ESTE MES EN LA HISTORIA CONSTITUCIONAL La Restauración del Senado en 1874 Luego de un proceso iniciado por el Presidente Benito Juárez, ya con el triunfo de la República, y conducido a partir de la Circular del 14 de agosto de 1867 de Don Sebastián Lerdo de Tejada en funciones de titular del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Gobernación, pero sin que se lograra el propósito juarista, correspondió a Lerdo de Tejada, ya como titular del Ejecutivo Federal, y con base en el procedimiento para reformar y adicionar la Ley Suprema, la publicación del Decreto de reformas y adiciones a los artículos 51, 52, 58, 59, 60, 61, 62, 64, 65, 66, 67, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 103, 104 y 105 de la Constitución Política de 1857 para restaurar el Senado de la República en nuestra vida constitucional. Este 13 de noviembre se cumplirán 141 años de la reincorporación del Senado a las instituciones fundamentales de la República. Inspirados en el diseño que para el Poder Legislativo adoptó la Constitución de los Estados Unidos de América en 1787, el Congreso Constituyente de 1823-1824 -de la mano de la decisión a favor del federalismo- instituyó el bicamarismo, con un cuerpo colegiado electo para representar a la Nación con base en el número de habitantes, y otro electo para representar a las partes integrantes de la Federación con base en la igualdad de votos para cada Estado. Y una diferencia adicional, el período de desempeño de cada encargo, dos años para los diputados y cuatro años para los senadores. Con las Siete Leyes de 1835-1836 y el centralismo permaneció la segunda Cámara, pero no su sentido federalista, y se marcó su tendencia como Cámara encargada de preservar la visión y los intereses conservadores, a partir de criterios elitistas para integrarla, como la propiedad o la renta de sus miembros. Esta vertiente se refrendó en las Bases Orgánicas de 1843. Con el Acta de Reformas de 1847 se retornó a la forma federal y el Senado se integró con las normas y para el sentido y objeto previstos en 1824. Sin embargo, en los debates del Congreso Constituyente de 1856-1857 estaba presente el reproche a la concepción de la segunda asamblea del Poder Legislativo, por su presunta propensión de oponerse a los cambios de la propuesta liberal. 1 En ese Congreso se escenificaron debates apasionados a favor y en contra de la supresión del Senado; por un lado Ponciano Arriaga, Pablo Castellanos e Ignacio Ramírez, y por el otro Ignacio Olvera y Francisco Zarco. La votación celebrada el 10 de septiembre de 1856 fue apretada y por 44 contra 38 votos se aprobó el dictamen a favor de un Poder Legislativo unicameral. Algunos estudiosos deducen, a partir de los escritos del Lic. León Guzmán, también diputado constituyente de esa época, que aún por encima de la función del Senado en una Federación, el ambicioso programa de reformas legislativas que impulsarían los liberales con base en la Constitución que se discutía y acordaba, su tránsito se haría con mucha mayor facilidad y rapidez si sólo se discutía en una Cámara. La estrategia trajo consigo otro resultado previsible, el desequilibrio entre el Congreso y el Presidente de la República y las dificultades implícitas para la solución de los desacuerdos entre uno y otro. En el Constituyente de 1856-1857 no sólo se suprimió el Senado, sino que se sustrajo al Ejecutivo del proceso legislativo -al no permitírsele realizar observaciones sobre las normas generales expedidas por el Congreso- y se diseñó un sistema de comparecencia y presencia de los titulares de las Secretarías del Despacho ante el pleno del Congreso, lo que a juicio de Lerdo de Tejada afectaba las relaciones entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo. Se promulgó la nueva Constitución liberal y se aprobaron las leyes que dieron cauce a su pensamiento. El país enfrentó dos escenarios bélicos, el de la guerra civil entre liberales y conservadores y el de la intervención francesa y la pretensión de establecer una monarquía a partir de un príncipe europeo y el impulso de los conservadores. Tras la victoria de la República, el objetivo de equilibrar los Poderes Legislativo y Ejecutivo condujo a la Circular Lerdo de Tejada y al proceso del Órgano Revisor de la Constitución que culminó ese 13 de noviembre de 1874. El Senado había sido restaurado. Un Senado federalista, con algunas nuevas atribuciones para enfatizar ese carácter, como la aprobación de tratados internacionales, la autorización para el paso o estación de tropas extranjeras en el territorio nacional y la intervención para resolver conflictos de ausencia de gobernabilidad en un Estado o conflictos políticos entre los poderes del mismo. Con base en esas reformas, se eligieron los integrantes del Senado, quienes conformaron parte de la VIII Legislatura Federal, en la ordenación numérica a partir de la Constitución de 1857. Noviembre de 2015. 2