REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 18, No. 1.2001 PRINCIPIO DE INTERIORIZACIÓN: ¿DIALÉCTICA DE LO EXTERNO Y LO INTERNO? Rogelio Bermúdez Sarguera, Centro de Estudios de la Educación Superior, UNAM1 Marisela Rodríguez Rebustillo, Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana2 RESUMEN El trabajo científico que presentamos tiene como objetivo valorar el principio de interiorización sobre la base de determinadas posiciones lógicas y psicológicas que subyacen a la relación de lo interno y lo externo. A nuestro juicio, ei denominado principio de interiorización ha constituido un postulado poco probable para explicar la dialéctica del desarrollo del psiquismo. En consecuencia, pensamos que múltiples investigadores, apoyados en la idea del paso de lo externo a lo interno y, por lo tanto, tratando de hacer corresponder el hecho psíquico a este presupuesto, no han hecho más que alejarse de los dictados de la Dialéctica como ciencia. Es por ello que nos detenemos en el análisis de algunos resultados investígateos obtenidos por epígonos del enfoque histórico-cultural. Palabras clave: psiquismo, Dialéctica de lo interno y lo externo, enfoque histórico-cultural. ABSTRACT The objective of the scientific work that we present is to evaluate the principle of interiorization on the basic of determined epistemological and physichological positions that underlie the relation of the internal and the external. By our judgement, the denominated principle of interiorization has constituted a probability to explain the dialectic of the development of the psychism. Consecuently, we think that multiple researchers, based on the idea of the external giving way to the internal and, therefore, trying to make the psychic fact correspond to this presupposition, have accomplished nothing more than draw away from the dictates of the Dialectic as a science. For this reason, we stop in the analysis of some investigative results obtained by the follower of the historic-cultural focus. Keywords: DESARROLLO La expresión más nítida y, al mismo tiempo, más controvertida del carácter dialéctico de cualquier relación bipolar se halla en la unidad de lo externo y lo interno aplicada a la formación y desarrollo de la psiquis como objeto de estudio de la Psicología. Múltiples han sido los autores que se han detenido en hallar la argumentación suficiente que explique la relación categorial de lo psíquico, io interno y lo externo. Algunas de las aproximaciones a dicha razón las podemos hallar en las obras de Vigotsky, S.L. Rubinstein, A.N. Leontiev, L.I. Boshovich, F. González Rey y D. González Serra, entre otros. Asumiendo como problemática la dialéctica de lo externo y lo interno y su relación con el objeto de estudio psíquico, cabría preguntarse: a) ¿Qué considerar interno (o externo) con respecto a lo psíquico? b) Si los contrarios dialécticos se engendran el uno al otro, ¿es probable que lo externo devenga interno y viceversa, bajo la óptica lógica y psicológica? c)¿Cuán legitima es la idea de un antes y un después en el análisis de la existencia y el funcionamiento de lo psíquico? d) ¿Es posible concebir lo interno sin lo externo, o viceversa? Las tesis que podrían servir de respuestas a estas preguntas, deben ser defendidas bajo la égida del enfoque dialéctico que ha de permear cualquier punto de vista que sobre el particular se aborde. A nuestro modo de ver, es poco probable aproximarnos correctamente al problema planteado, si antes no tomarnos como axiomática la idea de la coexistencia de lo externo y lo interno, los cuales se engendran simultáneamente y dentro de una misma relación. Ley genética general del desarrollo cultural En conformidad con la ley genética general del desarrollo cultural postulada por L.S. Vigotsky, según la cual "...cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece en escena 2 veces, en 2 planos: primero entre la gente, como una categoría interpsíquica, después, dentro del niño, como una categoría intrapsíquica", no cabe más que preguntarse si el destacado pensador bielorruso omitía intencionalmente la dialéctica en esas ideas o verdaderamente admitía el hecho de que "las funciones se construyen primero en el colectivo, en forma de relaciones entre los niños; después, se 'e-mail: [email protected] e-mail: Ibidem 2 69 convierten en funciones psíquicas de la personalidad". Esta tesis vigotskyana define el conocido principio de interiorización. (Vigotsky, 1987, p. 161) Estar de acuerdo con dicho principio, según ei cual tiene lugar el paso de la operación externa o la interna, o lo que es lo mismo, que lo que primeramente fue extemo después devieno interno, es, en última instancia, convertir en aporfa psicológica una problemática ya resuelta por la Filosofía Dialéctica. En principio, admitir el principio de interiorización es aceptar, consecuentemente, la funcionalidad de un principio de exteriorización. De modo tal, que lo que está afuera se traslada al interior, mientras que lo interno se exterioriza. Tratemos de responder a la pregunta siguiente: ¿lo que está afuera, exteriorizado, estuvo o está teniendo lugar ahora mismo adentro? En nuestra opinión, y es esa justamente la tesis que queremos defender, el plano externo de lo psíquico tiene sentido porque de manera simultánea a él coexiste el plano interno. De tal suerte que aquello que ocurre en el plano externo de la ejecución personal del individuo, del sujeto o de la persona, es porque también está teniendo lugar dentro de este. Lo específicamente desafortunado del concepto de interiorización reside en dejar una brecha en la concepción ineludiblemente dual de lo interno y lo externo. Tras él se percibe la pérdida de la unidad de los contrarios con el subsiguiente cuestionamiento de la temporalidad de los procesos de interiorización y exteriorización. Desde el mismo momento en que el niño manipula el objeto, ya dentro están ocurriendo procesos de análisis, síntesis, comparación, etc. ¿Quién dirige su mano, sino es el propio niño? No negamos que el adulto condiciona sus ejecuciones, le proporciona el objeto, le propicia modelos de acción, ejecuta acciones paralelas a las de él, digamos, al llevarle la mano a la boca, etc., pero todo ello tiene inexorablemente un sustento en el plano interno de lo psíquico en el niño. La acción no es la parte externa de lo psíquico, ni la interna. Toda acción, como toda operación, es y será siempre psíquica, pues no puede ser que el niño ejecute con sus manos aquello que su cerebro no esté ordenando en ese preciso instante. Lo interno y lo externo es solo la forma que adquiere el objeto psíquico al manifestarse, pues el contenido es siempre el mismo - psíquico - que se expresa tanto en un plano como en el otro en el mismo instante. Permítasenos una pequeña disgresión. Para nadie ha de ser un secreto que la Psicología no es únicamente un campo del saber científico, sino también y, ante todo, un modo de vida. Esto último ha condicionado, sin dudas, el tratamiento pseudo-conceptual de lo psíquico, lo cual se advierte tras determinados referenciales pseudofilosóficos y pseudo-psicológicos que han ido cristalizando como patrimonios preconceptuales de esas ciencias. Dan fe de lo dicho, las expresiones siguientes: a) lo interno es el contenido de lo psíquico; b) lo interno es la escencia; c) lo psíquico es lo interno. Con tales premisas de base, es poco probable sostener una posición psicológica consecuente en el estudio de lo psíquico. Primero. Porque se sobreentiende que si hay dos pares dialécticos diferentes, como el par contenidoforma y el par interno-externo, es porque uno no puede reducirse al otro. Dicho de otro modo, no hacen falta dos pares de categorías para expresar la misma relación, lo que se demuestra en el ejemplo siguiente. La forma implica estructura, organización, de lo que se desprende la legitimidad de la manida expresión: "estructura interna" (de las habilidades, por ejemplo). De ahí que, por su forma, lo psíquico sea tan interno como externo. Más, por su contenido, será siempre psíquico. Segundo. Lo dicho con anterioridad es igualmente aplicable a las categorías de la esencia y el fenómeno en su relación con lo interno y lo externo. La esencia no se reduce a lo interno, pues ella también está presente en el fenómeno. Por ejemplo, existen propiedades determinantes del objeto y, por lo tanto, esenciales, que no son internas, sino externas; tai es el caso del concepto de actuación las cuales se expresan a través de las acciones y las operaciones que la identifican. Tercero. Es sólo un sofisma la ¡dea de que lo psíquico es lo interno, pues resulta imposible que lo interno de un objeto sea el objeto mismo. Lo interno a esta sala puede ser Ud. o yo, pero no la sala misma. Cabría también preguntarse: ¿qué es más psíquico, el motivo o la actividad encaminada a la satisfacción de la necesidad que subyace a él? ¿Qué es más psíquico, escribir o resumir un texto? ¿Acaso es necesario diferenciar lo que no se ve de lo que se ve para identificar lo psíquico de lo no psíquico? Si por criterio de identificación se asume lo interno, entonces tan interno es el cerebro como cualquier otro órgano del cuerpo humano, por ejemplo, el hígado. Y en ambos casos no se trata del objeto de estudio psíquico. A nuestro juicio, lo fructífero de tales preconcepciones se debe, a la división razonablemente histórica, pero científicamente inconsistente, entre la llamada Psicología subjetiva (el introspeccionismo) y la psicología objetiva (estamos aludiendo a la reflexología bejteriana y, sobre todo, el conductivismo norteamericano), cuyos objetos lo agotaba el estudio de los fenómenos de la conciencia y de la conducta observable, respectivamente. Por otra parte, para las ciencias sociales es condición primera de sus razonamiento el establecimiento estricto de sus criterios de relación. Preguntémonos: ¿lo uno engendra lo otro? Sí y No. 70 Desde el punto de vista lógica, Si; desde el punto de vista ontológico, No. Cuando el objeto se examina bajo un criterio lógico, lo uno coexiste con lo otro en la misma relación temporo-espacial, y por lo tanto, lo uno y lo otro se engendran mutuamente. Pero cuando el criterio que se esgrime es ontológico, entonces lo uno precede a lo otro, lo que no es posible psicológicamente. ¿Cómo incide lo dicho en la validez del principio de interiorización? Desde el punto de vista lógico (dialéctico), lo interpsíquico no pudo existir primero que lo intrapsíquico, como lo intrapsíquico no pudo tener lugar después de io interpsíquico. Bajo el prisma dialéctico, los contrarios sólo tienen sentido en sus relaciones mutuas, por lo que no es posible el antes ni e! después. Desde el punto de vista psicológico, este principio se hace en extremo vulnerable al admitir que la acción externa material pudo transformarse en acción interna mental, idea que defiende el enfoque histórico-cultural, concretado en la teoría de ia formación planificada de las acciones mentales y de los conceptos de P.Ya Galperin y aplicado por N.F. Talizina. Por una parte, el dominio de las formas perceptuales-motrices de comportamiento no se suceden antes de ias instrumentaciones intelectuales como realidad psíquica, pues esas formas inferiores de movimiento de lo psíquico, no engendrarán jamás sus formas superiores, hipótesis defendida por los epígonos del ya citado enfoque. Ningún objeto psíquico, cuya expresión sea perceptual-motriz puede convertirse en intelectual, por la simple razón de que responden a naturalezas bien distintas. ¿Cómo demostrar que un hábito motor se ejecute en el denominado plano interno mental? ¿Podría Ud. imaginar el serruchado en este plano? Negar los dictados del principio, puede conducirnos a la funcional conclusión de que un hábito jamás podrá devenir habilidad, como ia habilidad nunca podrá convertirse en hábito. Lo motor es tan psíquico como lo intelectual, independientemente de que aparezcan en planos distintos y no se logre seguir, en lo intelectual, la inevitable secuencia de pasos evidentes en la ejecución de las instrumentaciones motoras. Asimismo, el lenguaje externo, sonoro, tan cacareado por los defensores de ¡a teoría, no son válidos más que para formar las cadenas verbales. En la formación del concepto, léase teórico, la cadena verbal no participa más que como factor de entorpecimiento e impedimento. En una palabra, tratando de abogar por lo externo como lo determinante, el principio de interiorización no hizo más que negar ¡a dialéctica de lo interno y lo externo y, con ello, se situaba a espaldas del universo subjetivo. ¿Quién fue L.S. Vigostky, juzgado bajo el principio de interiorización? Un hombre de su época. La apología al determinismo social de la psiquis, encerrado en el principio de interiorización, es tan frágil como el principio en sí mismo, por lo que defender las condiciones de vida y educación como el factor determinante del desarrollo psíquico, de modo tal que lo externo, por un proceso de interiorización, se transforma en lo interno, sólo puede ser admitido, en Vigotsky, en el mismo sentido apologético conque la concepción materialista de la historia de C. Marx y F. Engels acentuaba el factor económico. "Frente a los adversarios - expresaba Engels en su carta a J. Bloch (1890) - teníamos que subrayar el principio cardinal que se negaba y no siempre disponíamos de tiempo, espacio y ocasión". Si alguien tergiversa nuestra tesis, diciendo que lo único determinante es el factor económico, convertirá aquella tesis en una frase vacua, vacía, abstracta y absurda". Tal era, probablemente, la misión del gran pensador ruso para la Historia de la Psicología. A titulo de conclusiones, queremos apuntar que el problema de la relación de lo interno y lo externo debe ser primeramente resuelto por las Ciencias que de una forma u otra sirven de base a la construcción teórica y metodológica de otras Ciencias. Tal es el caso de la relación de la Lógica, la Dialéctica y la Teoría del conocimiento con la Psicología. De la misma forma que la esencia y el fenómeno, la causa y el efecto, la cantidad y la cualidad, constituyen contrarios dialécticos, así lo interno y lo externo coexisten a dicha relación, de ahí que nada sea posible valorarlo como primero o después en función de lo interno o ¡o externo. REFERENCIAS LAO TSE (1991): Tao te King, Editorial Pablo de la Torriente, Ciudad de La Habana. BERMUDEZ SARGUERA, R. y M. RODRIGUEZ REBUSTILLO (1996): Teoría y metodología del aprendizaje, Editorial Pueblo y Educación, C. Habana. MARX, C. y F. ENGELS (1971): "Carlos Marx. Federico Engels", Obr. Esc. en dos tomos, T. II, Editorial Progreso. ENGELS, F. (1982). Dialéctica de la naturaleza, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana. GONZALEZ REY, F. (1989): Psicología: principios y categorías, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana. RODRIGUEZ REBUSTILLO, M. y R. BERMUDEZ SARGUERA (1998): Psicología del Pensamiento Científico, Editora Universitaria, UESPI, Teresina, Brasil. GONZALEZ SERRA, D. (1984): Problemas filosóficos de la psicología, Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana. VIGOTSKY, L.S. (1987): Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores, Editorial Científico-técnica, Ciudad de La Habana. 71