La importancia histórica de la orientación de la oración judía1 (p. 1) Que los judíos orasen vueltos hacia el Templo no es extraño ya que creían en una especial presencia de Dios allí. Se dice que la costumbre de orar hacia Jerusalén se inició en la Diáspora del tiempo del Exilio, pues ciertamente no se encuentran referencias a ella en el tiempo anterior. En Dn 6, 11 se menciona que Daniel rezaba en una habitación superior con las ventanas abiertas hacia Jerusalén. / (p. 2) La habitación superior parece que indica una estancia que se construía sobre la azotea, con ventanas en todas las paredes, de modo que se conseguía una circulación de aire muy agradable. También se menciona alguna vez este tipo de habitación como lugar de reunión de los rabinos. Por la especial disposición de ventanas se convierte en el lugar adecuado para la oración, pues siempre es posible rezar en dirección a Jerusalén ante una ventana abierta. / (p. 3) Orígenes en su escrito sobre la oración se opone a unas gentes (cap. 32) que renuncian a rezar hacia el Oriente, como era costumbre entre los cristianos, cuando las puertas de la casa tienen otra orientación, pues insisten en orar hacia la apertura de la casa y no vueltos hacia una pared. En las antiguas sinagogas galileas, orientadas hacia el Sur (Jerusalén), se rezaba hacia la puerta de entrada. También los judeocristianos orientaban sus sinagogas hacia Jerusalén y para que la oración no tuviera lugar en un recinto cerrado las dotaban de varias puertas y ventanas. / (p. 4) Pero esta orientación judía de la oración recibe un peso especial tras la destrucción del Templo. Se reza entonces hacia Jerusalén porque al lugar del Templo terrenal le corresponde el del Templo celestial. (En el Judaísmo el Templo celestial se dirige hacia el terrenal y el culto celestial hacia el terrenal; en el Cristianismo es al revés). La gran sinagoga de Dura, construida en torno al 244 d.C., está orientada hacia Jerusalén. También el nicho en el que está el cofre que guarda los rollos de la Torá / (p. 5) se orienta hacia Jerusalén y sobre él están representados el candelabro de siete brazos y el sacrificio de Abraham. Esto confirma que la orientación de la oración hacia Jerusalén realmente significa hacia el Templo, aunque éste ya estaba destruido hacía tiempo. Pero se había mantenido entre los judíos la creencia de que la Schechina nunca se alejaría del muro occidental (lo que quedaba del Templo). La representación del santuario de la Torá con la forma del Templo de Jerusalén en la catacumba judía de Torlonia (Roma) muestra una estrella por encima del Templo. Apenas cabe duda de que esta estrella representa al Mesías anunciado en Nm 24, 17, que en el “hijo de la estrella” Barkochba precisamente parecía haber encontrado su realización terrena. (Se pensaba que el Mesías reconstituiría el Templo y su culto). / (p. 6) El Templo iluminado por la estrella es el símbolo de la esperanza mesiánica del pueblo y pudo seguir siéndolo aun después de que la rebelión de Barkochba fuera sometida. Aunque esta imagen está en la pared occidental de la catacumba y no en la oriental, como hubiéramos esperado, es de suma importancia contar con este testimonio de la conexión entre el Templo y la estrella mesiánica, en similitud por su composición con la sinagoga de Dura, que sí está orientada hacia Jerusalén. En este tiempo en el que los judíos cuando oraban hacia Jerusalén pensaban en la reconstitución del Templo por medio del Mesías, ocurren al parecer las controversias más decisivas entre los judeocristianos y los paganocristianos sobre la correcta dirección de la oración. Ireneo informa de que los ebionitas adoran Jerusalén casi como si fuera la casa de Dios (Adv. Haer. I, 22), noticia que parece provenir de Justino, del tiempo de la segunda rebelión judía. Aunque no menciona que la dirección de la oración y la espera mesiánica estén relacionadas entre sí debemos suponer un debate sobre esta cuestión entre judíos y cristianos, porque si no no se entiende que los cristianos defiendan la orientación de la oración hacia el Este con la explicación de que es la / (p. 7) dirección desde la cual vendrá Cristo. La Doctrina Apostolorum (o Canones Apostolorum) de origen sirio constata en el canon 1: “Los Apóstoles han determinado que debéis orar hacia el Este, porque como el relámpago, que brilla desde su inicio hasta su fin, así será la venida del Hijo del Hombre, para que de este modo (por la orientación de la oración hacia el Este) conozcamos y comprendamos que Él puede aparecer repentinamente desde el Oriente” (cf. Mt 24, 27). Dölger (en Sol Salutis) comenta que en conexión con la marcada esperanza en la venida de Cristo del cristianismo primitivo esta explicación da impresión de una gran antigüedad (no se sabe con seguridad la fecha de composición de este escrito sirio, pero aún así habría una distancia temporal considerable desde la segunda rebelión judía). Pero Dölger no está considerando la cuestión de la conexión entre la orientación de la oración y la esperanza mesiánica, que nos ha sido reconocible en el Judaísmo en el tiempo de la segunda rebelión judía. En oposición clara a la concepción judía se funda la concepción cristiana de que el Este sea la dirección de la oración y de la segunda venida de Cristo en el antiguo ordenamiento eclesial sirio (con carácter de ordenamiento jurídico), que puede fecharse en torno a la segunda rebelión judía. / (p. 8) Se debe desligar completamente la cuestión de la 1 Resumen del artículo: Erik PETERSON, Die Geschichtliche Bedeutung der jüdischen Gebetsrichtung, en: Id., Frühkirche, Judentum und Gnosis, Herder, Freiburg Br. 1959, 1-14 (originalmente publicado en: Theologische Zeitschrift 3 (1947) 1-15). Véase el artículo original para las referencias a autores citados o aludidos por Peterson en apoyo de sus afirmaciones. oración cristiana hacia el Este de la costumbre tan extendida entre las diversas religiones antiguas de orar hacia el Este y verlo como una cuestión específica de la controversia entre judíos y cristianos, considerando que es especialmente un problema de la iglesia siria, que se había visto llevada a esta cuestión concreta en relación a la costumbre judía. La representación en la sinagoga de Dura muestra la orientación de la oración hacia Jerusalén. En el judaísmo europeo posterior, en el cual se ora hacia el Este (se conocen algunos intentos de hacer más exacta esta orientación, volviendo la oración en Europa hacia el Sudeste, pero nunca fueron los judíos tan estrictos con respecto a la verdadera dirección de Jerusalén como lo son los musulmanes con la Meca), se usa una imagen de la Misrach para indicar la dirección de la oración, no sólo en el culto público de la sinagoga / (p. 9) sino también en las casas, para la oración privada. También cuando un judío viajaba debía mantener la Qibla. He tratado en otro artículo (La croce e la preghiera verso oriente) sobre cómo se marca en el Cristianismo la dirección de la oración, en público y en privado: con la cruz. Conocemos un caso en que un santo tras su conversión pinta una cruz en la pared oriental de su cubículo y se pone a orar de rodillas. En un relato sirio se cuenta que estando de viaje San Juan (el hijo del Zebedeo) toma una cruz que lleva al cuello y la pone en dirección al Este para orar ante ella. No se trata tanto de adorar la cruz como de orar en la dirección marcada por la verdadera Qibla. Se polemiza frente a esta costumbre en los apócrifos Hechos de los Apóstoles: uno debe rezar ante la cruz invisible en vez de la visible de madera. En las Acta Pauli se dice que durante la oración mística, en la pared oriental / (p. 10) ante la que uno reza, aparece una cruz luminosa y después Jesús. Uno puede suponer que el ordenamiento eclesial (sobre la orientación de la oración y la colocación de la cruz para marcarla) topó con resistencia por parte de círculos místicos en Siria. En las sectas orientales se polemiza contra la adoración a la cruz (en paralelo con la orientación de la oración hacia el Este), como más tarde se haría contra los iconos en la iglesia bizantina. Los dos temas de la dirección de la oración y la cruz se tratan conjuntamente ya en Tertuliano y esto se mantiene en autores posteriores. La conexión consiste, como probablemente aparecía en las Acta Pauli, en que la cruz precede a Cristo: se trata de la cruz escatológica, signo del Hijo del Hombre en su segunda venida (cf. Mt 24, 30). Esto es especialmente amenazante para los judíos (surge precisamente en controversia con ellos), según la cita de Zacarías en Ap 1, 7. La cruz que aparece representada en el ábside de las basílicas cristianas antiguas es más signo de triunfo que de dolor, / (p. 11) pues está ahí para marcar la dirección de la oración hacia el Este, y asume un sentido escatológico (de la misma forma que en la sinagoga de Dura se representa el Templo y su sacrificio para marcar la dirección de Jerusalén). Que se represente una cruz en lugar de la figura de Cristo que vuelve para el Juicio puede suponerse que proviene del rechazo de los sirios por las representaciones antropomórficas. Su misión era sustituir en las iglesias y estancias cristianas las marcas que colocaban los judíos en sus estancias para la dirección de su oración (Qibla)2. El nicho con los rollos de la Torá (en Dura) presenta analogías con los nichos que albergaban imágenes de dioses en el culto pagano. La cruz que marca la dirección de la oración cristiana aparece sin embargo en lo abovedado del ábside, como indicando el Este, pero hacia la bóveda del cielo, / (p. 12) muchas veces como cruz escatológica sobre un fondo que representa el cielo. Se ha transcendido la dirección judía de la oración a Jerusalén por una dirección hacia el Este, pero también hacia arriba (cf. E. Peterson, El libro de los ángeles), lo cual muestra cuán importante ha sido para la liturgia y el arte cristiano la antigua controversia con el Judaísmo respecto a esta cuestión. Se sabe que Mahoma observó durante un tiempo la costumbre judía de orar hacia Jerusalén, después estableció la orientación hacia la Meca. / (p. 13) El Islam usa también un nicho para marcar la dirección de la oración en las mezquitas (probablemente por influencia del Judaísmo). / (p. 14) La orientación de la oración judía hacia Jerusalén ha jugado por tanto un papel importante en cuanto al desarrollo de las religiones y del arte. Tanto la religión cristiana como la musulmana se han visto influenciadas por ella, negativa y positivamente. Pero frente a la orientación judía de la oración destaca el carácter específicamente escatológico de la religión cristiana en la liturgia y el arte. Nota 67 al final (añadida en la versión de 1959 de FJG): Como se sabe en el culto judío el canto del trisagio por parte de los ángeles se ve complementado por un coro de ángeles que responde “alabada sea la gloria de Yahvé desde su lugar” (Ez 3, 12). He indicado en El libro de los ángeles (2ª edición alemana de 1955, p. 79) que la relación de Ez 3, 12 con Is 6 también se encuentra en el Ps.-Dionys. Cael. Hier. VII. Ez 3, 12 se refiere al canto de los querubines e Is 6 al de los serafines. Const. Ap. presenta también esta respuesta de Ez 3, 12, aunque sabemos que no ha influido para orientar la oración cristiana hacia Jerusalén. No parece indicar que haya habido una influencia litúrgica entre Trisagio y Qedusha sino sólo un contexto común de la interpretación de las Escrituras por parte de judíos y cristianos. 2 En ocasiones se menciona (en escritos que polemizan contra el Cristianismo, procedentes del Mandeísmo o el Judaísmo) el uso de un ladrillo o teja por parte de los cristianos como Qibla, quizás en relación con Hab 2, 11 (cf. p. 13).