Los usos de los espacios públicos en el contexto actual del 22@. Ramoneda, Alvaro; Moré, Núria; Demajo, Lucía. El proyecto 22@ se localiza en Barcelona, ocupando 198,26 ha. del distrito de Sant Martí. Durante el siglo XIX este territorio fue un núcleo industrial. El plan 22@ plantea una renovación a través de la transformación del barrio en un modelo de ciudad compacta y multifuncional como base de la economía del conocimiento, buscando desarrollar actividades productivas en el sector de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, las cuales tienen como objetivo impulsar una Renovación Urbana, Económica y Social. Para potenciar la Renovación Social han buscado, a través del espacio público, una interrelación entre los profesionales y los vecinos de la zona, con el fin de crear comunidad y conseguir un sentimiento de pertenencia y un orgullo de trabajar y vivir en el 22@. (Ajuntament de Barcelona, 22@, 2006). Es entonces mediante y en el espacio público (EP) donde se debería establecer una relación entre quienes ya habitan en el distrito y quienes vienen a trabajar a él, espacio público entonces que da cabida a todo quien desee hacer uso de él, en el que no podemos controlar la interacción que tenemos con los demás, diferenciándose así del privado, en el que podemos regular nuestras interacciones (Valera, 2008). Tal como manifiestan Segovia y Jordán (2005) los EP contribuyen a la sociabilidad tanto de quienes viven cerca de ellos, como de otros usuarios. Así, podríamos afirmar que el uso del EP potencia la apropiación y la convivencia social. En la actualidad vemos nuevas formas de concebirlos, quedando estos constituidos por esquinas, chaflanes, aceras anchas, interiores de islas, entre otros. Es necesario entonces que sepamos qué ocurre en estos EP, puesto que así podremos observar si, en el contexto actual del 22@, los usos de los EP cumplen funciones de vida pública, o dicho de otra manera, si juegan un papel en la convivencia social, de lo que concluiremos si los objetivos sociales impuestos por el 22@ se han podido cumplir o no. Para conocer la actividad del espacio público, diversos autores (Ramoneda y Sanchéz 2012; Ruiz, 2008; Velásquez y Meléndez, 2003) han estudiado, a través de los usos, el estado de espacios en referencia a ellos como lugar de encuentro y relación entre personas diferentes. Así, estudiar los usos puede ser una herramienta para indicarnos, entre otras cosas, la heterogeneidad u homogeneización de quienes utilizan el EP (Ruiz, 2008). Sin embargo, en la zona del 22@ no es tan fácil encontrar los espacios que comúnmente nos imaginamos como públicos, puesto que aquí, ese espacio está constituido, principalmente, por aceras amplias o espacios colindantes a los nuevos edificios, quedando, entonces, pensados y destinados a un público específico y, en consecuencia, a unos usos concretos. Por esto, nos ha resultado difícil separar y categorizar los EP. A pesar de esto, destacamos algunos fácilmente reconocibles, como el Parc Can Framis y la Plaza Gutenberg. Para nuestra investigación hemos seleccionado un total de 4 espacios, dos situados dentro del límite administrativo del proyecto y dos situados fuera del límite, pero dentro de la zona de afectación. Específicamente son: el espacio que se encuentra delante del los edificios Media TIC y CAC, un espacio de interior de isla situado en la calle Álava, la Plaza Gutenberg, dentro de la Universidad Pompeu Fabra y la glorieta ubicada en la intersección de la Rambla del Poblenou con la calle Pallars. Los dos primeros son espacios diseñados y construidos por el 22@, el tercer espacio se construyó con motivo de la celebración de las Olimpiadas del ‟92 y, el cuarto, se trata de una zona localizada en el casco antiguo del Poblenou. Los EP elegidos presentan características diferentes en lo que respecta al diseño, la forma, los puntos de acceso, los horarios de apertura y la posibilidad de usos, por lo que, en la realidad no todos son igual de públicos. Para poder estudiar el uso que dado en los espacios públicos, nos remitiremos a una descripción física de cada uno de los 4 espacios seleccionados. Esta descripción la realizaremos a través de una ficha técnica en la que quedarán especificadas las características físicas que hemos considerado más relevantes: la situación, el acceso, la morfología, el entorno, el mobiliario urbano, la vegetación y el tipo de suelo. Consideramos que todos estos aspectos pueden influir en los usuarios y los usos que éstos realicen dentro del EP. Creemos que la presencia de determinados elementos urbanos facilitan usos determinados en un EP, a la vez que pueden inhibir otros. Por otra parte, para el análisis de las características sociales y los usos que hace la población de los espacios nos remitiremos a informes en base a observaciones no participantes (mediante la elaboración de una ficha de observación) y entrevistaz semi-estructurada. A partir de estas dos técnicas, pretendemos conocer aspectos sociales como la caracterización de los usuarios (sexo, edad, procedencia, ocupación, tipo-permanente o transeúnte-, etc.), la caracterización de los usos o actividades (colectivas o individuales, activas o pasivas, duración, frecuencia, etc.) y la percepción de los usos (comodidad, seguridad, estética, accesibilidad, sociabilidad, etc.). Las observaciones las realizamos entre finales de marzo y principios de abril de 2011, en momentos distintos: por la mañana de un día entre semana (entre las 10-11h), por la tarde de un día entre semana (entre las 1617h) y durante el fin de semana. Realizando observaciones en diferentes franjas horarias pretendemos obtener resultados más representativos de los usos y la actividad que se da en estos EP durante una semana. También, destacar que hemos llevado a cabo algunas observaciones de manera individual (en aquellos espacios con menor actividad social) y otras en parejas, para aumentar la fiabilidad de la técnica. Entendiendo los EP como escenarios de dinámicas de convivencia social hemos estudiado los usos de los EP en el contexto actual del 22@. Uno de los aspectos a destacar es la diferencia del número de usuarios, que a veces fue cero. Otro aspecto sobresaliente es el perfil de usuarios; cada perfil está ligado a un tipo de uso y cada uso es representativo de cada uno de los diferentes EP. Existe una clara polarización: los nuevos trabajadores usan los nuevos EP y los vecinos los clásicos. No creemos que sea directamente el entorno del espacio lo que condiciona la cantidad, el perfil de usuarios o los usos, más bien lo es la atracción que produce el EP. El hecho de que los usos estén muy relacionados con el perfil de usuarios hace que en ninguno de los espacios estudiados se promueva la interacción prevista entre usuarios y trabajadores. Creemos que, por parte del 22@, no existió un buen planteamiento con respecto a cómo se podían integrar los nuevos EP con los ya existentes, que tenían un buen funcionamiento en cuanto a sus usos y convivencia social. De cara a futuras intervenciones en la zona del 22@, en lo que respecta a EP, creemos necesario incidir en lo referente a la morfología, diseño del espacio e integración a lo que ya existe.