Presupuestos ante la Inflación y la Devaluación Auditoría Artículo, Julio 2007. Presupuestos Ante la Inflación y la Devaluación Por: C.P. Jesús Moreno Toribio [email protected] el aspecto de integridad de la misma, bajo una buena implantación de un control interno eficiente, que cubra todas las necesidades del ente económico y sus departamentos y que éste no presente debilidades, generando con ello caídas en su metas y, en consecuencia, estar en un riesgo de fraude. Todo esto no sólo influye sobre la economía como un todo, sino que tiene un fuerte impacto sobre la actividad empresarial. A continuación se hace un análisis de algunos de los aspectos en que se ven más afectados por la mala determinación de un presupuesto y por deficiencias de control interno con base a la inflación y una posible devaluación no esperadas. La evaluación de proyectos La empresa ante la inflación y la devaluación Tanto la inflación como la devaluación tienen una serie de implicaciones sobre el sistema económico y, en consecuencia, sobre las personas y las empresas. Mencionaremos ahora algunos aspectos específicos con los que se ven afectados en forma directa por las variables citadas. Por lo antes expuesto, es importante que las empresas conozcan de qué modo la inflación y la devaluación las pueden favorecer o desfavorecer según sea el caso. Efectos de la inflación y descanso en sus presupuestos y control interno establecido Anteriormente se dijo que la inflación podía afectar a la economía de distintos modos: merma el poder adquisitivo del dinero, puede favorecer a los acreedores si los deudores han previsto una inflación inferior, genera algunos costos administrativos, distorsiona la toma de decisiones, afecta las inversiones productivas, afecta la balanza de pagos y distorsiona el orientador del mercado. Es importante mencionar que, en la época actual, no existe inflación considerable en nuestro país y esto nos lleva a considerar de manera relevante para las empresas el uso de presupuestos proyectados con fines alcanzables y logros esperados, pero antes de proyectar la vida de económica de una empresa se debe de considerar La inflación incide sobre los flujos de efectivo de un proyecto y sobre la tasa de descuento requerida por la empresa, así la inflación distorsiona las decisiones en la elaboración del presupuesto de capital. La principal razón es que los cargos por depreciación se basan en el costo original del activo y no en el costo de reposición. Con la inflación la utilidad aumenta y una parte creciente es gravada, así que los flujos en términos reales disminuyen. Los presupuestos de una empresa deben de estar basados en perspectivas de inflación y posibles devaluaciones, lo cual puede afectar en mayor o menor intensidad a los flujos de efectivo, dependiendo de la naturaleza de éstos. Así, la inflación podría afectar más a los precios de venta, o bien, a los costos. El empresario, generalmente, combate la inflación tratando de disminuir los costos y manteniendo precios competitivos, pero no puede hacer nada en contra de la inflación generalizada en la economía, y en consecuencia sus flujos de caja podrían ser, en términos reales, cada vez menores por la pérdida del poder de compra del dinero. De ese modo, la inflación incentiva las inversiones con recuperación rápida y que requieran una menor inversión de capital; por otro lado, las devaluaciones no contempladas o controladas generan un deterioro en la economía de la empresa, motivo por el cual se deben de ver las inversiones y tomar las decisiones basados en presupuestos controlables y con expectativas alcanzables. © 2007 Castillo Miranda y Cía., S.C., la firma Mexicana miembro de Horwath International. www.castillomiranda.com.mx 1 El contenido de esta publicación es de carácter general. Si desea obtener mayor información, por favor contacte a nuestros especialistas. Presupuestos ante la Inflación y la Devaluación Es necesario, entonces, ajustar tanto los ingresos como los costos y gastos de acuerdo con una tasa de inflación para cada uno, según se estime que éstos van a variar y, adicionalmente, contemplar, en su momento, los efectos devaluatorios esperados para que el flujo con base en los presupuestos basados en un control interno confiable muestren objetivos alcanzables, y que la toma de decisiones de los empresarios sea real y con visión de desarrollo y logro a futuro; de tal manera que no se piense, en ningún momento, en el fracaso o la quiebra de su negocio. momentáneas, para lo cual es necesario verificar que no se debilite con dichos cambios. Como resulta evidente, la inflación y la devaluación desaniman la inversión, ya que se disminuyen los beneficios reales y las posibilidades de aumentar la productividad de la empresa. La productividad La inflación en términos reales y la devaluación pueden afectar no sólo las actividades productivas sino también la productividad de una empresa. Así, la inflación y la devaluación tienden a promover las actividades poco productivas, de corto plazo y especulativas, y desestimula las actividades productivas de largo plazo. Además, la empresa sufrirá distintos efectos según sea la combinación de los distintos factores productivos que emplee con inflaciones agresivas o devaluaciones inesperadas. De ese modo, las variaciones relativas de los costos salariales, los costos de los bienes de capital, etc., podrían hacer que se tenga que modificar la asignación de recursos original, ya que, de acuerdo con las nuevas condiciones, tal vez deje de ser la óptima. En la medida que los precios específicos de los diferentes factores aumentan en forma distinta, algunos equipos podrían resultar obsoletos, un equipo que es considerado el ideal para cierto nivel salarial podría no serlo para un nivel superior. También, las variaciones en la demanda pueden provocar la obsolescencia de alguna maquinaria y equipo, ya que un conjunto de máquinas podría ser el mejor para cierto nivel de producción y dejar de serlo por el aumento en los costos para un distinto nivel de producción. Los presupuestos pueden tener las variantes anteriores en términos de proyección esperada debido a que cuando la inflación es incontrolable o cuando se tiene una devaluación inesperada, los cambios son tan drásticos que en ocasiones las empresas deben de ajustarlos de manera inmediata, y si las empresas no están preparadas para ello (protegidas mediante pólizas de coberturas o instrumentos financieros) pueden llegar a la quiebra o su rentabilidad estaría en riesgo de una caída incontrolable. En este sentido, el control interno establecido, si es confiable, tendría que requerir ajustes de sobrevivencia de tal manera que no afecten el desempeño de sus necesidades La contabilidad de la empresa El dinero, como unidad de cuenta, proporciona grandes ventajas, ya que sirve para registrar, resumir, controlar y comparar transacciones económicas. Pero todos estos beneficios se ven sumamente mermados cuando su valor no es estable, es decir, cuando la inflación o una devaluación carcomen su poder adquisitivo. Esto provoca que a lo largo del tiempo no se disponga de una unidad de medida homogénea, ya que, en ese sentido, se tiene una unidad distinta para cada período. Esto, además, distorsiona el papel de la contabilidad como medio de obtener información suficiente y oportuna para la adecuada toma de decisiones. Es necesario que los estados financieros consideren esas variaciones del poder de compra de la moneda, ya que, de otro modo, carecerán de significación real. Es vital que la información contable sea verdadera, ya que de ser falsa conducirá a tomar decisiones equivocadas y, por consiguiente, frustrará los objetivos planteados y presupuestados por la dirección. De ese modo, se puede citar una serie de situaciones en las cuales la información que proporciona la contabilidad será sesgada por causa del efecto de la inflación y/o devaluación. Por ejemplo, al fijarse el precio de venta de los productos en función del costo histórico de los mismos, se arriesga la reposición de existencias al experimentar aumento en sus precios. Por otro lado, la inflación y/o devaluación deforman los estados financieros, así la contabilidad tradicional deja de ser significativa al no considerar la erosión que se produce sobre el patrimonio y los resultados económicos. Así pues, los costos de ventas que se registran son inferiores a los verdaderos, al valorarse las compras © 2007 Castillo Miranda y Cía., S.C., la firma Mexicana miembro de Horwath International. www.castillomiranda.com.mx 2 El contenido de esta publicación es de carácter general. Si desea obtener mayor información, por favor contacte a nuestros especialistas. Presupuestos ante la Inflación y la Devaluación y los inventarios a su costo histórico. El problema es mayor en empresas con baja rotación de inventarios. El hecho de mostrar en la información contable resultados ilusorios puede llevar a decisiones erróneas. Por otro lado, la contabilidad tradicional no registra las pérdidas que se generan por el mantenimiento de activos monetarios, dada su pérdida del poder de compra. Además, el reparto de dividendos, de acuerdo con la contabilidad convencional, no garantiza la conservación del poder adquisitivo de los recursos invertidos por los accionistas. Por todo lo anterior, se puede decir que en situaciones de inflación y devaluación es imperiosa la necesidad de ajustar la contabilidad convencional, de modo tal que ésta esté expresada en términos homogéneos, y por ende, sea comparable a través del tiempo. En otros términos, se debe eliminar el efecto distorsionador del incremento generalizado de los precios, ajustando, lo más posible con términos reales, las metas y objetivos esperados con los presupuestos acordes a la realidad. Todo esto lleva a las empresas a endeudarse en tiempos de inflación o devaluación, sobre todo si los préstamos concedidos a la empresa se fijan en términos monetarios, ya que la empresa los devolverá en moneda depreciada, obteniendo una ganancia monetaria por estar endeudada, sin embargo, esto en la actualidad no sucede ya que las instituciones bancarias con sus contratos normalmente se protegen y evitan que sus recursos generen pérdidas. Las empresas pueden tomar algunas medidas de prevención como reducir los plazos de cobro, pues conforme sean más bajas las cuentas por cobrar menor será la pérdida monetaria y se tendrá mas poder adquisitivo de compra. Contrariamente conviene aumentar el plazo de pago a proveedores, ya que se podría obtener alguna ganancia monetaria como por el efecto del apalancamiento financiero, sin embargo, esto no sucede al contraer pasivos en moneda extranjera, los cuales se deben de liquidar al tipo de cambio vigente al momento del pago. Es importante que, en los presupuestos de una empresa, se contemple el análisis financiero empleando razones financieras donde se vea el efecto esperado con los flujos de los presupuestos, mediante el cual le permita a la empresa afinar su presupuesto y tener una visión a futuro solventable y/o redituable para sus accionistas. Los impuestos La situación financiera y el análisis financiero La situación financiera de la empresa se afecta por causa del aumento constante de los precios, así una empresa podría verse afectada en mayor o menor medida, esto según sea su solvencia; si posee pocos recursos propios, su continuidad se verá más dificultada. En otro sentido, podría mantener el precio de sus productos, por decisión de la propia empresa o por control gubernamental, lo cual contribuirá a una reducción del margen, disminuyéndose las posibilidades de crecimiento, y podría llegarse, incluso, a una falta de liquidez por falta de recursos. Además, las medidas por parte de las autoridades económicas del país contra la inflación o devaluación suponen una mayor dificultad en la gestión de la empresa, como lo han sido los controles de precios, las restricciones al crédito, los aumentos de tasas de interés, la mayor presión fiscal, etc. Como se mostró anteriormente, los impuestos sobre las utilidades crecen en forma desproporcionada en períodos inflacionarios o devaluatorios, lo cual provocará una descapitalización gradual de la empresa y una disminución de su capacidad productiva, y a la vez le podrían generar algunos problemas de liquidez. Esto se da porque la tasa real de impuestos llega a ser mayor que la tasa impositiva nominal, y en consecuencia se efectúa un pago de impuestos excedido, además del reparto excesivo de beneficios. Se podría decir que el Estado obtiene un beneficio de la inflación, al gravar a tasas reales superiores a las nominales. La toma de decisiones El empresario debe tener en su poder información suficiente y válida para la adecuada toma de decisiones, lo cual implica conocer en todo momento cuál es la posición financiera de la empresa, su situación en lo comercial, industrial, etc. Todo esto lleva a una correcta planeación para conseguir los distintos objetivos planteados y, así, poder plantear políticas eficientes y eficaces en las © 2007 Castillo Miranda y Cía., S.C., la firma Mexicana miembro de Horwath International. www.castillomiranda.com.mx 3 El contenido de esta publicación es de carácter general. Si desea obtener mayor información, por favor contacte a nuestros especialistas. Presupuestos ante la Inflación y la Devaluación diferentes áreas de su accionar, es decir, políticas financieras, de crédito y cobros, de inventarios, etc. Pero cuando se está en presencia de inflación o devaluación toda esa labor descrita se vuelve más compleja e incierta. En este sentido, la gerencia debe desarrollar la habilidad de tomar medidas presupuestarias que contrarresten las consecuencias negativas de los problemas que se generen por dichos efectos y poder tomar decisiones acertadas, aún en una situación de inestabilidad e incertidumbre como lo es este tipo de periodos incontrolables. Efectos de la devaluación Del mismo modo que la inflación incide sobre las actividades de una empresa, en algunos casos en beneficio y otros en perjuicio, la devaluación de la moneda nacional también la afecta positiva o negativamente. Tanto el sentido como la magnitud del efecto dependen del tipo de empresa, de sus actividades y de qué tan sensible sea a la exposición al riesgo cambiario. La devaluación genera una situación de inestabilidad y de incertidumbre, ante la cual la gestión empresarial se vuelve más complicada y la toma de decisiones se torna en un proceso que debe prever una serie de variables, muchas de ellas ajenas al control de la empresa. Riesgo de cambio: riesgo de devaluación El riesgo de cambio surgió en la década de los 70's, cuando se abandonó, definitivamente, la paridad oro de las monedas y se permitió que éstas flotaran. De ese modo, sus precios con respecto a las otras monedas tenían la posibilidad de fluctuar, según fueran las condiciones del mercado de divisas y la situación de la economía. Así como anteriormente se expuso lo que sucede ante la inflación, la devaluación también le resta validez a la contabilidad tradicional, dificultando la planeación, la toma de decisiones, el análisis financiero, la evaluación de proyectos, aumentando las necesidades de financiamiento, mermando la rentabilidad y la productividad, etc. Todos esto efectos varían de empresa a empresa, es decir, el efecto de la devaluación no es uniforme, afectará a aquellas empresas que tengan mayor relación con el sector externo de la economía y que tengan menor capacidad para reaccionar ante estas situaciones. Cabe destacar que el análisis de las situaciones de devaluación normalmente es más complejo, ya que en la mayoría de los casos se ve acompañado de un proceso inflacionario, que, generalmente, le precede. Así que la gestión empresarial, en estas condiciones, es mucho más compleja ya que el número de variables en consideración aumenta conforme más realista se quiere hacer el análisis. Algunos puntos destacables 1. Las empresas modernas se enfrentan a un entorno cada vez más cambiante, inestable y complejo, en el cual sobrevivir depende de su habilidad para adaptarse y aprovechar sus ventajas y las oportunidades que se le presenten. 2. Las organizaciones, en la actualidad, no pueden dejar de tomar en cuenta los diferentes acontecimientos que ocurren en su entorno político, legal, económico, socio-cultural, tecnológico, tanto a nivel nacional como internacional. 3. Aunque las teorías clásicas de la administración concedieron poca importancia al entorno, luego, con la aparición del enfoque sistémico y otras teorías y planteamientos recientes, se ha reconocido la relevancia que tiene el ambiente para la dirección de la empresa en la actualidad. 4. El entorno o ambiente externo está compuesto por una serie de elementos que se encuentran fuera del control de la empresa, dentro de ellos el entorno económico. Los principales aspectos que el diagnóstico económico requiere en este sentido se pueden resumir en cinco bloques: 1. Nivel de actividad económica y utilización de los recursos productivos. 2. Comportamiento de las relaciones externas. 3. Comportamiento de las finanzas públicas. 4. Comportamiento de las variables monetarias y financieras. 5. Comportamiento de los distintos niveles de precios. 5. El análisis de razones financieras se ve fuertemente afectado, ya que se da un aumento ficticio en las razones de eficiencia, rentabilidad y solvencia, mientras que afecta en sentido inverso a las razones de liquidez. 6. El proceso de toma de decisiones se ve afectado por la distorsión ocasionada sobre © 2007 Castillo Miranda y Cía., S.C., la firma Mexicana miembro de Horwath International. www.castillomiranda.com.mx 4 El contenido de esta publicación es de carácter general. Si desea obtener mayor información, por favor contacte a nuestros especialistas. Presupuestos ante la Inflación y la Devaluación 7. 8. 9. 10. la información contable y la incertidumbre presente en el entorno. Así, el uso de información sesgada puede llevar a graves errores, lo cual recalca la necesidad de usar técnicas que permitan ajustar la información presupuestaria. La posibilidad de que en algún momento futuro se dé una devaluación de la moneda nacional genera que las empresas se vean expuestas al riesgo de cambio, el cual se da en tres niveles básicos: el contable, de los flujos y el económico. Al considerar los tres se obtiene una adecuada visión de qué tan vulnerable es la empresa ante una eventual devaluación. La devaluación también distorsiona la información contable, afecta el análisis financiero, la planeación, la toma de decisiones, etc., fundamentalmente por la inestabilidad y la incertidumbre que provoca. Las empresas que poseen deudas en moneda extranjera o que importan insumos o productos terminados, son las que se encuentran más fuertemente expuestas al riesgo de cambio, sobre todo si no producen bienes exportables. Al contrario las empresas exportadoras se verían beneficiadas de tal situación, más aún si no importan sus insumos ni tienen obligaciones en moneda extranjera. Las empresas pueden ajustar la información para medir el impacto de la devaluación y poder así tomar decisiones más acertadas. Algunas recomendaciones 1. La gerencia moderna debe tener en consideración los diferentes sucesos del entorno, aprender a adaptarse al cambio y desarrollar la habilidad de convertir las situaciones desfavorables en oportunidades que le suministren ventajas para competir. Así, la empresa debe dedicar esfuerzos y recursos para estudiar su entorno, en los diferentes niveles que éste presenta, analizar qué elementos de ese entorno le 2. 3. 4. 5. 6. afectan y con qué intensidad, y cómo reaccionar ante ellos. La empresa debe reconocer la importancia del análisis del entorno económico y ser consciente de que las variaciones en el nivel de precios y en el tipo de cambio le afectan en forma significativa, tanto a nivel empresarial como de toda la economía. En tiempos de inflación, se deben ajustar las cifras obtenidas en los presupuestos de capital para considerar tanto la inflación como la devaluación, para que se puedan deflatar los flujos, y entonces analizar la conveniencia de la realización de un proyecto en términos reales. El análisis financiero también debe ser desarrollado usando términos reales, ya que los estados financieros se distorsionan ante los efectos de la inflación y la devaluación. Así se combatirá la posibilidad de llegar a falsas conclusiones acerca de la rentabilidad, la eficiencia, la solvencia y la liquidez de la empresa. La empresa puede adoptar algunas estrategias para mitigar el impacto de la inflación y devaluación, como son: el aumentar su nivel de endeudamiento, alargar los períodos de pago a proveedores, disminuir los períodos de cobro, entre otras. De igual modo la organización podría buscar algunos mecanismos para protegerse del riesgo cambiario. La empresa debe efectuar un análisis detallado de su exposición al riesgo cambiario y evitar aquellas situaciones en las que éste sea más alto, como son: el estar endeudado en moneda extranjera o requerir la importación de insumos sin poseer algún ingreso en moneda extranjera o activos revaluables denominados en moneda extranjera. Los encargados de la dirección de las empresas deben estar suficientemente capacitados para considerar los efectos adversos de la inflación y la devaluación, incluso poder preverlos, a la vez que se tenga la capacidad de tomar las medidas oportunas para enfrentar tales situaciones. Esto requiere actualizarse y estudiar continuamente el entorno y sus relaciones con la empresa. El C.P. Jesús Moreno es gerente de auditoría de Horwath Castillo Miranda, Guadalajara. ### © 2007 Castillo Miranda y Cía., S.C., la firma Mexicana miembro de Horwath International. www.castillomiranda.com.mx 5 El contenido de esta publicación es de carácter general. Si desea obtener mayor información, por favor contacte a nuestros especialistas.