medio del trabajo honrado, con las consideraciones de carácter general, como por ejemplo el mito de las dos Eris o diosas de la disputa, una mala, que lleva a los hombres a la guerra y a las luchas, y otra buena, que les sirve de estimulo para superarse. Las consideraciones generales respecto a los infortunios del mundo las desarrolla a través del mito de las edades en las que sucesivamente la humanidad ha ido decayendo hasta su postración actual. Hace también una serie de consideraciones sobre los distintos tipos de trabajos y la forma más adecuada de llevarlos a cabo para que sean productivos para los mortales. La última parte referente a los días adecuados para distintos trabajos o acciones, parece haber sido un añadido posterior. La religión griega 1. Politeísmo y mitología Los orígenes de la religión griega son imposibles de rastrear con precisión, por la época remota de los mismos. En todo caso, tanto las imágenes más primitivas de los testimonios arqueológicos como nuestras más antiguas noticias escritas —las tablillas minoicomicénicas de mediados del segundo milenio a. C.— nos muestran que en Grecia y las islas y costas pobladas por griegos se rendía culto a varios dioses y diosas. En las tablillas micénicas han aparecido nombres de los grandes dioses griegos, como Zeus, Atenea, Dioniso. El politeísmo es, pues, un rasgo primordial y constante de la religión y el ritual heleno.Pero un sistema politeísta supone a la vez un orden jerárquico entre las divinidades que lo forman. En la Grecia histórica ese panteón divino se organiza en torno a la figura soberana de Zeus y su familia 125 olímpica. No sabemos si siempre fue así. Algunos estudiosos han supuesto que antes de esos dioses dominados por Zeus, en ese orden patriarcal, hubo en las tierras del Mediterráneo oriental una religión con grandes divinidades femeninas, figuras varias de la Diosa Madre tal vez, y que luego se habría impuesto el sistema patriarcal, de origen indoeuropeo. Es sólo una hipótesis curiosa y sin pruebas claras. 2. Dioses indoeuropeos y dioses mediterráneos Parece claro, en cambio, que la religión griega procede de una simbiosis de dioses indoeuropeos y de divinidades mediterráneas, anteriores en el suelo de Grecia a la llegada de los griegos. Producto de esa mezcla divina —de figuras autóctonas y de dioses traídos por los invasores indoeuropeos— sería el policromo politeísmo helénico y el abigarrado repertorio de sus relatos míticos. Dioses indoeuropeos son, en efecto, el padre de los dioses, Zeus, dios de los cielos y las tormentas, armado con el rayo, y señor de las cumbres nubosas. Es la misma figura divina que encontramos en el romano Júpiter y en el Dyaus védico. Junto a él está su esposa Hera (en latín Juno), su hijo Ares, dios de la guerra, y su hermano Posidón, dios de los mares y los terremotos. Y también Hades, soberano de los muertos y del país de las sombras. Otras figuras menos relevantes, como el Sol (Helios) y la Aurora (Eos), son de claro origen indoeuropeo. Es muy interesante, por otro lado, la abundancia de figuras femeninas de gran relieve propio, como Deméter, Atenea, Ártemis, Afrodita, Hestia y Hécate, en esa familia divina. 126 3. Mitos de héroes Al lado de los dioses, es característico de la civilización griega el culto a los héroes o semidioses, figuras míticas de valor extraordinario y autores de hazañas ejemplares, a los que se rendía homenaje junto a sus tumbas o bien en ceremonias y ritos que rememoraban sus magníficos hechos. Hijos de dioses y mortales, los héroes tenían un lugar intermedio entre los humanos y los dioses. Eran mortales que, por su audacia, su fuerza y su virtud, habían dejado un recuerdo inmortal. Y como consecuencia de ello eran celebrados y recordados en el culto y la poesía. Entre los héroes, los había de varios tipos: civilizadores, como Heracles y Teseo, y guerreros, como Aquiles y Odiseo.Los mitos sobre los héroes sirvieron de base a gran parte de la literatura 4. Mitos y ritos. Cultos panhelénicos y divinidades locales El culto de los dioses se presenta en Grecia muy diversificado en cultos locales, tan variados como la misma población. Cada ciudad tenía sus cultos en los que, junto con los grandes dioses de todos los griegos, se honraba muy especialmente a alguna divinidad de singular prestigio local. Los dioses tenían sus preferencias y también los humanos, en recíproca correspondencia. Así, Atenea es la diosa por excelencia de Atenas,( en la imagen de abajo se refleja la historia de ese patronazgo) Hera de Argos, Posidón de Corinto, etc. 127 Los mitos referían los orígenes de los dioses, sus atributos y sus hechos más significativos. Además de los cultos cívicos, que forman parte de la vida ciudadana, hay grandes santuarios de uno y otro dios. Así, por ejemplo, Apolo tenía dos importantísimos santuarios panhelénicos: uno en la isla de Delos, donde había nacido según el mito, y otro en Delfos, cerca del Parnaso, donde está su famosísimo centro oracular. Zeus tiene templos en todas las ciudades griegas, pero además cuenta con un centro oracular propio en Dodona. Junto a los mitos más extendidos y difundidos por los poetas, había también leyendas locales que narraban la actuación de la divinidad a la que allí se rendía homenaje agradecido. Los griegos antiguos eran muy religiosos. Tenían numerosos dioses y en la 128 vida cotidiana celebraban sus fiestas y actos públicos con muchas ceremonias religiosas. Esos festivales brindan la ocasión para brillantes actos oficiales en los que participan de modo comunitario todos los ciudadanos, y donde se rememoran los mitos y se hacen sacrificios solemnes. Tomemos, por ejemplo, en Atenas, las fiestas Panateneas y las Dionisias. 5. Los sacerdotes y los poetas La religión griega se manifiesta en los cultos de la ciudad, en las fiestas, los rituales varios y las procesiones a los templos que reciben rezos y ofrendas de modo regular. De esos ritos se encargan los sacerdotes, que pueden estar dedicados a un culto cívico o a un santuario particular de tal o cual dios. Los mitos los sabe y cuenta todo el mundo, pero sus mejores narradores, custodios e intérpretes son los poetas, inspirados por las Musas. Aunque hubo muchos sacerdotes en Grecia –tenidos en alta consideración social como demiourgoi o trabajadores al servicio del pueblo–, no llegaron a constituir una iglesia, ni tuvieron tampoco libros sagrados, como en otras religiones y culturas. Un grupo sacerdotal estaba en ocasiones especializado para desempeñar sus funciones locales, como sucedía en el santuario de Delfos, donde las consultas al oráculo eran atendidas por la pitonisa y un conjunto de sacerdotes bien organizado. Los sacerdotes eran esencialmente los encargados de los sacrificios y de los rituales oportunos. Además ejercían a menudo la mántica o adivinación, bien a partir del examen de las entrañas de las víctimas sacrificadas o bien al observar los augurios. 129 6. Los dioses mayores. Principales figuras En una religión politeísta los dioses se reparten el dominio sobre el mundo. Cada divinidad tiene un determinado poder y actúa con una función bastante definida. Ese equilibrio de poderes divinos es lo que permite que coexistan dioses distintos. Por encima de todos existe un dios superior, que manda en todos los demás, como un monarca en su familia y un rey sobre los señores feudales. Es Zeus, que, por ese motivo, recibe el calificativo honorífico de «padre de los dioses y los hombres», Pater qewn kai te andrwn. • Zeus, hijo de Crono, es el más excelso de los dioses del Olimpo. En la asamblea de los dioses se sienta en el alto trono, junto a su esposa legítima Hera. Y preside la reunión de los olímpicos. Es el dios de los cielos, de las nubes y de las cumbres, y blande en sus manos el rayo, su arma decisiva, que para él forjaron los cíclopes. El animal que simboliza su poderío es el águila. Vela por el respeto a los juramentos y la justicia. Protege a los reyes y a los huéspedes. Según el mito, obtuvo el poder cuando destronó a su padre, y le hizo devolver a la luz a sus hermanos: Hera, Poseidón, Hades, Deméter y Hestia. Se repartió el dominio del cosmos con sus dos hermanos: Poseidón y Hades. Combatió a los Titanes y sometió a monstruos primigenios como Tifón. Su esposa legítima es Hera, e hijos de este matrimonio son Ares y Hefesto. Pero Zeus tuvo otros hijos de otras diosas y bellas mortales. Así, también Apolo y Ártemis, Atenea, Hermes, Dioniso y Heracles son hijos suyos. • Hera es esposa y hermana de Zeus. Diosa del matrimonio, muy 130 respetable y terrible en sus enojos. Le estaban consagrados la vaca y el pavo real. • Posidón / Poseidón es hermano de Zeus, al que se parece en su imponente figura barbada. Su dominio es el mar, que habita junto a su esposa Anfitrite, y por donde pasea en su cuadriga tirada por caballos con largas colas de pez, escoltado por un alegre cortejo de tritones y ninfas. Blande en su mano el tridente, con el que provoca oleajes y tempestades. También es el dios de los terremotos, el que conmueve la Tierra. Su animal simbólico es el caballo, que con cascos resonantes galopa furioso. Es padre de algunas figuras monstruosas, como el cíclope Polifemo. • Hades es el dios del mundo infernal que lleva su mismo nombre. Es el dios de los muertos, donde reina en compañía de Perséfone, la hija de Deméter, a la que raptó para hacerla su esposa. Oscuro dios del mundo de los muertos, Hades no participa en las reuniones de los dioses, sino que aguarda en su sombrío dominio. • Deméter, que pertenece también a la misma generación de Zeus y Poseidón, es una diosa de carácter agrario. Protege las cosechas de los campos y, muy en especial, la de los cereales. Es la diosa del trigo. Madre de Perséfone, su aventura fundamental es la búsqueda de su hija única, raptada por Hades. Al amenazar a los dioses con dejar de hacer florecer los campos y granar los frutos, los dioses tuvieron que acceder a su queja. Pero Hades puso la condición de que Perséfone no podía llevar consigo nada de allí. Como había comido los frutos de la granada, hubo un pacto entre ambos: Perséfone 131 pasaría unos meses con su madre –la época de las flores y las cosechas– y una temporada cada año –el invierno– bajo tierra. En su peregrinaje, Deméter había pasado un tiempo en Eleusis como nodriza del joven Triptólemo, que introdujo el trigo en el Ática. En Eleusis estaba el gran templo de los misterios de las dos diosas, Deméter y su hija Perséfone o Core. • Atenea nació, en un parto maravilloso, de la cabeza de Zeus. Es una doncella guerrera, que protege a los héroes y se distingue por su inteligencia. Aparece siempre vestida con armadura, con casco de bronce; empuña el famoso escudo de guerra, la égida, y en la otra mano la lanza. Su animal simbólico es la lechuza. Su ciudad predilecta es Atenas, donde tiene su templo más famoso, el Partenón. (ver imagen en la siguiente página) • Ares es el dios de la guerra, brutal y fiero. Aunque es temido y en su honor se hacen muchos sacrificios, no resulta muy afortunado en los relatos míticos. Homero no lo trata con especial simpatía en la Ilíada, donde recuerda que fue herido por el héroe Diomedes en los combates de Troya. Tuvo amores con Afrodita, la bella esposa de Hefesto. • Hefesto es el dios de la fragua, donde fabrica objetos maravillosos y espléndidas armas para los dioses y los héroes. Es un dios artesano de enorme habilidad. Fue él quien fabricó del barro y dio vida a la primera mujer, Pandora. Es un dios cojo que sirve de copero a los demás dioses en los banquetes. Su esposa es Afrodita. • Afrodita es la diosa del amor. La versión más antigua de su nacimiento cuenta que nació de las aguas del mar, cuando cayó en ellas el esperma del primigenio dios del cielo, Urano. Fue cerca de Chipre, en la playa de Pafos. Según otra versión, es hija de Zeus. Aunque casada con Hefesto, tuvo varios 132 amantes, como Ares, el héroe troyano Anquises, del que tuvo como hijo a Eneas, y Adonis, según mitos diversos. Es una diosa poderosa, amable en sus favores y terrible en sus venganzas, como la que se tomó contra Hipólito. 133 • Apolo es el dios de la luz y la pureza ritual. De bella figura, ágil y con larga cabellera rubia, blande en sus manos el arco de plata. A menudo favorece las empresas civilizadoras de los héroes y a veces castiga los crímenes con la peste. Es Febo, el Brillante, y el que acierta de lejos. Es el dios de las artes, la poesía y la música, y sabe tocar la lira rodeado del coro de las Musas. De sus hijos, el más ilustre es Asclepio, dios de la medicina. Sus grandes santuarios estaban en la isla de Delos y en el oráculo de Delfos. Allí daba sus enigmáticas profecías. • Ártemis, nacida de Leto, como Apolo, en la isla de Delos, es su hermana gemela. Diosa de la virginidad, doncella cazadora y señora de los animales salvajes, Ártemis empuña también un arco certero y puede 134 mostrarse terrible en sus castigos (junto con Apolo asaeteó a los hijos de Níobe, que se había jactado de superar a Leto, ya que tenía catorce hijos. Todos murieron bajo las flechas de los dos dioses). Es la diosa que protege a las doncellas y también a las mujeres en el parto. Luego fue adorada como diosa de la Luna (lo que en tiempos más antiguos era la diosa Selene), del mismo modo que Apolo fue adorado también como divinidad del Sol, cargo que antes desempeñó el antiguo Helios. • Dioniso es hijo de Zeus y de una princesa de Tebas, Sémele. En su origen era un héroe, pero luego se convirtió en un dios. Tuvo un nacimiento maravilloso, ya que Zeus lo hizo nacer de su muslo. Es el dios del entusiasmo, del vino, de la embriaguez y del frenesí báquico. Y también de la máscara y del teatro (de la tragedia y la comedia). Suele presentarse como un dios oriental, con su séquito de bacantes, ménades y sátiros. Lleva una túnica azafranada y una piel de pantera sobre ella, se corona con pámpanos la cabeza y sonríe con ojos chispeantes. En su cortejo sus fieles agitan en sus manos los tirsos, esos bastones cubiertos de yedra verde, en su honor, mientras avanzan danzando al son de panderetas y timbales. Parece de origen asiático, pero en realidad es un dios helénico muy antiguo, ya nombrado en alguna tablilla micénica. • Hermes es hijo de Zeus y de Maya, una ninfa de Arcadia. En su origen es un dios de los pastores y del ganado, pero con atributos muy variados. Es, esencialmente, un dios muy astuto, engañador, viajero y mágico. El Himno homérico a Hermes cuenta cómo apenas recién nacido robó las vacas del rebaño de Apolo e inventó la lira. Era el patrón de los comerciantes, 135 de los heraldos y mensajeros, de los pactos y de los ladrones. Eran frecuentes sus estatuas –muchas veces sólo un busto sobre un mojón o un poste– en las encrucijadas de caminos, ya que era el dios de los buenos encuentros y los hallazgos afortunados. Era también el dios encargado de conducir las almas de los muertos en el peregrinaje al Hades. En su función de psicopompo, él guía la procesión de los muertos hasta la barca de Caronte. En la época clásica se representa a Hermes como un joven de expresión vivaz, que lleva unas sandalias aladas, sombrero de viaje y un bastoncillo peculiar en la mano. Ese bastoncillo evoca el cetro del heraldo o mensajero, pero también la varita mágica del hechicero. Son muchas las funciones del peregrino Hermes, en efecto. • Pan es hijo de Hermes. Tiene una extraña figura, con sus cuernos y su barba agreste, y sus patas de cabra. Es una divinidad rústica, que persigue amoroso a las ninfas, vela por los ganados y toca su flauta de cañas. También puede infundir a los desdichados un espanto tremendo y colectivo, el pánico. De este dios de los campos ha tomado el primitivo demonio cristiano sus cuernos, su barba de chivo y sus pezuñas hendidas. Pero Pan tuvo en el mundo antiguo un aspecto benévolo, lúdico y juguetón. • Hestia, diosa antigua, hermana de Zeus, pero tan callada que no hay mitos sobre ella, contrasta con esos dioses del campo y los caminos. Es la diosa del fuego del hogar, en sentido estricto, la que cuidaba del fogón familiar, sin salir de casa, símbolo de la mujer que aguarda y protege el sagrado refugio del calor y la vida. 136 • Hécate es la terrible diosa de los caminos, que aparece de noche con perros aulladores, para causar el espanto. Es la patrona de las brujas y los malos encuentros. • Prometeo, titánico y filántropo : junto a esas divinidades del Olimpo hay también alguna otra que está muy destacada en los mitos, como la de Prometeo, el dios que inventó el sacrificio, robó el fuego del cielo para dárselo a los hombres, y luego fue encadenado por Zeus a una cumbre del Cáucaso en castigo por su delito. En respuesta a esa devolución del fuego a los humanos, Zeus mandó a Hefesto que fabricara la primera mujer, Pandora. Ella introdujo en el mundo enfermedades, pesares y daños (al abrir un ánfora que los contenía y que le habían dado los dioses). Prometeo fue duramente castigado por Zeus, que lo hizo encadenar en el lejano Cáucaso y envió sobre él un águila que le destrozaba y le picoteaba el hígado diariamente. Pero más tarde Heracles, con el consentimiento de Zeus, liberó al titán de su tormento. Mediante este mito explicaba el poeta la aparición de tres elementos fundamentales de la cultura: el sacrificio (que sella el pacto religioso de los humanos con los dioses), el fuego (que es la base de la civilización, porque permite a los humanos, seres naturalmente menos protegidos que los animales, cocinar los alimentos, apartar el frío y fabricar instrumentos técnicos de progreso), y el matrimonio (base de la unidad familiar y principio de la sociedad). El mito de Prometeo –que conocemos en textos de Hesíodo, Esquilo y Platón– es un buen ejemplo de cómo la mitología explica las causas de las cosas. Tiene, pues, una clara función «etiológica» (aitiaV legein, 137 «explicar las causas»). A Prometeo se le rendía culto en Atenas, en unas fiestas en honor suyo y de Hefesto, en el barrio del Cerámico. En recuerdo de su hazaña había una carrera de relevos con antorchas (una lampadodromía) 7. Fiestas A. Fiestas cívicas En todas las ciudades griegas había días festivos consagrados especialmente al culto de los dioses o de algún dios. Toda la ciudad participaba de los festejos, que incluían ceremonias religiosas, a menudo con procesiones bailes y cantos, comidas colectivas, y a veces representaciones dramática; y musicales. En Atenas se celebraban las fiestas Panateneas, en honor de la diosa Atenea, patrona de la ciudad, con una brillante procesión y la ofrenda de un manto a la diosa en su templo de la Acrópolis, y las Dionisias, en honor de Dioniso, que incluían tres días de teatro. Y en Esparta, las Carneas, celebradas en honor de Apolo Carneo, eran festejos solemnes de la época de la cosecha. Las fiestas eran una ocasión para manifestar la solidaridad de los ciudadanos, la alegría colectiva y la piedad de toda la ciudad. Las fiestas tenían una notable importancia para la vida cívica y su organización anual estaba a cargo de ciertos magistrados. Además de las Panateneas y las Grandes Dionisias había en Atenas otras fiestas, en diversas épocas del año, como las Leneas, las Antesterias, las Tesmoforias, las Oscoforias, las Esciroforias, las Targelias y las Pianepsias. 138 B. Fiestas panhelénicas Junto a estas fiestas cívicas, conviene resaltar el carácter panhelénico de las fiestas de algunos santuarios donde se celebraban los juegos atléticos abiertos a todos los griegos. Eran cuatro los grandes certámenes en que competían ciudadanos de todo el mundo griego, incluidas las ciudades coloniales. Esos grandes festivales eran celebrados en Olimpia, Delfos, Corinto y Nemea. Eran los Juegos Olímpicos, Píticos, Ístmicos y Nemeos. Ejercicios 1. Averigua por qué Atenea es protectora de Atenas. 2. Busca el nombre de tres pintores que hayan reflejado el mito de Prometeo en sus cuadros. Localiza la pintura, al pintor y el museo. Trae impresa alguna de esa obras. 3. ¿Quién es el personaje que aparece con cola de serpiente junto a Atenea en la ilustración de arriba?. Relata su historia 4. Busca en internet los siguientes cuadros. Relaciona la historia que allí aparece con uno de los dioses del tema . Te facilitamos una lista. A continuación pega las imágenes: A.) “Eva prima Pandora” B.) “Apolo y la serpiente Pitón” C.) “Hefesto descubre a los amantes” D.) “El castigo de Ixión” 139