Atención sanitaria Diabetes y desarrollo de medicamentos: ¿podemos asegurar la transparencia de sus datos? ` Guitelle Baghdadi y Jonathan Quick El desarrollo de nuevos medicamentos podría contribuir a combatir algunas enfermedades, entre las que se encuentra la diabetes, para la cual no se ha encontrado aún una cura. Los nuevos medicamentos son necesarios y bienvenidos, siempre que se lancen al mercado tras una evaluación clínica de su inocuidad y eficacia concienzuda, fiable e independiente. Este artículo investiga sobre este tema, ofreciendo un ejemplo de las repercusiones que las presiones del mercado y los informes clínicos inadecuados han tenido sobre la vida de las personas con diabetes. >> La objetividad a la hora de redactar un informe sobre los ensayos clínicos de inocuidad y eficacia de las nuevas medicinas es fundamental para el avance clínico y el bienestar del paciente. La medicina moderna ha llevado al mercado una plétora de nuevos medicamentos que combaten las principales enfermedades mortales. Entre éstas se encuentran nuevas medicinas tales como los antirretrovíricos, que alargan y mejoran la calidad de vida de las personas con VIH/SIDA y algunas medicinas más antiguas Noviembre 2002 Volumen 47 Número 3 tales como la insulina, que es vital para los aún más millones de personas de todo el mundo que viven con diabetes. Sin embargo, es necesario seguir investigando para vencer los amplios desafíos de la salud pública que afectan a la humanidad, desde el descubrimiento de una vacuna contra el VIH/SIDA, hasta el desarrollo de nuevos medicamentos para el tratamiento de la malaria resistente o controlar las distintas y mortíferas manifestaciones de la diabetes. 26 Se necesitan urgentemente nuevos medicamentos para la diabetes La diabetes está en aumento en todo el mundo. Mientras que los índices de enfermedad cardiaca y cáncer por lo general se han estabilizado o están en descenso, cada año la incidencia de diabetes aumenta en un 6% en los EEUU, y esta proporción es aún mayor en los países en vías de desarrollo. En el número del 15 de mayo del Journal of the American Medical Association (JAMA), un número dedicado a la diabetes, se demuestra claramente la urgente necesidad de encontrar más tratamientos innovadores. La editorial principal (Saudek, 2002) concluye: "En la batalla para curar la diabetes y mejorar la vida de los pacientes que la tienen, acabamos de empezar la lucha." Aún así, se ha generado una grave preocupación acerca de la fiabilidad de la información científica publicada sobre las nuevas medicinas en todos los campos. En septiembre de 2001, trece redactores de las principales publicaciones médicas advirtieron que la objetividad de los ensayos clínicos se está poniendo en peligro Atención sanitaria por el "actual entorno intelectual en el cual se conciben algunas investigaciones clínicas, se reclutan participantes para el estudio y se analizan y registran – o no – los datos” (Davidoff et al, 2001). Los ensayos clínicos podrían estar arriesgándose por culpa de conflictos de interés económico, la implicación inapropiada de los patrocinadores de la investigación a la hora de diseñar y controlar los ensayos y la parcialidad a la hora de publicar la diseminación de los resultados (Quick, 2001). ¿Cómo puede estropearse? Las tiazolidinedionas, un tipo de medicamentos hipoglucemiantes orales (OGLD), nos ofrecen un buen ejemplo. La primera tiazolidinediona, la troglitazona, que se incorporó al mercado en 1997 tras la aprobación por la vía rápida de la FDA, la Administración Americana de Alimentos y Medicamentos (EEUU), se promovió activamente hasta convertirse en un medicamento con un éxito de ventas de 2 billones de dólares, pero se retiró del mercado después de producir fallos hepáticos (tras seis semanas en el RU; tras 3 años y 60 muertes en los EEUU). Todo esto sucedió ante la ausencia de pruebas publicadas que demostrasen alguna ventaja en los resultados finales sobre la salud en comparación con las terapias ya existentes. En 1999, el año en que salió al mercado, la rosiglitazona se convirtió en uno de los medicamentos más vendidos en los Estados Unidos, a pesar de las limitadas evidencias clínicas. La pioglitazona la siguió poco después, una vez más en un momento en el que prácticamente no había ensayos clínicos publicados en inglés a disposición de la profesión médica, lo cual va en contra de la normativa. En 2001, un artículo de opinión del Lancet describió la eficacia comparativa y el perfil de inocuidad de la rosiglitazona y la pioglitazona que emergieron a partir de unos datos de la compañía apenas disponibles para la mayoría de los profesionales médicos. Desde este punto de vista se sugirió que estas medicinas tenían un papel más limitado del que se presentó en algunos comunicados promocionales mencionados e incluso hoy día no están bien definidos los riesgos a largo plazo ni los beneficios (Gale, 2001). Informes exactos e independientes: algo fundamental La independencia en el diseño, la dirección y la publicación de resultados en los ensayos clínicos fundamental a la hora de tomar decisiones sobre un tratamiento. Debería informarse fielmente sobre los resultados a la comunidad médica, preferiblemente en publicaciones científicas, y las actividades promocionales deberían ser un reflejo exacto de la evidencia clínica. Todas y cada una de las nuevas tiazolidinedionas han fracasado en una o más de estas expectaciones. Las presiones comerciales, en conflicto con los requisitos reguladores nacionales, y una supervisión poco ética de los ensayos clínicos, todo ello ha contribuido a generar esta situación. Una mejora de las recomendaciones éticas internacionales para investigadores clínicos sobre el diseño, la gestión y la publicación de 27 los ensayos clínicos sería de gran ayuda si queremos rectificar la situación y su implementación debería ser reforzada por parte de las autoridades reguladoras. Las aseguradoras sanitarias públicas y privadas también deberían estimular la publicación total e independiente de los ensayos clínicos como prerrequisito a la hora de decidir si se reembolsa o no el precio de un medicamento. Juntas, estas acciones harían mucho por asegurar que la confianza del público en el proceso de desarrollo de medicamentos está recompensada por verdaderos avances terapéuticos, incluidos aquellos avances necesarios para mejorar la vida de las personas con diabetes. ` Guitelle Baghdadi y Jonathan Quick La Dra. Guitelle Baghdadi es responsable de programas y el Dr. Dr. Jonathan Quick director de Política de medicamentos y Medicinas Esenciales de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza. Para saber más... Davidoff F, et al. Sponsorship, authorship, accountability. Lancet 2001; 325: 854-856. Gale EAM. Lessons from the glitazones: a story of drug development. Lancet 2001; 357: 1870-1875. Quick JD. Maintaining the integrity of the clinical evidence base. Bulletin of the World Health Organization 2001; 79(12): 1093. Saudek CD. Progress and Promise of Diabetes Research. JAMA 2002; 287(19): 2582-2584. Noviembre 2002 Volumen 47 Número 3