IV Jornadas de Ingeniería del Agua La precipitación y los procesos erosivos Córdoba, 21 y 22 de Octubre 2015 Evolución del paisaje mediante modelo de formación de suelo aplicado a áreas Mediterráneas A. Román Sánchez1, J.V. Giráldez1,2 y T. Vanwalleghem1 1 Universidad de Córdoba, Departamento de Agronomía, Córdoba, España ([email protected]). 2 Instituto de Agricultura Sostenible. CSIC, Alameda del Obispo s / n, CP 14004 Córdoba, España 1. Introducción La formación del suelo depende de varios factores, de los cuales la hidrología y el relieve controlan especialmente su distribución espacial en una cuenca. A pesar del gran esfuerzo dedicado a estos procesos, se sabe poco acerca de la relación cuantitativa entre los procesos geomorfológicos y la formación del suelo, sobre todo a largo plazo. Este trabajo presenta los resultados preliminares de un estudio más amplio sobre los procesos de formación de suelo en Sierra Morena, Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro, SE de España. La figura 1 muestra la ubicación de la zona de estudio con las calicatas a lo largo de una típica catena. Los suelos formados sobre granito muestran considerables diferencias, se encuentran parcialmente descompuestos y en fase de desarrollo, dependiendo de la posición en la catena. Figura 1. Localización del área de estudio y esquema de las calicatas 1 2 3 M.16. Los modelos de formación de suelo abarcan desde esquemas sencillos a escala de cuenca basados en un balance de masa, como MILESD (Vanwalleghem et al., 2013), a sistemas complejos a escala puntual que incluyen la dinámica de los procesos de agua en el suelo y de los solutos que muestran la variación de la composición química, SoilGen (Finke et al., 2013). Mientras que estos últimos han descrito con éxito el desarrollo del perfil del suelo, exigen un gran esfuerzo de cálculo por lo que su aplicación es más limitada que las de los primeros. Por lo tanto, este estudio propone un modelo sencillo de evolución del suelo a largo plazo basado en un balance de agua. El modelo utiliza como datos de entrada temperatura y precipitaciones diarias. Por lo general se dispone de buenos datos paleoclimáticos. Los objetivos de este trabajo son: (i) analizar y generar datos de entrada paleoclimáticos diarios durante los últimos 25,000 años (ii) evaluar las tendencias en la humedad del suelo y la percolación profunda y relacionarlas con los procesos formadores a lo largo de una catena. 2. Materiales y Métodos 2.1 Calibración con datos diarios Los datos disponibles diarios de precipitación, temperaturas máximas, promedio y temperaturas mínimas tomados de la estación meteorológica de Córdoba (AEMET: 19592011) fueron utilizados para la calibración del generador de clima. Figura 2. Calibración de los parámetros de entrada para la generación del paleoclima. P (w / w) y P (w / d) destacan, respectivamente, por la probabilidad de que un día de lluvia se produzca ya sea tras otro día lluvioso o tras un día no lluvioso. M.16. 2.2 Generación de datos paleoclimáticos Originalmente, un enfoque Monte Carlo aleatorio fue probado para la generación de temperatura y precipitaciones, basado en sus respectivas funciones de distribución de probabilidad según lo sugerido por Laio et al. (2001). Sin embargo, los problemas con la distorsión del ángulo de fase entre los datos de precipitación y temperatura recomienda la adopción de un esquema de Markov sugerido por Matalas (1967), y se incorporan por Richardson en su modelo WGEN (1981). La aplicabilidad de este modelo ha sido probado por varios autores (por ejemplo Semenov et al., 1998). El modelo WGEN calibrado para Córdoba, se acopló con anomalías de precipitación y temperatura presentados por Combourieu Nebout et al. (2009) por un período de 25 000 años en base a los registros de polen marinos (Figura 3). El modelo combinado se aplicó a la reconstrucción de la temperatura diaria y precipitaciones. Figura 3. Anomalías de temperatura y precipitación anuales para un período 25.000 años. 2.2.1 Estimación de la evapotranspiración potencial Para completar el balance hídrico, la intensidad de evapotranspiración, ep, para la cuenca de estudio fue estimada con el modelo de Hargreaves (Hargreaves y Samani 1985). La evapotranspiración potencial sigue una tendencia sinusoidal. 2.2.2 Modelo de balace hídrico en el suelo La evolución de la humedad del suelo se describe con un modelo simple basado en el esquema de Thornthwaite y Mather (Steenhuis y van der Molen, 1986) para la estimación de la intensidad de evaporación real del agua del suelo, y el tratamiento de los procesos de infiltración y percolación propuesto por Brocca et al. (2008). En este último modelo, la intensidad de infiltración, f(t), (5) es igual a la de la lluvia corregida por un coeficiente M.16. dependiente de la humedad del perfil, W (t), (3), normalizada por su valor máximo, Wmax o cc, con un exponente m que indica la no linealidad del proceso. La intensidad de percolación, g (t), (4) es equivalente al valor de la conductividad hidráulica para el contenido de humedad actual, ks, asumiendo un gradiente hidráulico unitario, y el uso de la función exponencial Brooks y Corey. La intensidad de evaporación real, ev, es, después de la corrección de ep con un factor, cu, ev=ep·cu [1] La pérdida de agua por evapotranspiración se evalúa substituyendo al tiempo por el valor acumulado de pérdida de agua en el perfil, Ph(t), Ph(t ) Ph(t t ) ev p [2] la cantidad de W(t) en a capa de suelo viene dada por acumulada. [3] 𝑊 𝑡 = 𝜃 𝑡 − 𝜃𝑟 ∗ 𝐿 La intensidad de percolación es 𝑊(𝑡) 𝑔 𝑡 = 𝑘𝑠 𝑊𝑚𝑎𝑥 2 3+ 𝑙𝑎𝑚𝑏𝑑𝑎 [4] Por último, se incluye una intensidad de infiltración 𝑓(𝑡) = 𝑝 𝑡 1− 𝑊(𝑡) 𝑊𝑚𝑎𝑥 𝑚 [5] Para incluir el efecto del relieve en los perfiles a lo largo de la cadena, (1) meseta, (2) laderas y (3) fondo del valle, los perfiles están vinculados mediante la transferencia de la escorrentía (q), desde el perfil más elevado al menos. 2.3 Calibración con escorrentía observada Se adoptaron datos históricos de escorrentía del servicio automático de información hidrológica, SAIH, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (1989-2011) para la calibración del modelo (figura 4). M.16. Figura 4. La calibración del modelo con datos de escorrentía observadas a lo largo de años naturales (enero-diciembre) La figura 4 muestra cómo los valores máximos de lluvia inducen rápidamente máximos de escorrentía, una vez que el suelo ha almacenado suficiente agua, y se han llenado las depresiones superficiales. La interceptación y la retención del agua por la vegetación y por la superficie en pozas naturales, reduce la influencia la contribución de la cuenca a la descarga en el medidor de la escorrentía. 3. Resultados 3.1. Balance de agua La Figura 5 muestra el balance de agua en uno de los tres perfiles, en este caso el perfil 1 en la meseta. Figura 5. Balance de agua en el perfil 1, en la meseta M.16. La relación entre la humedad del perfil del suelo, W (t), la escorrentía (q), precipitación (p) y la evaporación potencial (ep) durante un año modelo se representa en la Figura 5. La humedad del suelo almacenada alcanza su valor máximo, 100 mm en este caso, durante los meses de invierno. Después de los primeros eventos de invierno suele haber un período de lluvia baja, pero desaparece después de unas semanas. Los chubascos más frecuentes ocurreen en primavera y otoño. En verano pueden aparecer algunas lluvias de origen convectivo propiciadas por la elevación de la cuenca. Hay una gran tendencia estacional, como es de esperar en el clima mediterráneo, con valores mínimos en verano. Durante la estación lluviosa de invierno, se generan grandes volúmenes de escorrentía y percolación. La percolación acumulada calculada en un año natural aparece en la figura 6. Figura 6. Perfil 1, 2 y 3, percolación acumulada durante todo el año. Existe una relación evidente entre la profundidad de cada perfil, su elevación, y el volumen de percolación. El perfil de meseta es más desarrollado que el perfil de laderas y el valle. Los resultados del modelo están orientados para calcular el balance hídrico a escala de paisaje, las figuras 7 y 8, representan el contenido medio de humedad del suelo y la velocidad de infiltración en la cuenca. Las zonas claras indican un mayor contenido medio de humedad así como intensidades de infiltración elevadas en los valles y arroyos, en donde los materiales acumulados son de mayor tamaño, y con ellos los de los poros, lo que coincide con las observaciones de campo. M.16. Average soil moisture High : 16.7618 Low : 0 Figura 7. Promedio de la humedad del suelo en la cuenca Infiltration High : 16.888 Low : 0 Figura 8. Tasas de infiltración en la cuenca. Los valores más altos corresponden a la meseta y los cursos de agua 4. Conclusiones Un modelo sencillo sirve para describir las fluctuaciones estacionales del balance hídrico, que se cree controlan la formación del suelo en las regiones mediterráneas. El trabajo futuro se centrará en introducir los parámetros que tienen influencia en la formación del suelo. M.16. Agradecimientos Este estudio fue financiado por el proyecto de investigación AGL2012-40128-C03-02. Andrea Román Sánchez reconoce financiación por el Programa de Ayudas predoctorales del Ministerio de Economía y Ciencia español. Tom Vanwalleghem reconoce financiación por el Programa de Ayudas Ramón y Cajal del Ministerio de Economía y Ciencia español. Referencias Brocca L., Melone F., Moramarco T. 2008. On the estimation of antecedent wetness conditions in rainfall–runoff modelling. Hydrological Processes 22, 629-642. Combourieu-Nebout, N., Peyron, O., Dormoy, I., Desprat, S., Beaudouin, C., Kotthoff, U., Marret, F. 2009. Rapid climatic variability in the west Mediterranean during the last 25 000 years from high resolution pollen data. EGU. Climate of the Past 5: 503-521. Finke P.A., Vanwalleghem T., Opolot E., Poesen J., Deckers J. 2013. Estimating the effect of tree uprooting on variation of soil horizon depth by confronting pedogenetic simulations to measurements in a Belgian loess area. Journal of Geophysical Research, Earth Surface. 118:2124-2139. Hargreaves, G.H., Samani, Z.A., 1985. Reference crop evapotranspiration from temperature. Applied Enineering. Agriculture, 1: 96-99. Laio F., Porporato A., Ridolfi L., Rodriguez-Iturbe I. 2001. Plants in water-controlled ecosystems:active role in hydrologic processes and response to water stress. II Probabilistic soil moisture dynamics. Advances in Water Resources, 24:707-723. Matalas, N.C. 1967. Mathematical assessment of synthetic hydrology. Water Resources Research. 3:937, 945. Richardson, C.W. 1981. Stochastic simulation of daily precipitation, temperature, and solar radiation. Water Resources Research. 17:182-190. Semenov, M.A., Brooks, R.J., Barrow, E.I., Richardson, C. W. 1998. Comparison of the WGEN and LARS-WG stochastic weather generators for diverse climates. Climate Research. 10:95-107. Steenhuis, T.S, van der Molen, W.H. 1986. The Thornthwaite-Mather procedure as a simple engineering method to predict recharge. Journal of Hydrology. 84:221-229. Vanwalleghem, T., Stockmann U, Minasny B. and McBratney A.B. 2013 A quantitative model for integrating landscape evolution and soil formation. Journal of Geophysical Research, Earth Surface 118:331-347. M.16.