La mujer es masoquista porque busca la violencia

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Informe de Situación sobre Derechos Humanos
Grupo de Apoyo Mutuo (GAM)
Octubre de 2005
Estereotipos de Violencia Intrafamiliar
La mujer es masoquista porque busca la violencia.
Contrario a lo que piensa la gente, la mujer no busca la violencia ni la
provoca, le está huyendo de todas las maneras posibles. Se piensa que
la mujer recibe algún placer claramente expresado o no tan claro,
porque al recibir tratos violentos se comporta dócil y complacientemente
con la pareja. Sin embargo se somete precisamente para evitar más
violencia y cuida de no hacer nada que pueda desencadenarla.
Las mujeres buscan hombres violentos.
Este mito se basa en la idea que las mujeres buscan hombres con
“mano dura” para dirigir el hogar, pero no están buscando un hombre
violento. Solo tratan de ser fieles a sus principios religiosos y morales, y
no ven con claridad la situación de violencia que vive, sobre todo si ésta
las ha acompañado toda la vida.
Esto es voluntad de Dios y nadie debe intervenir.
El plan de Dios para nuestras vidas es que seamos felices; entonces
¿por qué aceptaría que una mujer sea golpeada y maltratada? Hay
situaciones que no podemos controlar pero la violencia intra familiar no
es una de ellas, a esta si la podemos parar.
La violencia entre parejas es un problema de pobres sin educación.
La violencia no distingue condición económica, educativa, social, étnica
o de edad. Simplemente se da y la pueden sufrir todos.
El hombre que abusa de una mujer tiene problemas mentales.
Únicamente un 10% de los hombres violentos en su hogar tienen
problemas mentales serios y confirmados. De aquí se deduce que este
no es un factor importante en la violencia intra familiar, más bien el
comportamiento violento responde a las relaciones de poder existentes
en la sociedad guatemalteca, donde el hombre tiene el poder y
autoridad y la mujer tiene que someterse.
Si la mujer aguanta por bastante tiempo las cosas cambiaran.
Al contrario, es más probable que el grado de violencia empeore antes
de mejorar cuando la mujer aguanta las agresiones sin reaccionar ni
buscar ayuda. Hasta que es claro que los actos violentes terminarán
con la vida de uno de los miembros del hogar, muchas mujeres
reaccionan y se van.
Si las mujeres sufren en su hogar ¿Por qué se quedan?
Porque no es sencillo irse. No solamente el marido o compañero las
obliga a través de amenazas, o la convence a través de
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arrepentimientos, sino que además la sociedad,
la familia, incluso la
religión enseña que la mujer ante todo es madre y esposa. Al mismo
tiempo, las mujeres generalmente no conocen sus derechos, algunas
nunca han trabajado salvo como amas de casa y se sienten indefensas
porque están convencidas que no pueden hacer nada para ayudarse a
sí mismas.
Si el hombre trabaja, lleva dinero a la casa y es bueno con los hijos
e hijas, una mujer no debe exigir nada más.
Una serie de virtudes no es suficiente para aguantar los defectos,
máxime si estos ponen en peligro la vida. Estas ideas han sido
justificadas por el machismo predominante en Guatemala, pero la
mujer merece respeto como cualquier miembro de la familia.
La violencia en el hogar es un tema vergonzoso y nadie debe
enterarse.
El primer paso para resolver un problema es aceptarlo, y buscar la
ayuda de quien pueda presentarla. Así se rompe este círculo de
violencia.
El alcohol provoca todos los problemas de violencia intra familiar.
Es ampliamente conocido que el alcohol es solamente una forma que el
hombre tiene para justificar la violencia. Muchos hombres son violentos
sin necesidad de estar ebrios, e incluso muchos ni siquiera beben licor.
Por eso no se pude decir que el alcohol es la causa o que si deja de
beber va a dejar de golpear.
Los niños y las niñas ni cuenta se dan si en su hogar hay violencia.
El patrón de violencia infra familiar es aprendido; hombres que de niños
vieron a sus padres golpear a sus madres son más propensos a golpear
a sus compañeras de hogar, mientras que las niñas que fueron
expuestas a este tipo de violencia están predispuestas a permitir que las
golpeen.
Los patrones culturales están presentes en todos los miembros de la
sociedad sin importar su nivel económico, social o cultural al que
pertenecen. Los funcionarios judiciales, oradores de justicia miembros
de la PNC, médicos y representantes de diferentes instituciones no
escapan de creer en estos patrones culturales.
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