LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA Abordaje sucinto de tres etapas recientes y elementos para la definición de una estrategia -PRIMERA PARTE- ///Versión para discusión/// 1 “More often individuals acting separately to promote their own ends are too ignorant or too weak to attain even these. Experience does not show that individuals, when they make up a social unit, are always less clearsighted than when they act separately” John Maynard Keynes [1926], Page 287-8. 2 INTRODUCCIÓN El presente trabajo, en esta primera parte, aborda en forma sucinta la cuestión de las limitaciones del modelo ISI en Argentina, la discusión a que ello diera lugar a fines de los ‘60 con la finalidad de identificar y escoger la estrategia de industrialización que permitiría superarlas. Además, se observan los efectos generados sobre el proceso de industrialización durante los años 1976-83 y los ’90, las políticas macroeconómicas de carácter ortodoxo implantadas y que implicaron, de facto, la adopción de una estrategia de industrialización conducida, en varios aspectos, por el mercado. O, al menos, que estuvieron de acuerdo a una concepción afín a las postulaciones de corte liberal en cuanto al tratamiento de las relaciones comerciales y financieras con el exterior, del mercado de trabajo y del sector público. Por último, se examina el período 2003-2010, también a grandes rasgos y seleccionando algunos aspectos de la industrialización y el crecimiento. A ello se agrega una selección de enfoques teóricos vigentes acerca de la industrialización como elemento significativo de las políticas de desarrollo a aplicar en los PED. Debe remarcarse que el tratamiento de estas cuestiones enfocó sólo algunas de las variables consideradas por los estudios dedicados a la industrialización, en general y a la Argentina, en particular. Y que el trabajo complementa lo tratado en los Seminarios PIUBAD II y III en los meses de Junio y Julio de 2011. En la segunda y tercera partes de este trabajo, se incluirán otras variables importantes en el proceso de industrialización, no tratadas aquí o examinadas en forma muy acotada, y se discutirán las estrategias, someramente expuestas en la parte IV.2) de esta primera parte. Finalmente, se pretende tratar el tema de las ramas de actividad a considerar como factores importantes para continuar la industrialización argentina bajo condiciones de competitividad y las modalidades posibles para encarar la cuestión del fomento manufacturero. GLOSARIO ALC: América Latina y el Caribe ASS: África Subsahariana IBIF: Inversión Bruta Interna Fija IBI: Inversión Bruta Interna IED (FDI): Inversión Extranjera Directa (Foreign Direct Investment) ISI: Industrialización por Sustitución de Importaciones IPRs: Intellectual property Rights (Derechos de propiedad intelectual) MERCOSUR: Mercado Común del Sur MNC: Macroeconomía Nuevo Clásica NIEs: New Industrialized Economies (Economías de industrialización reciente) OECD: Organización para la cooperación y el desarrollo económico OMC (WTO): Organización Mundial del Comercio GATT: General Agreement on Taxes and Tariffs PBIpm: Producto Bruto Interno a precios de mercado 3 PED: Países en desarrollo RNMF : Regla de la Nación más Favorecida I&D (R&D): Investigación y Desarrollo TRIMS: Trade-Related Investment Measures Agreement TRIPS: Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights Agreement VABM: Valor Agregado Bruto Manufacturero UNCTAD: United Nations Commission on Trade and Development 4 INDICE I. Premisas centrales II. La industrialización y el Desarrollo Económico III. Rememoración sucinta de tres etapas recientes en materia de industrialización en Argentina A) Las limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en Argentina B)La industrialización en los períodos 1976-83 y 1989-2001: Su base teórica y sus resultados C) La recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias. IV. Elementos para la selección de una estrategia de industrialización y deducciones preliminares. 1) La Industrialización en el Proceso de Desarrollo Económico 2) Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización 2.1 La visión teórica de raíz estructuralista 2.2 El enfoque de la capacidad tecnológica 2.3 La preeminencia de la IED 2.4 La postura de las restricciones limitantes y la Reforma macroeconómica 2.5 Algunos enfoques heterodoxos sobre el crecimiento y su significación para la estrategia de industrialización 2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos 3) Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI 4) Deducciones preliminares 4.1 El Rol del gobierno 4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización 5 I) PREMISAS CENTRALES 1) La industrialización está enmarcada en el proceso de desarrollo económico. 2) El avance de la industrialización se concibe como resultante del accionar del sector privado de la economía con una participación estatal que tiene como objetivo general el desarrollo económico. La industrialización desempeña, en el caso argentino, un rol importante en el desarrollo económico nacional. 3) El crecimiento económico es un elemento central del proceso de desarrollo económico. Lógicamente, es difícil aceptar que el desarrollo sea independiente del crecimiento y dado que, de acuerdo a la experiencia, la industrialización requiere de éste para concretarse, existe una correspondencia entre ésta última y el desarrollo. Pero, también, el crecimiento económico se beneficia de la industrialización para constituirse en robusto y sostenido. 4) El crecimiento debe ser inclusivo, es decir, que no crea, solamente, nuevas oportunidades económicas sino que también ellas deben ponerse al alcance por igual de todos los segmentos de la sociedad. Y la inclusión supone la búsqueda y el logro del pleno empleo. 5) En el caso de las economías en desarrollo, el intercambio con el exterior, considerado independientemente de la composición del mismo, no garantiza la consecución de un grado de bienestar mayor al vigente ni el alcanzado por las economías desarrolladas. Por ello, sólo el progreso hacia la producción con una cierta diversificación de bienes y servicios, alta intensidad tecnológica y con elevados niveles de eficiencia, permitirá extraer de las relaciones con el exterior ventajas mutuas capaces de realimentar el crecimiento económico y los beneficios propios del intercambio. II) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EL MARCO DEL DESARROLLO ECONÓMICO i) El pensamiento económico (integrado por la teoría y la política económicas) ha encarado la cuestión del desarrollo económico y de la industrialización, específicamente, para el caso de las economías menos desarrolladas. La teoría del desarrollo económico contiene elementos importantes, dentro de los cuales se ubican los aspectos ligados a la industrialización. La temática del desarrollo fue analizada con enjundia en la Segunda Posguerra y entonces, avanzó en la estructuración de un pensamiento que contiene conceptos todavía vigentes. Pero, además, dado que existen hoy elementos novedosos importantes en la realidad económica nacional e internacional, acaecidos en buena medida en el último tercio del S. XX, se han introducido modificaciones en varios aspectos de ese cuerpo de pensamiento1. Por ello, cabe incorporar los elementos válidos que la teoría y la política económicas han elaborado en ese tiempo así como las adaptaciones que aparezcan como necesarias ante las particularidades específicas de la realidad (v.g. el caso argentino actual). ii) La teoría del desarrollo ha sido modificada sobre la base de su propia dinámica interna y/o en respuesta directa a las manifestaciones de la realidad, lo cual ha permitido tener hoy una visión quizás más amplia y aproximada del proceso de desarrollo. Sin embargo, debe señalarse que, también, se adoptaron algunas concepciones sesgadas y simplistas como las que plantean que las experiencias de desarrollo han demostrado ―la irracionalidad del intervencionismo estatal en contraste con las virtudes incuestionables de la economía pura de mercado‖·, y de que el requisito indispensable para el desarrollo es el paso de ―la planificación (económica) al 1 Desde que surgiera por vez primera, en los ‘30, la cuestión del ―desarrollo‖ y su prosecución ampliada al término de la segunda guerra mundial, han tenido lugar muchos cambios tanto en el ámbito de la experiencia como en el de la teoría del desarrollo. Algunos sucesos recientes han justificado el replanteamiento, evaluación o revisión de nuestras primeras observaciones acerca de la naturaleza del desarrollo económico y social (Amartya Sen, ―Teorías del desarrollo a principios del S. XXI‖) 6 mercado‖. Si bien el aumento del intercambio con el resto del mundo y un mayor grado de liberalidad en ciertas áreas de la economía, han significado progresos para el crecimiento de varias economías subdesarrolladas, ello no implica que sea inobjetable que el mercado es el factor de éxito generalizado e independizado de toda política gubernamental. (A. Sen, 1999; Malinvaud et al. 1996). La experiencia de varios países en desarrollo (PED) del este de Asia desmiente que la vía hacia un crecimiento sostenido, con cambio estructural, no puede lograrse mediante políticas en las que el Estado adopta un rol prominente. iii) La consideración, en el plano de la teoría y la política económicas, de la continuación del proceso de industrialización en Argentina debe tomar en cuenta los enfoques de tres momentos referenciales: A) el debate encarado a fines de los ‘60 y en la primera mitad de los ‘70 en Argentina2, respecto a las limitaciones del modelo ISI y las propuestas de estrategias para la continuación de la industrialización; B) la referencia teórica que sustentó la experiencia de los períodos 1976-83 y 1989-2001 y sus resultados; C) la recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias III) REMEMORACIÓN SUCINTA DE TRES ETAPAS RECIENTES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA A. LIMITACIONES DEL MODELO ISI Y LAS ESTRATEGIAS DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA 1) La discusión analítica ya realizada (en el caso de la Argentina en los ‘60-‘70) contiene elementos importantes respecto a las estrategias de industrialización y la selección de ramas de actividad manufacturera necesarias para conseguir la industrialización (expandirla y profundizarla). Asimismo, se habían obtenido conclusiones particulares referidas a los requisitos a cumplir para avanzar en el proceso de industrialización (el que se había iniciado bajo los condicionamientos surgidos del desequilibrio del balance de pagos, una vez modificado el contexto externo desde 1929 y la inserción de la economía argentina en el mundo, y proseguido bajo la tendencia sistemática al déficit de la cuenta corriente 3): aumentos de la productividad del trabajo a través de una mayor integración del sector manufacturero, una adecuada selección tecnológica, la consecución de economías de escala ampliando el tamaño de mercado (por la integración y la progresividad en la distribución de la renta) desarrollo de las actividades complementarias a la industrialización como las infraestructuras económicas y sociales el acceso a los mercados externos sobre la base de ciertas y determinadas ramas de industria, acentuando y racionalizando la participación estatal en el proceso de industrialización. La revisión de tales elementos –analíticos y conclusivos- a la luz de la realidad presente es una tarea útil (para actualizar, validar o rechazar las conclusiones). Una de esas estrategias fue la de avanzar en la integración productiva sectorial, incorporando la producción interna de bienes de capital e intermedios, lo cual significaba que había que encarar proyectos de inversión en rubros o actividades inexistentes, o que alcanzaban 2 El debate no se circunscribió a Argentina sino que alcanzó estatura internacional ya que tuvo lugar en Brasil, México y otros países latinoamericanos así como en organismos internacionales como ILPES-UN Y CEPAL. 3 Entre varios está J. Sakamoto, ―El sector externo y el proceso de industrialización argentina. Una estimación de la brecha comercial‖, ILPES-UN, 1968. 7 una escasa magnitud productiva y/o con insuficientes niveles de productividad. Este criterio de selección recurría al concepto teórico de los encadenamientos hacia atrás y adelante y a la concepción del ―desarrollo basado en los desequilibrios‖ económicos 4 (Hirshman, 1967). Asimismo, se había planteado la cuestión del tipo de tecnología a adoptar, las implicancias derivadas del aumento de la relación capital-trabajo aneja a la importación de bienes de capital (con una determinada tecnología incorporada) y del tipo de actividades productivas encaradas y a encarar (intensivas en mano de obra o en capital)5. Para la elucidación de esta temática, se recurría a los elementos teóricos basados en las hipótesis ortodoxas o no (K. Arrow, H. B. Chenery, B. S. Minhas y R. Solow, 19616; N. Kaldor, etc.), generándose además aportes locales importantes (comprendidos en las contribuciones de los estructuralistas latinoamericanos) respecto al caso argentino y demás economías de la región. Se sostenía, al respecto, lo siguiente: ―Una encuesta de la CEPAL7 relativa al desarrollo industrial de América Latina ha revelado que los niveles tecnológicos se asocian a la competencia del mercado, la edad de la industria, las fuentes de financiamiento, las conexiones con empresas extranjeras, el carácter de la empresa y la actitud empresarial de la administración. Suele prestarse escasa atención a la selección de técnicas más compatibles con las características y recursos de la región. En ausencia de programas o políticas nacionales para la aplicación de la tecnología al desarrollo, la selección de procesos de manufactura y tamaños de planta depende enteramente de los productores individuales. Las tecnologías seleccionadas son a menudo inadecuadas, de manera que se utiliza un capital excesivo, mientras que las capacidades son empleadas muy deficientemente. El proceso puede agravarse por defectos institucionales: la naturaleza de las empresas, la capacidad administrativa, las deficiencias del mercado, que a menudo tienen un impacto mayor que la dependencia tecnológica‖ (Graham Jones, 19738). 4 Cabe señalar que el criterio de los grandes bloques de inversión implícito en el enfoque del desarrollo equilibrado de Rosenstein-Rodan(1943) y R. Nurkse (1954) –una visión diversa respecto a la forma de salir del atraso y estancamiento de las economías en desarrollo- presentaba el grave inconveniente de exigir montos de capital y financiamiento que no están al alcance de tales países. Una versión más reciente de este criterio de desarrollo es la expuesta por K. M. Murphy et al, ―Industrialization and the big push‖, NBER Working paper No. 2708, 1988. Estos autores sostienen que la coordinación de la inversión entre sectores –que puede ser promocionada por el Gobierno- es esencial para la industrialización. 5 A fines de los ‘60 se sostenía lo siguiente: ―Muchas industrias ligeras tienen limitado contenido técnico, e implican interrelaciones tecnológicas relativamente restringidas pero algunas de ellas, como la electrónica o la de cámaras fotográficas, pueden depender de una tecnología muy avanzada. Así pues, aparte de esenciales industrias pesadas básicas, tales como la generación de energía, parece realista concentrarse en las primeras etapas en las industrias ligeras y tradicionales, pero prestando la debida atención a las normas de calidad, los costos y los métodos de producción mejorados, al mismo tiempo que se generan facilidades de adiestramiento, capacidades tecnológicas, eficiencia en el trabajo, arreglos financieros de apoyo, etc. A medida que se desarrollan localmente las habilidades, las técnicas pueden volverse más complejas y la escala de producción tiende a aumentar. De acuerdo con un informe de la Comunidad Económica Europea (CEE), estudios econométricos demuestran que, en promedio, en una etapa de desarrollo correspondiente a un ingreso per cápita de 100 dólares, el 68 por ciento de la producción industrial será de bienes de consumo y sólo el 12 por ciento de bienes de capital. Por otra parte, cuando el desarrollo ha llegado a una etapa en que el ingreso per cápita es de 600 dólares, la participación de los bienes de capital en la producción industrial habrá aumentado al 35 por ciento mientras que los bienes de consumo sólo representarán el 43 por ciento. La participación de los bienes intermedios varía dentro de límites muy estrechos‖; CEE, ―Industrialization Schemes for the African States Associated with the Community‖. Comisión de las Comunidades Europeas, junio de 1967, p. 12. 6 ―Capital-Labor Substitution and Economic Efficiency‖, Review of Economics and Statistics.1961 7 CEPAL: El segundo Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas. Desarrollo Industrial en América Latina. Comisión Económica para América Latina. E/C N. 12/830, 13 marzo de 1969. 8 Ciencia y Tecnología en los Países en Desarrollo, FCE, México. 8 Si bien todo eso debe tener, hoy, un tratamiento acorde a la evolución tecnológica registrada en el último tercio del S. XX y su impacto sobre la producción industrial, la organización de las actividades productivas, las redes, las habilidades (skills), etc., es importante reflexionar sobre lo ya abordado y proseguir los análisis sobre unas bases debidamente re-evaluadas. En cuanto a los proyectos que surgirían del o los criterios de selección de ramas de actividad debía concebírselos tomando en cuenta no sólo el mercado interno sino el contexto de los intercambios con el exterior con la finalidad de superar las deseconomías derivadas de la pequeña escala9 y la cuestión del desequilibrio de la cuenta comercial (acentuado ¿paradójicamente? con el avance hacia la sustitución de bienes cuya producción es más compleja y que demandaban crecientes magnitudes de divisas). Una segunda estrategia consistía en la industrialización con base exportadora. La discusión de los ‘60-‘70 ya había aportado el enfoque de la necesidad de exportar (ciertos) productos manufacturados. Esta estrategia consideraba que el avance en la industrialización requería abordar los mercados externos, distinguiéndose dos versiones que consideraban: la viabilidad de enfrentar el comercio libre en el resto del mundo avanzado; la conveniencia de constituir mercados comunes compactos o regionales (ALALC) (D. Félix, 197010). Hoy, se enfatiza más en el MERCOSUR y su ampliación posible; antes, se enfatizaba también en las áreas importadoras potenciales en el mundo con mayor demanda efectiva y rápido crecimiento del PBI11. Es interesante acotar, hoy, cuarenta años más tarde que el mercado regional ha cobrado una importancia que no se había imaginado por este tipo de análisis en los ‘70. Aun cuando es, también, fundamental indicar que el concepto de integración económica regional está todavía por lograrse12. Pero, además, estaba el importante punto del tipo de bienes industriales a exportar (que correspondían a distintos subsectores o ramas de industria), distinguiéndose: a) aquellos bienes en los cuales la Argentina tenía capacidades competitivas, en varios casos derivadas de las ventajas provenientes de la producción local de materias primas e intensivos en el uso de mano de obra 13. b) también algunas otras ramas en las que un aprovisionamiento de bienes intermedios y/o de capital, a precios adecuados, les permitiría acomodar sus costos y acceder a mercados 9 En ciertos rubros industriales el volumen de producción rentable es cada vez menor en función de determinadas innovaciones tecnológicas (como el caso de los hornos eléctricos para la producción del hierro y del acero que funcionan sobre la base de chatarra). Sin embargo, todavía, hay numerosos bienes en los que la escala mínima para viabilizar una producción rentable constituye una limitación para los mercados de reducido tamaño. 10 ―Más allá de la sustitución de importaciones. Un dilema latinoamericano‖ Pág. 188. Ver Nota 2) punto C) en Apéndice A. 11 Sin embargo, se reconocía que ―mientras no se alcance un nivel suficiente de competencia técnica, las perspectivas de los mercados mundiales muy competitivos pueden ser limitadas, y el aumento del comercio regional puede ofrecer el mejor camino del desarrollo industrial. Sir Arthur Lewis ha observado que "si los países en desarrollo quieren crecer más de prisa que el mundo desarrollado, tendrán que comerciar relativamente menos con el mundo desarrollado y relativamente más entre los mismos países en desarrollo". W. A. LEWIS, ―The Development Process‖. Trabajo de Información para Ejecutivos, Núm. 2, Centro de las Naciones Unidas para la Información Económica y Social, 1970‖. 12 No es secundario respecto al avance del proceso de integración bajo la óptica de una industrialización necesitada de ampliar mercados para otorgarle escala a ciertas ramas de industria, el hecho de la regresión en materia de política económica que implicó la NMC y el llamado Consenso de Washington difundido después de la grave crisis de la deuda externa desatada en Latinoamérica en 1982. 13 Y en los casos en que se hubieran desarrollado tecnologías productos y procesos específicos en el país. 9 abastecidos por empresas en competencia de terceros países (sin excluir, ciertamente, a los avanzados). Se llegó a plantear además que la orientación exportadora de las ramas industriales aptas existentes - y a perfeccionar- no excluía la continuación de la sustitución de importaciones, dejando de lado el carácter de estrategias alternativas para pasar a considerarlas como complementarias. ―En otras palabras, la Argentina no puede pasar de una producción industrial orientada exclusivamente al mercado interno, a otra orientada al mercado externo con prescindencia de la posibilidad de incorporar nuevos bienes sustitutivos de importaciones, sino que el énfasis debe radicar en encontrar un justo balance entre aquellas actividades industriales que sustituyen importaciones y aquellas que requieren expandirse a mercados externos‖ (M. Brodersohn, pág. 15, 197014). Existió una tercera estrategia15 que insistía en la necesidad de: abordar una adaptación de tecnologías respetando las exigencias y conveniencias de la economía local y resolver la cuestión de la dependencia tecnológica (regulando las transferencias de tecnología, etc.); otorgar una mayor coherencia a la acción estatal acentuando su rol de orientador de la inversión y de regulación de los mercados; ampliar la participación de los capitales nacionales para avanzar en el proceso de sustitución de bienes importados y el desarrollo de tecnologías específicas. Además, estaba la conclusión arribada a partir del razonamiento con inclinación ―monetarista‖ que consideraba que las dificultades experimentadas en los ‘60 y ‘70 eran consecuencia de la inflación, los déficit fiscales y las tasas de cambio sobrevaluadas. Entonces, la superación de tales problemas provocaría automáticamente la vuelta al crecimiento económico sostenido (D. Félix, Pág. 130, 1970). Esa superación se lograría merced a la adopción de estrategias macroeconómicas delineadas sobre la base de reconocer la importancia de establecer un sistema de precios libres, la búsqueda del beneficio privado, la asignación de recursos de acuerdo al automatismo de los mercados eficientes y la consecución del equilibrio presupuestario. 2) El contexto macroeconómico Es preciso tener muy presente que las estrategias de industrialización discutidas entonces, se enmarcaban en un contexto macroeconómico del que cabe destacar algunos aspectos clave. Uno, es la característica del régimen de acumulación de capital vigente en el que el Estado desempeñaba un rol destacado; otro, la distribución de la renta y el nivel de consumo de amplios sectores sociales16 y un tercero, el nivel de protección otorgado a la producción local17. La relación entre la condición de la economía doméstica visualizada en términos globales y el proceso de industrialización había recibido una especial atención en la discusión sobre la continuación de este proceso. 14 Estrategias de industrialización para la Argentina, Ed. Del Instituto T. Di Tella, 1970. Esta estrategia no aparece presentada de un modo único por algún autor en particular sino que debe ser reconstruida a partir de las críticas, observaciones y propuestas diseminadas en diversos trabajos analíticos y de política económica en los años 60 y 70. 16 Es decir, la habilitación del consumo masivo, al menos, tomando en cuenta la escala de una población como la de Argentina (a fines de los ‘60 el número de habitantes era del orden de los 23 millones) y el nivel de la renta bruta media interna per cápita de 6922 usd (1965-69) y de 7998 usd (1970-74). Esta renta media alcanzaba a la mitad de la correspondiente a los EE.UU. en esos años y la población a poco más de un 11%. (Ver Nota 1 en Apéndice A) 17 Esta caracterización corresponde a Argentina aunque es extensible a los casos de Brasil y México, principalmente. 15 10 Los economistas del desarrollo (C. Furtado, A. Pinto S., C. O. Sunkel, M. C. Tavares, y varios otros) planteaban la razón del límite del crecimiento basado en el mercado interno, en el cual el proceso de sustitución de importaciones desempeñaba el papel de motor del crecimiento de la renta nacional. La búsqueda de la explicación los había llevado a ahondar en la vinculación existente entre las variables macroeconómicas clave y el avance en la industrialización (el tema era porqué y cómo la etapa de sustitución de los bienes de capital e intermedios y la introducción de tecnologías adecuadas estaban íntimamente relacionadas con la distribución de la renta doméstica, la capacidad del estado latinoamericano de captar más ingresos y modificar la estructura económico-social y la naturaleza de la relación económica con el exterior). Más allá de la aceptación o no de la teoría del estancamiento, en cuanto a sus aspectos específicos (C. Furtado, 1966; M. C. Tavares, 1973), elaborada para explicar las limitaciones de la ISI (Pierre Salama, 200618), debe rescatarse la importancia de reconocer la existencia de vinculaciones importantes entre dichos aspectos de la economía latinoamericana y el proceso de industrialización y crecimiento económico. Cabe, entonces, revalorizar su importancia respecto de la continuación de la industrialización manufacturera. La macroeconomía, su orientación, (según el modelo teórico escogido y las políticas respectivas) es el marco dentro del cual se concretará todo programa de industrialización. Por ello, la industrialización no continuará, al menos por cierta senda, si no se toman en cuenta las condiciones macroeconómicas y se escogen las que son necesarias para concebir un programa de industrialización y crecimiento, el cual contendrá la selección de subsectores y ramas de actividad que será preciso desarrollar. Entonces, el conocimiento (o la teoría del desarrollo) dejado como herencia, particularmente, en lo referido a porqué y cómo vincular ciertas variables con otras o a establecer la relación existente entre el crecimiento económico y la industrialización, es más importante que lo deducido de algunos modelos particulares planteados en su momento19. Hacer tabla rasa de todo ello, tal como lo pretende el enfoque neoliberal, es volver a un camino incierto y que, hasta hoy, se ha mostrado muy poco fructífero o decididamente, infructífero. 3) La cuestión del agotamiento de la ISI Ello remitía a la interpretación del comportamiento del modelo ISI. En el caso argentino, aparte de las visiones de tipo ―monetarista‖, se otorgaba mayor o menor importancia a ciertos aspectos del proceso de industrialización (aspectos significativos, por diversos motivos). Uno de ellos es el comportamiento del coeficiente de importaciones (M/PBI) 20 (Cuadro 1 y Gráfico 1) Cuando se aceptaba que la disponibilidad de divisas constituía una restricción al crecimiento de la producción manufacturera y al de la renta nacional, el hecho que el avance en el proceso de industrialización trajera consigo una demanda sucesivamente mayor de ese ―bien‖ escaso, significaba que era un camino indeseable puesto que, en algún punto, se tornaba inviable 21. 18 ―¿Por qué esa incapacidad para alcanzar un crecimiento regular y elevado en América Latina‖; Foro Internacional 186, XLVI, 2006 (4), 630-662 19 Ver Nota 1 Bis en el Apéndice A. 20 Debe señalarse que la información estadística oficial no proporciona series elaboradas del destino sectorial, subsectorial, por ramas y actividades de las importaciones. Diversos órganos técnicos no oficiales y trabajos de investigadores realizan estimaciones aproximadas de ello; sin embargo, no alcanzan a elaborar series completas de conocimiento público, al modo de las oficiales. 21 Ver Nota 2 en el Apéndice A. 11 Cuadro 1: Evolución de la relación entre Importaciones y PBI (M/OBI) Quinquenio 1925-29 1950-54 1955-59 1960-64 1965-69 1970-74 1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04 2005-09 2010 M/PBI 25,0 10,2 10,5 11,2 9,2 9,1 8,5 7,6 6,4 9,9 11,8 9,6 12,4 14,0 Fuente: Quinquenio 1925-29: Díaz A. (Etapas de la Industrialización Argentina, Marzo 1970, pág.320) y elaboración propia sobre la base de BCRA (1976), Ferreres, op cit. Gráfico 1 COEFICIENTE DE IMPORTACIONES (M/PBI) PERÍODO 1950-2010 16,0 14,0 Porcentajes 12,0 10,0 8,0 6,0 4,0 19 50 19 54 19 58 19 62 19 66 19 70 19 74 19 78 19 82 19 86 19 90 19 94 19 98 20 02 20 06 20 10 2,0 Año M/PBI Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la Argentina (1975); INDEC, Cuentas Nacionales. El razonamiento anterior se completaba tomando en cuenta que a medida que se avanzaba desde la sustitución de unos productos industriales (los bienes de consumo sencillos) a otros (los bienes que exigen mayores niveles de capital, utilizan las tecnologías propias de economías industrializadas avanzadas correspondientes a las etapas de más alta renta per cápita y por ende, de escalas de producción más elevadas, etc.), resultaba que el período de crecimiento de la producción local de estos bienes se tornaba más corto. Es decir, las industrias de sustitución fácil o ―vegetativas‖, en general, presentaban la posibilidad de un crecimiento de mayor duración y con precios que se iban aproximando a los niveles internacionalmente competitivos, en tanto que las de carácter más avanzado (bienes de capital e intermedios) tenían un comportamiento, en general, opuesto. 12 A su vez, la demanda de divisas de unos y otros era distinta: la sustitución de los bienes de capital y los intermedios terminaba demandando más divisas que los otros. Eso se reflejaría, entonces, en que la relación M/Y no desciende o bien, aumenta. Así, la industrialización, ante la limitación de divisas, provocaría las fases de auge-recesión con tendencia a agudizarse 22. Este elemento sería uno de los importantes que mostraría el fracaso de la ISI. Otro aspecto vinculado al escaso dinamismo de la producción manufacturera es el del patrón de demanda y la elasticidad ingreso de la demanda de los bienes manufacturados. Se observaba que, a fines de los ‘60, la elasticidad ingreso de un grupo grande (aproximadamente la mitad) de bienes manufacturados era menor a la unidad, en tanto que los que tenían una elasticidad mayor a la unidad comprendían al resto. De este modo, el dinamismo de la demanda quedaba estrechado, alcanzando a un grupo parcial de los bienes producidos en el país23. La conclusión que se extraía de ello era que debía abandonarse la sustitución de las industrias dinámicas y dedicarse a las vegetativas24, lo cual significaba la elección de un modelo alternativo en el cual el sector externo sería clave pues se superaría la limitación de divisas: las exportaciones debían dedicarse a los países desarrollados, adaptando el producto de esas industrias a las exigencias pertinentes y logrando, así, mediante las manufacturas, la participación en mercados dinámicos. Otra interpretación de los hechos (la caída del coeficiente M/Y y el límite existente para la continuación del proceso de industrialización) conducía a reconocer las posibilidades de la persistencia del modelo ISI y se basaba en las hipótesis formuladas respecto al comportamiento de las exportaciones (en tanto proveedoras del bien escaso, la divisa). Si las exportaciones tradicionales lograban crecer a ciertas tasas, el proceso industrializador proseguiría a pesar del mantenimiento del coeficiente de importaciones. Entonces, era el carácter pesimista de la hipótesis exportadora de los bienes tradicionales de Argentina el que determinaba que se estuviese ante la posibilidad del agotamiento, si no se lograba suplementar tales ventas al exterior con productos del propio grupo de bienes manufacturados (L. Sjaastad, 1970). Esto, también, implicaba abordar una nueva estrategia de industrialización, dando por sentado el agotamiento de la ISI. 4) Es importante tomar en cuenta que la reducción del coeficiente de importaciones no dependía, solamente, de la evolución de la producción de bienes manufacturados, de su composición y de la inversión bruta interna (IBIF) sino también de la renta doméstica y del tipo de cambio. Las políticas de ajuste macroeconómico que conducían al debilitamiento del crecimiento del PBI o a su caída (en las ocasiones de crisis y recesión más o menos pronunciadas), disminuían la magnitud de las importaciones afectando, entonces, el nivel del coeficiente. Una devaluación contrae importaciones, al afectar si no a todas, al menos, a una parte de ellas. Las devaluaciones del cambio incidían, así, sobre las importaciones, comprimiéndolas durante un cierto tiempo. La caída del coeficiente M/Y podía reflejar, en algunos años, tanto una razón ligada a la sustitución de importaciones como el impacto de políticas macroeconómicas de ajuste. 22 Además, algunos consideraban que la inelasticidad de la demanda- precio de bienes importados por parte de un grupo de industrias ―dinámicas‖, incidía sobre los costos manufactureros en ocasión de las devaluaciones y ello se traducía en alzas bastante generalizadas de precios de los bienes domésticos. 23 Vale la pena recordar el razonamiento vinculado a esta cuestión. Ver lo transcrito en Nota 2,B) en el Apéndice A. 24 De acuerdo, generalmente, a los enfoques de diversos economistas, principalmente, de orientación no estructuralista o en los que esta visión no tenía repercusiones favorables. 13 El descenso del coeficiente en los ‘80 se explica en buena medida por el estancamiento del PBI, los bajos niveles de la inversión y los trastornos en el mercado de cambios. El aumento en los ‘90 se asocia, por un lado, a la recuperación del ritmo de crecimiento y el sosiego en el mercado cambiario, lo cual descomprime las importaciones y por otro, a la modificación experimentada en el valor agregado manufacturero absoluto y en su composición. Así, la caída, respecto a los ‘70, del VABM per cápita va de la mano con el aumento de las importaciones correlacionado con la des-industrialización. Este hecho trajo consigo no sólo el aumento de las importaciones de bienes antes producidos en el país sino también el incremento del aprovisionamiento en el exterior de bienes de capital (una parte de los cuales había sido de producción nacional). Esto se refleja en el aumento del M/Y a 9,9 en 1990-94 y 11,8 en 199599 (Ver Cuadro 1) En los ‘90 la importación de bienes de capital, fuertemente acrecentada, se destinó en una proporción importante a la producción de bienes no transables. Por ello, la industria fue destinataria, junto con los otros rubros de transables, de una porción menor de esas importaciones25 aunque, en términos absolutos, aumentaron notoriamente26. GRÁFICO 2 Evolución de la IBIF y las importaciones de bienes de capital En Números índice Año 1950 =100 900,00 800,00 700,00 ïndices 600,00 500,00 400,00 300,00 200,00 100,00 19 50 19 54 19 58 19 62 19 66 19 70 19 74 19 78 19 82 19 86 19 90 19 94 19 98 20 02 20 06 20 10 0,00 Años IBIF M de K Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e ingreso de Argentina; INDEC Cuentas Nacionales. La relación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital se muestra en el Gráfico 2. Los coeficientes de correlación entre ambas series aumentan cuando cesa la compresión de las importaciones por el ―enfriamiento‖ de la economía (reducidas tasas de crecimiento del PBI, baja magnitud de la inversión). 25 ―…del total de las importaciones de bienes de capital realizadas entre 1985 y 1990, se destinaron en promedio al sector fabril 47.9%. Esa proporción en los años noventa se redujo al 38.7%. Sin embargo, aunque se observa una reversión de la tendencia declinante en 1995, en 1996 vuelve a producirse una suave reducción de la participación del destino industrial‖ (B. Kosakoff, edit, 2000). 26 Es interesante señalar que según una estimación realizada más recientemente, diferenciando las importaciones de bienes de capital de acuerdo al destino sectorial, en el período 1994-2005, se determinó que estas compras destinadas a la producción de bienes aumentaron apreciablemente durante los ‘90, habiendo alcanzado una cifra alta en relación a las restantes, en 1998. Ver M. Polonsky, ―Nueva Clasificación de la importaciones de bienes de capital‖; Revista del CEI, Gráfico 2, Pág. 110. 14 Los coeficientes de correlación hallados entre la IBIF y la Importación de bienes de capital, son los siguientes: Coeficientes de Correlación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital Período 1950-2010 Coeficientes de correlación 1950-64 0,8468 1965-75 0,5285 1976-83 0,5226 1984-91 0,3356 1992-2001 0,9182 2002-10 0,9818 Fuente: Elaboración propia sobre datos de INDEC Cuentas Nacionales y Comercio Exterior. Período Colofón: Los problemas de la ISI y de la economía argentina hasta mediados de los ‘70 se pueden resumir en: Dotación de capital insuficiente, lo cual revelaba un ritmo lento de acumulación, debido a una inversión cuyo nivel y composición no se correspondía con las necesidades planteadas por un desarrollo económico con industrialización como el encarado durante el modelo ISI. Una morosa tasa de introducción del progreso técnico La productividad media del factor trabajo de la economía en su conjunto y de la industria, en particular, resultaba menor que en las economías avanzadas. Había diferencias marcadas entre actividades productivas respecto al rendimiento del trabajo, existiendo franjas significativas de empleo de mano de obra con productividad reducida (una parte del cual era el denominado empleo aparente o desempleo disfrazado). Integración industrial incompleta Deseconomías por pequeña escala, especialmente, en varios subsectores de la industria (particularmente, las ―dinámicas‖) debido al tamaño reducido de mercado Dependencia de las importaciones de bienes de capital e inadecuación tecnológica, lo cual entrañaba que la formación de capital doméstico estaba condicionada por la escasa disponibilidad de divisas. Esta se originaba en un tipo de relación con el exterior (comercial y financiera) de carácter desigual, la que provocaba frecuentes saldos negativos en la cuenta corriente del balance de pagos. Ciclos de auge-recesión asociables a la dinámica de la producción industrial y la restricción del balance de pagos Incapacidad creciente del Estado para captar recursos requeridos para la sustentación del gasto público y mantener el ritmo de aumento del capital de las empresas que le pertenecían Políticas macroeconómicas fluctuantes y que reiteraban ajustes que comprimían la demanda agregada y debilitaban la tasa de inversión. Existencia de un conflicto distributivo basado en un bajo nivel del desempleo abierto, la existencia de instituciones políticas y sociales que reforzaban y canalizaban la disputa por la renta en el contexto de una economía en desarrollo. Puede concluirse, entonces, que la economía argentina como varias otras en desarrollo, padecía de falta de capacidad productiva, combinada con una demanda efectiva insuficiente para sustentar la producción con rendimientos y competitividad adecuados de diversos bienes manufacturados. La estrechez de demanda efectiva se vincula con un nivel de renta media más 15 baja que las de las economías industrializadas desarrolladas y la incapacidad de competir en los mercados externos con la producción local. B) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN LOS PERIODOS 1976-83 Y 1989-2001: SU BASE TEÓRICA Y SUS RESULTADOS 1) Los criterios sustentados hoy para avanzar en el proceso de industrialización en los países en desarrollo (PED) pueden enmarcarse en dos visiones teóricas alternativas: i) la visión neoliberal; ii) la visión de raíz estructuralista (Sanjaya Lall, UN, 200427). 28 2) Una diferencia particularmente significativa respecto a la iniciación o continuación del proceso de industrialización en los países en desarrollo, es el rol asignado al Gobierno y la concreción o no de un sector industrial de importancia en esas economías. Según una de las visiones teóricas, es innecesario y seguramente contraproducente pensar en términos de una preselección de ramas de industria, labor que supone la asignación del análisis y luego la promoción, a órganos técnicos cuya ubicación institucional lógica es el aparato estatal. En la otra, el enfoque es opuesto y por ende, se desarrolla o se propone desarrollar, un aparato teórico y una conjunción de especialidades científicas a los efectos de lograr la industrialización. Durante los ‘90 (siendo el período 1976/83 una suerte de prolegómeno o avanzada de éste) se aplicaron las políticas macroeconómicas derivadas de la macroeconomía nuevo-clásica (MNC)29. Su implicancia para la industrialización fue que se abandonara la concepción de una estrategia que sostuviera la defensa de la industria infante, en la cual el Estado desempeñara un rol significativo en la acumulación de capital, la producción de ciertos bienes e interviniera en la provisión de financiamiento promocional. Así, se aplicó la apertura comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación. Al considerar que los mercados son eficientes entienden ―que los mercados de bienes proporcionan las señales correctas para la inversión y los de factores responden a estas señales. Al nivel de la empresa no existen economías de escala o externalidades. Las empresas tienen información perfecta y la previsión y el conocimiento completo de todas las tecnologías disponibles. Eligen la tecnología adecuada si se enfrentan a los precios libres de mercado. Después de seleccionar la tecnología adecuada, la utilizan de forma instantánea bajo las mejores prácticas. No hay procesos de aprendizaje significativos, no hay riesgos, externalidades ni deficiencias en las habilidades y las finanzas, la información y la infraestructura se encuentran a su disposición‖. Por ello, la eliminación de las trabas derivadas de la intervención estatal y de disposiciones regulatorias distorsionantes conduce a que las fuerzas productivas operen, permitiendo que la economía se desarrolle sobre la base de la producción de bienes en los que se tienen ventajas comparativas. Entonces, el desplazamiento de las actividades que no pueden sobrevivir a la competencia por las que están en condiciones de hacerlo, proporcionará empleo productivo e ingreso crecientes, de tal modo que el intercambio con el resto del mundo traerá consigo el aprovisionamiento requerido por la producción y el consumo y abrirá mercados adicionales al doméstico. 27 ―Reinventing Industrial Strategy: The role of Government Policy in Building Industrial Competitiveness‖; G-24 Discussion Paper Series. (Ver Nota 3 en el Apéndice A) 28 La evaluación de ambas visiones conduce a la adopción de una u otra (la segunda por nuestra parte). 29 Ver Villadeamigo J. D. ―El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones alternativas. El caso de las economías en desarrollo‖ 16 La liberalización financiera, a su vez, daría fin a la represión crediticia y permitiría la creación de un mercado de capitales doméstico suficientemente amplio como para atender los requerimientos de una producción en crecimiento. Esta concepción de la política económica e industrial, en particular, fue aplicada también, aunque con diferencia de matices, en toda América Latina. Ahora bien, es revelador recurrir a aquellos países en desarrollo que aplicaron estrategias de industrialización diferentes a la señalada y comparar los resultados obtenidos por aquéllas con los de América Latina. GRÁFICO 3 Producción industrial de las regiones en desarrollo respecto del total m undial Porcentajes - Años 1980, 1990 y 2000 14 1980 12 1990 10 2000 8 Porcentajes 6 4 2 0 Asia oriental Asia del Sur ALC Africa Subsahariana Fuente: UNCTAD GRÁFICO 4 Participación de la producción industrial (VAM) de Asia oriental y América Latina en el VAM de los países en desarrollo Asia Oriental y ALC, Participación en el VAM de los países en desarrollo 1980- 40 1990 35 Po r cent ajes 2000 30 25 20 15 10 5 0 Asia oriental exc China China ALC exc M éxico M éxico Fuente: UNCTAD 17 El grupo de países denominado los tigres y dragones del Asia Oriental alcanzaron una condición económica estructural radicalmente diversa de la que mostraban antes de aplicar las estrategias de industrialización a partir de los años ‘60 del siglo pasado30. Las estrategias de esos países difirieron drásticamente de la política industrial encarada en América Latina según el enfoque neoliberal31. No sólo por el rol jugado por el Estado para recorrer el camino de la industrialización sino también por las modificaciones promovidas en otras áreas de la producción y el financiamiento. Si bien hubo diferencias en metas y objetivos entre los países asiáticos aquí considerados 32, tuvieron en común una macroeconomía adecuada, una (promocionada) oferta de habilidades y la fuerte promoción de la orientación exportadora. Detrás de estos tres elementos estaba la acción estatal cuyo objetivo principal fue el desarrollo económico basado, en los casos más importantes, en la industrialización. CUADRO 2.1 Crecimiento del VAM y de las exportaciones de bienes manufacturados según tipo de tecnología Período 1980-2000 Actividad Valor Agregado Manufacturero VAM Total VAM Basado en recursos VAM de baja tecnología VAM de media y alta tecnología Exportaciones de bienes manufacturados Total de exportaciones manufactureras Exportaciones Basadas en los Recursos Exportaciones de Baja tecnología Exportaciones de media y alta tecnología Exportaciones de Alta tecnología Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004) 2,6 2,3 1,7 3,1 Países industrializa dos Variación en % 2,3 1,8 1,4 2,6 7,6 5,6 7,4 8,4 11,5 Variación en % 6,6 5,2 8,4 7,3 9,9 Mundo Países en desarrollo 5,4 4,5 3,5 6,8 12,0 6,7 11,4 16,5 20,2 30 ―The successful Asian economies (i.e., Hong Kong-China, Korea, Singapore, Taipei, Malaysia, Thailand, or the People‘s Republic of China and Viet Nam more recently) present two main differences between three decades ago and today. First, they are significantly bigger. Second, they are significantly different. Indeeed, what sets the performance of the successful Asian economies apart from that of many other countries is not only their high growth rates but also their fast and intense structural transformation: their output and employment structures changed dramatically; resources were transferred to higher-value-added sectors (i.e., from agriculture to industry and services); production diversified; firms learned how to produce and export a more sophisticated and technologically advanced range of products; and their levels of labor productivity increased significantly‖ (J. Felipe, ―Inclusive growth, full employment and structural change‖, Page 37, 2010) 31 La interpretación del proceso de industrialización asiático por parte del enfoque neoliberal omite varios de los aspectos centrales de esa estrategia y destaca, principalmente, el carácter exportador del crecimiento manufacturero. 32 There was no general ‗East Asian model‘. Each country had a different model within a common context of export orientation, sound macro management and a good base of skills. Each model reflected different objectives and used different interventions (though some, like support for exporters, were similar). As a result, each had a different pattern of industrial and export growth, reliance on FDI, technological capability and enterprise structure. However, for none was .getting prices right. a sufficient explanation of industrial success. The different objectives of the NIEs are shown in table 2. 18 Según S. Lall, los datos anteriores (consignados en los gráficos 3 y 4 y en el Cuadro 2.1) muestran: El comportamiento del VAM está ampliamente correlacionado con el de la exportación de bienes industriales aunque el ajuste no es perfecto. El grupo del Este del Asia 2 y México se desempeñaron mejor en las exportaciones que en el VAM durante los ‘90, mientras que lo opuesto es verdad para el Sud de Asia y el MENA. Ni el crecimiento del VAM ni el de la exportación están fuertemente relacionados con la liberalización en el sentido del Consenso de Washington. China, en particular, difícilmente es un paradigma neoliberal. El éxito industrial se mantiene concentrado. La liberalización no está conduciendo hacia la convergencia, contradiciendo la premisa neoliberal de que la liberalización per se promovería el crecimiento industrial y la competitividad. En el caso de Argentina puede apreciarse el comportamiento de la producción industrial en los Gráficos 5.1 y 5.2. La participación del producto bruto manufacturero en el producto total se redujo desde mediados de los ‘70, tornando a crecer a partir de 2003 aunque sin alcanzar las magnitudes de la ISI (en los años 1960 a 1975). El producto manufacturero por habitante, cuya caída fuera un elemento característico del período 1976-83, se recuperó en los ‘90, pero no alcanzó la magnitud que la visión ortodoxa de la economía aseguraba se lograría con el NME, merced a las reformas estructurales que propugnara y aplicara33. Así, si bien se acrecentó desde los bajísimos niveles provocados por los episodios de hiper inflación y retracción productiva de 1989-90 (en moneda del año 1993, $1.083 y $1.029, respectivamente), no repuso ni superó al nivel que tenía el valor agregado bruto manufacturero por habitante de los años 1974-1976 ($1.596), ya que en 1998 era sólo de $1.376. Este descenso del producto industrial por habitante tuvo lugar al tiempo que, ambos, la apertura comercial y la inversión extranjera directa (IED), propiciaron una modificación en el patrón productivo nacional. Este consistió en una reducción de la intensidad laboral media (los períodos 1975-82 y 1991-2001 redujeron el empleo industrial aparte de los años 1989-90 y 2002 de intensa crisis, Gráfico 5.3), ciertos cambios en el tipo de producto generado, en la organización de las empresas y en una incorporación más abundante de tecnología importada. Tales transformaciones quedaron circunscritas a varios subsectores de la industria manufacturera, extendiéndose a los servicios, aunque de ningún modo a todos, ciertamente. La fuerte extranjerización empresaria experimentada significó que hubiera una importación de técnicas y bienes componentes de los productos finales, lo cual pudo ofrecer a los consumidores una gama más amplia y actualizada de bienes, pero que implicó una suplantación de lo que podía obtenerse localmente y también una limitación a las posibilidades de desarrollar capacidades locales en I&D. Como se observa en el Gráfico 2, en los ‘90 hubo un incremento notorio de las importaciones de bienes de capital. 33 La apertura comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación 19 GRÁFICO 5.1 Participación del Producto Bruto Industrial En % del Producto Bruto Interno 31 28 Porcentajes 25 22 2 R = 0,8717 19 2 R = 0,5779 16 13 20 10 20 08 20 06 20 00 19 98 19 96 19 90 19 88 19 86 19 80 19 70 19 60 10 Año En % del VABT industrial Polinómica (En % del VABT industrial) Lineal (En % del VABT industrial) Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC Cuentas Nacionales. GRÁFICO 5.2 VAB INDUSTRIAL POR HABITANTE AÑO Período 1950-2001 Valores constantes de 1993 1.800 1.700 1.600 Pesos de 1993 1.500 1.400 1.300 1.200 1.100 1.000 900 800 700 1998 1994 1990 1986 1982 1978 1974 1970 1966 1962 1958 1954 1950 600 Años VAB POR HABITANTE 5 per. media móvil (VAB POR HABITANTE) Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC Cuentas Nacionales y Población 20 GRÁFICO 5.3 10 Evolución del Empleo industrial según períodos En % Porcentajes de variación 5 0 -5 -10 -15 1975-82 1983-88 1989-90 1991-2001 2002 2003-2008 Periodo Empleo industrial % Fuente: CEP. Otra forma de corroborar el efecto de la política macroeconómica sobre la industrialización es recurrir al concepto de las fuentes del crecimiento del sector 34. De ese modo se ha establecido que en el período 1980-1997 la demanda interna (consumo más inversión) fue el factor decisivo en el crecimiento de la producción industrial argentina, mientras que las exportaciones incidieron positivamente aunque en una proporción mucho menor. En cambio, la sustitución de importaciones mostró un efecto negativo ya que operó detrayendo producción local por importada; es decir, hubo una des-sustitución de importaciones. Este último impacto fue más intenso en los años ‘90 (entre 1991 y 1997), de tal modo que la fuente del crecimiento industrial estuvo dado casi en su totalidad por la demanda interna 35. Es interesante señalar que durante dicha década se concretó un incremento de inversiones en la industria. Y que las actividades manufactureras que fueron capaces de sostenerse y crecer en el contexto de apertura comercial y demás condiciones macroeconómicas imperantes, mejoraron varias pautas significativas referidas a la eficiencia productiva sectorial. Hubo un aumento de la productividad del trabajo (aunque tal hecho tuvo que ver también con el descenso de personal ocupado, según aparece en el Gráfico 5.336) y unos menores costos de producción (atribuidos por algunas investigaciones a una incidencia parcial de las rebajas en los salarios medios abonados por la industria) que se relacionan con el incremento de la capitalización del sector. Efectivamente, se ha estimado que alrededor de unos usd 3800 millones anuales (entre 1991 y 1999) se destinaron a la inversión en la industria. Dicha cifra es, sin embargo, menor que la registrada en el período 1960-74. 34 H. Chenery introdujo un modelo simple que relaciona el producto de un sector económico (la industria, por ejemplo) con la demanda doméstica de bienes finales (consumo + inversión), con la demanda interna de bienes intermedios y con el comercio exterior (exportaciones - importaciones); ―Industrialization and Growth. The Experience of Large Countries‖, Sectoral Balance, Pages 6-8; World Bank SWP 539; 1982. 35 El desplazamiento de la producción local por la importada alcanzó al 168% del incremento del producto industrial entre 1980 y 1997 (C. Bonvecchi, ―Una evaluación del desempeño de la industria argentina en los ‘90‖; 2000). 36 Por lo pronto, no cabe ninguna duda que en materia de empleo, a diferencia del comportamiento evidenciado en el pasado, la industria fue la actividad que expulsó, en términos netos, el mayor número de trabajadores. Ello, junto con los cambios registrados en la oferta laboral, contribuyó de manera decisiva a elevar los niveles de desempleo. 21 El destino según grandes ramas de actividad estuvo, principalmente, en las actividades orientadas hacia los recursos naturales, y a los productos del rubro automotor 37. Hubo, asimismo, como se aludió más arriba, una apreciable participación extranjera en la inversión industrial durante la década. Cuadro 2.2 Crecimiento medio anual del VAM y de las exportaciones manufactureras Argentina y Resto del Mundo (en %) Período 1980-2000 Rubro Mundo Países en desarrollo Países desarrollados Argentina VAM Exportaciones* 2,6 7,6 2,3 6,6 5,4 12,0 0,307 6,26 Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004) Argentina: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas Nacionales y Comercio Exterior. * Las exportaciones de Argentina corresponden al total de MOA+MOI. GRÁFICO 6.1 Participación de las exportaciones argentinas en el total m undial 1992-2009 En % 0,5 Porcentajes 0,45 0,4 0,35 0,3 20 08 20 06 20 04 20 02 20 00 19 98 19 96 19 94 19 92 0,25 Año Xarg/Xmundo Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio Exterior En el período 1980-2000 el comportamiento de Argentina en cuanto a la producción y las exportaciones manufactureras comparado con el Mundo, los países desarrollados y en desarrollo aparece en el Cuadro 2.2. Respecto del VABM, se observa un ritmo de crecimiento muy inferior al del Mundo como también al de los dos otros agrupamientos. En cuanto a las exportaciones (la suma de MOA y MOI), se asemeja al comportamiento presentado por los países en desarrollo, el cual es significativamente menor al del mundo desarrollado. Por ello, la participación de las exportaciones argentinas en el total de las exportaciones mundiales sólo aumentó desde los reducidos niveles de fines de los ‘80 para caer nuevamente a partir de 1999. 37 Atendiendo a los productos elaborados, los mayores cambios registrados fueron el mayor peso de los bienes tradicionales y del automotor, el mantenimiento de los commodities alimenticios y el menor peso de los commodities no alimenticios (G. Yoguel). Ver Nota 5 D) en Apéndice A. 22 La recuperación en los últimos años no logra aumentar el coeficiente de participación y colocarlo en el nivel del año 1998. Ver Gráfico 6.1 El incremento de las exportaciones recibió una influencia significativa del aumento del intercambio con el MERCOSUR y de los acuerdos comerciales celebrados con Brasil, lo cual explica, a su vez, buena parte de las ventas de MOI al exterior. Sin embargo, la pauta del intercambio con Brasil residía, en buena medida, en las exportaciones de bienes primarios y manufacturas más estrechamente vinculadas a los recursos y de baja tecnología, por parte de Argentina. El balance de comercio del sector manufacturero en los ‘90 fue desfavorable. Si bien hubo algunas ramas que mostraron un saldo comercial externo positivo ello no alcanzó para neutralizar el déficit de las restantes (en particular, los rubros de bienes de capital, bienes de consumo durables e intermedios)38. GRÁFICO 6.2 Participación de MOI y Resto en las exportaciones 1992-2001 90,0 80,0 Porcentajes 70,0 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Año PP,CyE, MOA MOI Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Comercio Exterior. El subtotal comprende Materias Primas, Energía y Combustible y MOA. 3) Las reglas del juego derivadas de la visión de la Macroeconomía Nuevo Clásica y asociadas a la globalización de fines del S. XX La concepción de la necesidad de apartar al Estado de las actividades productivas (como productor de bienes y servicios, como orientador de la inversión y como regulador) que se discutió desde la crisis de los ‘70 en el Centro y se impuso, generalizadamente, desde la segunda mitad de los‘80, alcanzó al mundo en desarrollo y también, aunque con un impulso quizás algo distinto, al de las economías avanzadas. Los países en desarrollo aceptaron la liberación del comercio y del flujo de capitales y la privatización, en parte, como secuela de las dificultades experimentadas en el crecimiento económico (con las cuales tuvo bastante que ver, 38 Así, se ha afirmado lo siguiente: ―En síntesis, uno de los rasgos que define el desempeño industrial en los años noventa es el abultado y creciente déficit de divisas que presenta el sector. El mismo se origina en el reducido dinamismo de las exportaciones en contraste con el fuerte crecimiento de las importaciones; en especial, si se tiene en cuenta que se partió de una situación de superávit de divisas en los comienzos de los noventa. A su vez, ello ha introducido una fuerte presión sobre los otros sectores que comercian con el exterior: se requieren superávits cada vez mayores para compensar siquiera en parte los crecientes déficits industriales‖ (B. Kosakoff, edit, ―El desempeño industrial argentino Más allá de la sustitución de importaciones‖; 2000; Cap. 1, Pág. 33) 23 en no pocos casos, el fracaso en avanzar con la industrialización) y además como consecuencia de las presiones que provenían del mundo desarrollado y las instituciones de Bretton Woods (las que, después de la llamada crisis de la deuda39, se hicieron con un poder acrecentado sobre las decisiones de las economías en desarrollo). La globalización al par que los cambios tecnológicos, estuvieron acompañados de la adopción de un conjunto de acuerdos internacionales que establecieron reglas de comportamiento de los países en desarrollo respecto al comercio y las finanzas internacionales. Tales acuerdos tuvieron expresión bilateral, regional e internacional. En términos sucintos sus características principales son las siguientes: a) Liberalización comercial como norma general, admitiéndose excepciones para el caso de ciertas economías en desarrollo aunque fijándole a éstas plazos predeterminados –no necesariamente adecuados a los tiempos necesarios para despejar o aminorar su condición de inferioridad competitiva – Inclusión de ciertos servicios dentro de la liberalización (GATS)40 b) Establecimiento de sanciones para el caso de transgresión de las normas acordadas c) Aceptación de avanzar en la liberalización como regla de largo plazo. d) Eliminación de las normas que controlaran las inversiones extranjeras y la transferencia de tecnología, (TRIMs) aspecto éste que tuvo (y tiene) una incidencia marcada sobre la cuestión industrial. Tanto el GATS como el TRIMs tienen incidencia sobre las políticas que favorecen el proceso de industrialización en los países en desarrollo. Así, las disposiciones contenidas en la política industrial sobre el contenido local de la producción de ciertos bienes y el equilibrio comercial, la incorporación de mano de obra doméstica, la transferencia de tecnología, las prácticas de investigación y desarrollo, resultan acotadas por los acuerdos pactados en las rondas de negociaciones del GAT (hoy la OMC). Cabe tomar en cuenta que las políticas industriales exitosas de varios países del Asia Oriental contenían medidas referidas a los aspectos mencionados, las que pudieron ser aplicadas cuando no existían tales acuerdos, a los que pueden considerarse como restricciones a diversos aspectos de dichas políticas41 (J. Dargin, 2010). Colofón: Las políticas macroeconómicas de los ‘90 (de las cuales las del período 1976-83 fueron un prolegómeno, con varios elementos comunes) no lograron que el sector industrial argentino adquiriera una integración que es considerada necesaria para otorgarle una capacidad competitiva adecuada en un contexto de apertura y globalización Al nivel de Latinoamérica los resultados en materia de industrialización fueron negativos si se toma en consideración el crecimiento de la producción industrial y las repercusiones sobre el resto de la economía. 39 Crisis que estallara, en 1982, con el anuncio de default por México. El objetivo es asegurar la ―transparencia‖ y el ―principio de la nación más favorecida‖, es decir, la no discriminación entre las empresas de diferentes orígenes. La negociación admite la confección de una ―lista positiva‖ lo que significa que los países huéspedes están facultados a excluir las actividades no contenidas en la lista. 41 Servicios: El Acuerdo General sobre Comercio de servicios (GATS) incluye la oferta por parte de las empresas extranjeras presentes en los mercados alcanzados por las disposiciones de la OMC. Sus principios generales son la transparencia y el de la nación más favorecida (es decir la no discriminación entre las empresas de diferentes orígenes). El GATS prevé la confección de una ―lista positiva‖ de inversiones permitidas, lo que faculta a los países huéspedes a tomar la decisión de excluir las actividades no contenidas en la lista. Ver Nota 4 en el Apéndice A. 40 24 El intercambio comercial con el resto del mundo de la industria argentina en la década mostró un agravamiento de su característica ―tradicional‖: el carácter deficitario de sus relaciones con el exterior. Las mejoras en la inversión manufacturera fueron tales si se las compara con los años de la década anterior, muy afectados por los hechos derivados de la crisis de la deuda de 1982. En cambio, no resultaron mejores de lo experimentado en el período 1960-74. El destino de la inversión se concentró en los rubros de producción manufacturera orientados hacia los recursos naturales y los que recibieron un trato preferencial (protección relativa). El desempleo constituyó un factor que denota una falencia seria de la economía argentina en los ‘90. La industria fue un sector que alimentó la elevada tasa de desempleo medio en el período. La estrategia de industrialización de raíz neo-liberal muestra más componentes propios de un fracaso que de una tendencia hacia el progreso de una economía industrializada eficiente en términos de su desempeño competitivo. Los acuerdos internacionales traen consigo condiciones inconvenientes para la adopción de estrategias alternativas a las planteadas por la MNC. C) LA RECUPERACIÓN INDUSTRIAL DESDE 2003. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS NOTORIAS 1) Después del derrumbe del Patrón Dólar, la modificación del contexto macroeconómico se fue concretando en pasos sucesivos. El primer hecho de trascendencia fue el abandono del tipo de cambio fijo convertible y el default junto a la reestructuración de la abultada deuda externa. Ello implicó la instauración de una nueva política monetaria (activa, en sustitución de la política de dinero pasivo sostenida durante una década) y la liberación de recursos del sector público que quedaron disponibles para funciones alternativas. Seguidamente, tuvo lugar la implementación de programas sociales gubernamentales que produjeron un aumento del nivel de empleo (independizados de consideraciones relativas a su productividad) y con ello alguna repercusión sobre la demanda de bienes y servicios (aparte de su plena legitimidad como medio de subsidiar la indigencia y la pobreza). Así, el estado asumía el rol de ―empleador de última instancia‖. Se encaró, luego, el regreso a la fijación del salario nominal por medio de la discusión de convenios colectivos, lo que traía consigo el abandono de la concepción que se impuso en los ‘90 de la necesidad y conveniencia de la liberación del mercado de trabajo (conocida como ―flexibilización laboral o del mercado de trabajo‖). Se actualizó, también, el salario mínimo. Más tarde, se aplicó un incremento del gasto público (actualizando el salario de los empleados públicos –aunque en modo más bien moroso si se compara con el cronograma de los aumentos recibidos en el sector privado- y acrecentando la inversión). Estas medidas tuvieron un impacto notorio y trajeron consigo: a) Un aumento del valor de las exportaciones en moneda doméstica, el que luego se combinó con el ascenso del precio en divisa de los bienes exportados y de las cantidades. b) Una modificación de los precios relativos domésticos, encareciendo las importaciones y abaratando el precio en divisa del factor trabajo. c) Una creación de oportunidades para la producción de bienes antes importados debido a la acentuada modificación de la relación costo-precio al nivel de las unidades de producción42. 42 Lo cual quedó expresado en el incremento de los precios mayoristas frente a una variación menor y más tardía de los salarios. 25 d) La conveniencia de utilizar la capacidad instalada ociosa, disponible debido a la prolongada recesión iniciada en setiembre de 1998. e) Una recuperación ulterior de la demanda agregada, la que alentó la prosecución de la producción de bienes, en particular, los de origen industrial. Hubo así una reindustrialización de la economía argentina. El proceso de reindustrialización se instauraba, así, bajo las siguientes condiciones: Una reactivación de la demanda agregada Una modificación de los precios relativos a favor de la producción doméstica debido a la acentuada devaluación cambiaria (es decir, una situación con similitud a la creada merced a la protección del mercado interno durante la ISI) La disponibilidad de fuerza de trabajo abundante con salarios reales muy bajos La disponibilidad de capital físico debido a la notoria subutilización de la capacidad instalada en varias ramas de la industria. Una disponibilidad de divisas como consecuencia de la rectificación de la política de la deuda pública, el aumento del excedente de la cuenta corriente y el mantenimiento por muchos trimestres de esta condición excedentaria positiva. La superación de la aguda iliquidez vigente en los tiempos finales del Patrón Dólar con convertibilidad merced a la nueva política monetaria y el tratamiento otorgado a la actividad financiera por el Banco Central. 2) La magnitud del crecimiento de la producción industrial desde 2003 queda reflejada en el cuadro siguiente: CUADRO 3.1 Valor agregado bruto manufacturero total (VABM) y per cápita y variación % por quinquenios - Período 1985-2009 VABM PBI Población VABM/pob PBI/pob %Variación %Variación Mill $ 93 Mill $ 93 Miles $ 1993 $ de 1993 VABM/pob PBI/pob 1985-89 36.930 198.959,6 30.988 1.192 6.421 1990-94 40.292 220.549,2 33.250 1.212 6.633 1,7 3,3 1995-99 45.668 268.745 35.396 1.290 7.593 6,5 14,5 2000-04 43.345 262.114,2 37.331 1.161 7.021 -10,0 -7,5 2004-09 59.159 352.939,8 39.292 1.506 8.982 29,7 27,9 Nota: Los valores corresponden a las medias de cada período y la variación está referida a cada período inmediato anterior. Quinquenio CUADRO 3.2 VAB manufacturero total y variación anual. Período 2002-2010 En millones de pesos de 1993 y porcentajes AÑO VAB Mill $ 93 36.176 41.952 46.977 50.480 54.975 59.153 61.482 61.503 67.547 Variación Anual % … 15,97 11,98 7,46 8,90 7,60 3,94 0,03 9,83 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2003-10 8,21 Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Cuentas Nacionales y Población 26 Puede observarse el aumento en la producción manufacturera por habitante del 29,7% en el último quinquenio (destacándose nítidamente respecto de los guarismos de los ‘90) y que resulta superior al crecimiento del PBI pc. La evolución del VABM aparece en el cuadro 3.3, donde se presentan los promedios decenales del producto industrial, comparándolos entre sí. Los ‘60 y ‘70 presentan variaciones del orden del 57% y 58%, respectivamente, respecto a los decenios inmediatamente anteriores. El decenio de los ‘80 tuvo una caída media de casi el 6%, en tanto que los ‘90 sólo muestran una reacción positiva del orden del 14%. El último decenio, que contiene la fuerte caída del bienio 2001-02, aumenta un 16% el registro del decenio anterior. Las cifras de las fases ascendentes del producto industrial, entre 1950 y 2010, aparecen en el Cuadro 3.5. Los períodos más dinámicos y prolongados están comprendidos en los ‘50 a los ‘70 y en la última década (con tasas anuales del 8,67% y 7,13%, totalizando tres lustros; y del 8,21% con ocho años). En los ‘90, se registran tasas de crecimiento anual del 7,7% y 5,8% con una duración de siete años. CUADRO 3.3: Variación del VABM según promedios decenales. Período 1950-2009 En Millones de Pesos de 1993 y Porcentajes Decenio 1950-59 1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 2000-09 Promedio Decenal del VABM Variación % Respecto al Decenio anterior 16.153,5 25.391,9 40.144,9 37.781,2 43.005,5 49.718,0 57,19 58,10 -5,89 13,83 15,61 Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la Argentina (1975) y Oferta y Demanda Globales (1970 y 1986), INDEC, Cuentas Nacionales. GRÁFICO 6.2 Porcentajes Variación del VABM entre promedios decenales En % 65,00 60,00 55,00 50,00 45,00 40,00 35,00 30,00 25,00 20,00 15,00 10,00 5,00 0,00 -5,00 -10,00 1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 2000-09 Decenio Variación % 27 Fuente: Elaboración propia sobre la base de la información mencionada en cuadros anteriores. CUADRO 3.4: Variación del VABM según promedios por período Período 1970-75 1991-98 2003-10 Variación % Respecto al VABM periodo anterior 39.303,3 54,79 43.867,5 11,61 55.508,6 26,54 Fuente: Elaboración propia. Nota: La variación de 1970-75 resulta de la comparación con el decenio 1960-69 Cabe señalar que el crecimiento industrial de los ‘90 presenta una característica distintiva: un descenso del empleo de trabajo, un ascenso de la productividad media de la mano de obra y una disminución del salario real medio por obrero ocupado (respecto a los valores de 196575)43 . Algunos han enfatizado que tal ascenso de la productividad reflejaba un proceso de aumento del capital por ocupado en un claro sentido de modernización industrial y avance tecnológico. Si bien este hecho existió, quedó circunscrito a un número apreciablemente menor del total de unidades de producción, en rubros manufactureros específicos y no alcanzó a ser un fenómeno generalizado de la industria argentina. En cambio, sí tuvo un nivel de generalidad mayor la incorporación de bienes de capital importado, en la medida que se acentuaron las facilidades para la compra de equipos en el exterior44. Más precisamente, el avance estuvo ligado más a la tecnología de productos y reformas de organización empresaria, con énfasis en las cadenas de comercialización en varios casos que a la tecnología de procesos, adaptación de tecnologías avanzadas a la realidad argentina, innovación tecnológica con sello propio, en términos generalizados45. Sí hubo entonces y en diversos momentos del proceso de industrialización argentino, núcleos de producción donde tal cosa fue concretada. Además, debe tomarse en cuenta el efecto de la política macroeconómica imperante sobre la mediana y pequeña empresa, la que impulsó el proceso de de-sustitución de importaciones y con ello, la disminución del número de este tipo de unidades productoras. Debe tenerse en cuenta que esas empresas ocupaban (y ocupan) un número considerable de personal y que presentaban una productividad media del trabajo mucho menor al de las grandes y también a la media de todo el sector manufacturero. 43 El salario real medio por obrero ocupado y por hora trabajada había caído fuertemente en ocasión de los episodios de alta inflación de fines de los ‘80 y principios de los ‘90. En 1991, el salario real industrial era un 7% y un 11,8% más bajo para el obrero ocupado y la hora trabajada, respectivamente. Luego, el salario real asciende a medida que se reducen las alzas de precios y se acomodan los salarios nominales; pero, desde fines de 1993, se estancan y descienden a partir de 1995. 44 En especial, el estrato de firmas de menor tamaño relativo ha sido el que menos aprovechó el proceso de apertura para aumentar el aprovisionamiento externo de bienes y subensambles. (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit. Pág. 216) 45 Los agentes estarían centrando las ganancias de eficiencia en las cadenas de comercialización y distribución mas que en el proceso de fabricación y en los equipos de ingeniería de planta y de investigación y desarrollo formal (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit. Pág. 216) . 28 CUADRO 3.5: Fases Ascendentes del Producto Bruto Manufacturero Argentino 1950-2010 Período 1954-58 1964-74 1983-84 1986-88 1991-94 1996-98 2003-10 Variación media de cada período % Número de años 8,67 7,13 5,01 4,30 7,74 5,82 8,21 5 11 2 3 4 3 8 Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA, 1975; INDEC, Cuentas Nacionales; Ferreres, op.cit. Por último, se presenta, como referencia, cuál fue el comportamiento de la producción manufacturera de cuatro agrupamientos a escala planetaria (PED de Asia, OECD, LAC, ASS) respecto a la producción mundial y la estructura de la producción industrial de los PED de Asia en las últimas cuatro décadas. Es notorio el retraso de América Latina respecto de los PED de Asia; en todas las divisiones (economías de escala baja, media y alta combinadas con las tecnologías baja, media y alta respectivas) aparece un ritmo de variación de la producción industrial menor que el de esos países por lo que su participación relativa en el total mundial en los ‘90 y entre 2000 y 2003, resulta proporcionalmente más distanciada que en la década inicial de la comparación y presentando guarismos menores en los cuatro casos citados. La evolución de la producción por rama de actividad industrial de los PED de Asia revela una modificación en el sentido de una complejización de la producción manufacturera; así, las ramas de la industria química, maquinaria eléctrica y no eléctrica, equipo de transporte y metales básicos acrecentaron su importancia dentro del total, sucediendo lo contrario con las de Alimentos y Bebidas, Textiles, Vestimenta, etc. CUADRO 4.1: Participación en la producción mundial por tipo de tecnología y década (%) GRUPO No. 1970s No. 1980s 1.Bajas economías de escala/ Tecnología Baja Mundo PED Asia 14 4,86 19 10,4 OECD 22 81,91 23 75,73 ALC 20 4,35 22 5,11 ASS 31 1,8 31 1,82 Resto del Mundo 20 7,08 30 6,94 TOTAL 107 100 125 100 No. 1990s No. 2000-2003 17 23 21 23 12,26 73,40 7,41 1,08 11 17 8 5 12,75 78,40 3,08 0,12 33 117 5,85 100 25 66 5,66 100 29 GRUPO No. 1970s No. 1980s No. 1990s No. 2. Bajas economías de escala/Tecnología media Mundo 2,51 6,08 8,23 PED Asia 14 19 17 11 91,58 OECD 22 23 88,27 23 84,97 17 1,88 2,13 3,81 ALC 20 22 21 8 0,97 0,93 0,51 ASS 30 31 23 5 Resto del 3,07 2,59 2,49 Mundo 20 30 33 25 TOTAL 100 100 100 106 125 117 66 3.Economías de escala Medias /Tecnología Media Mundo PED Asia 14 2,14 19 7,77 17 10,82 11 OECD 22 88,7 23 81,84 23 77,79 17 ALC 19 2,3 22 3,35 21 5,23 8 ASS 29 1,37 30 1,34 23 0,76 4 Resto del Mundo 20 5,49 29 5,7 33 5,4 25 TOTAL 104 100 123 100 117 100 65 4. Economías de escala Medias o fuertes / Tecnología media o alta Mundo PED Asia 14 2,19 18 6,07 17 9,41 11 OECD 22 90,9 23 86,76 23 81,96 17 ALC 20 1,56 22 2,36 21 4,62 8 ASS 30 0,71 31 0,77 23 0,36 4 Resto del Mundo 20 4,64 30 4,04 33 3,64 25 TOTAL 106 100 124 100 117 100 65 Fuente: J. Felipe y Estrada, 2008. 20002003 8,42 86,56 1,65 0,07 3,3 100 11,34 80,96 2,01 0,03 5,66 100 11,33 82,68 1,39 0,01 4,58 100 CUADRO 4.2: Estructura de la producción industrial de los PED de Asia por década (%) Rama Alimentos y Bebidas Textiles Vestimenta, cueros y calzados Madera y productos de la madera Papel y productos de papel Imprentas y publicaciones Industria química Petróleo y carbón Caucho y productos plásticos Productos de minerales no metálicos Metales básicos Productos de metal Maquinaria no eléctrica Maquinaria eléctrica Equipo de transporte Otros Total Fuente: J. Felipe y Estrada, 2008 1970s 19,4 14,77 5,27 3,01 2,20 2,11 9,41 4,90 4,55 1980s 14,14 11,02 4,89 2,10 2,10 1,95 10,19 4,73 4,84 1990s 12,45 7,11 4,74 2,01 2,09 2,58 10,21 4,07 4,38 2000-03 12,55 5,84 4,20 1,82 2,28 1,89 11,45 3,57 3,85 4,46 5,86 3,43 3,88 8,07 5,74 2,94 100 5,42 7,75 4,24 8,32 9,43 5,49 3,39 100 5,34 7,60 4,23 8,58 13,69 8,28 2,62 100 4,60 7,71 3,42 8,66 16,57 9,26 2,33 100 30 CUADRO 4.3: Argentina - PARTICIPACIÓN SUBSECTORIAL EN EL VAB INDUSTRIAL, A PRECIOS DE 1993 (%) Rubro manufacturero Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, prendas de vestir e industrias del cuero Madera y sus productos, muebles y otras industrias n.c.p. Papel y sus productos; imprentas y editoriales Sustancias y productos químicos, derivados del petróleo y del carbón, de caucho y plásticos Productos minerales no metálicos, excepto derivados del petróleo y el carbón Industrias metálicas básicas Productos metálicos, maquinaria y equipo Fuente: Bugna-Porta. 1980 19 11 3 1991 25 14 3 1998 26 10 8 2002 32 7 6 2005 28 8 6 4 24 5 25 7 25 7 29 8 25 6 4 3 2 3 3 29 4 20 4 24 4 15 4 21 La comparación entre la participación de los subsectores manufactureros en el total del VABM de Argentina y los PED Asiáticos revela la menor importancia, en el primero, de las actividades industriales más complejas y que exigen un mayor grado de evolución productiva. En el comercio exterior, el ascenso de las exportaciones fue superior al de las importaciones; sin embargo, éstas últimas retomaron una dinámica que se fue acelerando en los últimos años. Con todo, el balance de comercio positivo se fue reiterando trimestre a trimestre coexistiendo con un fuerte ascenso de la renta agregada doméstica y del VABM. 75000 70000 65000 60000 55000 50000 45000 40000 35000 30000 25000 20000 15000 10000 5000 0 -5000 -10000 EXPO-IMPO y Bce. Comercial 1980-2010 En Millones de usd corrientes 19 80 19 82 19 84 19 86 19 88 19 90 19 92 19 94 19 96 19 98 20 00 20 02 20 04 20 06 20 08 20 10 Millones de usd GRÁFICO 7 Año Total X Total M Bce Comercio Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖ 31 Es preciso tomar en cuenta que la crisis internacional 2007/08 se hizo sentir sobre el nivel de actividad económica, reduciéndolo notoriamente y sobre las importaciones, retardándolas en 200946. GRÁFICO 8 Porcentajes Participación de MOI y Resto en las exportaciones 2002-2010 80,0 75,0 70,0 65,0 60,0 55,0 50,0 45,0 40,0 35,0 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 0,0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Año PP,CyE, MOA MOI Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, “Comercio Exterior” La composición de las exportaciones, entre 2002-2010, no tuvo una modificación sustancial ya que el conjunto de las PP, CyE y MOA siguió representando más de tres quintos del total exportado aunque sí se registró un ascenso más acelerado de las MOI47, lo cual llevó a que superaran el tercio del valor de lo vendido al exterior. Además, este subconjunto de las exportaciones experimentó una modificación positiva en algunos productos, al acrecentarse la proporción que contienen de bienes terminados (lo cual implicó una cierta reducción de los intermedios La aparición de ventas de papel y cartón en lugar de la pasta celulósica; productos manufacturados surgidos de la siderurgia; vestuario y confecciones dentro de los textiles; la reaparición de zapatos y zapatillas, entre otros bienes.)48 46 Así, el aumento del balance comercial del año2009 tuvo que ver con la caída en la tasa de crecimiento y con el efecto directo de la crisis sobre las expo-impo. Además, debe tenerse en cuenta que la reducción de las expo en 2009 se relaciona con la caída de la producción primaria 2008-9. 47 En rigor, debe señalarse que las MOI contienen una parte de bienes que están más cerca del carácter de primarios que de manufacturas industriales. Así, el rubro ―Piedras y metales preciosos‖ integra las MOI: ―La única excepción está dada por las ventas externas de piedras y metales preciosos, incluida en las MOI por razones técnicas, pero vinculada fuertemente con la promoción de la actividad minera y por lo tanto sin mérito para este análisis por su dependencia de los recursos naturales‖ (INTI) http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc64/inti8.php 48 Al respecto, analizando esta cuestión hasta 2006, se ha afirmado que ―Dicho cambio radical en la estructura de saldos no se ve acompañado de un cambio en el patrón de especialización que, si bien muestra tasas de crecimiento mayores que el promedio para sectores como las MOI, sigue estando dominado por productos primarios de escaso valor agregado. La situación de convivencia del superávit externo con un alto nivel de crecimiento del producto y, por lo tanto, del mercado interno es especialmente atípica para la economía Argentina. Las condiciones de estabilidad del superávit, tanto internas como externas, plantean interrogantes para el mediano plazo. Para evitar el dilema que Argentina ha enfrentado en situaciones similares (ajuste recesivo o desequilibrio externo), las ganancias de competitividad deberían provenir de mejoras 32 En cuanto al contenido tecnológico de lo exportado debe reconocerse el limitado alcance de las exportaciones con alta tecnología y la mayor proporción de los bienes con tecnología baja y media baja49. Es también importante revisar, al respecto, el comportamiento de la composición de las importaciones y su relación con el PBI y la IBIF. Tal como se presenta en los Gráficos 1 y 2, el último período (2003-2010) muestra que el ascenso de la producción manufacturera y de la IBIF trae consigo una correlación positiva con las importaciones. CUADRO 4.5 Inversión en Equipo Durable, discriminado en Maquinaria y equipo y Material de transporte, Nacional e importado, en proporción del PBIpm. Período 1993-2010 Maq. y Equip Maq. y Equip Mat. Transp AÑO 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000(*) 2001(*) 2002(*) 2003(*) 2004(*) 2005(*) 2006(*) 2007(*) 2008(*) 2009(*) 2010(*) Nacional (1) Importado Nacional Mat. Transp Importado EN PORCENTAJES RESPECTO DEL PBI p.m. 3,1 2,0 1,6 0,6 2,9 2,6 1,8 1,0 2,8 2,1 1,3 0,8 2,9 2,4 1,2 1,0 2,7 3,1 1,4 1,4 2,7 3,2 1,4 1,6 2,3 2,8 1,4 1,3 2,2 2,9 1,2 0,9 2,0 2,2 0,7 0,7 2,0 0,6 0,5 0,3 2,2 1,3 0,6 0,5 2,4 2,2 0,8 1,2 2,5 2,6 1,0 1,5 2,5 3,1 1,0 1,6 2,6 3,7 1,1 1,9 2,5 4,1 1,1 2,4 2,5 3,1 0,9 1,6 2,6 4,2 1,1 2,6 Equipo Durable Índice 1993=100 100 119,8 98,5 111,4 137,2 147,6 125,4 114,2 85,6 47,7 69,3 105,6 133,5 157,1 192,6 223,9 181,9 256,8 Fuente: Elaborado a partir de INDEC, Cuentas Nacionales. Las cifras correspondientes a las importaciones de 2010 son una estimación propia aproximada. en los aspectos no-precio de las exportaciones. (Bianco, Porta, Vismara, ―Evolución Reciente de la Balanza Comercial Argentina. El desplazamiento de la restricción externa‖) 49 Las exportaciones industriales argentinas se concentran en las gamas de menor contenido tecnológico, clasificadas según las convenciones usuales en la materia (Hatzichronoglou, 1997). Para el año 2005, las manufacturas consideradas de Baja tecnología –compuestas en su gran mayoría por productos del sector de Alimentos, bebidas y tabaco- alcanzaron al 59% de las exportaciones manufactureras totales argentinas. Las de Media Baja tecnología representaron en ese año el 19% del total y estuvieron compuestas mayormente por bienes de las ramas de Metales ferrosos y Productos de caucho y plástico; integran también este lote productos de la Refinación del petróleo, Productos minerales no metálicos y Productos de metal. Las manufacturas de Medio Alto contenido tecnológico explicaron una proporción similar del total de ventas externas de productos industriales (20%), destacándose los productos Químicos (50%) y los Vehículos a motor (42%). La incidencia de las manufacturas de Alta tecnología en este conjunto de exportaciones sigue siendo marginal (2%), compuestas predominantemente por productos Farmacéuticos (68%) y, en menor proporción, por Equipo de radio, TV y comunicaciones. 33 En el Cuadro 4.5 y el Gráfico 9 se presenta el comportamiento de la producción nacional e importada en el rubro Equipo Durable de la inversión bruta fija. Para ello, se relaciona dicho rubro y sus componentes Maquinaria y equipo y Material de transporte, con el PBIpm. Puede apreciarse el significativo crecimiento de la inversión en equipo durable (tomando 1993 =100, pasó a 256,8 en 2010, es decir, un incremento del 157% en diecisiete años, lo cual equivale a un 2,68 % a.a.) y además que el aumento de las importaciones constituye una fuente creciente del abastecimiento de este tipo de bienes. Si se toma en cuenta el dato de 2008, el año en que confluyeron la crisis internacional y la aparición del conflicto con el empresariado del sector agropecuario seguido de la sequía que afectó la producción de este sector, la importación de ‗Maquinaria y equipo‘ alcanzó al 4,1% del PBIpm y la de ‗Material de transporte‘ al 2,4%, las cifras más altas de los últimos tres lustros. Observando el Gráfico puede apreciarse que el ascenso de la importación de estos bienes de inversión, registrado entre 1993 y 1998, es igualado en 2006 para ser superado a partir de 2007. Vale la pena destacar que este crecimiento de la importación de bienes de inversión tiene lugar en un contexto sectorial distinto al de los ‘90: mientras que hoy se registra una suerte de reindustrialización que tiende a recomponer el tejido manufacturero (aunque con las limitaciones derivadas de un mecanismo relativamente espontáneo al amparo de unas condiciones macroeconómicas favorables, en un marco de crecimiento robusto), en la última década del S. XX se concretaba una reestructuración industrial que tendió a achicar al sector. GRÁFICO 9 Maquinaria y equipo y Material de transporte. Nacional e importado. En % del PBI 4,5 4,0 Porcentajes 3,5 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 9 20 9 00 20 (*) 01 20 (*) 02 20 (*) 03 20 (*) 04 20 (*) 05 20 (*) 06 20 (*) 07 20 (*) 08 20 (*) 09 20 (*) 10 (*) 0,0 AÑOS Maq y equipo nacional Mat. Transporte nacional Maq. Y equipo importado Mat. Transporte importado Fuente: Elaboración propia Durante los ‘90 la inversión en la industria manufacturera se concentró en seis actividades en las cuales es importante la dotación de recursos naturales (Derivados del petróleo y gas, Alimentos y bebidas, Celulosa y papel, Petroquímica). Si además se toma en cuenta la inversión en la producción de Hierro y Acero resulta que todas ellas reunían casi el 70% del total de la inversión del sector manufacturero. Y sumando la inversión de la Industria Automotriz (un caso especial por las características del régimen que enmarca la producción de 34 este rubro) se tiene que un 88% de la inversión sectorial en dicha década correspondió a sólo siete agrupamientos manufactureros. Cabe señalar que entre 2005 y 2010 la producción de la industria manufacturera estuvo ligada, principalmente, al crecimiento de la capacidad instalada, lo cual implica que la inversión sectorial aumentó en todos esos años (salvo en 2009) 50 aunque con un grado de concentración aparentemente menor al de los ‘90. En el Gráfico 10 se compara el comportamiento de la inversión bruta fija con relación al PBIpm del período ISI (1950-1973) con el de los años 1993 a 2010. Es interesante destacar el ascenso empinado de la inversión en equipo durable hasta 1964, el mantenimiento del coeficiente equipo durable/PBI en torno del 9%-9,4% hasta 1973 y luego, en los 90, su tendencia descendente que finaliza en la fuerte caída que tuvo lugar en 2002. La recuperación, desde entonces, de dicho coeficiente lo ha colocado en el 10,5% del PBIpm, en 2010, por encima del correspondiente a 1973 y por debajo del registrado en el año 1964. En el período 1950-73 tuvo lugar el proceso más intenso de sustitución de bienes de capital e intermedios antes importados, lo cual queda reflejado en el ascenso de coeficiente equipo durable-PBIpm y en la incidencia sobre la importación, cuyo aumento era provocado, en buena medida, por ese tipo de industrialización sustitutiva, según se señalara más arriba. Párrafo aparte merece la experiencia del período 1960-64, cuando el fuerte impulso del coeficiente que se comenta, tuvo su explicación en un incremento notorio del Material de transporte (cuya magnitud relativa sigue siendo una de las más altas sino la mayor desde mediados del siglo pasado y la incorporación de Maquinaria y equipo). Así, en la medida que en la actualidad se incursione en un proceso sustitutivo, aunque fuera con algún grado de semejanza al ya experimentado, es dable prever que el coeficiente de importación de bienes de capital tenga un aumento. GRÁFICO 10 Composición de la inversión en equipo durable: Material de transporte y Maquinaria y Equipo. En % del PBI. Períodos 1950-73 y 1993-2010 15,0 13,5 Porcentajes 12,0 10,5 9,0 7,5 6,0 4,5 3,0 1,5 20 08 20 05 20 02 19 99 19 96 19 93 19 71 19 68 19 65 19 62 19 59 19 56 19 53 19 50 0,0 Años Equipo durable Material de Transporte Maquinaria y Equipo Fuente: Elaboración propia 50 En 2009 el impacto de la crisis internacional hizo reducir el nivel de inversión bruta interna. 35 Hoy, el proceso de sustitución tiene un mayor grado de libertad, en la medida que la restricción externa ha mostrado un nítido debilitamiento. Pero, para conseguir un sendero eficiente de crecimiento, se requiere una tasa de inversión compatibilizada con un cierto ritmo de aumento del rendimiento del trabajo. El modo de conseguir ese incremento conjunto es de importancia crucial. Y su determinación – variable según el contexto macroeconómico doméstico y externo- demanda la existencia de una autoridad idónea51 cuya intervención no puede ser sustituida por la mera acción del mercado. Cabe mostrar ahora que la vinculación entre la IBIF y la importación vuelve a reiterar que los bienes importados complejos constituyen un componente significativo de tal evolución positiva. Se ha tomado al conjunto de productos electrónicos para visualizar dicha vinculación. En el Cuadro 4.1 se muestra el balance de comercio de esos productos, su incidencia en el balance comercial del resto de los bienes intercambiados con el exterior y en los gráficos 8 y 9 la relación entre la importación de estos bienes, la IBIF y el VABM. CUADRO 4.1 Balance comercial de productos electrónicos y total. Incidencia sobre el Bce. Comercial del Resto de las expo-impo. 1992-2010 En u$s corrientes Año X M BCPE BC Total BC Resto BCPE/BCR % 1992 138,39 2.210,00 -2.071,6 -2.473 -401,4 516,1 1993 129,56 2.529,34 -2.399,8 -3.514 -1.113,7 215,5 1994 155,62 3.316,95 -3.161,3 -5.566 -2.404,9 131,5 1995 205,68 2.586,58 -2.380,9 1.040 3.421,2 -69,6 1996 153,43 2.913,97 -2.760,5 281 3.041,7 -90,8 1997 188,57 4.203,96 -4.015,4 -4.018 -2,8 143.909,9 1998 171,87 4.254,87 -4.083,0 -4.944 -861,4 474,0 1999 148,07 3.734,38 -3.586,3 -2.200 1.386,2 -258,7 2000 197,48 4.314,28 -4.116,8 1.062 5.178,3 -79,5 2001 217,86 2.880,35 -2.662,5 6.223 8.885,9 -30,0 2002 198,74 573,77 -375,0 16.721 17.096,5 -2,2 2003 155,57 1.323,68 -1.168,1 15.715 16.883,3 -6,9 2004 201,71 2.910,03 -2.708,3 12.104 14.812,0 -18,3 2005 232,31 4.075,59 -3.843,3 11.328 15.171,4 -25,3 2006 273,11 4.572,06 -4.298,9 12.393 16.691,9 -25,8 2007 355,13 5.671,27 -5.316,1 11.273 16.589,1 -32,0 2008 400,02 5.934,02 -5.534,0 12.556 18.090,0 -30,6 2009 301,43 4.850,35 -4.548,9 16.886 21.434,9 -21,2 2010 278,89 6.605,25 -6.326,4 11.633 17.959,4 -35,2 Fuente: L. Cianci, Tesis de grado, Ing. Industrial, FIUBA, www.uba.secyt/PIUBAD 2011. Nota: Se deduce que al acrecentarse las importaciones, el peso de las compras al exterior de bienes complejos, aumenta. Y el aumento de las importaciones (M) está asociado al crecimiento de la inversión bruta fija (IBIF), del VABM y del PBI pm. Entonces, se reitera que el avance de la producción industrial genera un aumento de las importaciones de bienes complejos. 51 El accionar de esa autoridad es concebida de diversas maneras: la coordinación y la información; la elaboración de programas y el fomento a la inversión en ciertos subsectores; la intervención directa en la producción de ciertos bienes y servicios; la creación de entidades ad hoc para orientar recursos crediticios, etc. 36 Además, se han incluido las series del PBI, la IBIF el VABM y la MPE (Cuadros 4.2 y 4.3). La correlación existente entre estas series es elevada (Cuadro 4.4). Debe considerarse, entonces, que el crecimiento sostenido de dichas variables implica la necesidad de importar bienes complejos (bienes de capital, partes a ensamblar, tecnología de productos y de procesos). Pero, además, que lo planteado como deseable y conveniente en los ‘70, respecto a la producción doméstica de varios de esos bienes, sigue estando en pie. CUADRO 4.2 Evolución del PBI pm, la IBIF y la importación de productos electrónicos (MPE) Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993 Año PBI IBIF 1992 223.743,0 43121,5 1993 236.505,0 45069,4 1994 250.308,0 51248,8 1995 243.166,0 44539,6 1996 256.626,0 48500,3 1997 277.441,0 57067,0 1998 288.123,0 60830,6 1999 278.369,0 53231,8 2000 276.173,0 49502,0 2001 263.997,0 41.750,0 2002 235.236,0 26.533,0 2003 256.023,5 36.659,0 2004 279.141,3 48.836,7 2005 304.815,3 60.458,4 2006 330.565,5 71.438,2 2007 359.170,0 81.187,0 2008 383.444,0 88.552,8 2009 386.704,0 79.527,0 2010 422.130,0 96.409,0 Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior MPE 4.733,83 3.321,82 4.101,51 3.088,21 3.458,85 4.929,99 4.989,96 5.053,86 5.881,85 4.204,24 945,39 1.947,29 3.701,70 4.879,14 5.297,74 6.049,04 5.618,43 5.509,26 6.900,08 CUADRO 4.3 Evolución del VABM y la importación de productos electrónicos (MPE) Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993 Año 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 VABM 41223 43.138 45.079 41.850 44.550 48.627 49.526 45.599 43.855 40.627 36.176 MPE 4733,83 3321,82 4101,51 3088,21 3458,85 4929,99 4989,96 5053,86 5881,85 4204,24 945,39 37 CUADRO 4.3 Continuación Año VABM 2003 41.952 2004 46.977 2005 50.480 2006 54.975 2007 59.153 2008 61.482 2009 61.503 2010 67.547 Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior MPE 1947,29 3701,70 4879,14 5297,74 6049,04 5618,43 5509,26 6900,08 CUADRO 4.4 Coeficientes de Correlación: IBIF, VABM e Importación de productos electrónicos (MPE) Series 1992-2010 Variables IBIF y MPE VABM y MPE Coeficientes de Correlación 0,8279 0,7693 GRÁFICO 11 IBIF y MPE 1992-2010 Millones de $ 93 120000,0 8.000,00 7.000,00 100000,0 6.000,00 5.000,00 60000,0 4.000,00 mpe IBIF 80000,0 3.000,00 40000,0 2.000,00 20000,0 1.000,00 20 10 20 08 20 06 20 04 20 02 20 00 19 98 19 96 - 19 94 19 92 0,0 AÑOS IBIF MPE Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio exterior. 38 GRÁFICO 12 VABM y MPE 1992-2010 Millones de $ 93 8000,00 70000 7000,00 60000 6000,00 50000 5000,00 40000 4000,00 30000 3000,00 20000 2000,00 10000 1000,00 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 0,00 1992 0 mpe vabm 80000 Año VABM MPE Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas Nacionales y Comercio exterior. Es interesante realizar una comparación entre el coeficiente de importación de Argentina con el de Brasil para el período 2000-2010 GRÁFICO 13 Argentina y Brasil: Participación de las importaciones en el PBI 2000-2009 16 14 Porcentajes 12 10 8 6 4 2 0 2000 Brasil 2001 2002 Argentina 2003 2004 2005 2006 2007 Año 2 per. media móvil (Argentina) 2008 2009 2010 2 per. media móvil (Brasil) Fuente: Elaboración propia sobre la base de “Panorama del Comercio Exterior Brasileño”, 2010, Página web e INDEC Cuentas nacionales. 39 GRÁFICO 14 Argentina y Brasil: Exportaciones en números índice Año 2000 = 100 Período 2000-2010 400,0 350,0 ïndices 300,0 250,0 200,0 150,0 100,0 50,0 0,0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Año Xs Argentinas Xs Brasileñas Fuente: Elaboración propia sobre la base de “Panorama del Comercio Exterior Brasileño”, 2010, Página web e INDEC, Comercio exterior. Los números índice corresponden a las Expo en usd corrientes. GRÁFICO 15 Argentina y Brasil: Participación de las exportaciones en el PBIpm 2000-2010 16 14 Porcentajes 12 10 8 6 4 2 0 2000 X/PBI Brasil 2001 2002 X/PBI Argent 2003 2004 2005 Año 2006 2 per. media móvil (X/PBI Brasil) 2007 2008 2009 2010 2 per. media móvil (X/PBI Argent) Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010, Página web e INDEC Cuentas nacionales. Nota: La relación entre exportaciones y PBIpm de Argentina corresponde al cómputo de la Oferta y Demanda Globales a precios de 1993. 40 CUADRO 5: Argentina y Brasil: Tasa de Variación del PBI pm Año 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Promedio anual PBI pm % Brasil 0,8 4,2 1,9 1,0 -0,2 5,1 2,3 3,7 5,4 5,1 -0,2 7,5 3,05 PBI pm % Arg. -3,39 -0,79 -4,41 -10,89 8,84 9,03 9,20 8,45 8,65 6,76 0,85 9,16 3,45 GRÁFICO 16 Argentina y Brasil:TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DEL PBIpm 1999-2010 15 10 porcentajes 5 0 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 -5 -10 -15 año Brasil Argentina Es notorio que el aumento de las importaciones en relación al crecimiento de la renta y el producto doméstico en Brasil resulta ser menos intenso que en Argentina. Este comportamiento puede deberse a diversos motivos; sin embargo, las razones más destacables están vinculadas a las tasas de crecimiento de una y otra economía, la significación del tipo de cambio en un caso y otro y la importancia relativa de los distintos bienes importados (la composición de las importaciones de uno y otro país). La tasa media de crecimiento del PBI de Brasil en el período es algo menor que la de Argentina (Ver Cuadro 5) en tanto que los tipos de cambio tuvieron un comportamiento 41 opuesto (la protección efectiva ha sido mayor en Argentina que en Brasil). Queda, entonces, la cuestión de la composición de las importaciones como uno de los factores que pesan en cuanto a la incidencia sobre el PBI. Aparentemente, la economía de Brasil resulta menos intensiva en la adquisición de bienes extranjeros que la de Argentina, lo cual estaría revelando una estructura de la producción doméstica proporcionalmente más ―completa‖ o integrada. Es procedente enfatizar que el aumento de las exportaciones argentinas (que resultó menor que el de Brasil, por ejemplo) no parece haber reflejado una mejora global de su competitividad sino más bien la consecuencia de los factores vinculados a la mejora de precios y cantidades52. IV. ELEMENTOS PARA LA SELECCIÓN DE UNA ESTRATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN Y DEDUCCIONES PRELIMINARES 1) El crecimiento, el desarrollo y la industrialización 1.1 Un sector de la literatura económica está planteando que, en la presente etapa de la evolución de las economías capitalistas y de los intercambios internacionales, se pone de manifiesto la posibilidad de un crecimiento y desarrollo económico sin que sea imprescindible acceder a un proceso de industrialización como condición ―sine qua non‖ 53. Sin embargo, otros autores afirman lo contrario, basándose en consideraciones coincidentes –en algunos puntos esenciales – con el tratamiento del desarrollo y la necesidad de promoverlo activamente, por ciertos enfoques teóricos formulados en al pasado. Se acepta, entonces, que la superación del estado de menor desarrollo relativo en que se encuentra una parte importante de países y regiones, cuya población representa una porción mayoritaria del total mundial, exige: lograr una diversificación de la producción de bienes y servicios, conseguir una inserción más ventajosa en los intercambios con el resto del mundo, lo cual supone competir en los mercados domésticos, regionales e internacionales con un conjunto amplio de bienes y con servicios reales, transables, y en condiciones de proporcionar empleo productivo a una elevada porción de su población. Tal diversificación de la producción –alcanzable merced al cambio estructural de las economías en desarrollo – no tiene porqué excluir la producción manufacturera ya que ésta permite la generación de excedente económico, en esencia semejante al generado por la agricultura, lo cual posibilita y facilita la multiplicación de los servicios. Más aún, una literatura económica significativa ha aportado, recientemente, elementos de juicio que permiten identificar una serie de regularidades en los patrones de crecimiento y desarrollo, entre las que la industrialización es la clave de la transformación estructural y el aumento sostenido de la producción54 (D. Rodrik; J. Felipe, Wang) 52 ―La aplicación del CMSA a la evolución de las exportaciones argentinas en este último período sugiere que gran parte de su crecimiento resultaría explicado más por el gran dinamismo de la producción y el comercio mundiales que por eventuales ganancias netas de competitividad de la producción nacional. En ese mismo sentido, llama la atención la escasa magnitud absoluta del efecto participación de mercado, lo que estaría reflejando la aparente falta de una respuesta de las exportaciones acorde con la devaluación registrada; esta observación lleva a la necesidad de enfocar las preocupaciones sobre la competitividad de la producción argentina en torno a la evolución de la productividad y a los atributos ―no precio‖ (variedad, calidad, diferenciación de productos)‖ (C. Bianco, F. Porta, F. Vismara, Evolución reciente de la balanza comercial argentina) 53 Sin embargo, en dichos países, ese proceso ha estado estrechamente ligado a la maduración y la sofisticación del entramado industrial, así como la generación de diversos efectos propulsores por parte del sector manufacturero. 54 Ver Nota 5.C) 42 1.2 La continuación del proceso de industrialización debe enfrentar, hoy, nuevas condiciones que resultan ser determinantes para alcanzar una competitividad que permita establecer y luego sobrevivir, con eficiencia, a las ramas sectoriales inexistentes o necesitadas de consolidar su permanencia en el tejido productivo local. Ellas son: Liberalización comercial asociada a la globalización55 en curso Cambio tecnológico acelerado Reducción de las distancias económicas Adaptación a las exigencias derivadas del cambio (nuevas formas de organización industrial, adecuada incorporación de técnicas productivas, utilización de personal idóneo, demanda de habilidades especiales) Utilización modernizada de las economías de aglomeración y el estrechamiento de los eslabonamientos entre las empresas de ramas productivas ligadas por la complementariedad en el orden nacional. La competencia asume características particulares pues se basa en una combinación novedosa de tecnologías avanzadas, oferta y modalidades de distribución en redes 56. Todo ello obliga a que las empresas de las economías en desarrollo que deben encarar el avance en la industrialización utilicen nuevas tecnologías con las mejores prácticas (tecnologías duras y blandas). Dado que la accesibilidad a los mercados mundiales se corresponde frecuentemente con empresas que desarrollan sistemas complejos, que aprovechan diferencias en costos, se distinguen por el desarrollo de habilidades y encaran la optimización de tales sistemas, ello se convierte, casi, en una suerte de requisito para la producción competitiva de los bienes manufacturados. Y tal requisito no se circunscribe a los bienes más complejos, usuarios de instrumentos y equipos altamente valiosos y resultantes de procesos complejos; también, los bienes de consumo e intermedios son generados con tales avances tecnológicos y modalidades organizativas complejas. Puede afirmarse, entonces, que la industria manufacturera se está convirtiendo en una actividad que realiza un uso intensivo de la información y de las comunicaciones externas e internas y que debe encarar una diversidad de tareas caracterizadas por su ―levedad‖, el diseño, la investigación, la conformación de redes (S. Lall, 2004). Las empresas líderes del mundo desarrollado constituyen un núcleo que son un exponente típico de las entidades que se desempeñan con la competitividad que resulta ser un fruto del 55 The International Monetary Fund defines globalization as broader and deeper integration, ―...the growing economic interdependence of countries worldwide through the increasing volume and variety of cross-border transactions in goods and services and of international capital flows, and also through the more rapid and widespread diffusion of technology‖ (IMF 1997:45). While there have been dramatic increases in international economic integration during last 30 years, change has been particularly intense over the last decade. During this period (roughly the mid 80s to the mid 90s) trade grew twice as fast as world output, foreign direct investment three times as fast, and cross-border trade in shares ten times as fast (Economist 1997: 79). 56 ―El capitalismo de hoy día conlleva la desagregación detallada de las etapas de la producción y el consumo a través de las fronteras nacionales, con empresas con una estructura organizativa densamente ‗redificada‘ (networked)‖ (Gereffi, Korzeniewicz and Korzeniewicz, 1994:1, citado por J. S. Kobrin, 1999) 43 uso de tecnologías avanzadas y de punta y de organizaciones adaptadas a las exigencias planteadas por ellas y por la globalización, es decir, capaces de disputar mercados mundiales. También, debe tomarse en cuenta el poder adquirido por tales organizaciones (expresado en su participación en el mercado) y su capacidad para defender sus cuotas de dominio económico por diversos medios. Así, la preservación de sus derechos de propiedad intelectual (marcas y patentes de tecnologías de productos y procesos) tiene lugar en virtud de reclamos y exigencias a los niveles nacional e internacional, recurriendo para ello a su influencia sobre el poder político para sostener su poder y capacidad para realizar beneficios. Sin embargo, puede afirmarse que existen posibilidades –derivadas del avance tecnológico y el desarrollo de la competencia- para que empresas de menor rango y poder de mercado puedan entrelazarse con las trasnacionales. 1.3 Si bien en un esquema de economía abierta, con intercambios libres, de acuerdo a la especialización basada en las ventajas comparativas y el intercambio comercial del modelo ricardiano, sería lógicamente posible lograr un grado de abastecimiento y de ventajas en el bienestar iguales o mayores al que se pretende merced al cambio estructural, con una diversificación de la producción. Sin embargo, la experiencia y el comportamiento de la realidad demuestran que ese no ha sido el camino seguido para su desarrollo por las economías actualmente avanzadas (Francia, Alemania, USA, Japón) y tampoco resulta ser, hoy, el tipo de intercambio y división del trabajo vigentes en los países como los del Este de Asia. En cambio, es aceptable considerar que a comienzos del S. XXI, la industrialización, en la presente etapa de desarrollo del sistema capitalista –en tanto sistema de alcance mundialadquiere características distintivas relevantes respecto a lo que acontecía a mediados del S. XX. Pero, hay un elemento central común a ambos momentos: la necesidad de que unas economías (las menos desarrolladas) transiten desde un estadio de desarrollo a otro superior, para lo cual la industrialización es un proceso que posibilita y/o facilita francamente dicho tránsito. 2) Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización 2.1 La visión teórica de raíz estructuralista: Para concretar lo anterior, de acuerdo a la visión teórica de raíz estructuralista, mencionada antes y dada la experiencia recogida mediante la aplicación de la visión neoliberal, se considera necesaria la concepción de una política industrial y su aplicación a través de las instituciones sociales, con una participación activa del Estado. Se estima entonces que ―el argumento en pro de una política industrial selecta es sólido y se debe mantener en los países en desarrollo que tratan de aumentar su nivel de vida‖. Para que la política industrial sea efectiva, las autoridades deben identificar los fallos potenciales del mercado (y de los gobiernos), ―los cuales proporcionan el espacio para implementar la intervención en la capacitación y el bienestar‖ En el caso de países (como el argentino) en los que ya se ha iniciado un proceso de industrialización, se ha alcanzado un cierto grado de desarrollo y que poseen un mercado de cierta magnitud, la estrategia de industrialización debe ser múltiple. ―Debe concebirse un desarrollo según etapas, de tal modo que, en las iniciales, la sustitución de importaciones debe basarse en las ramas intensivas en el uso de mano de obra. Luego, correspondería el abordaje de la producción de bienes de capital, con la finalidad de independizar a la producción local de la dependencia exterior. Sólo después de haberse creado una base industrial sólida para los productos intermedios y pequeños, deberían hacerse esfuerzos para expandirse al mercado 44 internacional. En ningún momento, durante la fase de la producción nacional, deben dejarse de lado las mejores prácticas (best practices), de tal modo que este período debe ser un aprendizaje, a través de la práctica, para poder ganar competitividad con vistas a la competencia internacional‖ (J. Dargin, 2010) 2.2 La estrategia basada en el enfoque de la capacidad tecnológica Como la industria de los países en desarrollo, en sus diferentes ramas, no suele estar en la frontera tecnológica, el desafío principal para avanzar en el desarrollo industrial en dichos países consiste en incorporar y adaptar tecnologías existentes57. El proceso de adaptación y creación tecnológica y la difusión de la capacidad de asimilación tecnológica y la adecuación de los procesos productivos y organizativos, en sentido amplio, en las empresas del mundo en desarrollo requiere la promoción estatal. Sin embargo, esa promoción debe ser selectiva y expuesta a la neutralización, en algún momento, por la competencia externa. El éxito en el desarrollo industrial de los países en desarrollo se asocia principalmente a la capacidad con que sus sociedades, a través de sus gobiernos, logran fomentar y orientar con efectividad (por ejemplo teniendo en cuenta las externalidades y aspectos tácitos asociados a las diferentes tecnologías vigentes) los procesos de incorporación y adaptación de tecnologías58. De ese modo, en forma gradual, dichas naciones se encontrarán en condiciones de tener un rol activo en la generación de conocimiento e innovaciones a nivel global. 2.3 La estrategia con una participación importante de la IED Ahora bien, debe hacerse otra consideración relevante respecto de la inversión extranjera directa. La promoción de este tipo de inversión se basa en las ventajas que implica su recepción: el suplemento de la inversión doméstica con el consiguiente aumento del coeficiente de inversión, la posibilidad de acceder a técnicas productivas más avanzadas, el impacto favorable sobre el conocimiento del personal incorporado a las empresas y sobre el balance de pagos si es cuantiosa…Pero, si bien la inversión extranjera directa puede generar el desarrollo de ‗capacidades iniciales‘ de producción de productos complejos (basadas muchas veces en actividades ‗low-end‘, de escaso valor agregado), puede ser una trampa hacia el futuro en lo que respecta a la profundización del proceso de desarrollo, ya que, por diversos motivos, las firmas extranjeras suelen ser reacias a pasar de los nuevos procesos productivos instaurados en el país anfitrión a la actividad innovadora dentro de este tipo de economías puesto que implica la adopción de una decisión estratégica, por las habilidades y vínculos técnicos asociados a tal tipo de transferencia (S. Lall, op. Cit). A estos alertas se agregaría uno adicional: si se gestiona la admisión de inversión extranjera directa orientada a la generación de nueva capacidad productiva, de manera de restringirla en los casos que se considere oportuno, y se realizan esfuerzos por ejemplo para 57 Algunos plantean que en los grados de industrialización intermedia (cuando las economías han cumplimentado una etapa inicial de este proceso) pueden hallarse casos de introducción de experiencias de tecnologías avanzadas y hasta procesos productivos con el uso de tecnologías en la frontera del conocimiento aplicado. Sin embargo, estimamos que tal hecho no deber ser sobrevalorado, particularmente en la etapa actual de la industrialización argentina.. 58 It argues that industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the process of mastering, adapting and improving upon existing technologies. The process is difficult and prone to widespread and diffuse market failures, which have important implications for policy. And it often requires inputs from factor markets: physical inputs, new skills, technical information and testing or trouble-shooting services, finance and new infrastructure. Capability development can face market failures in building initial capacity and in subsequent deepening. Both need support, functional and selective (S. Lall, op. Cit. Page 11) 45 el desarrollo de las capacidades tecnológicas de las empresas locales, pero no se restringen o desalientan de alguna manera las inversiones orientadas a la adquisición de empresas locales de buen desempeño por parte de empresas de mayor envergadura, principalmente del exterior, podrían verificarse problemas similares para la profundización del proceso de desarrollo, por los mismos motivos que los vinculados a la admisión indiscriminada de inversión extranjera directa (FDI). Por ello, quienes plantean tales inconvenientes se inclinan a recomendar las formas externalizadas de implantación de tecnologías (licencias, contratos de imitación, equipos, etc.) en lugar de las internalizadas (las que ingresan bajo la forma de la propiedad totalmente extranjera de la inversión directa). 2.4 La estrategia de la Reforma y las Restricciones limitantes más importantes59 Ante las dificultades derivadas de la aplicación en los PED de las reformas del Consenso de Washington, se presentó una nueva aproximación al tema, denominado identificación de las restricciones limitantes del crecimiento, buscando luego determinar cuáles de ellas son las más importantes. Para hacerlo, se parte de un árbol de decisiones, ―básico pero poderoso‖ para desembocar en la identificación de aquellas limitantes cuya remoción rendirá los efectos mas importantes. Así, las reformas no perseguirán la eliminación de todas las restricciones al crecimiento (lo cual es prácticamente imposible) sino las que más significación tienen sobre el bienestar social. El análisis de diagnóstico conduce a que ―en un país de bajo ingreso, la actividad económica debe estar constreñida por lo menos, por uno de los siguientes dos factores: o bien el costo financiero es demasiado alto, o bien, el retorno privado de la inversión es demasiado bajo. Si el problema está en los retornos demasiado bajos, ello debe originarse ya sea en retornos económicos (sociales) reducidos o en una gran brecha entre los retornos privados y sociales (a lo que llamamos una baja apropiación de los rendimientos). El primer escalón en el análisis de diagnóstico es establecer cuál de estas condiciones caracteriza más ajustadamente a la economía en cuestión‖ (D. Hausman, D. Rodrik; A. Velasco; ―Getting the diagnosis right‖, F&D, IMF, 2006). La búsqueda de la ratificación empírica de la hipótesis condujo a estudiar los casos de Brasil, El Salvador y República Dominicana. Resultando que Brasil constituye el ejemplo de una restricción financiera (existencia de proyectos empresariales de inversión cuya concreción quedaba trabada por los altos costos del financiamiento) y El Salvador, el de una escasez de proyectos dada la baja retribución esperada de la inversión (siendo que no existía racionamiento crediticio como problema característico). Ante ello, dada la superación de los problemas que traban el crecimiento (por el levantamiento de las restricciones limitantes), es dable esperar que éste se sostenga, al menos, por un tiempo. La existencia (o aparición) de otros problemas requerirá la adopción de nuevas reformas. Cabe señalar que esta visión (¿reemplazante de la derivada del Consenso de Washington?) plantea la posibilidad de la existencia de fallas de mercado, además de las asignables a la inconveniente intervención gubernamental, la corrupción y la carencia de instituciones 59 El enfoque del desarrollo económico en que se basa esta estrategia ha sido denominado como ―El Diagnóstico del Marco de Crecimiento‖ (The Growth Diagnostics Framework). Ver M. P. Todaro y S. C. Smith, 2009, Cap. 4; Pearson, Addison-Wesley) 46 adecuadas. Tales fallas tienen que ver con la existencia de las externalidades más importantes y que son de dos tipos: a) las de información; b) las de coordinación. De acuerdo a tal diagnóstico cabe, entonces, una acción encaminada a superar esos problemas, consistente en levantar las restricciones identificadas. Pero, el accionar previsto consiste en la creación de las condiciones para que esto se concrete: es decir, la introducción de las reformas pertinentes. Esta visión de la problemática del desarrollo60, aún reconociendo que las fallas del mercado tienen la entidad suficiente para impedir el crecimiento, sigue rechazando la postura que avala las políticas de industrialización entendidas como cualquier tipo de intervención selectiva dirigida hacia ciertos sectores de la producción con la finalidad de alterar la estructura productiva, dado que se considera que las perspectivas de crecimiento serían mayores que sin la intervención (J. Felipe, Page 75, 2010). La crítica dirigida a tal tipo de políticas de industrialización y desarrollo por los partidarios de la visión que considera al mercado como garante ineluctable de la optimización y el crecimiento, sostiene que estas han desembocado en una desvirtuación del mecanismo de asignación eficiente de recursos al sesgarse hacia el ―picking the winners‖, con lo cual los burócratas estatales establecían qué actividades se debían promocionar, gastando en ello recursos públicos. Esta crítica es compartida también por varios de quienes admiten las fallas del mercado y son promotores de una conducta proactiva del gobierno. La diferencia radica en la modalidad de la acción estatal para la promoción del crecimiento y la industrialización. Desde mediados de la primera década de este siglo, se fue difundiendo en el seno del pensamiento económico ortodoxo la propuesta de aceptar la elaboración de un nuevo tipo de políticas industriales con un matiz gubernamental proactivo, en virtud de la importancia atribuida a las externalidades asociadas a la información y la coordinación 61. Por ello, se plantea que la política debe consistir en una vinculación estratégica entre los sectores público y privado, procurando obtener de este último las informaciones sobre las externalidades significativas y las restricciones limitativas del cambio estructural y las oportunidades disponibles. Como las restricciones limitativas pueden deberse a diversos factores (por ej. insuficiente desarrollo del ―capital humano‖ o inestabilidad fiscal, monetaria y financiera o insuficiencias de infraestructura) la política industrial puede ser tan abarcadora que contemple a actividades distintas de la manufacturera. Asimismo, se da por sentado que es posible que la ―intelligentzia‖ estatal no sepa qué es lo que los empresarios no saben. Y que, por ende, las autoridades no tengan el conocimiento necesario para ―escoger a los ganadores ―. La superación de la incertidumbre que rodea a las decisiones empresariales en los PED –la cual, según lo entienden, puede entorpecer las decisiones de inversión y detener el crecimiento económico- y la superación de los escollos mencionados antes, requiere la conformación de instituciones apropiadas para viabilizar la política industrial. 60 Prohijada por el FMI y el BM al cabo de la instauración de la macroeconomía neoclásica y el monetarismo como posiciones dominantes. Recién en los últimos tiempos y sobre todo desde la crisis desatada en 2007/2008, se acepta que deben revisarse las posturas asumidas respecto de la macroeconomía (Ver J. D. Villadeamigo, 8-62011) 61 D. Rodrik (2004, 2006) y varios otros autores. 47 GRÁFICO 17 Esta visión de la política industrial se ubica en el contexto de la globalización, lo cual implica que no aparecen como viables ni convenientes (y por ende como innecesarias) la protección propia del concepto de industria infante así como no se identifica a la dependencia tecnológica como factor obstaculizador del crecimiento ni aparecen, como factor primordial, las externalidades tecnológicas. El rol del gobierno queda, entonces, acotado a ciertas acciones, las que deben ser compatibles con la liberalización comercial y financiera, la exclusión de la producción directa de bienes y servicios por el Estado y de las decisiones conformadas a partir de las conclusiones extraídas por la burocracia estatal per se (aunque esta fuera técnica y científicamente ilustrada). La planificación del desarrollo no aparece explícitamente aceptada ya que se considera anacrónica la experiencia de los años anteriores a los ‘80. 2.5 Algunos enfoques heterodoxos del pensamiento económico y su importancia para el crecimiento económico El punto de partida de estas estrategias es la adopción de un enfoque económico que no acepta la teoría del equilibrio walrasiano o neo-walrasiano y que critica los modelos de crecimiento de raíz neoclásica. Asimismo, adhieren al replanteamiento de la teoría del comercio internacional introduciendo elementos tales que los alejan de las deducciones de políticas de carácter clásico y neoclásico. Los modelos de crecimiento de Harrod, (1936; 1939) y luego el de Domar, de raíz keynesiana, fueron pioneros. Plantearon la naturaleza inestable de la expansión de la producción en el capitalismo (el sendero tipo filo de navaja del crecimiento), estableciendo la vinculación de la relación capital-producto con la propensión al ahorro, dada la tasa de 48 aumento de la población, lo cual requería un cierto comportamiento de la tasa de inversión para arrojar el ritmo correspondiente de expansión de la renta agregada. Luego, aparecieron los enfoques del crecimiento de J. Robinson, Kahn, M. Kalecki y N. Kaldor, los que analizan la evolución en el largo plazo de la economía de libre empresa. En los análisis de J. Robinson, se aborda la conducta de la empresa en el capitalismo 62, sin regulaciones, la cual, según su disponibilidad de financiamiento, determina la tasa de acumulación del capital y las implicancias de la selección de técnicas realizadas. Por otro lado, las familias gastan al ritmo que guían sus preferencias y quedan limitadas por su capacidad adquisitiva63. Este modelo no carece de realismo y a partir de él se muestran aspectos centrales del crecimiento económico conformando un resultado respecto al sendero de expansión de una economía de ese tipo y estableciendo las condiciones del estado estacionario. El análisis de J. Robinson del crecimiento económico es el resultado de su preocupación por elucidar las cuestiones de la economía capitalista en el largo plazo: el comportamiento de los salarios reales y de la tasa de beneficios, el progreso de la acumulación de capital, el auge y decadencia del monopolio y las reacciones a gran escala de las transformaciones de la técnica sobre la estructura de clases de la sociedad64. Una de las conclusiones de J. Robinson es que en la medida que se genera el progreso técnico la cantidad de empleo asociada con un stock de capital dado va cayendo continuamente, lo que produce un incremento progresivo del desempleo. Este tipo de desempleo no es el señalado por Keynes (vinculado a la deficiencia de la demanda efectiva) sino el planteado por Marx (J. E. King, 2009, Pág. 66). Entonces, si para producir una unidad de producto adicional se requiere más capital y si la población crece a una tasa más alta que la dotación de capital, habrá desempleo que se amplía. Es un desempleo marxista. Luego, este concepto aparecería más o menos modificado en el desempleo estructural señalado por los estructuralistas latinoamericanos. Se extrae así la importante conclusión que una dotación de capacidad productiva inadecuada se traduce en desempleo, siendo esta una característica común de los PED con alta población. La otra contribución significativa es su crítica a la concepción harrodiana del crecimiento, que destaca: i) la desconsideración de la importancia de la distribución de la renta y la riqueza sobre la propensión a ahorrar; ii) la supresión de elementos esenciales para la producción como el desempleo marxista, la incorporación del progreso técnico a los bienes de capital, los hechos de la realidad como guerra o sequías; iii) ignorar las imperfecciones del mercado de capitales; y iv) la ausencia de un tratamiento explícito del progreso técnico y el avance científico en relación a la producción de bienes y servicios (J. Robinson, Essays on Marxian Economics; Accumulation of Capital)65. M. Kalecki representa un puente estratégico entre la visión keynesiana y la marxista. Sus trabajos tienen una gran coherencia global y no solo se focalizó sobre los ciclos y las fluctuaciones económicos. Estudió y escribió sobre temas relacionados con países capitalistas subdesarrollados (que denominaba economías mixtas), países socialistas, 62 Corresponde a lo planteado por M. Kalecki: Las empresas acumulan en función de sus beneficios y obtienen beneficios porque acumulan. 63 Ver Nota 8) en el Apéndice A. 64 Robinson, ―Essays on Marxian Economics‖, 1942, Pág. 95 (citado por J. E. King, 2009, pág. 66) 65 Los puntos señalados en su crítica fueron desarrollados por la autora en ―Accumulation of Capital‖. 49 planificación macroeconómica (Bénard et al., 1965) y la historia del pensamiento económico. Su análisis del ciclo económico y el examen de las decisiones de inversión en el capitalismo, contienen elementos importantes para una comprensión del crecimiento y el rol ejercido por la relación entre beneficio y decisión de inversión (son las decisiones de inversión las que determinan los beneficios y no al revés 66). También, consideró la cuestión de las innovaciones tecnológicas, señalando que su dinamismo puede neutralizar, en parte, el efecto del ahorro de los capitalistas no reinyectado en el circuito productivo. Agregó que el Estado puede, en última instancia, contrabalancear la fragilidad del dinamismo de las innovaciones. Este elemento teórico es integrado, en un trabajo de 1954 y en otros posteriores, tratando el progreso tecnológico con el concepto del grado de monopolio y el comercio exterior. (A. Saludjian, 200867). Su rechazo del principio de la determinación del salario por la productividad marginal lo conduce a su reemplazo por el concepto del grado de monopolio, el que se convierte en un factor importante de la macroeconomía kaleckiana. Dada la capacidad de la empresa capitalista para incidir en la fijación del precio de mercado –el que deriva del grado de monopolio- existe una porción variable de éste que es el ‗mark up’. Este consiste en un margen fijado sobre el costo variable de producción (compuesto principalmente por el salario nominal unitario) y que se relaciona de modo inverso con la elasticidad precio de la demanda dirigida al bien producido. Entonces, la empresa fija sus precios sobre la base de sus costos directos, aplicando un ‗mark up‘ y tomando en cuenta los precios de las otras entidades con quienes comparte el mercado. El precio microeconómico o de la empresa conduce al correspondiente al nivel macroeconómico, determinado sobre la base de un promedio de los costos unitarios de las empresas, el mark up y el precio promedio de los concurrentes (tomado en cuenta por cada empresa al fijar su propio precio). Los modelos kaleckianos introdujeron también otro concepto importante, el de que el capitalista gana lo que gasta y el asalariado gasta la totalidad de su ingreso. Estos conceptos serían, luego, de uso generalizado entre los autores de la escuela inglesa que no compartían la visión de la microeconomía neoclásica. El sistema analítico de Kalecki proporcionaba conclusiones muy significativas respecto a la conducta de la economía ante las situaciones de auge y recesión, lo cual fue traspasado a los modelos de J. Robinson y a diversos trabajos que integraron la vertiente de Cambridge y hoy se inscriben en el pensamiento Post Keynesiano. N. Kaldor concibió dos modelos de crecimiento, Mark I y Mark II. Con el primero, trata de explicar el comportamiento de las economías observado empíricamente. Y con el segundo, reformulaba la función de progreso técnico como una relación entre la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo y la tasa de crecimiento de la inversión per capita, definiendo el equilibrio como un estado en el que estas dos tasas son iguales. De ello extrajo la conclusión que los gobiernos debían estimular el dinamismo tecnológico gastando más en educación e investigación científica y fomentando una gestión empresarial más receptiva al progreso tecnológico (Thirwall, 1987, pp. 228-257). Finalmente, plantea ―las leyes de crecimiento endógeno y el principio de causación circular acumulativa que niegan los procesos naturales de convergencia entre países ricos y pobres, es decir predicen la formación de centros y periferias que se auto reproducen. Las leyes son tres: 66 Podría establecerse la hipótesis que si los capitalistas quieren ganar más, pero dejan de invertir, en rigor, terminan viendo caer sus rendimientos y en consecuencia, pueden enviar parte de los beneficios al exterior. 67 ―De los ciclos económicos a la volatilidad macroeconómica: el aporte de M. Kalecki‖; Ensaios FEE, Porto Alegre, v. 29, n. 1, p. 133-156, jun. 2008 50 la primera es la alta correlación entre el crecimiento del producto industrial y el crecimiento del PBI. La segunda es la estrecha relación entre el crecimiento de la productividad y el crecimiento del producto manufacturero. La tercera es la relación positiva entre el crecimiento de la productividad de toda la economía y el crecimiento de la actividad industrial y la negativa con el aumento del empleo en las actividades no manufactureras de la economía‖. Agregó también que la demanda, especialmente la de exportaciones, podía ser una notoria fuerza impulsora del crecimiento. La elaboración de la teoría del crecimiento económico prosiguió desde estas bases constituyendo dos o tres vertientes principales. Así, se plantearon los modelos de Pasinetti, Garegnani y varios otros economistas contemporáneos (conocidos también como neoricardianos), los que desembocaron en la concepción tipo caos como R. Goodwin y los que le otorgan una particular importancia al rol de la demanda (modelos de crecimiento liderados por la demanda). Puede afirmarse sucintamente que estos autores destacan la importancia de la inversión y el progreso técnico como elementos determinantes del crecimiento económico, así como el efecto de la demanda sobre la inversión, destacando la inestabilidad de dicho crecimiento al depender la inversión, en buena medida, de las expectativas empresariales (el animal spirits de Keynes). De este modo, el carácter volátil de la inversión que debe asociarse a las expectativas afectadas por la incertidumbre radical, provocan que el crecimiento económico a largo plazo no tiene porqué ser sostenido. Además, siguiendo a Kalecki, los postkeynesianos indican la existencia de ciclos económicos (business cycles), de manera que consideran que debe realizarse un análisis diferenciado de los determinantes del crecimiento a corto y largo plazo. Las aportaciones de estos enfoques son muy útiles al mejor entendimiento de la problemática de los PED desalojando la idea de un presunto comportamiento automático de la economía en dirección al crecimiento económico. Es por ello interesante comparar las conclusiones principales de los modelos de crecimiento postkeynesianos con los aportados por las corrientes que partiendo de los enfoques neoclásicos han arribado a los modelos denominados de crecimiento endógeno. Varios de ellos concluyeron que la contribución importante al crecimiento de largo plazo está dada por aquellos componentes que inciden significativamente en la PTF mientras que la inversión incide sobre los niveles del ingreso de largo plazo. Entonces, los componentes importantes son la ―acumulación de capital humano y el aprendizaje tecnológico que permitan converger a la frontera tecnológica internacional‖ y no la inversión. ―Gutierrez y Solimano (2007) plantean que el proceso de crecimiento para los países en desarrollo está en realidad caracterizado por marcadas fluctuaciones en cada década, que llevan a una sucesión de booms, estancamientos y colapsos. Los booms de crecimiento son usualmente generados por términos del intercambio favorables, el descubrimiento de recursos naturales o la adopción de políticas económicas pro-crecimiento. En este contexto, la inversión es clave para sostener y consolidar el crecimiento más allá de una fase de boom, a través de la creación de capacidades productivas y la probable generación de externalidades tecnológicas e incorporación de nuevas tecnologías. En esta misma línea, Hausmann, Pritchett y Rodrik (2004) encuentran que los episodios de aceleración en el crecimiento están acompañados por aumentos en la inversión y el comercio, y por depreciaciones reales, y que estas aceleraciones no parecen estar lideradas por aceleraciones en la PTF‖ (G. Sanchez, I. Butler, BID, 2007). Las importantes contribuciones a la teoría del crecimiento económico derivadas de los enfoque postkeynesianos tienen una particular trascendencia en el momento de escoger entre 51 las visiones teóricas más aptas para estructurar políticas de crecimiento y desarrollo para los PED. 2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos: una estrategia de industrialización eficaz Tal como se señalara más arriba, el éxito de las economías del Asia (Hong Kong-China, la República de Corea, Singapur, Taipéi-China, Malasia, Tailandia; y más recientemente, la República Popular China y Viet Nam) estriba en que han experimentado un cambio estructural, diferenciándose nítidamente de su condición anterior a las estrategias de desarrollo que adoptaron. El rápido crecimiento económico que sustentaron está íntimamente ligado a dicho cambio estructural. Existe una opinión no poco difundida respecto a que esta modificación tiene como factor clave el desarrollo de un sector industrial moderno ya que constituyó el medio utilizado para propagar la transformación económica de esos países. La labor gubernamental en relación a la industrialización tuvo diferencias entre los países citados; sin embargo, salvo uno o dos casos, no hubo un ―laissez faire‖ luego de crear algunas condiciones macroeconómicas adecuadas al crecimiento económico. La promoción de actividades, la programación económica y el seguimiento activo de la marcha del proceso de industrialización fueron elementos más o menos marcados en cada caso, pero existentes, al fin68. Esta experiencia, específicamente, en su etapa exitosa, contrasta con la propuesta neoliberal: ―la mejor política industrial es la inexistencia de política industrial‖ Sin embargo, cabe tener en cuenta las diferencias existentes no sólo con dicho enfoque neoliberal sino también con la que surge, hoy día, de la revisión de las posiciones de los propios organismos internacionales, sobre todo a partir de la crisis de 2007-2008. 3) Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI Tomando en cuenta: a) las dificultades del modelo ISI hacia mediados de los ‘70, los análisis realizados y las propuestas en discusión acerca de la superación de los problemas y la ulterior prosecución del proceso de industrialización, b) las políticas adoptadas desde la segunda mitad de los ‘70, sus fundamentos teóricos y los resultados obtenidos en términos de industrialización y desarrollo; c) la realidad presente, los enfoques existentes respecto al desarrollo económico, las experiencias exitosas de varias economías en desarrollo en el abordaje del cambio estructural y el avance en la industrialización, Se pueden señalar los siguientes puntos importantes relativos a la estrategia de industrialización en Argentina: 1. El grado de desarrollo de la industria doméstica indica la existencia de algunos subsectores y ramas de actividad que ostentan una competividad apta para conservar el mercado interno y acceder a los del exterior, pero otras no pueden prolongar su reactivación y sostener su crecimiento cuando la protección efectiva desciende o aún con el presente grado de protección. Es preciso indicar, además, que están ausentes 68 Varios economistas no inscritos en la corriente principal han argumentado que la liberalización económica, la cual significó el abandono de la guía estatal de la inversión privada en países como Korea, ha conducido a la sobre inversión y la errada asignación de los recursos en estas economías (K. Erkurt, ). 52 2. 3. 4. 5. 6. ramas de producción necesarias para alcanzar un mínimo de integración sectorial que viabilice al aumento del VABM per capita, el incremento de la productividad media del trabajo en el sector y el de las exportaciones manufactureras. La continuación del proceso de industrialización en Argentina requiere conseguir la producción doméstica de una gama de bienes manufactureros complejos, bajo condiciones de eficiencia, que permita alcanzar una capacidad productiva y niveles medios de productividad del trabajo del sector industrial para competir en el contexto de la globalización. La importación de bienes de capital e intermedios, imprescindibles para sostener la producción no sólo del sector manufacturero sino también de otras diversas actividades de la economía, impone una dependencia de la oferta y del aprovisionamiento tecnológico externo, con eventuales efectos inconvenientes sobre el ritmo de crecimiento económico derivados de relaciones poco favorables con el exterior, costos de producción desaventajados respecto a los de competidores, etc. Este tipo de dependencia implica (o puede implicar) una capacidad competitiva menor que la requerida para la producción de una diversidad de productos industriales – aún distintos a dicha gama de bienes complejos- y para avanzar eficientemente en el abastecimiento del mercado doméstico y lograr el ingreso en los internacionales. La producción de bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga ―más fuertes complementariedades e interdependencias de la producción de las empresas (en el sentido de que el producto de una es el insumo de otra)― Esto es un requisito para colocar a la industria doméstica en condiciones de competitividad aptas para sostener la producción en un contexto globalizado. La consecución de ese tejido industrial adecuado –determinable de acuerdo al análisis técnico-económico de la economía argentina y en función de ciertos objetivos nacionales de carácter macroeconómico – para acrecentar el VABM per capita y aún para concretar una orientación exportadora viable, no debería basarse, excluyentemente, en aquellos bienes en los que la economía argentina muestra ventajas atribuibles a la posesión de recursos naturales y mano de obra en condiciones ventajosas. El objetivo señalado antes, plantea la necesidad de concretar una acumulación de capital que exige un ritmo y una composición de la inversión distintos a los actuales. Si bien en los últimos años se ha experimentado una reactivación continuada de la inversión bruta interna, es preciso acrecentarla, especialmente, en los componentes más estrechamente asociados al crecimiento de la capacidad productiva de la industria y de otros rubros estratégicos (en particular algunas infraestructuras económicas). Esta condición debe completarse con la consideración de la cuestión del empleo del trabajo y la superación de las diferencias existentes en materia de rendimiento y retribución a la mano de obra. Si bien la actual condición excedentaria de la balanza comercial, basada en la modificación de los precios internacionales de los bienes primarios, con un mayor o menor grado de elaboración, significa un más amplio grado de libertad para proseguir el crecimiento económico, no implica „per se‟ la posibilidad de una transformación estructural de carácter espontáneo de la economía argentina. Las tendencias mostradas por la relación expo-impo cuando se relacionan con el crecimiento del PBI, del VABM y la IBIF señalan que si la diferencial positiva de comercio se viera afectada hacia la baja, entonces, se podrían reproducir las dificultades con el abastecimiento regular de bienes importados. Además, es preciso considerar el comportamiento negativo del saldo del rubro Rentas de la cuenta corriente del balance de pagos cuya permanencia está asociada al tipo de vinculaciones existentes entre la economía doméstica y el resto 53 del mundo, asociada a una conformación estructural de la producción y la propiedad del capital (por ej. la propiedad extranjera de importantes y relativamente numerosas unidades de producción residentes) 7. El aumento de la exportación de bienes MOI está asociado, en buena medida, al desarrollo del mercado regional mientras que el de las MOA aún coincidiendo con ello en varios artículos, tiene un alcance internacional más expandido. Se plantea, entonces, la necesidad de profundizar la industrialización argentina mediante una estructuración comercial con el MERCOSUR que contemple una coordinación macroeconómica entre las economías de la Región. 8. La estrategia de industrialización deberá basarse en la cuestión de la sustitución de bienes complejos seleccionados, la internalización de la capacidad tecnológica, el fomento de la competitividad mediante la intervención de instituciones públicas idóneas, la inclusión de la promoción industrial focalizada dentro de un programa flexible de industrialización. 9. La adopción de políticas macroeconómicas compatibles con la industrialización. Esto supone la consideración de las cuestiones de la demanda agregada, para lo cual es preciso considerar el tema de la distribución de la renta y el nivel de las compras de activos externos que operan a modo de filtraciones significativas de la renta doméstica. Asimismo, es preciso incorporar en forma explícita programas de desarrollo sectorial para que tenga lugar una orientación ad-hoc de las acciones con incidencia central en el proceso de crecimiento. Esto ha sido reconocido por algunos autores como una estrategia de crecimiento conducida por el estado (―government led strategy‖) 10. En principio, los criterios para escoger las ramas industriales integrantes de la estrategia industrializadota deben contemplar: i)las que actualmente ingresan a mercados externos y son exitosas en mantenerse en competencia con la producción de otras áreas del mundo; ii) las que muestran potencialidades de expansión mediante la introducción de tecnologías aptas, reorganización ad-hoc y requieren mecanismos de promoción bien identificados; iii) las productoras de bienes de capital; iv) las actividades productivas inexistentes, pero necesarias y viables69. 4. Deducciones preliminares (a considerar en la 2ª. Parte) 4.1 El rol del gobierno ante las nuevas condiciones que rigen la industrialización La conjunción de la globalización y la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías inducen al cambio en las estructuras institucionales y en las políticas necesarias para el logro de la competitividad en la producción manufacturera. Se requieren nuevas especializaciones por parte de conjuntos de individuos conocedores de diversos temas y prácticas. Las instituciones de promoción y regulación demandan nuevas acciones – adaptadas al contexto de la globalización y el cambio tecnológico y de las organizaciones para la producción- que deben enmarcarse en cursos de acción que se basen en el conocimiento del modo de acrecentar la productividad en las economías en desarrollo. El rol del gobierno, entonces, debe concretarse a partir de una visión abarcadora de la industrialización, concibiendo programas de acción flexibles, recurriendo a 69 El Gobierno ha publicado la siguiente lista de sectores productivos elegidos por el Plan Industrial: Alimentos; Calzado, Textiles y Confecciones; Madera, Papel y Muebles; Material de Construcción; Bienes de Capital; Maquinaria Agrícola; Autos y Autopartes; Medicamentos; Software, y Productos Químicos y Petroquímicos. 54 instituciones idóneas promotoras de la competitividad y entrelazando ese accionar con el sector privado70. 4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización de la política de promoción industrial 4.2.1 La producción de bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga ―más fuertes complementariedades e interdependencias de la producción de las empresas (el producto de una es el insumo de otra)― Esto es un requisito para colocar a la industria doméstica en condiciones de competitividad aptas para sostener la producción en un contexto globalizado. 4.2.2 Tal avance debe estar sujeto a una selección de ramas de actividad que tomen en cuenta cuidadosamente las escalas de producción adecuadas, la introducción de las tecnologías apropiadas –lo cual entraña una labor de selección y adaptación a las conveniencias y exigencias del contexto argentino – la complementariedad con otras ramas y la fijación de horizontes determinados respecto al tiempo de concreción de la competitividad en la producción. 4.2.3 La acentuación de la orientación exportadora de las ramas industriales existentes debe suponer la adecuación de sus procesos productivos, la organización empresaria, y la preparación para el cambio de modo de lograr una transferencia de tecnología moderna que se concrete en forma más homogénea. 4.2.4 El proceso de integración productiva, la transferencia de tecnología moderna, el avance hacia una mayor homogeneidad en la producción, requiere acumulación de capital. Por ello, la tasa de inversión debe aumentar y también modificarse su composición. El aumento de la capacidad de producción argentina es una condición central para lograr un crecimiento sostenido y avanzar hacia el desarrollo. Debe remarcarse que dicho incremento corresponde a las infraestructuras económicas y sociales y también a la dotación de capital al nivel de las empresas. 4.2.5 La adopción de políticas comerciales cuyo objetivo sea fortalecer el intercambio con el mercado regional, especialmente, en el caso de las ramas manufactureras en desarrollo. Acentuación de la importancia de la complementariedad productiva regional. 4.2.6 Mejoramiento de la educación y la salud. 4.2.7 La superación de ‗estrangulamientos‘ de oferta en diversos rubros de infraestructura económica 70 La experiencia Coreana y la actual de la China Popular son un ejemplo a tomar en cuenta. 55 APÉNDICE Nota 1) CUADRO A-1.1: Producto interno bruto por habitante en dólares constantes de 1990 (Geary-Khamis) Período 1965 1966 1967 1968 1969 1965-69* 1970 1971 1972 1973 1974 1970-74* 2003 2004 2003-04* Argentina PBI pc u$s '90 G-K 6744 6689 6770 6962 7447 6922 7730 7891 7920 8077 8371 7998 7959,5 8583,1 8271,3 USA PBI pc u$s '90 G-K 13419 14134 14330 14683 15179 14349 15030 15304 15994 16689 16491 15901,6 29687 30701 30194 Francia PBI pc u$s '90 G-K 9361,7 9755,7 10128 10497 11135 10175,48 11668 12118 12547 13123 13420 12575,2 21295 21703 21499 Reino Unido PBI pc u$s '90 G-K 9751,5 9885,3 10049 10410 10552 10129,56 10767 10941 11294 12025 11859 11377,2 20793 21339 21066 Brasil PBI pc u$s '90 G-K 2530,3 2613,3 2642,1 2796,9 2955,6 2707,64 3153,1 3389 3663,4 4023 4235,3 3692,76 5559,1 5780,3 5669,7 Fuente: O. J. Ferreres, Dos Siglos de Economía Argentina, Cuadros 1.3.1, 1.3.2 y 1.3.3. *Corresponde al promedio del período. CUADRO A-1.2: PBI por habitante en números índice Base: PBI pc USA = 100 Período Argentina PBI pc 1965-69 1970-74 2003-04 48,24 50,30 27,39 Reino USA Francia Unido PBI pc PBI pc PBI pc ÍNDICES PBI pc de USA =100 100 70,91 70,59 100 79,08 71,55 100 71,20 69,77 Brasil PBI pc 18,87 23,22 18,78 Fuente: Elaborado sobre la base del cuadro A-1.1 CUADRO A-1.3: Población. En miles de habitantes y números índice Argentina Período 1968 1972 2004 1968 1972 2004 23261 24770 37431 11,6 11,8 13,0 Reino Francia Unido Brasil En milles 200706 49915 55214 87569 209896 51701 56079 97419 288006 60508 60899 184204 EN NÚMEROS ÍNDICE BASE: USA = 100 100,0 24,9 27,5 43,6 100,0 24,6 26,7 46,4 100,0 21,0 21,1 64,0 USA Fuente: O. J. Ferreres, Op. Cit.; Pág. 43-44; 46-47 y 50-51 La distribución del ingreso, a su vez, se modificó en el sentido de una concentración acentuada. Esto puede visualizarse en el cuadro siguiente: 56 Cuadro A-1.4: Región Metropolitana de Buenos Aires Distribución del ingreso QUINTIL 1 2 3 4 5 TOTAL 1970 % del Ingreso INDEC- EPH 5,9 13,8 15,7 22,4 42,2 100 1997 1997 % del Ingreso % del Ingreso EPH ajustada FIEL 3,2 3,1 7,2 6,5 11,8 10,4 19,6 16,6 58,2 63,4 100,0 100 Si bien la distribución de los ‘70 era más equitativa que la existente en ALC, su modificación fue regresiva, con lo cual la incidencia en el tamaño de mercado fue negativa. Efectivamente, entre 1974 y 1997 el 60% de la población de la RMBA vio disminuir su ingreso en 12 puntos porcentuales respecto al ingreso per capita promedio, en tanto que, como contrapartida, el 40% restante experimento un incremento (de 29 puntos porcentuales para el cuarto quintil y 178 puntos, el quinto) Cuadro A-1.5: Región Metropolitana de Buenos Aires Distribución del ingreso Quintil 1,2 y3 4 5 Promedio 1974 1997 Ingreso Familiar per capita 58,3 45,9 81,0 110,4 112,6 290,9 100 100,0 Luego, la grave crisis del 2001-2002 y la recesión desde 1998, agravaron sustancialmente el cuadro de la distribución del ingreso en Argentina. Con lo cual, el tema del tamaño de mercado mantiene una significación todavía importante. Nota 1 Bis) La discusión teórica acerca de la naturaleza de las dificultades de crecimiento e intercambio de las economías latinoamericanas, las más grandes en particular, tuvo (y tiene) varias aproximaciones. Una es la estructuralista (hoy devenida neo-estructuralista ¿o reemplazada por esta orientación teórica?); otra, es la de raíz ortodoxa de diverso cuño (la monetarista, la keynesiana de la SNC, la basada en los enfoques clásicos y neoclásicos del comercio internacional. En la actualidad la MNC y la MNK); y por fin las que pueden incluirse en los enfoques de base marxista o las que rechazando la teoría neoclásica, elaboraron una visión diversa, tanto en la interpretación de los hechos como en la deducción de políticas económicas. Algunas de estas fueron incorporadas con adaptaciones al enfoque estructuralista. Una interpretación de la realidad de la economía brasileña que se puede incluir en este último grupo es la efectuada por J. Cartier-Bresson y J. Kopp (1989)71 . De acuerdo a éstos, la naturaleza de las limitaciones del crecimiento económico brasileño -y por ende de la industrialización- como la tendencia al estancamiento del PBI per cápita, la inestabilidad 71 ―Croissance, exclusion sociale et instabilité de la politique économique au Brésil‖. In: Tiers-Monde. 1989, tome 30 n° 117. pp. 147-159. 57 macroeconómica, la incapacidad de superar la pobreza e indigencia de porciones significativas de su población, radica en el carácter excluyente del modelo económico-social. Así definen el carácter excluyente del siguiente modo: ―La croissance est dite « excluant » car elle s‘appuie sur une partition — en deux — , selon le revenu, de la population. En tant que main-d‘œuvre, la population travaillant dans les secteurs formel ou informel de l‘économie participe à la dynamique d‘ensemble. En tant que consommateurs la majorité n‘a qu‘un accès limité aux biens de consommation traditionnels et quasi nul aux biens d‘équipement des ménages. Ce modèle « excluant » recouvre, selon nous, plusieurs phases : la substitution des importations (1955-1962), l‘austérité (1962-1967), la « troisième demande » (1968-1973), le Deuxième Plan national de Développement (1973-1979), la récession (1981-1983)‖. Entonces, deducen que: ―le maintien des formes de l‘intervention de l‘Etat organisant la croissance autour du modèle excluant est incompatible avec l‘extension des systèmes de légitimation fondés sur la démocratie. Cette contradiction, renforcée par le poids de la contrainte externe, explique l‘instabilité des politiques économiques. Nous proposons donc d‘examiner l‘idée selon laquelle la stabilisation d‘un régime politique démocratique exigerait une modification profonde des formes d‘intervention de l‘Etat, en particulier dans deux domaines: La reproduction de la force de travail. Les dépenses publiques, au Brésil, en matière de logement sociaux, crèches, transports urbains, loisirs, aide sociale sont très limités. Une plus grande prise en charge de ces dépenses par l‘Etat (socialisation de la reproduction de la force de travail) diminuerait le caractère excluant du modèle de croissance. La segmentation importante de la consommation exclut des couches entières de la population de l‘accès à certains biens2. Cette inégalité très marquée des types de consommation constitue un réel obstacle à l‘extension d‘une légitimité fondée sur la démocratie parlementaire. L’arbitrage entre les différentes fractions du capital. Les fractions du capital, jusqu‘alors marginalisées, aspirent à profiter de la nouvelle structure de pouvoir pour redéfinir l‘orientation des aides publiques. Le parlement permet précisément aux différents groupes économiques de renégocier leurs rapports avec l‘Etat. Les discussions parlementaires en cours manifestent clairement cette volonté de voir « les cartes battues et redistribuées ». Nota 2) A) ―Para sintetizar: el crecimiento industrial argentino, ha seguido el esquema indicado por nuestro análisis general de ISI; períodos comparativamente cortos de rápido desarrollo para cada industria ―domesticada‖, con la fase de rápido crecimiento de las industrias vegetativas. Comenzando usualmente con un incremento considerable en el precio sobre sus equivalentes de importación, las industrias dinámicas más intensivas en capital no han podido, debido a la brevedad de su fase de rápido crecimiento, reducir sustancialmente este margen de precios. Las industrias vegetativas más intensivas en trabajo, por otra parte, comienzan usualmente con un margen menor de precios sobre las importaciones y tienen además una fase más larga de desarrollo dentro de la cual reducir este margen. Han tendido por lo tanto a alcanzar una posición de costo-precio más favorable para entrar en la exportación industrial que las industrias dinámicas. Esta ventaja de costos comparativos de las industrias vegetativas, además, ha sido relativamente invariable respecto a las sucesivas devaluaciones del peso argentino de los años recientes, presumiblemente porque el mayor impacto de la devaluación sobre los costos de las industrias dinámicas, más intensivas en importación, equilibra el efecto favorable de su progreso técnico relativamente mayor. Como el tamaño del mercado industrial argentino se halla segundo y cercano a Brasil entre los países latinoamericanos, es razonable 58 suponer que su estructura de crecimiento industrial y estructura de costos comparativos es al menos aproximadamente representativa de otros países latinoamericanos de ISI” (D. Félix, op cit, pág. 181/2) B) Se puede obtener cierta idea tosca de la evolución relativa de las distintas ramas de la industria comparando sus tasas anuales de crecimiento con la de la economía en conjunto, y con la elasticidad ingreso aparente de la demanda de diferentes tipos de productos manufacturados (aparente en el sentido de que la estimación es burda, ya que no toma en cuenta los precios relativos y la distribución del ingreso) … La comparación de la aparente elasticidad ingreso de la demanda interna (incluyendo tanto demanda intermedia como final) para los productos de cada una de las ramas de la industria, con sus elasticidades de ―crecimiento de producción‖, proporciona un índice de cuán exitosamente avanzó la sustitución de importaciones en cada sector en los diferentes períodos. C) La exportación industrial a mercados regionales tuvo un ―defecto básico‖ en su concepción que en el caso de la ALALC ―ha sido que una precondición necesaria para integrar a los países con espectros similares de industrias en un mercado regional es un balance de pagos razonablemente fuerte para todos o la mayoría de sus miembros. Es probable que los esquemas de integración entre los miembros con estructuras industriales competitivas y severas dificultades en el balance de pagos, no resulten ni en una integración exitosa ni en un alivio significativo de los problemas del balance de pagos. Si se desea la integración por razones más sustantivas, por ejemplo su contribución a la eficiencia económica o para otorgar a América latina una mayor distancia de su potente vecino del norte, el camino hacia ella tendrá probablemente que emprender un rodeo en el cual los países miembros refuercen primero en forma bastante independiente su balance de pagos. Si la exportación industrial debe contribuir significativamente a este esfuerzo, son los mercados mundiales más que los regionales los que deben contemplar principalmente los países de ISI y es a la racionalización y resurgimiento de algunas de las industria vegetativas confortablemente descuidadas a las que deben volverse principalmente‖. El autor, en el párrafo siguiente declara que: ―Esta conclusión se ha alcanzado principalmente, sin embargo de una perspectiva de costos comparativos‖. Nota 3) Según ―las premisas teóricas del enfoque neoliberal los mercados son ―eficientes‖; las instituciones requeridas para que el mercado funcione, existen y son efectivas; y si hay desviaciones del óptimo, ello no puede ser remediado eficientemente por los gobiernos. Dichas premisas son una mezcla de supuestos teóricos, empíricos y políticos. Su núcleo teórico se apoya, entre otros aspectos, en una visión restrictiva de las bases tecnológicas de la competitividad. El núcleo empírico se apoya en una interpretación particular de la experiencia de la mayor parte de las economías industriales exitosas, los Tigres del Asia oriental. El elemento político –los gobiernos son necesaria y universalmente menos eficientes que los mercados- tiene menos que ver con la economía que con la ideología‖. ―El enfoque estructuralista pone menos fe en los mercados libres como conductores de la competitividad dinámica y más en la habilidad de los gobiernos para concretar efectivamente la intervención. Cuestiona los fundamentos teóricos y empíricos del argumento que sostiene que las fuerzas del mercado sin trabas explica bien el éxito industrial de los Tigres del Asia oriental (o de la industrialización temprana de los países actualmente ricos) Aceptando los errores de la estrategia de industrialización del pasado, y la necesidad de una mayor apertura, argumentan que la mayor confianza en los mercados no niega a priori un papel pro-activo del gobierno. Los mercados son fuerzas poderosas, pero no son perfectos; las instituciones requeridas para hacerlos funcionar eficientemente son, con frecuencia, débiles o están ausentes. Las intervenciones del gobierno son requeridas para mejorar los resultados del mercado. 59 Por otro lado, los estructuralistas consideran que existe un rol vital para la política en el éxito industrial. Los fracasos del pasado no constituyen una razón para que los gobiernos no sean proactivos sino para mejorar sus capacidades. Destacan que, en muchas regiones pobres, las políticas neoliberales implementadas recientemente no dieron lugar al crecimiento industrial ni al éxito exportador que caracteriza a las economías más intervencionistas. Para ellos, la proyección de las actuales tendencias sugiere que persistiendo en la liberalización pasiva en el contexto de la globalización, exacerbarán antes que revertirán las divergencias‖. Nota 4) ―In analyzing industrial policy, it is essential to differentiate between policies that initiate industrialization and those that continue the process after the country has reached a higher level of growth. The former is applicable to the least developed countries, especially those in subSaharan Africa, and the latter is of interest to semi-industrialized countries with a basic level of industrialization, but relatively stagnant growth. While the experiences of the East Asian Tigers are touted as models for other developing states to follow, the increased power of the WTO has effectively constricted much of the policy space for other developing countries to follow their lead‖. “The East Asian strategy may well be irreproducible for other developing nations, because critical state interventionist policies may not be WTO compliant and Western nations have become increasingly adamant about protection of their domestic industry during the global recession. The US and other Western trading partners overlooked many of the state interventionist policies of the East Asian countries during the anti-communist struggle. However, the end of the Cold War significantly lessened the US’ acceptance of policies that disrupt its free trade ideology. Nonetheless, the case for selective industrial policy is strong, and must be pursued if developing countries seek to increase their standard of living. For industrial policy to be effective, policymakers must identify potential market (and governmental) failures that would provide the space to implement capacity and welfare interventions. Once these are identified, policymakers must devise appropriate intervention strategies, and apply corrective strategies as conditions evolve. While it is beyond the scope of this study to comprehensively map out strategies that specific regions or countries should undertake to stimulate industrialization, there are general, overarching policies that would be beneficial to nearly any developing country with a mid-size population, few natural resources, and low-cost labor‖. Nota 5) Según S. Lall: “industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the process of mastering, adapting and improving upon existing technologies”. También afirma que: ―Industrial success in the developing world ((and indeed in the presently developed world in its early phases of industrialization)) is thus traceable to how effectively governments have overcome these market and institutional failures‖. Refiriendo como ‗fallas institucionales y de los mercados‘ a aquellas que impiden la correcta o favorable incorporación de tecnologías. Por último, destaca que: ―Many interventions have to be selective because technologies differ inherently in their tacit features and externalities‖ Nota 6) Respecto a la inversión extranjera directa, se dice lo siguiente: ―Internalized technology transfer takes the form of wholly foreign-owned direct investment. This is an effective and rapid way to access new technology, but it may result in little capability 60 acquisition in the host country apart from production skills. The move from production to innovative activity involves a strategic decision that foreign investors, because of the skills and technical linkages involved, tend to be unwilling to take in developing countries‖ ―To ensure socially optimal allocation, it may be necessary to (selectively) restrict technology imports in internalized forms (via FDI) and promote those in externalized forms (licensing, equipment, imitation or OEM contracts). Over history most countries that have built strong local innovative capabilities have done it in local firms, often by restricting FDI selectively‖. ―…complete openness to internalized technology imports may not be a good thing if it truncates the process of technological deepening and internalized transfers may need to be subjected to interventions to extract greater technological benefits‖ ―…globalization of production… means that countries that get into the low end of sophisticated activities can reap enormous export benefits. This makes the cost of restricting FDI much higher.‖ Nota 7) La orientación industrial y la promoción en la Rep. de Corea fue pragmática y flexible y desarrollada en conjunto con la industria privada. Por otra parte, sólo un número relativamente pequeño de actividades contó con el apoyo estatal en un momento dado, y los efectos de la protección se vieron compensados por la fuerte orientación hacia las exportaciones. Estas características se diferencian fuertemente de las intervenciones típicas de los gobiernos en los países que sustituían importaciones, donde la protección a la industria naciente era de tipo radical (absoluta?) y abierta (―sweeping and open-ended‖), no selectiva, inflexible y diseñada sin consultar a la industria Desde el despegue de la economía en los comienzos de los 60, el sello del enfoque gubernamental sobre el desarrollo del sector empresarial ha sido la flexibilidad pragmática en responder en forma apropiada a las circunstancias cambiantes. Varios casos lo demuestran bien: los medios utilizados desde el comienzo para abolir la generalizada mentalidad rentista que había sido engendrada por una década de dependencia de la asistencia externa estadounidense; y el modo en que el rampante pesimismo acerca de las perspectivas de crecimiento fue superado a través de una planificación sensata entre el gobierno y las empresas, cuyo e´xito creó <rápidamente las condiciones que estimularon cambios radicales en el modo de realizar la planificación económica. BIBLIOGRAFÍA P-R Agenor y P. J. Montiel, La macroeconomía del desarrollo, FCE, (2000) D. Aspiazu- B. Kosakoff, Exportaciones e industrialización en la Argentina 1973-1986; Rev. CEPAL No. 36 (1988) Banco Central de la R. A. Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la Argentina, Bs. As. (1975) A. Barros de Castro, Estratégias industriais pós-abertura, mimeo, XV Foro Nacional de Brasil E. 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