La rabia es una enfermedad neurológica mortal que puede afectar a todos los animales de sangre caliente, incluyendo caballos, perros, gatos, zorrillos, lobos, zorros, mapaches y murciélagos. Si bien la rabia es relativamente rara en los caballos, por lo general menos de 100 caballos son infectados en Estados Unidos cada año-es una enfermedad importante, ya que es zoonótica. Es decir, se puede transmitir a los seres humanos. La rabia es causada por un Lyssavirus, que infecta el sistema nervioso y las glándulas salivales. El virus de la rabia casi siempre se transmite directamente entre animales a través de la saliva a mediante la mordedura de un animal infectado. Como alternativa, un animal puede infectarse si la saliva de un mamífero infectado contamina una herida abierta o una membrana mucosa (por ejemplo, la mucosa oral, conjuntival y nasal). El virus de la rabia se propaga al sistema nervioso central (es decir, el cerebro y la médula espinal) a través de los nervios espinales periféricos. El virus infecta el cerebro, causando encefalitis masiva (inflamación del cerebro) y posteriormente, se extiende a las glándulas salivares, donde se replica y se disemina. El virus de la rabia está presente típicamente en la saliva de mamíferos clínicamente enfermos y se transmite por mordedura. Después de entrar en el sistema nervioso central del siguuiente hospedador, el virus causa una encefalomielitis aguda, progresiva, que es casi siempre mortal. El período de incubación en los seres humanos oscila desde días hasta años. Los caballos adultos se deberían vacunar anualmente y las hembras preñadas 4-6 semanas antes del parto o antes de la temporada de cubrición. Los seres humanos expuestos pueden sobrevivir si reciben atención médica inmediata. De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, dos de los ocho casos de rabia humana en 2004 se produjeron como resultado de la exposición a murciélagos. Uno de esos pacientes se recuperó. La rabia no fue reconocida inmediatamente como la causa de muerte en el otro paciente, y los órganos y un injerto vascular del paciente se trasplantaron a cuatro personas, dando lugar a la rabia clínica y la muerte en todos los receptores. De 16,000-39,000 personas entran en contacto con animales potencialmente rabiosos y reciben la profilaxis post-exposición contra la rabia cada año, de acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades. Signos clínicos Los caballos se infectan a menudo cuando exploran ambientes con animales salvajes a través de mordeduras en la boca, la cabeza o las extremidades. Los caballos comienzan a mostrar signos clínicos de la enfermedad por lo general entre dos y seis semanas después de la exposición, pero a veces puede llevar hasta 12 semanas antes de que los signos clínicos seann evidentes. Los signos clínicos de la rabia son muy variables por lo que hacer un diagnóstico definitivo es extremadamente difícil. Los signos clínicos más comunes de la rabia son característicos de los trastornos profundos del sistema nervioso central, tales como cambios de comportamiento. En concreto, los caballos infectados están a menudo deprimidos, pero pueden mostrarse agresivos o huidizos. Dependiendo de la gravedad del caso, los caballos pueden estar atáxicos (incoordinación), con la cabeza hacia abajo, dando vueltas, y con dificukltades para la deglución, temblor muscular y convulsiones. Pueden caer al suelo y no poder levantarse y entrar en semicoma o coma. Otros signos más sutiles pueden incluir un poco de fiebre, cojera, tenesmo (espasmo doloroso del esfínter anal), pupilas dilatadas y fotofobia (aversión a la luz), masticación contínua e intentos de morder, así como sensibilidad en el lugar de la mordedura, e hiperestesia (hipersensibilidad a los estímulos). Otras enfermedades que pueden confundirse con la rabia son el tétanos, la forma neurológica del herpesvirus equino (EHV-1), otras causas virales de la encefalomielitis, virus del Nilo occidental, mieloencefalitis equina protozoaria (EPM), y el botulismo. Otros alteraciones que hay que descartar son: intoxicación con plomo y traumatismo craneal y medular. Diagnóstico Dado que la rabia es una enfermedad zoonótica, cualquier caballo que muestre signos clínicos asociados con la rabia debe ser examinado por un veterinario. La rabia sólo puede ser diagnosticada post-mortem mediante la remisión de la cabeza del caballo a un laboratorio de salud pública local para identificar el virus de la rabia mediante una prueba de inmunofluorescencia. Tratamiento No existe un tratamiento para los caballos con diagnóstico de rabia. Una vez que los signos clínicos son evidentes, la enfermedad es invariablemente fatal. Los caballos vacunados que se han expuesto a un animal con rabia deben ser aislados de los otros caballos y animales y monitorizar sus signos clínicosdurante al menos hasta seis meses después de la exposición. Para las personas que estuvieron en contacto con un caballo rabioso se podría aconsejar recibir tratamiento post-exposición contra la rabia. Pronóstico Una vez que los caballos muestran signos clínicos de la rabia, la muerte generalmente se presenta en dos a cuatro días. En los caballos que reciben atención de apoyo (por ejemplo, los caballos que están en estudio para descartar otras enfermedades neurológicas), pueden precisar hasta dos semanas para que se produzca su muerte. La rabia es una enfermedad de declaración obligatoria. Todos los caballos con cambios de comportamiento y alteraciones del sistema nervioso central deben ser examinados por un veterinario tan pronto como sea posible para reducir al mínimo la exposición humana al virus de la rabia. Prevención La mejor prevención de la rabia es la vacunación. Las vacunas disponibles en el mercado son seguras y muy eficaces. Según la Asociación Americana de Veterinarios Especialistas en Equidos (AAEP), los caballos adultos deben ser vacunados anualmente y las yeguas preñadas deben ser vacunadas cuatro a seis semanas antes del parto o antes de la cubrición.A los potros destetados y menores de 12 meses de edad se les administra una primera serie de tres vacunas. A partir de entonces, los caballos son vacunados anualmente. Además, los perros y gatos que residen en las instalaciones también deben ser vacunados contra la rabia para limitar la propagación de la enfermedad de las poblaciones de animales salvajes a los caballos residentes. Dado que tun caballo vacunado aunque raro puede infectarse son necesarias otras medidas preventivas e implican el control de animales silvestres que potencialmente podría transmitir la rabia. No adoptar animales salvajes como mascotas, y reportar a su veterinario la presencia de animales silvestres que exhiben comportamientos anormales.