LAS EMOCIONES HACEN QUE NOS FIEMOS O DESCONFIEMOS

LAS EMOCIONES HACEN QUE NOS FIEMOS O DESCONFIEMOS DE NUESTROS
PENSAMIENTOS
El profesor Pablo Briñol de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha publicado
en la prestigiosa revista Journal of Personality and Social Psychology que las
emociones hacen que las personas se fíen o no de sus pensamientos.
Las emociones pueden influir en la cantidad y la dirección de los pensamientos que
vienen a la mente de las personas. Así, las personas que se sienten felices suelen
pensar menos que las personas que se sienten tristes y, cuando lo hacen, suelen
tener pensamientos más positivos. Esto implica que a menudo sea más fácil
convencer a una persona cuando está de buen humor que cuando se encuentra de
mal humor. El profesor Pablo Briñol de la UAM ha descubierto recientemente que las
emociones también pueden influir en la persuasión afectando a la confianza que las
personas tienen sobre sus propios pensamientos. Es decir, las emociones no solo
pueden influir en la dirección y cantidad de pensamientos sino que también pueden
hacer que las personas confíen o desconfíen de lo que piensan. Por ejemplo, en uno
de los experimentos de esta investigación llevada a cabo en colaboración otras
universidades norteamericanas, se crearon dos grupos de participantes, uno con
pensamientos favorables hacia una nueva propuesta y otro con pensamientos
desfavorables hacia esa misma propuesta. A continuación, se condujo a los
participantes a sentirse bien o mal, pidiéndoles que recordaran la última vez que se
sintieron felices os tristes. Tal y como se esperaba, el grupo de participantes felices
confió en sus pensamientos hacia la propuesta en mayor medida que los participantes
tristes. Como consecuencia, comparado con estos últimos, los participantes felices
acabaron más convencidos de la propuesta (en el caso de haber generado
previamente pensamientos favorables) o se resistieron a cambiar en mayor medida
(en el caso de haber generado previamente pensamientos desfavorables).
Irónicamente, estos resultados sugieren que cuando una persona tiene pensamientos
negativos puede resultar mas persuasivo hacerles sentir tristes que felices (para que
desconfíen de sus propios pensamientos). Visto de otra forma, se puede especular
que la felicidad no siempre lleva a resultados positivos, todo depende de lo que se
tenga en mente cuando uno se siente bien.
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