La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Autora: Mónica Cruz Guáqueta Arquitecta, investigadora, candidata a PhD en Historia de la Arquitectura - ETSAB-UPC 28.10.2015 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” La fachada de la Casa Batlló, excepcional. La construcción de la fachada, relato de una denuncia. Las interpretaciones de la fachada. El 26 de enero de 1906, a tan solo tres de meses de finalizar por completo las obras de la fachada de la Casa Batlló, un inspector de la sección de Obras del Ayuntamiento daba un parte de incumplimiento de la normativa argumentando que el señor Batlló construía en la casa de su propiedad sin el permiso correspondiente. Y era verdad. Efectivamente, la Casa Batlló se acabó prácticamente sin el debido permiso de obras, que le fue concedido finalmente el 17 de diciembre de 1912 y aprobado en sesión ordinaria del 13 de febrero del año siguiente, casi nueve años después del inicio de las obras. La historia de la casa, y su fachada, comienza en enero de 1901 cuando José Batlló Casanovas pide un permiso al ayuntamiento para derribar la casa existente y construir una nueva. Sin embargo, tres años de ausencia de documentos nos ocultan lo que pudo haber pasado entre el propietario de la casa y el arquitecto a cargo de las obras, ya que, el 7 de noviembre de 1904 el mismo José Batlló escribe una misiva al ayuntamiento en donde hace patente su deseo de declarar nula la petición de permiso para derribar la casa y manifiesta su voluntad de reformarla. Durante esos tres años, entre 1901 y 1904, el señor Batlló tuvo razones de peso para cambiar de opinión respecto a sus planes para la casa que recién había comprado. Es probable que, asociado a este cambio de opinión, estuviera el mismo Gaudí. Una casa de vecinos. No una más, no una cualquiera. La estructura original de la casa corresponde a lo que para aquel entonces ya se había constituido en Barcelona como una tipología habitual: la casa de vecinos 1. Igual que el hôtel de rapport o immeuble à loyer de París2, la tipología responde a 1 En este caso interesa aclarar que la tipología de casa entre medianeras tuvo una estructura organizativa generalizada muy homogénea, dadas las medidas estándar de los solares del Eixample; en el caso de las casas de vecinos ubicadas en los chaflanes, permitieron algunas variaciones más, aunque al final se definieron modelos de solución de la esquina comunes. 2 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” un momento de transformación urbana, al crecimiento y expansión de la clase burguesa que, en el caso de Barcelona, tiene su manifestación más tangible en la construcción del Eixample y en particular en la urbanización del Paseo de Gràcia, donde se ubica la Casa Batlló. En medio de la enorme cuadrícula del Eixample, el Paseo de Gracia era un eje consolidado desde la ciudad antigua, al que la ciudad moderna le había dado el carácter de “paseo”; en medio de una retícula sin grandes bulevares, el Paseo de Gràcia adquiere una relevancia urbanística sin igual. Pero también en términos arquitectónicos comporta rasgos de modernidad en el tratamiento de las fachadas, el sistema de alquiler de los pisos superiores (impensable, por otra parte, en los palacetes medievales que poblaban el centro histórico de la ciudad), la concentración de usos comunes en los últimos pisos y la organización en torno al patio central para garantizar ventilación e iluminación a las dependencias interiores de los apartamentos, creando una nueva fachada interior que Gaudí supo aprovechar magistralmente en todas sus casas urbanas. Una mirada a las fotografías de época que permiten ver la evolución del paisaje del Paseo de Gràcia entre las calles del Consell de Cent y Aragó, al que se conoce con el nombre de “manzana de la discordia”, nos revela el carácter anodino y adocenado de la tipología de las casas de vecinos construidas en los primeros años de urbanización del Eixample acrecentado por la monotonía de la cuadrícula que, ausente de perspectivas, parecía el lugar más monótono del mundo. De hecho, la estructura original de la Casa Batlló fue concebida en 1877 y los ritmos de fachada se diferencian de sus vecinas únicamente gracias a una ligera variación en alturas. Respondiendo a la necesidad de sobresalir en medio de la homogeneidad, la fachada de la Casa Amatller de Puig i Cadafalch rompe el silencio iniciando el siglo con un remate escalonado irrepetible en la arquitectura Barcelonesa; luego vendrá la casa Lleó Morera de Domènech i Montaner con su torre circular que articula la esquina y finalmente vendrá Gaudí con su Casa Batlló, que, de manera 2 Ver: Eleb, Monique. Debarre-Blanchard, Anne. L'invention de l'habitation moderne: Paris, 18801914. Éditions Hazan et Archives d’Architecture Moderne, Paris. 1995 3 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” indescriptible seduce tanto a especializados como al público raso. Y cuando digo indescriptible me refiero exactamente a eso, a la imposibilidad de ser descrita. La innovación de Gaudí es tal, que leyendo las reseñas de la casa que se hicieron en la prensa especializada, la dirigida a los arquitectos, y la popular, dirigida a promover el turismo de la ciudad, en los años siguientes a la finalización de la casa, se hace patente la falta de adjetivos que puedan describirla. Algunos hablan de excepcional fachada, otros, de espectacular, algunos hacen referencia a la cruz de cuatro brazos, otros al remate ondulado; abundan los adjetivos grandilocuentes y nadie acierta a describirla tal cual es, dada la ausencia de lugares comunes o de referencias conocidas, inclusive el concepto de tribuna parece diluirse y en algunos casos se habla de “gran balconada”. Gaudí crea así uno de los conjuntos más complejos y menos descritos en la prensa local, que en ausencia de palabras que pudieran explicarlo, dio origen a tantas interpretaciones como personas que escribieron sobre el. Precisamente esta imposibilidad de abarcar la fascinación de los cronistas y arquitectos de la época en palabras es la razón de tantas leyendas de las que todos hemos oído hablar y que son los lugares comunes a los que nos referimos cuando hemos de explicar la casa. Porque la Casa Batlló es la casa del “como si…” es la casa donde todo nos recuerda a algo, pero no encontramos la representación exacta de ese “algo”, llámese dragón, lagarto, esqueleto o máscara de carnaval. Entre otras hemos escuchado llamarle “Casa de los bostezos”, nombre sugerido por las grandes aberturas de las ventanas de la tribuna y su forma redondeada; o la “Casa de los huesos” por su similitud con las columnas de la fachada, lo cual llevaba a otra leyenda, la de Sant Jordi y el dragón. Tanto la cruz de cuatro brazos se han asociado con la empuñadura de una espada, como la ondulación y la serie de cerámicas vidriadas que coronan el remate del tejado se han comparado con el letal dragón; por ende, los huesos serían los de las víctimas. Igualmente, otras interpretaciones más libres han querido ver en los antepechos de metal de los balcones superiores calaveras, en la línea de los huesos, y otros más festivos los han asociado con máscaras de carnaval. Lo cierto es que Gaudí no hizo jamás 4 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” referencia alguna a ninguna de estas interpretaciones, ni se conoce a ciencia cierta los medios de difusión de estas lecturas más libres, como no sea la cultura popular que tan poderosamente dota de significado contextual a esta obra. Así, la manzana de la discordia se erige entre los años 1900 y 1906 como el estandarte de la nueva arquitectura de una clase social pujante, que busca en la fachada de sus casas la representación de su estatus. La fachada de estas casas se convierte entonces, en mucho más que la puerta de entrada a la casa, es su cara, es la carta de presentación, ya no tanto del arquitecto como del propietario, es el ejercicio de representación de una clase social que debe ser excepcional. En la ciudad nueva se construye el nuevo perfil, la nueva cara de la ciudad, las nuevas fachadas como los elementos que definen la apariencia de la casa del hombre moderno, con sus necesidades modernas. Y esas necesidades se ven satisfechas de manera racional en toda la casa, la dictadura de la luz y el aire que impregnan todos los espacios de la casa, como si de habitantes invisibles se tratase. Pero esencialmente, es en la fachada donde el espíritu de la casa se libera y la caracteriza de manera excepcional, allí donde tiene que ser, en el plano que da la cara a la ciudad. Y de tan excepcional que quiere ser, acaba creando una arquitectura extravagante que se caracterizará, como el barroco, por el exceso, por la búsqueda insaciable de lo particular, del rasgo diferencial que permita hacer reconocible, por oposición, cada nueva creación. La fachada Detrás de la excepcional fachada, se esconden recursos decorativos y arquitectónicos que en conjunto pocas veces han sido objeto de estudio. Esta capacidad de transformar la fachada existente en un universo rico en recursos perceptivos solamente han podido crearse gracias a un proceso creativo asentado en el conocimiento del oficio y en la personalidad racional y austera de Gaudí. Contrario a lo que se ha afirmado con frecuencia, la creación de la fachada no obedece simplemente al genio del arquitecto, más relacionado con la arbitrariedad 5 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” o el impulso creativo que con el verdadero conocimiento del oficio, o al uso de los colores como pinceladas en un cuadro impresionista. Se trata de todo esto y mucho más, pues, sin negar en absoluto la genialidad del personaje, lo que podemos leer en los documentos de los que disponemos para entender la fachada y de la casa misma como documento definitivo, es una equilibrada mezcla de savoir fer arquitectónico, esto es, del conocimiento del oficio, y la capacidad de crear simulacros que alteran la percepción de quien experimenta la casa, tanto en el interior como en el exterior. Hay varios factores que intervienen en la solución de fachada que proyecta Gaudí. Los planos presentados para permiso de obras fechados el 26 de octubre de 1904 muestran en líneas rojas las intervenciones planeadas por el arquitecto en la casa construida. En lo que respecta a la fachada, las líneas son difusas y muy abstractas. De hecho, la fachada presentada no es una representación mimética del resultado final, pero es, en cambio, una abstracción muy refinada de lo que en términos generales fue la intervención de Gaudí. En los planos se ve una composición más simétrica de lo deseado, que se desequilibra silenciosamente en el punto de encuentro con la Casa Amatller, donde la línea curva del remate central desciende rompiendo la simetría. Este pequeño gesto, una simple línea en el plano en este momento, generará el rasgo definitivo que romperá con la simetría de la casa: la localización de la torre ligeramente desplazada hacia la izquierda. Delineando el origen de lo que sería posteriormente el retroceso en forma de pequeño balcón junto al nacimiento de la coronación escalonada de la Casa Amatller, Gaudí deja patente la idea germinal que, antes de empezar el proyecto, manifiesta su voluntad de respetar y hacer un gesto de condescendencia hacia la casa de al lado, como una forma de evidenciar la cortesía entre colegas, en incluso la admiración por el paisaje existente. El remate ondulado del edificio, recubierto con cerámica tornasolada y cilíndrica en la cumbrera, aunque no corresponde exactamente a la línea planteada en los planos, sí responde a una intención inicial que es la de utilizar la estructura de arcos parabólicos para las dependencias en la terraza, como puede verse en el detalle de la sección por fachada. 6 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” Otro de los aspectos definitivos de la fachada es la creación de la tribuna. La superposición de este elemento en las fachadas era también un rasgo distintivo de las casas de la burguesía barcelonesa, gracias al cual se podía identificar la planta noble, erigiéndose como un balcón de cara a la ciudad moderna que miraba el espectáculo urbano desde la comodidad de su casa, una actividad, por otra parte, característica de la burguesía. Sin embargo, en manos de Gaudí este ejercicio de superposición se convierte en un gesto transformador de la fachada y de la estructura de la planta noble en general. La razón radica en uno de los preceptos fundamentales de la arquitectura Beaux-Arts, muy popular en la Escuela de Arquitectura de Barcelona donde estudió Gaudí, y que se refiere a la correspondencia de la fachada con la planta del edificio. Si en la mayoría de los edificios de la época la construcción de una tribuna mantenía invariable la planta del edificio, en el caso de la Casa Batlló, Gaudí tiene claro desde el principio que la creación de este volumen que sobresale tiene que corresponder con la variación del espacio interior, y para ello, modifica la estructura de muros de fachada creando unos pilares que liberan el espacio de la tribuna como si de un balcón se tratara, incorporándolo al salón y creando así un espacio de semi-planta libre que precederá el tratamiento de planta libre de la Casa Milà. Además, Gaudí creará una serie de capas que permitirán controlar las aberturas de la casa desde dentro. De exterior a interior, Gaudí proyecta una serie de columnas muy delgadas que articulan los ritmos de fachada de la tribuna3 ; detrás de estas, la línea de las 3 ventanas, la fenêtre en longueur que tanto gustaba a Le Corbusier, con antepechos en madera y paneles de vidrio que se pueden abrir completamente hacia arriba para crear el balcón, luego los rieles para las cortinas, magníficamente labrados en concordancia con la decoración en madera del interior de la casa y por último unos porciones de madera que permiten el aislamiento total del interior y el exterior. 3 Estas columnas, tanto en ritmo como en proporción se corresponden curiosamente con las que dibuja Gaudí en los planos de permiso de obras, lo que da pruebas de que el proyecto ya estaba muy adelantado cuando presenta los planos al ayuntamiento. 7 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” La fachada se constituye así como el resultado de unas ideas muy claras en el interior de la casa y como tal, establece correspondencias en cuanto a los juegos de percepción del espacio interior y exterior. En esta transición tan importante, la fachada es un mecanismo que funciona como un fuelle, estableciendo filtros que pueden ser abiertos o cerrados a voluntad, ya sea para proteger la intimidad de la familia burguesa, entendida como el núcleo de la sociedad, o para permitirle asomarse la vulgar, moderna y atractiva actividad urbana. Abriendo los filtros la familia burguesa participa de la modernidad desde el balcón, formando parte del espectáculo, más no de la fiesta que transcurre abajo, en el nivel de la calle con el pueblo, la masa. La polémica: el ingenio y el simulacro Retomando la denuncia por incumplimiento de obras citada al principio de este artículo, fechada en enero de 1906, llama la atención que el reclamo principal del documento es que el señor Batlló ha “derribado la fachada y la reconstruye de nuevo”4 para lo cual no tenía permiso. Tal sería la diferencia con la fachada preexistente, que el inspector no tuvo más remedio que denunciar la completa destrucción de la anterior. Y no podía estar más equivocado. En realidad, los diferentes artilugios y recursos con los que Gaudí recubrió la fachada fueron tan efectivos, como efectistas para crear la ilusión de un edificio completamente nuevo. Lo cierto es que en cuanto a la composición de la fachada existente, Gaudí tocó poco más que las aberturas de la planta noble, manteniendo exactos los ritmos de los pisos superiores, y esto se debió en parte a que en el resto de los pisos no modificó la estructura, únicamente en el principal, en la zona de la tribuna. El recurso principal que marcaría la transición entre el basamento del edificio y su coronación, fue la creación del espectacular volumen de la tribuna, que se va deshaciendo hacia la parte superior de la fachada: primero en las ventanas laterales del piso superior hasta ir desmaterializando suavemente el volumen en los balcones laterales del tercer piso. Todo con una sinuosidad plástica que consigue la ilusión del movimiento y la ligereza de la piedra, en contraposición a la pesadez, la tectónica características en su estado natural. Los balcones de lámina 4 Arxiu Municipal Contemporani de Barcelona. Exp. 9612 de 1904, Comisión del Ensanche. p. 34 8 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” de hierro colado, curvados orgánicamente y con dos perforaciones a cada lado, atenúan la rigidez de las líneas horizontales de las repisas y toman el relevo de los elementos que evocan la idea de movimiento. Al mismo tiempo que se superponen todos estos elementos, Gaudí interviene la fachada hasta crear la idea de ondulación que le da ese acabado excepcional que llevó al error al inspector del ayuntamiento. En palabras del único testimonio directo de las obras, el constructor de la casa señor Josep Bayó, quien con su hermano fuera el constructor de varias de las obras de Gaudí y quien habló varias veces de su participación en ellas5, la fachada no se derribó nunca. Muy al contrario, Gaudí, en un ejercicio de transformación racional y con gran sentido de la materialidad, supo crear uno de los conjuntos más delicados y artísticos de los que se conocen en las fachadas de las casas barcelonesas. Mediante la técnica del relieve y el repicado, los constructores moldearon la fachada existente como si de una escultura se tratara, para rebajarla allí donde el muro era más grueso y crear un relieve ondulado donde se quería hacer sobresalir, hasta crear una superficie ondulada. Luego procedieron a revocarla y alisarla para entonces poner los cristales de colores del taller Pelegrí según Gaudí les iba indicando, sobre todo ubicando las piezas cerámicas circulares pintadas con pigmentos minerales que, a su vez, dan como resultado un matiz tornasolado. La maestría de Gaudí no tiene igual en la manufactura de esta fachada: desde el andén delante de la casa dirigía la colocación de las piezas de vidrio y cerámica, mientras los albañiles subidos en los andamios obedecían las órdenes del genio y concebían, como pintando sobre un lienzo, una creación que se ubica en el difuso límite entre arte y arquitectura. Tal y como se ha dicho alguna vez, este proceso creativo inmediato, in situ, sin preparación previa más que la idea original en la cabeza del arquitecto, igual que para el pintor es la preparación del lienzo, se puede equiparar al de los pintores impresionistas y su voluntad de capturar el instante a través de una pincelada rápida pero muy expresiva. 5 Ver: Bassegoda, Joan. Josep Bayó Font, contractista de gaudí. Edicions UPC, Barcelona. 2003 9 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” La cruz de cuatro brazos, hecha con cerámica y traída desde Mallorca como una pieza única, remata al conjunto, ubicándose en el espacio que abre el balcón uniendo amablemente la fachada con la de la Casa Amatller y desplazando el remate de manera excepcional en la composición. Los talleres de Sebastián Ribó hicieron las cerámicas redondeadas que recubren el remate ondulado de la fachada, en cuatro tonalidades diferentes que, combinadas de manera magistral, dan también la sensación de desvanecerse. El efecto que consigue este recurso, es el de devolver unos colores indefinidos, indeterminados que, además, cambian permanentemente con la luz del día y a lo largo del año. Como el río de Heráclito, la fachada de la Casa Batlló no es nunca la misma, crea la ilusión de verse siempre diferente, aprovechando un recurso plástico de gran refinamiento para crear una policromía en constante transformación. En pocas palabras, todos los detalles de la fachada están pensados para representar el movimiento y el cambio permanente. De allí el desconcierto del inspector de obras, de allí su error. El revuelo en el ayuntamiento fue tal, que el expediente está plagado de pequeñas misivas y notas de inspectores que reiteran que, aún careciendo del permiso, las obras continúan. Notificaciones oficiales firmadas por altos cargos del ayuntamiento amenazan al señor Batlló con terribles multas y ordenan, categóricamente, el cese inmediato de las obras. La última notificación está fechada el 18 de abril de 1906, a ella le siguen varias notificaciones de los inspectores hasta que el 16 de mayo de 1906, ante la negativa de presentarse en el ayuntamiento el señor Batlló, un portero de vara notifica que habiendo ido a ver la casa, la construcción está finalizada. Así, Gaudí consigue su objetivo partir de una base existente para crear una obra tan excepcional donde lo único descriptible es el estupor que genera a los cronistas. Narran la existencia de la casa con exceso de adjetivos y juegos simbólicos, característicos de una obra cuando rompe los esquemas y los academicismos y el calificativo que mejor la describe es el de indescriptible. Queda pues, apelar a las sensaciones, a los sentimientos y las impresiones para transmitir al lector la magnificencia de una obra que vas más allá de todos los cánones. Gaudí no sólo 10 La fachada de la Casa Batlló: ingenio y simulacro Ciclo de conferencias “Casa Batlló” crea una obra de arte sino que usa cada una de sus obras como un gran laboratorio, corrigiendo lo aprendido en la anterior y aprendiendo para la siguiente. No hay que menospreciar el carácter representativo del que Gaudí dota a sus fachadas, si tenemos en cuenta que como estandarte de su gran obra, el Templo de la Sagrada Familia, la obra que supo que nunca acabaría, escogió construir una primera fachada, consciente de que sería la tarjeta de presentación el edificio, como se puede comprobar en cualquier publicación de época. El recurso de crear una cara que reverle las particularidades de un edificio es también una estrategia de representación, y si este edificio deja paso a la imaginación, será aún más fácil de ser asimilado en la cultura popular, que es, precisamente, lo que ha pasado con la Casa Batlló y tantas otras de sus obras. Así se puede entender que la fachada de la Casa Batlló es una creación que deja la puerta abierta a todas las interpretaciones, donde la cultura popular se la apropia y deja su impronta en las leyendas de caballeros y dragones que pueblan las múltiples interpretaciones, o las viñetas de las revistas satíricas de la época que la comparan con obras de alta pastelería, huesos humanos desencajados o historias de Santos y cuentos de hadas. Gaudí crea una obra llena de recursos que dejan lugar a múltiples lecturas porque lo único que le interesa es crear un conjunto coherente que hable por sí sólo, que simule aquello que no es: una casa completamente nueva, original, diferente. Y aún conservando el ritmo de aberturas originales en fachada y las mismas ventanas que sus vecinas más anodinas, los recursos que usa son tan efectivos y están elaborados con tanta maestría que no parece la misma. La fachada es la esencia del mayor simulacro. 11 Documento bajo Licencia Creative Commons: Reconocimiento a Mónica Cruz Guáqueta – NoComercial – SinObraDerivada (by-nc-nd): No se permite un uso comercial de la obra original ni la generación de obras derivadas. Casa Batlló, Gaudí Patrimoni Mundial (UNESCO) Pg. de Gràcia, 43 | 08007 Barcelona T 93 216 03 06 | F 93 488 30 90 www.casabatllo.cat / www.casabatllostore.cat