República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente: ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ Bogotá, D.C., diecinueve (19) de diciembre de dos mil doce (2012).- Ref.: 11001-0203-000-2006-01448-00 Procede la Corte a resolver la demanda de exequátur formulada por la señora EVANGELINA RODRÍGUEZ ALFONSO respecto de la sentencia dictada el 14 de abril de 2004 por la Sexta Sala Civil Simple del Juzgado de Ámsterdam, mediante la cual se declaró el divorcio del matrimonio civil contraído por la demandante con el señor ANTONIUS DE RUIJTER. ANTECEDENTES 1. Los señores EVANGELINA RODRÍGUEZ ALFONSO y ANTONIUS DE RUIJTER, de nacionalidades colombiana y holandesa, respectivamente, contrajeron matrimonio civil en la ciudad de Bogotá el 21 de enero de 1994 ante la Notaría Dieciocho de esta capital. 2. Mediante la sentencia antes referida se decretó el divorcio del matrimonio celebrado entre las partes. 3. La demandante señaló que durante la unión matrimonial no procrearon hijos ni adquirieron bienes; asimismo manifestó que el divorcio se dio “por motivos de perturbación duradera de su matrimonio”, por lo que estimó que “existe identidad de la causa por la cual se decretó el divorcio en Holanda (Países Bajos) con la contemplada por la Ley 25 de 1992, numerales 2°, 3°, 4°, 5° y 7°, aspecto también regulado en el artículo 154 del Código Civil colombiano” (fl. 37). 4. De la misma manera, la actora aseveró que la sentencia se encuentra ejecutoriada y que se profirió con observancia de los requisitos de la debida citación y contradicción del demandado conforme a la ley del país de origen. EL TRÁMITE Por auto de 29 de septiembre de 2006, se admitió la demanda de exequátur y se ordenó el emplazamiento del señor ANTONIUS DE RUIJTER; luego se le designó curador ad lítem y a él se le corrió el traslado de rigor, al igual que se hizo con el Ministerio Público, sin que ninguno de ellos se hubiese opuesto. Agotada la etapa probatoria se corrió traslado para alegar -oportunidad que transcurrió en silencio-, por lo que se procede a resolver la petición de exequátur. ASR 2006-01448-00 2 CONSIDERACIONES 1. En la medida en que el principio de la soberanía nacional determina que la función de administrar justicia se ejerce dentro del marco que señalan los límites territoriales de cada Estado, sin subordinación a jurisdicciones extranjeras, resulta natural que, excepción hecha de lo que regulen los tratados internacionales sobre la materia, las sentencias que profieran los jueces extranjeros no pueden tener efectos en Colombia. En ese contexto, el exequátur permite, a manera de mecanismo excepcional, reconocer efectos en suelo colombiano a las sentencias judiciales y pronunciamientos de tal naturaleza proferidos en el extranjero, cuando la homologación responde a la reciprocidad, ya sea ella diplomática, legislativa o de hecho. 2. Sobre el particular ha reconocido la Corte que “[l]as sentencias o laudos proferidos en el extranjero, en procesos contenciosos o de jurisdicción voluntaria, tendrán en Colombia la fuerza que los tratados vigentes con el país de origen conceda (reciprocidad diplomática) o, en su defecto, la que allí se reconozca a los dictados en el territorio nacional (reciprocidad legislativa), siempre y cuando la petición respectiva observe cabalmente las condiciones contempladas por el artículo 694 del Código de Procedimiento Civil” (sentencia de 18 de septiembre de 2007, Exp. 2003-00061-02). ASR 2006-01448-00 3 En ese contexto, se ha señalado que “el Código de Procedimiento Civil consagra en su artículo 693, ‘el sistema combinado de reciprocidad diplomática con la legislativa, lo cual se traduce en que prioritariamente debe atenderse a las estipulaciones de los tratados que haya celebrado Colombia con el Estado de cuyos jueces provenga la sentencia que se pretenda ejecutar en nuestro territorio nacional; a falta de derecho convencional se impone, entonces, acoger las normas de la respectiva ley extranjera para darle al fallo la misma fuerza concedida por esa ley a las sentencias proferidas en Colombia por sus jueces’ (G.J. CLXXVI, No. 2415, 1984, pág. 309), motivo por el cual, en este último caso, le corresponde a la parte interesada probar la existencia de aquella, para que la Corte pueda conceder, de reunirse los demás requisitos señalados en el artículo 694 ibídem, la autorización solicitada” (sentencia de 14 de octubre de 2011, Exp. 2007-01235-00). Finalmente esta Corporación ha estimado que la jurisprudencia del Estado de que se trata también puede reconocer dicha reciprocidad, con lo que se consulta la finalidad perseguida por la norma citada, en virtud de lo cual ésta se ha considerado como una modalidad de la reciprocidad legislativa para aquellos países cuyo sistema jurídico le otorga tal fuerza vinculante a las decisiones judiciales. En este sentido ha sostenido la Sala que “la reciprocidad legislativa toma asiento, por su parte, al reconocérsele efectos jurídicos a las sentencias de los jueces colombianos por la legislación del país de donde proviene la decisión materia del exequatur, pues igual fuerza vinculante tendrán las decisiones de sus jueces en el Territorio Nacional, ASR 2006-01448-00 4 siendo entendido que esta forma de reciprocidad puede ser a su vez basada en textos legales escritos o en la práctica jurisprudencial imperante en el país de origen del fallo objeto de exequatur” (sentencia de 25 de septiembre de 1996, Exp. 5524). 3. Puntualizado de esa manera el marco teórico, y estudiados los elementos de persuasión aportados a esta actuación, advierte la Corte que no se acreditó de manera idónea la satisfacción de los supuestos mínimos previstos en el citado artículo 693, ya que la parte actora no demostró que entre la República de Colombia y el Reino de los Países Bajos existiera tratado o convenio relativo al reconocimiento recíproco de las sentencias judiciales proferidas en esos Estados (reciprocidad diplomática), ni que allí se les otorguen efectos a los fallos proferidos por las autoridades nacionales colombianas (reciprocidad legislativa). Efectivamente, se observa, en primer lugar, que la Coordinadora del Grupo Interno de Trabajo de Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores informó a la Corte “que una vez revisados los archivos de esta Oficina, no se encontró acuerdo bilateral sobre esa materia en particular, celebrados entre Colombia y Países Bajos” (fl. 79); por otra parte, se aprecia que aun cuando no se logró la traducción oficial de los documentos visibles a folios 80 a 82 del expediente, conforme lo ordenado en autos de 12 de abril de 2010 y de 12 de octubre de 2011, el Cónsul General de Colombia en el Reino de los Países Bajos manifestó que según información reportada por la Dirección General de Legislación, Administración de Justicia y Asistencia ASR 2006-01448-00 5 Jurídica del Ministerio de Justicia de dicho Estado “no existe dentro de la legislación holandesa una ley que regule la reciprocidad en materia de exequátur para sentencias de jueces extranjeros” (fl. 85). Desde tal perspectiva, esto es, ante la ausencia de prueba de la reciprocidad, ya diplomática, ora legislativa, resulta forzoso concluir que ese presupuesto basilar para la homologación de la sentencia dictada el 14 de abril de 2004 proferida por la Sexta Sala Civil Simple del Juzgado de Ámsterdam, no se acreditó, y que en consecuencia no puede abrirse paso la pretensión. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley. RESUELVE 1. DENEGAR el exequátur solicitado para la sentencia previamente identificada, mediante la cual se decretó el divorcio del EVANGELINA matrimonio civil RODRÍGUEZ celebrado ALFONSO entre y los señores ANTONIUS DE RUIJTER. ASR 2006-01448-00 6 2. Sin costas en la actuación. Notifíquese. FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ MARGARITA CABELLO BLANCO RUTH MARINA DÍAZ RUEDA ARIEL SALAZAR RAMÍREZ ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ ASR 2006-01448-00 7