SELVA PEDEMONTANA UN ECOSISTEMA AL BORDE DE LA EXTINCION Documento preparado por LIEY (Laboratorio de Investigaciones Ecológicas de las Yungas) - Agosto 2001 Caracterización ecológica y estado de conservación de las Selvas Pedemontanas. Introducción. Las Selvas Pedemontanas representan un ecosistema con una proporción alta de especies exclusivas y a su vez en mayor riesgo de desaparición, de todas las Yungas, por su transformación a tierras agrícolas. Es a su vez el que presenta mayor estacionalidad climática (temperaturas máximas y déficit hídrico más elevado) y, por lo tanto, el piso altitudinal con mayor riesgo de incendio. En tal sentido, anualmente miles de hectáreas de estos bosques están afectadas por incendios forestales que normalmente ocurren entre Agosto y Octubre cuando la vegetación se encuentra muy seca y con elevadas temperaturas, que pueden superar los 40°C. Esta es una característica importante a la que posiblemente este ambiente se encuentre adaptado, es decir posee la capacidad de resistir estructuralmente a fuegos recurrentes. Tambien esta franja altitudinal pueda posiblemente sufrir desplazamientos espaciales de algunas especies arbóreas siguiendo los ciclos climáticos secos - húmedos. Muestras de esta variabilidad pueden ser observadas a continuación, donde se resume la información sobre precipitación en sitios de pedemonte de esta región. Precipitaciones anuales y rango interanual en localidades correspondientes a Selva Pedemontana de la Alta Cuenca de Río Bermejo Localidad Gral.Ballivián Yuto Urundel Orán Caimancito Ledesma Fraile Pintado Calilegua Piquirenda Aguaray Tartagal Altitud (msnm) 340 349 349 362 367 457 464 465 552 565 500 Precipitación anual (mm) 748 863 930 733 894 700 785 808 946 1070 983 Rango interanual (mm) 321-1642 332-1419 259-1795 280-1224 278-1500 254-1800 202-1900 319-1491 520-1636 419-2081 680-1555 Características estructurales. Se trata de bosques que presentan alturas entre 25 y 35 metros, con un área basal de 30 a 35 m/ha. y alrededor de 30-40 especies arbóreas por hectárea. En éstos, en general se observan 2-3 estratos arbóreos, siendo importante además el estrato voluble conformado por lianas leñosas. Los epífitos en general son de condición xerófila, dominando orquídeas de gran tamaño, cactáceas, helechos reviviscentes y bromelias predominantemente del tipo “atmosférico”. El suelo se suele presentar desnudo con reducida cobertura herbácea y escasa acumulación de hojarasca. La fenología de las especies vegetales es marcadamente estacional. Más del 70% de las especies y la mayor parte de los individuos arbóreos pierde su follaje durante la estación seca (Junio-Octubre). Estos valores convierten a las Selvas Pedemontanas en uno de los ecosistemas forestales más estacionales de Sudamérica. También es estacional la floración de los árboles que mayormente florecen en primavera antes de que comiencen las lluvias. El mecanismo de dispersión de las especies arbóreas, y de gran parte de las especies de lianas, es el viento y en tal sentido la maduración de los frutos ocurre también durante el período libre de lluvias. Las pocas especies con frutos característicos de dispersión por animales (aves y mamíferos) se dispersan durante el período de lluvias. Sin embargo, estos bosques son una fuente importante de recursos para especies granívoras (como por ejemplo loros, palomas, etc.), principalmente durante el otoño e invierno cuando están disponibles las semillas inmaduras de las abundantes especies de Leguminosas. Una condición general de estos bosques es haber estado sujetos a una explotación forestal selectiva muy intensa, aprovechándose más de 10 especies arbóreas (cedro, roble, cebil, b palo blanco, palo amarillo, urundel, lapacho, quina, afata, tipa colorada, etc.). Esto ha llevado en la actualidad a que los mismos estructuralmente se encuentren marcadamente empobrecidos y simplificados, con valores de área basal inferiores a la mitad de sus valores “naturales” y con las especies de alto valor forestal prácticamente desaparecidas o sólo con ejemplares jóvenes o decrépitos. Biodiversidad. Vegetación y Flora Las Selvas Pedemontanas constituyen una franja altitudinal con un importante porcentaje de especies exclusivas, las que constituyen alrededor de un 50% del total de especies. El origen biogeográfico de estas selvas se encuentra estrechamente relacionado con otros bosques estacionales de Sudamérica, como los bosques de la Caatinga brasilera y de la Península de Guajira de Venezuela y Colombia. Estas vinculaciones son tan grandes que se ha llegado a postular una distribución continua de estos bosques a través de Sudamérica en el pasado, durante períodos climáticos con condiciones de intensidad y distribución de las precipitaciones diferentes a las actuales. En tal sentido, los bosques considerados en el presente proyecto constituyen un “relicto” biogeográfico y tal condición incrementa su valor de conservación y aumenta la necesidad de su persistencia a largo plazo. No existen listas exhaustivas de la diversidad específica de estas selvas, pero estimaciones preliminares indican que en las mismas habitan al menos 278 especies de plantas leñosas (árboles, arbustos y lianas). Sólo de árboles encontramos 104 especies de las cuales 40 especies (38%) son exclusivas del Sector involucrado por el presente estudio. Este sector representa la llamada “Selva de Palo Blanco y Palo Amarillo” y por ende conforma uno de los sectores con mayor riqueza exclusiva de las Yungas de Argentina y en tal sentido uno de los sectores prioritarios a conservar. Es a su vez el piso altitudinal con mayor número de especies de valor maderable, algunas de las cuales se encuentran en estado vulnerable o cercano a la extinción local como por ejemplo el roble (Amburana cearensis), cedro salteño (Cedrela angustifolia), quina colorada (Myroxylon peruiferum). Fauna Desde el punto de vista de la fauna las Selvas Pedemontanas han sido consideradas como un área de elevada riqueza específica, quizás posiblemente referido a su rol de ecotono entre dos grandes regiones biogeográficas: las Yungas y el Chaco Semiárido. Sin embargo, existen a nivel de mamíferos y aves muy pocos endemismos. Sólo han sido mencionados Ara militaris (guacamayo verde) y Dasypus yepessi (mulita). Debido al elevado proceso de degradación en que se encuentran las selvas pedemontanas, especies de aves y mamíferos de mediano a gran tamaño han prácticamente desaparecido. Especies que habitaban el sector comprendido por el presente estudio como pecaríes labiados y de collar (Tayassu albirostris, T.pecari, respectivamente), tapir (Tapirus terrestris), mono (Cebus apella), tigre (Felis onca), pavas de monte (Penelope obscura), y tucanes (Rhamphastos toco) son raros o casi inexistentes hoy en día. Por otro lado, especies como las corzuelas (género Mazama), zorros (Cerdocyon thous), acutes (Aguti cuniculus), loros (Ara auricollis, Amazona tucumana, A.aestiva, Phyrrura molinae, etc.), son relativamente frecuentes de observar o encontrar sus rastros. Conservación. Las Selvas Pedemontanas presentan un fuerte proceso de simplificación estructural como producto de la explotación forestal selectiva de más de una docena de especies, proceso facilitado por su suave topografía y el reducido período de intransitabilidad de sus caminos por las lluvias. Este empobrecimiento determina que en la actualidad la rentabilidad de la explotación sea baja o muy baja, por lo que el nivel de inversiones es bajo o muy bajo, especialmente en obras de infraestructura (por ejemplo caminos). Esto reduce la tasa de explotación y consecuentemente de degradación. Por ello cualquier obra que implique construir y/o mantener caminos implica un subsidio muy importante a las explotaciones madereras en este sector. Es decir que son una fuente potencial de efectos inducidos como la explotación forestal, ganadería y la caza de subsistencia asociadas. Desde el punto de la protección, a través de áreas protegidas, las Selvas Pedemontanas presentan una situación actual endeble y claramente insuficiente para asegurar la persistencia de la biodiversidad a largo plazo. Parques Nacionales como "Baritú" no incluyen sectores pedemontanos y otros, como el Parque Nacional Calilegua, lo incluyen sólo marginalmente representando menos del 10% de sus 76.000 hectáreas. En tal sentido, crear sectores protegidos de esta comunidad forestal es una prioridad regional y nacional. Dado las características estructurales de las Selvas Pedemontanas este esquema de protección podría incluir algún nivel de utilización forestal sustentable. En ese sentido los sectores de mayor valor relativo actual constituyen justamente las áreas sujetas a las mayores presión de transformación en tierras agrícolas en la actualidad: Finca Abra Grande y el correspondiente a la Finca Urundel. Los restantes sectores se presentan muy fraccionados y muy vulnerables a factores como el fuego que justamente se magnifican con el proceso de degradación y fraccionamiento.