ORIGINAL DIETA CETOGÉNICA Dieta cetogénica: eficacia y tolerabilidad en epilepsia refractaria en Pediatría R. Caraballo, J. Trípoli, L. Escobal, R. Cersósimo, S. Tenembaum, C. Palacios, N. Fejerman Resumen. Introducción. En este estudio prospectivo evaluamos la eficacia y tolerabilidad de la dieta cetogénica (DC) en el tratamiento de niños con epilepsia de difícil control. Material y métodos. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: 1. Pacientes con epilepsia refractaria al tratamiento con uno o más fármacos antiepilépticos (FAE); 2. Niveles séricos de FAE en rangos terapéuticos; 3. Ausencia de enfermedad hepática, renal, anormalidades metabólicas o errores congénitos del metabolismo u otras encefalopatías progresivas; 4. Familias en condiciones psicológicas y económicas para cumplir estrictamente la DC. Nosotros utilizamos la DC clásica siguiendo los criterios sugeridos por el John Hopkins Pediatrics Epilepsy Center. Todos los pacientes fueron sometidos a examen físico, neurológico, análisis sanguíneos, incluido perfil lipídico antes y durante la DC. La eficacia de la DC fue evaluada de acuerdo con el porcentaje de reducción de la frecuencia de crisis, y consideramos que los resultados eran positivos cuando la reducción fue del 50% o más. La aceptación de la dieta y la calidad de vida fueron especialmente consideradas. Fueron admitidos 18 pacientes de edades entre 2 y 11 años, diez de sexo masculino y ocho de sexo femenino. Los diagnósticos de los distintos tipos y síndromes epilépticos se realizaron de acuerdo con la clasificación de la ILAE (1989), y la distribución fue: epilepsia parcial sintomática en 8 casos (uno de ellos tenía antecedentes de síndrome de West a los 5 meses); epilepsia parcial criptogénica, 1 caso; síndrome de Lennox-Gastaut, 2 casos; epilepsia mioclónica severa de la infancia, 6 casos, y epilepsia con crisis mioclónicas astática en 1 caso. Resultados. No se logró una cetosis persistente en cuatro pacientes debido al rechazo de la DC e incumplimiento de la misma por parte de los padres. La DC se mantuvo durante dos meses antes de considerarla carente de respuesta. Cinco pacientes no mostraron mejoría significativa y la DC fue suspendida. Actualmente nueve pacientes continúan con la DC. El tiempo de seguimiento de la misma abarca un período de 6 a 24 meses (promedio de 16 meses). Cuatro de ellos mostraron una reducción en la frecuencia de las crisis entre el 75-100% y en tres la reducción fue del 50-75%. Conclusiones. La DC fue bien tolerada en 14 de 18 pacientes y sus familias. El 50% de los 14 pacientes bajo DC mostraron una mejoría en la frecuencia de las crisis y en la calidad de vida. Debido al bajo número de pacientes, y al corto tiempo de seguimiento, no podemos especular sobre los resultados en relación con cada síndrome epiléptico, ni sobre los riesgos de complicaciones tardías [REV NEUROL 1998; 26: 61-4]. Palabras clave. Dieta cetogénica. Edad. Epilepsia. Neuropediatría. Nutrición. Tratamiento. KETOGENIC DIET: EFFICACY AND TOLERABILITY IN CHILDHOOD INTRACTABLE EPILEPSIES Summary. Introduction. Prospective study to evaluate efficacy of ketogenic diet (KD) in the treatment of children with intractable epilepsies (IE). Tolerability of the KD was also considered. Material and methods. Criteria for inclusion were: 1. Epilepsy refractary to treatments with antiepileptic drugs (AED) in monotherapy and combining two or three AED. 2. Acknowledgment of blood levels of these drugs in therapeutic range. 3. Absence of liver or kidney disease, metabolic abnormalities, inborn errors of metabolism or other progressive encephalopathies. 4. Family supposedly in economic and psychologic conditions to accept the difficulties of strictly maintaining KD. We used a classic KD following the criteria suggested by the John Hopkins Pediatrics Epilepsy Center. Baseline neurological and physical examination, EEG, blood chemistry including lipid profile were obtained prior to initiative and during the KD. KD efficacy was measured as percent reduction of baseline seizures frequency, considering positive results as reductions of 50% or over. Acceptance of the diet and quality of life were specially considered. Eighteen patients with ages from 2 to 11 years were admitted. Ten of them were males. Diagnosis followed the last Classification of Epileptic Syndromes of the ILAE, and distribution was: Symptomatic partial epilepsies, 8 cases (one had West syndrome at age 5 months); cryptogenic partial epilepsies, 1 case; Lennox-Gastaut syndrome, 2 cases; severe myoclonic epilepsy of infancy, 6 cases and epilepsy with myoclonic astatic seizures 1 case. Results. Four patients were not able to achieve persistent ketosis either due to patient’s rejection of KD or to parents non compliance. KD was kept for at least two months before considering failures. Five patients did not show significant improvement and KD was stopped. At present nine patients have been on KD from 6 to 24 months (average 16 months). Four of them showed a 75-100% reduction in seizures frequency and in three the reduction was of 50-75%. Conclusions. KD was fairly well tolerated by 14 of 18 children and their families. Fifty percent of the 14 patients complying KD showed significant improvement in seizure frequency and in quality of life. Due to the small number of patients and short follow-up, we can not speculate about results in relation to each epileptic syndrome, neither the risk of late complications [REV NEUROL 1998; 26: 61-4]. Key words. Age. Epilepsy. Ketogenic diet. Neuropediatrics. Nutrition. Treatment. 1998, REVISTA DE NEUROLOGÍA Wilder [2] especuló que los efectos sedativos de la cetosis tenían una acción antiepiléptica debido al aumento de los niveles de ácido acetoacético y acetona. En ese momento se pensaba que los cuerpos cetónicos presentaban acción anestésica y que el efecto sedativo similar al que provocaba el fenobarbital producía un efecto antiepiléptico. Posteriormente, otros investigadores atribuyeron el efecto antiepiléptico de la dieta cetogénica (DC) a una alteración electrolítica, trastornos del estado ácido-base, incremento de las concentraciones de los lípidos en sangre y a la deshidratación [3]. Numerosos centros refieren que la dieta cetogénica controla las crisis epilépticas en uno a dos tercios de los pacientes con epilepsias REV NEUROL 1998; 26 (149): 61-64 61 INTRODUCCIÓN Geyelin et al [1], en el año 1921 mostraron por primera vez que el ayuno provocaba una mejoría en el control de las convulsiones en pacientes epilépticos. Recibido: 25.09.97. Recibido en versión revisada: 06.11.97. Aceptado: 10.11.97. Servicio de Neurología. Hospital de Pediatría Juan P. Garraham. Buenos Aires, Argentina. Correspondencia: Dr. Roberto Caraballo. Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan. Combate de los Pozos 1881. Capital Federal (1245). Buenos Aires, Argentina. Fax (54) (1) 943-6116. R. CARABALLO, ET AL Tabla I. Porcentaje de fármacos antiepilépticos utilizados previo inicio de la dieta cetogénica. Fármacos antiepilépticos N.º de pacientes que los recibían % Clobazam 6 42 Ácido valproico 5 35 Vigabatrina 4 28 Difenilhidantoína 4 28 Fenobarbital 3 21 Oxcarbacepina 3 21 Diacepam 2 14 Etosuximida 3 21 Lamotrigina 2 14 Carbamacepina 1 7 refractarias [4-7]. También se han podido demostrar los efectos anticonvulsionantes de la dieta cetogénica en modelos experimentales animales [8-10]. Inicialmente la dieta cetógena consistía en ácidos grasos de cadena larga; luego Huttenlocher [11] utilizó una dieta rica en triglicéridos de cadena media. Sin embargo, el tipo de dieta cetógena que ha prosperado y que se utiliza actualmente en los centros más importantes, tales como el Neurological Institute of New York[12] o el John Hopkins Pediatric Epilepsy Center[13],esladietaclásica, es decir, a base de ácidos grasos de cadena larga. En los últimos años, médicos nutricionistas y dietistas han trabajado intensamente con el objeto de desarrollar una dieta más simple, con mejor sabor y de más fácil preparación para los padres. Ello sin duda ha beneficiado significativamente a los pacientes y a sus familiares. Recientemente ha resurgido el interés por el uso de la DC en el tratamiento de las crisis epilépticas refractarias. Este estudio prospectivo tiene el objetivo de evaluar la eficacia y tolerabilidad de la dieta cetógena en el tratamiento de niños con epilepsias refractarias. MATERIAL Y MÉTODOS Nuestra población está constituida por 18 pacientes, 10 varones y 8 mujeres. La edad en el momento de la admisión fue entre 2 y 11 años. Criterios de inclusión: 1.Pacientes con epilepsia refractaria al tratamiento antiepiléptico con monodroga o con dos o tres anticonvulsionantes combinados, con niveles séricos dentro de rangos terapéuticos. 2.Edad: preferentemente entre 1 y 8 años. 3.El daño neurológico estructural no contraindica el uso de dieta cetógena. 4.Cociente intelectual: se incluyen pacientes independientemente del cociente intelectual. Criterios de exclusión: 1.Pacientes con enfermedad hepática, renal, cardíaca, gastrointestinal, psiquiátrica, errores congénitos del metabolismo u otra encefalopatía progresiva. 2.Historia familiar de riesgo para mantener estrictamente la dieta. Nosotros utilizamos la dieta cetógena clásica siguiendo los criterios sugeridos por el John Hopkins Pediatrics Epilepsy Center [14]. A todos los pacientes se les realizó historia clínica donde constaba el exa- 62 men físico, EEG, análisis de laboratorio –que incluían perfil lipídico, orina completa, etc.–, antes y durante la dieta cetógena. En la tabla I se mencionan los diferentes fármacos antiepilépticos (FAE) que recibían los pacientes al empezar la DC. La eficacia de la DC fue evaluada de acuerdo con el porcentaje de reducción de la frecuencia de las crisis de base, considerando resultado positivo una reducción del 50% o más. Fueron especialmente consideradas la tolerabilidad de la dieta y la calidad de vida. Se instruyó a todos los padres y familiares de los pacientes sobre la importancia del estricto cumplimiento y control periódico de la dieta. Los pacientes en el período de ayuno fueron internados entre tres y cinco días hasta alcanzar tres o más cruces de cetonuria (medida por multistix). Una vez lograda la cetosis, se empezó la dieta aumentando progresivamente los aportes calóricos hasta niveles adecuados. El aporte calórico administrado fue del 75% de las calorías recomendadas para la edad. El cociente ceto-anticetógeno utilizado para la distribución de las calorías fue 4:1. Es necesario que el paciente reciba las necesidades básicas de proteínas para el crecimiento normal (1 g/kg/día). Los líquidos fueron restringidos, con un aporte calculado de 1ml/kcal/día. Se indicaron suplementos polivitamínicos, calcio, hierro y se evitaron todos los fármacos que contuviesen hidratos de carbono. Durante los tres a cinco días de internación se realizaron estrictos controles de laboratorio, en particular glucemia y cuerpos cetónicos en sangre. En este período se instruyó a los padres en el cálculo y planificación de la dieta. El cumplimiento de la dieta se monitorizó junto con los controles periódicos de cetonuria que realizaban los padres, al igual que la frecuencia y el tipo de crisis. Los diagnósticos de los diferentes tipos de epilepsia y síndromes epilépticos se basaron en la última clasificación de la ILAE (1989). La distribución fue la siguiente: epilepsia parcial sintomática 8 casos (1 paciente con antecedentes de síndrome de West a los 5 meses), epilepsia parcial criptogénica en 1 caso, síndrome de Lennox Gastaut en 2 casos, epilepsia mioclónica severa de la infancia en 6 casos, y epilepsia con crisis mioclónica astática en 1 caso. RESULTADOS La colaboración y cumplimiento de la dieta por parte del paciente y sus familiares fue excelente excepto en un caso. Tres pacientes suspendieron la dieta por efectos adversos producidos por la misma. Se consideró un período de dos meses de tratamiento con la DC para evaluar la respuesta terapéutica. Cinco pacientes no mostraron mejoría, por lo que se suspendió la dieta. Actualmente nueve pacientes continúan recibiendo la DC cumpliendo un período que varía de 6 a 24 meses (promedio 16 m). Cuatro pacientes mostraron una reducción de la frecuencia de crisis del 75-100%; en tres la reducción fue del 50-75%. En los dos pacientes restantes la reducción de la frecuencia de las crisis fue menor del 50% pero mejoró significativamente la calidad de vida, por lo cual se mantuvo la DC. La tabla II muestra la respuesta a la DC de los diferentes tipos de epilepsia y síndromes epilépticos. Los sietes pacientes que tuvieron una reducción de crisis mayor del 50% recibían, en el momento de iniciar la DC, dos o más FAE. En tres de ellos se logró reducirlas de 3 a 2 fármacos anticonvulsionantes, mejorando su sensorio sin empeoramiento de las crisis. A todos los pacientes se les realizó EEG previo y posterior al inicio de la DC. En tres pacientes se evidenciaron mejorías significativas; dos de ellos normalizaron el mismo. Estos pacientes correspondían al grupo cuya reducción de crisis fue del 75-100%. En el paciente restante desaparecieron los paroxismos durante el registro en vigilia, manteniéndose los mismos en sueño; en este caso la reducción de las crisis fue del 50-75%. Los efectos adversos y/o complicaciones observadas durante la DC fueron las siguientes: un paciente tuvo hiponatremia, hipocalcemia y desnutrición, y otro paciente refirió vómitos e inapetencia; en ambos la DC fue suspendida. Un paciente sólo manifestó vómitos, y el cuarto restante presentó infecciones de repetición. REV NEUROL 1998; 26 (149): 61-64 DIETA CETOGÉNICA Tabla II. Datos clínicos y resultados terapéuticos en 14 pacientes tratados con dieta cetogénica. NyA Edad de inicio de la DC B, D G, G C, M G, A A, J S, I R, O R, S L, A B, S S, M P, C B, R E, T 10 a 5a 2a 6a 9a 7a 4a 5a 5a 5a 3a 4a 6a 7a Tipo de epilepsia y síndrome epiléptico Cumplimiento de la DC en meses Respuesta a la DC Mejoría del nivel de alerta y conducta – 24 m 23 m 14 m – – 23 m 24 m 20 m 22 m 25 m – – 22 m 50% < 50% 75-100% 75-100% Suspendió Suspendió 50-75% 75-100% 75-100% < 50% 50-75% Suspendió Suspendió < 50% No Sí Sí Sí No No Sí No No Sí Sí Sí No No Epilepsia parcial sintomática S. de Lennox-Gastaut Epilepsia mioclónica severa S. de Lennox-Gastaut Epilepsia parcial sintomática Epilepsia mioclónica severa Epilepsia mioclónica severa Epilepsia mioclónica severa Epilepsia parcial criptogénica Epilepsia parcial sintomática Epilepsia parcial sintomática Epilepsia parcial criptogénica Epilepsia mioclónica severa Epilepsia mioclónica severa No se observaron efectos adversos relacionados con la medicación anticonvulsionante. Seis pacientes mostraron una significativa mejoría en el nivel de alerta y comportamiento. Cuatro correspondían a pacientes con una reducción de las crisis de más del 50% y en dos de ellos se pudo reducir el número de fármacos anticonvulsionantes. Los dos pacientes restantes, que aún continúan con DC, tuvieron una reducción de las crisis menor del 50%. DISCUSIÓN Nuestros resultados y los de la literatura demuestran que la dieta cetógena es efectiva y se acepta como tratamiento de las epilepsias refractarias en niños [6,15,16]. La mejoría de la calidad de vida en los pacientes tratados con DC probablemente se deba a la reducción de la frecuencia de las crisis y a la disminución del número y dosis de los fármacos antiepilépticos. En este sentido, el efecto de la DC sobre la conducta nunca ha sido sujeto a un riguroso análisis, ni en los modelos animales de experimentación, ni en humanos a través de estudios prospectivos utilizando tests neuropsicológicos apropiados. El mecanismo de acción de la DC es todavía pobremente comprendido. La cetosis es necesaria pero no suficiente para el control de las convulsiones. A este respecto se han planteado diversas hipótesis [3,7]. De Vivo et al observaron en ratas con cetosis crónica cambios de los metabolitos cerebrales, en particular un aumento de la concentración de beta-hidroxibutirato y de la acción del gamma-aminobutirato (GABA) [18,19]. Otras observaciones sobre el uso de la DC en el tratamiento de enfermedades metabólicas nos ofrecen información útil y nos permiten realizar mayores especulaciones [20-22]. La dieta cetogénica es el tratamiento de elección en el síndrome de deficiencia de transportadores de glucosa [20] y de la deficiencia de piruvato deshidrogenasa (DPD] [21,22]. Ambas entidades causan convulsiones y alteraciones en el metabolismo energético a nivel cerebral. En el primer síndrome, las convulsiones son debidas a la hipoglucorraquia y a una disminución de la glucosa a nivel intracelular. Las crisis epilépticas responden dramáticamente a la dieta cetógena, la cual provee una vía energética alternativa. El beneficio de la DC en el tratamiento de la DPD no es aún conocido, pero la base metabólica para su uso es bien clara. La dieta REV NEUROL 1998; 26 (149): 61-64 provoca un camino alternativo para el acetil-CoA y posibilita la actividad del ciclo tricarboxílico cerebral. Si las convulsiones están presentes responden bien a la DC. Por lo tanto, estas observaciones sugieren que la DC actúa favorablemente sobre el metabolismo energético cerebral e incrementa las reservas de energía, siendo el factor más importante que provoca aumento de la resistencia a las convulsiones en el tejido intracerebral cetósico [23]. Recientemente Hori et al realizaron estudios experimentales que analizaban el impacto de la dieta cetogénica sobre el mecanismo y la historia natural del proceso epileptógeno. Este modelo animal podría ofrecer a los investigadores nuevas posibilidades de estudio de los mecanismos de acción de la DC usando el modelo kindling de epilepsia. No hay información precisa sobre si la DC actúa suprimiendo las crisis epilépticas, como la mayoría de los anticonvulsionantes, o si altera el proceso epileptógeno subyacente. Una cuestión que nos planteamos es cuál sería el candidato ideal para el uso de la DC en relación con la edad, tipo de crisis epiléptica, tipos de epilepsia y etiología. La DC tradicionalmente ha sido utilizada en infantes por dos razones: por la mayor capacidad del cerebro del niño para generar cuerpos cetónicos y porque mantiene igual concentración de glucosa a nivel cerebral en relación con el cerebro maduro [24,25]. El número reducido de nuestros casos no nos permite obtener conclusiones sobre el tipo de epilepsia que más se benefició con la DC. Sin embargo, se considera que las crisis y epilepsias generalizadas responden mejor a la DC [17]. Otro aspecto fundamental que merece especial consideración son los efectos adversos y factores de riesgo de la DC. Generalmente la DC es bien tolerada pero con efectos adversos potenciales. Pacientes tratados con DC experimentaron reducción de la masa ósea y se han descrito casos de litiasis renal [5]. Livingston [5] describió dos casos con acúmulo de lípidos en los vasos capilares en la retina. También se han descrito engrosamiento del cuero cabelludo, alopecia y complicaciones cardiovasculares a largo plazo debido a aterosclerosis en algunos pacientes adultos examinados [5]. Asimismo, se han mencionado en la literatura cambios mentales, que incluyen coma, aunque de rara presentación. Recientemente se observó una disminución de la concentración de carnitina [28]. Esto podría incrementar, por un lado, el transporte de glucosa hacia la célula, y, por otro, restringir el metabolismo de los ácidos grasos a través de la beta oxidación [29]; por tanto, se 63 R. CARABALLO, ET AL aconseja no dar suplemento de carnitina de forma habitual, excepto cuando hay una franca deficiencia. Deberían realizarse diversos estudios con el objeto de documentar la frecuencia de la deficiencia de carnitina en niños tratados con DC y determinar la posibilidad de que existiera una enfermedad metabólica oculta como causa de esta alteración. Sería importante, además, realizar calciuria de forma habitual y ultrasonografía de riñón con el fin de detectar precozmente formaciones de cálculos renales y, de esta manera, tratarlos en lugar de descontinuar la DC. CONCLUSIONES 1. La dieta cetógena fue bien tolerada en 14 pacientes y sus familias sobre un total de 18 casos estudiados. 2. El 50% de los pacientes que realizaron la DC mostraron una mejoría significativa en la frecuencia de las crisis y de la calidad de vida. 3. No podemos especular sobre los resultados en relación con la edad de inicio de la DC, con los diferentes tipos de síndromes epilépticos, etiología, ni con los riesgos de complicaciones tardías. BIBLIOGRAFÍA 1. Geyelin HR. Fasting as a method for treating epilepsy. Medical Record 1921; 99: 1038-9. 2. Wilder RM. The effects of ketonemia on the course of epilepsy. Mayo Clin Bull 1921; 2: 307-14. 3. Dodson WE, Prensky AL, de Vivo DC, Goldring S, et al. Management of seizure disorders: Selected aspects. Part II. J Pediatr 1976; 89: 695-703. 4. Keith HM. Convulsive disorders in children: With reference to treatment with ketogenic diet. Boston: Little Brown; 1963. 5. Livingston S. Dietary management of epilepsy. In Livingston S, ed. Comprehensive management of epilepsy in infancy, childhood and adolescence. Springfield, III: Charles C. 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