VULNERABILITY ISSUES PAPER (Integración resultados análisis estadísticos 2000, 2001 y taller de zonificación). Primer borrador, 28/03/01 I. Inseguridad Alimentara y Vulnerabilidad por zonas homogéneas y grupos socioeconómicos 1.1. Zonas y grupos de inseguridad alimentaria Bolivia se divide en tres grandes zonas ecológicas: Altiplano, Valles y Llanos (Ver mapa, anexo 5.1). En términos de seguridad alimentaria, los resultados de dos análisis estadísticos metodológicamente distintos, realizados por el VAM (2000) y el SAF(2001) respectivamente, sobre la base de información secundaria, coinciden en señalar al altiplano y valles como dos zonas de una relativa mayor vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, confirmando la tendencia identificada por varios estudiosos de la inseguridad alimentaria y la pobreza (Ver LRVAM 2000). Es de esta manera que los análisis estadísticos antes mencionados, sobre la base de información (Ver anexo 5.2.) correspondiente al acceso, la utilización, proxis de disponibilidad y riesgo identifican un total de 164 municipios vulnerables concentrados en su mayoría en la zona andina de los Departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba. A su vez, la zona Oriental es catalogada como de menor vulnerabilidad que se explica en términos generales por un ingreso per cápita promedio superior a la media nacional que incide en una mayor capacidad de acceso a la alimentación y un mayor acceso a servicios básicos. De los 164 municipios vulnerables, 37 son catalogados como de vulnerabilidad alta y 127 como de vulnerabilidad extrema. Éstos últimos se concentran fundamentalmente en los departamentos de La Paz, Chuquisaca, Oruro, Potosí y parte de Cochabamba. Abarcan aproximadamente al 20% de la población total del país y se caracterizan por ser poco urbanizados y con densidades poblacionales mucho menores a los promedios nacionales. En términos generales, se ha identificado que estos 127 municipios tienen un problema importante de acceso a la alimentación ya que el ingreso per cápita (802.99$US y menos) es mucho más bajo que el promedio nacional (2154.88$US), lo que se refleja por un lado en una mayor incidencia de pobreza (más de 94%) en los 127 municipios mencionados y una concentración relativa mayor de pobres indigentes y marginales (es decir de los que no logran cubrir una canasta de alimentos básica). Otros indicadores que reflejan esta situación es la mayor proporción de hogares con NBI (superiro a 31%); un índice de desarrollo humano inferior a 0.33 y un IDG aún inferior, cuando el IDH a nivel nacional es de 0.42. A su vez, el componente de utilización de la alimentación, reflejada entre otros, en indicadores de acceso a servicios básicos de agua, saneamiento, educación, salud, energía, son realmente bajos respecto al promedio nacional. Un indicador muy significativo de esta situación es por ejemplo la escolaridad que en promedio para los municipios más vulnerables es de menos de 1 año. Lo propio sucede con la atención en centros formales de salud que es muchísimo más baja que para los promedios nacionales. Es decir que alrededor del 40% de la población de estos municipios no accede a servicios formales de salud. Otros indicadores que de alguna manera reflejan las condiciones de higiene en la que viven los hogares es el hacinamiento, es decir el número de personas por cuarto. Alrededor del 90% de los hogares de estos 127 municipios viven en condiciones de hacinamiento. En cuanto a los grupos socioeconómicos más vulnerables, podemos citar tres grandes grupos. El primero, lo conforman los pequeños productores. En este gran grupo incluímos a los productores agropecuarios que poseen menos de 5 has con una producción en general de subsistencia y estrategias de vida de diversificación de ingresos para tratar de reducir la inestabilidad de los mismos y hacer frente a situaciones crónicas de déficit alimentario. En este grupo también incluímos a los mineros, cooperativistas que trabajan a cuenta propia, con altos grados de riesgo debido a sus propias condiciones de trabajo y las bajas esperanzas de vida que los caracteriza. Los dos grupos antes citados, se concentran básicamente en el altiplano y valles y en su mayoría son indígenas quechuas y aymaras. 1 Un segundo grupo, lo constituyen las mujeres y niños y particularmente los hogares conducidos por una mujer sola, correspondientes a todos los grupos antes mencionados. Por una parte, en respuesta a las estrategias de subsistencia del grupo de productores agropecuarios, la migración se está constituyendo en la fuente principal de ingresos, lo que significa que sobre la mujer y niños recaen no sólo las tareas domésticas sino las productivas, comerciales y otras, durante periodos prolongados de tiempo al año o durante incluso años completos. En el caso de los mineros cooperativistas, una estrategia de los hogares es la incorporación masiva de las mujeres y niños en el trabajo minero, en condiciones extremas y además recibiendo salarios correspondientes al 50% de lo que ganan los hombres. Además de las estrategias de los hogares que en términos generales está repercutiendo sobre las mujeres y los niños, en todos los grupos socioeconómicos mencionados anteriormente se denota que el consumo alimentario para las mujeres y niños es en términos generales menor a la de los hombres y jefes de familia en general. Lo propio sucede con eventos que obligan a un reducción alimentaria, los primeros en reducir el consumo son las mujeres y niños. 1.2. Descripción de otras zonas y otros grupos significativos. De manera cada vez más evidente se denota una cierta concentración de problemas de inseguridad alimentaria, básicamente referidos al acceso y utilización de la alimentación, en las zonas urbano marginales. Según el estudio estadístico realizado (SAF, 2001), a pesar de existir una relación inversa entre urbanización y pobreza/vulnerabilidad, en términos absolutos el 26% (1.688.552 personas) de la población nacional que vive en las zonas peri-urbanas tienen necesidades básicas insatisfechas. Según información adicional (ver LR 2001; memorias del taller), la población urbano marginal estaría, muchas veces en condiciones de mayor vulnerabilidad que la población rural por que depende de una fuente de ingresos menos diversa que los productores agropecuarios. Estos resultados estarían demandando una investigación mayor en las zonas periurbanas, especialmente de las grandes ciudades del país. En la zona oriental, a pesar de ser una zona catalogada como de menor vulnerbilidad relativa, se han identificado, grupos poblacionales sumamente vulnerables como los asalariados en la producción agrícola, caracterizados como trabajadores cautivos. Se menciona incluso condiciones de trabajo de esclavitud para estos trabajadores sin tierra. Otro grupo vulnerable mencionado son los colonizadores. Según algunos autores (Ver, LR, 2001), el problema fundamental de este grupo poblacional tiene como causa , la falta de estudios previos a su asentamiento sobre las posibilidades productivas de las zonas que les han sido reservadas para la colonización, sobre las posibilidades reales de evacuación de su producción y finalmente la falta de apoyo técnico sobre las formas de producción en zonas desconocidas hasta entonces por ellos. De esta manera, este grupo de población se encontraría, en términos económicos como sociales, aislados y marginados. Finalmente, se menciona también como un grupo vulnerable a los pueblos indígenas, muchos de ellos viviendo de la caza y recolección frente a empresas de deforestación que estarían influyendo negativamente en el equilibrio ecológicos de sus territorios. 1.3. Principales problemas de inseguridad alimentaria por zona. La diferencia entre los 37 municipios de vulnerabilidad alta y los 127 de vulnerabilidad extrema responde a un problema de magnitud e intensidad de los indicadores que permitieron definir la vulnerabilidad (ver anexo 5.3) . Sin embargo, es preciso anotar que los municipios vulnerables se extienden a lo largo de una superficie grande y con grandes heterogeneidades tanto en términos ecológicos, geográficos como culturales por lo que es importante destacar algunas características relevadas en el taller de zonificación (Ver anexo 5.4 y anexo 5.5). Las zonas del Altiplano central Oruro y Potosí, Altiplano Sud y Valles interandinos tienen problemas de Inseguridad Alimentaria que responden tanto a limitaciones de disponibilidad, acceso, utilización y riesgos mientras que el Altiplano norte, Yungas, valle bajo central y mesotérmico, tienen problemas fundamentalmente de acceso, utilización y riesgos. Así, en el Altiplano Central Oruro, Altiplano sud, Altiplano Central Potosí, la producción de alimentos es sumamente limitada. En la primera, la producción es básicamente pecuaria, en territorios comunales, a diferencia de la producción agrícola que se la realiza en pequeñas 2 superficies individuales. Los mercados y ferias son escasas (Challapata) y el desarrollo vial no facilita la evacuación de la producción interna así como la internación de productos alimentarios a lo largo del año. El altiplano sud, a su vez, es una zona desértica con una producción agrícola y pecuaria de infrasubsistencia y con dificultades muy importantes de accesibilidad física por el bajo desarrollo vial y del mercado en general. Por lo tanto esta zona, aunque muy poco densamente poblada, tiene problemas sustanciales de disponibilidad de alimentos. El Altiplano central Potosí, zona minera por excelencia, no produce alimentos, sin embargo, el desarrollo vial permite la internación de productos a lo largo del año. La zona de los valles interandinos, a su vez, produce para el autoconsumo y la internación de productos a la zona es realmente compleja debido al deficiente desarrollo del mercado y de las vías terrestres. A los problemas mencionados, todas las zonas descritas tienen dificultades importantes de acceso económico a los alimentos. Por una parte, la producción es de subsistencia o infrasubistencia. Se trata de productores con parcelas en general de menos de 5 has, en zonas con altos grados de desertificación, dificultades de acceso al crédito y a servicios de apoyo a la producción. Por otra parte, los ingresos monetarios, provenientes básicamente de la migración, para el caso de los productores agropecuarios del altiplano sud, central Oruro y valles interandinos, y de los provenientes de la actividad minera (zona central Potosí) son sumamente bajos lo que se traduce en una concentración relativa de pobres indigentes y marginales en las zonas mencionadas. Adicionalmente, en todas las zonas mencionadas, los riesgos de sequía y helada son elevadas y el acceso a los servicios básicos de salud, educación y saneamiento son escasos. En conjunto, los aspectos señalados se traducen en la prevalencia de enfermedades relacionadas a la desnutrición. A su vez, el altiplano norte, Yungas, valle bajo Central y valle mesotérmico, tienen en general una mejor disponibilidad, dada tanto por la producción de alimentos como por estar mejor integradas al mercado y contar con un desarrollo vial relativamente mayor. Los problemas en estas zonas lo constituyen fundamentalmente la capacidad de la población para acceder a los alimentos debido a que son zonas dónde la producción es limitada a pequeñas parcelas (minifundio), sometida a eventos climáticos recurrentes (sequía) y con bajo acceso a servicios de apoyo a la producción. Al igual que las zonas correspondientes a la primera categoría, los ingresos monetarios son bajos, lo que limita la posibilidad de complementar la producción con otros productos provenientes del mercado. Así mismo, estas zonas se caracterizan por problemas de utilización de alimentos importantes, cuyas causas son básicamente el poco acceso a servicios básicos (agua, educación, saneamiento, salud). Finalmente, la zona oriental, que comprende los Yungas, la Amazonía, la Chiquitanía, el Chaco y el Norte Integrado, tienen todas una mayor disponibilidad relativa de alimentos que proviene tanto de la producción interna como de la internación de productos provenientes del exterior y de otras zonas del país. Sin embargo, todas estas zonas, a excepción del Norte Integrado, tienen problemas de disponibilidad temporal que se explica por la inaccesibilidad en épocas de lluvia. Aunque los ingresos promedio son mayores en estas zonas, cabe mencionar la existencia de importantes bolsones de pobreza constituidos por los pueblos indígenas, los campesinos sin tierra y los colonizadores. Una característica particular de estos grupos de población son la incapacidad de acceder económicamente a una alimentación adecuada y los riesgos de enfermedades a los que están sometidos, lo que tiene un impacto en la asimilación de la alimentación. II. Descripción de los principales factores de la seguridad/inseguridad alimentaria de los hogares, por zona. 2.1. Disponibilidad alimentaria En términos de disponibilidad alimentaria, existen diferencias entre las ecoregiones dónde se concentran los 164 municipios vulnerables identificados por el análisis estadístico. En términos generales, en los valles los problemas de disponibilidad alimentaria son relativamente menores que en el altiplano aunque con algunas características que los diferencias como otras que los asemejan. En los valles en primera instancia existe una cierta diversificación en los alimentos disponibles que provienen tanto de la producción de la zona como del mercado. En los Valles 3 se producen tanto cereales (maiz, trigo, cebada) como tubérculos (papa) y hortalizas a diferencia del Altiplano dónde la producción es mucho menos diversificada y centrada básicamente en los tubérculos, algunos cereales (quinua) y producción de hortalizas destinadas al autoconsumo en ciertas épocas del año. De la misma manera, los Valles están en términos generales más articulados al mercado y por lo tanto cuentan con una mayor disponibilidad de alimentos provenientes de otras zonas del país. Algunas de las características que las asemejan son el minifundio y surcufundio y la utilización de tecnología tradicional. A pesar de estos rasgos generales que caracterizan a las dos grandes regiones ecológicas, existen diferencias al interior de ellas. Así, en la región de los Valles, podemos citar almenos tres zonas distintas en términos de seguridad alimentaria. El valle interandino (ver mapa) es la zona que mayores dificultades tiene en términos de disponibilidad alimentaria debido a los insumos relativos a la producción. Nos referimos a un importante proceso de erosión de los suelos y a la poca superficie bajo riego frente a un recurso agua muy limitado que caracteriza a la zona y que se traduce en rendimientos decrecientes. No es la situación de la zona valle bajo central ni del valle mesotérmico dónde básicamente no existen problemas de disponibilidad alimentaria que proviene de una producción relativamente diversificada y la internación de otros productos provenientes del resto del país (como por ej. De la zona oriental para el caso del valle bajo central). En ambas zonas, los suelos son más fértiles debido a una capa arable más profunda y mayor acceso general a superficies bajo riego. Su vinculación al mercado es mayor tanto por las condiciones generales relativas a la producción, por la existencia de mercados internos así como por un acceso vial relativamente desarrollado, lo que permite no sólo la internación de productos alimenticios sino también su venta al interior de las zonas y a otras zonas del país. Al igual que para el caso de los Valles, el Altiplano también demuestra diferencias internas. La gran región del Altiplano se puede dividir en por lo menos 4 subzonas que se asemejan mucho a lo que es la división por zonas agroecológicas (Ver mapa). En términos de disponibilidad de alimentos, el altiplano sur y el altiplano central Oruro y Potosí, son zonas en las que la producción de alimentos es bastante limitada. Por una parte, la zona del altiplano central que abarca el departamento de Potosí, se caracteriza por ser una zona fundamentalmente minera complementada por un área de producción agrícola pero orientada básicamente al autoconsumo y venta temporal de productos agrícolas hacia la zona minera. Es decir que la disponibilidad alimentaria proviene básicamente de otras zonas del país a través del mercado. Lo propio sucede con la zona del altiplano central-Oruro, que se caracteriza por ser una zona básicamente productora de camélidos y ovinos y dónde la producción agrícola es muy limitada, orientada al autoconsumo de subsistencia, debido en gran medida a los elevados grados de desertificación por la erosión eólica que caracteriza a la zona. Es decir que la disponibilidad alimentaria proviene en parte de la producción y del mercado. Esta última es sin embargo reducida por problemas de inaccesibilidad empeorada en la época de lluvias y por la escasez de ferias y mercados establecidos y continuos (se menciona la existencia de una feria importante- Challapata). A su vez, el altiplano sur es básicamente una zona desértica (en ella se encuentra el salar de uyuni) de muy baja densidad demográfica y con muy pocos centros poblados y dónde la disponibilidad vía producción interna es casi nula con canales de comercialización casi inexistentes por lo que la disponibilidad de alimentos provenientes del mercado es también muy deficiente. Existen en esta zona muy pocas ferias y mercados. Aparentemente el único centro importante de comercio es el de Uyuni. Sin embargo, en esta subzona, existe un núcleo de productores de quinua casi empresariales (Salinas de Garcimendoza) que abarcan una muy pequeña superficie de la zona y dónde aparentemente los problemas de disponibilidad (vía producción y vía mercado) son reducidos. En cuanto a la subzona correspondiente al altiplano norte, la disponibilidad de alimentos no es realmente un problema a pesar de existir limitaciones como el tamaño promedio de las parcelas, que como en la mayor parte del altiplano es de menos de 5 has. En la zona se producen cereales, tubérculos y hortalizas, pero los alimentos provienen en mayor medida de 4 otras zonas del país gracias a vías de acceso permanentes y relativamente desarrolladas, que resulta en una diversificación de alimentos disponibles. lo La gran ecoregión del Oriente se puede dividir, en términos de seguridad alimentaria en 5 zonas, la Amazonía, la Chiquitanía, el Norte Integrado, el Chaco y finalmente los Yungas. Una característica general de toda la zona oriental y que la diferencia de la zona andina es la tenencia de la tierra. En general el oriente se caracteriza por ser una zona de latifundios y de una gran concentración de extensiones enormes de tierras en muy pocas manos. Otro rasgo común a la zona oriental, salvo para la zona del norte integrado, es que existen problemas de disponibilidad alimentaria temporal debido a carencias en la accesibilidad a las diferentes zonas en las épocas de lluvias. A pesar de este rasgo común, cada una de las subzonas tiene características particulares. La Amazonía se caracteriza por ser una zona productora básicamente de madera, castaña, y goma en la que la deforestación y la extracción de recursos naturales sin una perspectiva de largo plazo es un problema fundamental. La zona exporta castaña, maderas preciosas y compra alimentos (azucar, arroz, aceite, alimentos elaborados del Brasil) que, como dijimos, no están disponibles todo el año por el difícil acceso en ciertas épocas al año. La producción de alimentos es muy limitada debido a las características del suelo dando lugar a un balance que nos permite calificar a la zona como importadora de alimentos. Otra gran zona del oriente lo constituye la Chiquitanía que se caracteriza por ser una zona ganadera, maderera y dónde existen recursos mineros también importantes. Al igual que la zona amazónica, es importadora de alimentos con problemas de accesibilidad importantes que influyen en una escasez de disponibilidad en las épocas de lluvias. Es lo que sucede también en la zona del Chaco, zona gandera orientada a la producción para la exportación, dónde la disponibilidad alimentaria es estacional con problemas adicionales que responden a la calidad y pérdida de fertilidad de los suelos, a la degradación y la falta de agua casi permanente. No es el caso del norte integrado dónde la disponibilidad alimentaria es buena y permanente, proveniente de la producción interna y de la importación. Es una zona agropecuaria y agroindustrial (mecanizada) orientada a la exportación con caminos troncales y vecinales que permiten una accesibilidad permanente. Los Yungas, al igual que las otras zonas orientales se caracteriza por tener suelos frágiles. A pesar de ello la producción es diversificada (gas, granos, ganado) con una importante capacidad instalada para la industria y articulada al mercado. 2.2. Acceso a la alimentación La zona del Altiplano norte, tiene claramente dos tipos de poblaciones, la rural y la concentrada en las zonas urbanas, con características distintas (ver más adelante). A pesar de que la producción es básicamente de autoconsumo y que los ingresos son relativamente bajos, una característica de los pequeños productores es la gran diversificación de sus ingresos que permite tener un acceso relativamente adecuado a una alimentación diversa. Así, los hogares producen cereales, hortalizas y tubérculos destinados en su mayor parte al autoconsumo pero con posibilidades importantes de vender excedentes en todas las ferias y mercados existentes (Caracollo, Huachaca, Patacamaya, Achacachi, Batallas, entre otros). Adicionalmente, la migración y el comercio son fuentes importantes de ingresos por la cercanía a importantes centros urbanos. Sin embargo ello significa que la mayor parte de la carga de trabajo doméstico, productivo y muchas veces de comercio recae en manos de las mujeres. La población concentrada en las zonas periurbanas del altiplano norte, al igual que la población rural tiene bajos ingresos pero se diferencian en que no son tan diversificados, dependiendo muchas veces de una sola fuente que es el empleo en el sector informal dónde existe una gran concentración de población en extrema pobreza (LR, 2001). En el resto de las zonas altiplánicas (Central Oruro, Central Potosí y Altiplano Sud), el acceso a la alimentación, sea a través de la producción o a través del ingreso que generan es precario. En todas ellas, parte de la alimentación proviene de la producción de subsistencia aunque 5 mucho menos diversificada en la zona del altiplano sud. En cuanto al acceso a la alimentación adquirida vía el mercado, nos referimos a productos transformados, el acceso es relativamente mayor en la zona central de Oruro y Potosí. En la primera, son los ingresos generados en la actividad pecuaria que se destinan a la adquisición de los alimentos, que aunque bajos permiten una alimentación centrada básicamente en carbohidratos. En la zona central de Potosí, son los ingresos generados en la minería los que permiten acceder a los alimentos complementarios a los producidos en la zona, que aunque también bajos, complementan la dieta alimentaria. La zona del altiplano sud es definitivamente la que mayores problemas tiene para acceder a la alimentación ya que la producción agrícola es realmente limitada y no existen fuentes de ingresos complementarios para que los hogares puedan adquirir alimentos adicionales. Refiriéndonos a los Valles, el acceso a la alimentación es precaria para el valle interandino y no lo es tanto para el valle mesotérmico y bajo central. Los problemas de acceso a la alimentación en el valle interandino provienen básicamente de una producción agrícola en extensiones de tierra muy pequeñas (entre 1.7 y 2.5 has) y de ingresos provenientes de la migración (que constituyen hasta 75% de los ingresos) relativamente bajos. A ello se añaden dificultades de acceso a los mercados. En el valle mesotérmico y bajo central, el acceso es menos deficiente en la medida en que la producción de alimentos de los hogares es mayor y más diversificada; que los ingresos son también relativamente más elevados (provenientes tanto de la producción pecuaria, de la chicha como del comercio); y finalmente por su mayor integración a los mercados y al comercio en general. En la zona de los llanos y aunque con algunas características particulares entre las subzonas que la componen, en términos generales se puede deducir que existen dos extremos muy marcados. Poblaciones que no tienen ningún problema de acceso a la alimentación adquirida vía mercados por sus elevados niveles de ingreso y por otro lado poblaciones cautivas que no tienen tierras y trabajan como peones en las diferentes actividades (madera, castaña, pecuaria, etc.) a cambio de jornales muy bajos que no les permite acceder a la alimentación requerida e indígenas que viven básicamente de la recolección. En la zona amazónica se habla incluso de condiciones de esclavitud para esta población cautiva. 2.3. Utilización En el altiplano existen grados de desnutrición visibles en el Altiplano Sud, Central Oruro, y Central-Potosí. Coherentemente, se presentan en estas zonas grados elevados de mortalidad infantil, enfermedades diarréicas y respiratorias (principales causas de mortalidad infantil), además de enfermedades dermatológicas (zona sud), prevalencia de bosio y cretinismo por falta de yodo (central Potosí). Causas de estos resultados, poco alentadores, se mencionan básicamente una alimentación muy poco diversificada a veces incluso monoalimentaria (papa, chuño, sebo y sal) rica en calorías y proteínas pero muy deficiente en vitaminas y nutrientes (basada en tubérculos, pocos cereales y temporalmente hortalizas). Otra causa relativamente común es la deficiente infraestructura en servicios básicos y la poca capacidad de acceder a ellos, tanto en términos de acceso físico, económico como de calidad de atención. En todas estas zonas, a diferencia de la zona norte, el acceso a servicios de salud se restringe a puestos de salud distantes. Lo propio sucede en servicios de educación, lo que incide de manera determinante en la desnutrición y finalmente se agudiza el acceso a servicios de agua en la zona sud del altiplano. En lo que concierne a utilización en los Valles, una característica común es una relativa concentración del consumo en alimentos ricos en carbohidratos aunque con una diversificación relativamente mayor a la del altiplano. La zona de valles interandino es la que presenta mayores problemas de consumo alimentario, que puede ser diversificado sólo en ciertas épocas del año mientras que el Valle mesotérmico y el Valle Bajo Central logran en general durante el año agrícola una diversificación mayor (hortalizas, cereales, tubérculos, frutales, etc.). A su vez, en la zona Oriental también existen patrones relativamente comunes en cuanto a la utilización. En primer lugar es preciso observar, comparativamente, un consumo más diversificado (yuca, arroz, plátano, pescado) en esta región respecto a las otras dos aunque el 6 acceso a alimentos transformados que complementan la dieta alimentaria, como hemos ya señalado, es escasa durante la época de lluvias. Los principales problemas en el componente de utilización es la prevalencia de enfermedades gastrointestinales, malaria, lesmaniasis, parásitos, tifoidea, con altos índices de infestación microbiológica y parasitaria que en términos generales estaría ligada a problemas de alta contaminación del agua y de los alimentos. A ello se añade un problema de una elaboración muy simple de las comidas y una distribución inequitativa (preferencial al jefe de familia y los hombres) al interior de los hogares. III. Estrategias de los Hogares para manejar la inseguridad alimentaria. 3.1. Riesgos En cuanto a los riesgos, éstos son más o menos los mismos por grandes zonas ecológicas. Así en el Altiplano, los riesgos más mencionados son la sequía, la helada y la granizada, el déficit hídrico en los valles y la inundación en todas las zonas del oriente salvo en el Chaco dónde el gran riesgo es la sequía. Respecto a otro tipo de riesgos más específicos a las zonas, se mencionan los precios y la pérdida de diversidad biológica para los llanos, los cultivos ilegales en los Yungas y la morosidad financiera para el norte integrado. En los valles sólo se menciona la variación de precios de la alimentación. En el altiplano además de los riesgos climáticos antes señalados, se menciona el riesgo de la baja de precios de los minerales, las condiciones de trabajo de absoluta inseguridad de los mineros y los conflictos étnico-sociales para la zona central-Potosí, las plagas y enfermedades que atacan al ganado en la zona central Oruro, la baja de precios del bórax, litio, sodio y la baja del turismo en el altiplano sud. 3.2. Capacidad de respuesta En la zona altiplánica, en general, la respuesta ante eventos que afectan la seguridad alimentaria de la población se traduce en un incremento de la migración, en una baja en el consumo alimentario y en una mayor organización social. Sin embargo es importante hacer la diferencia entre la migración que se incrementa en respuesta a un evento determinado y la migración que es parte ya de una estrategia de largo plazo de adaptación a una situación de vida. Lo propio sucede con la baja en el consumo alimentario, ésta es baja en determinadas épocas del año como parte de una estrategia de vida, pero baja aún más en respuesta a un evento específico. Otra respuesta en el altiplano es la organización social movilizada antes eventos fundamentalmente climatológicos y la mayor incorporación de la mujere y los niños al mercado de trabajo (zona central Potosí). En la zona de los Llanos, la capacidad de respuesta es relativamente baja en la medida en que la baja densidad poblacional, la dispersión y el poderío de los hacendados dificulta la organización social de la población en general. En la zona de los valles, por lo menos en los Yungas, la respuesta ante un evento específico, al igual que en el altiplano, parece ser un incremento de la migración. 3.3. Grupos Socioeconómicos y vulnerabilidad. Existen básicamente seis grupos poblacionales vulnerables, los pequeños productores agropecuarios que poseen menos de 5 has, los colonizadores, los sin tierra que trabajan por un salario en el sector agrícola, los pueblos indígenas, los mineros cooperativistas, los hogares que viven en condiciones de infrasubsistencia localizados en las periferias urbanas y las mujeres y niños incorporados en todos los grupos antes mencionados. Los pequeños productores agropecuarios que tienen menos de 5 has de tierra en general se caracterizan por un consumo alimentario muy pobre en micronutrientes y rico en carbohidratos. La mayor parte de ellos consume lo que produce pero sus niveles de producción no cubre sus 7 necesidades alimentarias por lo que deben complementarla adquiriendo alimentos del mercado a través de ingresos monetarios originados en diversos sectores. En el Altiplano norte el ingreso para la adquisición de alimentos del mercado provienen de la migración y de la venta de ganado; en el altiplano sud de la migración y la venta de fibra de llama; en el altiplano central de la migración. Para toda esta población, sus bienes principales son la tierra, ganado y fuerza de trabajo. Los riesgos fundamentales están relacionados con sus principales fuentes de ingreso. Es decir, el mayor riesgo para los productores agrícolas son la sequía y helada y para los productores pecuarios de la zona del Altiplano Central Oruro son las enfermedades que atacan a los animales. La respuesta a situaciones adversas es incrementar el tiempo y los miembros de hogar que migran, el empleo temporal, la baja del consumo alimentario y finalmente la venta de stocks pecuarios sobre todo para las zonas pecuarias. En todos los grupos mencionados y en todas las zonas la migración y la baja de consumo alimentario afectan particularmente a las mujeres y niños. Por una parte cuando aumenta el periódo de migración, todo el trabajo doméstico y productivo recae sobre las mujeres y niños. En segundo lugar, la baja en el consumo alimentario se establece en mayor medida para las mujeres. Esto tiene un fuerte impacto sobre las mujeres embarazadas y en periódo de lactancia y obviamente sobre los niños. Los hogares que viven en condiciones de indigencia en las zonas periurbanas del altiplano (norte básicamente) tienen en general una o dos fuentes de ingreso de subempleo dónde se concentra gran proporción de la población indigente. El consumo alimentario proviene por lo tanto del mercado y el riesgo mayor es el de la pérdida de su empleo ante lo cual tienen como único mecanismo de respuesta la pedida de ayuda a las redes sociales por las cuales migraron del campo a la ciudad. Por su parte, los mineros cooperativistas concentrados en el altiplano central de Potosí tienen como fuente de consumo el mercado con ingresos cíclicos y muy bajos. Por lo tanto se trata de un consumo poco rico en nutrientes. Su bien principal es su fuerza de trabajo y los riesgos a los que están sometidos son las enfermedades respiratorios que inciden en esperanzas de vida sumamente bajas respecto a la media nacional y a los propios riesgos de las condiciones de su trabajo. Cuando existe un descenso importante en sus ingresos, las mujeres y niños son incorporados en mayor medida al mercado de trabajo. IV. Implicaciones para el Participatory Vulnerability Profile. 4.1. Objetivos: En la medida en que el análisis estadístico, la revisión bibliográfica y el taller de zonificación nos han permitido caracterizar en términos generales las zonas y los grupos más vulnerables a la inseguridad alimentaria, el estudio de campo debiera permitirnos comprender mejor las causas de la vulnerabilidad y las diferentes estrategias que tienen los grupos para enfrentar la inseguridad alimentaria crónica y temporal. Creemos que la mejor comprensión de las causas y de las estrategias seguidas por los hogares permitirán identificar participativamente las mejores acciones destinadas a incrementar la seguridad alimentaria de los grupos de estas zonas. Los objetivos que debieran plantearse en esta próxima fase son por lo tanto: a. Comprender las causas de la vulnerabilidad de los diferentes grupos socioeconómicos b. Comprender las estrategias que sigue la población ante situaciones de inseguridad alimentaria. c. Identificar sectores de intervención para mejorar la seguridad alimentaria de los grupos más vulnerables d. Identificar el rol de la ayuda alimentaria en cada uno de los sectores de intervención identificados. 8 Grupo Zona Productores agropecuarios menos de 5 has, Mujeres y niños, hogares conducidos por mujeres. Altiplano Norte Asalariados niños cautivos, mujeres y Pueblos indígenas Colonizadores, mujeres y niños Hogares indigentes periurbanos, hogares conducidos por mujeres y niños Fuente de ingresos pecuario, comercio, migración, pesca Pecuaria y migración Altiplano Central Oruro Carbohidratos Altiplano Sud Carbohidratos Venta fibra llama Altiplano Central Potosí Calórico protéica. Migración Valles Cereales, tubérculos, ají, hortalizas y frutas. Producción de Autoconsumo Mercado Producción de subsistencia Mercado Producción de subsistencia Intercambio Mercado Producción de subsistencia, Mercado. Autoconsumo, trueque y donaciones. N.d. Mercado Bienes principales Tierra, fuerza de trabajo Riesgos Ganado Tierras comunita. Enfermedades animales Venta Stocks Ganado, Tierra Sequía, Helada, Enfermedades animales Heladas, Sequía, Conflictos étnico sociales Falta de agua. Migración minería no metálica y cosecha en Chile y Argentina. Migración, empleo temporal de N.d. Pérdida empleo N.d. N.d. Tierra, ganado (compl). N.d N.d. Norte Integrado N.d. Salario Mercado Fuerza trabajo de Pérdida empleo N.d. Chaco N.d. Salario Mercado Fuerza trabajo de Pérdida empleo N.d. Valles Productos procesados, cereales, tubérculos, carne, huevos en poca cantidad N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. Jornal migración Mano de Obra y ganado Sequía, precios. Migración. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. Autoconsumo, mercado donaciones N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. N.d. Jornales Mercado Mano de obra Falta de empleo Autoempleo Altiplano norte Productos procesados, cereales, tubérculos, carne y huevos en poca cantidad. N.d. Mercado Fuerza trabajo Pérdida de empleo Ayuda redes sociales. A. Central Pot. Calórica protécia Subempleo S. Informal Agricultura Minería Mercado Fuerza trabajo ERAS, cond. trabajo. + incorporación mujer y niños mdo de trabajo y y y Tierra, ganado y mano de obra. Climáticos, precios Mecanismos de respuesta. Estrategias Diversificación de ingresos Yungas Amazonía Amazonía Chiquitanía Chaco Amazonía Norte Integrado maní, Fuente de consumo Producción agrícola migración. N.d. Salario Valles Mineros cooperativistas (Muj. niños) Consumo alimentario Diversificado. N.d. Fuerza trabajo de mercado, 9 4.2. Diseño muestral. A través de la revisión de bibliografía sobre seguridad alimentaria (Ver LR, 2001), dos análisis metodológicamente distintos sobre la base de información secundaria (VAM, 2000), (SAF, 2001) y los resultados del taller de zonificación se plantean básicamente dos zonas de vulnerabilidad relativa mayor en el país: el altiplano y los valles. Por lo tanto, consideramos que el universo muestral lo constituyen los municipios más vulnrables que comprenden a estas dos grandes zonas ecológicas, divididas en sub-zonas según la zonificación lograda en el taller con expertos en seguridad alimentaria y que en grandes rasgos se acerca mucho a la división por zonas agroecológicas del país. En dependencia de lo que los recursos lo permiten sería importante contar con municipios relativamente representativos de cada una de estas zonas. Para ello, se recomienda considerar los siguientes indicadores cuantitativos y cualitativos para determinar los municipios de cada zona1: a. b. c. d. e. f. g. h. i. j. k. Población y densidad demográfica Tamaño promedio del hogar Porcentaje de hogares conducidos por mujeres Producción (cualitativa) Accesibilidad vial (cualitativa) Mercados y ferias (cualitativa) Proporción de pobres marginales e indigentes. Nivel de ingresos Prevalencia de diarreas Escolaridad Cobertura saneamiento básico Por otra parte, y en la medida en que los problemas de inseguridad alimentaria en las zonas periurbanas son cada vez más sobresalientes, debiera considerarse también segmentos de algunos municipios que nos permitan una mayor comprensión de la problemática de la inseguridad alimentaria para los hogares que viven en indigencia en dichas zonas. En función de la limitación de recursos se propone dejar para una próxima fase el análisis de los grupos vulnerables del Oriente. Una vez diseñada la muestra a nivel de municipios también sería importante lograr una cierta representatividad de los mismos a través de las comunidades en las que se realizará el estudio de campo. Desde esta perspectiva, se plantea que la selección de comunidades representativas se la realice a través de entrevistas con informantes clave a nivel municipal. De la misma manera, la selección de hogares a encuestarse deberá determinarse a través de un grupo focal con informantes clave de cada una de las comunidades. 4.3. Metodología Para el diseño muestral la metodología debe estar guiada por la selección paulatina de municipios, comunidades y hogares que sean representativos de la zona, del municipio y de los grupos socioeconómicos vulnerables respectivamente. Por lo tanto un principio metodológico en la fase del diseño muestral debe ser siempre la de buscar la mejor representatividad cualitativa posible. Ello significa al mismo tiempo tratar de encontrar, en la medida de lo posible, en cada comunidad una cierta diversidad que representa al municipio/zona/grupos. O almenos buscar esta diversidad a través de la selección de las comunidades. Este aspecto nos parece importante en la medida en que muchas veces las comunidades en el Altiplano son muy homogéneas. 1 En realidad aquí no sé si es preciso utilizar estos indicadores o simplemente utilizar los grados de vulnrabilidad encontrados en el análisis estadístico que comprende ya una agregación de todos ellos. 10 En la medida en que se trata de identificar sectores de acción y el rol de la ayuda alimentaria en cada uno de esos sectores, creemos que el principio debe ser el de la participación, para asegurar que las líneas de acción que puedan resultar de este análisis estén de acuerdo a las prioridades de la población, considerando sus actuales estrategias de vida. Desde este punto de vista se propone que la identificación de las comunidades al interior de los municipios se lo realice a través de entrevistas a informantes clave, considerando los criterios siguientes: Identificación de comunidades al interior de los municipios seleccionados: a. Técnica: Grupo focal b. Objetivos: General: Identificar a las comunidades más representativas de la zona y del municipio. Específicos: c. Criterios a no olvidarse Comunidades representativas del municipio en términos de seguridad alimentaria de un tamaño medio. Comunidades en la que tengamos la mayor diversidad posible de grupos socioeconómicos vulnerables. En caso contrario, habrá que seleccionar comunidades que nos permitan en su conjunto contar con una cierta representatividad de los grupos socioeconómicos vulnerables. d. Material de apoyo: Cuadro de la caracterización de la zona en términos de seguridad alimentaria y de los grupos vulnerables de la zona. Listado de preguntas clave (guía de grupo focal). Identificación de los hogares al interior de las comunidades: a. Técnica: Grupo focal y mapa parlante. b. Objetivos Identificar características generales de la comunidad (Disponibilidad de alimentos y fuentes, riesgos más frecuentes, apoyo institucional recibido, capacidad organizativa, prioridades de intervención, etc.) y de los grupos más vulnerables (cuáles son, porqué y cuántos son?). c. Criterios Los hogares que se identificarán en esta etapa deben ser representativos de los grupos socioeconómicos más vulnerables y deben escogerse a los hogares en peor situación de los grupos a los que representarán. d. Material de apoyo Material para un mapa parlante Guía de grupo focal Diagramas. Fichas Identificación de los sectores de intervención a. Técnica: Encuesta dirigida a Jefes de familia (hombres y mujeres) Entrevista dirigida a mujeres y niños. b. Objetivos: Comprender las causas de la vulnerabilidad de los diferentes grupos socioeconómicos Comprender las estrategias que sigue la población ante situaciones de inseguridad alimentaria. Identificar sectores de intervención priorizados por los hogares. Identificar el rol de la ayuda alimentaria en los sectores de intervención priorizados por los hogares. c. Criterios a no olvidarse 11 Nos interesa la estructura de la producción, del gasto, del consumo y ello en años normales y en años de crisis. Pero más allá de los niveles, lo que nos interesa entender es porqué son vulnerables, qué hacen, porqué, en qué momentos y qué sectores serían los más eficientes para intervenir y cómo se podría intervenir con ayuda alimentaria. d. Material de apoyo Encuesta Quía de entrevista 12