REVELACIÓN MENSAJE 201601001 No olvidaré mi pacto Lectura Salmos 89: 28-34 “Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él. 29Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos. 30Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios, 31Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, 32Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades. 33Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. 34No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.” Aprender Salmos 89: 34 Desde la antigüedad vemos cómo Dios hace pacto con el hombre. El deseo de Dios es bendecir al hombre, mostrar su amor y su misericordia con todos los que guardan sus mandamientos. Dios nos muestra en su palabra que él confirma su pacto; que se acuerda de su pacto; que guarda y cumple su pacto; que nunca se olvida de su pacto; y nos enseña la firmeza de su pacto para con su pueblo. Su pacto es firme. Salmos 89: 28 “Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él.” El Señor confirma las palabras de su pacto. El mismo declara cuan firme es su palabra. El pacto de Dios es conservar su misericordia a los que le han dado su vida a él. Dios tiene un compromiso y un pacto con todo el que se convierte a Jesús. El pacto es de conservar su misericordia. Por su misericordia, él nos sana, por su misericordia, él nos oye; por su misericordia, él nos da lo que necesitamos; por su misericordia, él nos da protección; por su misericordia nos socorre, es nuestro pronto auxilio en la tribulación, en el momento difícil, en el momento de angustia; el tiene un pacto conmigo, él tiene un pacto contigo, de conservarte esas misericordias. Y su pacto es firme. Tiene validez, tiene cumplimiento. La bendición está con aquel con quien Dios hace pacto. Salmos 89: 29 “Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos.” El pacto de Dios contigo alcanza a tu descendencia. No solo tu eres bendecido, sino que tus hijos, los hijos de tus hijos, tu casa, tu familia, son beneficiados con el pacto de Dios contigo; ellos alcanzan misericordia por el compromiso que Dios hizo contigo. Dios es fiel y justo. Salmos 89: 30-32 “Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios, 31Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, 32Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.” Dios nunca dijo que pasaría por alto los pecados de nadie; la palabra dice que la paga del pecado es muerte; el pecado, la iniquidad, y el apartarse de Dios tiene sus consecuencias. Aunque él ha prometido bendecir a tu descendencia, Dios dice: que si tus hijos se apartan; si tus hijos no andan de acuerdo a su palabra, si ellos no tiene temor de Dios y hacen lo malo; si ellos son desobedientes y rebeldes a la voz de Dios, entonces él castigará con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades. En otras palabras, es posible que las cosas le salgan mal, que venga una situación terrible, una enfermedad, que venga el castigo de Dios, como consecuencia por el pecado y la iniquidad. Pero como él tiene un pacto contigo, de bendecir tu descendencia, pero como él hizo un compromiso contigo, que si crees en el Señor Jesucristo, serás salvo tu y tu casa; él los castiga, pero te ha dado promesas. El los azota con situaciones, pero concertó una palabra contigo. Él no quitará de ti su misericordia. La misericordia está con aquel con quien Dios hace pacto. Salmos 89: 33 “Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.” El no quitará su misericordia de ti, y a causa del pacto contigo, también tendrá misericordia de tus hijos, tendrá misericordia de tu familia, y tendrá misericordia de tu casa. No falseará su verdad. Su verdad es inquebrantable, y nunca dejará de cumplir la palabra que dio. No olvidaré mi pacto. Salmos 89: 34 “No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.” El mismo declara, que no se olvidará de su pacto contigo, él no se va a olvidar de la palabra que te dio. Su pacto es firme. El no cambiará su pacto, él no mudará la palabra que salió de sus labios. PACTO VISIÓN 20160929 Hay que hacer pacto delante de Dios 2 Crónicas 34: 29-33 “Entonces el rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 30Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. 31Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32 E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres.” 33Y quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.” Las palabras del libro del pacto. 2 Crónicas 34: 30 “Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.” Se reunieron desde el mayor hasta el más pequeño para leer y oír las palabras del pacto; no se reunieron para perder el tiempo, esta reunión era de suma importancia; se trataba del pacto de Dios con ellos. Las palabras del pacto son espíritu y son vida; y al igual que ellos se reunieron para leer y oír las palabras del pacto, nosotros también debemos leer y oír las palabras del pacto; también debemos reunirnos en las casas y en el templo para oír las palabras del pacto de Dios con nosotros. Algo sucede cuando se lee y se oye las palabras del pacto. 2 Crónicas 34: 31 “Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro.” Al leer y oír, ellos se conmovieron, creyeron, y reaccionaron a las palabras del pacto. ¿Cuál fue su reacción? Después de haber leído, y oído las palabras del pacto, el rey hizo pacto de caminar delante de Dios, de guardar sus mandamientos, con todo su corazón, y con toda su alma; el rey hizo pacto de obedecer, de poner en práctica, de poner por obra las palabras del pacto; el rey hizo pacto de apartarse del pecado y de todo lo malo; el rey hizo pacto de tener temor de Dios, y volverse a él de todo su corazón. Siempre que escuchemos o leamos las palabras del pacto, algo sucederá en nuestra vida; debemos reaccionar para ir en pos de Dios, obedecer y hacer su voluntad. Hagamos pacto con nuestro Dios, de caminar en pos de él con todo el corazón, poniendo por obra las palabras del pacto; poniendo por obra la palabra del Señor. 2 Crónicas 34: 32 “E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres.” El rey hizo reaccionar al pueblo; hizo que ellos atendieran a las palabras del pacto, y el pueblo hizo conforme al pacto de Dios. Cuando se conoce el pacto, se enseña a otros, y se exhorta, se motiva; y los que oyen harán conforme al pacto, conforme a la palabra de Dios. Cuando se conoce la palabra del pacto, se convierten de corazón. 2 Crónicas 34: 33 “Y quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.” Una manifestación de que ellos iban a caminar en pos de Dios, fue la de empezar a quitar la idolatría, quitar la abominación, quitar todo aquello que no glorifica a Dios, quitar el pecado, la maldad, y empezar a servir a Dios. El Señor tiene un pacto con nosotros; pero también nosotros tenemos el compromiso de hacer su voluntad, de obedecer su palabra, y de servirle a él con todo el corazón. Mientras que el rey Josías vivió, nunca se apartaron de Dios. Si queremos una vida en bendición, entonces conozcamos, leamos, y escuchemos las palabras del pacto de Dios para con nosotros y hagamos pacto delante de él, de vivir y de caminar de acuerdo a las palabras de su pacto, y que nunca nos apartaremos de en pos de él.