Ayudar a Su Adolescente a Pensar de Manera Constructiva Sobre Su Rendimiento Académico Por: Amanda Durik Por supuesto, los estudiantes se evalúan a sí mismo en base a si les va bien o mal en la escuela, pero también consideran el porqué de las calificaciones que reciben. En otras palabras, los estudiantes elaboran razones por las cuales su rendimiento es alto o bajo. Por lo general dos tipos de explicaciones emergen (Dweck & Leggett, 1986). Un tipo de explicación se enfoca en la habilidad. Por ejemplo, un estudiante que obtiene una A en un examen pueden pensar, “Wow, obtuve una A porque soy muy inteligente.” El otro tipo de explicación se enfoca en el esfuerzo. Por ejemplo, un estudiante que obtiene una A en un examen puede pensar, “Wow, obtuve una A porque estudie bastante.” Ambos abordajes proveen una explicación para el rendimiento y cuando este es bueno, parece haber poca diferencia el explicar el rendimiento en términos de habilidad o en términos de esfuerzo. El explicar un alto rendimiento en términos de habilidad puede simplemente parecer al menos en la superficie, un cumplido para el estudiante. Sin embargo, el pensar el rendimiento en términos de habilidad es un arma de doble filo. Cuando los estudiantes tienen un bajo rendimiento, el pensar el rendimiento en términos de habilidad puede ser dañino (Dweck & Leggett,1986). Por ejemplo, luego de perder una prueba, el estudiante puede pensar, “Me fue mal porque simplemente no soy lo suficientemente listo.” Un estudiante que arriba a esta conclusión no solamente se siente mal, pero también tiene muy poco deseo de realizar un mejor intento a futuro. En otras palabras, los estudiantes que explican el rendimiento en base a la habilidad pueden sentirse incapaces de mejorar su rendimiento en el futuro – si se trata solamente de habilidad, ¿entonces porque si quiera intentarlo? Por el otro lado, luego de perder una prueba, un estudiante puede pensar en su lugar, “Wow, probablemente me hubiese ido mejor en esa prueba si hubiese estudiado más.” Esta explicación puede ayudar al estudiante a enfocarse en sus estrategias de estudio y mejorar su rendimiento para la próxima prueba. Los padres pueden ayudar a sus hijos a pensar el rendimiento en términos de esfuerzo mediante las cosas que les dicen a sus estudiantes. Luego de que su estudiante obtiene una buena calificación en una prueba o tarea, en lugar de decir, “Wow, ¡eres tan listo!” diga, “Wow, ¡debes haber trabajado muy duro!” De similar manera, si su estudiante obtiene una mala nota, en lugar de decir, “Eso es porque no eres muy bueno en esa materia,” puede decir, “Parece que necesitas realizar un mejor intento la próxima vez.” El enmarcar el rendimiento dentro del esfuerzo, con el tiempo, puede llevar al estudiante a explicar su rendimiento de manera promueva su esfuerzo y mejora continua. Por más boletines informativos como este e información sobre Collaborative Early Adolescence, visite http://www.niu.edu/cea/.