Recensión de “John F. Kennedy” Angel Cerdeño Moreno - Autor: André Kaspi, profesor de la Sorbona donde enseñó historia de Estados Unidos. Entre sus publicaciones destacan “Franklin Roosbelt” (1988) y “Les Juits pendant l´Ocupactión” (1991). - Resumen: El libro comienza por el asesinato de Kennedy en Dallas en 1963: a pesar de algunos titulares hostiles de la prensa local, se nota una especie de entusiasmo en las calles que permite anticipar el resultado de las próximas elecciones. La comitiva acaba de entrar en Elm Street cuando suenan unos disparos que alcanzan a los ocupantes del coche presidencial descapotado. Son las 12:34, poco después John. F. Kennedy muere en el hospital. La policía detiene a Lee Harvey Oswald como sospechoso del magnicidio, llueven las amenazas de muerte, cuando lo trasladan desde la cárcel muere asesinado ante las cámaras de televisión. El sustituto Johnson se apresura a crear una comisión para esclarecer los hechos y las responsabilidades, circulan rumores de todas clases por todo el país. Las conclusiones son claras: Oswald ha matado al presidente y su asesino también actúo solo. Se respira un alivio momentáneo, pero las críticas al informe se suceden, la comisión quería establecer rápidamente una verdad política. Al margen de las conspiraciones, los investigadores se apoyan fundamentalmente en la película de Zapruder: La cámara capta 18,3 fotogramas por segundo, Kennedy no había sido alcanzado hasta el fotograma 225, el gobernador Connally se ve alcanzado entre el fotograma 234 y 238. La clave radica ahí ¿Se trata de la misma bala? Si la respuesta es afirmativa se confirman las conclusiones de la comisión, para ello se inventan la teoría de la “bala mágica” que atraviesa la garganta de Kennedy y el toráx, la muñeca y el muslo de Connally y aparece en una camilla del hospital en perfecto estado ¿se trata una bala perdida? Desde 1966 dos de cada tres americanos creen que Oswall no actúo solo. Kennedy consigue destacar como escritor al publicar su tesis doctoral “El apaciguamiento en Munich” después de viajar por toda Europa, es un observador político de primer orden. En 1943 se convierte en un héroe de guerra como capitán de una lancha torpedera que fue embestida por un destructor japonés, salvando a tres de sus compañeros. Kennedy no ignora que el episodio servirá para realzar su imagen. Con la ayuda de su poderosa familia representa a Boston durante seis años y es senador por Massachusetts durante ocho. Simpatiza con los liberales del partido, pero durante el macartismo su actitud no fue todo lo firme que debería haber sido, es criticado por ello, sabe que sus votantes católicos son muy reacios al comunismo y el resto de sus electores comparten esta opinión. Escribe otro bet-seller y recibe el premio Pulitzer y en las elecciones presidenciales de 1960 consigue convencer al Partido Demócrata de su candidatura a pesar de su edad, religión e inexperiencia. Kennedy accede a debatir con Nixon en directo por primera vez en la historia, el premio Pulitzer no parece en absoluto un inexperto, conoce y domina perfectamente todos los temas de política interior y exterior, además su imagen y su sonrisa trasmiten encanto y astucia. Kennedy adopta el slogan de “Nueva Frontera”, los nuevos desafíos políticos y científicos tienen reminiscencias en la conquista del Oeste, exhorta a sus conciudadanos a que hagan algo por su país en vez de esperar a que su país haga algo por ellos. Se convierte en el campeón de la igualdad de oportunidades y los derechos civiles, son palabras que gustan a la clase media y a las minorías. La nueva década estaba llena de esperanzas y de peligros, a cada momento la guerra fría entre las dos superpotencias amenaza con las armas nucleares y los misiles intercontinentales, en Asía China pone en peligro la seguridad de la India y de Vietnam, la guerra civil desgarra el antiguo Congo belga, a 150 kilómetros de Florida los agentes del comunismo han establecido una base que podría extenderse por toda América latina. Aquí se aprecia el montaje escénico, tras suscitar la inquietud, Kennedy rechaza el fatalismo, Estados Unidos es el baluarte de las libertades y necesita de un mundo en el que circulen libremente hombres y mercancías; recordando el libro de Kennedy, Gran Bretaña se durmió en Munich y el resultado fue otra Guerra Mundial, los estadounidenses deben rechazar el inmovilismo. Kennedy accede al plan de la CIA de invadir Cuba con los exiliados, pero se niega a prestar apoyo aéreo para evitar la derrota en bahía de Cochinos en 1961. Ese año se cierran los accesos a Berlín Oeste y Kennedy pronuncia sus famosas palabras “Yo soy Berlinés”. Al año siguiente se aprueba el programa espacial Apolo, los aviones espía delatan la presencia de misiles de alcance medio en Cuba que amenazan un parte del territorio estadounidense por lo que se envía un ultimátum a la Unión Soviética. La supuesta superioridad soviética sobre misiles intercontinentales es una falacia, pero Estados Unidos se lanza a la construcción de los Minutemen y Polaris, los primeros con un alcance de 10.000 kilómetros y los segundos de 2.000 pueden ser lanzados desde los submarinos. Se firma un tratado en Moscú sobre pruebas nucleares. La Nueva Frontera tiene la clara intención de llevar la lucha contra el comunismo en el sudeste asiático - Examen Crítico y Conclusión: El libro consta de 255 páginas, con un prólogo de Antonio Garrigues Walker, quien acogió en su casa a la hija de Kennedy enviada a España para salir del ambiente trágico que vivía su país después del asesinato de su padre, y una cronología final de tres páginas que resulta muy útil, una buena introducción a uno de los protagonistas del siglo XX. La biografía política sobre el presidente Kennedy comienza por el final, en retrospectiva para luego ocuparse de su vida pasada en sus detalles más relevantes, Kennedy había dicho en diversas circunstancias que no temía a la muerte y que no le importaba como podía ocurrir, más que valerosas sus palabras parecen más bien temerarias, sólo así podríamos entender que se adentrase en Dallas en un coche descapotado a dieciocho kilómetros por hora y sin apenas protección a pesar de los titulares hostiles de la prensa el día anterior. Su mandato está lleno de luces y sombras: La guerra fría llegó a su punto culminante, la popularidad del presidente tiene mucho que ver con la prensa debido a que ningún presidente se había mostrado tan cercano a ella, pero pocos sabían que existía un pacto para que ésta no publicase sus numerosos devaneos con actrices, algunas de ellas relacionadas con la Mafia, a cambio de dejarse retratar en la intimidad familiar que fingía ser modélica. Cultiva la amistad de los periodistas, les confía algunos secretos, pide discreción sobre algunos asuntos… por otro lado da la impresión de que podía haber hecho mucho más de lo que hizo si hubiese tenido la oportunidad en referencia a los derechos de las minorías y la guerra del Vietnam, no cabe duda de que impulsó el programa espacial, gracias a lo cual la NASA consiguió poner un hombre en la Luna antes de que acabase la década tal y como el propio Kennedy había predicho.