Carta cardiovasc. | issn 1688–4329 [Montev. impr.] | issn 1688–4310 [Montev., En línea] Volumen: 1 Número: 1 Año: 2007 www.gramonbago.com.uy Comité Editorial Dr. Hugo Senra [Coordinador] Dr. Edgardo Sandoya Dr. Horacio Vázquez Dr. Carlos Schettini Dra. Ma. del Pilar Aguilar © Noviembre 2007. CARTA CARDIOVASCULAR MONTEVIDEO, URUGUAY carta Cardiovascular E d u c a ci ó n M é dic a C ontin u a en C a r dio l o g í a Edición, diseño: Salimos [!] Este es el primer número de una serie de publicaciones de carácter trimestral, dirigidas fundamentalmente a aquellos involucrados en el primer nivel de atención, sin perjuicio de servir de fuente de opinión y por qué no de controversia, a los especialistas que se interesen en los temas a desarrollar. Estamos en época de cambios en el sistema asistencial y en el futuro se piensa jerarquizar el primer nivel de atención. Es en este sentido que queremos dirigirnos, tratando de proveer al médico de herramientas de fácil manejo que le permitan resolver u orientar adecuadamente a la gran mayoría de los problemas que se le presentan en la práctica clínica, así como introducir elementos para la reflexión acerca del quehacer médico y de la realidad sanitaria del país. En este número el lector encontra- rá un artículo de la Dra. María del Pilar Aguilar acerca del nuevo Sistema Nacional Integrado de Salud, de qué se entiende por atención primaria de salud y el papel que le cabe a la cardiología en el nuevo modelo. El Dr. Edgardo Sandoya plantea elementos acerca de la situación de la salud en Uruguay y en el mundo, del desafío que plantea para el médico lo que se avecina y da pistas de cómo prepararse para el cambio. Después introducimos Bases para la Educación Médica Continua abordando la introducción al manejo de la hipertensión arterial. Al finalizar ese artículo dejamos planteadas preguntas para una auto–evaluación, cuyas respuestas comentadas encontrarán en la página www.gramonbago.com.uy/carta_cardiovascular. Luego el Dr. Horacio Vázquez nos propone con qué droga comenzar el tratamiento farmacológico de un paciente hipertenso, atendiendo a las publicaciones y guías de práctica más recientes. Finalmente, el Dr. Carlos Schetti ni, con su amplia experiencia en el tema, nos habla del papel del Monitoreo Ambulatorio de Presión Arterial en el diagnóstico y estratificación de los pacientes hipertensos. Salimos gracias al generoso aporte de Gramón Bagó de Uruguay S.A. que se encarga de la edición, impresión y distribución de esta Carta Cardiovascular. Aspiramos contribuir a la reflexión y al cambio que todos queremos. Hasta la próxima. Dr. Hugo Senra CONTENIDO 3. La cardiología en el nuevo Sistema Nacional Integrado de Salud. M. P. Aguilar. 5. Gestión clínica: un desafío del presente. E. Sandoya. 9. Introducción al manejo de la hipertensión arterial. H. Senra. 12. La HTA en Atención Primaria. ¿Con qué droga iniciar el tratamiento? H. Vázquez. 15. Aportes del MAPA en el diagnóstico y la estratificación pronóstica de la HTA. C. Schettini La cardiología en el Sistema Nacional Integrado de Salud Dra. María del Pilar Aguilar Passano El enunciado fundamental del proyecto que llevará adelante el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) es «acceso universal de la Atención de Salud a toda la población en niveles de cobertura y calidad homogéneos, con justicia distributiva en la carga económica que el gasto en salud representa para cada ciudadano».(1) A poco de comenzar a reflexionar sobre este objetivo, resulta evidente la multiplicidad de factores que intervienen en el logro del mismo, así como lo complejo de su articulación. Están planteadas tres reformas del actual sistema: en el modelo de gestión, en el de financiamiento y en el de atención, que se han considerado básicas para llevar adelante el plan. La gestión será conducida por un nuevo organismo, la Junta Nacional de Salud; el financiamiento dependerá del Fondo Nacional de Salud, administrado por el Banco de Previsión Social y al que aportarán el Estado, las empresas y los hogares. Con respecto al modelo de atención se ha expresado la voluntad de desarrollar la llamada «atención primaria de salud» (APS). Considerando que es este un concepto fundamental para interpretar los cambios, nos detendremos en su análisis. He elegido aquella que la define como «una estrategia flexible de todo el equipo de salud, que conduce a una atención integral, oportuna y sistemática, en un proceso continuo,... organizada en coordinación con la comunidad, para promover, proteger, restaurar y rehabilitar la salud de los individuos, las familias y la comunidad».(2) Expresándolo de otra forma, podríamos decir qué no es la APS: no es el primer nivel de atención, no involucra sólo a la medicina general sino también a las especialidades, no es una forma de atención sencilla que excluye a las tecnologías más avanzadas... Vemos entonces que se trata de un concepto muy amplio, muy integrador de variados elementos que intervienen en la producción de salud, que atañe a todo el personal de la salud, jerarquizando al médico general y que depende de políticas gubernamentales en varias áreas. Nos impresiona siempre como una meta a alcanzar, como un horizonte que al avanzar se alejara. Quizás el término «primaria» conduce a confusión porque hace pensar en algo básico, simple o incompleto y hasta se ha propuesto su modificación. Atención Primaria de Salud Siendo la enfermedad cardiovascular tan trascendente en el mundo y en nuestro país, ¿cómo se ubica la cardiología en el nuevo sistema? ¿Puede insertarse en la APS? En primer lugar considero que el cardiólogo tiene su rol en todos los niveles de atención ya que debe participar tanto en la promoción de salud como en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares agudas y crónicas, por lo Desde la Declaración de Alma Atá, capital de Kazajstán, en 1978, han sido variadas las definiciones e interpretaciones que se han dado a la APS, pero todas tienen en común los elementos de integralidad de la atención, continuidad, consideración de criterios epidemiológicos y territoriales, participación de la comunidad y coordinación entre los niveles de atención. Papel de la Cardiología que se entiende necesario tenga también un lugar en la elaboración de programas de salud. En lo referente a la prevención, tengo la percepción de que los factores de riesgo cardiovascular «tradicionales» tienen un control insuficiente, lo que ha sido demostrado para varios de ellos, como hipertensión y diabetes y que los psico–sociales son frecuentemente subvalorados ya sea por dificultad en su abordaje, por desconocimiento o por no disponer del tiempo suficiente para dialogar con el paciente, lo que puede llevar a una deshumanización del acto médico. La prevención también tiene diferentes niveles de aplicación, llamándose primordial aquella que actúa sobre elementos medioambientales, económicos y culturales capaces de generar patrones de conducta riesgosos para la salud, siendo evidente que en ella juegan un rol fundamental las políticas de estado. Por otro lado, la prevención primaria es la que tiene como propósito limitar o evitar la aparición de enfermedad e implica dos estrategias que a menudo son complementarias, una poblacional y otra enfocada a determinados grupos de riesgo. En lo que respecta a la prevención secundaria, su finalidad es detener o retardar el progreso de una enfermedad ya iniciada, implica un diagnóstico y tratamiento correctos y el ejemplo más cercano por su frecuencia y repercusión es la hipertensión arterial. Finalmente, la prevención terciaria es aquella que aplica medidas rehabilitadoras para reducir secuelas y discapacidades. Los médicos y el personal de la salud en su conjunto tenemos roles en todas ellas que debemos ir visualizan- La cardiología en el Sistema Nacional Integrado de Salud | Dra. Ma. del Pilar Aguilar Passano Médica Cardióloga CASMU © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 3–4. do, descubriendo y articulando. Sin programas de prevención no se puede transitar hacia la APS, es decir hacia lo que se ha llamado cambio en el modelo de atención. La cardiología tiene también su lugar en los niveles de atención subsiguientes, con un desarrollo acelerado de técnicas de diagnóstico como el ecodoppler y sus diferentes modalidades, la cineangiocoronariografía con procedimientos terapéuticos de angioplastia y colocación de stents, los estudios electrofisiológicos y sus tratamientos de ablación, implante de marcapasos y cardiodesfibriladores, etc. en áreas cada vez más vastas y todas desempeñadas por cardiólogos. Es en el tercer nivel en el que se atienden los enfermos agudos ya que la gran mayoría de las cardiopatías tienen una evolución crónica con períodos de agudización que requieren internación en unidades especializadas. Existe en nuestro medio una larga experiencia en estas unidades en las que la cardiología ha sido pionera. La patología cardiovascular es compartida con otras especialidades como la medicina interna y la medicina intensiva, sobre todo en áreas de internación, pero tenemos la profunda convicción de que la cardiología tiene un espacio propio, lo que está sólidamente demostrado por la propia historia de la medicina nacional. La cardiología en el Sistema Nacional Integrado de Salud | Dra. Ma. del Pilar Aguilar Passano Mejorando la atención Paradójicamente, aunque parece demostrado y aceptado que los enfermos se benefician de una atención continua y coordinada de los diferentes niveles entre sí, esto no ocurre en la práctica. Los ejemplos son múltiples: la historia clínica está fragmentada, el médico tratante no participa en las internaciones de sus pacientes, se toman decisiones a diferentes niveles y muchas veces desde el aislamiento... En nuestra especialidad, podríamos tender a revertir esta situación creando y desarrollando, servicios o departamentos de cardiología en todas las instituciones o en todas aquellas que lo ameriten por el número de usuarios, pudiendo las más pequeñas coordinar con las de mayor tamaño, y esto tanto para Montevideo como para el Interior y tanto en el sector público como en el privado. Esto lleva implícito el concepto de formación de redes de atención que implica por ejemplo que una pequeña policlínica pueda coordinar acciones con su centro de referencia. En el laudo de la salud está establecido desde hace muchos años (Decreto de Agosto/1986) una organización en departamentos, con escalafón de categorías médicas que para cardiología van del grado II al V, desde cardiólogo a la orden grado II hasta jefe o director grado V. De acuerdo a este decreto, un departamento debería integrar como mínimo a 4 cardiólogos, lo que no siempre sería necesario. Si bien el mencionado escalafón se encuentra vigente, en los últimos consejos de salarios no se consideró necesario establecer la obligatoriedad de departamentalizar(3) y de hecho existen grandes instituciones en las que la cardiología está fragmentada. También debería reglamentarse un progreso o ascenso en el escalafón técnico, por méritos a definir: formación curricular, participación en educación médica, destrezas, ¿relación paciente – médico?... © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Conceptualmente el departamento o servicio, permitiría brindar una atención integral, continua, coordinada, mejorando la posibilidad de desarrollo profesional de los médicos, conjugando aspectos académicos y asistenciales y propiciando la investigación. Existen algunas dificultades entre las que mencionaremos las económicas, el multiempleo médico, las cargas horarias y el inicio de una etapa de transición con la consiguiente incertidumbre por parte de las instituciones, que conspiran contra este proyecto.(3) Formación del cardiólogo Cabría considerar otro cuestionamiento: ¿es el número de cardiólogos adecuado a las necesidades del país? No sabemos la respuesta. En 2006 el número de médicos de esta especialidad era de 508, es decir, el 3,8% de la población médica nacional. Aunque no se conoce tampoco la distribución geográfica precisa de los cardiólogos, considerando que el 77% de los médicos activos residen en Montevideo, se puede afirmar que su distribución es totalmente desigual y que éste debería ser un parámetro fundamental a considerar para llevar adelante un proyecto de mejora, para desarrollar un modelo de APS. ¿Cómo? ¿Estudiando aspectos epidemiológicos y demográficos? ¿Remunerando extra por radicación en zonas sin cobertura? ¿Otros métodos? Con respecto a la capacitación profesional, el postgrado de cardiología y la educación médica continua, constituyen la base fundamental de la formación cardiológica. Existen proyectos innovadores de la Cátedra y de la Escuela de Graduados, algunos de los cuales ya se están concretando, de profundizar la capacitación mediante las residencias, tanto en las instituciones públicas como en algunos centros privados. Considero que los cambios curriculares son fundamentales para formar la cantidad y el tipo de médicos que la salud de los próximos años necesita y esto último también debe ser motivo de estudio. Conclusión Hemos sobrevolado distintos temas, algunos de los cuáles ameritarían un análisis más profundo y completo. El concepto central que queremos transmitir es que es posible cambiar la realidad de nuestro sistema sanitario, que los médicos debemos comprometernos con el cambio, ser gestores de ideas y de acciones concretas a través de los gremios y sociedades científicas y en nuestra práctica de todos los días. Bibliografía consultada 1. Presentación Ec. Daniel Olesker, Sociedad Uruguaya de Cardiología, Mayo de 2007. 2. Temas de Medicina General Integral, Vol. I, Salud y Medicina, Dr. Roberto Álvarez Sintes, La Habana, 2001. 3. Presentación Esc. Julio Lorente, Sociedad Uruguaya de Cardiología, Setiembre de 2007. Gestión Clínica: un desafío del presente Dr. Edgardo Sandoya La atención de la salud se halla enfrentada al desafío de la sustentabilidad. El envejecimiento de la población, el desarrollo tecnológico incesante, la mayor información y exigencia por parte de la sociedad, la medicalización de la vida y la inadecuación de los actuales sistemas sanitarios, colocan a la sustentabilidad de la salud en una delicada posición.1,2 Por otro lado asistimos a la despersonalización de la medicina, con la asistencia brindada por múltiples especialistas y sin un médico de referencia, lo que genera descontento e insatisfacción de pacientes y médicos. El Nuevo Sistema Nacional Integrado de Salud se propone mejorar la situación actual, y en ello los médicos tenemos un papel protagónico, para el cual no estamos suficientemente preparados. Las causas del problema El envejecimiento de la población, con una esperanza de vida al nacer de 75,9 años en nuestro país (72,3 en hombres y 79,6 en mujeres), determina un aumento de la carga global de enfermedad. 3 A esto se suma que el desarrollo tecnológico impone un marcado incremento de los costos de la salud, pues las nuevas tecnologías, además de ser más costosas que las anteriores, generalmente no sustituyen a estas, sino que se agregan a las ya existentes.4 El mayor conocimiento por los pa1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. cientes acerca de la salud les permite tomar parte activa en las decisiones acerca de su cuidado, lo que es deseable y beneficioso. Vivimos una época de medicalización de la vida, transformando en supuestos problemas médicos a fenómenos propios de la vejez o de situaciones fisiológicas, alimentado falsas expectativas por quienes ofrecen la juventud o la salud eterna.1 Esto ha conducido a la creencia hoy extendida que con la tecnología adecuada todo se puede en medicina, lo que combinado con el mayor acceso a la información, muchas veces genera situaciones que terminan minando la credibilidad de los médicos y la medicina. Un problema de especial relevancia, y que contribuye en buena medida al actual estado de la salud mundial, radica en la estructura y organización de los sistemas de salud según se establece por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).5 Un caso paradigmático Estados Unidos, que ocupa el primer lugar mundial en el gasto en salud, posee uno de los más altos niveles de tecnología médica. 5 Pero a pesar del dinero invertido y la amplia oferta tecnológica disponible, sus resultados sanitarios lo ubican en el lugar 37 del mundo, con más de 41.000.000 de sus habitantes sin acceso a la asistencia médica.6 Un estudio que analizó tres patologías tratadas bajo la cobertura de Me- dicare (fractura de cadera, cáncer de colon e infarto de miocardio) encontró una amplia variabilidad de los costos a lo largo del país.7 Los pacientes tratados en los centros del quintil superior de gasto requirieron 60% más de recursos que los del quintil inferior, mientras que la mortalidad, el estado funcional y la satisfacción fueron similares en los pacientes de ambos quintiles. Es remarcable que aunque el gasto sanitario en ese país ha tenido un constante aumento, se asiste a un creciente descontento de los usuarios con el sistema de salud4. Los problemas de los Estados Unidos no constituyen la excepción, sino que estos son de alcance universal según el informe de la Salud Mundial. 5 Nuestro país, de acuerdo a ese informe, se ubicaba en la posición 33 del ranking mundial en el gasto, cayendo a la posición 65 en los resultados del sistema de salud, lo que refleja la ineficiencia de la gestión de la salud en Uruguay. La gestión sanitaria ineficiente consume muchos recursos (costos de nocalidad) tal como reveló un estudio israelí, el que comprobó que 35% de los recursos destinados a la salud en 1994 en ese país, se desperdiciaron por problemas de mala gestión.8 Determinantes de la salud Lalonde, un ministro de salud canadiense, estableció en la década de los 70 que la salud de una población tiene Márquez S, Meneu R. La medicalización de la vida y sus protagonistas. Gestión Clínica y Sanitaria 2003;5:47-53. Ibern P, Planas I. Todos queremos más pero ¿de qué? Gestión Clínica y Sanitaria 2005;7:127-130. http://www.ine.gub.uy/banco%20de%20datos/soc_indic_socdemo/Indicadores.xls Milton Friedman. El Observador. 12/7/2001. OMS. Reporte de la Salud Mundial 2000. http://www.who.int/whr/2000/en/ Palmisano D. Health care in crisis. Circulation 2004;109:2933-35. Phelps CE. What’s Enough, What’s Too Much?Ann Intern Med 2003; 138:288-98. Costos de la no-calidad en Israel. Comité Nacional de Calidad. Curso de Modelo de Mejora Continua. 1998. Gestión Clínica: un desafío del presente | Dr. Edgardo Sandoya Médico cardiólogo Centro de Ciencias Biomédicas, Universidad de Montevideo © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 5–8. otros determinantes además de los servicios de salud, categorizando a los mismos en biológicos, ambientales y de estilo de vida. Gestión Clínica: un desafío del presente | Dr. Edgardo Sandoya Determinantes de la salud según Lalonde. • Biológicos Sexo, edad, raza, carga genética • Ambientales Entorno, sociales, económicos, culturales, físicos • Estilo de vida Actividad, alimentos, recreación, forma de pensar • Servicios de salud Calidad, accesibilidad, tecnología, oportunidad La influencia de los determinantes de la salud puede verse claramente con lo sucedido con la mortalidad infantil en nuestro país, la que pasó de 107 por 1.000 nacidos vivos en 1900 a 13 por 1.000 en 2004. 3 Los elementos que tuvieron mayor impacto en la reducción han sido la pasteurización de la leche, la potabilización del agua, el saneamiento y la vacunación universal. Las acciones a nivel poblacional no solo son efectivas en el control de las enfermedades transmisibles, sino que también lo son para reducir las enfermedades cardiovasculares, tal como ha sucedido en Gran Bretaña. Allí hubo una importante reducción de la mortalidad cardiovascular entre 1980 y 2000, comprobándose que el 58% de esa reducción fue debida a acciones poblacionales, mientras que el 42% se debió al tratamiento individual de pacientes. En la figura 1 se ve la contribución de cada medida en la reducción de la mortalidad, destacándose el importante peso de las acciones poblacionales referidas a cesación de tabaquismo, las que explican casi la mitad de la reducción observada. También puede apreciarse que el tratamiento de los pacientes con insuficiencia cardíaca fue la medida de mayor impacto en la reducción de la mortalidad derivada del tratamiento de los pacientes. Esto sucedió porque esta afección tiene una elevada mortalidad, y es un principio general de la medicina que a mayor riesgo, mayor será el beneficio obtenido con el tratamiento. Por el contrario, la angioplastia y el bypass coronario, dos intervenciones empleadas en el tratamiento de pacientes con cardiopatía isquémica, tuvieron muy poco impacto en la reducción de la mortalidad poblacional, pues sólo explicaron el 3,8% de la misma. Esto no significa que las mismas no sean efectivas cuando un paciente tiene indicación de ellas, sino que ejemplifica cómo las intervenciones de alto costo y complejidad muchas veces tienen poco impacto en la salud poblacional. Queda claro a partir de estos ejemplos de Uruguay y de Gran Bretaña, que la salud de una sociedad puede ser mejorada con acciones de alcance poblacional, las que pueden tener mayor impacto que la asistencia individual de cada paciente. Los sistemas de salud hoy Los sistemas de salud de todo el mundo son inapropiados, pues fueron concebidos para manejar pacientes con afecciones agudas y hoy el principal problema sanitario lo constituyen las enfermedades crónicas. 5 Los hospitales surgieron para aislar y tratar pacientes con enfermedades infecciosas, y los sistemas de salud se desarrollaron teniendo al hospital como centro. Estos sistemas de salud, adecuados para tratar pacientes con infarto de miocardio, apendicitis o fracturas, no son apropiados para manejar pacientes con afecciones crónicas. Las enfermedades crónicas más frecuentes tales como hipertensión arterial, depresión, cardiopatía isquémica, asma, diabetes y artrosis, necesitan de contactos regulares y extendidos, algo que los actuales sistemas de salud no están en condiciones de brindar.9 Esto llevó a que la Dra. Gro Harlem, Directora General de Organización Mundial de la Salud, plantease que el desafío radica en perfeccionar los sistemas de salud, tratando de hacer efectivo el principio de salud para todos basándose en evidencia y no en ideologías. 5 Figura 1. Determinantes de la reducción de mortalidad cardiovascular en Gran Bretaña entre 1981 y 2000 HTA: hipertensión arterial, IAM: infarto agudo de miocardio, IC: insuficiencia cardíaca © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 5–8. cursos para su utilización en otras funciones de atención a los pacientes y sus problemas de salud».10 Por su parte el Instituto Mexicano de la Seguridad Social define a la gestión clínica como «Estrategia de mejora que perPara profundizar en el papel que cabe a los médicos dentro mite sistematizar y ordenar los procesos de atención médica, del futuro sistema nacional de salud, veamos cómo se concisustentados en la mejor evidencia científica del momento, con la be actualmente a la gestión sanitaria. participación del equipo de salud en la toma de decisiones. El fin La gestión de los sistemas de salud abarca tres niveles: es procurar atención médica efectiva, eficiente y de alta calidad • Macro–gestión. con miras a lograr resultados positivos desde la perspectiva indi• Meso–gestión. vidual y social, así como procurar una mayor equidad y accesibi• Micro–gestión. lidad a los servicios de salud».11 De un adecuado funcionamiento e interacción de estos Estas dos definiciones permiten ver que la práctica méditres niveles dependen tanto la calidad de las prestaciones, ca debe incorporar las dimensiones de la calidad, la eficiencia, como los resultados sanitarios alcanzados en la población.10 el trabajo en grupo y el uso consciente de recursos, teniendo El nivel de macro-gestión es el de las políticas de salud y en cuenta al paciente en el contexto de la sociedad en que vicorresponde a los gobiernos. ve. No atender a este último aspecto conduce lo que vimos Estos tienen la posibilidad de impactar en la salud de una que sucede en los Estados Unidos, donde en algunos casos se población actuando no solo a nivel de los sistemas sanitarios, emplean mayores recursos sin que eso mejore los resultados sino también sobre el ambiente (espacios verdes, ciclovías, (como en el caso de Medicare), mientras que al mismo tiempo calles iluminadas, etc.) y sobre otras variables (regulación de 41.000.000 de personas no tiene asistencia de ningún tipo. la industria alimentaría, actividad física en la educación, proLa práctica clínica cotidiana incorporando los principios hibición de fumar en espacios cerrados, etc.) promoviendo de gestión clínica, plantea un desafío al médico, pues se rey facilitando la adopción de un estilo de vida saludable, que quiere de algunas competencias que no se adquirieron duprevenga o retrase la aparición de las enfermedades crónirante la formación médica tradicional. Evaluar críticamente la cas. evidencia, participar en la elaboración El nivel de meso–gestión es el de guías de práctica clínica y conocer que corresponde a las instituciones Gestión clínica el costo–efectividad de las diferensanitarias públicas y privadas. Adecuada toma de decisiones clínicas tes intervenciones médicas son conoGestionar es plantear objetivos, entre varias opciones alternativas, para cimientos y actitudes necesarias para conseguir metas y analizar los resulla consecución de resultados seguros, esta forma de práctica clínica. Partitados para solucionar los problemas; buenos y liberadores de recursos cularmente en ese último aspecto es es coordinar y motivar a las personas para su utilización en otras funciones donde tenemos las mayores careny hacer el mejor uso de los recursos de atención a los pacientes y sus cias formativas, pues muchas veces de que se disponen, asumiendo la problemas de salud. nos repitieron y así lo aprendimos «yo responsabilidad de lo que se gasme dedico a atender pacientes, el tema ta y de los resultados que se consieconómico es problema de los admiguen.11 En nuestro medio, durante nistradores», y con ese enfoque hemos desarrollado nuestra mucho tiempo hubo escasa profesionalidad en la gestión de práctica. diversas instituciones sanitarias, lo que ha contribuido a la acPero hemos aprendido que en realidad es a nivel del contual situación de la salud que enfrenta nuestro país. sultorio donde se define entre el 70 y el 80% de los gastos de El nivel de micro–gestión —o gestión clínica— es el que la salud.10 El estudio israelí mostró que los costos de no–calidesarrollamos en nuestra práctica clínica cotidiana. dad derivaron básicamente de internaciones que se prolonSegún el Servicio Andaluz de Salud, la gestión clínica es garon más de lo necesario y de estudios innecesarios, dos «Todas las actuaciones conscientes de mejora que emprende elementos que dependen claramente del nivel de gestión clíun equipo clínico sobre el conjunto de procesos implicados en nica. las decisiones que se producen al relacionarse con sus pacienCuando se analiza las nuevas tecnologías considerando tes»… «En un período muy corto de tiempo, la gestión clínica ha su costo y su beneficio, es sorprendente lo poco costo-efectisurgido con fuerza como un concepto capaz de resolver, por su vas que resultan muchas de ellas, lo que se debe a que cuanaplicación en la práctica clínica cotidiana, el problema de la dido existe una adecuada cobertura de la población con las mensión social de la calidad, es decir, de la adecuada toma de tecnologías ya existentes, habitualmente poco agregan las decisiones clínicas entre varias opciones alternativas, para la nuevas.12 consecución de resultados seguros, buenos y liberadores de re9. Pruit S, Annandale S, Epping-Jordan JA, Fernández Díaz JM, Khan M, Kisa A, Klapow A, Nuño Solinis R, Wagner E. OPS-OMS. Cuidado innovador para las condiciones crónicas: Agenda para el cambio. 2003. hytp://64.202.117.184/product.php?productid=837&cat=28&pag e=1 10. Haciendo Gestión Clínica en Atención Primaria. Servicio Andaluz de Salud. 2003 11. Instituto Mexicano de la Seguridad Social. 2004 Nº 1. http://www.imss.gob.mx/NR/rdonlyres/954F27B2-D786-4B4D-B1FA-2B5158FB97AC/0/GESTIONCLINICAFP.pdf 12. El uso de nuevas tecnologías puede añadir poco a la salud de las poblaciones que reciben una adecuada cobertura de tecnologías ya existentes. Gestión Clínica y Sanitaria 2005; 7: 8. Gestión Clínica: un desafío del presente | Dr. Edgardo Sandoya La gestión de la salud y el papel de los médicos © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 5–8. Gestión Clínica: un desafío del presente | Dr. Edgardo Sandoya El desafío planteado Nuestro país se halla abocado a una necesaria y tantas veces postergada reforma de la salud. La reforma planteada está alineada con las recomendaciones de OMS, las que incluyen9: • La necesidad de fortalecer el primer nivel de atención para resolver allí el 80% de los problemas de salud. • Trabajar en equipo desarrollando guías de práctica clínica basadas en evidencia. • Capacitar al personal con herramientas tales como técnicas de comunicación avanzada, habilidades de negociación y técnicas para aconsejar y educar de forma efectiva. • Involucrar al paciente y su familia en el cuidado. • Salir del consultorio e ir a la comunidad para tratar de modificar las conductas de riesgo que más tarde se traducen en factores de riesgo y luego en enfermedades cardiovasculares u otras enfermedades crónicas. Esto implica un cambio de paradigma: pasar de un modelo de asistencia basado en el manejo de la enfermedad en el hospital a otro basado en la promoción de la salud en la comunidad. Es natural sentirse incómodo con un cambio tan importante, pues nuestra formación centrada en el hospital nos marcó a fuego que la medicina es otra cosa. En el hospital aprendimos un tipo de medicina que habitualmente tiene poca relación con la práctica clínica cotidiana, de hecho la mayoría de lo que hacemos en el día a día lo aprendimos después de nuestra formación curricular. Hace más de 40 años White, Williams y Greenburg vieron que en una población de 1.000 individuos, al cabo de un año 240 buscan ayuda médica, ya sea por consejo anticonceptivo, diarrea, un infarto u otra razón.13 De esos 240, 10 son internados, 9 de ellos en un centro de mediana complejidad y el restante, por la complejidad y/o gravedad de su patología, es ingresado en un centro de nivel terciario. Como la medicina se aprende en centros terciarios, nos formamos en base a casos muy seleccionados, lo que lleva a que mucho de lo que se aprende en el hospital nunca más se vuelva a ver en la práctica clínica. A partir de esta formación se da el concepto de «paciente interesante» de Frank Davidoff, ex–editor de Annals of Internal Medicine. Pensemos cuántas veces siendo estudiantes nos paramos en el corredor del hospital a conversar acerca de aquel caso tan interesante y excepcional que había solo otro descrito en Uruguay. Los «pacientes interesantes» son los pacientes jóvenes y/ o con enfermedades raras y/ o con enfermedades agudas y especialmente aquellos con afecciones en las que es posible ver los efectos del tratamiento. Por el contrario, los pacientes ancianos, con enfermedades crónicas en las que no es posible ver el resultado de las intervenciones, es decir los pacientes de todos los días, constituyen los pacientes «no interesantes». Cambiar el actual paradigma, entendiendo que nuestra principal misión es conservar a la gente sana y manejar de forma apropiada a los pacientes crónicos —transformando en interesante aquello «no interesante»— implica además de los cambios de la macrogestión y de la meso-gestión en proceso, modificar nuestra actitud y práctica actuales. Es el momento de humanizar la medicina, construyendo relaciones de mutua y profunda confianza, brindando lo mejor de nuestro conocimiento y experiencia a cada pacientes, sabiendo que una mano apoyada en el hombro por un médico en quién el paciente confía, es una de las herramientas más poderosas de la medicina. El desafío planteado es grande, pero confiamos en que médicos y demás profesionales de la salud estaremos a su altura, contribuyendo de esa manera a construir un mejor sistema de salud y un mejor país para las generaciones futuras. 13. White K, Williams T, Greenburg B. The ecology of medical care. N Engl J Med 1961; 265: 885-892. © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 9–11. AUTOEVALUACIÓN Bases para la Educación Médica Continua Introducción al manejo de la hipertensión arterial Dr. Hugo Senra Cuando hablamos de hipertensión arterial (HTA) nos referimos a aquella situación en la cual las cifras de presión arterial (PA) están crónicamente elevadas por encima de los niveles de seguridad, llevando al paciente a la zona de riesgo elevado. La prevalencia, es decir, el porcentaje de población que en un momento determinado está afectada por el fenómeno en estudio, en este caso PA elevada, varía según edad, sexo y raza. De acuerdo a un estudio que realizamos entre los asociados de nuestra institución, la misma aumenta a lo largo de la vida, observándose que la prevalencia es menor de 5% a los 20–29 años para llegar a casi al 50% entre los 50–59 años, siendo mayor de 70% a los 70 o más años (ver Figura 1). La prevalencia de HTA es más alta en los afroamericanos que en los blancos, y es especialmente prevalente en los niveles socioeconómicos más bajos. La HTA mal tratada conlleva el riesgo de afectación de órganos blanco, a saber aparato cardiovascular, cerebro y riñones y a la muerte por esas causas. La HTA es incurable en la inmensa mayoría de los casos, sólo puede ser tratada y a menudo debe serlo de por vida. El diagnóstico de HTA no debe hacerse en base a una única medida de PA y mucho menos iniciar tratamiento medicamentoso en base a ello. Sobre este punto y las condiciones que se requieren para una correcta medición de la PA volveremos más adelante. por años de una población, han mostrado que se asocian con incremento del riesgo cardiovascular. Este concepto se contrapone al concepto de «normalidad» de la bioestadística, según el cual, por ejemplo, la talla normal de varón entre 20 y 40 años de una población determinada es de 1,65 m ya que esa es la medida que se da con mayor frecuencia en ese grupo etario. Las cifras normales de PA del adulto oscilan entre 110–139 mm Hg para la sistólica y 70-89 mm Hg para la diastólica, por lo que se considera HTA cuando la PA sistólica o diastólica son ≥ 140/90 mm Hg (una o ambas). Como veremos más adelante, la clasificación actual de HTA incluye a las categorías de PA normal (PA sistólica < 120 mm Hg y diastólica < 80 mm Hg) y normal alta (PA sistólica 120–139 mm Hg y diastólica 80-89 mm Hg. raccionan factores genéticos y medioambientales. Antes de calificar a un hipertenso como esencial hay que descartar causas de HTA secundaria mediante: • Interrogatorio cuidadoso de edad de inicio, tiempo de evolución, cifras tensionales habituales, evolución de las mismas y síntomas de compromiso de órgano blanco. • Examen físico que debe incluir evaluación de los sistemas cardiovascular, renal y neurológico. • Exámenes de laboratorio de rutina dirigidos en el mismo sentido. La HTA secundaria se diagnosticará en un 5% de los casos, siendo sus causas más frecuentes las renales y las endocrinas. Por último, debemos considerar a la HTA sistólica aislada, que es el tipo más frecuente de HTA hallado en los ancianos. Tipos de HTA Medida correcta de la PA En alrededor del 95% de los pacientes, no se puede determinar el origen de la HTA y se la califica de HTA primaria o esencial. Los estudios indican que en el desarrollo de la HTA esencial inte- La medida correcta es el primer paso y el fundamental para el diagnóstico de HTA. Esencialmente simple y rutinario el método resulta en general poco atractivo y hasta «denigrante» para PA normal y HTA La anormalidad se define sobre la base de niveles de PA que en estudios longitudinales, vale decir del seguimiento Introducción al manejo de la hipertensión arterial | Dr. Hugo Senra Médico cardiólogo Ex Director del Servicio de Cardiología, Asociación Española Figura 1. © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 9–11. AUTOEVALUACIÓN Técnica para la correcta medida de la PA El equipo de preferencia de mercurio (o equipos electrónicos validados) certificado y calibrado periódicamente ser confortable El lugar debe tener una temperatura agradable estar en silencio explicar el procedimiento al paciente colocar el aparato a la altura de sus ojos El observador debe usar un manguito de tamaño apropiado al brazo colocar el mismo ajustado, 3 cm por encima del codo apoyar el estetoscopio en la arteria braquial fuera del manguito no haber tomado café ni té en los 30 minutos previos no haber fumado en los 30 minutos previos tener la vejiga vacía remover la ropa que ajuste el brazo El paciente debe estar sentado cómodamente tener la espalda apoyada en el respaldo tener ambos pies apoyados en el suelo colocar el brazo sobre el escritorio guardar 5 minutos de reposo no hablar durante la determinación insuflar 30 mm Hg por encima luego de la desaparición del pulso liberar el aire haciendo que la PA caiga 3 mm Hg por segundo considerar a la diastólica cuando se produce la desaparición de los ruidos (fase V de Korotkoff) anotar enseguida ambos valores al mm Hg más cercano Al realizar la medida debe obligatoriamente realizar dos medidas, si existe diferencia > 5 mm Hg, realizar una tercera Introducción al manejo de la hipertensión arterial | Dr. Hugo Senra promediar las tres o considerar la más baja cuando los ruidos siguen hasta 0 (o casi) considerar su atenuación (fase IV) como diastólica si el brazo es muy grande para el maguito disponible, colocarlo en el extremo del antebrazo y auscultar la arteria radial quien lo debe realizar, por lo cual es frecuente que se omita en las consultas de rutina. La medida de la PA debe realizarse con la técnica que se detalla en la tabla cada vez que se asiste a un paciente. Evaluación clínica Una vez confirmado el diagnóstico de HTA habrá que responder las siguientes preguntas: 10 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. • ¿El paciente es portador de una hipertensión esencial o secundaria? • ¿Hay evidencia de compromiso de órganos blanco? • ¿Tiene otros factores de riesgo asociados? En el próximo número de Carta Cardiovascular seguiremos explorando diferentes aspectos del manejo de la HTA. A continuación le ofrecemos una serie de preguntas para que haga una auto-evaluación de sus conocimientos. Los resultados correctos los puede encontrar en la página web www.gramonbago.com.uy/carta_cardiovascular. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 9–11. AUTOEVALUACIÓN Auto–evaluación 1. La hipertensión esencial: a) es el tipo más común de HTA b) es debida a la interacción de factores genéticos y ambientales c) se puede afirmar cuando se han descartado causas de HTA secundaría d) todas son ciertas e) son ciertas a y c 2. La hipertensión secundaria: a) ocurre en aproximadamente el 5% de los pacientes con HTA b) se debe habitualmente a una alteración renal o endocrina c) se puede curar si la causa subyacente es corregida d) todas son correctas e) son correctas a y c 3. Para una medida correcta de la PA el paciente a) no debe fumar ni beber café 30 minutos antes de la toma b) debe descansar 5 minutos antes de la toma c) debe tener su brazo apoyado a la altura del corazón d) debe evacuar la vejiga previamente e) todas son correctas f) son correctas a y c 4. ¿Cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas para la HTA del anciano? a) más de 60% de los individuos de 60-69 años tienen HTA b) la hipertensión sistólica aislada raramente ocurre en el anciano c) predominantemente es sistólica aislada d) todas son ciertas e) a y c son ciertas 5. La prevalencia de la HTA varía con: a) la edad b) el sexo d) todas son correctas e) sólo a y c son correctas 6. La HTA se define: a) a partir de los niveles de PA que se asocian a mayor riesgo cardiovascular b) PA sistólica ≥ 140 mm Hg, PA diastólica ≥ 90 mm Hg, o ambas en varias medidas c) a partir de una única medida d) todas son correctas e) a y b son correctas. 7. La PA normal alta: a) actualmente se considera una categoría separada de la normal b) se define como una PAS entre 130 y 139 mm Hg c) se asocia con riesgo cardiovascular mayor que la PA normal d) todas son correctas e) b y c son correctas 8. ¿Cuál de estos signos puede orientar a una causa de HTA secundaria? a) soplo abdominal o lumbar b) taquicardia persistente c) pulsos de miembros inferiores disminuidos Introducción al manejo de la hipertensión arterial | Dr. Hugo Senra c) la raza d) todos e) a y c 11 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 12–14. La HTA en Atención Primaria ¿Con qué droga iniciar el tratamiento? Dr. Horacio Vázquez Médico Cardiólogo MP – Medicina Personalizada. SEMM La HTA en Atención Primaria ¿Con qué droga iniciar el tratamiento? | Dr. Horacio Vázquez Tomada la decisión de iniciar tratamiento medicamentoso en la hipertensión arterial, el médico se enfrenta con el problema de elegir la droga más apropiada para cada paciente. Durante muchos años las recomendaciones norteamericanas del Joint National Committee indicaban a los ß–bloqueantes y los diuréticos como la primera línea de tratamiento de la HTA, cosa que se repitió con pocas variantes desde 1984 hasta el VI reporte de 1997 incluido.1 En 2003, un metanálisis de los estudios que compararon diferentes tratamientos en HTA (Blood Presure Lowering Trialist Collaboration) concluyó que, salvo para la insuficiencia cardíaca, el resultado de los diferentes tratamientos anti–hipertensivos estaba en relación directa a la presión sistólica obtenida con el mismo. De modo que, en el conjunto de la población, no se encontró una ventaja definitiva para una clase de drogas en particular. 2,3 Estos datos, junto con los resultados del estudio ALLHAT4 que dio nueva fuerza al tratamiento inicial con diuréticos, influyeron fuertemente el VII consenso del JNC publicado en 2003. 5 Las pautas del JNC VII de 2003 admiten, en los pacientes que no tienen Tabla 1. Guías 2007 de la ESH/ESC Manejo de la HTA. Elección de drogas según la situación clínica Daño de órgano blanco Droga Hipertrofia ventricular izquierda IECA. CA. ARA II. Aterosclerosis asintomatica CA. IECA. Microalbuminuria IECA. ARA II. Disfunción renal IECA. ARA II Condición clínica Droga HTA sistólica aislada Diurético. CA. Sindrome metabólico IECA. ARA II. CA. Diabetes IECA. ARA II. Embarazo CA. Metildopa. ß–bloqueante Raza negra Diuréticos. Ca Ant. Evento clínico previo Accidente vascular encefálico Droga Cualquier antihipertensivo Infarto agudo de miocardio ß–bloqueante, IECA, ARA II Angina ß–bloqueante, CA Fibrilación auricular paroxística ARA II, IECA Fibrilación auricular crónica ß–bloqueante, CA no hidropiridina Insuficiencia cardíaca Diurético, ß–bloqueante, IECA, ARA II Insuficiencia renal, proteinuria IECA, ARA II, diurético de asa Enfermedad vascular periférica CA 12 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. una indicación obligatoria de un fármaco, cinco clases de anti–hipertensivos en la primera línea: ß–bloqueantes, diuréticos tiazídicos, inhibidores de enzima conversora de angiotensina (IECA), antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II) y calcio–antagonistas (CA), si bien destaca a los diuréticos por su buena relación costo–beneficio. Asimismo, por primera vez se admite la combinación fija de medicamentos como plan inicial, sobre todo cuando las cifras son elevadas en la presentación, y se recomienda que la mayoría de los pacientes deberían recibir un diurético como parte del tratamiento. Nuevas guías de tratamiento de las sociedades europeas (ESH/ESC) En este año se publicaron las nuevas recomendaciones de la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Europea de Hipertensión Arterial.6 En esta pauta se sigue considerando las cinco clases de drogas como tratamiento inicial válido, sin subrayar la indicación de diuréticos. La novedad es que además de las indicaciones «obligatorias» para una clase de medicamentos ya consideradas en el JNC VII (por ejemplo ß– bloqueantes después de un infarto de miocardio), se elabora toda una larga serie de recomendaciones para elegir un medicamento de acuerdo a diferentes condiciones clínicas, si existe daño de órgano blanco o eventos cardiovasculares previos (tabla 1). De modo que en el paciente que consulta por primera vez, que no tiene o no conocemos eventos cardiovasculares previos y/o daño de órgano blanco, no hay una recomendación específica de comenzar Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 12–14. Nueva evidencia sobre efectividad de las drogas antihipertensivas Revisiones recientes han encontrado que la evidencia del beneficio de los ß–bloqueantes en la hipertensión arterial como monoterapia es muy débil. En estudios antiguos contra placebo generalmente se evaluaron en terapia conjunta con diuréticos, a los que actualmente se atribuye la mayor parte del beneficio.1 Los estudios LIFE (losartán versus atenolol en 9000 pacientes)7 y ASCOT (amlodipina, con perindopril como segunda droga, versus atenolol con diurético como segunda droga, en 19.000 pacientes)8 establecieron una clara inferioridad de los regímenes basados en atenolol. En ambos estudios, tanto el losartán como el régimen basado en amlodipina, obtuvieron una significativa disminución de la mortalidad cardiovascular y en diversos end–points, entre los que destaca una reducción del ACV en torno a 25%. También en ambos estudios la aparición de nuevos casos de diabetes fue significativamente menor en quienes no recibieron ß–bloqueantes. La diferencia media en el control de la presión arterial braquial, tanto en el estudio LIFE como en ASCOT, es muy pequeña entre los diferentes tratamientos. En este último la presión sistólica media fue 2,7 mm Hg menor en el régimen basado en amlodipina que en el de atenolol. ¿Puede esa pequeña diferencia explicar la clara ventaja en morbi–mortalidad cardiovascular? Hay dos aspectos que deben tomarse en cuenta: 1. Un subestudio de ASCOT llamado CAFÉ9 estimó la presión aórtica central a través de tonometría y análisis de la onda del pulso. La ventaja a favor del régimen basado en amlodipina era mucho más acentuada a nivel central que en el registro de la presión braquial. La presión aórtica central parece tener una mejor correlación con eventos vasculares, en especial ACV, que la presión braquial. 2. Los efectos metabólicos deletéreos de los ß–bloqueantes sobre el metabolismo glucídico y el perfil de lípidos, seguramente tienen su propio impacto sobre el pronóstico.10 ¿Hay todavía lugar para los ß–bloqueantes? Hay varias limitaciones a la evidencia disponible respecto a la inferioridad de los ß–bloqueantes respecto a otras drogas, en el tratamiento de la HTA. La edad media avanzada de los pacientes incluidos en los estudios citados (63 años en ASCOT) no permite extender sus conclusiones a una población más joven. Por otra parte el atenolol ha sido el único ß–bloqueante comparado, lo que no necesariamente compromete a los demás miembros de esta clase. De hecho hay estudios que demuestran que drogas mas modernas como el carvedilol, tienen un perfil hemodinámico diferente y no tienen efectos metabólicos deletéreos.11 De modo que este capítulo no está cerrado. Los ß–bloqueantes continúan teniendo un papel esencial en los pacientes hipertensos con indicaciones obligatorias, como se indica en la pauta europea 2007 (tabla 1). Sin embargo algunos autores plantean que para obtener el máximo beneficio del control de la HTA, los ß–bloqueantes deben estar siempre asociados, a otra droga más efectiva, aún en estas indicaciones.1 También conservan un lugar en los pacientes jóvenes con franca activación adrenérgica y en mujeres con posibilidades de embarazo. Eligiendo el tratamiento inicial en asistencia primaria A principios de 2006 la British Hypertension Society y el Royal College of Physicians del Reino Unido publicaron una actualización de sus recomendaciones para el tratamiento de la HTA en asistencia primaria del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE).12 Esta es una guía sencilla basada en una exhaustiva revisión de la evidencia disponible, integrando los conocimientos derivados de los trabajos más recientes en un esquema de cuatro pasos. (Tabla 2). Los ß–bloqueantes quedan fuera de la primera línea de tratamiento y también de las asociaciones de los pasos 2 y 3, salvo indicaciones obligatorias, pues han demostrado ser inferiores a otras drogas. Valen para esto las salvedades que hicimos más arriba. El tratamiento inicial difiere en los mayores o menores de 55 años. En los mayores de 55 años, grupo en el que existe más peso de evidencia, se recomiendan calcio–antagonistas o diuréticos en pie de igualdad. Una recomendación similar se hace en pacientes de raza negra de cualquier edad. En los menores de 55 años hay trabajos que sugieren que los bloqueadores del sistema renina–angiotensina tienen mayor efectividad y se consideran la primera opción, colocando en pie de igualdad a los IECA y ARA II, a los que solo se diferencia por razones de costo. Si no se alcanzan los objetivos con una sola droga, el se- La HTA en Atención Primaria ¿Con qué droga iniciar el tratamiento? | Dr. Horacio Vázquez con una clase de medicamentos. Los autores afirman que esta no es una omisión relevante pues la mayoría necesitará más de un medicamento para obtener un buen control, de modo que importa poco cuál se indica primero. En la tabla 1 se observa que en la gran mayoría de las situaciones consideradas los ß–bloqueantes no figuran como elección en primer ni segundo lugar. De hecho, sólo se los considera en indicaciones «obligatorias», como en los pacientes con infarto de miocardio previo, angina, fibrilación auricular crónica o insuficiencia cardíaca. Salvo estas indicaciones precisas los ß–bloqueantes quedan fuera de la primera línea de tratamiento de la HTA. 13 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 12–14. Tabla 2. Tratamiento de la HTA en atención primaria Menor de 55 años Mayor de 55 años A CoD ↓ ↓ A: IECA o ARA II C: Calcio antagonista D: Diurético A+CoA+D Paso 1 Paso 2 ↓ A+C+D Paso 3 ↓ Agregar Paso 4 más diurético alfa bloqueantes beta bloqueantes Consulta especializada gundo paso contempla dos posibilidades de asociación: IECA o ARA II, con un calcio–antagonista o con un diurético. En el tercer paso se asocian los tres tipos de drogas y recién en un cuarto paso se contemplan otras asociaciones. La HTA en Atención Primaria ¿Con qué droga iniciar el tratamiento? | Dr. Horacio Vázquez En conclusión El manejo de la HTA en 2007 debe abordar y tratar el riesgo cardiovascular global de cada individuo, para disminuír la morbi–mortalidad cardiovascular y renal. Esto requiere múltiples intervenciones sobre estilo de vida y factores de riesgo, que implican mucho más que la elección de un fármaco. Más allá de la clase, el fármaco elegido debe controlar la presión durante 24 horas, preferiblemente con una sola toma y tener un perfil de efectos colaterales aceptable. Para alcanzar los objetivos de presión arterial, será necesaria la asociación de dos o más fármacos en más de la mitad de los pacientes y las combinaciones en un comprimido son una opción válida y deseable. Tanto las nuevas recomendaciones europeas como la guía NICE para asistencia primaria, son un avance para individualizar el tratamiento al perfil clínico de cada paciente, lo que permitirá obtener los mejores resultados. 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London: Royal College of Physicians, 2006. Aportes del MAPA en el diagnóstico y la estratificación pronóstica de la HTA Dr. Carlos Schettini Médico Cardiólogo Servicio de Cardiología, Asociación Española tiene un valor pronóstico independiente. Por otra parte permite correlacionar los episodios sintomáticos que ocurren en las 24 horas, ya sea por ascenso o descenso de la PA. Permite identificar la hipertensión aislada de consultorio, aunque las autotomas domiciliarias también son efectivas, cuando éstas se realizan con equipos y técnica adecuados y con frecuencia suficiente. Finalmente, el MAPA puede ofrecer una evaluación más precisa de la respuesta de la PA al tratamiento antihipertensivo comparándolo a las tomas clínicas. Esto ocurre porque evita el efecto placebo y porque el promedio de 24 horas es más reproducible que las medidas clínicas aisladas. Indicaciones del MAPA Las indicaciones del MAPA establecidas en el JNC VI2 son: • Hipertensión arterial (HTA) que se sospecha como aislada de consultorio. • HTA aparentemente resistente a las drogas. Tabla 1. Ventajas y desventajas del MAPA frente a registros clínicos1 Ventajas elimina el error del observador elimina el «efecto saco blanco» calcula las cargas de PA evalúa los cambios vigilia / sueño de la PA nos determina la variabilidad de la PA evalúa con precisión la respuesta a la terapia es más reproducible en el tiempo Desventajas costos puede alterar el sueño puede producir molestias es inseguro en presencia de fibrilación auricular • • • HTA episódica. Síntomas hipotensivos. Disfunción autonómica. Según Kaplan3 el MAPA estaría indicado en aquellos pacientes que no pueden hacerse autotomas domiciliarias, o cuando se requiere un diagnóstico inmediato o para evaluar la PA durante las horas del sueño. En nuestra opinión existen además dos situaciones en los que el MAPA adquiere especial relevancia: • La sospecha y el manejo de la HTA en el embarazo. • En el paciente diabético en el que es necesario un diagnóstico precoz y un control estricto del tratamiento, dadas las implicancias de la misma en el desarrollo de las complicaciones. Estas indicaciones adquieren jerarquía cuando no se pueden hacer autotomas domiciliarias correctamente o cuando se requiere un diagnóstico inmediato de HTA. El MAPA en el diagnóstico de hipertensión arterial Los límites superiores de la normalidad de la PA ambulatoria fueron investigados en varios estudios realizados en sujetos representativos de una población general.4 Las presiones sistólica y diastólica medias de 24 horas resultan ser menores que los valores de consultorio, con cifras muy similares entre los diferentes estudios.5 Para realizar el diagnóstico de HTA por MAPA se consideran normales los valores de 135/85 mm Hg durante la vigilia y 120/80 mm Hg en el sueño. Los porcentajes de lecturas que están por encima de estas cifras se denominan cargas. Aportes del MAPA en el diagnóstico y estratificación pronóstica de la HTA | Dr. Carlos Schettini El estudio de los ritmos biológicos que presentan las funciones fisiológicas y las alteraciones patológicas a lo largo de las 24 horas, requiere del monitoreo continuo de diversas variables. En lo que tiene que ver con la presión arterial (PA) con una frecuencia cardiaca promedio de 72 latidos por minuto al cabo de 24 horas se producen 103.680 ondas del pulso con importantes variaciones en sus registros. El monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA) constituye un aporte significativo en el diagnóstico, pronóstico y evaluación terapéutica de la PA y su reproducibilidad es superior a las tomas clínicas, tanto en períodos cortos como prolongados de tiempo. Numerosos estudios han demostrado que el MAPA es superior a la presión tomada en el consultorio para el diagnóstico y evaluación de los pacientes hipertensos, pues aunque las medidas clínicas múltiples pueden tener el mismo valor, estas raramente se materializan en la práctica. Además solo el MAPA permite determinar la variabilidad de la PA durante el día y la noche, aportando un parámetro que 15 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 15–17. Tabla 2. Clasificación de los individuos de acuerdo a las cargas Cargas % Categoría 0–19 Normotensos 20–39 Hipertensos borderline 40–79 Hipertensos definidos 80–100 Hipertensos sostenidos De acuerdo a estos porcentajes hemos establecido 4 grupos de individuos (ver tabla 2).6 El análisis del MAPA aporta una serie de evaluaciones que son fundamentales para formular un pronóstico y para establecer el tipo de tratamiento antihipertensivo. • Tipo de HTA: sistólica, diastólica, sisto–diastólica. • Clasificación por cargas de la HTA: borderline, definida, sostenida. • Frecuencia cardiaca ambulatoria. • Presión del pulso o diferencial ambulatoria. • Presión arterial media ambulatoria. • Cambios dia/noche de la PA. • Presencia de ritmo circadiano. • Picos del peridespertar. Aportes del MAPA en el diagnóstico y estratificación pronóstica de la HTA | Dr. Carlos Schettini El MAPA en el pronóstico de la HTA La diferencia en el riesgo de enfermedad cardiovascular entre las diferentes categorías de individuos por MAPA, es mayor que la diferencia entre las categorías de riesgo que surge de las medidas estándar en el consultorio. Los estudios sobre el valor pronóstico del MAPA han sido conducidos en centros terciarios y en sujetos con HTA esencial, tratados o no, así como en la población general. Hoy los datos permiten considerar el valor pronóstico del MAPA, involucrando numerosas variables en el análisis de los datos, de las que sólo desarrollaré las más relevantes clínicamente. diovascular ajustada fue significativamente mayor para el quintil más alto de promedio de presión arterial sistólica de 24 horas, mientras no se encontró una relación independiente entre registros clínicos de PA y mortalidad. En el estudio de Helsinski9, en el cual participaron 3267 individuos seguidos durante 32 años, mostró que la hipertensión diastólica aislada no es un indicador pronóstico de riesgo. Pienso que la hipertensión sistólica es un mejor predictor de riesgo cardiovascular que la presión diastólica, pero la hipertensión diastólica puede ser importante en la población de hipertensos jóvenes. 2. HTA de saco blanco La HTA de saco blanco, o aislada de consultorio, se define como PA ≥140/90 mm Hg en la clínica y < 140/90 mm Hg fuera de la misma. Modestas elevaciones de la PA, en un rango relativamente estrecho de PA ambulatoria normal o casi normal, resulta en considerables diferencias en la prevalencia de aumento de masa ventricular con aumento potencial del riesgo cardiovascular. 3. Los cambios vigilia/sueño Usualmente se definen los cambios dia/noche como los cambios de PA que se producen en la vigilia y el sueño. Se ha planteado que el MAPA puede alterar el sueño por el inflado del manguito, pero varios laboratorios han demostrado que el perfil de PA intraarterial es similar cuando se realiza o no el MAPA. La evidencia demuestra que la repercusión orgánica es mayor en los sujetos con disminución de la caída nocturna de la PA que en aquellos con caídas normales. Sin embargo el número de infartos lacunares aumenta en quienes tienen caída exagerada nocturna, probablemente como resultado de hipotensión nocturna con consecuente isquemia cerebral, como resultado de un déficit de la autorregulación sanguínea cerebral. La evaluación de la variabilidad de la PA a través de las 24 horas permite una mejor estratificación del riesgo, en los sujetos hipertensos, que el aportado por la PA clínica y otros marcadores de riesgo tradicional. 4. Frecuencia cardíaca ambulatoria elevada Existe evidencia que la frecuencia cardiaca alta en reposo se asocia con mayor incidencia de complicaciones cardiovasculares y no cardiovasculares. Así, se ha visto que individuos con taquicardia son más propensos a desarrollar HA y ateroesclerosis en los años siguientes. Una frecuencia cardiaca alta no es un epifenómeno, es un factor de riesgo independiente cuando se ajustan todos los factores de riesgo mayores para ateroesclerosis y otros elementos de confusión.11 5. Presión del pulso ambulatoria 1. Presión arterial ambulatoria como variable continua El valor pronóstico de la PA ambulatoria considerada como una variable continua fue llevado a cabo por el estudio Ohasama.8 En seguimiento promedio de 5 años la mortalidad car- 16 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. El mecanismo que explica el aumento de la presión del pulso con la edad, es la rigidez de las grandes arterias. Se ha demostrado en numerosos estudios una asociación entre presión del pulso elevada y eventos cardiovasculares mórbidos y tal asociación es independiente de la presión arterial sistólica y de la diastólica.12 La mayor elevación de la sistólica durante la Carta Cardiovascular. 2007; 1(1): 15–17. 6. Presión arterial media Los componentes de la PA son dos13: • Regular: presión arterial media. • Pulsátil: la presión del pulso. La presión arterial media ambulatoria es un factor de riesgo independiente para eventos cerebrovasculares. Varios mecanismos pueden explicar el impacto pronóstico dominante de la presión arterial media sobre eventos cerebrovasculares subsecuentes. Las arterias pequeñas terminales, que irrigan las porciones basal y medial del cerebro y tronco cerebral, son particularmente vulnerables a los efectos adversos de la PA elevada. La reducción de la presión arterial sistólica y de la diastólica y por lo tanto de la presión arterial media, reduce más el riesgo de accidente cerebrovascular que el infarto de miocardio.14 Es de considerable importancia cuantificar la presión arterial media en los estudios de monitoreo. 7. Ascensos de PA en el peridespertar El modelo típico circadiano de la PA en la vigilia de sujetos activos tiene 2 picos: el primero alrededor de las 9:00 horas y el segundo cerca de las 19:00 horas; un pequeño nadir alrededor de las 15:00 horas y una caída profunda a la 3:00 horas. Existe considerable evidencia que el sistema simpático es el que produce los ascensos del peridespertar y que los a adrenoceptores son los responsables. Un considerable número de estudios muestra un ritmo circadiano en los eventos cardiovasculares. Así se ha visto que en el peridespertar aumentan: • la isquemia miocárdica, • el infarto de miocardio, • la muerte súbita, • los eventos cerebrovasculares, • las arritmias. La ocurrencia de estos eventos en el peridespertar es disparado por el incremento de varios elementos, particularmente el aumento súbito de la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la actividad simpática, el tono vascular basal, las hormonas vasoactivas y la trombicidad. Se ha hipotetizado que el rápido aumento de la PA ejerce una poderosa fuerza contra la pared de los vasos coronarios, causando ruptura de placas ateroescleróticas inestables con formación significativa de trombos, en el momento en que también está aumentada la trombicidad.15 En suma: varios estudios observaciones pronósticos han mostrado el valor del MAPA en la HTA. El análisis de los pará- metros nombrados permite establecer un diagnóstico y pronóstico más precisos. Bibliografía 1. Anwar YA, White WB. Ambulatory Monitoring of Blood Pressure. Devices, analysis, and clinical utility. In “Blood Pressure Monitoring in Cardiovascular Medicine and Therapeutics”. White WB. Humana Press. New Jersey. 2001. Ps 57-75. 2. 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Estos datos indican que la reacción de alerta en las medidas de PA clínica debilitan la relación entre presión del pulso y riesgo cardiovascular total y que la presión del pulso ambulatoria aporta una estimación del riesgo más precisa. 17 © Carta Cardiovascular [Montevideo, impr.]. Noviembre, 2007. ¿Sabía Usted... • que las enfermedades cerebrovasculares son la principal causa de muerte en nuestro país? • que nuestra tasa de mortalidad por enfermedad cerebrovascular es la más elevada de las Américas? • que descendiendo 5 mm Hg la PA diastólica durante 5 años se reduce en 42% el riesgo relativo de accidente cerebrovascular? • que descendiendo 10 mmHg la PA sistólica durante 5 años se reduce en 42% el riesgo relativo de accidente cerebrovascular? • que en nuestro país solamente 12 de cada 100 hipertensos tienen la PA normalizada, es decir < 140/90 mm Hg? • que en la mayoría de los casos el buen control de la PA requiere de dos antihipertensivos? Edición, diseño: / Dedos Productora | Editorial (02) 900 2813 | [email protected] | D. Pereira Impresión: Fanelcor SA. Montevideo, Uruguay Comisión del Papel Depósito legal: 343.641/07 Se permite la reproducción parcial siempre que lo autoricen los autores, no sea con fines de lucro, se envíe copia de lo publicado a los autores y se cite la fuente.