LA DECORACIÓN DE LOS PALACIOS HISPANOMUSULMANES. I. MADINAT AL-ZAHRA Basilio Pavón Maldonado. RESUMEN. Estudio de la decoración floral y geométrica de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra fundada por Abd al-Rahman III en el año 936. Este trabajo afecta a los palacios excavados entre los años 1912 y 1985: palacio del “Salón Rico”, Palacio de Occidente de la terraza más superior, Palacio Oriental de cinco naves y Palacio de Recreo de la cuatro albercas del jardín del “Salón Rico”. Se incluye la mezquita palatina. La decoración se estudia en tres apartados: composiciones vegetales y unidades florales representativas, decoración geométrica, decoración animada e inscripciones. ABSTRACT DECORATION OF HISPANIC MUSLIM PALACES. I. MADINAT AL-ZAHRA. Study of floral and geometric decoration of the palatine city Madinat al-Zahra founded by Abd al-Rahman III in 936. This study concernes the palaces excavated between 1912 and 1985: Palace ot the “Salón Rico” belonging to Abd al-Rahman III, West Palace of the uppermost terrace, Oriental Palace whith five galeries and Recess Hall of the four pools in the garden of the “Salón Rico”. It study includes the mosque palatine. The decoration is studied in three sectoris: vegetables compositions and the floral units more representatives, geometric decoration and animated decoration and inscriptions La historia oficial de las excavaciones realizadas en Madinat al-Zahra ha sido tratada por los siguientes autores: R. Castejóm, “Las excavaciones de Madinat al-Zahra en Córdoba”, Atti del III Congresso di Estudi arabi e islamici, Napoli, 1967 (de 1910 a 1967); B. Pavón Maldonado, Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III. Palacios, 2004 (de 1010 a 1985, con 89 figuras que recogen 400 pìezas nuevas y 30 tablas de unidades florales y geométricas nuevas aparecidas en las excavaciones, gran parte de ellas enumeradas en los libros El arte hispanomusulmán en su decoración Floral (1981) y El arte hispanomusulmán en su decoración Geométrica (1975). A. Vallejo Triano, La ciudad califal de Madinat al-Zahra. Arqueología de su arquitectura, 2010 (con 396 ilustraciones básicamente de arqueología, incluidas 24 de nuevos temas decorativos, y 59 planos de plantas, alzados y secciones arquitectónicas. En el presente artículo junto a las piezas decorativas figuran los años 1964, 1965, 1966, etc. indicando fecha de aparición y reproducción de las mismas a cargo de B. Pavón. INTRODUCCIÓN. La decoración monumental hispanomusulmana en las primeras décadas del siglo pasado tuvo ya acogida e impulso en G. Marçais, Gómez-Moreno, Torres Balbás y H. Terrasse. Fue Marçáis el historiador que en sus dos libros más conocidos L´architecture musulmane d´Occident (1954) y L´art musulman (1962), la edición primitiva del primero de 1926, establece amplios apartados siguiendo este orden: arquitectura religiosa, arquitectura civil, decoración, por áreas geográficas y estilos, siguiendo el método ya iniciado por el arquitecto K. A. C Creswell en Early Muslim Architecture (1932-1940), mucho años antes (1923) de E. Herzfeld Der Wanschmuck der Bauten von Smarra and seine ornamentik, el mismo año en que Gómez-Moreno con la colaboración de E. Camps Cazorla publica “La ornamentación mudéjar toledana” en Arquitectura española, (1923, 1924, 1926). F. Hernández Jiménez “Arte musulmán. La techumbre de la Gran Mezquita de córdoba”, 1941; Camps Cazorla, Módulo, proporciones y composición en la arquitectura califal de Córdoba,1953. En 1955 Torres Balbás publica “Los precedentes de la decoración mural hispanomusulmana” (Al-Andalus, XX). En 1964, Hill, Derek y Grabar, Oleg, publican Islamic architectura and its decoration. Torres Balbás en su “Arte hispanomusulmán hasta la caída del Califato de Córdoba” (Historia de España de Menéndez Pidal, V, 1965) cuida bastante bien el tema decorativo dedicándole amplio apartado encabezado por los capiteles califales, también destacado en este sentido su Ars Hispaniae IV; H. Terrasse, “la formation de l´art musulman d´Espagne”, Cahiers de Civilisation Médiévale, 1965, y “Les tendences de l´art hispano-mauresque a la fin du X et au debut du XI siècle,”, 1968. Ernst M. Kühnel, “Lo antiguo y lo oriental como fuente del arte hispanoislámico”, Al-Mulk (1964-65. Por lo que se refiere a la decoración geométrica los pioneros en el área islámico occidental sin duda fueron Gómez-Moreno y A. Prieto Vives, ambos autores de El lazo. Decoración geométrica musulmana (1921); el segundo autor con su El arte de la lacería (1904). Brisch, Klaus, “Las celosías de las fachadas de la Gran Mezquita de Córdoba” (Al-Andalus, 1961). En los años 70 del pasado siglo Pavón Maldonado, tras su permanencia de dos años en Madinat al-Zahra (1964-1966), inicia ciclo de estudios sobre la decoración artística geométrica y floral hispanomusulmanas a comenzar en la mezquita aljama de Córdoba y palacios y mezquita de Madinat al- Zahra: “Las analogías entre el arte califal de Córdoba y la Mezquita Mayor de Qayrawan”, Cuadernos de la Alhambra, 1968; El arte hispanomusulmán en su decoración geométrica (1975-1989) y Arte hispanomusulmán en su decoración floral (1981-1990). Trabajos precedidos por la Memoria de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra, (1966), “Influjos occidentales en el arte del Califato de Córdoba” (1968), “Sobre el origen sirio de las almenas decorativas hispanomusulmanas” (1969) y “La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación del Califato de Córdoba” (1973); en el mismo año su Arte toledano: islámico y mudéjar. H. Sternn, Les mosaïques de la Grende Mosquée de Cordoue, 1976. M. Lillo Alemany, “Algunas similitudes decorativas entre el arte omeya oriental y la mezquita de Córdoba”, 1977. La decoración del siglo XI básicamente de la Marca Superior reflejada en estudios de Chr. Ewert Hallazgos islámicos en Balaguer y la Aljafería de Zaragoza (1980). Para el arte mudéjar B. Martínez Caviró, Mudéjar toledano. Palacios y conventos (1980). En 1985 Félix Hernández Jiménez publica su muy esperado Madinat al-Zahra. Arquitectura y decoración, aunque es de lamentar la ausencia de documentos históricos cuales son fotografías, planos y dibujos. Entre los años 1986 y 1995, serie de estudios de decoración de yeserías de Murcia y el Levante español a cargo de J. Navarro Palazón (“Arquitectura y artesanía de la cora de Tudmir”) y con P. Jiménez Castillo Casas y palacios de al-Andalus. Siglos XII y XIII. Grabar, O., L´ornament. Formes et fonctions dans l´art islamique, 1996. En 2001 Pavón Maldonado publica “El lazo de 6 de la Alcudia de Elche. El primer ejemplo conocido de Occidente. Las tramas hexagonales en el arte árabe” (Al-Andalus). Respecto a los palacios hispanomusulmanes más concretamente en su Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III. Palacios (2004) por capítulos y épocas se adelantan cuantos decorados de índole geométrica y floral conocidos y desconocidos, concurren en la arquitectura palacial, palacio a palacio, desde Madinat al-Zahra a los más postreros palacios y casas señoriales mudéjares. Éstos últimos tratados por T. Pérez Higuera en Arquitectura mudéjar en Castilla y León (1999) y por P. Lavado, “Yeserías mudéjares en Castilla la Vieja y León”, (1991) y “El palacio de Astudillo” (1993). En estos últimos años de la geometría decorativa de las techumbres mudéjares siguiendo la línea establecida por Prieto Vives viene ocupándose el arquitecto Enrique Nuere con exhibición de excelente ilustraciones a línea. La decoración geométrica en el “Salón Rico” de Medinat al-Zahra y la de la sinagoga toledana de Santa María la Blanca tratadas por Natascha Kubisch (1995). Y respecto a la ornamentación de mocárabes y la epigráfica en el mencionado Tratado III se ponen las bases para estos dos importante capítulos. Para consultas entre otros trabajos de autores extranjeros: E. M Kühnel, “Lo antiguo y lo oriental como fuente de arte hispano-islámico” (Al-Mulk, 1964-65); S. Flury, “La mosquée de Nayin” (Syria, XI, 1930; R. W. Hamilton, Khirbal al- Mafyar, 1959; O. Grabar y otros, City in the desert. Qasr al-Hayr East, 1978; L. Golvin, Essai sur l´architecture religieuse musulmane , I-II- III-IV, 1970-1979. Volviendo a Madinat al-Zahra son obras básicas: R. Castejón, numerosas publicaciones en la revista Al-Mulk y otras cordobesas, del año 1924 a 1985, por ejemplo “Piezas califales en Londres”, Al-Mulk 4, 1964-65; R. Valázquez Bosco, Medina Azzahra y Alamiriya, 1912, y Excavaciones en Medina Azzahra, 1923; R. Jiménez, R. Castejón, F. Hernández Giménez , E. Ruiz Martínez, J. M. Navascués, Excavaciones en Medina Azzahra (Córdoba) (Memoria de los trabajos realizados por la Comisión DelegadaDirectora de los mismos), 1924; R. Jiménez, E. Ruiz Martínez, R. Castejón, F. Hernández Giménez, Excavaciones en Medina Azzahra (Córdoba) (Memoria de los trabajos realizados por la Comisión Delegada-Directora de los mismos), 1926. M. Ocaña Jiménez, sobre capiteles epigrafiados de dentro y de fuera de al-Zahra, renombradas publicaciones de los años 1936, 1939, 1940, 41 y 1976; (muy importante “obras de al-Hakam II en Madinat al-Zahra”, al-Andalus, VI, 1941). M. Gómez-Moreno, “Capiteles árabes documentados” Al-Andalus, 1941. Rosario Castejón, “Medina Zahra en los autores árabes”, Al-Mulk, 1961; L. Golvin, “ Note sur un decor de marbre trouvé á Madinat al-Zahra”, Al-Andalus, 1960; B. Pavón Maldonado y F. Sastre, “ Capiteles y cimacios de Madinat al-Zahra tras las últimas excavaciones”, Archivo Español de Arte, 1969; Las almenas decorativas hispanomusulmanas, 1986; “Sobre arte y arqueología hispanomusulmna. Algunas anotaciones”, en Homenaje al profesor Jacinto Bosch Vilá, 1991 (se dan los letreros árabes aparecidos en la excavación de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra). M. López Cuervo, Madinat al-Zahra. Ingeniería y formas, 1983; Vallejo Triano, coord. Madinat alZahra 1985-2000. 15 años de recuperación, 2000; Chr. Ewert, “Elementos decorativos de los tableros parietales del Salón Rico de Madinat alZahra”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 1987, y “El arte omeya andalusí en la última fase: el Cortijo del Alcaide”, Palencia, 1999; C. Barceló, M. Labarta, “Las fuentes árabes sobre al-Zahra. Estado de la cuestión”, 1987 y 2000; A. Vallejo Triano, “El baño próximo al Salón de Abd al-Rahman III”, Cuadernos de Madinat alZahra, 1987; Mª A. Martínez Núñez, “La epigrafía del Salón de Abd al- Rahman Planta de la mezquita aljama de al-Zahra, según B. Pavón. Cuadriculado relacionado con la aparición de las piezas decorativas dispersas por el suelo del edificio (1966). III” (1995) y “Epígrafes a nombre de al-Hakam en Madinat al-Zahra (1999); A. Vallejo Triano, coord. El Salón de Abd al-Rahman III, 1995 (Ewert, Natascha Kubisch, Cressier, M. Barceló, Acién Almansa), “La vivienda de servicios y la llamada Casa de Ya´far” (en La casa hispanomusulmana. Aportaciones de la arqueología, 1990; P. Cressier, “Los capiteles del Salón Rico: un aspecto del discurso arquitectónico califal”, en Madinat al-Zahra. El Salón de Abd al-Rahman III; A. Almagro Gorbea, “Análisis tipológico de la arquitectura residencial de Madinat al-Zahra”, en Al-Andalus und Europa zwischen Orient und Okzident, Petersberg 2004; S. Noack-Haley, “Los capiteles de la mezquita de Madinat al-Zahra”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 2004; M. Meonat, “Madinat al-Zahra en las fuentes árabes de Occidente islámico”, Cuadernos de Madinatb al-Zahra, 2004. M. Fierro, “Madinat al-Zahra, el Paraíso y los fatimíes”, AlQantara, 2004. La última obra sobre al-Zahra, Vallejo Triano: La ciudad califal de Madinat al-Zahra. Arqueología de su arquitectura), 1910: el más eficiente, correcto y completo estudio vía arqueológica, básicamente arquitectura, con excelentes planimetrías general y parciales de todos los palacios del por el autor denominado Alcázar de Madinat al-Zahra, con la colaboración de autores, vivos y fallecidos, citados a pie de página y planos tres planos de Félix Hernández Jiménez. Se echa de menos ilustraciones de otros autores. 24 piezas decorativas nuevas. La amplia bibliografía de este último libro en buena parte viene a ser un escaparate de autores y trabajos que nada tienen que ver con al-Zahra o el arte califal de Córdoba; acepta trabajos de B. Pavón relacionados con la ciudad palatina, pero deja fuera de contexto“La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación del califato de Córdoba” (1973) y Tratado III. Palacios y Tratado IV. Mezquitas (2004 y 2009), el primero primordialmente apegado a la ciudad palatina en su capítulo primero, siquiera porque el autor fue testigo presencial y colaborador en memorables jornadas arquitectónicas de al-Zahra, aunque esto no es de extrañar pensando que en la revista Cuadernos de Madinat al-Zahra que dirige Vallejo el señor Acién Almansa ha escrito que “hay que olvidar el paso de B. Pavón por Madinat al-Zahra” (este investigador estuvo en la ruinas auspiciado por la Dirección General de Bellas Artes a la sazón regida por el arqueólogo Gratiniano Nieto y por el arquitecto Félix Hernández Jiménez, director de las excavaciones de la ciudad palatina, Diego Angulo Iñiguez, H. Terrasse, M. Gómez-Moreno y L. Golvin; además desde 1966 rindió cumplidos frutos en publicaciones por lo que se ve no del gusto de todos). En el texto del libro de Vallejo Triano de alguna manera, aunque inesperada e injusta, se compara a B. Pavón con el alemán Chr. Ewert, el primero como autor de las obras generales, dice el autor, de la decoración floral y geométrica que considera de resultados fallidos en lo que se refiere a al-Zahra frente a los exitosos trabajos de los tableros del “Salón Rico” del germano. Para no faltar a la verdad en los libros del primer autor (todo el de la decoración floral, 1981, y los dos capítulos primeros del de la decoración geométrica, 1975) por primera vez se rescatan del anonimato y se incorporan centenares de composiciones y unidades florales califales a la Historia del Arte, a la arqueología y a la arquitectura mediante estudio selectivo de seriación, catalogación y numeración de piezas de al-Zahra, empeño que iniciado en la mezquita aljama de al-Zahra continúa en el primer capitulo del Tratado III y en el presente trabajo de Internet. Respecto a los tableros del “Salón Rico” se trata de otra fase Restitución de arquería del oratorio techado de la mezquita aljama de al-Zahra a base de los restos decorativos aparecidos en el mismo en la excavación de 1964, según B. Pavón. Imposible de aceptar para esta mezquita la superposición de arcos de la mezquita emiral de Córdoba, tesis reciente de Vallejo Triano (La ciudad califal…fig. 16) que no fue testigo presencial de la excavación. Sobre la misma excavación Félix Hernández no vió tampoco entonces indicios de los arcos superpuestos. investigadora más tardía del autor alemán alentada por Félix Hernández. Esos tableros del Salón (y de paso los mármoles de su entorno) tan entrañables de Félix Hernández que inició la restauración y recrecimiento de los simbólicos árboles, me correspondió a mí reproducirlos todos por primera vez en la Memoria de la excavación… , (1964), luego los mármoles en 1969 y 1990, los tableros de árboles en Ewert (1987 y 1995), en 2004 el Tratado III, según fotografías tomadas en 1966. La razón principal de B. Pavón de la publicación prematura de los tableros en la Memoria así como los mármoles no era otra que la de adelantarse a posibles hurtos de decorados que se venían perpetrando en al-Zahra desde la más tempana edad de las ruinas. En esta línea de alguna manera había que dar testimonio de lo más valioso existente en la ciudad califal por entonces prácticamente a la intemperie, un campo de ruinas sin puertas. Alminar restituido de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra, según B. Pavón. La restitución la facilitan los siguientes datos: 1) al-Maqqari da alminar de 10 codos de base y 40 codos de altura, traducido en metros 5 y 20. En la excavación salíó la base de la torre cuadrada de 5, 5 metros de lado; 2) en derredor del alminar aparecieron almenas decoradas de dos tamaños, las mayores de 0,72 m. de altura, las menores de 0, 60 m. de altura. A tenor de la longitud de las bases de estas piezas su número para el primer cuerpo era de 6 más las dos mitades de los extremos, 4 almenas y las dos mitades de los extremos para el segundo cuerpo. Parecidos argumentos fueron válidos para restituir en alzado los arcos, modillones y almenas lisas de las galerías del patio. Alminar y pórticos fueron imitados en el patio de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, incluido la proporción de la torre de 1/4= la altura cuatro veces la base. Sin duda el alminar de al-Zahra era el edificio más alto de esta ciudad palatina. Me referiré ahora a algunos aspectos relativos a la biografía de las ruinas de al-Zahra todavía no explicados. En primer lugar, Vallejo Triano en su trabajo “Madinat al-Zahra desde el inicio de su recuperación” escribe sobre la excavación de esta mezquita que “quedó a la luz en menos de cuatro meses, un año después se excavó el pabellón central del jardín de las albercas con prolongación hacia poniente del camino de ronda bajo”. Dice que la memoria de la mezquita de B. Pavón sale en 1965 cuando su publicación es de 1966, primer punto; el segundo es que la excavación de la mezquita según obra en el diario de excavaciones llevado por B. Pavón tuvo una duración de ocho meses (véase apéndice de este trabajo), de abril de 1964 a octubre del mismo año. Tercer punto, la excavación de la zona del camino de ronda bajo no es exactamente de 1965, según el diario de esta jornada de B. Pavón se inició en febrero de 1964 simultaneado este trabajo con el de los últimos meses de la excavación de la mezquita, con prolongación a 1966. No habla Vallejo Triano de la participación que tuvo B. Pavón en esa excavación del camino de ronda con su plano de las albercas (ver figura 5, 3). Nuestro interés ahora se centra, siguiendo la pauta marcada en el primer capítulo del Tratado de arquitectura III, en dar una imagen arquitectónica y decorativa de conjunto y de detalles de la ciudad palatina de alZahra comprendida entre 1912 y 2010, insistiéndose más en esta ocasión en la imagen segunda. Mezquita aljama de Madinat al-Zahra (B. Pavón. Memoria de la excavación…). Sector de maqsura y de los muros de qibla, exactamente como apareció en la excavación. La doble qibla, que para Félix Hernández se instituyo con posterioridad a 942, con el pasillo del sabat en medio, en cimientos, al que se ingresaba por una puerta de la derecha. En mi opinión, este esquema de doble muro, el sabat interrumpido por el cuerpo del mihrab, era junto con el alminar y estructura del patio una novedad de un edificio que a todos los niveles se confiesa como ensayo precursor de la mezquita aljama califal de Córdoba, como en lo decorativo se anticipa a las excelencias que veremos en los palacios. El piso de la faja de territorio de maqsura es de losas cuadradas de barro rojo. Pero esta mezquita tuvo maqsura o vallado de madera de la parte derecha del nicho del mihrab, como en la Gran Mezquita de Qayrawan, rodeando al minbar, según testimonio de al-Maqqari. A. Almagro (Planimetría, 2011) se atreve a poner en el mihrab el interior poligonal del nicho sagrado de la mezquita aljama de Córdoba además de cuatro tramos en el sabat, en el primer caso sin argumentos tangibles que lo respalde. Si el alminar en planta de al-Zahra es completamente diferente del de la aljama de Córdoba, ¿ por qué el mihrab de la aljama palatina ha de ser exactamente igual que el de Córdoba? La decoración de los palacios occidental y oriental de las terrazas superiores se debe a las excavaciones de Velázquez Bosco de los primeros años del siglo pasado, (19101923) prácticamente toda recogida e inventariada en el improvisado Museo de Madinat al-Zahra. Y la referente a toda la terraza del “Salón Rico, incluido éste y la vivienda palatina adjunta, revelada en las excavaciones dirigidas por Félix Hernández Giménez desde 1944 en que se descubre el salón de Abd al-Rahman III o “Salón Rico” a la década de los ochenta, entre los años 1964 y 1966 con la colaboración de Basilio Pavón Maldonado, cuando fue excavada la mezquita palatina y el pabellón de las cuatro albercas del jardín del “Salón Rico”. Todo ello enriquecido al final de esta fase y en la posterior con las aportaciones de Vallejo Triano referente a la Casa de Ya´far fundada a partir de 961 y Vivienda de la Alberca a Occidente y por encima del “Salon Rico”. En las siguientes páginas se verá que piezas decoradas de mármol y de piedra arenisca salidas entre los escombros echados desde arriba por descuido al nivel de la terraza del “Salón Rico” serían del Palacio Occidental o del príncipe Hisam, reconocido como Dar al-Mulk por Vallejo Triano. Al final del presente estudio se dan algunas páginas a título de apéndice con aportaciones sacadas del diario no publicado de lasexcavaciones en alZahra de B. Pavón Maldonado correspondientes a los años 1964, 1965 y en parte 1966. RESUMEN DEL EFECTO PORTADAS MONUMENTALES CLÁSICAS Y BIZANTINAS EN LA ARQUITECTURA ISLÁMICA DE OCCIDENTE. Figura 1. Fachadas de palacios árabes y mezquitas. Los orígenes. Torres Balbás puso ya de manifiesto los modelos de nuestras portadas omeyas en portadas romanas del Anfiteatro de Orange (fig. 1,1) y del palacio de Split (fig. 1, 2) (“Arte hispanomusulmán hasta la caída del Califato de Córdoba”), básicamente esquema con arco de entrada remontados por tres o más arcos ciegos o decorativos. Algunas representaciones ya arabizadas estudiadas por Creswell (Early Muslim Architecture) y otro autores: 3, 6, los palacios omeyas de Qasr al-Hayr; en la arquitectura abbasi Qasr Uhaydir, fachada interior y exterior (5) (4, restitución Creswell); 7, Puerta de Bagdad de Raqqa, según Creswell. Este prototipo de portada pasa a la mezquitas del Islam Occidental, iniciada al parecer en la puerta de San Esteban de la mezquita aljama de Córdoba (s. VIII), rehecha en el siglo IX (fig. 2, 2), seguida del frente de mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (s. IX) (fig. 1, 9), con representación miniaturizada en el mimbar de la misma mezquita (8). A continuación portadas de las mezquitas tunecinas del siglo X: en Susa mezquita Sidi al- ´Ammar (fig. 1, 10), en Túnez fachada de la mezquita aljama (fig. 1, 11); de Mahdiya fachada tripartita de la mezqu. 2, 7). Quedándonos el tema de este tipo de portada en los palacios de la Córdoba califal. Se daba ya en las portadas de la mezquita aljama de Madinat al- Figura 2. Portadas de mezquitas occidentales Figura 2-1. Cinco novedosas portadas hispanomusulmanas A) Arqueta de marfil tenida por visigoda de la Colección Pitcairn del Museo de Pensilvania: tres calles, más ancha la central, arcos de herradura pareados o bífora sobre el arco principal. B) Portada del Beato de Liébana y del Beato de El Escorial: tres calles más ancha la central, bífora visigoda en alto y a tres bandas. El tema es si tales portadas de no proceder del referente de puertas califales de la mezquita mayor de Córdoba son recreaciones de inspiración visigoda del tripartito antiguo y bizantino. Con la portada A en cierto modo se relaciona la de la mezquita aljama de Mahdiya (Túnez). Zahra cuyas arquería superior vemos en 5 de la fig. 2, que inicialmente remataba en friso de almenillas decoradas, tema que nos lleva a la portadita llamada de la Biblioteca de la Gran Mezquita de Qayrawan (fig. 2, 3) que últimamente A. Lézine piensa que sería fachada del mihrab de mezquita del siglo VIII, si bien su semejanza con las portadas cordobesas califales (5) y (6), mihrab de al-Hakam II, llevan a pensar que ese mihrab tunecino sería fruto de influencia tardía cordobesa del principios del siglo XI; en tal caso portada conmemorativa del mihrab que allí existió en el siglo VIII. Sobre este tema opinaron Velázquez Bosco, Creswell, Gómez-Moreno, Marçais, H. Terrasse, L. Torres Balbás, A. Lézine, Golvin y Pavón Maldonado (un resumen de todo ello en nuestro Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III. Mezquitas, 2009). Por último, una de las portadas de la mezquita cordobesa de al-Hakam II (fig. 2, 4), llamada Del “Chocolate”. Respecto a la portada generalizada en palacios de al-Zahra cobra validez hoy el esquema A (reconstrucción) frente al B (hipotético) de la propuesta de Velázquez Bosco para el Palacio Oriental de las cinco naves. Se trata del tribelon bizantino (tres arcos de igual luz) no cobijados por arco común, sustituido por alfiz único, tal como pasó a los palacios entre el siglo XI y el XII del Alcázar de Sevilla (C) y alcazaba de Málaga (D). Los tres arcos sevillanos remontados por tres ventanas centradas que no acaban de aparecer en al-Zahra, pese a que en la terraza del “Salón Rico” salieron celosías caladas. y ciegas (ver figura 34). Respecto a los palacios que estudiaremos cabe pensar a la vista de las portadas de mezquitas, la de Córdoba y sobre todo lade al-Zahra, que el prototipo se diera también en ellos; como se verá más adelante, aunque en Ifriqiya de esa época se desconoce por completo palacio con ese modelo de portada, pero queramos o no nos consta presencia de portadas en los palacios árabes de Oriente. En conclusión, no creo que en el Islam occidental las portadas de palacios y mezquita (fachada exterior y fachada de mihrab) fueran de diferente esquema, ello aunque tardíamente, y esto es lo importante, bien patente en portaditas interiores desde el siglo XIII en al-Andalus, casos de portaditas de mihrabs y de salas palatinas de dentro y fuera de la Alhambra, tal vez a raíz de las dominaciones almorávide y almohade que dejamos para más adelante. En todo caso se constata que el prototipo de fachada clásico y bizantino que venimos estudiando logró sobrevivir en la dilatada proyección de la arquitectura hispanomusulmana y de seguido la mudéjar como emblema decorativo básico dentro de cuyas líneas discurrió el ataurique y la lacería decorativa, incluidas celosías de ventanas ciegas, de los distintos pasos cronológicos a los que vamos a asistir. Termino haciendo hincapié en algunas portaditas novedosas un tanto extraviadas del discurso que nos entretiene. La del mihrab de la mezquita almorávide de Tremecén (fig. 2-1, 1) relacionada con unas de las ventanas del alminar de la mezquita aljama de Zaragoza, según versión A. Almagro Gorbea (fig. 2-1, 3); la 4 de puerta de palacio toedano del siglo XIII, casas del convento de Santa Clara, si bien es cierto que en los dos casos últimos no figura el registro superior de las ventanas. El interés de tales portaditas reside en la duplicidad de alfices con modelo único en el arco del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba (1). La portada 5, de puerta de las murallas del siglo XII de Niebla, con los tres arcos de encima o falsa galería que pudiera ser reflejo de portadas urbanas o castrenses muy anteriores; en el número 6, fachadas de ladrillo con esquema tripartito en el muro de separación de los patios del León y de Montería del Alcázar de Sevilla. Este tema continuará siendo importante en las distintas fases del arte hispanomusulmán en cadena a partir del siglo XI. 2. PALACIOS DE MADINAT AL-ZAHRA De entrada Madinat al-Zahra ha dado escasa luz sobre el arco de herradura en pie con la proporción rebase la mitad del radio. Uno, el de la presente figura (A) correspondiente a la vivienda de los baños aneja al “Salón Rico”, según publicación de 1968 de B. Pavón, también reproducido por R. Castejón y Vallejo Triano (La ciudad califal…, lám 316); otro de dovelaje completo al final del pasadizo anejo al Palacio Occidental y dos arcos del caldarium de los baños anejos al “Salón Rico” (C) reproducidos por B. Pavón (1990) y Vallejo Triano (2010). La obra citada de este último autor da nuevos arcos de herradura, la mayoría de ellos condenados (láms.101, 113, 278, 290 y 325), algún arco inciso, aparte de las bóvedas de sección ultrapasada del camino de ronda bajo reproducidas por Gómez-Moreno (1951) y Torres Balbás (1957) (B). Los arcos de las regias construcciones de la terraza del “Salón Rico” han sido restituidos en base a los soportes y decoración salidos a pie de obra durante las excavaciones. Los arcos ( D) y (E) son arcos incisos (ciudad-fortaleza de Vascos, Toledo,y puerta de la mezquita de Santa Clara de Córdoba) nacidos en en Madinat al-Zahra. A. Proporción de arco de herradura de la mezquita aljama de Córdoba de la segunda mitad del siglo X: rebase ½ del radio. B, su aplicación a los arcos de la mezquita aljama de alZhara (registro superior de puerta exterior del patio). C, aplicación a los arcos del “Salón Rico” (restitución seguida con ayuda de los componentes arquitectónicos y decorativos aparecidos en el Salón en 1940 Figura 3. Planimetría de Madinat al-Zahra según excavaciones por orden cronológico. 1, de Félix Hernández Jiménez (1926); 2 plano trazado por B. Pavón con motivo de la ubicación de piezas decorativas salidas en todo el sector del camino de ronda bajo y del pabellón de las cuatro albercas (1968); 3, plano de la mezquita aljama de al-Zahra según B. Pavón (1966); 4, plano de conjunto de Félix Hernández Giménez (1975); 5, plano de S. López -Cuervo (1985); 6, plano explicativo de monumentos mediante números publicado en el libro Al-Andalus. Las artes islámicas en España (1992). Planos de los arquitectos A. Almagro Gorbea (Planimetría, 2011), aunque la mayoría de las imágenes son virtuales, y plano de A. Jiménez Martín referido al jardín del “Salón Rico”. Planos de conjunto de A. Vallejo Triano del año 2007 (en Artigrama, 22) y los publicados en La ciudad califal de Madinat al-Zahra. Arqueología de su arquitectura (2010), figura 9. Desconozco si el arquitecto R. Manzano Martos durante su dirección de las ruinas (1975-1982) publicó plano de al-Zahra. En atención al lector culto arabista no voy a extenderme en el relato de la historia general de Madinat al-Zahra iniciada su construcción en 936, reinado Abd al-Rahman III, su mezquita inaugurada entre 941 y 942 precediendo a los palacios principales, Palacio Oriental, Palacio del “Salón Rico” y Palacio Occidental y así hasta el año 976, dentro del reinado de al-Hakam II que en vida de su padre había ejercido como inspector de las obras palatinas. Relatos hartamente ilustrativos en las obras de R. Velázquez Bosco, Gómez-Moreno, Torres Balbás, H. Terrasse, R. Castejón, M. Ocaña, Félix Hernández, B. Pavón (publicación de la excavación de la mezquita palatina) y Vallejo Triano e interesantes matizaciones de orden arqueológico y epigráfico a cargo de varios autores según publicaciones de la revista Cuadernos de Madinat al-Zahra vigente hasta nuestros días bajo la dirección del último autor. A título de breve resumen trazaré las líneas generales de orden arquitectónico que más suenan en esta ciudad palatina desde que el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (1912) excavara la terraza más superior donde apareció el llamado Palacio Occidental, ahora identificado con el palacio del Príncipe al-Hisam según iniciativa de Gómez-Moreno (fig. 3, 1, palacio 2 del norte en el plano 6). A la derecha de la cuesta de paso de la parte superior se encuentra el Palacio Oriental con el número 4, gran sala de cinco naves con pórtico común, al que se añaden a modo de dos torreones extremos, precedido de patio cuadrangular de gran extensión. El tercer palacio es el llamado “Salón Rico” por Gómez-Moreno, con el número 12, planta basilical de tres naves con columnas y sala adyacente a uno y otro lado precedidas de torreón cuadrado entre los que se encuentra el pórtico basilical con cinco arcos en el frente exterior (fig. 3, 4) mirando al pabellón de las cuatro albercas del jardín exterior, aquél dividido en tres naves. A la derecha del “Salón Rico” viviendas y baños domésticos del califa Abd al-Rahman III señalados con el número 13. Con el número 14 se indica la ubicación de la mezquita aljama de la ciudad y encima la mid´a (fig. 3, 3). 17 y 18, zona de jardines, el primero con crucero a lo oriental formado por dos acequias, el segudo con el pabellón de recreo de las cuatro albercas. En zona de 8 y 10 casas o viviendas de la clase alta al servicio del califa o viviendas de Ya´far y de la Alberca, excavadas en 1970 por Félix Hernández, ambas con novedosos e interesante documentos decorativos a diferencia de la zona administrativa presidida por el patio cuadrado de los pilares número 11. El plano 6 tomado del libro Al-Andalus. Las artes islámicas en España (1992), el 2 de S. López Cuervo (1985). Últimamente un plano más diseñado por A, Almagro Gorbea y sobre todo nueva y extensa planimetría en La ciudad califal de Madinat al-Zahra de Vallejo Triano (2010). Globalmente considerado y comparado con los conjuntos palatinos de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla se aprecia casi perfecta simetría en el trazado de los dos ejes principales, el pasillo central de sur a norte y el transversal del camino de ronda bajo que arranca del “Salón Rico”, esquema simétrico deteriorado por la presencia fuera de las terrazas de la mezquita aljama, orientada a sureste, a la que accedían los califas y cortesanos mediante pasillo o sabat terminado en la línea del muro de qibla; si bien de otra parte el oratorio estaba completamente entregado al pueblo de esta zona. Ahora se sabe que la ciudad palatina tenía otras mezquitas, una excavada en estos últimos años, de tres naves, según publicación de Vallejo Triano. De todas formas en los niveles planimétricos no conviene olvidar a H. Terrasse en su acertada propuesta de que las construcciones de complejos palatinos como el cordobés se organizan al dictado de palacio oriental dando un poco la espalda de las armoniosas asociaciones de la arquitectura clásica y occidental, en lo musulmán reunión de pìezas o salas en torno a un patio de mayor o menor envergadura, patios que escapan de la aludida simetría clásica. Palacio del “Salón Rico” Inscripciones en caracteres cúficos consignan la fecha de 956-57 referida probablemente a la terminación de la construcción, según Gómez-Moreno; también se evoca el nombre de Abd al-Rahman III en un a basa (953), otra de las viviendas anejas al salón (fig. 6, 2) y el nombre de su artífice Saad; un capitel enseña el nombre de otro artífice, Mudafar (956) y otros más que figuran en las pilastras, cuatro de ellos figuran en 964 en el mihrab de la mezquita aljama de córdoba. A este respecto Gómez-Moreno dice que “lo que no consta en el salón es el nombre del director y tracista de la obra, el genio que desarrolló en Córdoba tal apogeo arquitectónico y decorativo; seguramente un oriental dotado de inventiva y saber en grado sumo. Sólo alcanzamos noticia de un Moslema ben Abdala, arquitecto y geómetra al servicio de Annasir como inspector de la obras de Azzhara y daba cuenta de ellas”. Para mí entender el maestro director se inclina más del lado de Bizancio llamado por Abd al-Rahman III a la corte cordobesa, autor del gigantesco eclecticismo con intervenciones de selectos artífices de tradición local o mozárabe. No se debe olvidar que en la evolución del arte de Bizancio a partir del siglo IV los esquemas ornamentales geométricos o florales corren a la par que los islámicos, las interrelaciones de uno y otro desarrollo bien despiertas desde la etapa omeya oriental, concretamente en Damasco. Torres Balbás admitió que era muy verosímil que Abd alRahman III llamara a algunos bizantinos para colaborar en la construcciones áulicas-de al-Zahra que en definitiva es la misma línea trazada por H. Terrasse al destacar las relaciones vía embajadas entre los Basilei y Abd al-Rahman III de 947 -1962, obras bizantinas trasladadas desde Constantinopla a la corte palatina de al-Zahra y, dice este autor, “fragmentos de mosaico importado de Bizancio”. En esta misma línea yo ya propuse en uno de mis escritos que algunas formas florales de los mosaicos importados de Bizancio de la Qubba de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de alHakam II están presentes también en Madinat al-Zahra. Añade Terrasse que los mosaicos aludidos de al-Zahra “no podían ser hechos sin que Bizancio no hubiera enviado material y obreros”. Ahora han sido reunidos muchos de los fragmentos de mosaico vítreo por Vallejo Triano (La ciudad califal de Madinat al-Zahra, figura 307). Ateniéndonos a la planta basilical de tres naves con pórtico, tres arcos iguales a la entrada de la nave central, el tribelón bizantino, y cinco arcos en la fachada exterior del jardín (fig. 3-1, 1) el modelo más inmediato sería bizantino, basílica de San Juan de Studios de Constantinopla o las de Acheiroietos y San Demetrio de Tesalónica con Figuras 3-1. y 4 El “Salón Rico” de Madinat al-Zahra. Documentos que explican el origen y avances de reconstrucción de este Salón a lo largo de 1964, 1965 y 1966. La trilogía de (7) especie de nichos planos, simbólicos mihrab-s honoríficos. En un palacio de Córdoba al-Hakam II se sentaba en un mihrab en las solemnes recepciones (García-Gómez, Anales palatinos). Trilogía de arcos también presente en zona de maqsura de la mezquita de Córdoba de al-Hakam II, Este tema de una parte sacraliza las tres naves del “Salón Rico”, de otra puesto que estas se adelantan el trío de arcos de la aljama de Córdoba adquieren un sello profano personificado en las tres Qubbas de delante del mihrab no se sabe si para gloria de Allah o del propio califa y su corte. Faltaría saber si el trío del testero del “Salón Rico” de al-Zahra llevaba registro de arquillos ciegos hasta ahora desconocido en los palacios, sí presente en portadas exteriores de la mezquita aljama de la ciudad. similar juego de arco doble y tripartito, tribelon, en las entradas de las naves y pórtico o vestíbulo muy cerrado con cinco arcos al frente (fig. 3, 5). Los cinco arcos del pórtico, según restitución de Félix Hernández (3), también restaurados los arcos de la nave central y paredes laterales que inicialmente dieron dibujos lineales, el 2 y 4, para los arcos con altometría sacada de las piezas decorativas sueltas y columnas aparecidas en el Salón. Respecto a las paredes de las naves colaterales el esquema inicial base es el (6): arco central, enchapados o tableros decorados y tacas, todo sobre un zocalillo liso de mármol de 0,60 metros de alto. El dibujo (7) responde a las líneas del trazado de la restauración en el que se fueron incrustando los distintos decorados geométricos y florales aparecidos en el salón. Es el juego tripartito para las dos paredes laterales, mientras el tripartito (5) es del muro del testero, un arco por cada nave, con sus enchapados y zocalillo marmóreos, los arcos ciegos llegaron incompletos como lo indican las líneas provisionales de la parte superior de los mismos, pero sin saberse si las dovelas iban decoradas, a diferencia de los arcos de la nave central, alternativamente una dovela lisa y otra decorada a partir de la clave decorada. De las enjutas de estos últimos arcos se pudieron restituir el completo de algunas (fig. 3-1, 9), además constan algunas completas de la mezquita aljama (11); en ésta el juego de arcos con alternancia de dovelas mencionada se deja ver en la parte superior de una de las puertas del patio (10). En 8 el arranque del alfiz y moldura del extradós de los arcos centrales siempre según restauración de Félix Hernández. Ejemplo de interior de sala de honor o Qubba con decoración parietal plena, Salón de Comares de la Alhambra. Siguiendo con el “Salón Rico” un aspecto más en 1 de la figura. 4, incluida la pared del fondo, que analizada por partes nos da los siguientes temas decorativos: friso ancho de piedra arenisca con estrellas entrelazadas de ochos puntas (2) (3) en que lo geométrico del trazado se anima con florones de ocho puntas o vegetales, según esquema de origen iraní visto en los palacios de Samarra (4), luego mosaicos de la catedral de Monreale de Palermo (5) y otros ejemplos que iremos viendo. El friso más estrecho (6), con lazo de seis zafates presente aquí por primera vez en al-Andalus, junto con el trazado de (2) (3) fue destinados por Félix Hernández para la calles de los alfices corridos de los arcos del salón. También aparecieron tabletas de arenisca con la decoración (7) de interesante y novedoso entrelazado de desconocido destino, sobresaliendo cadenetas arriba y debajo de aspecto bizantino, cabezas de serie que iremos viendo en la decoración hispanomusulmana. De todas formas por encima de los arcos basilicales y sus alfices corridos y hasta el techo adintelado de las naves ahora queda vacío sin decorar, pero es de presumir que al menos bajo la cubierta fuera un ancho friso decorativo, al igual que en el pórtico, si se apela a mezquitas y palacios hispanomusulmanes a partir de los siglos XII y XIII. No parece del todo justo pensar en que las paredes del salón fueran íntegramente decoradas, al estilo de la decoración plena Propuesta de restitución de los arcos del fondo de las tres naves del “Salón Rico” de al-Zahra, según F. Hernández (1940), reproducida en publicación de R. Castejón (1957) y en Vallejo Triano (2010). En la parte superior bajo el techo friso ancho con lazos de 6. La estampa de arco con registro epigráfico en cartela entre el trasdós del arco y su alfiz viene del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X y de la Puerta del “Chocolate” del mismo oratorio. que conocemos sólo a través de las qubbas o salas cuadradas principescas del los palacios de la Alhambra o del Alcázar de Sevilla. Las salas o maylis longitudinales de delante de esas qubbas conocidos de palacios hispanomusulmanes nunca fueron decorados al pleno. Es la tan traída y llevada dicotomía de paredes lisas y paredes decoradas por mitades. Así creo que debemos acostumbrarnos a un “Salón Rico” decorado al máximo en su mitad inferior, la otra mitad lisa hasta un hipotético friso de piedra por debajo del techo. En todo caso no se debe excluir la presencia en altura de ricos tapices murales en las grandes solemnidades a que aluden relatos de ceremonias de estos palacios, tapices y ricas telas recubriendo muros e incluso suelos quien sabe cómo decorados. Siguiendo con la decoración mural, en primer término las maravillosas pilastras de mármol, cuatro por cada uno de los dos arcos centrales de las paredes laterales (8) (9) y figura 4-1 (1) (2) (3), con predominio clásico vía Bizancio sobre cualquiera otra influencia de índole oriental, reflejado en cada uno de sus miembros decorativos: a, b, c, d, cenefa (A) del palacio occidental, la (B) de la terraza del “Salón Rico”, otras (C) (D) de la catedral de Palermo; la (E) de basa del “Salón Rico”, de la catedral de Palermo la (F). Figura 4-1. Pilastra del “Salón Rico” Figura 4-2. Basa preárabe de Mahdiya. Los dibujos inferiores, 1, visigodo de Malpica de Tajo; 2, de alZahra, según B. Pavón. En Madinat al-Zahra los capiteles de mármol y de piedra arenisca de facturas clásicas, capiteles de orden corintio y orden compuesto, enseñan en cada una de sus partes infinidad de esquemas decorativos inicialmente catalogados en las figuras 19-1, 20, 21. 22, 23, 24, 25 y 26 del Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III. Palacios. En la imagen de la izquierda: 1, 2, la cara del ábaco de capiteles del “Salón Rico” y de la mezquita aljama; tres cantos de volutas, acanto evolucionado del cesto de capitel de la segunda mitad del siglo X, y capitel sin tallar procedente del Palacio Oriental. (datos del año 1966). Existen temas decorativos “abizantinados” muy afines en Ifriqiya, una basa de Mahdiya (fig. 4- 2); clasicismo que alcanza a los capiteles alternativamente compuesto y corintio de labrado a trépano bizantino (figs. 5, 9 y 5-1, 1, A). Añadidos del “Salón Rico”: A, el tribelón de entrada a la nave central y doble arco para las naves laterales (1966); B decoración floral y geométrica del torreón de la derecha del pórtico, excepcionalmente el estuco sustituyendo a la piedra arenisca (reproducido por B. Pavón en publicaciones de 1973, 1975 y 1989), últimamente Vallejo Triano, La ciudad califal…lám. 377. En años posteriores las portadas de los arcos han sido restauradas con añadido de temas florales aparecidos in situ. Parte de intradós de salmer de arco de entrada al “Salón Rico”. Desarrollo excepcional de ramas de acantos clásicos (Gómez-Moreno, 1951) de presencia obligada en todos los edificios palatinos de al-Zahra, incluida la mezquita Figura 5. “Salón Rico”, 1, 2, 4, 9; pabellón de recreo de las cuatro albercas, 3, 5, 6, 7, 8 (1966). El plano 3 trazado en los mismos meses de su excavación entre febrero de 1964 y 1966, si precisar su delineación, tal como apareció el pabellón y las cuatro albercas. Plano del jardín del “Salón Rico” según A. Jiménez en el que a diferencia de otros planos da por hecho un pórtico y tres naves exactamente iguales a los del Salón, aunque sin respaldo de la excavación (ver fig. 3, planos 2 y 4 El árbol de la vida: 1, de dentro del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba; 2, jamba de la terraza del “Salón Rico”, y tres enchapados parietales del Salón (1966). La jamba 2 y otra similar según Vallejo Triano pudo ser de la vivienda de los baños del “Salón Rico”. Una de las más apreciadas rarezas del salón radicada en los enchapados o tableros rectangulares entre arcos y tacas en número de 32 más 10 del pórtico y cuatro en las salas adjuntas a la planta basilical, todos con el árbol en el centro de cada paño (fig. 5. 1, 2), diferentes cada una de las representaciones arbóreas, a juicio de Gómez-Moreno “estas enchapaduras murales dispuestas simétricamente y con esquematismo fuera de lo natural. A primera vista todo parece repeticiones: tronco del que arrancan a uno y otro lado ramas onduladas, con sus hojas, cogollos, piñas y flores, en campo apaisado o vertical dependiendo de la amplitud del paño. Los paños rodeados de orlas con flora tallada”. Tales exquisiteces debieron repetirse en el pabellón de reposo o recreo centrado en el amplio jardín de la terraza del “Salón Rico” (fig. 5, 3) cortejado por cuatro albercas que dibujan esquema cruciforme, de mayor escala la más próxima al pórtico del “Salón Rico” (4). En la figura 6 (1) una de las albercas menores con escaleras para descender al fondo, imagen tomada acaba de excavar toda esta parte del jardín. En el plano 3 de la figura 5 entre el pabellón de tres naves y la alberca mayor figura escrito “zona de frisos lobulados” por haber aparecido por allí mismo tabletas rectangulares de arenisca decoradas con medallones de cuatro lóbulos articulados mediante nudos, reconocidos hasta tres modelos diferentes (5, 6, 7), este decorado reiterado en el llamado hostiario de Roda de metal (X) así como en marfiles califales dentro de la tradición bizantina que alcanzó también a los palacios omeyas de Siria (Jirbat al-Mafyar y estucos de la mezquita de estilo abasi de Balk (fig. 6-1); Nada en cambio en al-Zahra de medallones de ocho lóbulos trabados con nudos con contenido floral que tanta popularidad alcanza- Figuras 5-1, 6, 6-1. Capiteles del “Salón Rico”, 1, A (1966); 2, 4, capiteles de la mezquita de al-Zahra labrados con la técnica de bisel, decoración de espiguilla (1964); 3, capitel de las ruinas de Cartago; el 5, capitel liso de pilastrilla de la mezquita. Figura 6, 1, alberca del jardín recién acabada de excavar (1964); 2, basa con el nombre de Abd al-Rahman III de la vivienda de los baños anejos al “Salón Rico” (1965). Figura 6-1, decoración de medallones lobulados: 1, de Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 2, mezquita de Balk; 3, de puerta de Samarra (Creswell): este último tipo de lobulado en Córdoba sólo conocido a través de los marfiles omeyas de los siglos X y XI. ron en los marfiles omeyas, según modelo oriental de estuco que Creswell registra en Bab al-Amma de Samarra (fig. 6-1, 3). En el mismo pabellón apareció la enjuta de arcos 8 de la figura 5 excediendo en belleza si cabe a las mismas piezas comentadas del “Salón Rico” en las que se da el caso del tema de pay pay, así llamado por Félix Hernández, especie de círculo con largo pedúnculo o tallo aquí inaugurado, reiterado en la puerta del “Chocolate” de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (fig. 9, 4,7) y en arco de la Vivienda de Ya´far de la ciudad palatina. El destino de esos frisos con el simbólico lobulado, siguiendo el ejemplo de aliceres toledanos del siglo XI rescatados de casas principales y otros de la alcazaba almeriense rescatados por H. Terrasse no sería otro que la parte superior e inmediata a la techumbre adintelada de madera. La trama del módulo de cuatro lóbulos anudados aplicada a cenefas verticales. Palacio Occidental, según dibujos de G. Marçais (1926) y B. Pavón (1966). Resta por analizar la presencia de cuatro tacas o nichos cuadrados, más familiarmente conocidos como alacenas, con marco adornado con decoración geométrica tipo bizantino (figs. 7, 1, 2, 3 y 7-1) cuyos paralelos se sugieren en la figura 8: 1, 2, de palacios de abasíes de Samarra, esta vez con carácter más decorativo que utilitario, no así en casas actuales aunque de muy vieja tradición de la ciudad mauritana de Walata (3) (4). En esta línea de nichos cabría recordar los de estucos de palacios de Sedrata (Argelia) estudiados por Van Berchem hacia el año 1954; y aún nicho marmóreo aparecido en la zona de viviendas y baños anexos al “Salón Rico” de Madinat al-Zahra (7) de aspecto godo inicialmente y bien emparentado con los iconos también de mármol que decoran el interior del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (8) probablemente añadidos en el siglo X al dictamen de influencia andalusí. El icono 7 inicialmente publicado por R. Castejón (Al-Mulk, 4, 1964-65) con estudio de B. Pavón (Tratado III, cap. I, figura 17, 2); reproducido a color por Vallejo Triano (La ciudad califal…, lám. 198). Figura 7. Tacas o alacenas del “Salón Rico”. 2, 4, 5, 7, 1964-1966). Figura 8. Hornacinas o tacas: 1, 2, Samarra; 3, 4, de casas de Walata; 5, 6, Sedrata; 7, al-Zahra, 1966; 8, Mezquita de Qayrawan; 9, visigodo de Mérida. Figura 7-1. Arcos del Patio del Yeso. Sevilla Volviendo a la figura 7 otros modelos de guarnición de tacas o huecos cuadrangulares se presentan en placas de mármol de la misma terraza del “Salón Rico” (6), pertenecien tes a los baños del palacio, que podría llevarnos al dintel oriental de piedra (X) del Qasr at-Tuba, siglo VIII, publicado por Creswell; e insistiendo en el mismo tema nuevos decorados de la mezquita aljama de la ciudad de al-Zahra (5) y otras de la terraza del “Salón Rico” (4) (7) vienen a concurrir en el esquema generalizado de nicho (8), además de nueva pieza en L invertida que Vallejo Triano adjudica a baños de la Vivienda de la Alberca. El arco ultrapasado apoyadas sus impostas en dintel de la taca según restauración de Félix Hernández (4) (7) pasó en el siglo XII esta vez a título de ventana en el tribelón de puerta del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla (figura 7-1). Figura 8-1 Dovelas decoradas del arco de la Puerta de San Esteban, mezquita aljama de Córdoba, según publicación de Torres Balbás; supuestamente atribuidas al emirato de Abd al-Rahman II. Nuevo en el Islam, tal vez sin relación con el arte antiguo, es el recetario decorativo aplicado a los arcos del “Salón Rico” tipificado en la alternancia de dovelas lisas y decoradas o esculpidas, las dovelas claves siempre decoradas, salmeres y enjutas o albanega, piezas enchapadas que se sujetaban en obra o entramado arquitectónico mediante la aplicación de yeso al decir de Torres Balbás, el mismo procedimiento aplicado a las enchapaduras parietales del Salón. Fragmento de albanega de arcos del “Salón Rico” 1966) Proceso de acoplamiento de dovelas, enjutas y salmeres en los arcos restituidos del “Salón Rico”. Reconstrucción de Félix Hernández (1976), según foto de R. Castejón. Todo un invento que nosotros no relacionamos con el arco de la Puerta de San Esteban de la mezquita aljama de Córdoba atribuida a Abd al-Rahman II en que se da dicha alternancia que consideramos invención sobre modelo califal de restauradores de dicha portada del siglo XII en adelante (fig. 8-1). Aquel experimento del Salón de al-Zahra, aplicable a las enjutas y salmeres da una imagen tipificada en la mencionada puerta del “Chocolate” de la mezquita de Córdoba (fig. 9, 4, 6, 7), modélica estampa sin duda ya organizada en al-Zahra; del “Salón Rico” es el arco (5) y del palacio occidental o del príncipe Hisam el arco ciego (3). El salmer (8) procedente de este palacio. Al arco lobulado con dovelas lisas y decoradas tipo mezquita aljama de Córdoba del siglo X (9) se adelanta otro del “Salón Rico”. Las dovelas claves con lustrosa decoración de acanto clásico (1) y (2) son de arcos del palacio occidental y del “Salón Rico” respectivamente. No han faltado autores que han visto como godo un arco del castillo de Monzón (Huesca) dando entrada a la Capilla de los Caballeros (A); todas sus dovelas decoradas con diferentes tipos esculpidos de orden floral y geométrico. En este caso habría que ver cuál es exactamente la historia de estas piedras de cuyo arcaísmo no cabe dudar. Del repertorio ciertamente abundante de dovelas existente, por Figura 9. Dovelas decoradas de Madinat al-Zahra, 1, 2, 3, 5 (1966); “Puerta del Chocolate” del siglo X, mezquita de Córdoba, 4, 6, 7, elegido su programa como modelo de la restauración de arcos del “Salón Rico” y de la Casa de Ya´far de al-Zahra; salmer del palacio occidental de alZahra (1966), 8; arco lobulado, mezquita de Córdoba del siglo X, 9; arco del castillo de Monzón, A. Figura 10. Dovelas de al-Zahra: letra X, del Palacio Occidental; con la letra M, de la mezquita palatina; el resto del “Salón Rico” (1964-1966). A, esquemas de decorados del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan. Paños con decoración floral de tallos entrelazados. Mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan, s. X) Exactamente la historia de estas piedras de cuyo arcaísmo no cabe dudar. Del repertorio ciertamente abundante de dovelas existente, por obra de Velásquez Bosco y de Félix Hernández Jiménez en el Museo de al-Zahra he seleccionado algunas más señaladas de ellas (fig. 10): con una X las procedentes del palacio del príncipe Hisam, las de la letra M de la mezquita palatina, las restantes del “Salón Rico”. En ellas el denominador común es el entrelazado de tallos con organización geométrica y palmetas aparejadas y otros vegetales intercalados; el tema de las espirales por parejas anudadas casa bien con el mismo tipo de adorno de tableros del interior del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (A). El arco adovelado y salmeres (M) de la mezquita dejan bien despejado que fue este oratorio inaugurado por Abd al-Rahman III entre 941 y 942 el hogar en donde nació la opulenta decoración monumental desarrollada en los palacios de alZahra y de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II, al igual que el tema de los capiteles decorados y de las almenas denticuladas floreadas. Sin embargo, hay que hacer distingos en la técnica usada en al-Zahra en la consecución de dovelas, enjutas y salmeres de arcos poniendo por ejemplo el “Salón Rico” y la mezquita palatina, ello reflejado en la figura 10-1: 1, 2, salmeres del salón de arcos de entrada a las naves en los que la decoración huye de la técnica de enchapados del interior de la sala para volver a labrar el decorado en el mismo bloque de piedra, modalidad advertida en la portada del siglo IX de San Esteban de la mezquita de Córdoba; en el 3, restos de dovelas decorados por los cantos vistos, mezquita palatina, esa misma modalidad trasladada a los arcos de puertas exteriores de la fachada este de alHakam II de la mezquita aljama de Córdoba (4). Figura 10-1. Decoración tallada en el mismo bloque de piedra del miembro arquitectónico, salmer o dovela: arcos de entrada al “Salón Rico” de al-Zahra, 1, 2 (Gómez-Moreno, 1951); dovelas de arcos de puertas exteriores de la mezquita palatina, 3 (1966); puerta del costado oriental de al-Hakam II, mezquita aljama de Córdoba, 4. Presencia excepcional de arcos lobulados en al-Zahra. A, dibujo sobre estuco del camino de ronada bajo (Camps Cazorla); B, de sala derecha aneja del “Salón Rico” (1966), reproducida la imagen en foto por Vallejo Triano, La ciudad califal…, lám. 324. Respecto a la tesis de probables intervenciones de maestros o tallistas bizantinos en alZahra, Torres Balbás escribió que “La desaparición del legendario palacio imperial de la gran ciudad impide concretar el origen de bastantes elementos del arte cordobés y que los escasos fragmentos de decoración marmórea descubiertos en fechas recientes al excavar sus ruinas, son semejantes a otros del califato andaluz” (cita el autor la obra The Great Palace of the Byzantine Emperors, 1949). Tal vez en ese y otros desaparecidos palacios se encuentre la clave del fascinante decorado de arcos, dovelas, salmeres y albanegas del “Salón Rico” que nosotros damos como la creación decorativa más sobresaliente del califato cordobés, completamente ausente en Oriente y en Qayrawan. Palacio Occidental Este Palacio Occidental pegado a la muralla norte que protege la terraza más superior debió ser tratado como palacete privado de personaje de la corte esta vez organizado para la vida no oficial por lo que predominan salas alargadas con atajos cuadrados tal vez en número de seis o de nueve (fig. 11, 1, 1-1), salas tripartitas presentes en derredor del gran patio de los pilares (11) del plano 1 de la figura 3, además del palacio próximo Figura 11. Palacio Occidental, 1, 2, 3, 4, 5, 6; Palacio Oriental, 7, 8, 9, 10 Fragmento de capitel de pilastra. Palacio Occidental, hallado en los niveles de la terraza del “Salón Rico”.(1964). a al-Zahra llamado Almunia de Rumaniyya estudiado por Velázquez Bosco, Manuel Ocaña y Vallejo Triano (A). El palacete de al-Zahra de planta incompleta, según lo descubrió Velázquez Bosco, tenía riquísimos decorados, muchos de ellos echados por descuido como escombros a las terrazas inferiores entre los que había cimacios con decoración visigoda esculpida que encontramos en niveles propios de la terraza del “Salón Rico” (fig. 11-1, 1, 2, 3, 3-1). De ese palacio eran algunos capitelillos de mármol de orden corintio, además de basas (fig. 11-1, 4, 5), el ábaco con epígrafe aludiendo al reinado de al-Hakam II. En la figura 11 se detallan algunas excelencias decorativas del palacio: 2, arco ciego decorado con dovelaje completo que pudo figurar acompañando a otros en friso superior, por debajo de la techumbre; exquisitas las solerías imitando la técnica de la taracea, de piedra y ladrillo con temas decorativos de origen bizantino (4), técnica que H. Terrasse ve en fachadas de palacios bizantinos. Una rica pilastra de enchapados de piedra arenisca sobre zócalo pintado de almagra (5), el esquema geométrico propiamente bizantino o godo casando con los mencionados cimacios, en 52 de piedra del Conventual de Mérida y 5-3, del yacimiento de Segóbriga. De algunas de las arquerías tal vez serían especie de medallones en cuadrado con acantos en estilo compacto (6) que pudieron ir decorando enjutas o tímpanos de algún arco principal tal como figura en una de las puertas de la mezquita aljama de Córdoba de la segunda mitad del siglo X. El centro de semejante decorado adornado por interesante florón de ascendencia bizantina-goda con representación en la fachada de la mezquita de las Tres Puertas de Qayrawan que veremos en la figura 19 (D, 11). Palacio Oriental de cinco naves Salón oriental de cinco naves a la derecha de la terraza inmediatamente superior a la del “Salón Rico” (fig. 11, 7, 8, 9, 10); le precede un gran patio en parte porticado. Las cuatro arquerías de la sala de audiencias formadas por arco medial y triples arcos a los flancos, esquema propio de pórticos en palacios hispanomusulmanes a partir del siglo XII. Es dudoso si en las entradas de las Figura 11-1. Cimacios procedentes de la terraza del Palacio Occidental, 1, 2, 3, 3-1 (1964); del mismo palacio los capiteles 4 y 5 (1966). En los últimos años algunos decorados de este palacio han sido puestos en el lugar de origen de la construcción. Cenefas A, de techo de la mezquita aljama de Córdoba; B, de piedra de al-Zahra (1966); C, de la “Martorana” de Palermo, cenefa de puerta. naves, al menos en la central, iría arco triple, el tribelón bizantino, tal como lo imaginó Velázquez Bosco en su restitución (9) sin duda influido por arcos de la qubba de la media naranja del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla; otro esquema a mencionar del mismo palacio sevillano es el (12) esta vez con tres ventanas decorativa encima; en ambos casos el esquema modelo es bizantino (11) que pudiera haberse aplicado lo mismo en este salón que en la entrada de la nave principal del “Salón Rico”. Los arcos basilicales de (10) son obra de restauraciones llevadas a cabo por el arquitecto Manzano Martos. Figura 11-2. Basa y capitel de piedra arenisca del Palacio Oriental de Madinat alZahra (1966). Dibujo de basas de la mezquita palatina. 1964. Respecto a decorados de este maylis oriental las excavaciones de Velázquez Bosco revelaron capiteles de piedra arenisca de orden compuesto o corintio labrados a trépano y algunas basas completamente lisas (fig. 11-2); todo lo demás indicando severidad ornamental, reiterada en las solerías de sencillas baldosas cuadradas de barro cocido, también empleadas en zona de maqsura de la mezquita palatina, todo en contraste con la riqueza atesorada en el “Salón Rico” con suelos al completo de mármol, lo mismo en las viviendas con baños adjuntas. Como quiera que fuera ambos salones dedicados a recepciones de primer y segundo orden. Mientras el segundo pudiera ser identificado con el Maylis al-Sarqi- oriental-, tal vez también Dar al-Wuzara, según Vallejo Triano, el de la cinco naves pudo ser el Dar al-Yund- del ejército. De lo que no cabe duda es que las salas de recepción omeyas de Occidente eran de planta basilical, algún ejemplo omeya oriental apuntado por Torres Balbás, del complejo palatino de Jirbat al-Minya (Siria), el pórtico sencillo o triple bastante cerrado respondiendo a organización bizantina frente a los ventilados pórticos hispanomusulmanes postcalifales. Pórticos hispanomusulmanes. 1, 2, del “Salón Rico de alZahra: cinco arcos de herradura de igual luz al exterior, dentro juego de tres arcos o tribelón bizantino y bífora a uno y otro lado como entradas del Salón. D. Félix Hernández se decidió por los cinco arcos del pártico en 1965. A, el esquema de tres arcos de igual luz con bífora a los costados se da en el pórtico de iglesia bizantina de Ernez (aunós) Fatih CAPII (s. XI-XII), según Cyril Mango quien aporta otras plantas basilicales más afines a la del “Salón Rico” (B), de Constantinopla y Tesalónica. 3, de las naves del Palacio Oriental de al-Zahra: juego de arco central con tribelón a cada lado, el primero de mayor luz, modelo que viene del patio de la mezquita aljama palatina (4, según restitución de B. Pavón), probablemente con alfiz individualizado cada arco. El tribelón pasa a entradas desde el patio de la Casa de Ya´far y la de la Alberca. A partir del recetario expuesto se pueden explicar pórticos hispanomusulmanes desde el siglo XI al XV: palacio almohade de la Casa de Contratación del Alcázar de Sevilla, pabellón norte del Generalife de Granada (6), vivienda alta de la Qubba de Abencerrajes del Patio de los Leones (5) y pórtico del Patio de Comares (7). Como continuación de la ilustración anterior, los pórticos o galerías del patio de la aljama de al-Zahra pudieron diferir de las del patio de la aljama de Córdoba, ahora con tramos de tres arcos iguales entre pilastrones (foto de la derecha), reforma cristiana del s. XV-XVI),1 , de la segunda ilustración; es muy probable como pensaba Félix Hernández que las primitivas galerías fueran de tres arcos de herradura agrupados y hasta se podía pensar en arcos con alfices individualizados, los cimacios 4 y 7, aprovechados en las actuales galerías, con mensullillas destacada para sostén del alfiz, otro de la Capilla de San Bartolomé de Córdoba (6) y los de la Casa de la campana (2) (3). Cimacio con mensulilla destacada o pieza en forma cruz empleada en el oratorio cordobés del siglo X (5). En el patio de la Gran Mezquita de Qayrawan, los arcos del patio (s. XIII) lucen alfices (8) Antes de pasar a analizar con mayor atención la decoración de al-Zahra no viene mal, a título de orientación, recordar qué trazados de arquitectura califal de los descritos pudieron pasar a palacios hispanomusulmanes tras la muerte de Madinat al-Zahra, tema escurridizo ya que la arquitectura y toda la decoración hispanomusulmana a partir del siglo XI padeció radicales y sorprendentes cambios y sofisticaciones que desencadenaron los estilos por etapas: arte taifa, arte de la dominación almorávide y almohade, arte nazarí de Granada del siglo XIII con paralelos en Sharq al-Andalus y en Toledo, arte nazarí de los siglos XIV y XV y arte mudéjar del siglo XIII en adelante. Me refiero a todo ello trayendo a primer plano alzados de portadas palatinas aquéllas que a través de subterráneos ejemplos pudieran haber contactado con Madinat al-Zahra. En la fig. 12: 1, 3, qubba del palacio granadino del Cuarto Real de Santo Domingo del siglo XIII; 2, esta vez con sendas tacas, fachada de maylis principal de la Casa de los .Gigantes de Ronda, vista por el interior, a la altura de las tres ventanas de medio punto corre, bajo la techumbre, por todo el salón ancho friso decorado, esquema reiterado desde temprana edad en Toledo, portadas interiores de tarbeas de la Casa Mesa (5) y del “Taller del Moro” (8), las plantas de estos salones reflejadas en (9) y (10). La portada (4) del palacio mudéjar de las Teresas de Écija , esta vez, como en el Cuarto Real de Santo Domingo, con arcos ciegos en alto cubriendo todo el salón, reiterado este tema en la qubba del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla atribuido a Alfonso XI (6). Nuevamente portaditas clásica colgada de ancho friso decorado, de la casa nazarí de los Baños de la calle Real Alta de la Alhambra (7). En todos estos esquemas se manejan alternativamente paredes decoradas y paredes completamente lisas. En la figura 13 aspectos palatinos: 1, del pórtico del pabellón norte del Generalife, de ancho friso en Figuras 12 y 13. Portadas y frisos altos de palacios hispanomusulmanes y mudéjares actuales, siglos XIII y XIV. La planta de sala tripartita 10 con modelo en salas del patio de pilares de Madinat al-Zahra, al igual que las tacas. Fig. 13, pabellón norte del Generalife alto de las paredes; 2, planta de este palacio, en el pórtico C, completamente abierto o ventilado, el referido friso en alto, también en la sala B ancho friso de arcos ciegos decorados al estilo visto en el palacio occidental de Madinat al-Zahra; en 3 sala o qubba del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla: juego de arcos decorados, paño completamente liso y arriba friso de yesería de seguido con remate de ventanas ricamente decoradas. Decoración floral de Madinat al-Zahra En primer lugar serie de cenefas entroncando con el decorado de vigas de la techumbre adintelada de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II (fig. 11-1): A, cenefas de vigas de madera del techo de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X; B, de piedra de al-Zahra; C, de hojas de puerta de la “Martorana” de Palermo, s. XII. En la figura 14 otras cenefas estrechas del “Salón Rico” (A) (B), las restantes de palacios de las terrazas superiores, anchas cenefas de la terraza del mismo Salón con margaritas de cuatro o cinco puntas (C) (D) (E), y el plato califal floreado de siete pétalos de la ciudad, la estrella G es de friso de patio de la mezquita palatina. Un raro simulacro de la lira clásica se deja ver en una piedra arenisca de la terraza del “Salón Rico” en parte reiterada en uno de los frutos de las arborizaciones de ese Salón (fig. 14-1, 1, 2). También en los palacios se dieron algunos frisos de almenas denticuladas lisas o con decoración esculpida (fig. 15, A, B). Las decoradas de (2) y de (3) de la mezquita palatina (las señaladas con una X de la fachada del mihrab), todas precedidas del modelo I, de palacio omeya de Jirbat al-Mafyar estudiado por Hamilton. No se ha podido probar a qué tipo de programa arquitectónico de los palacios pertenecieron las almenas reseñadas, en nuestro criterio debieron ser de remate de portadas principescas. Piénsese por ejemplo en portadita de estuco del pórtico norte del Generalife de Granada o en la misma ciudad portada de las casas de los baños de la Calle Real Alta de la Alhambra y puerta adintelada de la madraza de la ciudad (C). Figura14.Cenefas estrechas de Madinat al-Zahra, Palacio Occidental (1966); las anchas A, B, C, D del “Salón Rico”; F, plato de al-Zahra; G, de friso del patio de la mezquita palatina (1966). Para cenefas de al-Zahra ver inventario de El arte hispanomusulmán en su decoración floral y Tratado III. El tema de la lira clásica, 1; su repercusión en fruto del “Salón Rixo”, 2 Registro de arcos y almenas sobre puerta del patio. Mezquita de al-Zahra. Almenas de mosaicos de Cartago (el Bardo) Figura 15. Almenas decoradas de Madinat al-Zahra: en el apartados 2 y 3, piezas de la mezquita palatina de remates de portadas exteriores y del alminar; la X de fachada del mihrab de la mezquita. A y B, de palacios de alZahra (1966); 1, precedente omeya oriental (Hamilton). C, portada de yeso del siglo XIV de la Alhambra con remate de almenas decoradas. Ver B. Pavón, Las Almenas decorativas hispanomusulmanas. La almena B mide 0.30 m. de base por 0,40 m de altura. Referente a las almenas de la mezquita de al-Zahra todas representadas y clasificadas en la Memoria de excavación…de ese autor. Figuras 16 y 17. Unidades florales del arte del Islam en general. Señas de identificación se rige por las letras iniciales de países o ciudades, la letra M= Madinat al-Zahra, C= Córdoba, Q=Qayrawan, T=Tudela. Otra cuestión es nuestra analítica de las diferentes unidades vegetales que concurrieron en los programas decorativos de los palacios de al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba que presentamos por vía de síntesis en las figuras 16 y 17, la segunda con modificaciones añadidas a la primera. La lectura de estilo y procedencia indicada por letras nos llevará a sacar del anonimato el complejo mundo floral que atesora nuestra ciudad palatina: letras B (bizantino), C (mezquita aljama de Córdoba); M (Madinat alZahra); Q (Gran Mezquita de Qayrawan); R (Roma) OR (Oriente); S (Samarra); T (mezquita mayor de Tudela); V (visigodo). Friso inferior de la figura 16: 1, estucos de Samarra; 2, palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; 3, Gran mezquita de Qayrawan, las restantes de Madinat al-Zahra. En (8) mosaico de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; X, un precedente clásico. Para la figura 17 el añadido de los registros inferiores: cenefas de Madinat al-Zahra coincidiendo a veces co la mezquita de Qayrawan (letra C), mezquita decoración de Susa del siglo IX (letra S). Se observa en ambas tablas un porcentaje bastante elevado de la letra Q (Gran Mezquita de Qayrawan) sin duda influencia mutua entre esa ciudad y Córdoba en los siglos IX y X. Figura 18. Mosaicos de la mezquita aljama de Córdoba (1, 2) y sicilianos de la “Martotana” de Palermo (3, 5, 6); el 4 de la catedral de Monreale. 7, de estuco de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; 8, catedral de Palermo. Ver ilustración siguiente. Una ultima revisión de las decoración de mosaicos de iglesias del siglo XII de Palermo da ocasión para aumentar el repertorio de las anteriores dos figuras. Figura 18: 1, 2, de la cúpula de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II; 3, 5, 6, mosaicos de la “Martorana” de Palermo; 4, mosaicos de la Catedral de Monreale; El rosetón 7 de la mezquita cordobesa del siglo X, reiterado en el exterior de la catedral de Palermo (8). Rosetones. A, B, estucos de la parte superior de la qubba de delante del mihrab, mezquita aljama de Córdoba del siglo X, inédito en al-Zahra. C, rosetón de la fachada de la catedral de Palermo La figura 19 con nuevas unidades florales como ramificaciones de las de figuras anteriores: 62, 63, de mosaicos zona de maqsura de la mezquita de Córdoba; 64, de la mezquita mayor de Tudela del siglo X; los dibujos 1, 2, 3 del apartado A (motivo clásico, 1, 2; 3, de la maqsura de la mezquita de Córdoba). Aparto B, tipo de florón de ocho seis y cuatro vegetales dispuestos radialmente y destacados al exterior: 1, persa sasánida de Ctesifón (Creswell); 2, palacio omeya de Maxatta; 3 de Samarra; 4, de Madinat al-Zahra; 5, mezquita aljama de Susa (Lézine); 6, mosaicos de la maqsura de la mezquita de Córdoba y de la Capilla Palatina de Palermo. Apartado C. Unidad de doble palmeta con apéndice floral invertido dentro de figura acorazonada: 1, cuatro motivos del arte bizantino; 2, mezquita al-Aqsa de Jerusalén (Creswell); 3, palacio omeya de Figura 19. Unidades florales básicas de Madinat al-Zahra y la mezquita aljama de Córdoba. Orígenes y evolución, tabla de B. Pavón (2009). Figura 20. A, palmetas digitadas con arillos. B, vegetal almendrado con semipalmeta de tres puntas. Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 4, de Samarra; 5, de la Gran Mezquita de Qayrawan; 6, mezquita mayor de Tudela; 7, palacio de la alcazaba de Almería, s. X (Cara Barrionuevo); 8, 9, zona de maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; A, de relieve bizantino de Nicea. Sin localizar en Madinat al-Zahra. Apartado D. Florón de vegetales en número de cuatro seis y ocho radialmente dispuestos con carácter introvertido de tradición bizantina: 1, visigodo de la Alberca (Museo Arqueológico de Murcia); 2, piedra visigoda de Mérida; 3, visigodo de Saamasas (Schlunk); 4, piedra preislámica del Museo de la mezquita aljama de Córdoba; 5, 7, de palacio omeya de de Jirbat alMafyar (Hamilton); 6, palacio omeya de Mxatta; 8, 9, fachada de la mezquita de Tres Puertas de Qayrawan; 10, de pintura de la iglesia mozárabe de de Santiago de Peñalba (paralelo de mosaico de la catedral de Monreale); 11, piedra de palacio del príncipe Hisam de Madinat al-Zahra; 12, mosaico de Mansura de la mezquita de Córdoba; 13, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo. El añadido C de mosaico de la catedral de Monreale. Nueva perspectiva de orden floral ofrecen dos prototipos de la figura 20: las llamadas palmetas digitadas arriba y motivo vegetal de forma almendrada o de lágrima que incluye palmeta de tres puntas. Origen y evolución de la palmeta digitada con arillos intermedios, el origen según propuesta de G. Marçais en A extraída de Madinat alZahra; B, evolución según piedras de al-Zahra y del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba; C versión nueva de Madinat al-Zahra (“Salón Rico”); D-1, de marfiles califales: 1, 3, 4, de palacio de la almunia cordobesa del Alcaide; 2, 5, 6, 7, Madinat alZahra. Palmetas digitadas sin arillos: E, G, F, H, de Madinat al-Zahra; D-3, de la mezquita aljama de Córdoba; D, palmeta clásica de Roma. Figura 21. Unidad floral en forma de almendra o lágrima con vegetales pareados en Madinat al-Zahra. Orígenes y evolución. Figura 21-1. Unidad floral formada por tres o cinco puntas en Madinat al-Zahra. Origen y evolución. Detalles de las figuras 21 y 21-1 Logotipo de forma almendrada o lágrima con vegetal o palmeta de tres puntas incluida. En A, motivo de mosaicos de la Capilla Palatina de Palermo y de la catedral de Monreale; B, plato abbasi (s. IX-X) (Pope, A survey of Persian); C plato de Samarra; 1, 2, 5, de cerámica de Madinat al-Zahra; 6, plato fatimi (Lane); 6, cerámica de Samarcanda, s. IX (Lane); 7, estuco de la mezquita de Nayin (Flury); 9, ala de ave de cerámica de al-Zahra; 10, jarrón de Samarcanda; 11, cerámica de Mesopotamia (Lane); 11, cerámica de Egipto, siglo XI (Lane) 14, plato iraní del siglo X (Charleston). Sorprendentemente este motivo, adelantándose a Madinat al-Zahra, figura en piedra de la Gran Mezquita de Qayrawan Nuevo prototipo de forma almendrada o de lágrima con sendas palmetas digitadas, en realidad cabría hablar de forma de bulbo o bulbosa de vieja tradición romana- bizantina (figura 21). Hasta llegar a los vegetales propios de Madinat al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba (del número 30 al 62) los precedentes marcados por los número anteriores (extraídos de El arte hispanomusulmán en su decoración floral). Del 1 al 6, mosaicos de Timgad, Argelia (Germain, Les mosaïques); 7, 8, capitelillos de libro miniado bizantino; 9, 10, mosaico de Dejemila; 11, tejido copto (Wessel, L´art copte); 12, sasánida; 13, Gran Mezquita de Qayrawan; 14, mosaico de Timgad; 15, pintura de techo del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan; 16, metal sasánida (Sarre, Die kunst); 17, mosaico de la Qubbat de la Roca (Creswell, Early Muslim, I); 18, bizantino (A. Grabar, Sculpture); 19, bizantino, trono episcopal de Torcello; 20, tipo Madinat alZahra; 20-1, Qubbat de la Roca (Creswell); 21, mezquita mayor de Susa, s. IX (Lézine, Deux villes d´Afriqiya); 22, de Jirbat al-Mafyar (Hamilton, Khirbar al- Mafjar); 23, pretil de San Miguel de Peñalba, mozárabe; 24, pretil de San Miguel de Escalada; 24-1, tejido sasánida (Fister, Le rôle); 25, Jirbat al-Mafyar; 26, mezquita de Ibn Tulun (Creswell, Early Muslim, II); 27 capitelillo de Evangeliario bizantino y capiteles de piedra bizantinos; 28, mosaicos de Timgad; 29, 30, de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba. Nuevo apartado para la figura 21-1 con unidad vegetal descendiente del viejo tema del loto de la Antigüedad. Unidad decorativa formada por dos hojas remontadas por una, dos o tres puntas más, muy diversificada en Madinat al-Zahra sobre todo en el decorado del “Salón Rico”. Su presencia se afianza en los marfiles califales y de principios del siglo XI: 0, romano, de terra sigilata; 1 al 6, Madinat alZahra; 6 de capitel califal; 7 al 9, Madinat al-Zahra; 10, jamba del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba; 11 al 16, Madinat al-Zahra; 18, 19, yeserías taifas de Toledo; 20-1, Madinat al-Zahra; 10-2, mezquita califal de Córdoba; 20-3, Madinat alZahra; 21, capitel de Madinat al-Zahra; 22, marfil califal; 22-2 y 22-3, zona de maqsura mezquita de Córdoba; 23 al 28, Madinat al-Zahra; 29, zona maqsura mezquita de Córdoba; 31, 32, Madinat al-Zahra. En este análisis pormenorizado de la flora de al-Zahra no podía faltar una unidad decorativa muy prodigada tanto en la ciudad palatina como en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. Me refiero a logotipo vegetal, palmeta, hoja, a veces fruto, en que intervienen dos o más disquillos o botones punteados. Figura 22 : 1 al 3, Qubbat de la Roca (Creswell); 4, Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 4-1, iglesia de Monasterio de Chora, bizantino (Lepage, L´ornamentation); 5, tablero visigodo de Salamanca; 5-2, la Zisa de Palermo; 5-3, estuco de Qasr al-Hayr (O. Grabar, City); 6 al 11-2 y 11-5, Madinat alZahra; 11-3, canecillo mudéjar; 11-6, de la mitra de San Valero; 11-3-1, modillón de Qasr al Hayr (O. Grabar, City); 12, copto; 13, 14, bizantino (A. Grabar, Sculpture); 15 capitel cordobés de la casa de la calle Agustín Moreno; 16, capitel califal de Segovia (Mus. Arq. Nacional); 17, jamba del mihrab, mezquita aljama de Córdoba; 18, “Salón Rico” de Madinat al-Zahra; 19, jamba del mihrab, mezquita aljama de Córdoba; 20 al 27, Madinat al-Zahra ; 28 Qubbat de la Roca (Creswell); 29, 34, mezquita aljama de Córdoba; 30 al 32, Madinat al-Zahra; 33, de mosaico Qubba mezquita aljama de Córdoba; 35, basa granadina; 36 al 40, Madinat al-Zahra; 41, 42,yeserías toledanas, Alcázar de Sevilla. A, decoración de la almunia del Alcalde, Córdoba. Figura 22. Vegetales convencionales con dos o más arillos o botones, tabla publicada en 1981 y 2004 La figura 22-1 dedicada a especie de corona vegetal de dos y tres puntas que se aplica mayormente a coronas del cesto de capiteles clásicos y algunas basas. Mi criterio es que este prototipo viene de capiteles clásicos (fig. 22-1, A), si bien Torres Balbás lo localiza en estucos de Samarra (fig. 22-1, B) con la siguiente lectura: A y B, detalles de yeserías de Samarra del siglo IX, C y D de yeserías de la mezquita aljama de Córdoba y E y F Figura 22-1. Coronas vegetales. A) versión de B. Pavón; B) versión de Torres Balbás de basas de Madinat al-Zahra. La lectura de mis dibujos del apartado A es la siguiente. 1, de capitel antiguo aprovechado en la mezquita aljama de Córdoba; 2, de capiteles griegos y romanos; 3, capitel califal de, Córdoba; 4, de la maqsura de la mezquita de Córdoba; 5, de enchapaduras de Madinat al-Zahra; 6, yeserías de la maqsura de la mezquita de Córdoba; 7 al 10, Madinat al-Zahra; 11 y 12, maqsura de la mezquita de Córdoba; 13, capitel del Mus. Arq. Prov. de Córdoba; 14, pilastra de mármol de Madinat al-Zahra; 15, de Samarra; 16, mezquita de Nayin (Flury); 17, Samarra; 18 y 19, mezquita de Nayin; 20, capitel árabe toledano; 21, maqsura de la mezquita de Córdoba; 22, Samarra; 23, visigodo portugués (Almeida, Arte visigotica); 24, yesería maqsura de la mezquita de Córdoba. Por conclusión, en atención a la decoración no se dan en el Islam edificios tan cosmopolitas como los de Madinat al-Zahra, concurre en ellos todo el orbe árabe o cristiano de la cuenca del mediterráneo, bien instaladas la tradiciones bizantina y goda con participación tardía de oriente islámico, adelantándose a ella la presencia del arte aglabi de Qayrawan. El hom o árbol de la vida Dos tableros del muro de la nave izquierda, mitad sur, del “Salón Rico” (1966). En el “Salón Rico” y habitaciones de la Vivienda de Sa´far de al-Zahra, tal vez también en el Palacio Occidental, la estética vigente en pleno reinado de Abd al-Rahman III era cubrir las paredes en su tercio inferior, a modo de zócalo, con tableros decorados con el árbol de la vida, cada tablero con desarrollo de tallos y hojas diferentes. Con ello se planificaba una especie de jardín sofisticado y convencional cuyo significado sacro o profano ningún cronista árabe de la época se encarga de despejar, tradición que pasa a los palacios taifas del siglo XI a través de tableros y jambas transportables. La densidad de la decoración de primer término, a la manera de Maxata o Samarra, sin fondo reconocible, resulta tan densa o apretada que se ha hablado del “horror vacui” extensible a todo el Islam. Los poetas nazaríes de la Alhambra hubieran dicho maravillas de estos engendros paradisíacos, sí las dijeron de los parietales de Sala-Qubba de Dos Hermanas del Palacio de los Leones: “Yo soy el jardín …”, “ ni hemos visto un jardín que encante más por su belleza…”. Vallejo Triano ha hablado de un jardín de piedra por continuación del jardín real de las cuatro albercas del exterior de al-Zahra. El despiece en tabletas apaisadas de los tableros adheridas por yeso a la pared es una técnica que pasó a las yeserías postcalifales. Las unidades florales de estos tableros en parte estudiadas en El arte hispanomusulmán en su decoración floral, B. Pavón, 1981 (Tabla X, con el título de “vegetal bulboso, cerrado, abierto o con talle-eje), y sobre todo en Chr. Ewert, 1987, “Los elementos decorativos…” Figura 23. Orígenes y evolución del árbol de la vida. Figura 25. Más ejemplos de árboles de la vida. Definitivamente establecido en las paredes del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra, sin precedentes cordobeses conocidos, básicamente asentados en paños rectangulares (fig. 5) y jambas de arcos con el añadido de las jambas del arco de mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II como rúbrica de la principalidad del prototipo de esquema que nos ocupa, tal vez con algún oculto simbolismo de orden religioso insinuado por la arabista Isabel Fierro. Este papel protagonista fue difuminándose hasta perderse tras el siglo XI. Pero no hay que olvidar que el tallo eje queda en el arte árabe como principio de simetría de toda composición floral, de ahí en parte la elevada difusión alcanzada por el mismo en todo tipo de obras y materiales: un eje tallo con ramificaciones organizadas con perfecta simetría a uno y otro lado, a veces sustituidas por zoomorfos y personas sobre todo en las artes menores y pinturas como veremos en otro lugar. Pero tal simetría les vino dada a los árabes por tradiciones artísticas anteriores encabezadas por la misma Roma, por exagerado que esto pudiera parecer. No hay que olvidar que en un elevado porcentaje la decoración que venimos viendo en Madinat al-Zahra es francamente clásica, el reiterado acanto en sus más diversas manifestaciones, el concepto de los soportes, fustes, basas, capiteles y cimacios, pues realmente estamos como algún autor ha señalado ante una explosión renacentista que acapara por la vía bizantina formas clásicas de todo género. De ahí que no resulte del todo temerario traer aquí por cabeza el decorado axial del Ara Pacis de Roma (fig. 23, 1) seguido del bajorrelieve del Palacio Mattei (2) o el esquema bizantino oriental (3) publicado por R. W. Hamilton; del arte sasánida es el prototipo (4) (Schmidt, Figura 24. Tablero con árbol de hojas naturalistas del testero del “Salón Rico”. El árbol de la vida. 1, del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba; 2 tablero o jamba relacionado con el “Salón Rico” y sus unidades florales; 3, 4, 5, tableros del mismo Salón L´éxpedition). En lo omeya oriental lúcida representación del árbol en estuco de Qasr alHayr, Siria (5) muy esquematizado en la Gran Mezquita de Qayrawan (6, G. Marçais), mezquita de al-Azhar (Creswell) (7) y representación de manuscrito bizantino (8). La arborización sasánida 8-1 traída a cuento por Kühnel como precedente de la jamba (9) de la terraza del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra. Este desfile de ejemplos encontró eco en el arte carolingio, ábside de Germigny-des- Pres (10) (Jean Hubert). Últimamente Bernabé Cabañero trae posibles precedentes de los árboles del “Salón Rico” extraídos de la Europa de las invasiones, siglo Vy VII, sarcófagos de Museo del Louvre (A) de Madinat al-Zahra, 4, 1999), otro de San Braulio de Soissons (C) y bajorrelieves cristianos hispanos utilizados por Kühnel para explicar nuestros primeros atauriques y zoomorfos (B). Ni que decir tiene que las representaciones del “Salón Rico” se ciñen a elucubraciones arboreas que tratadas en estilo exageradamente compacto se alejan bastante del naturalismo un tanto primario de las muestras galas acabadas de relatar, las hojas de parra e incluso frutos de fácil identificación sólo presentes en las enchapaduras del arco del fondo de la nave central (fig. 24) y juego de granadas muy realistas de otro tablero muy fragmentado del Salón. Estos paños de enchapaduras registrados también según Vallejo Triano en la Casa de Ya´far de lujosísimo porte decorativo. Obsérvese qué grado de sofisticación alcanzan los árboles de al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (figs 5, 1, 2 y 25, 6, 7, 8), frente al esquematismo de las siguientes representaciones de esta última figura. Como principio del arte visigodo el tema (1) (María Cruz Villalón); en la parte alta de la Qubba de delante del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan el (2), arbolillo dibujado dentro de arcos, como en el mihrab de la aljama de Córdoba del siglo X (10, 14) que antes vimos en Germigny-des- Pres, la misma acomodación de arbolillo en pila cordobesa de tiempos de Almanzor (17). Del interior del mihrab cordobés el más sofisticado (16). De la Puerta de San Esteban del siglo IX de la mezquita de Córdoba el (4) y del mismo tiempo el capitel cordobés (5). En Madinat al-Zahra estos arbolillo se dejan ver en distintas piezas arquitectónicas: almenas decoradas de la mezquita aljama ( 9), piezas o tabicas de aleros de la terraza del “Salón Rico” (11) (12), cenefas anchas dela misma procedencia (15), la 13 de modillón de alero de piedra de la mezquita mayor de Tudela. En la figura 26 tableros 1 y 2 del Palacio Occidental y otras cenefas, 4, 5 del “Salón Rico”; la cenefa A del Museo Copto de El Cairo. Y como cierre de los presentes apartados una preciosa jamba de la terraza del Salón Rico que hace años publicó L. Golvin (fig. 26, 6) (en Al-Andalus, XXV, 1960), da dibujo completo de la misma, restituida la pieza. Tiene cenefa con trenzado clásico exterior arriba y debajo, composición central de exquisito arte y técnica, árbol de la vida bastante amanerado con las clásicas cornucopias abajo reiteradas en varias enchapaduras de piedra arenisca (7, del Mus. Arq. Prov. De Córdoba), insistiéndose en los vegetales intercalados de forma almendrada o de corazón, piñas y por novedad vegetal de tres puntas y largo pedúnculo rizado, tema reiterado en la Gran Mezquita de Qayrawan y en la mezquita mayor de Tudela (ver figura 64). Golvin pensaba si esta pieza se inspiraría en maderas o marfiles o si sería pieza importada de Damasco o Bizancio, lo cual nos parece improbable dada la afinidad de la pieza con las arborizaciones de piedra arenisca que estaban surgiendo en el “Salón Rico”. Mi criterio es que este precioso mármol fue ejecutado junto con los de la figura 26-1 alguno del reinado de Al-Hakam II, cuando se renovarían los baños palatinos a los que pertenecían, aunque Vallejo Triano se los atribuye a Abd al-Rahman III dada la manifiesta afinidad de algunos de ellos con piezas decorativas aparecidasdice este autor- en la almunia de al-Rumaniyya (fig. 26-1). Vallejo Triano reproduce la pieza de la figura 26 incompleta por la parte inferior (La ciudad califal de Madinat al-Zahra…, fig. 368). En ese fragmento que falta Mª Antonia Martínez Núñez ha leído una cartelilla con la inscripción : ´amal Badr alrajjan ´abdi-hi (obra de Badr el marmolista, su siervo) (ver apartado de decoración epigráfica de este estudio). H. Terrasse, gran conocedor de nuestros decorados hispanomusulmanes, en sus trabajos encabezados por síntesis vertida en “La formation de l´art musulman d´Espagne” (Cahiers de civilisatiom médiévale), ha escrito orientadoras y muy precisas líneas al respecto. Acepta incorporar el repertorio floral de alZahra en el amplísimo de la cristiandad helénica Figura 26. Cenefas anchas del Palacio Occidental, 1, 2; (1966); de la terraza del “Salón Rico”, 3, 4, 5 (1966); A, cenefa de arte copto; 6, mármol decorativo de vivienda del baño aneja al “Salón Rico” (publicado por B. Pavón (1990) y Vallejo Triano, 2010); 7, piedra con cornucopia del Mus., Arq. Prov. de Córdoba. Para el tablero 6 ver figura 64. Este tablero mide 70 cm. por 40, cenefa de trenzado, 10 cm. Figura 26-1. Cuatro mármoles aparecidos en la vivienda de los baños aneja al “Salón Rico” (1966) con escala. El segundo con inscripción aludiendo a al-Hakam alMustansir (A. Martínez Núñez), si bien otros mármoles de este estilo lo dan a Abd alRahman III. Estos mármoles reproducidos por B. Pavón en 1969, 1981,1990 y 2004; 5, otros restos de la misma procedencia. ; y de Bizancio, mediante un proceso de descomposición y de recomposición lejos de toda fuente naturalista, reconociendo que en la escultura bizantina del siglo IV se encuentra ya más de una forma de detalle de alZahra. En el mundo artístico de la línea helenística y de Bizancio como en el Islam primitivo los ornamentos florales se componen siguiendo esquemas cada vez más geométricos, las formas de detalles siempre son muy próximas, idénticas algunas veces, línea que pasa por la mezquita de al-Walid de Damasco y maderas esculpidas de la mezquita de al-Aqsa de Jerusalén. Para Madinat alZahra reconoce un primer estilo dentro del cual estaría la mezquita palatina, síguiéndole el del “Salón Rico” que pasa a la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II. En mi criterio todo el arte del Califato cordobés está organizado y afectado hasta en los más mínimos detalles por el arte bizantino que desde el siglo VI pasa a las siguientes centurias con estación obligada en las construcciones sículo-normandas de Palermo en las que aún se reconocen formas florales de Madinat al-Zahra y de las mezquitas cordobesas del siglo X. Pila de mármol de la vivienda de los baños de la terraza del “Salón Rico”, estudiada y reproducida por R, Castejón (Al-Mulk, 1964-65) y B. Pavón (influjos occidentales, 1968). La imagen primigenia de pila y saleta acabadas de excavar en los años 40 del pasado siglo la da Vallejo Triano (La ciudad califal, lám. 32 y 193). Pila gallonada por el interior, decoración de aspecto visigodo, tal vez importada según otras versiones. La especialista en arte visigodo María Cruz Villalón se fija en el tallo que recorre la base de la pila que manifiesta que junto a la mas caracterizada ornamentación de al-Zahra coexistió otra tendencia más naturalista manifiesta- dice- en la cerámica de la ciudad palatina y que debió existir con anterioridad. El tema de los aleros de piedra y techos de Madinat al-Zahra. Figuras 27 y 28. Sobre los aleros y techos de Madinat al-Zahra En diversas publicaciones me he ocupado de miembros de piedra y de madera de aleros y techos hispanomusulmanes, bien entendido que de la madera en la ciudad palatina no apareció rastro alguno (en la mezquita todo lo aparecido fue pasado por el fuego del siglo XI) por lo que en este terreno habrá de andar con mucha cautela. Félix Hernández para cubrir las naves del “Salón Rico” tuvo que recurrir a los techos adintelados de las naves de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II (fig. 28, 2) ya empleados en la Gran Mezquita de Qayrawan del siglo IX seguida de la del siglo XI (fig. 28, 1), sólo que aquí las vigas de una y otra techumbre son soportadas por canes volados, esquema reflejado en el siglo XII en la techumbre de San Millán de Segovia, en madera (fig. 28, 3). Volviendo a la figura 27, en la terraza del “Salón Rico” aparecieron los miembros de bello alero de piedra, modillones de perfil de proa con ganchos bajo dibujo de nacela, la proa avenerada (1) (4), allí mismo cobijas (2) y tabicas (fig. 25, 11, 12) del mismo material que permitieron restituir un alero (fig. 27, 6), con ayuda de otra cobija Figura 29. Fachada de la puerta de San Esteban, mezquita de Córdoba; 2, Techitos adintelados. Galerías del Patios de los Leones. Alhambra. Figura 27-1. Cobija de alero de piedra. Alcazaba de Málaga, encontrada en la alcazaba de Málaga (fig, 271). Sobre los modillones y tabicas corren cintas estrechas con decoración vegetal de hojilla de tres puntas y hojilla simple alternadas (2-1) de inspiración clásica, también vistas en los techos comentados de la mezquita aljama de Córdoba y techos del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan, de clara influencia cordobesa. Precisamente en Ifriqiya, concretamente de la mezquita mayor de Susa, A. Lézine dibujó un saledizo como el de los modillones de al-Zahra (9), repetido en miembros de madera del Museo del Ribat de Monastir (11); otro canecillo sin decorar de esta estirpe de la misma al-Zahra, terraza del palacio occidental (8). Los modelos 1 y 2 de aleros, a los que se suman las piezas de (12) algo simplificados pasaron a ser útiles como ménsulas o impostas de arcos tanto de al-Zahra como de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (10) (12) (13). El perfil de proa generalizado en modillones y canes de piedra y madera a lo largo del arte hispanomusulmán y mudéjar: de la Alhambra las piezas 13, 14 16; en una de las puertas de Salé la ménsula 15. Distinto formato se aplicó a los saledizos de los siglos IX y XI reconocidos en la ciudad de Qayrawan, según dibujos de G. Marçais (A-1) (17). Acerca del modelo de los modillones del “Salón Rico” nuestro dibujo A de la figura 27 prueba su ascendencia romana, añadido de puntos para el perfil aquillado árabe. Creo que la teoría más acertada acerca de los techos de los maylis de la ciudad palatina de Córdoba debe venir de modelo de cubiertas registradas en los palacios de los reinos de taifas, concretamente Toledo donde la corte de al-Mam´un lució galas decorativas de todo género de cuño cordobés hasta tal punto que se puede decir que la Toledo taifa era más cordobesa que la decoración cordobesa del siglo XI, sin duda por traspaso de alarifes o talleres de la metrópoli andaluza a las riberas primero del Tajo y luego del río Ebro con la Aljafería de Zaragoza por modelo. En este sentido se puede esquematizar una de las salas principescas de Toledo (fg. 28, 4) en atención a los frisos de madera o aliceres con decoración de medallones lobulados en serie copiados de frisos de piedra aparecidos en la sala reposo o de las cuatro albercas de la terraza del “Salón Rico” de al-Zahra. Sobre tales aliceres irían las vigas apoyadas en canes saledizos formando estructura adintelada muy del estilo de la cubierta segoviana (3) de San Millán o de los adintelados de palacio supuestamente del siglo XI del Temple de Toledo estudiados últimamente por Bernabé Cabañañero Subiza y Valero Herrero Ontañón. Respecto al alero del “Salón Rico” mi teoría es la siguiente: descartada la lógica ubicación del entramado de encima de portada palatina, a imitación del alero del siglo X de la portada de San Esteban de la Figura 30. Decoración geométrica básica de Madinat al-Zahra mezquita aljama de Córdoba (fig. 29, 1), queda por averiguar si esta estructura de piedra serviría de apoyo de la cubierta de madera adintelada, un modillón por cada viga, según referente visto en el dibujo qayrawaní 1 o el 3 de San Millán de la figura 28. Cubiertas mitad de piedra mitad de madera puede verse ya en algunos templos basilicales bizantinos cual es el ejemplo publicado por Cyril Mango del templo de Qalb-loze (s. VI) en nuestra figura el dibujo 6: los soportes en que descansan las vigas de madera desaparecidas son colgadizos de piedra. Si se aplica esta teoría a Madinat al-Zahra obtendríamos los esquemas 7 y 8 que vienen a coincidir con la techumbre de una de las salas de honor de la Aljaferia de Zaragoza (5) (9): pies derechos colgados por soportes de vigas según teoría de Bernabé Cabañeros que en el siglo XIV tuvo réplica en los techos de las galerías del Patio de los Leones de la Alhambra (fig. 29, 2). Ya Torres Balbás introdujo en la teoría de la cubierta aljafereña uno de los aleros de madrazas marroquíes del siglo XIV (fig, 28, 11).El esquema 10 es de pasadizo de puerta de la mezquita cairota de Ibn Tulun que Gómez-Moreno y Félix Hernández estudiaron como obra andaluza exportada. Decoración geométrica Figura 30. 1. Series de grecas y svásticas clásicas en cenefas estrechas y anchas (1, 5, 6, 8, 9, 10 11, 12); 2, serie de cruces y rombos de lados escalonados o ajedrezado de tradición bizantina; 3, temas geométricos pintados sobre estuco de la terraza del “Salón Rico”. 4. Serie rombos de lados rectilíneos y estrellas de ocho puntas de tradición sasánida-abasí. Los esquemas (7) y (13) de pintura sobre estuco. Estos esquemas muy semejantes a relieves tuluníes de origen mesopotámico encontrados en Fustat de El Cairo) como probó G. Marçais en su Architecture musulmane d`Occident. Los frisos de ajedrezado y de svásticas, según Torres Balbás, serían de la parte alta de las habitaciones. Figura 31. El tema de las svásticas en el arte copto (33) y Olimpia (34), los restantes de Córdoba y de Madinat al-Zahra; (1), de la mezquita de la ciudad palatina y (2), tímpanos de arcos de puertas exteriores del mismo oratorio. Figura 32 todavía con el tema de la svástica de piedras procedentes del palacio occidental siguiendo tradición antigua (1), si bien Félix Hernández utilizó estas piezas como decoración de alfices de los arcos de las entradas laterales del “Salón Rico”, el mismo dibujo pero sin svástica lo vio Gómez-Moreno en obras de la Antigüedad; el (2) de la misma procedencia con cuadrados y hexágonos formando trama de octógonos con guarniciones florales. Figura 33, sobre la decoración de octógonos en la Antigüedad y palacios árabes ver Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III (p. 99); de esta obra es el esquema 1 de la presente figura, la parte superior de mosaicos de Itálica y de la casa romana de la Figura 31. Geométrico de al-Zahra: 35, 36, 37, 38. Los arcos de 30, tímpanos de puertas de la mezquita palatina (1966). 33, de arte copto; 34, decoración clásica de Olimpia. Figura 32. Dos frisos del Palacio Occidental (1966). Figura 33. El origen cordobés de la trama del techo plano de la Capilla Palatina de Palermo, 2, 3; 1, mosaico de Itálica y de la casa de las Cascadas de Túnez y piedra omeya de Córdoba (parte inferior); A, piedra cordobesa; B, de friso de la mezquita de al-.Zahra (1966). Cascada de Túnez, la parte inferior de piedra califal cordobesa, prácticamente dos partes de un mismo esquema geométrico, los animales de la pieza romana sustituidos por rosetas y estrellas de ocho puntas en la parte árabe; A, piedra árabe cordobesa con el referido esquema. Este sin duda por vía hispana se utilizó en la trama del techo plano del siglo XII de la Capilla Palatina de Palermo (2) (3). En (B) otros elementos de trama de octógonos exhumados en la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Figura 34. Celosías de piedra arenisca, ciegas o caladas, encontradas en la terraza del “Salón Rico”, zona del pórtico (1, 3, 4, 19); la 2 del palacio occidental. Pudieron pertenecer a celosías de ventanas sobre arcos. La 3, restituida con precedentes bizantinos y paleocristianos que anuncian celosías de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, en ella se da por primera vez en Córdoba el lazo de 8 que aparece muy cambiado a título de celosía en la parte alta de la Qubba de delante del mihrab de la mezquita de Córdoba (fig. 34-2, 3); la (4) formada por cintas adornadas de disquillos que dibujan esquema de estrellas de ocho puntas y crucetas también como preludio de celosías de la mezquita de Córdoba. La celosía 19 con medallones de cuatro lóbulos entrelazados en paralelo con esquema del minbar del siglo IX de la Gran Mezquita de Qayrawan (20) (21) con libre versión en pinturas del techo del siglo XI de esta mezquita (22, según G. Marçais). La trama (B) del pórtico del “Salón Rico” copiada con variante en maderas de la techumbre del siglo XI-XII de San Millán de Segovia, según Bernabé Cabañeros. Exquisita por su trabajada elaboración y selecta trama geométrica es la celosía (1), medallón de cuatro puntas trilobuladas dentro de círculos anudados. Novedoso es el medallón con cuatro puntas y cuatro lóbulos, en parte insinuado en la celosía (3) que vino a significarse mayormente en los tableros de los techos adintelados de las naves de la aljama de Córdoba de al-Hakam II (5) (6) (7), estudiada por Félix Hernández. Lo habitual es que esta figura, procedente de Samarra y de Bichapur y reconocida en tejidos bizantinos, alterne con cartelas cuyos extremos acusan el mismo decorado (7) (13), con réplica en las pinturas de los techos del Figurs 34. Esquemas geométricos de celosías de al-Zahra y techos de madera de la mezquita aljama de Córdoba (1, 2, 3, 4, 15, 15-1 del año 1966). El medallón 12, de origen godo y abasi. Figura 34-1. 1, celosía de la mezquita aljama de alZahra; 2, 3, de la mezquita aljama de Córdoba; 4, del sector del “Salón Rico” (1966). Celosía de la mezquita aljama de al-Zahra siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan (17) y en friso de madera de palacio cairota de época fatimí (18, según Creswell). El medallón descrito figuró en Madinat al-Zahra antes que en la mezquita cordobesa (14) (15) y 15-1) esta última pieza del palacio occidental seleccionado su esquema para el techo de la mezquita cordobesa con versión muy original en la cobijas corridas dibujadas por Bernabé Cabañero y Herrera Ontañón en “Nuevos datos para el estudio de la techumbre de la ampliación de al-Hakam II” (23), también representado en los pseudo cupulines de las cúpulas de la mezquita cordobesa de al-Hakam II. En el repertorio de frisos y cartelas de la figura 34 he introducido dos temas lobulados de procedencia oriental: 8, de la mezquita o masyid i- Tarih del Balk, friso de estuco (Flury); 9, de estucos de Samarra con medallones de seis lóbulos, presentes ya en Ain as-Sira, según Creswell, inéditos en al-Zahra; tampoco en esta ciudad han aparecido cartelillas de extremos lobulados. En la figura 34-1 celosía de la mezquita de al-Zahra (1) anunciando otra de la mezquita del siglo X de Córdoba (2); la 3, celosía de la mezquita de Córdoba en el lucernario de delante del mihrab. Figura 35. Yeserías de Samarra y de la mezquita Ibn Tulún de El Cairo (7, 8, 9, 10, 11, 12). La ascendencia oriental de los decorados descritos de techos de la mezquita de Córdoba y de piedra de Madinat al-Zahra tiene como respaldo la figura 35, del 1 al 6 de los palacios de Samarra, con el añadido de intradoses de arcos de estuco de la mezquita cariota de Ibn Tulun, según documentación de Creswell (7) (8) (9) (10) (11) (12). Acerca de la procedencia mesopotámica de estos decorados hispanos se pronunciaron Félix Hernández, Gómez-Moreno, G. Marçais, H. Terrasse y Torres Balbás. De entre estos autores subrayo comentarios de Terrasse: “los artistas cordobeses acogieron con inteligente eclecticismo y modificaron con feliz equilibrio las formas importadas de Oriente”, eclecticismo que en propiedad empieza a gestarse en los palacios de Madinat al-Zahra donde los medallones de cuatro lóbulos y cuatro puntas, de sello abasí, muy propio de los estucos de Samarra, que vemos en maderas cordobesas, tuvieron plena aceptación. Este comentario se refleja bien en nuestra figura 35-1: 1, 2, de Madinat al-Zahra; 3, de Samarra; 4 persa sasánida de Ctesifon; 5, de manuscrito persa del siglo XIV (Briggs, Timurid). Torres Balbás añade que “esas formas decorativas pudieron haber llegado directamente a al-Andalus desde Iraq con otras formas, entre ellas el arco lobulado”. Lo que a todas luces parece evidente es que el tema del lobulado como firma decorativa exenta en Córdoba no es anterior al siglo X. La figura 36 muestra diversos temas orientales instalados en la Córdoba califal; 1, techo de la mezquita cordobesa según Félix Hernández; 2, 3, de vigas de la misma procedencia sobresaliendo en el (2) y (5) la forma en ángulo con corona lobulada, que se deja notar ya en algunas dovelas de Madinat al-Zahra (4) (9), cartelilla de capiteles de “Salón Rico” (8), también arqueta de marfil (6) (10) (Museo del Institut du Monde Árabe, París). Modelos de esta interesante figura en piedra en el alminar de la mezquita cairota de al-Hakam del siglo X (A) y placas de madera copta publicadas por Creswell y G. Marçais respectivamente (7). Figura 37. Junto a orientalismos comentados hemos asistido a la presencia de tradición bizantina en las ruinas de Madinat al-Zahra: cadeneta de tablero de piedra areniscas de la terraza del “Salón Rico” (1) y figura 4, 7, seguida de otra de estucos del siglo XI de Córdoba (2), cabezas de serie de cadenetas de numerosas yeserías hispanomusulmanas (3) (4). En (X) cenefas bizantinas y del arte copto, también en estucos de Samarra estudiados por Herzfeld. Otra figura geométrica presente en Madinat al-Zahra es la de tablerillo, a modo de celosía ciega (A), repetido en mármol de la alcazaba de Málaga (B) y en basa de la terraza del “Salón Rico” (C), tema sin duda bizantino (Reallexikon zur Bizantunischen Kunst, 1969, y The Quaerterly, V, 1935). Pieza de piedra de la terraza del “Salón Rico” (D) de traza geométrica incompleta con flor en el centro de los cuadrados. Figura 35-1. Terraza del “Salón Rico”, 1, 2 (1966); Samarra, 3; sasánida de Ctesifont, 4; tema de manuscrito persa del s. XIV (Briggs, Timurid) y tejidos de seda de Asia Menor (Koechlin, Arte musulmana). Figura 36. Dedicada básicamente a la forma de ángulo remontado por lóbulo apuntado de tradición copta y fatimí de El Cairo. Registrada en salmer de entrada al “Salón Rico” y señalada por Vallejo Triano en la Casa de Ya´far (ver figura de la página siguiente). Figura 37. Esquemas de tradición bizantina en Madinat al-Zahra (1966). Esquemas, 1, 2, 3, 4, X, A, B, C publicados en 1973. El motivo D, de terrazas superiores, publicado en 1966 (Memoria de la excavación) Mezquita mayor de Tudela (Navarra) A. Tablero de jamba de la Casa de Ya´far con la figura en ángulo de remate lobulado, según reproducción de Vallejo Triano (2010). B. Reconstrucción de fachada de la Vivienda de la Alberca, según publicación de Vallejo Triano (2010). Las fajas anchas del alfiz cubiertas con decoración de trenzado semejante a la de una jamba islámica de la mezquita mayor de Tudela y de falso arco de arquería decorativa de la Puerta del Chocolate de la mezquita aljama de Córdoba (Gómez-Moreno, M. La mezquita mayor de Tudela, 1945, y B. Pavón, Tudela, ciudad medieval. Arte islámico y mudéjar, 1978). El pay pay de la albanega a imitación de los arcos del “Salón Rico” y de portadas de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. 3. DECORACION ANIMADA. CON LOS OJOS PUESTOLS EN BIZANCIO Y EN ORIENTE Figuras de personas y animales estaban prohibidas en los oratorios del Islam e incluso en salas principescas de honor y de recepciones de la vida oficial, no así en palacios Figura A. Restos de mármol correspondientes al Palacio Occidental (1964) privados y casas de los notables como parece confirmarse en el maylis occidental del príncipe Hisam de al-Zahra, algunos mármoles tipo sarcófagos romanos reutilizados (fig. A, un fragmento con letrero árabe añadido) echados de allí o de sus inmediaciones a las terrazas inferiores junto con fragmento de piedra arenisca árabe con dos siluetas de ciervos dándose la espalda (fig. B, 4) y mármol de tres personaje con mucetas en mármol (fig. B, 3) que estudie como obra entre bizantina y árabe. Oto mármol tal vez de pila con representación de un pez (fig. C, 2). Súmese preciosa plaqueta de piedra arenisca publicada por Félix Hernández y A. M. Vicens procedente de los aledaños del palacio oriental (fig. B, 6) adornada con estampillas de ciervos y pavos por parejas, los primeros con arbolillo central, anudados los pescuezos de los pavos que como muy ajustada réplica pasa a marfiles califales que veremos en otro lugar. Y un fragmento de piedra arenisca con pareja de cervatillo a uno y otro lado del árbol de la vida publicado por Félix Hernández (fig. B, 5). De las piezas 4 y 6 de la figura B se desprende que las paredes de algunas habitaciones palatinas de al-Zahra eran decoradas con figuras animadas, tal vez referidas a frisos en alto. Tal corolario confirmado por un cimacio de mármol publicado por Arjona Castro de alguna almunia cordobesa (fig. B, 2); por decoración de sus frentes ataurique de palmetas digitadas con arillo evolucionadas con parejas de grifos enfrentados en el centro, y a tenor de ello el precioso capitel de orden corintio del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba (fig. B, 1) con cuatro músicos tocando el laud apoyados sobre las pencas inferiores del cesto, las cabezas sobrepuestas a las cartelas; a juzgar por la decoración de acanto bastante evolucionado esta pieza podría fecharse dentro de la segunda mitad del siglo X. Sobre el ropaje de estos músicos de técnica bastante arcaica de matiz visigodo María Jesús Villalón ha escrito: “procedimiento de delineaciones paralelas en el interior de las figuras como recurso para aludir al detalle, encontradas convenciones semejantes a los dibujos de procedencia islámica desde el siglo IX (Schlunk); tales figuras se pueden alinear con el capitel de los Evangelistas del Museo Arqueológico de Córdoba de parecida técnica. Dentro de esta técnica encajan los romajes de personajes de la pila de Játiva y quizá el mármol 3 de la figura B, con mucetas y hebillas muy de la época de al-Zahra en los cordones. Los músicos emparentados con otros de arquetas de marfil califales, como el llamado bote de al-Muguira y la arqueta de la catedral de Pamplona (1004.1005), además de la pila de Játiva. En la descripción de los palacio aludimos incluíamos la almunia de Rumaniyya próxima a Madinat al-Zahra en donde Velázquez Bosco encontró otros miembros arquitectónicos con temas animados, volutas de capitel y dos cabezas de cuadrúpedos probablemente de una pila (fig. C, 3, 4). Para Ocaña Jiménez este palacio debe fecharse en el año 965. Esta moda de estampar decoración animada en miembros arquitectónicos refleja vieja tradición romana y bizantina, según se constata en capiteles de Cartago y otros incomprensiblemente aprovechados en la sala de oración de la Gran Mezquita de Qayrawan (capitel con pájaro sustituyendo a la cartela del ábaco). De esta manera en mi criterio se iba “bizantinizando” la corte de los califas cordobeses con representaciones animadas sacadas de anteriores galaxias culturales, incluido Oriente, animales y alimañas de ascendencia sasánida tan propagados por todo el orbe mediterráneo gracias a Bizancio. Zoomorfos islámicos de Oriente y de Occidente Figura C. Mármol de al-Zahra, 1, del Palacio Occidental (1964); de la almunia de Rumaniyya, 3, 4, 5 (Velázquez Bosco, Gómez-Moreno y Torres Balbás). Figura B. Mármoles con decoración animada de Córdoba y de Madinat alZahra, 3, 4 (1964); 6 (1973) según F. Hernández y A. Mª Vicent; 2, de publicación de Arjona Castro. 3, 4; 3, 4, publicados en 1973 Llegados a este extremo damos por hecho que las residencias de la Córdoba del siglo X y principios del XI se jactaban de lucir en paredes, fuentes, pilas, capiteles y cimacios todo tipo de representaciones zoomórficas e incluso de personas, lo que viene a poner en primer plano la decoración animada de la ingente cantidad de piezas árabes occidentales reflejada en tejidos, maderas, estucos, marfiles, pinturas, pilas y cerámica, figuras que pudieron hacerse notar en los palacios una vez que hemos abierto la puerta con las piezas arriba descritas, personas y animales que de otra parte animaban las paredes del palacio toledano del taifa al-Mam´un, según textos árabes de la época; véase la jamba y otras piedras sin duda procedentes de ese palacio con aves o palomas enfrentadas de decoración de ataurique denso (Museo Arqueológico Provincial de Toledo) (fig. 57, 2). En yesería de palacio árabe de Balaguer una arpía (Ewert), otra ave y especie de grifo en la de la Aljafería y cabeza de grifo en yesería del siglo XI de Córdoba., sin olvidar el mensaje de Ibn Hayyan transmitido por Ibn Bassam referente a palacio de al-Mam´un: “sala gloriosa decorada con friso de mármol con figuras de árboles y animales e inscripciones dedicadas al soberano”. No habrá duda de que muchas de las imágenes del inventario que a continuación se expone de las llamadas artes menores pudieron haber ilustrado palacios de la prestigiosa Madinat al-Zahra y otras almunias principescas cordobesas. El repertorio en parte lo he extraído de mi libro Arquitectura y decoración en el Islam Occidental. España y Palermo publicado en esta página personal mía de Internet. Cabeza de grifo de yeserías cordobesas, a jugar por el ataurique del siglo XI (1967). Respecto al eco que pudo haber tenido ese hábito de arte animado en lo arquitectónico del arte mudéjar, las primeras manifestaciones se encuentran en Sala de Concilio del Palacio Episcopal de Cuenca con friso a baja altura de siluetas sacras entre frases árabes de caracteres cúficos, más tarde o en los mismo años las siluetas de la bóveda del claustro de las Huelgas de Burgos (fig. D, A) (s. XII-XIII) con bestiario muy variado pero seleccionado derivado de los marfiles omeyas, también columnas de templete del claustro de la catedral de Monreale con el anterior bestiario de sello islámico (fig. D, B), las águilas plagiadas en las pinturas de la iglesia de San Román de Toledo; Sala Capitular del Monasterio de Sigena, palacio mudéjar de Tordesillas, yesería de palacio de Suero Téllez (Seminario Menor ) de Toledo, palacio Ayala en el Convento de Santa Isabel la Real de Toledo, palacio mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla y palacio de los Córdoba de la Teresas de Écija.; en los dos palacios sevillanos las siluetas de figuras animadas dentro de friso alto por debajo de los techos. Figura D. Yeserías mudéjares del claustro de las Huelgas de Burgos, A; siluetas animadas del claustro de la catedral de Monreale, B. Como premisa primera recordamos a Migeon, gran conocedor de la decoración de los monumentos y artes menores del Islam en general, “Todas las fórmulas decorativas que se encontraron los árabes en lo sasánida, su orfebrería y sus tejidos constituyen el repertorio que alimentó durante mucho tiempo no sólo la Persia y Mesopotamia musulmanas, sino también el mundo islámico de las orillas del Mediterráneo, Sicilia, Egipto, Siria y España sin contar el mundo bizantino. La difusión del arte sasánida es lo que hace tan difícil la distinción entre el arte persa y el de los países que en él se inspiraron” (Migeon, Manuel d´art musulman, 1927). Para mí no cabe duda que la síntesis del arte figurativo occidental se encuentra en el techo de la nave central de la Capilla Palatina de Palermo, cosa que de momento no podemos decir de Córdoba, Toledo, Sevilla o Granada, aquélla del siglo XII, muy emparentada con las ilustraciones del manuscrito vaticano de Bayad wa Riyad. En la Palermo de esa centuria se dio un hermanamiento entre las pinturas de la Capilla Palatina y las arquetas pintadas o artes menores en que los temas estaban completamente arabizados, siendo su orientalismo el sello común de las mismas (Ferrandis, Marfiles árabes de Occidente, II). Creo que esto mismo es lo que se ocurriría en la Córdoba musulmana. El orientalismo se manifestó en tempranas fechas en al-Andalus antes de Abd alRahman III y al-Hakam II. Uno de los introductores en la España de Abd al-Rahman II del gusto por lo oriental fue el liberto Ziryab que estuvo en la corte abasí pasando luego a ser personaje favorecido por ese emir andalusí. Introdujo tradiciones musicales, el arte de la vida y del vestir elegante de la corte de Bagdad. Con él se abrieron las puertas de las mercancías procedentes de Oriente, finas telas de Egipto, Irán y Bizancio preludio todo ello de la producción andalusí de tejidos en Córdoba y Almería (Renata Holod, “Las artes suntuarias del periodo califal en al-Andalus”, Las artes islámicas). Emulando las fábricas reales de Iraq, Egipto y Constantinopla, Abd al-Rahman II creó un Dar altiraz para producir finas telas, incluidas banderas y estandartes de los ejércitos con todo tipo de representaciones de temas animados, animales de pose oriental e inscripciones. Con Abd al-Rahman III los objetos de marfil de la corte se plagaron de iconos animados de todo tipo que fueron llegando de las cortes omeya y abasí de Oriente a través de tejidos y libros miniados, por ello no es de extrañar que en al-Andalus cuencos y platos de lujo de lustre dorado fueran decorados ya con la estampa milenaria de personajes con vaso de libaciones en un mano y un vegetal en la otra a título de cetro. El escenario en que se manifestaron por primera vez las artes suntuarias, bacanales, danzas, música y poesía de moda oriental fue primero la corte de Córdoba trasladada pocos años después a la ciudad palatina de Madinat al-Zahra. Dice Renata Holod que “los logros de esta época, la califal cordobesa, sirvieron de base al posterior florecimiento de todas las artes en al-Andalus” entre los que en mi criterio contamos los reflejos que llegaron a la corte de Ruggero II y Guillermo I de Palermo. El camello (fig. 38). Figura 38. El camello. A, plato de Madinat alZahra, A (1966). De Madinat al-Zahra es el fragmento de plato con lustre dorado de técnica abasi (A), destacados como atributos orientales el ojo, collar con arillos y la bandera o banderín con creciente en la cumbre de la vara. Ettinghausen al estudiar esta pieza trae un marfil de El Cairo en el que figura camello con sillín o mahmal encima y cabeza femenina dentro. Interpreta este autor que el mahmal desde la Antigüedad daba cobijo al ídolo betilos, símbolo de poder religioso y político que era transportado en camello; los árabes sustituyen el betilos por palanquín bajo el nombre de Qubbad de color rojo como símbolo de autoridad. Una arqueta de marfil del museo de Victoria y Alberto publicada por J. Ferrandis tiene en la tapa silueta de camello con palanquín y cabeza femenina dentro, estampa reiterada en pinturas cristianas de la Sala Capitular del Monasterio de Sigena (2) y en la Capilla Palatina (1), además el (3) de la casa árabe del Partal de la Alhambra, y de El Cairo madera (s. XI) con otro camello con palanquín y conductor del animal señalado por Monneret de Villard. Pero por lo que se refiere más directamente al fragmento dorado de al-Zahra, traemos aquí dos representaciones del animal, uno de Detroit (B), cuenco vidriado, con especie de palanquín simbolizado encima con bandera sobre su lomo, bandera que se ve en el plato de al-Zahra, semejanzas advertidas por Ettinghausen en “Notes on the Lustreware of Spain”. Sobre el fragmento de al-Zahra Torres Balbás dice que “es evidente que éste y otras piezas más de las mismas ruinas son piezas de vasijas importada de Iraq”. Otro camello con banderín en la parte trasera de vasija dorada de Bichapur, del Louvre (C), y dibujo incompleto del mismo tema de David Nicolle (City Art Museum St. Louis). En la pìeza (D) plato de lustre dorado oriental con bandera con letrero al-mulk escrito, esta vez el camello sustituido por personaje sentado. Águila real mayestática o cazando Figura 39. Águilas de alas explayadas Prototipo bizantino y oriental con las alas explayadas con cabeza o bicéfala vista de perfil simbolizando el poder, como el león, se cree que era uno de los atributos de soberanía y se asociadaza a los poderes de la guerra. De origen caldeo, empleado en la Antigüedad como escudo o emblema de ciudad, a veces según Migeon utilizada en monedas. Kühnel ve águila con la presa entre las garras en el vaso de Entenema del Museo del Louvre de remota antigüedad (1) (Kühnel, “Lo antiguo y lo oriental”), Esta representación muy empleada en la Capilla Palatina, un solo ejemplo con las dos cabeza según Monneret de Villard, que figura estampada en tejido de Kunstgewerbe Museum de Berlin (s. XI-XII) (2), hispanomusulmán según Migeon y Kühnel. El águila cortejado por cuatro animales de pequeña escala, dos sobre las alas y otros dos capturados por las garras, figura ampliamente divulgada a través de lo bizantino y lo islámico. Luego salta esta especie de “Tetramorfo” oriental a las pilas marmóreas hispanomusulmanas, entre el siglo X y el XI, pilas de Madinat al-Zahira, Sevilla, Marrakech (3) (4), en la primera águila como apoteosis del poder o la soberanía tal vez reflejada en la peana sostenida por dos grifos, modalidad vista en algunos marfiles cordobeses con figuras humanas. Otro ejemplo de la arqueta de marfil de la catedral de Pamplona (5). La segunda versión de águila reteniendo a la presa cuenta con numerosos ejemplos (fig. 40), tal vez iniciados con figura de marfil bizantino (1, A. Grabar), ejemplo del siglo X en el Beato de Gerona ( A), recordado muy de cerca en estampilla de madera fatimí de El Cairo (B); de este siglo y procedencia son los estampillados (3) (4) (5) (7) (9) (14); de la arqueta de Pamplona (2) (C); de la Capilla Palatina el (6); (8) del techo de madera del Palacio Real de Palermo de Ruggero II; (10) (12), yeserías de las Huelgas de Burgos; (15) de arqueta siciliana pintada, siglos XII-XIII; de la pila de Játiva (16) y de marfil atribuido a Egipto la estampa (17) del Louvre. Pila de Játiva Figura 40. La caza del águila Ciervos (fig. 41) Con los cuellos entrelazados marfiles hispanomusulmanes (1, bote de la Condesa de Behague) y (2) con precedente en sello elamita de 2.500 a. d. J. señalado por Kühnel (“lo antiguo y lo oriental”) (3). El mismo tema lo señalamos en plaqueta de piedra arenisca de palacio de Madinat al-Zahra. Otras representaciones de ciervos, el (5) de piedra cordobesa (Félix Hernández), en la cerámica de al- Zahra rescaté los fragmentos (6) (7) y (8). El tema de los cuellos anudados se aplicó a veces a pavos enfrentados y algunas alimañas (4), en piedras, marfiles y madera del siglo X y posteriores centurias. Palacio Occidental de Madinat alZahra (1966). Figura 41. Ciervos. De Madinat al-Zahra, platos, 6, 7, 8 (1966). El pavo real (figs. 42, 42-1, 43, 44) Este animal se asocia a la justicia y a la verdad y pasaba como símbolo de la verdad eterna, también guardián del Paraíso. Como portada en la figura 42 cuatro modelos: a, ave iraní de tejido del Vaticano muy próximo a la figura de pavo; b, de placa bizantina de San Marcos de Venecia; el c de tejido hispanomusulmán de British Museum; d. de plato de Madinat al-Zahra. Y gran pavo de mosaico romano del Museo del Bardo (fg. 42-1. Entre los precedentes de cara a los pavos hispanos, de una parte en la figura 42-2 el plato sasánida del Museo del Ermitage (Pope), el (3) de estuco de Ctesifon; de otra parte el (2) y (4) de la iglesia visigoda de Quintanilla de las Viñas publicados por Maria Cruz Villalón (“El paso de la Antigüedad a la Edad Media. La incierta identidad del arte visigodo”, 2009). La estampilla (6) del bote de marfil hispanomusulmán de la Seo de Braga. Figuras 42, 42-1, 42-2. Pavos de perfil y haciendo la rueda. Precedentes ( el d de la primera figura de plato de Madinat al-Zahra (1966). El repertorio de pavos reales vistos de perfil o de frente haciendo la rueda es realmente increíble, seleccionados los que van en las figuras 43 y 44 y 45. 1, Bote de Zamora (Mus. Arq. Nacional de Madrid); 2, arqueta de la catedral de Pamplona; 2-1, caja de marfil de Silos (Burgos); 3, Palio de las Brujas, Museo Episcopal de Vich; 4, 4-1, 12, cerámica de Madinat al-Zahra; 5, plato de Alcalá la Vieja (Alcalá de Henares) (Pavón, Zozaya); 6, estampillado tardío de vasija de la Alhambra (Pavón); 7, de la pila de Játiva; 8, plaqueta de piedra arenisca ya estudiada de Madinat al-Zahra; 9, plato de la alcazaba de Málaga; 11, vasija andaluza del siglo XI (Torres Balbás); 13, pieza tardía (s. XIII), azulejo del palacio Kuvadabad, Turquía, Katay Museum Konia. A, B, C, D, registros de algunos penachos de pavos: cerámica irani, cerámica de Madinat al-Zahra, cerámica irani (s. X-XI), tejido musulmán de la India. Figura 44. Otros ejemplos de pavos más tardíos a partir del siglo XII:1, 1-1 del los palacios de Zisa y Real de Palermo (mosaicos); 2, arqueta pintada del Museo de Cluny (colas izadas a la manera española) (J. Ferrandis, Marfiles árabes de Occidente, II); 3, de bote del Instituto de Valencia de Don Juan de Madrid (Ferrandis, II); 4, 5, 6, techo plano del palacio Real de Palermo; 5-1, mosaico del Palacio Real de Palermo; 5-2, 6-1, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 7, 8, yesos de las Huelgas de Burgos; 9, estampillado de vasija de la Alhambra; 10, otro ejemplo de la Alhambra; 11, del Palacio Figura 43 y 44. Pavos de perfil. 4, 4-1, 8, 12, de cerámica de Madinat al-Zara, 1966) (el 8 de piedra arenisca). Real de Palermo; 12, placa bizantina de Nicea, pavos bebiendo de la fuente de la vida; 13, supuesto pavo de cerámica de “cuerda seca” de Denia (Azuar Ruiz). En la figura 45, como continuación de la anterior, tejido de Andalucía o Sicilia del siglo XII, ejemplo de la iglesia de San Sernin de Toulouse. Figura 45. Pavos de perfil de tejidos. Iglesia de San Sernin de Toulouse y Museo de Cluny. El león cazador (figs. 46 y 47) Figura 46. Precedentes: 1, yeso romano de Villajoyosa (Torres Balbás); 2, de candil romano de Elche; 3, mosaico romano toledano; 4, relieve oriental preislámico de piedra; el A, icono de mosaico del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar. Figura 47. 1, 2, de la arqueta de marfil de la catedral de Pamplona; 3, bote de al-Muguira del Louvre; 4, arqueta de marfil hispanomusulmana, Museum Islamic Art de Doha (Qatar); 5, fragmento de pila, Museo Arqueológico de Sevilla; 6, relieve de piedra del Bardo, precedente islámico; 7, pila de la Alhambra; A, fragmento de relieve persa, s. VI, de Damghan, según Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental”); 8, caja hispanomusulmana del Louvre; 9, de la pila de Játiva. Figura 46. León cazador. Los precedentes. Figura 47. Leones cazadores. Figura 47-1. Capa de Ruggero II, del Jennsthistorisches Museum de Viena El árbol de la vida con figuras animadas (figs. 48, 49) 1, 4, arqueta de la catedral de Pamplona; 2, tejido de seda persa (s. X-XI), Musée Lorain de Nancy; 3, marfil hispanomusulmán, bote del Louvre, antes Colección Riaño; 4, arqueta de la catedral de Pamplona; 5, bote de la Seo de Braga; 6, piedra arenisca de Córdoba; 7, arranque de jamba con árbol de Madinat al-Zahra, con la forma de corazón invertido centrado en el nacimiento del tallo; 8, 9, 10, arranques del tallo del árbol de la vida cordobés (s. X-XI); 8-1 de árboles animados de la Capilla Palatina de Palermo. Figura 49. 1, pila de mármol de la Chella de Rabat (ver su paralelo en ciervos de alZahra, fig. B, 4); 2 , broche de Villaverde de Hito, Santander (s. X-XI); 3, marfil de alMuguira; 3-1, placa de marfil del Metropolitano, New York; 3-2, de tejido hispanomusulmán; 4, 10, pinturas de la capilla Palatina de Palermo; 5, bote de la Seo de Braga; 6, bote de Zamora; 7, almohade de Berenguela, seda del siglo XII, Las Huelgas de Burgos; 8, plaqueta de jamba toledana (s. X-XI); 9, pintura mudéjar toledana (s. XII-XIII). Figura 49-1, tejido de manto de Ruggero II (s. XII), del Jennsthistorisches Museum de Viena. Figura 48. Árbol de la vida con figuras animadas; 7, de mármol de Madinat al-Zahra Figura 49. Árbol de la vida con figuras animadas Cazadores a caballo o a pie de leones o monstruos (fig. 50) 1, 2, 3, arqueta de marfil de la catedral de Pamplona. En la escena 2 el brazo empuñando la lanza es el mismo de marfiles bizantinos de los siglos IV y V (díptico del cónsul Flavius Anastasius del Museo Nacional de Francia, París y en A, díptico representando al arcángel San Miguel del British Museum, Londres); 3-1, arqueta de marfil de Palencia; 4, tejido copto lanceando serpiente o monstruo; 5, pintura de la Capilla Palatina de Palermo; 6, fragmento de plano relacionado con la caza encontrado en Madinat al-Zahra; 8, azulejo de la Alhambra, jinete musulmán (s. XIII-XIV). La cabalgadura con herrajes y pinjantes colgantes con creciente, las colas anudadas, del jinete 1 de la catedral de Pamplona relacionados con sendos caballo de tradición romana-bizantina del Bardo (7), cabalgadura del Beato de Gerona (975), núm. 12 del friso de la figura 9 y en el mismo caballo de plato de Medina Elvira, 18. Con la letra B cabalgaduras de la arqueta de marfil de la catedral de Pamplona (fig.502) y letra A para atavíos de caballos romanos, bizantinos y sasánidas. La lucha de jinete con lanza castigando a un monstruo se extiende hasta las yeserías mudéjares del palacio de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (fig. 50-1). En marfiles atribuibles a España, del año 1003, además de jinete halconero, representación de hombres con lanza atacando a león y otros animales (Museo de Arte Islámico de Doha (Qatar). Figura 50. Cazadores a caballo. 6, fragmento de plato de Madinat al-Zahra (1966). Figura 50-1. Yesería del palacio mudéjar de Pedro I, Alcázar de Sevilla La caza con arco (fig.51) Kühnel dice que el arquero a caballo es de procedencia persa, con variante bizantina en el tejido de seda de San Kuniberto de Colonia. Inédito por anecdótico es el arquero disparando la flecha sobre un elefante de la arqueta de la catedral de Pamplona (A). Cerámica. 1, de plato de al-Zahra, el 2 de palacio de Ifriqiya publicado por S. M. Zbiss; (“Mahdiya et Sabra-Mansouriya”); 3, 4, 5 de la arqueta del Museo Arqueológico de Burgos; 6, arqueta de Palencia. El icono muy representado en los mosaicos y Capilla Palatina del Palacio Real de Ruggero II de Palermo. Figura 51. Caza con arco. 1, plato de Madinat al-Zahra (1966). La caza con halcón (fig. 52) Roman Ghirshman dice que la cacería con halcón no consta en ejemplo sasánida conocido, tema tan querido de los primeros siglos del Islam. 1, bote de Ziyad del South Kensington de Londres; 2, bote de Louvre, antes de Davilier; 3, arqueta de la catedral de Pamplona; 4, 5, , marfiles fatimíes de El Cairo (E. Diez); A, tejido copto; 6, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 7, arqueta pintada de Sicilia (Ferrandis, II); 8, de yesería toledana (s. XII-XIII) del antiguo Convento de Santo Domingo de Toledo, según F. Monzón Maya y C. Martín Morales. Figura en cerámica árabe del siglo X de Nishapur (Iran) y en tejidos, tela descubierta en San Salvador de Figura 52. Caza con halcón Oña (F. Marcos Marín) y capa de la catedral de Fermo (Laura Ciampini). También pinturas de San Baudelio de Berlanga (Soria) en el Cincinati Art Museum. Música, libaciones y danza (fig. 53). En la vida de corte de los distintos reinos preislámicos e islámicos el placer o el bien vivir tomó molde en dos temas de larga pervivencia, el músico o tocador de laud y especie de bacanales arabizadas reflejadas en personajes entregados a libaciones con vasos o redomas en la mano, casi siempre personajes sentados a la moda oriental o persa sasánida, cruzadas las piernas, imágenes incansablemente representadas a lo largo de la Edad Media islámica, con un hito particular en la Capilla Palatina de Palermo hasta donde llegan los reflejos figurativos de la corte omeya de Córdoba de los mejores tiempos. Estos fastos se dejan ver ya en estampas preislámicas pintadas sogdianas (s. VI-VII) de Pyiandzhikant (Tadjjidistan) publicadas por D. S. Rice (“Studies in islamic metal Work”, 1958) que vemos en (2) de la presente figura. Otra representación muy de tipo oriental en marfil bizantino (s. IX-X) del Hessischen Museum de Londres; en España, 1, del bote del Louvre y el (5) de la caja de marfil de la catedral de Pamplona, en ambos casos el trío de personajes sobre especie de tarima o trono sostenido por cuadrúpedos encabritados. La representación del segundo marfil con personajes de distinta escala obedeciendo a moda oriental bien reflejado en medallones de bronce de la segunda mitad del siglo X en que se ve el príncipe Izz ad-Daula Bakhiar, éste coronado y con vaso en la mano y dos servidores diminutos a los lados, escena que a final de cuentas deriva de la “Majestad” de los reyes sasánidas. Sobre la durabilidad de Figura 53. . Música, libaciones, danza este representativo icono hablan diversas escenas cortesanas de la Capilla Palatina de Palermo (A); A-1, músico en pìedra de Mahdiya; 3, personaje de marfil hispanomusulmán del Louvre; 4, 6, 7, 9, 13, marfiles y maderas de El Cairo (s. XI); 8, marfil del Museo Nacional de Florencia; el 10, del Manuscrito de Bayad y Riyad de la Biblioteca Vaticana; 11, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 12, de plato murciano del siglo XII-XIII (J. Navarro Palazón) (para las obras egipcias relatadas, E. Pauty Catalogue General du Musée arabe du Caire, 1931, G. Marçais, “Les figures d´homes et de bestes dans les bois sculptes d´époque fatimi conservés en Musée arabe du Caire », 1935.1940 ; E. Diez, Arte islámico, Barceloan, 1968) Elefante. (fig. 54) Figura 54. El elefante Figura de tradición religiosa o de carácter cortesano o de ceremonias, junto con el camello, en países islámicos. Representaciones de la India a la cabeza de este icono con palanquín o baldaquino con figura humana dentro. Sobre repertorio de este animal en el arte, Monneret de Villard, Le pitture musulmane (notas 2008 y 2009). 1, 5, dos representaciones en marfiles omeyas cordobeses, el segundo elefante con palanquín y figura humana sentada dentro asistido por dos servidores, del bote de Ziyad, Museo Victoria y Alberto (South Kensington, Londres, 969-70 (M. Lillo Alemany, “ Las representaciones figurativas humanas del bote de marfil de Ziyad, Cuadernos de arte e iconografía, IV); 2, cuenco del Museo del Louvre publicado por Migeon con personaje sentado en especie de trono; 3, representación de las pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 4, de larguero de madera toledano (s. XII-XIII). El elefante o tema con este animal difundido en el arte bizantino, tejido de seda del Museo Industrial de Berlín. También en la capa de Fermo atribuida a talleres de Almería ( Laura Ciampini, “Los dibujos del tejido de la capa de Fermo”) se ve un rey entronizado cortejado por dos servidores sentados sobre cojines de uso oriental, aquél de mayor tamaño que los acompañantes, uno con perfume en la mano la otra con abanico. Así las estampas de Fermo entroncan de una parte con los marfiles hispanomusulmanes, de otra con las pinturas de la Capilla Palatina. Grifo y simurgh (fig. 55) Combinación de dos animales solares, león y águila, a veces pude confundirse con el león alado de ascendencia greco-romana y sasánida. En lo visigodo se da en pilar de la Casa de Bicos, Lisboa. Lo vimos en cimacio de piedra de Córdoba (fig. B, 2), metamorfoseado en piedra del palacio omeya de Maxatta, emparejados grifo y simurgh (C); en (B) representación del simurgh irani de ilustración hispánica del siglo X, Beato de Gerona; 1 , caja de marfil de Burgos; el 2, de estuco, fragmentos de grifo cordobeses (s. X-XI); A, arqueta de la catedral de Pamplona; 3, de la capa de Fermo (s. XII); 4, yeserías de las Huelgas de Burgos; 5, del claustro de Monreale; 6, mosaico de habitación del Palacio real de Palermo; 7, 8, de techo plano hipanomusulmán del Palacio Real de Palermo. Figura 55. Grifos y sirmurgh Escena de torneo (fig. 56) 1, pila de los Museos Nacionales de Berlín, española o siciliana, en uno de los costados dos ciervos enfrentados con tallo eje en medio, tema que hemos visto en la Córdoba califal (fig. B, 5 y 6), el 2 torneo entre dos jinetes con lanza de la pila de Játiva que Kühnel ya relacionó con relieve en piedra de Naqsh-i- Rustan, cerca de Persépolis, de fines del siglo III (2-1) (“Lo antiguo y lo oriental); 3, torneo de musulman y cristiano de la Capilla Palatina de Palermo; 4, de plato vidriado hallado en Madinat al-Zahra (1966); 4-1, larguero de madera fatimí de El Cairo, lucha a pie con espadas y escudos. Figura 56. Luchas o torneos. 4, de plato de Madinat al-Zahra (1966). Palomas (fig. 57) Muy repetidas en platos vidriados de Madinat al-Zahra (1, según Pavón Maldonado), habitualmente con ramita en el pico, imitando al pavo; 2, de jamba del siglo XI de mármol toledano; el A y B del sarcófago de Oviedo y marfil hispanomusulmán de 1026, tapa arqueta del museo de Burgos. Este parentesco puesto de manifiesto por Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental”). Figura 57. Palomas.1, de platos de Madinat alZahra (1966) Figura 58. Arpías y otras alimañas Arpias (fig. 58) 1, de estucos de Balaguer (Ewert); 2, de yesería de Murcia (s. XII) (Navarro Palazón); 3, de cerámica en relieve encontrada en Tudela (Pavón); 4, 4-1, largueros toledanos con relieves de animales y bestias (s. XII al XIII). Lucha cuerpo a cuerpo entre dos personajes (fig. 59) Podría tratarse de dos personas abrazándose o el tema de los “Dióscuros” derivados de la Antigüedad y del arte copto. Nuestra representación 1 es del bote de marfil de al- Muguira (968) del Louvre, el 2 de marfil copto del siglo V del Museo de Trieste, según Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental). El tema puede localizarse lo mismo Figura 59. “Dioscuros”. en la techumbre de la catedral de Teruel que en la Capilla Palatina de Palermo aquí los dos imberbes de los marfiles sustituidos por sirenas u otros seres míticos. Conclusión Partimos de la base de que en la intimidad de la vida doméstica del palacio o complejo palatino hispanomusulmán serían habituales temas animados con personas y sobre todo animales. Dentro de la Alhambra las grandes qubbas o sede del monarca sin arte figurativo, sólo en la penumbra y en lo alto de los nichos de la Sala de la Justicia del Palacio de los Leones, en esta ocasión por cesión de arte cristiano al islámico, pero las pinturas de anónima habitación alta del Partal son auténticamente árabes. A la corte de Madinat al.Zahra no la debió ser fácil en los niveles arquitectónicos renunciar a las imágenes animadas que constantemente llegaban de otros países próximos y lejanos, siempre un Bizancio orientalizado en primer término predicando con el ejemplo, en el Gran palacio de Constantinopla del siglo X paredes de salas principales con representaciones de las victorias del emperador patrocinador y las de sus antepasados (.descripción de Constantino Porfirogeneta). De la misma manera que en la corte de la Alhambra había pilas, animales y otros muebles de siglos muy atrás en Madina al-Zahra se convivía con sarcófagos o bajorrelieves antiguos, Antigüedad consentida en los soportes y pilastras de nuevo cuño de las áulicas salas de ceremonia. Hemos recalado en la corte omeya de Córdoba de un lado y la cristiana de Ruggero II de Palermo (s. XII) de otro, dos polos opuestos distantes pero con igual significado oriental o bizantino de cara a las representaciones animadas de sus respectivas artes. Sicilia era puerta de Bizancio. En el siglo IX avasallada por los fatimíes de Túnez y luego Egipto, gobernada por emires entre 969 y 1171. Al unísono España y Sicilia predicaban con el ejemplo que ambos territorios no acabaron nunca de romper la ligadura o dependencia con Oriente, que éste fue absorbido por Occidente en grandes proporciones con licencias bien a la vista de un manifiesto naturalismo rayano en lo anecdótico en todos los niveles decorativos, las estampas iluminadas o tocadas de cualquier naturaleza eran como los moldes que se transmitían de generación en generación encerrando un atractivo atávico o simbología de difícil traducción, animales y personas pasan de un siglo a otro sin que la moda artística del momento rezara con ellos, a lo sumo se le podía añadir algo de vegetal o geométrico nuevo, casi siempre de acento convencional. Son imágenes fijas que cual “Pantocrator” del románico se repiten sin cesar sin cambiar un solo gesto en el tiempo quieto del Islam. En este sentido el tallo eje de la vida o del Paraíso se eterniza, ideas fijas difíciles de erradicar hasta de los más rudimentarios cacharros de la cerámica popular. En vano buscar en el pensamiento musulmán un significado concreto de la imagen de este mítico árbol. Se podría acariciar la idea de que el omnipresente tallo es encarnación de la Divinidad única, Allah, pero en esta idea sobran los animales a los que el tallo parece atraer en comparecencia ceremoniosa, casi religiosa, pero el zoomorfo no consta como ser sagrado del agrado del Corán. Así se trata de un traslado de temas antiguos al mundo islámico que en arte acepta todo venga de donde venga tras una selección meticulosa. Esa traslación se realizó con máximo respeto con un valor meramente decorativo o si se quiere una distracción figurativa en el concepto global del arte musulmán. Por muchas vueltas que se le de a este tema de representaciones de personas y animales vistos por los árabes siempre tendremos que admitir que de Córdoba omeya a la Alhambra de finales del siglo XV tales iconos estaban ausentes de las salas asamblearias u oficiales de la corte lo que no desdice su presencia en lo más intimo de discurrir doméstico. En la Córdoba del siglo X ¿pudo darse una “Capilla Palatina” del estilo de la de Palermo: toda, una procesión de figuras árabes llegadas de todos los rincones del mundo árabe, básicamente de al-Andalus, para el deleite de un monarca “pagano”. Madinat al-Zahra es ciudad sin terminar de excavar, tal vez la Qubba de techo de oro de Abd al-Rahman III de la que hablan las crónicas árabes fuera más realidad que mito. 4. DECORACIÓN EPIGRÁFICA Figura 60. Letreros de la mezquita de Madinat alZahra en frisos de piedra arenisca (1966), 1, 2, 3. Basmala, “en el nombre de Dios”, del Palacio Occidental y de la mezquita aljama de alZahra; el B de la mezquita de Tres Puertas de Qayrawan (s. IX) Figura 61. A, del Palacio Occidental, según Velázquez Bosco (1912); B, de la mezquita aljama de al-Zahra.(1966) Los palacios de Madinat al-Zahra aparte de epígrafes de los mármoles de lujo, capiteles, basas y pilastras del “Salón Rico”, estudiados por los epigrafistas, no fueron muy dados a prodigar cartelas de inscripciones árabe de caracteres cúficos estampadas en la piedra arenisca parietal cual ocurría a partir del siglo XII en las yeserías de los palacios hispanomusulmanas, siendo excepcional a este respecto tablerillo del Palacio Occidental con letrero remontando una greca clásica (fig. 60, 4) y otras inscripciones del mismo palacio publicadas por Velázquez Bosco en su libro (reproducida por Vallejo Triano en La ciudad califal…(lám. 13), en nuestra figura 61 apartado A, y una pila de mármol del mismo palacio con breve epígrafe debajo de una concha (fig. 60, 5). Los epigrafistas que se han ocupado del “Salón Rico” de al-Zahra se extrañan de que entre tantos artesanos nombrados supuestamente para los epígrafes de capiteles, basas y pilastras, no se consignaran los nombres de aquellos que realizaron los elementos ornamentales más relevantes y de un predominio casi absoluto en el “Salón Rico” (Mª Antonia Martínez Núñez). Casi soledad epigráfica a niveles parietales comparándola con la densidad decorativa floral y geométrica, con ausencia de contenido coránico, en los edificios más representativos de la terraza del “Salón Rico”, alusión a Abd al-Rahman III en el caso del Salón y en el pabellón de recreo de las albercas de hacia 956; significados epígrafes de algunos mármoles de arcos o tacas cobijados en la vivienda de los baños aneja al “Salón Rico” (fig. 26-1) a los que añadimos un fragmento ya comentado de la rica jamba de la figura 26 (5) con cartelilla leída por la citada epigrafista (fig. 62). Los epígrafes se estamparon básicamente en los ábacos y cartelillas de los capiteles, escocias de las basas (fig. 6, 2), cenefas de las pilastras del “Salón Rico” cuyas portadas del fondo de las tres naves lucirían según Félix Hernández epígrafes sobre el alfiz del arco de herradura, siguiendo el ejemplo del mihrab y la puerta de “Chocolate” de la mezquita aljama de Córdoba. Un capitel corinto del Palacio Occidental se fecha en el reinado de al-Hakam II (fig. 11-1, 5). Para el “Salón Rico” capiteles fechados a partir del año 954-955. Las pilastras del Salón dejan ver el nombre de varios tallistas del mármol: Utman, Muzaffar, Badr, Tarif, Sunayf como director de las piezas talladas. El tratamiento usual que se da a Abd al-Rahman III es “El siervo de Dios Abd al-Rahman, Príncipe de los creyentes, prolongue Dios su duración”; en uno de los mármoles de la vivienda de los baños adjunta al Salón, “al-Hakam Mustansir bi-llah, Príncipe de los creyentes”. Sin embargo, la mezquita aljama de al-Zahra, muy probablemente a imitación de la metropolitana de Córdoba desde el siglo IX, acaparó frisos de piedra arenisca con inscripciones de caracteres cúficos, a veces las letras largas floreadas (figs. 60 y 61) que pude rescatar de toda la zona del patio lo que incita a pensar siguiendo el ejemplo del patio de la mezquita aljama de Susa (fig. 60, A) que esos letreros irían en friso altos sobre los alfices de arcos. Excepcionalmente apareció en el sector del alminar del mismo patio la inscripción fundacional de la mezquita que estaría sobre la puerta del primer cuerpo de la torre (fig. 60,1), leída por Ocaña Jiménez con el año 944, dos años después de su supuesta fundación en 936, según las crónicas árabes; de entre los letreros restantes del patio, con alusiones coránicas, dicho epigrafista leyó el nombre de Abd al-Rahman y el del maestro de las obras, un tal “… Sa´id ibn”. Figura 62. Fragmento de mármol de la zona de la vivienda de los baños de la terraza del “Salón Rico” con breve inscripción en la cinta sobre el trenzado (ver el tablero más completo en las figuras 26, 6 y 64). Inscripción con letras largas floreadas. Mezquita de Nayin (Flury), s. X. Vallejo Triano ha resumido la parte de epigrafía que me correspondió atender en la excavación de la aljama de al-Zahra: “sólo sabemos por B. Pavón que la mayoría aparecieron en torno a la torre, algunas letras de dudosa identificación cerca de la puerta norte del patio y en el oratorio, siendo estas últimas las más grandes de la mezquita, y enigmática letra en mármol verde, hoy desaparecida en la zona de Mansura”. Vallejo Triano agrega que es evidente, sin embargo, que tal concentración de epígrafes en ese sector próximo al alminar debe obedecer a otras razones postdeposicionales no relacionadas con su ubicación original. Pero mi propia experiencia de la excavación, en que las piezas o miembros arquitectónicos decorados rotos salían en los aledaños de su lugar de origen, me dice que los epígrafes serían casi todos en el patio, no necesariamente del alminar. Figura 63. Capitel, basa y pilastra con epígrafes cúficos referidos al “Salón Rico”. 1, publicado por Torres Balbás; 2, 3, publicados por Gómez-Moreno (la inscripción de la pilastra 3 figura en la fajilla por debajo de los acantos). Las cartelillas de capiteles, 4, 5, 6, 7 aparecieron en los aledaños del Salón, publicadas por B. Pavón (1969). Figura de la derecha. Al igual que capiteles, basas y pilastras de facturas y ornamentos clásicos vistos en el “Salón Rico”, en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X el alerillo del interior del mihrab (B), imitación de cornisas romanas del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba (a), enseña epígrafes en cúfico. Es la mejor prueba de la arabización en el escenario de Córdoba de la tradición artística del Bajo Imperio y de Bizancio. De los palacios hispanomusulmanes inmediatamente posteriores a Madinat al-Zahra se tienen breves mensajes respecto a inscripciones parietales: el pasaje de Ibn Hayyan ya mencionado referido a palacio toledano de al-Ma´mun hablando de árboles, animales e inscripciones glorificando al monarca patrocinador, en palacio de la alcazaba de Almería de al-Mutasim, via al-Udri, zócalos con fecha y nombre del soberano constructor (Seco de Lucena), un equino de capitel de la Aljafería con la escritura cúfica “ estos es lo que mandó hacer al-Moqtadir” (Gómez-Moreno). Todo ello viene a propósito de interesante información de John D. Hoag (Arquitectura islámica, 1976). Se refiere al palacio de Masud III de Gazni (1112) con abundantes inscripciones árabes de los paneles parietales de piedra dedicadas a elogiar a la dinastía gaznávida patrocinadora y al propio edificio, algo semejante en Mesina y Palermo, tal vez como adelanto de esta moda radicada en la Alhambtra del siglo XIV. Faltaría saber qué papel tuvo en este aspecto Madinat al-Zahra., si se adelantó su epigrafía laudatoria de las paredes a los palacios de siglos venideros. Hoy el principal palacio de al-Zahra, el “Salón Rico”, parece adelantarse a ese proceso secular, epígrafes de glorificación de su patrocinador Abd al-Rahman III con todos sus títulos protocolarios (Mª Antonia. Martínez), aunque con ausencia en esta ocasión de alusión a la magnificencia del edificio (un resumen completo de inscripciones árabes en Madinat al-Zahra a través de diversos autores en Vallejo Triano, La ciudad califal, pp. 450-458). Figura 64. (A), fotocomposición del tablero de mármol original de la vivienda aneja al “Salón Rico”, el original en (B) ya existente en 1964 (reproducido B. Pavón, 1990 y 2004, por Vallejo Triano en 2010). Esquema (C), restituido parcialmente. (D), motivos florales más novedosos del tablero. Descripción del éste: pieza rectangular de 70 centímetros de alto por 40,50 de ancho, cenefas de trenzado 10 cm. o sogueado de tradición bizantina en la cumbre y en la base de la pieza. Se trata de un árbol de la vida con palmetas, piñas y racimos y otros sofisticados frutos de forma almendrada que simétricamente se reparten a uno y otro lado del tallo eje que nace de cornucopias clásicas. En las bifurcaciones se prenden flores de seis pétalos y motivo vegetal de seis botones o disquillos además de hebillas. Simétricamente dispuestos en la mitad superior junto a los márgenes del tablero se dibujan forma vegetal de tres puntas con largo pedúnculo rizado que figura también en la decoración floral de la Gran Mezquita de Qayrawan y en la mezquita mayor de Tudela. Sobre la cinta de la faja inferior de trenzado se perfila el epígrafe aludido del trozo de la figura 62 leído por Mª Antonia Martínez Nuñez: obra de Badr el marmolista su siervo”; es uno de los artistas que figura en una de las pilastras del “Salón Rico”. Efectivamente, las facturas preciosistas de los tallos y vegetales concuerdan con los árboles de ese Salón y ciertos marfiles califales. El fragmento de la figura 62 que no figura en el tablero publicado por Vallejo Triano (2010) no se sabe si hoy dado por perdido. La majestuosidad de la pieza y alta calidad técnica llevaría a confundirla con selectas obras bizantinas, no mucho que envidiar a los relieves de Santa Sofía de Constantinopla, y omeyas orientales, Qasr al- Hayr de Siria y palacio de Jirbat al-Mafyar. APÉNDICE Del diario de Basilio Pavón Maldonado de la excavación de la mezquita de Madinat al-Zahra Páginas 1 y 136 del diario de la excavación de la mezquita de Madinat al-Zahra a cargo de B. Pavón Maldonado donde se relatan las piezas decorativas de piedra arenica aparecidas en número de 13.000 con la contraseña 64-Mz.-núm. por aparición por día, referidas al plano general cuadriculado del monumento que se incluye en la Memoria de la excavación. A ellas se suman 130 fragmentos de mámol, incluidos los de la pila cuadrangular del patio. De la excavación de la zona occidental del pasadizo militar que arraca del “Salón Rico”. Diario de la excavación de B. Pavón Maldonado (plano 3 de la figura 5) . Hallazgos de piedra arenisca y mármoles que desde la terraza del Palacio Occidental fueron echados en tiempos de Ricardo Velázquez Bosco entre los escombros a los niveles de la terraza del “Salón Rico”. Todos los fragmentos que aquí se enseñan y bastantes más serían por lo tanto de ese palacio. Esta excavación se inició en febrero de 1964 poco antes de la excavación de la Mezquita aljama de al-Zahra continuándose en los dos años siguientes. Un complemento de este diario se encuentra en el articulo “Capiteles y cimacios de Madinat al-Zahra tras las últimas excavaciones” (1969) del que se ha sacado la fotografía de este apartado con cimacios de mármol de tradición visigoda. A las piezas de esta procedencia se les puso un punto rojo y otro negro, mientras que las piezas salidas junto al pabellón de las cuatro albercas llevan punto negro y punto amarillo. Plano publicado por B. Pavón en el artículo “Influjos occidentales en el arte del Califato de Córdoba”, Al-Andalus,XXXIII, 1968, donde se aprecian en el sector de la izquierda sobre y debajo del camino de ronda los lugares donde aparecieron las piezas decorativas relatadas de la jornada arqueológica entre 1964 y 1966. Este plano aún sin la perfección de línea habitual en la jerga arqueológica de hoy, aunque con escala, sigue conservando el interés histórico científico con que nació en los años 60 del pasado siglo. Ha sido asimilado en otros planos de la ciudad de mayor difusión, sobre todo el camino de ronda completo de la izquierda del “Salón Rico”, cuyas medidas tomamos Félix Hernández y por entonces este su colaborador. En el plano se lee arriba “andén alto con aleros” (aquí aparecieron las piezas de piedra arenisca de aleros relatadas en este artículo). Respectos a los pasadizos de ronda se reseñan los que estuvieron macizos o colmatados. Los paramentos exteriores de éstos adornados con dibujos geométricos pintados con almagra. Los baños por entonces acabados de excavar. El pabellón de recreo de tres naves del jardín salió en cimiento de tres supuestas naves, algo emergentes los muretes de las tres albercas pequeñas. En la cabecera de este salón figura escrito “zona de frisos lobulados” por los tableros ornamentados que salieron aquí, además de una enjuta semejante a las del “Salón Rico”. A la izquierda de este complejo salió un pasadizo antiguo con posterioridad cegado, se volvió a cegar en 1965. En el plano figuran sin excavar la zona residencial de visires a la izquierda del “Salón Rico”, por encima del camino de ronda y la parte derecha por encima de la vivienda de los baños. Aún sin excavar el patio de crucero del nivel 2º. Se apreció desde entonces junto a los andenes el canalillo periférico pintado de almagra que rebordeaba todo este complejo ajardinado con tierra negra Axonometría de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Descripción de su arquitectura. Reproducción de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra acabada de excavar en octubre de 1964, según B. Pavón Maldonado (de la Memoria de la excavación…). En más de su mitad el edificio salió en cimientos principalmente el oratorio techado. De arriba abajo: anden enlosado con piedra continuado por los costados de la construcción con escaleras niveladoras; de la mezquita aljama alminar ligeramenteAxonometría descentrado respecto al eje central del edificio, inmerso endela galería norte y ligeramente destacado hacía afuera; delantedde él pórtico de entrada de tres arcos en el mismo andén. Dos pilares de ángulo en la galería norte del patio Madinat al-Zahra . cuadrangular, en las tres galerías agrupación de siete arcos, de mayor luz el central con sus correspondientes columnas, pisos de terrizo, excepto los de mármol vinoso de las entradas costales y del cuadrilátero descubierto. En toda la zona del patio salieron almenillas decoradas y frisos de inscripciones en caracteres cúficos. Pila de mármol lisa cuadrangular hacia el centro del patio con su correspondiente atarjea de entrada y salida. Oratorio techado de cinco naves, del centro a los costados progresivamente más estrechas. Sus arcos eran de herradura con dovelas, salmeres y albanegas decoradas por el procedimiento del enchapado, sin los dos pisos de arcos de la aljama de Córdoba. Las columnas tienen cimentación corrida, suelo de terrizo excepto la faja norte correspondiente a la maqsura que iba enlosada, losas de arcilla roja cuadradas. En las columnas de mármol rosa y gris, de toscas basas, los capiteles labrados a bisel con decoración de espiguilla tipo godo o del Bajo Imperio. La qibla doble, casi arrasada, tenía un pasadizo o sabat, la qibla exterior con cinco torrecillas apaisadas destacadas en el andén exterior, dos angulares, la honorífica del mihrab cortejada por otras dos menores. Todo el perímetro exterior del edificio reforzado por dieciséis torrecillas, incluidas las del patio, inexistentes en el costado de la entrada del mismo. El lugar de la mezquita era una rampa que hubo que aterrazar con terrizo y piedra o canto; para subir a los andenes se añadieron escaletilla adjuntas de doble vertiente. Las calles inmediatas semienlosadas. Al exterior los muros iban coronados con almenas de dientes agudos de diversos tipos; almenas decoradas en la cumbre de las portadas de entrada, en portada de mihrab y en los dos cuerpos del alminar de planta cuadrada exterior y octogonal al interior. Esta mezquita es anuncio en muchos aspectos constructivos y decorativos de la aljama de Sobre la mezquita aljama de la Córdoba reformada y aumentada por Abd al-Rahman III y alde Tudela Hakam II entre 952 ciudad y 965. Este modelo de mezquita aljama con ligeras variantes fue aplicado a la mezquita mayor de Tudela, excavada en 1993. El aparejo de sillares es de soga y tizón, sillares almohadillados en la zona del sabat de qibla, como en la mezquita de Santa Clara de Córdoba. Vallejo Triano en su libro 2010 dice que B. Pavón se preocupó más de la decoración de la mezquita que de su arquitectura. Sin duda este arqueólogo no ha dado importancia a esta anoxometría casi fotográfica de la ruinas. 1) Restitución hipotética de la mezquita de al-Zahra en base a los datos facilitados por la excavación. 2) falso almohadillados de sillares aparecidos en el exterior de zona de qibla. 3) de zona de la mezquita donde se ubica el pasillo o sabat que relacionaba el oratorio con la terraza del “Salón Rico (según Vallejo Triano, 2010).