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SÍNTESIS DE RESOLUCIÓN DEL SUPUESTO 01
*Nota Importante: El documento siguiente es una síntesis de la resolución del Supuesto. El desarrollo mas amplio se
hace en la videoconferencia gratuita. Esta videoconferencia la puedes solicitar contactando con la secretaría del
centro.
1.
Análisis jurídico
CALIFICACIÓN JURÍDICA DE LOS HECHOS
En el presente supuesto práctico, nos encontramos con un delito de allanamiento de morada, un delito de violación,
dos delitos de asesinato, un delito de profanación de cadáver, un delito de robo con violencia, un delito de incendio y
un delito de quebrantamiento de condena, concurriendo en el segundo y en el penúltimo de ellos la circunstancia
agravante de reincidencia.
Por lo que respecta al delito, el asesinato, es la modalidad agravada del delito de homicidio regulado en los artículos
139 y 140 del CP, y se diferencia del homicidio en la especial gravedad que concurre en la acción de matar, pues la
muerte se produce a través de algunas de las circunstancias recogidas en el art. 139 —o varias que lo convertirían en
el supuesto agravado del art. 140— y que coinciden con las agravantes generales del art. 22 en sus apartados 1, 3 y
5 (alevosía, precio, promesa o recompensa y ensañamiento):
Art. 139: “Será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años, como reo de asesinato, el que matare a otro
concurriendo alguna de las circunstancias siguientes:
1ª. Con alevosía.
2ª. Por precio, recompensa o promesa”
3ª. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido”.
Art. 140: “Cuando en un asesinato concurran más de una de las circunstancias previstas en el artículo anterior, se
impondrá la pena de prisión de veinte a veinticinco años”.
En el presente supuesto, se observa claramente un ánimo alevoso en el actuar de Maximiliano, por cuanto su acción
debe de ser calificada como de asesinato con respecto a su ataque sobre José Ramón.
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En concreto, hemos calificado de alevoso su ataque por los siguientes motivos:
Según el art. 22.1 del CP “Ejecutar el hecho con alevosía. Hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los
delitos contra las personas empleando en la ejecución medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a
asegurarla, sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de la defensa por parte del ofendido.”
Supone el empleo de procedimientos que aseguran la comisión del delito. Por directa prescripción legal sólo se aplica
a los delitos contra la vida, integridad y salud de las personas. Existen tres tipos de alevosía: ataques traicioneros, por
la espalda; ataques sorpresivos, súbitos e inesperados; o aprovechamiento de estados de indefensión de la víctima,
como cuando está dormida, atada, es un niño pequeño, etc. En esta circunstancia quedarían incluidos antiguas
agravantes específicas que tenían en común ese aseguramiento en la ejecución; se trata de la inundación, incendio,
veneno o explosivo, claro está, siempre que se den los requisitos propios de la alevosía.
La esencia de la alevosía es el abuso de la situación de indefensión de la víctima. La existencia de premeditación o,
lo que es prácticamente lo mismo, de un plan previo para la ejecución de la muerte no es elemento de la alevosía.
OPOSICIONES A LA ESCALA EJECUTIVA DEL CNP – SUPUESTO Nº01 -
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La Sentencia Tribunal Supremo núm. 155/2005, de 15 febrero, literalmente declara: ”En cuanto a su naturaleza
aunque esta Sala unas veces ha destacado su carácter subjetivo, lo que supone mayor culpabilidad, y otras su
carácter objetivo, lo que implica mayor antijuridicidad, en los últimos tiempos, aun admitiendo su carácter mixto, ha
destacando su aspecto predominantemente objetivo, resaltando un plus de culpabilidad, y un plus de culpabilidad y
antijuridicidad, reconociendo y afirmando que si bien en las últimas décadas, como ya recogió la sentencia de 19 de
enero de 1991, era suficiente para la apreciación de la circunstancia con que la conducta fuese objetivamente
alevosa, lo cual entrañaba el plus de antijuridicidad consistente en la utilización de medios, modos o formas de
ejecución tendentes a lograrla sin riesgo para el infractor procedente de la defensa del ofendido, pasó después la
doctrina de esta Sala Segunda del Tribunal Supremo a una etapa de transición en que, sin desconocer la naturaleza
objetiva de la alevosía, se destacan y precisan en ella aspectos subjetivos, principalmente para evitar su confusión
con la circunstancia de premeditación.
En el caso, el Tribunal de instancia ha entendido aplicable la agravante al entender que la víctima se encontraba en
una situación de indefensión frente al ataque. Sin embargo, no a causa de una situación pre-existente de cuya
realidad fuera independiente el autor. Pues, según se desprende de la sentencia, la situación de indefensión física y
psíquica de la víctima derivaba precisamente de anteriores hechos de las acusadas, que la habían sometido a
frecuentes malos tratos y vejaciones que la situaban en una posición en la que la defensa ante nuevas agresiones no
le resultaba posible, lo que ocurrió en la referida ocasión, en la noche del 29 al 30 de agosto, en la cual, a pesar de
que la víctima fue golpeada fuertemente, como se desprende de las señales que aparecieron en su cuerpo, solo fue
capaz de pedir que dejaran de golpearla, no se encontraron señales de que se hubiera defendido, ni tampoco se
hallaron en sus agresoras marcas de golpes que, en su defensa, pudiera haber propinado la víctima.
A ello debe añadirse, en una valoración sobre el conjunto de los hechos, que la agresión final, al igual que otras
anteriores, tuvo lugar en horas de la noche y, precisamente, en el domicilio donde ambas acusadas se encontraban a
solas con la víctima, disponiendo aquellas de llaves de la vivienda y no la víctima, de manera que quedaba impedida,
o al menos seriamente dificultada, cualquier posibilidad de recibir auxilio inmediato por parte de terceros.
La configuración jurisprudencial de la alevosía, que hace recaer su esencia, más que en el ataque a traición en sí
mismo, en la situación de indefensión creada o aprovechada conscientemente por el sujeto, hace que la aplicación
del derecho que ha realizado el Tribunal provincial deba considerarse correcto.
Recordemos finalmente respecto de la alevosía, los cuatro requisitos que deben concurrir en la misma:
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En primer lugar, un elemento normativo consistente en que se trate de un delito contra las personas.
En segundo lugar, que el autor utilice en la ejecución, medios, modos o formas que han de ser objetivamente
adecuados para asegurarla mediante la eliminación de las posibilidades de defensa, sin que sea suficiente el
convencimiento del sujeto acerca de su idoneidad.
En tercer lugar, que el dolo del autor se proyecte no sólo sobre la utilización de los medios, modos o formas
empleados, sino también sobre su tendencia a asegurar la ejecución y su orientación a impedir la defensa del
ofendido, eliminando así conscientemente el posible riesgo que pudiera suponer para su persona una
eventual reacción defensiva de aquél.
En cuarto lugar, que se aprecie una mayor antijuridicidad en la conducta derivada precisamente del modus
operandi, conscientemente orientado a aquellas finalidades (STS 7.11.2002)”.
Por lo que al delito de allanamiento de morada se refiere, hay que estar a lo dispuesto en el Art. 202.1 CP: “El
particular que sin habitar en ella, entrare en morada ajena o se mantuviere en la misma contra la voluntad de su
morador, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años”.
Este delito va a tener una consumación instantánea desde que el sujeto activo entra en la morada ajena o bien
permanece en la misma contra la voluntad de su morador. Podría haberse pensado que este delito del allanamiento
queda absorbido o subsumido por el delito principal del asesinato, pero no es así dado que el allanamiento no es
considerado como el medio necesario para su comisión, dado que podría haberlas matado en el portal del inmueble,
en la calle… y no fue así.
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Atendiendo al tercero de los delitos enunciados con anterioridad, es decir, a la violación o también denominada
agresión sexual agravada, concretamos que la misma se encuentra tipificada en el art. 179 CP: "Cuando la agresión
sexual consista en acceso carnal, por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por
alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado como reo de violación con la pena de prisión de seis a
doce años".
Es importante distinguir en este caso la agresión sexual del delito de la violación, y además habría que analizar las
diferentes circunstancias agravantes del art. 180 CP.
La consumación de la violación, siguiendo la teoría Inmissio penis: considera necesaria para la consumación la
penetración total o parcial del pene.
Sujeto activo del delito podrá ser cualquier persona, pero respecto del sujeto pasivo hay que destacar que sólo tendrá
libertad sexual la persona humana viva y no cuando ya haya fallecido, tal y conforme se detalla en el caso práctico
planteado.
Respecto del delito de robo con violencia, tipificado en el art. 242 CP, observamos que el sujeto activo, quita diversos
objetos del domicilio sin el permiso del propietario, a fin de enriquecerse y con ánimo de lucro. En este tipo delictivo,
es indiferente la cantidad sustraída pues siempre será calificada la conducta de delito.
Para la consumación de este delito hay que analizar la teoría de la disponibilidad sobre la cosa, quedando
plenamente consumado el tipo.
Como denominante común a todos los ilícitos observados, destacamos el ánimo doloso en el actuar del sujeto activo,
y el ánimo lúbrico, lascivo o libidinoso en el ataque contra la libertad sexual de sus dos víctimas.
2.
Descripción procedimental de las actuaciones a realizar.
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Dentro de las diferentes actuaciones policiales que en el presente supuesto debería analizar el opositor, observamos:
a.
b.
c.
d.
e.
f.
g.
h.
i.
j.
k.
l.
m.
n.
forma de inicio de la investigación. Puesta en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Coordinación y actuación de la Sala Operativa del 091.
Comunicados a Policía Científica, Comisión Judicial y Policía Judicial.
La protección de la escena del crimen por parte de las primeras unidades actuantes.
La Inspección Ocular Técnico Policial.
La entrada y registro.
Las reconocimientos en rueda y fotográficos a los vecinos.
La identificación y detención.
Fases de la investigación en los delitos violentos contra la vida.
Metodología de la investigación.
Información de derechos a las familias de las víctimas.
Las declaraciones en sede policial.
INSTRUCCIÓN DE LA SUBDIRECCIÓN GENERAL OPERATIVA, DE 21 DE ABRIL DE 2003,
SOBRE NORMAS BÁSICAS DE ACTUACIÓN ANTE LA COMISION DE DELITOS VIOLENTOS.
Etc…
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3.
Estudio psicológico del autor de los hechos. Allport: los rasgos. Importancia de los mismos en la
conducta individual. Aplicación al supuesto.
Para Allport los rasgos son el modo habitual de responder de un individuo.
Los rasgos se diferencian de las actividades o estados del sujeto, los cuales llevan consigo temporalidad,
inestabilidad, fugacidad y vinculación externa.
Allport y Odbert distinguieron tres categorías básicas de descriptores de la personalidad: rasgos, estados y
actividades.
Allport distingue tres grandes tipos de rasgos: cardinales, centrales y secundarios.
El rasgo cardinal: disposición destacada y generalizada en la vida de una persona.
Los rasgos centrales son más limitados en el rango de situaciones que cubren pero tienen un carácter nuclear en los
comportamientos del individuo.
Los rasgos secundarios representan disposiciones del individuo menos marcadas y más limitadas.
Los rasgos perfilan las conductas de los individuos pero conductas similares entre individuos distintos no tienen
porque estar relacionadas con igualdad de rasgos.
Según el caso práctico Sixto ya había sido condenado por delitos de violación y abusos deshonestos, robo con
violación y robo violento. Estos datos nos hacen concluir que Sixto mantiene una estabilidad delictiva a lo largo del
tiempo que siempre se refiere a los mismos tipos delictivos.
Siguiendo el modelo de los rasgos expuesto anteriormente lo primero que tendríamos que determinar es si la
conducta de Sixto es estable a lo largo del tiempo. De este modo determinaríamos si nos encontramos ante un rasgo,
un estado o una actividad.
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Todo apunta a que estamos ante un rasgo de personalidad. La conducta de Sixto no es temporal, no es inestable, no
es fugaz y está sujeta a una alta vinculación interna. Los delitos sexuales no suelen estar motivados por vinculaciones
externas sino por impulsos internos.
Más difícil es delimitar si nos encontramos ante un rasgo cardinal, central o secundario. Los datos aportados en el
supuesto parecen descartar que estemos ante un rasgo secundario. El hecho de que Sixto aproveche una salida del
centro penitenciario para delinquir en la misma línea que ha hecho a lo largo de su vida viene a demostrar la
existencia de una tendencia estable a cometer delitos contra la libertad sexual y contra el patrimonio, pero no
podemos definir si esta tendencia puede definirse como nuclear, requisito necesario para definir el rasgo como
central.
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