2.2.1.1. Condiciones de energía electromagnética. El microclima provee los regímenes de energía electromagnética de onda corta: ultra violeta menor de 400 nm, visible o fotosintéticamente activa (RFA) entre 400-700 nm e infrarroja, sobre 700 nm, que recibirá la población de plantas cultivada. La RFA absorbida por un complejo de pigmentos entre los que destacan carotenoides, clorofila a y b, que crean una “antena” en los tejidos fotosintetizantes, principalmente hojas, para generar un poder reductor que es usado para descomponer agua, reducir CO2 y formar glucosa. A partir de la glucosa se forman amino ácidos, lípidos y otros componentes de la biomasa vegetal. La sumatoria de la RFA a la que está expuesto un cultivo durante su ciclo vital establece un límite máximo a la producción de biomasa vegetal, el que es reducido por factores de la planta, la atmósfera, hídricos, sanitarios y otros. Las radiaciones azules y rojas captadas por foto receptores, que consisten en una apoproteina y un cromóforo producen fenómenos llamados fotomorfogénicos. Por su parte, la radiación azul (400-500 nm) percibida produce el fototropismo, estimulando la curvatura de la planta hacia la luz por producir una distribución desigual de auxina en órganos en crecimiento la que es mayor en el lado a la sombra; inhibición del crecimiento de los tallos; regula la expresión de genes que controlan la síntesis de clorofila y flavonoides; estimula la apertura estomática vía regulación de las relaciones osmóticas de las células de guarda al activar una bomba de protones en estas células (esta respuesta sigue la ley de reciprocidad o sea responde a la dosis de luz, no al flujo o tiempo de exposición) siendo el carotenoides Zeaxantina el foto receptor involucrado. La radiación roja (666 nm) y la roja lejana (730 nm) son detectadas por el fitocromo cambiando su forma de Pr a Pfr. La forma Pfr que absorbe luz roja lejana es la forma activa que produce las siguientes respuestas: la transformación de plántulas de avenas, de etioladas a verde por efecto de la luz; controla la respuesta foto periódica de diversas plantas; promueve la germinación en lechugas; controla la transcripción de la familia de genes LHCB que codifican las proteínas que se unen a la clorofila del foto sistema II involucradas en el desarrollo del color verde; reprime la transcripción de diversos genes incluyendo el PHYA que codifica la apoproteína del fitocromo A; altera las propiedades de las membranas y la floración (Taiz y Zigers, 1998). En el caso de la floración se distingue plantas de día largo (cebada, avena, trigo, trébol, lilium spp., Beta vulgaris, espinacas, coles, rábanos), de día corto (arroz, algunas frutillas, algunos tomates) o de día neutro (maíz, Phaseolum spp., papas, tomate), según si el período oscuro (que acumula Pfr) tiene o no una duración crítica. Algunos animales como las ovejas, vacunos de carne (Yeates, 1955,1957, Glover, 2000) o de leche (aumento producción de leche en días largos) y las gallinas (aumentan producción de huevos en días largos) también son afectados por el fotoperíodo (Dahl et al, 2000). Por otra parte, el balance de radiación infrarroja nocturno entre suelo y atmósfera, determina la temperatura del aire. La banda 8000 a 11000 nm juega un rol determinante en este balance. Ella produce la llamada “ventana atmosférica” porque la atmósfera es transparente a la radiación de esa banda. La energía llevada por la radiación de esta banda es perdida por la tierra. Como la energía aportada desde la atmósfera al suelo es poca, el balance radiativo de noche es normalmente negativo, el aire y el suelo se enfrían. Cuando este balance es muy negativo el enfriamiento es grande produciéndose 25