Guía Metodológica para la Investigación de Mercados Laborales Urbanos (Versión 2009) DIEGO PALACIO BETANCOURT Ministro de la Protección Social RICARDO ANDRES ECHEVERRI LOPEZ Viceministro de Relaciones Laborales MELVA GREGORIA DIAZ BETTER Directora General de Protección Laboral Encargada de las funciones de la Dirección General de Promoción del Trabajo OSCAR HERNAN MUÑOZ G. Coordinador Grupo Fomento de Programas de Trabajo Tabla de Contenido I. Introducción II. Conceptos Espaciales en los Mercados de Trabajo Urbanos III. Dos Modelos Sobre Mercados de Trabajo Urbanos IV. Principales Áreas de Estudio en Mercados Urbanos • Las Decisiones Sobre Ubicación Residencial y el lugar de Trabajo • Los mecanismos de búsqueda de empleo • Impacto de la estructura de calificación e ingreso, género, estructura familiar y factores demográficos sobre el comportamiento de los mercados de trabajo urbanos • Segmentación de los mercados de trabajo y Mercados de trabajo urbanos duales • Diferenciales inter urbanas en el comportamiento de los mercados de trabajo • Diferencias intra urbanas de empleo y salarios • El impacto de la Redes Sociales V. Estructura Básica de Análisis de Información • Análisis Poblacional y de La Oferta Laboral • Análisis De La Demanda Laboral • Análisis Del Desempleo • Determinación y Diferencias Salariales • Análisis De Mercados Segmentados E Informalidad I. Introducción El objetivo de este documento es hacer una revisión de los conceptos más relevantes sobre los que se fundamentan las principales teorías que buscan explicar el comportamiento de los mercados laborales urbanos y proponer un conjunto de temas que representen los aspectos básicos que se deben incluir al abordar un estudio de este tipo de mercados. Para lograr este objetivo, se parte de una definición espacial del mercado de trabajo, para luego mencionar las dos principales corrientes que se pueden observar en la literatura general que han buscado explicar las causas del desajuste entre la oferta y demanda laboral en el nivel urbano y por lo tanto del desempleo, y finalmente se enumeran los temas que se observan más estudiados por la literatura especializada. Se espera que esta guía sirva como ayuda teórica del trabajo que adelanten los observatorios regionales que se encuentran relacionados con el Ministerio de la Protección Social. I. El Concepto de Mercado de Trabajo: Un Enfoque Espacial La adecuada delimitación del mercado urbano de trabajo se torna fundamental, puesto que determina el alcance del análisis de las interrelaciones entre la oferta y la demanda a nivel del área metropolitana que entrará a ser estudiadas. Un intento de delimitación es propuesto por Coombes et al. (1986), quienes afirman que cualquier método para delimitar un mercado de trabajo debería asegurar que las áreas definidas para tal mercado cumplan ciertas condiciones: En primer lugar, que sean lo suficientemente auto contenidas en términos de flujos de desplazamientos; segundo, deberían ser geográficamente razonables; tercero, tendrían que ser definidas consistentemente a partir de un mismo procedimiento o criterio geográfico o económico; cuarto, deberían alcanzar el máximo nivel de detalle (por ejemplo, contabilizar todas las áreas de viaje al trabajo posibles); y finalmente, estar basadas en un método derivado de la teoría de mercados laborales. Es así, como se observa que en la mayor parte de la investigación empírica, el mercado laboral urbano ha sido definido sobre la base de los patrones de desplazamiento entre los sitios de trabajo y de residencia de quienes laboran en algún tipo de aglomeración espacial de sitios de trabajo. Este enfoque de áreas de viaje al trabajo se basa en el supuesto de que el trabajo es homogéneo. El debate contemporáneo entre los defensores de los modelos de mercados segmentados (analizados más adelante) le asigna un alto grado de importancia tanto a la existencia de múltiples geografías de los mercados de trabajo, así como a tratar de entender cómo operan espacialmente los submercados para distintos tipos de trabajo. La delimitación espacial del mercado urbano de trabajo se encuentra expresado con base en dos términos relacionados que son el “Labor Shed” que traduciremos aquí como “Área de Influencia Laboral” y el “Employment Field”, que puede entenderse como un área de desplazamiento laboral. A continuación se definen con más detalle, con base en Morrison (2005). • El Concepto de “Labor Shed” (Área de Influencia Laboral) El geógrafo económico James Vance definió los conceptos de “Labor Shed” y “employment field” en los años cincuenta, con el fin de analizar los mercados de trabajo y su relación con el desplazamiento espacial de las personas en un área urbana. El concepto de “Labor Shed” se puede entender como el área espacial en la cual los empleadores tienden a delimitar la búsqueda de mano de obra. Este concepto, que se basa en la noción que tanto empleadores como empleados tienen razones para vivir cerca de su lugar de trabajo, implica que todos los trabajadores sean capaces de desplazarse a su sitio de trabajo, para que sea definido el espacio del “Labor Shed”. Excluyendo a quienes trabajan en el hogar y a aquellos cuyos trabajos les demandan desplazamientos a múltiples lugares (por ejemplo, los vendedores, conductores de taxi o buses), para poder ser empleado en ese contexto, los trabajadores deben residir al interior de alguno de los “Labor Sheds” que conformarían el espacio urbano. La definición de “Labor Shed” desde el punto de vista económico comprende la ubicación residencial como una función del salario, de manera que el rango de los reclutamientos de trabajadores por parte de las firmas depende de la distancia que el trabajador que vive más lejos esté dispuesto a viajar y efectivamente lo pueda hacer. A su vez, esa distancia depende del salario real, definido en este contexto como el poder de compra local del salario, neto de los costos de desplazamiento. Por lo anterior, el rango de cualquier “Labor Shed” está determinado por el máximo salario real pagado en el sitio de trabajo, los costos de desplazamiento por kilómetro y las preferencias relativas del trabajador con respecto al desplazamiento y otros bienes. Para comprobar empíricamente la relación negativa entre desplazamientos, distancia y salarios, se han desarrollado diversos análisis. Entre los más recientes, por ejemplo, se encuentra el estudio de Rouwendal (1999), quien demuestra que las trabajadoras mujeres están dispuestas a aceptar salarios más bajos a cambio de tener menores distancias de desplazamiento a su lugar de trabajo. Desde el punto de vista del empleador, la noción del “Labor Shed” implica que éste enfrenta una curva de oferta de trabajo según la cual -en una economía de pleno empleo, por ejemplo- tendría que pagar, un salario cada vez mayor para garantizarse una oferta de trabajadores adicional. La consecuencia directa sería la propagación geográfica del “Labor Shed”. De esta manera, la única forma en que la firma puede atraer a más trabajadores es aumentando los salarios, con el fin de compensar el salario de reserva de los no trabajadores. (Ver Aronsson y Brannas (1995)). Según lo anterior, a menor desplazamiento entre el hogar y el lugar de trabajo mayor será el salario efectivo para el trabajador. Por esta razón habría ventajas de las distancias cortas al lugar de trabajo en beneficio del empleador. En la medida en que los empleadores puedan controlar la ubicación residencial de sus trabajadores o reducir los costos de transporte, podrán obtener ganancias en la productividad del trabajo (por ejemplo, a través de un menor ausentismo laboral). En efecto, existe evidencia que distancias más cortas entre el hogar y el trabajo están asociadas con menores rotaciones de personal (ver Hanson and Pratt (1992)). Por otra parte, en la medida que la productividad se incrementa con el salario efectivo cuando la distancia al trabajo se reduce, el salario de eficiencia toma una dimensión espacial. Los límites geográficos de cualquier “Labor Shed” son endógenos, tal que los esfuerzos de reclutamiento del empleador reflejan el salario real prevaleciente en esos sitios. Asumientod todos los demás factores constantes, en la medida que el salario suba (baje), los límites se expanden (contraen), resultando en múltiples geografías laborales y la consecuente estratificación de los mercados urbanos de trabajo (Houston (2005)). Siguiendo el anterior argumento, para atraer trabajadores adicionales el “Labor Shed” debe extenderse, y por tanto, el salario debe ser lo suficientemente alto para atraer al último trabajador. En consecuencia, durante las recesiones una caída en el salario real efectivo promedio implicaría que los trabajadores en la periferia sean excluidos del espacio geográfico definido, puesto que los menores salarios no logran ser suficientes para cubrir los costos del mayor desplazamiento al sitio de trabajo. A partir de este razonamiento este concepto puede soportar la conclusión que el desempleo aparecerá sobre la periferia del “Labor Shed”. Según Morrison (2005), los mercados urbanos de trabajo contemporáneos abarcan múltiples “Labor Shed”s. Se puede citar el caso de la mayoría de ciudades estadounidenses y de un número creciente de ciudades europeas, cuyos mercados de trabajo se encuentran bastante descentralizados. En promedio, menos del 16% del empleo en las áreas metropolitanas en Estados Unidos se concentra dentro de un radio de 3 millas del centro de la ciudad. Por otra parte, existe abundante literatura que documenta el incremento de las zonas urbanas policéntricas, es decir, aquellas con múltiples centros de empleo en el área metropolitana (Morrison (2005)). • El concepto de “Employment Field” Según la literatura sobre el tema (Morrison (2005)), el término “Employment Field” denota el conjunto de sitios posibles de empleo dentro de la distancia que asume el trabajador desde su hogar al trabajo. Mientras que el “Labor Shed” define su centro en el sitio de trabajo “fijo” donde se demanda trabajo por parte del empleador, el “Employment Field”, por el contrario, toma como base la residencia “fija” del trabajador (distancia espacial de oferta de trabajo). Es útil, pues, recalcar bajo este enfoque la manera como un trabajador típico encontrará un número creciente de sitios de empleo o de vacantes potenciales en la medida que viaje lejos de su residencia. Otros trabajadores encontrarán empleo mucho más lejos y requerirán transporte. En una economía de pleno empleo, las vacantes surgirán del movimiento de oferta y demanda y el desempleo será friccional. Si, por ejemplo, se asume por simplicidad que tales vacantes surgen de manera aleatoria a lo largo del recorrido entre el hogar y el trabajo del individuo, y que hay información completa sobre ellas, entonces el conjunto de oportunidades potenciales de empleo para cualquier residente que busca trabajo se incrementarán exponencialmente con los costos de desplazamiento. El salario efectivo de los trabajadores caería, sin embargo, en la medida en que sus costos de desplazamiento al sitio de trabajo se incrementen. Los trabajadores maximizarían sus salarios al aceptar empleos tan cerca como sea posible de su residencia. Mientras más vacantes adicionales se acumulan con la distancia, los mayores costos de desplazamiento significan un salario real efectivo cada vez menor. Así, el número potencial de vacantes alcanza un máximo donde el salario efectivo es el más bajo, es decir, sobre la periferia del “Employment Field”. La teoría de la búsqueda de empleo (search model) utiliza el paradigma del comportamiento optimizador para explicar la aceptación de las ofertas de trabajo que llegan aleatoriamente. De acuerdo con el modelo de búsqueda de empleo espacial (Pissariades(1999)), los desempleados activos son aquellos que enfrentan un acervo de ofertas de trabajo que llegan a una tasa constante. Dichas ofertas se distribuyen aleatoriamente y contienen información sobre el salario y los costos de desplazamiento. En el caso más simple, el salario de reserva para cualquier trabajo es una función lineal positiva de la distancia del hogar al trabajo, y los empleos sólo serán aceptados si exceden el salario de reserva. Asimismo, el modelo de búsqueda de empleo acepta la posibilidad que la información sobre la existencia de vacantes también sea una función decreciente de los costos de desplazamiento desde la residencia. De esta manera, el elemento espacial de la distribución de las ofertas de empleo reflejará la distribución espacial de las distancias, así como también el componente espacial de la manera en que se propaga la información sobre las ofertas. El resultado central es el incremento de la probabilidad de aceptar un empleo cercano a la residencia. En otras palabras, los costos de información componen y amplifican los costos reales del desplazamiento. Por lo tanto, y siguiendo a Morrison (2005), son los costos de búsqueda más que los costos de desplazamiento los que definen el “Employment Field” de los trabajadores de bajos salarios. Buscando sintetizar los conceptos anteriores, la economía que subyace al concepto de “Labor Shed” y “Employment Field” constituye el componente básico para la mayoría de ideas sobre la estructura espacial de los mercados urbanos de trabajo. Al mismo tiempo, el mercado urbano de trabajo típico en realidad se compone de muchas “Labor Sheds” traslapadas sobre diferentes sitios de empleo; por lo tanto, “Labor Sheds” generadas por sitios de trabajos únicos o simples no necesariamente constituyen áreas urbanas. Por esa razón, el concepto de un único “Labor Shed” es inadecuado para interpretar los patrones de empleo urbanos. Por su parte, el “Employment Field” como área geográfica donde el trabajador ofrece trabajo, estaría determinada más por el costo de búsqueda de empleo que por el costo de desplazamiento del trabajador. II. Dos Modelos sobre Mercados Laborales Urbanos Siguiendo a Morrison(2005), existen dos grandes corrientes de literatura para explicar la dinámica de los mercados laborales urbanos. De acuerdo al primer modelo, denominado “Spatial Mismatch Hiphotesis”, la cual afirma que los incrementos entre la distancia del hogar y el lugar de trabajo constituye una de las principales explicaciones de los resultados de los mercados de trabajo (Ver Ihlandfedt and Sjokist (1998)). Bajo este enfoque, los mercados urbanos consisten en un conjunto de sub-mercados espacialmente definidos y el desempleo existe primordialmente por las deficiencias de la demanda laboral altamente localizada. Según este enfoque, la persistencia de altas tasas de desempleo se explica por la inexistencia de una apropiada demanda de trabajo dentro de una distancia cercana a los sitios de residencia de las personas sin trabajo. La solución al desempleo consiste en la instalación de fuentes de empleo urbanas tanto públicas como privadas. La forma usual de verificar esta hipótesis es relacionar una medida de resultado del mercado de trabajo (por ejemplo tasa de desempleo de una población específica) con una medida de acceso al trabajo (por ejemplo, la distancia de las residencias a los lugares de trabajo). La evidencia sugiere que existe una relación positiva entre acceso a malos trabajos y mayor distancia a los centros productivos. Sin embargo, es necesario mencionar que en muchos casos la literatura ha asociado este fenómeno con los precios en el mercado inmobiliario y el nivel de ingresos de las personas menos calificadas, razón por la cual es más probable que los trabajadores menos calificados tengan su residencia en los lugares por fuera de la zona principal de los centros urbanos, lo cual constituye en una crítica especialmente fuerte este primer grupo de teorías de mercado de trabajo urbano. Por su parte, el segundo enfoque considera a la ciudad como un mercado único en el cual la sustitución entre capital y trabajo toma lugar independiente de la localización de los sitios de residencia y los sitios de trabajo. De acuerdo a esta perspectiva, la incidencia espacial del desempleo simplemente refleja la desigualdad en la distribución del ingreso, que hace que las personas de menos recursos opten por residir en zonas de la ciudad donde el precio de la tierra es inferior, pero no es determinante del comportamiento del mercado de trabajo. Según este grupo de teorías, la demanda de trabajo aun puede ser deficiente, pero sólo en términos agregados. En ese sentido, crear trabajos en zonas particulares del área urbana para reducir el desempleo en dichas zonas, sólo tendrá efectos temporales, ya que la existencia del desempleo se debe a diferencias en la calificación de las personas (capital humano) y los requerimientos de las firmas. El segundo grupo de modelos afirma, por lo tanto, que las diferencias en la tasa de desempleo observadas en zonas geográficas distintas de un área metropolitana ocurren no porque haya más empleos disponibles en una zona respecto de otra, sino por la manera en que el mercado inmobiliario clasifica a la gente espacialmente de acuerdo a su capacidad de ingresos. Por esa misma razón, cualquier concentración espacial de los desempleados surge porque aquellos con bajo ingreso deben establecerse en residencias menos costosas y de baja calidad, las cuales por lo general se encuentran disponibles en ciertas zonas de la ciudad, y es en esos lugares donde se observan las mayores tasas de desempleo. La solución, según este tipo de modelos, más que localizar espacialmente la demanda laboral, consiste en incentivar la generación de habilidades específicas en los oferentes de trabajo que respondan a los requerimientos de las firmas que se ubican en la zona urbana. El origen de la controversia respecto a la modelación del mercado de trabajo urbano, surge a partir de la literatura especializada, en particular Evans and Richardson (1981) quienes encontraron evidencia empírica que mostraba cómo las tasas de desempleo varían entre ciudades primordialmente por diferencias en la demanda por trabajo, pero varían dentro de las ciudades debido a diferencias en la calificación de la oferta laboral, más que debido a diferencias espaciales (distancia del sitio de residencia al sitio de trabajo). Según los autores, para que el primer modelo de explicación del desempleo urbano (spatial mismatch) fuera válido, la demanda laboral debería explicar las diferencias dentro de un área urbana. Para que la demanda genere diferencias en el desempleo entre áreas urbanas pero no al interior de ellas, se tendría que demostrar que es mucho más costoso y difícil moverse de una región a otra que dentro de la ciudad, y que los mecanismos de transmisión del mercado son más fuertes en las zonas urbanas. Al respecto, Evans y Richardson (1981) afirman que cualquier variación espacial en la tasa de desempleo se debe a diferencias en los atributos de la fuerza de trabajo que vive en las diferentes áreas residenciales de la ciudad, más que a las diferencias geográficas en la demanda de trabajo. Entonces, de acuerdo con el segundo grupo de modelos, una vez el efecto local de un choque inicial ha pasado, las tasas de desempleo variarán de acuerdo a los niveles de calificación, y por lo tanto las áreas residenciales cuya fuerza de trabajo es mayormente no calificada manifestarán tasas de desempleo más altas. Según el argumento anterior, tasas de desempleo urbano mayores que las del nivel global no indican necesariamente una demanda local insuficiente, sino el hecho de que los menos calificados que residen en tales zonas son más vulnerables a las recesiones y a las reducciones en la demanda agregada de trabajo; como afirman Evans y Richardson (1981), si las autoridades tienen éxito para inducir la reubicación de los lugares de trabajo al interior de la ciudad, sólo se afectaría la estructura espacial del desempleo temporalmente; en contraste, el cambio más perdurable se daría sobre los desplazamientos entre el lugar de residencia y el de trabajo. Este mismo argumento también implica que los desempleados a nivel local no tienen necesariamente un monopolio espacial sobre los empleos, de manera que no podrían competir por nuevos trabajos contra aquellos trabajadores con calificaciones superiores o mayor experiencia. En resumen, cualquier diferencia geográfica en el desempleo que aparece en una ciudad se explica por diferencias por el lado de la oferta de trabajo resultantes de la estructura urbana. Las tasas de desempleo son mayores en ciertas partes de la ciudad no porque la demanda de trabajo sea deficiente en esos sitios, sino porque es ahí donde viven los desempleados. Recientemente, la literatura (Ver Morrison (2005)) ha mostrado que ambos modelos pueden tener parte de la respuesta, pero para diferentes categorías de trabajo, ya que al existir heterogeneidad en la demanda laboral al interior de la ciudad (mercados de trabajo segmentados), se podría encontrar la respuesta en cada tipo de modelo para diferentes aspectos del comportamiento del mercado urbano. IV. Principales Áreas de Estudio en Mercados Urbanos En esta sección se presenta, sin buscar ser extensivos, una breve revisión de los tópicos que deben ser considerados, según las particularidades propias del mercado urbano, en el análisis de dicho espacio geográfico y sus interrelaciones para caracterizar la oferta y demanda laboral. La primera sección se enfoca en los desarrollos sobre las decisiones sobre la residencia y el lugar de trabajo. En seguida se tratan los mecanismos de búsqueda de empleo y las relaciones entre las características de la fuerza de trabajo y el comportamiento de los mercados laborales. Otros temas de interés son las segmentaciones del mercado laboral y la teoría del desequilibrio espacial. Inicialmente se presenta un resumen de los aspectos más relevantes, para posteriormente desarrollar con más énfasis algunos de los tópicos mencionados. • Contexto General En el contexto urbano, el proceso de búsqueda de trabajo se torna una variable de análisis fundamental, así como los patrones de contratación de mano de obra calificada y la movilidad de las personas entre las zonas productivas y las zonas residenciales -siendo el primer aspecto el que mayor atención ha recibido en la literatura. La duración en el desempleo y la rotación de las ocupaciones son variables de interés en el análisis de mercados de trabajos urbanos, así como el estudio de las políticas relacionadas con la reducción del costo de búsqueda de trabajo, tales como servicios públicos y privados de información para el empleo. Scout (1992) propuso el estudio de redes sociales (amigos o conocidos) adicional a los servicios de información para el empleo como variable relevante para entender la dinámica de la búsqueda de trabajo. Una de sus principales conclusiones fue encontrar poca o nula importancia de la distancia entre las zonas residenciales y las zonas donde se ubica la demanda por trabajo a medida que aumenta la red social disponible para referencias laborales. Un fenómeno que también ha recibido amplia atención en la literatura (Ver Crampton (1999)) es el incremento de la participación laboral femenina y el patrón de trabajo de las mujeres cabezas de hogar. Más recientemente, a partir de los trabajos de Chiappori (1992) y Browning y Chiappori (1998) en los que se propone una nueva visión de la oferta laboral del hogar como un proceso de negociación colectiva, se han derivado conclusiones respecto a la baja elasticidad salario de la oferta laboral de las mujeres casadas; es decir, las mujeres que deciden trabajar en el mercado urbano tienden a ser estables en sus trabajos, sin que cambios en el salario afecten de manera importante la decisión de trabajar. Por otro lado, la expansión de los mercados laborales urbanos tiende a concentrarse en sectores de servicios para mano de obra no calificada y áreas de profesionalización específica para mano de obra calificada. Esta tendencia ha permitido que la literatura se concentre en fenómenos como la segmentación laboral a nivel urbano y el estudio de diferenciales salariales según cambios en las calificaciones, y en su movilidad, ya que los trabajos no calificados tienden a concentrarse en áreas urbanas específicas, en tanto los trabajos calificados son más dispersos. Este hecho, genera un fenómeno de notoria diferenciación salarial dentro del espacio urbano, siendo mayor la dispersión salarial dentro de las ciudades que dentro de las regiones (ver Crampton (1999) para reforzar este análisis). De hecho la literatura ha encontrado que dentro de las ciudades es mayor el diferencial en los salarios que entre los promedios regionales. De igual manera, la literatura se ha concentrado en explicar la notoria diferencia en tasas de desempleo intraurbanas. Es común encontrar en el mismo espacio urbano, segmentos de población con tasas de desempleo diferenciales y duraciones en el desempleo notoriamente diferentes. Evans y Richardson (1981) encontraron que la principal explicación para este fenómeno se halla en el comportamiento de segmentos específicos de población, por ejemplo la variación de jóvenes sin calificación que suelen ser lo más afectados por el desempleo. Junto a la diferenciación en los tipos de ocupaciones, en la literatura sobre mercados de trabajo urbanos se ha estudiado la distribución espacial de las zonas productivas y las zonas residenciales. Esta distribución va ligada al proceso de planeación espacial y de la infraestructura de transporte y urbanística de las ciudades. Respecto al análisis de la migración y su impacto sobre los mercados urbanos, la literatura no ha sido muy prolífica. En general, se ha buscado investigar el impacto de la migración intraurbana de la oferta laboral de acuerdo a centros de servicios específicos (colegios para los hijos o centros de recreación) y la migración inter-regional debido a diferenciales de salarios entre las zonas urbanas, concentrándose particularmente en las características de la nueva oferta laboral que llega a las zonas urbanas. Finalmente, la Nueva Geografía Económica y en particular, estudios como Scott (1988) han intentado explicar el origen de centros industriales o tecnológicos en zonas cercanas a centros urbanos. En este punto, se busca explicar la ubicación de las zonas industriales urbanas y su impacto sobre la infraestructura residencial y la dinámica de la demanda laboral urbana. A continuación se expanden algunos de los elementos más relevantes mencionados en esta introducción. • Las Decisiones Sobre Ubicación Residencial y el Lugar De Trabajo La modelación simultánea de las decisiones sobre la ubicación residencial y el lugar de trabajo ha tratado de responder a dos preguntas básicas. La primera de ellas, sobre el papel que juegan estas decisiones en el proceso de ajuste urbano, es decir, si es posible afirmar que la distribución del empleo causa la distribución residencial, o viceversa. En segundo lugar, sobre la compensación que ofrece el mercado laboral por las distancias del desplazamiento entre el hogar y el trabajo, y la medida en la cual las estimaciones de dicha compensación interactúan con el funcionamiento del mercado urbano inmobiliario. La literatura ha hecho intentos por estimar la naturaleza secuencial y jerárquica de las interdependencias entre la migración residencial, el desplazamiento intraurbano y el mercado urbano de trabajo. Asimismo, ha sido relevante el estudio sobre la dirección de la causalidad entre las decisiones de residencia y sitio de trabajo, según sectores económicos, zonas intraurbanas o grupos de población. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha encontrado evidencia de que para algunas ciudades y sus suburbios, los “empleos siguen a la gente” más de lo que la “gente sigue los empleos”, o desde una perspectiva similar, que los cambios en el empleo son más endógenos que los cambios en la población (ver Mills (1986)). En esa misma línea de análisis, no deja de ser menos importante el estudio de la medida en que los trabajadores esperan ser compensados por el tiempo de desplazamiento hacia el sitio de trabajo en forma de salarios reales más altos. Adicionalmente, la importancia relativa de la migración y el desplazamiento como mecanismos de ajustes difiere según el mercado de trabajo en mención. Mientras muchos trabajadores calificados pueden sustituir el desplazamiento por la migración, la mayoría de los no calificados sustituyen la migración por un desplazamiento extendido. Sin importar el mercado, lo que estas ideas sugieren es que en lugar de concebir la migración y el desplazamiento como modos separados de ajuste del trabajo, es importante diseñar modelos de ajuste interregional para ayudar a comprender el grado en el cual la migración es responsable de la reducción en los niveles de desempleo en ciertas partes de la ciudad. • Los mecanismos de búsqueda de empleo Existe una amplia literatura sobre la búsqueda de trabajo (search and matching theory) que enfatiza en la importancia de los flujos en el mercado de trabajo (Mortensen and Pissarides (1999), Pissarides (2000)). El punto de inicio es el reconocimiento que el mercado de trabajo es caracterizado por fricciones en la búsqueda de empleo. Esto significa que para las personas toma tiempo hallar un empleo vacante y para las firmas llenar dicha vacante. Estas dos situaciones pueden existir en el equilibrio. Debido a dichas fricciones, los contactos entre trabajadores y firmas se pueden medir mediante una tasa de contactos, expresada como función de las variables de búsqueda de trabajo (tiempo de búsqueda, por ejemplo) y de vacantes disponibles. Aunque en todos los modelos de este tipo la dimensión espacial está ausente, la literatura ha iniciado la inclusión de la premisa que la distancia interactúa con la difusión de información; es decir, la existencia de mayores distancias incrementa la incertidumbre en las redes de búsqueda de trabajo, ya que el costo de búsqueda y obtención de la información es mayor. Diamond (1982) demostró que la distancia entre los agentes implica un costo fijo, es decir, la dispersión espacial de los agentes crea más fricciones y más desempleo. La información sobre oportunidades de trabajo disponibles decae rápidamente al incrementarse la distancia desde el hogar. (Ihlanfeldt y Sjoquist (1990)). Simpson (1992), por otra parte, encontró que la intensidad de la búsqueda de trabajo depende de la calificación de las personas y de su experiencia laboral (skills), debido a que estos factores incrementan el costo. Otro factor relevante en el proceso de búsqueda es la diferencia en productividad de la mano de obra disponible, ya que en casos de mano de obra poco calificada el tiempo de búsqueda se reduce, haciendo que este tipo de oferta laboral esté en disponibilidad de aceptar trabajos con mayor rapidez. En los análisis del comportamiento del mercado de trabajo urbano desde el enfoque de la búsqueda de empleo, los diferenciales según grupos de población también han sido tomados en consideración. Por ejemplo, el uso de métodos formales por parte de personas de mayor edad (como portales de empleo o periódicos) o informales usadas por jóvenes (como las redes de contactos directos o Internet), puede afectar las probabilidades de éxito para encontrar un empleo. En particular, se necesita aumentar el entendimiento de las razones por las cuales los métodos de búsqueda varían en productividad entre los individuos, que difieren a su turno en cuanto las características personales o sociales como raza, pasado familiar y acceso a la información. Finalmente, y no menos importante, es el avance que han hecho disciplinas como la economía y la sociología en la comprensión de algunos mecanismos de búsqueda específicos y su relación con los mercados de trabajo. Sin duda, uno de los mecanismos que mayor atención ha merecido recientemente, es el de las redes sociales, cuyo rol fundamental en los mercados laborales es servir como fuentes de propagación de información entre los individuos que hacen parte de la red social - bien sean empleadores o trabajadores. • El impacto de la Redes Sociales Según la literatura que ha analizado el impacto de las redes de amigos o familiares, los contactos sociales actúan como mecanismos de propagación de información que reducen las fricciones entre personas y firmas que tengan vacantes disponibles. Para explicar las interrelaciones entre las conexiones sociales y los procesos de contratación, se hace necesario entender los incentivos que llevan a escoger este mecanismo tanto a quienes buscan empleo como a los empleadores. Se cree, en primer lugar, que el uso de las redes sociales representa no sólo menores costos de búsqueda, sino que funcionan como medios de proyección en el mercado de trabajo. En efecto, la evidencia muestra que las redes sociales sirven como garantía de la calidad de la información; por esa razón se observa, por ejemplo, que los empleadores tienden a desconfiar de las fuentes de información que no provienen de su red de contactos; es el caso de la preferencia por parte de los empleadores hacia los candidatos que han sido recomendados por empleados pertenecientes a la firma. Dada las ventajas de los contactos sociales en los procesos de búsqueda de empleo, es de esperar que dichas redes tengan algún impacto sobre el comportamiento de los mercados de trabajo. En particular, el acceso a las redes ofrece distintos niveles de acceso a información e influencia. Este reconocimiento ha influido en el desplazamiento del interés del modelo de desequilibrio espacial hacia teorías que incorporan la pobreza y su relación con las redes sociales. Uno de los resultados más sobresalientes de la teoría es la evidencia de que para los agentes conectados a través de redes, el empleo (o la posibilidad de encontrar uno) se relaciona de manera positiva en el tiempo entre los miembros de la red; lo contrario sucede con el desempleo: agentes no conectados exhiben una mayor duración de desempleo. Asimismo, se sugiere que cuando se disponen de redes sociales, los procesos de contratación o ascenso pueden promover la segregación, afectando principalmente a aquellos grupos que disponen de redes más restringidas. Adicionalmente, la literatura ha encontrado que dichas redes reducen de manera importante el tiempo promedio de búsqueda de empleo de personas y el tiempo medio de vacantes de las firmas, además, que estas firmas tienden a contratar más personas que sean miembros de redes sociales conocidas, ya que reducen la incertidumbre respecto a la productividad media de la persona a ser contratada, pues ha sido recomendada por conocidos. Entonces, la red social funciona tanto como mecanismo de diseminación de información de búsqueda de trabajo, como mecanismo de señalización de las características de los candidatos para la firma contratante (screening). (Ver Miller and Rosenbaum (1997)). Sin embargo, la literatura ha encontrado que el impacto de las redes sociales no es homogéneo en el mercado de trabajo, ya que varía respecto a la localización espacial y las características socioeconómicas de los miembros de la red. Incluso, la literatura ha iniciado el estudio de la relación entre redes sociales y dependencia espacial del desempleo. En la medida en que la red social se asocie con zonas espaciales de alto desempleo, es más probable que su efectividad como mecanismo de señalización y de diseminación de información se vea reducido. (Topa (2001)) Además, la literatura muestra que para diferentes niveles de calificación, el impacto de la red social también varía. Particularmente, a mayores niveles educativos es menor el impacto de la red social en el nivel de ocupación; así mismo, la proporción de trabajadores que encuentran trabajo de manera informal es notoriamente diferente entre trabajadores profesionales y trabajadores poco calificados. Igualmente, el efecto de las redes sociales varía con la edad: a mayor edad, el impacto se reduce. Por esa razón, las redes sociales constituyen un mecanismo significativo en el mercado de trabajo de los jóvenes. De hecho, la literatura muestra que en el mercado de jóvenes la relación familiar se convierte en una red que permite el acceso al primer trabajo. Por último, la existencia de redes sociales y de parientes tiene relación con la migración, ya que en la medida que la personas que llegan al mercado de trabajo de una ciudad no tienen acceso a dichas redes sociales, presentan mayor probabilidad de realizar una búsqueda de empleo de mayor duración. En cuanto al impacto de las redes sociales sobre los salarios, la literatura también ha encontrado que existe convergencia de salarios dentro de las redes, particularmente, debido a la existencia de patrones socioeconómicos y demográficos que aglutinan y homogenizan los componentes de la red social. • El Ejemplo de Colombia: Principal medio por el que consiguió empleo Dentro de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, se encuentra la pregunta: ¿Por qué medio principal consiguió su empleo actual?, con las siguientes opciones: 1. Pidió ayuda a familiares, amigos, colegas; 2. Visitó, llevó, o envió hojas de vida a empresas o empleadores; 3. Visitó, llevó, o envió hojas de vida a bolsas de empleo o intermediarios; 4. Puso o consultó avisos clasificados; 5. Por convocatorias; 6. Por el sistema de información SENA; 7. Otro medio; 8. No sabe, no informa. De acuerdo a esto, a continuación se presentan las distribuciones del medio por el cual consiguió empleo por sexo y nivel de educación para los años 2008 y 2009 información trimestral. Se esperaría que el principal contacto a través del cual las personas empleadas consiguieron su trabajo sea a través de familiares o conocidos. En la Tabla 1 se presenta la distribución de ocupados por sexo de acuerdo a las fuentes utilizadas para conseguir el actual empleo. Acá se confirma lo dicho: la principal fuente de información para conseguir empleo es a través de familiares y conocidos. Tanto para hombres como para mujeres el porcentaje es de alrededor del 70%, seguido por las visitas a empresas o el envío de hojas de vida a estas. La participación tanto para mujeres como para hombres es similar, para el año 2007 alrededor del 15% y para el 2008 alrededor del 16%. Tabla 1. Distribución de ocupados por tipo de contacto para conseguir empleo y sexo. Trece áreas metropolitanas 2007 2008 Contacto Mujeres Hombres Mujeres Hombres Pidió ayuda a familiares, amigos, colegas 70.81% 69.95% 70.20% 69.49% Visitó, llevó, o envió hojas de vida a empresas o empleadores 15.00% 15.43% 16.73% 16.76% Visitó, llevó, o envió hojas de vida a bolsas de empleo o intermediarios 4.19% 4.33% 3.84% 4.04% Puso o consultó avisos clasificados 2.22% 1.64% 1.71% 1.64% Por convocatorias 4.50% 5.24% 4.56% 4.97% Por el sistema de información SENA 0.94% 0.78% 0.85% 0.81% Otro medio 2.31% 2.59% 2.07% 2.22% No sabe, no informa 0.03% 0.05% 0.05% 0.06% Fuente: DANE-GEIH, cálculo de los autores Al observar esta distribución por nivel de educación, se encuentra que para trabajadores sin educación como para trabajadores que tienen hasta bachillerato, la principal fuente de información sobre empleo fue a través de familiares o conocidos. Para los trabajadores con nivel de educación superior en el año 2007 la principal fuente a través de la cual consiguió empleo fue por convocatorias, con el 36.68%, seguido de familiares y conocidos. Para el año 2008 la distribución para trabajadores sin educación como para trabajadores que tienen hasta bachillerato no cambia, mientras que para los trabajadores con nivel de educación superior cambia un poco la distribución, ahora la principal fuente son los familiares y conocidos, con el 49.42% y la segunda es a través de convocatorias. Tabla 2. Distribución de ocupados por tipo de contacto para conseguir empleo y nivel de educación. Trece áreas metropolitanas 2007 2008 Contacto Sin Hasta Sin Hasta Superior educación bachillerato educación bachillerato Pidió ayuda a familiares, amigos, colegas 81.05% 70.20% 33.20% 77.98% 69.67% Visitó, llevó, o envió hojas de vida a empresas 8.36% 15.37% 11.02% 11.68% 16.85% o empleadores Visitó, llevó, o envió hojas de vida a bolsas de 3.97% 4.27% 4.84% 4.13% 3.95% empleo o intermediarios Puso o consultó avisos clasificados 0.83% 1.93% 3.25% 1.16% 1.69% Por convocatorias 2.51% 4.89% 36.68% 1.13% 4.83% Por el sistema de información SENA 0.93% 0.85% 0.31% 1.59% 0.81% Otro medio 2.34% 2.45% 10.32% 2.33% 2.15% No sabe, no informa 0.00% 0.04% 0.38% 0.00% 0.06% Fuente: DANE-GEIH, cálculo de los autores Superior 49.42% 13.07% 1.25% 0.00% 32.14% 0.00% 4.13% 0.00% • Impacto de factores demográficos sobre el comportamiento de los mercados de trabajo urbanos Gran parte del trabajo aplicado al comportamiento del mercado de trabajo de grupos específicos se ha enfocado en preguntas sobre género, estructura familiar y raza. Las tendencias de crecimiento sostenido de la participación de la fuerza laboral femenina han llevado a la necesidad de mejorar la comprensión de las relaciones entre la estructura familiar o el género y los resultados del mercado de trabajo urbano. Madden y White (1980), por ejemplo, analizan la tesis acerca de las preferencias desfavorables que tienen las mujeres a recorrer amplias distancias en los desplazamientos del hogar al trabajo en comparación con los hombres. Asimismo, en la investigación de los mercados urbanos de trabajo, el estudio detallado del género ha estado asociado con el análisis de la discriminación y otras causas de los diferenciales de salario. Posibles explicaciones para el diferencial salarial de las mujeres corresponden a la concentración del empleo femenino en empleos de bajos salarios y el comportamiento de la inversión en capital humano, e incluso en la existencia de mercados espacialmente concentrados para las mujeres. Madden (1977b) ofrece evidencia sobre las menores elasticidades salario de las mujeres casadas en Estados Unidos, indicando la posibilidad de mercados de trabajo más localizados para ellas. Por último, el impacto del salario masculino sobre la participación femenina es cuantitativamente importante, como lo es también la interacción de la economía del hogar y los mercados urbanos. Concretamente, para los hogares donde los dos miembros principales son ocupados, la consideración sobre el peso del trabajo femenino con respecto al masculino dentro del entorno familiar cobra importancia, ya que si el trabajo de la mujer se considera secundario, entonces entre mayor sea la brecha de ingresos entre hombre y mujer, mayor será el incentivo a ubicar la residencia cerca del sitio de trabajo del hombre. • Segmentación de los mercados de trabajo y Mercados de trabajo urbanos duales El enfoque de la segmentación de mercados aborda el mercado laboral asumiendo la coexistencia de trabajos diferenciados dentro de un mismo sistema que consta de varios segmentos, entre los que no hay plena movilidad y que mantienen diferencias productivas y distintos mecanismos de remuneración. La teoría de los mercados laborales segmentados se erige sobre dos elementos fundamentales. Según el primero, el mercado de trabajo se compone de distintos segmentos en los que operan reglas diferenciales en la determinación de los salarios y el empleo. El segundo elemento característico de la teoría se relaciona con el acceso limitado al empleo en contextos con algún grado de rigidez salarial, y que se manifiesta en una oferta de trabajo superior a la oferta de vacantes. La movilidad entre los sectores del mercado laboral constituye otro aspecto importante de la teoría. En particular, los estudios sobre la segmentación han identificado que la movilidad limitada entre segmentos puede reflejar jerarquías determinadas por las condiciones sectoriales de acceso al empleo. El grado de movilidad laboral entre sectores es un elemento esencial para entender el funcionamiento de los mercados de trabajo. Si existe movilidad, el mercado laboral es único, y en dicho caso la teoría neoclásica sería la adecuada para analizar el comportamiento del desempleo y los salarios. Pero si existen restricciones a la movilidad del trabajo, la teoría de los mercados segmentados puede aportar elementos de análisis. La teoría de los mercados de trabajo segmentados propone que las diferencias salariales entre individuos pertenecientes a los distintos sectores se explican por las características propias de la firma (a nivel tecnológico o institucional) que determinan los salarios y remuneraciones. En otras palabras, las desigualdades salariales no se explican necesariamente por los patrones de acumulación de capital humano (por ejemplo, si un trabajador acumula poco capital humano está destinado a devengar salarios bajos) ni por fallas en los mercados de capitales, sino más bien, por la naturaleza de los puestos de trabajo. Lo anterior implica, sin embargo, que podría existir segmentación incluso si las diferencias salariales entre los segmentos se relacionan con diferencias en la acumulación de capital humano. Esto obedece a que la productividad está asociada al puesto de trabajo y no al nivel de capital humano del trabajador. Para comprobar empíricamente la hipótesis de segmentación, sería necesario demostrar que las diferencias de ingresos entre los diferentes segmentos del mercado de trabajo no son consecuencia de las desigualdades en productividad e inversión en capital humano. Por otro lado, existen otros atributos comunes en muchas versiones de la teoría. Tal vez el más sobresaliente es que el mercado de trabajo puede modelarse considerando dos segmentos fundamentales y distintos uno de otro. En particular, por simplicidad la literatura sobre mercados laborales segmentados se ha enfocado en la descripción de los mercados duales. Un primer sector es conocido de manera alternativa como “formal”, “moderno”, “industrial”, “de buenos trabajos”, o “urbano”; por oposición, un segundo sector es el llamado “informal”, “tradicional”, “agrícola”, “de malos trabajos” o “rural” (Levy(2008)). Como se mencionó, en cada segmento opera un mecanismo característico de determinación de empleo y salarios. En ese sentido, la literatura ha desarrollado distintos modelos teóricos para explicar el funcionamiento de tales mecanismos para los diferentes segmentos del mercado de trabajo. En el caso particular del sector formal, siguiendo a Fields (2008), se pueden distinguir cuatro modelos alternativos: (i) el modelo de mercado laboral en equilibrio, (ii) modelos con salarios fijados por encima de los niveles de equilibrio por razones institucionales, (iii) modelos con salarios fijados por encima del equilibrio debido a razones de eficiencia, y (iv) modelos con salarios fijados por encima del equilibrio por razones del lado de la oferta. Desde la perspectiva del sector informal, por su parte, se pueden identificar dos líneas alternativas para modelar y analizar el comportamiento de los salarios y el empleo. La primera concibe al sector informal como un sector indeseable y residual al cual llegan los individuos como último recurso. En contraste, un segundo enfoque considera al sector informal como deseable, por cuanto a él llegan los individuos de manera voluntaria. Por otro lado, y no menos importante que los modelos prevalecientes de determinación de salarios y empleo, es la relación que existe entre los segmentos que constituyen los mercados de trabajo. De acuerdo a Taubman y Wachter (1986), los mercados primarios y secundarios se influyen mutuamente, en una especie de retroalimentación negativa que se dirige desde el sector informal de bajos salarios y que influye sobre la calidad del capital humano del trabajador. Concretamente, se puede afirmar que ante el racionamiento presente en los mercados de trabajo de mayores calidades, algunos individuos terminarán desempeñándose en actividades de menor calidad que terminan depreciando su capital humano, y en consecuencia, afectando la trayectoria de su perfil de ingresos. Este enfoque contrasta con el análisis neoclásico según el cual la remuneración de los trabajadores es proporcional a su productividad marginal y, por tanto, trabajadores con peores dotaciones de capital humano se sitúan de entrada en sectores de menor remuneración. Además, las diferencias entre los dos segmentos del mercado laboral pueden profundizarse por cuanto las empresas del sector secundario no se sienten especialmente presionadas para introducir mayor capital o mejorar la eficiencia del trabajo, generando el estancamiento de la productividad y los salarios de los trabajadores. Para finalizar la exposición sobre mercados laborales segmentados, es importante considerar la relación entre éstos y algunas tendencias destacadas de carácter demográfico y espacial que impactan la operación de los mercados de trabajo urbanos. Según Morrison (2005), la desigual distribución del capital humano es lo que determina la coexistencia de mercados laborales urbanos espacialmente segmentados. Así, la geografía de los mercados laborales con focos de desempleo distribuidos de manera desigual se origina endógenamente por las características de los salarios y las instituciones que modelan su distribución. La fuerza de trabajo con abundante capital humano tiene la capacidad no solo de responder a las oportunidades de trabajo en una gran variedad de ubicaciones geográficas, sino también de acceder a las redes de búsqueda y soporte institucional que facilitan la reubicación a nivel regional, nacional e incluso internacional. Sus habilidades para identificar y responder a los diferenciales del mercado a lo largo del espacio nivelan las diferencias en sus salarios, participación y tasas de desempleo. Ese no es el caso de los trabajadores no calificados en mercados de trabajo secundarios. Los trabajadores con mayores salarios tienen mayores probabilidades de responder no sólo ante variaciones intraurbanas de los salarios (a través de su mayor flexibilidad de migración y desplazamiento entre el hogar y el trabajo), sino también a las diferencias en los mercados laborales inter urbanos. Su nivel de calificación junto con la demanda relativamente mayor por el trabajo calificado implica una mayor capacidad de acceso a canales de información de manera más eficiente. En contraste, la información disponible para grupos de bajos salarios está restringida, así como sus canales de búsqueda de empleo. La mayor competencia por el trabajo calificado resulta no sólo en mayor uniformidad de los salarios reales de este grupo, sino también nivela las probabilidades de volverse desempleado entre las distintas localizaciones geográficas. Los trabajadores calificados también muestran una respuesta diferenciada frente a los costos de búsqueda. Entre más calificados se vuelven es más probable que realicen la búsqueda sobre un campo espacial más amplio; y además de tener mayores horizontes de búsqueda, los trabajadores calificados también son más sensibles ante choques, un rasgo que contribuye a su mayor uniformidad salarial. Por ejemplo, puede ocurrir que mientras algunos individuos no calificados migran en respuesta a un choque adverso de demanda, la migración es más rápida entre los más educados, para quienes los costos de oportunidad de estar desempleado son grandes en la medida que sus salarios tienden a ser mayores. • Diferenciales interurbanas en el comportamiento de los mercados de trabajo Dos de los temas más recurrentes en la literatura que estudia el comportamiento de los mercados de trabajo interurbanos son el desempleo y la duración del mismo. El estudio de las tasas de desempleo interurbanas se ha extendido hacia un número importante de temas de investigación, entre los cuales se pueden contar: el rol de las características de la fuerza de trabajo y el tamaño de la ciudad. En primer lugar, el enfoque de características utiliza los datos sobre la fuerza de trabajo para explicar las tasas de desempleo, principalmente desde el lado de la oferta. Las diferencias del desempleo según edad, género u origen racial constituyen temas de interés bajo esta línea de análisis. Sin embargo, dada la naturaleza de los mercados laborales urbanos, también es importante agregar la dimensión espacial. Otras explicaciones a los diferenciales de desempleo interurbanos sugieren que estas diferencias pueden ser entendidas como desequilibrios, como resultado de procesos de movilidad o de ajuste limitados, o simplemente como la consecuencia de la interacción de las preferencias individuales. Esta diferenciación es importante, por ejemplo, para estimar los efectos de la migración y las condiciones urbanas sobre el desempleo interurbano (los flujos de migración pueden disminuir los diferenciales desempleo interurbano, sin embargo eso depende de las condiciones urbanas). Una tercera rama de estudio de los mercados interurbanos de trabajo se refiere a los diferenciales de salarios y los mecanismos de ajuste. En este campo el interés principal es explicar si la movilidad laboral es o no el mecanismo predominante de ajuste para generar convergencia en los salarios relativos y en las tasas de desempleo. Al menos para Estados Unidos esta hipótesis parece ser cierta (para una discusión detallada sobre los casos de EU y Europa, ver Blanchard and Katz (1992)). De igual manera, en la investigación asociada al tema es importante considerar los obstáculos sobre los procesos de ajuste. La existencia de mercados de capital imperfectos, por ejemplo, impone barreras a la flexibilidad de la migración de la fuerza laboral. V. Estructura Básica de Análisis de Información En esta sección se presenta un listado de elementos de análisis básicos que permitan caracterizar un mercado urbano, en cuanto a sus características de oferta y demanda de trabajo. Esta sección busca servir como marco de referencia para el estudio general de un mercado de trabajo urbano, y es presentado en la forma de tabla de contenido de un estudio potencial de mercado de trabajo urbano. Los elementos conceptuales fundamentales se enumeran a continuación: 1. ANALISIS POBLACIONAL Y DE LA OFERTA LABORAL Dinámica Poblacional • Volumen Poblacional • Flujo Migratorio hacia el mercado urbano • Cambios en los Patrones de Localización Espacial de la Población (Distribución Urbana) Participación Laboral y Estadísticas del Mercado Laboral • Población Económicamente Activa y en Edad de Trabajar discriminada por grupos de población relevante y características socioeconómicas relevantes. • Tasas de Participación discriminada por grupos y características relevantes. • Estructura Espacial de la Población oferente de trabajo a nivel intraurbano 2. ANALISIS DE LA DEMANDA LABORAL • Descripción del Entorno Económico • Análisis de las Actividades Productivas discriminada por grandes ramas de actividad. • Análisis de los Ocupados discriminados por grupos de población relevante • Análisis de los Ocupados por tipo de contratación y cobertura en seguridad social 3. ANALISIS DEL DESEMPLEO • Caracterización del desempleo por características socioeconómicas relevantes • Análisis del desempleo cíclico, friccional y estructural • Mecanismos de Búsqueda de Trabajo • Análisis de Duración del Desempleo 4. DETERMINACION Y DIFERENCIAS SALARIALES • Determinantes de los salarios a nivel urbano por segmentos del mercado 5. ANALISIS DE MERCADOS SEGMENTADOS E INFORMALIDAD A continuación se explicarán en detalle cada una de las etapas de la metodología propuesta. 1. ANALISIS DE POBLACION Y LA OFERTA LABORAL El objetivo final del análisis poblacional es llegar a caracterizar la oferta laboral. Se espera realizar, con base en dicha información, un estudio completo de la población urbana y los movimientos entre regiones y la zona urbana de estudio, así como sus determinantes y las características de la población en edad de trabajar y económicamente activa. En este componente se espera un análisis global de las características más sobresalientes relacionadas con la evolución temporal de la población y su impacto, en la participación laboral y la oferta de trabajo. Se deberá estudiar la acumulación del capital humano de la población y la participación laboral por características relevantes (rangos de edad, sexo, nivel educativo, etc.). • Análisis de la Migración Las causas que provocan los movimientos migratorios desde regiones adyacentes hacia el mercado urbano pueden ser de naturaleza muy diversa, desde razones económicas hasta razones políticas asociadas con la violencia persistente en el país. Cuando la tasa de desempleo en las zonas geográficas de destino excede de un determinado umbral, ello frena las migraciones masivas hacia esas zonas ya que al emigrante que se desplaza hacia esos territorios le resultará más difícil encontrar empleo. Según Iserman et al (1986) et al, también hay autores que afirman que las migraciones no están determinadas únicamente por las diferencias de tasas de desempleo y salarios, sino que existen otros factores tales como el nivel educativo1, la estructura de edad de la población2, la reducción de la natalidad3, el aumento del precio de la vivienda, la falta de información acerca de la situación de los mercados de trabajo locales, etc., influyen en las decisiones de migración(Ver Iserman et al(1986)). Según este último enfoque, la migración es vista como una inversión para incrementar la productividad del recurso humano. El valor presente de la migración de un lugar a otro es la diferencia entre los beneficios obtenidos en el nuevo lugar menos lo que se obtendría en el lugar de origen. Entonces, desde este punto de vista, la metodología de análisis debe revisar las diferencias salariales entre las regiones expulsoras y las ciudades receptoras para así explicar la presencia de flujos migratorios, donde el salario es medido como las ganancias esperadas multiplicadas por la probabilidad de conseguir empleo en la respectiva región, como medida de oportunidades laborales. La literatura define el índice de oportunidades laborales como el cociente entre la tasa de nuevos contratados respecto a la tasa de desempleo, el cociente de vacantes a desempleados y el cociente entre el crecimiento del empleo formal respecto al desempleo. En el caso ideal, se deberían considerar los factores sociales, demográficos y condiciones económicas para determinar los flujos migratorios, sin embargo y a falta de información, se pueden utilizar otro tipo de métodos de estimación, por ejemplo, mediante la siguiente igualdad: Migración Neta = Cambio Poblacional Estimado – Nacimientos + Defunciones 1 Que limita considerablemente la consecución de un puesto de trabajo en el lugar de destino para la población procedente de zonas rurales. 2 Pues al tratarse, por lo general, de poblaciones envejecidas la intensidad migratoria se reduce. 3 Que conlleva una menor carga familiar y en consecuencia una menor necesidad de emigrar. Sin embargo, y como generalmente, las estadísticas de migración voluntaria no están disponibles, es posible emplear métodos estadísticos para tratar de estimar dicho flujo. Una forma de hacerlo es, asumiendo que el proceso es estacionario, mediante una cadena de Markov de primer orden. Una matriz de transición o de Markov contiene la probabilidad que un individuo en una ciudad se mantenga en ésta otro período y la probabilidad que tales individuos migren a otra región o ciudad. Estas probabilidades son calculadas con base en encuestas pasadas. En términos agregados, la migración estimada de la Ciudad i a la Ciudad j (Mij) sigue la siguiente ecuación: Donde Pi corresponde a la población de la i-ésima ciudad que pasó del año (t-1) al año t, y b es un año base. El término en brackets es la tasa de migración observada en el año base. Ajustando este patrón, para tener en cuenta efectos de cambios en la distribución espacial de la población, se tendrá la probabilidad de migración desde la j-ésima ciudad a la i-ésima ciudad como destino. 2. ANALISIS DE LA DEMANDA LABORAL Esta sección cubre dos áreas de análisis: El estudio del entorno económico y la demanda laboral, en términos de la capacidad de absorción y expulsión de mano de obra y las características de la ocupación (por variables socioeconómicas y por factores asociados al mecanismo de contratación). Es necesario conocer las ramas de actividad más relevantes en la producción y además conocer la distribución espacial de las mismas. • Análisis de la Innovación, Cambio Tecnológico y Actividad Empresarial Se propone cuantificar el nivel de desarrollo tecnológico o adopción de nuevas prácticas empresariales. Son varios los indicadores de innovación tecnológica que habitualmente se utilizan, aunque a nivel urbano, se sugiere la revisión de información disponible al nivel de cámaras de comercio referentes a mejores prácticas empresariales. En el fondo, el objetivo es cuantificar y determinar la calidad de la demanda por trabajo, y analizar el impacto de este volumen de actividad empresarial. Si la estructura productiva consiste en empresas pequeñas donde el número de empresas creadas y liquidadas es creciente, indicará una notoria fragilidad en la demanda laboral. 3. ANALISIS DEL DESEMPLEO Las secciones anteriores generan el marco de análisis necesario para responder la pregunta fundamental del estudio de mercados de trabajo: ¿cuáles son las causas o determinantes del desempleo? Entonces, en esta sección del estudio, se debe caracterizar el comportamiento del desempleo tanto en su tendencia histórica como en los factores (de oferta o demanda) que influyen en su nivel. El primer paso es caracterizar el desempleo de acuerdo a los factores relevantes que se hayan encontrado como posibles determinantes en las secciones anteriores (nivel educativo, sexo, rangos de edad, distribución espacial, rama de actividad del último empleo, migraciones previas, etc.). Posteriormente se debe analizar la duración del desempleo para los diferentes segmentos de la población y las diferencias en esta variable, ya que como se verá más adelante, las diferencias en la duración del desempleo es una variable explicativa del comportamiento de los mercados laborales urbanos. Con este análisis se podrá caracterizar el grupo de población más expuesta al desempleo y los sectores económicos que menor demanda laboral aportan. Sin embargo, este componente de análisis debe poder contextualizarse, bien sea revisando las posibles diferencias del desempleo entre ciudades afines. Finalmente, se propone analizar través del tiempo, la evolución de los componentes del desempleo: Estructural-Friccional y Cíclico. Un análisis completo puede consistir en analizar la duración del desempleo de acuerdo a los factores relevantes y las redes sociales o mecanismos de búsqueda de trabajo que permitan reducir estos componentes (efectividad, cobertura, etc.). 4. DETERMINACION DE SALARIOS Y DIFERENCIAS SALARIALES La determinación de salarios entre áreas urbanas es un componente clave del análisis del mercado de trabajo; sin embargo, debido a la agregación de información estadística es relativamente complejo su análisis a nivel de mercados específicos. Adicionalmente, si bien es difícil dada la disponibilidad de las estadísticas, sería ideal conocer los ingresos salariales en las ramas de actividad de cada ciudad semejante al área urbana de estudio, para así tener idea de la desigualdad en tales mercados. Una forma sencilla de analizar la determinación de salarios, puede ser estimando la siguiente ecuación basada en la curva de Phillips: Donde Wi 0 , Pi 0 , URi0 denotan el cambio porcentual en los salarios, precios y tasas de desempleo en la i-ésima área de análisis. 5. ANALISIS DE INFORMALIDAD La informalidad es un indicador que cuenta con diferentes significados en la literatura económica; sin embargo, todas las definiciones coinciden en el intento por identificar aquellas personas que realizan algún tipo de actividad remunerada, pero que dicha actividad no les permite tener un flujo de ingresos estable y condiciones de trabajo socialmente aceptables. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, define al sector informal como la suma de trabajadores no profesionales que trabajan por cuenta propia, empleados domésticos, trabajadores no remunerados y trabajadores en empresas de hasta cinco empleados (y en ciertos casos, según el país, de hasta diez empleados). Otra alternativa para medir la informalidad, consiste en incluir a los sectores de baja productividad o aquellos trabajadores con bajos salarios o sin beneficios (porcentaje de trabajadores sin seguridad social). En Colombia, el DANE considera como trabajadores del sector informal a los ocupados con las siguientes características: i) los empleados del servicio doméstico y los trabajadores familiares sin remuneración; ii) los trabajadores por cuenta propia, excepto los independientes profesionales como médicos, abogados, odontólogos, ingenieros, etc.; iii) los empleados y obreros particulares que laboran en empresas de hasta 10 trabajadores en todas sus agencias y sucursales. Pero esta última definición no es muy precisa, pues existen microempresas con empleo formal, al igual que empresas medianas y grandes con empleo informal. Una definición más precisa de informalidad es una definición más apropiada de empleo informal incluye “el grupo de asalariados cuya relación de trabajo, de derecho o de hecho, no está sujeta a la legislación laboral nacional, al impuesto sobre la renta, a la protección social o a determinadas prestaciones relacionadas con el empleo (preaviso al despido, indemnización por despido, vacaciones anuales pagadas o licencia pagada por enfermedad, subsidio de transporte para trabajadores que ganan dos o menos salarios mínimos, etc.), OIT (2004)”. En Colombia un trabajador es considerado como informal, si este no hace contribuciones a seguridad social, en salud y pensión. La informalidad del trabajador está asociada negativamente con el nivel de educación y el nivel de ingresos, esto quiere decir que el tener mayores niveles de educación y de ingresos, disminuyen la probabilidad de ser informal. Pero de acuerdo a resultados del Banco Mundial, a pesar que la relación con nivel de educación e ingresos es fuerte, no es la única determinante de la informalidad, los resultados muestran que el 42% de egresados de universidad, así como el 49% del quintil de personas con mayores ingresos, trabajan en la informalidad. Por otro lado, desde el punto de vista de la firma, se entiende por informalidad empresarial, como el no cumplimiento por parte de las empresas de obligaciones legales, como por ejemplo el pago de impuestos, el registro mercantil o la afiliación de los trabajadores a la seguridad social, Santamaría y Rozo (2008). Cárdenas (2007), propone como medida adicional de informalidad, no llevar contabilidad de ningún tipo. Se ha encontrado que la definición más aproximada a informalidad empresarial, es la de no contar con un registro mercantil. Sin embargo se pueden encontrar que las causas de la informalidad tanto para empresas como para trabajadores, pueden deberse por un lado a la exclusión. Esto quiere decir que las empresas pueden encontrar dificultad en términos de excesivos trámites y elevados costos. De otro lado los trabajadores, pueden no encontrar trabajo en el sector formal y por tanto tomar la decisión de trabajar en el sector informal, esto causa tanto para empresas como para trabajadores, que la informalidad sea no voluntaria. La otra causa de la informalidad, conocida como voluntaria, es cuando las empresas y/o los trabajadores deciden permanecer en la informalidad para evadir o eludir los pagos. Santamaría y Rozo (2008) realizaron entrevistas a 105 empresarios formales, de los sectores comercio (34), industria (31) y servicios (35), que les permitió identificar de acuerdo a la percepción de cada empresario, cuáles eran las principales causas en Colombia para el fenómeno de la informalidad, estas son: • Desempleo y la necesidad de subsistencia • Alta carga tributaria • Bajos controles por parte del Estado • Existencia de excesivo trámites para desarrollar sus actividades formalmente • Falta de información con respecto al proceso de formalización de las empresas • Altos costos de nómina • Poca confianza en el Estado por causa de ineficiencias y corrupción en el gasto público VI. Bibliografía ARONSSON, T. and BRANNAS, K. (1996) The importance of locational choice in an empirical labour supply model, Applied Economics, 28, pp. 521–529. BALL, R. M. (1980) The use and definition of travel-to-work areas in Great Britain: some problems, Regional Studies, 14, pp. 125–139. BERNAL, R. 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