CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL ADELANTO DE LAS MUJERES Y LA EQUIDAD DE GÉNERO COMPILACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES EN MATERIA LABORAL A NIVEL INTERNACIONAL DP1-IF13-2008 Este material es propiedad de la H. Cámara de Diputados y los derechos de autor 1 corresponden a la investigadora o investigador que elaboró el presente documento |Contenido Presentación Los derechos 3 laborales de las mujeres en los instrumentos internacionales de derechos humanos 1. Instrumentos vinculantes 5 5 2. Instrumentos no vinculantes: el marco políticamente acordado 16 3. Indicadores de derechos laborales de las mujeres a partir de 18 los instrumentos internacionales de derechos humanos Comentarios finales 22 Referencias 23 2 Presentación En las últimas décadas hemos presenciado uno de los fenómenos laborales que más han contribuido a moldear el panorama socioeconómico mexicano, imprimiéndole un nuevo sello que trae aparejadas una serie de necesidades de atención urgente. Este fenómeno es la incorporación progresiva de las mujeres al mundo laboral. En aras de aportar un salario más a la economía familiar o de buscar un desarrollo profesional satisfactorio, las mujeres han incrementado su participación en el mercado laboral, incluso en aquellas ocupaciones, empleos y profesiones tradicionalmente asociadas a los hombres. Sin embargo, pese a la mayor participación femenina en el mundo laboral, no se ha generado todavía un empoderamiento socioeconómico real de las mujeres, ya que las posiciones de toma de decisiones en el trabajo siguen siendo dominio de los hombres, mientras que la responsabilidad de las tareas del hogar continúa estando principalmente en manos de ellas. Lo anterior obedece a la persistencia de patrones sociales y culturales respecto a los géneros que perpetúan la noción de división sexual del trabajo ubicando a la mujer en un contexto diferente al del hombre. Estos patrones se traducen tanto en vacíos legislativos en materia de protección de los derechos laborales de las mujeres, como en prácticas institucionales discriminatorias. Mejorar las condiciones laborales inequitativas es prioritario pues el empleo es claramente un medio facilitador de un nivel de vida digno y tiene un carácter estratégico para lograr el acceso a otros recursos sociales, económicos e incluso políticos. Siguiendo con esta idea, la inestabilidad laboral, el menoscabo de los derechos y la precarización de las condiciones de trabajo de las mujeres, así como la persistencia de las relaciones desiguales e inequitativas entre mujeres y 3 hombres en el ámbito laboral más que una cuestión menor, constituyen un serio obstáculo para alcanzar el crecimiento y bienestar de la sociedad en su conjunto. Ante la complejidad que entraña el trabajo de las mujeres, los organismos internacionales se han dado a la tarea de construir un marco normativo que comprometa a los Estados a respetar y garantizar los derechos laborales de las mismas. Nuestro país, al ser signatario de los instrumentos internacionales de derechos humanos, está obligado a armonizar su legislación interna con esos principios, lo cual, además del compromiso internacional, representa una necesidad nacional insoslayable, dada la problemática que viven las trabajadoras mexicanas y sus hogares. La presente compilación tiene como objetivo el análisis de los instrumentos internacionales de derechos laborales de las mujeres, y pretende aportar a las legisladoras y los legisladores información y material que les permita incorporar la perspectiva de género en su labor parlamentaria, particularmente en lo relativo a la armonización legislativa. Lo anterior tiene como marco teórico los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres y la equidad de género, y para su realización cabe preguntarse ¿Cuáles son los instrumentos internacionales, tanto vinculantes como no vinculantes, que tutelan los derechos laborales de las mujeres? ¿Forma México parte de ellos? ¿A qué se obliga el Estado mexicano en su calidad de Estado Parte? El documento consiste en un apartado en el cual se presentan los instrumentos internacionales de derechos laborales, tanto vinculantes como no vinculantes, en los que se detectan los derechos laborales de las mujeres, a partir de los cuales se construyeron una serie de indicadores de derechos, que pueden consultarse al final del apartado. 4 I. Los derechos laborales de las mujeres en los instrumentos internacionales de derechos humanos En el ámbito internacional son diversos los instrumentos y mecanismos que reconocen y salvaguardan los derechos laborales de las mujeres o se relacionan con ellos. Este marco internacional de derechos se divide en instrumentos vinculantes y no vinculantes, siendo los primeros los Tratados, las Convenciones, los Convenios, los Protocolos y los Pactos. Por medio de ellos, los Estados se obligan a cumplir con una serie de principios plasmados, por lo que podría decirse que son de obligatorio cumplimiento. Los instrumentos no vinculantes por su parte conforman el marco de lo políticamente acordado y proporcionan directrices de conducta que no son en sentido estricto normas obligatorias para los Estados, pero reflejan principios que éstos acuerdan en el momento de suscribirlos y que representan obligaciones o compromisos morales. Los instrumentos no vinculantes son las Declaraciones, las Conferencias y los Consensos. 1. Instrumentos vinculantes 1 Inicialmente, la Declaración Universal de los Derechos Humanos , signada por los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 1948, reconoce el derecho al trabajo como un derecho humano, y establece los principios básicos que deben regir el empleo, al señalar que: - Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección del mismo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. 1 En el caso de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por ser Declaración no es jurídicamente obligatoria, pero al enunciar principios y normas convenidos, tiene el carácter de derecho positivo, por cuanto sus disposiciones han sido tan ampliamente reconocidas que son obligatorias para todos los Estados. Véase Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, 2003. 5 - Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. - Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. En la Declaración también se reconoce el derecho de las personas trabajadoras a fundar sindicatos y a sindicalizarse, el derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una duración razonable de la jornada laboral y a tener vacaciones periódicas pagadas. Tras la Declaración Universal surgió la necesidad de contar con pactos internacionales que establecieran mecanismos de tutela y garantía de los derechos reconocidos por ésta, para ir conformando el andamiaje jurídico internacional de los derechos humanos. De esta forma, la ONU comenzó una tarea codificadora progresiva, a fin de que los Estados que componen la comunidad internacional se comprometieran mutuamente y al interior de sus respectivas sociedades a respetar y hacer respetar los derechos humanos. Es así como en 1966 la Asamblea General de este organismo internacional adoptó dos instrumentos jurídicos de protección de derechos humanos: el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC); y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que vienen a conformar el Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos. Se retoma el PIDESC por ser un instrumento que además de destacar y reconocer el carácter inherente e indivisible de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), se organiza a partir de cuatro ejes principales: trabajo, educación, nivel de vida adecuado y cultura. Entre otras cosas, el PIDESC señala que los Estados Partes deben tomar medidas para asegurarles a las personas el goce de condiciones de trabajo equitativas y 6 satisfactorias que garanticen una remuneración que proporcione como mínimo un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de ninguna especie; condiciones de trabajo para las mujeres y los hombres en pie de igualdad y no de inferioridad de las primeras con respecto a los segundos, con salario igual por trabajo igual; seguridad e higiene en el trabajo; igualdad de oportunidades para todas las personas de ser promovidas dentro de su trabajo a la categoría superior que les corresponda, sin más consideraciones que los factores de tiempo de servicio y capacidad; el descanso, el disfrute de tiempo libre, la limitación razonable de las horas de trabajo y las vacaciones periódicas pagadas, así como la remuneración de los días festivos. Es importante señalar que el PIDESC aporta la innovación dentro del Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos de licencia pagada por maternidad a las trabajadoras. Al igual que la Declaración Universal, reconoce el derecho de toda persona a la seguridad social, a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección para promover y proteger sus intereses económicos y sociales, así como el derecho de huelga, ejercicio que debe realizarse siempre de conformidad con las leyes internas de cada país. El PIDESC cuenta con un mecanismo de protección y control, el llamado Sistema de Informes, mediante el cual los Estados se comprometen a elaborar y presentar informes periódicos dando cuenta de la situación que guardan los derechos humanos reconocidos en el Pacto. En estos informes, los Estados notifican las medidas que han adoptado para garantizar el ejercicio de los DESC, así como los progresos que hayan obtenido al respecto. Una vez entregado el informe, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, órgano encargado de supervisar y promover el cumplimiento del Pacto, emite sus observaciones sobre el mismo. Nuestro país recibió en junio de 2006 las Observaciones finales del Comité a su informe del mismo año, aprobadas durante el 36° periodo de sesiones del organismo. En ese documento, el Comité manifiesta su preocupación por los bajos 7 salarios mínimos de México y por el bajo nivel de ingreso para las mujeres y los indígenas. También reitera su preocupación por la práctica de los empleadores de la industria maquiladora de seguir exigiendo a las mujeres certificados de no gravidez para contratarlas o mantenerlas en su empleo. Derivado de estas prácticas y problemáticas detectadas por el Comité, éste recomendó a México que vele porque en todos los estados se apliquen efectivamente leyes contra el acoso sexual; porque los salarios, tanto los que son fijados por la Comisión Nacional de Salarios, como los que son negociados entre trabajadores y empleadores, aseguren condiciones de vida digna a los trabajadores, particularmente a las mujeres y los indígenas. De igual manera, instó al gobierno mexicano a prohibir la práctica de exigir certificado de no gravidez como requisito para emplear a las mujeres, así como a sancionar a los empleadores que no cumplan con estas disposiciones (SRE, 2006:3 y ss). El Comité también emite observaciones generales, que representan una guía que los Estados Partes en el Pacto tienen que tomar en cuenta en el desarrollo de sus políticas públicas para cumplir sus obligaciones convencionales en materia de DESC. Estas observaciones representan la jurisprudencia del Comité en relación con el contenido del Pacto. Desde su segunda sesión en 1988, el Comité ha efectuado diversas observaciones generales, las cuales se han referido a asuntos tales como las medidas internacionales de asistencia técnica para hacer efectivos los derechos establecidos en el Pacto; algunos derechos específicos (a la vivienda, a la educación, a la alimentación, a la salud, al recurso del agua); la protección de sujetos concretos (personas con discapacidad y personas adultas mayores); la función de las instituciones nacionales de derechos humanos para la protección de los derechos económicos, sociales y culturales. Vinculadas con el tema, el Comité ha emitido las siguientes observaciones generales: - Observación General N° 16, emitida en el marco del 34° periodo de sesiones, en 2005. 8 Esta observación es acerca del artículo 3° del Pacto, en el que se establece la igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de los DESC. Al respecto, el Comité indica que además de prohibir la discriminación, este precepto pretende reconocer expresamente los DESC tanto a la mujer como al hombre, en pie de igualdad, así como establecer que se deben arbitrar los medios adecuados para garantizar a la mujer la posibilidad de ejercer sus derechos. - Observación General N° 18, emitida en el marco del 35° periodo de sesiones, también en 2005. Esta observación relativa al artículo 6° del Pacto, sobre el derecho al trabajo, señala que éste es esencial para la realización de otros derechos humanos y forma parte inseparable e inherente de la dignidad humana. La observación trata sobre las obligaciones de los Estados Parte con relación al derecho al trabajo, las violaciones a este derecho, la implementación plena del mismo a nivel nacional, así como las obligaciones de otros actores no estatales al respecto. - Observación General N° 20, emitida en el marco del 36° periodo de sesiones, en 2006. El derecho a la seguridad social, plasmado en el artículo 9° del Pacto, es la base de esta observación, la cual detalla el contenido normativo del derecho a la seguridad social, las obligaciones de los Estados Partes, las violaciones a este derecho, la aplicación en el plano nacional y las obligaciones de los actores no estatales al respecto. Por su parte, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, enfatiza desde su preámbulo que la discriminación que sufre la mujer dificulta su participación en la vida política, social, económica y cultural; y que en situaciones de pobreza la mujer tiene un acceso mínimo a la alimentación, la salud, la enseñanza, la capacitación y las oportunidades de empleo. 9 En este último tema, la Convención señala que los Estados deben velar por que las mujeres tengan idéntico acceso y protección de su derecho al trabajo que los hombres, y que en la relación laboral que mantengan se les garantice los siguientes derechos: - Al ascenso, a la estabilidad en el empleo y a todas las prestaciones que el empleo que conlleve; - a la formación profesional y al readiestramiento, incluido el aprendizaje; - a igual remuneración; - a la igualdad de trato con respecto a la evaluación de la calidad del trabajo; - a la seguridad social, en particular en casos de jubilación, desempleo, enfermedad, invalidez, vejez u otra incapacidad para trabajar; - a tener vacaciones pagadas; - a la protección de la salud y a la seguridad en las condiciones de trabajo, incluso la salvaguardia de la función de reproducción. Además, los miembros de la Convención se obligan a prohibir el despido por embarazo o por ejercer la licencia por maternidad, y a implementar en sus legislaciones la licencia por maternidad pagada, sin pérdida del empleo, la antigüedad o las prestaciones. Siguiendo con la maternidad, los Estados se comprometen a prestar protección especial a la mujer durante el embarazo en los tipos de trabajos que se haya probado puedan resultar perjudiciales para ella. Deben también proporcionar servicios sociales de apoyo necesarios para permitir que los padres y las madres combinen las obligaciones familiares con las responsabilidades del trabajo y la participación en la vida pública, especialmente mediante el fomento de la creación y desarrollo de una red de servicios destinados al cuidado de los niños. La Convención creó al Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (COCEDAW), que es el órgano encargado de evaluar el grado de cumplimiento de la Convención y de interpretar sus disposiciones para emitir lineamientos aplicables de manera concreta. En este sentido, el COCEDAW ha 10 emitido recomendaciones tanto generales como específicas para el gobierno mexicano en relación con los derechos laborales de las mujeres. Las recomendaciones generales que ha formulado en la materia son: Recomendación General No. 13, mediante la cual reitera la necesidad de aplicar el principio de igual remuneración por trabajo de igual valor, a fin de superar la segregación por sexos en el mercado de trabajo. Recomendación General No. 17, que llama a valorar y cuantificar el trabajo doméstico no remunerado de la mujer e incluirlo en el producto nacional bruto, así como a informar sobre los progresos logrados en la incorporación de dicho trabajo en las cuentas nacionales. Recomendación General No. 19, que señala que los Estados deben adoptar medidas jurídicas eficaces -como sanciones penales, recursos civiles e indemnización-, para proteger a las mujeres contra la violencia sexual y el hostigamiento en el lugar de trabajo. Como se mencionó previamente, el COCEDAW también realiza recomendaciones específicas por país. Al gobierno mexicano se le han hecho de manera específica las siguientes recomendaciones en materia de empleo de las mujeres: En 2002 se le recomendó que, debido a la baja calidad en el empleo de las mujeres mexicanas, en lo referente a discriminación salarial, segregación vertical y horizontal y prestaciones sociales, adopte las reformas necesarias a la Ley Federal del Trabajo (LFT), incluyendo la prohibición de la discriminación contra las mujeres, para garantizar su participación en el mercado laboral en un plano de igualdad real con los hombres. 11 Cuatro años más tarde, en 2006, el legislación laboral a la CEDAW COCEDAW recomendó adecuar plenamente la y acelerar la aprobación de reformas a la LFT, a fin de eliminar la prueba de embarazo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es otro de los pilares de los derechos laborales de las mujeres. Esta organización fundamenta su labor en el concepto de trabajo decente, cuyos componentes son: oportunidades laborales e ingresos suficientes; derechos, voz y reconocimiento; estabilidad familiar y desarrollo personal; justicia e igualdad de género. La OIT señala que estos conceptos deben ser los cimientos de las relaciones laborales y deben ser aplicables para todos los trabajadores, independientemente del género, de la ocupación formal o informal, en trabajos asalariados o autónomos, en el campo, industria y oficina, para coadyuvar en la reducción de la pobreza y en la construcción de un desarrollo equitativo, incluyente y sostenible (OIT, 2007). Para lograr lo anterior, la OIT funciona básicamente a partir de convenios firmados por los Estados Miembros de la organización. Los países que han ratificado un convenio deben aplicarlo plenamente, para lo cual deben derogar y modificar cualquier disposición legislativa y reglamentos o procedimientos administrativos que no estén en consonancia con las disposiciones del documento firmado; además, deben informar periódicamente acerca de su aplicación tanto en la legislación como en la práctica. Las organizaciones de trabajadores y empleadores tienen derecho a presentar también sus propios informes. La OIT ha adoptado numerosos convenios sobre el trabajo de las mujeres, los más antiguos prohibiendo el trabajo en determinadas condiciones, por ejemplo el Convenio 89 sobre el trabajo nocturno de las mujeres, y el Convenio 45 acerca del trabajo subterráneo en minas. Se pueden encontrar principios sobre derechos laborales de las mujeres en los siguientes Convenios de la OIT: 12 • Convenio 100, sobre igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la femenina por un trabajo de igual valor. • Convenio 111 sobre discriminación, que promueve la igualdad de oportunidades y de trato en materia de empleo y ocupación. • Convenio 156 sobre igualdad de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras. La importancia de este Convenio radica en que aborda el tema de los trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares. A este respecto indica que, con miras a crear la igualdad efectiva de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras, cada país miembro deberá incluir entre los objetivos de su política nacional el de permitir que las personas con responsabilidades familiares que desempeñen o deseen desempeñar un empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser objeto de discriminación y, en la medida de lo posible, sin conflicto entre sus responsabilidades familiares y profesionales. Enfatiza que la responsabilidad familiar no debe constituir de por sí una causa justificada para poner fin a la relación de trabajo. Cabe mencionar que México no ha firmado ni ratificado este Convenio, resultando urgente que desde el Poder Legislativo se impulse la plena adhesión de nuestro país al mismo. • Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales, que busca garantizar que los trabajadores pertenecientes a estos pueblos gocen de igualdad de oportunidades y de trato para hombres y mujeres en el empleo y de protección contra el hostigamiento sexual. • Convenio 183 sobre la protección de la maternidad, que revisa el Convenio sobre la protección de la maternidad de 1952, y que aplica a todas las mujeres empleadas, incluidas las que desempeñan formas atípicas de 13 trabajo. Este Convenio, que tampoco ha sido ratificado por México, representa para la OIT el marco de los derechos de las mujeres con respecto a la maternidad, pues reúne principios como: - Descanso de doce semanas por lo menos a repartirse antes y después del parto; - prolongación del periodo de descanso en caso de padecer una enfermedad consecuencia a del parto; - derecho a percibir íntegro el salario durante el descanso y no ver disminuidas sus prestaciones; - derecho a contar con las prestaciones médicas necesarias para su vida reproductiva; - periodo de lactancia que debe contabilizarse como horas de trabajo; - prohibición al empleador de despedirla por ejercer sus derechos reproductivos; - derecho a regresar al empleo una vez terminado su periodo de descanso por maternidad; - obligación para los Estados miembros de la OIT de adoptar las medidas apropiadas para garantizar que la maternidad no constituya una causa de discriminación en el empleo, con inclusión del acceso al empleo; - prohibición de que se le exija a una mujer que solicita un empleo, a que se someta a un examen para comprobar si está o no embarazada o bien que presente un certificado de dicho examen. Finalmente, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México ha realizado a nuestro país las siguientes recomendaciones, en su Diagnóstico sobre los Derechos Humanos en México: - Promover la armonización legislativa en materia laboral. - Reducir y redistribuir la carga total de trabajo de las mujeres y revalorar el aporte del trabajo doméstico al bienestar y a la riqueza nacional. 14 -Continuar realizando las estimaciones del aporte del trabajo doméstico a la economía nacional y las investigaciones sobre uso del tiempo por sexo y difundir ampliamente los resultados. - Promover cambios culturales mediante acciones educativas, de sensibilización y capacitación, respecto a la distribución de responsabilidades de hombres y mujeres en los trabajos domésticos y extradomésticos. - Promover la incorporación de cambios legislativos, como pueden ser licencias por paternidad y servicios de guarderías para facilitar la participación del hombre en los trabajos domésticos. De esta manera, lograr que la responsabilidad de la reproducción biológica, así como los cuidados y crianza de los infantes, se transforme en una responsabilidad familiar y social. - Legislar sobre las actividades de las maquiladoras, para evitar la violación de los derechos humanos laborales de las trabajadoras y trabajadores, respetando los convenios internacionales firmados por México. - Facilitar y promover la incorporación de las trabajadoras del hogar, las mujeres en la economía informal y las trabajadoras del sexo, al régimen de seguridad social. - Legislar para lograr una armonización entre familia y trabajo, en beneficio tanto de mujeres como de hombres, permitiéndoles cumplir adecuadamente sus responsabilidades en esos dos ámbitos de vida. Los anteriores fueron los instrumentos vinculantes a nivel internacional, mientras que a nivel del continente americano, en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA) existe la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer o Convención de Belém Do Pará. La mención de la cuestión laboral que se encuentra en esta Convención es muy breve pero significativa, pues establece que además de la violencia ejercida contra las mujeres en los distintos ámbitos, -tanto públicos como privados-, se entenderá también como violencia contra la mujer aquella que ocurra en el trabajo, incluyendo la modalidad física, sexual y psicológica. 15 2. Instrumentos no vinculantes: el marco políticamente acordado. Encontramos acuerdos políticos entre los Estados sobre los derechos laborales de las mujeres en: - La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, conocida comúnmente como Conferencia del Cairo por la ciudad en que se celebró, señala en su documento final la necesidad de que los Estados promulguen leyes y apliquen programas y políticas que permitan a los empleados de ambos sexos armonizar sus responsabilidades familiares y laborales. Además, insta a los gobiernos a facilitar a las mujeres mayor acceso al empleo, al crédito, a la educación básica, los servicios de salud, las guarderías y la formación profesional. - La Plataforma de Acción de Beijing, suscrita en 1995 en el marco de la Cuarta Conferencia de la Mujer. Este documento reconoce que la participación de la mujer en la fuerza laboral sigue aumentando, dejando atrás la esfera únicamente del hogar, aunque no se ha aligerado su carga de trabajo no remunerado en el hogar y en la comunidad. La problemática actual de la mujer en el ámbito laboral, de acuerdo con la Plataforma, reside en salarios bajos, poca o ninguna protección de las normas laborales, deficientes condiciones de trabajo particularmente con respecto a la seguridad y la salud ocupacional de la mujer, bajos niveles de especialización profesional y la falta de seguridad social y seguridad en el empleo, tanto en el sector estructurado como en el no estructurado. A partir del análisis anterior, el Objetivo estratégico F.1. de la Plataforma llama a los Estados a promover la independencia y los derechos económicos de la mujer, incluidos el acceso al empleo, a condiciones de trabajo apropiadas y al control de los recursos económicos. 16 Concretamente, las medidas que han de adoptar los gobiernos que decidieron unirse a la Plataforma son: a) Promulgar y hacer cumplir leyes que garanticen los derechos de la mujer y el hombre a una remuneración igual por el mismo trabajo o por un trabajo de igual valor. b) Aprobar y aplicar leyes contra la discriminación por motivos de sexo, en el mercado de trabajo, con especial consideración a las trabajadoras de más edad, en la contratación y el ascenso, en la concesión de prestaciones laborales y de seguridad social y en las condiciones de trabajo; c) Adoptar medidas apropiadas para tener en cuenta el papel y las funciones reproductivas de la mujer y eliminar las prácticas discriminatorias de los empleadores, tales como no contratar o despedir a mujeres debido al embarazo o la lactancia materna, o exigir pruebas de utilización de anticonceptivos, y adoptar medidas eficaces para garantizar que las mujeres embarazadas, las mujeres con licencia de maternidad o las mujeres que se reintegran al mercado laboral después de tener hijos no sufran discriminación alguna. - El Consenso de Quito, acordado en el marco de la Décima Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe por los representantes de 24 gobiernos reunidos en agosto de 2007 en la ciudad ecuatoriana que da nombre al documento, estableció que los gobiernos deben formular políticas y programas de empleo de calidad y seguridad social e incentivos económicos dirigidos a garantizar el trabajo remunerado a mujeres sin ingreso propio, en igualdad de condiciones con los hombres, para asegurar en la región su autonomía y ejercicio pleno de sus derechos. 17 Otro de los compromisos asumidos con las mujeres de la región fue garantizar la eliminación de todas las condiciones laborales discriminatorias, precarias e ilegales y alentar la participación de las mujeres en sectores de trabajo creativos, innovadores y que superen la segregación laboral sexista. El Consenso comprometió a los Estados a eliminar la discriminación salarial entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de trabajo, así como a asegurar que los derechos sexuales y reproductivos sean considerados como condición indispensable para garantizar la participación de las mujeres en la vida política y en el trabajo remunerado. 3. Indicadores de derechos laborales de las mujeres. A partir de los derechos referidos en los instrumentos jurídicos internacionales revisados anteriormente, nos dimos a la tarea de diseñar algunos indicadores de derechos humanos laborales de las mujeres, a fin de que facilitar la identificación de los mismos. De acuerdo con el Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos, elaborado por la ONU en mayo de 2006 a petición de los presidentes de los diversos órganos creados en virtud de los tratados de derechos humanos: “Los indicadores de derechos humanos brindan informaciones concretas sobre el estado de un acontecimiento, actividad o resultado que pueden estar relacionadas con las normas de derechos humanos; que abordan y reflejan las preocupaciones y principios en materia de derechos humanos y que se utilizan para evaluar y vigilar la promoción y protección de los derechos humanos”. (2006:4). El diseño de indicadores como los que a continuación se encuentran, puede facilitar el establecimiento de prioridades y el fomento de la aplicación de las normas y principios internacionales de derechos humanos. Para la elaboración de los mismos se partió del marco metodológico propuesto por el Informe citado previamente, adaptándolo a los derechos laborales, esto es: 18 -Determinación de los atributos del derecho laboral de los mujeres a partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, del PIDESC, de los Convenios de la OIT relacionados con el tema, la CEDAW y la Convención Belém do Pará. Así, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se tomaron los siguientes derechos: al trabajo; a elegir el mismo libremente; a una remuneración equitativa y satisfactoria; al descanso; a fundar sindicatos y a sindicalizarse; al disfrute del tiempo libre; a una limitación razonable de la duración del trabajo; a vacaciones pagadas; a un salario igual por un trabajo igual, sin discriminación. Del PIDESC se tomaron los siguientes: a elegir el trabajo libremente; a que éste se desarrolle en condiciones equitativas y satisfactorias; a una remuneración justa que permita un nivel digno para las y los trabajadores y sus familias; al descanso; a fundar sindicatos y a sindicalizarse; al disfrute del tiempo libre; a una limitación razonable de la duración del trabajo; a vacaciones pagadas; a la seguridad e higiene en el trabajo; a la huelga y a la remuneración de los días festivos; a gozar de licencia pagada de maternidad; a tener condiciones de trabajo en pie de igualdad entre mujeres y hombres; a la seguridad social, en particular en casos de jubilación, desempleo, enfermedad, vejez u otra incapacidad para trabajar; a la ocupación plena y productiva en condiciones que garanticen las oportunidades políticas y económicas. De la Observación General 18° de su Comité, se desprende el derecho a la protección en caso de desempleo. De la CEDAW se tomaron: el derecho a vacaciones pagadas; a la orientación y formación técnico-profesional; la seguridad e higiene en el trabajo; a licencia de maternidad conservando el empleo, antigüedad y prestaciones; a no ser despedidas del empleo por ejercer la función reproductiva; a regresar al empleo después del periodo de descanso pos parto; a contar con prestaciones médicas necesarias para la vida reproductiva de las mujeres; a contar con servicios destinados al cuidado de los niños como guarderías; a no ser discriminada por ser mujer; a ser promovida o ascendida en el trabajo sin discriminación; a combinar 19 las responsabilidades familiares y las laborales; a que se reconozca y remunere el trabajo doméstico; a la seguridad social. De la Recomendación General 24° del COCEDAW, se tomó el derecho a que el patrón no exija una prueba de ingravidez para dar o conservar en el puesto al a mujer. De la Convención Belém do Pará, el derecho a ser protegida contra la violencia sexual y el hostigamiento en el lugar de trabajo. De la OIT, los derechos a: elegir el trabajo libremente; a fundar sindicatos y a sindicalizarse; a la orientación y formación técnico-profesional; a gozar de un descanso de doce semanas por lo menos a repartirse antes y después del parto; a tener condiciones de trabajo en pie de igualdad entre mujeres y hombres. Como se puede apreciar, muchos de estos derechos están contemplados en más de un instrumento jurídico internacional. 20 Cuadro 4. Indicadores de derechos humanos Derechos laborales de mujeres y hombres Derechos relacionados al salario 9 Al trabajo. 9 A un salario igual 9 A elegir el trabajo por un trabajo igual, sin discriminación. libremente. 9 A que el empleo se desarrolle en condiciones equitativas y satisfactorias. 9 A la protección en caso de desempleo. 9 A una remuneración equitativa y satisfactoria. 9 Al descanso. 9 A fundar sindicatos y a sindicalizarse. 9 A una remuneración justa que le permita un nivel de vida digno para ella y su familia. Derechos relacionados con la maternidad Derechos que atañen a la igualdad entre los géneros Otros derechos de las mujeres en el ámbito laboral 9 A gozar de 9 A tener 9 A la seguridad licencia pagada de maternidad, conservando su empleo, su antigüedad y sus prestaciones. condiciones de trabajo en pie de igualdad entre mujeres y hombres. social, en particular en casos de jubilación, desempleo, enfermedad, vejez u otra incapacidad para trabajar. 9 A que no se le despida de su empleo por ejercer su función reproductiva. 9 A gozar de un descanso de 12 semanas por lo menos, a repartirse antes y después del parto. 9 A regresar a su tiempo libre. empleo después del periodo de descanso por parto. 9 A una limitación 9 A que el patrón no razonable de la duración del trabajo. le exija una prueba de ingravidez para solicitar o mantener su empleo. 9 Al disfrute del 9 A vacaciones pagadas. 9 A la orientación y formación técnicoprofesional. 9 A la ocupación plena y productiva en condiciones que garanticen las libertades políticas y económicas. 9 A la seguridad e higiene en el trabajo. 9 A la remuneración de los días festivos. 9 A no ser discriminada por ser mujer. 9 A ser promovida o ascendida en el trabajo sin discriminación, valorando únicamente las capacidades de la persona. 9 A ser protegida contra la violencia sexual y el hostigamiento en el lugar de trabajo. 9 A combinar las responsabilidades familiares y las laborales. 9 A que se reconozca y remunere el trabajo doméstico. 9 A contar con prestaciones médicas necesarias para su vida reproductiva. 9 A un periodo de lactancia que debe contabilizarse como horas de trabajo. 9 A contar con servicios destinados al cuidado de los niños, como guarderías. 9 A huelga. Fuente: CEAMEG a partir de diversos instrumentos internacionales de derechos humanos. 21 Comentarios finales El ámbito laboral es una de las esferas donde más se patentizan las desigualdades entre mujeres y hombres. Como se comentó en la presentación de este documento, aún y cuando hay una progresiva incorporación de las mujeres al mercado laboral, esta inserción no se realiza en términos de equidad con los hombres. Lo anterior no es un fenómeno reciente ni privativo de un país o región del mundo; más aún parece ser un fenómeno a escala mundial que ha planteado la necesidad de crear un andamiaje jurídico en el cual los Estados se comprometan y ajusten sus regulaciones nacionales en un ejercicio de armonización jurídica constante. México forma parte de ese amplio grupo de países que han coincido en la importancia de mejorar las condiciones laborales de las mujeres hasta alcanzar la equidad, y aún y cuando la tarea es sin duda compleja -puesto que implica avanzar también en el derribamiento de patrones socio culturales arraigados-, los principios y derechos contenidos en los instrumentos internacionales representan un invaluable hilo conductor. Por otro lado, la armonización de la legislación interna a partir de los compromisos internacionales no es una mera opción para un Estado. Los instrumentos vinculantes exigen un esfuerzo de cumplimiento inmediato por los países signatarios de los mismos, mientras que los no vinculantes representan el amplio consenso del mundo respecto al tema, y como tal, también debieran ser incorporados. Es importante que en su papel de creadores y mejoradores de las leyes, las diputadas y diputados conozcan los compromisos de los cuales es parte el Estado mexicano, para impulsar un proceso de armonización legislativa que realmente refleje, además de los compromisos, las necesidades de las trabajadoras mexicanas. 22 Referencias OIT, (2007). La Guía práctica para la incorporación sistemática del empleo y el trabajo decente. Ginebra: Autor Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (2003). Diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos en México. México: Autor. ONU (2006). Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Nueva York, Autor. SRE (2006). Observaciones Finales del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales al Informe presentado por México, 2006, disponible en internet en http://www.sre.gob.mx/eventos/d_humanos/foro_intl/doc/pacto_internac.pdf Instrumentos internacionales Organización de Estados Americanos. Convención Belém do Pará, 1994. Documento recuperado de internet el 10 de julio de 2006 en www.oas.org Organización de las Naciones Unidas. Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948. Documento recuperado de internet el 13 de agosto de 2007 en: www.un.org Organización de las Naciones Unidas. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Violencia contra la Mujer, 1979. Documento recuperado de internet el 13 de agosto de 2007 en: www.un.org Organización de las Naciones Unidas. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966. Documento recuperado de internet el 1o de septiembre de 2007 en: www.un.org Organización de las Naciones Unidas. Recomendaciones específicas del COCEDAW: México. 36° periodo de sesiones, agosto 2006. Documento recuperado de internet el 22 de noviembre de 2006 en: www.un.org Organización de las Naciones Unidas. Recomendaciones Generales del COCEDAW. 1986-1999. Documento recuperado de internet el 5 de septiembre de 2006 en: www.un.org Organización Internacional del Trabajo. Convenios 100, 111, 156, 169 y 183. Documentos recuperados de internet en diversos días de marzo y abril de 2007 en: www.ilo.org 23 Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género CEAMEG H. Cámara de Diputados LX Legislatura 2008 www3.diputados.gob.mx/camara/CEAMEG Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género Presidenta: Dip. María Soledad Limas Frescas Secretarias: Dip. Bertha Y. Rodríguez Ramírez Dip. Holly Matus Toledo Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género Directora General: Mtra. María de los Ángeles Corte Ríos Directora interina de Proyecto 1: Mtra. Nuria Hernández Abarca 24