PROYECTO DE DESARROLLO DE CAPACIDADES ORGANIZATIVAS Y DE TRABAJO CENTRO DE REFERENCIA REGIONAL (OCCIDENTE) GPSIDA MATANZAS Año 1 No 6 Junio/2008 Informativo mensual sobre aspectos psicológicos relacionados con el VIH/SIDA A cargo de: Lic. Ivette Elisa Domínguez Llama Ansiedad, depresión. Síndrome ansioso-depresivo Ansiedad • • • La ansiedad es el síntoma más frecuente de las afecciones psiquiátricas, con una estructuración, cronicidad y organización de la personalidad y sus mecanismos de adaptación. Tiene un componente psíquico y uno somático y de la conducta. En el proceso de infección por el VIH no es lo más común, sino la aparición de manifestaciones ansiosas, que popularmente se conoce como nerviosismo. Estas manifestaciones ansiosas aparecen después del diagnóstico o por diversos eventos en las diferentes áreas de interacción del paciente. Estas manifestaciones ansiosas desaparecen o se minimizan, una vez que el paciente se sobrepone a la causa que la originó (Ej. Impacto del diagnóstico. Aprender a vivir con el VIH, etc.), o esta causa desaparece(Tratamiento de una enfermedad oportunista, rechazo familiar, escolar o laboral, etc.) Manifestaciones ansiosas El paciente con manifestaciones ansiosas se muestra inquieto, intranquilo, con miedo al presente, pasado o futuro. Aprensión e incertidumbre. Respiración rápida y superficial, pudiendo llegar a la alcalosis. Disnea, disfonía, tos, taquicardia, palpitaciones, dolor precordial, náuseas, vómitos, diarreas, hambre o sed insaciable, poliuria, sudoración de manos y pies, disminución o pérdida del deseo sexual, etc. Manejo del paciente con manifestaciones ansiosas 1. Propiciar que el paciente exprese libremente sus experiencias, temores y angustias de la situación vivida, proporcionándole hábilmente una visión objetiva de su situación real, apoyo y las posibilidades que para él aún existen. 2. Como la infección por VIH es una situación irreversible, así como la necesidad de cuidar la salud, tomar tratamiento, etc., se debe tratar objetivamente la situación proporcionando un nuevo enfoque. 3. Tratar de que comprenda que por difíciles que sean las situaciones debe enfrentarlas y no huir de ellas. 4. Explorar la información que posee sobre VIH/SIDA, proporcionando la necesaria. 5. Reincorporarlo a su medio y laboralmente en el menor tiempo posible. 6. Explorar los recursos de que dispone el paciente para la solución del conflicto y de otros conflictos que con seguridad se le presentarán. Orientarlo en este sentido. Depresión • • • • • El síndrome depresivo constituye uno de los grandes síndromes de mayor importancia en el diagnóstico psiquiátrico. Su elemento esencial es la tristeza que puede llegar a un nivel neurótico o a un nivel psicótico, constituyendo entonces una enfermedad depresiva (depresión endógena) En el proceso de infección por el VIH no es lo más frecuente, sino aquella depresión que surge como reacción a diferentes vivencias (depresión reactiva) Estas vivencias ocasionan un malestar depresivo, con frecuencia son conmociones que se sufren como golpes del destino, pueden generar sentimientos de culpa. La reacción depresiva en este caso no constituye una enfermedad. El paciente con estado depresivo se siente triste, desanimado, disminuye la capacidad para concentrarse, indecisión, hay pérdida de interés por aquellas cosas que antes le interesaban. Pueden existir pensamientos oscuros, pesimistas y en el caso del diagnóstico se asocia la seropositividad con la muerte. La mirada puede parecer apagada, sin brillo y la postura del cuerpo impresiona carente de energía. Pérdida del apetito y dificultades en el sueño. Hay pacientes deprimidos que lloran mucho, pero las lágrimas por sí solas no son pruebas de una depresión. La emoción en este caso negativa que se descarga a través de las lágrimas alivian, ya que disminuyen la tensión emocional y por lo tanto son beneficiosas. Manejo del paciente con estado depresivo 1. Integrar la infección por VIH y sus consecuencias en otras esferas, a la vida personal, encontrando nuevos contenidos. 2. No proponerse objetivos inalcanzables. 3. Reanudar actividades sociales y laborales. 4. No culparse a sí mismo por estar deprimido. 5. Intentar estar en compañía de otras personas, aunque lo que desee sea estar solo 6. Mantenerse activo lo más posible. 7. Cuidar de la higiene personal, baño diario, ropas limpias preferiblemente de colores claros. 8. Desplazar el pasado a un segundo plano con nuevos proyectos y esperanzas. 9. Los pensamientos oscuros forman parte del proceso y acabarán marchándose. 10. Hay pacientes con tendencia a la depresión, pudiendo reaccionar más intensamente. 11. Prever que el paciente puede refugiarse en algún vicio nocivo para la salud como el alcoholismo y el tabaquismo, pudiéndose convertir en un hábito. Lo más frecuente es el síndrome ansioso-depresivo, es decir, que aparezcan manifestaciones ansiosas y depresivas a la vez. La familia de la persona con VIH/SIDA El rol de la familia en el proceso de infección por VIH/SIDA es de vital importancia. La persona con VIH que recibe apoyo familiar y estímulo de su familia logra adaptarse con mayor facilidad a su nueva condición, enfrentarse a pérdidas, adaptarse a los cambios en el estilo de vida más favorecedores y proseguir la vida, realizando actividades productivas que le proporcionen bienestar. Ante un diagnóstico de VIH/SIDA las reacciones de las personas son diversas, algunos pacientes buscan primero a sus familias para lograr apoyo y luego a los miembros del equipo profesional, otras personas prefieren dejar a la familia al margen y prefieren confiarlo a un amigo o a la pareja. Estas reacciones dependen mucho de la funcionabilidad de la familia. A la vez los miembros de la familia tienen sus propias reacciones en dependencia de los códigos de la misma y a los mitos y creencias que muchas veces deberán de enfrentar. La mayoría de las familias terminan por aceptar, adaptarse y apoyar a su familiar. Las familias tienen diferentes estilos y estrategias para afrontar y manejar las crisis familiares. Una familia funcional tiende a ser más flexible, puede priorizar los problemas familiares, tienen patrones de comunicación más eficientes, valora los derechos y las ideas de cada miembro de la familia y logran estabilizarse en un período más breve. La familia en este caso ayuda al paciente a enfrentar con soluciones objetivas su nueva condición e incluso en las personas más jóvenes a alcanzar su desarrollo profesional. Otras familias son más vulnerables a las crisis y pueden experimentar conflictos y rupturas continuas, exacerbando la tensión. Una familia disfuncional reduce el potencial del paciente, sobreprotegiendo y realizando un control excesivo. Otras pueden llegar a culpabilizar y rechazar a la persona y pueden sentir ira, ansiedad, depresión y un gran temor que se conozca la seropositividad de su familiar. El apoyo profesional a la familia es importante y sobre todo en el caso de las familias disfuncionales, proponiendo soluciones alternativas, solución de problemas y hacer adaptaciones en el estilo de vida. Las amenazas que puede enfrentar la familia y que influyen negativamente en el proceso de adaptación del paciente entre otras son las siguientes: 1. Negación de la seropositividad y de la situación que se está viviendo. 2. Sentimientos de culpa. 3. Miedos al enfrentamiento social y que el seropositivo sea rechazado. 4. Tendencia a la sobreprotección. 5. Rechazo manifiesto o encubierto. 6. Cuando se asocia la homosexualidad con la infección por VIH, llegándose en ocasiones a sentir mayor preocupación y sentir vergüenza por la homosexualidad que por la propia enfermedad. 7. Ira y resentimientos hacia el familiar. 8. Pensamiento que la seropositividad es reversible, o es un error, acudiendo a realizar acciones mítico-mágicas-religiosas. 9. Cuando los miembros de la familia tienen pensamientos opuestos. 10. Imposición de planes y creencias sin considerar los intereses y metas del seropositivo. La ayuda terapéutica se basará en los siguientes aspectos: 1. Proporcionar información sobre VIH/SIDA a la familia. 2. Ayudar a la familia a una comunicación positiva con el seropoitivo y el equipo de Salud. 3. Ayudar a la familia a encontrar intereses y realizar actividades comunes que estimulen la comunicación y dinámica familiar. 4. Buscar alternativas para mejorar la calidad de vida del seropositivo y de la familia en general. 5. Buscar apoyo de la familia en el cuidado de la propia salud del seropositivo, y cumplimiento de las indicaciones médicas. Las personas con VIH/SIDA escriben En busca del tesoro escondido La clave de cuanto depende la supervivencia de una persona con SIDA no es difícil encontrarla y va más allá de lo que haga el especialista. ¡Usted ha sido diagnosticado con SIDA!, es a veces lo primero que escuchamos y muchos tenemos ya cierta sospecha porque tuvimos un comportamiento sexual comprometedor y no por eso deja de dolernos, ¿si no nos hubiéramos arriesgado? Y nos agobia el pesar y la incertidumbre. Sin embargo, no podemos convertirnos en unos sujetos pasivos, tenemos que convertirnos en agentes activos de nuestra propia problemática. Tomar decisiones importantes en la vida relacionadas con la pareja, con la familia, el tratamiento y atención médica e incluso con la alimentación, por lo que estamos obligados a conocer al menos lo básico sobre la enfermedad. En los años 90 la bibliografía disponible para personas con VIH/SIDA era escasa y se contaba fundamentalmente con alguna que otra revista que llegaba a veces de vez en vez. Hoy las personas con VIH/SIDA tienen manuales con información valiosa y variada y muchos tratan de tener a mano información muy actualizada de carácter científico. Preguntar, debatir es fortalecer nuestro potencial que al final nos ayudarán a tomar decisiones muy importantes. Discutir con nuestro médico, preguntarle qué es mejor, hablar con el dietista, preguntarle qué es mejor, hablar con el psicólogo y preguntarle qué es mejor, constituyen el tesoro que está y que tenemos que saber cómo encontrarlo. La clave es vida, sobrevivencia, no tomar nunca decisiones sin consultar y analizar, no cambiar regímenes establecidos de calidad de vida por nada. Por mi ciudad El Valle de Yumurí ¡CONTÁCTANOS! Correo: [email protected] [email protected] Teléfono: 284116 de 8:00 AM a 4: 00 PM Centro Provincial ITS/VIH/SIDA -Teléfono: 243514 de 8:00 AM a 4: 00 PM Se encuentra rodeado por montañas de poca elevación y lo surca el río que le da nombre: Yumurí. Su serena belleza ha sido musa de poetas, músicos y pintores. Goza la fama de ser uno de los panoramas más hermosos de Cuba. En él se encuentra una de las elevaciones más famosas de nuestro país conocida popularmente como el Pan de Matanzas o también como La india acostada, por su forma característica. El Valle de Yumurí puede ser contemplado en todo su esplendor desde la Ermita de Monserrate, enclavada en esas alturas, dando fe de las tradiciones catalanas en nuestra tierra desde 1875 y hasta nuestros días. Colaboración de la Oficina del Historiador de la Ciudad