San José, 2 de julio de a.D. 2012 Muy queridos hermanos en el presbiterado: Dios es Amor y nos concede el privilegio de ser instrumentos de su amor. Ante una pregunta de un compañero, dedicamos esta cápsula al tema: EL PAPA BENEDICTO Y EL LUGAR DE LA RESERVA En la Exhortación Apostólica Post-Sinodal SACRAMENTUM CARITATIS promulgada el 22 de febrero de 2007, el Santo Padre felizmente reinante dedica el número 69 –que, de seguido, consignamos literalmente en su versión española- a la ubicación del sagrario. Una lectura de “primera vista”, es decir, sin leer entre líneas su verdadero contenido, ha dejado en algunos la impresión de que el Santo Padre está aboliendo la legislación anterior al respecto. Esto no es exacto. En realidad, lo que hace, más bien, es asumirla y reafirmarla. Es por eso que, además de consignar el texto literal, quiero compartir con ustedes un desglose del mismo y los puntos que conviene rescatar de la legislación vigente, dado que, en no pocos lugares, han sido mal aplicados. A continuación, el texto: Lugar del sagrario en la iglesia 69. Sobre la importancia de la reserva eucarística y de la adoración y veneración del sacramento del sacrificio de Cristo, el Sínodo de los Obispos ha reflexionado sobre la adecuada colocación del sagrario en nuestras iglesias.[196] En efecto, esto ayuda a reconocer la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento. Por tanto, es necesario que el lugar en que se conservan las especies eucarísticas sea identificado fácilmente por cualquiera que entre en la iglesia, gracias también a la lamparilla encendida. Para ello, se ha de tener en cuenta la estructura arquitectónica del edificio sacro: en las iglesias donde no hay capilla del Santísimo Sacramento, y el sagrario está en el altar mayor, conviene seguir usando dicha estructura para la conservación y adoración de la Eucaristía, evitando poner delante la sede del celebrante. En las iglesias nuevas conviene prever que la capilla del Santísimo esté cerca del presbiterio; si esto no fuera posible, es preferible poner el sagrario en el presbiterio, suficientemente alto, en el centro del ábside, o bien en otro punto donde resulte bien visible. Todos estos detalles ayudan a dar dignidad al sagrario, del cual debe cuidarse también el aspecto artístico. Obviamente, se ha tener en cuenta lo que dice a este respecto la Ordenación General del Misal Romano. [197] En todo caso, el juicio último en esta materia corresponde al Obispo diocesano. Analicemos: 1. «Es necesario que el lugar en que se conservan las especies eucarísticas sea identificado fácilmente por cualquiera que entre en la iglesia, gracias también a la lamparilla encendida. (No requiere comentario) 2. … se ha de tener en cuenta la estructura arquitectónica del edificio sacro: en las iglesias donde no hay capilla del Santísimo Sacramento, y el sagrario está en el altar mayor, conviene seguir usando dicha estructura para la conservación y adoración de la Eucaristía, … . (Obsérvese, al respecto, lo consignado en el número siguiente. Además, téngase en cuenta, según lo establece la legislación vigente, que la base del sagrario debe estar a la altura mínima de 1,80 m. sobre la base del altar). 3. … evitando poner delante la sede del celebrante (a no ser que se cumpla lo señalado en el paréntesis que comenta el n. 2). 4. En las iglesias nuevas conviene prever que la capilla del Santísimo esté cerca del presbiterio; si esto no fuera posible, es preferible poner el sagrario en el presbiterio, suficientemente alto, en el centro del ábside, o bien en otro punto donde resulte bien visible. (Como se puede ver, no es taxativo que el sagrario esté en el centro del ábside, como algunos lo han entendido). 5. Se ha tener en cuenta lo que dice a este respecto la ORDENACIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO. (Como ya lo habíamos consignado en la primera cápsula, la OGMR dice textualmente: «Por razón del signo, es más conveniente que el sagrario en el que se reserva la Santísima Eucaristía no esté en el altar donde se celebra la misa. Conviene, pues, que el sagrario se coloque, a juicio del Obispo diocesano, a) o en el presbiterio, fuera del altar de la celebración, en la forma y en el lugar más convenientes, sin excluir el altar antiguo que ya no se usa para la celebración (cf. N. 303); b) o también en alguna capilla idónea para la adoración privada y para la plegaria de los fieles, que se halle estructuralmente unida con la iglesia y a la vista de los fieles” (IGMR, n. 315b). (UNA VEZ MÁS SE VE CLARO QUE NO SE ESTÁ ABOLIENDO LA LEGISLACIÓN ANTERIOR). 6. En todo caso, el juicio último en esta materia corresponde al Obispo diocesano. Con un cordial saludo, les invito a que continúen compartiendo con nosotros estas breves reflexiones, y que, con lenguaje catequético, las compartan con el pueblo de Dios. En Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, PBRO. ALFONSO MORA MELÉNDEZ. Coordinador de la Comisión Ad Hoc