A una década del colapso de las "puntocom" asoma otra burbuja.

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COMPLIANCE REPORT / Mayo 2011
A una década del colapso de las
"puntocom" asoma otra burbuja.
El auge de las redes sociales, sobre todo en Asia, exhibe una exuberancia que
podría dar lugar a valuaciones irreales.
Un tiempo después de que el auge de las "puntocom"
se transformara en la espectacular depresión
económica del 2000, comenzaron a aparecer
calcomanías para paragolpes en Silicon Valley, que
imploraban: "Por favor, Dios, solo una burbuja más".
Ahora, ese deseo fue concedido. En comparación con
el resto de Estados Unidos, Silicon Valley parece el
pueblo de la expansión. Resurgió la demanda de
cocineros corporativos, los alquileres de oficinas
están en alza y el pago que se ofrece a los
talentosos de las áreas de moda, como la ciencia
de la información, alcanza los niveles de
Hollywood. Esto no es extraño si se consideran
los precios que actualmente tienen las
compañías Web.
Facebook y Twitter no cotizan, pero las
negociaciones en los mercados secundarios las
cotizan en alrededor de 76.000 millones de
dólares (más que Boeing o Ford) y 7.700
millones, respectivamente. La semana pasada,
LinkedIn, una red social para profesionales,
manifestó que esperaba ser cotizada en hasta
3.300 millones de dólares en una oferta pública
inicial (IPO, por su sigla en inglés). Al día
siguiente, Microsoft anunció la compra de
Skype, un servicio de video y llamadas por
Internet, por la impactante suma de 8.500
millones, lo que representa diez veces sus ventas
del último año y 400 veces sus ingresos operativos. Y
esas son todas compañías de marcas reconocidas con
clientes en todo el mundo. Los precios parecen ser más
excesivos aún para las empresas incipientes del
mercado privado (se dijo que Color, red social para
compartir fotos, valía 100 millones de dólares, a pesar
de que presta un servicio no probado) o para todo
aquello que involucre a China. Además, se ha
producido una estampida en relación con las acciones
de Renren, acogido como el "Facebook de China", y de
otros gigantes de la web china que cotizan en las bolsas
estadounidenses.
¿SERÁ DIFERENTE? Entonces, ¿se está por repetir la
historia? Quienes creen que no es así destacan que el
panorama tecnológico se modificó dramáticamente
desde fines de la década del noventa. En aquel
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entonces, pocas personas estaban conectadas a
internet, hoy hay 2.000 millones de cibernautas,
muchos de los cuales forman parte de enormes
mercados recientemente conectados, como China.
Hace unos doce años, eran raras las conexiones de
banda ancha ultraveloces; hoy están presentes a un
mismo tiempo en todas partes. Y en el último tiempo,
muchas nuevas empresas tuvieron ambiciones
masivas, pero ingresos lastimosos; actualmente, las
estrellas de la web, como Groupon, que ofrece
cupones a sus usuarios online, y Zynga, una empresa
de juego social, gozan de ventas extraordinarias y ya
generan también ganancias respetables.
La brigada del "esta vez es diferente" también destaca
que la burbuja de los noventa solo se expandió
después de que diversas empresas de internet
empezaron a cotizar en los mercados de valores y de
que inversores ingenuos inflaran el precio de sus
acciones hasta niveles insanos. Esta vez, hubo
relativamente pocas IPO importantes de internet (pero
es probable que eso cambie). Y no hay señales de la
manía generalizada en el mundo de la alta tecnología
que tuvo lugar la última vez: el Nasdaq, que es un
precursor de estas tendencias, ha estado ascendiendo,
pero todavía está muy por debajo del pico que alcanzó
en marzo de 2000.
DOBLE IMPOSICIÓN
Algunos efectos de los convenios.
Nuestro país se encuentra en un proceso de negociación de distintos
convenios para evitar la doble imposición, los cuales se encuentran en
diferentes etapas del proceso de ratificación, incluyendo dos -el de México y el
de España- que ya han entrado (este último en forma parcial) en vigencia.
Por este motivo sería interesante repasar algunos
efectos que la entrada en vigencia de estos convenios
puede tener. En esta oportunidad, analizaremos los
efectos sobre la prestación de servicios de
asesoramiento, tanto en el caso en que se prestan
desde el exterior como cuando se prestan con personal
en nuestro país.
Nuestro análisis será realizado tomando en cuenta el
Modelo de Convenio para Evitar la Doble Imposición
de la OCDE.
Imposición a la renta.
La prestación de servicios técnicos por parte de una
empresa del exterior se encuentra gravada por el
Impuesto a la Renta de los no Residentes (IRNR), salvo
en el caso en que dicha empresa actúe en nuestro país
mediante un Establecimiento Permanente (EP), en
cuyo caso quedará gravada por el Impuesto a la Renta
de las Actividades Económicas (IRAE).
Ley de Reforma Tributaria Nº 18.083 que dispuso que
dicho impuesto grave las rentas de fuente uruguaya
obtenidas por personas físicas y otras entidades no
residentes en la República. Son contribuyentes del
impuesto los no residentes en tanto no actúen en
nuestro territorio mediante un Establecimiento
Permanente.
El IRNR fue incorporado en nuestra legislación por la
Por su parte, el artículo 3° del Título 4, T.O. 1996,
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establece que el IRAE grava las rentas obtenidas por
Establecimientos Permanentes de entidades no
residentes en el país, y consecuentemente, en el
artículo 9° se incluye a los Establecimientos
Permanentes de no residentes entre los sujetos
pasivos de este impuesto.
Por lo tanto, la existencia o no del Establecimiento
Permanente de un no residente determina la inclusión
de un no residente dentro del ámbito del IRAE o del
IRNR. Es posible afirmar, en consecuencia, que
Uruguay adopta el concepto de EP no como criterio
para determinar qué Estado tiene potestades para
gravar los beneficios obtenidos por empresas que
tienen actividades en varios países, como ocurre con
este concepto a nivel de los convenios para evitar la
doble imposición, sino como un criterio para
determinar el tipo de impuesto (IRNR o IRAE) que debe
pagar una entidad del exterior así como la
determinación de la responsabilidad por el pago del
mismo, ya sea en cabeza de un contribuyente o de un
agente de retención.
No está en discusión el hecho de que deban pagarse o
no impuestos en Uruguay ya que en ambos impuestos
es requisito que se esté ante una renta de fuente
uruguaya. En este sentido, cabe recordar que tanto el
IRAE como el IRNR gravan las rentas de fuente
uruguaya, entendiendo por tales las provenientes de
actividades desarrolladas, bienes situados o derechos
utilizados económicamente en la República. Asimismo,
se consideran de fuente uruguaya las rentas obtenidas
por la prestación de servicios de carácter técnico desde
el exterior a contribuyentes de IRAE, en tanto se
vinculen a la obtención de rentas comprendidas en
dicho impuesto.
Como se puede apreciar, los servicios técnicos, ya sea
por el hecho de brindarse en nuestro
país o por configurar la hipótesis
relativa a los servicios prestados del
exterior serán, por lo general, de
fuente uruguaya y por lo tanto
pasibles de tributación en nuestro
país.
Corresponde entonces, recordar
cuándo se configura un EP en la
prestación de servicios. En este
sentido, según el tercer inciso del
artículo 10° del Título 4, la expresión
"establecimiento permanente"
c o m p re n d e , e n t re o t ro s , l a
prestación de servicios, incluidos los
de consultoría, por un no residente
mediante empleados u otro personal
contratado por la empresa para tal
fin, siempre que tales actividades se
realicen (en relación con el mismo proyecto u otro
relacionado) durante un período o períodos que en
total excedan de seis meses dentro de un período
cualquiera de doce meses.
Cuando se configura el EP, los servicios prestados se
encontrarán gravados por el IRAE, mientras que si no
existe aquel, quedarán gravados por el IRNR.
Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El IVA grava la circulación interna de bienes, la
prestación de servicios dentro del territorio nacional,
la introducción de bienes al país y la agregación de
valor originada en la construcción realizada sobre
inmuebles.
En consecuencia, los servicios técnicos prestados por
una empresa del exterior estarán gravados por IVA
cuando se presten en nuestro país y no lo estarán
cuando se brinden desde el exterior.
Impuesto al Patrimonio (IP).
El IP grava la tenencia en nuestro país de un patrimonio
gravado, por lo que las entidades del exterior deberán
pagar este impuesto por el patrimonio fiscal que
tengan en Uruguay al 31 de diciembre de cada año.
Tratamiento de los servicios en el marco de un
convenio.
Imposición a la renta.
El artículo 3 del Modelo de Convenio de la OCDE
contiene un grupo de definiciones generales, entre las
que se incluye la definición de "negocios" que incluye
la prestación de servicios profesionales y de otras
actividades de carácter independiente.
Por su parte, el artículo 7 del mismo modelo establece
que los "beneficios de negocios" de un Estado
contratante solo pueden gravarse en ese Estado, salvo
que la empresa realice su actividad en el otro Estado a
través de un Establecimiento Permanente (EP). Si
efectivamente hubiera un EP en el otro país, los
beneficios obtenidos por la empresa pueden gravarse
en ese otro país, pero únicamente aquellos que sean
imputables a ese EP.
país de la fuente.
Impuesto al Valor Agregado.
Los convenios para evitar la doble imposición no
incluyen al IVA entre los impuestos comprendidos en el
mismo, por lo que la situación ante este impuesto no se
verá afectada por el hecho de que exista o no un
convenio.
Impuesto al Patrimonio.
De acuerdo con el artículo 22 del Modelo de Convenio
de la OCDE, excepto para la propiedad inmueble, para
las naves y aeronaves o para los activos pertenecientes
a un EP, la potestad para gravar otros elementos del
patrimonio será exclusiva del país de residencia.
Sobre este punto interesa destacar, en primer lugar,
que la definición de EP que incluye el Modelo de
Convenio no es la misma que la incluida en nuestra
legislación interna ya que, entre otras diferencias, no
se establece en el Modelo una cláusula que disponga la
configuración de EP cuando se presten servicios por un
período que exceda de seis meses en un período
cualquiera de doce meses.
Por lo tanto, en el marco de un convenio, el EP de
servicios solo se configurará cuando se cumpla con la
regla general que define como Establecimiento
Permanente a un lugar fijo de negocios por medio del
cual se realizan total o parcialmente los negocios de la
empresa.
Como consecuencia de lo antedicho, los servicios
técnicos prestados por una empresa del exterior solo
serán gravables por impuesto a la renta en nuestro país
cuando sean prestados por medio de un EP (en la
definición dada por el convenio), ya que en cualquier
otra hipótesis la potestad tributaria la tiene en forma
exclusiva el país de la residencia del prestador y no el
Por lo tanto, en aquellos casos en que no se actúe
mediante EP, la existencia de un convenio afectará la
tributación en el IP ya que probablemente no
corresponda tributar por este impuesto al fin de cada
año civil.
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