y profundamente no ha sentido lo que dice”. 3. No es verdad que al hombre carnal le puedan salir palabras espirituales por su boca. Por tanto practica estas cualidades de la oración en las tuyas privadas y Dios te bendecirá en público. Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98 Iglesia de Convertidos a Cristo Expositor: Pastor José R. Mallén Malla B. 9 “Adoración Pública” APRENDER DE MEMORIA TEXTOS DE LAS SANTAS ESCRITURAS 1. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (Col. 3:16). Y si se examina la Biblia con este propósito encontraremos copioso material para dirigirnos en un lenguaje santo a nuestro Señor y Creador en oración. 2. Componer devocionales, esto es el escribir formas breves para orar, tanto personal como en público. También puedes y se te recomienda tomar las Santas Escrituras como inspiración para escribir tus oraciones o estudiar las de otro. C. ES ALTAMENTE RECOMENDABLE, NO SÓLO LEER LIBROS DE ORACIONES, SINO ESTUDIAR ALGUNOS LIBROS SOBRE EL TEMA D. 1. Se debe leer libros de oraciones y de igual manera estudiarlos para que nuestras oraciones públicas sean de edificación para la iglesia que nos acompaña. 2. De esta manera podremos de forma bíblica y segura elevar nuestras oraciones al Señor sabiendo que estamos haciéndolo de manera como a Dios le agrada. RECORDAR LAS OBRAS DE LA PROVIDENCIA 1. Estas obras de la providencia debemos prepararlas en nuestras mentes para usar en la próxima oportunidad de oración pública, pues así el mismo adorador está componiendo su propio espíritu para adorar al Creador y Señor de la providencia con la oración. CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Debemos estar dispuestos a participar de este medio de gracia considerándolo como un tremendo privilegio que Dios nos da de interceder ante Dios por toda la congregación. Este santo deber debe ser considerado como algo importante para los hombres de la congregación. Debemos entender que nuestro corazón debe permanecer en Santidad para incursionar en la oración pública pues estamos poniendo sobre nuestros hombros la carga de toda una congregación y si no estamos a cuenta con Dios, nuestra oración no será oída. Agradezcamos a Dios que nos tuvo por dignos, por medio de la Sangre de Jesucristo para colocarnos en este santo ministerio. AMÉN Mensaje preparado sobre la base de la serie sobre la Adoración Pública predicado por el Pastor Oscar Arocha en Noviembre/98