EL MUNDO DE [...LOS JÓVENES] T (A DAVOR Ha llamado la atención la acogida mundial que ha tenido el libro del autor noruego Gaarder El mundo de Sofíal. En Chile, las encuestas lo siguen ubican- D e ser cieña la afirmación de Stern que Jostein Gaarder quería escribir Lina novela para jóvenes que buscan eJ sentido de la \ ida, estaríamos ante el típico ejemplo de una obra humana que adquiere un objetivi > diferente -o, tal vez, adicional- al querido por el artífice v. en este caso particular, más trascendente que el pretendido. Se inicia el juego literario con la entrega a Sofía -una adolescente de c a u t i v a d o r a i n t e l i g e n c i a , q u e e s t á p n >\i- do entre los títulos más rendidos. Junto con el comentario, el autor, abogado y miembro del Consejo de Defensa del Estado, nos descubre un objetivo particular de la obra que la hace tanto más interesante para nosotros. E l MENSAJE 85 ma a cumplir quince años- de sobres anónimos que, uno a uno y en estricto orden cronológico, van constituyendo diferentes capítulos de una "novela sobre la historia de la filosofía". Las tres primeras entregas constituyen el preámbulo, y se configuran por d< >s preguntas y una afirmación, tríptico que permite avizorar lo que viene. Entrega uno. primera pregunta: ¿Quiénenes? Desencadena un conjunto de dudas que terminan en una simple respuesta. No sé. Segunda pregunta, contenida en el segundo sobre de estas entregas: ¿De dónde viene el mundo?(¡enera un nue- Y. vo vendaval de interrogantes que culminan con idéntica respuesta: No sé. Antes de la afirmación que viene en el tercer sobre, irrumpe en escena un elemento cuyo sentido se empezará a entender después de muy avanzada la lectura v se aclarará en el fascinante último capítulo (después de "devorar" las 638 páginas): la existencia (?) de Hilde Moller Knag, adolescente de la misma edad de S< >fía y a la cual, a travi s de ésta -supuestamente- se le hace llegar notas preparatorias a su cumpleaños, el que coincidir.'! con el retorno de su padre de una misión en el extranjero. Va volveremos sobre ello. Tercera entrega, la afirmación: Lo único (/iic necesitamos para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro. Consecuencia inicial e inmediata del < ontenidode estas tres primeras entregas: a Sofía le cuesta concentrarse en las (lases de sus profesores, le parece que solí i hablan de cosas sin importancia Y qué decir de la "comunicación" huma na diana; "l lame la mantequilla, ¿Cómo va la Bolsa de hoy?, ;.\ como esian los tomates?, ¿1 las oído que Lady Di espera Fl anónimo personaje que envía este 'El mundo de Sofía, Novela sohiv la historia de l.¡ Filosofi i escrita porJostein (traducción de Kirsti Baggetbun i HARASIC Gaarder, m Lorenzo). Ediciones Símela. España 1995 638pp C • curso de filosofía en pequeñas dosis", cita a las cuatro de la mañana a una vieja iglesia de piedra, en la que aparece ya a estas alturas (primeras 25 páginas vistiendo un hábito marrón de monje y de esta aventura literaria), ha rescatado a nuestra Sofía. El desconocido remi- saludando a la discípula con un "Gloria tente de las carias la ha salvado de la patri ei filio ei spiritosancto". O cuando, para empaparla del Renacimiento reciindiferencia de la vida cotidiana, del mund< > asentad< > de los adultos metídi >s be a nuestra Sofía en el altillo en que vivía, "disfrazado" con unas medias blanen el sueño cotidiano de la Bella Durcas hasta las rodillas, unos pantalones miente. Percatada su madre de este camhio anchos y rojos y una chaqueta amarilla en la niña, inquiere -con la "acostumbrada confianza" (?!) ele los adultos hacia los jóvenes-: "¿No te habrás metido en algo de drogas hija mía?". ¡< )bvio! Desgraciadamente, ya nos acostumbramos a una juventud plana, chata, estructurada O esquematizada. El que ".se \ Líela', o está '•reventado" o es una extraña ave a la que pocos -si es que alguien de su entorno inmediato- comprenden. U L O mo.s al inicio- <//w la obra supero ei objetivo del autor. JUEGO Y REALIDAD Justamente cuando se encontraban reflexionando sobre la Edad Media, surge el problema frente a aquello que parecía ser el "gancho", cuyo objeto aparentaba facilitar la continuación de la lectura -las misteriosas cartas que se hacen llegar a la desconocida Hilde por intermedio de Solía-, pues Alberto exclama: "¡Pero si no sabemos con seguridad si existe alguna Hilde!". La duda se torna más fascinante cuando el profesor pone en cues tión la existencia misma, tanto la suya tomo la de Sofía. A propósito de Berkeley, concluye que: "'Ser o no ser' no es, pues, toda la cuestión. ()tro asunto es qué somos. ¿Somos personas reales? ¿Nuestro mundo está compuesto de cosas verdadeVIAJE CON FILOSOFÍA ras. <) estamos rodeados de conciencia?". V a partir de allí comienza un Después de esta introduc"juego": descubrir (?) si Hikle y su ción a lo que será el curso, se padre son reales o si, por el contrainicia el viaje por la historia de rio, lo son Sofía o Alberto... ¿O, tal la filosofía. Tal parece que el vez. ninguno de ellos?... ¿O sí lo son autor utiliza este recuento los cuatro'' como un mero pretexto para su proposito final. No obstanY qué decir de la percepción te, llama la atención el gran ! kantiana de la realidad, la que se dominio no solo de los autoI ejemplifica señalando que tan senres, sino de su entomi i históri• sato resulta decir que el mundo co, político, geográfico y hu- ¡CUÁNTAS SOFÍAS SE ENCUENTRAN A LA ESPERA DE tiene que tener un principio, como mano, lo que le permite ser UN ALBERTO KNOX QUE LES ABRA LA MENTE JUVENIL A decir que no tiene lal principio, LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE! aprehendido sin gran dificulporque ambas posibilidades .son tad. No.se trata de saber loque pensaba con los hombros abultados, O igualmente imposibles de imaginar por o dijo Sócrates, Platón, Aristóteles o, adentrándose en la época barroca, cam- la razón. Podemos afirmar que el munmas tarde, Xenón, Hpicuro o Plotino, ni bia su atuendo poruña peluca larga y do ha existido siempre, ¿pero puede tan siquiera interesa dogmatizar acerca rizada, un traje anchoe informe, con un haber algo existido desde siempre sin de Jesús, importa aprehender, com- montón de encajes alrededor del cuello, que nunca haya tenido un principio? prender cabalmente, cómo y por qué un cursi pañuelo v encima del traje una Ahora estamos obligados a asumir el pensaron así cachi uno de los filósofos capa roja, lo que remala con medias punto tic vista contrario. Decimos que mencionados. blancas v zapati >s finí >s de charol ce >n un el mundo tiene que haber surgido algulacito y. así vestido, examina las consig- na vez y entonces tiene que haber Por ello, Alberto Kno\ -asi se llama nas "carpe diem" y ••memento mori". surgido de la nada, si no. simplemente el profesor, anónimo al inicio, e increíLejos de ser raptos de histrionismo, son habríamos hablado de un cambio de un blemente real poco después- no puede los momentos que con mayor claridad estado a otro. "Pero... ¿puede algo surser tratado de histiiónico cuando, para que Solía comprenda la I-dad Media, !a nos llevan a concluir -como lo hacia- gjr de la nada. Sofía?" MENSAJE! Consecuencia de lo anterior -y de mucho más, que es imposible condensar en pocas líneas- es que Sofía empieza a razonar y un la última clase del colegio, cuando le devuelven una prueba escrita, la que contenía una serie de razonamientos y no memorizaciones, esta había sido calificada con un sobresaliente al cual se agregó un comentario: "¿De dónele has sacado todo esto?" Sofía tomó un rotulador y escribió con letras mayúsculas en el cuaderno: "Estoy estudiando filosofía". SOMOS POLVO DE ESTRELLAS Y todo esto sucede antes del último capítulo de este "curso de filosofía en pequeñas dosis'", capítulo final que merece un comentario aparte, pues en él la (?) realidad es Hilde y su padre, en tanto que- Sofía y Alberto existen en los pensamientos de aquéllos (no obstaníe lo cual nuestra adolescente y su profesor juegan un par de malas pasadas a padre e hija). Filo hace que Alberto afirme: "Al principio no sabíamus que existía otra realidad, en la que vivían Hilde y el mayor -su padre-. Ahora son ellos los que no saben nada ele nuestra realidad". En este último capítulo se toma con ciencia de nuestra inserción en el universo, en el que la distancia a nuestra estrella más próxima de la V ía Láctea es de cuatro años luz. Y la Nebulosa de Andrómeda (la galaxia siguiente más cercana a la nuestra) está a dos millones de años luz de la Vía Láctea, de manera tal que si un astrónomo de allá nos observara (perdón, observara nuestra galaxia», en el mejor de los casos vería unos "prehombres" de frente plana, es decir, viajaría al pasado. V todo esto -se dice- surgió de la aran explosión i el "big bang" inglés), lo que significa que todas las estrellas v galaxias del universo -y nosotros mismos- estamos hechos de la misma materia. ¿Qué es esa materia universal? ¿Qué fue aquello que hizo explosión hace miles de millones di- años? ¿De dónde viene?. 1.a | MENSAJE respuesta a estas preguntas no es fútil. . "nosotros también somos polvo de estrellas". EL OTRO OBJETIVO ¡Cuántas Solías se encuentran a la espera de un Alberto Knox! Al inicio, afirmábamos que el libro logra un objertivo que (¿ral ve/?) trasciende la voluntad del autor: A nuestro juicio, constituye una excelente crítica al sistema de enseñanza imperante mayoritariamente en nuestro país, no sólo en los colegios, sino -y lo afirmamos responsablemente- en algunas (¿la mayoría?) de las universidades y carreras que éstas imparten. Cuando percibimos una juventud responsable, pero aparentemente desmotivada por "cambiar el mundo", preocupada de la competitividad con que va a tener que enfrentar su existencia, deseosa de memorizar la mayor cantidad de conceptos para poder sortear sin dificultad una prueba o un examen, lo que le permitirá mejorar su "curriculum" académico y así conseguir una "posición" apetecida: al igual que cuando tomamos nota de la drogadicción, el alcoholismo o cualquier otra forma de escapismo juvenil... ¿por qué n< >.s a>< imbram<tó?¿Es que hay suficien- tes -'Albertos Knox" que remezan las mentes juveniles, abriéndoles a lo verdaderamente importante y a la fascinación de vivirlo? Mientras nuestro sistema educacional no cambie, permitiendo a nuestros jóvenes acceder a categ< ¡na.s mentales trascendentes, no volquemos la crítica sobre ellos. Toda la fuerza de dicha crítica volvámosla sobre nosotros y sobre nuestra incapacidad de entregarles algo distinto a aquello cuyas consecuencias fácil e irreflexivamente rechazamos, sin percatarnos que somos los directos causantes de la situación. La lectura del libro podrá servir a más de un adulto para tomar conciencia de lo anterior y actuar en consecuencia. E]