Comercio Exterior, vol. 33 , nLIIn . 3, México , marzo de 1983 , p . 210-222 La política de comercio exterior de México BELA sALASSA * j E n es te traba jo se eva lú an las políticas d e co merc io ex terior el e M éx ico durante el últim o c uarto de siglo y se formu lan recomend ac iones para el futuro. El artículo co mpl ementa otros informes presentados por e l autor al gobi erno de ese país, en su ca ráct er de asesor . En ellos p roponía establecer un sistema el e subsid ios a la export ac ión 1 y modificar las po líti cas indu stri al y el e c omerc io ex terior; 2 ad emás, eva lu aba las po líti cas apli cadas du rant e el período 1973- 1978 y proponía reforma rl as 3 Se es tudi an después las medida s el e esta políti ca y las referent es al fomento indu stri al, al qu e se otorga especi al atenc ión. Po r últi mo, se anali za n los ca mbi os oc urridos en las ex porta cion es e im portac ion es d el país, as í como su co ntribu ción al crec imi ent o industri al. EL PERÍODO DEL " DESA RR OLLO ESTAB ILI ZADOR " (1956- 197 1) El marco macroeconómico En esta oportun idad se anali za rán las políticas pu estas en prácti ca en tres períodos claramente definido s. Se co nsidera qu e el primero, de 1956 a 1971 , fu e de relat iva estabi lid ad , d esp ués d e la rápida inflación y las devaluacion es de l primer decenio de posguerra, aunqu e se caracterizó por un a creciente sobreva lu ac ión del peso. El segundo período com ienza con la acelera ción del gasto público a partir de marzo de 1972, durante el mandato d el presidente Echeverría, y fin ali za con las devaluaciones d e septiem bre-d iciembre de 1976. El tercero abarca la presidencia de José López Portillo (diciembre d e 1976 a novi embre ele 1982). El aná li sis de cada uno de los tres períodos comienza co n una d esc ripción del marco macroeconómico necesario para entender los cambios en la política d e com ercio ex teri or de M éxico . l . B e l ~ Balassa, " La política comercial de México: análi sis y proposiciones", en Comercio Exterior, vol. 20, núm. 11 , Méx ico, noviembre de 1970, pp . 922-930 . Reproducido en Miguel Wion czek (ed.). La sociedad mexica na: su presente y futuro , Editorial ERA, México, 19 7 1, y en Leopo Ido Sa lís (ed.), La economía mexicana, 1: A n,í /isis por sectores y distribució n , Fondo de Cu ltura Económica, Méx ico, 1973, pp. 416-438. 2. Trabajo presentado en 1974 y public<Jdo con el título " Foreign Trad e and Industrial Policy in Mexico", en Bela Ba lassa , Policy Reform in Deve/oping Countries, Pergamon Press, Oxford, 1977, pp. 31-55. 3. Traba jo presentado en eiiMCE, en enero de 1980, y en el Seminario sobre " Perspecti vas del intercambio entre las Améri cas: expansión y diversificación de las exportaciones de Am érica Latin a" , reali zado en S5o Paulo en marzo del mismo año . Publica do en Quarterly Review of Eco nomics and Busin e5s, verano de 1981 , pp . 131 -164, y en Wern er Baer y Malcolm Gillis (eds.) , Export Diversificatio n and the New Protectio nism : Th e Experience of Latin America, National Bureau of Economic Resea rch y Universid ad de lllinois, Champa ign, 198 1. Se pubiicó una tradu cc ión al portu gués en Estudos Economicos, abril-junio de 198 1, pp. 11 -50. También aparece en Bela Ba lassa, Th e Newly-lndustrializing Countries in the World Economy, Pergamon Press, Nueva York, 1981 , pp. 83-100. * Profesor de Economía Pol ítica de la )ohns Hopkins University y asesor del Banco Mundial. Este trabajo se presentó en el seminario sobre " Industriali zación y comercio ex teri or", organi zado por el Colegio Nacional de Economistas, qu e se celebró en la ciudad de Méx ico, el 3 de enero de 1983. El autor ha obtenido gran provec ho de sus discusiones sobre el tema con economistas y fu ncionarios mexica nos. Sin embargo, la responsa bilidad por el co ntenido de este traba jo es exc lusivamente suya. La ponencia no refl eja necesariamente las opi niones del Banco Mundial. A menos que se indique lo contrario, los datos provienen de estadísti c;1s ofi ciales mex ie<1nas . El aut or agradece la ayuda prestada para la investiga ción por Kenn eth Meyers. [Tra ducción del inglés de Rubén Svirsky] . E n el prim er decenio despu és de la segunda guerra mundial los precios aumentaron en M éx ico co n rapid ez, lo qu e dio origen a un ciclo de infl ac ió n-d eva lu ac ión. Con las suces ivas deva lu aciones, el tipo de ca mbi o d el peso co n respec to ;:ti dól ar se multipli có por más el e dos, el e 4.85 en 1945 a 12.50 en sep ti em bre ele 1954; se mantuvo en este nivel hasta septi embre el e 1976. An t o~ i o Ort iz M ena, sec retario de Haciend a ele 1958 a 1970 , ll amó al decenio qu e co menzó co n el nu evo tipo d e cambio un período d e " d esa rrollo es tabili za dor" .4 Esta d es ignac ión es adec uada en la m ed id a en qu e la tasa el e infl ac ió n fu e inferior a la d e los diez años precedentes; no obstante, sigui ó siend o superior a la d e Estados Unidos , princ i¡Ja l interlocutor co m erc ial d e M éx ico (para este país, aqu él re¡Jrese nt a dos tercios d el com erc io exterior de merca ncías, 90 % de las tran sacc io nes de se rvic ios y casi 100% d el come rcio front erizo). Gerardo Bueno calcu ló los tipos rea les de cambio d el peso frente al dólar; tomó como base 1956, d ebido a qu e en ese ario la bal anza de pagos d e M éx ico se acercó a una JJOSició n d e equilibrio 5 O tro argum ento en favor el e esta elecc ión es el supu esto de que, para enton ces, ya hubi eran compl etado su evoluc ión los aumentos de precios resultantes de la deva lu ac ió n de se¡Jti embre de 1954. D e 1956 a 1967, lo s prec ios de m ayoreo aumentaron 32% en México y 10% en Estados Unidos. A l manten erse la paridad nominal , e l peso mex ica no se ap rec ió en ese lapso 17% en térmi nos rea les frent e al dó lar (véa se el cuadro 1 ). Leopo lclo So lís, quien fue direc tor d e Programa c ión Económica d e la Secretaría de la Pres id enc ia d e ·1971 a 1975 y durant e mucho ti empo dirigió los estudios económicos en el Banco de M éxico, afirma : " 1968 .. . se ñaló el co mi enzo de un períod o el e in fl ac ión que en los años setenta se hi zo d esenírenacla. " 6 Sin embargo, tambi én en Estados Unidos se ace leró la inflac ió n, el e modo que el aumento posteri or del va lor rea l de l pe so fu e pe4 . Véase Antonio O rti z Mena, " Desa rroll o estabi li z,1dor. Una déc,lda de estrategia eco n ó mi c~ en Méx ico", en El Mercado de V,¡/ores, núm . 44, Méx ico, noviembre de 1969. S. Véase Gerard o Bueno, " L1 parid~d del poder ~dq ui s iti vo y l ~ s elasti cirbd es de importaci ón y expo rt ación en México ", en El Trim estre Eco nó mico , vol. XLI (2), nC1m . Hi 2, Méx ico, abril-junio de 1974, pp. 313-325. 6. Leopoldo Salís, Econo mic Policy Retorm in Mex ico. A Case Study (o r Oeveloping Countries, Pergamon Press, Nueva York , 198 1. 211 comercio exterior, marzo de 1983 CUADRO 1 M éxico : variaciones del tipo de ca mbio rea l, 7956- 1982 1956 1958 1959 1960 12.5 12.5 12.5 12.5 100.0 100.0 100.0 71.4 74. 6 84.5 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 75.4 79. 1 79.8 8 1.3 81 .6 85 .1 86.8 87.8 90.3 92. 1 94.5 100.0 85.7 85.9 86. 1 85.7 85.9 85.6 85.7 87.5 90.5 90.6 92.9 96.5 100.0 84 .5 87.0 87 .8 9 1.9 93 .1 94.6 95.0 99.3 99.2 97.0 99.7 99. 1 97.9 100.0 118.3 11 4.9 11 4.3 108.8 107.4 10:>.7 10:> .3 100.7 100 .8 103.1 100.3 100.9 102. 1 100.0 197 1 1972 1973 1974 / 975 1976 7977 7978 7979 7980 798/ 12.5 12.5 12.5 12.5 12.5 15.43 22.57 22.76 22.80 22.95 24.5 1 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 123.4 180.6 182. 1 182.4 183 .6 196 .1 205.5 103.8 106.7 123.6 151.3 167.2 204.5 288.6 334. 1 395.3 492. 1 6 13.7 103.3 107.9 122 .0 145.0 158.5 165.8 175. 9 189.7 213.5 243.4 100.5 98.9 101.3 104 .3 105.5 123.3 164.1 176. 1 185.2 99.5 101 .1 98.7 95.9 94.8 100. 1 110.1 103. 4 98.5 Tipo de ca mbi o (pesos por dó lar) 12.5 Índice de l tipo de ca mbio 100.0 Índi ce de prec ios de . mayoreo (M éx ico) 68.4 lnd ice de precios de mayoreo (Estados Unidos) 82.3 Índi ce de precios relati vos (Méx ico/ Estados Unidos) 83. 1 Índi ce d el ti po de ca mbi o rea l 120.3 Tip o de ca mbi o (pesos por dólar Índi ce del tipo de camb io Índi ce d e prec ios de mayoreo (Méx ico) Índi ce de precios d e mayoreo (E stados Un idos) Ín dice de prec ios relativos (Méx ico/ Estados Unidos) Índi ce del tipo de ca mbio rea l 1957 1961 198 711' 19821 7982'1 1982'" 25 .613 34.3 4 46.7 65.2 274.7 374. 1 524.2 70 1. 4 743. 0 858.4 102 1.4 265.5 26 8.0 270.2 270.5 272.0 202.2 23 1.1 26 1.7 275. 0 3 17.3 1 375.5 90.8 84 .9 78 .5 99.9 11 7.9 139.6 Fuente: FMt , lnt ernational Financia/ Stalistics. q ueño hasta la " vorágin e del gasto de 1972" , en el período del pres idente Echeve rría.l En to tal, de 1956 a 1971 los prec ios de mayoreo crec ieron en M éx ico 52% y en Estados Un idos 26%, al ti em po qu e se mantenía la paridad peso/dól ar. 1971. Esta osc il ac ió n se debió a qu e la pMti cipació n respectiv a de exportacion es e importacio nes di sminuyó a tasas diferentes, en respu esta a los estímulo s o torga dos. La p o lítica de com ercio exterior En el prim er país, el aum ento del gasto público, cuya participación en el PIB pasó de 4.4% en 1956 a 8. 1% en 1971 (véase el cuad ro 2), co ntribuyó de manera importante a la inflació n. El mayor gasto inc rementó el d éficit del secto r púb li co, q ue ll egó a 5.1% del PIB en 1971. El défi cit se financió en parte media nte la creac ió n de dinero , lo qu e co nd ujo a aum enta r la rela ción de la oferta mon etaria (d inero y cuasi dinero) co n el PIB de 15. 1% en 1956 a 16.5% en 1971, y en parte mediante el in greso de capital ex tranj ero; el déficit en cuenta corriente pasó de 1.4% del PIB en 1956 a 2.3% en 197 1. A su vez, el crec iente endeudamiento externo dio origen a un inc remento de la relac ió n entre el se rvi cio de la deuda y las ex portac iones de merca ncías, que llegó a 58% en 1971. El aumento de la relació n déficit en cuenta corriente/PIS se concentró en los prim eros años del período, cuand o tuvo luga r la mayor parte de l deterioro de la com petitividad de M éx ico; el valor rea l del peso crec ió 10% de 1956 a 1960. A la vez, la relac ión del déficit del interca mb io de merca ncías co n el PIB aumentó de 2.8% en 1956 a 3.2% en 1960, y di sminu yó después a 2.5% en 7. Leopoldo Solís, op . cit. , p. 67. ebido a la crec iente sobreva luac ió n de l peso, surgieron presiones para eleva r los niveles de protecc ión . A principios del períod o se aumentaron los ara nce les, en el marco de una revisión general de la cla sificación correspondiente, rea liza da en 1956, y se intensificó el empl eo de restri cc iones cuantitati vas a la im portac ión . Corno se observ a en el cuad ro 3, la ca nt idad de ca tego rías de im portació n sujetas a co ntro l casi se dupl icó de 1956 a 1962 y la participación de las impo rt aci o nes co ntroladas en las totales aum entó de 33 a 44 por c iento. En el mi smo período, esa participación en el va lo r de las comp ra s en el exterior pasó de 28 a 52 por ciento. D De ac uerdo co n el reglamento para otorga r permi sos de importación de 1956, los nu evos co ntro les mu cha s veces se acompañ aro n de convenios co n las empresas, las que se co mprom etían a sustituir importac ion es a ca mbio de la libre importac ión de partes, compon ent es y acceso rios. Este reglamento era la contrapart ida de la Ley pa ra Promover Indu strias Nu evas y Necesa rias, qu e co ncedía estímulos a las empresas que se establ ecie ran en rama s indu stria les nu evas o en aqu ellas cuya producció n nac ional abasteciera menos de 80% del co nsumo interno . A ambos gru - 212 política de comercio exterior de méxico CUA DRO 2 M éxico : datos macroeconómicos y de la balanza de pagos, 7956-7 98 7 1956 1957 1958 740 155 4 15 752 1 129 357 - 1959 1960 196/ 1962 1963 1964 / 965 1966 1967 744 006 262 786 1 186 400 844 1 139 294 944 143 199 98 7 1 240 253 1 069 1 493 424 1 158 1 560 401 1 20 7 1 605 398 1 14 7 1 741l 60 1 42 1 155 266 557 164 393 585 179 40 7 657 2 11 446 704 24 1 4ó3 o o o 8 75 328 547 963 o 774 275 500 o o 28/l 46 242 157 11 2 310 377 414 245 18 1 94 350 84 265 11 8 90 479 136 343 Balanza de pago s (millones de dólares Mercancia s Exportil c io nes Impo rt aciones Sal do 844 t 0 72 - 228 - 1 - 5Pr vicio~ Exporta c io nes Turi smo Come rcio ironteri zo Maquila Importacion es o 262 Turi ~ m o Comerc io front eri zo Otra s !neto) Sald o Balan za de biene> y se rvi cios Tran sfe rencia s ! n e ta ~) 19 20 522 163 359 5 12 71 382 6 379 JO 6 72 20 .!52 376 369 652 30.0 14 .2 35 . 1 16 .6 39.2 43.2 17 .7 20 .4 47 .9 22 .5 179.1! 194 ./l 22 1.4 252.0 282. 8 300.6 13 260 14 31!0 15 SilO 17 7 10 20 160 22 620 24 050 4.8 114 119 92 101 41 22 1 55 104 114 2 296 265 t 6J 296 5 182 13 JOS 15 163 17 34 1 1 JI ll ú 293 264 162 30 1 195 120 170 18 .3 20.2 5.9 6.2 22.0 B.O 23.6 ll .6 26.0 9.6 128.6 137.7 155. 9 165.7 JO 290 JI 020 12 4 70 3 o 363 600 66 100 11 9 277 295 34 1 244 84 377 Holanza en cue nt a corrient e Oferta monetaria y cuentas nacionales (miles de millones de pesos) Dinero y c uas i dinero 15. 1 16.6 G.1sto público 4.4 5.2 In ve rsión públi ca Défi c it del ~ ec t o r públi co Produ cto in terno bruto 100 .6 t 15.5 PIH (millon e; de dólares! ll 04/l 9 240 Porcentajes del PIR Ex porta c io nes de mercancía s lmporta c ion e~ 10 .5 B.O 7.3 6 .8 6 .3 6.4 6.6 f> .3 6 .0 5.7 5.3 13.3 12.5 11.0 9. 1 9 .5 ll .6 7. 9 ll .O 8.4 7.7 7. 1 2.8 1.4 4 .5 3.5 2 .4 0.9 O.ll 1.4 0.7 I.G 0.6 2. 4 0 .9 3.2 0 .8 2.2 1.3 0. 5 2.0 0. 1 0.1 2.5 0 .2 1.4 3.2 2.6 1.5 2.3 1.4 0 .7 1.0 1.9 1. 9 1.7 2. B 1.4 15. 1 4.4 3.1 2.() 14 . 1 5.1 1.5 14 .2 5.7 0 .8 14.2 4 .6 1.5 14 .7 4 .5 2.4 14.4 4 .5 14 .5 1. 1 15.4 5.3 7 .3 2.0 15.9 7.5 1.9 15.6 7.0 1.6 15.3 7.2 2.7 15.9 7.5 de m e rcanc ías Sa ldo del int erca mbio de merca n cía~ Balan za de se rv i c io~ Bal anza de bi ene; y se rvic ios Hala nza en cuenta co rri ent e Dinero y c uasi dinero Ga sto públi co Inversión públi ca Déficit del sec tor público l .B Fu entes: Bal anza d e pago s, 1960-1969 , Leo poldo Sa lís, op. cit ., pp. 148-149; 1970-1981 , Ban co Mundial. D atos d e c uent as na c iona les, 1956- 1980, FMI , Internacion al Financia/ Statistics; 198 1, Banco Mundial. Los datos sobre gasto e inversión públi- cos y sobre el déficit del secto r público provienen del proyecto Diemex-Wh arton. pos se les otorgó exe ncion es aran celari as para la maq uin aria y los insumas empl eados en el proceso de produ cción, lo que aumentó el nivel y la varianza de la protección efect iva. En 1960, la unificación de la clasificación aduanera dio una nu eva oportunidad de aum entar los aranceles . Después, en 1962, se impu so un a sobretasa de 10% a las importaciones de artículos suntuarios. Por último, en 196S·se aum entaron todo s los aranceles en 6 puntos porcentu ales. En los años sese nta también se amplió la gama de control es a la importac ión ; ca da año se ·agrega ron un as mil ca tegorías a la lista de importac ion es co ntrol ada s. En 1970 los ar tíc ulos suj eto s a control ll egaban a 65 % del total (véase el cuadro 3). En ese año, 213 comercio exterior, marzo de 1983 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 198 1 1250 1960 - 710 1 455 2078 - 623 1348 2352 - 1004 1410 2271 - 86 1 1 716 2746 - 1029 2140 3848 - 1 707 2999 6093 - 3093 3 005 6 6 14 - 3 906 3 476 6 071 - 2 595 4 604 5 92 1 - 1 3 16 6 460 B21B - 1 757 9 286 12 137 - 285 1 15479 19 416 - 3 937 19402 24 187 -4 785 1 145 432 714 1290 529 76 1 1658 563 930 165 870 220 649 740 48 2069 724 1 067 278 953 258 695 898 2 18 2 50 1 842 1 2 15 444 1 154 335 819 - 1 243 104 2 622 800 1 367 454 1 357 399 958 - 1 960 - 695 2 769 836 1 398 536 1 6 16 423 1 193 - 2 122 - 969 2 647 867 1 255 525 1 1B2 396 7B6 - 2 170 - 705 3 922 1 12 1 2 087 7 14 227 1 5 19 1 752 - 2 696 - 1 045 4 5BO 1 443 2 599 63B 2955 7 14 2 24 1 - 4 161 -2 536 9266 655 154 502 639 5 1 4 18 46 1 856 102 785 172 6 13 666 33 8218 644 193 450 563 61 1 252 4 15 756 81 755 170 585 6 16 11 9 6 369 9 074 - 4 48 5 -2 636 -7 094 -6 902 77 1 29 628 35 - 1 123 55 894 58 98 1 65 - 1 489 74 -2 989 11 3 - 4 304 123 - 3 564 156 - 2 02 1 168 -2 802 198 -5 387 224 -6 573 24S - 11 687 304 593 - 1 068 836 9 16 - 1 4 15 - 2876 - 418 1 - 3408 - 1853 - 2604 -5 163 -6328 - 11 383 61.3 28.8 68.8 32.6 29.2 74 .8 36.7 22.4 83.8 43.7 33.3 102.6 56. 1 49.B 127. 1 77.6 64.8 15 1.6 110.0 95.8 203.6 150.9 108.6 387.8 195.6 153.B 6 1B.6 240.5 222.5 83 1.3 317.0 322.8 1 133.9 42 4 .8 473.7 1 629 .7 606.1 68 1.4 2B.O 230 36.0 55.0 67.0 97.0 124.0 125.0 162.0 233.0 313.0 735.0 o 742 53.6 25.9 o -- 339. 1 374.9 4 18.7 452.4 5 12.3 6 19.6 813.7 1 100.0 1 371.0 1 849 .3 2 337.4 3 067 .5 4 276.5 5 849.0 27 130 29 990 33 500 36 190 40 980 49 570 65 100 79 060 88 880 8 1 930 . 102 580 134 5 1o 186 330 238 590 4.6 4 .9 4.0 3.9 4.2 4.3 4 .6 3.8 3.9 5.6 6.3 6.9 8.3 8.1 7.2 6.9 7.0 6.3 6.7 7.8 9.4 8.4 6.8 7.2 8.0 9.0 10.4 10. 1 2.6 0.2 2. 1 0.0 3.0 0.4 2.5 0.1 2.5 0. 1 3.4 0.4 4.B 0 .2 4.6 0.9 2.9 1.1 1.6 0 .9 1. 7 1.0 2. 1 1.9 2. 1 1.4 2.0 2.9 2.8 2. 1 3.4 2.5 2.4 3.0 4.6 5.4 4 .0 2.5 2.7 4 .0 3.5 4.9 2.7 16.8 7.6 2.0 16.4 7.7 3.2 16 .4 7.8 7.0 2.3 16.5 8.1 5.0 2.2 16.4 B.5 6.5 2.9 16.6 9. 1 B.O 4.4 15.6 9.5 B.O 5.3 13.8 10.0 8.7 3.8 14.9 10 .9 7.9 2.3 2 1.0 10.6 8.3 2.5 26.5 10.3 9.5 3.8 27. 1 10 .3 10.5 3.4 26.5 9.9 4 .8 27.9 10.4 1 ¡_ 1 1 1.6 6.7 5. 1 7.0 B.9 B.2 8.8 9.0 6.8 6.9 7.6 7.3 12.6 la pa rtic ipación de las importac iones co ntro ladas en el va lor de las tota les fu e de 59%; este coc iente fu e inferi or al máx im o de 65% alca nza do en 1964, debido a la c rec iente pa rti cipac ió n de mate ri as prim as y combu stib les cuya importac ión no estaba co ntro lada. En el cuadro 4 se mu estra el aum ento de las tasas el e protec- ción efecti va al sec tor m anufacturero de 1960 a 1970. El aum ento menor de la protecc ión parece haber ocu rrid o en los bienes ele consumo durad ero y de cap ital; sin embargo, ell o se debe a la ca íd a de la tasa de protección efecti va de los automóviles, que pasó de 255 a 111 por cie nto, pero sigui ó siend o la más alta de todas las industrias (excepto ferti liza ntes). Las tasas de protección efectiv a aum entaron de 45 a 67 por ciento para la maq uin a- 214 política de comercio exterior de méxico CUADRO 3 M éxico: permisos d e importació n, 7956- 7979 Va lor de las importaciones Ca tegorías de importación Total 1956 1962 1964 1966 1970 1971 1972 1973 1974 1977 1979 4 129 S 204 n.d. (%) Con troladas Libres Porcentaje Total Con troladas Libres 1 376 2 313 2 753 2 891 33 44 n .d. 100 100 100 28 52 65 72 48 35 n .d. n.d. n.d. 100 100 100 100 100 59 57 56 64 74 41 43 44 36 26 n.d. n.d. n.d . n .d. n.d . 6 600 8 400'1 4 400 4 sao·' n.d. n.d . n.d . n .d. n.d. 16 000 12 800 3200 80 n.d. n .d. n.d. n.d. 7 340b 7 776b S 859b 1 866b 1 481 b S 910b 11 000 12 900" n.d. 60 65'1 n .d . n .d . 8ob 24b 100 40c 60< n.d. No disponible. Fuent es: Ex cepto cuil ndo se indi ca otra fu ent e. A. Cá rd enas O rt ega, "A lgunos ilSpec tos sob re in strum ent os de co ntro l en la políti ca de co nwrc io ex teri or' '. e n In vestigación Económica, México, enero -mMzo de 1976, cuadro 3. a. Leopo ldo Salís, op. cit. b . José An to nio Ab ra ha m M. y Gabriel d el Río L. , " El co mercio exteri or me xica no. A n,í li sis \' perspec ti vas ", en Comercio y Des,Jrrollo . Méx ico, diciem bre de 198 1, p. 8. c. Com unicac ió n direc ta . ría no eléctrica, de 48 a 88 por ciento en el caso del eq uipo eléc tri co y de 49 a 90 por ciento en el del equipo de transporte. 8 Si tom amos en cuen ta las medidas proteccionistas adoptadas de 1956 a 1960, se observa que los aumentos de la protecc ión industrial superaron a los efecto s de la sobreva luación del peso, lo qu e contribuyó a disminuir la participac ión de las importaciones. A su vez, el aumento de la protección acentuó el sesgo contra la exportación de manufac turas, dado que los estímulo s otorgados a ésta eran in significa ntes; en 1969, só lo 20% de las exportaciones de manufacturas recibi ero n créd ito preferencial, el alca nce de las preferencias crediticias sigu ió siend o pequeño y las devoluciones de impu estos fueron poco significa ti vas. Al mismo tiempo, las exportac ion es sufrían los efectos de la sob reva luac ió n del peso. En el deceni o de los sese nta la protección al sec to r primario se hizo negat iva, co n tasas efect ivas de - 1.4% para la agri cultu ra, ga nadería, silvicultura y pesca y de -12.3% para la min ería (véase el cuadro 4). Contribuyeron a este resultado, en el primer caso, una meno r protección nomin al y el mayor costo de los in sumos (sobre todo los fertilizantes) y, en el segundo, el estab lec imiento de impu estos a la export ac ió n. CUADRO 4 México: tasa de protección e(ectiva, 7960 y 7910 1960 Bienes primarios Ag ri cu lturil, gJ nJd ería y pesc,l Minería Bienes de co nsum o no duradero Bi enes int erm edios Bi enes d e co nsu mo duradero y bi enes de c,lpitJI ~.7 1'170 - 2.7 1.-1 3.0 0. 3 - 12.3 21.6 3 1.6 U.2 64.6 16.8 77.2 Fuent e: Adriaa n ten Kate y Robert Bruce WJ IIace, op. cit ., p . 135 . ción contra ciert os cultivos de ex portac ión , especialmente el algodó n. El com e rcio exterior y e l crecimie nto industrial Las exportac io nes agríco las sufrieron, además, los efectos de la política de prec ios establec ida en 1961 por la Conasupo, que fijó para ciertos productos de consumo interno prec ios superi o res a los del mercado mund ial. Ello aum entó la di scri m ina- 1crec iente sesgo anti ex portador afectó tanto a los produ ctos primarios como a los manufac turados. El aum ento de la discriminación contra el algodó n expli ca la ca íd a abso luta de las exportac iones mexica nas de este producto de 1955- 1957 a 1970- 1972 (véase el cuad ro 5). Al ti empo que seguían aum en tando las expo rtacion es mundiales, la participación de M éx ico en el total cayó de 11 .4 a 4.9 por ciento en el período. Tambi én íue menor la parte de México en las exportac iones mundiales de ca rn e vac una y de café. Los aum entos de su pa rti c ipac ión en las expor- 8. Véase Ad ri aan ten Kate y Robert Bruce Wallace, Protection and Economic Development in Mexico, Ce ntre fo r Develop ment Planning, Rol- terdam , 1980. H ay traducción JI es pañol en La polític.1 de protección en el desa rrollo económico de México, México, 1979. E 215 comercio exterior, marzo de 1983 tac io nes de ga nado en pi e y de azúca r se expli ca n por el aum ento de la demanda estadounid ense, en el primer caso, y por la asignac ió n de un a cuota mayo r para ese mi smo mercado, en el segundo. Tam bi én ocurrió un a ca íd a absoluta de las expo rt ac ion es mexica nas de metales no fe rro sos (p lata, plomo y cobre), que en 1955- 1957 rep rese ntaro n 15% de las ex portac ion es tot ales y só lo 4% en 1970-1 972. En to tal, las ventas al exte rior de productos primario s mexi ca nos só lo crec ieron 2% durante los años sese nta, en tanto que las de Co rea aumentaron 16% y las de Taiwán, 18%; esto s dos países orientaro n sus polít icas hac ia el merca do mundia\ 9 Las exportaciones de manufacturas mexicana s tambi én perd ieron mercado. De 1960 a 1970 crec iero n en vol um en a una tasa anu al medi a de 5%, frente a un aum ento promedio anu al de 16% de las exportaciones totales de manufac tura s de los países en desarrollo a los desa rroll ados. 10 Los incrementos anu ales de Corea y Taiwán fueron muy superiores al promedi o : 33 y 24 por c iento, respec tivamente. Dado el lento crecim iento de la expo rt ació n de manu fac turas en M éx ico, su co ntribuc ión al inc remento de la produ cc ión indu stri al só lo fu e de 3%, al tiemp o que ll egó a 45% en Co rea y 51% en Taiwán. En ca mbio, como respuesta a la protección , el aporte de la sustitu ció n de importac io nes al crecimi ento indu stri al fu e de 11 % en M éx ico, de -2% en Co rea y de 3% en Taiwán. 11 EL PER ÍODO DE EXPANS IÓN DE ECHEVERRÍA (1972- 1976) El marco macroeconómico L eopo ldo So lís hab la de " la pérdid a de disciplina presupuestaria . . . en la medida en qu e el Pres id ente [Echeverría] comenzó a impulsar directamente los programas de gasto" a partir de marzo de 1972. 12 La participac ión del gasto públi co co rri ente en el PIB pasó de 8.1 % en 1971 a 8.5% en 1972 y a 10% en 1975 (véase el cuadro 2) . Los aum entos de la invers ión públi ca fueron mayores aún : su partic ipación pasó de 5% en 1971 a 8.7% en 1975. La tasa de crecim iento de las transferen cias soc iales fu e mayo r que la de los ingresos públi cos, por lo cua l el défi c it del sec tor pasó de 5. 1% del PIB en 1971 a 8.8% en 1975. Este défi cit se financió cada vez más co n endeudamiento externo, que proporcionó 32% de las neces idades financi eras netas del sector público en 1971 y 50% en 1975. Ese endeudam iento permitió a M éx ico mantener el tipo de cam bio de 12.50 pesos por 9. Los dato s de Co rea co rresponden a 1963- 1970, los de Taiwá n a 196 1-197 1 y los de México a 1960-1970. Se tomaron del archivo de datos de un proyecto de invesligación sob re las fuentes del crecimi ento económico, rea li za do en el Banco Mundia l y dirigido por Hollis B. Chenery, Sherm an Robin son y Moise Syrquin. 1O. Véase Be la Balassa, "Trade in Manu fac turated Goods: Pa ltern s of Change", en World Development, marzo de 198 1, pp . 263-275. 11. El aumento de la demanda intern a y los cambios en los coefi cientes de insumo/prod ucto también contribuyen al crecimiento industrial. Los datos se tom aron de Hol li s B. Chenery, " lnterac ti ons between lndustrializa ti on and Ex port s", en American Eco nomic Review. Papers and Proceedings, mayo de 1980, pp. 28 1-292. 12. Leopold o Salís, op. cit ., p. 68. dólar hasta septiembre de 1976, mi entras qu e el déficit en cuenta corri ente aum entó de 2.3 % del PIB en 197 1 a 5.3% en 1975 . El deteri o ro ele la cuenta co rri ente refl ejó en bu ena medid a los efectos que tu viero n las po líti cas fiscales expansivas en las im po rt ac iones, tanto los d irec to s co mo los indirecto s (a causa ele la ráp id a inflac ión ). La subsigui ente di sminución del c rec imiento de la s im po rt ac ion es, vin culad a co n meno res tasas ele in cremento del gasto público , redujo la relac ió n déficit en cuenta corri ente/PIS a 3.8% en 1976, pero este coc iente sigui ó siend o considerab lemente superi o r al de 197 1. Debido al mayo r end eudamiento ex terno , el índice de se rvicio d e la deud a ll egó a 88% en 1976 . Las políticas fisca les expa nsion istas co ndujero n a in cremen tar la ofe rt a moneta ri a a un a ta sa promedio ele 22% anu al ele 1971 a 1976, aprox im adam ente el doble de la de los 15 años anteri ores . No obstante, la relac ió n ofe rta mon etaria/P IB cayó el e 16.5 a 14. 9 por c iento , debido a que las expectati vas infl ac ion ari as in dujeron al púb li co a red ucir sus ac ti vos líquid os. La po lítica mac roeco nó mi ca co ntribu yó a in crementar la in fl ac ió n, aunqu e co n cierto rezago. Después de crecer 3% en 1972 , los precios ele mayoreo aumentaron 16% en 1973 y 22% en 1974. A pesa r el e que la tasa de infl ac ió n tambi én se ace leró en Estados Unid os, el va lor re al del peso mex ica no se ap rec ió 4% frente al dó lar de 1971 a 1974. Esa aprec iac ión ll egó a 5% en 1975 y a 13 % en el segundo trim estre de 1976, inm ed iatamente antes de la deva lu ac ión de se pti embre (véase el cuad ro 1). E\1 de septi embre de 1976 se establ ec ió un tip o de ca mbi o el e 20 pesos por dólar y pocos meses después hab ría una segunda devaluación. La política de co mercio exterior a crec iente sobrevalu ac ión de l peso ge neró pres iones en favor el e un a mayo r proteccióo. El in cremento ele las res tric ciones c uantitati vas ll evó la part icipac ión ele la s impo rt ac ion es suj etas a co ntrol el e 57% del tot al (en va lor) en 197 1 a 64% en 1973 y 74% en 1974 (véase el c uadro 3). En 19 75, a medi da que se deterioraba la ba lanza de pagos, los contro les se hi cieron más estrictos aún y se ap li có un aum ento ge neral de arance les . L No se dispone de estim ac ion es de la protecc ión efectiva en 1975; sin embargo , parece que, para el sec to r indu stri al, fue muy superior a la de 1970. Empero , an tes de pon er en prác ti ca medidas ex pans ivas, y sigui endo las reco mend ac io nes de este autor, se in stituyó un sistema de promoción el e las exportac ion es . Éste co mprendi ó el establecimiento de ce rtifi cados de devo lu ción de impu estos (Cedis); la importac ió n de in sumos li bre de impu esto s; la ex pansión del ámb ito de los c réd itos de co rto plazo a la expo rtac ión otorgados por Fomex; la c reac ión d el Fon ei para fin anciar inversiones orientadas hac ia la ex portac ión y la sustitu ció n eficiente de importac ion es, y la c reac ió n del IMCE para au men tar los esfu erzos de prom oc ió n ele las exportac io nes. De ac uerdo con las normas in stituid as en marzo de 1971, se o torgaba - med iante los Ced is- un a devolu ció n de 10% de los impu es tos sobre el va lor de las exporta cio nes de manufact uras cuyo co ntenido nac ion al exced iera ele 60%; la devo lu ció n se ría el e 5% cuando el co ntenid o nac io nal fue se el e 50 a 60 por ciento, y nulo por debajo de ese umbral. Dos años después, cuando se aumentaro n las tasas de impu estos indirecto s, las devoluciones se aum entaron a 11 y 5.5 por c iento, respect iva mente. 216 política de comercio exterior de méxico CUADRO S Exportaciones tradic ionales de México, 7955/ 7957-7 978/7 980 (M iles de tonelada s métricas y porcentaj es) Promedio 7955-57 Promedio 1970-72 Promedio 7975-77 Promedio 1978-80 9. 1 2 583.0 234.9 12.3 7 207.8 885.4 6.0 6 799.8 4 10.6 8.4 7 249.0 609 .5 Ca rn e vacuncl Porcentaje del total mundi al To tal mundi al M éx ico 1.8 390.7 7. 1 1.8 2 135. 7 37.9 0.7 2 63 5.3 17.2 0 .7 3 315.4 22.7 Tomate fresco Porcentaje del total mundi al Total mundial M éx ico n.d . n.d. n.d. 23.0 1 462.8 335.9 23.7 1 561 .2 370.0 23 .0 1 793.8 41 1.9 0.5 14 592.0 72.8 2.6 21 787 .0 567.1 0.2 24 389.3 54. 1 n.d. 26 646.0 n.d . Ca fé sin tostar Porcenta je del tot al mundial Total mundial Méx ico 3.7 2 220.0 82. 1 2.8 3 360. 2 94.2 4.1 3 394.0 138.9 3.8 3 660.8 139.9 A lgodó n len pa cas) Porcentaje del total mundial Total mundial México 11.4 3 093 .0 352.7 4.9 4 009.4 194.6 3.6 3 946.3 143.5 4.2 3 660.8 194.6 Cru st<íceos y moluscos Porce nt aje del tot al mundial To tal mundial México n.d. n.d. n.d . 6. 1 533. 0 32.6 4.2 797 .9 33.7 3.7 1 072.4 39.2 Ganado vacun o Po rcent aje del total mundi al Total mundial (miles de cabezas) México (mi les de ca bezas) Azúcilr (equil'alente en crudo) Porce ntaje del tot al mundi al To tal mundi al México ---- --- - - Nota: El cuadro incluye lo s produ ctos primarios que en 1970-1972 representaron má s de 1.5% de la s exportacion es mexicanas de merca ncías. Fu entes: FAO, Trade Yearbook, var ios números, y Yearbook of Fishery Statistics, va rios números. Los export ado res de productos co n contenido na cion al no inferior a 40 % tenían derec ho a importar insumos libres de impu estos. Aquél los cuyo producto tu viera un contenido nacional de 50% podrían rec ibi r crédi tos preferencia les para financiar su exportación. En 1973 un tercio de las manufactura s ex portadas recibi ó tales c réditos; el subsidio res ultant e promedió 1.5% del va lor de esas expo rt aciones. El Fonei deb ía o torgar créditos preferenci ales para la co mpra ele maquinari a y equipo, en tanto qu e ei! MCE se c reó para difun dir información sobre posibilid ades ele ex portar, organ izar mi siones comerciales y ex tend er la red el e agregados comerciales. En 1972 tambi én se modifi có considerablemente el sistema de vínculos entre ex portación e importac ión qu e se había estableci do tres años antes para la industri a de automotores, obligando a los fabricantes a compe nsar co n ex portac io nes una proporció n c rec iente de sus importaciones de partes, componentes y acceso rios . El otorgamiento de Cedi s se suspendió en sep ti embre de 1976, c uando la devaluación , pero se restabl ec ió poco después. Debi do al sistema en cascada de impuestos indirectos entonces vigente, es difíc il ca lcular en qué medid a los Cedis significaban un reembol so ele impuestos efectivamente pagados. No obstante, su establ ec imi ento aum entó sin duda los estímulos a la expo rtac ión de manufacturas . El trat amiento especial a las indu stri as maquiladoras de la franja fronteri za fue anterior a la in stauració n ele los Ced is, pero só lo se incluyó en la legislac ión en 197 1. Estas industria s importan partes y compo nentes libres de im puestos y reexportan el producto armado, so bre todo a Estados Unidos, dond e só lo tribut an por el va lor agregado. Desp ués de octubre de 19 72 tambi én se otorgó la co ndición de maq uil adoras a empresas estab lec idas en el interi o r del país, siempre que exportasen en condicion es sim il ares. El comercio exterior y el crecimiento industrial as exportacion es de las maquiladoras aparec ieron por pri mera vez en las estadísti cas mexica nas de ba lanza de pagos en 1970. En ese año alca nza ron un va lor neto de 81 millon es de dólares; en 1976 sobrepasa ron los 500 millones y su va lor bruto llegó a exceder el de las otras expo rt ac iones de manufac turas . L 217 comercio exterior, marzo de 1983 Grac ias al im pul so de los estímul os a la expo rtac ión, la ve nta al exterior de manufactura s mexica nas creció con rapid ez de 1970 a 197 4 (60 % en volum en)D Sin embargo, en 1975 di sminuyó, en pa rt e deb id o a la recesió n mundial y en parte a la crecie nte sobreva lu ac ió n del peso . Como ésta siguió aumentando hasta septi embre de 1976, en ese año las exportac ion es de manufacturas fu eron 18% inferiores a las de 1974 . En contraste, en ese año la s de los países en desarro ll o a los desa rroll ados superaron en 25% a las de 1974. 14 En el pe ríodo 1970-1975 las expo rtacion es co ntribuyeron a la producción de manufactu ras más qu e la sustitu ció n de importacio nes (8 y 3 po r ciento, respectivamente), aunqu e en este se nti do M éx ico se mantu vo muy at rás de Corea, donde la cont ri buc ió n de las ex portac io nes al crecimi ento de la producc ión fu e de 62% de 1970 a 1973. 15 En M éx ico, aunqu e la mayor protecc ión compensa ba la creciente sob revalu ac ió n del peso, la sustitu ción de importac io nes esta ba limitada por los efectos de las políticas fi sca les expansivas, q ue estimul aban las co mpras en el exte ri or. En co nsec uencia, la re lación im portac io nes/PIS aum entó de 6.3% en 1971 a 8.4% en 1975, para cae r después a 6.8% en 1976 al hacerse más lento el crec imi ento del gasto púb lico co rri ente. A l mi smo ti em po, despu és de algun os aum entos temporales, la relac ión expo rtac iones/PIS vo lvió en 1976 al nive l de 3.9% que hab ía tenido en 197 1 (véase el cuadro 2) . Como se seña ló, las ex portaciones de manufacturas crec iero n con rapid ez a co mi enzos de los años setenta en res pu esta a los estímul os otorgados, pero decaye ron despu és a medid a q ue se sen tía cada ve z más la sobreva lu ac ió n del peso. En todo el período las expo rtac iones de productos primarios di sminuyero n en térm in os abso lutos, dado qu e la so brevalu ac ió n del peso no se compe nsó co n in ce ntivos a la expo rtació n. La ca íd a aba rcó a la mayoría de los productos primarios (véase el cuadro 5) y no se log ró in co rpo rar a la li sta nu evos rubro s de este sector. EL PERÍODO DE LÓPEZ PORT ILLO (1977- 1982) El marco macroeconómico L as políticas expa nsivas adoptadas por el presid ente Echeverría en marzo de 1972 sigui eron a la aplicac ión de medid as defla cion arias en el prim er año de su período, tendi entes a red ucir el défi cit en cuenta corri ente de la ba lanza de pagos, que había llegado a 3.2% del PIB en 1970 (véase el cuadro 2). Estas med id as im plicaro n un c rec imi ento más lento del gasto público y un a menor inversió n pública (ambos a precios con stantes). Las políticas expa nsivas de 1972- 1975 co ndujero n a un a ráp ida infl ac ión y al deterioro de la balanza de pagos, pero se mantu vo establ e el tipo de ca mbio . En 1976 se disminuyó el crec imi ento del gasto público co rri ente y hubo una caída de la inversión públi ca; después, el mi smo año, el peso se devaluó varias veces . 13. En este caso, la defini ción de ex portaciones de prod uctos manufacturados exc luye a los alimentos, bebidas y tabaco, deri vados de l petróleo y productos petroquímicos. Los resultados pueden contener un error considerable, debido a que el deflactor de todas las ex portaciones industri ales, que incluye a los prod uctos mencionados, se aplicó al grupo restringido. 14. Véase Be la Ba lassa, " Trade in Manufactured Goods .. .", op. cit., p. 265 . 15. Véase Holli s B. Chenery, op. cit., p. 284. Las políti cas del pres idente López Portillo sigu ieron pautas sim ilares. En 1977, la inversión y el gasto público se mantu viero n virtu alm ente consta ntes. En los años sigui entes hubo un período de ex pansión presupu estari a qu e provocó una ráp ida infl ac ión; durante ese lapso el valo r nominal del peso práctica mente se man tuvo . En el último año del sexe nio se red ujo el gasto público y el peso sufri ó un a devalu ac ión co nsiderable. El análi sis que sigue se ce ntrará en la fase expa nsi va. De 1977 a 1981 , el gasto público aum entó casi 50% y la inversión pública se duplicó (ambos en términos de volumen) . Sin embargo, los d atos expresados en precios constantes no indican de manera adecuada el alca nce de las políticas expa nsivas, qu e se aplica ron co n un tipo de ca mbio de 22.5 a 23 pesos por dól ar, y de 24.5 en promedio en 198 1. A precios co rri entes (y, por tan to, en términos de dólares) el gasto público corriente se multi pli có po r tres de 1977 a 198 1 y la in versión pública por más de cuat ro. Se supuso qu e los impuestos pagados po r Pemex gracias a su s ingresos petrol eros en rápido crecimiento financiarían buena parte de la ex pansió n del gasto públi co . Empero, ese o rga ni smo em pre ndi ó un gran programa de inversión y se vio obligado a subsidiar cada vez más sus ventas intern as. En co nsec uencia, su déficit fue muy similar al monto de los impuestos con que contri buyó al presupuesto público. Al mismo ti empo, el déficit del sector pLiblico (incluido Pemex) aum entó de 6.8% del PIB en 1977 a 12.6% en 1981. Este déficit se financió en parte con c reac ión de dinero y en parte con endeudamiento externo. El crecimiento de la oferta monetari a se ace leró: en 1981 ll egó a 27 .9% del PIB , frente a 14.9% en 1976 y 21% en 1977. El c rec imiento de la deud a extern a ll evó el cociente del servi c io a más de 100 por ciento. Las medid as ex pansivas aceleraron la inflación , después de un rezago. Los precios de mayo reo creci ero n 16% en 1977 y 1978, 18% en 1979, 24% en 1980 y 25% en 198 1. Después de habe r mantenido el tip o de cambio entre 22.5 y 23.5 pesos por dól ar hasta principios de 1981 , las pequeñas d evaluacion es durante e l resto de ese año sólo' lo ll eva ron a 26 .2 pesos por dólar. Como consecuencia, el peso se aprec ió considerablemente en término s rea les, compensa ndo en exceso las devaluaciones d e 1976 y 1977 . A .fines de 1981, tal apreciación era de 29% con respecto a 1977 y de 8% frente a 1975, de 21% comparada con 1971 y de 35% co mparada con 1956 (véase el cuadro 1) . La deva lu ació n se evitó mediante el aum ento de los in gresos petroleros y d el end eudamiento externo . En el caso de los productos no petroleros, podría dec irse que el crédito externo agrega ba "el in sulto" al " daño" resultante del aumento de las expo rtac iones de hidrocarburos, puesto que esos sectores sufrían cada vez más los efecto s de mantener el valor nominal del peso a pesar de la rápida inflación. La política de comercio exterior l as devaluacion es de 1976- 1977 y los importantes des- brimientos petroleros de esos años prometían un a confortable situac ión de balanza de pagos . De hec ho, grac ias a la tripli cac ió n de las exportac ion es petrol eras. y a los efectos favorables 218 de la deva luación de l peso en las expo rtaciones no petrolera s, el déficit del interca mbi o de mercancías bajó de 4.6% de l PIB en 1975 a 1.6 % en 1977. Esta mejoría y la posibi lid ad de futuros aum entos de la exportación de pe tróleo fueron el fundam ento de una campa ña tendi ente a dismi nuir los nive les de protección frente a las importac io nes . Esa campaña reflejó la idea de que era necesario liberar las importaciones para redu cir el sesgo anti expo rtado r y aum entar la efic ienc ia de la indu stri a mex ica na exponi énd o la a la co mpete nc ia extern a. La proporc ión de las ca tego rías suj etas a permi sos de importac ió n ba jó el e 80% en 1977 a 24% en 1979 (véase el cuadro 3). Estos ca mbi os se acompa ri aron co n aum entos de arance les para pe rmitir el aj uste el e las empresas al nu evo rég im en. Se suponía que los nu evos aranceles serían tempora les, pero la apreciac ió n subsigu iente del peso obli gó primero a mantenerlos y después a aum entarl os. La libera ció n de impo rtac io nes fue más limi tada en térm inos de va lor. Se ha dicho que en 1979 alrededo r de 60% de las im portaciones estaba suj eto a pe rmisos, propo rción mu y in fe rior al 74% de 1974 pero superior a la de co mienzos del dece ni o. El elevado porcentaje de las importaciones ele bienes de capital aum entó el va lo r de los bi enes suj etos a permi so; al mi smo tiempo, según parece, un a ca ntidad co nsid erable de los artículos liberados pesaba muy poco en las importac ion es de M éx ico. De hec ho, la liberac ió n de importac io nes en 1977-1979 parece habe rse co ncentrado en bienes qu e no afectaban mayormente los intereses de los productores nac ionales. A fines de 1979 y p rin cipios de 1980, la Sec retaría de Co mercio preparó pl anes pa ra una liberación ulterior q ue hu biera aumentado de modo considera bl e la competen cia del exterior. Sin embargo, debido a la ap rec iac ió n de l tipo rea l el e ca mbio, tales planes no se ll evaron a cabo. Por el co ntrario, la dec isió n de no ingresa r al GATT qu e adoptó en marzo de 1980 el pres idente Ló pez Portillo marca el comienzo de un período de nu evas restri cc iones a la importación . El restabl ecimi ento de tales restri cciones adquirió impul so en 198 1, cuando también se aumentaron los aranceles. Ante la crisis de divi sas de 1982, las restri ccio nes se exacerb aron más aú n y se vo lvieron a aum entar los aran ce les. A unqu e se increm entaron los subsid ios a la exportac ión, al otorga r Cedi s po r un mo nto de 8% en promed io del va lo r exportado, además de la devoluc ió n de l recién adoptado impuesto al va lor ag regado, ello estaba muy lejos de compensar el aum ento de la protecció n frente a las importac iones . En co nsec uencia, la di sminución de la di sc rimi nac ión antiexportadora de 1977- 1979 cedió su lugar a un creciente sesgo co ntra las exportacio nes . Las de manufacturas sigui eron sufri endo las co nsec uencias de la so breva lu ac ión del peso, ape nas co mpensadas por los subsidios a la produ cc ió n estab lec idos por el prog rama de desa rro ll o indu stri al de marzo de 1979. Los subsidi os netos al va lor agregado por el sec tor manufacturero sólo aum en taron 3 puntos porcentuales de 1975 a 1980, monto minú sculo co mparado con la crecie nte sobreva lu ac ió n del peso. Esa aprec iac ió n del ti po rea l de ca mbio tambi én co nspiró contra las expo rtac ion es de productos primarios; el estab lec imiento del Sistema A limentario M ex ica no (SAM) tambi én afectó a las exportac ion es agríco las. El SAM aumentó los precios de ga rantía de produ ctos destin ados al co nsum o interno, lo qu e prop ició más aún qu e éstos desplaza ran de las zo nas de riego a produ ctos de exportación de mayo r va lor . política de comercio exterior de méxico El comercio exterior y el crecim iento industrial os efectos de las med idas apl icada s resu ltan ev id entes en la desfavorable evo lu c ió n que sufrie ron , de 1975-19 77 a 1978- 1980, varios de los principales productos primarios de exportac ió n. Además, el va lor en dólares de las expo rt ac io nes de alimentos, bebidas y tabaco di sminuyó en términ os abso lutos en 198 1: fue 21% inferior al máx im o de 1979, que había obedecido a los efectos rezagados de las deva lu ac iones de 1976-1977. L Las deva lu ac iones tambié n dieron un gran impul so a la exportac ió n de manu fac turas, qu e de 1976 a 1978 aum ent ó 48 % en vo lumen frente a un incremento de 24% de las de países en desarrollo a los desa rroll ados. La co mparac ió n es desfavo rabl e para México si se considera todo el período 1973-1978, en el que las cifras fue ron 16 y 63 por ciento . 16 Sin embargo, este últ imo cotejo es más adec uado, puesto que los aumento s de las ex portac io nes mexicanas después de 1976 compensaron en pa rte la ca ída de los años anteri o res. De 1978 a 1981 el vo lum en de las ex po rtac io nes de manufac turas mex ica nas disminuyó 14%, a co nsec uencia de los efec tos adversos de la crec iente so breva lu ación del peso y del aum ento de la protecc ió n frente a las importac io nes. En el mi smo períod o, el va lo r en dól ares de las expo rtacion es de manu facturas aum entó 13%, frente al 58% qu e, segú n el GATT, se elevaro n esas ventas de los países en desa rrollo a los desarrollados. Po r otra part e, las ex portac io nes de manufacturas mex ica nas disminuyeron en va lor absoluto si se exc lu yen los productos qu ímicos, dependientes en gran medida del petró leo, y los automóvil es y sus pa rtes, cuyas ex portac io nes se regul an por el sistema qu e vi ncul a ex porta cion es e importacion es. En total, las ve ntas de M éx ico al exteri o r (except uado el petró leo y sus productos) se estanca ro n de 1978 a 198 1 en térmi nos de dólares, al ti empo qu e las petrol eras se multipli ca ron por 16. Empero, esto no fu e suficiente para impedir un aum ento de l défic it en cue nta corriente, que en 198 1 ll egó a 4.8% de l PI B. Por un lado, las importac iones crecieron mucho más rápidamente que el PIB, debido a que resultaron muy estimul adas por la política mac roeco nómica expa nsiva . Por otro, la balanza de se rvic ios se deterioró de man era co nsid erable deb ido a la d ism inuc ió n del tu rismo (ocasionada por la apreciación rea l del peso) y al creciente costo del se rvic io de la deud a extern a. CONSEC UENCIAS PARA LA POL ÍTI CA La política macroeconóm ica y la de comercio exterior emos mostrado, con el repaso anterior, cuán interdependi entes son en M éx ico la po lít ica macroeconómica y la de comercio exte ri or . Al mantenerse fijos los tipos de camb io, la política fisca l expans iva condujo repetid amente a la sobreva lu ación del peso lo cual, a su vez, desencadenó la aplicación de medidas protecc ionistas. Es c ierto qu e el comercio exterior se hi zo más libre desp ués de las devaluaciones de 1976-1977, lo c ual aumentó la competitivid ad de la indu stri a mex icana, pe ro ell o só lo duró hasta qu e el peso vo lvi ó a sob reva luarse . H 16. Bela Balassa, " Trade in Manufactured Goods . .. ", op. cit., p. 265 . 219 comercio exterior, marzo de 1983 Tambi én se vio cuán sensibles son a los est ímul os las impo rtaciones y exportac ion es. La sobreva lu ac ión del peso estimuló las impo rta ciones y el au mento de la protección tuvo el efecto co ntrario . Excepto en el momento de las devaluaciones de 1976- 1977 el valor rea l del peso frente al dólar siguió ap rec iándose, h ast~ ll ega r a 35% más, a fines de 1981 , co n respecto al de 1956. También la prot ecc ión frente a las importac ion es aumentó durante el período, sa lvo por la liberac ión de 1977- 1979. Los cam bios de la participación de las importacion es a lo largo del tiempo se explican, en buena med id a, po r ca mbios en estas variables, además de los efectos indirectos de aumento de la s importac io nes en los períodos de políticas ex pansivas. l 7 Las exportac iones sufri ero n un a discriminación por la vía de la sob reva lu ac ió n del peso y de la protección contra las importac iones . La di sc rimin ac ión co ntra las exportaciones primarias c reció a lo largo del ti empo, excepto durante el período de las devaluacion es de 1976- 1977 y en el interludio de liberac ión de im portaciones de 1977-1979. En el caso de los productos manufacturados, los ince ntivos a la exportac ió n de co mienzos de los años setenta tambi én redujeron el sesgo anti expo rtador. Sin embargo, ya en 1979 los efectos perniciosos de la aprec iación del peso compensaban en exceso las ventajas obtenidas; en los dos años siguientes se dete rioró más aún la competitividad de las exportac ion es mex ica nas. Si se co nsid era todo el período, el desempeño de México fue muy pobre en mate ri a de export acio nes de productos manufacturados y de primarios no petroleros. La sob reva lu ación del peso se pudo mantener merced a los créd itos del exterior. Empero, el endeudamiento externo sólo puede constituir un alivio temporal, a menos que esos fondos se in viertan en ac ti vid ades eficientes. El alivio será pasajero si el sector público hace inversion es in efi cientes y si se o torga n estímulos in adec uados al sector privado medi ante tipos de cambio sobrevaluados y un a elevada protección . En tales co ndi cio nes, la ac umulación de la deud a externa dará origen, eve ntualmente, a una c ri sis de divisas. Estas c risis ocurrieron dos veces en M éx ico, lu ego de períodos de políticas expa nsivas con tipos de cambio fijos. Ambos acontec imi entos ti enen un paralelismo notabl e: a las políticas deflacionarias siguieron políticas fiscales expa nsivas, lo que condujo a sobrevaluar la moneda nac io nal y a incrementar el endeud amiento externo y la protecc ión . Al comenza r el período de López Portillo, M éx ico perdió la oportunidad de salir de este círculo vicioso, c uando la devaluación del peso y el aumento de los ingresos petroleros hubieran permitido disminuir la protección e iniciar un c recimi ento económico arm ó ni co. Esa oportunidad se dejó escapa r y se optó por un ca mino qu e co ndujo a la ac umul ac ión de deud a extern a, la cua l llegó, a fines de 1982, a 80 000 millones de dólares. Las políticas posibles para M éxico comienzos de 1980, al analizar la situ ac ión creada por las políticas que se habían aplicado, este autor señalaba " la necesidad de depe nder menos del endeudamiento externo y acep- A 17. Estas conclu sion es resultan confirmadas por un estudio econométri co de Javier Salas, "Estimation of the Structure and Elasticities of Mexica n lm ports in the Period 1961-1979", en }ourn al of Development Economics, junio de 1982, pp. 297-3 1 1. Salas sosti ene que el aumento de las importaciones en 1978- 19 79 fue ocasionado por la liberación de importaciones, y deja de lado los efectos de las políticas expa nsivas. tar modificaciones en el tipo de camb io, co n el fin de mejora r la competitividad del sector no petrolero de M éx ico. Esto req u eriría, en primer lugar, disminuir el déficit presupuestario. Sería n ecesario, además, comenzar a aplica r·un a ri gurosa evaluación d e los proyectos de inversión pública" .18 Las recientes devaluaciones del peso proporcionan un a base para adopta r políticas adec uadas. A l mi smo tiempo, ~uesto que un a parte consid erab le de los in gresos petroleros se emp lea para el se rvicio de la deuda extern a, durante los próx imos años será posible mantener el tipo de cambio en u n ni vel que no signifiqu e un a discriminación co ntra los sectores no petroleros. En las páginas sigui entes se co nsid erarán las opciones de política macroeco nó mi ca, la mejora del sistema de estímulo s y la reform a de la política de co merc io exterior. Las opciones de política macroeconómica Salís co mpara tres ca minos pos ibles para la política macroeconómi ca de México: "a] infl ac ión, con un comportam iento cíclico del tipo de 'freno y arranqu e'; b] recesión, co n bajas tasas de inflac ión y con desempleo crec ien te; e] c rec imi ento moderad o, con infl ac ió n cada vez menor, seguida después por tasas más altas de c recimiento.'' 19 Desca rta la primera opción, que en los últim os 25 años produjo resultados desfavorables, critic a la segunda, que atribuye al FMI, y propugna la tercera. No obstante, la opción que Salís prefiere es inaplicab le en un período de cri sis de divisas como el que expe rim enta México h oy en día. Por el contrari o, la magnitud del aju ste necesa rio para remediar los desequilibrios de la economía ha ex igid o ap li car políticas deflacionarias. Al mi smo tiempo, reducir el déficit de la balanza de pagos en un a situ ac ió n de esta nca mi ento del producto exige red uci r el gasto agregado . En este sentido, México no está so lo. En Turquía, el déficit de la balanza de pagos se redujo sign ifi ca ti vame nte después de ap lica r, en 1980, políticas deflacionarias. Entre los países socialistas, Hun gría logró un gran cambio en su balanza de come rcio ex terior en un plazo muy corto, al pasar del déficit al superávit m ediante reducciones del gasto. Para M éx ico, la primera prioridad consiste en reducir el défic it del sector público, q ue se tradujo en una expa nsión inter na in sostenibl e y en un enorm e endeud ami ento ex terno . Se ha inform ado que el convenio del Gobierno co n el FMI est ipul a reduc ir el déficit de 16.5 % del PIB en 1982 a 8.5% en 1983 y 4.5% en 1985. Las med id as adoptadas hasta ahora co nsisti eron sob re todo en au mentar im puestos y eleva r los precios de los bienes y servi cios públicos, pero se ha prop uesto también recortar el gasto público 15 %, en términ os rea les, en 1983: Si n duda esto es conveniente, puesto que dic ho gasto ha aum entado a tasas desp roporcionadas para la capacidad de la economía. Tambi én tendrían que au mentarse más aún los prec ios de los bi enes y se rvi cios públi cos y red ucirse los subsidios a los bienes de consumo. Estas dos últim as medid as, junto co n el aum ento de los precios provocado por las deva lu ac iones sucesivas, disminuyen los sa lari os rea les. Sería contrap rodu ce nte intentar que los aumen tos del salario nomin al compe nsen totalmente el alza de los precios, puesto que ello enge ndraría un a esp iral de devaluación e inflació n; por otra parte, es imprescindible un a red ucc ión del sa- 18. Véase el trabajo del autor citado en la nota 3. 19. Véase Leopold o Solís, op. cit., p. 124. 220 lari o real si se pretende mejorar la ba lanza de pagos. Tampoco podrán man tenerse los márgenes de utilidad: la débil demand a intern a no permite aum entar los precios a un nivel que compe nse el aumento de los costos, y también es necesa rio baj ar dichos márgenes para mejorar la ba lanza de pagos. El sec to r privado debe aceptar esa reducc ió n, pero requi ere la seguridad de que no se di sc riminará en su co ntra al as ignar las divisas y el c rédi to intern o. En luga r de manejar el presupu esto de moneda ext ranj era asignando al sec tor privado los res idu os, los recortes en el empl eo de divisas por parte del sector público deberían se r cong ru entes co n las rest ri cc io nes impu estas al secto r privado. Además, los ba ncos nacionali zados tend ría n que dar igual tratamiento a ambos secto res. Sería inconveni ente mezcla r co nside raciones ex tra eco nómicas en la co ncesión de créditos; su lugar está en el pres upu esto público. Tambi én es necesa ri o definir el ámbito de ambos sectores en la indu stri a manufacturera, distinguiendo entre las ac ti vidades rese rvadas al dominio público (por ejemp lo, la petroquímica básica), aque ll as en qu e ambos secto res puede n coex istir y competir (por ejemp lo, la sid erurgia) y las que constituya n un dom inio del secto r pri vado (por ejemplo, el vestido) . Esto implicaría q ue los bancos nac ionalizados se deshicieran de la mayor parte de las emp resas que co ntro lan y, eventu alm ente, que se piense en priva ti za r las emp resas públicas dedicadas a acti vid ades as ignadas al sector privado . Po r último, debe acogerse co n beneplácito la intención manifestada por el Gobierno de aumentar los atractivos para la inve rsión ex tranjera directa. Ésta apo rt a co nocimien tos tec nológicos y de co merc ial izac ión , junto con su cap ital, y paga sus dividendos con utili dades rea lm ente ob tenid as, en lu ga r de ge nerar obli gac ion es fijas. Al mi smo tiempo, hab ría que evi tar la posibilidad ele obtener utilidad es como co nsec uencia ele una elevada protección. También se ría necesa ri o disminuir la protección frente a las impo rt acio nes para el imin ar el lu cro excesivo de las empresas privadas, para mejorar la eficie ncia del sector manufacturero y para reducir el sesgo anti expo rtador. Tal maderamiento ele la protección debería emprenderse en el marco de un a reforma, por etapas, del sistema de estím ulos. La reform a del sistema de estímulos La situ ac ió n actual hace necesa ri o ap li ca r una política defla c ionaria, pero ésta tendría que se r temporal para no co rrer el ri esgo de generar tensiones soc iales excesivas. Por el contrari o, el proceso de aj uste debería implica r un creci mi ento cada vez mayor de la produ cc ió n para utili za r la capac idad de la eco nomía mexica na y disminuir el desempleo. A su vez, esto exigiría red ucir consid erab lemente las deformaciones de los prec ios . política de comercio exterior de méxico ductor y una red ucción de los subsid ios al con sumo, seguidas por un a deva lu ación y el aumento de las tasas de interés 21 En México , las deformaciones de los precios fueron particu larm ente grandes en los últimos años. Además de la sob reva lu ación del tipo de cambio y la elevada protecció n frente a las im po rtac iones, los precios de los bienes y servicios públicos se mantuvieron exces ivamente bajos (sobre todo el transporte y la energía); los bienes de co nsum o básico rec ibían subsidi os co nsidera bles, y estaban suj etos a co ntrol los precios de un gra n número de artícul os . Asimismo, las tasas reales de interés se hacían cada vez má s negat ivas. Las deva lu ac io nes de 1982 han remediado la contin ua sobrevaluación de l peso, y hoy se piensa aju star el tipo d e camb io en congru encia con la in flac ió n interna. En este sentid o, va le la pena referirse al ejempl o de Turquía, donde una gran devaluación fue seguid a de aj ustes el e la tasa de camb io con estas ca rac terísti cas, lo que condujo a un rápid o aum ento de las expo rtac ion es . En México tambi én se han elevado los precios de los bienes y servi cios públicos, pero todavía falta mu cho por hacer. El de la gaso lin a se duplicó en diciembre de 1982, pe ro la subsiguiente devaluación del peso ll evó ese precio a menos ele un dólar por galón. El precio intern o del co mbu stól eo es un séptimo del de export ación, y el precio interno promedio de los productos petroleros no ll ega a diez dólares por barril, a la tasa ac tu al de 96 pesos por dó lar. El precio de un boleto de metro en la ciud ad de México sigue siendo de un peso, y la llamada desde un teléfono público cuesta veinte ce ntavos. Por último, los p rec ios de los principales productos básicos se mantienen bajos mediante subsid ios. En Turquía , en lugar de aumen tar los precios por etapas, en enero de 1980 se ll evó a cabo un ajuste completo e inm ed iato . Esta política impidió la ac umulación de pres iones políticas que hubieran puesto en entredicho los aumentos subsiguientes de precios. En México se ría necesa ri o ap lica r los nu evos aum entos de precios de bienes y servicios públicos cua nto antes, para ev itar la ge nerac ió n de presiones que lo impid an. Tambi én habría que reduc ir los subs idi os a los bienes de consumo y liberar los prec ios ag rícolas, dado que las políticas anteriores han ten ido efectos perjudiciales para la agri c ultura y est imul aro n la migrac ión hac ia las c iud ades y espec ialmente hac ia el Distrito Federal, donde el costo de la vida se mantuvo bajo mediante subsidios. Por último, el aum ento de la eficiencia económica ex igiría con tinuar co n el proceso de li beració n de prec ios indu stria les q ue comenzó en diciembre de 1982 . En esta fecha tambi én se aum entaron las tasas de interés; sin embargo, las reales siguen siendo nega tiva s. H ay que estimul ar al ahorro y asegurar que las ta sas de interés c umpl an su función de rac io nali za r el créd ito bancario; para ello, sería deseabl e aum entarl as por encim a de la inflac ió n prevista. Tampoco en este se ntido está solo México. En Turquía, las reformas de enero de 1980 comprendi ero n una gran deva lu ación y un a ampli a li berac ión de los precios; seis meses después se li beraron las tasas de interés. 20 En Hungría, la política deflacionari a fue acompañada de una reform a de los precios pagados al pro- Como se ha se ñalado, la refo rm a de la política de comercio exterior tendría que se r parte de un a reform a ge nera l del sistema de 20. Véase Bela Ba lassa, "Outward Orientation and Exchange Rate Policy in Developing Countries: The Turqui sh Experience" , en Midd/e East }ouma /, verano de 1983 (en prensa). 21. Véase, del mismo autor, " Reformin g th e New Eco nom ic Mecani sm in Hungary", en j ouma l o( Compa rative Economics, junio de 1983 (en prensa). Las reformas a la política de com ercio exterior comercio exterior , marzo de 1983 estímulos. En lo que sigue se recom iend a un programa de reformas de medi ano plazo que podría lleva rse a cabo a lo largo de varios años, una vez que mejore la situ ac ió n de la balanza de pagos. Hace ya bastante tiempo que se expresan opiniones divergentes acerca de las políticas de comercio exterior más convenientes . Siguiendo los pasos de la esc uela de Cambridge, hay quienes prefieren una política prote¡:cionista que aislaría cada vez más a M éxico de los mercados mundial es. Tambi én se ha recomendado au mentar la intervenc ió n del Estado en el co merc io interriac ional. 22 Las políticas proteccionistas se han propugnado bajo el supu esto de que el gra n mercado intern o de M éxico puede sostener prácticamente todas las industrias. Este argumento se contrad ice con la experiencia de las naciones hoy desarrolladas. De hec ho, países como Francia y Alema ni a, c uyos mercados reales de productos indu stri ales son ocho o diez veces mayores qu e el mex icano , se apoya n en la espec ial ización internac io nal para asegurar una producción eficiente. En ciert as acti vidades nu evas, de tec nología ava nzada, las empresas estadounidenses también obtienen ventajas conside rabl es de su orientación hacia el mercado mundial. So n muy pocos los casos en que el mercado intern o de México puede asegurar la espec iali zac ió n necesaria para lograr un a producción eficie nte en indu stri as no tradicionales, como la de bienes de capital y la elect róni ca. Para lograr este objetivo sería necesa ri o complementa r las ve ntas intern as co n exportaciones. A su vez, aumenta r las venta s al mercado mundial ex ige evitar el sesgo antiexportador del sistema de estímulo s. Por la mi sma razón, las industrias in cipie ntes debe rían promoverse med iante subsid ios y no por medio de la protección , siemp re que ello fuera pos ible. Sería conveniente, adem ás, modificar la política relativa a las industrias ex istentes. Héctor H ern ández Cervantes señaló acertadamente que es necesario racionalizar la protección porque ell o "co ntribuye a reve rtir las co ndicion es que desestimulaban las exportac ion es, c reando co ndi c io nes estru ct ural es que las favorecen" 23 Rac ion ali za r la protección ex igiría libera r las importac iones, red ucir el nivel ge neral de aranceles y las diferencias arancelari as entre los distintos bienes. Esto puede lograrse de acuerdo co n un programa predeterminado, lo qu e daría ti empo a los empresa ri os para aju sta rse a un nivel inferior de protección. Para come nza r, es necesa rio rea nudar el programa de liberación de las importaciones suspe ndido en 1980, teni endo en vista la eliminación total de los permisos transcurrido c ierto lapso . Para una economía en proceso de moderni zac ión , los permisos resultan cada vez más inadecuados: aumentan el costo de producción, con repercusiones negativas para la exportación en el últi 22. Véase Pablo Ruiz Nápoles, " La política de comercio exterior de México", en Comercio Exterior, vo l. 31, núm . 10, México, oct ubre de 198 1, pp. 11 73- 11 78. 23 . Véase Héctor Hern ández Cervantes, " La política de comercio exterior de México", en El Economista Mexicano., vol. XV, núm. 3, México, mayo-junio de 1981, pp. 36-49. La cita se tomó de la p. 40. (Este trabajo se publicó tambi én en El com ercio exterior de México, tomo 1, Sigio XX I Editores, IMCE y Academia de Arbitraje y Comercio Internacional, México, 1982, pp. 137- 161. N. del T.) 221 mo extremo de la cadena produ ctiva; generan márgenes de escasez en favor de sus receptores, difíciles de cuantificar, y aum entan el peligro de la corrupción puesto que toda decisión al respecto co nti ene elementos subjetivos. Por el co ntrario, la aplicación de aranceles es automática; la decisión de importar corresponde al propio usu ario, qui en tomará en cuenta la dife rencia de precio entre el producto nac ional y el extranjero (qu e incluye el arancel) , así co mo sus re specti vas calidades, espec ificaciones y co ndi ciones de ve nta. La eliminac ió n de los permisos de importac ió n debería comenza r por aquel los insumos, incl uidos los bienes de capi tal, que afectan el costo de productos con mayores ni veles de elabo rac ión , incluidos los expo rtab les. Los bienes de consumo suntu ario pueden deja rse pa ra el final , pero también su im portació n debería liberarse dado que los ingresos públicos podrían crecer si se grava su ve nta co n impu esto s altos. Los impu estos elevados deben preferirse a los aranceles ·q ue est imulan la producción nacion al de bienes suntu arios. Al mi smo tiempo, los impuestos en el punto de venta tamb ién se ap lica rían a los bienes de contraba ndo que ingrese n a los cana les de d ist ribu ció n. En la actualidad, ese contraba ndo anula en bu ena med ida la efi cac ia del régimen de permisos para va ri os artículos. Depender más del impuesto a la ve nta sob re bienes suntuari os permite red ucir los aranceles que los afectan. En ge neral, podría establ ece rse un tope de 25% para los aranceles, monto qu e tradicionalmente se ha considerado en México la diferencia más adec uada entre los productos nacionales y sus equivalentes extranjeros . Dentro de este tope, los aranceles podría ser crec ientes, desde los productos con un nivel má s bajo de elaboración hasta los de un nivel mayor qu e emp lee n insumos exportabl es, con objeto de igualar la protección al valor agregado (protecc ion efectiva) .24 Esta reforrrta podría cp mpletarse mediante ajustes anua les a lo largo de un plazo de, digamos, cinco años. A pesar de la liberac ión de importacion es y de la reducción de ara nceles, aún subsistiría el sesgo contra las exportaciones. Por consiguiente, se ría necesa rio aplicar medidas de estímulo como las propuestas por Hernández .25 Ello exigiría restabl ecer los Ced is, abolidos en 1982, con tasas que compensase n los impuestos aplicados a in sumos empleados directamente en productos exportables y a la producción de in sumos para la exportación. Los expo rtadores también deberían tener acceso a insumos importados libres de impu esto, así como a la devolución de aranceles sobre insumos importados, sea n directos o indirectos. Sería conveniente, además, oto rga r c réditos preferenciales a la inversión pa ra exportar; la tasa diferencial co ncreta tendría qu e depe nder de la proporción exportada de la producción total. Por razones ya seña ladas, habría que conceder incentivos adicionales a la inversión en indu st ria s incipi entes . Éstos deberían ten er una forma tal que no estimulase el establecimiento de industrias y métodos de producción intensivos en capital, cosa que ha ocurrido en el pasado. Lo mismo se aplica a los incentivos para el desarrollo regional. Los estímutos 9 la inversión so n preferibles a los subsidios di24. Al respecto, hay un análisis detallado en Bela Balassa, "Foreign Trade and Industri al Policy in Mexico", op. cit., pp. 44-46. 25. Héctor Hernánd ez Cervantes, op. cit., p. 40. 222 política de comercio exterior de méxico rec tos a la exportac ión, que pueden generar un a acc ió n compensa to ri a. No pued e descartarse la ado pció n ele tales acciones en respu esta a est ímul os que favo rezca n la inversión destinada a expo rt ar; sin emba rgo , segú n las no rm as del GATT, los derec hos co mpensa to ri os no pu eden establece rse a menos qu e se pruebe el daño ocas io nado a la indu stri a na cio nal. Por otra pa rt e, dada la poca impo rt anc ia de las expo rta c ion es de manufacturas mex ica nas, su rápid a ex pansión d ifícilm ente ocasionaría daños, inclu so en Estados Un idos. H as ta 1980, Estados Unidos invocaba la "c láusul a del abuelo" para establece r derec hos compen sa to ri os sin necesid ad de probar la ex istencia de daño. Al susc ri bi r el cód igo sobre subsidios surgido de la " ronda" de Tok io, renunc ió a ese pri vil egio, excepto co mo respu esta a subs idi os a la expo rt ac ió n otorgados por países que no integran el GA TT . Pu es to q ue Estados Unid os representa para M éx ico el pe ligro principal de acc io nes compensato ri as, los ac uerd os de la " ro nda" de Tokio han aum entado en gra n medida las ventajas que éste podría obtener si ingresa ra al GATT. Ta l conclusión se refu erza al considerar q ue la integración al Ac uerdo también es impresc indibl e para la aplicación de otros cód igos, inc luido el de com pras gubern amental es, adoptados en la mi sma " ronda ". Segú n estos cód igos, los mi embros del GA TT pueden actuar contra la parte tran sgreso ra. Un a ventaja ad icio nal qu e M éx ico obtendría si in gresa ra al GATT sería sust ituir las negociaciones bilaterales con Estados Unidos por la ap licac ión de reglas multil ateral es. Po r último, aunqu e de no menor im portan cia, M éx ico, en cooperac ión con otros países en desa rro llo, podría influir en la elaborac ió n de nu evas normas pa ra el GATT, con lo cual se un iría a otros, como Brasil y la Indi a, qu e han ll egado a desempeñar un pape l muy ac tivo en los asuntos del Ac uerd o. Los partid ario s mex icanos de la esc uela de Ca mbridge sosti enen que el ingreso de M éxico al GA n comprometería gravemente su libertad de acción . Tal afirmac ió n no resiste el análi sis. Varios países sociali stas (por ejempl o, Hungría) lo integ ran desde hace mu c ho ti empo, pu esto qu e consid eraron que las ventajas as í logradas excede n con muc ho al costo que entraña aplica r las reglas del GATT; reglas qu e, por o tra parte, so n muy fl ex ibl es . O tra ventaja pa ra M éx ico radicaría en la expa nsió n de las industrias maquiladoras. A l m ismo tiempo, éstas tendrían qu e integra rse ca da vez más co n el resto de la economía. Ello podría lograrse permiti énd o les vender en el merca do nac io nal y mejora ndo la red de transportes para redu cir el costo de empl ea r in sumas nac io nales. Con los estímul os adec uados, la agricu ltura mexicana podría lograr un a exporta ción efi c iente, así como la sustitu ción de im portacion es. Ello ex igiría ace rca rse a las relacio nes qu e imperan en el merca do mund ial entre los prec ios de los produ ctos y de los insu mos. También habría que invertir en el sec to r agríco la más de lo qu e se ha hec ho hasta ahora. CONCLUS IONES 1 anteri o r análi sis de la políti ca de co merc io exte ri o r de M éx ico durante el último cuarto de siglo demu estra q ue las d ifi cul tades eco nóm icas ac tual es datan de comienzos del período, cuando los aumen tos de l gasto púb li co corrien te co ntribuyeron a la infl ació n y a la ap rec iac ión del peso, en términos rea les, con tipo s de ca mbio fij os. A la vez , la sobreval uación de l tipo de cambio co ndujo a ap li car medida s protecc ion istas que perm iti eron es tab lece r act ividades in efic ientes o ri entadas al merca do interno, así co mo a d isc rimin ar en co ntra de las ex portac iones. La situ ac ió n se agravó por las políticas exces iva mente ex pansivas ap li ca da s po r el presidente Ec heverría en 1972- 1975 y po r el pres id ente López Port illo en 1978- 198 1. En ambos casos, los déficit de l sec tor púb lico req uiri ero n de un co nsiderab le endeudami ento extern o, al ti empo qu e la rápida in flació n provocaba la aprec iac ió n de la moneda nac iona l en términ os rea les con un sistema de tipo de ca mbi o fijo y exace rbaba las pres io nes proteccioni stas. A su vez , la mayor protecc ión aum entaba la di sc rimi nac ió n co ntra las expo rtac iones, im plíc ita en la sob reva lu ac ió n ele la mo neda nac io nal. En este trabajo se han formul ado recomend ac iones para remediar los desequ ilibri os macroeconó micos, redu cir las deformacio nes de los prec ios y reformar la políti ca ele co merc io exterio r, co n el fin de acerca rse a un a estrategia de d esa rro ll o orientad a hacia afuera. Para los países en desarrollo, este tipo el e estrat eg ia ha resultado mejor qu e la ori entada hac ia adentro, tanto en el pe ríodo de ráp id o crec imi ento ele la econom ía mundi al (1960-1973 ) como en el lapso sigui ente ele problemas internac io nales. 26 A l otorga r estímu los similares a las ve ntas tanto en el mercado intern o co mo en el externo, un a es trategia ele desa rrollo ori entada hac ia afu era promu eve a un ti empo la ex portación y la susti tu ció n efi c iente de importacion es . Ej emplos de ell o son la ind ustri a de bienes de cap ital y la agri cultura, dond e la ex port ac ión y la sustitu ción de importa cio nes pueden lograrse de modo paralelo . Mantener co nstante el tipo efecti vo de ca mbio en términos reales daría un estímul o co nsid erable a la ex portac ió n y a la sustitu c ió n ele importac iones, lo que ll eva ría a mejorar la balan za de pagos mediante aum entos de la producció n y del empleo en la ac tu al situación de gran capacid ad ociosa . La expe ri encia de los últimos 25 años demu estra la sensibilidad de las export ac io nes e importac iones de M éx ico al tipo de ca mbi o. Turquía es un ejemplo rec iente de un aum ento consid erabl e de las exportacion es en resp uesta a mayores estímulo s, en medio de una difícil situ ació n económi ca mundial. Las exportac io nes mexica nas deberían be nefic iarse de la rec uperción eco nóm ica de Estados Unidos y j apó n en 1983 , y tamb ién podrían o ri entarse a los mercadqs el e países en desa rroll o . Sin embargo, el c rec imi ento futuro ex igiría aum entar la inversió n, sob re todo en ac tivid ades ex port adoras, las cuales podrían estimul arse co n los incentivos adec uados. Tambi én pod ría otorga rse estímulo s adicionales a acti vidades nu evas, preferentemente en form a de subsid ios y no de protecció n, para promove r la producc ión ta nto para el merca do nac io nal como para el ex terno. D 26. A l respecto, véa nse, de Bela Balassa, " Expo rt Incenti ves and Expor! Performance in Developing Cou ntries: A Co mpara tive Analysis ", en Welt w irtschaftliches A rchiv, H am burgo, 1978, pp. 24-6 1 (hay traducc ión al español en Políticas de promoción de exportaciones, vo l. 111 , CEPAL, Sa ntiago de Chil e, 1978, pp . 3-54), y "Stru ctural Adju stm ent Poli cies in Develop ing Eco nom ies" , en World Development , enero de 1982, pp. 23-28.