Abstract Reflexiones sobre la Encíclica Fides et Ratio De su Santidad Juan Pablo II. Documento esclarecedor para la práctica psicoterapéutica. Carrera de Psicología Ethel C. de Casarino Médica – Prof. de Métodos Psicoterapéuticos En el presente trabajo se intenta una lectura reflexiva de la Encíclica Fides et Ratio de su Santidad Juan Pablo II, enumerando aquellos contenidos que ,de acuerdo a nuestra opinión, iluminarían el estudio y la comprensión de las ciencias del hombre y en particular de la Psicología. Aunque entendemos, que éste documento ha sido dirigido especialmente, a filósofos y teólogos pero también a todo hombre de buena voluntad que busca la verdad por esta razón nos hemos permitido ésta contribución. Creemos que las enseñanzas de este documento de la Iglesia serían aplicables a la práctica e investigación en Psicología, docencia, así como para el asesoramiento a la comunidad, por parte de los profesionales del área. Hoy mas que nunca se hace necesario encontrar respuestas acordes a la dignidad de la persona y en consonancia a los desafíos de la cultura actual Con la intención de promover un diálogo fecundo, se expondrán las líneas que serían útiles, entre otras, para la instrumentación de los métodos psicoterapéuticos, guiados por un cuidadoso criterio diagnóstico con el fin de ayudar a preservar la salud psíquica, prevenir las descompensaciones y a recuperar la libertad y responsabilidad de las personas frecuentemente comprometida en los procesos de enfermedad, dentro del principio de respeto a la dignidad de la persona. Se tendrá en cuenta la distinción entre patologías de déficit, de conflicto y crisis existenciales. Se destacará a la empatía como una función para ser instrumentada por el terapeuta, a la vez que restablecida en el paciente como denominador común a las psicoterapias, por su dimensión fundamental en la comunicación interpersonal y su carácter pleno de humanidad. Dra. Ethel C. de Casarino Médica Profesora Titular de Métodos Psicoterapéuticos Directora de la Carrera de Psicología de la Facultad De Filosofía y Letras de U.C.A. Buenos Aires E-Mail: [email protected] [email protected] 1 La Universidad por un nuevo Humanismo Jubileo de los Docentes Universitarios II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos Comisión 1: La persona humana: genealogía, biología, biografía 106 La Persona, Meta Privilegiada de la Psicología "Reflexiones sobre la Encíclica Fides et Ratio de su Santidad Juan Pablo II. Documento esclarecedor para la práctica psicoterapéutica" Autora: Ethel C. de Casarino Prof. de Métodos Psicoterapéuticos Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires 2 Reflexiones sobre la Encíclica Fides et Ratio de su Santidad Juan Pablo II. Documento esclarecedor para la práctica psicoterapéutica. Carrera de Psicología Ethel C. de Casarino Médica – Prof. de Métodos Psicoterapéuticos En el presente trabajo se intenta una lectura reflexiva de la Encíclica Fides et Ratio de su Santidad Juan Pablo II, enumerando aquellos contenidos que, de acuerdo a nuestra opinión, iluminarían el estudio y la comprensión de las ciencias del hombre y en particular de la Psicología . Aunque entendemos, que éste documento ha sido dirigido especialmente, a filósofos y teólogos pero también a todo hombre de buena voluntad que busca la verdad, es por esta razón que nos hemos permitido la presente contribución. Creemos que las enseñanzas de éste documento de la Iglesia serian aplicables a la práctica e investigación en Psicología, docencia, así como para el asesoramiento a la comunidad por parte de los profesionales del área. Hoy mas que nunca se hace necesario encontrar respuestas acordes a la dignidad de la persona y en consonancia a los desafíos de la cultura actual Con la intención de promover un diálogo fecundo, se expondrán las líneas que entre otras, serian útiles para la instrumentación de los métodos psicoterapéuticos En adelante me referiré en primer término a los contenidos tratados en los puntos de los distintos capítulos de la Encíclica Fides et Ratio, señalando directamente el capítulo y el indicador numérico; a saber: Introducción "Conócete a ti mismo" 1. (Pág. 5) “La capacidad especulativa es propia de la naturaleza humana”... “Todo lo que se presenta como objeto de nuestro conocimiento se convierte por ello en parte de nuestra vida. La exhortación ‘Conócete a ti mismo’ estaba esculpida sobre el dintel del templo de Delfos, para testimoniar una verdad fundamental que debe ser asumida como regla mínima por todo hombre deseoso de distinguirse en medio de toda la creación, calificándose como ‘hombre’ precisamente en cuanto a ‘conocedor de sí mismo’ ”. Se trata del doble conocimiento, por las capacidades naturales de la razón, por la fe y la revelación". 3 3. (Pág. 7): “El hombre tiene muchos medios para progresar en el conocimiento de la verdad, de modo que puede hacer cada vez más humana la propia existencia. Entre estos se destaca la Filosofía, que contribuye directamente a formular la pregunta sobre el sentido de la vida y a trazar la respuesta: esta, se configura como una de las tareas más nobles de la humanidad”... “De modos y formas diversas, muestra que el deseo de verdad pertenece a la naturaleza misma del hombre". 4. (Pág. 8) “Movido por el deseo de descubrir la verdad última sobre la existencia, el hombre trata de adquirir los conocimientos universales que le permiten comprenderse mejor y progresar en la realización de sí mismo”. En la introducción de la encíclica Fides et Ratio ya vemos enunciar la fecunda interdependencia entre verdad y conocimiento de sí mismo, supuesto fundamental que debería guiar toda intervención en materia de procedimientos psicoterapéuticos . Cabe advertir en las palabras de S.S. J Pablo II, el énfasis en “conocerse a si mismo” y en “el deseo de verdad” que aportan al hombre los conocimientos universales en orden del “conocimiento de si mismo” conducentes a la realización de si mismo personal. Capitulo I La revelación de la sabiduría de Dios Jesús revela al Padre 12. (Pág. 19): "La encarnación del Hijo de Dios permite ver realizada la síntesis definitiva que la mente humana, partiendo de si misma, ni tan siquiera hubiera podido imaginar: el Eterno entra en el tiempo, el Todo se esconde en la parte, y Dios asume el rostro del hombre." La Razón ante el misterio 13. (Pág. 21) En el texto subtitulado “La razón ante el misterio”, expresa: “La inteligencia y la voluntad desarrollan al máximo su naturaleza espiritual para permitir que el sujeto cumpla un acto en el cual la libertad personal se vive de modo pleno. en la fe, pues la libertad no sólo está presente sino que es necesaria” Cap. III Intellego ut Credam ( Entiendo para creer) 24. (Pág. 38) “....el hombre, puede levantarse mas allá de lo contingente para ir hacia lo infinito.” 4 ............................ 25. (Pág. 38) ”.... “Todos los hombres desean saber” y la verdad es el objeto propio de ese deseo......El hombre es el único ser, en toda la creación visible, que no solo es capaz de saber , sino que sabe también que sabe y, por eso, se interesa por la verdad real de lo que se le presenta....si puede confirmar su verdad, se siente satisfecho. ......Con razón se considera que una persona ha alcanzado la edad adulta cuando puede discernir, con sus propios medios, entre lo que es verdadero y lo es falso, formándose un juicio propio sobre la realidad objetiva de las cosas.” Esta verdad incontrovertible sobre la naturaleza humana, nos lleva a reflexionar sobre los casos en que por razones de enfermedad, el hombre pierde la capacidad de encontrar el sentido de la vida .Así también en estas personas a las cuales les es difícil vivir, tampoco han podido aceptar la finitud de la vida. Al perder el sentido de la vida ,meramente humana ,tienen el doloroso sentimiento de desesperanza y la fe es una experiencia no siempre a su alcance. En esas circunstancias algunos recursos enfermizos de la enfermedad mental son formas de no saber para no sufrir. Es por estos motivos que la práctica psicoterapéutica y toda intervención profesional relacionada con la salud, es un desafío delicado: enfrentar el misterio de cada hombre y el "misterio" ante el cual el hombre organizará su vida. (Pág. 39) refiriéndose a la Encíclica Veritatis Splendor: “No existe moral sin libertad”(...), “si bien existe el derecho de ser respetados en el propio camino de búsqueda de la verdad, aún antes existe la obligación moral, grave para cada uno, de buscar la verdad y seguirla una vez conocida”... “los valores verdaderos pueden perfeccionar a la persona realizando su naturaleza. El hombre encuentra esta verdad de los valores no encerrándose en sí mismo, sino abriéndose para acogerla incluso en las dimensiones que lo trascienden. Esta es una condición necesaria para que cada uno llegue a ser él mismo y crezca como persona adulta y madura”. Si una psicoterapia, en sí misma implica una ampliación de la conciencia de sí, una consolidación de la persona y un mayor despliegue de las potencialidades, no hay duda que contribuye a humanizar al hombre en coincidencia con los conceptos vertidos por la encíclica. Este apartado destacaría el círculo benéfico que se establece entre la salud del alma y la salud mental, ya que esta supone el ejercicio de la libertad. La relación entre verdad, libertad y acto moral, implica la superación del inmanentismo, del encierro en sí mismo, excluyente del amor en el vínculo familiar, en la solidaridad social y en la capacidad de asumir la capacidad de trascendencia. Se 5 deduce que del amor concebido como la búsqueda del bien propio y el bien del próximo, surge la responsabilidad por sí mismo y por el otro, esencia del acto moral. 27. (Pág. 41): ...“De por sí toda verdad incluso parcial, si es realmente verdad, se presenta como universal. Lo que es verdad, debe ser verdad para todos y siempre. Además de esta universalidad, sin embargo, el hombre busca un absoluto que sea capaz de dar respuesta y sentido a toda su búsqueda... Más allá de los sistemas filosóficos sin embargo, hay otras expresiones en las cuales el hombre busca dar forma a una propia "filosofía". Se trata de convicciones o experiencias personales, de tradiciones familiares o culturales o de itinerarios existenciales en los cuales se confía en la autoridad de un maestro. En cada una de estas manifestaciones lo que permanece es el deseo de alcanzar la certeza de la verdad y su valor absoluto”... Diversas facetas de la verdad en el hombre 30. (Pág. 43 y 44): “En este momento puede ser útil hacer una rápida referencia a estas diversas formas de verdad. Las más numerosas son las que se apoyan sobre evidencias inmediatas o confirmadas experimentalmente. Este es el orden de la verdad, propio de la vida diaria y de la investigación científica. En otro nivel se encuentran las verdades de carácter filosófico, a las que el hombre llega mediante la capacidad especulativa de su intelecto. Finalmente están las verdades religiosas, que en cierta medida, hunden sus raíces también en la filosofía”... “Cada hombre como ya he dicho es, en cierto modo, filósofo y posee concepciones filosóficas propias con las cuales orienta su vida”... “se forma una visión global y una respuesta sobre el sentido de la propia existencia” "Con esta luz interpreta sus vicisitudes personales y regula su comportamiento. Es aquí donde debería plantearse la pregunta sobre la relación entre las verdades filosófico-religiosas y la verdad revelada en Jesucristo". 31. (Pág. 44): "El hombre no ha sido creado para vivir solo. Nace y crece en una familia, para insertarse mas tarde con su trabajo en la sociedad. Desde el nacimiento, pues, está inmerso en varias tradiciones de las cuales recibe no solo el lenguaje y la formación cultural, sino también muchas verdades en las que, casi instintivamente, cree. De todos modos el crecimiento y la maduración personal implican que estas mismas verdades puedan ser puestas en duda y discutidas por medio de la peculiar actividad crítica del pensamiento. Esto no quita que, tras este paso, las mismas verdades sean "recuperadas" sobre la base de la experiencia que se ha tenido o en virtud de un razonamiento sucesivo... las verdades simplemente creídas son mucho mas numerosas que las adquiridas mediante la constatación personal... El hombre ser que busca la verdad es pues también aquel que vive de creencias“. Si la psicoterapia trata de aliviar al hombre de los condicionamientos de su naturaleza desordenada por el sufrimiento, como lógica consecuencia ayudaría a beneficiarse de acercamiento a la verdad, y de hacer posible la natural 6 búsqueda de absoluto de la persona desarrollando los distintos niveles de las capacidades de discernimiento y aptitudes para su vida de relación en una historia personal y social. 32. (Pág. 45): ... “el conocimiento a través de una creencia parece una forma imperfecta de conocimiento, que debe perfeccionarse progresivamente mediante la evidencia lograda personalmente”; ... “la creencia, con frecuencia, resulta más rica desde el punto de vista humano que la simple evidencia, porque incluye una relación interpersonal y pone en juego no sólo las posibilidades cognoscitivas sino también la capacidad más radical de confiar en otras personas entrando así en una relación más estable e íntima con ellas.” ... “Se ha de destacar que las verdades buscadas en esta relación interpersonal no pertenecen primariamente al orden fáctico o filosófico. Lo que se pretende más que nada, es la verdad misma de la persona: lo que ella es y lo que manifiesta en su propio interior. En efecto, la perfección del hombre no está en la mera adquisición del conocimiento abstracto de la verdad, sino que consiste también en una relación viva de entrega y fidelidad hacia el otro”. Si bien esta afirmación está ordenada a dar una explicación de la comprensión del testimonio de los mártires, creemos que se podría extrapolar para esclarecernos la relación íntima y experiencial, que se establece entre aquel que sufre y pide ayuda, y aquel que la brinda sufriendo por él. Hasta cierto punto, como se da en un proceso psicoterapéutico. En este capítulo la encíclica, enumera los distintos niveles en que se desenvuelve la búsqueda de la verdad y la riqueza del pensamiento del ser humano que sobrepasa las indagaciones pautadas de la investigación científica y alienta a valorizar la capacidad de sabiduría de la que toda persona es capaz. Verdad constatada por el psicoterapeuta que asiste al diálogo íntimo en su diario encuentro profesional. Al abordar estas dimensiones del conocimiento, el pensamiento del Santo Padre amplía el horizonte y previene contra los riesgos del reduccionismo científico, destacando a la sabiduría de las creencias y la riqueza de la experiencia humana para un conocimiento más integral de la persona. Parecería que el Santo Padre, a veces utiliza en este capítulo creencia como sabiduría y en otros momentos como equivalente de creer en otro, es decir, tener confianza, valorizando el diálogo y riqueza de la mutualidad entre los seres humanos. Cap. IV: La relación entre la fe y la razón El drama de la separación entre la fe y la razón. 48. (Pág. 67): La relación entre Fe y Razón, planteada en este apartado, es especialmente iluminadora ya que valoriza la indagación propia de la Psicología y de las ciencias del hombre al mismo tiempo que 7 señala el fecundo enriquecimiento y potenciación entre ambas cuando están rectamente ordenadas. La Fe inteligente nos amplía el conocimiento en ambos sentidos: al iluminar la dimensión inalcanzable de lo que está más allá del límite del conocimiento humano, la región del infinito, el misterio y lo sobrenatural. De cara a la revelación, la inteligencia y la sensibilidad humana vivida en la caridad, encuentra en la redención y la encarnación un camino por la difícil senda de la Verdad y el Absoluto. El hombre debe saber pensar, de acuerdo a su filiación divina, como parte de su esencia, ya que es un ser inteligente e inteligible, reflejo de su Creador. También es bueno que reconozca la diferencia evitando confundirse y sentirse Dios. La encíclica expresa: "Estos gérmenes de pensamiento se encuentran, por ejemplo, en los análisis profundos sobre la percepción y la experiencia, lo imaginario y el inconsciente, la personalidad y la intersubjetividad, la libertad y los valores, el tiempo y la historia; incluso el tema de la muerte puede llegar a ser para todo pensador una seria llamada a buscar dentro de sí mismo el sentido auténtico de la propia existencia. Sin embargo, esto no quita que la relación actual entre la fe y la razón exija un atento esfuerzo de discernimiento ya que tanto la fe como la razón se han empobrecido y debilitado una ante la otra... es ilusorio pensar que la fe, ante una razón débil, tenga un mayor poder incisivo; por el contrario cae en el grave peligro de ser reducida a mito o superstición." Cap. V "Intervenciones del magisterio en cuestiones filosóficas El discernimiento del Magisterio como diaconía de la verdad 51. (Pág. 71) Refiriéndose a la conveniencia de no reducir las posibles mediaciones en el discurrir filosófico, en que dice: "Se debe considerar de modo particular que la verdad es una, aunque sus expresiones lleven la impronta de la historia y aun mas, sean obra de una razón humana herida y debilitada por el pecado... ninguna forma histórica de filosofía puede legítimamente abarcar toda la verdad, ni ser la explicación plena del ser humano, del mundo y de la relación del hombre con Dios". 54. Pág. 75. Cuando habla a teólogos y filósofos, dice: " ...no les es lícito ni ignorar ni descuidar esas opiniones que se apartan del recto camino mas aun es menester que las conozcan a fondo, primero porque no se curan bien las enfermedades si no son de antemano debidamente conocidas; luego porque alguna vez en esos mismos falsos sistemas se 8 esconde algo de verdad; y , finalmente porque estimulan la mente a investigar y ponderar con mas diligencia algunas verdades filosóficas y teológicas" Creemos que estas palabras nos alientan a los profesionales de la salud mental a orientarnos en el mismo sentido. Cap. VII Exigencias y cometidos actuales Exigencias irrenunciables de la palabra de Dios Por último y consciente de no transmitir en forma exhaustiva el mensaje de la encíclica, es imprescindible mencionar lo dicho en el Cap. VII en relación a los usos impropios de la investigación científica y de la técnica desviados por "el relativismo, el materialismo y el panteísmo del pensamiento y las costumbres. 81. (Pág. 109). "En efecto... la filosofía no sólo será la instancia critica decisiva que señala a las diversas ramas del saber científico, su fundamento y su limite, sino que se pondrá también como última instancia de unificación del saber y del obrar humano, impulsándolos a avanzar hacia un objetivo y un sentido definitivo. Esta dimensión sapiencial se hace hoy mas indispensable en la medida en que el crecimiento inmenso del poder técnico de la humanidad requiere una conciencia renovada y aguda de los valores últimos. Si a estos medios técnicos les faltara la ordenación hacia un fin no meramente utilitarista, pronto podrían revelarse inhumanos, e incluso transformarse en potenciales destructores del género humano" Estas consideraciones nos estimulan a plantearnos el problema de la responsabilidad, la culpa, la enfermedad mental, la pérdida del discernimiento y la capacidad de responsabilidad. ¿No sería necesario una meditada revisión de estos conceptos, tan en juego en la Medicina, la Psicología y la Justicia? La importancia de la gracia, en estos casos en que debemos tratar las limitaciones en la salud de la persona, y el ejercicio de la conciencia personal del especialista responsable , nos iluminará para intentar un diálogo que ayude a su esclarecimiento. 9 Consideraciones generales para la práctica de la psicoterapia que emanan de la integración del saber Trataré de exponer someramente, después de haber expuesto los principios rectores enunciados por la Encíclica Fides et Ratio, los objetivos generales de la indicación de una psicoterapia, que por otra parte son en los que se basa la Cátedra de Métodos Psicoterapéuticos de la UCA, Buenos Aires, turno mañana, a saber: a) Realizar las intervenciones terapéuticas dentro del principio del respeto de la dignidad y libertad de la persona humana. b) Preservar la salud psíquica y prevenir las descompensaciones. c) Ayudar al paciente a recuperar su libertad personal tanto como sea posible, creando las condiciones para el desarrollo de su capacidad creativa y su proyecto de vida. d) La instrumentación del método terapéutico de elección será guiado por un cuidadoso criterio diagnóstico, con el objetivo de proporcionar un alivio al sufrimiento psíquico del paciente y favorecer el desarrollo de sus potencialidades personales. e) Poner especial énfasis en la interrelación necesaria entre: Diagnóstico, concepto de salud y enfermedad, concepto de sí mismo, aparato mental y de vínculos intersubjetivos. f) Distinguir entre patologías de déficit, conflicto, crisis existenciales y de desestructuración psíquica. Elección del método e instrumentos terapéuticos apropiados en concordancia. g) Destacar a la Empatía como una función para ser instrumentada por el terapeuta a la vez que desarrollada en el paciente como denominador común a las psicoterapias. h) Afianzar mediante la interdisciplina y la complementaridad teórica la amplitud con que se estudia el paciente. Desarrollando brevemente estos supuestos, sugerimos la conveniencia de priorizar el objetivo del diagnóstico psicológico-psiquiátrico (síntomas, signos, síndromes y semiología del funcionamiento psicodinámico, individual y grupal) atendiendo especialmente a detectar la existencia de compromiso somático o riesgo de vida. Se orientará en el sentido de determinar los diferentes niveles del funcionamiento de la mente humana y de las conductas, en el espectro bio-psico-social y espiritual dentro del plan trascendente propio de cada vida humana, personal e intransferible. La comprensión de la persona tanto en su ser y dimensión interior de la mismidad y de la otredad, supondrá el desafío a la responsabilidad y sinceridad con nosotros mismos. Siempre enfatizando el dirigirnos a la totalidad de la persona del paciente y desde la totalidad de la persona del terapeuta, es decir desde ambos polos de la díada pacienteterapeuta. Este enfoque será condición del diagnóstico de los distintos niveles implicados. Lo contrario correría riesgos de ser injusto con el paciente, 10 arbitrarios o manipuladores en función del interés del terapeuta, o podría llevar a actuar en complicidades enfermizas. Las técnicas elegidas según el estudio comprensivo de los mecanismos de la enfermedad, que siempre se explicarán por referencia al “todo” de la persona del paciente, tenderán a aliviar, prevenir, activar los potenciales del desarrollo detenido o no cumplido y, cuando es posible, compensar los déficit no reparables recurriendo a la complementación con farmacoterapia y métodos alternativos de rehabilitación siguiendo el criterio de estimular los desarrollos compensatorios. Siempre el resultado tratará de recuperar un mínimo de libertad en la medida de lo posible y por lo tanto de responsabilidad y autonomía, haciendo la vida más dignamente humana. En uno de sus últimos trabajos, H. Kohut1 afirma: “Refiriéndose a la relación cognitiva que prevalece entre el todo y las partes, que, dejando de lado algunas ocasionales excepciones a esta regla, puede afirmarse que no son las partes las que explican el significado e importancia del todo, o al menos, la comprensión del todo suele ser más provechosa para captar el significado o importancia de las partes.” Añadiendo un poco más adelante: ... "estos detalles comienzan a cobrar sentido en cuanto se ha descubierto el propósito, el designio o destino global de la totalidad –el programa nuclear de la vida de una persona, o finalidad.” "La atención al detalle, que tenemos obligación de detectar, conocer y comprender dentro de la comprensión del cuadro total debería tratar de llevarse a cabo simultáneamente y no sucesivamente. Esta simultaneidad preserva la relación empática y el respeto al sí mismo total del paciente", a la par que el terapeuta se dirigirá predominantemente al centro de la persona apoyándose en lo saludable que se pueda detectar y rescatar. Debemos aclarar que cuando de salud mental se trata, muchas veces esta relación sólo es posible ayudada por otras personas cercanas al paciente: familiar, amigo, vecino, sacerdote, médico clínico o especialista. Y en el medio en el que se encuentre el paciente en sus circunstancias particulares. Ya acercándonos al proceso de enfermar en el paciente, hay un concepto que quisiera destacar, para luego enunciar algunos procedimientos terapéuticos relacionados en general a diversas patologías o momentos de un cuadro psicopatológico. El primero se refiere a la función del síntoma o proceso de enfermedad. Todos sabemos que la enfermedad es un desorden donde suele existir un agente enfermante o “causa” que interrumpe la homeóstasis satisfactoria del estado saludable. La enfermedad nos mostrará la dupla, entre el agente causal y el organismo desorganizado o desordenado cuya reacción a esta situación 1 H. Kohut, Como Cura el Psicoanálisis, Ed. Paidós, pag. 109. 11 constituye un esfuerzo de reinstaurar el orden alterado. Me refiero al “principio de la primacía de la preservación de sí mismo”,enunciado por la Psicología del Self Estos esfuerzos sintomáticos del organismo, o de la mente, son equivocados y enfermizos: llamémoslos reactivos, defensivos o perversos, en suma distorsivos. La comprensión de la persona aquejada y el conocimiento de la función que, en el proceso de enfermedad cumple la conducta enferma, será la guía más eficaz de las intervenciones de la técnica o proceso terapéutico, decíamos citando el punto 54 de la encíclica ".... no se curan bien las enfermedades si no son de antemano debidamente conocidas;" La elección del procedimiento terapéutico, se hará teniendo en cuenta: El nivel de funcionamiento psicológico en el que se encuentra el paciente. No es lo mismo un estado traumático, que una angustia neurótica o existencial La estructura de la personalidad El tipo de vínculo que el paciente es capaz de establecer La capacidad de conciencia de enfermedad Si hay alianza terapéutica, o se la debe tratar de lograr El estado o fuerza del yo y del sí mismo, en el momento de nuestra intervención. La capacidad de experimentar culpa Los niveles y amplitud de la conciencia reflexiva, en suma el nivel y la magnitud de regresión del paciente, nos indicarán las conductas a seguir Aplicaremos, teniendo en cuenta los indicadores antes citados, entre otros recursos técnicos: el: apaciguamiento, la catarsis, la escucha empática, la elaboración de un duelo, la unificación de los procesos disociativos en su distinto grado de profundidad y naturaleza, la desilusión óptima, la intervención explicativa. Se tendrá en cuenta el restablecimiento de los estados críticos o de ansiedad de fragmentación. Recuperar la empatía consigo mismo y los demás. Aplacar los malentendidos vinculares alimentados por la persecución, el vacío depresivo, la vivencia del “todo o nada”. El reconocimiento de la realidad propia y ajena. La capacidad de tolerar los límites, ayudar a acceder, cuando hay posibilidades, a un nivel simbólico del pensamiento. Encontrar el lugar apropiado respecto de sí mismo y el mundo que lo rodea, recuperar el sentido de la vida desde las condiciones particulares de cada uno y más allá de nosotros mismos, del plan de Dios que nos alberga misteriosamente. Estos serían algunas de las metas del quehacer psicoterapéutico que exponemos a vuestra consideración. Bibliografía: 12 1998 Su Santidad Juan Pablo II, "Fides et Ratio", Carta Encíclica Edit. San Pablo 1993 Su Santidad Juan Pablo II "Veritatis splendor" Carta Encíclica Edit. San Pablo La bibliografía de los contenidos específicos sobre psicoterapia se encuentran en los programas de la Cátedra de Métodos psicoterapéuticos, archivados en el Departamento de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras U.C.A. Bs. As. E-mail: [email protected] Copyright @ 2000 All rights reserved 13