Hoja nº 28

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«La abundancia me hizo pobre»
Ovidio
Uno de los efectos de la globalización ha sido la subcontratación por parte de multinacionales del textil de maquilas o «fábricas del sudor» en el Tercer Mundo. Se ha abaratado
el coste económico de la producción, pero el coste humano es más caro.
La Campaña Ropa Limpia, que cuenta en España con el apoyo de 60 organizaciones de
desarrollo, sociales, sindicales y de consumidores, consiguió durante el año pasado el envío
de 10.000 cartas de protesta a Nike y Adidas. Ahora ha pedido información a las principales
multinacionales españolas que producen y venden ropa, sobre sus compromisos sociales y
los medios con los que supervisan su cumplimiento. El resultado ha sido una falta absoluta
de transparencia. Los consumidores tenemos la responsabilidad y el poder para exigir a las
empresas garantías de respeto de los derechos humanos en la producción. Muchas empresas
europeas y estadounidenses, gracias a la presión de los consumidores, han adoptado políticas de responsabilidad social. Las españolas, todavía no.
Para conseguir que las empresas españolas de ropa sean más transparentes, la Campaña
Ropa Limpia está promoviendo el envío de postales de protesta a las empresas españolas
Adolfo Domínguez, Burberrys, Cortefiel, Mango y Zara. Si quieres más información o disponer de postales: Tel :934415335 ♦ E-mail: [email protected] ♦ Web:
www.pangea.org/ropalimpia
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo
te diré:
«Yo te quiero, soy yo.»
(Pedro Salinas)
Ponte en contacto con nosotros:
Pasaje de Can Menor s/n, 28007 Madrid
[email protected]
Consumismo y Medios de Comunicación
Hoja nº 28 - 14 Enero del 2001
tírame a un contenedor azul, para que me vuelvan a reciclar. Recuerda: reduce, reutiliza, recupera, recicla.
Una responsabilidad de todos
me hubieran fabricado con pasta de madera. Fabricar una tonelada de papel reciclado supone ahorrar doce árboles. Así que, por
zación y pluralización de la información respecto a etapas anteriores. Hasta hace poco más
de medio siglo, los canales de recepción se reducían casi a la institución familiar, el aparato
religioso, el sistema educativo y a los funcionarios del poder, en base a los cuales se establecía el conocimiento de la realidad y se articulaban las ideologías. Pero este enriquecimiento,
de algún modo supone la uniformidad de comportamientos al margen de fronteras, la socialización de los deseos, y la construcción del consumidor.
La HOJA DE
Estoy hecho de papel reciclado. Para fabricarme han ahorrado TRES VECES más energía que si
Estamos oyendo continuamente que vivimos en un mundo globalizado, que cada vez nos parecemos más unos y otros, que
hay menos distancias, etc…Esto, como es fácilmente constatable,
es una verdad a medias. De hecho algunos hablan de que la expresión “aldea global”, que hace referencia a esta idea de la
globalización, debería dejar paso a la de “cortijo global”, por aquello de las desigualdades, más y más crecientes, en las que se encuentran unos y otros.
De lo que no cabe duda es de que el mismo sistema económico, el
capitalismo liberal, (aunque algunos hablan de neoliberalismo), rige
para casi toda la humanidad. Los teóricos nos dicen que la economía y la producción, satisfacen las necesidades del consumidor,
creadas por la personalidad del mismo. Además, a medida que se
van satisfaciendo más necesidades, no disminuye apreciablemente
su urgencia. Es decir, una vez satisfechas un tipo de necesidades,
surgen otras nuevas, con lo que aparentemente no tiene mucho valor
un concepto de saturación de la economía. Dicho en otras palabras, el consumo se encuentra en la base organizativa de la civilización de la que formamos parte.
Podemos afirmar, sin pecar demasiado de tendenciosos,
que el fenómeno del consumo está en el centro de nuestras prácticas, de nuestras relaciones, de nuestra sociedad.
La sociedad de consumo actual afecta a todos los ordenes
y valores de las comunidades industrializadas, ya sean
psicológicos, políticos, filosóficos... Nos podemos definir como consumidores. No es por casualidad que a menudo se hable más de los derechos del consumidor que de
los derechos del hombre o del ciudadano. Somos ciudadanos en cuanto consumimos. A fin de cuentas, todo lo
que somos, nuestro ocio, la sexualidad, lo familiar, la información, la vida cotidiana, las relaciones sociales, está
de un modo u otro vinculado a lo que somos como consumidores.
!
-Taller de Cuenta-cuentos
Interculturales. Desde el
24/1/2001 hasta el 2/3/
2001. Martes y Viernes de
18 h. a 21 h. EMSI (C/Jardines, 4). Inscripción hasta el 16 de enero. Duración: 36 horas. Tfno. 91
701 13 44
- III Jornadas sobre la
protección penal del
MedioAmbiente.
Ecologistas en Acción.
Desde el 17/2/2001 hasta el 18/2/2001. Salón de
actos Colegio Mayor
Chaminade (C/ Juan
XXIII, 9).
favor, si ya no me necesitas regálame a alguien, devúelveme al lugar donde me cogiste o
Éste estilo de vida, que nos hace ser consumidores por encima de muchas otras cosas, no es
neutro. Predominan en él unos valores, (individualidad, exaltación de la libertad, etc), frente a
otros, (generosidad, servicio, sacrificio…). Sólo tenemos que encender el televisor para verlo, y
es que los Medios de comunicación juegan una baza fundamental en la aceptación y propagación del sistema actual de valores o símbolos culturales. El consumo aparece retratado como
una característica de la personalidad y como conciencia del estilo propio.
El consumidor ejerce su mandato en el mercado mediante el empleo de su dinero para que se
produzcan las cosas que el quiere que se hagan. Sin embargo, la empresa, tiene la capacidad de
educar los gustos de los consumidores favoreciendo la posición de sus productos e incluso la idea
de consumo en general. No en vano, se describe la economía informacional, (nuevo paradigma),
asegurando que tanto la producción como la competencia dependen de la capacidad para aplicar
la información. Es decir, que el éxito en una industria depende tanto del producto como de la
capacidad para comunicar. Y en este mundo, los que tienen capacidad de comunicar masivamente
y con eficacia son los que detentan el poder de los llamados medios de masas, aunque, este poder
no lo ejercen siempre los propietarios nominales.
Los Medios de Comunicación no son únicamente esos altavoces de los bienes y servicios que se
producen masivamente. Su instalación en la vida cotidiana supone un decisivo papel en la fabricación de nuevas necesidades, (de identificación de prestigio…), que el sistema industrial nos obliga
a satisfacer. Su función refleja perfectamente esa dinámica que dedica más tiempo y recursos a
crear necesidades que a satisfacerlas.
Manipulación de los Medios- Los Medios de Comunicación, ofrecen una representación de la
realidad que por su propia naturaleza, (mediada), aparecerá necesariamente sesgada. Seleccionan la información, la imagen cuando es el caso, (a través del encuadre, de los movimientos de
cámara…), la voz… los aspectos técnicos en definitiva. Todo esto sucede independientemente
de que se haga o no con cierta intencionalidad. La manipulación es inherente al medio. Realmente se podría decir casi que todo conocimiento, toda idea comunicada esta mediada. En algunos casos la experiencia se adquiere de manera directa, (a través de los sentidos), por ejemplo,
la contemplación de un árbol, y en otros casos la experiencia se recrea de modo vicario, cuando
nos cuentan como es el árbol, o nos enseñan su foto. El problema de los medios audiovisuales
radica en la facilidad de que el receptor caiga en la confusión entre un tipo y otro de experiencia.
Hecha esta introducción será fácil entender la importancia del control de los medios, en un mundo
en el que un niño dispone de más información en un día, que la que un hombre pudo disponer a lo
largo de su vida hace un par de siglos. Este control, utilizado en muchas ocasiones por gobiernos
que siempre trataron de tener sus medios afines, (el ejemplo claro es el mantenimiento histórico de
televisiones y radios públicas a pesar de sus descalabros económicos), se puede ejercer de modos
diversos. A través de leyes, de tecnología, etc, pero evidentemente en la mayoría de los casos, lo
que determina este control es el dinero. Hoy en día, las grandes corporaciones transnacionales
aglutinan casi la totalidad de la industria de la comunicación en el mundo. El fin de estas
transnacionales, (como el de cualquier empresa privada), es el beneficio económico, lo que determina en gran modo el mensaje, las formas, los valores, de lo que recibimos cada día a través de
estos medios. Baste decir como ejemplo, que casi la totalidad de información exterior que nos
llega a través de los medios, se nutre únicamente de 4 o 5 agencias multinacionales. La industria
mediática, por tanto, está lógicamente dominada por el gran capital.
Pero además de ser una industria de dimensiones extraordinarias, en busca del máximo beneficio,
dominada por el capital, también está al servicio del mismo, por cuanto realiza la comunicación
necesaria para la actividad productiva de poner en relación la producción y el consumidor.
No es extraño, por tanto, el hecho de que muchos teóricos hablen hoy en día de que lo específico
de los medios de comunicación es la publicidad. Esta afirmación se basa fundamentalmente en la
evidencia de que el cliente real de los medios, por encima de audiencias, públicos, etc, es el
anunciante. La audiencia es el número de potenciales consumidores que el medio puede ofrecer
para atraer a los clientes. El “share”, en televisión, o porcentaje de audiencia de una cadena en un
momento concreto es lo que el anunciante compra. Un director de series televisivas afirmó, “La
televisión, es el espacio que hay que rellenar entre un corte publicitario y otro”. En el fondo no le
faltaba razón, y lo que se dice de la televisión, como medio paradigmático tanto por su extensión
como por su profundización, es casi extensible
a los otras modalidades de comunicación de masas. Esta concepción publicitaria del medio, origina el surgimiento constante de nuevas formas
a través de las cuales las empresas consiguen
anunciar sus productos e incitar al consumo, de
una forma encubierta, evitando legislaciones y
las reticencias del consumidor, (colocación del
producto en series de éxito, patrocinio de programas, etc…).
Es innegable que la existencia de estos “gigantes” comunicativos, permitieron una democrati-
Piensaglobalmente...
globalmente...
Piensa
!
Actúa localmente.
En los países industrializados es precisa una !
reducción del mil por ciento en consumo
de recursos como objetivo indispensable a
largo plazo si se desea liberar recursos suficientes para atender las necesidades de los
países en desarrollo.
!
El ingreso medio mundial per cápita ha rebasado ahora los 5000 dólares al año, pero
más de 1300 millones de personas siguen
‘viviendo’ con menos de 1 dólar al día.
Consumo responsable no significa sólo consumir pensando en las consecuencias sino tomar la determinación de no consumir si no es
preciso. Y esto se puede aplicar a todo (alimentación, energía, moda, ocio...)
!
El español medio pasa el 70 por 100 de su !
tiempo libre mirando la tele.
!
En España, generamos 30000 toneladas de
basura cada día. Es decir, cada año tiramos
varias veces nuestro peso en productos en !
cuya fabricación se emplearon grandes cantidades de materias primas, en muchos casos no renovables, y energía.
¿De cuánto tiempo libre dispones? Echa cuentas y sé consciente de que 7 de cada 10 horas
las pasas mientras otros te cuentan lo que
quieren. Disfruta con otros, saldrás ganando.
!
El futuro de la Tierra y de todos sus habitantes también está en la bolsa de la compra.
“Todo lo que se come (o se consume) sin necesidad, se roba al estómago de los pobres”
(Gandhi).
Evita los artículos de usar y tirar. Procura
aprovechar al máximo las cosas usadas. Está
científicamente comprobado que no es más
feliz quien más compra.
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