La Gerencia de las Empresas frente al software libre Por Manuel Dávila Sguerra La penetración del software libre dentro de las empresas ya no tiene reversa. Este, es manejado por una comunidad eminentemente técnica que defiende a capa y espada el nuevo paradigma demostrando de una y otra forma las grandes bondades que trae para las Empresas en el manejo de aplicaciones. Y es natural que sean los técnicos en sistemas los defensores de este movimiento teniendo en cuenta que la comunidad de software libre ha nacido de un grupo, muy grande por cierto, de expertos en el desarrollo de software. La lógica de este paradigma ha creado circunstancias en vía contraria a los estándares tradicionales ya que, en este caso, la oferta fluye de los técnicos hacia la Gerencia de las Empresas sin tener su origen en las Empresas productoras ya que no existe el mercadeo tradicional. Pues bien. Desde el punto de vista de los técnicos todo va a funcionar a las mil maravillas. Se van a poder instalar servidores de Internet, de correo, grandes Bases de Datos, Servidores de Proxy, Fire Walls para proteger la red de los intrusos y se podrá desarrollar software de manera muy eficiente sin caer en costos de las licencias. Es más. Hasta los usuarios finales podrán manejar sus aplicaciones de oficina con software equivalente al acostumbrado, y también sin costo de las licencias. Esto es lo que dicen los técnicos. Pero desde el punto de vista de la Gerencia cuál es la percepción con respecto a esta maravilla? En primer lugar muchos de los gerentes ni siquiera se han enterado que el software libre existe. Es muy común que en los centros de computo existan equipos, con Linux por ejemplo, manejando de manera silenciosa grandes bases de datos o aplicaciones de correo y de web sin que nadie, excepto los técnicos de sistemas, lo sepa. Han sido puestos a funcionar como experimentos que se quedan ahí para siempre debido a su gran estabilidad y en la organización nadie se ha enterado. Ni siquiera la Gerencia administrativa, ni el departamento de compras debido a que para tenerlo no fueron necesarias, ni cotizaciones, ni facturas, ni cuentas por pagar ya que se bajaron de Internet silenciosa pero legalmente. El momento en el cual la Gerencia comienza a tener contacto con este tipo de software es cuando esta se siente amenazada por la ley de derechos de autor y no tiene dinero para actualizar las licencias propietarias, o el departamento de sistemas le plantea un proyecto orientado a evitar los costos en adquisición de licencias y a manejar áreas estratégicas de la compañía e inclusive los equipos de uso personal de los empleados. Toda irá bien hasta cuando se le transmite la “tremenda” noticia que ese software no cuesta nada. Sería de esperarse que esta fuera una buena noticia, pero no. Casi siempre la posibilidad de obtener algo que no cuesta crea confusión. Y surgen las preguntas. Y algo que no tiene costo si sirve de algo?. Y quien va a darnos el soporte?. Y si falla quien nos responderá? Y a quien me quejo en caso de problemas?. Y si le cambiamos los interfaces acostumbrados a los empleados, estos, si lo aceptarán? Parece mentira pero la Gerencia se siente más segura girando los millones que cuestan las licencias del software propietario que pagando nada por el software libre. Cosas de la resistencia al cambio y sobre todo en un caso como estos en donde el mundo se vuelve al revés. Se inician entonces una serie de verificaciones promovidas por la Gerencia citando a los expertos que dicen que dan soporte, que defienden al software libre con la esperanza que ellos, los técnicos, le vendan la idea al Gerente y de nuevo se lleva otra sorpresa pues ni los técnicos en cuestión pueden garantizar el software, al fin y al cabo no es de ellos, y para completar no son vendedores. Son técnicos de sistemas, usualmente muy capaces tecnológicamente, pero muy malos vendedores que en general solo le trabajan a quienes tienen ya la confianza en el software libre. A los desconfiados es mejor dejarlos a un lado. Todo este proceso demuestra que lo del software libre es una comunidad en toda su extensión. Desde los desarrolladores, los asesores y para completar los usuarios también deben pertenecer a ella. Una pregunta típica de un Gerente desconfiado es: “está bien. Ya se que me ahorro muchos millones en licencias. Hasta les creo que todo funcionará bien. Pero quien se resistirá después a los empleados quejándose que los interfaces han cambiado, que ya no pueden hacer lo mismo que antes o que para hacerlo deben aprender otras formas de hacerlo?” Viene entonces otra curiosa situación cuando se le recomienda que no tome decisiones en contravía de sus empleados y que no se “eche” solo esa responsabilidad encima pues podría generar una situación de improductividad por parte de sus empleados justificada por su solitaria y antidemocrática decisión de introducir software libre en la Empresa. Entra entonces una variable más en este drama. Ahora es necesario pedirle “permiso” a los empleados. Pues de cierta forma así son las cosas que dichas de otra forma esta debe ser una decisión tomada en conjunto, institucionalmente. El panorama que tiene la Gerencia es que si adopta el software libre va a tener una baja en costos impresionante para el futuro desarrollo de la estructura tecnológica de la Empresa. Que esto puede beneficiar a todos, más aun si se está en un momento de recesión. Pero debe suavizar los problemas que generarán los cambios con la aceptación de los usuarios haciendo énfasis en otro tipo de beneficios como el hecho de disminuir las tendencias al desempleo e invertir en otras inversiones más significativas para la empresa. Capacitación por ejemplo. Dentro del grupo de sistemas cambiarán las cosas en el sentido que sus Ingenieros se transformarán de cotizadores de productos a investigadores de aplicaciones. Se disminuirá el acceso de vendedores a cambio del aumento de investigación interna y comunicación con la comunidad de software libre que se agrupa en ambientes de estudio y de colaboración mutua. Hoy en día es muy frecuente la situación en la cual ante una solicitud de solución tecnológica por parte de la Gerencia, los Ingenieros consulten las páginas amarillas antes que sus manuales de tecnología. Con el software libre es al contrario pero se puede llevar la agradable sorpresa de encontrarse ahora con unos Ingenieros que proponen soluciones, cambios beneficiosos y se conviertan en unos socios proactivos más eficientes. Se corre el riesgo de que sus técnicos prefieran seguir siendo solo cotizadores de tecnología pues es innegable que muchos de ellos se sienten más cómodos en esta posición y porque no decirlo las mismas compañías vendedoras de software han promovido esta situación convirtiendo la pereza de sus compradores en un gran aliado para sus ventas. Naturalmente que estos cambios no se dan de un día, ni todas las empresas se van a ir por este camino, pero ya la Gerencia está sintiendo la presión del movimiento del software libre en sus decisiones y aunque sienta intenciones de rechazarlo, sabe que debe tenerlo en cuenta. Esto está haciendo que las Empresas comiencen a buscar la manera de actualizarse tecnológicamente, no a través de las cotizaciones de sus proveedores sino a través del conocimiento de sus Ingenieros. Y es este uno de los consejos más sanos en el sentido que ya que se percibe que este movimiento está penetrando el mercado por todas partes, si bien no tiene porque adoptarse de inmediato si es conveniente comenzar a prepararse e intentar repararse para los cambios de actitud que trae este nuevo paradigma.