Soñador para un pueblo. Resumen

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BUERO VALLEJO, Antonio, Un soñador para un pueblo
Parte 1ª
I1.Un ciego ofrece sus pliegos. Así se informa del tiempo: 9-III-1766. Doña María le
dice a Claudia que esa noche no le falte. Claudia tiene el marido en prisión, y parece
que, por ese motivo, trabaja para Doña María, alcahueta (112).
II.Aparición en escena de Bernardo. Doña María le pide que las lleve en la calesa a
los Desamparados. Él se excusa: espera a cierta persona (16).
III.Bernardo se encuentra con el ladrón Morón (sombrero de ala ancha). El ladrón se
queja de la falta de trabajo, y maldice por ello a Esquilache (Ideología: el motivo de
la condena de Esquilache y la cualidad moral de quien la hace revelan claramente la
actitud del autor)(16).
IV.Bernardo, Morón y Relaño, otro pringoso embozado, despotrican de Esquilache,
por haber empedrado Madrid y querer recortar las capas en aquel Marzo
excepcionalmente frío. El ciego canta una copla en la que se presenta a Esquilache
como el que manda sobre Carlos III (17).
V.Aparecen unos alguaciles (Crisanto y Roque), y se van Bernardo, Morón, Relaño
y el ciego. Pasa el Marqués de la Ensenada (19).
VI.D.Antonio Campos, secretario de Esquilache, recibe al Marqués de la Ensenada.
Se ríen un poco de los arbitristas, y se quejan del pueblo español (21)
VII.Entrevista de Esquilache y Ensenada. Se ven los afanes ilustrados de ambos por
mejorar España, y las dificultades que afrontan: la pérdida del favor de Fernando VI
sufrida por Ensenada, los intentos de Esquilache para que sea rehabilitado, y el
proyecto de recorte de capas y sombreros. Diferentes visiones políticas: Ensenada
cree que el pueblo siempre será menor de edad; Esquilache cree que todavía es
menor de edad. Esquilache muestra su disgusto ante la copla que se ha cantado en
la escena IV (24).
VIII.Entrevista de Esquilache con su mujer, Doña Pastora. En ella se ve la avaricia de
la catalana, que hace todo lo que puede por enriquecerse y colocar a sus hijos; y el
poco poder que él tiene sobre ella. El autor parece verter sobre la esposa la culpa de
los aspectos negativos de la conducta histórica de Esquilache. Aparece el hecho de
que sus hijos han obtenido abusivamente cargos inmerecidos por los manejos de ella
a espaldas de su marido, y se sugiere muy claramente la infidelidad de la señora
hacia su viejo y trabajador esposo (33).
IX.Escena de Esquilache con Fernandita, la chocolatera de la marquesa, que le sirve
a él un chocolate. Se manifiesta la problemática digestiva del marqués. Fernandita se
muestra agradecida a Esquilache, porque los padres de ella murieron por dos graves
deficiencias de Madrid que el político italiano ha solucionado ya o va a solucionar: los
problemas de higiene por falta de saneamientos, y la falta de seguridad debido al uso
de los sombreros grandes (su madre murió de enfermedad, y su padre asesinado)
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Aunque en el texto no se señalan escenas, se ha segmentado de esta forma tradicional en los textos
dramáticos. El criterio, clásico, es el del cambio operado en los personajes presentes en escena, que
siempre repercute en un cambio temático.
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Se da el número de la página en que empieza la escena en la edición de Vicens Vives.
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(Ideología: se refleja en el juicio de Fernandita la valoración del autor del papel de
Esquilache). Esquilache muestra su desencanto del amor (explicable tras la escena
con su mujer): considera ridículo un verso amoroso de Dante (39).
X.El marqués da a Campos una orden muy importante (9 de Marzo) (46).
XI.Lectura de fragmentos del bando de reforma de la indumentaria, y reacción del
pueblo (representado por Bernardo) (47).
XII.Deslegitimación (hecha por el autor) de Bernardo: se muestra como un rufián que
ha pretendido seducir a Fernandita ocultándole su situación de casado. Ella lo rechaza
(49).
XIII.Esquilache ha llamado cuatro veces a Fernandita, y ha desayunado con ella.
Campos no se ha atrevido a distraerle con las pésimas noticias de que el pueblo está
arrancando de las paredes el bando de reforma de la indumentaria, pero Fernandita
le ha llevado un papel. Reacción de Esquilache: utilización de sastres. Despacho con
Campos: aceleración del empedrado de la Plaza Mayor. Esquilache no ha podido
enterarse de que el duque de Villasanta lleva una hora esperando para ser recibido
(51).
XIV.Entrevista de Esquilache con el duque de Villasanta, que representa la nobleza
antigua y reaccionaria. El duque trata al ministro distantemente, y Esquilache ataca
frontalmente, aludiendo a su propia condición de advenedizo; pero dice la verdad: que
ha arreglado en tres años lo que la antigua nobleza había dejado arruinarse durante
tres siglos. Villasanta viene a pedirle la readmisión en el empleo de un protegido. El
ministro se niega a ello, y alude a la necesidad de cambios en las naciones para no
morir. El duque lo asusta diciéndole que la base de la renovación sería la herética
Enciclopedia. Esquilache responde defendiendo su propio catolicismo. El duque lo
acusa de anular el Santo Oficio. Esquilache responde que ello no es atacar el
catolicismo, sino adaptarlo. El duque replica que el pueblo no quiere cambiar (el motín
lo demuestra). Lo ataca a fondo, felicitándolo por los éxitos de sus hijos (los empleos
que han conseguido de un modo corrupto, nepotista) (55).
XV.Mediante la intervención de un cesante que lee para el ciego, se conoce el texto
del pasquín colocado en lugar del bando de Esquilache: se levantarán 3000
españoles si Esquilache no retira la orden (60).
XVI.Entrevista Esquilache - Doña Pastora. Ella dice que se ha enterado de que él ha
ordenado el paso de Fernandita a su servicio. Accede, pero lo previene contra la
hipocresía de la criada. Él le quita a ella violentamente un broche que ha obtenido
como soborno, y de un modo profundamente deshonesto, pues él le prohibió a ella
interceder por nadie. El italiano le dice a su mujer que ha pedido al rey la revocación
de los cargos de sus hijos [Relación Situación-Signo: el autor simplifica
panfletariamente: en la realidad Esquilache no fue tan puro, y promovió a sus hijos
todo lo que pudo]. Él le anuncia la separación matrimonial. Pero ella descubre a
Fernandita escondida en el tocador (61).
XVII.Esquilache ofrece el broche a Fernandita, no se sabe si sinceramente o para
probar su honradez; ella lo rechaza, no se sabe si sincera o simuladamente. Él
muestra al espectador su honradez diciéndole a Fernandita que le gusta su compañía,
simplemente; pero que no debe llamarla más, para que ella no pierda su buena fama.
A ella no parece que su propia fama le importe mucho (66).
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XVIII.Un alguacil le dice al ciego que se vaya de la plaza, porque puede caerle algún
golpe. Escena central de la obra: los alguaciles capturan a embozados y los meten
a un portal, donde les recortan capas y sombreros. Hasta que uno se subleva y, antes
de ser reducido y apresado, hiere a un alguacil. Grita ¡Viva el rey! ¡Muera Esquilache!
(69).
XIX.Entrevista de Esquilache y Carlos III. El rey expone las ideas del despotismo
ilustrado, y expresa a Esquilache su apoyo total: No lo quiere como víctima. Le parece
ofensiva para él la consigna Viva el rey; muera Esquilache. Expresa la idea de que
tras el movimiento popular se hallan las fuerzas reaccionarias. Esquilache, haciendo
alarde de honestidad [Relación Situación-Signo: al contrario de la realidad histórica],
solicita al rey la revocación de los cargos de sus hijos, y el permiso para la separación
matrimonial. El rey, preguntándole por Fernandita, muestra que está al tanto de todo.
Le dice a Esquilache que es su predilecto por ser un soñador. Carlos III expresa la
necesidad de la reforma moral de España. Muestra su puntualidad extrema [Relación
Situación-Signo: de acuerdo con la realidad] (75).
XX.Campos informa a Esquilache de que Fernandita ha puesto en peligro su propia
seguridad para defenderlo a él en un corrillo de majos que despotricaban de su señor.
El ministro se prepara para una excursión al Real Sitio de San Ildefonso prevista un
mes antes (79).
XXI.Entrevista de Esquilache con el marqués de la Ensenada. Utiliza el autor la
supuesta ignorancia del marqués de Ensenada para informar al espectador del
trasfondo del motín: desde elevadas instancias se financia a delincuentes para que
provoquen disturbios, que después los financieros paliarán, pagando los daños a los
mercaderes. Se prevé incluso el asesinato de Esquilache y Grimaldi. En esta línea,
atribuyen absurdamente a Esquilache la subida del precio del pan. Ensenada le
recomienda a Esquilache prudencia (81).
XXII.Escena de Esquilache con Fernandita: ella le aconseja precaución, pues ha visto
muchas cuadrillas de embozados. Definición de sus relaciones: él le confiesa que
sabe que es una verdadera amiga; ella responde que siempre lo ha sido; Esquilache,
honesto, la previene diciéndole que él es un anciano; ella le responde que empezó
a pensar en él desde que lo vio como marido maltratado. Leen en un libro de augurios
el pronóstico de la caída de Esquilache. Él exhibe sus méritos: ha convertido la ciudad
más sucia de Europa en la más limpia. Y se despide, contra el consejo de ella (86).
XXIII.Bernardo, Morón y un embozado hablan de la consigna contra el hereje (se ve
tras ello la mano de la Iglesia). Rompen faroles del palacio de Esquilache.
Significante: símbolo de las luces ilustradas rotas por los conservadores,
instrumentalizando a los delincuentes (90).
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Parte 2ª
I.Se ve el interior del palacio de Esquilache con signos de vandalismo. Relaño come
en su mesa y Fernandita se halla arrinconada. Doña María y Claudia comentan lo que
han visto: el saqueo y la destrucción del palacio, dirigidos por unos embozados que
ocultan sus ropas finas bajo un disfraz de clase inferior [Género: elementos épicos
en texto dramático] (93).
II.Esquilache vuelve a su palacio. Ve la situación: la destrucción y el criado muerto.
Sabe que su mujer ha huido... y encuentra a Fernandita, a quien le dice que ha vuelto
por ella (95).
III.Esquilache y Fernandita se encuentran con los revoltosos, que les obligan a corear
sus consignas. Esquilache se ve obligado a hacerlo, aunque omite el grito ¡Muera
Esquilache! Gracias a la intercesión de uno de ellos, lo perdonan por ser un viejo; no
pueden imaginar que se atreva a ir por allí el ministro, la única persona a la que se
puede matar en la revuelta (98).
IV.Los amotinados, tras darse cuenta de que quizá han dejado escapar a Esquilache
(lo dicen Doña María y Claudia), atrapan a Crisanto y Roque, les despuntan los
tricornios y les hacen gritar ¡Viva el rey! Crisanto no quiere gritar ¡Muera Esquilache!,
y Roque salva la situación gritando por los dos (102).
V.Los amotinados deciden ir a la cárcel a liberar a los presos. Claudia quiere
añadirse, y Doña María, que pierde a su trabajadora si el marido de Claudia es
liberado de la prisión, le dice que cuando el marido se entere (de que ejerce la
prostitución) habrá problemas. Claudia le contesta mal (103).
VI.Bernardo le pide a Relaño que lleve el retrato del hereje a la Plaza Mayor (105).
VII.Palacio Real. Esquilache convoca el Consejo de Guerra para las 7 de la mañana.
Da orden de que Fernandita se encargue de su servicio y de que se aloje en Palacio
(106).
VIII.Entrevista de Esquilache y el rey. Carlos III hace un lúcido análisis de la situación:
el motín es la manifestación del conservadurismo de la mayoría (incluida su madre)
contra los ilustrados, que, por ello, en realidad serían los conspiradores. Se dice que
no han quemado el palacio de Esquilache porque es del marqués de Murillo. Se
informa de que se han producido disturbios en Zaragoza. El rey se plantea la
necesidad de utilizar la mano dura, y apoya afectuosamente a Esquilache (107).
IX.Esquilache y Fernandita. Él piensa y dice que ella puede estar dolida por la muerte
de Julián (el criado muerto en el asalto al palacio de Esquilache). Ella lo niega (111).
X.El duque de Villasanta visita a Esquilache. Le informa de que ha sido nombrado su
mayordomo, humillantemente. Le informa también de que el pueblo ha destruido los
5000 faroles que Esquilache mandó instalar, y de que han quemado el retrato del
italiano en la plaza Mayor. Esquilache lo felicita, porque los madrileños vuelven por
sus fueros: impunidad, insania y basura (112).
XI.Doña María arroja el contenido de un perol al grito de Agua va (113).
XII.Sobre un fondo de vivas y mueras, Esquilache reprende severamente a Campos
por su falta de celo al convocar el Consejo de Guerra. Parece que Campos quiere
preparar su futuro tras la caída de Esquilache. Éste muestra su voluntad de acabar
con la revuelta mediante medidas de fuerza (114).
XIII.Villasanta informa a Esquilache de que la explanada de Palacio se ha llenado de
paisanos armados que quieren ver al rey (115).
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XIV.El hidalgo Campos se queja respetuosamente ante Esquilache porque censura
sus errores ante criados. El marqués le echa en cara que haya esperado a este
momento para quejarse (115).
XV.Esquilache le manifiesta a Fernandita que todos lo abandonan (116).
XVI.Villasanta exige a Esquilache que no se asome a la ventana (si no lo jura, pondrá
dos soldados de guardia), porque el rey, desde el balcón, está recibiendo a una
delegación del pueblo. Informa de los graves conflictos entre los guardias valones y
el pueblo, y de que Campos lo ha abandonado. También de que él, Esquilache, se
halla bajo custodia. Villasanta le dice que ello es por orden del rey, y Esquilache le
lanza un gravísimo mentís. Villasanta reacciona cambiando el tratamiento: pasa de
utilizar el usía a llamarle Esquilache. Le dice que el insulto del mentís no quedaría
impune en otra ocasión. Esquilache le pide a Villasanta que solicite la reunión del
Consejo Real. La respuesta es que ya se ha reunido. Sin él. Esquilache se percata
de su caída (116).
XVII.Esquilache exhibe ante Fernandita su tremenda frustración vital; y expresa que
sólo le queda ella. Pero la paloma vuela a sus cadenas: el líder del populacho que
llena la Plaza de Armas es Bernardo, el calesero que mató a Julián porque éste la
defendía de sus deseos, y que después violó a Fernandita. Lo melodramático del
asunto es que ella ama a su violador, y que el intentar refugiarse contra sus
sentimientos en la ternura de Julián y de Esquilache ha resultado inútil (121).
XVIII.Entrevista de Esquilache con el rey. Carlos III le reafirma su apoyo y le reconoce
su poder (si no lo ha convocado al Consejo Real era porque el asunto principal era
él). Deja en sus manos la elección de una de las dos posturas que se han defendido
en el Consejo ante la sublevación generalizada: la represión violenta, que puede
desembocar en la guerra civil, y la concesión de las peticiones del pueblo. Esquilache
escoge la segunda opción, en aras de la paz. El rey le presenta el programa (el
destierro), y le reafirma su afecto (124).
XIX.Villasanta anuncia a Esquilache la llegada de Ensenada (acompañado del
secretario Campos). Esquilache cree haber sido el vencedor (131).
XX.Entrevista de Esquilache con Ensenada. Éste le expresa su dolor por lo ocurrido;
aquél le dice que no importa, si le llaman a Ensenada (otro ilustrado). Pero Esquilache
le entrega a Ensenada el pliego que para ello le ha dado el rey, y el conocimiento de
su contenido lo cambia todo: Ensenada es desterrado a Medina del Campo.
Ensenada se enfurece, y Esquilache se da cuenta de que el que pensaba aliado (por
ser ilustrado) en realidad ha sido enemigo. Se descubre que Ensenada odia a
Esquilache porque, siendo extranjero y valiendo menos, lo ha suplantado en el favor
real; que por ello ha participado en la conjura. Esquilache le dice que, aunque él
mismo vale menos que Ensenada, es más grande, porque Ensenada hace tiempo que
está perdido, por no creer en nada, por no creer en el pueblo. Esquilache introduce
ridículamente a Fernandita en el coloquio, para que ella, El Pueblo, juzgue a los
gobernantes. Le hace ver las consecuencias de la rebelión -la violación...-, y sigue
diciéndole a Ensenada que no es él quien lo destierra, sino que él a sí mismo se ha
desterrado, para evitar el horror de la guerra, el sufrimiento. Y sigue diciéndole a
Ensenada que lo condena el Pueblo (representado por Fernandita y por él, que nació
plebeyo). Y la frase clave: Ningún gobernante puede dejar de corromperse si no
sueña el sueño de que el pueblo llegue a comprender (133).
XXI.Ridícula escena melodramática llena de mensaje de BUERO, erigido como
siempre en director espiritual de la nación: Esquilache se confiesa ante Fernandita en
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sonrojante examen de conciencia: él ha sido egoísta y ambicioso, y seguirá solicitando
nuevos puestos políticos en Italia; ha hecho el ridículo intentando reformar un país
cuando ni siquiera ha sido capaz de conducir su propio hogar. Pide a Fernandita que
le condene, o que le perdone. Pero ella sólo siente agradecimiento hacia él, y le pide
que la lleve a Italia. Pero él no puede, pues ahora se va a entregar a la práctica de
las virtudes familiares. La insta a no caer en los brazos del monstruo violador que la
tiene cegada. Le dice que cree en ella, porque el Pueblo es ella, el Pueblo está
agazapado en los corazones de todas esas bestias destructoras y violadoras.
Axiomáticamente, en religiosa creencia izquierdista, el Pueblo es bueno por definición,
aunque en realidad esa bondad no existe sino como esperanza, como sueño (140).
XXII.Bernardo, el calesero violador, se dispone a enristrar una palma para asistir a
una procesión en acción de gracias por los logros de ese Pueblo que, según BUERO,
todavía no se ha encontrado a sí mismo. Aparece Fernandita, y el violador quiere
llevársela sin pagar. Como la mercancía lo rechaza, la obra termina con la palabra
¡ramera!, para escándalo de bienpensantes y alborozo de los progres de la época en
que se escribió, que pensaban que BUERO era el no-va-más de lo revolucionario.
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