Cada vez más habitantes en el planeta, y menos desarrollo y derechos humanos Cuando la población mundial ha llegado a los 7200 millones de habitantes no preocupa que seamos muchos, sino que pocos puedan ejercer sus derechos y gocen de los beneficios de un mundo desarrollado. En el marco de la celebración del Día Mundial de la Población, que se conmemora, desde 1987, cada 11 de julio, se hace presente la urgencia de atender diversas cuestiones de población que tienen que ver con resolver las necesidades de las personas bajo un enfoque de derechos. El acceso universal a la salud sexual y reproductiva, servicios de calidad de salud sexual e información, acceso de los jóvenes y adolescentes a la educación sexual integral, la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y niñas, y la elaboración de políticas nacionales y compromisos internacionales son hoy una prioridad para quienes figuran escenarios futuros en el ámbito político, económico y social, y promueven el derecho a una vida sana con igualdad de oportunidades para todos en un mundo en el que somos miles de millones. Según el reciente estudio de las Naciones Unidas, World Population Prospects: The 2012 Revision, publicado el pasado 13 de junio, para 2028 la población mundial está proyectada a alcanzar los 8100 millones de habitantes, y la India a convertirse en el país más grande del mundo; mientras, en 2050 se llegará a los 9600 millones con un mayor crecimiento en varias regiones, principalmente África y Nigeria, que podrían superar en población a Estados Unidos. Este año, el embarazo en la adolescencia será el tema del Día Mundial de la Población, pues se considera que el empoderamiento de las niñas, adolescentes y jóvenes es clave para romper el ciclo de discriminación y violencia en el que están sometidas las mujeres por las desigualdades de género que aún persisten en el mundo, y se sabe urgente el que se promueva y proteja su desarrollo y el goce pleno y efectivo de los derechos humanos, incluidos los sexuales y reproductivos. La Región de América Latina y el Caribe es el principal foco de interés en materia de población y desarrollo, pues esta ha experimentado un proceso de desarrollo importante con el aumento significativo del acceso a servicios sociales básicos y la esperanza de vida al nacer —de 69.2 años a 76.1 años en la región en su conjunto entre 1980 y 2011—, el crecimiento económico de algunos países y la creación de políticas fiscales redistributivas tendientes a reducir los niveles de pobreza y desigualdad, además de mejorar la cobertura y calidad de los servicios de educación, salud y protección social. Sin embargo, las diferencias entre países no han dejado de existir y dichos servicios todavía permanecen inasequibles para cientos de millones de personas. “En efecto, la región de América Latina y el Caribe ofrece un conjunto de oportunidades, pero también un conjunto de desafíos que llevar adelante en cuanto a marcos normativos, políticas favorables, caracterización de poblaciones excluidas, acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, protección contra la violencia y la vigencia del enfoque de derechos humanos”, dice en entrevista con la revista Newsweek en Español el director adjunto de la Oficina Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Esteban Caballero. Miles de millones En los próximos 12 años, la población actual del mundo —7200 millones de habitantes— está proyectada a crecer en 1000 millones, y en 37 años, en otros 1500 millones. De esos miles de millones, las regiones en desarrollo experimentarán un crecimiento de 5900 millones de habitantes este año a 8200 millones en 2050, y durante el mismo período la población perteneciente a las regiones desarrolladas se mantendrá prácticamente sin cambios en alrededor de 1300 millones de personas. El crecimiento será más rápido en 49 de los países menos desarrollados, que se espera crezcan al doble de tamaño, de 900 millones de habitantes en 2013 a 1800 millones en 2050, tiempo en el cual se llevará a cabo la mayor parte del aumento global en los países de fecundidad alta como África, Indonesia, Pakistán, Filipinas y Estados Unidos. En palabras del secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales, Wu Hongbo, aunque el crecimiento de la población ha disminuido para el mundo en su conjunto, “algunas regiones, especialmente África, siguen creciendo rápidamente”. Esteban Caballero atribuye este hecho a la educación, información y orientación que se recibe, métodos y sistemas de valores que tienen los individuos, todos son elementos considerados como determinantes al momento de decidir reproducirse o no; “la reproducción tiene que ver con opciones individuales, nadie le puede imponer a nadie decisiones acerca de su vida reproductiva, simplemente hay que darle a la gente las opciones y métodos para decidir libremente. “Ahora, también es importante aclarar que, si bien es cierto que los países en vías de desarrollo presentan un mayor crecimiento poblacional, en el caso de AL y el Caribe, por ejemplo, son una región en donde, en promedios nacionales, las tasas globales de fecundidad, que son las que determinarán en el largo plazo si va a crecer o no una población, han estado bajando, lo cual quiere decir que ahora es más variada la situación, no importa si seas un país desarrollado y en vías de desarrollo”. América Latina y el Caribe, una región fértil subdesarrollada A pesar de que el desarrollo de América Latina y el Caribe se ha visto, principalmente en las últimas décadas, impulsado por el crecimiento económico de naciones como Brasil —la sexta economía del mundo—, la creación de políticas fiscales en beneficio de la salud, educación y protección social, y el aumento al acceso a los servicios sociales, aún persiste la desigualdad. Esta desigualdad se expresa precisamente mediante la inequidad en el acceso a la educación y los servicios integrales de salud sexual y reproductiva, así como en la violación de los derechos humanos y la carencia de métodos anticonceptivos, lo cual sienta las bases para un aumento significativo de embarazos de alto riesgo o no deseados y, por ende, la continuidad de las condiciones de pobreza. A partir del entendimiento de que la desigualdad y la pobreza están íntimamente correlacionadas, positivamente se ha venido hablando de políticas de reducción de la pobreza, pero, según Caballero, también es preciso entender que una política así está íntimamente ligada con otras para la superación de las iniquidades en el acceso a los servicios y las desigualdades sociales existentes. Esto debido a que en la región las desigualdades de acceso están relacionadas, por una parte, con los estratos socioeconómicos inferiores, que son los que están teniendo una mayor imposibilidad de acceder, y por otra, con la existencia de una mayor diversidad en las características de los diferentes grupos. “Para poder fomentar el acceso y utilización de servicios en poblaciones indígenas no solo necesitamos ampliar la cobertura y facilitar los accesos geográficos, también debemos orientar el servicio, de manera intercultural, y además eliminar las barreras legales existentes en algunos países para que los adolescentes accedan a los servicios de salud sexual y reproductiva; y eliminar las actitudes discriminatorias desde el punto de vista de cómo atender a poblaciones étnicamente diferentes o poblaciones con orientaciones sexuales diferentes; debemos estar atentos a atender a la diversidad cultural que hay en nuestras poblaciones”. Embarazo adolescente El tema elegido para la celebración del Día Mundial de la Población este año fue el embarazo adolescente, un fenómeno que cobra relevancia al poner en consideración que, a nivel mundial, cada año unos 16 millones de adolescentes entre 15 y 19 años de edad dan a luz, y que las complicaciones del embarazo y el parto siguen siendo la principal causa de defunción de las jóvenes entre 15 y 19 años. Ante tal panorama, la UNFPA considera indispensable entender que el empoderamiento de las niñas, adolescentes y jóvenes es clave para romper con el ciclo de discriminación y violencia al que se encuentran sujetas debido a la persistencia de las desigualdades de género, así como promover y proteger el desarrollo y el goce pleno y efectivo de sus derechos humanos, sexuales y reproductivos. En entrevista con Newsweek en Español, el oficial nacional de programas del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), Javier Domínguez, explica que la atención a la salud sexual y reproductiva de los adolescentes y jóvenes constituye una prioridad de salud pública a nivel nacional e internacional no solo por el porcentaje de población que representa —el 43 por ciento de la población mundial tiene menos de 25 años de edad y uno de cada cuatro es adolescente o joven—, sino por la trascendencia en la toma de decisiones y comportamientos que se dan en este ciclo de vida y el cómo afectan en su futuro. “El embarazo adolescente fue el tema elegido para este año tanto porque en este momento la población de adolescentes y jóvenes es la generación más grande que se ha registrado en la historia de la humanidad, como porque está estrechamente vinculada con la violencia de género, el abando escolar, la dependencia económica, el limitado acceso a servicios amigables de salud y educación sexual y reproductiva, las pocas oportunidades de participación efectiva y pocas condiciones para la realización de expectativas y proyectos de vida futura”. Por esos motivos surge la necesidad relevante de poner a consideración de la sociedad en su conjunto la necesidad de establecer medidas que permitan atender este reto y evitar que las adolescentes, comprendidas por un grupo de niñas entre 12 y 19 años de edad, se embaracen a temprana edad. Los retos son diversos, y por lo mismo la UNFPA considera preciso que se impulse la inversión en la educación, salud, medios de vida y protección de los derechos humanos y sexuales y reproductivos de adolescentes y jóvenes; y que se proporcionen servicios integrales de salud sexual y reproductiva, así como de atención del VIH y la maternidad y que se suministren anticonceptivos. También que se prevenga el matrimonio en la infancia, se asegure que las niñas asistan a la escuela después del nivel primario, se apoyen planes y programas para fomentar los aspectos positivos en las niñas más vulnerables que corren riesgos de matrimonio en la infancia y embarazo no deseado, y el efectivo respeto de los derechos de los adolescentes de todo el mundo. Programa de Acción de la Conferencia Internacional de El Cairo sobre Población y Desarrollo A casi 20 años de la implementación del Programa de Acción (PA) establecido por la Conferencia Internacional de El Cairo sobre Población y Desarrollo (CIPD), en 1994, mediante el cual se estableció un cambio de paradigmas y un conjunto de recomendaciones para la acción orientados a resolver las necesidades urgentes de las personas con un enfoque de derechos y una perspectiva de futuro, se vuelve importante reflexionar sobre los avances y retos que se enfrentan en la materia. También están en puerta los Objetivos del Milenio (ODM), que suponen erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH, paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medioambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Por esta razón este año es particularmente necesario reflexionar sobre los temas de población, tanto en el ámbito regional como en el internacional, porque se están finalizando ambos períodos de cumplimiento —2014 para el PA y 2015 para los ODM— y los gobiernos y organismos tienen que pensar en cuáles son los objetivos para el desarrollo después de que se cumplan estos plazos. Según el director adjunto de la UNFPA, de 20 años para acá, si se tiene una visión general de lo que ha sido la región se podrá observar que ha cambiado en gran medida la perspectiva desde la cual se formulan las políticas públicas en temas de igualdad de género, salud reproductiva, la visión poblacional y la utilización de datos en cuanto a la planificación. En cuanto a avances, señala que se han diseñado políticas públicas en la materia y leyes novedosas, casi todos los países han creado mecanismos y ministerios dedicados a la condición de la mujer, así como leyes para impedir la violencia contra ella, programas de salud reproductiva que no ven solamente desde el punto de vista de la salud materno infantil, sino desde el punto de vista de la mujer, y se ha aumentado el acceso de las mujeres y personas a los servicios de planificación familiar. También ha habido un aumento en el desarrollo social, la institucionalidad y calidad de los servicios, y una reducción sustantiva de indicadores tan importantes como la mortalidad infantil; también se ha logrado, aunque en menor medida, la reducción de la mortalidad materna, que es uno de los temas que todavía es foco de atención sobre todo porque las muertes “pueden ser perfectamente evitables, ya que tienen que ver con que no llegó a tiempo el servicio médico, no hubo sangre en el servicio, no había antibióticos o son situaciones de abortos clandestinos, mal atendidos; debemos tener la capacidad de ofrecer servicios de salud vistos desde la óptica del cliente o del ciudadano. Los retos suponen principalmente la implementación correcta, efectiva y eficaz de las normas, leyes, lineamientos y programas dejando de lado las desigualdades sociales para que lleguen a las poblaciones rurales y segregadas urbanamente, a los migrantes transitorios e indocumentados y a las poblaciones indígenas y afrodescendientes que muchas veces no son considerados como sujetos de derechos. Nueva Agenda de Desarrollo El Fondo de Población de Naciones Unidas, considerando que más allá del 2014 la agenda pertinente al tema de población y desarrollo debe ser abordada en un ambiente de asociación para el desarrollo en los países de ingreso medio, con un influjo de asistencia oficial para el desarrollo menor que el que ha tenido en los últimos años, y que tanto el abordaje como los pendientes y las nuevas prioridades serán un asunto que deberá resolverse casi exclusivamente con recursos propios de los estados, del sector privado, la cooperación sur-sur y de los donantes no tradicionales, considera estratégicas cuatro áreas de trabajo. Primero, el acceso universal a derechos sexuales y reproductivos, servicios de calidad de salud sexual y reproductiva e información cuyos tres puntos considerados como los más importantes por el representante regional de la UNFPA, Esteban Caballero, son el cerrar las brechas existentes en cuanto a la maternidad segura con la existencia de servicios de salud materna para todos de igual calidad; la introdución de la planificación familiar dentro de la estrategia de desarrollo y población para evitar los embarazos no deseados, que son los que conducen a los abortos clandestinos que generan situaciones que conducen a la muerte materna; y el acceso confidencial de los adolescentes a servicios de información y consejería en temas de salud sexual y reproductiva y a los anticonceptivos. Segundo, el acceso de los adolescentes y jóvenes a la educación, medios de vida, educación sexual integral, servicios de SSR, incluido el acceso a anticonceptivos, con activa participación de los adolescentes y jóvenes. “Para un adolescente y un joven que está en su etapa de formación lo que queremos es que sea reconocido como sujeto y que tenga una transición a la vida adulta virtuosa, que pueda estudiar y conseguir un primer empleo digno, lo cual está íntimamente relacionado con su capacidad de conocer su cuerpo, de administrar su vida sexual y reproductiva con buena información y acceso a servicios de manera que no tenga sorpresas en el camino”. Como tercer punto está el lograr la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y niñas y su relación con los derechos reproductivos. Esteban Caballero explica que mucho del auge económico que se ha vivido en la región tiene que ver con el hecho de que la mujer ha logrado niveles de educación y ha tenido la posibilidad de decidir cuántos y cuando tener hijos, lo que le ha permitido integrarse al mercado de trabajo, ser activa económica y políticamente y aportar todas esas capacidades al desarrollo. “Eso implica que las economías de los países se han podido beneficiar de un bono de género y que debemos resguardar que esa situación continúe por ese camino,y que tengan la misma igualdad de condiciones”, explica Cabellero, y agrega que el problema en ese sentido es que nuestra región no solo es desigual, sino que también en muchos países existen situaciones de violencia muy aguda, lo que crea espacios dentro de los países donde en realidad no hay un imperio de la ley ni respeto a los derechos, y es en esas situaciones que las niñas y mujeres son vulnerables a la violencia física y sexual. “Por eso debemos prestar mucha atención al vínculo que existe entre ausencia del Estado y aumento de la violencia y vulnerabilidad de las niñas y mujeres y trabajar en ello”. Finalmente el cuarto punto, explica el experto, supone la creación de políticas nacionales y compromisos internacionales basados en el análisis de las dinámicas poblacionales relacionadas con el desarrollo sostenible, la salud sexual y reproductiva, el VIH y la igualdad de género. “La región está enfrentando dos grandes cambios que son estructurales, uno de ellos es que muchos de nuestros países están todavía pasando por la etapa del bono demográfico o surgimiento de la juventud en las sociedades, y tenemos que atender sus necesidades, y otro es que también hay un grupo grande de países con sociedades en envejecimiento”. En ese sentido, en América Latina y el Caribe por un lado existe la situación de bono demográfico y, por otro, la de envejecimiento, lo cual supone que las sociedades van cambiando en estructura y que, por lo mismo, con base en los cambios demográficos se deben diseñar políticas las públicas para el presente. Otro fenómeno que también es característico de esta nueva época es el de la migración: “Ya no vamos a tener una migración con los mismos patrones anteriores, sur-norte, porque está creciendo la migración sur-sur y habrá un grupo grande de retornados quizá porque están cambiando las características y condiciones de los diferentes países”, informa Esteban Caballero. Por ello hoy en día no se puede ni es importante hablar en términos de si es malo o bueno el que seamos muchos o pocos porque eso depende de los contextos y de las situaciones particulares. El mensaje, según Esteban Caballero, no está en alertar sobre el número de habitantes en el planeta, la cuestión verdaderamente importante radica en que estemos muy conscientes y actuemos respeto a los derechos que tenemos. “Las reflexiones en torno a las situaciones que tenemos que enfrentar para el tema de población y desarrollo no tienen que ver con decir: ¡uy!, la población mundial está sobre los 7200 millones de habitantes, o ¡uy!, pronto seremos 12 000 millones; lo que importa no es si somos muchos o pocos, sino que se respete el derecho de formar o no una familia, el respeto a los derechos reproductivos”, concluye Esteban Caballero. El derecho que tienen las personas a planificar sus vidas y a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos es hoy un elemento clave para abordar las temáticas globales demográficas, pues la población, al poder planear sus familias puede planear su vida, y por consiguiente, contribuir a vencer la pobreza, mejorar los niveles de salud, lograr vencer la muerte materna, conseguir mayor equidad de género y sostener a la juventud.