VILFREDO PARETO MANUAL DE ECONOMÍA POLÍTICA Cap. III. Noción general del equilibrio económico 22. El equilibrio económico. Se puede decir que es el estado que se mantendría indefinidamente si no hubiese ningún cambio en las condiciones bajo las cuales se lo observa. Logrado el estado de equilibrio, no se producen esas variaciones, lo que equivale a decir que el sistema se mantiene indefinidamente en el estado considerado. Pueden llamarse reales los movimientos necesarios para llevarnos efectivamente al equilibrio. Aquellos que se supone pueden producirse para alejarnos del estado de equilibrio, pero que no se producen realmente porque el equilibrio subsiste, pueden denominarse virtuales. La Economía Política estudia los movimientos reales para saber cómo se producen los hechos, y estudia los movimientos virtuales para conocer las propiedades de algunos estados económicos. 23. (...) hay obstáculos que impiden los movimientos, que no permiten al hombre seguir ciertos caminos, que impiden que se produzcan algunas variaciones. El equilibrio resulta precisamente de esta oposición de gustos y obstáculos. Los dos estados extremos que no se encuentran en la realidad, son aquel en el cual no hay gustos, y aquel en el cual no hay obstáculos. 24. Los obstáculos no determinan de un modo absoluto todos los movimientos; establecen simplemente ciertos límites, imponen ciertas restricciones, pero permiten al individuo moverse conforme a sus propios gustos sobre un campo más o menos restringido. 25. Los gustos y los obstáculos se refieren a cada uno de los individuos que se consideran. Para un individuo, los gustos de los otros hombres con los cuales está en relación figuran entre sus obstáculos. 27. Para determinar el equilibrio estableceremos esta condición: los movimientos permitidos por los obstáculos, en el momento en que se producen, son impedidos por los gustos; o, lo que es lo mismo, en ese momento, los movimientos permitidos por los gustos son impedidos por los obstáculos. 28. Nos falta entonces investigar cuáles son, en el punto de equilibrio, los movimientos impedidos y los movimientos permitidos por los gustos, y los impedidos y los permitidos por los obstáculos. 30. Fue principalmente por la rectificación de este error de la antigua economía que nació la economía pura. Con Jevons, ella apareció como una rectificación de las teorías entonces en curso sobre el valor; con Walras se transformó, y fue un gran progreso, la teoría de un caso especial del equilibrio económico: el de la libre competencia; mientras que otro caso, el caso del monopolio, había sido ya estudiado. La palabra utilidad ha llegado a significar en economía política una cosa totalmente distinta de lo que puede significar en el lenguaje corriente. Hemos propuesto en nuestro Curso designar la utilidad económica con la palabra ofelimidad. 31. La critica que hacemos hoy alcanza a las teorías antiguas, pero no las ataca en el momento en que fueron elaboradas. Sería un grave error sostener la conveniencia de que esas teorías erróneas no hubiesen visto la luz. 32. La ofelimidad de cierta cantidad de una cosa, añadida a otra cantidad determinada (que puede igual a cero) de esta misma cosa ya poseída, es el placer que le procura a un individuo esta cantidad. 33. Si esta cantidad es muy pequeña (infinitamente pequeña) y si se divide el placer que procura por esta cantidad, se tiene la ofelimidad elemental. 34. En fin, si se divide la ofelimidad elemental por el precio se tiene la ofelimidad elemental ponderada. 37. Puede haber ciertos obstáculos que impidan modificar los fenómenos de acuerdo con los gustos. Ejemplo del estado y la sal.. En ese caso, para esta materia, no habría que tener en cuenta los gustos. Aun cuando existen ciertas fuerzas, como cuando el Estado, teniendo el monopolio de una mercadería fija el precio, o pone ciertos obstáculos a la producción, a la venta, al libre comercio, etcétera, esto no impide al individuo actuar según sus gustos, dentro de ciertos límites. En consecuencia cada uno debe resolver ciertos problemas para fijar los consumos según sus gustos. De ahí la necesidad de considerar la teoría abstracta que corresponde a esos hechos concretos. 217. Las condiciones que hemos enumerado para el equilibrio económico nos dan una noción general de este equilibrio. Para conocer ciertos fenómenos hemos debido estudiar su manifestación; para conocer el equilibrio económico hemos debido investigar como está determinado. Esta determinación no tiene por objeto, de ningún modo llegar a un cálculo numérico de los precios. 218. Pero si bien las condiciones que acabamos de enumerar no pueden servirnos prácticamente para los cálculos numéricos de cantidad y de precio, son el único medio conocido hasta ahora para llegar a una noción de la manera en que varían esas cantidades y esos precios, o más exactamente, de un modo general, para saber cómo se produce el equilibrio económico. El equilibrio económico 80. Relaciones entre el equilibrio y los precios de los factores de la producción. Supongamos que todos los precios de los factores de la producción cambien, pero que las deudas y los créditos existentes en la sociedad (deuda pública, créditos comerciales, hipotecarios, etcétera) no cambien. Por ejemplo, si los precios de todos los factores y la producción suben un 10 por ciento, los precios de los productos suben igualmente un 10 por ciento; en consecuencia, desde este punto de vista, no habría cambiado nada en la situación real de los obreros y de los capitalistas que concurren a la producción. Reciben un 10 por ciento más y para su consumo gastan un 10 por ciento más. Desde otro punto de vista, su situación cambia porque al continuar pagando la misma suma nominal a sus acreedores, dan en realidad un 10 por ciento menos que antes, en mercaderías. En consecuencia, el cambio supuesto favorece a aquellos que toman parte de la producción y perjudican a aquellos que tiene una renta fija, independientemente de la producción. 81. Para que el cambio de los precios sea posible, es necesario que ellos no sean impedidos. Los precios no podrían aumentar más allá de ciertos límites, porque la cantidad de oro disponible sería muy reducida. 82. En realidad, los obstáculos a los cambios de precios se originan en la competencia de colectividades independientes, sea del mismo país, sea del extranjero (comercio internacional), y de la dificultad de hacer mover al mismo tiempo todos los precios; en consecuencia, los que no cambian impiden el movimiento de los otros. 83. Si los precios de la mayor parte o de todas las mercaderías de un país aumentan, la exportación disminuye, la importación aumenta, y el oro sale del país para ir al extranjero; en consecuencia los precios terminan por bajar y por volver a su estado primitivo. Se verifican hechos opuestos en el caso de una disminución general de los precios. 84. (II) Los precios de los factores de la producción nunca cambian todos al mismo tiempo. Supongamos que los salarios aumenten un 10 por ciento; el interés de los nuevos capitales y de una parte de los antiguos podrá también aumentar un 10 por ciento, pero para una parte de éstos, el interés podrá no cambiar o no aumentar en proporción al aumentar, o aún disminuir y, si no se los puede retirar de la producción tendrán una renta negativa. 86. La hipótesis que acabamos de plantear no se realiza jamás en la práctica. No es posible que los precios de todos los productos aumenten; en consecuencia, ciertas producciones son animadas y otras desanimadas. 87. Un cambio producido en una parte del organismo económico no se extiende instantáneamente a todas las otras partes; y durante el tiempo que tarda en propagarse de un punto al otro, los fenómenos son diferentes de aquellos que siguen al restablecimiento del equilibrio. 88. Si los salarios aumentan, los empresarios no pueden, salvo en casos particulares, elevar de un modo equivalente los precios de los productos; en consecuencia, hasta que esta alza sea obtenida, sufren un prejuicio. Entretanto el aumento de los salarios otorga a los obreros más beneficios de los que tendrán cuando la operación haya terminado, porque sus ingresos han aumentado en tanto que sus gastos de consumo no lo hicieron aún en esa proporción. Los que tienen ingresos fijos soportan menos perjuicios mientras se produce el movimiento, que cuando el mismo se ha efectuado.