Titulo: RECONOCIMIENTO Y AUTONOMÍA DE LOS ACTORES: UNA PROPUESTA ÉTICO-CIUDADANA DESDE LAS POLÍTICAS SOCIALES Panel 7: Participaciones y Políticas Sociales Eje No. 2. Los ciudadanos usuarios como actores de las políticas sociales Nombre y apellidos: Liliana Pérez Mendoza Correo electrónico: [email protected] / [email protected] Teléfono: (57) 310-3616228 ó (57) (5) 6437909 Institución: Universidad de Cartagena (Colombia) RESUMEN El Estado, otrora gestor directo de las políticas sociales ha delegado en el mercado y la sociedad civil a través de fundaciones y Ong´s, respectivamente su rol de atención a los más vulnerables despreocupándose por las características, impactos, seguimiento y control de las mismas. En éstas como ha sido tradicional, los actores que participan en las mismas han sido llamados “beneficiarios” ó “usuarios”, en El presente trabajo es resultado de la investigación apoyada por la Universidad de Cartagena (Colombia), a través de la Vicerrectoría de Investigaciones y la Facultad de Ciencias Sociales y Educación, titulada: “Cuando la autonomía está más allá del individuo mismo. A propósito del develamiento de los discursos sobre autonomía en la educación superior en Trabajo Social”, dirigida la autora de la ponencia. Trabajadora social. Especialista en Administración de programas de desarrollo social. Especialista en Teorías, métodos y técnicas de investigación social. Magíster en Trabajo Social. Profesora Titular de la Universidad de Cartagena. Investigadora Principal del estudio y miembro del grupo de investigación de la Universidad de Cartagena: Cultura, ciudadanía y poder en contextos locales (Reconocido y clasificado en Categoría C por Colciencias). razón a que han sido asumidos por años como receptores pasivos de la acción de un gobierno, empresa u organización no gubernamental “altruista”, por lo cual están llamados a recibir con beneplácito todo lo que de ello se derive, no esperando su “displicencia” o negación a tales “beneficios”, sino su resignación y agradecimiento por el “incuestionable” aporte de las mismas al mejoramiento de su calidad de vida. En este marco de acción, resulta comprensible que la voz “sonante” o “disonante” de los sujetos a quienes se orientan tales políticas no sea audible, reconocible o potenciada, al ser asumidos únicamente como “receptores” de éstas. Así, aunque en ellas se esgrime la “superación” de la vulnerabilidad de los actores sociales como argumento al mismo tiempo, no se reconoce que tal vulnerabilidad empieza por una negación ó invisibilización de sus “voces” y con ella de su trascendencia como coproductores y cogestores de las mismas; por el contrario, resultan perversamente silenciados y condenados al desconocimiento por parte de los profesionales que las agencian, lo que indica que son doblemente vulnerados, esta vez con un tinte de seudo-inclusión. En este sentido, el potenciamiento de la autonomía de los ahora llamados “sujetos ciudadanos de derechos y deberes”, resulta negado o postergado en tales políticas, pues la consideración de reciprocidad y simetría como interlocutores válidos que las interpelan frente a los agentes sociales que las gestionan, no es una de sus claves, por ende tampoco lo es su reconocimiento y respeto como sujetos reflexivos, argumentativos, propositivos e históricos, lo que muestra en la práctica un vacío de los discursos y contenidos de tales políticas que inhibe procesos orientados a promover equidad y justicia social que dicen orientar. A fin de plantear que vulnerabilidad es un concepto en clave de autonomía, reciprocidad, simetría y dialogo entre agentes sociales y sujetos ciudadanos que participan de las políticas e intervenciones sociales, se presenta una reflexión acerca del carácter trascendental de la discusión ética en las políticas sociales, a partir de la ética discursiva de Jürgen Habermas y la ética del reconocimiento de Axel Honneth que permita dilucidar luces y sombras de las políticas sociales en la contemporaneidad, llegando a proponer un modelo para políticas sociales que fundadas en estos enfoques éticos, potencien autonomía, reconocimiento y entendimiento dialógico de los actores participantes para que contribuyan como sujetos ciudadanos y participantes activos a construir, deconstruir y reconstruir proyectos de vida colectivos, incluyentes, democráticos y equitativos. Ello exigirá empezar por que todos los actores participantes en las políticas sociales asuman bajo “sospecha” los discursos, prácticas y categorías de las mismas, crear condiciones y escenarios dialógicos, interactivos, significativos y horizontales para interpelarlas argumentativamente desde visiones particularistas según contextos, cotidianidades y representaciones sociales y reeditarlas consensuadamente desde el encuentro o desencuentro con ellas, con sus requerimientos y métodos, lo que implica iniciar el camino hacia el reconocimiento y construcción de subjetividades e intersubjetividades a propósito de una resignificación de las mismas y un reconocimiento que potencie legitimidad a los discursos de todos los sujetos, asumidos como ciudadanos con derechos y deberes, corresponsables, dueños de su propia historia pero también capaces de proponer y construir formas solidarias e inclusivas como dispositivos para avanzar con, hacia, por y para el bienestar de la sociedad. Como pretensión última está entonces presentar argumentos que contribuyan a ir superando la visión instrumentalizada de tales políticas, sustentada en enfoques teórico-metodológicos y éticos positivistas y funcionalistas, desde una invitación epistemológica y ética fundada en los desarrollos de la teoría crítica, que asume como inaceptable una intervención en la sociedad de manera ahistórica y acrítica, pues lo más trascendente de tal propuesta es su contextualización y contestación a una sociedad signada por el individualismo paralizante del accionar colectivo, critico, dialógico y solidario, hacia formas de vida donde las distintas voces cobren importancia en la construcción del horizonte de sentidos que debe implicar las políticas sociales, y no sigan siendo marginadas ni silenciadas por modelos hegemónicos de intervención y bienestar social. Palabras Claves: Políticas sociales, ética, Intervención social, Autonomía, reconocimiento, reciprocidad.