Los avales y sus riesgos Resumen: Antes de firmar una aval, y aunque a veces es difícil negarse a una petición de seres queridos que necesitan nuestra ayuda, debemos conocer los riesgos que estamos asumiendo. Si para el avalado ofrece numerosas ventajas, para el avalista puede tener consecuencias en el caso de incumplimiento con la deuda por parte del avalado. http://www.rtve.es/alacarta/audios/finanzas-para-todos-lospublicos/funcas-avales-riesgos-24-02-14/2414043/ Texto del programa: En los últimos meses vemos con preocupación noticias de personas que han perdido su vivienda por haber avalado con ella, y muchas veces sin ser conscientes del riesgo que asumían, a familiares y amigos que luego no pudieron cumplir las obligaciones que habían contraído. Aunque es difícil negarse a una petición de seres queridos que necesitan nuestra ayuda, antes de firmar un aval debemos ser muy conscientes de los riesgos que asumimos. Dedicamos el programa de hoy a hablar de los avales, las ventajas que ofrecen para el avalado y las consecuencias que puede tener para el avalista. El aval es un tipo de garantía por el que una persona, la avalista, se compromete a responder de la deuda contraída por otra, la avalada, en el caso de que ésta no cumpla la obligación que tiene frente a un tercero, que es el beneficiario del aval. Este tipo de contrato está muy extendido en nuestro sistema económico y es muy ventajoso para el avalado, ya que aumenta su solvencia y credibilidad sin necesidad de adelantar fondos. La garantía adicional que otorga el aval no sólo facilita que se realicen los contratos, sino que supone mejores condiciones económicas para el avalado al reducirse considerablemente el riesgo de las operaciones. Cualquier persona física o jurídica puede ser avalista. Frente a las ventajas que otorga al avalado, los inconvenientes son para el avalista, ya que si, por ejemplo, avalamos a un familiar en un préstamo hipotecario y este deja de pagar la cuota correspondiente, nosotros respondemos frente al banco con todos nuestros bienes, incluida la vivienda, hasta abonar la deuda de nuestro familiar. El aval puede ser personal, que es el emitido por una persona física o jurídica, y es habitual en los créditos al consumo y en la financiación de empresas. También puede ser bancario cuando el compromiso de pago lo asume una entidad bancaria. Los bancos realizan esta operación frecuentemente, por la alta solvencia que se les supone, y lo hacen para concursos, ejecuciones de obras o contratos de suministro con la Administración Pública, o por obligaciones económicas asumidas por el cliente, o avalado, en operaciones de compras a plazo o de pagos de préstamos, o simplemente para responder del alquiler de una vivienda. Dirección de Educación y Divulgación El banco, a cambio de conceder el aval, cobra unas comisiones, en forma de porcentaje sobre el importe máximo de la garantía. Las más habituales son la de formalización y estudio, que se abona de una sola vez a la concesión del aval, y la de riesgo, que debe pagarse periódicamente durante la vigencia de la garantía, generalmente cada tres meses. Para finalizar algunos consejos: Recuerde que cuando se avala a alguien se responde de la misma manera que el titular de la deuda o avalado, es decir, solidariamente. En ocasiones, no es necesario avalar la totalidad de la operación. Por ejemplo, en el caso de préstamos hipotecarios es normal que se exija un aval a las operaciones que superan el 80% del valor de la tasación. En este caso, una buena forma de reducir el riesgo es limitar el aval a una cantidad máxima o a un porcentaje del préstamo. Finalmente, sea prudente y analice detenidamente el riesgo antes de avalar a alguien. Siempre existe un riesgo de impago por parte del avalado y, en ese caso, Vd. responderá de sus deudas. Dirección de Educación y Divulgación