OBSTRUCCION A LA REFORMA DEL PODER JUDICIAL Una de las funciones constitucionales que tiene atribuida el CGPJ es el nombramiento de los Magistrados del TS, los Presidentes de Sala y los Presidentes de los TSJ. En el Pleno del pasado día 30 de marzo, los 10 vocales de la mayoría conservadora, junto al Presidente, impidieron que fueran nombrados los tres presidentes de las Salas Civil, Penal y Militar del Tribunal Supremo, así como el del TSJ de Castilla y León. Los cuatro nombramientos precisaban 13 votos, una mayoría cualificada, a tenor de la reforma aprobada en el Parlamento el pasado mes de diciembre por todos los grupos parlamentarios, con la única oposición del PP. Varios de los candidatos reunían méritos y capacidad más que suficientes para tener el apoyo necesario. La nueva ley requiere el consenso y éste no se produjo, al existir una clara voluntad política del sector mayoritario para bloquear la aplicación de la ley, en clara sintonía con los objetivos del PP, que un día antes presentó el recurso de inconstitucionalidad contra la misma. Esta postura política es la que explica que a día de hoy ni siquiera se han elaborado las ternas de los nombramientos de nueve plazas para el TS, tres meses después de que finalizase el plazo para presentar las candidaturas. Esta situación perjudica enormemente a la Institución, al Supremo y a los justiciables. Cada magistrado que dejamos de nombrar produce una inevitable consecuencia: sentencias que se dejan de poner. Esta parálisis y bloqueo comporta una auténtica dejación de nuestras funciones constitucionales. Se requiere un cambio de actitud inaplazable: es necesario desprenderse de interesadas intransigencias y nombrar a los mejores candidatos. Así lo hicimos cuando hace menos de un año nombramos por diecinueve votos a los dos Magistrados del Tribunal Constitucional. Los candidatos lo agradecerán y la sociedad nos lo demanda. Montserrat Comas de Argemir Magistrada. Vocal del CGPJ