Autumn Reading with Fun Activities Los niños bailarines Un cuento popular de los indios onondagas adaptado por Mike Peterson, © 2010 ilustraciones de Narina Tay, © 2010 Una vez, un grupo de onondagas emprendió su cacería de otoño. Viajaron hasta las costas de un gran lago lleno de peces, que estaba rodeado por espesos bosques y arbustos verdes donde había muchos renos y osos. A medida que atravesaban el bosque, el sonido de las nueces maduras que caían entre las hojas parecía una tormenta de granizo. Cuando llegaron al lago, hicieron una pausa para dar gracias por haber hecho un viaje seguro y para pedir por una estadía exitosa en las hermosas costas del lago. Luego montaron un gran campamento en un claro de hierba, un poco alejado del lago, y comenzaron a juntar y preparar alimentos para el invierno. Había tanto alimento bueno en el bosque, y la caza y la pesca eran tan buenas, que los adultos pronto se establecieron para preparar todo para el invierno. Los niños mayores tenían que ayudar con todo este trabajo, pero los más pequeños ya no tenían que recoger nueces y estaban libres para jugar. Un día, ocho de ellos idearon un juego nuevo. Bajaron hasta la costa del lago y comenzaron a bailar. Fue tan divertido que lo hicieron nuevamente al día siguiente y al otro día también. Finalmente, un día, cuando estaban bailando, vieron a un viejo que se acercaba hasta ellos. Se veía muy viejo, tenía el cabello canoso, aunque no caminaba despacio, y estaba completamente vestido con plumas blancas. Los niños estaban un poco asustados porque se trataba de un extraño y porque no se vestía como ninguna otra persona que hubiesen visto antes. Pero cuando habló, pudieron entenderle. Sus palabras, sin embargo, no eran amables. “¡Deben dejar de bailar!” les dijo. “¡Les ocurrirán cosas malas si siguen haciéndolo!” Luego volvió caminando nuevamente al bosque. Los niños se miraron por un momento, y luego uno de ellos comenzó a bailar nuevamente. Pronto estaban riendo y bailando de nuevo, como lo habían hecho antes de que el viejo llegara e interrumpiera su diversión. Un poco más tarde, el viejo volvió a salir del bosque. “¡Les he dicho que dejen de bailar!” dijo bruscamente. “¡Les advierto!” Cuando se fue, una de las niñas preguntó: “¿Quién es? ¿Por qué insiste en que dejemos de bailar?” Uno de los otros muchachos respondió: “No es mi padre ni mi tío. No sé quién es,” y comenzó a bailar nuevamente. Pronto todos los niños estaban bailando y bailaron hasta que llegó la hora de ir a casa y cenar. Tanto bailar les había despertado el apetito y, mientras caminaban hasta sus casas, uno de los muchachos tuvo una idea. “Mañana, podemos traer alimentos,” dijo. “¡Comeremos y bailaremos, como si fuera una fiesta de verdad!” “La caza ha sido buena,” dijo otro niño. “Les preguntaremos a nuestros padres. Tienen mucho alimento. ¡No les importará!” Pero los niños estaban equivocados. Cuando pidieron alimento para llevar al lago al día siguiente, a sus padres no les agradó la idea. “No está bien desperdiciar el alimento,” dijo una de las madres. “Si tienen hambre, vuelvan al campamento y coman con nosotros. Siempre pueden servirse todo lo que quieran. Pero no pueden llevar alimento al lago tan solo para jugar.” Los niños estaban desilusionados, pero a la mañana siguiente volvieron al lago y comenzaron a bailar nuevamente. Después de un rato, sin embargo, comenzaron a tener hambre, y a sentirse mareados de tanto bailar. O tal vez se trataba de otra cosa. Pero sea cual fuere la causa, los ocho niños bailarines comenzaron a elevarse en el aire. “¡Algo está ocurriendo!” dijo una de las niñas. “¡No mires hacia atrás!” dijo otra. “¡Simplemente sigue bailando!” Una de las madres bajaba con una canasta para juntar agua cuando vio a los niños bailando en el aire y subiendo cada vez más alto. Gritó y luego corrió colina arriba hasta el campamento. Luego todos los padres bajaron corriendo hasta la costa, llevando alimentos en alto y llamando a sus hijos para que volvieran. Pero los niños seguían Copyright 2010 Houston Chronicle chron.com/cie ® 1 Autumn Reading with Fun Activities Los niños bailarines bailando y elevándose hacia el cielo. Solo un niño pequeño miró hacia atrás para escuchar lo que decían los adultos. Cayó a la tierra, y dejó una estela brillante en el cielo: fue la primera estrella fugaz. Los otros siete niños se elevaron al cielo y cada noche puedes mirar hacia arriba y verlos aún bailando juntos; forman un pequeño círculo que algunas personas llaman las Pléyades, pero que los onondagas saben que son sus propios niños bailarines. EL FÍN Actividades de la Historia 1. Los indios onondagas se trasladaban de un lugar a otro durante todo el año. ¿Por qué eligen detenerse en esta área en particular? La mayoría de los estadounidenses no viajan de un lugar a otro como lo hacían los onondagas, pero muchas familias estaban dispuestas a mudarse cuando los adultos necesitan empleos que no están disponibles localmente. Busca en los avisos del Houston Chronicle para un empleo que requiera mudarte de donde vives ahora. ¿En qué se parece mudarse por un nuevo empleo al viaje que hacían los onondagas? 2. Cuando el viejo les dice a los niños que dejen de bailar, uno de los muchachos dice: “No es mi padre ni mi tío.” ¿Qué crees tú que está intentando decir a los demás? ¿Piensas que habría obedecido si su padre o su tío le hubier an dicho que dejara de bailar? ¿Qué te dice esto acerca de las costumbres de los onondagas? Busca en el Houston Chronicle la mención de tres personas a las que deberías obedecer. Copyright 2010 Houston Chronicle chron.com/cie ® 2 ng up to them. He looked very old, with silver dressed all in white feathers. The children did not dress like anyone they had ever seen m. His words, however, were not kind. Fue tan divertido que lo hicieron nuevament día, cuando estaban bailando, vieron a un vie Autumn Reading with Fun Activities cabello canoso, aunque no caminaba despacio Los niños estaban un poco asustados porque ninguna otra persona que hubiesen visto ante sin embargo, no eran amables. Los niños bailarines ll happen to you if you keep doing this!” en looked at each other for a moment, and then ghing and dancing again, just as they had been g He , ʼll nt- od to take to the lake the next day, their parents of the mothers said. “If you are hungry, come much as you like. But you canʼt take food they went back to the lake and began to dance and all the dancing made them feel dizzy. Or appen, the eight dancing children began to rise 2010 Houston Chronicle girlsCopyright said. “Donʼt look back!” another said. chron.com/cie “¡Deben dejar de bailar!” les dijo.“¡Les ocurr Luego volvió caminando nuevamente al bosq de e y ba viejo Un p he d advi es? ¿ otros quié niño ir a c y, mi tuvo “Ma baila “La a nuestros padres. Tienen mucho alimento. ¡N Cuando pidieron alimento para llevar al lago “No está bien desperdiciar el alimento,” dijo campamento y coman con nosotros. Siempre llevar alimento al lago tan solo para jugar.” Los niños estaban desilusionados, pero a la m nuevamente. Después de un rato, sin embarg ® tanto bailar. O tal vez se trataba de otra cosa. 3 comenzaron a elevarse en el aire.“¡Algo está