Santiago, diez de septiembre de dos mil diez. VISTO: ROL Nº 7.981

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Santiago, diez de septiembre de dos mil diez.
VISTO:
Se ha instruido esta causa ROL Nº 7.981 para investigar
los delitos de secuestro con homicidio y secuestro de Eugenio
BERRIOS SAGREDO, asociación ilícita, infracción al artículo 295
bis del Código Penal y obstrucción a la justicia; y, establecer la
responsabilidad que en tal hecho le ha correspondido a:
1.- Arturo Rodrigo SILVA VALDES, nacido en Santiago,
el 13 de enero de 1956, 54 años, casado, Mayor de Ejército en
retiro, cédula de identidad Nº7.084.213-0, domiciliado en Ricardo
Lyon Nº920, departamento Nº805, Comuna de Providencia,
Santiago;
2.- Jaime Fernando TORRES GACITUA, nacido en
Santiago, el 16 de octubre de 1964, 46 años, casado, Mayor de
Ejército en retiro, cédula de identidad Nº8.396.664-5, domiciliado en
General del Canto Nº307 de la comuna de Providencia, Santiago;
3.-
Hernán
RAMIREZ
RURANGE,
nacido
en
Antofagasta, el 15 de marzo de 1939, 71 años, casado, General de
Ejército en retiro, cédula de identidad Nº3.917.407-3, domiciliado en
Américo Vespucio Norte Nº767, departamento 123, Comuna de Las
Condes, Santiago;
4.- Eugenio Adrián COVARRUBIAS VALENZUELA,
chileno, nacido en Talca el 27 de julio de 1943, 66 años, casado,
General en Retiro del Ejército, cédula de identidad N° 4.826.616-9,
domiciliado en Calle Tadeo Reyes N°1092, departamento 53,
Comuna de Las Condes, Santiago;
5.- Juan Fernando Alfredo TORRES SILVA, chileno,
nacido en Santiago el 03 de julio de 1939, 70 años, casado, General
de Ejército en retiro, cédula de identidad Nº4.483.214-3, domiciliado
en Luis Thayer Ojeda Norte Nº180, departamento 1507, Comuna de
Providencia, Santiago;
6.-
MANUEL JORGE PROVIS CARRASCO, chileno,
nacido en Valparaíso, el 18 de junio de 1948, 61 años, casado,
Brigadier de Ejército en retiro, cédula de identidad N°5.590.653-K,
domiciliado en Sebastián Elcano N°1672, Comuna de Las Condes,
Santiago;
7.- Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, chileno,
nacido en Santiago, el 11 de diciembre de 1958, 51 años, casado,
Teniente Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad
N°7.165.662-4, domiciliado en Las Palmas Nº380, departamento
Nº812, Co.muna de Peñalolen, Santiago;
8.- Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, chileno,
nacido en Santiago, el 25 de junio de 1951, 58 años, casado,
Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 5.015.183-2,
domiciliado en Camino Las Flores N°12.379, Comuna de Las
Condes, Santiago;
9.- Enrique Gabriel Arturo IBARRA CHAMORRO,
chileno, nacido en Talca, el 03 de marzo de 1948, 61 años, casado,
Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 5.795.586-4,
domiciliado en Los Caiquenes N°435, Comuna de Peñalolen,
Santiago;
10.- Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, chileno,
nacido en Viña del Mar, el 14 de junio de 1956, 53 años, casado,
Mayor de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 7.839.292-4,
domiciliado en José Manuel Borgoño N°360, Villa Magisterio, Arica;
11.- Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO, chileno,
nacido en Pitrufquen, el 23 de noviembre de 1952, 56 años, casado,
Sargento 1º (R) del Ejército, cédula de identidad N° 6.669.908-0,
domiciliado en Carlos Valdovinos N°2460, Comuna de Pedro
Aguirre Cerda, Santiago;
12.- Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN, chileno,
nacido en Los Angeles el 28 de noviembre de 1958, 51 años,
casado, sub oficial de Ejército en servicio activo, cédula de
identidad Nº8.387.412-0, domiciliado en Condominio Villa Cordillera,
pasaje 3, casa 12, kilómetro 2 camino María Dolores, Los Angeles;
13.- Nelson Williams ROMAN VARGAS, chileno,
nacido en Colina, el 01 de octubre de 1964, 45 años, casado, sub
oficial de Ejército en servicio activo, cédula de identidad
Nº9.026.355-2, domiciliado en El Molino Nº34, Villa Aires de
Chicureo de la comuna de Colina, Santiago;
14.- Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, chileno, nacido
en Santiago, el 06 de julio de 1950, 59 años, casado, ex Empleado
civil del Ejército, cédula de identidad N° 6.074.169-7, domiciliado en
Pasaje El Señorial Nº186, Comuna de La Florida, Santiago;
15.- Gines Emilio ROJAS GOMEZ, chileno, nacido en
Santiago, el 04 de diciembre de 1939, 70 años, casado, Periodista,
cédula de identidad Nº4.049.125-2, domiciliado en Antonio Varas
Nº290 C, depto. 208, de la comuna de Providencia, Santiago;
16.- Erika del Carmen SILVA MORALES, chilena,
nacida en Santiago, el 29 de agosto de 1955, 54 años, casada, ex
empleado civil del Ejército, cédula de identidad Nº7.521.543-6,
domiciliado en Antonio Varas Nº290 C, depto. 208, de la comuna de
Providencia, Santiago;
17.- Tomas Ventura CASELLA SANTOS, uruguayo,
nacido el 12 de noviembre de 1946, cédula de identidad para
extranjeros Nº14.723.706-5, 63 años, casado, Coronel en retiro del
Ejército uruguayo, domiciliado en calle Vaticano Nº4304, depto. 808
de la comuna de Las Condes, Santiago;
18.-
Eduardo
Ernesto
RADAELLI
COPOLLA,
uruguayo, nacido el 25 de julio de 1958, cédula de identidad para
extranjeros Nº14.723.698-0, 51 años, divorciado, Coronel en
servicio activo del Ejército uruguayo, domiciliado en Las Palmas
Nº380, depto. 431 de la comuna de Peñalolen, Santiago; y,
19.- Wellington SARLI POSE, uruguayo, nacido el 02
de diciembre de 1953, cédula de identidad para extranjeros
Nº14.723.699-9, 56 años, casado, Coronel en servicio activo del
Ejército uruguayo, domiciliado en calle Campoamor Nº3137,
condominio Málaga 2 de la comuna de Ñuñoa, Santiago.El proceso se inicia mediante denuncia rolante a fojas
1 y siguiente de fecha 15 de junio de 1993, formulada por el Sr.
Enrique KRAUSS RUSQUE, Ministro del Interior, domiciliado en el
Palacio de La Moneda, que da cuenta de la presunta desgracia
sufrida por el ciudadano chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO,
quién se encuentra desaparecido de su domicilio desde hace varios
meses a la fecha, sin que se sepa su actual paradero.A fojas 277 se hace parte el Consejo de Defensa del
Estado.A fojas 421 y siguientes, doña Gladys SCHMEISSER
ARRIAGADA, formula querella criminal en contra
de los que
resulten responsables de la presunta desgracia de su cónyuge
antes nombrado.-
A fojas 2.656 y siguientes, don Gonzalo BERRIOS
SAGREDO, formula querella criminal en contra de los que resulten
responsables del homicidio de su hijo antes nombrado.A fojas 10.409 y siguientes, doña Fabiola LETELIER
DEL SOLAR, formula querella criminal en contra de todos lo que
resulten responsables del delito de asociación ilícita y obstrucción a
la justicia, por las razones que indica.A fojas 10.946 y siguientes, don José Ignacio Orlando
LETELIER MOREL, formula querella criminal en contra de todas las
personas sometidas a proceso en las resoluciones de fojas 2439 y
5.579 por los delitos indicados en ellas y a las que resulten
responsables por los delitos de asociación ilícita y obstrucción a la
justicia.A fojas 1.199, 1.604, 2.224, 3.066, 4.129, 5.089, 7004,
12.486 y 163 (cuaderno reservado) presta declaración Hernán
Ramírez Rurange; Eugenio Covarrubias Valenzuela lo hace a fojas
1.197, 2.226, 2.663, 2.702, 3.247, 5.968 y 7.759; Juan Fernando
Torres Silva a fojas 1.181, 1.494, 1.496, 1.497, 1.498, 2.231, 4.303,
7.271 y 7.962; Manuel Provis Carrasco a fojas 2.474, 4.151, 7.192,
7.202, 7.755, 8.077 y 12.484; Enrique Ibarra Chamorro a fojas
2.220, 2.254, 4.396, 4.428, 4.461, 4.811, 8.703 y 169 (cuaderno
reservado); Arturo Silva Valdés a fojas 1.201, 2.401, 2.408, 2.434,
2.636, 2.962, 4.052, 7.857, 8.766 y 12.490; Jaime Torres Gacitua a
fojas 2.407, 2.412, 2.637, 2.981, 3.647, 3653, 4.147, 7.860 bis,
8.762 y 12.461; Pablo Rodríguez Márquez a fojas 1.585, 1.607,
3.076 y 4.480; Raúl Lillo Gutiérrez a fojas 1.593, 1.632, 3.082 y
4.405; Manuel Pérez Santillan a fojas 1.625, 3.601 y 4.293; Tomás
Cassella Santos a fojas 3.364, 7.636, 7.719, 7.730, 7.847, 7.862,
7.902 y 8.728; Eduardo Ernesto Radaelli Coppola a fojas 3.379,
7.658, 8.060 y 8.726; Wellington Sarli Pose a fojas 3.388, 7.647,
7.761 y 8.724; Mario Enrique Cisternas Orellana a fojas 1.629,
4.760, 6.996 y 12.356; Marcelo Sandoval Duran a fojas 1.571,
1.912, 3.255, 7.739 y 7.788; Nelson Román Vargas a fojas 1.578,
1.917, 2.375, 3.260, 7.781 y 7.792; Nelson Hernández Franco a
fojas 2.377 y 4.114; a Erika Silva Morales a fojas 2.376 y 4.186; y
Ginez Emilio Rojas Gómez a fojas 124 vta., 1124 y 2.777.A fojas 2.439 y siguientes, Hernán Ramírez Rurange,
Pablo Rodríguez Márquez y Raúl Lillo Gutiérrez fueron sometidos a
proceso como autores del delito de obstrucción a la justicia; Arturo
Silva Valdes y Jaime Torres Gacitua, fueron sometidos a proceso
como autores del delito de homicidio calificado; y, Eugenio
Covarrubias Valenzuela fue sometido a proceso como encubridor
del delito de obstrucción a la justicia.A fojas 2.564 y siguiente la Iltma. Corte de Apelaciones
de Santiago, conociendo de una apelación de resolución que no dio
lugar a dejar sin efecto el auto de procesamiento, la confirma con
declaración que Arturo Silva Valdes queda procesado como autor
del delito de secuestro con homicidio y Jaime Torres Gacitua, como
autor del delito de secuestro.A fojas 4.861 y siguientes, fueron sometidos a proceso,
como autores del delito de asociación ilícita: Hernán Ramírez
Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Arturo Rodrigo Silva
Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Pablo Rodríguez Márquez,
Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella
Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose; como
autores del delito de secuestro: Hernán Ramírez Rurange, Pablo
Rodríguez Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán,
Tomas Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli
Pose; como encubridor del delito de secuestro con homicidio:
Eugenio Covarrubias Valenzuela; como autores del delito de
infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal:
Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel Sandoval Duran,
Nelson Williams Román Cáceres, Nelson Edison Hernández Franco
y Erika Silva Morales; y, como autores del delito de obstrucción a la
justicia: Gines Emilio Rojas Gómez y Eugenio Covarrubias
Valenzuela.A fojas 7.212 y siguientes, fue sometido a proceso, como
autor del delito de asociación ilícita y secuestro, Manuel Jorge
Provis Carrasco.A fojas 11.825 y siguientes, fueron sometidos a proceso,
como autores del delito de asociación ilícita: Juan Fernando Alfredo
Torres Silva y Enrique Ibarra Chamorro; y, como autores del delito
de secuestro y asociación ilícita: Marcelo Ariel Sandoval Duran y
Nelson Williams Roman Vargas.A fojas 2.452 y siguientes, 11.859 y siguientes, 12.022 y
siguientes y a fojas 14.926, se agregan los extractos de filiación de
todos los procesados en esta causa.
A fojas 12.491, se declara cerrado sumario.
A fojas 12.663 y siguientes, se dictó acusación fiscal,
mediante la cual se acusó:
1.- a Arturo Rodrigo Silva Valdés, como autor del delito
de secuestro con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso
final del Código Penal y a Eugenio Covarrubias Valenzuela como
encubridor del mismo delito
2.- a Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias
Valenzuela, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Rodríguez
Márquez, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Raúl Lillo Gutiérrez,
Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella Santos, Eduardo
Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval
Duran y Nelson Williams Román Cáceres, como autores del
delito de secuestro establecido en el inciso cuarto del artículo 141
del Código Penal.3.- a Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias
Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge
Provis Carrasco, Enrique Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo
Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Pablo Rodríguez
Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas
Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli
Pose, Marcelo Ariel Sandoval Duran y Nelson Williams Román
Cáceres, como autores del delito de asociación ilícita previsto y
sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.4.- a Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel
Sandoval Duran, Nelson Williams Román Cáceres, Nelson
Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales como autores
del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del
Código Penal.5.- a Ginez Emilio Rojas Gómez, Hernán Ramírez
Rurange, Pablo Rodríguez Marquez, Raúl Lillo Gutiérrez y
Eugenio Covarrubias Valenzuela como autores del delito de
obstrucción a la justicia contemplada en el artículo 269 bis del
Código Penal con relación al delito del artículo 141, inciso primero
del Código Penal.A fojas 12.723 y siguientes, por la parte de la querellante
Fabiola LETELIER DEL SOLAR y José Ignacio LETELIER MOREL,
los abogados Sergio CORVALAN CARRASCO y Fabiola LETELIER
DEL SOLAR, se adhirieron a la acusación fiscal y dedujeron
demanda civil.
A fojas 12.746 y siguientes, por la parte del Consejo de
Defensa del Estado, el Abogado Procurador Fiscal (S) de Santiago,
Sra. Irma SOTO RODRIGUEZ, deduce acusación particular en los
términos que indica.A fojas 12.766 y siguientes, por la parte de la querellante
Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, la abogada Claudia MOYA
URTUBIA, se adhiriere a la acusación fiscal y deduce demanda
civil.A fojas 12.789 y siguientes, por la parte del Programa
Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, la Abogada
Srta. Luisa SANHUEZA GOMEZ, deduce acusación particular en
los términos que señala y adhiere a la acusación fiscal respecto de
acusados y delitos que indica.A fojas 12.804 y siguientes, por la parte del querellante
Irene FREI RUIZ-TAGLE, el abogado Alvaro VARELA WALKER, se
adhiere a la acusación fiscal.
A fojas 12.807 y siguientes, por la parte del querellante
Gonzalo BERRIOS SAGREDO, el abogado Tomas EHRENFELD
IVANYI, se adhiere a la acusación fiscal y deduce demanda civil.
A fojas 12.918 y siguientes, a fojas 12.951 y siguientes y
a fojas 12.978 y siguientes, por la parte del Consejo de Defensa del
Estado, la abogado Procurador Fiscal de Santiago, Sra. Maria
Teresa MUÑOZ ORTUZAR,
contesta
las
demandas
civiles
interpuestas en su contra por la parte de Gonzalo BERRIOS
SAGREDO,
Fabiola
LETELIER
DEL
SOLAR
SCHMEISSER ARRIAGADA, respectivamente.-
y
Gladys
A fojas 13.002 y siguientes, la abogada Sra. Ximena
Márquez por su representado Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ,
contesta la demanda civil, la acusación fiscal, acusación particular y
adhesiones a la acusación.
A fojas 13.028 el abogado Sr. Nelson CARVALLO
ANDRADE, por su representada Erika del Carmen SILVA
MORALES, contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y
acusaciones particulares.A fojas 13.039 y siguientes la defensa del acusado
Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN,
contesta la acusación de
oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, y respecto de
los delitos de secuestro, asociación ilícita e infracción al artículo 295
bis del Código Penal, solicita se dicta sentencia absolutoria por
cuanto la acción penal se encuentra prescrita y pide se tenga por
reproducida la parte pertinente de lo principal del escrito y renueva
la excepción de prescripción como defensa de fondo de acuerdo a
lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 434 del Código de
Procedimiento Penal.A fojas 13.052 el abogado Sr. Nelson CARVALLO
ANDRADE, por su representado Nelson Edison HERNANDEZ
FRANCO, contesta en el primer otrosí de su presentación la
acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, y
en cuanto al delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal,
solicita se dicta sentencia absolutoria por prescripción de la acción
penal y pide se tenga por reproducida la parte pertinente de lo
principal del escrito y renueva la excepción de prescripción como
defensa de fondo de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2º del
artículo 434 del Código de Procedimiento Penal.-
A fojas 13.064 y siguientes, en el tercer otrosí, el
abogado Cristian LETELIER AGUILAR, en representación del
acusado Manuel Jorge PROVIS CARRASCO, contesta en forma
subsidiaria la acusación fiscal de fojas 12.663 y siguientes y las
adhesiones a la misma y en definitiva solicita que a su defendido,
en primer término, se le absuelva de todos los cargos, por las
razones de hecho y de derecho expuestas en el escrito antes
señalado; en subsidio, absolverlo por el cargo de secuestro y
asociación ilícita por prescripción de las acciones penales
respectivas; también en forma subsidiaria, reconocerle, en el
improbable evento de condenarlo por uno u otro delito o ambos, las
circunstancias atenuantes invocadas, rebajando las penas en tres
grados de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 65 y siguientes del
Código Penal, imponiendo las penas mínimas rebajadas en uno,
dos o tres grados.A fojas 13.146 el abogado Sr. Vivian BULLEMORE
GALLARDO en representación de Jaime TORRES GACITUA
contesta la acusación fiscal, acusación particular y adhesiones a la
acusación, y solicita se absuelva a su representado de los delitos
individualizados en el auto acusatorio, adhesiones al mismo y
acusación particular, por no encontrarse acreditada su participación
en los hechos punibles investigados en autos.- En subsidio, señala
que si se estimara que existe mérito o antecedentes para dictar
sentencia condenatoria, pide se reconozca a su respecto la
circunstancia atenuante de responsabilidad del artículo 11 Nº6 del
Código Penal, considerándose su irreprochable conducta anterior
como una aminorante muy calificada.- Igualmente, solicita se
reconozca a su respecto la institución comúnmente llamada “media
prescripción”, contemplada en el artículo 103 del Código Penal.-
A fojas 13.168
y siguientes el abogado Sr. Marcelo
CIBIE PAOLINELLI por su representado, el acusado Eugenio
Adrián COVARRUBIAS VALENZUELA, contesta la acusación
fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación, y
solicita sean desechadas las referidas formulaciones de cargos en
contra de su defendido quién debe ser absuelto de toda culpa.A fojas 13.262 y siguientes el abogado Sr. Marcelo
CIBIE PAOLINELLI contesta por su defendido Fernando TORRES
SILVA, la acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a
la acusación deducidas en contra de este último y solicita se le
absuelva del cargo de ser autor del delito de asociación ilícita.A fojas 13.319 y siguientes la defensa del acusado
Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, contesta la acusación de
oficio, adhesiones a la misma y acusación particular solicitando la
absolución de su representado acusado como autor del delito de
infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal.A fojas 13.324 y siguientes el abogado Jorge TRIVIÑO
FIGUEROA, en lo principal de su presentación, contesta la
acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusación particular
interpuesta en contra de su representado Nelson Williams ROMAN
VARGAS, por las que se lo acusa como autor de los delitos de
asociación ilícita, secuestro e infracción al artículo 295 bis del
Código Penal, solicitando la absolución de su defendido y para el
improbable evento de que fuera condenado solicita se le reconozca
la atenuante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código
Penal, la que solicita se considera como muy calificada.- También
se le reconozca la aminorante de la colaboración eficaz
contemplada en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal e invoca a
favor de de su representado la institución de la prescripción gradual
o “media prescripción” contemplada en el artículo 103 del Código
Penal.A fojas 13.329 y siguientes el abogado Erny FUENTES
ULLOA en representación del acusado Gines Emilio ROJAS
GOMEZ, contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y
acusaciones particulares interpuestas en contra de este, solicitando
se lo absuelva de ellas por cuanto el tipo penal de obstrucción a la
justicia por el que fue acusado, ya no existe en la actual legislación.A fojas 13.335 y siguientes la defensa del acusado
Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO contesta la acusación de
oficio, adhesiones y acusaciones particulares deducidas en contra
de su representado y pide se dicte sentencia absolutoria en su favor
por cuanto no concurrirían en la especie tres elementos del tipo
penal del delito de asociación ilícita.A fojas 13.356, la defensa del acusado Raúl LILLO
GUTIERREZ, contesta la acusación de oficio, adhesiones a la
acusación y acusación particular deducidas en contra de su
representado. Solicita la absolución de su defendido, por las
razones de hecho y de derecho que expone.- En subsidio de lo
anterior, solicita se aplique el artículo 103 del Código Penal y,
considerar, además, que Raúl Diego Lillo Gutiérrez ha tenido una
irreprochable conducta anterior y que no ha tenido inculpación
alguna en otro proceso, por lo que solicita se le considere como
atenuante muy calificada. Además, solicita se considere a favor de
su defendido las aminorantes de los números 1 y 9 del artículo 11
del código recién señalado, la primera vinculada al N°10 del referido
artículo, como eximente incompleta y, la otra, por haber, colaborado
sustancialmente al esclarecimiento de los hechos.
A
fojas
13.379
y siguientes
el
apoderado
del
encausado Manuel PEREZ SANTILLAN, contesta la acusación
fiscal
y
acusación
particular
deducidas
en
contra
de
su
representado y solicita que este sea absuelto de los cargos que se
le formulan como presunto autor de los delitos de asociación ilícita y
de secuestro; y, en subsidio, invoca a favor del acusado la
atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, su
irreprochable conducta anterior la que solicita se considere como
muy calificada.A fojas 13.429 y siguientes, la defensa del acusado
Arturo Rodrigo SILVA VALDES contesta la acusación fiscal,
acusaciones particulares y adhesiones a la acusación.- Solicita que
de dicte sentencia absolutoria en favor de su defendido respecto de
los delitos por los cuales ha sido acusado.- En subsidio, invoca en
su favor la atenuante del Nº6 del artículo 11 del Código Penal.A fojas 13.538 y siguientes, en el cuarto otrosí, la
defensa de los encausados
Tomas CASSELLA SANTOS,
Eduardo RADAELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE,
contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones
particulares, indicando que sus representados no han tenido
participación alguna en los ilícitos de secuestro y asociación ilícita
que se le imputan, pues los supuestos fácticos que se requieren no
se encuadran en el mérito del proceso.- Como peticiones
subsidiarias se alegan las aminorantes de los números 6º y 9º del
artículo 11 del Código Penal y la denominada “media prescripción” ,
contemplada en el artículo 103 del mismo cuerpo legal.- Y en caso
de haber una decisión de condena, esta se cumpla mediante alguna
de las medidas alternativas contempladas en la Ley 18.216.-
A fojas 13.861 y siguientes el abogado Mauricio UNDA
MERINO por su representado Hernán RAMIREZ RURANGE
contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones
particulares, declarando en definitiva que se absuelve a su
defendido de los delitos de secuestro, asociación ilícita y
obstrucción a la justicia.- En primer término por prescripción de la
acción penal en los tres tipos penales invocados.- En subsidio de lo
anterior plantea como defensa de fondo la prescripción, en los
mismos términos expuestos en lo principal de esta presentación y
también alega en favor de su representado las aminorantes de los
números 6 y 9 del artículo 11 del Código Penal, la atenuante del
inciso segundo de los artículos 211 y 214 del Código de Justicia
Militar y, finalmente solicita se pondere a favor de su defendido la
denominada “media prescripción” contemplada en el artículo 103
del Código Penal.A fojas 14.599, se trajeron los autos para los efectos del
artículo 499 del Código de Procedimiento Penal.
A fojas 15.671, se trajeron los autos para fallo
CONSIDERANDO:
En cuanto a las tachas:
PRIMERO: Que en el tercer otrosí de su presentación de fojas
13.429 el apoderado del acusado Arturo SILVA VALDES dedujo
tacha en contra del testigo Juan Bautista FERARRI por las causales
señaladas en los Nos. 8 y 12 del artículo 460 del Código de
Procedimiento Penal, por considerar que esta ha carecido de la
imparcialidad necesaria, demostrada reiterada veces en autos,
manifestando un interés directo en el proceso y por haber recibido
dádivas o beneficios económicos para prestar su testimonio, como
se demuestra de su propia declaración reproducida en la referida
presentación.SEGUNDO: Que en la audiencia de prueba del día cinco de agosto
de 2009, rolante a fojas 14.338 y siguientes, la abogada del
Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra de los
testigos Hernán RAMIREZ RURANGE y Raúl LILLO GUTIERREZ
por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de
Procedimiento Penal, por cuanto las personas que prestan
declaración
carecen
de
la
imparcialidad
necesaria
para
comparecer.Habiéndose conferido traslado por el tribunal en la misma
audiencia, al apoderado de la parte que presenta al primero de
ellos, señala que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 464
del Código de Procedimiento Penal, el testimonio de la persona que
ha presentado como testigo podría configurar una presunción
judicial.TERCERO: Que en la audiencia de prueba del día seis de agosto
de 2009, rolante a fojas 14.365 y siguientes, la abogada del
Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra del testigo
Jaime TORRES GACITUA por las causales de los Nº2 y 8 del
artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, por estar
procesado anteriormente y por tener interés directo sobre los
hechos respecto de los cuales va a declarar.Pide además se tenga presente lo establecido en el
artículo 364 del Código de Procedimiento Civil que impide la
presencia de los testigos en las audiencias previas para los efectos
de la facultad contenida en el artículo 497 en relación con el artículo
464 del Código de Procedimiento Penal.-
Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida,
los mismos términos, los apoderados del acusado Hernán
RAMIREZ RURANGE y de los querellantes de autos.CUARTO: Que en la audiencia de prueba del día seis de agosto de
2009, rolante a fojas 14.367 y siguientes, la abogada del Consejo
de Defensa del Estado, deduce tacha en contra del testigo José
ARMIJO ECHEVARRIA por la causal del Nº7 del artículo 460 del
Código de Procedimiento Penal, por ser dependiente y tener
relaciones
con
el
acusado
Eugenio
COVARRUBIAS
VALENZUELA.Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida,
los mismos términos, los apoderados de los querellantes de autos.Habiéndose conferida en la misma audiencia traslado al
apoderado de la parte que presenta al testigo, señala que se
rechace la tacha por cuanto no tiene relación de dependencia con
su cliente, sino que sólo sirvió bajo sus órdenes
QUINTO: Que a fojas 14.369 y siguientes en la audiencia de prueba
del día seis de agosto de 2009, la abogada del Consejo de Defensa
del Estado, deduce tacha en contra del testigo Arturo SILVA
VALDES por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código
de Procedimiento Penal, sin perjuicio del valor que se les pueda dar
a sus declaraciones por el juez de la causa de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 497 en relación al artículo 464 del Código
de Procedimiento Penal.Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida,
los apoderados de los querellantes de autos y del acusado Hernán
RAMIREZ RURANGE.-
Habiéndose conferida en la misma audiencia traslado al
apoderado de la parte que presenta al testigo, señala que se
rechace la tacha por las razones que indica.SEXTO: Que a fojas 14.383, 14.391, 14.399 y 14.402 en la
audiencia de prueba del día siete de agosto de 2009, el abogado
Alvaro VARELA WALKER por la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle,
deduce tacha en contra de los testigos Arturo SILVA VALDES,
Eugenio
COVARRUBIAS
VALENZUELA,
Jaime
TORRES
GACITUA y Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, por las causales de los
Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal.Se adhiere en la misma audiencia a la tacha deducida, el
abogado Tomas EHRENFELD IVANYI por el querellante Gonzalo
Berrios Sagredo, en los mismos términos.SEPTIMO: Que a fojas 14.431, 14.433 y 14.435 la abogada del
Consejo del Defensa del Estado, el abogado Tomas EHRENFELD
IVANYI, por el querellante Gonzalo Berrios Sagredo y el abogado
Alvaro VARELA WALKER por la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle,
respectivamente, y sin perjuicio de las tachas ya opuestas en las
audiencias testimoniales, formulan tacha en contra de Manuel
PEREZ SANTILLAN, Hernán RAMIREZ RURANGE, Raúl LILLO
GUTIERREZ, Jaime TORRES GACITUA, Arturo SILVA VALDES,
Eugenio
COVARRUBIAS
VALENZUELA,
Fernando
TORRES
SILVA, Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, Marcelo SANDOVAL
DURAN y Nelson ROMAN VARGAS, por las causales de los Nº2 y
8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, que se
acreditan por sus respectivos extractos de filiación acompañados en
autos en el caso de la primera causal, y por carecer de la
imparcialidad necesaria pues tienen interés directo en los hechos,
con lo cual se configura la segunda causal invocada y por ser
además demandados civiles en el caso de la querellante
representada por el abogado EHRENFELD.El abogado Gustavo MENARES por la parte de Manuel
PEREZ SANTILLAN, pide el rechazo de estas por cuanto no se
señalaron de manera circunstanciada los medios de prueba con que
se pretende hacer valer las tachas.OCTAVO: Que procede acoger las tachas opuestas
en los
considerandos segundo, tercero, quinto, sexto y séptimo, por
carecer los testigos tachados, a juicio de este sentenciador, de
imparcialidad necesaria, al tener en el proceso un interés directo, lo
que aparece del mérito de autos, atendida su calidad de acusados y
demandados civiles, no siéndole indiferente el resultado de este y
en consecuencia las declaraciones que prestaron las hicieron como
inculpados.- Sin embargo, no obstante lo expuesto anteriormente, el
tribunal apreciará la fuerza probatoria de las declaraciones de los
testigos que no reúnan los requisitos legales de conformidad a lo
dispuesto en el artículo 464 del Código de Procedimiento Penal;
NOVENO: Que en lo que dice relación con las tachas opuestas en
los considerandos primero y cuarto, no se ha dado cumplimiento a
lo que dispone el artículo 493 inciso 2º del Código de Procedimiento
Penal, en cuanto prescribe que no se admitirán las tachas alegadas
cuando no se indicare circunstanciadamente los medios de prueba
con que se pretende acreditar la inhabilidad que afecta al testigo,
razón por la cual estas no pueden prosperar, de modo que serán
rechazadas.En cuanto a los hechos:
En cuanto a las acciones penales:
DECIMO: Que, del mérito del auto acusatorio de fojas 12.663,
dictado con fecha 26 de septiembre de dos mil ocho, se desprende
que de acuerdo a la exposición detallada de los hechos materia de
la investigación, se han cometido los siguientes delitos:
1.- secuestro con homicidio, contemplado en el artículo 141 inciso
final del Código Penal;
2.- secuestro, establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal;
3.- asociación ilícita, previsto y sancionado en los artículos 292, 293
y 294 del Código Penal;
4.- infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal;
y,
5.- obstrucción a la justicia, contemplada en el artículo 269 bis del
Código Penal con relación al delito del artículo 141, inciso primero
del Código Penal.Para un mejor orden de la presente sentencia se
procederá a continuación a realizar un análisis por separado
respecto a cada uno de los ilícitos por los que se han fundado los
cargos a los acusados:
1.- En cuanto a los delitos de secuestro con homicidio y
de secuestro:
DECIMO PRIMERO: Que en orden a acreditar los hechos punibles
antes referidos se han reunido en autos los siguientes elementos de
convicción:
a) denuncia de fojas 1 y siguientes interpuesta por el Sr.
Enrique KRAUSS RUSQUE en su calidad de Ministerio del Interior,
el 15 de junio de 1993, por la presunta desgracia del ciudadano
chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién se encuentra
desaparecido de su domicilio desde hace varios meses a la fecha
sin que se sepa su actual paradero.-
b) declaraciones judiciales de Gladys SCHMEISSER
ARRIAGADA, quién a fojas 5 y siguientes, señala que se encuentra
casada con Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO desde el 07 de
septiembre de 1987, manteniendo una vida normal hasta marzo de
1991, fecha en que encontrándose ambos residiendo en la ciudad
de Viña del Mar, él se vino a la casa de sus padres en calle Antonio
BELLET Nº92 de la comuna de Providencia, sin darle explicaciones
de su traslado, lo que no le llamó la atención dado el carácter
independiente que él tenía, es así como comenzó a visitar a su
marido cada quince días los fines de semana en forma normal y en
una fecha que no recuerda, al llegar a Santiago, se encontró con
que él no estaba en casa, los padres de éste le señalaron que había
salido hacía una semana, sin dar explicaciones donde estaba, lo
que no le pareció tan extraño debido a que su marido tenía
problemas de cheques y pensó que estaba eludiendo a la justicia.Alrededor de un mes después, en el mes de agosto de 1991, recibió
un llamado en Viña del Mar de Eugenio BERRIOS, que le pedía lo
fuera a ver a la casa de un amigo de nombre Hernán PRIETO que
residía en el sector de La Dehesa que era dueño de las cecinas La
Española, por lo que fue a verlo un fin de semana, regresando
luego a Viña del Mar.- Pasó algún tiempo en que nada supo de su
marido, ya se había mudado a la casa de los padres de éste en
Santiago y en el mes de octubre, recibió un llamado suyo desde
Montevideo, Uruguay, quién le indicó que no le contara a nadie, que
hiciera su maleta y que se fuera a la línea aérea PLUNA, donde
había un pasaje reservado para ella abierto, de ida y vuelta, con el
que viajó a ese país.- En Montevideo la llevó a un hotel en el sector
de Pocitos donde la visitaba y alguna veces se quedaba con ella,
paseaban mucho pero nunca le presentó a nadie, seguía muy
hermético y cuando le quiso preguntar algo, él le pidió que no lo
hiciera, estuvo allí como diez días.- De regreso en Santiago, su
marido la llamó de vez en cuando y en octubre de 1992, le pidió
fuera a verlo nuevamente a Montevideo, con sus propios recursos
pues él estaba sin dinero, viajó y él la fue a esperar al Aeropuerto
de Carrasco, la llevó a un hotel del centro de la ciudad,
permaneciendo juntos, pasearon bastante e incluso viajaron a
Punta del Este, en esta ocasión volvió a decirle que no le hiciera
preguntas.La última vez que supo de él fue antes de Pascua del año
1992, fecha en que le dijo que quería que ella se trasladara a
Montevideo y que él le avisaría, sin saber nunca más de él.Posteriormente a fojas 15 y siguiente, aclara que el único
problema que tenía su marido era con prestamistas, que jamás lo
vio usando cocaína.- Agrega que estaba conforme con estar
separado de su marido por su situación con los cheques
protestados, indica que en las dos ocasiones que viajó a Uruguay
nunca le dijo a que se dedicaba en dicho país y conversaron la
posibilidad de que ella se avecindara allá.En una nueva declaración a fojas 426 y siguientes agrega
que en el segundo viaje, además de permanecer en un hotel,
estuvieron en una casa en Pirlápolis por alrededor de ocho días.Finalmente señala que en este segundo viaje no le manifestó su
intención de viajar a otro país, él quería permanecer en Montevideo
hasta que prescribieran los cheques, esa fue la razón que le dio
para su viaje, además, ante su comentario de que querían que
declarara en el caso LETELIER, manifestó que no tenía
inconveniente en hacerlo.-
Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 1.555
y siguientes agrega que en ninguna de las oportunidades que viajó
a Uruguay a reunirse con su cónyuge supo o se dio cuenta que
hubiera estado vigilado o custodiado por alguna persona.c) acta de inspección personal del tribunal rolante a fojas
8 y siguientes de fecha 21 de junio de 1993, de la causa rol
Nº129.526 del Sexto Juzgado del Crimen de esta ciudad, iniciada el
29 de noviembre de 1989 por el delito de giro doloso de cheque en
contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO y acumuladas, y
encontrándose archivada por sobreseimiento decretado en rebeldía
del inculpado, es reabierta el 23 de febrero de 1991 cuando el
nombrado BERRIOS es puesto a disposición del tribunal, se le
notifican los autos de procesamiento y obtiene su libertad
provisional bajo fianza el 1º de marzo del mismo año, el 11 de
febrero de 1993 existe una constancia de haberse solicitado la
causa por la Excma. Corte Suprema, posteriormente con fecha 16
de junio de ese mismo año se despacha orden de aprehensión en
su contra, bajo apercibimiento de rebeldía, terminando con dicha
diligencia la inspección.d) declaraciones de Gonzalo BERRIOS SAGREDO, quién
a fojas 54 vta. y siguiente señala ser el padre de Eugenio Antonio
BERRIOS SAGREDO quién se tituló de Bioquímico en la
Universidad de Chile y se casó con Gladys SCHMEISSER, quién
vive con ellos.- Agrega que su hijo trabajó un tiempo con el extracto
de boldo, pero no le fue bien; también lo hizo en la elaboración de
aceite de rosa mosqueta, con algunos socios, pero tampoco le fue
bien, se hizo cargo de una pastelería de una tía ubicada en calle
Carmen, pero el negocio tenía deudas contraídas, por lo que
comenzó a endeudarse con prestamistas que lo persiguieron y lo
obligaron, incluso, a trasladarse a vivir a Viña del Mar.- Señala que
la última vez que vió a su hijo fue el año 1991, no les dijo nada, se
fue cuando vivía con Gladys en Viña del Mar y ella se los comunicó
recién como a los tres meses después, sin decirles donde estaba,
quedando en claro en todo caso que era fuera de Chile.-
La
explicación para este egreso era su situación económica, pues sus
acreedores lo asediaban.- Finalmente indica que no se comunicó
nunca con su hijo por teléfono, advirtiendo sí que lo hacía con su
nuera.e) acta de inspección personal del Tribunal rolante a fojas
55 vta. de fecha 09 de julio de 1993, por la cual se tiene a la vista la
causa rol Nº1410 acumulada a la 129.526, por querella por giro
doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO, en
la que se despachó orden de aprehensión en su contra el 04 de
febrero de 1992, devuelta sin resultado, sobreseyéndose en
rebeldía y tras ser aprobado este se archivó con fecha 13 de enero
de 1993.f) declaraciones de José Miguel VARAS MOREL quién a
fojas 56 y siguientes, señala que en el mes de noviembre de 1991
viajó por razones familiares a Montevideo, allí se acordó de un
amigo, de quién sabía se desempeñaba como Agregado Cultural y
de Prensa en la Embajada chilena en ese país, ante lo cual, lo ubicó
y almorzaron juntos, éste le confidenció que BERRIOS lo había
ubicado por teléfono a través de la Embajada, lo llamó a su casa y
al parecer se encontraron en un lugar cercano, le contó que se
sentía muy sólo en Montevideo donde al parecer lo habían llevado
para protegerlo a raíz de que lo había citado el Ministro BAÑADOS
para interrogarlo en el caso LETELIER.- Agrega que su amigo se
molestó con él por ubicarlo y no quería saber nada de él y que
había negado todo contacto a futuro con él.- Posteriormente, en
careo de fojas 127 vta. mantiene sus dichos y rectifica el hecho de
que al parecer su amigo no se juntó con BERRIOS sino que la
conversación fue en forma telefónica entre ambos.- Posteriormente
en una nueva declaración de fojas 831 agrega que BERRIOS le dio
a entender a su amigo que estaba sometido a algún tipo de
vigilancia o limitación de su libertad.g) declaraciones de Rodrigo Ximeno de ARTEAGABEITIA
HALLEY-HARRIS quién a fojas 58 señala que conoció de la reunión
de un conocido suyo con Eugenio BERRIOS en Montevideo, por los
dichos de su amigo el periodista José Miguel VARAS, quién le
confidenció esto, y él en su calidad –en la época- de asesor de
comunicaciones del Director de la Policía de Investigaciones, y
luego de esto, con su autorización comunicó ello al Director de ese
entonces de apellido TORO.h) declaraciones de Rafael Enrique MATTOS DIAZ quién a
fojas 70 y siguiente señala que conoció a Eugenio BERRIOS
cuando ambos estuvieron internados en Capuchinos por el delito de
giro doloso de cheque donde entablaron amistad, luego lo visitó en
su casa en tres o cuatro ocasiones, y recuerda que ha solicitud suya
concurrió al Sexto Juzgado del Crimen a pedir que le acumularan
todas sus causas por giro doloso de cheque en una sola, ya que él
le señaló que no podía presentarse en el tribunal, indica que le
ofreció “falopa” como una manera de ayudarlo económicamente,
pero él la rechazó.- Indica que en la cárcel se decía que era de la
DINA, pero nunca hizo alguna demostración en ese sentido, luego
se enteró por la prensa que estaba involucrado en el denominado
“caso LETELIER”, y la última vez que supo de él fue en el mes de
marzo de 1992, fue a casa de sus padres, quienes lo habían
llamado en varias ocasiones para que tratara de ayudarlos en el
problema de cheques que tenía su hijo, en esa oportunidad
BERRIOS los llamó por teléfono y él aprovechó de decirle que no
quería estar más involucrado con él, esto a través de ellos, ya que
no habló directamente con él.i) declaraciones de Diego Alejandro MOLLENHAUER
ESCUDERO, quién a fojas 73 vta. señala que conoció a BERRIOS
cuando ambos estaban detenidos en Capuchinos por giro doloso de
cheque, señaló que era bioquímico, que había trabajado para el
gobierno militar y que había sido miembro de la DINA, agrega que
“gustaba hablar mucho de sus temores, porque según él, era
perseguido, y querían matarlo o alejarlo de su medio”, lo
escuchaban con sorpresa pues todos tenían problemas por el no
pago de obligaciones comerciales, mientras este señor no parecía
preocuparse de sus deudas.- Indica que él fue la persona que le
presentó a su abogado Hernán LOIS, quién finalmente le gestionó y
obtuvo su libertad, lo que aparentemente a BERRIOS no le
interesaba, ya que al parecer, su deseo era permanecer detenido
en Capuchinos.- El decía que allí se sentía mucho más seguro y
cómodo.- Finalmente, señala que entre los meses de abril a junio de
1991 se lo encontró en Providencia y le mencionó que tenía un
trabajo en un país sudamericano que no recuerda y que debía
viajar.j) declaraciones de Sergio Hernán PRIETO PRIETO,
quién a fojas 75 y siguientes declara que conoció a BERRIOS
desde el año 1985 cuando fue expositor en la FISA de la “Boldina” y
tenía un stand al lado del suyo, entablando una cierta amistad, de
almorzar juntos y de bares, la última vez que lo vió fue en el mes de
agosto de 1990 cuando estuvo en su casa por unos días,
contándole que estaba pasando por una situación difícil, ya que
tenía problemas económicos.- Agrega que no recuerda que lo
visitara allí su señora.k) declaraciones de Carlos Alberto HERRERA JIMENEZ
quién a fojas 569 y siguiente señala que entre el mes de octubre de
1991 hasta el 18 de enero de 1992 estuvo en la ciudad de
Montevideo, residiendo en un departamento que arrendó sobre la
Rambla en el sector de Pocitos, como le solicitaron un aval presentó
a un militar uruguayo a quién conoció cuando éste estuvo en Chile.Agrega que conoció a BERRIOS accidentalmente en Uruguay en un
restaurante, donde se conocieron y hablaron, luego fueron en grupo
hasta su departamento y en el mes de diciembre lo tuvo alojado por
unos días, ya que le expresó que tenía problemas económicos, pero
por ser de mal vivir le solicitó que se fuera.- Nunca tuvo
conocimiento de sus actividades.Posteriormente en su declaración de fojas 3.841 y
siguientes señala que su salida del país, se produjo por una orden
militar dada por Auditor General del Ejército, quién manifestó que
era por una orden del Director de la DINE, orden que evidentemente
venía de sus superiores, esto era así porque hubiera sido imposible
que tanto él como SANHUEZA y BERRIOS hayan salido sin este
conocimiento hacia Uruguay.- Tampoco es casualidad que hayan
llegado al mismo país, puesto que al más alto nivel debió haber un
contacto entre los altos mandos de las instituciones.- Agrega, que
pensaba que la colaboración, como la ayuda y compañía que le
brindaba el militar uruguayo eran fruto de su carácter amistoso, pero
después se dio cuenta que no era tan así ya que obedecía a una
operación de inteligencia de ambos países.-
l) declaraciones de José Remigio RIOS SAN MARTIN
quién a fojas 581 y siguientes indica que no es efectivo que él haya
desempeñado labores de custodia o escolta de Eugenio BERRIOS,
a quién conoció el año 1976 cuando fue destinado en comisión de
servicio extrainstitucional a DINA, en ese período concurrió en una
ocasión a la casa de Michael TOWNLEY ubicada en el sector de Lo
Curro a retirar unos muebles, donde le fue presentada esta persona
y en otra ocasión que concurrió a dicho lugar también lo divisó.Posteriormente alrededor del año 1977 se lo encontró saliendo de
una panadería ubicada en calle Carmen que era de su tía y allí le
contó que vivía a pocos cuadras y a los días lo fue a visitar, así
comenzó a frecuentarlo y luego se mudo a la casa que daba a los
pies de la panadería, conoció a su novia de ese tiempo de nombre
Viviana ZURITA.- Agrega que BERRIOS por darse importancia lo
presentaba como su protector o escolta.- El siempre lo llamaba
como Alberto ARROYO que era su nombre de seguridad cuando
estaba en DINA.Indica que para el año 1982 en el Ejército lo destinaron a
funciones diversas por lo que lo perdió de vista, al menos en lo que
se refiera a tratar con él, pese a que vivió en dicho lugar hasta el
año 1992.m) declaraciones de Juan Rigoberto CASTILLO SILVA
quién a fojas 615 señala que como empleado civil del Ejército,
conoció a Eugenio BERRIOS en el tiempo de la DINA entre los
años 1978 a 1979 cuando trabajaba en Avda. Eleodoro Yañez,
ignora en que unidad trabajaba este señor pero concurría en forma
esporádica a esa unidad donde él aprovechaba de hacerle
preguntas relativas a sus conocimientos científicos, esto cuando se
retiraba.- Con el tiempo le enseñó a hacer una incubadora y de vez
en cuando lo iba a visitar a la panadería de su tía en calle Carmen y
en un departamento de calle Merced.- Posteriormente, en su
declaración de fojas 12.233, agrega que con respecto al gas sarin,
en el cuartel de Eleodoro Yañez había una perra que se llamaba
andrea y es así como hablando en clave comenzaron a referirse a
este gas como “ANDREA”, señalando que era muy bueno y que lo
iban a ocupar en trabajos de inteligencia
n)
declaraciones
de
Viviana
Patricia
EGAÑA
BONNEFOY, quién a fojas 620 vta. y siguiente señala que en el año
1980 conoció a Eugenio BERRIOS cuando ella trabajaba en el
Cabaret 1.100.- fecha en que iniciaron una relación sentimental que
duró hasta el año 1986, pero continuó viéndolo hasta el año 1988
porque el le iba a pedir cheques prestados.- Posteriormente a fojas
1.184 y siguientes agrega que cuando conoció a BERRIOS siempre
andaba acompañado por un sujeto al que conoció como “pelao
ARROYO”, cuando Eugenio iba a su casa este sujeto lo
acompañaba y lo esperaba en el auto.- Incluso a ella le preguntó
sus dos apellidos y en una ocasión a raíz del caso SORIA hizo un
comentario que había pertenecido a la Brigada MULCHEN, pero
Eugenio le dijo que no siguiera hablando.- En otra ocasión ambos
comentaron que a Carmelo SORIA lo había matado la brigada
MULCHEN en el laboratorio de Lo Curro.- Indica que la chapa de
BERRIOS en la CNI era HERMES BRAVO, tuvo incluso en sus
manos un carnet de identidad con esa identidad, en cuanto al gas
sarin le comentó que él lo había inventado y lo había trabajado para
el gobierno.Posteriormente en su declaración de fojas 2.845 y
siguientes agrega que en una ocasión se encontró en el centro de
Santiago con un sujeto de nombre David MORALES quién le indicó
que BERRIOS estaba afuera del país y que “lo habían sacado los
de arriba y que harto caro les estaba saliendo”.ñ) que a fojas 626 y siguientes rola exhorto internacional
de la República Oriental del Uruguay por el que se acompaña
certificado de defunción correspondiente a Eugenio Antonio
BERRIOS SAGREDO, indicando como lugar de la muerte el sector
denominado Canelones, perteneciente a El Pinar, estimándose
como fecha de muerte entre los meses de enero a junio de 1993,
siendo la causa de esta: “Heridas encéfalo craneanas por
proyectiles
de arma de fuego.- Instituto Técnico Forense,
Montevideo, abril de 1997”.o) oficio rolante a fojas 837 del Departamento Control
Fronteras de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía
Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 27
de agosto de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal que ha
contar del 01 de enero de 1990, el consultado Eugenio BERRIOS
SAGREDO, no registra anotaciones de viajes.p) oficio rolante a fojas 839 y siguiente de la Jefatura
Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de
Investigaciones de Chile de fecha 02 de septiembre de 1998, por el
que se dá cuenta al Tribunal que Eduardo RADAELLI COPOLLA,
uruguayo, registra los siguientes viajes:
ENTRADA: 08.ENE.1992 A. MERINO B.
ARGENTINA
SALIDA
URUGUAY
: 15.ENE.1992 A. MERINO B.
ENTRADA: 27.JUN.1992
“
“
SALIDA
“
“
ENTRADA: 29.ENE.1993
“
“
SALIDA
“
“
: 04.JUL.1992
: 10.FEB.1993
ENTRADA: 12.ABR.1994 A. DIEGO A.
SALIDA
: 06.ABR.1994
“
“
ENTRADA: 21.JUL.1998 A. MERINO B.
MEXICO
SALIDA
URUGUAY
: 21.JUL.1998 A. MERINO B.
q) declaraciones de Fabiola LETELIER DEL SOLAR
rolantes a fojas 922 y siguientes en las que señala que atendida su
calidad de abogado querellante por más de 15 años en el
denominado caso LETELIER, atendido el mérito de lo allí
investigado, puede afirmar que Eugenio BERRIOS SAGREDO era
una agente civil de la DINA de profesión químico que trabajó
durante los años 1975 a 1976 en un recinto de la DINA ubicado en
el sector de Lo Curro junto a otras personas en la elaboración del
denominado gas sarin, cuya utilización estaba destinada a la
eliminación física de opositores al régimen militar y por haber
decretado su detención el Sr. Ministro de la Corte Suprema don
Sergio BAÑADOS CUADRA, fue sacado del país por oficiales
chilenos y mantenido en Uruguay con la colaboración de militares
de ese país.- Termina su declaración señalando que, aparece como
un hecho claro y preciso que BERRIOS, fue asesinado por sus
captores.r)
declaraciones
de
Juan
Manuel
Guillermo
CONTRERAS SEPULVEDA quién a fojas 969 y siguiente declara
que fue el Director Ejecutivo de la DINA entre 1974 y 1977, no
conoció a Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién no fue funcionario
de la DINA ni menos agente, porque dichos funcionarios debían
pertenecer a las instituciones de la defensa nacional.- El fue
vinculado a DINA por la prensa pero sólo perteneció a Patria y
Libertad, junto con TOWNLEY, OYARZUN y ETCHEPARE.- Supo
que ellos trabajaban en forma particular elaborando boldina y para
ello contaban con los servicios de dicho químico.- Posteriormente
cuando estaba internado en el Hospital Militar en el año 1991, el
Auditor General del Ejército le comentó que la CNI le había pagado
un sueldo a BERRIOS y a los otros nombrados en forma mensual
hasta 1990, ignorando el motivo de estos pagos.Posteriormente, en una nueva declaración de fojas 2.586 y
siguientes agrega que la salida de Eugenio BERRIOS del país, no
fue porque se tratara de un testigo clave en el caso de la muerte de
Orlando LETELIER, sino que le asiste el convencimiento de que se
trataba de un problema de drogas.- Y como se había transformado
en un alcohólico y drogadicto, había personas interesadas en
sacarlo del país, debido a que se hacía muy peligroso para la
organización para la que trabajaba.- Señala que la persona que dio
la orden de sacarlo, es decir el Director de Inteligencia Nacional,
desconocía la verdadera razón de la orden que debió recibir de un
escalón superior en este sentido.- Sin orden superior no podía
ordenar una operación de esta naturaleza, pues se trataba de una
operación
internacional
en
que
se
involucraban
relaciones
extranjeras.s) declaraciones de Hernán Tulio PAREDES ORELLANA
quién a fojas 1.098 señala que no conoce a Eugenio BERRIOS,
nunca ha tenido vinculación con el Ejército u organismos de
seguridad, agrega que en una ocasión extravió su cédula de
identidad, pero no puede precisar la fecha, pero debe haber sido
alrededor del año 1988.- Finalmente, señala que por su trabajo en
NCR Chile viajó en reiteradas ocasiones fuera del país, sin tener
nada más que agregar.t) declaraciones de Odlanier Rafael MENA SALINAS quién
a fojas 1.182 señala que nunca conoció ni vió a Eugenio BERRIOS,
si supo que trabajaba para la DINA cuando él llegó a la CNI y que
cuando se allanó la casa de Lo Curro habían unas dependencias
que eran usadas como laboratorio por esta persona y habían
comentarios de que estaba experimentando con el gas sarin y otros
productos.- Por otra parte ratifica sus dichos en una entrevista
periodística en el sentido que el general CONTRERAS había
intentado asesinarlo, lo que supo por una carta que le envío
Mariana Callejas quién le comunicó esto y que sería a través de un
compuesto preparado por BERRIOS y que se lo iba a dar una
secretaria de la CNI lo que posteriormente fue ratificado por Michael
TOWNLEY en una declaración en el denominado caso LETELIER.Finalmente agrega que en el proceso por la muerte de Orlando
LETELIER es posible que fuera muy importante la declaración de
BERRIOS por las investigaciones que el realizaba, por haber tenido
conocimientos que no era conveniente que se supieran, pero no le
consta.Posteriormente a fojas 5.663 y siguiente señala que
cuando se recibió de CNI le encomendó al Mayor SECCATORE que
averiguara con relación a Eugenio BERRIOS, -ya que sabía de su
existencia y de los trabajos que había hecho en Lo Curro, por
informaciones que se tenían-, si mantenía aún en su poder restos
de gas sarin, por su contenido altamente peligroso, luego este
oficial le informó respecto de las conversaciones que había tenido
con BERRIOS y hasta allí llego el tema.u) parte policial de fojas 1.206 y siguientes de fecha 22 de
febrero de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a
disposición del Tribunal muestras óseas correspondientes al
cadáver encontrado en el balneario de El Pinar en Montevideo,
Uruguay, correspondientes a “tibia y peroné izquierdos, además de
dos piezas dentales”, las que fueron remitidas por el Juzgado de
Primera Instancia en lo Penal del Segundo Turno de Pando,
Departamento de Canelones, ciudad de Montevideo, en los autos
caratulados “BERRIOS SAGREDO, Eugenio Antonio, su muerte,
ficha P/1080/1996”, conforme a la Convención sobre Igualdad de
Trato Procesal y Exhortos, suscrita por ambos países.v) parte policial de fojas 1.206 y siguientes de fecha 22 de
febrero de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a
disposición del Tribunal una copia del informe emitido por el
Antropólogo Forense, Sr. Horacio SOLLA OLIVERA, quién fue el
perito policial que recibió en la Morgue del Instituto Técnico Forense
de Montevideo, las osamentas encontradas el día 13 de abril de
1995 a orillas del Balneario El Pinar, que en su parte pertinente
señala que su data de muerte es superior a los diez meses desde el
momento del hallazgo, en abril de 1993; se aprecian en el cráneo
muy claramente los orificios de entrada de 2 proyectiles de arma de
fuego que comprometen región occipital y temporal izquierdas, con
orificios de salida en región frontal que provocó múltiples fracturas
cráneo-faciales.- Los proyectiles son de calibre 9 mm encamisados,
compatibles con un revolver Mágnum 357 según el informe balístico
de de la Policía Técnica de Montevideo.- Los restos óseos
corresponden a un individuo de sexo masculino, caucasoide, de
aproximadamente 170 + o – 3 cms. de estatura y que tenía entre 40
a 50 años de edad.- Finalmente, agrega que por medio del método
de identificación cráneo-facial por video-superposición digital y los
demás estudios óseos, permiten afirmar sin lugar a dudas que el
cráneo desconocido corresponde al individuo de la fotografía (que
corresponde a Eugenio BERRIOS SAGREDO).w) parte policial de fojas 1.335 y siguientes de fecha 25 de
marzo de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a
disposición del Tribunal los documentos que dan cuenta del traslado
de los restos mortales de Eugenio BERRIOS SAGREDO así como
de su recepción por parte del Servicio Médico Legal.x) oficio del Servicio Médico Legal rolante a fojas 1.394 y
siguientes, por el que se acompaña:
- informe sobre ADN mitocondrial, que señala que al comparar los
perfiles de ADN mitocondrial de las muestras óseas (peroné
Eugenio BERRIOS) y familiar de referencia, no se observó
diferencia en la secuencia de las mismas, por lo tanto se concluye
que existe compatibilidad en la maternidad para las muestras
analizadas.- informe de video superposición cráneo-facial, por el que se
concluye que de acuerdo a las coincidencias en la superposición
cráneo-rostro, es opinión del perito que el cráneo periciado
corresponde al Sr. Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO.- informe comparativo odontológico, por el que se concluye que los
restos
estudiados
corresponden
desde
el
punto
de
vista
odontológico al Sr. Eugenio BERRIOS.y) Informe Médico Legal de osamentas humanas rolante
a fojas 1.408 y siguientes de 13 de mayo de 2002, por el que se
informa al Tribunal que se trata de una osamenta incompleta de un
individuo de sexo masculino de entre 45 y 50 años de edad; de 173
+/- 3 cms. de estatura, con tratamientos odontológicos restaurantes,
causa de muerte traumatismo cráneo encefálico y toráxico por
impacto de proyectil de tipo homicida, con una data de muerte de
entre 5 a 8 años.z) antecedentes agregados a la causa de fojas 1.489 a
1.553 que dicen relación con copia de declaraciones de los autos en
que se investiga el homicidio del Sr. Tucapel JIMENEZ ALFARO.-
a’) oficio del Departamento de Control Fronterizo de la
Policía de Investigaciones de Chile de fecha 21 de septiembre de
2001 rolante a fojas 1.696 y siguientes que da cuenta de los
registros de entradas y salidas del país, entre el 01 de enero de
1990 a 31 de diciembre de 1995, de Raúl Diego LILLO
GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, Arturo
Rodrigo SILVA VALDES, Jaime Fernando TORRES GACITUA y de
Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN.b’) informe policial de fecha 08 de agosto de 2002 rolante
a fojas 1.899 y siguientes que da cuenta de los registros de
entradas y salidas del país de Nelson Williams ROMAN VARGAS.c’) copia de antecedentes de los autos rol Nº1-91 por el
homicidio del Sr. Orlando LETELIER DEL SOLAR rolantes de fojas
2.052 a fojas 2.218.d’)
informe pericial de la Brigada de Homicidios
Metropolitana de la Policía de Investigaciones, rolante a fojas 2.276
y siguientes, por el cual se concluye que examinados los restos
óseos, se trata de un individuo de sexo masculino de 50 años de
edad aproximadamente, con tipo racial caucasoide, se constató la
existencia
de
patologías
de
carácter
congénitas
(posible
hipogonadismo) y adquiridas, con expresión morfológica visible.- Se
informa que las lesiones constatadas en el cráneo y en al menos
una de las costillas
(11ª izquierda) son compatibles por
traumatismos por proyectiles balísticos.- Conforme a las trayectorias
descritas por los proyectiles el impacto en el cráneo es, con víctima
de pie y a lo menos uno toráxico, con víctima en el suelo.- De
acuerdo a la localización de las lesiones, trayectoria de los
proyectiles, distancia de disparos, se puede inferir con razonable
certeza, participación de terceras personas.- La causa de la muerte
es, como consecuencia de, traumatismos cráneo encefálico y
toráxico, de proyectil balístico.e’) declaraciones de Juan Bautista FERRARI GRILLI
quién a fojas 2.390 señala que ratifica íntegramente su declaración
policial de fojas 1.690, precisa que la persona a quién se la llevó
para que la atendiera y que después reconoció en fotografías como
Eugenio BERRIOS, estaba acompañado por dos personas más que
al parecer eran chilenos, él estaba bajo un estado de ansiedad y
angustia, se veía asustado, sudoroso, desaliñado, con ropa de
vestir de buena calidad.- Agrega que cuando lo hizo pasar a su
consulta, una persona intentó entrar con él, pero no se lo permitió y
le pidió que esperara afuera.- Luego procedió a examinarlo,
pudiendo
advertir
que
no
tenía
sus
facultades
mentales
perturbadas.- Fue el comisario HERNANDEZ quién le pidió que lo
atendiera.- Agrega que le practicó un test neuro psicológico mínimo
o test minimental que dura unos diez minutos que consiste en un
método oral en que se le dicen palabras que debe memorizar y
luego se le hacen preguntas en torno a ellas, este tiene un puntaje
que en el caso de los dementes puede arrojar un 40 % de
efectividad en el caso de esta persona arrojó un 100 %.- Finalmente
señala que en el Ministerio del Interior se le exhibieron fotografías
donde reconoció a BERRIOS como la persona que se presentó en
su consulta.f’) declaraciones de Luis Angel MIGUEZ, quién a fojas
2.391 señala que ratifica su declaración policial de fojas 1.688,
quién señala que cuando BERRIOS llegó al edificio en que trabaja
como conserje, se presentó como Hernán Tulio ORELLANA, era
una persona muy tranquila que salía a caminar sólo, a veces iba al
supermercado, los únicos que estaban con él eran otros ciudadanos
chilenos que se alternaban viviendo con él, ni siquiera entraba nadie
a limpiar su departamento.g’) querella rolante a fojas 2.656 y siguientes interpuesta
por Gonzalo BERRIOS SAGREDO, por el delito de secuestro con
homicidio de su hijo Eugenio BERRIOS SAGREDO, y otros delitos
que indica, en contra de quienes resulten responsables.h’) informe policial Nº07 de 14 de enero de 2003, por el
cual se pone a disposición del Tribunal diferentes libros y carpeta
con recortes de prensa encontrados en la casa habitada por
Eugenio BERRIOS SAGREDO:
- Titular: “desmienten versión de M. Townley sobre fabricación en
Chile de gas sarin”.- El Mercurio, 15 de diciembre de 1981;
- Titular: “Townley llevó gas letal a los Estados Unidos, según
versión del Washington Post”.- La Tercera, 14 de diciembre de 1981
- Titular: “Desmienten que Chile haya practicado gas paralizante”
“septicemia mantiene grave a Eduardo Frei”.- La Segunda, 14 de
diciembre de 1981;
- Titular: “Chile en el exterior: Kennedy publicita informe sobre
presunto plan con gas”.- El Mercurio, 12 de enero de 1982;
- Titular: “Hasta de gas venenoso se habla en el caso de los
intoxicados”.- Las Ultimas Noticias, 11 de enero de 1982;
- Titular: “Caso de reos intoxicados, Morris West daria nueva pista”.Las Ultimas Noticias, 12 de enero de 1982.i’) informe pericial químico rolante a fojas 2.696 del
Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones, por el
que se da cuenta al Tribunal que revisados los libros encontrados
en casa de Eugenio BERRIOS, aparece el libro: American Journal
of Clinical Pathology, que contiene entre las paginas 128-132 el
artículo titulado ”Observations on a chemical test related to the
virulence of staphylococcus aureus”, en el cual se informa sobre
una correlación positiva entre un test químico (AMC) y la capacidad
patogénica del estafilococo dorado, basándose en los tipos de
infección invasiva en seres humanos y en su potencial letal después
de la inoculación de ratones de experimentación.j’) declaraciones de Mariana Ines CALLEJAS HONORES,
rolantes a fojas 2.723 y siguientes donde señala que conoció a
Eugenio BERRIOS en su casa de Lo Curro que servía como cuartel
de DINA cuando llegó a formar y trabajar en un laboratorio que iba a
preocuparse de la fabricación de un gas letal llamado SARIN.Agrega que el material y los elementos que requerían estos trabajos
se compraban en Europa, él trabajaba desde temprano y hasta muy
tarde en la noche sin detenerse.- Cuando a principios de 1977 se
disolvió la DINA y esta pasó a llamarse CNI, no vió más a Eugenio
BERRIOS y el laboratorio fue desmantelado por subordinados del
General CONTRERAS.- Recuerda que BERRIOS le manifestaba
sus ideas de eliminar personas con material que podía conseguir
del Instituto Bacteriológico, le habló del estafilococo dorado, que era
muy fácil de introducir en la comida de las personas, conversación
que recordó a los años cuando murió Eduardo FREI MONTALVA.Señala que a su marido y a ella se le pagaba un salario por parte de
DINA al igual que a las personas que trabajaban en el Cuartel de Lo
Curro.- Posteriormente en su declaración de fojas 6.702 y
siguientes, agrega que a BERRIOS lo llevó a Lo Curro su marido
Michael TOWNLEY y lo presentó como un químico que trabajaría
con él y con Francisco OYARZUN, este último se fue a Suecia
cuando ocurrió un tema de Concepción, pensando que podría
quedar involucrado en eso.-
k’) declaraciones de Maria Rosa Alejandra DAMIANI
SERRANO, quién a fojas 2.726 y siguientes señala que ratifica
íntegramente su declaración extrajudicial prestada ante la Policía de
Investigaciones.- Agrega que las declaraciones que hubiera podido
prestar Eugenio BERRIOS en la causa por el homicidio de Orlando
LETELIER, eran importantes ya que él trabajaba directamente con
las personas que estaban en la parte operativa.l’)
declaraciones de Manuel NOVOA CONTADOR
rolantes a fojas 2.782 y siguientes donde señala que conoció a
Eugenio BERRIOS entre el año 1980 a 1981, le fue presentado por
un amigo común, con la finalidad de hacer un negocio de rosa
mosqueta y de boldo granulado, él era químico y formaron una
sociedad llamada Fotoquímica Nacional Chile que duró hasta el año
1985 a 1986, cuando él se casó con Gladys SCHMEISSER, ya que
las cuentas no estaban claras.- El siempre hacía gala de tener
mucho poder y estar protegido por los organismos de seguridad de
los militares.- Cuando lo volvió a ver luego de que estuvo preso en
Capuchinos, le pidió dinero y le dijo que iba a pedir ayuda a sus
amigos del Ejército.- Agrega que durante su relación comercial con
BERRIOS, mantenía un laboratorio en calle Carmen en la
Pastelería de su tía, lugar que frecuentaba un sujeto a quién
conocía como “el pelao”, que era su chofer cuando trabajaba en la
casa de Michael Townley.- Agrega que si sabe que produjo en dicho
lugar el gas sarin, con el que se ocasionó la muerte de un
Conservador de Bienes Raíces de apellido CENTENO y de Carmelo
SORIA.m’)
declaraciones
de
Federico
Augusto
MARULL
BERMUDEZ quién a fojas 2863 y siguientes señala que fue Cónsul
General de Chile en Montevideo entre 1991 y 1992, y el Embajador
era don Enrique RODRIGUEZ REBOLLEDO.- Agrega que el
consulado funcionaba en la planta baja de la Embajada, también
trabajaban allí, entre otros el Agregado de Prensa y de Cultura y
Emilio TIMMERMANN que era el Agregado Militar.- Señala que en
una ocasión mientras estaba en el Consulado le pasaron una
llamada de un ciudadano chileno, ante lo cual contestó y le
indicaron “habla Eugenio BERRIOS, quería hablar con usted”, ante
lo cual le contestó que viniera y que el Consulado estaba en la calle
Andes, y él señaló “si sé donde esta, pero no puedo ir por ahora
porque estoy medio vigilado”, y cortó, recuerdo que incluso hizo
una broma ante las presentes por el sentido de la conversación,
pero en eso apareció el agregado de prensa y le preguntó quién
había llamado y luego de informárselo, éste dijo que no hiciera
bromas, que podía tratarse del mismo Eugenio BERRIOS que era
requerido por la justicia en Chile y le recomendó que diera cuenta al
Ministerio en Santiago en forma inmediata, indicándole que al
hacerlo se “iba a llenar de gloria” por su celo funcionario, pues
había leído la noticia en un diario de Chile.- Lo anterior, sin indicar
que lo conocía de antes, en cuyo caso hubiera agregado dicho dato
al telex que finalmente mandó, llegándole una respuesta en el
sentido que necesitaban más antecedentes, tales como el segundo
apellido, pero como no tenía tales antecedentes, no volvió a insistir
ante la Cancillería y no supo más de este Sr. BERRIOS.Posteriormente hubo un sumario por estos hechos en la Cancillería
y se le impuso finalmente una multa del 70% de sus sueldo por un
mes.n’) oficio del Departamento Control Fronteras de la
Policía de Investigaciones de Chile rolante a fojas 2.943 y siguiente,
dando cuenta de los registros de las entradas y salidas del país de
los acusados de nacionalidad uruguaya.p’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército
rolante a fojas 3.038 por el cual informa al Tribunal que la Institución
no posee antecedentes que permitan dar satisfacción a la solicitud
de que informe si se proporcionaron dineros a la DINE para la
mantención de Eugenio BERRIOS SAGREDO y otros ciudadanos
chilenos, durante su permanencia en el extranjero durante los años
1991 y 1992.q’) declaraciones de Ramón Julio RIVAS VILA rolantes a
fojas 3.392 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde
la República Oriental del Uruguay, quién señala lo siguiente: que
para el año 1992 era coronel retirado y estuvo veinte meses en la
Jefatura de Policía de Canelones designado por el Ejecutivo, señala
que recuerda el tema del incidente producido en el balneario del
Parque del Plata, indica que el Comisario HERNANDEZ se
comunicó por teléfono con él para manifestarle que había un
ciudadano chileno allí, que señalaba que estaba secuestrado por el
Ejército, no le hablo nada de muerte, sólo que estaba secuestrado,
ante lo cual consultó al Comandante y Jefe del Ejército, Gral. Juan
REBOLLO si sabía algo al respecto, quién indicó que de ninguna
manera.- Luego se dirigió a la seccional.- Agrega que recibió una
llamada del Coronel LLUIS quién le indicó que recibiera a un
Coronel que iría a hablar con él por esa situación, ante lo cual le dijo
que sí y a los diez o quince minutos se produce la presencia de
este oficial, quién le explicó que “…este señor estaba en relación
con ellos…”, que “…tenía una fluida relación que por otro lado se
transforma en una protección que le daban…”, ante lo cual fue a
hablar con esta persona, quién le indica que estaba en un estado
emocional muy alterado porque hacía mucho tiempo que no veía a
su familia, que había sido una crisis pero que ya se encontraba
bien, dijo que estaba en Uruguay por problemas de deudas, luego
habló a solas por unos minutos con dicho oficial y luego este
coronel le manifestó que se había aclarado todo, que lo del
secuestro había sido producto de los nervios y si se podía retirar,
ante lo cual el encargado de la seccional levantó un acta donde se
expresaba que todo había sido un malentendido y que no estaba
privado de libertad.- Agrega que sabía que se trataba de Eugenio
BERRIOS porque le exhibió una copia de su cédula de identidad y
le dijo que trabajaba como bioquímico, luego lo vió salir junto a
dicho oficial y no supo nada más de esta persona.- Agrega, que
piensa que esta persona posteriormente la mataron militares
extranjeros por cuanto era un hombre que comprometía las cosas y
a los militares uruguayos no los afectaba.- Estos hechos ocurrieron
el 15 de noviembre de 1992 y nunca se hizo presente ningún militar
chileno, al menos en la seccional.r’)
declaraciones
de
Elbio
Alberto
HERNANDEZ
MARRERO, rolantes a fojas 3.396 y siguientes recabadas vía
exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay,
quién señala lo siguiente: que para el 15 de noviembre de 1992 era
subcomisario y se desempeñaba a cargo de la Seccional de Parque
del Plata, como Comisario.- Ese día ingresa un ciudadano chileno,
que se notaba muy nervioso, lo hizo pasar a la cocina y en un
principio relató estar secuestrado por militares uruguayos, no
recuerda que haya mencionado a militares chilenos, que estaba allí
por un problema con la justicia chilena.- Que él había producido
como biólogo un gas llamado sarin y comenta que lo tenían como
secuestrado y si salía debía enfrentar la justicia chilena, llevaba una
fotocopia de su cédula de identidad escondida adentro de una radio
a transistor, su nombre era BERRIOS y de nacionalidad chilena,
llegó sólo a la comisaría en un auto que lo trajo y que luego se
retiró.- En la oficina de guardia estaban recibiendo la denuncia de
un vecino donde él pidió ayuda.Manifiesta que antes de BERRIOS llegó una persona
muy nerviosa quién pide hablar con él, quién indica que tenían en
su casa a una persona con problemas psiquiátricos, que dos
estaban con él en la casa, pero que uno había salido a hacer
mandados y él estaba en el techo a hacer unos arreglos y que esta
persona se les había escapado, se identificó como Capitán de
Ejército, no recuerda el nombre, y llegó pidiendo ayuda para
localizar al que se le había ido, como él estaba recibiendo una
llamada le dijo que esperara pero esta persona se retiró.- Luego a
los veinte minutos aparece CABRERA a hacer la denuncia y cuando
estaba con su señora en la oficina de guardia, aparece este
hombre.- Como se mencionaba el tema del desequilibrio mental
optó por llevarlo a la Policlínica de Salud Pública, a la vuelta informo
a su superior y él a su vez le dice que iba a enterar a los mandos
superiores, luego le devuelve la llamada y le dió instrucciones que
no hiciera nada porque él iba a la Comisaría.Cuando él llega, luego de darle cuenta, se retira a su
despacho, él habla con BERRIOS y con un Coronel que llegó luego,
con el cual BERRIOS acepta irse, ante lo cual el pidió hablar a solas
con BERRIOS, le pregunto por su situación, él le indicó que era
amigo del Coronel y que se quería ir con él, y luego le manifestó si
se animaba a dejar documentado que él se iba voluntariamente, y
luego le pidió autorización al Jefe de Policía quién dijo que no era
necesario pero si quería la hacía de forma no oficial, ante lo cual lo
hizo y la guardó en su casa, pero este documento se lo fue a pedir
posteriormente el Jefe de Policía, cuando estalló el escándalo y se
hizo público el hecho.- En la Comisaría sólo quedó estampada la
denuncia de CABRERA, pero se le dice que había incurrido en un
error al documentar eso porque era “prácticamente secreto militar” y
que el personal de la Comisaría no debía enterarse.- Luego al Jefe
de la Policía se le ocurre que debía volcar tinta arriba de la
escritura, lo que efectivamente hizo, pero con el cuidado que
ninguna gota cayera sobre la escritura, cosa que fue inadvertida por
el jefe.s’)
declaraciones
de
Hugo
Abayuba
CABRERA
VILLARREAL, rolantes a fojas 3.402 y siguientes recabadas vía
exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay,
quién señala lo siguiente: señala que el día de los hechos eran
entre las 09 y 10 de la mañana, se encontraba afuera de su casa
conversando con un vecino, cuando aparece un extranjero que le
dice que quiere hablar con la Policía, llevaba unas llaves en la
mano, a los minutos aparece otro señor que intenta agarrar al
extranjero y llevárselo, ahí forcejean un poco porque tenía más
físico BERRIOS, ante lo cual se metió en el medio, eran dos
hombres luchando de un lugar a otro, el otro le dice que era teniente
e integrante del servicio de inteligencia del Ejército, ante lo cual él
sacó su tarjeta y le dijo que era de las Fuerzas Armadas y que
fueran a la Seccional para aclarar la situación, se dirigieron en su
vehículo con RADAELLI y señora, y BERRIOS quedó en el lugar,
los dos hablaron con el Comisario, se tomó un parte diario que firmó
y luego se retiró a su casa.- Luego, como a las ocho o nueve de la
noche llega hasta su casa BERRIOS a agradecerle por lo que
habían hecho, iba en un auto blanco, no vió cuantos personas lo
acompañaban, dice que todo estaba arreglado y se despide.t’) declaraciones de Teresa María MENDEZ REGO
rolantes a fojas 3.405 y siguientes recabadas vía exhorto
internacional desde la República Oriental del Uruguay, quién señala
lo siguiente: estaba con su marido tomando mate y un vecino,
actualmente fallecido, cuando llega una persona que dice que lo
estaban custodiando y que quiere ir a la Policía, llevaba la camisa y
una corbata en la mano, y tenía una billetera con bastante dinero y
una fotocopia de su cédula, luego aparece otro señor y le dice “veni,
veni, tienes que venir conmigo” y empiezan a forcejear, ante lo cual
interviene su esposo y les dice que deben ir a la Policía, el segundo
señor señala que es Teniente del Ejército y su esposo le indica que
es Capitán de Fragata, fue ella con su marido y el Teniente en auto
a la Comisaría, primero entró a hablar el Teniente, luego entró su
marido y le tomaron la denuncia, después vió que llegó BERRIOS y
como estaba muy nervioso, el Comisario dice que lo va a llevar a un
médico y que se podían retirar a su casa, estuvieron allí como dos
horas, luego en horas de la tarde vé que llega caminando hasta su
casa este señor acompañado de otro y les da las gracias, le toma la
mano y le dice que se quede tranquila porque esta en buenas
manos, luego ve pasar un coche y él se va en el vehículo que era
de color blanco y se despidió.u’) declaraciones de Alberto Antonio COMUNIAN PIVARI,
quién a fojas 3.414 y siguientes señala que por su nacionalidad
italiana y su amistad con un Oficial de Ejército Carlos SCHLI, éste le
solicitó que orientara a unos ciudadanos italianos que estarían en el
país, dada su condición de representante de marcas, sin embargo a
los días advirtió que se trataba de Stefano DELLE CHIAIE junto a
un grupo de personas que eran prófugos de la justicia italiana por
atentados terroristas, en el departamento de estos conoció a
Eugenio BERRIOS con quién compartían las mismas ideas, él le
manifestó que era químico y le habló de un negocio con la
elaboración de boldina, pero ese negocio no prosperó.- A los varios
años lo vió nuevamente y le contó que trabajaba en Talagante en
un complejo del Ejército, le habían dado un auto y tenía una radio
prendida en la onda del Ejército.v’) declaraciones de David Manuel MORALES LAZO,
quién a fojas 3.442 y siguientes señala que como suboficial del
Ejército que participó en el denominado Tacnazo, fue dado de baja
de la institución, luego comenzó a trabajar como guardia de don
Pablo RODRIGUEZ en el movimiento Patria y Libertad, donde
conoció a Eugenio BERRIOS que participaba en las juventudes
nacionalistas de dicho movimiento.- Se hizo muy amigo de él y de
su familia, lo ayudó en varias ocasiones, ya que por su falta de
dinero le hizo contactos con un policía de nombre Felipe RIOS por
unos datos de narcotraficantes y con el oficial Italo SECCATORE,
quién lo visitó en su casa, a quién le señaló que lo llevaran a
trabajar al Complejo Químico de Talagante por sus conocimientos
de química, ignora que sucedió luego, pero cuando se lo encontró
posteriormente indicaba que estaba bien y que tenía un buen
trabajo y que ayudaba a SECCATORE en su memoria.- Agrega
que, piensa que BERRIOS era una persona importante para el
Ejército porque tenía la custodia de Alberto ARROYO, se
movilizaban en un vehículo de la institución, a este custodio le
arrendaron una casa al lado de la suya, lo que significaba un control
permanente.-
w’) Informe policial de fojas 3.562 y siguientes de fecha
19 de mayo de 2003, por el cual la Policía de Investigaciones
informa al Tribunal que consultado en el Departamento de Asesoría
Técnica, Eugenio BERRIOS SAGREDO, entre otras, registra tarjeta
informativa por orden de aprehensión pendiente en causa rol Nº191 de fecha 08 de noviembre de 1991 de la Excma. Corte Suprema
de Justicia, reiterada con fecha 21 de enero de 1992.x’) declaraciones de Italo SECCATORE GOMEZ quien
a fojas 3.575 y siguientes señala que como oficial de ejército estuvo
en DINE bajo el mando del General POLLONI, desde allí fue llevado
a CNI por el General Odlanier MENA para implementar un
programa de informática.- Agrega que en una ocasión el General
MENA le ordenó ubicar a un ciudadano de apellido BERRIOS para
averiguar lo relativo al gas sarin, lo que hizo, tomó contacto con
Eugenio BERRIOS, quién vivía en una panadería en calle Carmen,
quién le señaló que efectivamente lo había elaborado en Lo Curro,
escribió su fórmula en unas hojas, en esa época él estaba
elaborando su tesis sobre elaboración de Boldina, para titularse
como químico y mantenía un laboratorio artesanal en la parte
trasera de su domicilio, se relacionó con él por alrededor de un mes
y luego le entregó un informe verbal al General MENA, quién al
parecer quedó satisfecho con ello, porque no le preguntó nada más
acerca de esta persona, manifiesta como opinión personal, que el
interés del General MENA por averiguar este asunto era por un
tema de proteger a su persona, es decir quería tener la seguridad
de que ya no existiese este gas.- Agrega que no volvió a ver a
BERRIOS.y’) declaraciones de Francisco José OYARZUN SJOBERG
quién a fojas 3.770 y siguientes señala que conoció a Eugenio
BERRIOS durante sus estudios universitarios.- Agrega que en Lo
Curro no trabajó directamente con él, sino que BERRIOS lo
reemplazo e inició una ruta de síntesis muy distinta para la
producción del gas sarin.- Agrega que efectivamente llegó a
producirlo en una cantidad que estima en 300 a 400 mililitros,
cantidad que es suficiente para producir la muerte de muchas
personas, teóricamente más de mil, indica que dicho gas es un
líquido aceitoso de alto punto de ebullición y por lo tanto baja
tensión de vapor, que se puede utilizar en caso de guerra, como
atomizador formando una nube y para un caso puntual, basta con
aplicar una gota en la piel.- Señala que en este caso destapó el
frasco que contenía el líquido, inhaló una mínima cantidad de lo
poco que evapora al aire, sintiendo una inmediata congestión en los
bronquios y una fuerte secreción de mucus en la boca y nariz, y a
una dosis más alta se produce la muerte por asfixia.- Finalmente
señala que luego de irse a vivir a Estados Unidos nunca más vió a
Eugenio BERRIOS.Posteriormente en su declaración de fojas 4.070 y
siguientes agrega que fue Michael TOWNLEY quién lo contactó y
obtuvo que se le diera una comisión de servicio en la Universidad
de Chile donde trabajaba en la Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas, y luego aparece contratado por una empresa llamada
DINAR.- Siempre se contactó con él, nunca se contactó con
militares de la DINA, salvo los choferes que estaban para hacer
alguna diligencia.z’) declaraciones de Francisco Maximiliano FERRER LIMA
quién a fojas 3.938 y siguientes señala que como jefe del servicio
secreto, la misión de la salida de Chile y el encasillamienrto dentro
de su servicio, de Luis Arturo SANHUEZA ROS le fue impuesto por
el General Director de DINE, a quién le manifestó sus reparos, pues
no aceptaba que el servicio secreto fuera utilizado para realizar ese
tipo de actividades, pero él le indicó que era una orden y estas de
daban para ser cumplidas.- Agrega que conociendo a éste general,
no le quedó ninguna duda de que él a sus vez estaba cumpliendo
una orden superior.- Luego este tema fue un desastre por cuanto
SANHUEZA sólo produjo gastos y riesgos y la ciudad donde residía
en Argentina no era de aquellas donde existieran aspectos militares
de importancia, posteriormente, por orden del mismo general, le
traspasó esta persona al mayor SILVA o a GAETE, no lo recuerda,
sin volver a verla.a’’)
declaraciones
de
José
Antonio
ARMIJO
ECHEVERRIA quién a fojas 4.061 señala que efectivamente como
oficial de Ejército, habiendo recién asumido la jefatura de la unidad
Asesoría de Análisis, a fines de julio de 1994 recibió una orden del
Director de DINE de ese período, para que se contactara con el
oficial SANHUEZA ROS que vivía en San Martin de los Andes,
Argentina y que preparara las condiciones para que pudiera volver a
Chile a fines de año para ser presentado a la justicia chilena.- Lo
que finalmente ocurrió, agrega que a SANHUEZA mensualmente se
le depositaba la cantidad de mil quinientos dólares, que no recuerda
si era el Coronel GARCIA de Finanzas o el Director de DINE quién
se los entregaba.- Indica que cuando se hizo cargo de la unidad
Asesoría de Análisis su comandante anterior le entrego sólo una
carpeta con antecedentes, relacionada con SANHUEZA, y cuando
se produjo el desprendimiento de SANHUEZA de la asesoría y él
salió con una nueva destinación procedió a incinerar dicha carpeta
con documentos.-
b’’) declaraciones de Aldo Nolberto DUQUE SANTOS, quién
a fojas 4.110 y siguientes señala conoció a Eugenio BERRIOS el
año 1986 cuando se desempeñaba como oficial sumariante en la 3ª
Fiscalía Militar de Santiago, hasta donde llegó con su pareja de
nombre Viviana EGAÑA
a interceder por unos pasteleros del
negocio de su tía que habían estado involucrados en una riña, se
les dio la libertad y él quedó muy agradecido por ello, lo que fue el
comienzo de una amistad que tuvo con ellos por varios años.Señala que la última vez que lo vió el año 1991, estaba muy
desmejorado, decía que “lo tenían loco” y que iba a abandonar el
país, sin precisar porque motivo, pero indicó que se iría con una
“chapa”, esto último porque poco antes había estado privado de
libertad por cheques y obtuvo su libertad por el Pacto de San José
de Costa Rica, ante lo cual le advirtió, como abogado, que debía ir
al 6º Juzgado del Crimen a arreglar si situación.- Recuerda que en
una oportunidad BERRIOS le preguntó si conocía al Ministro
BAÑADOS, señalando que “lo requería y que lo andaba buscando
debido a TOWNLEY”.Posteriormente en la audiencia de prueba rolante a fojas
14.313 y siguientes agrega que la última vez que vió a Eugenio
BERRIOS fue en septiembre u octubre de 1991, se veía muy mal,
andaba con un abrigo raído, con barba y pelo desgreñado, señala
que lo invitó a almorzar al mercado central, éste le señaló que lo
perseguía la DINA, la CNI y el FBI, decía que lo tenían loco y que
estaba desesperado, indicó que la CNI y la DINA lo andaban
buscando.- Finalmente, agrega que cuando recién lo conoció,
alrededor del año 1987 o 1988, en una ocasión le mostró una
pequeña ampolla y le dijo que eso producía el efecto que una
persona lo aspiraba y se le producía un ataque cardiaco y su
muerte parecía ocasionada por causas naturales y que al hacerle la
autopsia no encontrarían nada.c’’) declaraciones de Flor Margarita CALDERON RIOS, quién
a fojas 4.157 y siguientes señala que ingresó como empleada civil
el año 1975, prestando servicios en DINA, CNI, DINE y el BIE hasta
el año 2001, agrega que formó parte de la unidad Asesoría de
Análisis junto a Erika SILVA, estaba al mando del mayor Arturo
SILVA y funcionaba en un local ubicada en calle Gay entre
República y Avda. España, además estaba el Capitán TORRES, el
empleado civil LILLO, los sargentos VERGARA, JARAMILLO,
HERNANDEZ, ROMAN y SANDOVAL.d’’) oficio del Ministerio de Defensa Nacional rolante a
fojas 4.415 y siguientes de fecha 22 de octubre de 2003 por el cual
se informa al tribunal que recabados los antecedentes ante la
Auditoria General del Ejército esta informó que no fue posible
encontrar las ordenes de servicio mediante las cuales se habría
dispuesto que entre los años 1991 a 1993 esta repartición
proporcionara defensa jurídica a miembros del Ejército.- Sin
embargo, se pudo establecer que entre los años 1990 a 1995,
habría funcionado en la Auditoria en forma experimental los
departamentos IV y V cuyas actividades específicas habrían sido
las siguientes:
- DEPARTAMENTO IV: Coordinar la defensa judicial y la asesoría
legal que debe prestarse al personal en asuntos del servicio y
proponer la documentación referente a los requerimientos de los
tribunales de justicia a través del Estado Mayor General del
Ejército.-
- DEPARTAMENTO V: otorgar al personal de la institución la defina
judicial y la asesoría legal que debe prestarse en materias
particulares de índole civil, penal y de policía local.e’’)
declaraciones de Jorge Alejandro Guillermo
RODRIGUEZ MARQUEZ, quién a fojas 4.665 y siguientes señala
que efectivamente acompañó a su hermano junto a dos personas
más saliendo por Monte Aymond el día 26 de octubre de 1991, era
un día sábado y dicho viaje lo tenía programado con anterioridad,
su destino era Río Gallegos en Argentina con el objeto de buscar
cables para la empresa de televisión por cable TV RED que
mantenía en Punta Arenas junto a cuatro socios más.- Agrega que
su hermano ya estaba en su casa desde hacía varios días, y eran
frecuentes sus viajes a Punta Arenas y como supo de su viaje le
preguntó si podía viajar con él junto a un amigo, pero al final viajó
junto a dos personas más, recuerda que le dio el número de la
cédula de esta persona, cuyo apellido no recuerda, y de otro de
apellido LILLO, los que agregó junto al de su hermano en la lista de
pasajeros que lo acompañaban.- En esa época uno debía ir
previamente a Policía Internacional y dar los datos personales del
que viajaba y sus acompañantes con sus respectivos números de
cédula de identidad, para que verificaran sino tenía orden de
aprehensión o arraigo y sino las tenía se autorizaba la salida
estampando una firma y timbre de dicho organismo.- Luego en la
frontera en Monte Aymond cada uno se bajaba y llenaba la ficha
migratoria y exhibía su cédula de identidad.Llegaron hasta el hotel Costa Río en Río Gallegos, donde
pidieron un departamento que era de dos ambientes, él durmió en
una habitación con su hermano y en la otra lo hicieron sus dos
amigos chilenos, quienes le impresionaron como militares por la
forma de hablar y de vestir.f’’) copia autorizada del Registro de Defunción de Eugenio
Antonio BERRIOS SAGREDO rolante a fojas 4.680 y siguientes
remitida por el Servicio de Registro Civil e Identificación por el cual
se indica que en la Inscripción Nº808, Registro X de 06 de
noviembre de 2003 de la Región Metropolitana, se ha inscrito la
defunción de esta persona ocurrida entre el mes de enero de 1993
a junio de 1993, en Canelones, El Pinar, Uruguay, sepultado en el
Cementerio General de Santiago, siendo la causa de la muerte
heridas encéfalo craneanas por proyectiles de arma de fuego.g’’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército
rolante a fojas 4.683 de fecha 19 de noviembre de 2003 por el cual
se informa al tribunal que ante la solicitud de informar si con motivo
de la salida del país de Carlos HERRERA JIMENEZ, Arturo
SANHUEZA ROS y Eugenio BERRIOS SAGREDO, se inició
investigación interna o sumario administrativo o si se dio cuenta a
la justicia militar, atendido que para facilitar dicha salida habrían
participado miembros en servicio activo de la institución, se señala
que practicadas las averiguaciones pertinentes, se pudo determinar
que en la Institución no existen antecedentes que permitan dar
satisfacción a lo consultado.h’’) acta de diligencia de inspección personal del Tribunal
rolante a fojas 4.739 y siguiente, efectuada el día 20 de noviembre
de 2003 en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército
ubicado en García Reyes Nº12 de la comuna de Santiago, remitida
por la Fiscal Militar de la Sexta Fiscalía Militar de Santiago, que en
su parte pertinente señala que por indicaciones de uno de los
procesados en la causa, se ubicaron en la puerta del frontis del
edificio por donde se ubica el ingreso de visitas para luego ingresar
a un pasillo superior y posteriormente dirigirse a una escalera que
lleva a un piso bajo nivel, en el cual se ubican una serie de
dependencias ocupadas como oficinas, señalando entre ellas una
que se ubica al final del pasillo y que reconoce como la antigua
enfermería, donde en ese entonces había una cama y un velador y
en donde se habría entrevistado por algunos minutos con Eugenio
BERRIOS.i’’) certificado de defunción rolante a fojas 5.624 emitido por
el Servicio de Registro Civil e Identificación dando cuenta que
Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, fecha de defunción: enero
de 1993, lugar: Canelones, El Pinar, Uruguay; causa de muerte:
heridas encefalo craneanas por proyectiles de arma de fuego,
inscripción practicada conforme al artículo 12 de la Ley 11.987 para
chilenos.j’’) declaraciones de Sonia CASARETTO ZALACAIN
prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de
Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a
fojas 5.698 y siguientes señala: que entre los años 1991 a 1992
vivió en Montevideo, Uruguay en el departamento 401 de calle
Buxaredo Nº1117, contiguo al suyo se ubica el departamento 403,
donde, señala que se le exhibieron fotos pero nunca tuvo la certeza
de que se tratara de BERRIOS, agrega que los muchachos que lo
acompañaban eran de pocas palabras y con BERRIOS, sólo se
limitaba al “buenos días o buenas tardes”, indica que en el ascensor
le comentó que era representante de empresas chilenas en
Uruguay, muchas veces se encontraban en la calle, iban al mismo
supermercado, él iba sólo a hacer las compras, señala que no lo
conocía por el nombre, sólo sabía que era chileno, la mayoría de las
veces lo vió sólo, no iba a la playa, sólo iban los muchachos y
desde su terraza vió que en el departamento de ellos había una
antena grande, desconociendo que era un equipo transmisor.- La
última vez que lo vió fue el 10 de diciembre de 1992, era el
cumpleaños de su hija y él le ayudo a bajar los refrescos del
ascensor, después de esa fecha no volvió a ver gente en ese
departamento.k’’) declaraciones de Héctor Hernando LLUIS LEONI
prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de
Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a
fojas 5.718 y siguientes señala: que para el año 1992 era uno de los
tres subdirectores de la Dirección General de Información de
Defensa (DGID) de Uruguay y en febrero de 1993 fue designado
como Agregado Militar y Naval de la República de Chile.- Señala
que un día domingo del año 1992 lo llama en la tarde un Coronel,
que era el jefe del Departamento 1º de la DGID, para informarle que
unos amigos suyos chilenos habían tenido un problema que había
dado lugar a la intervención policial, que el Jefe de la Policía, en ese
entonces, el Coronel RIVAS se desplazaba hacia la Comisaría del
Parque del Plata, ante lo cual le señaló que se dirigiera a dicha
comisaría y que él iba a llamar al Coronel RIVAS, lo que hizo,
explicándole la magnitud del problema y que dicho coronel iba en
camino a la Comisaría, se ofreció él también para ir, pero el Coronel
RIVAS le manifestó que no era necesaria y que ya había tomado
conocimiento del tema.- Luego en la noche lo vuelve a llamar su
subalterno para informarle que ese amigo chileno “había armado un
escándalo o algo así”, debido a que había tomado tranquilizantes y
bebido alcohol en exceso, con motivo de su cumpleaños, que luego
fue a hablar con un vecino para decirle que estaba secuestrado.
Ante lo cual el vecino dijo que iban a ir a la Comisaría, donde se
solucionó el problema, ya que el individuo se tranquilizó.- Agrega
que le ordenó a este coronel que el día lunes le informara, lo que
hizo, sin recordar los detalles.l’’) declaraciones de Mario AGUERRONDO prestadas
mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera
Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.733
y siguientes señala: para el año 1992 era el Director General de la
DGID en Uruguay, respecto del incidente ocurrido en la Comisaría
del Parque del Plata, tuvo conocimiento a través del Coronel LLUIS
quién lo llamó a Venecia, donde estaba en una conferencia, y le
informó que un Teniente coronel había tenido un incidente en el
balneario de Parque del Plata con una persona que aparentemente
en un asado se habría emborrachado y habría hecho una denuncia
en la seccional, pero que luego se habrían aclarado los hechos y
todo había vuelto a la normalidad y que el individuo que era un
chileno había retirado la denuncia.- Agrega que antes había tomado
conocimiento por parte de ese mismo Teniente coronel que un
chileno llegaba a Uruguay a entrevistarlo y que era experto en
armamentos, según cree recordar, señala que autorizó a éste a
tomar contacto con él y que luego le informara.- Finalmente señala
que por estos hechos hubo sanción para el dicho oficial por parte
del Comandante en Jefe, quién estaba en el extranjero, fue un
arresto de rigor por dar motivo a una intervención policial y que él
posteriormente fue relevado de la DGID como consecuencia de la
investigación del Ministerio de Defensa que se hizo.m’’) declaraciones de Katia Estela MEDINA HIDALGO,
compulsadas en copia autorizada desde el anexo B de estos autos,
rolantes a fojas 6.043 y siguientes, quién ratifica su declaración
policial en la parte en que señala que el Comandante de BIE, del
cual era secretaria, mantenía un contacto telefónico con un coronel
uruguayo, ambos se llamaban, agrega que dicho oficial estuvo en
Chile.- A mayor abundamiento exhibe y acompaña al tribunal su
libreta telefónica de la época donde figuran los datos de dicho oficial
uruguayo.n’’) declaraciones de Juan Raúl GONZALEZ REBOLLEDO,
quién a fojas 6.047 y siguientes señala que durante el año 1991,
como sub oficial de Ejército, se desempeñó como ayudante del
Comandante del BIE, indica que en una fecha que no puede
precisar de ese año, el Comandante del Batallón le impartió la
orden de preparar una dependencia del subterráneo, ante lo cual le
ordenó a un subalterno que lo hiciera.- Agrega que nunca vió a
Eugenio BERRIOS en dependencias del BIE.ñ’’) declaraciones de Rene Francisco YAÑEZ SAAVEDRA
quién a fojas 6.100 y siguientes señala que como suboficial de
Ejercito se desempeñaba en la Unidad de Apoyo Técnico en el BIE,
entre sus funciones estaban las de adulterar cédulas de identidad y
otras.- Agrega que a mediados o fines del año 1991 se restringió el
acceso al subterráneo del BIE, ubicándose un cartel en que se
prohibía el acceso a esa dependencia, por orden del comandante
de la unidad o del segundo, sólo ellos podían disponer tal medida.o’’) declaraciones de Marcos Andrés STAGNARO TELLO
quién a fojas 6.135 y siguientes señala que como empleado civil del
Ejército, se desempeñaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército,
su comandante lo mandó a buscar y le solicitó una cédula de
identidad en blanco, ante lo cual le hizo entrega de una que había
en la Unidad de Apoyo Técnico, lo vió y se la devolvió
inmediatamente, luego le pasó una de las cédulas que actualmente
están en vigencia y le preguntó si era posible de adulterar,
respondiéndole que con los medios con que se contaba en el BIE
era imposible.- También recuerda que en otra ocasión le pasó su
pasaporte personal y le preguntó lo mismo, ante lo cual le manifestó
que no era posible de adulterar o falsificar.Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 15.282
y siguientes, señala que en su declaración anterior omitió declarar
ciertos hechos por un tema de lealtad, para proteger a los mandos,
y también institucional, porque aún es funcionario en servicio activo
del Ejército.- Agrega que en la primera ocasión que concurrió a
declarar, recibió una llamada telefónica anónima señalándole que
tuviera cuidado con lo que hablaba.- Indica, en a mediados del año
1991 lo mando a buscar el comandante del BIE, donde se
desempeñaba en la Compañía de Apoyo Técnico, estaba con otro
oficial de otra repartición quién traía una fotografía que después
supe se trataba de Eugenio BERRIOS y se me ordena confeccionar
una cédula de identidad adulterada con dicha fotografía, lo que hizo
y al terminar concurrió a entregársela a su comandante, señalando
ambos oficiales que el trabajo no había quedado bueno.- A los días
concurrió otro oficial al BIE con otra foto de esta persona y se le
ordena hacer la misma operación por el Comandante, pero ahora el
oficial también traía la cédula de identidad, entregándola conforme a
los días después.- Finalmente, agrega que al tiempo después el
comandante le pasa una fotografía donde había un sillón y otra en
que estaba BERRIOS con un diario en la mano, debiendo hacer con
los medios de esa época lo que ahora se conoce como fotoshop y a
los días vió que aparecía dicha fotografía en los diarios, indicándose
que BERRIOS estaba vivo.-
p’’) declaraciones de Edison Hugo Emerson TORRES
FERNANDEZ quién a fojas 6.167 y siguientes señala que como
empleado civil del Ejército, en la primavera del año 1991 mientras
se desempeñaba en el BIE en la parte de tránsito de dicho batallón
en el lugar donde se estacionan los vehículos, se cruzó con un
sujeto al que reconoció como Eugenio BERRIOS SAGREDO, él
también lo reconoció e intercambiaron saludos y un par de palabras,
hacía mucho tiempo que no lo veía, desde que ambos coincidieron
en el movimiento político “Patria y Libertad”, y le sorprendió la razón
sobre lo que hubiera estado haciendo en ese lugar, estaba como
tomando sol, no se veía como una visita, porque no usaba la
credencial que normalmente usan las visitas y tampoco vestía de
una manera formal.- Agrega que dicha credencial incluso deben
utilizarla miembros del Ejército que han pertenecido al BIE o
personal en retiro que vuelve al cuartel.q’’) oficio Nº1595/322 del Jefe del Estado Mayor General
del Ejército de fecha 01 de abril de 2005, rolante a fojas 6.733 por el
cual se informa al Tribunal que el acceso de particulares para
pernoctar y/o permanecer en un cuartel militar, sólo es posible con
la autorización del respectivo Comandante.r’’)
declaraciones
de
Juan
Carlos
BRIONES
VALENZUELA quién a fojas 7.025 y siguientes señala que en abril
de 1991 con el grado de Coronel de Ejército, fue designado como
segundo Comandante del Batallón de Inteligencia del Ejército, y en
una ocasión en el patio de mantenimiento de la unidad vió a
Eugenio BERRIOS, no recuerda las vestimentas que llevaba pero
de inmediato se dio cuenta que no era un funcionario del BIE y
posteriormente cuando lo vió aparecer en los medios de prensa lo
relacionó con la misma persona que había visto en la unidad.-
Agrega que el comandante del BIE nunca le manifestó que se
encontraba un extraño en el batallón y porque razón estaba allí, él
tampoco se lo preguntó, porque al Comandante le corresponden las
labores operativas y al segundo las labores administrativas.s’’) declaraciones de Luis Felipe FERNANDEZ SOTO quién
a fojas 7.178 y siguientes señala que para el año 1991 se
desempeñaba como conductor del Comandante del BIE y señala
que en una oportunidad cuya fecha no recuerda exactamente, éste
le ordenó que bajara al subterráneo, al lado de la enfermería, y le
preguntara a una persona que allí se encontraba si necesitaba algo,
esta persona le manifestó que necesitaba leche blanca y ranitidina
por problemas a la ulcera, ante lo cual el coronel le dio dinero para
comprar lo que esta persona necesitaba.- Esta persona estuvo por
dos semanas en la unidad y a diario bajaba a ver si necesitaba algo,
y tiene entendido que después de las siete de la tarde, salía al patio
a dar una vuelta.- Agrega que cuando señala que a los tres días
supo de quién se trataba, indica que no recuerda si se lo mencionó
alguien o leyó en la prensa que se mencionaba a esta persona.Luego, de un día para otro, no vió más a este señor BERRIOS y el
comandante no le volvió a ordenar que fuera a verlo al subterráneo
para preguntarle acerca de sus necesidades.t’’) declaraciones de Luis Arturo SANHUEZA ROS quién a
fojas 7.886 y siguientes señala que estando en Uruguay, es efectivo
que concurrió a Parque del Plata el día viernes 13 de noviembre de
1992 con su grupo familiar invitado por un militar uruguayo
procesado en estos autos junto a su grudo familiar, en la casa de
éste, compraron carne para hacer un asado el próximo día, pero
alrededor de las 13:30 horas del día siguiente cuando vuelve a la
casa después de
haber asistido a misa, se encuentra allí con
militares chilenos que le señalan que debe volver inmediatamente
con su familia a Montevideo, en un furgón que llevaban ellos y en el
que los trasladaron, sin darle mayores explicaciones al respecto.u’’)
declaraciones
de
Juan
Gustavo
ETCHEPARE
OLIVARES, quién a fojas 9.890 y siguientes señala que a Eugenio
BERRIOS lo conoció en el matrimonio de una hija de Michael
TOWNLEY, de quién era amigo, después lo visitaba en su
panadería y a su vez él concurría a su casa.- Recuerda que cuando
lo visitaba en el negocio, en la caja atendía una mujer joven y
además circulaba una persona a quién conoció como “pelao
ARROYO”.- Hablaba mucho de la boldina pero nunca del gas sarin
por el que se le pregunta.- Finalmente con relación al laboratorio de
Lo Curro, señala que Michael TOWNLEY estaba oculto y no
recuerda si fue personalmente o por teléfono que, en forma urgente
le solicitó que desarme el laboratorio, lo que hizo ayudado por unos
sub oficiales que trabajaban con él, luego pusieron los elementos en
un camión cuyo destino desconoce.v’’) declaraciones de Ismenia del Carmen SOTO MARTINEZ,
quién a fojas 9.961 y siguientes señala que entre los meses de abril
y mayo de 1991 su marido Luis Arturo SANHUEZA ROS, quién
estaba en servicio activo en el Ejército le comenta que había sido
mandado a llamar a la Auditoria General del Ejército, donde se le
comunicó que se había dispuesto sacarlo inmediatamente del país,
en la noche tuvieron una reunión familiar donde le comunicó esto a
su familia, no dio razones ya que a él tampoco se las dieron, pues
las ordenes que a él le daban eran para que las cumpliera, su salida
era por una razón de seguridad pues pensaban que su vida corría
peligro y agrego que lo habían hecho firmar en blanco una solicitud
de baja por la premura del tiempo; y, al día siguiente, lo pasaron a
buscar.- Al mes siguiente se reunieron en el sur de Argentina junto
a sus hijos, allí trabajaron en un negocio que compró su marido en
US 3.000, que le habían dado cuando salió del país.- Al año
después el Ejército le indicó a su marido que debía radicarse en
Buenos Aires, y desde ese momento el Ejército comenzó a
entregarle la cantidad de US 1.000 mensuales, que le llevaban
personalmente oficiales chilenos.- Como a los tres meses llega un
oficial chileno y les señala que al día siguiente se debían ir, lo que
hicieron con rumbo a Uruguay, allí fueron recibidos por un militar
uruguayo y fueron llevados por unos días a la casa de otro oficial
uruguayo en el balneario de Parque del Plata, que fue con la
persona que tuvieron mayor afinidad en el tiempo que estuvieron en
ese país, luego se fueron a vivir a un departamento que arrendaron
en Montevideo.- Todos los meses recibían el dinero que le
entregaban los oficiales chilenos y en algunas ocasiones los
uruguayos.- Este oficial uruguayo con el que tuvieron mayor afinan
los invitaba a su casa en Montevideo y a Parque del Plata, incluso
les pasaba la llave para que fueran solos.- Señala que en una de
las ocasiones en que este oficial uruguayo los invitó a Parque del
Plata, fueron y allí estaba además su madre y hermana, durante el
día hicieron distintas actividades y además compraron carne para
un asado que harían el domingo, en la noche llegó uno de los
oficiales chilenos y compartió con ellos, al día siguiente cuando se
levantó, su marido andaba en misa porque hacía un tiempo había
muerto su padre, y en el garaje se encontró con otro oficial chileno,
distinto al de la noche anterior y que estaba muy raro.- Más tarde
llegó su marido y le dijo que debían guardar las cosas porque el
oficial chileno les había señalado que debían volver a Montevideo,
incluso estaba el fuego listo para el asado, los subieron a un furgón
y se los llevaron.- Recuerda que en trayecto su marido, les preguntó
a los dos oficiales chilenos, el porque los sacaban de allí y producto
de la presión y la angustia de la situación en que estaban, se puso a
llorar.- En Montevideo siguieron con su vida normal, volvieron en
otras ocasiones a Parque del Plata.- Pasado un tiempo cuando en
la prensa salió el tema del escándalo en Parque del Plata en el que
participaron militares uruguayos y un ciudadano chileno de nombre
Eugenio BERRIOS, comprendieron el episodio que habían vivido un
tiempo antes cuando fueron sacados raudamente de ese balneario
por oficiales chilenos sin darles explicaciones.- En ese período,
llegó un oficial uruguayo a avisarle a su marido, que por orden del
Comandante
en
Jefe
del
Uruguay
debía
salir
del
país
inmediatamente, lo que hizo ese mismo día junto a un empleado
civil del ejército chileno, ella y sus hijos lo hicieron al tiempo
después, apoyadas por otro oficial chileno.w’’) declaraciones de Ricardo Héctor Omar VIDAL
GARRIDO, quién a fojas 10.357 y siguientes señala que como
oficial de Ejército, entre los años 1989 a 1994 estuvo encuadrado
en la unidad G-4, perteneciente al Batallón de Inteligencia del
Ejército, señalando que en una oportunidad en que concurrió al
Cuartel ubicado en calle García Reyes y se encontraba almorzando
en el casino, pudo observar a un hombre comiendo sólo y al tiempo
después cuando apareció en los medios de comunicación la
fotografía de Eugenio BERRIOS
SAGREDO la relacionó con la
misma persona que antes había visto, pero nunca comentó este
hecho con nadie.- indica que esta persona le llamó la atención por
cuanto no era frecuente que al BIE ingresara gente extraña, todos
se conocían al menos de vista y a esta persona nunca la había
visto.-
x’’) declaraciones de Jaime Jorge Fernando TORRES
FLEMING quién a fojas 10.378 y siguientes señala que como oficial
de Ejército llegó al BIE el año 1990 designándosele como Jefe de la
sección organismos internacionales y resto del mundo que se
encuadraba dentro de la Unidad de Contraespionaje o G-3, en ese
período escuchó comentarios de sub oficiales antiguos en el sentido
que había llegado una persona invitada por el comandante del
batallón, sin saber quién era y posteriormente atendido lo que
escuchó en los medios de comunicación, los sub oficiales
relacionaron a esta persona con Eugenio BERRIOS.y’’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA
quién a fojas 11.180 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS
nunca lo vió en el BIE, pero si supo que había estado cuando volvió
de hacer el curso de Capitán a fines del año 1991, informándose en
forma extraoficial de dicha situación.- Agrega que posteriormente
fue encuadrado en la unidad “Asesoría de Análisis” y le
correspondió hacerse cargo del tema del regreso al país de
SANHUEZA ROS por ordenes superiores.z’’) declaraciones de Luis Omar ABURTO CABRERA quién
a fojas 11.312 y siguientes señala que trabajando como pastelero
en la Panadería San Pancracio ubicada en calle Carmen de esta
ciudad, conoció a Eugenio BERRIOS, quién vivía con su tía en una
casa contigua al negocio, allí tenía un laboratorio donde fabricaba
una sustancia denominada boldina, cuando la panadería quebró
comenzó a trabajar con él produciendo aceite de rosa mosqueta en
un laboratorio que tenía en calle Alvarez de Toledo con Santa
Rosa.- Además él tenía otro laboratorio en casa de sus padres en
calle Antonia BELLET.-
a’’’) declaraciones de Hernán Enrique RAMOS CASTRO,
quién a fojas 11.324 y siguientes señala que el año 1991 como
funcionario
de
la
Policía
de
Investigaciones
de
Chile,
le
correspondió, en el curso de la investigación del denominado “Caso
Letelier”, cumplir un mandato judicial del Ministro Sr. BAÑADOS en
el sentido de citar o diligenciar una orden de aprehensión en contra
de Eugenio BERRIOS, recordando que se traslado a la casa de sus
padres en Antonio Ballet, Providencia, entrevistándose con éstos,
quienes eran personas de avanzada edad, que manifestaron no
saber nada del paradero de su hijo.b’’’) declaraciones de Víctor Hugo POZA REYES quién a
fojas 11.329 y siguientes señala que como oficial de Ejército, para el
año 1990 estaba a cargo de la unidad de países paralimítrofes,
encuadrada dentro de la Unidad G-3 y estando como comandante
de guardia, en la primavera de 1991, se le ordenó que debía
preocuparse de una persona que se encontraba en una de las
dependencias del subterráneo del BIE, señalándosele que se
trataba una persona “relacionada con el Ejército” que estaba allí
mientras solucionaba unos problemas judiciales relacionados con
cheques, no se le indicó su nombre, tampoco estaba dentro de sus
atribuciones preguntar mas detalles, atendido el compartimentaje
que operaba en ese tipo de cuarteles militares.- Más tarde, por las
funciones de su cargo, bajó al subterráneo a ver a esa persona,
preguntándole si necesitaba algo, se trataba de un civil que lo
impresionó como una persona culta, no estaba con una vigilancia
permanente y podía transitar libremente por el patio del Batallón en
la tarde, cuando se iba la gente.- Posteriormente cuando apareció
en los medios de prensa, lo relacionó con la persona que había
estado en el BIE por alrededor de un mes, ya que lo vió en dos
oportunidades en que le correspondió el turno de ronda.c’’’)
declaraciones
de
Leonor
Rosa
CASTILLO
NAVARRETE, quién a fojas 11.412 a) señala que llegó de 27 años
a trabajar a la casa de los padres de Eugenio BERRIOS y ratifica su
declaración policial donde señala que trabajó allí por 30 años, hasta
1992.- Agrega que no supo si Eugenio tuvo problemas con alguien,
pero un día llegó y le dijo “hasta aquí nos mas llegué Leo, me llegó
la hora”, en el sentido que no lo iba a ver nunca más, señalando
que se iba de su casa por estar involucrado en el caso Letelier, su
mamá le ordenó hacer una maleta con las pertenencias de Eugenio
y ese mismo día lo fue a buscar una persona de unos 40 años, y la
maleta la fueron a buscar después.d’’’) declaraciones de Esteban Alejandro CASTRO SAINT
JEAN, quién a fojas 11.997 y siguientes señala que como oficial de
ejército estaba a cargo de la unidad denominada G-4, perteneciente
al Batallón de Inteligencia del Ejército, visualizó en una ocasión a
una persona a la cual no le dio mayor importancia, pero con el
tiempo pudo advertir que se trataba de Eugenio BERRIOS, luego en
el departamento de un amigo conoció a su señora, agrega que la
vió en algunas ocasiones y además la visitó en la casa de los
padres de BERRIOS en dos ocasiones para preguntarle si
necesitaba algo del Ejército, lo que hizo, no por iniciativa propia sino
que le fue planteado en el BIE, seguramente por su comandante,
pero no lo recuerda y luego de un período de tiempo en que la vió
nunca más supo de ella.e’’’) declaraciones de Hernán LOIS SARTON rolantes a
fojas 14.500 en donde señala que conoció a Berrios cuando lo
defendió por un proceso de cheques, logrando su excarcelación.-
Agrega que efectivamente en una ocasión su cónyuge le llevó una
carta de BERRIOS, pero nunca supo que estaba en otro país o
donde estaba, pero por el tenor de la carta parecía que estaba
pasando por un problema raro, que no supo interpretar.- También
en otra ocasión lo llamó telefónicamente, pero no le comentó nada
acerca de su situación.- El siempre le señaló que lo habían tratado
de matar cuando estuvo detenido en Capuchinos y por ello estaba
muy agradecido cuando salió en libertad, pero no lo tomó mucho en
cuenta en dicha ocasión.- Indica que cuando lo llamó BERRIOS por
teléfono, no le dijo que estuviera secuestrado o contra su voluntad,
pero daba la impresión de que no de podía expresar libremente,
aunque en esa fecha no había ningún parámetro que pudiera
hacerlo notar que se encontraba en esa situación tan terrible.DECIMO SEGUNDO: Que los elementos de juicio que se han
enumerado en el fundamento anterior constituyen un conjunto de
presunciones judiciales que apreciadas legalmente, permiten a este
sentenciador tener por justificados los siguientes hechos:
A) Que en circunstancias que en el mes de octubre de
1991, en la causa rol Nº1-91 seguida por el homicidio de don
Orlando LETELIER DEL SOLAR, el ex químico de la DINA Eugenio
BERRIOS SAGREDO había sido citado a prestar declaración sin
que fuera habido y, ello ocurrió, por cuanto éste se encontraba
retenido en el cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE),
ubicado en calle García Reyes de esta ciudad.Posteriormente, el nombrado BERRIOS SAGREDO fue
sacado por una Unidad Especial que dependía directamente del
Director de Inteligencia del Ejército (DINE) y luego de egresar con
una identidad falsa de Chile, fue trasladado a Argentina (Río
Gallegos y Buenos Aires) y de ahí al Puerto de Colonia y
Montevideo
en
Uruguay,
donde
permaneció
siendo
permanentemente controlado por personal de inteligencia de la
República de Uruguay y de Chile, remitiéndosele dinero para su
mantención a través de distintos integrantes de la referida Unidad
Especial;
B) Que durante su permanencia en Montevideo fue
mantenido en un departamento alquilado por sus captores y una
vez que BERRIOS trató de establecer un contacto con la Embajada
de Chile, este no fructificó y en atención a haber exteriorizado su
deseo de retornar a Chile, fue trasladado a una casa de veraneo
ubicada en el balneario del Parque del Plata, Departamento de
Canelones, cercana a la capital uruguaya y como se fugó desde esa
casa sorprendiendo a los oficiales que lo retenían contra su
voluntad, resultó que fue nuevamente sacado desde la Comisaría
donde había buscado refugio, perdiéndose su rastro y apareciendo
un tiempo después su cadáver en una playa cercana con dos
impactos de bala en su cabeza;
DECIMO TERCERO: Que, los hechos que se han descrito en el
considerando anterior, resultan ser constitutivos de los delitos de
secuestro con homicidio y de secuestro, descritos en el inciso final
del artículo 141 del Código Penal, el primero de ellos y sancionado
con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio
perpetuo calificado, y, el segundo de los referidos ilícitos constituye
el delito de secuestro, descrito en el inciso primero del referido
artículo y sancionado en el inciso cuarto del mismo con la pena de
presidio mayor en su grado medio a máximo, por cuanto la
detención se prolongó por más de quince días;
2) En cuanto al delito de asociación ilícita:
DECIMO CUARTO: Que para establecer el ilícito antes referido se
han reunido en autos los siguientes antecedentes:
a) denuncia de fojas 1 y siguientes interpuesta por el Sr.
Enrique KRAUSS RUSQUE en su calidad de Ministerio del Interior,
el 15 de junio de 1993, por la presunta desgracia del ciudadano
chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién se encuentra
desaparecido de su domicilio desde hace varios meses a la fecha
sin que se sepa su actual paradero.b) acta de inspección personal del tribunal rolante a fojas 8
y siguientes de fecha 21 de junio de 1993, de la causa rol
Nº129.526 del Sexto Juzgado del Crimen de esta ciudad, iniciada el
29 de noviembre de 1989 por el delito de giro doloso de cheque en
contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO y acumuladas, y
encontrándose archivada por sobreseimiento decretado en rebeldía
del inculpado, es reabierta el 23 de febrero de 1991 cuando el
nombrado BERRIOS es puesto a disposición del tribunal, se le
notifican los autos de procesamiento y obtiene su libertad
provisional bajo fianza el 1º de marzo del mismo año, el 11 de
febrero de 1993 existe una constancia de haberse solicitado la
causa por la Excma. Corte Suprema, posteriormente con fecha 16
de junio de ese mismo año se despacha orden de aprehensión en
su contra, bajo apercibimiento de rebeldía, terminando con dicha
diligencia la inspección.c) acta de inspección personal del Tribunal rolante a fojas
55 vta. de fecha 09 de julio de 1993, por la cual se tiene a la vista la
causa rol Nº1410 acumulada a la 129.526, por querella por giro
doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO, en
la que se despachó orden de aprehensión en su contra el 04 de
febrero de 1992, devuelta sin resultado, sobreseyéndose en
rebeldía y tras ser aprobado este se archivó con fecha 13 de enero
de 1993.d) declaraciones de José Miguel VARAS MOREL quién a
fojas 56 y siguientes, señala que en el mes de noviembre de 1991
viajó por razones familiares a Montevideo, allí se acordó de un
amigo, de quién sabía se desempeñaba como Agregado Cultural y
de Prensa en la Embajada chilena en ese país, ante lo cual, lo ubicó
y almorzaron juntos, éste le confidenció que BERRIOS lo había
ubicado por teléfono a través de la Embajada, lo llamó a su casa y
al parecer se encontraron en un lugar cercano, le contó que se
sentía muy sólo en Montevideo donde al parecer lo habían llevado
para protegerlo a raíz de que lo había citado el Ministro BAÑADOS
para interrogarlo en el caso LETELIER.- Agrega que su amigo se
molestó con él por ubicarlo y no quería saber nada de él y que
había negado todo contacto a futuro con él.- Posteriormente, en
careo de fojas 127 vta. mantiene sus dichos y rectifica el hecho de
que al parecer su amigo no se juntó con BERRIOS sino que la
conversación fue en forma telefónica entre ambos.- Posteriormente
en una nueva declaración de fojas 831 agrega que BERRIOS le dio
a entender a su amigo que estaba sometido a algún tipo de
vigilancia o limitación de su libertad.e) declaraciones de Rodrigo Ximeno de ARTEAGABEITIA
HALLEY-HARRIS quién a fojas 58 señala que conoció de la reunión
de un conocido suyo con Eugenio BERRIOS en Montevideo, por los
dichos de su amigo el periodista José Miguel VARAS, quién le
confidenció esto, y él en su calidad –en la época- de asesor de
comunicaciones del Director de la Policía de Investigaciones, y
luego de esto, con su autorización comunicó ello al Director de ese
entonces de apellido TORO.-
f) declaraciones de Diego Alejandro MOLLENHAUER
ESCUDERO, quién a fojas 73 vta. señala que conoció a BERRIOS
cuando ambos estaban detenidos en Capuchinos por giro doloso de
cheque, señaló que era bioquímico, que había trabajado para el
gobierno militar y que había sido miembro de la DINA, agrega que
“gustaba hablar mucho de sus temores, porque según él, era
perseguido, y querían matarlo o alejarlo de su medio”, lo
escuchaban con sorpresa pues todos tenían problemas por el no
pago de obligaciones comerciales, mientras este señor no parecía
preocuparse de sus deudas.- Indica que él fue la persona que le
presentó a su abogado Hernán LOIS, quién finalmente le gestionó y
obtuvo su libertad, lo que aparentemente a BERRIOS no le
interesaba, ya que al parecer, su deseo era permanecer detenido
en Capuchinos.- El decía que allí se sentía mucho más seguro y
cómodo.- Finalmente, señala que entre los meses de abril a junio de
1991 se lo encontró en Providencia y le mencionó que tenía un
trabajo en un país sudamericano que no recuerda y que debía
viajar.g) declaraciones de Carlos Alberto HERRERA JIMENEZ
quién a fojas 569 y siguiente señala que entre el mes de octubre de
1991 hasta el 18 de enero de 1992 estuvo en la ciudad de
Montevideo, residiendo en un departamento que arrendó sobre la
Rambla en el sector de Pocitos, como le solicitaron un aval presentó
a un militar uruguayo a quién conoció cuando éste estuvo en Chile.Agrega que conoció a BERRIOS accidentalmente en Uruguay en un
restaurante, donde se conocieron y hablaron, luego fueron en grupo
hasta su departamento y en el mes de diciembre lo tuvo alojado por
unos días, ya que le expresó que tenía problemas económicos, pero
por ser de mal vivir le solicitó que se fuera.- Nunca tuvo
conocimiento de sus actividades.Posteriormente en su declaración de fojas 3.841 y
siguientes señala que su salida del país, se produjo por una orden
militar dada por Auditor General del Ejército, quién manifestó que
era por una orden del Director de la DINE, orden que evidentemente
venía de sus superiores, esto era así porque hubiera sido imposible
que tanto él como SANHUEZA y BERRIOS hayan salido sin este
conocimiento hacia Uruguay.- Tampoco es casualidad que hayan
llegado al mismo país, puesto que al más alto nivel debió haber un
contacto entre los altos mandos de las instituciones.- Agrega, que
pensaba que la colaboración, como la ayuda y compañía que le
brindaba el militar uruguayo eran fruto de su carácter amistoso, pero
después se dio cuenta que no era tan así ya que obedecía a una
operación de inteligencia de ambos países.h) declaraciones de José Remigio RIOS SAN MARTIN
quién a fojas 581 y siguientes indica que no es efectivo que él haya
desempeñado labores de custodia o escolta de Eugenio BERRIOS,
a quién conoció el año 1976 cuando fue destinado en comisión de
servicio extrainstitucional a DINA, en ese período concurrió en una
ocasión a la casa de Michael TOWNLEY ubicada en el sector de Lo
Curro a retirar unos muebles, donde le fue presentada esta persona
y en otra ocasión que concurrió a dicho lugar también lo divisó.Posteriormente alrededor del año 1977 se lo encontró saliendo de
una panadería ubicada en calle Carmen que era de su tía y allí le
contó que vivía a pocos cuadras y a los días lo fue a visitar, así
comenzó a frecuentarlo y luego se mudo a la casa que daba a los
pies de la panadería, conoció a su novia de ese tiempo de nombre
Viviana ZURITA.- Agrega que BERRIOS por darse importancia lo
presentaba como su protector o escolta.- El siempre lo llamaba
como Alberto ARROYO que era su nombre de seguridad cuando
estaba en DINA.Indica que para el año 1982 en el Ejército lo destinaron a
funciones diversas por lo que lo perdió de vista, al menos en lo que
se refiera a tratar con él, pese a que vivió en dicho lugar hasta el
año 1992.i)
declaraciones
de
Viviana
Patricia
EGAÑA
BONNEFOY, quién a fojas 620 vta. y siguiente señala que en el año
1980 conoció a Eugenio BERRIOS cuando ella trabajaba en el
Cabaret 1.100.- fecha en que iniciaron una relación sentimental que
duró hasta el año 1986, pero continuó viéndolo hasta el año 1988
porque el le iba a pedir cheques prestados.- Posteriormente a fojas
1.184 y siguientes agrega que cuando conoció a BERRIOS siempre
andaba acompañado por un sujeto al que conoció como “pelao
ARROYO”, cuando Eugenio iba a su casa este sujeto lo
acompañaba y lo esperaba en el auto.- Incluso a ella le preguntó
sus dos apellidos y en una ocasión a raíz del caso SORIA hizo un
comentario que había pertenecido a la Brigada MULCHEN, pero
Eugenio le dijo que no siguiera hablando.- En otra ocasión ambos
comentaron que a Carmelo SORIA lo había matado la brigada
MULCHEN en el laboratorio de Lo Curro.- Indica que la chapa de
BERRIOS en la CNI era HERMES BRAVO, tuvo incluso en sus
manos un carnet de identidad con esa identidad, en cuanto al gas
sarin le comentó que él lo había inventado y lo había trabajado para
el gobierno.Posteriormente en su declaración de fojas 2.845 y
siguientes agrega que en una ocasión se encontró en el centro de
Santiago con un sujeto de nombre David MORALES quién le indicó
que BERRIOS estaba afuera del país y que “lo habían sacado los
de arriba y que harto caro les estaba saliendo”.j) que a fojas 626 y siguientes rola exhorto internacional
de la República Oriental del Uruguay por el que se acompaña
certificado de defunción correspondiente a Eugenio Antonio
BERRIOS SAGREDO, indicando como lugar de la muerte el sector
denominado Canelones, perteneciente a El Pinar, estimándose
como fecha de muerte entre los meses de enero a junio de 1993,
siendo la causa de esta: “Heridas encéfalo craneanas por
proyectiles
de arma de fuego.- Instituto Técnico Forense,
Montevideo, abril de 1997”.k) oficio rolante a fojas 837 del Departamento Control
Fronteras de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía
Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 27
de agosto de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal que ha
contar del 01 de enero de 1990, el consultado Eugenio BERRIOS
SAGREDO, no registra anotaciones de viajes.l) oficio rolante a fojas 839 y siguiente de la Jefatura
Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de
Investigaciones de Chile de fecha 02 de septiembre de 1998, por el
que se dá cuenta al Tribunal de los ingresos y salidas del país de
Eduardo RADAELLI COPOLLA.m) declaraciones de Fabiola LETELIER DEL SOLAR
rolantes a fojas 922 y siguientes en las que señala que atendida su
calidad de abogado querellante por más de 15 años en el
denominado caso LETELIER, atendido el mérito de lo allí
investigado, puede afirmar que Eugenio BERRIOS SAGREDO era
una agente civil de la DINA de profesión químico que trabajó
durante los años 1975 a 1976 en un recinto de la DINA ubicado en
el sector de Lo Curro junto a otras personas en la elaboración del
denominado gas sarin, cuya utilización estaba destinada a la
eliminación física de opositores al régimen militar y por haber
decretado su detención el Sr. Ministro de la Corte Suprema don
Sergio BAÑADOS CUADRA, fue sacado del país por oficiales
chilenos y mantenido en Uruguay con la colaboración de militares
de ese país.- Termina su declaración señalando que, aparece como
un hecho claro y preciso que BERRIOS, fue asesinado por sus
captores.n)
declaraciones
de
Juan
Manuel
Guillermo
CONTRERAS SEPULVEDA quién a fojas 969 y siguiente declara
que fue el Director Ejecutivo de la DINA entre 1974 y 1977, no
conoció a Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién no fue funcionario
de la DINA ni menos agente, porque dichos funcionarios debían
pertenecer a las instituciones de la defensa nacional.- El fue
vinculado a DINA por la prensa pero sólo perteneció a Patria y
Libertad, junto con TOWNLEY, OYARZUN y ETCHEPARE.- Supo
que ellos trabajaban en forma particular elaborando boldina y para
ello contaban con los servicios de dicho químico.- Posteriormente
cuando estaba internado en el Hospital Militar en el año 1991, el
Auditor General del Ejército le comentó que la CNI le había pagado
un sueldo a BERRIOS y a los otros nombrados en forma mensual
hasta 1990, ignorando el motivo de estos pagos.Posteriormente, en una nueva declaración de fojas 2.586 y
siguientes agrega que la salida de Eugenio BERRIOS del país, no
fue porque se tratara de un testigo clave en el caso de la muerte de
Orlando LETELIER, sino que le asiste el convencimiento de que se
trataba de un problema de drogas.- Y como se había transformado
en un alcohólico y drogadicto, había personas interesadas en
sacarlo del país, debido a que se hacía muy peligroso para la
organización para la que trabajaba.- Señala que la persona que dio
la orden de sacarlo, es decir el Director de Inteligencia Nacional,
desconocía la verdadera razón de la orden que debió recibir de un
escalón superior en este sentido.- Sin orden superior no podía
ordenar una operación de esta naturaleza, pues se trataba de una
operación
internacional
en
que
se
involucraban
relaciones
extranjeras.o) declaraciones de Odlanier Rafael MENA SALINAS quién
a fojas 1.182 señala que nunca conoció ni vió a Eugenio BERRIOS,
si supo que trabajaba para la DINA cuando él llegó a la CNI y que
cuando se allanó la casa de Lo Curro habían unas dependencias
que eran usadas como laboratorio por esta persona y habían
comentarios de que estaba experimentando con el gas sarin y otros
productos.- Por otra parte ratifica sus dichos en una entrevista
periodística en el sentido que el general CONTRERAS había
intentado asesinarlo, lo que supo por una carta que le envío
Mariana Callejas quién le comunicó esto y que sería a través de un
compuesto preparado por BERRIOS y que se lo iba a dar una
secretaria de la CNI lo que posteriormente fue ratificado por Michael
TOWNLEY en una declaración en el denominado caso LETELIER.Finalmente agrega que en el proceso por la muerte de Orlando
LETELIER es posible que fuera muy importante la declaración de
BERRIOS por las investigaciones que el realizaba, por haber tenido
conocimientos que no era conveniente que se supieran, pero no le
consta.Posteriormente a fojas 5.663 y siguiente señala que
cuando se recibió de CNI le encomendó al Mayor SECCATORE que
averiguara con relación a Eugenio BERRIOS, -ya que sabía de su
existencia y de los trabajos que había hecho en Lo Curro, por
informaciones que se tenían-, si mantenía aún en su poder restos
de gas sarin, por su contenido altamente peligroso, luego este
oficial le informó respecto de las conversaciones que había tenido
con BERRIOS y hasta allí llego el tema.p) oficio del Departamento de Control Fronterizo de la
Policía de Investigaciones de Chile de fecha 21 de septiembre de
2001 rolante a fojas 1.696 y siguientes que da cuenta de los
registros de entradas y salidas del país, entre el 01 de enero de
1990 a 31 de diciembre de 1995, de Raúl Diego LILLO
GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, Arturo
Rodrigo SILVA VALDES, Jaime Fernando TORRES GACITUA y de
Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN.q) informe policial de fecha 08 de agosto de 2002 rolante
a fojas 1.899 y siguientes que da cuenta de los registros de
entradas y salidas del país de Nelson Williams ROMAN VARGAS.r) declaraciones de Juan Bautista FERRARI GRILLI
quién a fojas 2.390 señala que ratifica íntegramente su declaración
policial de fojas 1.690, precisa que la persona a quién se la llevó
para que la atendiera y que después reconoció en fotografías como
Eugenio BERRIOS, estaba acompañado por dos personas más que
al parecer eran chilenos, él estaba bajo un estado de ansiedad y
angustia, se veía asustado, sudoroso, desaliñado, con ropa de
vestir de buena calidad.- Agrega que cuando lo hizo pasar a su
consulta, una persona intentó entrar con él, pero no se lo permitió y
le pidió que esperara afuera.- Luego procedió a examinarlo,
pudiendo
advertir
que
no
tenía
sus
facultades
mentales
perturbadas.- Fue el comisario HERNANDEZ quién le pidió que lo
atendiera.- Agrega que le practicó un test neuro psicológico mínimo
o test minimental que dura unos diez minutos que consiste en un
método oral en que se le dicen palabras que debe memorizar y
luego se le hacen preguntas en torno a ellas, este tiene un puntaje
que en el caso de los dementes puede arrojar un 40 % de
efectividad en el caso de esta persona arrojó un 100 %.- Finalmente
señala que en el Ministerio del Interior se le exhibieron fotografías
donde reconoció a BERRIOS como la persona que se presentó en
su consulta.s) declaraciones de Luis Angel MIGUEZ, quién a fojas
2.391 señala que ratifica su declaración policial de fojas 1.688,
quién señala que cuando BERRIOS llegó al edificio en que trabaja
como conserje, se presentó como Hernán Tulio ORELLANA, era
una persona muy tranquila que salía a caminar sólo, a veces iba al
supermercado, los únicos que estaban con él eran otros ciudadanos
chilenos que se alternaban viviendo con él, ni siquiera entraba nadie
a limpiar su departamento.t) declaraciones de Mariana Ines CALLEJAS HONORES,
rolantes a fojas 2.723 y siguientes donde señala que conoció a
Eugenio BERRIOS en su casa de Lo Curro que servía como cuartel
de DINA cuando llegó a formar y trabajar en un laboratorio que iba a
preocuparse de la fabricación de un gas letal llamado SARIN.Agrega que el material y los elementos que requerían estos trabajos
se compraban en Europa, él trabajaba desde temprano y hasta muy
tarde en la noche sin detenerse.- Cuando a principios de 1977 se
disolvió la DINA y esta pasó a llamarse CNI, no vió más a Eugenio
BERRIOS y el laboratorio fue desmantelado por subordinados del
General CONTRERAS.- Recuerda que BERRIOS le manifestaba
sus ideas de eliminar personas con material que podía conseguir
del Instituto Bacteriológico, le habló del estafilococo dorado, que era
muy fácil de introducir en la comida de las personas, conversación
que recordó a los años cuando murió Eduardo FREI MONTALVA.Señala que a su marido y a ella se le pagaba un salario por parte de
DINA al igual que a las personas que trabajaban en el Cuartel de Lo
Curro.- Posteriormente en su declaración de fojas 6.702 y
siguientes, agrega que a BERRIOS lo llevó a Lo Curro su marido
Michael TOWNLEY y lo presentó como un químico que trabajaría
con él y con Francisco OYARZUN, este último se fue a Suecia
cuando ocurrió un tema de Concepción, pensando que podría
quedar involucrado en eso.u) declaraciones de Maria Rosa Alejandra DAMIANI
SERRANO, quién a fojas 2.726 y siguientes señala que ratifica
íntegramente su declaración extrajudicial prestada ante la Policía de
Investigaciones.- Agrega que las declaraciones que hubiera podido
prestar Eugenio BERRIOS en la causa por el homicidio de Orlando
LETELIER, eran importantes ya que él trabajaba directamente con
las personas que estaban en la parte operativa.v)
declaraciones
de
Federico
Augusto
MARULL
BERMUDEZ quién a fojas 2863 y siguientes señala que fue Cónsul
General de Chile en Montevideo entre 1991 y 1992, y el Embajador
era don Enrique RODRIGUEZ REBOLLEDO.- Agrega que el
consulado funcionaba en la planta baja de la Embajada, también
trabajaban allí, entre otros el Agregado de Prensa y de Cultura y
Emilio TIMMERMANN que era el Agregado Militar.- Señala que en
una ocasión mientras estaba en el Consulado le pasaron una
llamada de un ciudadano chileno, ante lo cual contestó y le
indicaron “habla Eugenio BERRIOS, quería hablar con usted”, ante
lo cual le contestó que viniera y que el Consulado estaba en la calle
Andes, y él señaló “si sé donde esta, pero no puedo ir por ahora
porque estoy medio vigilado”, y cortó, recuerdo que incluso hizo
una broma ante las presentes por el sentido de la conversación,
pero en eso apareció el agregado de prensa y le preguntó quién
había llamado y luego de informárselo, éste dijo que no hiciera
bromas, que podía tratarse del mismo Eugenio BERRIOS que era
requerido por la justicia en Chile y le recomendó que diera cuenta al
Ministerio en Santiago en forma inmediata, indicándole que al
hacerlo se “iba a llenar de gloria” por su celo funcionario, pues
había leído la noticia en un diario de Chile.- Lo anterior, sin indicar
que lo conocía de antes, en cuyo caso hubiera agregado dicho dato
al telex que finalmente mandó, llegándole una respuesta en el
sentido que necesitaban más antecedentes, tales como el segundo
apellido, pero como no tenía tales antecedentes, no volvió a insistir
ante la Cancillería y no supo más de este Sr. BERRIOS.Posteriormente hubo un sumario por estos hechos en la Cancillería
y se le impuso finalmente una multa del 70% de sus sueldo por un
mes.w) oficio del Departamento Control Fronteras de la
Policía de Investigaciones de Chile rolante a fojas 2.943 y siguiente,
dando cuenta de los registros de las entradas y salidas del país de
los acusados de nacionalidad uruguaya.x) declaraciones de Ramón Julio RIVAS VILA rolantes a
fojas 3.392 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde
la República Oriental del Uruguay, reseñadas en la letra q’) del
motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por
expresamente reproducida en esta parte.y)
declaraciones
de
Elbio
Alberto
HERNANDEZ
MARRERO, rolantes a fojas 3.396 y siguientes recabadas vía
exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay,
reseñadas en la letra r’) del motivo décimo tercero de la presente
resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta
parte.z)
declaraciones
de
Hugo
Abayuba
CABRERA
VILLARREAL, rolantes a fojas 3.402 y siguientes recabadas vía
exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay,
reseñadas en la letra s’) del motivo décimo tercero de la presente
resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta
parte.a’) declaraciones de Teresa María MENDEZ REGO
rolantes a fojas 3.405 y siguientes recabadas vía exhorto
internacional desde la República Oriental del Uruguay, reseñadas
en la letra t’) del motivo décimo tercero de la presente resolución,
que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.b’) declaraciones de David Manuel MORALES LAZO,
quién a fojas 3.442 y siguientes, indicadas en la letra v’) del motivo
décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por
expresamente reproducida en esta parte.c’) Informe policial de fojas 3.562 y siguientes de fecha 19
de mayo de 2003, por el cual la Policía de Investigaciones informa
al Tribunal que consultado en el Departamento de Asesoría
Técnica, Eugenio BERRIOS SAGREDO, entre otras, registra tarjeta
informativa por orden de aprehensión pendiente en causa rol Nº191 de fecha 08 de noviembre de 1991 de la Excma. Corte Suprema
de Justicia, reiterada con fecha 21 de enero de 1992.d’) declaraciones de Francisco Maximiliano FERRER
LIMA quién a fojas 3.938 y siguientes señala que como jefe del
servicio secreto, la misión de la salida de Chile y el encasillamienrto
dentro de su servicio, de Luis Arturo SANHUEZA ROS le fue
impuesto por el General Director de DINE, a quién le manifestó sus
reparos, pues no aceptaba que el servicio secreto fuera utilizado
para realizar ese tipo de actividades, pero él le indicó que era una
orden y estas de daban para ser cumplidas.- Agrega que
conociendo a éste general, no le quedó ninguna duda de que él a
sus vez estaba cumpliendo una orden superior.- Luego este tema
fue un desastre por cuanto SANHUEZA sólo produjo gastos y
riesgos y la ciudad donde residía en Argentina no era de aquellas
donde existieran aspectos militares de importancia, posteriormente,
por orden del mismo general, le traspasó esta persona al mayor
SILVA o a GAETE, no lo recuerda, sin volver a verla.e’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA
quién a fojas 4.061 señala que efectivamente como oficial de
Ejército, habiendo recién asumido la jefatura de la unidad Asesoría
de Análisis, a fines de julio de 1994 recibió una orden del Director
de DINE de ese período, para que se contactara con el oficial
SANHUEZA ROS que vivía en San Martin de los Andes, Argentina y
que preparara las condiciones para que pudiera volver a Chile a
fines de año para ser presentado a la justicia chilena.- Lo que
finalmente ocurrió, agrega que a SANHUEZA mensualmente se le
depositaba la cantidad de mil quinientos dólares, que no recuerda si
era el Coronel GARCIA de Finanzas o el Director de DINE quién se
los entregaba.- Indica que cuando se hizo cargo de la unidad
Asesoría de Análisis su comandante anterior le entrego sólo una
carpeta con antecedentes, relacionada con SANHUEZA, y cuando
se produjo el desprendimiento de SANHUEZA de la asesoría y él
salió con una nueva destinación procedió a incinerar dicha carpeta
con documentos.-
f’) declaraciones de Aldo Nolberto DUQUE SANTOS, quién
a fojas 4.110 y siguientes señala conoció a Eugenio BERRIOS el
año 1986 cuando se desempeñaba como oficial sumariante en la 3ª
Fiscalía Militar de Santiago, hasta donde llegó con su pareja de
nombre Viviana EGAÑA
a interceder por unos pasteleros del
negocio de su tía que habían estado involucrados en una riña, se
les dio la libertad y él quedó muy agradecido por ello, lo que fue el
comienzo de una amistad que tuvo con ellos por varios años.Señala que la última vez que lo vió el año 1991, estaba muy
desmejorado, decía que “lo tenían loco” y que iba a abandonar el
país, sin precisar porque motivo, pero indicó que se iría con una
“chapa”, esto último porque poco antes había estado privado de
libertad por cheques y obtuvo su libertad por el Pacto de San José
de Costa Rica, ante lo cual le advirtió, como abogado, que debía ir
al 6º Juzgado del Crimen a arreglar si situación.- Recuerda que en
una oportunidad BERRIOS le preguntó si conocía al Ministro
BAÑADOS, señalando que “lo requería y que lo andaba buscando
debido a TOWNLEY”.Posteriormente en la audiencia de prueba rolante a fojas
14.313 y siguientes agrega que la última vez que vió a Eugenio
BERRIOS fue en septiembre u octubre de 1991, se veía muy mal,
andaba con un abrigo raído, con barba y pelo desgreñado, señala
que lo invitó a almorzar al mercado central, éste le señaló que lo
perseguía la DINA, la CNI y el FBI, decía que lo tenían loco y que
estaba desesperado, indicó que la CNI y la DINA lo andaban
buscando.- Finalmente, agrega que cuando recién lo conoció,
alrededor del año 1987 o 1988, en una ocasión le mostró una
pequeña ampolla y le dijo que eso producía el efecto que una
persona lo aspiraba y se le producía un ataque cardiaco y su
muerte parecía ocasionada por causas naturales y que al hacerle la
autopsia no encontrarían nada.g’) declaraciones de Flor Margarita CALDERON RIOS,
quién a fojas 4.157 y siguientes señala que ingresó como empleada
civil el año 1975, prestando servicios en DINA, CNI, DINE y el BIE
hasta el año 2001, agrega que formó parte de la unidad Asesoría de
Análisis junto a Erika SILVA, estaba al mando del mayor Arturo
SILVA y funcionaba en un local ubicada en calle Gay entre
República y Avda. España, además estaba el Capitán TORRES, el
empleado civil LILLO, los sargentos VERGARA, JARAMILLO,
HERNANDEZ, ROMAN y SANDOVAL.h’) oficio del Ministerio de Defensa Nacional rolante a
fojas 4.415 y siguientes de fecha 22 de octubre de 2003 por el cual
se informa al tribunal que recabados los antecedentes ante la
Auditoria General del Ejército esta informó que no fue posible
encontrar las ordenes de servicio mediante las cuales se habría
dispuesto que entre los años 1991 a 1993 esta repartición
proporcionara defensa jurídica a miembros del Ejército.- Sin
embargo, se pudo establecer que entre los años 1990 a 1995,
habría funcionado en la Auditoria en forma experimental los
departamentos IV y V cuyas actividades específicas habrían sido
las siguientes:
- DEPARTAMENTO IV: Coordinar la defensa judicial y la asesoría
legal que debe prestarse al personal en asuntos del servicio y
proponer la documentación referente a los requerimientos de los
tribunales de justicia a través del Estado Mayor General del
Ejército.-
- DEPARTAMENTO V: otorgar al personal de la institución la defina
judicial y la asesoría legal que debe prestarse en materias
particulares de índole civil, penal y de policía local.i’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército
rolante a fojas 4.683 de fecha 19 de noviembre de 2003 por el cual
se informa al tribunal que ante la solicitud de informar si con motivo
de la salida del país de Carlos HERRERA JIMENEZ, Arturo
SANHUEZA ROS y Eugenio BERRIOS SAGREDO, se inició
investigación interna o sumario administrativo o si se dio cuenta a
la justicia militar, atendido que para facilitar dicha salida habrían
participado miembros en servicio activo de la institución, se señala
que practicadas las averiguaciones pertinentes, se pudo determinar
que en la Institución no existen antecedentes que permitan dar
satisfacción a lo consultado.j’) declaraciones de Sonia CASARETTO ZALACAIN
prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de
Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a
fojas 5.698 y siguientes señala: que entre los años 1991 a 1992
vivió en Montevideo, Uruguay en el departamento 401 de calle
Buxaredo Nº1117, contiguo al suyo se ubica el departamento 403,
donde, señala que se le exhibieron fotos pero nunca tuvo la certeza
de que se tratara de BERRIOS, agrega que los muchachos que lo
acompañaban eran de pocas palabras y con BERRIOS, sólo se
limitaba al “buenos días o buenas tardes”, indica que en el ascensor
le comentó que era representante de empresas chilenas en
Uruguay, muchas veces se encontraban en la calle, iban al mismo
supermercado, él iba sólo a hacer las compras, señala que no lo
conocía por el nombre, sólo sabía que era chileno, la mayoría de las
veces lo vió sólo, no iba a la playa, sólo iban los muchachos y
desde su terraza vió que en el departamento de ellos había una
antena grande, desconociendo que era un equipo transmisor.- La
última vez que lo vió fue el 10 de diciembre de 1992, era el
cumpleaños de su hija y él le ayudo a bajar los refrescos del
ascensor, después de esa fecha no volvió a ver gente en ese
departamento.k’) declaraciones de Héctor Hernando LLUIS LEONI
prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de
Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a
fojas 5.718 y siguientes señala: que para el año 1992 era uno de los
tres subdirectores de la Dirección General de Información de
Defensa (DGID) de Uruguay y en febrero de 1993 fue designado
como Agregado Militar y Naval de la República de Chile.- Señala
que un día domingo del año 1992 lo llama en la tarde un Coronel,
que era el jefe del Departamento 1º de la DGID, para informarle que
unos amigos suyos chilenos habían tenido un problema que había
dado lugar a la intervención policial, que el Jefe de la Policía, en ese
entonces, el Coronel RIVAS se desplazaba hacia la Comisaría del
Parque del Plata, ante lo cual le señaló que se dirigiera a dicha
comisaría y que él iba a llamar al Coronel RIVAS, lo que hizo,
explicándole la magnitud del problema y que dicho coronel iba en
camino a la Comisaría, se ofreció él también para ir, pero el Coronel
RIVAS le manifestó que no era necesaria y que ya había tomado
conocimiento del tema.- Luego en la noche lo vuelve a llamar su
subalterno para informarle que ese amigo chileno “había armado un
escándalo o algo así”, debido a que había tomado tranquilizantes y
bebido alcohol en exceso, con motivo de su cumpleaños, que luego
fue a hablar con un vecino para decirle que estaba secuestrado.
Ante lo cual el vecino dijo que iban a ir a la Comisaría, donde se
solucionó el problema, ya que el individuo se tranquilizó.- Agrega
que le ordenó a este coronel que el día lunes le informara, lo que
hizo, sin recordar los detalles.l’) declaraciones de Mario AGUERRONDO prestadas
mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera
Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.733
y siguientes señala: para el año 1992 era el Director General de la
DGID en Uruguay, respecto del incidente ocurrido en la Comisaría
del Parque del Plata, tuvo conocimiento a través del Coronel LLUIS
quién lo llamó a Venecia, donde estaba en una conferencia, y le
informó que un Teniente coronel había tenido un incidente en el
balneario de Parque del Plata con una persona que aparentemente
en un asado se habría emborrachado y habría hecho una denuncia
en la seccional, pero que luego se habrían aclarado los hechos y
todo había vuelto a la normalidad y que el individuo que era un
chileno había retirado la denuncia.- Agrega que antes había tomado
conocimiento por parte de ese mismo Teniente coronel que un
chileno llegaba a Uruguay a entrevistarlo y que era experto en
armamentos, según cree recordar, señala que autorizó a éste a
tomar contacto con él y que luego le informara.- Finalmente señala
que por estos hechos hubo sanción para el dicho oficial por parte
del Comandante en Jefe, quién estaba en el extranjero, fue un
arresto de rigor por dar motivo a una intervención policial y que él
posteriormente fue relevado de la DGID como consecuencia de la
investigación del Ministerio de Defensa que se hizo.m’) declaraciones de Katia Estela MEDINA HIDALGO,
compulsadas en copia autorizada desde el anexo B de estos autos,
rolantes a fojas 6.043 y siguientes, quién ratifica su declaración
policial en la parte en que señala que el Comandante de BIE, del
cual era secretaria, mantenía un contacto telefónico con un coronel
uruguayo, ambos se llamaban, agrega que dicho oficial estuvo en
Chile.- A mayor abundamiento exhibe y acompaña al tribunal su
libreta telefónica de la época donde figuran los datos de dicho oficial
uruguayo.n’) declaraciones de Juan Raúl GONZALEZ REBOLLEDO,
quién a fojas 6.047 y siguientes señala que durante el año 1991,
como sub oficial de Ejército, se desempeñó como ayudante del
Comandante del BIE, indica que en una fecha que no puede
precisar de ese año, el Comandante del Batallón le impartió la
orden de preparar una dependencia del subterráneo, ante lo cual le
ordenó a un subalterno que lo hiciera.- Agrega que nunca vió a
Eugenio BERRIOS en dependencias del BIE.ñ’) declaraciones de Rene Francisco YAÑEZ SAAVEDRA
quién a fojas 6.100 y siguientes señala que como suboficial de
Ejercito se desempeñaba en la Unidad de Apoyo Técnico en el BIE,
entre sus funciones estaban las de adulterar cédulas de identidad y
otras.- Agrega que a mediados o fines del año 1991 se restringió el
acceso al subterráneo del BIE, ubicándose un cartel en que se
prohibía el acceso a esa dependencia, por orden del comandante
de la unidad o del segundo, sólo ellos podían disponer tal medida.o’) declaraciones de Marcos Andrés STAGNARO TELLO
quién a fojas 6.135 y siguientes señala que como empleado civil del
Ejército, se desempeñaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército,
su comandante lo mandó a buscar y le solicitó una cédula de
identidad en blanco, ante lo cual le hizo entrega de una que había
en la Unidad de Apoyo Técnico, lo vió y se la devolvió
inmediatamente, luego le pasó una de las cédulas que actualmente
están en vigencia y le preguntó si era posible de adulterar,
respondiéndole que con los medios con que se contaba en el BIE
era imposible.- También recuerda que en otra ocasión le pasó su
pasaporte personal y le preguntó lo mismo, ante lo cual le manifestó
que no era posible de adulterar o falsificar.Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 15.282 y
siguientes, señala que en su declaración anterior omitió declarar
ciertos hechos por un tema de lealtad, para proteger a los mandos,
y también institucional, porque aún es funcionario en servicio activo
del Ejército.- Agrega que en la primera ocasión que concurrió a
declarar, recibió una llamada telefónica anónima señalándole que
tuviera cuidado con lo que hablaba.- Indica, en a mediados del año
1991 lo mando a buscar el comandante del BIE, donde se
desempeñaba en la Compañía de Apoyo Técnico, estaba con otro
oficial de otra repartición quién traía una fotografía que después
supe se trataba de Eugenio BERRIOS y se me ordena confeccionar
una cédula de identidad adulterada con dicha fotografía, lo que hizo
y al terminar concurrió a entregársela a su comandante, señalando
ambos oficiales que el trabajo no había quedado bueno.- A los días
concurrió otro oficial al BIE con otra foto de esta persona y se le
ordena hacer la misma operación por el Comandante, pero ahora el
oficial también traía la cédula de identidad, entregándola conforme a
los días después.- Finalmente, agrega que al tiempo después el
comandante le pasa una fotografía donde había un sillón y otra en
que estaba BERRIOS con un diario en la mano, debiendo hacer con
los medios de esa época lo que ahora se conoce como fotoshop y a
los días vió que aparecía dicha fotografía en los diarios, indicándose
que BERRIOS estaba vivo.p’) declaraciones de Edison Hugo Emerson TORRES
FERNANDEZ quién a fojas 6.167 y siguientes señala que como
empleado civil del Ejército, en la primavera del año 1991 mientras
se desempeñaba en el BIE en la parte de tránsito de dicho batallón
en el lugar donde se estacionan los vehículos, se cruzó con un
sujeto al que reconoció como Eugenio BERRIOS SAGREDO, él
también lo reconoció e intercambiaron saludos y un par de palabras,
hacía mucho tiempo que no lo veía, desde que ambos coincidieron
en el movimiento político “Patria y Libertad”, y le sorprendió la razón
sobre lo que hubiera estado haciendo en ese lugar, estaba como
tomando sol, no se veía como una visita, porque no usaba la
credencial que normalmente usan las visitas y tampoco vestía de
una manera formal.- Agrega que dicha credencial incluso deben
utilizarla miembros del Ejército que han pertenecido al BIE o
personal en retiro que vuelve al cuartel.q’) oficio Nº1595/322 del Jefe del Estado Mayor General
del Ejército de fecha 01 de abril de 2005, rolante a fojas 6.733 por el
cual se informa al Tribunal que el acceso de particulares para
pernoctar y/o permanecer en un cuartel militar, sólo es posible con
la autorización del respectivo Comandante.r’) declaraciones de Juan Carlos BRIONES VALENZUELA
quién a fojas 7.025 y siguientes señala que en abril de 1991 con el
grado de Coronel de Ejército, fue designado como segundo
Comandante del Batallón de Inteligencia del Ejército, y en una
ocasión en el patio de mantenimiento de la unidad vió a Eugenio
BERRIOS, no recuerda las vestimentas que llevaba pero de
inmediato se dio cuenta que no era un funcionario del BIE y
posteriormente cuando lo vió aparecer en los medios de prensa lo
relacionó con la misma persona que había visto en la unidad.Agrega que el comandante del BIE nunca le manifestó que se
encontraba un extraño en el batallón y porque razón estaba allí, él
tampoco se lo preguntó, porque al Comandante le corresponden las
labores operativas y al segundo las labores administrativas.s’) declaraciones de Luis Felipe FERNANDEZ SOTO quién
a fojas 7.178 y siguientes señala que para el año 1991 se
desempeñaba como conductor del Comandante del BIE y señala
que en una oportunidad cuya fecha no recuerda exactamente, éste
le ordenó que bajara al subterráneo, al lado de la enfermería, y le
preguntara a una persona que allí se encontraba si necesitaba algo,
esta persona le manifestó que necesitaba leche blanca y ranitidina
por problemas a la ulcera, ante lo cual el coronel le dio dinero para
comprar lo que esta persona necesitaba.- Esta persona estuvo por
dos semanas en la unidad y a diario bajaba a ver si necesitaba algo,
y tiene entendido que después de las siete de la tarde, salía al patio
a dar una vuelta.- Agrega que cuando señala que a los tres días
supo de quién se trataba, indica que no recuerda si se lo mencionó
alguien o leyó en la prensa que se mencionaba a esta persona.Luego, de un día para otro, no vió más a este señor BERRIOS y el
comandante no le volvió a ordenar que fuera a verlo al subterráneo
para preguntarle acerca de sus necesidades.t’) declaraciones de Luis Arturo SANHUEZA ROS quién a
fojas 7.886 y siguientes señala que estando en Uruguay, es efectivo
que concurrió a Parque del Plata el día viernes 13 de noviembre de
1992 con su grupo familiar invitado por un militar uruguayo
procesado en estos autos junto a su grudo familiar, en la casa de
éste, compraron carne para hacer un asado el próximo día, pero
alrededor de las 13:30 horas del día siguiente cuando vuelve a la
casa después de
haber asistido a misa, se encuentra allí con
militares chilenos que le señalan que debe volver inmediatamente
con su familia a Montevideo, en un furgón que llevaban ellos y en el
que los trasladaron, sin darle mayores explicaciones al respecto.u’)
declaraciones
de
Juan
Gustavo
ETCHEPARE
OLIVARES, quién a fojas 9.890 y siguientes señala que a Eugenio
BERRIOS lo conoció en el matrimonio de una hija de Michael
TOWNLEY, de quién era amigo, después lo visitaba en su
panadería y a su vez él concurría a su casa.- Recuerda que cuando
lo visitaba en el negocio, en la caja atendía una mujer joven y
además circulaba una persona a quién conoció como “pelao
ARROYO”.- Hablaba mucho de la boldina pero nunca del gas sarin
por el que se le pregunta.- Finalmente con relación al laboratorio de
Lo Curro, señala que Michael TOWNLEY estaba oculto y no
recuerda si fue personalmente o por teléfono que, en forma urgente
le solicitó que desarme el laboratorio, lo que hizo ayudado por unos
sub oficiales que trabajaban con él, luego pusieron los elementos en
un camión cuyo destino desconoce.v’)
declaraciones
de
Ismenia
del
Carmen
SOTO
MARTINEZ, reseñadas en la letra v’’) del motivo décimo tercero de
la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida
en esta parte.w’) declaraciones de Ricardo Héctor Omar VIDAL
GARRIDO, quién a fojas 10.357 y siguientes señala que como
oficial de Ejército, entre los años 1989 a 1994 estuvo encuadrado
en la unidad G-4, perteneciente al Batallón de Inteligencia del
Ejército, señalando que en una oportunidad en que concurrió al
Cuartel ubicado en calle García Reyes y se encontraba almorzando
en el casino, pudo observar a un hombre comiendo sólo y al tiempo
después cuando apareció en los medios de comunicación la
fotografía de Eugenio BERRIOS
SAGREDO la relacionó con la
misma persona que antes había visto, pero nunca comentó este
hecho con nadie.- indica que esta persona le llamó la atención por
cuanto no era frecuente que al BIE ingresara gente extraña, todos
se conocían al menos de vista y a esta persona nunca la había
visto.x’) declaraciones de Jaime Jorge Fernando TORRES
FLEMING quién a fojas 10.378 y siguientes señala que como oficial
de Ejército llegó al BIE el año 1990 designándosele como Jefe de la
sección organismos internacionales y resto del mundo que se
encuadraba dentro de la Unidad de Contraespionaje o G-3, en ese
período escuchó comentarios de sub oficiales antiguos en el sentido
que había llegado una persona invitada por el comandante del
batallón, sin saber quién era y posteriormente atendido lo que
escuchó en los medios de comunicación, los sub oficiales
relacionaron a esta persona con Eugenio BERRIOS.y’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA
quién a fojas 11.180 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS
nunca lo vió en el BIE, pero si supo que había estado cuando volvió
de hacer el curso de Capitán a fines del año 1991, informándose en
forma extraoficial de dicha situación.- Agrega que posteriormente
fue encuadrado en la unidad “Asesoría de Análisis” y le
correspondió hacerse cargo del tema del regreso al país de
SANHUEZA ROS por ordenes superiores.z’) declaraciones de Víctor Hugo POZA REYES rolantes a
fojas 11.329 y siguientes reseñadas en la letra b’’’) del motivo
décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por
expresamente reproducida en esta parte.DECIMO QUINTO: Que los antecedentes probatorios que se han
enunciado en el considerando anterior constituyen un conjunto de
presunciones judiciales que apreciadas de conformidad a la ley
permiten a este tribunal tener por justificados los siguientes hechos:
C) Que como se ha explicitado anteriormente, para proceder
a retener y sacar del país a Eugenio BERRIOS SAGREDO se
implementó una operación especial de inteligencia, articulada por
quien entonces se desempeñaba a cargo de esa Dirección en el
Ejército de Chile, quién manifiesta haber actuado en cumplimiento
de una orden emanada del Comandante en Jefe del Ejército de la
época, General Sr. Augusto PINOCHET UGARTE y, en atención a
ella procedió a formar una asociación con propósitos delictuales que
se constituye al interior de la referida institución y que utilizando los
medios que ella proporciona a sus integrantes para la ejecución de
sus tareas profesionales, estableció una línea de mando jerárquica
paralela a la que detentaban dentro de la orgánica de la Dirección
de Inteligencia del Ejército (DINE), contando el jefe superior de la
Auditoría General del Ejército (AUGE) y del Batallón de Inteligencia
del Ejército (BIE) quienes sumados a algunos de los integrantes de
la denominada Unidad Especial, que dependía del jefe superior de
la referida Dirección de Inteligencia, procuran recursos económicos
a los miembros del grupo para la realización de las misiones ilícitas
que le son encomendadas, establecen vínculos con militares
extranjeros a los que invitan a participar en esta organización
delictual, quienes, en algunos casos actúan directamente, y, en
otros colaboran en la perpetración de los delitos que se investigan
en la presente causa, lo que ha significado que durante un extenso
periodo de tiempo – 1991 a 1993 – han podido seguir operando al
margen de la ley, sin que el mando superior de la institución de que
formaban parte haya tomado alguna medida para lograr su
desarticulación o para impedir la prosecución de sus actividades
ilícitas, ni tampoco haya denunciado los diversos delitos e
irregularidades administrativas a la justicia ordinaria o a la militar, o
haya, iniciado una investigación interna, lo que ha significado que
en la práctica les ha proporcionado una protección a los integrantes
de esta asociación delictual a pesar de que estos hechos son de tal
gravedad que los participes en ellos con sus conductas han podido
llegar a comprometer la seguridad del Ejercito de Chile, como
asimismo,
el
normal
desenvolvimiento
de
las
relaciones
internacionales con un país extranjero y el prestigio de la
administración de justicia;
DECIMO SEXTO: Que los hechos establecidos en el fundamento
anterior dan origen al delito de asociación ilícita descrito en el
artículo 292 del Código Penal y sancionado en los artículo 293 y
294 del referido cuerpo legal con las penas de presidio mayor en
cualquiera de sus grados y, con presidio menor en su grado medio y
con presidio menor en su grado mínimo, respectivamente;
3.- En cuanto al delito de infracción al artículo 295 bis del
Código Penal:
DECIMO SEPTIMO: Que para la comprobación del ilícito antes
referido se han agregado a los autos los siguientes elementos:
a) denuncia de fojas 1 de fecha 15 de junio de 1993,
formulada por el entonces Ministro del Interior de Chile don Enrique
Graus Rusque, dando cuenta de la presunta desgracia de Eugenio
BERRIOS SAGREDO.b) declaraciones de la cónyuge de este último Gladys
SCHMMEISER ARRIAGADA, prestadas a fojas 5, 15, 426, 611 y
1.555, que constan en el motivo décimo del presente fallo.-
c) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA
rolantes a fojas 4.061, que se encuentra detallada en el
considerando décimo del presente fallo.d) declaraciones de Arturo SILVA VALDES que aparecen en el
motivo vigésimo noveno del presente fallo.e)
declaraciones
de
Pablo
RODRIGUEZ
MARQUEZ
señaladas en el motivo trigésimo tercero de esta sentencia.f) declaraciones de Jaime TORRES GACITUA que aparecen
reseñadas en el motivo trigésimo primero del presente fallo.DECIMO OCTAVO: Que los antecedentes que se han enunciado en
el
motivo
anterior
no
resultan
suficientes
para
tener
por
completamente justificada la existencia del delito de infracción a lo
dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, que exige haber
tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades
desarrolladas por uno o más miembros de una asociación ilícita.- En
efecto, el hecho de desarrollar labores vinculadas a uno o más de
los miembros de la referida asociación, no constituye un elemento
determinante para poseer las informaciones que exige el tipo penal
en comento, más aún, si se tiene en consideración que las labores
que los imputados desarrollaban dentro de sus actividades
habituales, comenzaron con mucha anterioridad a la formación de la
asociación delictiva en cuestión, y, por otra parte, ellas se enmarcan
dentro del ámbito de las funciones de la “inteligencia política y
militar”, uno de cuyos elementos básicos lo constituye el
denominado “compartimentaje”, esto es, el conocimiento parcial de
una actividad específica, de cuyo desarrollo total no se tiene la
información completa.En atención a lo razonado, procede dictar sentencia
absolutoria a favor de los acusados por este delito.-
4) En cuanto al delito de obstrucción a la justicia:
DECIMO NOVENO: Que para la comprobación del delito antes
referido se han agregado a los autos los siguientes elementos de
convicción:
a) denuncia de fojas 1 de fecha 15 de junio de 1993,
formulada por el entonces Ministro del Interior de Chile don Enrique
Graus Rusque, dando cuenta de la presunta desgracia de Eugenio
BERRIOS SAGREDO.b) declaraciones de la cónyuge de este último Gladys
SCHMMEISER ARRIAGADA, prestadas a fojas 5, 15, 426, 611 y
1.555, quién señala que su marido la llamó por teléfono en octubre
de 1991 desde Uruguay, país al que viajó secretamente,
solicitándole que lo hiciera sin que le dijera a nadie, permaneció con
él por aproximadamente diez días y nuevamente fue a Montevideo
en octubre del año siguiente, esto es, 1992;
c) diligencia de fojas 8 a 9 vta. en que se deja constancia de
haber revisado la causa rol Nº129.526 por giros dolosos de cheques
y estafa en contra de Berrios Sagrado, seguida ante el Sexto
Juzgado del Crimen de Santiago.d) declaraciones de Carlos Alberto Fernando Herrera
Jiménez de fojas 569 y 970, que se han analizado con anterioridad.e) declaración de Tulio Paredes Orellana de fojas 1.098, ya
descrita en el motivo décimo de esta sentencia.VIGESIMO: Que, no obstante, que en su época los antecedentes
enunciados en el motivo que antecede resultaron suficientes para
someter a proceso como coautores del ilícito antes mencionado a
las personas que se indican en el auto acusatorio, resulta que con
la dictación de la Ley Nº20.074, el referido tipo legal fue derogado y,
en consecuencia, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 18 del
Código Penal, procederá dictar sentencia absolutoria a este
respecto.En cuanto a la participación:
VIGESIMO PRIMERO: Que del mérito de las declaraciones
prestadas por Hernán RAMIREZ RURANGE a fojas 1.199, 1.604,
2.224, 3.066, 4.129, 5.089, 7004, 12.486 y 163 (cuaderno
reservado) en las que señala que se hizo cargo como General de
Brigada de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE)
específicamente a fines del mes de octubre de 1990 y estuvo al
mando de esa Dirección hasta el día 14 de diciembre de 1991,
cuando pase a ser Comandante en Jefe de la 2ª División del
Ejército, con sede en Santiago y Juez Militar del 2º Juzgado Militar.Agrega que cuando conoce a BERRIOS lo ve totalmente
atemorizado y le indica que fue agente de DINA y que está
amenazado por traficantes.- Dice que llamó al Comandante del BIE
a quién le solicitó que le hiciera averiguaciones sobre esta persona ,
este le respondió que no aparecía con ningún antecedente negativo
y que tenía la calidad de empleado civil de DINA.Posteriormente, en la declaración prestada a fojas 163
(cuaderno reservado) dice que en una reunión de Generales del
Ejército realizada en el domicilio del ex Comandante en Jefe del
Ejército General Augusto PINOCHET UGARTE, éste le ordenó que
sacara del país a Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Dice que
encomendó la misión ordenada por el jefe superior a la Unidad de
Asesoría de Análisis que estaba a cargo del Mayor Arturo SILVA
VALDES y que para el egreso del país del nombrado BERRIOS
este se materializó por la ciudad de Punta Arenas y estuvo a cargo
del agente civil de DINE Sr. Raúl LILLO GUTIERREZ y del Capitán
de Ejército Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ.- BERRIOS atravesó por
el paso fronterizo de Monte Aymon, junto al Capitán RODRIGUEZ y
un hermano de este.- Lo dejaron en Río Gallegos o Río Turbio y
desde ese lugar siguió junto a LILLO y los hermanos RODRIGUEZ
se regresaron a Punta Arenas.Posteriormente llegó a Buenos Aires donde lo esperaba
Arturo SILVA quién después le informó que lo había dejado en un
hotel de Montevideo, pero, no le dijo, que hubiera solicitado ayuda a
los miembros del Ejército de Uruguay.- Dice que no sabía que
BERRIOS era requerido por la justicia, de lo que vino a tomar
conocimiento cuando la anterior magistrado le notificó el auto de
procesamiento donde se indica que esta persona tenía problemas
con cheques y también lo buscaba Investigaciones para entregarle
una citación en el caso LETELIER y cuando habían concurrido los
funcionarios policiales no lo habían encontrado por lo que el
Ministro a cargo de esa causa había expedido una orden de
detención en su contra cuando él ya se encontraba en Uruguay.Por último, señala que efectivamente conoce al Coronel (R)
Manuel PEREZ SANTILLAN y manifiesta que cuando conoció a
BERRIOS, este le dijo a modo de presentación, que era muy amigo
del entonces Mayor PEREZ SANTILLAN que trabajaba en la
Dirección del Personal y, como, posteriormente, a mediados de
noviembre de 1991, es decir un mes después que había salido,
recibió una comunicación de la Inteligencia uruguaya, consultándole
con relación a un ciudadano chileno que cometía escándalos y que
se embriagaba haciendo ostentación de haber sido agente del
régimen de PINOCHET; en atención a esto hizo llamar en comisión
de servicios al referido Mayor PEREZ SANTILLAN a quién le
encomendó que viajara a Uruguay y le dijera a BERRIOS que si no
se comportaba como correspondía se volvía a Chile, porque los
estaban perjudicando a pesar que ellos le habían hecho un favor.Dice que no habló después con PEREZ porque no estaba en
Santiago, pero si lo hizo SILVA quién le informó que BERRIOS le
había asegurado a PEREZ que no volvería a incurrir en esos
comportamientos, que lo vió, que estaba bien y que, además,
estaba acompañado por su mujer.Agrega que después hizo entrega del mando de la DINE el
14 de diciembre de 1991 al General Eugenio COVARRUBIAS y le
contó que había un chileno que estaba en Uruguay a quién había
ayudado a salir de Chile, pero que no contaba con apoyo
económico ni de otro tipo del Ejército,
pero que debido al mal
comportamiento de este sujeto debía estar alerta porque cualquier
situación que se diere comprometía la relación con un país amigo
como es Uruguay;
VIGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del procesado
Hernán Ramírez Rurange que se han analizado en el considerando
anterior, constituyen una confesión judicial la que por haber sido
prestada de conformidad a la ley, permite a éste tribunal tener por
suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de
los delitos por los que ha sido acusado, con excepción del delito de
obstrucción a la justicia por el que será absuelto.
VIGESIMO
TERCERO:
Que
el
acusado
Eugenio
Adrián
COVARRUBIAS VALENZUELA a fojas 1.197, 2.226, 2.663, 2.702,
3.247, 5.968 y 7.759 ha manifestado que en su primera indagatoria
mintió cuando se le preguntó acerca de su conocimiento sobre el
caso de Eugenio BERRIOS, dice que esto lo hizo por un deber de
lealtad con un compañero que venía saliendo de una delicada
situación y con quién pensó conversar posteriormente para hacerle
presente que con sus dichos había quedado en una situación
indefendible para él ya que estaba ocultando hechos;
Con respecto a la denominada “Unidad Especial” señala
que no se trataba de una unidad que obedeciera a una orgánica,
sino que usaba un edificio separado de la Dirección de Inteligencia
y se desempeñaban en la seguridad exterior del Sr. Comandante en
Jefe del Ejército y su familia.- De acuerdo a comisiones de servicio
que pedía la Comandancia en Jefe se le dotaba de personal y
también habían personas que estaban a cargo de un estudio
geográfico de Argentina, donde participa el oficial RODRIGUEZ y un
civil de nombre LILLO.Agrega que la parte de seguridad exterior la conformaban el
Mayor SILVA, el Teniente TORRES que llegó en marzo de 1992 y
uno o dos clases y, para lo de los familiares se agregó al Mayor
CISTERNAS en 1993.- Dice que esta unidad se manejaba con
recursos de la Comandancia en Jefe y que eran pedidos en
comisión de servicio corta y que debían cumplir una misión.Señala con respecto a la salida de Eugenio BERRIOS que
el día 14 de diciembre de 1991 se
recibe de la Dirección de
Inteligencia y cuando el General RAMIREZ le da cuenta de las
tareas en desarrollo le informa que existe un ex agente de la DINA
que está en Uruguay, al que ayudaron a salir por su complicación y
porque se lo había solicitado directamente, luego le señala que en
noviembre se comprometió con la inteligencia uruguaya de
mantener un cierto control por problemas conductuales que estaba
llevando, lo que se debe realizar para no afectar las buenas
relaciones con ese país.- Dice que en enero de 1992 cuando se
produce la detención del Mayor HERRERA en Argentina, hay un
cúmulo de informaciones relativas a ese hecho ante lo cual habla
con el General RAMIREZ y le pregunta por el sujeto que le había
encargado
y él le dice que hay que mantenerlo controlado,
recordándole el compromiso que había adoptado con la inteligencia
uruguaya y, por ello llamó al mayor SILVA y le ordena que tome
contacto con BERRIOS y trate de averiguar en que condiciones
está producto del escándalo producido, esto ocurre a fines de enero
de 1992.- A principios de marzo se reúne con él el Mayor SILVA,
quién le informa que el sujeto dice estar siendo perseguido y
temeroso pidiendo compañía y, por ello, estima que lo más
conveniente era preparar “dos clases” para que en forma alternada
se mantuvieran con él y así se lo ordenó al mayor SILVA, esto se
produjo entre abril y agosto, eran SANDOVAL y ROMAN, pero, en
el intertanto le llega el informe que el sujeto tenía constantes
borracheras y desaparecía por lo que le ordena al oficial antes
referido que retire la gente y que esporádicamente le hagan visitas
hasta producirse el desprendimiento de este individuo para dejarlo
sólo.Sin embargo dice que cuando viaja a Uruguay la viuda de
BERRIOS en noviembre de 1992 con Raúl LILLO, quién le habría
coordinado el traslado, ese viaje lo desconocía absolutamente, pues
su información es que se perdió contacto con el individuo en
octubre de 1992, porque el Mayor SILVA le informa el deseo que
tenía dicho sujeto de irse a Brasil, pero desconoce si eso ocurrió.Finalmente, dice que el supo que en el momento del
escándalo en Parque del Plata el 11 de noviembre de 1992, no
había ningún chileno perteneciente a DINE en Uruguay y lo último
que supo de BERRIOS fue que a fines de mayo o junio de 1993,
estallan las noticias y se da cuenta que luego que lo abandonaron
había protagonizado un escándalo de envergadura.- Todo lo
relacionado con este tema le era informado a él por el Mayor SILVA
quién era la persona que tenía contacto con “los clases” y, también
por el empleado civil LILLO, que era el contacto que existía con la
familia de BERRIOS, manteniendo su correspondencia entre este
último y su familia;
VIGESIMO CUARTO: Que las declaraciones prestadas por el
acusado Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, constituyen una
confesión judicial, la que por haber sido prestada mediando la
concurrencia de las exigencias legales, permite a éste sentenciador
tener por suficientemente comprobada su participación en calidad
de autor del delito de secuestro descrito en el artículo 141 inciso 4º
del Código Penal y como autor del delito de asociación ilícita,
tipificado en el artículo 293 del Código Penal.
VIGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones el General (R)
Juan Fernando TORRES SILVA a fojas 1.181, 1.494, 1.496, 1.497,
1.498, 2.231, 4.303, 7.271 y 7.962 expone: Que nunca conoció a
Eugenio BERRIOS SAGREDO, sólo tenía información de él a través
de la prensa y en cuanto a las fuentes del Ejército, no tiene ninguna
referencia respecto a que el nombrado BERRIOS haya trabajado
alguna vez para la DINA o la CNI.- Reitera que a BERRIOS sólo lo
conoce por los diarios y que el General RAMIREZ nunca le comentó
este caso ni le solicitó alguna asesoría, ello por el compartimentaje
que opera en inteligencia, requisito principal del Director de
Inteligencia, él tiene un canal de decisión de mando independiente,
por lo que nunca podría haberle consultado.Agrega
que
respecto
al
oficio
reservado
de
la
Comandancia en Jefe del Ejército de fecha 09 de diciembre de
1992, agregado a fojas 2.255 dirigido a la AUGE y que dispone la
creación del Departamento de Estudio y Planificación, ratifica su
declaración anterior en la parte en que señala que materialmente no
se implementó.- Dice que en realidad ese oficio no es más que una
repetición de documentos anteriores en que se materializó una
orgánica que de hecho existía y funcionaba, sin embargo, el título
es equívoco, en el fondo lo que se hacía era tener un control de
cuales eran los procesos en los que estaba afectado personal del
Ejército en servicio activo o en situación de retiro y entre los cuales
se encontraban comprendidos aquellos que en alguna oportunidad
habían pertenecido a los servicios de seguridad, porque es
necesario precisar que la destinación que se hacía en ese tiempo
en estos servicios era una destinación más dentro de la carrera
militar.Dice que respecto a la defensa jurídica de miembros de la
institución, había un fondo voluntario en que se le descontaba a las
personas que aceptaban ese descuento, una parte de su sueldo,
que era un porcentaje muy bajo de un 0,1 a 0,2 por ciento que era
destinado a defensa del personal en las causas en que no era parte
el Consejo de Defensa del Estado.- La forma en que se manejaba
ese descuento no lo tiene muy claro, pero, si recuerda que se
pagaba directamente a los abogados cuyos nombres les eran
proporcionados a las personas que estaban afectadas por alguna
situación de carácter judicial.Por último, manifiesta que tuvo mucho contacto con el
General RAMIREZ RURANGE durante ese período, igual que con
todos los Generales que conformaban el alto mando de la época,
dado que por su cargo, ellos concurrían a la AUGE cuando tenían
dudas sobre la asesoría jurídica que se les había dado en sus
Direcciones o bien por la trascendencia de la resolución que debían
tomar en un caso determinado;
VIGESIMO SEXTO: Que, si bien, el procesado Fernando TORRES
SILVA, ha negado su participación en los hechos que se le
atribuyen, obran en su contra los siguientes elementos de
convicción:
a) declaración Jaime Torres Gacitua, que se detallan en el
considerando trigésimo primero de esta sentencia, quién señala que
la información sobre la situación judicial del personal militar
comprometido en violaciones a los Derechos Humanos, le era
proporcionada al Director de DINE por el Auditor General del
Ejército, cargo que en la época de acaecimiento de los hechos que
se investigan en estos autos, detentaba el General (J) Fernando
TORRES SILVA;
b) declaraciones de Arturo Silva Valdes que se detallan
en el motivo vigésimo noveno de este fallo, quién señala que resulta
obvio que para el desarrollo de la operación de inteligencia que
significó sacar del país a militares y civiles comprometidos en casos
de violación a los Derechos Humanos, necesariamente debió existir
una coordinación entre ambos oficiales generales, esto es, los
generales RAMIREZ RURANGE y TORRES SILVA;
c) declaraciones de Arturo Sanhueza Ros que se
explicitan en la letra t’’) del fundamento décimo, quién señala que
previo a su salida de Chile el General TORRES SILVA lo citó a su
oficina de la Auditoría General y le entregó un papel en blanco para
que lo firmara y en él solicitaba su baja del Ejército.- Señala que
posteriormente, se produjo su egreso del país por orden del General
RAMIREZ RURANGE;
d) oficio reservado de la Comandancia en Jefe del Ejército,
de fecha 09 de diciembre de 1992, agregado a fojas 2.255, dirigido
al AUGE que dispone –dentro de la Auditoría-, la creación de un
Departamento de Estudio y Planificación, por el cual, se pretendió
sistematizar ordenes impartidas en documentos anteriores que
permitían mantener un control acerca de cuales eran los procesos
en los que estaba afectado personal del Ejército en servicio activo o
en situación de retiro y, entre los cuales se encontraban
comprendidos
aquellos
que
en
alguna
oportunidad
habían
pertenecido a los servicios de seguridad, debido a que la
adscripción a esos servicios correspondía a una destinación dentro
de la carrera militar;
e) declaraciones de Enrique Ibarra Chamorro consignadas
en el considerando cuadragésimo noveno de esta sentencia, quién
señala el jefe del servicio
era el General TORRES quién se
encargaba del pago a los abogados que defendían a militares
comprometidos en procesos judiciales por violación a los derechos
humanos, y, asimismo, era quién mantenía coordinación con el
Director de DINE, General RAMIREZ RURANGE, con quién tenía
un grado de amistad.Que los elementos de juicio que se han enumerado en el
motivo anterior, constituyen un conjunto de presunciones judiciales
que apreciadas de conformidad a la ley, permiten a este tribunal
tener por suficientemente comprobada la participación del acusado
antes nombrado como autor del delito de asociación ilícita, descrito
en el artículo 292 y sancionado en el artículo 293 del Código Penal.VIGESIMO
SEPTIMO:
Que
el
procesado
Manuel
PROVIS
CARRASCO prestando declaraciones a fojas 2.474, 4.151, 7.192,
7.202, 7.755, 8.077 y 12.484, manifiesta en la primera de las
referidas indagatorias que nunca conoció a BERRIOS, pese a que
estuvo en la DINA y después en CNI.- Reconoce que fue
consultado por sus antecedentes, debe haber sido el Director de
DINE quién lo hizo; en esa misma declaración manifiesta que no es
posible que el mencionado BERRIOS haya estado escondido
durante unos días en dependencias del BIE antes de concretar su
salida del país, ello lo habría sabido inmediatamente.- Sin embargo,
posteriormente, reconoce que mientras se desempeñó como
Comandante del BIE efectivamente estuvo pernoctando algunos
días, el nombrado Eugenio BERRIOS por el que se le consulta.Dice que aunque parezca inverosímil, dada la calidad de mando
que él tenía, no sabe como llegó allí ni por orden de quién, aunque
estuvo con la autorización del General RAMIREZ, él nunca le dijo
nada al respecto, pero supone esto porque era la única forma
posible.- Tampoco, dejó ninguna constancia de ese hecho, lo que
en realidad ni siquiera se le ocurrió; finalmente, a la pregunta que se
le formula responde que el General RAMIREZ no le ordenó recibir a
BERRIOS, pero el hecho es que estuvo en ese lugar y el no podía
haber estado en desconocimiento de ese hecho.VIGESIMO OCTAVO: Que las declaraciones del procesado Manuel
Jorge Provis Carrasco, descritas en el fundamento anterior son
constitutivas de una confesión judicial, la que por haber sido
prestada con la concurrencia de los requisitos que contempla la ley,
permite a éste tribunal tener por suficientemente comprobada su
participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido
acusado.
VIGESIMO NOVENO: Que prestando declaraciones el acusado
Arturo Rodrigo SILVA VALDES a fojas 1.201, 2.401, 2.408, 2.434,
2.636, 2.962, 4.052, 7.857, 8.766 y 12.490 dice que ignora porque
se le citó a declarar aunque piensa que tiene algo que ver con
Carlos HERRERA JIMENEZ ya que también fue involucrado en el
proceso que lleva el ministro Sr. Sergio MUÑOZ.- Señala que en
1983 fue destinado a la ex CNI cuando estaba como Director el
General GORDON y él trabajó en el Departamento Político
Sindical.- Cuando se disolvió la CNI el año 1988 pasa a la DINE
integrando la Asesoría del Director de Inteligencia que era el
General Gustavo ABARZUA.- Agrega que en DINE no tuvo nada
que ver con la salida de BERRIOS de Chile e ignora si esa
Dirección tuvo algo que ver en ello.- El nombre de Carlos RAMIREZ
no le suena familiar, ni siquiera como identidad operativa.Posteriormente en la declaración de fojas 2.434 reitera al tribunal
que no es responsable de la muerte de Eugenio BERRIOS, no
estuvo en Uruguay, específicamente en Parque del Plata los días
14 y 15 de noviembre de 1992, cuando este protagonizó un
escándalo refugiándose en una Comisaría del sector.- En esa
oportunidad el estaba viajando aunque no recuerda a que lugar, no
sabe quién pudo haber atentado en contra de este personaje de
quién poco o nada sabía, aunque reconoce la participación de DINE
en su salida y posterior permanencia en Uruguay.- Agrega que
BERRIOS salió de Chile cuando era Director de DINE el General
RAMIREZ RURANGE y al año siguiente el nuevo Director el
General COVARRUBIAS ordena retirar los medios, con esto se
refiere a traer al personal que lo acompañaba y a ello obedeció el
viaje de Jaime TORRES quién despachó a SANDOVAL a Chile.Por último, declara que en forma previa a la salida de
HERRERA JIMENEZ y de BERRIOS, el General RAMIREZ que
antes de ser nombrado como Director de DINE fue Agregado Militar
en Uruguay, tenía un conocimiento físico de todos los oficiales de
inteligencia de ese país, por razones de su cargo es así como lo
comisiona para que tomara contacto con la inteligencia uruguaya,
allá lo reciben en el edificio de la DGID, el General AGUERRONDO
que era la persona con la que le mandó a hablar el General
RAMIREZ, junto a otro oficial que pudo ser LLUIS o ARANCO, allí
conoció a varios oficiales entre los cuales estaba Tomas
CASSELLA y recorre varias dependencias de la DGID, donde
habían miembros de las fuerzas armadas de ese país.Agrega que el propio Coronel CASSELLA, tenía muchas
relaciones
con
Chile,
había
realizado
distintos
cursos
de
perfeccionamiento en Chile y compañeros de esos cursos
ostentaban altos cargos en nuestro país.- Dice que en la visita del
General PINOCHET a Uruguay se estableció una mayor relación de
amistad, el estaba encargado de la agenda de protocolo y
CASSELLA era el edecán por lo que coordinaba sus actividades
diariamente.Cuando estaba BERRIOS y HERRERA en Uruguay el
seguía viajando a la DGID, preguntaba por ellos y los oficiales
uruguayos le señalaban que estaban bien.- Más adelante cuando
estaba BERRIOS, el sentía la molestia de los uruguayos, incluso
ellos se lo representaron, por la conducta impropia de BERRIOS,
que arriesgaba un tema de seguridad, cree que fue el propio
Coronel CASSELLA u otro oficial y así lo informó al Director de
DINE, el General COVARRUBIAS, quién le dio la orden de enviar a
SANDOVAL y ROMAN a acompañarlo, por cuanto las malas
conductas de BERRIOS podrían comprometer en definitiva al
Ejército uruguayo, más que a ellos mismos.Por otra parte, puede señalar respecto a la intervención
de CASSELLA, de RADAELLI y de SARLI, en cuanto al
conocimiento del tema de BERRIOS, piensa que no sólo ellos
sabían esto, sino que varios oficiales uruguayos estuvieron al tanto
del proceder de este sujeto, tanto de la DGID y de la inteligencia
uruguaya, al igual que la propia policía de ese país, que tenían
conocimiento de las conductas impropias de BERRIOS, la misma
que mantenía en Chile y que también era conocida por otros
oficiales de nuestro país.Agrega, que a este sujeto BERRIOS lo vino a conocer en
el BIE junto al abogado IBARRA, quién, además, sabía el tema
judicial de esta persona en su calidad de abogado del AUGE.También señala que esta situación de conducta impropia de
BERRIOS se la informaba al mando de la DINE y, tanto es así, que
cuando el general RAMIREZ desempeñaba otras funciones, seguía
preocupado de este tema, incluso lo llamó en un par de
oportunidades y lo citó para preguntarle respecto de la situación de
BERRIOS y su conducta, ante lo cual le informó los mismo que le
había informado al Director de DINE, en cuanto a que su conducta
era mala.- Señala que el viaje de PEREZ SANTILLAN a Uruguay, lo
vino a saber tiempo después, cuando se enteró que fue
comisionado por el General RAMIREZ para ir a ese país.- En su
momento no lo supo.Finalmente, dice que en cuanto a los hechos de
Parque del Plata los conoció posteriormente, obviamente fue
informado el DINE y también salió en la prensa de ese tiempo.TRIGESIMO: Que, si bien, el procesado SILVA VALDES confiesa
su participación en el hecho punible, le atribuye circunstancias que
pueden eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y,
como tales circunstancias no están comprobadas en el proceso, el
tribunal
no
les
dará
valor,
atendiendo
al
modo
en
que
verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el
proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad
del proceso y la exactitud de su exposición, teniendo además en
cuenta el Tribunal lo siguiente:
Con relación a la participación del acusado antes
nombrado en los ilícitos por los que se le han formulado cargos, es
necesario tener presente que por la calidad de jefe de la asociación
ilícita denominada “Unidad Especial”, tuvo con relación a Eugenio
BERRIOS SAGREDO una posición denominada “de garante”, dado
que el control directo del sujeto pasivo del delito, pasaba por su
persona, y esto, además, resulta suficientemente comprobado con
las declaraciones que se han enunciado en los fundamentos décimo
y décimo cuarto de esta sentencia.- Ellos, son coincidentes en
manifestar que Arturo SILVA VALDES impartía ordenes directas
con relación al nombrado BERRIOS, manejaba los dineros que se
utilizaban para la mantención de este último en Uruguay y,
mandaba a algunos subordinados suyos a cumplir diversas
misiones ilícitas relacionadas con la estadía de éste sujeto en el
país recién mencionado.En consecuencia,
en virtud de la aludida posición de
garante en que se encontraba, no puede menos que atribuírsele la
responsabilidad y el conocimiento completo relacionado con la
muerte de Eugenio BERRIOS SAGREDO acaecida en Uruguay,
más
aún,
cuando
determinados
hechos
producidos
con
posterioridad a la muerte, como sería la aparición de una carta
remitida por BERRIOS desde Europa, también el viaje de Raúl Lillo
y Gladys Schmeisser a Brasil, el intempestivo retorno a Chile de
Arturo Sanhueza Ros y, sobre todo, el cese de los viajes a Uruguay
por parte de los miembros de la referida unidad especial.Todo lo anterior, sumado al hecho que el acusado antes
nombrado no ha comprobado lo contrario durante la secuela de este
juicio, vale decir, no ha demostrado su defensa que luego del retiro
forzoso de Eugenio BERRIOS SAGREDO desde la Comisaría de
Parque del Plata, dejó de estar sometido al control de sus custodios
con anterioridad a su deceso.TRIGESIMO PRIMERO: Que el procesado Jaime Fernando
TORRES GACITUA prestando declaraciones a fojas 2.407, 2.412,
2.637, 2.981, 3.647, 3653, 4.147, 7.860 bis, 8.762 y 12.461 dice que
ratifica sus declaración extrajudicial prestada ante la Policía de
Investigaciones que rola a fojas 1.926 y siguiente, con la salvedad
que en la parte que dice relación con el hecho de haber conocido a
Eugenio BERRIOS debe agregar que tuvo dos contactos indirectos
con él, no recuerda la fecha, pero fue en Montevideo, a fín de
atender los requerimiento de dos suboficiales que se encontraban
acompañando
a
esta
persona.-
Señala
que
el
General
COVARRUBIAS ordenó mandar dos hombre de aquí, es decir, una
suerte de compañía para BERRIOS y, en dos oportunidades fue
requerido por este tema, la primera, por el General COVARRUBIAS
y, la segunda, por el Mayor SILVA para tomar contacto con los dos
suboficiales, la misión que le entregó fue que trataran de convencer
a Eugenio BERRIOS que regresara a Chile, desconoce los
problemas judiciales que este último tenía en el país.- A
continuación agrega que durante octubre de 1992 y gran parte de
noviembre, estuvo solamente en Argentina.Por último, puede señalar que después que el General
COVARRUBIAS le ordenó al Mayor SILVA que ordenara “al clase”
que acompañara a BERRIOS, esto fue entre el 12 y el 13 de
noviembre de 1992, lo que recuerda muy bien porque estaban en
Buenos Aires cumpliendo una comisión de servicio con el Mayor
SILVA relacionada con la entrega de invitaciones y obsequios a las
autoridades argentinas que habían recibido al General PINOCHET
en su visita a ese país y para esos fines se entrevistaron con
distintos altos mandos del Ejército de ese país y con otras
autoridades de la Policía Federal y del SIDE.Volviendo
atrás,
dice
que
cuando
el
General
COVARRUBIAS le preguntó al Mayor SILVA si todavía había
miembros de la institución en Uruguay, acompañando a BERRIOS,
este oficial le preguntó a él y le contestó que al parecer se
encontraba allí uno de los cabos, entonces el Mayor SILVA le dio la
orden de que se contactara con él y dispusiera su retorno inmediato
a Chile, ante lo cual llamó telefónicamente
a SANDOVAL a un
celular o al teléfono de red fija en el departamento de BERRIOS, y
le transmitió la orden del Director de Inteligencia de volver de
inmediato a Chile, a lo que le contestó que así lo haría y,
posteriormente tomó contacto con él sólo en Buenos Aires, en el
sector de Aeroparque y le hizo entrega de la cantidad de cincuenta
dólares para que pagara si era necesario un impuesto adicional que
se cobra cuando no se hace uso del pasaje aéreo en la fecha que
corresponde.No sabe si cuando SANDOVAL volvió a Chile se
presentó a su mando superior que era el Mayor SILVA y si este no
estaba en ese momento, debió haberlo hecho donde el Capitán
Pablo RODRIGUEZ, quién lo seguía en la línea de mando.TRIGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del encartado
Jaime Fernando Torres Gacitúa, a que se ha hecho referencia en el
considerando que antecede, constituyen una confesión judicial, que
por haber sido otorgada cumpliendo con las exigencias que señala
la ley, permite a éste tribunal tener por suficientemente comprobada
su participación en calidad de autor de los delitos por los que fue
acusado.
TRIGESIMO TERCERO: Que el procesado Pablo RODRIGUEZ
MARQUEZ, prestando declaraciones a fojas 1.585, 1.607, 3.076 y
4.480 señala en la primera de ellas que si en el viaje que realizó a la
República Argentina por el paso de Monte Aymon en octubre de
1991, llevaba a Eugenio BERRIOS SAGREDO, señala que no es
así.- Dice que efectivamente viajó en esa oportunidad en el vehículo
de su hermano Jorge acompañado además de Raúl LILLO
GUTIERREZ, a quién llevaba en misión especial y además, viajó
otra persona que era un agente de inteligencia que iba en otra
misión encargada directamente por el Director de Inteligencia de
esa época General Hernán RAMIREZ RURANGE, atendido el tipo
de misión que debía cumplir.- Agrega que esa persona en ningún
caso era Eugenio BERRIOS y se quedó en Río Gallegos, ignorando
que ocurrió con él.- Dice que con el Mayor Arturo SILVA VALDES
no existió un trabajo conjunto ni relación jerárquica y el trabajo que
ambos desempeñaban era distinto, sin perjuicio de que él le
otorgaba servidumbre en algunas tareas.- El término “servidumbre”
en el léxico militar significa prestar apoyo logístico o administrativo y
que no es permanente.En la declaración referida en segundo término señala lo
siguiente: en atención a que el General RAMIREZ lo ha relevado de
su obligación de reserva, desea rectificar sus dichos prestados en
este proceso y, es así que señala que estando en Punta Arenas
terminando un permiso y preparando un viaje a Río Gallegos, fue
llamado por teléfono por el General RAMIREZ RURANGE quién le
solicitó si era posible que en su viaje a Argentina pudiera incluir a
otra persona con el objeto de trasladarlo a ese país, puesto que no
quería viajar sólo.- Dice que su viaje estaba pre planificado para
hacerlo en compañía de Raúl LILLO, era un viaje de entrenamiento
y debía dejarlo para que subiera a Buenos Aires desde Río
Gallegos.- Agrega que la referida persona llegó en el mismo vuelo
junto a LILLO y luego de obtener su salvoconducto atravesaron la
frontera y llegaron a Río Gallegos donde lo dejó luego de informarle
cuales eran sus alternativas de viaje.Posteriormente,
complementando
sus
declaraciones
anteriores, manifiesta que el General RAMIREZ le informó que para
esa misión adicional él quedaría bajo la dependencia del Mayor
SILVA que estaba en DINE a cargo de asesorías al Director.Después Arturo SILVA lo llamó, le dio instrucciones de detalle y le
informó quién era el sujeto que debía trasladar, le dijo que era ex
DINA y como SILVA era más antiguo asumió la responsabilidad de
la misión que ha señalado quedando subordinado a dicho oficial.En cuanto al destino final de BERRIOS no lo recuerda, pero si sabe
que LILLO llegaría al final a la ciudad de Montevideo, desde donde
regresaría a Santiago, por lo que no es descartable que BERRIOS
también haya podido haber llegado a esa ciudad.Agrega que a fines de marzo de 1992 se encontraba en
comisión de servicio en Buenos Aires cuando recibió un llamado
telefónico del Mayor SILVA para que apoyara al Sargento
SANDOVAL y lo recibiera en Uruguay.- Dice que viajó vía fluvial a
Colonia en Uruguay y luego por bus a Montevideo, donde esperó en
el aeropuerto a SANDOVAL, lo llevó al departamento que ocupaba
Eugenio BERRIOS en el sector de La Rambla.- Después a su
regreso en un reporte al Director le informó acerca de la todo lo que
había hecho.- Por otra parte piensa que Arturo SILVA estaba
dubitativo acerca del cumplimiento de esta orden y por eso le pidió
a él su opinión personal con respecto a la persona de HERRERA
JIMENEZ y él como había trabajado en contrainteligencia tenía su
opinión perfectamente formada y así se lo hizo saber a SILVA, de
que esto no tendría un bien final, lo que aconteció.- Señala que
obviamente si SILVA hubiera tenido la certeza de que tal misión
estaba encuadrada dentro de las leyes y los reglamentos militares
no tenía que preguntarle nada, dice que desconoce que aconteció,
pero, igual cumplió la orden.Finalmente, respondiendo lo que el Tribunal le pregunta
sobre si no existió en ese tiempo otra manera de solucionar el
problema que afectaba a la institución con la presencia en Chile de
estas personas, esto es, HERRERA, SANHUEZA y BERRIOS, que
podían ser requeridos en algún momento por la justicia, sin
involucrar en esto a un área tan sensible para la institución como
son los servicios de inteligencia interna y servicio exterior del
Ejército, responde que sí existió esa posibilidad, pero ella pasaba
por asumir las consecuencias de las actuaciones de estas personas
que igual con posterioridad se han tenido que asumir, lo que
demuestra el fracaso total de esas estrategias.- No comprende
cuales eran las razones imperiosas de realizar estas operaciones,
pero, ya ordenadas hubo que cumplirlas.TRIGESIMO CUARTO: Que las declaraciones del procesado Pablo
Marcelo Rodríguez Márquez que se han analizado en el motivo que
precede, son constitutivas de una confesión judicial, que por haber
sido prestada con la concurrencia de las exigencias legales, permite
a éste sentenciador tener por plenamente demostrada su
participación en calidad de autor de los delitos por los que se le
formularon cargos, con excepción del ilícito de obstrucción a la
justicia por que también fue acusado, respecto del cual se
procederá a dictar sentencia absolutoria.
TRIGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones indagatorias el
procesado Raúl LILLO GUTIERREZ a fojas 1.593, 1.632, 3.082 y
4.405 expone que ratifica su declaración extrajudicial prestada ante
Investigaciones, contenida en el anexo Nº18 del informe Nº82
agregado en autos, y manifiesta que viajó a Punta Arenas en avión
desde Santiago junto a otro sujeto que no conocía en ese momento,
pero que después supo que se trataba de Eugenio BERRIOS.- Dice
que esto no se trataba de ningún agente en misión especial sino
que era BERRIOS y que incluso, le comentó durante el viaje que
tenía problemas en Chile por unos cheques protestados y que había
pedido dinero a prestamistas.-
Agrega que sospechó de la
desaparición de BERRIOS antes que aparecieran sus restos en
Uruguay y que supiera del escándalo que este protagonizó en ese
país.- Además, como al regreso de sus viajes traía cartas de
BERRIOS a su madre, quién lo quería a él como a otro hijo y
conversaba mucho con él,
supuso que algo le había ocurrido
porque ya no fue más a ese país , y, por ende, se cortó el flujo de
correspondencia.Agrega que con respecto a Gladys SCHMMEISSER es
efectivo que mantuvo una relación con ella y en el mes de octubre
de 1992 viajaron a Uruguay para que ella se reuniera con
BERRIOS, viajando a Pirlápolis donde llegaron a una casa donde
alojarían.- No sabe quién arrendó esa casa en la que también había
un automóvil marca Chevette color azul que BERRIOS le señaló
que estaba allí para ser utilizado, cosa que hicieron.- Señala que su
relación con Gladys continuó y viajó con ella a Puerto Montt y a
Brasil, en la primera de las ciudades recién nombradas estaba
Jaime TORRES GACITUA, que había viajado como apoyo de él por
si tenía algún problema.- Dice que los fondos para estos viajes se
los proporcionó íntegramente su unidad, le fueron entregados por
Arturo SILVA, cuando era Director el General COVARRUBIAS.Este mismo Arturo SILVA lo envío a Brasil junto con Gladys y le
consultó si era necesario que lo apoyara personal del servicio
secreto brasilero, a lo que respondió negativamente.- Viajaron con
Gladys en diferentes aviones y él la espero en Sao Paulo desde
donde fueron a Río de Janeiro.Por otra parte, dice que no sabe quién mató a BERRIOS,
ha tratado de recordar quién se quedó en Uruguay con BERRIOS
cuando él regresó, pero no tiene las fechas en su memoria.- Le
parece que fue el oficial RADAELLI quién lo llevó al aeropuerto
porque no es posible que se haya ido sólo.- Sin embargo ese viaje
de regreso fue entre el 08 y el 10 de noviembre de 1992, con
Gladys SCHMMEISSER, alojó con ella en Buenos Aires, luego se
fueron a Mendoza, regresando ella a Chile vía terrestre y él por vía
aérea.Asimismo agrega que cree que la molestia de BERRIOS
en Uruguay y que lo puede haber llevado a tomar las medidas de
huir y hacerse notar allí, era el regreso de Gladys y que él no
pudiera volver a Chile.Por último, puede señalar que vió a un uruguayo en el
departamento de BERRIOS y de acuerdo a las fotografías que el
Tribunal le exhibe, al parecer sería el oficial de apellido RADAELLI
quién estaba con él, también estaba un chileno, pero, no recuerda si
era SANDOVAL o ROMAN, con él no se presentó y él tampoco se
lo preguntó, pero está seguro que es la persona cuya fotografía está
a fojas 1.798.-
TRIGESIMO SEXTO: Que las declaraciones del procesado Raúl
Diego Lillo Gutiérrez que se han analizado en el motivo anterior
constituyen confesión judicial, la que por haber sido prestada
conforme a las exigencias que contempla la ley, permite a éste
sentenciador,
tener
por
suficientemente
comprobada
su
participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido
acusado, exceptuando el delito de obstrucción a la justicia por el
que se dictará sentencia absolutoria.
TRIGESIMO SEPTIMO: Que prestando declaraciones el imputado
Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN a fojas 1.625, 3.601 y 4.293
dice que conoce el motivo de su citación al tribunal, se trata del
caso de Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Ratifica su declaración
extrajudicial prestada ante Investigaciones y que consta en el anexo
Nº21 del parte Nº86 agregada en autos.De este modo ratifica, en consecuencia, todo lo que se
relaciona con la forma en que conoció a BERRIOS y las relaciones
esporádicas que mantuvieron durante un tiempo, siempre a
instancias de él, en las que le pedía ayuda.- Dice que éste le solicitó
ayuda y la única que pudo prestarle era de tipo económico, pero
eso no le bastaba ya que necesitaba irse del país y salirse de la
situación que enfrentaba.- Agrega que le preguntó acerca de quién
estaba en la DINE y le dijo que el Director era el General RAMIREZ
RURANGE con oficina en la calle República, señalándole que ahí
debía dirigirse si necesitaba hablar con alguno de los jefes o con el
mismo Director.- Un tiempo después le comentó que había estado
en DINE y hablado con los jefes, sin señalarle alguna persona.Agrega que en esa época él se desempeñaba en la
Oficina de Pasajes y Fletes del Ejército y un día un oficial de
inteligencia vestido de civil le dijo que el General RAMIREZ lo
necesitaba y que se encontraba en el sexto piso del Edificio de las
Fuerzas Armadas, donde estaba la Vice Comandancia en Jefe de
del Ejército.- Le dijo que debía viajar a Uruguay porque BERRIOS lo
quería ver y conversar con él y le manifestó que él hablaría con el
General Ramón CASTRO que era su superior directo, luego esa
misma tarde un estafeta del DINE le traje un pasaje y dinero en
dólares para viajar al otro día.Es así como viajó a Uruguay en avión y una vez allá lo
llamó por teléfono un uruguayo quién le dijo que BERRIOS deseaba
hablar con él, por lo que acordaron reunirse en una plaza.- Allí en
presencia del uruguayo BERRIOS se quejó mucho de su situación
diciéndole que estaba muy sólo, sin dinero, pasando hambre
incluso, que quería tener allá en forma permanente a su cónyuge
quién en esos momentos estaba con él y le solicitó que fuera a ver
a sus padres en Santiago, y les comunicara como se encontraba
él.- Berrios decía estar aburrido que quería trabajar y llevar a su
madre con él posteriormente.Estuvo en Uruguay un par de días y regresó a Chile
cumpliendo el encargo de BERRIOS en cuanto a visitar a sus
padres y dos días después fue a su oficina un oficial que dijo ser del
DINE de nombre Arturo SILVA, quién le consultó acerca de
BERRIOS y de los detalles de su viaje.- Le parece que este viaje lo
realizó en noviembre de 1991, pero no puede precisar la fecha y
BERRIOS estaba alojando en un hotel con su cónyuge en esa
oportunidad.Dice que no supo o no recuerda el nombre del uruguayo
que lo contactó, lo impresionó como militar por sus gestos y su
forma de hablar.- Respecto de las fotografías que el Tribunal le
exhibe, sin reconocer claramente la identidad, se inclina a creer que
pudo haber sido Tomas CASSELLA.- Esta persona estuvo presente
durante su entrevista con BERRIOS.TRIGESIMO OCTAVO: Que en las declaraciones del procesado
Manuel Antonio Pérez Santillán que se han expuesto en el
considerando que antecede, si bien, ha reconocido su participación
en los hechos punibles investigados, le atribuye circunstancias que
puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute,
las que en su parte substancial se refieren a haber viajado a
Uruguay para verificar la condición en que se encontraba Eugenio
Berrios Sagredo, a quien conocía desde antes, hacerle saber la
necesidad que mantuviera una buena conducta para que así no se
viera afectada la buena relación existente con el Ejército de ese
país, todo lo cual habría realizado en cumplimiento de una orden
superior, lo cual, si bien ello aparece comprobado del mérito de
autos, sólo resulta exculpatorio de su responsabilidad penal en
cuanto al cargo que se le formula de haber participado en una
asociación ilícita, tipo penal que exige un tiempo de permanencia y
no, una actuación esporádica como la que ha correspondido a este
sujeto y por ello procederá absolverle de este cargo.- Con relación
al delito de secuestro, dado el conocimiento previo que tenía el
nombrado PEREZ con relación a la victima y a su entorno familiar,
sumado al hecho de la comisión que desempeñó en Uruguay, no
pudo menos que tomar conocimiento de la situación de restricción
de su libertad que afectaba a BERRIOS y, al cumplir ese cometido
en la forma que lo hizo, su participación en el delito debe ser
recalificada a la de cómplice en atención a que cooperó a la
ejecución del hecho durante su desarrollo, esto es, por actos
simultáneos, tal como lo señala el artículo 16 del Código Penal, y
sin que su conducta se encuentre comprendida en las situaciones
que describe el artículo 15 del mismo cuerpo legal.De esta manera, se recalifica el grado de participación
que se le ha formulado en el auto acusatorio y en las adhesiones al
mismo.TRIGESIMO NOVENO: Que prestando declaración Tomas Ventura
CASSELLA SANTOS a fojas 3.364, 7.636, 7.719, 7.730, 7.847,
7.862, 7.902 y 8.728 dice que su relación con Chile comenzó en
1975 cuando concurrió a la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas
Especiales a realizar un curso de paracaidismo, pues en Uruguay
no existía el paracaidismo militar y la escuela chilena fue la madrina
de esta.- Señala que estuvo desde el mes de junio hasta el 26 de
noviembre de 1975 en la referida Escuela y tenía como jefe del
curso de comando al entonces Capitán Jaime LEPE, con quién
estableció una relación de amistad.- Agrega que en su carrera es
del arma de infantería y, en 1988, por primera vez hace un curso de
análisis de inteligencia, ese es el curso avanzado, el básico es para
la gente operativa, él nunca lo hizo.- En 1989 viajó a Chile a hacer
un curso de 21 días de “Análisis Político Estratégico de Inteligencia”
en Rinconada de Maipú en la Escuela de Inteligencia de CNI.Dice que en febrero o marzo de 1992 cuando HERRERA
ya no estaba en Uruguay, había caído pero en Argentina, en esa
fecha lo llama por teléfono un chileno que se identificó con el
apellido “CONCHA”, hace presente que en el caso de CNI todos los
oficiales
estaban con “chapa”, los profesores y el cuadro
permanente; este le dice “van a ir unos amigos” y le pregunta si le
puede dar mi teléfono.- Como a la semana después le llama un
chileno le dice que es RAMIREZ, le invita a cenar, se juntan y
aparece quién dice ser RAMIREZ y Hernán TULIO ORELLANA.-
Dice que estuvieron cenando en el Restaurante “Las Tejas” y
recuerda que ORELLANA quién hablaba con una voz suave, incluso
en una ocasión se levantó de la mesa y salió a comprar cigarrillos,
él piensa que BERRIOS en Uruguay, nunca estuvo secuestrado.Posteriormente, se enteró que este último estaba en el Hotel
Panamericano que queda cerca del Shoping, que era el único que
había en Montevideo en esa época.Agrega que la primera vez que se juntó con RAMIREZ y
ORELLANA, al día siguiente, le dio cuenta al Coronel LLUIS y al
General AGUERRONDO, recuerda que le comentó de estos
chilenos y que eran integrantes del servicio, le preguntó que
andaban haciendo y él le dijo que no sabía, le señaló que
mantuviera el contacto y que le mantuviera informado.Señala que en todo ese tiempo año 1992, Arturo SILVA fue
en varias oportunidades a las oficinas de la DGID, cuando hablaba
con él, también hablaba con otros, generalmente lo hacía con
LLUIS, el General AGUERRONDO también lo citaba.- En un
principio no sabía que SILVA era un hombre de confianza de
PINOCHET, eso sólo lo notó cuando fue el General PINOCHET a
Uruguay y SILVA era el que movía toda la estructura, pagaba las
comidas, etc.Dice que cuando se anuncia
que el General
PINOCHET va a ir a Uruguay, lo designa el Teniente General Sr.
REBOLLO, quién llamó al General AGUERRONDO y le dijo que lo
destinaran como Edecán de PINOCHET, lo que para él en ese
momento fue un honor en atención al alto concepto que tenía de
dicho General, no sabía las cosas que han salido ahora, pero, en
ese momento pensaba que era un gran estadista y un gran
gobernante, eso era lo que el veía desde otro país en ese
momento.Asimismo, junto con señalar que no tiene conocimiento que
el Sr. Presidente LACALLE estuviera informado del tema de
Eugenio BERRIOS SAGREDO puede decir que solicitó al Capitán
RADAELLI que le facilitara su casa de verano a RAMIREZ y a
ORELLANA.- Agrega que cuando se encontraba cenando con los
chilenos, se acuerda que RADAELLI que había prestado servicios
con él en la Compañía de Contrainteligencia, tenía una casa en las
afueras de Montevideo y cuando se la solicita accede a ello porque
la casa estaba disponible, coordinan para juntarse y presentarle a
estas personas y, cuando RADAELLI prestó la casa a solicitud
suya, lo arrestan por prestar una vivienda sin dar cuenta a su
mando natural que era Glauco YANONE.- A él también le aplicaron
una sanción, al mismo día 15 de noviembre a RADAELLI y a él el
23 y 24 de noviembre, ello porque AGUERRONDO estaba en
Europa y el Comandante en Jefe del Ejército por un tema de
deferencia esperó la llegada de su jefe directo.- AGUERRONDO
volvió de Europa a los 8 a 10 días de ocurrido esto.Por otra parte, el día 15 de noviembre de 1992, lo llama
RADAELLI y le dice: “mi Comandante, el chileno que Ud. me
presentó se enloqueció y dice que está secuestrado”, agrega que
había ido con un vecino a la seccional y que iba a llegar el Jefe de
la Policía, ante lo cual llamó a LLUIS que era el Sub director que
subrogaba a AGUERRONDO y le pide al Jefe de la Policía que era
el Coronel RIVAS que lo reciba y en la oficina del jefe de la
seccional le dice: “estos son unos chilenos que están acá, esto está
en conocimiento del mando, del General AGUERRONDO y le pide
hablar a solas con el chileno a quién conocía como ORELLANA,
este le dice que lo perdone por el lío que se armó y que estaba
muy angustiado porque se había ido la Gladys (refiriéndose a su
mujer).- Rivas le preguntó “usted en que situación esta”, él señala
que estaba viviendo en Uruguay y le dice que siempre hay un
chileno que lo está a acompañando, pero, era el mes de noviembre
de 1992.- Agrega que a BERRIOS lo vió muy angustiado cuando
RIVAS le dijo que no se iba, entonces, para irse RIVAS le dice que
debía levantar la denuncia, ante lo cual llama al Sub comisario
HERNANDEZ y RIVAS le dice “el señor se quiere ir” y, el le
manifiesta que para irse tiene que levantar la denuncia.- Ante eso
HERNANDEZ le dice que el chileno no hizo denuncia y que esta la
hizo el matrimonio que venía con el militar.- Entonces RIVAS le
pregunta como se resolvía eso, ante lo cual le señala HERNANDEZ
que se debía hacer un acta en que BERRIOS manifieste que se
quiere retirar, después de confeccionarla RIVAS la lee, no sabe
quién la firmó y, posteriormente esa acta fue integrada al
expediente de Uruguay.- RIVAS después de revisarla le dice que la
archive en la seccional, HERNANDEZ no hace ningún reparo y le
dice RIVAS “que va a hacer con la denuncia del matrimonio”, ante lo
cual HERNANDEZ le dice que conoce al Sr. CABRERA y que luego
iría a hablar con él para que levante la denuncia; sabe que esto más
tarde se produjo porque lo vió en el expediente de Pando.El tema del derrame de tinta sobre el libro, manifiesta
que este tema nunca lo habló con el Coronel RIVAS, pero, supone
que este quiso sacar de circulación el libro de denuncias donde
estaba la de CABRERA y luego la pasó al archivo por el motivo que
estaba inutilizado.- Agrega que el Coronel RIVAS no tiene nada que
ver con la desaparición del libro, porque si este lo hubiera hecho
desaparecer, no podría haber aparecido la fotocopia del libro seis
meses después cuando sale el anónimo, porque la fotocopia de
este libro iba adjunta a la denuncia anónima que apareció en junio
de 1993.Finalmente BERRIOS pidió ir a saludar al médico que
había sido muy amable con él, dice que lo llevó solo luego que un
policía le explicara donde quedaba el Policlínico, bajaron ambos y
entraron al lugar, se acercó al médico FERRARI y se presentó
como el Comandante Tomas CASSELLA y BERRIOS lo saluda, le
toma la mano con sus dos manos y le dice “muchas gracias doctor,
estoy tranquilo, me voy con CASSELLA”, se despidieron y se
fueron.- El doctor FERRARI, posteriormente, en un interrogatorio
manifiesta que con la expresión señalaba otra cosa, eso él no lo vió,
él no lo dice en su primera declaración, eso lo dice después que
viene a Chile.- Agrega que el doctor FERRARI declara cosas
diferentes en cada una de sus declaraciones.- Después se fueron a
la casa de RADAELLI, donde estaba este con RAMIREZ, cuando
entra BERRIOS, RAMIREZ estaba sumamente molesto y lo insulta
con un garabato, ante lo cual BERRIOS le dice que lo perdone,
estaba muy manso, ya no estaba angustiado, ante lo cual él les
manifestó que con todos estos problemas debían acelerar su viaje,
ya que ellos le habían dicho que iban a ir a Brasil, ya era tarde y
estaba oscureciendo, entonces le señalan que sí, que debían ir a
Montevideo a buscar sus cosas, esto de la ubicación de un
departamento se ha sabido más tarde.CUADRAGESIMO: Que, si bien, el procesado Tomás Cassella
Santos en sus declaraciones enunciadas en el fundamento que
antecede, ha reconocido su participación en los hechos punibles
investigados, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de
responsabilidad o atenuar la que se le impute y como tales
circunstancias no están comprobadas en el proceso, el tribunal no
les dará valor, atendiendo al modo en que verosímilmente
acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para
apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del procesado
y la exactitud de su exposición.
En consecuencia, se tiene por plenamente comprobada
la participación del encausado antes mencionado, en calidad de
autor de los delitos por los que ha sido acusado.
CUADRAGESIMO PRIMERO: Que el acusado Eduardo Ernesto
RADAELLI COPOLLA, prestando declaraciones a fojas 3.379,
7.658, 8.060 y 8.726, expone:
Que es oficial del Ejército uruguayo y actualmente se
encuentra en servicio activo, desempeñándose a partir del año 2004
en la Secretaria General de la Comandancia en Jefe del Ejército
con el grado de Teniente Coronel.- Dice que el año 1990 ascendió a
Capitán y estuvo en la Compañía de Contrainformación del Ejército
en el área de Contrainteligencia, cuando su primer jefe fue el
Teniente Coronel CASSELLA, después estuvo Glauco YANONE y
posteriormente el Comandante Edgardo DA CUNA.Con relación a la persona de BERRIOS puede decir que
lo conoció en la siguiente forma: en noviembre de 1992,
específicamente el día 12 de ese mes, CASSELLA le dice que tiene
dos conocidos chilenos que están en Uruguay y que después iban a
viajar y le pregunta que posibilidad hay para que esas dos personas
pasen un par de días en Parque del Plata, yo le digo que no tenía
inconveniente pero que tenía que consultar a sus padres y como
ellos accedieron, llamó a CASSELLA y el día 13 del mismo mes,
que era un día viernes, se juntaron los cuatro en la tarde en la
puerta del comando y de allí los acompañó a la casa de Parque del
Plata.- Señala que CASSELLA sólo le manifestó que los chilenos
eran conocidos de él, no les preguntó si eran militares y tampoco le
dieron la impresión de serlo.- Los chilenos viajaron en un auto
conducido por uno de ellos a quién conoció como RAMIREZ y
cuando llegó a la casa de veraneo, se las mostró les enseñó como
prender la bomba para el agua, se instalaron y el regresó a
Montevideo.- Dice que el día sábado en la tarde volvió a Parque del
Plata y regresó porque el día anterior el otro chileno de apellido
ORELLANA, le dijo que el día 14 de noviembre era su cumpleaños
y como él había sido tan amable lo invitaba a festejar.- Hicieron un
asado, bebieron whisky, él tomó un solo trago y ORELLANA bebió
un poco más pero no puede decir que haya quedado ebrio, si
estaba muy locuaz, hablaba mucho, de la situación de Chile, de
política, salió el tema de PINOCHET y del proceso militar, pero no le
dieron la pauta para pensar que ellos pertenecían a las fuerzas
armadas chilenas, pero se notaba que ellos no estaban en contra
de PINOCHET.Agrega, que se acostaron alrededor de las 23:00 horas,
ellos quedaron juntos en una habitación y él durmió en el dormitorio
de sus padres y estando dentro del inmueble se percata que no
salía agua porque una de las cañerías que traslada el agua al
tanque se había roto y por ello decidió quedarse esa noche para
que al día siguiente se pudiera levantar temprano y solucionar el
problema del agua, entiende que ellos se iban el día lunes, puesto
que ese había sido su compromiso con CASSELLA.El día siguiente se despierta como a las 08:30 horas, pone
una escalera y sube a la azotea y se pone a reparar el caño,
estaban los dos chilenos acostados y pasado unos veinte minutos,
vé que este señor ORELLANA, está cruzando la calle, se dirige a la
casa de un vecino y se pone a conversar con ellos.- Dice que no
escuchaba lo que decían, pero este hombre gesticulaba y por ello
se dirige a hablar con sus vecinos y allí se entera que el decía que
estaba mal, que tenía problemas y los vecinos le manifiestan que
les había dicho que estaba secuestrado por orden de PINOCHET y
que quería ver a la Policía.- Dice que se identificó señalando que
era militar y que no sabía que pasaba con este señor, el vecino le
dijo que estaba bien, pero no podía dejar que ocurriera una
situación así en el sentido que viniera una persona a su casa,
señalando estar secuestrado y no pasara nada, ante lo cual se
identificó como Oficial de Marina y acordaron ir a la seccional en el
vehículo
de
ellos.-
Mientras
tanto
ORELLANA
quedó
allí
conversando con otro vecino de apellido MARTINEZ y yo le dije a
ORELLANA que si quería volver a la casa lo hiciera, llegaron a la
seccional, habló con el Comisario y le explicó la situación, le relató
los hechos y le señaló que el día de hoy en la mañana el sujeto a
quién conoció como ORELLANA se presentó a la casa del vecino,
señalando que estaba secuestrado, ante lo cual le manifestó que
iba a llamar al Coronel CASSELLA quién tenía un mayor
conocimiento de estas dos personas.Dice que cuando habló con el Comisario le dijo que no
sabía que pasaba con este hombre, si estaba ebrio o enfermo,
porque no entendía su situación y él le dijo que se iba a seguir el
procedimiento normal y luego no volvió a hablar con este
Comisario.Posteriormente
salió
de
la
seccional,
llamó
a
CASSELLA, quién le respondió que iba a llamar a la Comisaría y
que iba a tratar de ir, pero a él no le dijo que iba a avisar a sus
superiores del Ejército.- Posteriormente volvió a la seccional, donde
se entera que había llegado ORELLANA, sigue estando en el lugar
CABRERA y su señora, quienes le dicen que había concurrido el
primero de los nombrados, pero él no lo vé, ni tampoco le tomaron
ninguna declaración.- Como a las 12:00 horas de ese día se retira y
vuelve a su casa, allí estaba RAMIREZ a quién le contó toda la
situación y al comentarle lo sucedido, éste ultimo dijo “este hombre
se enloqueció”, volvió a la seccional a las 14:00 horas para ver que
pasaba, y allí estaba el Coronel RIVAS que era el Jefe de Policía
quién estaba hablando con CASSELLA por lo que él no intervino.Dice que no vió a personal militar que hubiera llegado a las afueras
de la seccional, tampoco estaba cuando sacaron a ORELLANA y lo
llevaron a un examen médico, presume que lo trasladó el Comisario
la primera vez que se retiró de la Comisaría y fue trasladado al
Policlínico que queda como a treinta cuadras.Por último, señala que a ORELLANA no lo volvió a ver en
la seccional, posteriormente como a las 15:00 o 16:00 horas se va
sólo para la casa del balneario donde estaba RAMIREZ a quién le
comentó lo sucedido y él se extrañó pero no mostró una
preocupación muy grande, señalaba que no sabía que le pasaba a
ese hombre y que si estaba CASSELLA este se haría cargo, le
llamó la atención su actitud de indiferencia, lo cual comentó
después a CASSELLA, en el sentido que prácticamente él quedó
solucionando los problemas que eran suyos, mientras él se quedó
en la casa sin ir a la seccional.- A los pocos minutos volvió
CASSELLA con ORELLANA y éste último me pidió que lo
disculpara por lo sucedido y también se disculpó con RAMIREZ,
quién lo increpo por lo que había hecho, luego RAMIREZ dice que
se iban y que no se quedaban hasta el otro día.-
Finalmente, expone que CASSELLA le dijo que había
tenido contacto con los chilenos desde hace un tiempo atrás, pero
no le contó que había otros chilenos que estaban en contacto con
estos y viajaban entre Uruguay y Chile.- Dice que sólo sabía que
estaba SANHUEZA en Uruguay porque lo había visto en la casa de
SARLI, que es un militar que se desempeñaba en una unidad de
análisis de inteligencia, pero a él no lo vió en la seccional, sin
embargo después se enteró que también estuvo allí por boca del
mismo o de CASSELLA, no recuerda bien, pero si supo que estuvo
y le parece que fue el mismo SARLI quién se lo comentó porque le
contó más detalles de lo ocurrido.- Por estos hechos fue sancionado
con un arresto de rigor de ocho a diez días por “participar en una
actividad de otro servicio sin darle cuenta a su mando superior”.CUADRAGESIMO SEGUNDO: Que, si bien, el procesado Eduardo
Ernesto Radaelli Copolla en sus declaraciones prestadas en el
considerando precedente, ha reconocido su participación en los
hechos punibles investigados, le atribuye circunstancias que
puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute, y
como tales circunstancias no se encuentran comprobadas en el
proceso, el tribunal no les dará valor, atendiendo al modo en que
verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el
proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad
del procesado y la exactitud de su exposición.
En consecuencia, se tiene por plenamente comprobada la
participación del referido imputado en su carácter de autor de los
delitos por los que ha sido acusado.
CUADRAGESIMO TERCERO: Que el acusado Wellington SARLI
POSE prestando declaraciones a fojas 3.388, 7.647, 7.761 y 8.724
ha señalado que en la actualidad se desempeña como Coronel en
servicio activo del Ejercito del Uruguay y es sub jefe del
Departamento V (asuntos civiles) del Estado Mayor del Ejército, con
treinta y seis años de servicios.Dice que ha realizado cursos de inteligencia en
Alemania, donde efectúo un curso de tácticas y técnicas en la
ciudad de MUNICH impartido por el servicio de inteligencia alemán.En Uruguay realizó un curso básico sobre este tema y también
participó en seminarios de inteligencia impartidos por oficiales de
los ejércitos brasileros e israelitas.Durante el año 1992 estaba en la Compañía de
Contrainteligencia y su jefe era el Comandante DA CUNA, esta
Compañía dependía directamente del Comandante en Jefe del
Ejército y, con relación, al conocimiento que tenía en 1991 de la
estadía de militares chilenos en Uruguay puede decir que en ese
tiempo el Coronel CAUSI, que era el jefe de un Departamento de la
DGID cuyo Director era el General AGUERRONDO le dijo que en
un tiempo más iba a venir un chileno que era militar y le preguntó si
lo podría ayudar porque se iba a radicar en ese país.- Dice que lo
contestó que si estaba dispuesto a ayudarlo y le ofreció la casa que
su madre tenía en el balneario de Parque del Plata mientras se
ubicaban en Uruguay.Agrega que unos meses después llegó el chileno, de
apellido SANHUEZA, con su mujer llamada Carmen y sus hijos
Arturo y Paulina.- Dice que SANHUEZA estuvo alrededor de una
semana en la casa de su madre y luego se mudó a Montevideo a la
calle Ana Monterroso de Lavalleja, en el departamento de un
edificio no muy grande en un segundo o tercer piso.- Señala que
nunca le preguntó a SANHUEZA si había tenido un problema
judicial o de otro tipo, ni él tampoco le comentó nada, porque
obviamente si él hubiera sabido los graves crímenes en que estuvo
involucrado como padre, no habría dejado que su hijo alternara con
su familia.- También dice que lo visitaba en su oficina y su mujer
tenía una cédula de identidad uruguaya la que obtuvo regularmente
y tiene entendido que CASSELLA la ayudó para agilizarle los
trámites; también tiene entendido que recibía regularmente su
sueldo desde Chile, ignorando la fecha y forma en que le llegaba el
dinero, al parecer era mediante un giro bancario y cree que en
alguna ocasión Arturo SILVA se lo llevó y a este último lo conoció
en el Servicio de Información, calcula que a fines de 1991 o 1992,
no recuerda bien la fecha, en todo caso fue meses antes de que
llegara SANHUEZA a Uruguay, no recuerda quién se lo presentó,
puede haber sido CAUSI, CASSELLA o AGUERRONDO, pero no
fue una presentación formal, él iba sólo y lo conoció en la oficina, no
recuerda el tema que conversaron pero no le dijo que venía a ver a
unos chilenos que estaban en Uruguay.- En otra oportunidad
coincidimos en la casa de SANHUEZA y fueron ambos a un
restaurante ubicado en La Rambla de Montevideo y allí se habló del
tema de SANHUEZA.- Posteriormente nunca más se volvió a reunir
con Arturo SILVA y en la fecha en que SANHUEZA llega a Uruguay,
CASSELLA
había
reemplazado
al
Coronel
CAUSI
y,
en
consecuencia, era jefe de un Departamento de la DGID y, el
General AGUERRONDO seguía siendo el jefe superior.Con relación a los sucesos del día 15 de noviembre de
1992, dice que estaba en su casa en Montevideo y ese día es el día
de los Caídos en la Armada y todos los años hay una ceremonia a
la que asiste con su familia porque tiene un hermano que perteneció
a la marina y que falleció en acto de servicio.- Señala que, como
ese día estaba de servicio a la orden y le avisa el Comandante DA
CUNA que el Comandante RADAELLI había tenido un problema en
Parque del Plata, se dirige a la seccional de ese lugar y habla con
los policías que estaban en la puerta, quienes le dicen que había
habido un lío con un chileno que estaba borracho y que habían
estado unos militares, agrega que se dirige al auto para
comunicarse por radio con el Comandante DA CUNA y se le ordena
que vuelva a la base, y allí estaba RADAELLI con DA CUNA y aquel
le contó que se trataba de un episodio en que un chileno que estaba
en su casa se había ido a una Comisaría y CASSELLA, que no
estaba, se había llevado al chileno y recuerda que por disposición
del Comandante en Jefe se ordenó el arresto riguroso de diez días
para RADAELLI y quince días rigurosos para CASSELLA.- Dice que
ese día no vió a SANHUEZA en Parque del Plata, no vió a Arturo
SILVA, no conoce a Jaime TORRES y tampoco conoce a otros
chilenos que estaban con BERRIOS.- También señala que escuchó
que RADAELLI le decía a DA CUNA que un chileno al que
CASSELLA le había pedido que tuviera en su casa, se había
emborrachado y había hecho un escándalo, en todo caso él nunca
vió el informe que hizo RADAELLI a su jefe, sólo estaba presente
cuando le narró los hechos, de lo demás que ocurrió en la
Comisaría, no lo sé, ignoro si se siguió el procedimiento normal y
respecto del chileno, señaló que este se había ido con CASSELLA.Después de este episodio el siguió su vida normal y tanto
CASSELLA como RADAELLI sabían que estaba SANHUEZA en
Uruguay, mucha gente lo sabía, incluso el mando, CAUSI también
lo sabía y a partir del momento que SANHUEZA iba a su oficina, era
obvio que muchos más lo sabían.Por último, a los meses después debió comparecer a
prestar declaración en un sumario en la sede del Ministerio de
Defensa, donde lo entrevistó una abogada cuyo nombre no
recuerda, quién le preguntó acerca de su participación en este tema
y como habían intervenido los otros partícipes, dice que le
manifestó que él no estaba involucrado y ella le dijo que había una
persona que lo había involucrado por un llamado que hizo a un
oficial de la marina conocido de él de nombre BALIÑAS que
también era de inteligencia a quién le contó el tema y él ya sabía
que había un marino jubilado de apellido CABRERA que había
tenido un problema con RADAELLI.CUADRAGESIMO CUARTO: Que si bien el procesado Wellington
Sarli Pose, ha reconocido su participación en el hecho punible, le
atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o
atenuar la que se le impute y, como tales circunstancias no se
encuentran comprobadas en el proceso, el tribunal les dará valor o
no, según corresponda, atendiendo al modo en que verosímilmente
acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para
apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del procesado
y la exactitud de su exposición.CUADRAGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones el
acusado Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN a fojas 1.571, 1.912,
3.255, 7.739 y 7.788, dice que: efectivamente fue comisionado por
el Mayor Arturo SILVA quién era su jefe directo en DINE para viajar
a Uruguay y sólo le dijo que al día siguiente debía estar en el
aeropuerto, le dio el pasaje, no le dijo en que consistía su misión,
sólo que debía viajar y que en el aeropuerto lo iban a esperar,
también le entregó un sobre con una cantidad de dinero en dólares,
no recuerda cuanto era, pero si era el dinero necesario para su
estadía durante un tiempo.-
Dice que viajó en Pluna y cuando llegó lo estaba
esperando el Capitán Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ que trabajaba
en DINE, pero no era jefe directo suyo, tampoco sabe si estaba bajo
las órdenes del Mayor SILVA o del Director.- No recibió ninguna
copia de alguna resolución que lo destinara en comisión de servicio
y tampoco algún documento donde se dejara constancia de los
pasajes y dinero que se le entregaban y a su regreso debía rendir
cuenta al Mayor SILVA respecto al gasto del dinero y si sobraba
algo se lo devolvía, no era una rendición formal, sino que un simple
escrito a máquina sin formalidad.Manifiesta que fueron tres veces las que estuvo en
Montevideo en el Departamento de este señor BERRIOS, cuyo
nombre lo supo de su propia boca y nunca supo la razón por la que
estaba en ese lugar, siéndole presentado por el capitán
RODRIGUEZ en el departamento, después de haberlo llevado a
conocer la ciudad.Por otra parte, dice que cuando BERRIOS no
regresaba se preocupaba y llamaba al Capitán RADAELLI del
ejército uruguayo, quién lo tranquilizaba y le decía que esperara a
que este llegara.- Nunca BERRIOS le manifestó que estuviera
desesperado por volver a Chile o que echara de menos, se veía una
persona vital, sin depresión, cree que en la última estadía suya que
fue en noviembre de 1992, le manifestó que tenía alguna intención
de volver y siempre le conversaba que lo que más le preocupaba
era que tenía unos problemas de cheques protestados, por lo que
no podía regresar a Chile.Con respecto al escándalo que se produjo en la
Comisaría del Parque del Plata manifiesta que se enteró por la
prensa y con respecto a ello, sólo puede señalar que cuando
BERRIOS fue cambiado desde el departamento hasta el balneario
antes señalado, éste estaba molesto y RADAELLI se lo llevó a ese
balneario.- Dice que se quedó en el departamento y luego llegó otro
oficial uruguayo que le dijo que tomara sus cosas y se fuera donde
estaba BERRIOS pasando la noche en dicho lugar.- Al día siguiente
le informaron que debía regresar a Chile y BERRIOS quedó allí,
mientras el volvía en la forma acostumbrada y lo estaba esperando
el capitán RODRIGUEZ en el aeropuerto, lo cual fue algo extraño
porque él no tenía una dependencia directa con esta persona.También agrega que cuando estuvieron el Parque del Plata con
BERRIOS y los dos uruguayos, el otro Uruguayo también se
llamaba Eduardo, pero, no esta seguro.Por último, quiere aclarar que recuerda que el pasaje de
vuelta a Chile del último de los viajes, se lo entregó Jaime TORRES
en el aeropuerto de Azeiza y tuvo que pernoctar una noche en
Buenos Aires debido a que el pasaje era para el día siguiente y éste
le dijo que por orden del General debía volver de inmediato a Chile.CUADRAGESIMO SEXTO: Que las declaraciones del procesado
Marcelo Ariel Sandoval Durán reseñadas anteriormente, constituyen
una confesión judicial, la que por haber sido prestada con la
concurrencia de los requisitos exigidos por la ley, permiten a éste
tribunal tener por suficientemente comprobada su participación en
calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado.CUADRAGESIMO SEPTIMO: Que el acusado Nelson Williams
ROMAN VARGAS prestando declaraciones a fojas 1.578, 1.917,
2.375, 3.260, 7.781 y 7.792 manifiesta que estuvo en la CNI desde
1986 a 1990, trabajando con relación a las actividades del partido
democratacristiano bajo el mando del mayor de Carabineros Miguel
HERNANDEZ y cuando este volvió a su institución en 1988,
quedaron bajo el mando del mayor Arturo SILVA VALDES.- Conoció
a Raúl LILLO, a Marcelo SANDOVAL y al Mayor Jaime TORRES
GACITUA, que también estaba en la misma unidad, pero no en el
mismo lugar en el que él se desempeñaba.Dice que cuando terminó la CNI pasó a DINE donde
estuvo en una unidad especial que primero se llamaba “Asuntos
Internos” y luego “Asesoría de Análisis”, el jefe era Arturo SILVA y
dependía directamente la unidad del Director de DINE.Agrega que en una ocasión Arturo SILVA le manifestó
que la próxima semana debería partir en una misión al extranjero
sin darme mayores detalles y a la semana siguiente viajó en avión
junto a Raúl LILLO quién le dio algunas otras instrucciones, sin
darle mayores detalles, sólo que debía acompañar a una persona
que tenía problemas judiciales y es así que cuando llegaron al
departamento estaba SANDOVAL junto a Eugenio BERRIOS.- Dice
que en el período que él estuvo vió en dos oportunidades a
RADAELLI en URUGUAY, pero no a raíz de algún problema con
BERRIOS.- Agrega que estuvo como cuarenta días con este último,
se fue a fines de mayo y volvió los primeros días de julio de 1992 y
señala que con BERRIOS conversaban, paseaban y nunca tuvieron
un percance o alguna situación incomoda.- El salía con cierta
libertad, estaba en un tratamiento dental donde lo acompañó en una
oportunidad y también recuerda que en una ocasión le mostró una
documentación con otro nombre.- Hablaba que conocía a unos
peruanos, que había trabajado con el boldo, le dijo que tenía
problemas judiciales tanto en materia de Derechos Humanos como
de cheques adeudados.- Recuerda que le gustaba beber, a veces
compraba licor y lo consumía en el departamento y otras veces iba
a un local cercano donde en ocasiones él lo acompañaba y en otras
iba sólo y volvía normalmente al departamento.- Recuerda que Raúl
LILLO le entregó el teléfono y el nombre del capitán uruguayo
RADAELLI para acudir a él si había algún problema, ese dato se lo
dio por escrito cuando llegaron a Montevideo y fue cuando estaban
los cuatro junto a SANDOVAL y a BERRIOS.- Agrega que en una
oportunidad fue visitado por el Capitán Pablo RODRIGUEZ, no sabe
en que cosa andaba y no recuerda si durmió en el departamento.RADAELLI si fue al departamento en un par de
ocasiones, cuando llegaron estaba SANDOVAL, le da la impresión
que había tomado contacto antes con SANDOVAL.- La primera vez
fue a visitarlos para ver como estaban, si tenían algún problema, fue
una visita rápida, BERRIOS no se extraño de su visita, lo saludó
como si ya lo conociera; en la segunda visita pasó rápidamente, les
preguntó como se encontraban, le dijeron que bien y se fueron.Por último, señala que a BERRIOS nunca lo vió
preocupado o deprimido, tenía una personalidad especial, se veía
bien optimista, salían todos los días a caminar, esto como una
forma de matar el tiempo, después veían televisión hasta tarde y al
otro día se levantaban tarde, almorzaban y salían a caminar, dice
que BERRIOS no manejaba grandes sumas de dinero, no podía
hacer gastos exagerados y las veces que bebió, no fueron tantas y
por su parte el sólo contaba con trescientos dólares para el mes y
cien dólares más para emergencias, estos últimos los ocupó para
comer una semana mas que tuvo que quedarse.- En relación a
este tema, sólo le resta agregar que en una oportunidad
efectivamente BERRIOS le exhibió una cédula de identidad a
nombre de Tulio ORELLANA la cual era de esas antiguas.CUADRAGESIMO OCTAVO: Que las declaraciones del procesado
Nelson Williams Román Vargas que se han señalado anteriormente,
resultan ser constitutivas de una confesión judicial, la que por haber
sido prestada con la concurrencia de los requisitos legales, permite
a éste sentenciador tener por suficientemente comprobada su
participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido
acusado.
CUADRAGESIMO
NOVENO:
Que
prestando
declaraciones
Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO a fojas 2.220, 2.254, 4.396,
4.428, 4.461, 4.811, 8.703 y 169 (cuaderno reservado) dice que
desde el año 1990 hasta el 2001 trabajó en la Auditoría General del
Ejército, como Jefe del Departamento IV (Defensoría del Personal)
y directamente bajo la dependencia del General Fernando TORRES
SILVA y los dos últimos años, esto es, desde marzo de 1999, del
General Juan ROMERO.- Este Departamento IV se componía de
dos secciones, la primera de ellas se dedicaba a todo lo relacionado
a procesos denominados “presuntas violaciones a los derechos
humanos” en las que estuviera inculpado personal militar en servicio
activo y en retiro, y, la segunda, todos las demás casos judiciales
que afectaban en forma particular a personal exclusivamente en
servicio activo.- Manifiesta que desconoce la operación de salida de
Chile de BERRIOS, así como tampoco tuvo participación en los
casos de HERRERA JIMENEZ y SANHUEZA ROS.- Las relaciones
entre los Generales TORRES SILVA y RAMIREZ RURANGE eran
normales y me atrevo a decir que eran amigos pues se conocían
desde hace muchos años por sus trabajos muy cercanos al General
PINOCHET, ignora sus relaciones laborales.Asimismo, agrega que hace unos meses recibió un
llamado del Mayor Alvaro CORVALAN quién le solicitó que fuera a
verlo
al
lugar
donde
estaba
detenido
-Comando
de
Telecomunicaciones del Ejército- porque el Mayor SILVA quería
hablar conmigo.- Agrega que fue al lugar y al entrar a la cabaña que
ocupa el referido Mayor, este estaba con varios amigos los que se
retiraron y mientras SILVA iba a buscar al Mayor Jaime TORRES
quién en tono alterado le dijo que él era la persona que debía saber
las circunstancias que rodearon la salida de BERRIOS del país.- El
le manifestó que estaba absolutamente equivocado que no sabía
nada de ese hecho, entonces intervino SILVA que le dijo que si
acaso no se acordaba de haber participado en una reunión con el
General RAMIREZ RURANGE, el Brigadier
Manuel PROVIS,
SILVA y él en calle República.- Dice que le señaló que conoce a
esos oficiales, pero, que esa reunión no había ocurrido, de haberse
producido no sería él el indicado para asistir a ella, sino que el
Auditor General que era el General Fernando TORRES SILVA.Por último, relativo al hecho de haber ido con SILVA al
Batallón de Inteligencia del Ejército, es absolutamente falso de que
haya entrado a ese cuartel y visto a BERRIOS en una habitación del
subsuelo, conoce el Batallón pero ese hecho puntual que dice
SILVA, no es efectivo y eso se lo puede preguntar el Tribunal al
Brigadier Manuel PROVIS que era el jefe de la unidad en ese
tiempo.- Sin embargo, en un careo realizado con la participación de
IBARRA y de SILVA, este último, se mantiene en su declaración y
señala que si no conoció a BERRIOS en ese lugar, que le digan
donde lo conoció.Agrega PROVIS en dicha diligencia, que el Coronel
IBARRA no tiene relación alguna con el tema de la salida de
BERRIOS a Uruguay, pero, le sorprende que niegue este hecho
que es evidente que por su parte así ocurrió y ambos cumplieron
ordenes superiores y piensa que él no está involucrado en este
hecho y no sabe porque falta a la verdad y lo perjudica.- Finalmente
expone que resulta obvio que la Auditoría del Ejército estaba
informada de la situación de BERRIOS, o al menos de su situación
jurídica, así como participó en los hechos que acarrearon la salida
de Carlos HERRERA y de SANHUEZA ROS;
QUINCUAGESIMO: Que si bien el procesado ha reconocido su
participación en el hecho punible, le atribuye circunstancias que
puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y,
como el mérito de los antecedentes agregados al proceso que dicen
relación con este imputado, no permiten al tribunal formarse
convicción acerca de su participación en el hecho punible
investigado, este sentenciador
procederá a dictar sentencia
absolutoria a su favor.QUINCUAGESIMO PRIMERO: Que prestando declaraciones el
procesado Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA a fojas 1.629,
4.760, 6.996 y 12.356 señala: Que ratifica en todas sus partes su
declaración contenida en el anexo Nº20 del parte Nº 85 de O.C.N.
INTERPOL y agrega que fue destinado a DINE a comienzos del año
1993, siendo su Director el General Eugenio COVARRUBIAS
VALENZUELA, pasando a integrar la Unidad de Apoyo Técnico,
que dependía directamente del Director y que estaba a cargo del
Mayor Arturo SILVA VALDES.- Esta unidad estaba compuesta en
orden jerárquico por el referido Mayor SILVA, por el Capitán Pablo
RODRIGUEZ MARQUEZ, el Teniente Jaime TORRES GACITUA, el
empleado civil Raúl LILLO GUTIERREZ, los sub oficiales Nelson
HERNANDEZ y Marcelo SANDOVAL, dos secretarias y otros dos
sub oficiales cuyos nombres no recuerda.Esta unidad tenía como misión la de realizar la
seguridad de “adelantada” del Comandante en Jefe del Ejército
general Augusto PINOCHET y de su familia, a nivel nacional e
internacional y también tenía como misión el “control de bajas” que
se trataba de la seguridad y el bienestar de los oficiales y sub
oficiales militares que tenían problemas en el país, de todo tipo, y
otros que por disposición superior se encontraban en el extranjero.En lo que dice relación precisa con el caso de Eugenio
BERRIOS, en una oportunidad en que estaba iniciando sus
servicios en la unidad referida, que debe haber sido a principios de
enero de 1993, se le acercó el Teniente Jaime TORRES GACITUA,
con quién inició una conversación en la que pudo apreciar que
estaba muy complicado, afligido y deseaba conversar con alguien;
en esa oportunidad le contó que cuando ocurre el escándalo de
BERRIOS en Uruguay, refiriéndose al episodio de la huída de
BERRIOS cuando este llegó hasta una Comisaría, inmediatamente
viajan a Uruguay él y Arturo SILVA y en compañía de oficiales
uruguayos habían llevado a BERRIOS a una playa y le habían
disparado, matándolo, le disparó un oficial uruguayo y Arturo
SILVA.Dice que lo relatado lo impactó y no supo que hacer
decidiendo esperar la llegada de SILVA, para escuchar su versión
de lo que había pasado y éste cuando llegó le habló sobre los casos
de control de bajas, entre los que estaban Eugenio BERRIOS,
HERRERA JIMENEZ y SANHUEZA ROS, recibiendo de su parte la
misión de hacerse cargo de esta última persona en un futuro
cercano y con respecto al caso de BERRIOS, Arturo SILVA
manifestó que este era un caso cerrado para ellos, porque después
del escándalo de su huída en Uruguay se hicieron cargo de él, los
propios uruguayos.-
Volviendo un poco atrás, recuerda que le preguntó al
Teniente TORRES, si él le había disparado a BERRIOS y le
contestó que nó, sino que lo habían hecho SILVA y un uruguayo.Agrega que la participación que le correspondió en los
hechos que dicen relación con SANHUEZA, HERRERA y
BERRIOS, responde que con BERRIOS y HERRERA, ninguna.Con SANHUEZA, al principio, tomar contacto telefónico en forma
personal, luego SILVA se lo presentó en Uruguay y a partir de ese
momento, cada vez que viajaba a entregarle los fondos que estaban
destinados para él.- Luego, llevarlo desde Uruguay a Argentina,
hasta donde lo fue a buscar otra gente para llevarlo al sur de ese
último país y recuerda que en Argentina, solamente una vez fue
hasta el sur a dejarle sus fondos y luego salió destinado de la
unidad.Finalmente expone, que lo que ha señalado sobre la
muerte de BERRIOS se lo declaró directamente a la Juez anterior y
fue lo que le relató Jaime TORRES, él nombró a SILVA como una
de las personas que ejecutó a BERRIOS junto con un uruguayo,
cuyo nombre no le dio.- Señala que para él todo esto fue lo que
TORRES le dijo y no algo que le consta personalmente, ya que a
BERRIOS nunca lo conoció.QUINCUAGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del acusado
Mario Enrique Cisternas Orellana indicadas en el considerando que
antecede, resultan coincidentes con el mérito del proceso y no
resultan ser suficientes para que éste tribunal pueda adquirir la
convicción que al referido imputado le ha correspondido la
participación de autor del delito de infracción a lo dispuesto en el
artículo 295 bis del Código Penal, por lo que procederá dictar
sentencia absolutoria en su favor.
QUINCUAGESIMO TERCERO: Que prestando declaración el
acusado Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO a fojas 2.377 y
4.114 expone: Que ratifica su declaración que prestó a la Policía de
Investigaciones con fecha 30 de junio del año 2003 y que rola a
fojas 3.785 y siguientes.- Dice que al parecer el año 1993 o 1994
era un funcionario en servicio activo en el Ejército y tenía el grado
de Sargento 1º y fue comisionado por la institución junto a los cabos
Marcelo SANDOVAL, Nelson ROMAN y al Sargento 1º VERGARA,
que eran de DINE, para preocuparse de la seguridad personal del
Señor Agustin EDWARD EASTMAN después de ocurrido el
secuestro de su hijo.- El año 1995 se acogió a retiro con 20 años y
tres meses en el Ejército y se fue a trabajar a SERPROTEC que era
una empresa que pertenecía al holding de El Mercurio y cuando
llegó allí el Gerente General era Arturo SILVA quién todavía
permanecía como Oficial de Ejército en servicio activo.- Recuerda
que llegó en enero de 1995 a SERPROTEC, Erika SILVA ya se
encontraba allí, también estaba en servicio activo en el Ejército y
también trabajaba allí su marido Sergio RIOS quién estaba en retiro,
pero él no venía de DINE, sino que de Telecomunicaciones.Agrega que el Director de DINE en esos tiempos era el
General Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA y él fue quién les
dio la orden que fueran a la seguridad de don Agustin EDWARDS y
cuando pasó a retiro, él todavía estaba a cargo de DINE.Por otra parte puede señalar que es cierto que en la oficina
de la Plana Mayor en DINE, dentro de la Unidad Especial, estaba
un kardex con las carpetas de HERRERA y SANHUEZA, él sabía
que ellos estaban fuera del país por problemas judiciales y también
sabía que el tema del control de ellos estaba a cargo del Mayor
SILVA, quién era el jefe de la referida unidad.- El se desempeñaba
como jefe de la Plana Mayor y por eso debía preocuparse del
aspecto administrativo del personal y se mantenía en el mismo
kardex carpetas de cada uno de los funcionarios que trabajaban en
esa unidad, donde se lleva su hoja de vida con todos sus datos.Además, señala que cuando la unidad estaba en la calle GAY era
una casa vieja, ellos estaban en el primer piso, donde entre otras
cosas se mantenía el kardex a que se ha referido y la oficina de
SILVA estaba en el segundo piso, por lo que nadie subía allí sino
era llamado por él.Con respecto a los viajes de los cabos SANDOVAL y
ROMAN a Uruguay, contesta que específicamente no sabía a que
lugares viajaba la gente, sabía que salían fuera de Chile, pero no
era su papel indagar su destino y su misión, además que en ese
tiempo pasaba poco en la oficina porque por orden de SILVA debió
preocuparse de llevar a su hijo Arturo que era un niño pequeño a
los tratamientos médicos necesarios del Hospital Militar, porque
padecía de cáncer al nervio óptico.Por último, con relación a su viaje a Argentina puede decir
que salieron por el paso Libertadores y volvieron por otro paso que
esta cerca de Valdivia y a él SILVA le ordenó que viajara como
acompañante de las otras personas que eran SANHUEZA,
CISTERNAS y LILLO, en Buenos Aires él permanecía en el hotel
viendo televisión, mientras los otros salían sin saber que hacían y
después en San Martín de los Andes cumplió la misma función.QUINCUAGESIMO CUARTO: Que las declaraciones del imputado
Nelson Edison Hernández Franco que se han analizado en el
considerando
anterior,
en
ellas,
si
bien,
reconoce
haber
desempeñado funciones en la “Unidad Especial”, existente en
DINE, le atribuye a su participación circunstancias que pueden
eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le imputa, y, ellas
serán tomadas en consideración por éste tribunal para absolverlo
del cargo que se le formuló, puesto que evidentemente, en la
posición de dependencia en que se encontraba con relación a su
superior
directo
inmediato,
quien,
a
su
vez,
actuaba
en
cumplimiento de una misión ilegal, ordenada por el jefe de la
dirección a la que pertenecía, resulta que el acusado, a pesar de
estar en conocimiento de las actividades ilícitas que sus superiores
jerárquicos llevaban a cabo, éste no se encontraba, por esa misma
razón, en situación de recurrir al conducto regular existente en la
institución de la que formaba parte, más aún cuando para la
perpetración de diversos ilícitos dichos jefes formaba parte de una
asociación ilícita.
QUINCUAGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones a fojas
2.376 y 4.186 la acusada Erika del Carmen SILVA MORALES dice
que ratifica su declaración extrajudicial que rola a fojas 2.250 y
siguientes y también la declaración judicial de fojas 2.376 y la
extrajudicial que rola a fojas 3.490 y siguientes.Dice que ingresó a DINA en 1976, cuando se
desempeñaba como operadora de la Compañía de Teléfonos.- Fue
reclutada junto con un grupo de sus compañeras por el
Comandante Vianel VALDIVIESO, después estuvo en CNI y
posteriormente en DINE como empleada civil.- Su marido era
militar, se llama Sergio RIOS ALVAREZ y trabajaba en la 2ª División
del
Ejército
en
el
Departamento
de
Telecomunicaciones,
actualmente está en retiro y trabaja en SERPROTEC.En DINE conoció al Mayor Arturo SILVA y allí pasó a
desempeñarse como su secretaria en una unidad especial que
estaba a su cargo.- Allí se desempeñaba el Capitán Pablo
RODRIGUEZ y también recuerda a Nelson HERNANDEZ que era el
jefe de la Plana Mayor.- Y ella se preocupaba del tema de las hojas
de vida del personal, cuando se informaban, el aseo de la oficina de
don Arturo, hacer los documentos que Nelson HERNANDEZ le
indicaba
que
confeccionara
y
también
solucionar
algunas
situaciones domésticas relacionadas con su jefe.El Mayor SILVA era muy amigo del hijo del General
PINOCHET, de Augusto, cuando él iba a DINE se saludaban de
abrazo, y, al parecer, con el General PINOCHET tenían una
relación muy cercana, su oficina estaba llena de fotos, donde
aparecía con este compartiendo momentos de intimidad, no eran
fotos oficiales.Agrega
que
cuando
en
1994
comenzó
esto
de
SERPROTEC don Arturo se desempeñaba en esa empresa como
gerente general y le ofreció que se fuera a trabajar con él, sin
decirle donde, ella para aumentar su remuneración aceptó y como
le dijo que todavía era empleada civil del Ejército le manifestó que
elevara una solicitud al Director de DINE que era el general
COVARRUBIAS, así lo hizo, pero el se llevó la solicitud diciéndole
que la haría llegar al general, luego le contestó que estaba lista y le
llevó en la tarde en el auto a su nuevo trabajo, recién allí se enteró
que era en el diario El Mercurio, SERPROTEC estaba ubicada
dentro de las dependencias de ese periódico, luego ella sólo volvía
al Ejército cuando había una Revista de Comisario y nada más,
permanecía toda la jornada laboral en SERPROTEC.- Agrega que
don Arturo era Mayor en servicio activo y seguía en la unidad, pero,
obviamente debía haber contado con la autorización del General
COVARRUBIAS, más aún, si un hijo de este General también se
desempeñó como Gerente Administrativo de esa empresa en ese
tiempo y que actualmente no está.Con relación al tema de la salida del país de BERRIOS
dice que en ese tiempo no supo nada de esto ni menos lo vió en el
cuartel donde trabajaba, pero si le llamaba la atención las ausencias
injustificadas de sus compañeros de trabajo, debido a que no se
tramitaba ninguna comisión de servicio, como las que ella hacía
cuando trabajaba en las giras del General PINOCHET.Por último, señala que recuerda que varias veces
llamó a la oficina un señor con acento uruguayo que se identificó
como Tomás, ella recibía las llamadas y al principio se las pasaba a
Nelson HERNANDEZ, y luego directamente le avisaba a don Arturo
SILVA, le decía solamente que estaba don Tomás en la línea, no
sabe la procedencia de la llamada, pero siempre era la misma
persona quién la saludaba muy bien, incluso la trataba por su
nombre.- Don Arturo frecuentemente recibía llamados de personas
con acento argentino y también de don Eduardo RADAELLI, incluso
puede decir al Tribunal que ahora que ha visto fotografías de Tomás
CASSELLA, está segura que en alguna oportunidad lo vió en las
oficinas de DINE con don Arturo cuando la unidad especial estaba
en la casa de calle GAY.QUINCUAGESIMO SEXTO: Que de las declaraciones de la
acusada Erika del Carmen Silva Morales, reseñadas en el
fundamento anterior, si bien se desprende que reconoce haber
prestado sus servicios como empleada civil del Ejército en la
denominada “Unidad Especial” de DINE, le atribuye a su
participación circunstancias que pueden eximirla de responsabilidad
o atenuar la que se le imputa y ellas serán tomadas en
consideración por éste tribunal para absolverla del cargo que se le
formuló,
puesto
que
evidentemente,
dada
la
posición
de
dependencia en que se encontraba con relación a su superior
jerárquico inmediato, quien a su vez, actuaba en cumplimiento de
una misión ilegal ordenada por el jefe de la Dirección a la que
pertenecía, resulta que, a pesar de encontrarse en conocimiento de
las actividades ilícitas que ellos desarrollaban, no estaba –por ese
mismo hecho-, en situación de recurrir al conducto regular
institucional, sobre todo, cuando para la perpetración de diversos
ilícitos sus superiores jerárquicos formaban parte de una asociación
ilícita, como ha quedado demostrado en estos autos.
QUINCUAGESIMO SEPTIMO: Que a fojas 124 vta., 1.124 y 2.777
presta declaraciones el acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ y
señala que
ratifica sus declaraciones anteriores y señala que
durante el gobierno de don Patricio AYLWIN AZOCAR, se
desempeñó como Agregado Cultural y de Prensa de la Embajada
de Chile en Uruguay y durante ese período ocurrieron los hechos
que se investigan en esta causa.- Dice que efectivamente esa
persona Eugenio BERRIOS SAGREDO, lo llamó por teléfono a su
domicilio y le manifestó que estaba en Uruguay protegido por los
militares de Chile y específicamente le señaló que estaba protegido
por “el Tata” y cuando le preguntó de que tata le hablaba, le
manifestó que se refería a PINOCHET.- Agrega que le lanzó una
serie de improperios, porque tuvo un presentimiento de que algo
malo le podía ocurrir, sobre todo como había conseguido su
teléfono y se acordó lo que le señaló la abogado de la Vicaría de la
Solidaridad cuando declaró e identificó a varias personas que
actualmente se encuentran desaparecidas y que estuvieron
detenidas junto a él en Tejas Verdes, ella le dijo que se cuidara
porque la mano del General CONTRERAS era muy larga, ellos
sabían que él estaba en Uruguay y que había venido a Chile a
prestar la declaración referida.Este contacto telefónico se lo comunicó al Coronel Emilio
TIMMERMAN UNDURRAGA quién era el Agregado Militar en la
Embajada y este reconoció que BERRIOS estaba en Uruguay y que
bastante caro estaba costando tenerlo ahí y que sabían que lo
había llamado porque en un momento de descuido se les había
arrancado y había hablado por teléfono con la Embajada y luego
con él.- Le dijo que no dijera ninguna palabra de eso, puesto que ya
había vivido una experiencia siendo soltero y que ahora que tenía
una familia, tuviera cuidado.- En vista de eso no comentó la
situación con nadie más de la Embajada, sin embargo, después le
pidió un consejo sobre este hecho al escritor José Miguel VARAS y
posteriormente, dos años después, se enteró con motivo del
sumario que hizo la Cancillería que había presumido que él iba a
verlo, presumía que tenía miedo y que le iba a prestar protección o
ayuda, pero de esto último se desdijo en un careo que se realizó en
el tribunal y también se retractó en el careo que se hizo en el
sumario de la Cancillería.Por último, agrega que por su función propia el Coronel
TIMMERMAN tenía relación con los militares uruguayos y por otra
parte cuando el Comandante en Jefe del Ejército de Chile el
General PINOCHET viajó a Uruguay, ellos en la Embajada no
tenían conocimiento de eso y, por el contrario, a él le sorprendió la
visita intempestiva de este alto oficial quién se alojó en un hotel que
está al frente de la Embajada, en la calle Andes, y, allí presenció las
contra manifestaciones que se le hicieron.QUINCUAGESIMO OCTAVO: Que el imputado Gines Emilio Rojas
Gómez en sus declaraciones que anteceden ha reconocido su
participación en el hecho punible investigado, pero, le atribuye
circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la
que se le imputa. En efecto, señala que tomó conocimiento de la
permanencia de Eugenio Berrios SAGREDO en Uruguay por un
llamado telefónico que recibió en la Embajada de Chile en ese país,
donde se desempeñaba como Agregado Cultural. Señala que había
conocido con anterioridad a ésta persona en Chile e incluso había
realizado negocios con él, en un stand que mantuvo en la Feria
Internacional de Santiago (FISA). Agrega que no prestó oídos a sus
dichos en los que le comentó que se encontraba en Uruguay
protegido por el General Pinochet y, por esa razón, cuando tomó
nuevamente conocimiento de un llamado efectuado por esta
persona al Consulado a cargo de Federico Marul, le señaló a éste,
que lo mejor era que avisara a la Cancillería en Santiago y pusiera
en antecedentes el llamado de Berrios. Por último, señala que por
éste hecho se realizó un sumario en el ministerio y a él se le aplicó
una sanción disciplinaria.
Que con relación al cargo de obstrucción a la justicia por
el que se acusó a este procesado, corresponde que sea
desestimado, por haber sido derogado el tipo penal antes aludido y,
en consecuencia, procederá dictar una sentencia absolutoria en su
favor por éste concepto.
Con relación al delito de secuestro por el que se le han
formulado cargo por el Consejo de Defensa del Estado para que
sea castigado por dicho ilícito en calidad de cómplice, también será
absuelto de la referida acusación particular, puesto que su grado de
conocimiento de los hechos, tal como se ha reseñado en el acápite
anterior, de ninguna manera puede satisfacer las exigencias del tipo
penal antes señalado, puesto que la omisión en que incurrió el
encartado al no proporcionar la identidad completa del nombrado
Berrios, no significa que haya cooperado a la realización del
señalado delito por actos anteriores o simultáneos, tal como lo exige
el artículo 16 del Código Penal, más aún, cuando no existe en el
proceso ningún antecedentes que le haya permitido imponerse que
el nombrado Berrios se encontraba efectivamente secuestrado en
Uruguay, tal como en la realidad ocurrió.
Por tales razones, el tribunal no ha adquirido la convicción
necesaria para condenar y, por ello, procederá a rechazar la
petición contenida en la acusación particular antes señalada.En
cuanto
a
las
adhesiones
y
acusaciones
particulares:
QUINCUAGESIMO
NOVENO:
Que
en
lo
principal
de
su
presentación de fojas 12.723 y siguientes los abogados Faviola
Letelier del Solar y Sergio Corvalan Carrasco, en representación de
la primera y del querellante José Ignacio Letelier Morel se adhieren
a la acusación fiscal de fojas 12.663 y siguientes dictada con fecha
26 de septiembre de 2008, en los mismos términos y fundamentos
que los señalados en aquella.SEXAGESIMO: Que en lo principal de su presentación de fojas
12.746 y siguientes la Abogado Procurador Fiscal de Santiago, Sra.
Irma Soto Rodríguez, formula acusación particular en nombre del
Estado de Chile, en contra de los acusados que se señalarán.Dice que conforme a los antecedentes probatorios
reunidos en el proceso durante la etapa de sumario criminal,
expuestos en el auto acusatorio fiscal, los cuales dicha parte da por
reproducidos, ha quedado establecido legalmente en autos que:
En el proceso rol N° 1-91 sobre homicidio de don Orlando
Letelier del Solar, instruido por el ministro de la Excma. Corte
Suprema don Adolfo Bañados, se ordenó en varias oportunidades la
citación de Eugenio Berrios Sagrado, apodado “Hermes”, siendo la
última de dichas citaciones expedida con fecha 02 de octubre de
1991, a fin de que prestara declaración al tenor de lo expuesto por
la ex secretaria de Michael Townley, Alejandra Damiani Serrano a
fojas 3066 del proceso aludido, en la que lo sindicaba como
colaborador de su jefe (Townley) en el proyecto químico “Andrea”
relacionado con la elaboración de gas “Sarín” para la eliminación de
personas, y que según ella presumía, fue utilizado para asesinar al
diplomático español Carmelo Soria y a un Notario o Conservador de
Bienes Raíces.
En esta causa Berrios no compareció, habiéndosele
despachado una orden de aprehensión el día 08 de noviembre del
mismo año, sin resultados.
Cabe señalar que en la Dirección de Inteligencia del Ejército
existía una Unidad Especial llamada “Asesoría de Análisis”, que
dependía directamente del Director y que estaba integrada por
distintos oficiales y funcionarios subalternos, completamente
individualizados en autos y que participaron de los hechos
investigados en este proceso.
Asimismo, se ha establecido que por un período no
determinado de tiempo, a fines del año 1991, Eugenio Berrios
Sagredo es mantenido oculto en dependencias del Batallón de
Inteligencia del Ejército (BIE), cuyo comandante a la fecha era el
acusado Manuel Provis Carrasco, permaneciendo en una habitación
ubicada en el subterráneo de dicho cuartel militar, custodiado, con
pleno conocimiento del comandante del batallón, sin que la aludida
privación de libertad del sujeto antes nombrado haya sido dispuesta
por autoridad facultada para hacerlo, ni menos, sea permitida por la
reglamentación
institucional
el
acceso
de
particulares
para
permanecer y/o pernoctar en un cuartel militar, lo que sólo es
posible con la autorización del respectivo comandante.
Posteriormente, el General Ramírez Rurange, que a la
sazón se desempeñaba como Director de la Dirección de
Inteligencia del Ejército, ordenó al Oficial Pablo Rodríguez Márquez
sacar del país a Eugenio Berrios Sagredo, bajo identidad falsa,
aprovechando un viaje que aquél debería hacer a territorio
argentino, para lo cual viajan desde Santiago a Punta Arenas el
militar antes mencionado y Raúl Lillo Gutiérrez, empleado civil de la
DINE, quienes atraviesan la frontera en el vehículo particular del
hermano del oficial antes mencionado, llamado Jorge Rodríguez
Márquez, y son dejados en la localidad de Rio Gallegos, desde
donde viajan a Buenos Aires en avión, siendo esperados en el
aeropuerto por el Mayor de Ejército Arturo Silva Valdés, oficial que
dirigía la Unidad Especial antes referida y que se desempeñaba
como subordinado directo del señalado Director, quien los llevó a un
hotel donde permanecieron dos días para posteriormente viajar por
vía fluvial a Uruguay, desembarcando en el puerto de Colonia. En
este último país, BERRIOS se quedó con Arturo Silva regresando a
Chile Raúl Lillo Gutiérrez.
Después, de permanecer por un largo período de tiempo
en ese país, el nombrado Berrios comenzó a dar muestras de mala
conducta e inquietud por la situación en que se encontraba, puesto
que era permanentemente acompañado por dos clases de la DINE,
y también era regularmente controlado por los oficiales de la Unidad
Especial antes señalada, llegando incluso a viajar a Uruguay el
acusado Manuel Pérez Santillán, quien se desempeñaba en otra
repartición institucional, esto es, en Pasajes y Fletes dependiente
de la Dirección del Personal del Ejército y no obstante ello, le fue
ordenado por el General Ramírez Rurange que, dado el
conocimiento y amistad que mantenía con Berrios viajara a Uruguay
y le manifestara que debía enmendar su conducta, la cual estaba
ocasionando problemas a las autoridades uruguayas y podía
dificultar las buenas relaciones y la colaboración que se tenía con el
Ejército uruguayo.
No obstante el control y permanente vigilancia a que era
sometido este ex agente de la DINA, trató de pedir ayuda
recurriendo, en primer término a la Embajada de Chile, lo que se
frustró, por cuanto sus captores tuvieron conocimiento de esos
intentos y debido a ello fue trasladado de Montevideo al balneario
de Parque del Plata, a la casa de veraneo de los padres de Eduardo
Radaelli que era el oficial uruguayo que debía servir de nexo con los
oficiales chilenos que custodiaban a Berrios.
De la casa de Parque del Plata, Berrios se dio a la fuga,
solicitando ayuda a un vecino y posteriormente recurriendo a la
seccional de la Policía del lugar, desde donde fue rescatado por sus
captores, contando para ello con la colaboración de militares
uruguayos. Desde, su recuperación por parte de esos militares, no
fue posible obtener ninguna noticia fehaciente sobre su paradero,
cesando
el
control
que
mantenían
sobre
él
los
militares
pertenecientes a los servicios de inteligencia chilenos, hasta que fue
hallado su cadáver en una playa cercana al último lugar donde
estuvo con vida.
A continuación, la parte acusadora particular se refiere al
derecho, al delito y a la participación de los imputados.
Dicha parte acusadora estima que los hechos antes
descritos configuran diversos ilícitos, a saber: secuestro con
homicidio contemplado en el artículo 141 inciso final del Código
Penal, secuestro establecido en el inciso cuarto artículo 141 del
Código Penal, asociación ilícita establecida en los artículos 292, 293
y 294 del Código Penal e infracción al artículo 295 bis del Código
Penal.
El primero de los delitos antes mencionados se encuentra
penado con la sanción de presidio mayor en su grado máximo a
presidio perpetuo y el tipo penal antes descrito castiga al que con
motivo u ocasión del secuestro cometiere, además, entre otros
ilícitos, homicidio.
Sobre el referido delito cabe señalar, que el secuestro es
de aquellos delitos clasificados como de lesión y permanentes, pues
el mismo se ejecuta, durante todo el tiempo que perdura la ilegítima
privación de libertad, que en el caso de autos se mantuvo durante
todo el lapso que va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha
en la cual, cesa la privación de libertad, no por la liberación del
secuestrado, sino por ocasionársele la muerte, trasladándose la
figura nuclear de privación de libertad descrita en el inciso primero
del mencionado artículo 141 al inciso final de dicha norma.
La parte antes señalada considera, que conforme a los
hechos expuestos en el apartado anterior, le cabe participación en
este ilícito en calidad de autor, en los términos del artículo 15 N°1 al
acusado Arturo Silva Valdés, ultimo sujeto con el cual se vió a la
víctima con vida e imputado directamente por un imputado en autos
de haberle dado muerte.
Con
relación
al
segundo
de
los
ilícitos
antes
mencionados señala que el inciso 4° del artículo 141 del Código
Penal sanciona con la pena de presidio mayor en su grado medio a
máximo a quienes encerraren o detuvieren a otro, privándole de su
libertad, por más de 15 días o si del encierro resultare un daño
grave en la persona o intereses del secuestrado.
Ha quedado establecido conforme a los hechos antes
reseñados que la privación de libertad de la víctima se extendió por
un tiempo superior a aquel exigido por la norma en comento para
los efectos de hacerla aplicable al presente caso y que el resultado
de esa privación, culminó como se ha señalado, con el homicidio
del secuestrado.
Sobre este punto, señala el acusador particular que tanto
la doctrina como la jurisprudencia han señalado que por tratarse de
un delito permanente, la participación posterior a la detención
propiamente tal, por ejemplo, la custodia del secuestrado mientras
dura el secuestro, debe calificarse como autoría, aunque no haya
acuerdo acerca de la detención ni se haya tomado parte en ella.
Agrega que en este contexto, dicha parte estima que le es
imputable este delito por tanto, no sólo a quienes dispusieron su
detención ilegítima y privación de libertad ambulatoria, sino,
además, a todos aquellos imputados que participaron del secuestro
ya sea custodiándolo o disponiendo la custodia del secuestrado.
Por ello, estima cabe participación en calidad de autores
en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal del delito de
secuestro sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del mismo
cuerpo legal a los imputados Hernán Ramírez Rurange, Eugenio
Covarrubias Valenzuela, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo
Rodríguez Márquez, Jaime Torres Gacitúa, Raúl Lillo Gutiérrez,
Manuel Pérez Santillán, Tomás Cassella Santos, Eduardo Radaelli
Copilla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Durán y
Nelson Williams Román Vargas.
A su turno, estima la señalada parte que al acusado Gines
Emilio Rojas Gómez, le cabe participación en este delito en calidad
de cómplice en los términos del artículo 16 del Código Penal.
También, la señalada parte, haciendo uso de la facultad
contenida en el artículo 427 del Código de Procedimiento Penal,
difiere de la calificación jurídica del hecho imputado en el auto
acusatorio, pues más que obstrucción a la justicia, aquí existió una
cooperación al plan criminal por actos simultáneos al momento en el
cual se estaba ejecutando el delito de secuestro.
Con relación al delito de asociación ilícita señala que los
artículos 292, 293 y 294 del Código Penal sancionan una forma
especial de participación y organización para los efectos de
delinquir.
Los mismos, tras definir las asociaciones como aquellas
formadas con el objeto de atentar contra el orden social, las buenas
costumbres, las personas o la propiedad y sancionarlas por el solo
hecho de conformarse, pasan a especificar en el artículo 293 del
Código Penal, la penalidad aplicable a quienes son jefes de las
mismas o ejercen mando en ellas, de quienes pertenecen o toman
parte en la asociación sin detentar dicha calidad (artículo 294 del
Código Penal).
La doctrina nacional ha impuesto ciertos requisitos que
permitan diferenciar a las organizaciones ilícitas de la simple
coautoría en la ejecución de ilícitos. Entre ellos se destaca la
necesidad de la permanencia de la asociación y de la existencia de
jerarquía dentro de la misma.
Señala que de los hechos descritos anteriormente, queda
claro que en la ejecución de los crímenes que se investigan en
autos, los sujetos que participaron en ellos, conformaron una
asociación ilícita en los términos exigidos por la ley penal. En
efecto, la misma presenta el carácter de permanencia en el tiempo
requerido -1991/1993-, y pueden identificarse en su conformación
sujetos que tienen la calidad de jefes o ejercen mando dentro de
ella y quienes pertenecen a la misma y colaboran en su actuar ilícito
sin ostentar dicho poder.
Dice la parte acusadora, que corresponde imputar la
calidad de autores en los términos del artículo 15 N°1 del delito de
asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación
al artículo 293 ambos del Código Penal, a los acusados Hernán
Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando
Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Ibarra
Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres
Gacitúa, Tomás Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla y
Wellington Sarli Pose, por ser jefes y por haber ejercido mando en
la asociación acreditada en autos.
A su turno, les cabe imputar la calidad de autores en los
términos del artículo 15 N° 1 del delito de asociación ilícita descrito
y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294 ambos
del Código Penal, a los acusados Pablo Rodríguez Márquez, Raúl
Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez
Santillán, Marcelo Ariel Sandoval
Durán y Nelson Williams Román Vargas, por haber tomado parte en
la asociación ilícita acreditada en estos autos.
Por último, en lo que dice relación con la infracción a lo
dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, éste sanciona a
quienes teniendo noticias de los planes o de las actividades
desarrolladas por uno o más miembros de la asociación ilícita, omite
ponerlas oportunamente en conocimiento de la autoridad.
Este tipo penal no exige que el sujeto sea parte de la
organización, sino que le basta el conocimiento que el hechor tiene
de la actividad delictiva desplegada por uno o más miembros de la
asociación.
Conforme a los hechos establecidos y reseñados en la
acusación, a los imputados Mario Enrique Cisternas Orellana,
Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales, les cabe, a
juicio de dicha parte, participación en calidad de autores en los
términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal, en el ilícito antes
referido.
Circunstancias
modificatorias
de la responsabilidad
criminal y las penas solicitadas por el acusador particular.Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 427 del
Código de Procedimiento Penal, la parte antes señalada solicita se
aplique a los acusados las penas que pasan a indicarse por los
siguientes ilícitos, teniendo para ello presente que respecto de los
imputados
Manuel
Provis
Carrasco
y
Eugenio
Covarrubias
Valenzuela no concurren circunstancias agravantes ni atenuantes;
que respecto de los acusados Fernando Torres Silva y Hernán
Ramírez Rurange, concurre la agravante del artículo 12 N° 15 del
Código Penal, por haber sido condenados como encubridores del
delito de homicidio calificado, en la causa Rol N°1643 del 18
Juzgado del Crimen, seguida por el homicidio de Tucapel Jiménez
Alfaro, y, que respecto de los demás acusados les beneficia la
atenuante de irreprochable conducta anterior establecida en el
artículo 11 N° 6 del Código Penal.
En consideración a lo antes expuesto, solicita se
apliquen las siguientes sanciones, por los delitos que en cada caso
se especifican a los siguientes acusados:
Hernán Ramírez Rurange, sea sancionado en calidad
de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo, más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°,a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo y
accesorias legales.
Eugenio Covarrubias Valenzuela, sea sancionado en
calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado
en el artículo 293 en relación al artículo 292 ambos del Código
Penal,a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo
más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en
calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo
141 inciso 4°, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado
máximo y accesorias legales.
Manuel Jorge Provis Carrasco, sea sancionado en
calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado
en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código
Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo
más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en
calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo
141 inciso 4°, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado
máximo y accesorias legales.
Juan Fernando Alfredo Torres Silva, sea sancionado en
calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado
en el artículo 293 en relación con el artículo 292, ambos del Código
Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo
más accesorias legales.
Enrique Ibarra Chamorro, sea sancionado en calidad
de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 293 en relación con el artículo 292, ambos del Código
Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo
más accesorias legales.
Arturo Rodrigo Silva Valdés, sea sancionado en
calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado
en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código
Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo
más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en
calidad de autor del delito de secuestro con homicidio establecido
en el artículo 141 inciso 5°, a la pena de 20 años de presidio mayor
en su grado máximo y accesorias legales.
Jaime Fernando Torres Gacitúa, sea sancionado en
calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado
en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código
Penal, a la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo
más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en
calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo
141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado
medio y accesorias legales.
Tomás Cassella Santos, sea sancionado en calidad de
autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Eduardo Radaelli Copolla, sea sancionado en calidad de
autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Wellington Sarli Pose, sea sancionado en calidad de
autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Pablo Rodríguez Márquez, sea sancionado en calidad
de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más las
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Raúl Lillo Gutiérrez, sea sancionado en calidad de
autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Manuel Pérez Santillán, sea sancionado en calidad de
autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 294 en relación al artículo 292 del Código Penal, a la pena
de 541 días de presidio menor en su grado medio más accesorias
legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del
delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la
pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias
legales.
Marcelo Ariel Sandoval Durán, sea sancionado en calidad
de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°,a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Nelson Williams Román Vargas, sea sancionado en calidad
de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el
artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a
la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más
accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad
de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°,a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y
accesorias legales.
Mario Enrique Cisternas Orellana, sea sancionado en
calidad de autor del delito descrito y sancionado en el artículo 295
bis del Código Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias
legales y multa.
Nelson Edisón Hernández Franco, sea sancionado en
calidad de autor del delito descrito y sancionado en el artículo 295
bis del Código Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias
legales y multa.
Erika Silva Morales, sea sancionada en calidad de autora
del delito descrito y sancionado en el artículo 295 bis del Código
Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias legales y multa.
Gines Emilio Rojas Gómez, sea sancionado en calidad de
cómplice del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso
4°, a la pena de 5 años y 1 día de presidio mayor en su grado
mínimo y accesorias legales.
Finalmente, se solicita que los acusados sean, en
definitiva condenados, además, al pago de las costas de la causa.
SEXAGESIMO PRIMERO: Que en lo principal de su presentación
de fojas 12.766 y siguientes la abogado Claudia Moya Urtubia en
representación de la querellante Gladys Schmeisser Arriagada se
adhiere a la acusación fiscal formulada en autos, solicitando al
tribunal se sirva condenar a los acusados al máximo de las penas
principales y accesorias que faculta la ley, por los respectivos
delitos cometidos.SEXAGESIMO SEGUNDO: Que en lo principal de su presentación
de fojas 12.789 y siguientes la abogado Luisa Sanhueza Gomez en
representación del Programa Continuación Ley Nº19.123 del
Ministerio del Interior formula acusación particular en contra de los
procesados que se indicarán.-
Con relación a los hechos que la sustentan, señala que
da por íntegramente reproducidos los que se encuentran expuestos
en la acusación de oficio de fecha 26 de septiembre de 2008.
Con respecto a los delitos, participación, circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal y penas.
Los hechos que se han reseñado en el auto acusatorio de
oficio y que se han tenido por reproducidos tal como se ha dicho
anteriormente configuran los siguientes delitos: infracción al artículo
295 bis del Código Penal; secuestro, establecido en el inciso cuarto
del artículo 141 del Código Penal; y asociación ilícita, establecida en
los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal. Señala la parte antes
mencionada que en cuanto a los dos primeros delitos mencionados,
esto es, secuestro con homicidio e infracción al artículo 295 bis del
Código Penal, no se referirá, atendido que respecto de ellos se
adherirá en el primer otrosí.
1.- Delito de secuestro, establecido en el inciso cuarto del
artículo 141 del Código Penal.Dice que los hechos acreditados en autos configuran el
delito de secuestro de Eugenio Antonio Berrios Sagredo, previsto y
sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del Código Penal,
reuniéndose todos los requisitos que lo configuran ya que Berríos
fue
privado
de
libertad
de
desplazamiento
sin
derecho,
manteniéndosele custodiado, primero en Chile, en una habitación
ubicada en el subterráneo del Batallón de Inteligencia del Ejército
(BIE) y, luego en Uruguay, en la ciudad de Montevideo,
específicamente en el departamento N°403 de calle Buxareo N°
1117 y, por último, en la localidad de Parque del Plata, en la casa
del militar uruguayo Eduardo Radaelli Coppola, donde fue visto con
vida por última vez; detención o encierro que se mantuvo durante
todo el lapso que va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha
en la cual cesa la privación de libertad, no por la liberación del
secuestrado, sino por ocasionársele la muerte trasladándose la
figura nuclear de privación de libertad descrita en el inciso primero
del mencionado artículo 141 al inciso final de dicha norma.
Agrega, que respecto del delito de secuestro sancionado
en el inciso 4° del artículo 141 del Código Penal les cabe
participación en calidad de autores en los términos del artículo 15
N° 1 del Código Penal a los imputados: Hernán Ramírez Rurange,
Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Marcelo Rodríguez Márquez,
Jaime Fernando Torres Gacitúa, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel
Antonio Pérez Santillán, Tomás Ventura Cassella Santos, Eduardo
Ernesto Radaelli
Coppola, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel
Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas.
En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se les
condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto
es, presidio mayor en su grado máximo más las accesorias legales,
teniendo en consideración las circunstancias modificatorias de
responsabilidad criminal que detalla. En cuanto a Manuel Jorge
Provis Carrasco no concurren circunstancias agravantes ni
atenuantes. Respecto de los acusados Juan Fernando Alfredo
Torres Silva y Hernán Ramírez Rurange concurre la agravante del
artículo 12 N° 15 del Código Penal, por haber sido condenados
como encubridores del delito de homicidio calificado, en la causa
Rol N°1643 del 18° Juzgado del Crimen de Santiago, seguida por el
homicidio de Tucapel Jiménez Alfaro. Y en cuanto a los demás
acusados les beneficia la atenuante de su irreprochable conducta
anterior establecida en el artículo 11 N° 6 del Código Penal.
En conformidad a la facultad contenida en el artículo 427
del Código de Procedimiento Penal, estima dicha parte que al
acusado Gines Emilio Rojas Gómez, le cabe participación en el
delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, en calidad de
cómplice, en los términos del artículo 16 del Código Penal, pues
más que una obstrucción a la justicia, aquí existió una cooperación
al plan criminal por actos simultáneos al momento en el cual se
estaba ejecutando el delito de secuestro.
En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se le
condene al máximo de las penas establecidas para este delito atendida su participación e irreprochable conducta anterior-,
establecida en el artículo 11 N°6 del Código Penal, esto es, presidio
mayor en su grado mínimo más las accesorias legales.
2.- Delito de asociación ilícita, establecido en los artículos
292,293 y 294 del Código Penal.Los hechos a que se ha hecho referencia con anterioridad
configuran el delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en
los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal, reuniéndose todos
los requisitos exigidos, tanto por la ley penal, como por la doctrina
(permanencia y organización-jerarquía).
En cuanto a la participación, les cabe en calidad de
autores en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal del
delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292
en relación al artículo 293 del mismo cuerpo legal, a los acusados
Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela,
Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco,
Enrique Gabriel Arturo Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva
Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Ventura Cassella
Santos, Eduardo Ernesto Radaelli Coppola y Wellington Sarli Pose,
por haber sido jefes y por haber ejercido mando en la asociación
ilícita acreditada en autos.
En cuanto a las penas, solicita, desde ya, que se les
condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto
es, presidio mayor en su grado máximo más las accesorias legales,
teniendo en consideración las circunstancias modificatorias de
responsabilidad criminal que detalla. En cuanto a Manuel Jorge
Provis Carrasco y Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela no
concurren circunstancias agravantes ni atenuantes. Respecto de los
acusados Juan Fernando Alfredo Torres Silva y Hernán Ramírez
Rurange concurre la agravante del artículo 12 N° 15 del Código
Penal, por haber sido condenados como encubridores del delito de
homicidio calificado, en la causa Rol N°1.643 del 18° Juzgado del
Crimen de Santiago, seguida por el homicidio de Tucapel Jiménez
Alfaro. Y en cuanto a los demás acusados les beneficia la atenuante
de irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N° 6
del Código Penal.
En cuanto a los acusados Pablo Marcelo Rodríguez
Márquez, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel Antonio Pérez
Santillán, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román
Vargas, les cabe imputar la calidad de autores en los términos del
artículo 15 N°1 del Código Penal, del delito de asociación ilícita
descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294
ambos del Código Penal, por haber tomado parte en la asociación
acreditada en estos autos.
En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se les
condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto
es, presidio menor en su grado medio más las accesorias legales,
teniendo en consideración que les beneficia la atenuante de su
irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N°6 del
Código Penal.
Finalmente, en el primer otrosí del escrito de fojas 12789
y siguientes, la parte antes señalada se adhiere a la acusación de
oficio de fecha 26 de septiembre de 2008, rolada a fojas 12.663 y
siguientes contra los siguientes acusados y por los delitos que
indica a continuación:
1.- a Arturo Rodrigo Silva Valdés, como autor del delito
de secuestro con homicidio, contemplado en el artículo 141 inciso
final del Código Penal y a Eugenio Covarrubias Valenzuela como
encubridor del mismo delito.
2.- a Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel
Sandoval Durán, Nelson Williams Román Vargas, Nelson Edison
Hernández Franco y Erika Silva Morales como autores del delito de
infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal.
SEXAGESIMO TERCERO: Que en lo principal de su presentación
de fojas 12.804 y siguientes el abogado Alvaro Varela Walker, en
representación de la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle se adhiere en
todas sus partes al auto acusatorio de fojas 12.663, solicitando la
aplicación del máximo de las penas que la ley señala para cada uno
de los ilícitos penales indicados, con las demás penas accesorias
que procedan, con expresa condenación en costas.SEXAGESIMO CUARTO: Que en lo principal de su presentación de
fojas 12.807 y siguientes el abogado Thomas Eherenfeld Ivanyi, en
representación del querellante Gonzalo Berrios Sagredo se adhiere
en todas sus partes a la acusación fiscal de fojas 12.663, en los
mismos términos que aquella.En cuanto a las contestaciones a la acusación fiscal,
adhesiones a la misma y acusaciones particulares:
SEXAGESIMO QUINTO:
Que la defensa del procesado Arturo
Rodrigo Silva Valdés en lo principal del escrito de fojas 13.429
contesta acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a
la acusación deducidas en contra de su representado.
Señala que por medio de la mencionada acusación fiscal,
dictada con fecha 26 de septiembre de 2008,el tribunal acusa al
Mayor (R) don Arturo Rodrigo Silva Valdés como autor del delito de
secuestro con homicidio, tipificado en el artículo 141, inciso final, del
Código Penal, cometido en la persona de Eugenio Antonio Berríos
Sagredo, y, como coautor del delito de asociación ilícita, tipificado
en los artículos 292 y 293 del mismo cuerpo de leyes. A su vez, las
acusaciones particulares y las respectivas adhesiones a la
acusación, acusan a su defendido de los mismos delitos, razón por
la cual contestará todas ellas conjuntamente a través de la referida
presentación.
Agrega, que al tenor del auto acusatorio antes referido, en
él no se señalan cuales son los hechos que constituyen los delitos
que resultan habría cometido su representado y la participación que
le habría correspondido en ellos, el que carecería de fundamento.
Con relación a la acusación que se formula a su defendido
de ser autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio
Berríos Sagredo, señala que los hechos a que se refiere el
acusador en el auto de cargos no son constitutivos de dichos
delitos. En efecto:
En primer término, se referirá a la inexistencia del delito de
secuestro. Dice, que el delito de secuestro se encuentra tipificado
en la legislación chilena en el inciso 1° del artículo 141 del Código
Penal, en los siguientes términos: “El que sin derecho encerrare o
detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito de
secuestro…”.
Agrega que, al tenor de los antecedentes de que da cuenta
el sumario de autos y, no obstante la afirmación del acusador de
que “se encuentran legalmente acreditados en autos los siguientes
hechos”, ello no sería así, sino todo lo contrario, puesto que, en lo
que se refiere al delito de secuestro: éste no se encuentra, ni con
mucho, legalmente acreditado en autos, puesto que dicha
afirmación no se asienta ni en un antecedente cierto, o siquiera
medianamente cierto.
Dice que por la sola declaración extrajudicial de una
testigo, Katia Medina de fojas 6043 (Tomo XVI) de 27 de diciembre
de 2004, que por ser tal –de oídas- carece de toda relevancia
jurídica a estas alturas del proceso, atendido lo dispuesto en el
artículo 424 del Código de Procedimiento Penal (“por comentarios
que le hizo el cabo Víctor Palma, encargado de llevarle películas de
video a su habitación…”, señala textualmente, para, después,
desdecirse, al afirmar “...en realidad, dado el tiempo transcurrido
tengo una confusión y en realidad el Cabo Palma no estaba en ese
tiempo en esa parte de la sección…...y por eso no puede ser que le
llevara videos a Eugenio Berríos…”).- Sin embargo, en el resumen
del investigador de fojas 6001 (Tomo XVI) se expresa textualmente:
“Por declaración policial de Katia Medina se establece que Eugenio
Berríos Sagredo estuvo secuestrado en el BIE en el año 1991,
previo a su salida del país hacia Argentina y finalmente Uruguay”.
Agrega la referida defensa que lo cierto es que Eugenio
Berríos Sagredo nunca estuvo secuestrado en Chile; no existe
ningún antecedente serio que avale esta tesis, ni expresa ni
tácitamente, y el acusador, así debió dejar constancia de ello en su
Auto Acusatorio. No solamente no lo hace, sino que, tratando de dar
cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 424 del Código de
Procedimiento Penal, en cuanto a dejar testimonio de los hechos
que constituyen el delito, lo que hace, es efectuar una serie de
afirmaciones que no cumplen con dicho mandato, sin precisar el
tiempo que Berríos habría estado secuestrado (“por un período no
determinado
de
tiempo”);
ni
quienes
habrían
sido
sus
secuestradores; ni cuales serían los hechos que constituyen la
privación de libertad de aquél; ni como se hizo efectivo este encierro
o detención que implicó su privación de libertad; ni que certezas
tiene el Acusador al respecto.
También señala la defensa que, entonces, dada la gran
cantidad de trámites, es impensable sacar a una persona contra su
voluntad pasando por tantos controles. Si se hubiera tratado de una
operación clandestina, uno de los intervinientes, el Oficial de
Ejército Sr. Pablo Rodríguez, no hubiera utilizado a su hermano y
sus medios. Tampoco hubieran hecho todos los trámites con sus
identidades verdaderas.- Eugenio Berríos debió realizar su propia
ficha migratoria.- También en la salida del Puerto de Buenos Aires y
en la entrada a Uruguay por el Puerto de Colonia, los pasajeros
están sujetos a controles similares, donde Berríos pudo haber
denunciado su situación, de ser efectiva.
Es por ello, que su representado en su declaración de fojas
2969 (Tomo VII) señala que : “Respecto a la salida de Berríos, su
salida fue preparada con la debida antelación, que todos y cada uno
de los oficiales y empleados civiles estaban en absoluto
conocimiento de quien era realmente y por donde se iba a
materializar su salida del territorio nacional. De la misma forma,
debe mencionar, que desde un inicio el destino final de Berríos era
Montevideo, Uruguay. De hecho, a él se le ordenó esperarlo en
Argentina para acompañar su traslado a Uruguay……Para lo
anterior, le entregó los pasajes y viáticos en Santiago para Lillo y
Berríos, asignándosele a él, por orden del DINE que lo esperase en
Buenos Aires para cruzar con Berríos y Lillo hasta el Puerto de
Colonia y desde ahí por tierra a Montevideo, donde los esperaba el
Coronel Eduardo Caussi a quien se le había solicitado previamente
ubicar un hotel o residencial en donde ubicar a Berríos. Debe
mencionar que el coronel uruguayo no tenía conocimiento quien era
Berríos. Siguiendo con lo anterior debe mencionar que fue ubicado
en el Hotel Hispanoamericano…….y que lo que ha declarado el
General Ramírez aparece como una burla de que él por hacer un
favor a un sujeto que tiene cheques protestado, disponga de medios
del Ejército de Chile…...En el mes de octubre de 1991…...cuando él
llegó con Eugenio Berríos a Uruguay y él le ordenó con anterioridad
que tome contacto con la gente de la inteligencia uruguaya,
específicamente con el Coronel Cuassi, a quien él no conocía y se
reúne con él, en la Terminal de Buses, en el centro de Montevideo y
allí recién se identificaron……,alguien del DINE o el General
Ramírez tiene que haber tomado contacto con oficiales uruguayos
para acoger a Eugenio Berríos en ese país (fs. 4052,Tomo XI).
También señala la defensa que existen tres ejemplos de
“apreciaciones” y “órdenes de investigar” que no se condicen con la
realidad. Para reafirmar este aserto, se remite al propio expediente
y a las propias declaraciones que obran en él. En efecto, a fojas
2863 (Tomo VIII), y con fecha 12 de marzo de 2003, declara
Federico Marull, Cónsul de Chile en Montevideo, en los siguientes
términos: “…puedo manifestar que me recuerdo muy bien el día por
una circunstancia familiar, ya que debía ir a esperar a un tío al
Aeropuerto de Carrasco y, por eso estaba su mujer en el Consulado
cuando ocurrió este hecho, de una llamada que recibí, la cual le fue
transmitida por un empleado chileno cuyo apellido no recuerda y al
contestar y decir al interlocutor, con quien quería hablar, él le dijo
“habla Eugenio Berríos, quisiera hablar con Ud., ningún problema le
dijo, venga al Consulado, está en la calle Andes, y él le contestó “sí,
se donde está, pero no puedo ir por ahora, porque estoy medio
vigilado”, bueno, cuando pueda, le contestó. Por su acento, dedujo
que era chileno. Debido a la respuesta de este Sr. Berríos hizo un
comentario a su señora allí presente y a la Sra. Silvia García que
era la secretaria del Consulado, uruguaya y abogada, el cual fue en
un tono jocoso, diciéndole a ambas que llamaba una persona
chilena, que posiblemente era un exiliado sentimental, cuya señora
actual no lo dejaba concurrir al consulado y pues, seguramente
quería hablar de su ex mujer, que posiblemente era chilena. En ese
momento apareció Emilio Rojas, quien escuchó parte de este
comentario, inquiriéndome que quien había llamado y le contestó
que era un chileno llamado Eugenio Berríos. Entonces él le dijo que
no hiciera bromas porque podría tratarse del mismo Eugenio
Berríos que era requerido por la justicia en Chile y le recomendó
que diera cuenta al Ministerio en Santiago, en forma inmediata,
señalándole que al hacerlo se iba a llenar de gloria por su celo
funcionario. Dice que él le dijo que no había leído nada sobre esta
persona Berríos porque no había aparecido en la prensa….El le
manifestó que la noticia sobre esta persona había aparecido meses
atrás en La Nación, creo que en el mes de mayo, pero no le dijo
nada sobre él, ni menos que él lo había conocido desde antes,
porque en ese caso, si él se lo hubiera dicho, él lo habría
manifestado en la comunicación en el Télex de la Embajada.
Además, le señaló Rojas que seguramente el tal Berríos lo había
llamado para obtener un pasaporte chileno o un salvoconducto,
siendo esto lo más probable……Haciéndole caso al consejo de
Rojas, poco antes de partir, le entregó al funcionario de turno Juan
Carlos Barriento un telex que el mismo redactó…...Sobre esta
persona (BERRIOS) recuerda que les preguntó a todos los
funcionarios de la Embajada, entre los que puede nombrar a Juan
Burgos, José González, el Embajador Barros Charlín y al propio
Emilio Rojas que estaba almorzando con este último, el día que le
llegó la respuesta de la Cancillería, ninguno le dio ningún
antecedente o dato más y, por eso no volvió a insistir ante la
cancillería. (Sobre datos de ampliar el 2° apellido de BERRIOS).
Viendo ahora con la perspectiva del tiempo como ocurrieron los
hechos y la negativa o silencio que tuvo él (ROJAS) de
proporcionarle el segundo apellido cuando él se lo preguntó,
porque, posteriormente se enteró que lo conocía muy bien a
BERRIOS ,ya que incluso habían sido socios y, después se enteró
que lo había llamado un año antes a su casa y a la Embajada y que
Rojas sabía que estaba en Uruguay. Todo ello, le hace sospechar
de una trama que pudo ser urdida por Rojas para involucrar a otra
persona en el problema y al mismo tiempo ayudar a su ex socio, sin
que apareciera el figurando, ya que el siempre manifestó haber sido
perseguido político…”.
Por otra parte, señala la referida defensa que este
testimonio está en consonancia con el que proporciona Margarita Di
Steffano, funcionaria de la Embajada de Chile en Uruguay a fojas
713 (tomo II): “…También recuerdo que en una oportunidad que no
puedo precisar la fecha, en todo caso muchos meses antes de
noviembre del 92, ROJAS me dijo que lo había llamado su amigo
BERRIOS y le pedía ayuda. La ayuda que pedía era buscar
alojamiento, incluso pudo haber sido antes de la noticia del diario
chileno (La Nación del 17 de Abril de 1992). Al preguntarle ella que
quien era BERRIOS, le expresó que era un amigo de él y que
estaba en problemas. Dio a entender que eran problemas judiciales.
Sin embargo, en relación a los hechos antes descritos, los
funcionarios policiales a cargo de estas diligencias, los habrían
tergiversado en su orden de investigar, corriente a fojas 986: “Cabe
demostrar que días antes, el 12 de noviembre de 1992, Eugenio
Berríos llamó a la Embajada de Chile en Montevideo, solicitando
salvoconducto para regresar a Chile, quedando en evidencia que se
encontraba indocumentado, manifestando que estaba secuestrado
por militares chilenos y uruguayos.”
También, dichos investigadores, en concepto de la
señalada defensa, faltarían a la verdad cuando afirman en la
Investigación Policial de 30 de agosto de 2002,corriente a fojas
1986 (Tomo VI) que BERRIOS SAGREDO “encontrándose retenido
forzadamente en Uruguay por parte de agentes de la DINE, con
participación del servicio de inteligencia uruguayo, éste procede a
fugarse en dos oportunidades, primero en Montevideo y luego en el
balneario de Parque del Plata….”. Afirmaciones que carecerían de
sustento alguno, sin prueba alguna que las confirme y,que se
encontrarían en contradicción con el mérito del proceso y con el
testimonio de numerosos testigos.
Agrega, que sobre estos “Informes”, se va sustentando,
primero, el auto de procesamiento, y luego, la acusación en contra
de su representado, por parte del órgano jurisdiccional, los que se
contradicen con las declaraciones de múltiples testimonios que
afirman lo contrario, todos los cuales dan razón de sus dichos, y,
todos los cuales son desechados, o, peor aún, ni siquiera son
tomados en cuenta por los funcionarios a cargo de las
investigaciones.
En efecto, a fojas 569 (Tomo II), CARLOS HERRERA
JIMENEZ expresa: “Efectivamente conocí a Eugenio Berríos
durante mi estadía en Uruguay y de forma accidental. Estaban
varios chilenos en una especie de tanguería que hay en Montevideo
llamada La Cumparsita. En medio del show se les rinde una especie
de homenaje a los visitantes tocándoles música de su tierra. En
este caso tocaron una cueca para los chilenos que allí estaban,
entre los que se encontraba BERRIOS. Posteriormente, todos se
dirigieron a su departamento, para tomar un trago. Dice que en el
mes de diciembre, según recuerda, tuvo a BERRIOS en su casa un
par de días, ya que, según dijo, se hallaba en mala situación
económica y no tenía donde dormir. En efecto, se veía en malas
condiciones económicas. El caso es que luego de esos dos días le
pidió que se fuera, ya que lo desagradó, debido a que era muy
bueno para beber y durante sus ausencias ocupaba el teléfono para
hacer llamadas de larga distancia a Chile……Por otra parte, el
departamento era pequeñísimo, de un solo ambiente, y no podían
estar los dos allí”.
Asimismo, a fojas 3396 (Tomo IX), declara, vía exhorto, el
Jefe de la Comisaría de Parque del Plata don Elbio Hernández, en
los siguientes términos: “PREG: Es efectivo que ese día en la
mañana ingresó a la Comisaría un sujeto que dijo ser chileno y
estar secuestrado por militares uruguayos y chilenos. CONT: Sí,
ingresó un ciudadano chileno, pero, no dijo estar secuestrado”.
Cuando se interroga a Luis Míguez, Conserje del edificio de
calle Buxareo N° 1117,departamento 403, en donde vivió EUGENIO
BERRIOS SAGREDO en Montevideo, Uruguay, éste siempre,
coherentemente, responde lo mismo, ya sea en Uruguay o en Chile:
que éste salía solo a la Rambla (“Si, salía a la Rambla, iba y venía,
salía solo hacía mandados, salía a caminar, yo los domingos salgo
a caminar con mi esposa y lo encontraba a él caminando solo”). En
otra ocasión señala: “Siempre ví a BERRIOS acompañado de estos
sujetos, salir y entrar al edificio, y en otras ocasiones ví a BERRIOS
salir y llegar solo. BERRIOS frecuentaba el Café Costa Azul que
queda frente al edificio. Pude apreciar que todos se vestían muy
bien, y siempre de sport, nunca de corbata, sus horarios de salida y
de llegada siempre eran distintos…”.- Cuando, con fecha 16 de abril
de 1996 señala a la Interpol de Uruguay (fs. 256,Tomo I, del
proceso seguido en ese último país y que se encuentra agregado a
estos autos) que: “…El que preguntaba era el hombre; querían
saber desde cuando, hasta cuando vivió BERRIOS en el Edificio, a
lo cual le contestó que la persona que él conoce, no lo conocía por
el nombre de BERRIOS, sino como HERNAN TULIO PAREDES y
dijo que vivía desde el año 92 (febrero) hasta mediados de
diciembre del mismo año. Preguntaron si vivía solo, a lo cual dijo
que nó, que habían dos personas más con él, a los cuales nunca
les preguntó los nombres y no sabía como se llamaban, sólo sabía
que eran chilenos. Lo que dijo a esas dos personas, fue lo mismo
que declaró en el Juzgado de Pando: con respecto al nombre de
dicha persona, tiempo que permaneció viviendo en el Edificio, con
quien vivía, si salía solo a la calle, a lo que contestó que a veces lo
hacía solo o acompañado; que los que estaban con él, nunca
figuraron como custodia…”. Agrega que: “Me preguntaron si él tenía
amistades acá, a lo cual contestó que sí; si sabía a que se
dedicaba, que sí, que me había dicho que trabaja en importación y
exportación, y que por eso serían las amistades que tenía que
venían y conversaban con él; me preguntaron si salía y me hacía
comentarios, lo que respondí en forma afirmativa ya que me
hablaba de Paysandú y Punta del Este, donde él había concurrido”.
El mismo Luis Míguez, con fecha 10 de marzo de
1994,y ante la justicia de su país (fs. 215,Tomo I del expediente
llevado por la justicia uruguaya) declara en los mismo términos
señalados anteriormente al ser preguntado por el tribunal.
En su declaración de fojas 591 del expediente
uruguayo, prestada el 4 de junio del año 2003, agrega,
respondiendo a una pregunta que se le formula que: “Yo a la última
persona que veo en el Edificio es a SANDOVAL con otra persona a
fin de año, que era cuando estaban retirando las cosas de la
habitación, vió salir a una persona con una valija y,al no conocerlo,
le preguntó de donde venía y le dijo de tal habitación y ahí vió a
SANDOVAL y a la persona que se retiró. A Eugenio BERRIOS lo
vió solo. PREG: Si Ud. tiene certeza que lo vió en Diciembre.
CONT: Sí señor, no puedo precisar el día, pero sí que fue en
diciembre y a fin de mes, ya que por motivo de las fiestas, no me
había dado nada”.
Por su parte, Sonia Casaretto, la periodista que vivía en
departamento vecino al que ocupaba EUGENIO BERRIOS
SAGREDO en el Edificio de calle Buxareo N° 1117 de la capital
uruguaya, expresa con fecha 25 de octubre de 1996 ante la justicia
de este país, en una declaración que se encuentra agregada a
estos autos, lo siguiente: “PREG: Si cuando lo vió le pareció estar
privado de su libertad ambulatoria. CONT: Lo que yo le puedo decir
es la idea que yo tengo, es una persona que no hacía nada, que
estaba jubilado, no era un tipo de horarios, iba libremente a todos
lados, donde yó lo veía, como al supermercado, cuando hacíamos
mandados, lo veía solo en el supermercado. CONT: A mediados de
este año, en Junio o Julio, fue un hombre a mi casa, dijo ser de
Interpol Chile, no recuerda el nombre, estuvieron hablando, le
preguntó que sabía ella sobre el tema, con papeles no se identificó,
sino en forma verbal, le propuso que el gobierno chileno le abonaría
los gastos y la estadía para que se le tomaran declaraciones en el
juzgado o tribunal de Chile, le dijo que nó. Estaba sola en casa,
estuvo un rato, le dijo que si ella aceptaba hacer esas declaraciones
que había hecho ante la Embajada, en un lugar secreto. Ella le dijo,
si tengo que ir a la Embajada, sí, pero, a un lugar secreto, nó. Le
dijo que (Berrios) estaba trabajando para sacarle el olor a la cocaína
o marihuana. Dice que esta persona fue solo a su casa.
Posteriormente, con fecha 30 de Noviembre de 2003, y ante
la
misma
jurisdicción
expresa
textualmente
lo
siguiente:
“Preguntada: Si ud. conoció a la persona cuya foto se le exhibe y
que surge a fojas 72 de los autos, señala……ahí comenzó el
diálogo al encontrarme en el pasillo del edificio donde vive, o sea,
que lo comenzó a ver en el mes de agosto de 1992 y él le preguntó
a que piso iba ella, lo vió en la planta baja, le responde que al
cuarto y el le dice que va al mismo y baja en el mismo piso. El
siempre se desplazaba solo, al supermercado ella ha ido con él,
iban con “las chismosas” (bolsas de plástico), cada uno, le preguntó
si el iba a la playa y le dijo que nó, que iban sus compañeros…”.
Poco antes, el 15 de Febrero de 2002, en la Embajada de Chile en
Uruguay, en una declaración que corre a fojas 1681 (Tomo V9
afirma textualmente: “En otras ocasiones, salió junto con Berríos a
comprar
a
una
feria
que
queda
cerca
de
nuestro
domicilio…...También en algunas ocasiones, se hablaban por medio
del balcón, y en algunas ocasiones a Berríos lo veía cruzar la calle
al Café Costa Azul….”.
En otra declaración efectuada vía exhorto con fecha 9
de marzo de 2002 y que se lee a fojas 5695 (Tomo XV) precisa
que:”Los uruguayos jamás la llamaron, pero, sí se sintió un poco
presionada por las llamadas del policía chileno, respecto a que se le
daba toda la seguridad del mundo para que fuera a Chile a
identificar a una persona. Dice que nunca tuvo dudas respecto a no
ir, hizo una declaración en el Consulado chileno, pero, en otro país,
nó. Manifiesta que le decía al investigador, ud. me cuida allá y acá,
le preguntaba, donde están los otros y agregaba que ella tiene una
familia, hijos y nietos, una tiene miedo natural.
En resumen, CASARETTO lo vió el 10 de diciembre de
1992 y tenía bien referida la fecha por coincidir con el cumpleaños
de su hija, oportunidad en que Berríos le ayuda a bajar especies del
ascensor, lo declaró en Uruguay y por exhorto en Chile. MIGUEZ lo
vio en diciembre de 1992, más bien sobre fin de año, lo recuerda
porque no le dejó propina para las Fiestas de fin de año. Vió realizar
la mudanza entre el 12 y el 13 de diciembre de 1992 y lo tenía
referido porque fue unos días antes de tomar sus vacaciones. En
esa oportunidad, reconoce a Marcelo SANDOVAL quien realizó la
mudanza acompañado de otro chileno. Siempre declaró en Uruguay
cuando había sido la última vez que vió a Berríos, aunque en la
Embajada y en Chile no está establecido porque no se lo
preguntaron.
Señala la defensa que si no se han tomado en
consideración las declaraciones de los señores Míguez y Casaretto,
tampoco se habrían considerado las de los suboficiales chilenos
Marcelo Sandoval Durán y Nelson Román Vargas. El primero de
ellos declara a fojas 1571 (Tomo V) y con fecha 12 de agosto de
2002,que “Deseo aclarar con respecto a la página dos de la
declaración aludida (Anexo 13 al Informe Policial) del día 8 de
agosto de 2002) que no es correcto consignar que se encontraba
custodiando a EUGENIO BERRIOS, sino que en realidad fue
enviado a observarlo, porque le habían dicho que era una persona
complicada y alcohólica, a quien no debía descuidarse”;agrega a
fojas 3255 (Tomo IX) que: “Sobre las actividades cotidianas que
tenían, preparábamos indistintamente el almuerzo, cada uno se
preocupaba de lo que iba a comer ese día, a veces se servían algo
afuera, a él le gustaba el whisky y compraba alguna botella para
tener en el departamento…...Siempre que le conversaba lo que más
le preocupaba era que tenía unos problemas de cheques protestado
en Chile, por lo que no podía volver a Chile……Dice que mientras
estuvo con él, nunca le vió alguna visita, ni tampoco le contó que
haya tenido algún contacto con ciudadanos chilenos. No seguía sus
pasos, nunca le hizo un seguimiento porque no se le ordenó”. Más
adelante, a fojas 5520 (Tomo XV), afirma que: “El motivo
fundamental de los viajes fue por estar comisionado para
acompañar a EUGENIO BERRIOS,……mi función concreta era
brindarle apoyo, estar con él y acompañarlo para que no se sintiera
solo. Dice que él estaba solo con Eugenio BERRIOS y en las
ocasiones que lo acompañó se alojó junto a él en el departamento
de calle BUXAREO…….(Eugenio BERRIOS) lo único que le
mencionaba era que no podía volver a Chile por problemas de
cheques protestado y deudas con prestamistas……de repente se
perdía del departamento, normalmente, no por más de un día, ya
que salía en la tarde y no volvía en la noche, después cuando
regresaba le comentaba que había estado con unos amigos
peruanos que tenía en Montevideo, después de esas salidas
llegaba pasado de tragos…….a veces salían a dar una vuelta, él lo
acompañaba……en alguna oportunidad también fueron a almorzar
a algún negocio, en una ocasión fueron a almorzar al mercado de
Montevideo, él vivía en forma relajada.”
A su vez, el sargento Nelson Román Vargas ratifica a
fojas 1578, y con fecha 13 de agosto de 2002, “en todas sus partes
la declaración extrajudicial del Anexo 14 del Informe Policial N° 79
del 8 de agosto de 2002, con las siguientes salvedades: que su
misión en Uruguay era acompañar a una persona cuya identidad
desconocía…….no sabía que se trataba de EUGENIO BERRIOS
SAGREDO sino que lo supo posteriormente. Tampoco sabía que
EUGENIO BERRIOS tenía problemas en la justicia chilena por
procesos sobre Derechos Humanos, sino que el le comentó que
tenía problemas de cheques”.Agrega más adelante (fs. 1575, Tomo
V) que “su misión en Uruguay era acompañar a una persona cuya
identidad desconocía, durante un mes en relevo de MARCELO
SANDOVAL.
Que
BERRIOS
tenía
sus
propias
llaves
del
departamento y salía muchas veces a compras o a hablar por
teléfono a un teléfono público cercano…….Tampoco sabía que
BERRIOS tenía problemas con la justicia chilena por Derechos
Humanos, sino que él le contó que tenía procesos por cheques”.En
otra declaración (fs. 3260,Tomo IX) agrega que: “También que en
nuestras conversaciones manifestaba su interés de quedarse en
Uruguay y trabajar en el boldo, decía que tenía contactos con
peruanos, recuerda que le gustaba beber, a veces compraba licor y
lo bebía en el departamento y otras veces iba a un local cerca del
departamento donde en ocasiones él lo acompañaba, pero, en otras
iba solo y volvía normalmente al departamento……Nunca lo vió
preocupado o deprimido, tenía una personalidad especial, se veía
bien optimista cuando él lo acompañaba, además, salían todos los
días a caminar al centro, caminaban mucho…...él tenía una radio
portátil ya había una antena en el departamento que era del
televisor, estaba puesta hacia abajo y la usaba para tratar de captar
emisoras chilenas con su radio portátil, dice que ha leído después
relativo a este tema que en el departamento había un radio
transmisor lo que no era efectivo……Por último, quiere agregar que
a Tomás Casella lo vió cuando viajó posteriormente a Uruguay,
pero no le fue presentado formalmente, él estaba a cargo de toda la
comitiva en Uruguay…” (viaje del General Pinochet a Uruguay).
Por su parte, el propietario del Hotel Hispanoamericano,
el señor Domínguez, declara a fojas 302 (Tomo II del expediente
seguido ante la justicia uruguaya y que se encuentra agregado a
estos autos) con fecha 24 de julio de 1997: “Yo siempre lo ví solo,
no recuerdo haberlo visto acompañado. El hombre entró y salió.
Dijo, me tengo que ir, y se fue solo. La deuda en el hotel la pagó él.
PREG: si recuerda si dicha persona recibió visitas. CONT: No
señor, normalmente las personas que viven allí, no reciben visitas
en la habitación. PREG: como explica que hay versiones que
personal policial fue a su hotel, realizó allanamiento y retiró ropa de
esta persona BERRIOS? CONT: Eso no es así, ni militares ni
policías concurrieron al hotel, yo sé que dicha persona se retiró por
sus propios medios, pagó y se fue”.
A su turno, el Jefe de Policía uruguaya, bajo cuya
dependencia se encontraba la Comisaría de parque del Plata, el
señor Ramón Rivas, en declaración prestada con fecha 7 de junio
de 1993 ante la justicia de su país (fs. 109,Tomo I), señala que :
“…Luego hablé con el ciudadano chileno que se encontraba
bastante alterado de los nervios, le pregunté si conocía al Tte.
Crnel. Cassella, al mencionarle el nombre cambió sustancialmente
la actitud que tenía y adoptó una actitud mucho más tranquila. Le
preguntó si tenía interés en verlo, a lo que respondió que sí. Lo hizo
pasar al Tte. Crnel. Cassella, tuvieron un saludo muy afectuoso, se
distendió completamente el ciudadano chileno y conversaron de la
época en que se conocieron, manifestando el ciudadano que
deseaba seguir en la situación que se encontraba anteriormente.
Cuando se le pregunta el porqué de esa actitud que había tomado,
expresó que hacía tiempo que no veía a la familia ni tenía noticias
de ella, que había causado un problema por una equivocación y dijo
que deseaba expresar que no se encontraba secuestrado ni privado
de la libertad, que había tenido libertad de movimiento de acuerdo
al Acta que se labró entre el Sub. Comisario encargado de la
Seccional y el señor chileno Eugenio BERRIOS, Acta redactada en
su presencia. Frente a esta situación se optó por dejarlo en libertad
de movimiento, que hiciera lo que él quisiera, retirándose en
compañía del Tte. Crnel. Cassella…….Quedando la denuncia del
presunto secuestro sin efecto, ya que el mismo manifiesta en el
Acta que nunca se encontró privado de su libertad……me manifestó
que había contraído deudas y que tenía problemas con la
justicia…….PREG: el ciudadano chileno le manifestó tener temor
por su vida. CONT: Nó. PREG: habló con algún militar del Ejército
chileno o estuvo presente. CONT: nó, ni lo uno ni lo otro. PREG:
que explicación le da Ud. al hecho de que el ciudadano chileno
manifestara a otros policías y a terceras personas que se
encontraba secuestrado? CONT: creo que en el Acta el da una
explicación de esto y esas son las causas, dice que se encontraba
lejos de su familia. En una posterior declaración, de fecha 22 de
julio de 1993,también ante la justicia de su país, (fs. 172,Tomo I del
expediente que se encuentra agregado a estos autos expresa que
“…Me dirigí al lugar donde se encontraba el que decía ser
ciudadano chileno y me puse a conversar con él sobre la situación
que esta viviendo. El se encontraba muy excitado. Era de profesión
químico que había tenido problemas en Chile por malos negocios,
que había tenido problemas por cheques sin fondos,lo habían
requerido por esa razón, por lo que se encontraba en este
país……Me dijo que estaba alejado de la familia, que la señora
había venido algunas veces hasta acá. Por lo que él le dijo, que
había estado en Montevideo, en un apartamento en Pocitos y luego
un hotel en Buxareo, no tiene presente que tuviera custodia, y
también le dijo que había ido a Parque del Plata presumiblemente a
pasar un fin de semana……Respecto de la presencia de él en la
Seccional le dijo que se encontraba en la casa de Parque del Plata
y que se había sentido terriblemente deprimido y pensó o creyó que
estaba limitado en sus movimientos y tomó, tuvo esa reacción de
irrumpir violentamente en una casa y pedir auxilio al matrimonio que
vive enfrente……Luego habló con Cassella y él le hizo el relato del
chileno que era amigo de él, que había tomado contacto en
Montevideo por intermedio de unos amigos. Lo había visto algunas
veces y era una persona que se manejaba en el país con total
libertad. Después de eso habló con el ciudadano chileno
nuevamente y le preguntó si lo conocía a Cassella. Me expresó que
sí y la actitud de él cambió a pesar de que ya estaba más calmado,
le expresó si quería verlo y le dijo que sí, que deseaba conversar
con él e hizo pasar a Cassella, por supuesto, estaba él presente en
todo momento, estuvieron conversando y tuvieron un saludo muy
afectuoso, hablaron del conocimiento anterior que tenían y de las
reuniones que tuvieron anteriormente y luego Cassella le preguntó
de porqué esa actitud y éste le expresó que se encontraba
deprimido, que tenía deseos de ver a la familia, que lamentaba la
situación que se había creado, que no era la realidad, y preguntado
si deseaba volver a la situación en que se encontraba antes de
llegar a la Seccional policial, expresó que sí”.
Agrega la defensa del acusado Silva Valdés que, las
declaraciones de la cónyuge del acusado Gladys Schmeisser
Arriagada, no obstante su importancia objetiva y subjetiva para
desvirtuar los hechos que, en concepto del tribunal, constituyen el
delito de secuestro de Eugenio BERRIOS SAGREDO, no fueron
considerados referencialmente, ni menos en la forma que
correspondería en el auto acusatorio librado por el tribunal.
Luego de hacer referencia la defensa a las declaraciones
prestadas por la cónyuge de Berríos, tales como las contenidas a
fojas 1659 (Tomo V),donde indica que la última vez que Berríos la
llamó telefónicamente fue en diciembre de 1992.A fojas 611 (Tomo
II) precisa que: “Estuve dos veces en Uruguay, la primera fue en el
mes de octubre del 91,entre los días 8 y 18 de ese mes, más o
menos, La segunda entre fines del mes de octubre y noviembre del
92……En mi primera visita estuve en el Hotel Hispanoamericano,
en
su
segunda
visita
estuvo
en
unas
cabañas
de
Piriápolis……Eugenio arrendó la cabaña……Nunca fue a la casa
donde él habitaba……siempre ví a Eugenio solo, tranquilo y parecía
no tener problemas. Nunca se percató si estaba sometido a un trato
especial de protección o vigilancia. Nunca vió a Eugenio
acompañado de otras personas, ni conocidos ni desconocidos.
Eugenio le contó que su estadía en Uruguay era debido a
problemas económicos que tenía en Chile……Las únicas personas
que sabían que Eugenio BERRIOS se encontraba en Uruguay eran
sus padres y ella. Esta situación nunca la comentó con nadie……El
último contacto personal que tuvo con Eugenio BERRIOS fue en
Piriápolis, entre fines de octubre y el 10 de noviembre de 1992.Y
concretamente, la última vez que lo vió fue al despedirse en el
Aeropuerto de Carrasco……Salían a pasear a las playas……fueron
a Punta del Este durante su estadía en Piriápolis……al final se le
veía un poco preocupado,……estaba aburrido de permanecer en
Uruguay,…….pero, según él, tenía que esperar el transcurso de los
tiempos penales en relación al delito de giro doloso de
cheques……Con fecha posterior al 15 de noviembre de 1992 tuvo
una breve conversación telefónica con EUGENIO,……No conoció a
las personas por las cuales se le pregunta (RADAELLI Y
CASSELLA) y nunca escuchó tales nombres”.
A fojas 5 (Tomo I) de estos autos, y con fecha 18 de junio
de 1993,doña GLADYS SCHMEISSER señala textualmente: “Hasta
que en octubre de eses año 1991,la llamó por teléfono a la casa de
sus suegros, lugar al que se había trasladado previa entrega de su
apartamento en Viña, el llamado venía de Montevideo, Uruguay, y
le dijo que no dijera nada a nadie, que tomara una maleta con sus
cosas y se fuera a Pluna, en donde tenía reservado un pasaje
abierto de ida y vuelta, con el que efectivamente viajó”. “Me llevó a
un hotel del sector de Pocitos, no recuerda el nombre (en
declaraciones posteriores precisaría que se trata del Hotel
Hispanoamericano) EUGENIO la visitaba en ese hotel, algunas
veces se quedaba con ella, paseaban mucho, pero nunca le
presentó a nadie……Su permanencia a esa fecha fue de 10 días.
De regreso a Santiago su marido la llamó de vez en cuando, hasta
que en octubre del año 1992 le pidió que fuera a verlo nuevamente
a Montevideo……esperándola EUGENIO en el Aeropuerto de
Carrasco de Montevideo……Dice que la llevó a un hotel en el
centro de la ciudad……y esta vez si permanecieron juntos,
pasearon bastante y hasta fueron a Punta del Este……cuando le
preguntó que hacía en Uruguay……pero que estaba viendo la
posibilidad que se fuera con él a ese país……La última vez que
supo de su marido fue cuando le llamó por teléfono a casa de sus
suegros, antes de Pascua del año pasado (1992).
Complementando la declaración anterior, es importante
detenerse en lo que declara doña María Díaz Uribe, declaración
contenida en el Informe Policial de fojas 260 (Tomo I) de fecha 19
de noviembre de 1993 en el que señala a la letra “…entrevistó a
María
DIAZ
URIBE,
supervisora
de
pasajes
de
Pluna
Santiago……efectivamente con fecha 8 de noviembre de 1991 se
recibió un pasaje aéreo desde la agencia matríz en Montevideo a
nombre
de
Gladys
SCHMEISSER,
siendo
éste
retirado
personalmente por ella, viajando a esa ciudad. Al consultar vía fax
mayores antecedentes a la casa matríz en Montevideo, a petición
de los detectives, informaron que la persona que compró dicho
pasaje aéreo (Santiago-Montevideo-Santiago), lo canceló en
efectivo con el nombre de Antonio BERRIOS”.
A fojas 1555(Tomo V) doña Gladys Schmeisser precisa que
“…En ninguna de las oportunidades que viajé a Uruguay a reunirme
con mi cónyuge Eugenio Berríos, supe o me dí cuenta que hubiera
estado vigilado o custodiado por alguna persona, declaración que,
en su contenido, se complementa con la prestada con fecha 1° de
diciembre de 2003 a fojas 4815 (Tomo XIII): Recuerdo que cuando
estuve con Eugenio Berríos en Montevideo saludaba a todo el
mundo, no parecía que anduviera contra su voluntad ni que
estuviera secuestrado por alguien, se dio cuenta que lo conocían,
recuerda que un par de veces se embriagó en Uruguay cuando
estaban en un hotel, recuerda incluso que en una ocasión que
estaba en Piriápolis, y luego de una discusión, ella se acostó…y
cuando reaccionó él se arrancó y Manolo lo ubicó en el Hotel
Hispanoamericano. No parecía que anduviera contra su voluntad ni
que estuviera secuestrado por alguien. Agrega a fojas 17 (Tomo I):
“…él tenía sus cosas en ese hotel (referente al alojamiento en la
segunda visita que le hizo a EUGENIO BERRIOS en Uruguay) “…el
hotel estaba cerca de la avenida principal…” PREG: En Uruguay
con que chilenos se contactan. CONT: Con chilenos, ninguno.
PREG: Y uruguayos.
CONT: Tampoco, salvo los taxistas muy
amenos, lo saludaban, le llamó la atención, se paseaba muy
abierto, impresionaba como que ya era conocido. PREG: Que hizo
en su primer viaje y luego en el segundo en Montevideo. CONT:
Pasear, ir a la playa, quería conocer Punta del Este, salían a
recorrer esas partes. PREG: Ud. dijo que había tratado de ponerse
en contacto con Emilio Rojaws acá en Santiago. CONT: Nó, al no
saber nada de él, porque ya después que ella se vino, no supo más,
salvo una llamada que hizo antes de Pascuas, que ella tenía
muchas ganas de ir para el verano. PREG: En que año fue eso.
CONT: El año pasado (año 1992), llamó para acá como en
diciembre, fue la última vez que llamó, después se perdió y
comenzó su inquietud. PREG: Nunca sintió inquietud de quedarse
con él. Por que estaban ya separados. CONT: Sí, ella muchas
veces le dijo que ganas de venirse ,dijo “si chanchita más adelante
veremos” A su vez, a fojas 400 (Tomo I) expresa que: “Si recuerdo
haberle mostrado Eugenio una peluquería en el sector céntrico y le
dijo que era muy amigo del peluquero, también un taxista de un
Mercedes Benz, quien también lo conocía…….lo otro que recuerda
que EUGENIO en la primera oportunidad vestía deportivo y en el
segundo viaje vistió siempre de terno y corbata. En éste segundo
viaje, visitaron en un bus Punta del Este por el día. En esta segunda
oportunidad le manifestó negocios y siempre lo vió que portaba un
maletín, pero, al hacerle preguntas le manifestó que no le
preguntara detalles, que era mejor que no le hiciera consultas sobre
su estadía en ese país; agrega en esta declaración que “…..en el
segundo viaje que hizo a Uruguay no solamente permanecieron en
un hotel con su marido, sino que también estuvieron ocho días en
una casa en un sector que según cree recordar, se llama Piriápolis,
y que de acuerdo a lo que escuchó, él había arrendado. En ese
lugar permanecieron juntos, salvo separaciones momentáneas por
compras domésticas, etc”.
A fojas 1635 (Tomo V) vuelve a declarar ante la Policía
de Investigaciones (Informe Policial N° 41) señalando que
“transcurrido más o menos un año (desde el primer viaje a
Uruguay), salgo con don Gonzalo (padre de EUGENIO BERRIOS)
hacia el centro de la ciudad para realizar una llamada de larga
distancia, según se entera, ya lo había acordado anteriormente con
EUGENIO y acordaron que sus suegros le darían el dinero para
costear sus pasajes y que en una semana más, llamaría a la casa a
la media noche para acordar la fecha del viaje. Dice que don
Gonzalo comenta esto con “Manolo” y éste planifica como se va a
realizar el viaje a Uruguay, para lo cual, decide que viaje por tierra y
en bus hacia Mendoza,”Manolo” utiliza un subterfugio de encargar
un remedio para su suegra, y desde ahí manifestó que debía tomar
un avión hasta Uruguay. Agrega que “Manolo”,le dio instrucciones
que sacara pasaporte, lo que hizo y que exhibe a los detectives que
le toman la presente declaración, el que se le otorgó con fecha 1°
de octubre de 1992,realizando el viaje por el paso fronterizo
Libertadores, por bus hacia Mendoza, Argentina, con fecha 24 de
octubre de 1992.Una vez que llegó a Mendoza la estaba esperando
“Manolo” en el Terminal de Buses, fueron a cenar, se alojaron en un
hotel céntrico de esa ciudad y al día siguiente, el día 25 de octubre
de 1992,la va a dejar al Aeropuerto y toma un avión con destino a
Montevideo, Uruguay, y al llegar de noche la estaba esperando su
esposo EUGENIO BERRIOS, con quien se fueron a cenar y
seguidamente tomaron un taxi que los trasladó al balneario de
Piriápolis, donde llegaron a una casa, y al preguntarle de quien era,
le dijo que la había alquilado y que no preguntara nada, observando
que en la cocina había bastante mercadería. Le manifesté que
“Manolo” venía también a Uruguay y le pasó un número telefónico al
parecer de Montevideo, donde debía ubicarlo. Se contentó de la
noticia y al día siguiente salió solo a llamarlo por teléfono,
manifestándole que lo iba a invitar a un asado a la casa, salieron a
comprar carne, percatándose que conocía bien el sector, compró
leña, y otras cosas regresándose luego a la casa……salieron a
Punta del Este, recorrieron el lugar y se fueron a almorzar a un
restaurante, regresándose a la casa de Piriápolis, alojándose
“Manolo” con ellos y al día siguiente salieron los dos solos en
dirección a Montevideo, regresando horas más tarde. Un día antes
de regresar a Chile, en la noche se hizo un asado y estuvieron
compartiendo los tres…….,hasta que el 8 de junio de 1993,que es
su día de cumpleaños, por eso lo recuerda, cuando se desata el
escándalo por intermedio de la prensa uruguaya que EUGENIO
BERRIOS SAGREDO estaba secuestrado en ese país, situación
que le impactó ya que nunca pudo percatarse de tal situación en las
oportunidades en que viajó a Uruguay.
Por otra parte, la misma Gladys Schmeisser, a fojas 4815
(Tomo XIII) declara que con fecha 11 de diciembre de 2003, “…su
suegra encontró conveniente la proposición de Manolo (RAUL
LILLO),
incluso
le
dio
los
pasajes
en
avión
para
ir
a
Brasil……piensa que ella estaba interesada en que ella fuera para
que ella viera a Eugenio Berríos en Brasil. Quiere decir también,
que si bien en un principio ella no le dijo a Investigaciones de su
viaje a Brasil, ello fue por temor a que esta información se filtrara a
la prensa y sus suegros supieran de ello”.
La defensa dice que el tribunal ha desechado la
declaración que el mismo Berríos firmara en el “Acta de
Interrogación”, ante el Sub Comisario Elbio Hernández, suscrita el
día 15 de noviembre de 1992 en la localidad de Pando, Balneario
de Parque del plata, Uruguay, que él jamás ha estado privado de
sus “libres movimientos”; que la mañana de ese día se sintió
deprimido por estar lejos de su familia, por lo que salió en busca de
desahogo, llegando a una casa de enfrente de la que se
encontraba, habiéndolo malinterpretado sus moradores, porque
cuando dijo que se encontraba como “como preso, lo que estaba
significando era que se encontraba preso de recuerdos, pero que
aquellos le dieron otra interpretación”.
Concluye la defensa en este punto, que al tenor de las
declaraciones antes expuestas y del propio Berríos, no podría
deducirse que éste último se haya encontrado”secuestrado”.
Tampoco es efectivo que Berríos Sagredo estuviera
permanentemente controlado; de hecho, recién en marzo de 1992,
Marcelo Sandoval es el primero que viaja a acompañarlo; en
consecuencia, desde el 29 de octubre de 1991,cuando llega a
Uruguay, y hasta el 27 de marzo de 1992,vive solo. Tampoco
estuvo permanentemente controlado en los otros lugares donde
residió, ya que estuvo solo o con su cónyuge. Asimismo, en el
departamento de calle Buxareo, cuyas llaves tenía a su disposición,
tenía plena libertad ambulatoria, como lo declaran los testigos
Míguez y Casaretto, Sandoval y Román, pese a estar acompañado
por estos dos últimos, quienes desconocen haberlo tenido
secuestrado, vigilado, controlado o indebidamente retenido.
Que por otra parte, señala la defensa que durante la
investigación
para
acreditar
la
participación
que
habría
correspondido a su representado Arturo Silva Valdés, no se
especifica cuales son los medios de prueba que obran en el
sumario para acreditar la conducta típica de aquel? ¿Cuánto tiempo
lo habría mantenido éste secuestrado? ¿Cuándo se habría iniciado
este delito y cuando habría tenido fin? ¿Fue autor de su secuestro
en Chile, o en Uruguay, o en ambos países? Dice que no existe
antecedente probatorio alguno que permita arribar a la conclusión
que su defendido fue autor, en cualquiera de las hipótesis del
artículo 15 del Código Penal, como se le acusa del secuestro de
Eugenio Berríos Sagredo.
Agrega que tan solo considerando la resolución de la Iltma.
Corte de Apelaciones de Santiago, referida en el literal c)
precedente, que fija entre el 11 y el 15 de noviembre de 1992,el
comienzo y término del eventual secuestro de Eugenio Berríos
Sagredo, señala que su representado jamás pudo haber cometido
el delito de secuestro en la persona de éste, por la circunstancia
que no se encontraba en Uruguay en eses fechas, sino que en
Argentina, tal como consta en autos. (A fs.1863 – Tomo V-, rola el
Informe N° 32 de la Jefatura Ncional de Extranjería de la Policía de
Investigaciones de Chile, el que, en relación con su defendido
señala lo siguiente: ARTURO SILVA Salida de Chile a Brasil: 12
NOV.92. Entrada a Chile desde Argentina:18NOV 92).
En definitiva, no existiría ningún antecedente que permita,
siquiera presumir, que su defendido mantuvo secuestrado a Berríos
Sagredo entre esas fechas ni entre ninguna otra; esta conclusión
fluye de los propios considerandos h), i) y j) del auto acusatorio, en
los que no se indica, ni menos desarrolla, cual habría sido la
participación que su defendido habría tenido en el hecho punible.
Pero aún cuando se afirmara como una simple conjetura,
para el solo efecto de suponer el escenario, que su defendido se
encontraba en Parque del Plata, ello ocurrió tan solo a partir del 14
de noviembre de 1992, “en la noche”, como lo reconoce
expresamente y se encarga de destacarlo el Considerando “1” del
Auto Acusatorio. Y si, por otra parte, la Iltma. Corte de Apelaciones,
según queda dicho en el literal II) anterior, “entre el 11 y el 15 de
noviembre de 1992, una persona permaneció privada ilegalmente
de su libertad por la acción de sus custodios en la localidad
uruguaya de Parque del plata”, no divisa la defensa como es que su
defendido pudo participar, en calidad de autor, en el secuestro de
BERRIOS SAGREDO. Y para ello, tan solo contrapone lo resuelto
por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago con fecha 29 de
noviembre de 2002, y que se lee a fojas 2564 (Tomo VII), y lo
establecido por el tribunal en el Auto Acusatorio, Considerando “1”,
en cuanto a que su representado, conjuntamente con el militar
chileno Jaime Torres Gacitúa “habían llegado a Uruguay el día
anterior, es decir, el 14 de noviembre en la noche, a la casa del
militar
uruguayo
Wellington
Sarli….”.
En
conclusión,
su
representado no tiene participación alguna, ni como autor, cómplice
o encubridor en el delito de secuestro, supuesto, como hipótesis de
trabajo, que este delito estuviera tipificado como tal.
Reitera al tribunal que, si de acuerdo al fallo de la Iltma.
Corte de Apelaciones de 29 de noviembre de 2002, BERRIOS
SAGREDO permaneció privado de libertad entre el 11 y el 15 de
noviembre de 1992, ¿Cómo entonces, podría el Mayor (R) Arturo
Silva Valdés haber sido autor de tal ilícito penal, sí, por otra parte, el
Auto Acusatorio, en su considerando 1) consigna textualmente:
“Que, en consecuencia, Berríos, aparte de los oficiales uruguayos,
queda a cargo de los militares chilenos Jaime Torres Gacitúa y de
Arturo Silva Valdés, quienes habían llegado a Uruguay el día
anterior, es decir, el 14 de noviembre en la noche…”.
Dice la defensa, que la respuesta la dá el testigo
uruguayo Dr. Juan Bautista Ferrari, quien en el transcurso de los
años, y, de acuerdo a las interrogaciones formuladas por los
investigadores, va dando distintas versiones acerca de los hechos
acaecidos en el balneario de Parque del Plata, Uruguay, con fecha
15 de noviembre de 1992, razón por la cual sus declaraciones
carecerían de toda seriedad y trascendencia, no solamente, porque
habría recibido dádivas o beneficios por sus testimonios, sino
porque
sus
declaraciones
son
falsas,
en
algunos
casos
contradictorias, en otros, y siempre vagas, imprecisas, ambiguas y
confusas, todo lo cual hace presumir que no tiene la imparcialidad
necesaria para declarar y, así debió quedar establecido en el Auto
Acusatorio.
En efecto, ante la justicia de su país declara en 1993,que
a BERRIOS SAGREDO, lo acompañaron dos personas de civil
cuando concurrió por segunda vez al Policlínico a su cargo el día 15
de noviembre de 1992 y que estas personas no hablaron nada. En
cambio, en el año 2002,tanto en la Embajada de Chile en Uruguay
como en Chile ante los funcionarios policiales que lo interrogaron,
afirma que en dicha segunda oportunidad, concurrieron los mismos
sujetos que fueron en la mañana, incluyendo a su defendido, al que
“reconoció”,según el informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo V):
“fue acompañado por un señor que en todo momento permaneció al
lado del paciente, pero, al que no le permitió la entrada al
consultorio con el paciente, al que reconoce por fotografías que se
le exhiben en este momento y se entera por los detectives que se
trataría de un ciudadano chileno con el nombre de ARTURO SILVA
VALDES, de estatura alto, delgado, atlético y bien vestido”.
Sin embargo, en una declaración posterior, prestada en
Chile ante los funcionarios de la Policía de Investigaciones a cargo
de las diligencias, la que rola a fojas 2390 (Tomo VI) señala:
“Quiero precisar que cuando la persona a quien se le llevó para que
atendiera y cuya fotografía se le exhibe en este momento por el
tribunal, a quien reconoce como EUGENIO BERRIOS, estaba
acompañado por dos personas más que, al parecer eran
ciudadanos chilenos”. En la misma diligencia, reconoce en rueda de
detenidos a estas dos personas que,al parecer,eran ciudadanos
chilenos” (Todas sus declaraciones llevan esta impronta: “al
parecer”,
“no
tengo
certeza”,
“creo
que”
manifiesta
su
percepción….) en los siguientes términos: “…Se procede a hacer
pasar en primer lugar al testigo JUAN BAUTISTA FERRARI, quien
reconoce a los ubicados en los lugares N°4 y 5, como las personas
que acompañaban a EUGENIO BERRIOS el día que fue examinado
en el Policlínico de Parque del Plata. Señala que de todos los
presentes en la rueda, estos dos son los que tiene la certeza de
reconocerlos, pese al tiempo transcurrido y a que han variados sus
fisonomías. Se deja constancia que las identidades de las personas
reconocidas corresponde a JAIME TORRES GACITUA y ARTURO
SILVA VALDES…”. Sin embargo, un poco mas adelante, a fojas
2414, y con fecha 14 de octubre de 2002, en el careo que se le
practica con su representado señala textualmente: “…Quien señala
que ratifica sus declaraciones prestadas en autos y manifiesta su
percepción de haber visto a la persona con quien se lo carea,
tendría características físicas similares a esta persona aunque no
podría decir con certeza de que se trate de él, con la salvedad que
han transcurrido diez años desde el incidente. Tenía las
características físicas de la persona con quien se le enfrenta, pero,
no puede decir que sea él…”.
Lo anterior, no es lo mismo que declara ante la justicia de
su país, según consta a fojas 587 (Tomo II) del expediente seguido
ante esta y que se encuentra incorporado a estos autos: “…El me
habló que vino en forma voluntaria, pero, lo hizo por su situación en
Chile, en la cual era testigo o tenía que testificar en varios casos
que investigaba la justicia chilena, el nombre no le dio ninguno, le
dijo que estaba custodiado por militares, pero, en ningún momento
le dio la nacionalidad de los militares…”.
Agrega que en el Ministerio del Interior de su país, y con
fecha 8 de junio de 1993, según consta a fojas 116 (Tomo I) del
expediente seguido ante ésta y que se encuentra incorporado a
estos autos señala: “PREG: si volvió a ver al ciudadano chileno.
CONT: a las dos o tres horas volvió. Venía acompañado de dos
particulares…”.
A fojas 69 del mismo expediente reitera: “Posteriormente
como dos o tres horas después apareció nuevamente el ciudadano
chileno acompañado de dos personas de civil en coches
particulares, dos coches, uno venía el chileno con una persona sola
y atrás otro coche con otra persona. Llegaron a la Policlínica y a mí
me sorprendió, bajaron todos de los coches entraron a la Policlínica
los tres, entraron al consultorio los tres, le dije a que venían…”.
Sin embargo, ante los funcionarios de la Policía de
Investigaciones de Chile, cambia su versión y acota lo que queda
consignado en el Informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo V):
“…Transcurrieron cerca de dos horas, aparecieron nuevamente los
mismos sujetos vestidos de civil acompañando a Eugenio Berríos
Sagredo ingresando acompañado por dos de estas personas, con
prendas sport que aparentaban ser militares presumiendo que
estaban armados, entre estos el señor que reconoce por fotografías
y otro que por los detectives se entera que se trata de otro
ciudadano chileno de nombre Jaime Torres Gacitúa, también
reconoce a otro sujeto que viste de uniforme militar uruguayo en
que los detectives le exhiben que su nombre es Wellington Sarli
Pose…”. En consecuencia, la “Apreciación” de dicho informe
policial, concluye que “conforme a la declaración proporcionada por
el médico geriatra Dr. Juan Bautista Ferrari, de nacionalidad
uruguaya, se determinó que el 15 de noviembre de 1992, EUGENIO
BERRIOS protagonizó un episodio con ribetes de escándalo en
dependencias de la Comisaría de Policía del balneario Parque del
Plata,
a
cargo
del
Comisario
ELBIO
HERNANDEZ
y,
posteriormente, en la clínica de la localidad, en el que expresa su
desesperación por huir de un secuestro del cual era víctima,
ocasión en la cual exhibe al profesional su verdadera identidad y su
calidad de un activo partícipe de un organismo de seguridad del
Estado chileno. Asimismo, FERRARI, hace denotar en su testimonio
que aquel 15 de noviembre de 1992, que BERRIOS SAGREDO fue
acompañado por los oficiales uruguayos TOMAS CASSELLA
SANTOS Y WELLINGTON SARLI POSE, junto a otros individuos
chilenos que aparentaban estar armados, entre los cuales reconoce
fotográficamente a ARTURO SILVA VALDES y JAIME TORRES
GACITUA”. Esta apreciación policial, en opinión de la defensa, se
desvanece, ya que no hay constancia, en parte alguna, que
BERRIOS haya manifestado “su desesperación por huir de un
secuestro del cual era víctima”,sino todo lo contrario, según consta
en su propia declaración aludida en el literal “hh” del Subcapítulo N°
1 anterior, sin perjuicio de las señaladas por diversos testigos, entre
los que se cuenta el de Rivas, según se reseña en el literal “z” del
mismo, ni, tampoco, que haya estado acompañado por las personas
que señala, como el propio Ferrari se encargará de desmentir en
otras declaraciones a las que se referirá”.
Una
primera
conclusión
acerca
de
las
diversas
declaraciones que va prestando en estos autos el Doctor Juan
Ferrari, es que a 10 años de ocurridos los hechos en Parque del
Plata, Uruguay, y por primera vez, reconoce en su declaración
prestada al comisario Nelson Jofré, -evidenciando una recuperación
de su memoria-, en la Embajada de Chile en Uruguay que
EUGENIO BERRIOS venía con una persona que identificó como
ARTURO SILVA, quien permaneció en todo momento a su lado;
que aquel sacó tarjetas de crédito del calcetín, que manifestó estar
secuestrado por militares chilenos y uruguayos; que le pidió que lo
contactara con la Embajada; que Pinochet había ordenado matarlo;
que los grupos de civiles y policías permanecían discutiendo en
grupos separados y que desconocía quien retiró las planillas del
policlínico y el informe policial antes señalado dice que el que hizo
desaparecer las planillas fue el Dr. Arbiza, Director del Policlínico. A
su vez, cuando declara ante el funcionario policial antes
mencionado, ahora en Chile, agrega que a EUGENIO BERRIOS lo
acompañaban
dos
ciudadanos
chilenos,
más
el
Comisario
Hernández y dos de sus subalternos uniformados. En la rueda de
reconocimiento identifica, con certeza, a Torres y Silva, pese al
tiempo transcurrido (10 años) y que han variado sus fisonomías. En
el careo con Torres dice que éste fue en la mañana y en la tarde
acompañando a BERRIOS SAGREDO; en la Embajada había
identificado a Silva Valdés como la persona que había estado al
lado de EUGENIO BERRIOS en todo momento. En ese careo “tuvo
la percepción de haber visto a Torres, pero, no la certeza y tiene
dudas referentes a la edad”. Reconoce a Silva en el careo como la
persona que fue con Eugenio Berríos al policlínico, aunque también
tiene la percepción, pero, no la certeza; también reconoció al militar
uruguayo Wellington Sarli Pose como uno de sus acompañantes,
negando esta circunstancia en el año 2003,en una declaración
prestada ante la justicia de su país. Con posterioridad a sus
declaraciones en Chile declara en Uruguay que habló solo con el
Comisario, que EUGENIO BERRIOS no le dijo en ningún momento
la nacionalidad de sus custodios y que BERRIOS le señaló que
había ido a Uruguay en forma voluntaria.
Agrega que una demostración más de las características
de las declaraciones prestadas en estos autos por el Dr. Ferrari, lo
constituyen las declaraciones que se reproducen a continuación y el
careo que, como consecuencia de ellas, tiene con el Coronel (R) del
Ejército de Uruguay, don Tomás Cassella Santos.
En efecto, éste, en una de sus declaraciones, afirma que:
“…A las dos horas siguientes de retirarse del policlínico,
aparecieron las personas vestidas de civil acompañando a
EUGENIO BERRIOS, quien se acercó a él y siempre acompañado
de dos sujetos, uno a cada lado, le dio la mano y le dijo que su
problema estaba solucionado, pero, pudo observar que por su
expresión y gestos, no era con lo que estaba diciendo, se vió
preocupado, y uno de los sujetos que lo acompañaba, le dijo en
tono especial y era chileno, que todo estaba bien doctor, retirándose
en dirección desconocida y sin la presencia de la policía. De las
fotografías que le exhiben los detectives que le toman la presente
declaración, puede reconocer a las personas que llegaron al
consultorio ese día, al ciudadano chileno JAIME TORRES
GACITUA y a WELLINGTON SARLI POSE.
Particularizando dicha declaración, a fs. 8049 (Tomo XXI) y
que corresponde a su declaración prestada el día 4 de junio del
año2003 a fs. 587 del expediente uruguayo, detalla que “ cuando
regresan después de que se fueron todos, él siguió con sus tareas
en la policlínica, estaba en el escritorio, vió que ingresaba gente a la
policlínica, y entran tres personas, pasan al hall de entrada de la
policlínica, enseguida está el consultorio donde él estaba, entraron,
él estaba ahí solo, al verlo que viene ingresando se levanta y llega a
la puerta, y el hombre ahí lo saluda y le expresa que venía a
agradecerle, siempre acompañado por dos personas que estaban
parados detrás de él, a medio metro más o menos en una línea
posterior a él, no llegaron a entrar quedaron del otro lado de la
puerta, con la puerta abierta. Las personas que lo acompañaban
prácticamente no hablaron, solo le dijeron, está todo bien doctor o
algo similar y él fue quien habló más, pero no como la primera vez.
Incluso cuando le da la mano, primero y dice que viene a
agradecerle la atención que le había realizado, con la mano siempre
agarrada –se hace la prueba en la sede tomando la mano-, se dice
que se solucionó el problema, que se quedara tranquilo, que estaba
todo arreglado. No acompañaba lo que decía con sus gestos no
verbales o comunicación no verbal, teniendo en cuenta que las dos
personas permanecían en ese lugar detrás. La comunicación no
verbal no acompañaba lo que decía verbalmente, él tenía la
impresión que no estaba bien, es como si alguien con la cabeza
gacha, caído y expresa que está bien, en definitiva el vino con la
misma verborragia, nerviosismo que la primera vez. Preguntado: si
ud. cuando concurrió a Chile reconoció a las personas que lo
acompañaron en esa oportunidad, dando la mayor amplitud de
detalles posibles. Contesta: fui interrogado, dí los detalles físicos de
las personas, que antes se los había dado en la Embajada a los
agentes de Interpol Sr. Jofré y sus ayudantes, eso lo reiteró en la
sede judicial. Tanto en la Embajada como en Chile, le exhibieron
fotografías y él hizo un reconocimiento físico similar a las personas
que habían acompañado a BERRIOS. Quiere aclarar, ya que
salieron publicadas en la prensa, que él no reconoció a las
personas mencionadas como CASSELLA y RADAELLI, como los
que acompañaran a BERRIOS en la segunda oportunidad. Se basa
en las publicaciones de prensa donde han salido las fotografías de
CASSELLA y RADAELLI, no conoce a WELLINGTON SARLI.
Pregunta Fiscal: Si ud. vió a Radaelli o Cassella en la policlínica
como los que acompañaban a Berríos. Contesta: no señor, yo no
los reconocí, ni se asemejan a las personas que acompañaron al
señor BERRIOS en la policlínica. Preguntado: Cuando usted
procede a realizar el reconocimiento en Chile, a quienes reconoce,
respecto a las personas que acompañaron la última vez a
BERRIOS. Contesta: reconozco a dos ciudadanos chilenos, con
características físicas similares a los que habían acompañado por
última vez a EUGENIO BERRIOS, no tengo la certeza absoluta, de
que esas personas correspondieran a esos ciudadanos que le
presentaron en Chile, correspondía a las características de estatura,
color de piel, pelo, y las facies de los mismos y la raza también, uno
de ellos con raza blanca y el otro con cutis trigueño, característico a
la mayoría de los chilenos. Quiere aclarar que también hizo una
proyección de la edad correspondiente, que en ese momento
andaría alrededor de los treinta años y uno de ellos le pareció que
no tenía más de cuarenta como correspondería en la actualidad,
como se conservaba, no se había producido el proceso de
envejecimiento normal, ya que no tenía mas de cuarenta años, cree
que le dijeron que tenía 46 años. A través de las fotos que salieron
en la prensa cree corresponden a JAIME TORRES y ARTURO
SILVA VALDES, son las personas que él reconoció, pero, a su vez,
él hizo careo con ellos, ellos le dijeron ser JAIME TORRES y
ARTURO SILVA, en la sala de audiencias se los presentaron y eran
las personas que él había descrito por los datos físicos, ellos, por
supuesto, negaron haberlo conocido, esas declaraciones fueron
escritas y las firmamos ambos en la misma hoja. Preguntado: si
usted se caracteriza por tener una buena memoria. Contesta: si
señor, memoria visual siempre he tenido. Preguntado: cuantos
reconocimientos
realizó
de
estas
personas.
Contesta:
las
características físicas por fotografías que se me exhibieron acá y
allá, también en una sala de reconocimiento donde se me
exhibieron con otras personas, eran cinco o seis personas y
también en la sala de audiencias en el careo. Preguntado: si en
alguna oportunidad usted vió militares uruguayos. Contesta: no
señora, yo ví dos personas que llegaron a la policlínica, que se
vinieron en dos autos, desconozco si en esos dos autos habían
otras personas. Preguntado: si usted en Chile reconoció a
Wellington Sarli, según la sentencia que se le exhibe. Contesta: nó
señora, no reconocí a ningún ciudadano Wellington Sarli (en
circunstancias que ante los funcionarios policiales chileno lo había
tenido como un de quienes acompañó a BERRIOS SAGREDO al
Policlínico de Parque del Plata el 15 de noviembre de 1992,como
queda consignado en el Informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo
V),aludido en el literal signado con la letra “q” del subcapítulo N° 1
anterior).
Asimismo, estas declaraciones contradicen con las que, vía
exhorto presta el Coronel (R) del Ejército de Uruguay Sr. Tomás
Cassella Santos a fs. 3364 (Tomo IX) : “P: Si Ramírez estaba en la
Seccional? C: No.
P: Si nunca fue a la Seccional? C: No sé.
Cuando el entró estuvo un rato con el Jefe de Policía, con
BERRIOS, hicieron el acta, y cuando se hace el acta la firma y ahí
es cuando él dice para ir a saludar al médico, le quiere agradecer, a
él lo habían llevado a la Policlínica de parque del Plata, fue conmigo
el Subcomisario a saludar al médico, el no sabía donde quedaba la
Policlínica de Parque del Plata, fueron ellos dos, cuando entraron a
hablar con el médico, el se quedó para atrás, y decirle lo que
quisiera…”.
A fs.8053 (Tomo XXI),y que corresponde a la actuación
de fs.675 del expediente uruguayo,declara nuevamente ante la
justicia de su país,el testigo antes nombrado,esto es,el Dr.Ferrari el
cual a la pregunta si se sintió presionado por la justicia chilena y si
las diligencias de reconocimiento y careos fueran en cierta manera
inducidas por la Sra. Juez o Ud. actuó con libertad? Contesta: Sí,
me sentí libre. Quiero volver a contestar esto, lo dije allá y lo dije
acá, lo que yo reconocí fueron características físicas similares, yo
no afirmé que esas personas eran fulano de tal y fulano de tal.
Pregunta: Ud. tuvo algún beneficio fuera del costo del pasaje y el
hotel? Contesta: Nó. Pregunta: Si perdió de trabajar por esos días?
Contesta: Sí. Pregunta: Sise le remuneró por esos días que no
trabajó. Contesta: Sí, me pagaron lo que correspondía a mis
honorarios, no recuerdo si fueron 200 dólares”.
Señala la defensa que las contradicciones en que ha
incurrido el testigo antes señalado, son numerosas y por ello no
han podido servir de base para fundar el auto acusatorio dictado en
contra de su representado.
Lo cierto es que en lo que respecta a su defendido y su
relación con EUGENIO BERRIOS SAGREDO, durante el tiempo en
que este permaneció viviendo en Montevideo, Uruguay, es preciso
remitirse a la propia declaración de aquél, corriente a fs. 5479
(Tomo XV) “…Sí, concurrí a Uruguay en varias oportunidades, la
primera de ellas, con motivo de la salida de Eugenio BERRIOS en
Octubre del 91 y la última, en el mes de enero de 1993,con motivo
de la preparación del viaje del Comandante en Jefe y,
posteriormente, en el mes de febrero cuando se concretó ese viaje.
En el intertanto, debe haber viajado al menos en tres oportunidades,
una de ellas, cuando se dispone la concurrencia de los clases del
Ejército SANDOVAL y ROMAN, ello a partir del mes de junio de
1992,le
ordena
el
Sr.
Director
de
Inteligencia,
General
COVARRUBIAS tomar contacto con la DGID de Uruguay, ocasión
en que habló con un oficial de dicho país, cuyo nombre no recuerda,
y, las otras dos ocasiones fueron durante el año 92……Sí,
efectivamente, concurrí a la DGID de Uruguay…...recuerdo entre
otros, al General AGUERRONDO, Coronel LLUIS, Coronel
CAUSSI, Coronel CASSELLA, Capitán RADAELLI y Capitán SARLI
y a varios otros oficiales que ahora
no recuerda……”.
“….Sí,
conocí a RADAELLI….fue con motivo que el Capitán iba a venir a
realizar un curso de inteligencia a Chile y en una de mis estadías le
consultó si podía averiguar respecto a la realización o nó del
curso…recuerda que justamente ese año el curso no se realizó para
extranjeros…Efectivamente, visitó a Eugenio BERRIOS en Uruguay
en mas de una ocasión…las veces que le correspondió visitarlo fue
por orden expresa del Director de Inteligencia, fue como una función
accesoria a la principal que estaba realizando, básicamente se
trataba de conocer su situación…El Director de Inteligencia de Chile
recibió información respecto a la desordenada vida que estaba
llevando Eugenio BERRIOS en Uruguay, y, dada su negativa a
regresar a Chile u otro de los tantos países que mencionó, se llegó
incluso a ordenar que se le acompañara con personal de la
institución……intentando lograr con ello que llevara una vida más
ordenada, sobria y austera, lo que definitivamente no ocurrió,
disponiéndose el término de esa actividad. Dice que nunca conoció,
como se le intentó imputar, la Comisaría y el Policlínico de Parque
del Plata, menos al Dr. FERRARI que fue traído como testigo a
Chile” (fs. 5486).
A continuación, la defensa del acusado Silva Valdés
explicita diversas circunstancias y consideraciones que acreditarían
la inocencia de su representado respecto de los hechos que, de
acuerdo al auto acusatorio, serían constitutivos del delito de
homicidio.
Dice que el inciso final del artículo 141 del Código Penal,
señala textualmente que: “El que con motivo u ocasión del
secuestro cometiere, además, homicidio, violación, violación
sodomítica o alguna de las lesiones comprendidas en los artículos
395,396 y 397 N° 1,en la persona del ofendido, será castigado con
presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado”.
El auto acusatorio de fecha 26 de septiembre del año 2008,
expresa a la letra: “Que la última fecha en que se vió con vida a
Eugenio Berríos Sagredo fue el día 15 de noviembre de 1992,
oportunidad en que se encontraba custodiado por militares chilenos
y uruguayos”.
Señala la defensa que reproduce en esta ocasión
íntegramente lo que expresara anteriormente en relación con el
delito de secuestro.
Por otra parte, señala que lo dicho por el acusador en
cuanto señala que en la fecha que indica anteriormente, el
nombrado Berríos “…se encontraba custodiado por militares
chilenos y uruguayos”, resulta que este considerando es el único
que en todo el auto acusatorio se refiere, oblicuamente y por
contraposición, a la muerte de EUGENIO BERRIOS SAGREDO:
señala, tajante y definitivamente, que la última vez que se le vió con
vida fue el 15 de noviembre de 1992 en la localidad de Parque del
Plata, distante a unos 50 kilómetros de Montevideo, Uruguay,
deslizando la especie, como escurriéndola, que habría sido
asesinado dicho día por sus custodios, entre los que se contaba su
representado, según el Auto Acusatorio, sin que esta resolución
señale claramente, como corresponde en una Auto Acusatorio que
acusa a una persona del homicidio de otra, cuando ocurrió éste. Y
no puede hacerlo, porque todas las pericias a las que se referirá
más adelante, conducen a concluir que su muerte se produjo
muchos meses o años después, sin que exista ningún antecedente
probatorio que incrimine a su defendido en el crimen del que se le
acusa sin fundamento alguno, salvo el testimonio de oídas de
Enrique Cisternas Orellana de fojas 1629,quien señala que apenas
se incorporó a la Unidad de Apoyo Técnico de la DINE que
comandaba el Mayor Silva Valdés, se le acercó el entonces teniente
Jaime Torres Gacitúa, para señalarle, nada menos, así como así,
sin más, sin conocerlo, que “cuando ocurrió el episodio de
BERRIOS (se está refiriendo a los acontecimientos del día 15 de
noviembre de 1992 en Parque del Plata, Uruguay), inmediatamente
viajan a Uruguay él y Arturo Silva, quienes en compañía de oficiales
uruguayos habrían llevado a Berríos a una playa solitaria y le
habrían disparado, Silva y un militar uruguayo, matándolo. O sea,
según esta versión de oídas que dá Cisternas, Torres se le habría
acercado, sin conocerlo, para relatarle este horrible hecho, para lo
cual habrían viajado inmediatamente después de ocurridos los
incidentes del 15 de noviembre de 1992,lo que evidentemente, no
se condice ni con la verdad ni con el mérito del proceso. Según esta
versión, al tomar conocimiento de dichos incidentes (por lo tanto, no
estaban en el lugar), por sí y ante sí, toman una pistola, se suben a
un avión y van a matar a Berríos. Pregunta la defensa, lo siguiente:
¿Tiene alguna credibilidad esta versión al tenor de la trayectoria de
su defendido, su actuación profesional, las funciones de gran
responsabilidad y sensibilidad que desempeñaba, lo señalado por el
General (R) Covarrubias a fs. 2226, la reglamentación acerca de los
viajes de los Oficiales del Ejército chileno al extranjero que se
encuentra agregada a los autos, la actitud subsecuente de
Cisternas, que el mismo relata en la declaración a que viene
haciendo referencia, señalando, incluso, que el mismo Silva le
había indicado que “el caso BERRIOS era un caso cerrado para
nosotros”, porque se habían hecho cargo de él los propios
uruguayos, lo que coincide con la información que destaca el
desaparecido diario La Epoca de 12 de junio de 1993, agregada a
estos autos, en el sentido que “el Ministro del Interior uruguayo Juan
Andrés Ramírez informó a los parlamentarios de ese país, que el
químico BERRIOS llamó a un oficial de Ejército el 16 de noviembre
de 1992,desde Puerto Alegre, Brasil, un día después que denunció
haber sido secuestrado en el cuartel policial de Parque del Plata?;
evidentemente que nó, y así quedó demostrado en el careo a que
fueron sometidos los Mayores (R) Silva y Torres con Luis Sanhueza
Ros a fs. 2415 y 2418 y con Cisternas Orellana a fojas 2437 y 2439.
El mencionado considerando, dice la defensa, hay que
relacionarlo con la resolución de fojas 2363 y con la deposición del
testigo de oídas enrique Cisternas Orellana de fojas 1629, ya que la
presente investigación sumaria es un todo omnicomprensivo y
unitario que, en este caso, ha culminado con la Acusación, razón
por la cual es necesario relacionar ésta con el auto de
procesamiento de fecha 18 de octubre de 2002, confirmado por la
Iltma. Corte con fecha 29 de noviembre del mismo año, con
declaración que su defendido queda sometido a proceso como
autor del delito de secuestro con homicidio de EUGENIO BERRIOS
SAGREDO y, muy importante, con la resolución previa de 3 del
mismo mes y año que se lee a fojas 2.363, preliminar, preparatoria
y justificatoria de la anterior, que, en lo pertinente, es del siguiente
tenor: “Del mérito de los antecedentes, en especial, el último día
que Eugenio Berríos Sagredo fue visto con vida, se fija como fecha
presuntiva de su muerte el 15 de noviembre de 1992”. Primero,
entonces, se fija arbitrariamente, el día en que habría sido visto por
última vez con vida, para, luego, fijar dicho día como fecha
presuntiva de su muerte, y, finalmente, someter a proceso a su
defendido como autor de su muerte, todo lo cual es validado y
aceptado, en los mismos términos, en el Auto Acusatorio. ¿Como
es que una juez del crimen dicta una resolución de carácter
eminentemente civil, y, cuyas consecuencias también quedan
radicadas única y exclusivamente en este ámbito, principalmente
para efectos sucesorios, en circunstancias que, al tenor de lo
dispuesto por el N°1 del artículo 80 del Código Civil, corresponde
sea declarada “por el juez del último domicilio que el desaparecido
haya tenido en Chile, cumpliéndose los requisitos que esta
disposición legal prescribe, debiendo el juez fijar como día
presuntivo de la muerte “el último del primer bienio contado desde la
fecha de las últimas noticias”? Y entonces, porqué, o a título de qué,
la Juez, dicta tal resolución, absolutamente ajena a un proceso
penal, contra todas las evidencias del proceso, si ni siquiera es
competente para dictarla? ¿Que la mueve a actuar de esa manera?
Obviamente, justificar, que BERRIOS SAGREDO fue asesinado el
día 15 de noviembre de 1992, lo que es copiado por el Acusador.
A
continuación,
la
defensa
reproduce
parcialmente
declaraciones de la cónyuge de BERRIOS, Gladys Schmeisser
Arriagada que rolan a fs. 5, fs.110, fs. 426, fs. 611, fs.1.555 y 1.659
(declaraciones prestadas ante la Policía de Investigaciones de Chile
y ante el tribunal, respectivamente); declaraciones de Viviana
Egaña Bonnefoy, ex conviviente de EUGENIO BERRIOS de fojas
620 y de fojas 1.184 (Tomo III). Declaraciones de Sonia Casaretto
Zalacaín de fojas 1.681, de fs. 5.695 (Tomo XV), de don Luis
Míguez, Conserje del Edificio de calle Buxareo en Montevideo,
Uruguay, en donde viviera EUGENIO BERRIOS SAGREDO, quien
declara en el expediente seguido ante la justicia de su país con
fecha 16 de abril de 1996,el cual se encuentra agregado a estos
autos, también declara anteriormente ante la justicia de su país, con
fecha 10 de marzo de 1994. También declara lo mismo en la
Embajada de Chile en Uruguay (fs. 1.688, Tomo V) e igual cosa
ante el tribunal de la causa, con fecha 14 de octubre de 2002,
según se lee a fs. 2.391 (Tomo VI).
Agrega la defensa, que las referidas declaraciones
constituyen testimonios de testigos imparciales y
verídicos,
contestes en los hechos, lugar y tiempo, no contradichos por otros
igualmente hábiles. Y así todo, no son considerados en manera
alguna, son omitidos absolutamente, dejados de lado, olvidados, en
circunstancias que son fundamentales y así lo debió considerar el
tribunal para decretar el sobreseimiento de su representado.
Más aún, si se toma en consideración la circunstancia que
la acusación formulada por el tribunal respecto de ser su
representado el autor del homicidio de EUGENIO BERRIOS
SAGREDO, tampoco se condice con las pericias científicas y los
documentos públicos que se encuentran agregados a los autos.
Así es, recién descubierto el cadáver, en el expediente
llevado por la justicia uruguaya y que se encuentra agregado a
estos autos, consta el Informe de la Prefectura Nacional Naval de
15 de Abril de 1995 donde se señala textualmente: ”con la
presencia del Médico forense Dr. Jorge Risso y del Antropólogo
Judicial Horacio Solla establecen que……tendría en primera
instancia de 6 meses a un año y medio de fallecido” (entre
Noviembre de 1993 y Noviembre de 1994). En efecto, el examen de
los restos óseos descubiertos el 13 de abril de 1995, realizado por
el Antropólogo Forense uruguayo Doctor Horacio Solla Rivera,
mediante la utilización del método especializado de identificación
cráneo facial por video superposición digital, a través del cual se
comparó anatómicamente el cráneo que formaba parte del
esqueleto descubierto en Solymar con la fotografía de EUGENIO
BERRIOS, llega a la conclusión que dichos restos óseos
pertenecían a éste, lo cual se reafirmó por el examen odontológico
que también se realizó a dichos restos por un Odontólogo Forense
de la misma nacionalidad, estableciéndose en dichos exámenes
que la data de la muerte era superior a los diez meses desde el
momento del hallazgo, ocurrido el 13 de abril de 1995,sin hacer
mayores precisiones; así consta en el indicado informe tanatológico
corriente a fojas 1252. (“En el caso de autos se partió de un indicio
–restos humanos hallados-cuya fecha presunta de muerte oscilaba
en un período superior a los diez meses antes del hallazgo en Abril
de 1995,esto es, anterior a Junio de 1994……”).
Con posterioridad, en un informe que le emite a la jueza
uruguaya (Juzgado de Pando) a cargo a esa fecha, del juicio en ese
país, doña Aída Vera Barreto, con fecha 20 de abril de 1995 “en un
mínimo de 3 meses a un máximo de 15 meses”. Más tarde (28 de
octubre de 1995) precisa que “……de dichos estudios se deduce
que la muerte data de más de 10 meses desde el momento del
hallazgo, es decir desde abril del95,en base al hallazgo abundante
de corynetes ruficollis, insecto de la familia de los coleópteros que
coloniza el cadáver en ese período aproximadamente”. En otro
informe del Antropólogo Horacio Solla de fecha 23 de noviembre de
1999 se señala que “Se estimó que la muerte podría haber ocurrido
en cualquier fecha entre el invierno (junio) de 1994 al otoño (abril)
de 1993, lo cual significa, 10 meses a dos años antes a que se
encontraran los restos”.
A su vez, la Juez de Pando, Uruguay, doña Aída Vera
Barreto, en su sentencia que resuelve que dichos restos óseos
corresponden a EUGENIO BERRIOS, establece en su sentencia de
22 de Junio de 1996, corriente a fojas 628, que la data de su
muerte, de acuerdo a las pericias, ocurrió entre un mínimo de 3
meses a un máximo de 15 meses, desde la fecha del
descubrimiento de los restos (fs. 629), o sea, entre enero de 1994 y
enero de 1995.
Por otra parte, los médicos uruguayos Balbella, Berro y
Solla, informan al Juzgado de Pando con fecha 29 de abril de 1997
que: “1) el cronotanadiagnóstico (fecha de muerte) es difícil, con
márgenes amplios y posibles errores, cada vez más, cuanto más
lejana es la fecha de la muerte; 2) Los métodos de datación de
restos óseos son todos relativos, y de aplicación mayoritariamente
en huesos de más de diez años de fallecimiento; 3) El método de
ADN no aporta datos respecto a la data de muerte y actualmente no
se dispone tampoco de otros; 4) Habitualmente a esqueletización
casi total aún con algunos restos titulares como este caso se
alcanza a los dos años en cuerpos enterrados. Los restos
aparecieron en abril de 1995, por lo tanto, en términos generales,
esta consideración nos ubicaría en Abril de 1993, el margen de
error es amplio, en general se estima en más menos 3 meses
(lapso de 6 meses); 5) Por todo lo antedicho y en base a la
experiencia en cuanto al estado de los restos, referencias
bibliográficas y estudio entomológico (fauna necrófaga presente) la
cual consistía en abundante presencia de la especie de coleóptero
corynetes ruficollis, los suscritos se inclinan por muerte ocurrida en
el año 1993,presumiblemente el primer semestre”.
Por su parte, el Certificado de Defunción emitido por el
Instituto Técnico Forense – Morgue Judicial – de Uruguay,
agregado a fs. 636 de autos, señala que la data de la muerte se
estima ENTRE ENERO DE 1993 YJUNIO DE 1993.
De acuerdo a un informe de la Forensic Science
International, cuya traducción al castellano corre a fojas 1264 y
siguientes, “Se estimó que la muerte podría haber ocurrido en
cualquier fecha entre el invierno (Junio) de 1994 al otoño (Abril) de
1993, lo cual significa, 10 meses a 2 años antes que se encontraran
los restos”.
Finalmente, el Informe Médico Legal N°819/02, emitido
por el Instituto Médico Legal de Chile con fecha 13 de mayo de
2002,corriente a fojas 1408 y siguientes, señala que la data de la
muerte es de 5 a 8 años, esto es, entre 1994 y 1997.
A fojas 636 (Tomo II) rola el Informe de la Jueza
uruguaya Aída Vera Barreto de fecha 21 de junio de 1996,
adjuntando Certificado de defunción de EUGENIO BERRIOS
SAGREDO.
El Certificado de Defunción firmado por los Médicos
Forenses uruguayos Guillermo Mesa, Guido Berro y Beatríz
Balbella, del Instituto Técnico Forense, estima la muerte de
BERRIOS entre “1/93 a 6/93”.
A su vez, el Registro de Defunción de BERRIOS
SAGREDO emitido por la oficina del Registro Civil e Identificación
de Chile, estima su muerte entre las mismas fechas. Sin embargo,
el Certificado de Defunción propiamente tal, señala como fecha de
su muerte “Enero de 1993”. ¿Por qué eligió este mes, si los
certificados provenientes de Uruguay, emitidos sobre la base de los
peritajes forenses practicados en ese país, y el propio Registro de
Defunción, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificación
de Chile, señalaban como probable data de la muerte entre Enero a
Junio de 1993?.
A continuación, se pregunta la defensa cual es la relación
entre todo este cúmulo de informes tanatológicos acerca de la fecha
de la muerte de BERRIOS SAGREDO con su defendido? ¿Cómo
hace coincidir la probable data de su muerte –la que el Acusador,
no particulariza- en un Auto Acusatorio en el que se acusa a una
persona de ser autor del homicidio de otra? En otras palabras, se
acusa a su defendido de ser el autor del crimen de BERRIOS, y en
la resolución respectiva no se señala cuando habría cometido tal
delito; menos, cuales serían los medios de prueba que obran en el
sumario para acreditar su participación como autor.
Al respecto, la única referencia a su representado de ser
el autor de la muerte de Berríos, como ya se ha dicho (literal
signado con la letra “e” de este subcapítulo),emana de un testigo de
oídas, cuyos dichos no califican, ni siquiera, para haber constituído
una presunción fundada para someter a proceso a su defendido y,
sobre esta materia, no existe opinión discordante, ni en la doctrina
ni en la jurisprudencia, en cuanto a que es necesario que estas
presunciones deben tener el mérito de una prueba completa del
hecho, es decir, deben reunir los requisitos que, al respecto,
establece el artículo 488 del Código de procedimiento Penal, esto
es, que se funden en hechos reales y probados, que sean múltiples
y graves, que sean precisas, que sean directas y, en fin, que las
unas concuerden con las otras, de manera tal que los hechos
guarden conexión entre sí e induzcan todas, sin contraposición
alguna, a la misma conclusión de haber existido el hecho de que se
trata. En otras palabras, es menester que sean fundadas, esto es,
que el juez las deduzca como consecuencia de hechos conocidos o
manifestados en el proceso, para determinar la participación del
inculpado en el hecho punible, sin que sea aceptable, que basten
meras sospechas para adoptar tan trascendente decisión. Pues
bien, si dicho testimonio de oídas no pudo constituir una presunción
fundada para someter a proceso a su defendido, menos puede,
ahora, servir como fundamento de la acusación enderezada en su
contra. Se remite sobre la materia a lo dispuesto en los artículos 47
inciso 1° y 1.712
del Código Civil; y 485 y 488 del Código de
Procedimiento Penal.
Por otra parte, señala la defensa que, a la postre, todos
estos antecedentes no son indiciarios ni relevantes para el
Acusador, quien no hace ninguna referencia a la data de muerte de
BERRIOS SAGREDO no obstante que el artículo 424 del Código de
Procedimiento Penal ordena expresamente que en él: “El juez
dejará testimonio de los hechos que constituyen el delito o los
delitos que resultan haberse cometido y la participación que ha
cabido en él, o en cada uno de ellos, al procesado o a los
procesados de la causa”.
También la defensa señala que tampoco es verdad que
su defendido se encontraba en Uruguay, y concretamente, en la
localidad de Parque del Plata, distante a unos 50 kilómetros de
Montevideo, el día 15 de noviembre de 1992 y, a este respecto, su
parte acompañó oportunamente a estos autos, fotocopia autorizada
ante Notario del pasaporte de aquél, en el que consta que no
registra ingresos a Uruguay en Noviembre de 1992 y tampoco
Migraciones registra movimientos a este país.
Por último, en lo que se refiere a este delito, señala la
defensa que la resolución por la que se formulan cargos a su
representado, ha sido pronunciada sobre la base de los mismos
fundamentos de la resolución que, por el mismo delito, lo sometiera
a proceso seis años antes, sin que durante ese extenso período de
tiempo se haya llevado a cabo ninguna investigación adicional
sobre los referidos hechos, siendo, por tanto, los fundamentos de
ambas resoluciones similares, no obstante ser tan distintas
procesalmente, ya sea desde el punto de vista del momento de su
dictación, de los requisitos que deben reunirse en uno y otro caso,
de las consecuencias de las mismas, etc.
También el Auto Acusatorio de fecha 26 de septiembre de
2008, corriente a fojas 12.663 y siguientes, acusa a su defendido, el
Mayor (R) del Ejército de Chile Sr. Arturo Rodrigo Silva Valdés de
ser autor del delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en los
artículos 292 y 293 del Código Penal.
En efecto, el artículo 292 del código del ramo, tipifica el
delito de asociación ilícita en los siguientes términos: “Toda
asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social,
contra las buenas costumbres, contra las personas o las
propiedades, importa un delito que existe por el solo hecho de
organizarse”.
Esta figura penal se inserta, en el Título VI, del Libro II
del Código Penal, que trata acerca de los “Crímenes y simples
delitos contra el orden y la seguridad pública cometidos por
particulares”.
Entonces, como una primera aproximación al tema, es
menester señalar que su representado, obviamente, no era un
“particular” a la época en que ocurrieron los hechos materia de
estos autos, razón por la cual, su participación y la relación jurídica
con los otros acusados que invisten la misma condición, no puede,
ni jamás podría, encuadrarse dentro de los elementos del tipo del
artículo 292 del Código Penal. En efecto, consta en autos, que a la
época, el acusado investía la calidad de capitán del Ejército de
Chile y, por tanto, era un empleado público. En este contexto, le
eran plenamente aplicables las disposiciones contenidas en el
Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas, la Ley Orgánica
constitucional de las Fuerzas Armadas, el Código de Justicia Militar
y el Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas,
disposiciones legales todas que tienen como su fundamento
primario, estatuir y reglamentar la subordinación jerárquica entre los
miembros de las Fuerzas Armadas. Ello es de su esencia, en
términos que si dicho principio no existiera, éstas dejarían de ser
tales y se transformarían en una montonera; todo ello enmarcado
dentro de un escalafón, razón por la cual su relación no se trata de
algo voluntario, sino que impuesto por la ley o sobre la base, de su
condición de militares sujetos a subordinación jerárquica por el
ministerio de la ley. En cambio, la característica del delito de
asociación ilícita es que se trata de un conglomerado de personas
que tienen por objeto la comisión de determinados hechos
delictuosos, y que lo hace diferente de los delitos que se cometen
por su intermedio.
En este contexto, de lo investigado, no existe indicio
alguno que suponga que su representado haya tenido el propósito
de incurrir en conductas ilícitas; primero que todo, porque en su
condición de capitán no pudo haber tenido el control de todos los
extremos de la cuestión material e intelectual de lo que, en
definitiva, concluyó en concepto del acusador en un secuestro y
homicidio, cometido con motivo u ocasión de aquél. Evidentemente,
su representado carecía de la condición de jefe, no ejerció mando y
sólo hizo o transmitió lo que se le ordenó, dentro de un
ordenamiento jurídico preestablecido, estatuido, entre otras, por
severas normas punitivas que lo forzaban a cumplir, sin réplica,
aquello que racionalmente y formalmente aparecían como propias
de su especialidad de Oficial de Inteligencia.
Por lo demás, en concepto del Acusador, la mencionada
asociación se habría constituído para la perpetración de los delitos
que se investigan en la presente causa, esto es, el secuestro y
homicidio de BERRIOS SAGREDO, asociación criminal cuyo
período, de acuerdo al considerando “r”, estaría acotada a los años
1991 a 1993, lo que, como se ha señalado, también es
contradictorio. Sin embargo, tanto del auto de procesamiento como
del auto acusatorio, se debe deducir que su defendido recibió una
orden de carácter militar y del servicio, la que, dentro del desarrollo
de la misma, devino en otra, cuya causa, motivación u objetivo final,
por cierto, que jamás fue o pudo ser advertido, circunstancia que no
es incompatible con que la orden primitiva se encontrara, como
ocurre siempre en este tipo de órdenes, colmada de sigilo y reserva,
propias de la actividad de Inteligencia, lo cual no significaba o
presuponía una actividad ilícita, como razona el Acusador.
Así las cosas, su defendido, el Mayor (R) del Ejército Sr.
Arturo Silva Valdés, acusado del delito de asociación ilícita en grado
de autor, era de dotación de la Dirección de Inteligencia del Ejército
de Chile, y sujeto, en razón de mando, a su Director, el General (R)
Hernán Ramírez Rurange, quien, en uso de sus facultades dispuso
una misión de inteligencia la que conforme a las normas aludidas,
su defendido estuvo en imposibilidad jurídica y material de oponerse
a la orden directa impartida por un General de la República, a quien
le estaba subordinado. A este respecto, es necesario destacar que
el ligamen jurídico que ata a su representado con su Escalón
Superior tiene su causa en la Constitución Política de la República,
la Ley y el Reglamento; de allí que es impensable que él, por una
vía distinta y a un título distinto, se hubiese asociado con su
superior en razón de mando para cometer actos delictuosos.
Las razones anteriores son, indudablemente las que
hacen que, de acuerdo al mérito del proceso no exista elemento
alguno que pruebe irredarguiblemente que existió una asociación o
agrupación entre los diversos involucrados, distinta a la condición
de militar. En este sentido, es consustancial al tipo, que, dentro de
los elementos exigidos para que éste se configure está el propósito
de todos y cada uno de los integrantes de cometer crímenes o
simples delitos, contra los bienes jurídicos taxativamente señalados.
En este sentido, la defensa se pregunta.¿cual habría
sido el propósito de su defendido para facilitar la salida de un sujeto,
al que no conocía y respecto del cual no existía orden de
aprehensión, y aunque hubiera existido, no tenía como saberlo?.
No existe en el proceso elemento alguno que haga
presumir fundadamente que se estaba obstruyendo a la justicia, ya
que de la sola lectura de esta norma, es posible descartar la
participación de su defendido.
Por lo demás, de la lectura del artículo 292 del Código
Penal, se puede apreciar que entre los bienes jurídicos que protege
no se encuentra el bien jurídico “Administración de Justicia y su
obstrucción”, razón por la cual, se da una razón más para que el
delito de asociación ilícita no pueda configurarse respecto de su
defendido, por lo que debió ser sobreseído.
Como conclusiones la defensa del acusado Silva Valdés
señala las siguientes:
1.- En relación con el delito de secuestro de EUGENIO
BERRIOS SAGREDO, éste, por los antecedentes que obran en el
proceso no se encuentra tipificado y el Auto Acusatorio no deja
constancia de los hechos que constituirían tal delito.
2.- Pero aún, en el evento que tal delito fuere considerado
como tipificado, no existe antecedente alguno acerca de la
participación que, en calidad de autor, le habría correspondido a su
defendido, con expresión de los medios de prueba que obran en el
sumario para acreditarlo.
3.- Respecto del delito de asociación ilícita, cuya autoría se
le imputa a su representado, se trata de un delito que nunca pudo
cometer su representado. Es un delito imposible a su respecto, por
las razones dadas en el Capítulo III de esta contestación. Por lo
demás, el Auto Acusatorio no deja constancia de los hechos que
constituirían el delito, ni menos, la participación que le habría
correspondido a su representado en él, con expresión de los medios
de prueba que obran en el sumario para acreditarlo.
Por tanto, pide que, de acuerdo a lo expuesto, normas
legales citadas, mérito de autos y atendido a lo dispuesto en el
artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, se tenga por
contestada la acusación fiscal de autos, como así también las
acusaciones particulares y adhesiones a la acusación deducidas en
contra de su defendido, y, en su mérito, se sirva dictar sentencia
absolutoria en su favor respecto de los delitos por los que ha sido
acusado. En subsidio, invoca en su favor la atenuante del N°6 del
artículo 11 del Código Penal.
SEXAGESIMO SEXTO: Que la defensa del acusado Arturo SILVA
VALDES en lo principal del escrito de fojas 13.429 y siguientes, ha
solicitado que este sea absuelto del cargo que se le ha formulado
como autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio
Berríos Sagredo, dice que no tuvo participación en el referido ilícito
y que tampoco se encontraba presente cuando el nombrado Berríos
provocó un incidente en la Comisaría de Parque del Plata en
Uruguay.
Asimismo, expresa que su participación en el egreso
del nombrado Berríos de Chile con dirección a Uruguay se debió a
que en la fecha de acaecimiento del hecho -mes de octubre de
1991– desempeñaba funciones en su calidad de oficial con el grado
de Mayor, a cargo de una “unidad especial” ,formada al interior de la
Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE),la cual dependía
directamente del Director de ese organismo de inteligencia, cargo
que en ese tiempo era ocupado por el General Sr. Hernán Ramírez
Rurange.
Sus funciones consistían en servir como seguridad
“adelantada” del Sr. Comandante en Jefe del Ejército, cargo que era
desempeñado en ese entonces por el General Sr. Augusto Pinochet
Ugarte. Esa función debía realizarla con ocasión de los viajes que
realizaba el General antes mencionado, tanto dentro del país como
en el extranjero y la protección era tanto para su persona como para
su familia cuando esta lo acompañaba en los referidos viajes.
Dice
que,
además,
debía
cumplir
otras
funciones
específicas que le encomendara el Director de la Dirección de
Inteligencia y entre ellas le tocó preparar la salida del país de los ex
agentes de los servicios de seguridad del régimen militar, mayor de
Ejército Carlos Herrera Jiménez y del Químico de la DINA Eugenio
Berríos Sagredo.
Con relación a este último, señala que no lo conocía y que
por ello se le indicó que debía ir al cuartel del Batallón de
Inteligencia del Ejército (BIE), donde se encontraba. Señala que se
juntó con el Coronel (J) Sr. Enrique Ibarra Chamorro quien le señaló
quien era el individuo que debía sacar del país. Agrega que también
se encontraba presente el Comandante del referido batallón, el
Teniente Coronel Manuel Provis, a quien conocía con anterioridad.
Señala que la salida del país de Berríos fue realizada por
otros integrantes de la unidad a su cargo y que a él le correspondió
recibirlo en Buenos Aires y posteriormente ubicarlo en Montevideo,
como, asimismo, efectuar las respectivas coordinaciones con los
servicios
de
inteligencia
uruguayos,
quienes
estaban
en
conocimiento de la presencia de este sujeto en su país.
Luego de ubicársele en la capital uruguaya, tanto él como
miembros de su unidad comparecían periódicamente a Montevideo
y debido al mal comportamiento de Berríos fue necesario
asignársele a dos suboficiales que estaban bajo su mando, para
que turnándose, vivieran junto al químico en el departamento que
ocupaba.
Posteriormente,
luego
del
incidente
ocurrido
en
la
Comisaría de Parque del Plata, por órdenes del general Eugenio
Covarrubias Valenzuela que, a la sazón, comandaba la Dirección de
Inteligencia del Ejército, se produjo un gradual desprendimiento de
los integrantes de la unidad militar que comandaba y el nombrado
Berríos habría quedado a cargo de los militares uruguayos.
Sin perjuicio de lo expuesto por el acusado antes
señalado, como por su defensa, quienes han sostenido que durante
su permanencia en Uruguay, Berríos habría tenido una completa
libertad de desplazamiento, por lo cual no se divisaría en que forma
se habría producido el secuestro que se le atribuye a su defendido.
Sin embargo, es necesario tener presente que, dadas las
especiales circunstancias de la estrecha relación mantenida en el
tiempo por parte del químico antes nombrado, con los organismos
de seguridad del régimen militar y con algunos miembros del
Ejército no resulta posible argumentar que por el solo hecho de la
aparente libertad de que gozaba este individuo, no haya existido el
delito de secuestro que se encuentra definido en el artículo 141 del
Código Penal como “encerrar o detener a otro, sin derecho,
privándole de su libertad”.
En efecto como lo indica el Profesor don Alfredo
Etcheverry O., en su obra “Derecho Penal” (Tomo III, pág. 209), las
formas de comisión del delito son dos: encerrar y detener. Por
“encierro” debe entenderse la colocación (o mantenimiento, si ya
estaba allí) de una persona en un recinto cerrado, o al menos
limitado, del cual no puede salir a voluntad, o en todo caso, no
puede hacerlo sin grave riesgo para su persona.
En cuanto a la “detención”, dice el tratadista antes
nombrado, su significado no es tan preciso. Para algunos, como
ANTON Y RODRIGUEZ en su obra “Derecho Penal” (II, pág. 308),
tiene un alcance más amplio que el “encierro”,y comprende todas
las formas de privación de libertad de movimiento que no consistan
en “encerrar”. “Detención” y “encierro” estarían en relación de
género a especie.
Tal como lo dice el profesor Alfredo Etcheverry, el
“encierro” y la “detención” son solo medios a través de los cuales se
logra un resultado: la “privación de libertad” y, como la “libertad” es
esencialmente un poder inmaterial de autodetereminación, es
preciso atender a la forma en que este poder se ve afectado por el
encierro o detención. En efecto, tal como se ha dicho anteriormente,
el hecho del resguardo permanente que con mucha anterioridad se
mantuvo con el nombrado Berríos, obviamente, aunque pudiera
atribuírsele una connotación diferente, en la práctica significa un
control sobre la libertad de desplazamiento que tiene toda persona
en una sociedad democrática. Además, las circunstancias de haber
mantenido a dicho sujeto detenido en un cuartel militar –que por su
propia naturaleza no debería admitir la permanencia de personas
civiles en dicha condición-,sumado al hecho de haber abandonado
el territorio nacional provisto de una identidad falsa y sometido a la
custodia de personal de un servicio de inteligencia; a lo que se debe
agregar la custodia permanente que se mantuvo sobre él, mientras
vivió en la ciudad de Montevideo, el envío de un oficial del Ejército,
perteneciente a otra repartición, con el expreso propósito de obtener
un cambio en la conducta disoluta observada por Berríos durante su
permanencia en Uruguay, constituyen muestras categóricas que
permiten comprobar la restricción que lo afectó en lo que se refiere
a su libertad de desplazamiento durante un extenso período de
tiempo, lo cual aparece corroborado por el hecho de haber sido
sorprendido en sus intentos de obtener un salvoconducto para
regresar a Chile, a pesar de los requerimientos judiciales que lo
afectaban, lo cual llevó a sus captores a tomar la determinación de
trasladarlo al balneario de Parque del Plata y al huir de la residencia
de verano donde se encontraba, debió ser rescatado por estos
desde una unidad policial, perdiéndose posteriormente su rastro,
hasta que fuera encontrado su cadáver en una playa cercana.
Evidentemente, al estar a cargo de la operación el
nombrado acusado Silva Valdés, mantenía un deber de cuidado
sobre su víctima, lo que la doctrina denomina “posición de garante”
y por tal razón no le resultaba posible desentenderse de ella, más
aún, si se tiene en consideración la confianza que le dispensaba
quien había impartido la orden de sacar de Chile al referido sujeto,
esto es, el entonces Comandante en Jefe del Ejército General
Augusto
Pinochet
Ugarte,
a
quien
el
nombrado
Silva
le
proporcionaba la denominada “seguridad de adelantada”, para lo
cual debía viajar permanentemente al extranjero, manteniendo
contactos con los servicios de seguridad de otros países.
Como también la presencia de éste en el balneario de
Parque del Plata el día del hecho aparece de los testimonios del Dr.
Juan Ferrari Grillo, de Arturo Sanhueza Ros y de Mario Cisternas
Orellana quienes declaran en autos, y también se desprende del
solo hecho que a partir de esa fecha -15 de noviembre de 1992-,
cuando se produjo la recaptura de Berríos, cesaron los viajes de
sus custodios a Uruguay y también aconteció el regreso de
Sanhueza Ros a Chile, no obstante que la estadía de éste último en
Uruguay junto a su familia había estado exenta de dificultades que
perjudicaran la buena relación existente entre los servicios de
inteligencia de ambos países.
En cuanto al delito de asociación ilícita, también será
rechazada la petición de la defensa en cuanto señala que su
representado no habría cometido el referido ilícito, puesto que, tal
como indican los antecedentes enunciados en el considerando
décimo cuarto, la participación del acusado antes nombrado en
calidad de jefe de la referida asociación se encuentra plenamente
comprobada en estos autos.Resulta del caso precisar que tal como lo señala el
artículo 292 del Código Penal –tantas veces referido-: “…toda
asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social,
contra las buenas costumbres, contra las personas o las
propiedades, importa un delito que existe por el sólo hecho de
organizarse”.- Aquí no se trata de castigar la participación en un
delito específico, sino la participación en una asociación o banda
destinada a cometerlos con independencia de la ejecución o
inejecución de los hechos planeados o propuestos.Para controvertir los argumentos expuestos por la
defensa en orden a que por la calidad militar que detentaba el
acusado SILVA VALDES –Mayor de Ejército en servicio activo-, se
habría limitado a cumplir ordenes superiores, se debe señalar que
como jefe de una denominada “Unidad Especial” de DINE habría
ejecutado el operativo destinado a procurar el egreso del país de
Eugenio BERRIOS SAGREDO quién era solicitado por la justicia
para prestar declaración en el homicidio calificado del ex Canciller
Orlando LETELIER DEL SOLAR, estando también sometido a
arraigo de pleno derecho en la causa rol Nº129.526 del ex Sexto
Juzgado del Crimen de Santiago, seguida en su contra por el delito
de giro doloso de cheque, por lo cual ese sólo hecho, resulta ser
constitutivo de un delito y, el grupo formado para llevarlo a cabo se
transformó en una asociación ilícita.Asimismo, señala la defensa que por la función que
desempeñaba tenía la calidad de empleado público y por ello, le
eran plenamente aplicables las disposiciones contenidas en el
Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas, la Ley Orgánica
Constitucional de las Fuerzas Armadas, el Código de Justicia Militar
y el Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas,
disposiciones legales que tienen como su fundamento primario,
estatuir y reglamentar la subordinación jerárquica entre los
miembros de las referidas instituciones.- Por ello, su defendido no
habría podido cometer el delito que se le imputa.La referida alegación será desestimada, por cuanto la
asociación ilícita de la cual formó parte el señalado imputado,
constituyó un grupo paralelo a la institucionalidad normal del
Ejército de Chile y, justamente esa fue la razón de su organización
la que se llevó a efecto con el objeto de evitar la presentación ante
la justicia de diversos militares y civiles inculpados de diversos
crímenes y/o simples delitos, cometidos durante el régimen militar
existente en nuestro país entre los años 1973 y 1990.Por último, resulta pertinente tener por reproducida con
relación a este acusado la argumentación vertida por el tribunal al
referirse a la defensa del acusado Eugenio COVARRUBIAS
VALENZUELA en cuanto ella indica que el hecho de que varios de
los partícipes en este delito se hayan desempeñado como
miembros activos de la institución antes señalada, no excluye que
hayan actuado al margen de la legalidad, lo que justamente fue
realizado por los mandos superiores de la Dirección de Inteligencia
del Ejército.En consecuencia, se rechaza la petición de absolución
con relación a este delito formulada por la defensa del acusado
Arturo Rodrigo SILVA VALDES y, asimismo, se acogen las
peticiones de los acusadores particulares en cuanto piden se
condene al imputado recién nombrado como autor del delito de
secuestro con homicidio descrito en el inciso final del artículo 141
del Código Penal y del de asociación ilícita que sanciona el artículo
293 del señalado cuerpo legal.El tribunal acogerá la petición subsidiaria de la defensa
de invocar a favor de su representado la atenuante del Nº6 del
artículo 11 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta
anterior, la que se encuentra debidamente comprobada en los
autos, con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes
agregado
a
fojas
14.935,
exento
de
anotaciones
penales
anteriores.SEXAGESIMO SEPTIMO: Que, a fojas 13.168 y siguientes el
abogado
señor
representado
Marcelo
Eugenio
Cibié
Paolinelli
COVARRUBIAS
contesta
por
su
VALENZUELA,
la
acusación fiscal, las adhesiones a ella y las acusaciones
particulares que corren en autos.
Para cumplir con la exigencia legal, la defensa realiza un
extenso análisis de diversos antecedentes que obran en el proceso,
refiriéndose a declaraciones de los encausados, dichos de testigos,
órdenes de investigar, peritajes, etc., y, para ello divide su
presentación en distintos capítulos, así las cosas, en el primero de
ellos, lo titula ¿Quién era el General Covarrubias? Y en él realiza un
pormenorizado análisis acerca de la personalidad de su defendido,
el que funda en documentos y declaraciones de imputados y
testigos.
El denominado capítulo II, lo encabeza con el título ¿Quién
era Eugenio Berríos? Y en él formula diversa consideraciones
acerca de la personalidad y conducta del occiso, destacando el
prontuario penal que tenía, como asimismo, numerosos testimonios
que rolan en autos, de los cuales se desprende la pésima conducta
de este sujeto, manifestada en su condición de alcohólico,
prestamista, usurero, traficante de drogas, consumidor de las
mismas, mantenía numerosos vínculos de amistad con traficantes
de drogas chilenos y peruanos y había intervenido en un homicidio
(Sr. Zenteno).
El capítulo III de su contestación lo encabeza con el título
¿Quién y como sacó a Berríos fuera de Chile? Y motivo para ello. Y
allí señala diversas declaraciones que hacen referencia a la forma
como se produjo el egreso del nombrado Berríos de Chile; destaca
de entre ellas, la declaración del acusado Arturo Silva Valdés que
rola a fojas 4052 y siguientes en la que expresa lo siguiente:
”Recuerdo que en el mes de octubre de 1991, aproximadamente,
me citó el General Ramírez Rurange a su oficina de la Dirección de
DINE en calle República y le ordenó que debía concurrir al Batallón
de Inteligencia ubicado en García Reyes para conocer a un tal
Eugenio Berríos a quien él no conocía, diciéndole que esto lo debía
hacer porque era probable que él debería hacer abandono del
país,obviamente con apoyo del Ejército”. A fojas 4.058 el nombrado
Silva Valdés manifiesta: “Por último, además de la dependencia
administrativa y orgánica del Director de DINE con el Jefe del
Estado Mayor, tiene este también una dependencia directa con el
Comandante en Jefe,… …aparece perfectamente posible que éste
último hubiese impartido una orden al General Ramírez para sacar
a estas personas del país, vale decir, a Herrera, Sanhueza y
Berríos”.
Agrega, “…cuando él llega con Berríos a Uruguay él le
ordena (Grl. Ramírez) con anterioridad que tome contacto con la
gente de inteligencia uruguaya….específicamente con el Coronel
Causi…”. Dice “…alguien de DINE o el General Ramírez tiene que
haber tomado contacto con oficiales uruguayos para acoger a
Berríos en ese país…”.
Como capítulo IV la defensa del acusado Eugenio
Covarrubias Valenzuela lo titula “Cambio de mando en la DINE” y,
en él, detalla los esfuerzos realizados por su defendido para que
retornaran al país Herrera Jiménez, Berríos y Sanhueza Ros,
quienes se encontraban en el extranjero por orden del General
Ramírez Rurange, anterior mando de la DINE.
En apoyo de su alegación señala la declaración de fojas
3.073 prestada por el General Hernán Ramírez Rurange quien
señala lo siguiente: “…Después hice entrega del mando de la DINE
el 14 de Diciembre de 1991 al General Covarrubias y le manifestó
que había una persona chilena que estaba en Uruguay a quien
había ayudado a salir de Chile, pero que no contaba con apoyo
económico ni de otro tipo del Ejército, incluso le contó que se había
visto en la obligación de comisionar a un militar conocido de Berríos
que era el Mayor Manuel Pérez Santillán, para que lo tranquilizara
en Uruguay y que Berríos había prometido portarse bien, pero, igual
le advirtió que debía estar alerta, porque cualquier situación que se
diera comprometía la relación con un país amigo, como es
Uruguay”.
A fojas 3247, rola declaración de Eugenio Adrián
Covarrubias Valenzuela quien dice: “…al General Ramírez que fue
su antecesor al mando de DINE y que justamente fue la persona
que lo puso en antecedentes de la situación producida con este
señor Berríos, que era un ex-agente de la DINA, que había sido
sacado por el General Ramírez y que estaba en Uruguay. Le contó
que por la mala conducta de esta persona era necesario mantenerlo
bajo control por parte nuestra, toda vez, que él había adquirido un
compromiso con la inteligencia del Ejército uruguayo, relacionado
con la permanencia de este sujeto, dado que desde su llegada a
ese país había observado una conducta inapropiada, piensa que la
inteligencia uruguaya le había informado esto al General Ramírez,
por lo que él le manifestó, pero a él no le consta todo aquello”.
Lo anterior se complementa con los dichos de Arturo
Rodrigo Silva Valdés quien declara a fojas 2964 lo siguiente:
“…pero si sé el caso de Berríos y de Herrera, que fueron
operaciones realizadas por orden del Director del DINE, General Sr.
Ramírez Rurange, quien no le dio a conocer los motivos para sacar
del país a estas personas”.
También corrobora estos asertos la declaración que rola a
fojas 3.648 prestada por Jaime Fernando Torres Gacitúa quien
señala: “He tomado conocimiento que Eugenio Berríos, a quien
como lo manifestó anteriormente no conocía de antes, estuvo bajo
la protección del Director de DINE que era en ese tiempo el General
Ramírez, por lo menos durante diez días, desconoce en que sitio se
le mantuvo bajo protección militar y porque se produjo ella, pero
debe haber sido un motivo de la suficiente magnitud para que ella
se le brindara, más aún, si se trataba de un civil que no formaba
parte de la institución…”.
A fojas 3.655 rolan antecedentes aportados por Jaime
Torres, quien señala: “El Director de Inteligencia del Ejército, Gral.
Hernán Ramírez Rurange, dispuso la salida del país de Eugenio
Berríos, de lo cual se desprende que sólo él puede conocer los
motivos de esa actividad por él ordenada y las circunstancias
previas. Producto de esta situación, que sólo conoce el General
Ramírez, ser dispuso el traslado de Berríos a dependencias del
Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), cuyo comandante era el
Teniente Coronel Manuel Provis.
Finalmente señala que en relación al punto anterior, puede
indicar, que esta fue una orden y decisión del General Ramírez, que
tuvo por objeto proteger y ocultar a Berríos por un período superior
a 20 días”.
En el aporte de antecedentes de Arturo Silva Valdés que
rola a fojas 2.972 este señala: “El Director Gral. Covarrubias,
dispone a partir de Marzo, se designara a un integrante de la
Asesoría para que acompañara al Sr. Berríos en Uruguay, ya que
se había recibido la información de que su desempeño estaba
ocasionando molestias en el Ejército uruguayo, para lo cual se
designan para que lo acompañen, en turnos sucesivos, al empleado
civil Lillo y a los clases Sandoval y Román, los que, a su vez,
debían relevarse mutuamente y entregar un informe general del Sr.
Berríos, el que normalmente no era bueno, debido, especialmente,
a que según los encargados, se ausentaba y no aparecía, a veces,
hasta por varios días. El manejo de dinero en efectivo del que se
desconocía su origen y el casi absoluto desconocimiento de sus
actividades personales o privadas, ha venido a ser conocido por
nosotros solamente en la actualidad y atendido el mérito del
proceso”.
Por otra parte, el nombrado Silva agrega lo siguiente: ”La
preocupación por parte de la DINE se mantenía en lograr su
regreso a Chile, y de hechos, así se lo manifestó al Sr. Berríos
cuando se entrevistó con él. También le consta que el Teniente
Torres le manifestó lo mismo, y siempre sus respuestas eran
evasivas y poco claras, decía, por ejemplo, que lo estaban
contactando con distintos países o servicios y en el último tiempo
repetía que quería radicarse en Brasil, y que incluso personas de
ese país se lo habían propuesto. El hecho es que no podría afirmar
definitivamente que es lo que quería, ni que era cierto y que nó.
Debido a lo anterior, el General Covarrubias, le dispuso que se
retirara el personal de apoyo, en un desprendimiento gradual, esto
es, que fuera en forma paulatina debido principalmente a las
buenas relaciones que se debían mantener con Uruguay. Por otras
fuentes se confirmaba, además, el interés de trasladarse a Brasil
por parte del Sr. Berríos. Incluso le tocó en uno de sus viajes a
Brasil, entrevistarse con un funcionario de inteligencia de ese país
consultándole si ellos estaban interesados en el Sr. Berríos. La
respuesta fue negativa, sin embargo si le manifestó que ellos
sabían de su permanencia en Uruguay”.
Que, asimismo, a fojas 3.084 rola declaración de Raúl
Diego Lillo Gutiérrez quien manifiesta lo siguiente: “Posteriormente
seguí viajando a Argentina y, además, a Uruguay, donde me junté
en varias ocasiones con Sanhueza a quien conocía desde hacía
tiempo, viajes que eran con conocimiento de mis jefes y también del
General Covarrubias. Por lo que tengo entendido anteriormente
Arturo Sanhueza era manejado por otra unidad de DINE, pero,
como esa situación no dio los resultados esperados, el General
Covarrubias la terminó y los puso a ellos a cargo de este tema, por
ello, varias veces viajó a Uruguay, específicamente a Montevideo, a
su departamento, alojándome en su casa, llevándole noticias de su
familia, el trataba de levantarle la moral conversando con él, y en
los hechos se transformó en una especie de correo particular de él y
de Berríos, trayendo y llevando cartas de ambos, pero, no como
primera prioridad, que era cumplir su misión de inteligencia y el
resto del tiempo dedicarlo a esto, este era un cometido adicional
que se encomendada y no el principal”.
Por último, a fojas 3.254 rola la parte final de la
declaración de Eugenio Covarrubias Valenzuela quien dice: “Quiero
hacer presente que toda la responsabilidad del proceso que
vivimos, de apoyo al Sr. Berríos desde mi llegada a la Dirección del
DINE hasta que se ordena la retirada del personal por la conducta
inapropiada de Berríos y que finaliza con el regreso del cabo
Sandoval, es suya como Director de DINE”.
En el denominado capítulo V se señala la plena libertad
de Berríos en Uruguay.- Se realiza un análisis de numerosas
declaraciones prestadas por la cónyuge de Eugenio Berríos
Sagredo llamada Gladys Schmeisser las que son coincidentes en
manifestar “que en ninguna de las oportunidades que viajó a
Uruguay a reunirse con su cónyuge Eugenio Berríos, supo o se dio
cuenta que hubiera estado vigilado o custodiado por alguna
persona”.
A fojas 1.571 rola declaración de Marcelo Ariel Sandoval
Durán quien señala lo siguiente: “…que no es correcto consignar
que se encontraba custodiando a Eugenio Berríos, sino que, en
realidad fue enviado a observarlo, porque le habían dicho que era
una
persona
complicada
y
alcohólica,
a
quien
no
debía
descuidarse”, “…quien muchas veces salía solo y hasta se perdía
un par de días, durante los que él permanecía en el departamento y
en caso de que no volviera, avisaba al enlace que tenían en
Uruguay que era un oficial del Ejército Uruguayo de apellido
Radaelli”.El capítulo VI se titula “Secuestro de Berríos en Uruguay.Allí se hace referencia al auto de procesamiento inicial de fojas
2.439 de 18 de octubre de 2002 y que fuera modificado por la
resolución de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago de fecha
29 de noviembre de 2002 que en su N°1 señala lo siguiente: ”Que al
menos a raíz de las circunstancias mencionadas en las letras l) m) y
n), entre el
11 y el 15 de Noviembre de 1992, una persona
permaneció privada ilegalmente de su libertad por la acción de sus
custodios, en la localidad uruguaya de Parque del Plata, lo que
unido a las comprobaciones relativas a la muerte por disparos de
quien se ha identificado en la investigación como Enrique Berríos
Sagredo, corresponde calificar en esta fase procesal como delito de
secuestro con homicidio de dicha persona, comprendido en el
artículo 141 inciso final del Código Penal en su texto vigente desde
la Ley N° 18.222 y antes de las modificaciones introducidas por la
Ley 19.241”.
El capítulo VII se refiere a las probables causas de
asesinato de Berríos y fecha de la muerte.Fojas 636: Certificado de Defunción: “Se estima entre
Enero de 1993 a Junio de 1993”.
Fojas 1275: Pericia Antropológica: “…se estimó que la
muerte podría haber ocurrido en cualquier fecha entre el invierno
(junio) de 1994 al otoño (abril) de 1993, lo cual significa,10 meses a
dos años antes de que se encontraran los restos”. Los que se
encontraron el 13 de abril de 1995”.13 de abril de 1995,10 meses antes de Julio 1994 (muerte
sería en agosto de 1993).
Fojas 1413: Sexta Hoja Informe Médico Legal (13.5.2002).
“Data de muerte entre 5 y 8 años”
13 de abril 1995
(encuentro de los restos)=5 años.
Abril 1995 y 8 años sería – Abril 1987.
Cuerpo aparece el 13 de Junio de 1995. 5 años Abril 1990.
Data de muerte 5 y 8 años. 5 años Abril de 1987.
Ninguna fecha coincide con el 15 de Noviembre de 1992,
fecha en que se fijó la muerte.(fojas 2365).
A continuación, se refiere a declaraciones que contradicen
la fecha de la muerte de Berríos y sus consecuencias. Así las
cosas, a fojas 1.642 en el Informe Policial (hoja 8) que contiene
declaraciones de testigos uruguayos en dependencias de la
Embajada de Chile en Montevideo, se explicita la de Sonia
Casaretto Zalacaín quien a fojas 1681 dice: ”Que es propietaria del
depto. 401, que en el verano de 1992 vio llegar a vivir en un
departamento contiguo a unos chilenos, reconoce por fotos a
Berríos y a Cisternas Orellana…- Salió una vez a comprar con
Berríos: “La última vez que vio a Berríos fue el día 10 de Diciembre
de 1992…” “…vengo llegando cerca de las 11 horas de la mañana y
al salir del ascensor me encuentro con él, quien se disponía a bajar
y se despide” (Declaración policial en Anexo 7). Reconoce la fecha
porque era el cumpleaños de una hija.
A fojas 1.684 rola declaración extrajudicial de Luis Angel
Miguez (conserje) quien dice: “A principios de Marzo de 1992 al
regresar de su feriado se enteró que el departamento 403 estaba
habitado por chilenos, él supone que deben haber llegado en
febrero de ese año…….Se encontró con dos sujetos extraños y uno
de ellos se presenta como Hernán Paredes Orellana, reconoce por
fotografías a Cisternas. La cuenta de la luz llegaba a nombre de
Hernán Tulio Orellana. Las personas en el departamento iban
rotando cada quince días. Reconoce a Pablo, a Torres Gacitúa y a
Lillo Gutiérrez. Veía a Berríos salir y llegar solo”.
“En Diciembre de 1992 recuerda que se fueron sin dar
aviso, vio cuando se fueron cargando cosas…….nunca vio llegar
ciudadanos uruguayos al departamento…..”
La señora de Berríos, doña Gladys Schmeisser, a fojas 7
y a fojas 32 declara haber hablado por teléfono con su marido que
la llamó antes de Pascua (1992) en Diciembre.
Por consiguiente, Berríos sobrevivió, a lo menos hasta
fines de Diciembre y esto demuestra que los querellantes están
equivocados al decir que después de los sucesos de Parque del
Plata, los militares chilenos no volvieron a Uruguay, ya que si
Berríos estaba muerto ya no se justificaba la presencia de ellos en
Uruguay y, prueba, por el contrario, que si la muerte fue a fines de
Diciembre sin que los chilenos estuvieran en Uruguay, ellos no
pudieron intervenir en dicha muerte.
Acto seguido, se hace cargo de la defensa del General
Eugenio Covarrubias Valenzuela, en cuanto a los delitos por los
cuales se le acusa, con fecha 26 de Septiembre de 2008.
Dice, que del supuesto encubrimiento del secuestro con
homicidio en que habría incurrido el General Covarrubias no existe
prueba alguna en el expediente que él haya tenido o hubiera podido
tener conocimiento de la ejecución y autoría del hecho. La única
prueba, consistiría en aplicar la verticalidad del mando y no el
conocimiento de los hechos llevados a cabo para perpetrar el delito
y sus autores, lo cual no puede conducir a condena alguna y el
tribunal debe rechazar la acusación con respecto a este supuesto
encubrimiento de secuestro con homicidio que se le imputa al
General Covarrubias.
Señala la defensa que se ha acusado, además, al
General Covarrubias como autor del delito de asociación ilícita
previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.
Dice que se debe rechazar esta acusación por diversos motivos:
primero, en el Ejército o dentro del Ejército no existe ni puede
existir, de acuerdo a sus normas disciplinarias y a la jerarquía
establecida por muchos años, una asociación de ninguna
naturaleza, ni menos ilícita.
Agrega que la jerarquía es una de las piedras angulares
sobre las cuales descansa la organización y conducción del Ejército
y las Fuerzas Armadas en general. De esta manera cuando un
superior necesita la ejecución de un acto, no se asocia, no ruega,
no pide, no sugiere sino solamente ordena, y, si el inferior a quien
se le ha ordenado el cumplimiento de algo determinado considera
que ello es ilícito o equivocado, puede representarlo al superior por
escrito y luego, si le es insistido por la autoridad, debe cumplirla sin
ser responsable de los hechos, sino el superior de quien emanó
dicha orden (artículo 335 del Código de Justicia Militar).
Por otra parte, la asociación ilícita según sostienen los
acusadores particulares, los demandantes civiles y el proceso
instruido por este tribunal, tenía por objeto evitar que determinadas
personas, en este caso el Sr. Berríos, prestara declaración en el
juicio que se seguía por el homicidio del Sr. Orlando Letelier.
Por esas razones se deberá desechar la acusación por
este delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del Código
Penal, recaída en contra de su defendido Eugenio Covarrubias
Valenzuela, a quien se le atribuye la calidad de autor del referido
ilícito, ya que si la asociación ilícita, como sostienen los querellantes
y demandantes civiles en sus escritos de plenario, tenía por objeto
que los testigos, especialmente Berríos no declarara en la causa
criminal recién mencionada, quiere decir que esta asociación ilícita
como finalidad tenía la obstrucción a la justicia y como esta como
delito propiamente tal, ha dejado de existir, no puede ser castigada
una asociación que se forma para efectuar hechos que, a su vez, no
son delitos.
Por último, señala la defensa que se ha acusado al General
Covarrubias como autor del delito de obstrucción a la justicia
contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal, con relación al
artículo 141 inciso 1° del mismo cuerpo legal.
Solicita también el rechazo de esta acusación en atención
a que favorecería a su representado el principio legal de “indubio
pro-reo” (ley más favorable al reo), ya que el delito de obstrucción a
la justicia fue derogado del Código Penal al promulgarse –en
noviembre de 2005- la ley N° 20.074 que modificó, entre otros, el
artículo 269 bis del Código Penal, estableciendo como conducta
punible la obstrucción de la investigación sólo en el caso del
Ministerio Público.
En consecuencia, si la obstrucción a la justicia no es
delito, la asociación para obstruir a la justicia, si es que esta existió,
lo que niega, tampoco es delito porque no puede haber asociación
ilícita de algo que ha dejado de serlo en virtud de la derogación
referida.
Por consiguiente, por todas las razones dadas, solicita al
tribunal se sirva rechazar la acusación dictada contra su defendido
que lo consideró como autor del delito de asociación ilícita previsto
y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.
Por último, solicita se tenga por contestada la acusación
fiscal, las adhesiones a ella y las acusaciones particulares
presentadas por los querellantes y en mérito del contenido del
escrito en la parte que antecede, resolver que se desechan las
acusaciones por los motivos referidos en cada caso y, por
consiguiente, se absuelve de toda culpa y pena a su defendido el
General Sr. Eugenio Covarrubias Valenzuela.
Agrega que para el caso improbable de condena, solicita
tener presente que favorecen a su defendido las siguientes
atenuantes: la del número 6° del artículo 11 del Código Penal, esto
es, la irreprochable conducta anterior la que debe considerarse
como muy calificada de acuerdo a lo establecido en el artículo 68
bis del Código Penal. Dice que dicha circunstancia de calificación la
merece más que sobradamente el imputado de acuerdo a su hoja
de vida y a las anotaciones que se ha destacado en el capítulo
primero del cuerpo del escrito, y, por consiguiente, bajar un grado al
mínimo de las penas establecidas en la ley para los delitos por los
que se pudiera condenar, tomando en cuenta las atenuantes, ya
que su representado ha cooperado eficazmente al éxito de la
investigación como queda explicado en la presentación voluntaria
del General Covarrubias haciendo presente que en su declaración
anterior había faltado a la verdad y aclarando los puntos de fondo
del asunto.
Asimismo, deberá tomarse en cuenta también como
atenuante, la establecida en el artículo 11 N°9 del Código Penal,
esto es, que ha colaborado sustancialmente al esclarecimiento de
los hechos, ya que consta de autos que el Sr. Covarrubias mintió en
su declaración inicial y concurrió al día siguiente, delatando esta
situación y relatando todo lo que sabía del fondo del asunto.
Para el caso de dictar sentencia condenatoria, solicita se
sirva otorgar a su defendido el beneficio de la remisión condicional
de la pena y/o en subsidio, el beneficio de la libertad vigilada.
SEXAGESIMO OCTAVO: Que, previo al análisis que debe realizar
el tribunal para hacerse cargo de la contestación a la acusación de
oficio y acusaciones particulares deducidas en contra del acusado
Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, es necesario rectificar un
error de hecho cometido al momento de dictar el auto de cargos,
por cuanto el ilícito señalado en el Nº1 de dicha resolución vale
decir el cargo que se le formula al imputado recién nombrado como
encubridor del delito de secuestro con homicidio contemplado en el
artículo 141 inciso final del Código Penal, debe entenderse
subsumido en el cargo que se le hace en el Nº2 de la señalada
resolución, como autor del delito de secuestro establecido en el
inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.Como la defensa en primer término señala que no
existe ningún antecedente en el expediente que su representado
haya tenido o hubiera podido tener conocimiento de la ejecución y
autoría del secuestro con homicidio que se le atribuye a éste, por lo
cual concluye que por dicho ilícito, no resulta procedente dictar
condena alguna en contra de su defendido.Que como más arriba se ha tenido por subsumido el
ilícito recién mencionado -que se imputó por error al acusado-, no
corresponde que este tribunal emita un pronunciamiento a ese
respecto, por cuanto debe entenderse eliminado de la acusación de
oficio y, por otra parte, consecuencialmente, tampoco procede que
el juzgador haga alguna consideración con relación a la adhesión a
la acusación, que con relación al ilícito eliminado fuera formulada
por la parte del Programa de Continuación Ley Nº19.123 del
Ministerio del Interior, contenida en el primer otrosi del escrito de
fojas 12.789 y siguientes.SEXAGESIMO
NOVENO:
Que
a
pesar
que
la
defensa
expresamente no se ha referido en el derecho al delito de secuestro
contemplado en el artículo 141 inciso 4º del Código Penal por el
cual también se acusó a su representado Eugenio COVARRUBIAS
VALENZUELA, si lo hizo en los hechos y, en razón de ello, el
tribunal tendrá por salvada dicha omisión y procederá a rechazar su
argumentación en cuanto justifica la no participación de su
defendido en el delito antes señalado.En
efecto,
si
bien
es
cierto,
que
el
imputado
COVARRUBIAS sólo asumió como Director de DINE en una fecha
posterior al egreso de BERRIOS y, en consecuencia, no pudo tener
ninguna participación en él, sí reconoce en sus declaraciones, que
su antecesor en dicho cargo
–General Hernán RAMIREZ
RURANGE-, le informó sobre la presencia de éste en Uruguay y le
dijo que era necesario ejercer sobre él cierta vigilancia para que
evitara cometer excesos, los que ya había efectuado y, por ello, no
afectar las relaciones interinstitucionales existentes con dicho país.Sin embargo, resulta que al tomar conocimiento de dicha
situación ilícita y mantenerla en el tiempo, evidentemente el
imputado asumió sobre sí dicha responsabilidad y al proporcionar
los medios necesarios para someterlo a una custodia de carácter
permanente, su libertad de desplazamiento se vió afectada y, en
definitiva, se impidió su retorno al país como eran sus deseos.Por lo anterior, procede rechazar la petición de absolución
hecha por la defensa, en lo referido a este delito.En cuanto al delito de asociación ilícita, la defensa señala
que por haber sido su representado un oficial superior del Ejército,
resulta que en dicha institución no existe ni puede existir de acuerdo
a sus normas disciplinarias y a la jerarquía establecida por muchos
años, una asociación de ninguna naturaleza, ni menos ilícita.Lo anterior, aparece desvirtuado con los numerosos
antecedentes existentes en el proceso, cuya repetición resulta
innecesaria, que demuestran que dentro de la Dirección de
Inteligencia del Ejército, un grupo de personas, se concertó para la
comisión de diversos delitos y, al hacerlo, evidentemente han
actuado fuera del ordenamiento jurídico que rige a dicha institución
y la responsabilidad que corresponde al acusado COVARRUBIAS
dice relación con los hechos descritos anteriormente y, también, con
las circunstancias que dada su calidad de General de la República a
cargo de una repartición institucional no haya puesto término en
forma inmediata y denunciado a la autoridad que corresponde, la
ocurrencia de tales sucesos.- Por ello, corresponde desestimar la
petición de absolución que por este ilícito formula su defensa.En virtud de lo señalado anteriormente, este tribunal se ha
hecho cargo también de lo peticionado en la acusación particular
del Consejo de Defensa del Estado y de la adhesión a la acusación
de oficio formulada por la parte del Programa Continuación Ley
Nº19.123 del Ministerio del Interior.Que finalmente, resulta procedente acoger en lo que se
refiere al cargo por el delito de obstrucción a la justicia, la petición
de
absolución
realizada
por
la
defensa
del
acusado
COVARRUBIAS, por cuanto, tal como lo indica en la parte
pertinente de su escrito de contestación a la acusación, adhesiones
y acusaciones particulares, dicho ilícito fue derogado por la Ley
Nº20.074, y por tal razón, haciendo aplicación de la norma que
contempla el artículo 19 Nº3, inciso séptimo de la carta fundamental
y el artículo 18 inciso 2º del Código Penal, necesariamente deberá
absolverse al imputado antes referido por este capítulo de la
acusación.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del
acusado COVARRUBIAS, se accederá a otorgar a su favor la
aminorante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal,
esto es, la irreprochable conducta anterior de su defendido, la que
se encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y
antecedentes agregado a fojas 14.929, el cual, si bien contiene una
anotación prontuarial, ella obedece a la causa rol Nº26.369, seguida
por el homicidio del Coronel Gerardo HUBER OLIVARES, que fuera
iniciada con posterioridad a esta y, donde, por lo demás, se dictó
sentencia absolutoria de primer grado en favor de este acusado, tal
como consta de la certificación que se acompaña en autos,
rechazándose la calificación pedida por cuanto los documentos
agregados a fojas 15.619 y siguientes, no constituyen elementos
de juicio suficientes –a juicio de este sentenciador-, para darle a la
atenuante antes indicada la calidad que se solicita.Asimismo, se rechaza la restante aminorante invocada,
esto es, la contemplada en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal,
en atención a que la colaboración prestada por el acusado no ha
sido sustancial para el esclarecimiento de los hechos.SEPTUAGESIMO: Que en el primer otrosí de su presentación de
fojas 13.861 y siguientes el abogado Mauricio UNDA MERINO por
su representado Hernán RAMIREZ RURANGE contesta la
acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares,
declarando en definitiva que se absuelve a su defendido de los
delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la justicia.- En
primer término por prescripción de la acción penal en los tres tipos
penales invocados; subsidiariamente, por no haber existido
secuestro durante el período que medió entre la salida de BERRIOS
y el día en que su representado entregó el mando de la Dirección
de Inteligencia; ni asociación ilícita, por ser un delito cometido por
particulares y no ser necesaria su conformación en el contexto de
una organización de obediencia absoluta como es el área de
inteligencia; y, finalmente, por derogación posterior del delito de
obstrucción a la justicia.Con relación al delito de secuestro señala que del
proceso emana nítidamente que no se está en presencia de
circunstancia alguna que establezca la participación de autoría de
su defendido, puesto que de acuerdo a los medios de prueba legal
no consta en autos que éste haya dado la orden de secuestrar a
BERRIOS.- Dice que no habría existido secuestro entre el día de la
salida, 26 de octubre de 1991 e incluso durante los días de
permanencia de BERRIOS en el BIE.- Agrega que por la entrega
del mando de la DINE el día 13 o 14 de diciembre de 1991, una
eventual calificante del tipo, no se le comunica a su representado y
esto está acotado en el tiempo por la fecha de salida y la fecha de
entrega del mando antes referida.- Efectivamente, el acusado
RAMIREZ sin duda ni lugar a equívocos, ordena que saquen del
país a BERRIOS en cumplimiento a una orden dada personal y
exclusivamente a él por el General PINOCHET y éste último fue
desaforado, por estos hechos.En consecuencia, sólo existía un motivo con la
magnitud suficiente para que RAMIREZ ordene ayudar a salir del
país a BERRIOS y ese no es otro que una orden superior y, por otra
parte, entre las fechas antes señaladas, BERRIOS nunca estuvo
encerrado, detenido o privado de libertad y tampoco resultó para él
daño alguno en su persona o intereses.- A continuación la defensa
enumera una serie de declaraciones prestadas en el proceso que
justificarían sus afirmaciones y que no se detallan por razones de
economía procesal y por constar ellas del mérito de autos.En cuanto al delito de asociación ilícita, dice que
carecería de objeto que dentro de la organización militar se hubiera
formado una asociación de ese tipo puesto que la relación de su
defendido con sus subalternos habría pasado de ser jerárquica a
una vinculación entre asociados.- Lo anterior está demostrado de
manera palmaria en la declaración de PEREZ SANTILLAN, en que
RAMIREZ no da lugar a discutir la orden y también esto está
ratificado por Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ que cumplió la orden,
no obstante que a su juicio fue una acción mal planificada.Asimismo, de conformidad a la parte pertinente del auto
acusatorio se concluye o desprende de forma nítida que una
eventual asociación ilícita dentro de la DINE tuvo por objeto
“…sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en
países
vecinos
a
militares
y
civiles
que
se
encontraban
imputados…”.- Es decir, habría sido una asociación ilícita con miras
a la comisión de un simple delito –obstrucción a la justicia-, por lo
que la penalidad arriesgada es la de presidio menor en cualquiera
de sus grados y la acción penal derivada de este ilícito prescribiría
en cinco años.En síntesis, en relación a esta segunda figura delictiva
por la que se acusa a RAMIREZ RURANGE que éste en la
Dirección de Inteligencia que estaba a su cargo nunca permitió, ni
solicitó, ni menos propuso, la creación de una asociación fuera del
ámbito institucional a ninguno de sus subalternos durante el tiempo
de su mando, por no necesitarlo y es más, todos los declarantes,
supuestos asociados, siempre refieren haber recibido haber recibido
ordenes propias de esa institución castrense y bajo ese contexto, y
además el propio auto acusatorio refiere que se trató de “una
operación de inteligencia”.- Debido a lo anterior considera que faltan
al menos dos elementos del tipo penal, debido a que es propio de
una asociación ilícita de manera indeterminada, de lo contrario,
estaríamos
en
presencia
de
una
conspiración,
con
fines
determinados, que queda impune, por regla general, y en la
especie.Como el propio auto acusatorio explica la razón de la
asociación y le confiere designios determinados resulta que faltarían
dos elementos del tipo y, en subsidio, solicita que si se considerara
que estaría determinada esa eventual asociación hacia la comisión
de actos por los que incluso acusa: “diversas acciones tendientes a
sustraer de la acción de la justicia”, siendo ello simple delito, son
hechos en que ha operado la prescripción de la acción penal.Por último, en relación al tercer delito de obstrucción a la
justicia esta figura fue tácitamente derogada en 09 de noviembre de
2005 por la Ley 20.074 y en relación a los tres ilícitos, el secuestro,
la asociación ilícita y la obstrucción a la justicia, estima que el
tribunal debe dar cumplimiento a la exigencia del artículo 456 bis del
Código de Procedimiento Penal, esto es, debe adquirir la convicción
necesaria para condenar y esta convicción constituye la etapa más
pura y perfecta del conocimiento de un asunto, incluso superior a la
certeza, debe obtenerse de los antecedentes del proceso y a la luz
de lo antes expuesto estima que el Tribunal no puede obtener de
una manera objetiva ese estado único y perfecto de conocimiento
de un asunto, en lo que a presunta participación de su defendido se
refiere.En subsidio de lo anterior plantea como defensa de
fondo la prescripción, en los mismos términos expuestos en lo
principal de esta presentación y también alega en favor de su
representado las aminorantes de los números 6 y 9 del artículo 11
del Código Penal, la atenuante del inciso segundo de los artículos
211 y 214 del Código de Justicia Militar puesto que todos los
antecedentes de autos dan cuenta de manera indudable que
RAMIREZ recibió una orden de su superior jerárquico directo,
PINOCHET de sacar del país y ayudar a BERRIOS a reinsertarse
en el exterior y, finalmente solicita se pondere a favor de su
defendido la denominada “media prescripción” contemplada en el
artículo 103 del Código Penal, ponderándose el hecho como
revestido de tres atenuantes y ninguna agravante.SEPTUAGESIMO PRIMERO: Que este Tribunal, en primer término,
se pronunciará respecto de la petición de la defensa del acusado
Hernán RAMIREZ RURANGE en cuanto invoca la prescripción de la
acción penal en los tres tipos penales que se atribuyen a su
representado.Con relación a los delitos de secuestro y de asociación
ilícita, debe entenderse que el término de la prescripciones
suspendió con motivo de la interposición de la querella y posterior
proveído de la misma, por lo cual, no alcanzó a transcurrir todo el
tiempo exigido por la ley, que tratándose de crímenes es de diez
años, razón suficiente para desestimar la pretensión de la defensa.La petición subsidiaria de absolución, basada en el hecho
de no haber existido secuestro durante el período que medio entre
la salida de BERRIOS y el día en que su representado entregó el
mando de la Dirección de Inteligencia; ni asociación ilícita por ser un
delito cometido por particulares y no ser necesaria su conformación
en el contexto de una organización de obediencia absoluta, como
es el área de inteligencia.- La aludida pretensión también será
rechazada por este tribunal, la primera, por cuanto –como se ha
dicho-, el secuestro de BERRIOS tuvo su principio de ejecución
durante su permanencia en el cuartel del Batallón de Inteligencia del
Ejército, a donde fue remitido por orden precisamente del acusado
RAMIREZ, y, todos los preparativos previos para su salida del país,
se concretaron precisamente durante su permanencia en el referido
cuartel militar, lo que evidencia la participación que en calidad de
autor corresponde al nombrado acusado en el delito de secuestro
que se le atribuye en la acusación de oficio dictada por el tribunal y,
también, por los acusadores particulares.La segunda, por cuanto el delito de asociación ilícita, según
señala la defensa, carecería de objeto dentro de la organización
militar, puesto que la relación de su defendido con sus subalternos,
habría pasado de ser jerárquica a una vinculación entre asociados y
también, la parte pertinente del auto acusatorio dice que esta
asociación ilícita dentro de la DINE tuvo por objeto “…sustraer de la
acción de la justicia y proporcionar refugio en países vecinos a
militares y civiles que se encontraban imputados…”.- Es decir,
habría sido una asociación ilícita con miras a la comisión de un
simple delito –obstrucción a la justicia-, por lo que la penalidad
arriesgada es la de presidio menor en cualquiera de sus grados y la
acción penal derivada de este ilícito prescribiría en cinco años.Con relación a lo señalado por la defensa, este tribunal
puede responder que en una asociación ilícita no se quebranta el
principio de jerarquía y por ello el artículo 293 del Código Penal
sanciona con mayor rigor a los jefes y/o a los que han ejercido
mando en la referida asociación.- Además, el hecho que la finalidad
del egreso del país de BERRIOS haya sido sustraerlo de la acción
de la justicia, no resulta contrapuesto a la circunstancia que para
lograr ese objetivo final haya sido necesario cometer el delito de
secuestro, lo que por lo demás, resulta evidente que para la
consecución de ese objetivo se estaba dispuesto a ocasionar la
muerte del que pretendiera eludir la privación de libertad que le
afectaba.- Tampoco resulta excluyente el hecho de haber formado
este grupo delictivo dentro de una repartición del Ejército, puesto
que, este último se encuentra sujeto al cumplimiento de la Ley y a la
subordinación a la autoridad civil, tal como lo preceptúa la Carta
Fundamental y la legislación pertinente.Por las razones antes expuestas corresponde desestimar
también la referida alegación, coincidiendo este tribunal con lo
peticionado por los acusadores particulares en cuanto se refiere a
los delitos por los que corresponde castigar al responsable de los
mismos.Que por último, en lo que se refiere, al delito de
obstrucción a la justicia, por el que también se han formulado
cargos al acusado antes nombrado, tal como lo señala su defensa,
corresponde dictar sentencia absolutoria por este capítulo de la
acusación, en atención a que la Ley 20.074 derogó el ilícito que
contemplaba el artículo 269 bis del Código Penal y, como en virtud
de lo preceptuado en el artículo 19 Nº3, inciso 7º de la Constitución
Política de la República y artículo 18 inciso 2º del Código Penal, la
ley primeramente mencionada eximió tal hecho de toda pena y por
ello, debe arreglarse a esa norma su juzgamiento.En cuanto, a las peticiones subsidiarias de la defensa
del acusado RAMIREZ RURANGE, este tribunal desestimará las
atenuantes invocadas en su favor, esto es, las de los números 6 y 9
del artículo 11 del Código Penal; la primera, por cuanto de su
extracto de filiación y antecedentes
agregado a fojas 14.926
aparece que registra una condena anterior recaída en la causa rol
Nº1.643, seguida por el homicidio calificado de Tucapel JIMENEZ
ALFARO, la que se encuentra cumplida, de lo cual se desprende
que su conducta anterior no ha sido irreprochable.En cuanto a la segunda atenuante alegada, también será
rechazada por cuanto, si bien es efectivo que el acusado ha
cooperado al esclarecimiento de los hechos, dicha colaboración no
ha sido sustancial en los términos que exige el Nº9 del referido
artículo 11 del código sancionatorio, toda vez, que al momento de
aportar el antecedente que la orden del egreso del nombrado
BERRIOS se la impartió el ex Comandante en Jefe del Ejército
General Augusto PINOCHET UGARTE, la investigación ya había
logrado establecer la forma como este se produjo y las
circunstancias que rodearon el hecho en Chile y Uruguay.Con relación a la aminorante contemplada en los artículos
211 y 214 del Código de Justicia Militar, también será rechazada,
por cuanto, la orden que dice, le fuera impartida por su superior
jerárquico, tendía notoriamente a la perpetración de un delito, por lo
cual, el acusado debió haberla representado en los términos que
señala el artículo 335 del cuerpo de leyes antes mencionado, lo que
no aparece del mérito de autos que haya ocurrido y que resulta
particularmente reprobable por la calidad jerárquica –General de la
República-, que detentaba el acusado.Finalmente, se acogerá la media prescripción que
contempla el artículo 103 del Código Penal, solicitada por su
defensa, puesto que con la presentación del responsable antes de
completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero
habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace
procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes
señalado otorga al juez del fondo.SEPTUAGESIMO SEGUNDO: Que en el tercer otrosí del escrito de
fojas 13.064 y siguientes, la defensa del acusado Manuel Provis
Carrasco procede a contestar en forma subsidiaria la acusación
fiscal y adhesiones a la misma.
En primer término, respecto del auto acusatorio que
sindica al nombrado Provis como autor del delito de secuestro,
cometido en la persona de Eugenio Berrios Sagredo, figura penal
prevista y sancionada en el inciso cuarto del artículo 141 del Código
Penal, la defensa alega la ausencia de acción.
Funda su alegación en el hecho que la figura penal del
delito de secuestro de personas, tipifica dos situaciones diversas:
a) el encierro de una persona, que es el hecho de retenerla
en un lugar de donde no puede escaparse o comunicarse con otras
personas; y,
b) la detención, que es la aprehensión de una persona,
acompañada de la privación de su libertad.
Dice que los hechos que motivaron este proceso y que
fundan la acusación consisten en “que por un período no
determinado de tiempo, Eugenio Berrios Sagredo, es mantenido
oculto en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército
(BIE), permaneciendo en una habitación ubicada en un subterráneo
de dicho cuartel militar, con pleno conocimiento del Comandante del
Batallón. Dice que “ocultarse” es esconderse de algo o de alguien y
precisamente Berrios Sagredo estaba prófugo de la justicia puesto
que estaba citado por el ministro de la Excma. Corte Suprema de
Justicia don Adolfo Bañados Cuadra, que investigaba el homicidio
de Orlando Letelier, pero, también se quería ocultar de otros
perseguidores, como serían los prestamistas, traficantes de drogas
y de la CIA.
En su escrito, la defensa hacer referencia a piezas del
proceso que enumera y que justificarían la exculpación de su
representado, las cuales, en su opinión, demostrarían que por
propia voluntad de Eugenio Berrios Sagredo, éste se pone bajo la
protección del Director de la DINE.
Dice que así las cosas, no habría acción, en efecto, la
acción, como elemento del delito consiste en la voluntad final
destinada a perpetrar un delito, y ocurre que aquí, Manuel Provis no
tiene sino la voluntad legítima y lícita, de estar ejerciendo sus
funciones de militar, y en este caso, como Comandante del
Batallón, que recibe a Berrios Sagredo, ergo existe ausencia de
acción.
La segunda defensa consiste en la alegación de una
causal excluyente de la tipicidad y ausencia de dolo. Dice que la
víctima llegó y permaneció en dependencias del BIE, por voluntad
propia, siendo indeterminada la época que estuvo en ese recinto
escondido u oculto, por lo tanto, existiendo causa excluyente de la
tipicidad, por haber consentimiento del ofendido, por ello el tribunal
debe concluir que no hay ni hubo delito de secuestro.
También dice que en el caso de autos y particularmente
respecto a la participación de su defendido, no hay este propósito
de detener, secuestrar o encerrar a Eugenio Berrios. Desde luego
no lo conocía, tampoco recibió una orden de un superior para que
apresara o detuviera a Berrios Sagredo, por lo que su actuar es
más bien por omisión que por acción. Habiendo ingresado una
persona extraña a la unidad a pernoctar en ella, el Comandante del
Batallón debió echarla de allí, pero lejos está en la voluntad de
Provis un actuar doloso.
Como tercera defensa invoca una causal de justificación:
cumplimiento de un deber.
Dice que es un hecho público y notorio que en el Ejército
de Chile la obediencia debida de los oficiales de inferior rango a
sus superiores jerárquicos es un principio fundamental llevado a
norma de rango constitucional conforme lo expresa el artículo 101
de la Constitución Política de la República, también establecido en
la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas N° 18.948 y
en el Código de Justicia Militar.
Conforme a lo señalado anteriormente, en declaraciones
del General Ramírez Rurange prestadas en este proceso con fecha
27 de abril de 2006, consignadas en un cuaderno reservado, éste
señala que le ordena a Provis en forma directa y personal que a una
persona que fue agente de la DINA, debe darse la protección,
alojamiento y alimentación en el cuartel del batallón.
Por las razones expuestas resulta que Provis no se
encontraba en situación de oponerse a la orden de su superior
jerárquico pues estaba sujeto a obediencia disciplinaria y, por
consiguiente, concurriendo esta causal de justificación en el obrar
de su representado no concurre la antijuricidad, como elemento del
delito.
Como cuarta defensa esgrime la de inexigibilidad de otra
conducta, como causal de exculpación. Dice que constituye una
especie de esa inexigibilidad la obediencia debida, conforme a la
cual, tratándose de militares, el artículo 214 del Código de Justicia
Militar en relación con el artículo 335 del mismo cuerpo legal,
exculpa al militar que haya cometido un delito con motivo de la
ejecución de una orden de servicio, la que con relación a su
defendido le fuera impartida por el General Hernán Ramírez
Rurange.
En quinto lugar y en forma subsidiaria renueva la
alegación de la prescripción de la prescripción penal del delito de
secuestro. Funda su alegación en el hecho que el presunto delito de
secuestro, de haberse cometido, lo habría sido en una fecha
anterior al día 26 de octubre de 1991 y, en el caso de Manuel Provis
Carrasco la primera declaración indagatoria que presta en este
proceso es el día 21 de octubre de 2002,la que rola a fojas 2474 y
siguientes. Es decir, cuando se interroga por primera vez a su
defendido, ya habían transcurrido más de seis años de la
prescripción de la acción penal correspondiente al delito que se le
imputa.
Como sexta defensa, el apoderado del procesado antes
mencionado, solicita el desplazamiento del tipo penal del artículo
141 del Código Penal al artículo 148 del mismo código. Funda su
petición en el hecho que conforme a lo antes expuesto, Eugenio
Berrios Sagredo no estuvo secuestrado ni detenido arbitraria e
ilegalmente por oficiales del Ejército, lo que él buscó fue una
protección del Director de la DINE de la época, con la finalidad que
lo
resguardara
de
sus
perseguidores,
ya
enunciados
precedentemente. Por eso, y en todo caso de ser sancionada la
conducta de su defendido debiera ser conforme al tipo penal del
artículo 148 del Código Penal, dado que un sujeto activo que tiene
la calidad de empleado público al momento de privar ilegítimamente
de su libertad a una persona, comete el delito contemplado en el
artículo 148 y no la conducta del artículo 141 del Código Penal.
Como séptima defensa, invoca circunstancias atenuantes
para el caso improbable de condena por el delito de secuestro y,
como primera aminorante invoca la de prescripción gradual de la
acción penal del delito de secuestro, contemplada en el artículo 103
del Código Penal y la funda en el hecho que habría transcurrido en
exceso el plazo que la ley señala para que opere la denominada
“media prescripción”.
Como segunda aminorante alega la de la irreprochable
conducta anterior de su defendido contemplada en el N° 6 del
artículo 11 del código punitivo y solicite se la considere como muy
calificada.
Respecto de la acusación de imputar a Manuel Provis
Carrasco ser partícipe de una asociación ilícita, figura penal prevista
y sancionada en los artículos 292 y 293 del Código Penal, en primer
término la defensa alega la ausencia de acción y exclusión de la
tipicidad. Señala, que del propio auto acusatorio, se infiere con
nitidez que, su representado, nunca ha participado en una
asociación ilícita y del propio mérito de autos se encuentra
acreditado, a juicio de la defensa, que el entonces Teniente Coronel
Manuel Provis Carrasco, no tuvo ni siquiera una mínima
participación en las operaciones de sacar a Eugenio Berrios de
Chile, mal entonces, se le puede acusar como autor del delito de
asociación ilícita, más aún, si se tiene en consideración que quienes
participaron en la salida de Eugenio Berrios a Montevideo, más
bien, conformaron lo que se conoce en doctrina, como “aparato
organizado de poder”, que funcionó dentro del Ejército, donde
Manuel Provis no tuvo participación alguna, ni como autor ejecutor
ni como autor mediato ni tampoco tiene ninguna de las otras
calidades de partícipes, esto es, como cómplice o encubridor.Como segunda defensa, subsidiariamente, renueva la
alegación de la prescripción penal del delito de asociación ilícita.
Dice que para el caso que la prescripción invocada no sea acogida
como excepción de previo y especial pronunciamiento, ejerce como
defensa de fondo la referida excepción de la prescripción de la
acción penal del delito de asociación ilícita.
Como
tercera
defensa
invoca
las
circunstancias
atenuantes de la prescripción gradual y de la irreprochable conducta
anterior de su defendido, ésta última, como muy calificada.
Por último, solicita a favor de su representado que sea
absuelto de todos los cargo, por las razones de hecho y de derecho
expuestas precedentemente. En subsidio, absolverlo de los cargos
de secuestro y asociación ilícita por prescripción de las acciones
penales
respectivas
y,
finalmente, y también en subsidio,
reconocerle en el improbable evento de condenarlo por uno u otro
delito o ambos, las circunstancias atenuantes de responsabilidad
invocadas, rebajando las penas en 3 grados de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 65 y siguientes del Código Penal,
imponiendo las penas mínimas rebajadas en uno, dos o tres grados.
SEPTUAGESIMO TERCERO: Que tal como se ha señalado en el
fundamento anterior, la defensa en lo que dice relación con el delito
de secuestro por el que se acusa a su representado, señala que el
artículo 141 del Código Penal, contempla dos situaciones diversas,
vale decir, el “encierro” y la “detención”, y, como el auto acusatorio
señala que Eugenio BERRIOS SAGREDO fue mantenido “oculto”
en dependencias del Batallón de Inteligencia Militar, lo que habría
ocurrido por la propia voluntad del sujeto recién mencionado.- Así
las cosas, no habría acción, como elemento del delito que consiste
en la voluntad final de perpetrar un ilícito y, señala que su defendido
no tiene sino la voluntad legítima y lícita de ejercer sus funciones
como Comandante del referido batallón, que recibe a BERRIOS
SAGREDO, ergo, existiría ausencia de acción.Dicha alegación será rechazada por el Tribunal, por cuanto
del propio mérito de autos aparece que el acusado PROVIS se
concertó con otras personas para mantener oculto a BERRIOS en
la unidad militar que estaba a su cargo, sin que fuera lícito que
autorizara dicha permanencia, tal como lo señala el oficio agregado
a fojas 6.733.- Asimismo, facilitó los medios que tenía a su
disposición al proporcionar una cédula de identidad que permitiera
el egreso del territorio nacional del nombrado BERRIOS y con dicho
objeto, se valió de su cargo para impartir una orden ilegal a un
subordinado suyo.- También, desde el cuartel a su cargo, salió el
sujeto acompañado de un empleado civil del Ejército con destino a
Punta Arenas, viajando desde allí a Río Gallegos, Buenos Aires,
Colonia y finalmente Montevideo, de ello se desprende que el
principio de ejecución del ilícito de secuestro tuvo precisamente su
comienzo a cargo del acusado.Por
estas
razones,
corresponde
desestimar
las
alegaciones de la defensa referidas a este tipo penal, rechazando
también sus argumentos en cuanto se refiere a la inexigibilidad de
otra conducta como causal de exculpación, señalando que la
obediencia
debida
constituye
una
especie
de
inexigibilidad
conforme a la cual el artículo 214 del Código de Justicia Militar en
relación con el artículo 335 del mismo cuerpo legal, exculpa al
militar que haya cometido un delito con motivo de la ejecución de
una orden de servicio, la que con relación a su defendido le fuere
impartida por el General Hernán RAMIREZ RURANGE.Esta última defensa también será rechazada, en atención
a que no consta en autos que el acusado PROVIS haya
representado la orden ilegal a su superior jerárquico y, también, por
la razón de que el cumplimiento de esa instrucción se produjo
dentro del marco de la asociación ilícita cuya jefatura ejercieron
entre otros el acusado antes nombrado y el General RAMIREZ
RURANGE.Con relación al delito de asociación ilícita también será
rechazada la alegación de la defensa, en cuanto sostiene que su
representado PROVIS no tuvo participación en ella, puesto que esta
aparece suficientemente demostrada con los elementos de juicio
que se han enunciado en el considerando décimo cuarto de esta
sentencia y con lo reseñado en el acápite anterior.Por último, con respecto a la alegación de prescripción
renovada en el escrito antes señalado ella será rechazada por
cuanto con la interposición de la querella y con su providencia
respectiva se suspendió el término que señala la ley, que
tratándose de crímenes, es de diez años.En atención a lo señalado y a lo que se resolverá más
adelante, el tribunal coincide en lo que dice relación con este
acusado con lo solicitado por los acusadores particulares.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del
acusado PROVIS, aunque su extracto de filiación y antecedentes de
fojas 14.931, registra una anotación por una causa anterior que es
la rol Nº26.369, seguida por el homicidio del Coronel Gerardo
HUBER OLIVARES en la que con fecha 05 de octubre de 2009, se
dictó sentencia definitiva de primera instancia, por la que se
condeno al imputado recién nombrado a la pena de ocho años de
cárcel, la que no se encuentra ejecutoriada y, por ello, se accederá
a otorgar a su favor la atenuante contemplada en el Nº6 del artículo
11 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior,
rechazándose la calificación pedida por cuanto no existen
antecedentes que permitan darle a la atenuante antes indicada la
calidad que se solicita.Se acogerá finalmente, la media prescripción que
contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la
presentación del responsable antes de completar el tiempo de la
prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la
mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de
la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del
fondo.SEPTUAGESIMO CUARTO: Que la defensa del imputado Pablo
Rodríguez Márquez en lo principal del escrito de fojas 13.002 y
siguientes,
deduce
las
excepciones
de
previo
y
especial
pronunciamiento de incompetencia absoluta del tribunal, la de
prescripción de la acción penal y la de falta de personería para
acusar, asimismo, contesta acusación de oficio, particular y
adhesiones en forma subsidiaria. Dice que en la eventualidad que el
tribunal rechace la declaración de prescripción en esta sede, solicita
se renueve su revisión en definitiva, absolviendo a su representado
conforme lo permite el inciso 2° del artículo 434 del Código de
Procedimiento Penal.
Con respecto a la acusación de oficio, el tribunal,
conforme al mérito probatorio de los elementos de juicio allegados a
la causa, manifiesta que se encuentran legalmente acreditados los
hechos que consigna el auto acusatorio.
La defensa, contestando los cargos y adhesiones, se
refiere, en primer término, a la subsunción de la conducta en delitos
determinados. Señala, que el tribunal, fundado en los hechos que
declara probados atribuye que las conductas descritas –en relación
a su representado– se subsumen en las descripciones típicas de los
artículos 141 inciso cuarto; 292, 293 y 269 bis en relación al artículo
141 inciso 1°, todas del código punitivo, en calidad de autor
conforme al artículo 15 N°1,del mismo cuerpo de leyes.
Señala que, como aproximación al tema, es posible
observar una seria dicotomía en dos Capítulos de la Acusación
Fiscal. En efecto, al acusado Rodríguez Márquez, se le atribuye la
autoría en dos ilícitos; el uno, como autor de secuestro del inciso 4°
del artículo 141 y, coetáneamente, el del inciso 1° de la misma
norma, este último en relación con un delito que no existe, cuyo
tratamiento se hará en el acápite respectivo.
Como se observará, el artículo 141 en su geografía
describe tres situaciones absolutamente distintas; en su inciso
primero la doctrina lo describe como secuestro simple y el inciso 4°
como calificado y la propia ley le asigna a cada situación una
penalidad que difiere en gravedad. En la especie, la acusación
incumple el mandato legal expresado en el artículo 424 del Código
de Procedimiento Penal, ya que los Capítulos de la Acusación sea
de oficio o particular se debe asignar la responsabilidad de una
manera precisa determinando –en este caso- ,si se es autor de
secuestro simple o calificado.
Esta cuestión no es baladí, porque –dentro de otros vicios–
ataca una situación casi sagrada dentro del debido proceso de ley,
cual es, la única oportunidad procesal para que el acusado pueda
desvirtuar los cargos que se le atribuyen por el juez, produciendo
incluso indefensión –cuestión de vital importancia para dar, a su
turno– cumplimiento a las exigencias del artículo 500, en relación
con el artículo 541 numerales 9° y 12°, todos del Código de
Procedimiento Penal.
Dice la defensa que hecha valer esta circunstancia,
procederá a contestar los cargos en el orden lógico.
En lo que se refiere al delito de obstrucción a la justicia en
concurso con secuestro simple, dice que, a la fecha en que se
producen los hechos, esto es, entre el 26 de octubre de 1991 y
últimos meses de 1992,la norma penal en la que se pretende
subsumir la actividad material de su representado decía “…El que
rehusare a proporcionar a los tribunales de justicia antecedentes
que conozca o que obren en su poder y que permitan establecer la
existencia de un delito o la participación punible en él, o que, con
posterioridad a su descubrimiento, destruya, oculte o inutilice el
cuerpo, los efectos o instrumentos de un crimen o simple delito,
será sancionado con la pena señalada para el respectivo crimen o
simple delito, rebajada en dos grados…”.
Con fecha 14 de noviembre de 2005, se promulga la Ley
20.074, que sustituye la descripción anterior, y prescribe “…El que a
sabiendas obstaculice gravemente el esclarecimiento de un hecho
punible o la determinación de los responsables, mediante la
aportación de antecedentes falsos que condujeren al Ministerio
Público a realizar u omitir actuaciones de la investigación, será
sancionado…”.
De la simple observación de los textos es posible
constatar que ambas descripciones son distintas, aunque ambas, se
refieren a testigos y no a imputados del ilícito de que se trate,
porque
de
otra
manera
estarían
vulnerando
la
garantía
constitucional descrita en el artículo 19 N°7, letra f) de la
Constitución Política de la República y, distintos son también los
entes persecutores a los cuales se les priva de información, ambos
con distinta y obvia naturaleza jurídica.
En términos sencillos el –a la sazón– Capitán Pablo
Rodríguez Márquez, quien es sometido a proceso por este presunto
ilícito con fecha 18 de octubre de 2002, auto de procesamiento que
se mantiene vigente y coetáneo con el dictado el 29 de diciembre
de 2003,no habría proporcionado al tribunal, antecedentes que
conociere o que hubieren obrado en su poder, los que hubieren
permitido establecer la existencia del delito o la participación punible
en él, o que con posterioridad a su descubrimiento haya destruido,
ocultado o inutilizado el cuerpo, los efectos o instrumentos de un
crimen o simple delito.
Pues bien, como el tribunal en el auto acusatorio antes
referido, liga el inexistente delito de obstrucción a la justicia con el
secuestro simple de Berríos Sagredo, resulta que el imputado
Rodríguez Márquez –según la acusación de oficio– obstruyó la
acción de la justicia, ejecutando todas o algunas de las acciones
que describía el tipo penal. Pues bien, si obstruyó realizando las
acciones que describía la norma penal sustituida, como pudo –al
mismo tiempo– ser autor de secuestro calificado?
La acusación particular del Consejo de Defensa del Estado
señala que no existe “obstrucción”,sino cooperación al delito
principal que señala es el secuestro agravado o con resultado de
muerte.
En consecuencia, señala la defensa que su defendido
Pable Rodríguez Márquez, no obstruyó la acción de la justicia
porque su accionar físico siempre estuvo orientado a una conducta
lícita, conforme al rol estatutario al que estaba adscrito y, porque, en
definitiva la descripción típica a la que habría infringido fue
derogada por una ley posterior más favorable al encartado, de allí
que debe absolvérsele.
Con respecto al delito de asociación ilícita por el que
también se formulan cargos al imputado Rodríguez, la defensa, en
primer término describe los tipos penales que se refieren a dicho
ilícito. Estos se encuentran en los artículos 292 y 293 del Código
Penal.
El primero de ellos, esto es, el artículo 292 dice los
siguiente: “…Toda asociación formada con el objeto de atentar
contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las
personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo
hecho de organizarse…”.
El artículo 293 señala: “…Cuando la asociación ha tenido
por objeto la perpetración de crímenes, los jefes, los que hubieren
ejercido mando en ella y sus provocadores, sufrirán la pena de
presidio mayor en
cualquiera de sus grados…”. “…Cuando la
asociación ha tenido por objeto la perpetración de simples delitos, la
pena será de presidio menor en cualquiera de sus grados para los
individuos comprendidos en el acápite anterior…”.
Conforme al texto de la acusación, el tribunal no discrimina
con respecto a la participación de todos los acusados, de allí que
deba entenderse que los considera a todos como “Jefes” de la
supuesta asociación para delinquir. Asimismo, la letra r) del
considerando 2° de aquel, parece contener las conductas,
eventualmente, reprochables penalmente, subsumidas –a su turnoen las descripciones penales transcritas.
Para una mayor comprensión y análisis, los acusados,
dentro de los cuales está su representado, habrían realizado todas
o algunas de las siguientes conductas:
1) Se coordinaron con el entonces Director de la Dirección
de Inteligencia del Ejército.
2) Procedieron a participar en diversas acciones tendientes
a sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en
países vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados
de diversos crímenes y simples delitos cometidos durante el
régimen militar, formando para ello una asociación ilícita con
propósitos delictuales, constituída al interior del Ejército, utilizando
los medios que este proporciona, establecen una línea de mando
jerárquica paralela a la que detentaban dentro de la orgánica de la
DINE,con algunos jefes superiores del AUGE y del Batallón de
Inteligencia del Ejército.(BIE).
3) Proporcionan recursos económicos a los miembros del
grupo para la realización de las misiones ilícitas que les son
encomendadas.
4) Establecen vínculos con militares extranjeros a los que
invitan a participar en esta organización delictual, quienes, en
algunos casos actúan directamente, y, en otros colaboran en la
perpetración de los delitos que se investigan en esta causa.
5) Operando al margen de la ley entre 1991-1993.
Dice la defensa, que su representado jamás participó –a
ningún título– en ninguna asociación para delinquir. Agrega que no
se habría coordinado con el Director de DINE, sino que se habría
limitado a cumplir órdenes que le fueron impartidas; tampoco habría
participado en la sustracción de ningún individuo de la acción de la
justicia ni proporcionado refugio a los mismos; Señala que hasta
donde está probado ni Berríos Sagredo ni Sanhueza Ros tenían la
calidad de imputados por delitos cometidos dentro del régimen
militar, sólo tenía esa condición el reo rematado Herrera Jiménez,
cuestión que no cae dentro del conocimiento del tribunal a su cargo.
Tampoco, su cliente jamás proporcionó ni recursos económicos
para miembros de la Dirección de Inteligencia del Ejército, ni para si
mismo, para cumplir misiones ilícitas; salvo aquellos que percibió en
el carácter de legítimos y reglamentarios para ejercer sus propias
funciones que, a su turno, siempre fueron lícitas y legítimas.
También manifiesta que jamás estableció vínculos con
militares extranjeros ni los invitó a participar en esa organización
delictual y, tampoco cometió delitos de ninguna naturaleza ni dentro
del período que medió entre 1991 a 1993, ni en toda su existencia
física.
Con relación al análisis del tipo penal de la Asociación
Ilícita, dice que es pacífico en la doctrina penal nacional e
internacional que el tipo “asociación ilícita” societas delincuentium”,
tenido conceptualmente – desde el punto de vistas de la sanción –
como de “emprendimiento o adelanto de la punibilidad”, protege el
bien jurídico de la “tranquilidad pública”.Agrega que esta cuestión
no es baladí ya que el traspaso de la parte general a la especial de
los códigos punitivos, tiene por objeto tutelar la confianza general de
la sociedad afectada también genéricamente por una cuestión de
orden público ante la posibilidad real de que estas societas se
formen con el objeto de llevar a cabo conductas indeterminadas,
perennes en el tiempo, porque de formarse –como las bandas o por
pluralidad de sujetos– para delitos determinados, la sociedad que
se forma es criminis o asociación criminal que no escapa a los
parámetros de la co-autoría. Es así como el animus contrahende de
los integrantes de las societas delincuentium debe darse para
formar una societas que se propone una serie indefinida e
indeterminada de delitos, constituyéndose así, en una agresión
permanente para la sociedad civil, de allí que el legislador en el
artículo 292 del Código Penal expresa “…importa un delito que
existe por el sólo hecho de organizarse…”, penalizando de acuerdo
a la gravedad de los ilícitos y del mando que sus componentes
ejerzan y se haya propuesto cometer y/o ejercer.
Tal como se esboza, no basta la pluralidad de sujetos sino
que debe existir –como en todo acto humano– un animus finalista.
La afecttio societatis, o querer formar parte, es una condición
necesaria, pero, no única, además debe ser aceptado. Esa voluntad
de ser socio tiene que estar conteste con la convicción de que
integra una organización adhiriendo a sus planes y conociendo sus
fines, es decir, el dolo se integra exclusivamente en la voluntad de
sentirse
realmente
perteneciente
al
grupo,
produciendo
la
comunicabilidad de sus acciones con los demás partícipes.
Sus requisitos son los siguientes:
1) La concertación de varias personas para la comisión de
delitos;
2) Cierta organización;
3) Estabilidad y ;
4) Permanencia en el tiempo.
Como se observará, en este ilícito como se ha adelantado,
tiene
como
objetivo
penalizar
conductas
indeterminadas,
permanentes e indefinidas, que pongan en serio riesgo la
tranquilidad pública, adelantando la punibilidad, es decir, se les
amenaza con pena aún antes que éstas se lleven a cabo o
concreten; que se opone al concepto de co-autoría, donde la
comunión de voluntades debe estar dirigida exclusivamente a una
sola conducta disvaliosa y debe ser excluyente para con otros
delitos, toda vez que el concierto es de naturaleza ocasional y hasta
contemporáneo con el hecho reprochable no permanente y anterior
como en la asociación ilícita.
El tribunal para fundamentar la existencia de esta supuesta
organización criminal, declara que “…la forma como se actuó con
respecto a Berríos corresponde a una operación de inteligencia
similar a las realizadas con el Mayor Carlos Herrera Jiménez y con
el Mayor Arturo Sanhueza Ros...,agregando….el objeto de estos
operativos fue impedir que personas que eran requeridas por los
tribunales de justicia chilenos comparecieran ante los mismos a
prestar declaración sobre hechos en los cuales o estaban
involucrados o respecto de los cuales poseían antecedentes para el
esclarecimiento de sus circunstancias o partícipes…”.
Antes que todo, del mérito del proceso resulta que ni Berríos
ni Sanhueza Ros, estaban imputados a esa fecha como autores,
cómplices o encubridores de delitos contra los “DD.HH”; Berríos
tenía una citación emanada del Ministro de la Excma. Corte
Suprema, don Adolfo Bañados Cuadra, que se transformó en una
orden de aprehensión por desobediencia o desacato al tribunal
pertinente y no como se ha especulado, a título de partícipe en
delitos. En el caso de Sanhueza Ros, ni siquiera estaba citado a
comparecer a un tribunal y, ha quedado establecido que fue
contratado por el Servicio Secreto Exterior –una vez que obtuvo su
baja del Ejército-, como informante pagado; agrega, la defensa que,
ni el uno ni el otro, fueron sacados por estar involucrados en
problemas de delitos de lesa humanidad, porque, a la fecha de sus
respectivas salidas del país, no existía ningún tribunal que los
mantuviera en calidad de partes en causa criminal.
Dice, que tal como se ha adelantado, Rodríguez Márquez,
era -a la fecha de los hechos-, un Oficial del Ejército, en esa
condición jurídica estaba obligado, no sólo estatutariamente, sino
legalmente intimado de recibir una sanción, sea disciplinaria o
penal, como las que describe el artículo 336 del Código de Justicia
Militar, que puede llegar hasta la muerte (en tiempo de guerra), si
desobedecía. De allí que, su disposición psíquica, como todo militar,
está orientada al cumplimiento. Para este afán, se transcribe el
inciso 2° del artículo 20 del Reglamento de Disciplina de las
Fuerzas Armadas que ordena “…Toda orden del servicio impartida
por un Superior debe cumplirse sin réplica…”, salvo las excepciones
que la misma norma reglamentaria describe. En la especie, Pablo
Rodríguez era un Oficial de Inteligencia, especialista en esa área
militar y, el día 25 de octubre de 1991, recibió una orden del
servicio, que como se ha señalado, decía relación con la seguridad
nacional; en este estado de cosas, recibe otra, dada por la máxima
autoridad de Inteligencia del Ejército, en este caso el General de
Brigada Sr. Hernán Ramírez Rurange. La segunda orden carecía de
todo viso de ilegalidad, por lo que, no estaba dentro de ninguna de
las excepciones que señalan el inciso 2° del artículo 20 del
Reglamento o 335 del Código de Justicia Militar, por lo que –su
deber– era cumplirla. Esta situación del Teniente Coronel Rodríguez
Márquez, la compartió con todos y cada uno de los afectados en
esta situación, por lo que –racionalmente– nadie, ninguno tuvo
intención ni posibilidad de salirse de su ámbito legal y de acción; de
allí que, aunque las acciones desplegadas fueren como dice
Carrara “…un acto se convierte en delito sólo cuando choca con la
ley; puede ser dañoso, puede ser malvado, puede ser malvado y
dañoso, pero si la ley no lo prohíbe, no es dado reprocharlo como
delito por quien lo ejecuta…..”,no pueden subsumirse en la figura
penal de la Asociación Ilícita. Por ello, solicita se absuelva a su
representado por este cargo que se le ha formulado.
Con relación al delito de secuestro calificado, dice, que en la
especie, la defensa estará circunscrita a la actividad fáctica que le
correspondió realizar a su representado y que no es otra que la de
cumplir entre las misiones oficiales que ejercía, otra u otras que le
encomendaba su superior directo, a través de Silva Valdés.
En efecto, Berríos sale de Chile por Punta Arenas en
dirección a Río Gallegos via Monte Aymond; lo hace junto a Pablo
Rodríguez, su hermano Jorge en su jeep y Lillo Gutiérrez, último,
que en definitiva lo acompaña en un avión de itinerario a Buenos
Aires, donde lo esperaba Silva Valdés y, luego, ambos más Berríos
se dirigen vía fluvial a la República del Uruguay. Como se observa
Berríos por tres días consecutivos viaja, come, pernocta y se
desplaza sin dificultad, todo esto, a vista y paciencia de
innumerables personas corrientes y policías, últimos que están y
vigilan sistemáticamente los aeropuertos internacionales.
Tampoco pasará inadvertido para el tribunal, que Pablo
Rodríguez Márquez era un Oficial de Inteligencia, característica no
menor en cuanto al entorno en que se desarrollaba que es, ni más
ni menos, la Contrainteligencia del Ejército de Chile. Paralelamente,
tenemos que, si bien, sus misiones eran relevantes desde el punto
de
vista
estratégico,
su
condición
misma
era
precaria
e
insignificante en comparación con los actores relevantes de la
trama, máxime cuando la orden de salida de Berríos la dio el propio
General Pinochet.
Ahora bien, si hubo un exceso no vino ni nació en él, y, sólo
cumplió en los términos del artículo 20 del Reglamento de Disciplina
de las Fuerzas Armadas. Básicamente, porque nunca se representó
que la orden que cumplía tendía notoriamente a la perpetración de
un delito, lo notorio era que debía cumplir una cuestión cuyas
aristas no podía y no pudo percibir.
Con relación al derecho, resulta que el acusado Rodríguez
Márquez durante su carrera militar siempre realizó actividades de
carácter profesional e institucional y su egreso del territorio nacional
que se debía llevar a cabo el día 26 de octubre de 1991 se debía
realizar en cumplimiento de actividades ordenadas por el propio
Director de Inteligencia relativa a materias atingentes a la seguridad
nacional y, en las dos oportunidades en que desarrolló actividad
física referida a Berríos Sagredo, lo hizo como una cuestión
intermedia, aprovechando el medio geográfico en que en ese
momento se encontraba inmerso.
Por otra parte, del propio mérito de la prueba allegada por
el tribunal, se desprende que Berríos Sagredo jamás estuvo privado
ilegítimamente de libertad. En efecto, de la declaración de
innumerables personas que se pronunciaron sobre la vida de aquel,
tanto en Chile como en el extranjero, queda en evidencia que:
1° Berríos quería y tenía obsesión por salir de Chile (fojas
1973,
3602-3603
Pérez
Santillán);
fojas
2163
declaración
extrajudicial de Gladys Schemeisser; fojas 2792 y 3497 de Miguel
Miranda Arrau; fojas 3786,3790,4110-4111 de Aldo Duque Santos,
y,
2° Berríos se desenvolvía libremente en Uruguay y fue visto
con posterioridad al 15 de noviembre de 1992 (fojas 5, 6, 7, 18, 25,
31, 32, 482 , 611, 1.555, 1.633, 1.661 todas de Gladys
Schemeisser) fojas 1.681 de la Sra. Cazareto Zalacaín; fojas 1.684
de Luis Míguez).
Por las razones expuestas, solicita al tribunal absolver a su
representado por el delito de secuestro calificado de Eugenio
Berríos Sagredo, conforme lo prescribe el artículo 456 bis del
Código de Procedimiento Penal, en relación al artículo 488 del
mismo cuerpo legal, porque conforme a las presunciones judiciales
que obran en autos, ellas producen plena prueba de que aquel
jamás estuvo privado ilegítimamente de libertad o si lo estuvo
después de diciembre de 1992, su defendido, en ambos casos
carece de participación criminal.
A continuación, la defensa procede a contestar las
acusaciones deducidas en contra de su representado y dice que el
Abogado Procurador Fiscal de Santiago por el Estado de Chile y la
abogada Sra. Luisa Sanhueza Gómez por la fenecida Ley N°
19.123,han acusado particularmente, en idénticos términos; a objeto
de no ser repetitivo y por economía procesal da por reproducida –en
lo que corresponde a cada una– la contestación de la acusación de
oficio, limitándose
a puntualizar aquellas cuestiones que fueron
abordadas por las mismas y que difieren de la acusación del
tribunal.
El Estado de Chile y el “Programa de la Ley N°19.123,
consideran, aunque de una manera imperfecta, que en la especie
no existe obstrucción en el sentido del artículo 269 bis del Código
Penal,
limitándose
a
decir
que
“…miembros
del
Ejército,
específicamente de la Dirección de Inteligencia del Ejército y de la
Auditoría General, conformaron un grupo organizado, jerarquizado y
permanente cuyo objeto era cometer delitos que permitiesen alejar
del accionar de la justicia, de cualquier modo, a ex agentes de los
servicios de inteligencia involucrados en procesos seguidos por
violación a los derechos humanos…”. Atribuyendo al General Torres
Silva y al Coronel Ibarra que “seleccionando para la organización
aquellos individuos que debían ser sacados del país, debido al
conocimiento que poseían de los procesos judiciales pendientes en
los cuales estaban involucrados ex miembros de la institución y de
los servicios de inteligencia del gobierno militar…”.
Por otra parte, del análisis de las propias atribuciones
legales del DINE, queda en evidencia que este organismo no tenía
necesidad de “asociarse criminalmente” con el AUGE u otros
funcionarios para obtener la información que requería, porque
estaba dentro de sus facultades legítimas obtenerlas por los medios
idóneos y tampoco tenía necesidad de “…montar una organización
ilícita paralela a la estructura regular de la institución a la cual
pertenecían….”.
No obstante la dialéctica empleada en estas acusaciones
particulares no se llega a establecer cuales son los hipotéticos
delitos que habrían cometido los asociados para alejar a
los”beneficiados” del accionar de la justicia. En efecto, tal como se
ha sostenido ni Berríos Sagredo, ni Sanhueza Ros, estaban a la
fecha de sus respectivas salidas del país, imputados por delitos
contra los Derechos Humanos, de suerte que, la supuesta
asociación para delinquir no tenía por fin la comisión de crímenes o
simples delitos, por lo que, se haya también ausente otro de los
elementos o requisitos exigidos por la doctrina para su constitución.
Por último, y respecto al eventual secuestro de Berríos
Sagredo, es inconcuso que quien, por las razones que sea,
aprovecha, pide o acepta el mando de un General del Ejército para
salir del país, mantenerse varios meses en un país extranjero
completamente solo, desarrollando una vida absolutamente normal,
por lo menos hasta el 15 de noviembre de 1992,no puede estar
privado ilegítimamente de libertad y, si ello hubiere acontecido en
algún momento, Pablo Rodríguez Márquez no tiene participación
dolosa.
Por tanto, solicita al tribunal absolver a su representado
de los cargos formulados en las acusaciones particulares, por
ausencia de participación criminal en los mismos.
En cuanto a las circunstancias modificatorias de
responsabilidad criminal, en primer término, alega la eximente
contemplada en el artículo 214 del Código de Justicia Militar, el cual
señala: “...Cuando se haya cometido un delito por la ejecución de
una orden del servicio, el superior que la hubiere impartido será el
único responsable, salvo el concierto previo, en que serán
responsables todos los concertados…”.
Dice, que como el delito de obstrucción a la justicia no
existe, y, en consecuencia no puede ser punible, sólo restan los
delitos de asociación para delinquir y secuestro, es inconcuso que,
en su condición de Oficial del Ejército de Chile no ha podido
oponerse a las órdenes de sus superiores, por lo que, en la
eventualidad que hubiere infringido la ley, esa conducta está
expresamente exenta de responsabilidad criminal.
En consecuencia, la ley sólo exige para la procedencia de la
eximente que se haya cometido un delito por la ejecución de una
orden del servicio, en el caso en particular y atento a todo el
desarrollo de las contestaciones sea fiscal o particulares, es de
manifiesto, que a raíz del cumplimiento de una orden del servicio se
habría cometido un delito, por lo que procede que el tribunal declare
con respecto a su representado la exención penal descrita en la
norma transcrita.
En subsidio, invoca a favor de su defendido las
aminorantes del artículo 211 del Código de Justicia Militar, la que
justifica en haberse cometido el hecho en cumplimiento de órdenes
impartidas por un superior y ellas habrían sido relativas al servicio
que en ese momento se encontraba cumpliendo, por lo que la
referida atenuante puede ser considerada como muy calificada.
También, alega en beneficio de su representado la
circunstancia modificatoria de responsabilidad criminal contemplada
en el artículo 103 del Código Penal, esto es, la denominada “media
prescripción”,ya que, tal como se alegó para los efectos de la
declaración de la prescripción de la acción penal, su cliente se
“presentó” ante estrados, con fecha 22 de agosto de 2002,es decir,
habían transcurrido desde los eventuales hechos criminosos, más
de once años; teniendo los ilícitos que se le atribuyen penalidad de
crímenes y de simple delito, respectivamente, la exigencia de cinco
años, que en este caso cubre ambos, por lo cual procede que el
tribunal actúe en los términos que ordena el inciso 3° del artículo 68
del Código Penal, es decir, considere el hecho como revestido de
dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas, imponiendo la
pena inferior en tres grados al mínimo, esto es, presidio menor en
su grado medio y presidio menor en su grado mínimo,
respectivamente.
Por último, solicita se considere en pro de su patrocinado,
la atenuante de su irreprochable conducta anterior contemplada en
el N°6 del artículo 11 del Código Penal y, por el comportamiento
ejemplar que ha mantenido durante su existencia, solicita que esta
sea considerada como muy calificada, teniendo aplicación entonces
lo dispuesto en el artículo 68 bis del Código Penal, que se sumará a
la atenuante especial solicitada en el numeral anterior.
Por lo anterior, solicita se tenga por alegadas las referidas
circunstancias modificatorias descritas, procediendo en un caso a
absolver a su cliente o, en subsidio, declarar que le benefician, a lo
menos, tres circunstancias modificatorias de responsabilidad
criminal, todas ellas muy calificadas, rebajando la pena en tres
grados al mínimo, declarando que se le beneficiará con la remisión
condicional de la pena impuesta.
SEPTUAGESIMO QUINTO:
En primer término el tribunal
rechazará la excepción de prescripción renovada por la defensa del
acusado RODRIGUEZ MARQUEZ, en atención a que a la fecha en
que se dedujo la querella y a la de la resolución por la que se le dio
curso a la misma, no alcanzó a transcurrir el término exigido por la
ley para disponer la prescripción de la acción penal ejercitada por la
parte querellante.En
consecuencia,
procederá
rechazar
la
aludida
excepción de prescripción.En cuanto se refiere al delito de secuestro la defensa, del
imputado RODRIGUEZ observa una dicotomía en dos capítulos de
la acusación fiscal puesto que a su representado se le atribuiría
autoría en dos ilícitos; el uno, como autor de secuestro del inciso 4º
del artículo 141 del Código Penal y, coetaneamente, el del inciso 1º
de la misma norma.Dice que el referido precepto legal describe tres
situaciones distintas, el del inciso primero constituye secuestro
simple y el del inciso 4º, secuestro calificado y la propia ley le
asigna a cada situación una penalidad que difiere en gravedad.- En
la especie, la acusación incumple el mandato legal expresado en el
artículo 424 del Código de Procedimiento Penal, ya que por los
capítulos de la acusación, sea de oficio, o particular, se debe
asignar la responsabilidad de una manera precisa determinando –
en este caso-, si se es autor de secuestro simple o calificado.También, señala la defensa que como el Tribunal en el
referido auto acusatorio, liga el inexistente delito de obstrucción a la
justicia con el secuestro simple de BERRIOS SAGREDO, resulta
que el imputado RODRIGUEZ MARQUEZ –según la acusación de
oficio- obstruyó la acción de la justicia, ejecutando todas o algunas
de las acciones que describía el tipo penal.- Pues bien, si obstruyó
realizando las acciones que describía la norma penal substituída,
como pudo –al mismo tiempo- ser autor de secuestro calificado?
La acusación particular del Consejo de Defensa del
Estado señala que no existe “obstrucción”, sino cooperación al
delito principal que señala es el secuestro agravado o con resultado
de muerte.El Tribunal rechazará la referida alegación, en primer
término, porque en cualquier referencia hecha al inciso primero del
artículo 141 del Código Penal, lo que este juzgador ha pretendido
es identificar los verbos rectores del aludido tipo penal, esto es, los
vocablos “encerrar” y/o “detener”, no teniendo ello más alcance que
esto y, por otra parte, el auto acusatorio en su acápite 2.- señala
expresamente, que el cargo que se le formula al nombrado
RODRIGUEZ es el de ser autor del delito de secuestro establecido
en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.En segundo lugar, también corresponde desestimar la
alegación que señala que como la finalidad del egreso de BERRIOS
fue obstruir la acción de la justicia, y dicho ilícito fue derogado por
una ley posterior, no podría sancionarse a este acusado, lo que no
resulta procedente, en atención a que si bien, como se señalará
más adelante, corresponde absolver al acusado por su participación
en el delito de obstrucción a la justicia, el delito de secuestro es
una figura penal independiente que pude o no coexistir con el de
obstrucción a la justicia y, por otra parte, lo que el tribunal ha
querido significar en la resolución aludida por la defensa, es que,
con la afectación a la libertad personal de BERRIOS, se quiso
dificultar y/o entorpecer la acción jurisdiccional, lo que se consiguió
con la muerte de este último.- Además, la participación del
nombrado RODRIGUEZ en este ilícito –secuestro calificado- esta,
sobradamente demostrada en autos, con el propio reconocimiento
que él hace, de haber procurado el egreso de BERRIOS a través de
un paso fronterizo utilizando un documento que no correspondía a
este sujeto y posteriormente, trasladarlo a Argentina desde donde
fue llevado a Uruguay.- También, ha reconocido haber ido a ese
último país y haber estado en contacto con el sujeto víctima del
secuestro y, por último, ha señalado haber formado parte de la
Unidad de Análisis de DINE, algunos de cuyos miembros –entre los
cuales se encuentra el imputado-, formaron una asociación ilícita en
la forma que se indicará a continuación.De esta manera el Tribunal, tiene por plenamente
justificada la participación de este acusado como autor del delito de
secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código
Penal, coincidiendo con lo peticionado por la acusadora particular y
por la parte del Programa que se adhirió a la acusación de oficio en
los mismos términos de esta.Respecto del delito de asociación ilícita por que se le
han formulado cargos, solicita su absolución por cuanto, en su
concepto, no se encuentra legalmente comprobado dicho hecho
punible.
Dice que su defendido nunca ha formado parte de
ninguna asociación ilícita ni de ningún otro tipo. Manifiesta que es
cierto que formaba parte de una “unidad especial”, constituída
dentro de la Dirección de Inteligencia del Ejército, la cual se
encontraba al mando del Mayor Arturo Silva Valdés y que tenía una
dependencia directa del Director de la aludida repartición. Señala
que es cierto que participó en la operación destinada a sacar del
país al ex químico de la DINA llamado Eugenio Berríos Sagredo, a
quien no conocía con anterioridad y que efectivamente viajó a
Argentina y Uruguay con el objeto de visitar a este sujeto que se
encontraba bajo la protección del Ejército.
Agrega que todo lo anterior, lo realizó en cumplimiento de
órdenes que le fueron impartidas por sus superiores jerárquicos y
que nunca pensó que ellas obedecían a un propósito delictual.
Que, si bien es cierto, que el aludido acusado a la fecha en
que acaecieron los hechos que se investigan en la presente causa,
se desempeñaba como oficial del Ejército de Chile y formaba parte
de la unidad militar antes señalada, ello no significa que miembros
de la señalada “unidad especial” no hayan formado una “asociación
ilícita”, por cuanto se trataba de un grupo organizado, que operaba
al margen de la orgánica previamente establecida de la Dirección
de Inteligencia del Ejército y cuya misión principal obedecía al
cumplimiento de un denominado “Control de Bajas”, lo que en
realidad venía a significar que debían procurar la salida del país de
ex agentes de los servicios de seguridad del régimen militar y del
propio Ejército, que se hubieran visto implicados en delitos que
significaron una violación a los “Derechos Humanos”. Para el
cumplimiento de esa finalidad no trepidaron en violar la legislación
vigente y en cumplir órdenes ilegales que claramente significaban
que se encontraban dirigidas a la perpetración de delitos, operando
al margen de la propia institucionalidad de la institución armada a la
que pertenecían y también al juramento prestado que los obligaba a
cumplir la constitución y las leyes de la República.
Dicha asociación mantenía recursos que les eran
proporcionados para operar, los cuales no se utilizaban para los
fines propios del servicio, no se rendía cuenta de ellos, no se
entregaban mediante los canales reglamentarios que correspondía,
se ordenaban misiones sin que se dejara constancia de las
respectivas “comisiones de servicio”, tal como corresponde a una
institución militar y, sobre todo, apartándose de las funciones
propias de un organismo de inteligencia militar, se utilizaron
cuarteles, recursos económicos y medios materiales pertenecientes
a la referida Dirección de Inteligencia del Ejército, con el objeto de
cometer crímenes y simples delitos que le permitiera a la referida
asociación ilícita el logro de sus objetivos delictivos.
Asimismo, resulta del caso destacar que contrariamente a
lo aseverado por la defensa, concurren en el presente caso, todos
los elementos que según la doctrina permiten configura el tipo penal
a que se ha hecho referencia, es decir, el imputado tomaba parte en
una asociación cuya finalidad no era la especifica de la organización
institucional de la que formaba parte; esta asociación tenía un
número mínimo de partícipes y las tareas que cada uno de ellos
realizaba se encontraban claramente determinadas por el mando
superior de la referida asociación y, esta última, tenía un propósito
colectivo de cometer delitos.
Sin que la referida asociación se hubiera constituído para
la comisión de un delito especifico, sino que genéricamente para la
realización de todas las actividades ilícitas que se debieran llevar a
cabo para la consecución de su finalidad, se puede señalar que con
respecto al egreso ilegal del territorio nacional del químico Eugenio
Berríos Sagredo fue necesario aprovechar la cobertura que
proporcionaba una misión rutinaria del servicio para sacar a este
civil utilizando una cédula de identidad falsa, por el Paso de Monte
Aymond ubicado en la XII Región, luego trasladarse a Río Gallegos,
de ahí a Buenos Aires, luego al puerto de Colonia en Uruguay de
desde allí a Montevideo.
Por otra parte, tal como lo preceptúa el artículo 292 del
Código Penal: “...Toda asociación formada con el objeto de atentar
contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las
personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo
hecho de organizarse”. Aquí no se trata de castigar la participación
en un delito, sino la participación en una asociación o banda
destinada a cometerlos con independencia de la ejecución o
inejecución de los hechos planeados o propuestos.
El delito consiste en tomar parte en una asociación.
Asimismo, para que pueda hablarse de asociación es necesario
cierto elemento de “permanencia”, para lo cual habrá de atenderse
en cada caso a la naturaleza de los planes de la asociación, pues
se trata de un concepto relativo de permanencia. Tampoco se
requiere que una asociación para cometer delitos revista formas
especiales de organización, sin embargo, se necesita un mínimo de
organización o cohesión entre los miembros del grupo. También es
preciso que el sujeto sea conciente de formar parte de un grupo
cuya existencia y finalidades les son conocidas y no se necesita, en
consecuencia, el trato personal, ni el conocimiento, ni la reunión en
común, ni la unidad de lugar. Los acuerdos pueden ser alcanzados
por medio de emisarios o de correspondencia.
El tipo penal antes
referido, se satisface con la
concurrencia de varios partícipes, no exigiendo la ley chilena un
número determinado de ellos, sino que, por el contrario deja
indefinida la cantidad de personas que pueden conformar la
asociación.
La figura penal antes referida exige un propósito colectivo
de cometer delitos y el conocimiento de esa finalidad por parte de
cada partícipe, se rige por los principios generales de la
culpabilidad. No es necesario que la asociación se constituya
inicialmente como asociación criminal; la finalidad delictiva puede
agregarse a una asociación preexistente, pero, en tal caso no son
autores de asociación ilícita todos los partícipes de la primitiva
asociación, sino los que hayan impreso a ella el nuevo rumbo y los
que hayan participado en los acuerdos y compartido la nueva
orientación.
La expresión crímenes o simples delitos usadas en plural
por la ley, impone entender esta figura como referida a los casos en
que el objeto de la asociación sea el de cometer, a lo menos, más
de una infracción. Dicha conclusión es una consecuencia evidente
de los principios generales relativos a la participación.
Con respecto a la indeterminación de los delitos propuestos
por la asociación, la ley requiere la pluralidad de delitos o de planes
para llevarlos a cabo. Lo importante es que los planes delictivos
sean varios, plurales; pero, es poco razonable exigir que sean
indeterminados, pues ello haría prácticamente impracticable el tipo
penal, toda vez que es necesario comprobar la existencia de planes
delictivos, y estos, generalmente, llegarán a cierto grado de
concreción. El hecho de que los planes, como planes, se hayan
concretado, no quita a la asociación el carácter de tal. Debe tratarse
de una pluralidad de planes y que pueda de hecho afirmarse la
existencia de aquel elemento de permanencia, ya referido, que
caracteriza a una asociación verdadera, diferenciándola de un
acuerdo criminal, tendiente a varios delitos, pero, transitorio.
La circunstancia de que alguno de los delitos planeados no
haya sido ejecutado no resta aplicabilidad a la norma que describe
el tipo penal referido, siempre que existan los elementos requeridos
para dicho ilícito. De esto se desprende que la indeterminación de
los hechos no es necesaria y que bien puede constituir prueba de la
preexistencia de la asociación, cuya penalidad deberá concurrir
materialmente con las que correspondan a los hechos ya
consumados por esta.- Con respecto a estos, sin embargo, rigen
siempre los principios comunes de la participación: no todo miembro
de
la
asociación
responde
necesariamente
de
los
delitos
efectivamente consumados por algunos de sus miembros.
Por último, se puede señalar que se rechaza la
alegación formulada por la defensa del acusado RODRIGUEZ
MARQUEZ,
quien señala que en su calidad de miembro del
Ejército de Chile, se habría limitado a cumplir órdenes de sus
superiores jerárquicos y que debido al compartimentaje con que
operan los servicios de inteligencia, desconocía que las misiones
que se le encomendaron pudieran constituir hechos ilícitos.
La referida alegación será desestimada, por cuanto la
asociación ilícita de la cual formó parte el señalado imputado,
constituyó un grupo paralelo a la institucionalidad normal del
Ejército y, justamente ello fue la razón de su organización la que se
llevó a efecto con el objeto de evitar la presentación ante la justicia
de diversos militares y civiles incriminados de distintos crímenes y/o
simples delitos, cometidos durante el régimen militar existente en
nuestro país entre los años 1973 y 1990.
El hecho que los componentes de esa asociación delictiva
se hayan desempeñado como miembros activos de la institución
antes señalada, no excluye que hayan actuado al margen de la
legalidad, lo que justamente fue realizado por los mandos
superiores de la Dirección de Inteligencia del Ejército, quienes
según lo afirma el propio General Director de DINE, Sr. Hernán
Ramírez
Rurange,
habría
procedido
de
esa
manera
en
cumplimiento de una orden directa que le fuera impartida por el
propio Comandante en Jefe de la referida institución, General Sr.
Augusto Pinochet Ugarte. Dicha conducta implica pasar por sobre el
Estado de Derecho el que justamente conlleva un irrestricto respeto
a la legalidad y a la competencia que constitucionalmente
corresponde a cada uno de los poderes y autoridades que
conforman la institucionalidad del país. Es necesario, también,
precisar que estos hechos tuvieron ocurrencia durante la plena
vigencia de un régimen constitucional normal, debiendo cada uno
de los miembros de la institución Ejército de Chile cumplir con las
obligaciones que les imponen la Constitución y las Leyes de la
República, lo que como se ha comprobado en la presente
investigación criminal, no aconteció. Lo anterior aparece de
manifiesto cuando se observa que el presente sumario se inicia
justamente por medio de una denuncia efectuada por el propio
Ministro del Interior de la época Sr. Enrique Krauss Rusque, lo que
evidencia el desconocimiento que tenía la autoridad civil de las
inconductas de los altos mandos militares antes nombrados.
En lo referente a este ilícito, las partes del Consejo de
Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley Nº19.123 del
Ministerio del Interior, han acusado particularmente al nombrado
imputado RODRIGUEZ MARQUEZ como autor del delito descrito
en el artículo 294 del Código Penal, en lugar del tipo del artículo 293
del mismo cuerpo legal invocado por el Tribunal.En atención al mérito de autos, y a lo peticionado por
las referidas partes, se accederá a ello en la forma que se
expresará en lo resolutivo de esta sentencia.Que haciéndose cargo el tribunal de la argumentación
de la defensa en cuanto sostiene que no se habrían producido los
hechos que dieron sustento al procesamiento y acusación por el
delito de obstrucción a la justicia y la aceptará, con la salvedad que
la referencia que se hace al artículo 19 Nº7 letra f) de la
Constitución Política del República debe entenderse hecha al
artículo 19 Nº3, inciso 7º de esa carta fundamental, y también, como
en virtud de la Ley 20.074 sustituyó la descripción contemplada en
el artículo 269 del Código Penal y dejó circunscrita a la aportación
de antecedentes falsos que condujeren al Ministerio Público a
realizar u omitir actuaciones de la investigación, lo cual como es
sabido en el presente caso –que se rige por el procedimiento
establecido en el Código de Procedimiento Penal-, no ocurre y, por
ello, al haber sido derogado tácitamente el tipo penal respectivo
corresponde dictar sentencia absolutoria en favor del imputado
antes señalado en relación al delito antes referido.Con relación a la eximente contemplada en el artículo
214 del Código de Justicia Militar, que señal lo siguiente: “Cuando
se haya cometido un delito por la ejecución de una orden del
servicio, el superior que la hubiere impartido será el único
responsable; salvo el caso de concierto previo, en que serán
responsables todos los concertados.El inferior que, fuera del caso de excepción a que se
refiere la parte final del inciso anterior, se hubiere excedido en su
ejecución, o si, tendiendo la orden notoriamente a la perpetración
de un delito, no hubiere cumplido con la formalidad del artículo 335,
será castigado con la pena inferior en un grado a la asignada por la
ley al delito”.En atención al mérito de autos este Tribunal procederá a
desestimar dicha alegación por cuanto, tal como se ha dicho
anteriormente, no fue una orden del servicio la que cumplió el
nombrado acusado RODRIGUEZ MARQUEZ, sino que por el
contrario, él formó parte de una asociación ilícita y en ese marco
procuró el egreso de BERRIOS de Chile, no existiendo constancia
en autos de que haya cumplido con la formalidad descrita en el
artículo 335 del señalado Código de Justicia Militar, esto es, que
hubiese suspendido el cumplimiento de la orden y, en casos
urgentes –por tender la orden notoriamente a la perpetración de un
delito-, la haya modificado, dando inmediata cuenta al superior.Por la misma razón se rechaza la atenuante del artículo
211 del Código de Justicia Militar que fuera invocada en forma
subsidiaria por su defensa.Asimismo, esta última alega a favor de su defendido la
atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, la
irreprochable conducta anterior de su representado, la que será
acogida por cuanto esta justificada con el mérito de su extracto de
filiación y antecedentes agregado a fojas 14.936 exento de
anotaciones penales anteriores.- Rechazándose la calificación
pedida por no estar debidamente comprobada en autos.Se
acogerá
también,
la
media
prescripción
que
contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la
presentación del responsable antes de completar el tiempo de la
prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la
mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de
la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del
fondo.SEPTUAGESIMO SEXTO: Que en lo principal del escrito de fojas
13.146 y siguientes, la defensa del acusado Jaime Torres Gacitúa
contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusación
particular deducidas en contra de su representado y solicita se le
absuelva, por no encontrarse acreditada su participación en los
hechos punibles investigados en autos. En su defecto, de estimar el
tribunal que existe mérito o antecedentes para dictar sentencia
condenatoria, solicita se reconozca a su respecto la circunstancia
atenuante de responsabilidad del artículo 11 N°6 del Código Penal,
considerándose su irreprochable conducta anterior como atenuante
muy calificada. Igualmente, solicita se reconozca a su respecto la
institución comúnmente llamada “media prescripción”, contemplada
en el artículo 103 del Código Penal.
Como cuestión previa señala que consta en el auto
acusatorio, que los hechos objeto de la presente investigación
criminal habrían ocurrido entre fines de 1991 y noviembre de 1992 y
se acusa a su defendido como autor del delito de secuestro previsto
en el artículo 141 inciso 4° del Código Penal. Sin embargo, a la luz
del artículo 18 del señalado cuerpo legal y 19 N° 3 inciso 7° de la
Constitución Política de la República, no cabe duda que la
legislación aplicable es la vigente a la época de los hechos, esto es,
el artículo 141 antes de las modificaciones introducidas por la ley
18.222 de fecha 28 de mayo de 1993 y luego por la ley 19.241 de
fecha 28 de agosto de 1993 y finalmente por la ley 19.737 de 5 de
junio de 2001.
Agrega, que en este orden de ideas, resulta que a la
época de los hechos, y como se ha señalado, antes de la
modificación introducida por la ley 18.222 de fecha 28 de mayo de
1993,el artículo 141 del Código Penal sólo contemplaba tres incisos
y, el último de ellos señalaba lo siguiente: “Si el encierro o la
detención se prolongare por más de noventa días, o si de ellos
resultare un daño grave en la persona o intereses del encerrado o
detenido, la pena será de presidio mayor en cualquiera de sus
grados”.
En consecuencia, se estaría acusando a su defendido
por una disposición penal inexistente a la época de los hechos, lo
que importa un atentado grave al derecho a defensa y, también, la
acusación particular del Consejo de Defensa del Estado incurre en
el mismo error, al invocar, dentro de los ilícitos que habría cometido
su defendido, aquel previsto en el inexistente inciso 4° del artículo
141 del Código Penal.
Por otra parte, luego de hacer una breve referencia a los
antecedentes personales de su defendido, analiza los tipos penales
por los que se formulan cargos a éste. En primer término, con
relación al delito de secuestro señala que la vaguedad de la
descripción de los hechos contenida en la acusación fiscal dificulta
gravemente una adecuada defensa. Si a ello se agrega que la
disposición penal relativa al delito de secuestro que se le imputa no
existía a la época de los hechos, el derecho a defensa, resulta -en
su opinión-, simplemente ilusorio.
A continuación, señala que debe analizar el tipo penal
del secuestro por un lapso determinado de tiempo, que es el que
supone pretende configurar el acusador. Dice que éste es el
razonamiento del Consejo de Defensa del Estado, que en lo
pertinente se encarga de subrayar el plazo de 15 días y decir que la
detención duró mucho más. La norma vigente a la época hablaba
de 90 días. ¿Cuanto duró el secuestro? ¿Cuánto tiempo lo habrá
tenido secuestrado su defendido?
Agrega que no hay antecedentes reales y concretos en
el proceso que permitan siquiera presumir que Berrios estuvo
secuestrado todo el tiempo que estuvo en Uruguay. De hecho, la
propia cónyuge que lo visitó en Uruguay en noviembre de 1991 y en
octubre de 1992, declara a fojas 1659 que nunca se percató de tal
secuestro. De hecho, relata que cuando estuvo con Eugenio Berrios
en octubre de 1992, en Uruguay, éste manifestó que quería
quedarse con ella en ese país.
Todo indica, dice la defensa, que Berríos
salió
voluntariamente del país, su salida cumplió aparentemente un doble
fin. Para Berríos, fue claramente una manera de burlar prestamistas
y narcotraficantes que lo tenían amenazado (por eso sale
voluntariamente) y para el Ejército, habría sido la forma de evitar
sus declaraciones en procesos sobre derechos humanos. En
consecuencia, su estadía en Uruguay fue voluntaria. Agrega que
tan claro es que Berrios se encontraba voluntariamente en Uruguay
que el propio conserje del edificio donde vivía, don Luis Angel
Miguez, declara a fojas 2391 textualmente: ”…salía varias veces a
caminar solo, a veces iba al supermercado…”, testimonio que no se
condice con una situación de secuestro. Del mismo modo, Ginés
Rojas Gómez declara a fojas 2777 que Berrios lo llamó y le dijo que
estaba en Uruguay protegido por los militares. Aparentemente se
habría desatado un conflicto con sus colaboradores (en ningún caso
secuestradores, pues para estar secuestrado hay que encerrar o
detener a otro sin su voluntad) a raíz del requerimiento de éste en
orden a que su cónyuge se fuese también a vivir a Uruguay (así lo
declara la propia Gladys Schmeisser). En consecuencia, si existió
algún secuestro, éste habría tenido lugar cuando surge el conflicto,
esto es, con posterioridad al regreso de su cónyuge el 8 de
noviembre de 1992, lo que sería concordante con el confuso
episodio de Parque del Plata y respecto del cual se atribuye una
participación a su defendido entre los días 14 y 16 de noviembre de
1992, participación que no tuvo, según se verá y conforme se
ratificará en el plenario.
Ahora bien, sin perjuicio que su defendido no participó en
los acontecimientos de Parque del Plata, de ser estos efectivos, se
le podría atribuir un secuestro por dos o tres días, hipótesis del
inciso 1° del artículo 141 vigente a la época de los hechos. Así lo
estimó la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago al modificar el
primitivo auto de procesamiento y estimar en su considerando 1°
que existió un secuestro en la persona de Berríos entre el día 11 y
15 de noviembre de 1992. Es decir, confirma la existencia de un
secuestro por cuatro días, hipótesis del artículo 141 inciso 1°
vigente a la época de los hechos, esto es, antes de la reforma
introducida por la Ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993.
Finalmente expresa que el antecedente fundamental que
utiliza el acusadora efecto de establecer la presencia de su
defendido en Parque del Plata es la declaración de médico Juan
Bautista Ferrari, quien inicialmente, y conforme las fotografías que
se le exhibieron en Investigaciones, por el Comisario Jofré,
reconoce a su defendido como el sujeto que acompañó
a su
defendido al Policlínico. Sin embargo, en careo de fojas 2414 y
estando sentado junto a su defendido no está seguro. Manifiesta su
percepción de haber visto a la persona con quien se le carea,
aunque no la certeza. Del mismo modo, Raúl Lillo que ante la
Policía de Investigaciones, declaró haber visto a Jaime Torres en
Parque del Plata, a fojas 3088 declara no haber dicho eso.
Por
último,
Marcelo
Sandoval
Durán
declara
judicialmente a fojas 3259 lo siguiente: “Por último, quiero aclarar
que recuerdo que en alguna declaración anterior manifesté que
Jaime Torres estaba en Uruguay, pero, haciendo memoria el pasaje
de vuelta a Chile del último de los viajes me lo entregó Jaime Torres
en el Aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires…”.
Con respecto al delito de asociación ilícita por el que
también fue acusado su representado, señala que en la especie no
concurren los elementos del tipo penal en cuestión y respecto de
Jaime
Torres
Gacitúa
tampoco
existen
antecedentes
de
participación, menos aún en los términos requeridos por los
artículos 292 y 293 del Código Penal.
Con relación a lo primero, el tipo penal en cuestión
requiere de una organización de carácter más o menos permanente
y jerarquizada, cuyo objeto haya sido la comisión de una
multiplicidad de delitos y no de uno solo. Además, se ha establecido
también que la asociación ilícita requiere de acción y dolo propio.
Dice que esta supuesta asociación ilícita dice relación con
la supuesta salida de tres personas del país y su defendido, a quien
se le imputa ser autor de ella, no participó en la salida de ninguno
de los tres, pues según consta en autos ingresó a la DINE recién en
marzo de 1992. Es más, y concretamente, este proceso dice
relación únicamente con la situación de Eugenio Berrios, lo que es
contrario a la exigencia de multiplicidad de delitos y de acción
propia. En efecto, lo relativo a Sanhueza y Herrera fue objeto de
otros juzgamientos, procesos criminales en los cuales Jaime Torres
Gacitúa nada tuvo que ver.
En este mismo sentido señala la defensa, tampoco hay
respecto de su representado antecedentes de dolo de asociarse
ilícitamente ni del carácter permanente de la supuesta organización.
Su defendido es destinado a la DINE en marzo de 1992, y
circunstancialmente,
cumpliendo
órdenes
militares
lícitas,
le
correspondió visitar al señor Berríos en Uruguay. Dice, nada más
lejano al dolo de asociarse ilícitamente.
A continuación la defensa solicita la aplicación del artículo
214 del Código de Justicia Militar y, en cuanto a los hechos, señala
que el Capitán de Ejército Jaime Torres Gacitúa, tal cual figura
consignado en autos, en dos ocasiones viajó a Uruguay y, en
ambas, su superior jerárquico, General Covarrubias, le ordenó que
aprovechara de coordinar actividades en relación con Berríos,
específicamente conversar con éste y ver la situación en que se
encontraba para convencerlo de su regreso a Chile. Dice que lo
anterior lo realizó su defendido aprovechando los viajes referidos
que tuvieron por objeto coordinar la visita del Comandante en Jefe
del Ejército a la República Oriental del Uruguay, misión militar que,
a su vez, la realizaba como asistente del Mayor Silva, del Ejército. A
su turno, el General Covarrubias declara a fojas 2227 que la
responsabilidad de todo esto es suya y que muchas de estas
comisiones fueron hechas aprovechando situaciones paralelas,
cumpliendo otro tipo de funciones.
En
cuanto
al
derecho,
señala
que
los
hechos
anteriormente expuestos tienen relevancia jurídica dependiendo si
la orden recibida de un superior jerárquico es una orden lícita o
ilícita. Agrega que en el presente caso, es claro que la orden
recibida por el Capitán Torres Gacitúa es de aquellas comprendidas
entre las lícitas, toda vez que su mero cumplimiento no importa la
comisión de un hecho punible y, además, fue dada con fines de
servicio.
Señala, que mal podría sostenerse que de una orden, a la
que ni se cuestiona que fuera dada con fines relativos al servicio,
podría dar lugar a un delito de asociación ilícita, puesto que tal
forma de asociación, que no es más que una figura de anticipación
de la punibilidad a estadios previos de la tentativa, esto es, a los de
la conspiración, requiere, en primer lugar, de una colaboración
intelectual de planificación para la comisión de ilícitos y el acusado
Torres Gacitúa, no aparece relacionado con tal tipo de actividad
respecto del secuestro y homicidio de Berríos. Tampoco podría
fundarse la responsabilidad penal de éste en el delito de secuestro
descrito y sancionado en el inciso final del artículo 141 del Código
Penal, vigente a la época de los hechos investigados, puesto que
órdenes de servicio lícitas difícilmente podrían significar una
relación con los verbos rectores del tipo penal, es decir, encerrar o
detener a otro, sin derecho.
En caso de estimar que hubiere mérito para dictar una
sentencia condenatoria, la defensa solicite se considere a favor de
su representado la atenuante de su irreprochable conducta anterior
contemplada en el artículo 11 N°6 del Código Penal, la que se
encuentra
comprobada
con
el
mérito
del
certificado
de
antecedentes agregado al proceso,libre de anotaciones penales y
con la declaración de los correspondientes testigos de conducta.
Además, solicita se considere su irreprochable conducta anterior
como atenuante muy calificada, conforme lo dispuesto en el artículo
68 bis del Código Penal.
Por último, la defensa del acusado Torres Gacitúa
solicita se considere a favor de su representado, la denominada
“media prescripción” y funda su pretención en la circunstancia que
los hechos materia de la presente investigación, habrían ocurrido,
según se establece en el propio auto acusatorio, desde fines de
1991 a noviembre de 1992. El plazo máximo de prescripción en
nuestro ordenamiento jurídico es de 15 años, conforme lo dispuesto
en el artículo 97 del Código Penal. Pues bien, su defendido declara
por primera vez en estos autos ante la Policía de Investigaciones el
día 8 de agosto de 2002, por lo que había transcurrido con creces
mas de la mitad del tiempo de la prescripción de la acción penal.
Así las cosas, concurren a su respecto las exigencias del artículo
193 (debe entenderse referido al artículo 103) del Código Penal,
que
establece
la
institución
comunmente
llamada
“media
prescripción”, que se traduce en el reconocimiento de dos o más
circunstancias muy calificadas y de ninguna agravante.
Con el mérito de lo antes señalado, la defensa solicita al
tribunal se sirva tener por contestada la acusación fiscal, las
adhesiones a la acusación fiscal y acusaciones particulares en los
términos expuestos en el cuerpo del escrito de fojas 13.146 y
siguientes y, en subsidio de lo principal, y para el improbable evento
que se rechace lo argumentado por dicha defensa y sea condenado
su representado, solicita se le otorguen los beneficios consagrados
en la Ley N° 18.216.
SEPTUAGESIMO SEPTIMO: Que tal como se señala en el
considerando anterior, la defensa del acusado Jaime TORRES
GACITUA, como cuestión previa, señala que como los hechos
objetos de esta investigación habrían ocurrido entre fines de 1991 y
noviembre de 1992 y, por ello se acusa a su defendido –en la
acusación fiscal y particular-, como autor del delito de secuestro
previsto en el artículo 141 inciso 4º del Código Penal, sin embargo,
la legislación aplicable es la vigente a la época de los hechos, esto
es, el artículo 141 antes de las modificaciones introducidas por la
Ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993 y luego por la ley 19.241
de fecha 28 de agosto de 1993 y finalmente por la ley 19.737 de 05
de junio de 2001.Señala que se estaría acusando a su defendido por una
disposición penal inexistente a la época de los hechos lo que
importaría un atentado grave al derecho a defensa, a lo que se
sumaría, en lo relativo al delito de secuestro, la vaguedad de la
descripción de los hechos contenida en el auto de cargos.Que este tribunal procederá a desestimar la alegación
formal de la defensa por cuanto el auto acusatorio correspondiente
fue dictado ajustándose a la normativa legal vigente a la época de
comisión de los delitos investigados.- La referencia hecha por la
defensa del acusado TORRES GACITUA a la Ley 18.222 que
según manifiesta sería de fecha 28 de mayo de 1993, resulta
errónea pues dicha ley fue publicada el 28 de mayo de 1983 y
promulgada el 20 de mayo del mismo año.Por otro lado la descripción de los hechos que sustentan
los cargos realizados a su defendido por el delito de secuestro
resultan lo suficientemente explícitos para la realización de una
adecuada defensa de su representado.Por todo lo anterior corresponde desestimar los vicios
formales aducidos por la defensa del acusado Jaime Torres
Gacitúa.En cuanto al fondo de los cargos que se le hacen al
acusado antes nombrado, en primer término, la defensa señala que
no habría existido el delito de secuestro ni menos su representado
habría tenido participación en él en caso de ser este efectivo.- Dice
que el supuesto secuestrado salió por su propia voluntad de Chile y
en Uruguay se desplazaba libremente y su defendido lo habría visto
en ese país sólo en una oportunidad, no encontrándose allí el día
15 de noviembre de 1992, cuando ocurrió el incidente de la
comisaría de Parque del Plata.- En todo caso señala que de ser
condenado sólo podría serlo por la norma que contemplaba el inciso
primero del artículo 141 vigente a la fecha de comisión del delito.-
No obstante lo señalado, resulta que la restricción a su
libertad de
desplazamiento del nombrado BERRIOS ya ha sido
latamente explicada en esta sentencia y, tal como se ha señalado,
la interpretación correcta de los verbos rectores del aludido tipo
penal, necesariamente debe realizarse teniendo en consideración el
bien jurídico protegido por la norma.- Por lo demás, sobradamente
se encuentra comprobado el largo tiempo de control a que fue
sometido este individuo, debido precisamente a la labor que éste
realizó en un laboratorio químico existente en la casa del ex agente
de la DINA, Michael Vernon TOWNLEY WELCH, donde, tal como
se ha demostrado en la presente causa procedió a la fabricación del
denominado gas sarín, que sirvió para la eliminación física de
opositores al régimen militar de la época.En lo relativo a la participación del acusado TORRES en el
señalado ilícito, ella fluye de su pertenencia a la denominada
Unidad Especial formada al interior de DINE, donde se manejaban
los antecedentes relativos a los sujetos que había necesidad de
sacar del país para los efectos de evitar que comparecieran a los
tribunales a declarar en los procesos por violación a los Derechos
Humanos que se habían reactivado precisamente en el tiempo en
que BERRIOS fue sacado del país.- Además, éste imputado tuvo un
cabal conocimiento de la real situación de afectación a su libertad,
dado que, según los dichos de Arturo SANHUEZA ROS, éste oficial
del ejército se encontraba en Parque del Plata el día 15 de
noviembre de 1992, lo que aparece corroborado por el médico del
Policlínico de esa localidad, doctor Juan FERRARI GRILLI rolante
en autos.- Asimismo, él procedió a despachar de vuelta a Chile al
acusado Marcelo SANDOVAL DURAN, según este lo señala en sus
declaraciones en el motivo cuadragésimo quinto, descartándose la
retractación de éste último según aparece de su declaración antes
referida, por no estar acreditado que su primera declaración haya
adolecido de algún vicio.Con relación al delito de asociación ilícita, por el que
también se han formulado cargos a este acusado, tal como se ha
dicho, el hecho de haber pertenecido a una unidad militar, no
permite descartar la circunstancia que al interior de ella se haya
formado una asociación con el propósito de perpetrar diversos
ilícitos para sustraer de la acción de la justicia a distintas personas
que eran o podían ser requeridas por esta.- Si las acciones que
realizó se hubieran enmarcado dentro del cumplimiento de las
órdenes del servicio a que estaba obligado por su calidad de militar,
obviamente, este podía representarlas y dicha circunstancia
exculpatoria la habría señalado y acreditado en el proceso, lo que
no ha ocurrido y por ello, necesariamente debe considerarse que el
acusado actuó al margen de la ley y que esa agrupación de
personas se formó
precisamente con esa finalidad, debiendo
tenerse en consideración que el referido ilícito se configura por el
sólo hecho de organizarse, sin que sea necesaria la perpetración de
uno o más delitos.En consecuencia, se rechazará la petición de absolución
formulada por la defensa del acusado Jaime TORRES GACITUA.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del
acusado TORRES, se accederá a otorgar a su favor la aminorante
contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la
irreprochable conducta anterior de su defendido, la que se
encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y
antecedentes agregado a fojas 2.632, exento de anotaciones
penales anteriores, rechazándose la calificación pedida por no
aparecer del mérito de autos ningún antecedente que la justifique.Finalmente. se acogerá también, la media prescripción
que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la
presentación del responsable antes de completar el tiempo de la
prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la
mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de
la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del
fondo.SEPTUAGESIMO OCTAVO: Que la defensa del acusado Raúl
Lillo Gutiérrez en el primer otrosí del escrito de fojas 13.356 y
siguientes, contesta la acusación de oficio, adhesiones a la
acusación y acusación particular deducidas en contra de su
representado. Solicita la absolución de su defendido, por las
razones de hecho y de derecho que pasa a exponer las cuales para
una mayor comprensión ha dividido en dos apartados, el primero de
ellos, contiene la petición de absolución de su representado por
existir una circunstancia que lo exime de responsabilidad criminal, y
la segunda, contiene la solicitud de absolución por no encontrarse
acreditados los delitos ni la participación en ellos del imputado Lillo
Gutiérrez.
En primer lugar, dice que el tribunal ha sometido a proceso
y acusado a su patrocinado como autor de los delitos de secuestro,
asociación ilícita y obstrucción a la justicia, pero, resulta que su
defendido tal como se acredita en el certificado médico que
acompaña en el séptimo otrosí del presente escrito, es una persona
con serios problemas psiquiátricos, pues padece de trastorno
afectivo monopolar, deterioro orgánico cerebral y personalidad
limítrofe, trastornos todos ellos de carácter crónico y con poca
respuesta al tratamiento ambulatorio, siendo tratado desde el año
1999 en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Militar. Es por dichas
circunstancias que Raúl Lillo Gutiérrez no está en condiciones de
asumir un proceso en su contra, y según lo dispone el artículo 10
del Código Penal está exento de responsabilidad criminal, pues es
una persona que por una causa independiente a su voluntad se
encuentra totalmente privado de razón.
De lo anterior se desprende que su representado debe ser
eximido de toda responsabilidad criminal, según lo dispone el
mencionado artículo 10, por lo cual solicita al tribunal se le absuelva
de toda responsabilidad de los delitos por los que se le acusa.
Por otro lado, al mencionado encartado le favorece la
eximente de responsabilidad contemplada en el artículo 10 N°10 del
señalado código, es decir, el haber obrado en cumplimiento de un
deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o
cargo. Es así, como su representado al pertenecer a una institución
regida por una disciplina estricta, jerarquías y mandos dotados de
fuertes poderes, no poseía la libertad para desobedecer órdenes,
que a simple vista, no parecían ser criminales. Tal como lo señala el
artículo 334 del Código de Justicia Militar, todo militar está obligado
a obedecer, salvo una fuerza mayor, una orden relativa al servicio
que, en uso de sus atribuciones legítimas, le fuere impartida por un
superior, lo que se conoce por la doctrina como obediencia debida.
Agrega que de esta manera no es posible desconocer el
hecho que su representado era un subalterno, que recibía órdenes
que no podía cuestionar o desobedecer, no sin a lo menos sufrir
fuerza moral en razón al oficio que desempeñaba, es por ello, que
en este caso existe una inexigibilidad de otra conducta por el
condicionamiento que ejerce en el subordinado el superior
jerárquico.
En subsidio, la defensa solicita la absolución de su
representado, por no encontrarse debidamente acreditados los
ilícitos ni la participación en ellos del acusado Lillo Gutiérrez.
En primer término, la defensa señala que se referirá al
delito de secuestro establecido en el inciso cuarto del artículo 141
del Código Penal y por el cual se acusa a su representado de tener
una participación en calidad de autor.
A este respecto señala que la norma que tipifica el
mencionado delito, es el señalado artículo 141 del Código Penal, el
cual al respecto dispone que: “El que sin derecho encerrare o
detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito de
secuestro y será castigado con la pena de presidio o reclusión en su
grado máximo…”.
Dice que, como se vé, en este caso las conductas
tipificadas son las de “encerrar” o “detener” y en autos ha quedado
establecido que su representado jamás ha realizado alguna de
estas conductas y, que sólo acompañó a Berríos a Uruguay, tal
como consta de las declaraciones de fojas 1.593 y siguientes,
nunca lo encerró o detuvo, inclusive paseó con él, tanto en Uruguay
como en Argentina, y sólo realizó viajes esporádicos para llevarle
dinero y acompañar a la esposa de éste para que lo visitara. Por lo
tanto, en primer lugar nunca realizó ninguna de las conductas
tipificadas por el legislador penal, por lo tanto, no existe delito al
respecto y mucho menos una participación en él de su
representado.
En lo que dice relación al delito de asociación ilícita por el
que se acusa a éste encausado, señala que no existe tal delito y
mucho menos una participación en él de su defendido. A este
respecto, los artículos que sancionan el delito de asociación ilícita
son los artículos 292 del Código Penal
en relación con el artículo
293 del mismo cuerpo legal, a saber, el mencionado artículo 292
señala lo siguiente: “Toda asociación formada con el objeto de
atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra
las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el
solo hecho de organizarse”.,y el artículo 293 dispone que :”Si la
asociación ha tenido por objeto la perpetración de crímenes, los
jefes, los que hubieren ejercido mando en ella y sus provocadores,
sufrirán la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados”.
En lo que dice relación a éste ilícito no se configuran los
supuestos para configurar el delito de asociación ilícita, pues no
hubo una concertación previa por parte de los acusados y, en lo que
dice relación a su representado no se puede establecer que
pertenecía a una asociación que tuviese como objetivo atentar
contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las
personas o la propiedad, pues el solo recibía instrucciones por
pertenecer a una organización conocida como DINE (Dirección de
Inteligencia del Ejército), la cual no puede ser considerada como
una asociación ilícita, pues forma parte de una institución legal,
como es el Ejército de Chile.
A lo dicho respecto de la inexistencia de la asociación ilícita,
se debe agregar que su representado nunca tuvo una participación
en la mencionada asociación, ni como jefe de ella, ni ejerciendo
mando, ni provocando las acciones, como miembro de la referida
organización fue destinado a distintas operaciones entre ellas, la de
llevar dinero a Berríos, pero nunca cometió ilícito alguno.
Referente al último delito por el cual se acusa a su
representado, esto es, un presunto delito de obstrucción a la justicia
que estaría previsto y sancionado en el artículo 269 bis del Código
Penal, éste ilícito actualmente no existe, pues fue sustituido con
fecha 14 de noviembre de 2005 por el delito de obstrucción a la
investigación, por lo tanto, no se podría acusar a su patrocinado por
un delito que no existe, pues de modo contrario se estaría
atentando contra el principio de legalidad, el cual tiene un
reconocimiento no sólo legal, sin también constitucional, y que,
además, es reconocido ampliamente por la jurisprudencia de
nuestros tribunales.
Además, tal como se señaló en lo principal del presente
escrito, de conformidad a los artículos 93, 94 y 95 del Código Penal
las acciones penales derivadas de todos los ilícitos por los cuales
se acusa a su representado se encuentran prescritas.
En subsidio de lo anterior, si se rechazaran los
argumentos anteriormente señalados, solicita se tenga presente
que ha transcurrido más de la mitad de la prescripción, por lo que,
para el eventual caso de imponer una pena a su representado se
debe aplicar el artículo 103 del Código Penal y, considerar, además,
que Raúl Diego Lillo Gutiérrez ha tenido una irreprochable conducta
anterior y que no ha tenido inculpación alguna en otro proceso, por
lo que solicita se le considere como atenuante muy calificada.
Además, solicita se considere a favor de su defendido las
aminorantes de los números 1 y 9 del artículo 11 del código recién
señalado, la primera vinculada al N°10 del referido artículo, como
eximente
incompleta
y,
la
otra,
por
haber,
colaborado
sustancialmente al esclarecimiento de los hechos. De esta manera,
en el eventual caso de existir una condena, el tribunal debe rebajar
la pena en dos o tres grados, dado el número y calidad de las
atenuantes señaladas.
Finalmente, la defensa solicita se tenga por contestada la
acusación de oficio, las adhesiones a ésta y las acusaciones
particulares deducidas en contra de Raúl Lillo Gutiérrez por los
presuntos delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la
justicia, solicitando se le absuelva en definitiva, por no haber tenido
participación alguna en los hechos.
En subsidio, solicita que el tribunal declare la prescripción
de la acción penal y la correspondiente extinción de toda
responsabilidad criminal, de conformidad a lo dispuesto por los
artículos 93,94 y 95 del Código Penal. Por último, en subsidio,
acoger la aminorante de haber transcurrido más de la mitad del
plazo de prescripción y las atenuantes de los numerales 1,6 y 9 del
artículo 11 del Código Penal.
SEPTUAGESIMO NOVENO: Que en primer término, la defensa del
acusado Raúl LILLO GUTIERREZ ha señalado que éste no está en
condiciones de asumir un proceso en su contra, y según lo dispone
el artículo 10 del Código Penal, está exento de responsabilidad
criminal, pues es una persona que por una causa independiente a
su voluntad, se encuentra totalmente privado de razón.- Esto, lo
acredita con un certificado médico que acompaña en el séptimo
otrosí del escrito referido en el fundamento anterior, el que indica
que el referido acusado, es una persona con serios problemas
psiquiátricos, pues padece de trastorno afectivo monopolar,
deterioro orgánico cerebral y personalidad limítrofe, trastornos todos
ellos de carácter crónico y con poca respuesta al tratamiento
ambulatorio, siendo tratado desde el año 1999 en el servicio de
psiquiatría del Hospital Militar.-
Esta petición será rechazada por el Tribunal, por cuanto
del mérito de los exámenes médicos acompañados a los autos que
rolan a fojas 5.634 y siguientes, aparece que este acusado no
padece de un trastorno mental que signifique que su imputabilidad
se encuentre disminuida total o parcialmente.Con relación a la eximente de responsabilidad criminal
contemplada en el Artículo 10 Nº10 del Código Penal, es decir, el
haber obrado en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo
de un derecho, autoridad, oficio o cargo.- Fundada en el hecho de
no haber poseído la libertad para desobedecer ordenes, que a
simple vista, no parecían ser criminales.- Esta alegación, también
será rechazada, por cuanto no aparece del mérito de autos que este
acusado haya representado la orden ilegal que se le impartió, y, por
otra parte, la propia actividad que realizó con la víctima,
evidentemente demuestra que no pudo menos que conocer que las
ordenes que se le daban se apartaban de la ley.También la defensa señala que deberá dictarse sentencia
absolutoria por no estar debidamente acreditado los ilícitos ni la
participación en ellos del acusado LILLO GUTIERREZ.Lo anterior, también será desestimado por el tribunal,
puesto que, la participación de LILLO en los delitos de secuestro y
de asociación ilícita se encuentra plenamente comprobada con los
elementos de juicio que se consignan en los fundamentos décimo y
décimo cuarto, que anteceden.Por lo demás, el hecho que éste acusado haya
acompañado a BERRIOS en algunos paseos en Uruguay, no
permiten demostrar que no haya tenido participación en el
secuestro de éste, puesto que la labor que éste empleado civil del
Ejército realizaba era la de mantener un control permanente sobre
las actividades del secuestrado, de su cónyuge y de su familia más
cercana.- Asimismo, como se dicho anteriormente, el bien jurídico
protegido por el delito de secuestro es la libertad
de
desplazamiento y ella se encontraba afectada por la acción del
nombrado LILLO.Con relación al delito de asociación ilícita, la defensa
sostiene que por ser este acusado un empelado civil del Ejército,
formaba parte de una institución legal y por ello no podría ser
acusado de ser integrante de la referida asociación.Lo anterior, también será desestimado por el tribunal
puesto que el hecho señalado por la defensa no impide que al
margen de la legalidad y no obstante formar parte de una
institución, como es el Ejército, pueda constituirse una agrupación
destinada a cometer delitos, de la cual, éste acusado formó parte
en los términos que contempla el artículo 294 del Código Penal,
recalificándose de esta manera su grado de intervención en la
misma y accediéndose a lo peticionado por los acusadores
particulares.Que en lo referente al delito de obstrucción a la justicia, tal
como lo señala la defensa, actualmente ese tipo penal fue derogado
por la ley Nº20.074 y, reemplazado por el delito de obstrucción a la
investigación –que es de cargo del Ministerio Público-, por tal razón,
y haciendo aplicación de la norma contemplada en el artículo 19
Nº3 inciso séptimo de la Constitución Política de la República y del
artículo 18 inciso 2º del Código Penal, procederá dictar sentencia
absolutoria a favor del acusado Raúl LILLO GUTIERREZ, por este
capítulo del auto de cargos.Finalmente, se rechaza la renovación de la alegación de
prescripción de las acciones penales, por haberse suspendido el
término correspondiente con la interposición y proveído de la
querella de fojas 421 y siguientes.Subsidiariamente, la defensa alega a favor de su
representado la circunstancia atenuante contemplada en el artículo
11 Nº6 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta
anterior, que reúne la calidad de muy calificada.Asimismo, invoca la aminorante del artículo 11 Nº1 en
relación con el artículo 10 Nº1 del Código Penal y, también la del
Nº9 del señalado artículo 11 de dicho cuerpo legal.- Por último,
alega la denominada prescripción gradual contemplada en el
artículo 103 del Código Penal, señalando que su defendido a tenido
una irreprochable conducta anterior y como no ha tenido inculpación
alguna en otro proceso, solicita se le considere como atenuante
muy calificada.El tribunal acogerá la aminorante de la irreprochable
conducta anterior del acusado LILLO, tal como aparece del mérito
de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 2.630 y
con la testimonial de conducta rendida en su favor a fojas 14.300 y
siguientes, sin que dicha atenuante pueda ser calificada por no
existir motivo para ello.- También, concurre en su favor la
prescripción gradual o media prescripción, contemplada en el
artículo 103 del Código Penal, puesto que el responsable fue habido
antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal,
pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso
y, en tal virtud, deberá el tribunal considerar el hecho como
revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y
de ninguna agravante y aplicar las reglas de los artículos 65, 66, 67
y 68 del referido cuerpo legal, en la imposición de la pena.-
Se rechazarán las restantes aminorantes invocadas por no
estar debidamente comprobadas del mérito de de autos en el caso
de la
atenuante de la eximente incompleta y por no aparecer
suficientemente comprobado que haya colaborado sustancialmente
al esclarecimiento de los hechos, tal como lo señala su defensa.OCTOGESIMO: Que la defensa del acusado Manuel Pérez
Santillán en lo principal y primer otrosí del escrito de fojas 13379 y
siguientes, contesta la acusación fiscal y acusaciones particulares
deducidas en contra de su representado antes mencionado.
Solicita que su defendido sea absuelto de los cargos que
pesan sobre él, como presunto autor de los delitos de secuestro y
asociación ilícita.
Con relación al primero de los delitos antes referidos, esto
es, asociación ilícita, señala que a lo largo de esta investigación se
ha acreditado que durante los años 1991 a 1993,bajo la
comandancia de los Generales de Ejército Ramírez Rurange y
Covarrubias, existió una unidad especial de análisis al interior de la
Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE),encargada entre otras
funciones, de sustraer de la acción de la justicia, a determinados
individuos que en algunos casos se vinculaban a procesos de
Derechos Humanos en calidad de testigos y, en otros, en calidad de
imputados; lo anterior, con el objeto de entorpecer la acción de la
justicia y el esclarecimiento de los hechos. En este contexto, la
unidad de análisis especial de manera activa colaboró y actuó de
forma directa en la salida del país de, a lo menos, tres personeros
estrechamente vinculados a la violación de derechos durante el
régimen del General Pinochet, los señores Herrera Jiménez,
Sanhueza Ross y el señor Eugenio Berríos.
A lo largo de esta investigación y particularmente
mediante el testimonio del señor Marcelo Ariel Sandoval Durán,
rolante a fojas 1912,la organización interna, composición y jerarquía
de la Unidad Especial de Análisis, ha quedado acreditada como
sigue: 1) en su cúspide, ejerciendo roles de mando, el acusado
Arturo Silva Valdés; 2) Le sigue, el capitán señor Pablo Rodríguez
Márquez; 3) Teniente Sr. Jaime Torres Gacitúa; 4) Empleado Civil
Sr. Raúl Lillo Gutiérrez; 5) Sargento Primero Nelson Hernández
Franco; 6) Sargento Primero Sr. Luis Vergara Bravo; 7) Sargento
Segundo Sr. Marcelo Sandoval Durán y, 8) Cabo Primero Sr.
Nelson Román Vargas. A todo lo anterior, debe sumarse que de las
declaraciones de los propios imputados y de los Generales Ramírez
Rurange y Covarrubias, ha quedado demostrado que la Unidad
Especial de Análisis dependía directamente del General Director de
Inteligencia del Ejército y se coordinaba intermedio del acusado
Silva Valdés. Lo anterior, se ve reafirmado por las declaraciones del
acusado Nelson Román Vargas rolante a fojas 1917,quien sostiene
que la unidad especial se encontraba al mando de Silva Valdés y
dependía directamente del Director de DINE; ratifican la anterior
conclusión los dichos de Pablo Rodríguez Márquez rolante a fojas
1549, quien señala: “Todas las labores que desarrollé en la
Dirección de Inteligencia del Ejército lo fueron bajo dependencia
directa del Director General Ramírez Rurange quien me encomendó
conforme a un grupo especial de trabajo y por lo mismo debía
rendirle cuentas directamente, sin que pudiera llevar adelante
trabajos en forma personal”. Súmase a lo anterior las declaraciones
del propio General Covarrubias rolante a fojas 1500, quien sostiene:
“En relación a las funciones que desarrollaba Arturo Silva Valdés en
el DINE, podría señalar que, si no todas, en su gran mayoría eran
de conocimiento del Director de DINE, específicamente, no podría
haber salido del país, sin que dicho Director lo supiera”.
Por otra parte, los objetivos perseguidos por dicha unidad
o sus funciones también han quedado acreditadas a través de las
declaraciones del Sr. Silva Valdés, también por intermedio de las
declaraciones de Pablo Rodríguez Márquez y de los propios
Generales Directores de DINE imputados, de cuyo mérito se
desprende con claridad que las funciones encomendadas a la
Unidad Especial de Análisis eran de dos tipos: Uno) constituir la
avanzada del Comandante en Jefe del Ejército de la época. Dos)
planificar y llevar a efecto el programa de control de bajas.
Por otra parte, a lo menos, en relación a los imputados
Silva Valdés Rodríguez Márquez, Ramírez Rurange y Covarrubias,
salta a la vista del mérito de los antecedentes reunidos durante la
investigación, la existencia de un objetivo común perseguido,
querido y deseado por todos los intervinientes, esto es, evitar que la
imagen del Ejército y la de su Comandante en Jefe se viera
mancillada o amenazada con el testimonio de uniformados o
personal civil ligado a organismos de seguridad, en las causas
sobre violación a derechos humanos que se ventilaban ante los
tribunales de justicia.
En general, la doctrina sostiene en relación al delito de
asociación ilícita que aquello que ofende es el propio poder del
Estado, su primacía en cuanto institución política y jurídica
comprometida por la mera existencia de otra institución, provista de
fines antitéticos a los suyos y que le discute la hegemonía o
monopolio del orden jurídico y político, se trata, como también ha
puntualizado la jurisprudencia de nuestros tribunales de una
organización viva.
Agrega la defensa, ahora bien, si se toman los distintos
elementos y antecedentes recabados durante esta investigación en
relación al Grupo de Análisis Especial, se puede concluir que su
principal función consistía en ejecutar el plan de control de bajas,
esto es, sustraer a distintas personas ligadas a procesos de
derechos humanos, en algunos casos, eventuales imputados y, en
otros, eventuales testigos, precisamente para rivalizar con la
supremacía de la función jurisdiccional del Estado, el móvil de los
integrantes de esta organización no era otro que el de entorpecer la
función jurisdiccional del Estado, afectarla, incluso ponerla en
peligro en relación a las investigaciones que se llevaban a cabo en
causas de derechos humanos.-Razón por la cual, cree la defensa,
que en relación al Grupo de Análisis Especial, nos encontramos en
presencia de un cuerpo vivo, más o menos organizado, permanente
en el tiempo, con una jerarquía propia, reglas propias, fines y
objetivos definidos y destinados a poner en jaque la función
jurisdiccional del Estado, que a la luz del derecho, puede y debe ser
sancionado a título de asociación ilícita.
Sin perjuicio de lo anterior, cuando uno analiza el auto
acusatorio, no es posible sustraerse al hecho, de que el persecutor
también ha sostenido cargos en contra de su defendido como
presunto autor del delito de asociación ilícita y, según su opinión,
dicha imputación resulta infundada, por cuanto, de las propias
declaraciones de los integrantes de la referida asociación resulta
claro y contundente que ninguna participación cabe a su defendido
Manuel Pérez Santillán en la estructura orgánica de esta
asociación, que se abocara a fines criminales.
Sin embargo, dice que la defensa no puede dejar de
reconocer que es un hecho de la causa que el Comandante Pérez
Santillán, viajó al Uruguay con el objeto de visitar a Eugenio Berríos,
lo que hizo en cumplimiento de una orden impartida por el General
Ramírez Rurange, el cual señala que se envió a éste oficial porque
se buscaba a alguien que no estuviera relacionado ni relacionara al
DINE y también se le había informado que era amigo del nombrado
Berríos.
Señala la defensa que para afirmar la existencia y
pertenencia de un individuo a un cuerpo vivo organizado con
carácter de asociación ilícita se requiere algo más que simplemente
aparecer involucrado en ciertos actos que puedan revestir carácter
de delito, se requiere la existencia de convergencia subjetiva, la
existencia de un acuerdo previo de pertenencia o en otras palabras
la existencia de un vínculo asociativo que haga que todos sus
integrantes quieran y busquen los mismos objetivos.
En otros términos, para integrar el elemento psicológico
de la asociación es necesaria la conciencia y voluntad de asociarse
teniendo la finalidad de cometer delito, o sea, contribuir a la
realización del programa delictivo. Precisamente, sobre este punto,
la imputación de cargo que se sostiene en contra de su
representado crece de base, puesto que no existen antecedentes a
lo largo de esta investigación, que hagan, a lo menos, presumir la
existencia de esta convergencia subjetiva o vínculo asociativo, muy
por el contrario, de las propias declaraciones del imputado Ramírez,
se puede desprender, que éste utilizó a Pérez Santillán enviándolo
al Uruguay para no levantar sospecha. Sobre este punto, cree que
resulta claro, que la asociación ilícita conformada por el grupo de
operaciones especiales, dirigida por el imputado Ramírez, con el
objeto de cumplir sus objetivos y velar por su impunidad, se valió de
un sujeto ajeno a la organización criminal y abusando de su mando
y jerarquía militar, Ramírez utilizó a este sujeto extraño a la
organización como mero instrumento de sus designios.
En razón de los antecedentes expuestos, esta defensa
insta por la absolución de Manuel Pérez Santillán de las
imputaciones de cargo, que como autor del delito de asociación
ilícita se sostienen en su contra.
Con relación a la imputación de cargo como presunto autor
del delito de secuestro deducida en contra de Manuel Pérez
Santillán, la defensa solicita su absolución sobre la base de los
antecedentes que expone:
Dice que los móviles de la operación realizada para el
egreso de Berríos del país, han sido acreditados a lo largo de esta
investigación, por un lado, para Eugenio Berríos resultaba
conveniente salir del país a objeto de sustraerse de la acción de la
justicia, pues mantenía vigente procesos penales ante el 6°
Juzgado del Crimen como autor de delitos reiterados de giro
fraudulento de cheques y, por otro lado, para el General Ramírez
resultaba conveniente ayudar a Berríos a salir del país y financiar su
estadía en el extranjero a objeto de impedir que prestara
declaración en el marco de la investigación que substanciaban los
tribunales de justicia por violación a los derechos humanos durante
el régimen militar.
Dice, que es un hecho de la causa, que durante la primera
etapa de la permanencia de Berríos en Uruguay, su representado
por órdenes de Ramírez viaja al Uruguay y visita a aquel, primero
en el Hotel Hispanoamericano y, luego, se reúnen en una plaza
pública, el objetivo del viaje, Ramírez le pide a Pérez que le
transmita a Berríos que su conducta de sistemáticos escándalos en
centros públicos productos de sus borracheras deben cesar. Agrega
la defensa que hasta este punto, no existen antecedentes que
permitan imputar participación alguna en el delito de secuestro a su
defendido, él no privó de forma directa o indirecta la libertad de
Berríos, no se concertó, ni conspiró sobre el punto, se limitó a viajar
al Uruguay por órdenes de Ramírez a pedirle a Berríos que
detuviera los escándalos públicos producto de su vida licenciosa.
A la luz de estos antecedentes y conforme a lo dispuesto
por el artículo 141 del Código Penal, la defensa no vislumbra como,
la conducta del acusado Pérez Santillán se subsume en aquella
que consiste en privar sin derecho la libertad de otro, si por el
contrario, toda la prueba de cargo reunida a lo largo de esta
investigación, permite acreditar, que Berríos no encontraba afectada
su libertad ambulatoria y seguridad individual al ser visitado por su
representado.
A la luz del artículo 141 del cuerpo de leyes antes
mencionado y la descripción de la conducta incriminada, puede
colegirse que los verbos rectores del tipo son encerrar y detener,
ambas conductas se traducen en la impedición de ejercer la
facultad de cambiar de lugar libremente. Así pues, la detención es la
aprehensión de una persona acompañada de la privación de su
libertad, la que incluye conductas tales como amarrar, aturdir,
narcotizar, etc. Es decir, consiste en obligar a una persona a estar
en un lugar contra su voluntad, privándosele, así, de su libertad
ambulatoria.
El encierro consiste en mantener a una persona en un
lugar de donde no pueda escapar, aunque el espacio en que se le
mantiene tenga salidas, que el encerrado no conoce o que su
utilización sea para éste peligrosa o inexigible.
Ninguna de estas dos conductas pueden ser imputadas a
Pérez
Santillán, máxime cuando es un hecho de la causa
establecido por intermedio de prueba no controvertida, que este se
reunió en una plaza y luego en el Hotel Panamericano con Berríos,
para posteriormente retornar a Chile, sin que existan antecedentes
que permitan imputar a su defendido ni la aprehensión o encierro de
la víctima.
Por otra parte, la defensa manifiesta que en el auto
acusatorio el juez debe describir los hechos que constituyen las
infracciones penales imputadas, cuestión que en la práctica no
ocurre y que queda demostrado formulando una simple interrogante
¿Cuál es la conducta de encierro o detención que ejecuta Manuel
Pérez Santillán, en perjuicio de Eugenio Berríos?, dice que el auto
de cargos no contiene esa descripción. Lo anterior se suma al
cúmulo de razones que conducen inexorablemente a la absolución
del imputado por este cargo.
Finalmente, dice que existe una última etapa que se
desarrolla en el departamento de calle Buxareo. Como con el
transcurso del tiempo la permanencia de Eugenio Berríos en
Montevideo continuó siendo un verdadero dolor de cabeza para la
Inteligencia Uruguaya y el DINE, la vida licenciosa de aquel y los
continuos informes de los servicios de inteligencia uruguayos
determinaron que se tomara en arrendamiento el departamento de
calle Buxareo, hasta donde trasladó su morada Eugenio Berríos y
se le designó por parte del DINE personal de custodia para vigilar
sus movimientos en Montevideo. Es a partir de este punto, que la
libertad
de
Berríos
puede
considerarse
amagada
por
las
actuaciones del grupo de operaciones especiales del DINE, como
fluye de las múltiples declaraciones recopiladas a lo largo de esta
investigación penal, pero, respecto de estos hechos, no existen
antecedentes para formular reproche alguno en contra de su
defendido Manuel Pérez Santillán y por ello solicita su absolución.
En subsidio, de las referidas alegaciones y para el caso
improbable que el tribunal no compartiera los argumentos de la
defensa, invoca a favor del acusado la atenuante de su
irreprochable conducta anterior, contemplada en el N°6 del artículo
11 del Código Penal, la que solicita se le considere como muy
calificada en los términos del artículo 68 bis de ese cuerpo legal.
OCTOGESIMO PRIMERO: Que el abogado Sr. Gustavo MENARES
CARRERAS en lo principal y primer otrosí de su escrito de fojas
13.379 y siguientes, contesta la acusación fiscal y acusaciones
particulares deducidas en contra de su representado Manuel
Antonio PEREZ SANTILLAN, a quién por la primera de ellas se le
atribuye responsabilidad en la comisión de los delitos de secuestro
contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y de
asociación ilícita descrita en los artículos 292 y 293 del señalado
cuerpo legal.- Asimismo, la acusación particular del Consejo de
Defensa del Estado le atribuye la misma responsabilidad en cuanto
se refiere al delito de secuestro y en lo que dice relación con el
delito de asociación ilícita manifiesta que se le imputa el cargo de
autor del referido ilícito contemplado en los artículos 292 y 294 del
Código Penal.Que, con relación al delito de asociación ilícita, tal como
lo señala la defensa, este acusado no tiene responsabilidad en él.Efectivamente, a la fecha de ocurrencia de los hechos él cumplía
funciones como oficial del ejército en el departamento de Pasajes y
Fletes, dependiente de la Dirección del Personal, que se encuentra
a cargo de un General del Ejército.- Así las cosas, como del mérito
de la investigación se ha averiguado con certeza que la salida del
país de Eugenio BERRIOS fue realizada por un grupo de personas
que pertenecían a una unidad especial de la Dirección de
Inteligencia del Ejército y que para su mantención en Uruguay se
contó con la participación de oficiales del Ejército de ese país,
resulta que la responsabilidad que se atribuye a este acusado
queda circunscrita al hecho de haber viajado en cumplimiento de
una orden impartida por el General RAMIREZ RURANGE, que a la
sazón, oficiaba como Director de DINE, con el objeto de que
conversara con BERRIOS y le manifestara que debía mantener una
buena conducta en atención a que los numerosas reclamos que
recibía este oficial superior, por parte de militares uruguayos podía
llegar
a
deteriorar
las
relaciones
existentes
entre
ambas
instituciones.- Asimismo, un hecho de la causa también lo
constituye el conocimiento que este acusado mantenía con
BERRIOS y la amistad que tenía con él y su familia.No obstante, no tener una dependencia institucional con
el oficial superior que le impartió la orden, la que sin embargo fue
puesta en antecedentes de su superior jerárquico –General
DARRIGRANDI-, el nombrado PEREZ SANTILLAN viajó en
comisión de servicios a Uruguay y se entrevistó con Eugenio
BERRIOS a quién le transmitió las instrucciones que había recibido
por parte del General RAMIREZ RURANGE y, hasta allí habría
llegado su participación en estos hechos.Lo anterior demuestra que no existió una vinculación ni
un concierto previo con la asociación ilícita que procuró y ejecutó el
egreso de BERRIOS de Chile, por lo que deberá ser absuelto por
éste capítulo de la acusación fiscal y particular.-
Sin embargo, en lo que se refiere al delito de secuestro,
si bien es cierto, él no tuvo una participación directa, ni en su
organización
ni
en
su
precedentemente constituye
ejecución,
la
conducta
señalada
una cooperación a la ejecución del
ilícito, la cual, dada las particulares circunstancias de su viaje a
Uruguay y su conocimiento previo de las actividades desarrolladas
en los organismos de seguridad del Régimen Militar por parte de
BERRIOS, no pudo ser desconocido que la estadía de este último
en el país antes señalado era forzada, es decir, contra su voluntad.Por las razones antes expuestas, se procederá a
recalificar el grado de participación del nombrado PEREZ
SANTILLAN en el delito de secuestro que se le atribuye en la
acusación fiscal y particular, en el cual ostenta la calidad de
cómplice.En cuanto al delito de asociación ilícita, también en virtud
de lo antes señalado y lo expuesto a ese respecto por su defensa –
alegaciones que este tribunal comparte-, como se ha dicho, se le
exculpará del referido cargo.Con relación a la aminorante de responsabilidad penal
alegada por su defensa, esto es, la contemplada en el artículo 11
Nº6 del Código Penal, vale decir, su irreprochable conducta
anterior, ella será acogida por el tribunal, por cuanto se encuentra
suficientemente comprobada con el mérito de su extracto de
filiación y antecedentes agregado a fojas 5.790, exento de
anotaciones prontuariales pretéritas.Se rechaza la calificación pedida por no existir ningún
antecedente probatorio que la justifique.OCTOGESIMO SEGUNDO: Que en el primer otrosí del escrito de
fojas 13.538 bis la defensa de los acusados Tomas CASSELLA
SANTOS, Eduardo RADAELLI COPOLLA y Wellington SARLI
POSE solicita se tengan presentes por el tribunal lo que denomina
inconsistencias en la investigación.
Asimismo, señala que con el objeto de poder determinar
las inconsistencias que dicha defensa estima que existen en el
proceso y, consecuencialmente en la acusación de autos, se
transcribe la misma y se destaca en negrillas y entre paréntesis con
numeración del 1 al 24.
A
continuación
la
referida
defensa
transcribe
literalmente el número 2° del Auto Acusatorio y destaca
determinados
hechos
en
la
forma
que
se
ha
señalado
anteriormente. Por razones de economía procesal éste tribunal para
evitar repetir innecesariamente los pasajes del señalado auto de
cargos, se referirá solamente a los números y a los pasajes que se
han señalado como inconsistentes.
Así las cosas, en primer término la resolución antes
mencionada contiene un vocablo y una frase que se refieren al
hecho de haber sido mantenido el tantas veces aludido Eugenio
BERRIOS SAGREDO “oculto” en dependencias del Batallón de
Inteligencia del Ejército (BIE),permaneciendo en una habitación
ubicada en el subterráneo de dicho cuartel militar, con pleno
conocimiento del Comandante del Batallón, sin que la aludida
“privación de libertad del sujeto” antes nombrado haya sido
dispuesta por autoridad facultada para hacerlo, ni menos sea
permitida por la reglamentación institucional el acceso de
particulares para permanecer y/o pernoctar en un cuartel militar, lo
que solo es posible con la autorización del respectivo comandante.
Dice la defensa, que respecto del auto acusatorio, en
cuanto al delito de “secuestro”, resulta necesario que se analicen en
conjunto los antecedentes que se tuvieron a la vista por el juez para
dictar la resolución, al hacerlo se llega a la conclusión que
solamente un testigo de oídas fundamenta esta conclusión, como
pasa a demostrar, a continuación, realizando una descripción y
análisis parcial de numerosos testimonios y órdenes de investigar.
Finalmente, arriba a la conclusión que el único testigo que afirma
que Eugenio BERRIOS estuvo “secuestrado” es Katia MEDINA,
pero, por dichos de terceros, los que además, no ha podido
identificar a cabalidad. El resto de las personas que supieron de su
presencia, declaran que se estaba alojando, que allí adentro se
movía con total libertad y que habría sido invitado por el
Comandante.
Luego, la defensa describe la siguiente frase: “País en el
que con la cooperación de oficiales del Ejército de eses país,se les
mantuvo fuera del alcance de la justicia chilena por encontrarse
comprometidos en procesos por violaciones a los derechos
humanos”.
Dice que el concepto de “cooperación”, en el cual se
fundamenta esta aseveración del acusador, no se condice con el
mérito del proceso, toda vez que la información que se manejaba
respecto de la identidad de BERRIOS y los motivos de su viaje (sin
perjuicio de la situación de Sanhueza), no eran de conocimiento
general ni en los estamentos del Ejército de Chile y mucho menos
en el de Uruguay, como dice que demostrará.
Luego de hacer una larga enumeración de testigos y
describir parcialmente sus declaraciones y careos, como, asimismo,
realizar un análisis no completo de los dichos de los acusados
Cassella y Sarli, llega a la siguiente conclusión: “No está acreditado
que “los uruguayos” cooperaron para mantener a BERRIOS,
HERRERA y SANHUEZA, lejos del alcance de la justicia chilena, ni
que supieran que estuvieran comprometidos en procesos de
DDHH., no existe ninguna manifestación a este respecto por parte
de los testigos y solamente son conclusiones que carecen de
conectividad con la investigación.
En el caso que los uruguayos están acusados, esto es,
la salida de Eugenio BERRIOS hacia Uruguay y la cooperación de
ellos para la estadía en ese país existen varias declaraciones que
demuestran que la verdadera identidad de BERRIOS sólo era
manejada al más alto nivel del Ejército de Chile, es decir, al nivel de
Dirección del DINE. Todos los otros funcionarios chilenos
involucrados desconocían que Tulio ORELLANA era Eugenio
BERRIOS. Mientras que los uruguayos, si prestaron cooperación lo
hicieron con Hernán Tulio PAREDES, recuérdese que en Uruguay
se supo la verdadera identidad cuando ocurrió el incidente en la
seccional policial de Parque del Plata, a un año de su llegada a
Uruguay, el 15 de Noviembre de 1992.Más reafirma esta tesis es
que dos de ellos se encontraban en destinos que no tenían nada
que ver con la inteligencia militar.
Por los antecedentes aportados los únicos que podrán
haber sabido la verdadera razón para sacar a los nombrados de
Chile, eran quienes desempeñaron los cargos de Director de DINE
y tal vez estamentos superiores, inclusive se podría catalogar como
una operación de inteligencia en la que los subordinados
participantes desconocían el propósito, pero esto es solamente para
Chile, lo que es contradictorio afirmar que los uruguayos cooperaron
para evitar la actuación de la justicia chilena, cuando casi todos los
chilenos involucrados no estaban informados de ello.
Finalmente, es importante situarse en el contexto histórico,
en el año 1991, el nombre de EUGENIO BERRIOS SAGREDO no
era o no tenía ningún grado de trascendencia pública y solamente a
través de los años y luego de largas investigaciones judiciales este
nombre adquiere en Chile notoriedad, para luego y mucho más
tarde, salir el mismo de nuestras fronteras, por lo que en Uruguay
habría sido lo mismo decir EUGENIO BERRIOS SAGREDO o
HERNAN TULIO PAREDES ORELLANA.
A continuación la defensa señala en el N°4 la parte de la
resolución –auto acusatorio- que dice lo siguiente:” Cuyos gastos de
estadía en el exterior eran solventados con fondos de ese
organismo, situación que era conocida por la secretaria del
nombrado Silva Valdés y empleada civil de la unidad “Asesoría de
Análisis”, Sra. Erika Silva Morales y por parte del suboficial de la
misma unidad Nelson Hernández Franco.”
Agrega, que la afirmación del auto acusatorio no se
condice en absoluto con lo manifestado por los testigos que
depusieron en el sumario, respecto del manejo de los fondos que
habrían servido para sustentar los gastos de estadía en el exterior
de chilenos vinculados al Ejército, como demostrarían las
declaraciones de los acusados recién mencionados.
Como conclusión expone que resulta evidente que los
testigos antes referidos ignoraban totalmente el manejo de los
fondos en dinero que se ocupaban para sustentar los gastos de los
chilenos vinculados al Ejército que se encontraban en el exterior.
En el N°5, dice lo siguiente:”Debido a que esta operación
fue apoyada por militares de la inteligencia uruguaya debe evitarse
la repetición de episodios que puedan involucrar a ese organismo y
deteriorar las relaciones interinstitucionales”.
La afirmación que se subraya es contradictoria con los
antecedentes
reseñados,
toda
vez
que
Eugenio
Berríos
efectivamente salió de Chile y estuvo en Uruguay, pero nada existe
en las pruebas que fundan la imputación, respecto de alguna
“operación que estuviera apoyada por militares de la inteligencia
uruguaya.
Luego de analizar las conclusiones del investigador
policial, como también, parcialmente las declaraciones de los
acusados Lillo, Silva, Ramírez y careo de Ramírez con Silva y en la
misma forma, el exhorto por el que se toma declaración al General
uruguayo de apellido Aguerrondo, la defensa de los acusados de
nacionalidad uruguaya arriba a las siguientes conclusiones:”Los
únicos acusados en esta causa que tienen nacionalidad uruguaya
son sus representados CASSELLA, RADAELLI y SARLI, por lo que
necesariamente quienes serían los miembros de la inteligencia
uruguaya que participaron en estos “presuntos ilícitos”,solamente
pudieron ser ellos.
Señala que de los años que se investiga esta causa, se ha
podido concluir que sus representados a la fecha de salida de
BERRIOS de Chile y su llegada a Uruguay, éstos se encontraban
en las siguientes destinaciones:
- Año 1991 Teniente coronel Tomás CASSELLA SANTOS
se encontraba en el Servicio de Inteligencia del Ejército, como Jefe
de Estado Mayor Personal de la Dirección.
-
Año
1991
Mayor
Wellington
SARLI
POSE
se
encontraba en el Instituto Militar de Estudios Superiores, en calidad
de alumno.
- Año 1991 Capitán Eduardo RADAELLI COPPOLA se
encontraba en la Compañía de Contra Información del ejército,
funciones administrativas.
- Año 1991 General Mario AGUERRONDO se encontraba
en el Estado Mayor Conjunto.
Se desprende que ninguno de los mencionados en el año
1991 estaba con destino en la DGID, por lo tanto es imposible que
se haya coordinado con esa dependencia la llegada de BERRIOS.
Igualmente resulta paradójico que se considere en la
investigación las declaraciones contradictorias de los acusados
RAMIREZ, LILLO y SILVA, quienes no están contestes en:
Si se le impartió la orden a Silva de contactarse con algún
uruguayo.
Si había algún uruguayo esperando en Montevideo a
BERRIOS:
Si el uruguayo que recibió (supuestamente) a BERRIOS y
sus acompañantes era su representado Teniente Coronel Tomás
CASSELLA o el Coronel Eduardo CAUSSI o lo que es peor,
ninguna persona lo esperaba.
Con el N°6 la defensa dice:”Quería denunciar su situación
en una Comisaría”
Lo declarado por el Coronel Manuel PEREZ SANTILLAN
ante el tribunal, resulta ilustrativo para contextualizar la situación de
Eugenio BERRIOS en Uruguay, por lo que la claridad que se le
debió exigir a ese deponente resultaba necesaria para la
investigación, y nó como se hizo, tomando arbitrariamente una parte
de lo declarado, erróneamente, y no relacionándolo con el mérito
del proceso.
Luego, la defensa analiza parte de las declaraciones de los
encausados Ramírez y Pérez Santillán y, concluye señalando lo
siguiente:
“El Coronel PEREZ SANTILLAN, se acreditó que viaja a
Uruguay el 13 de noviembre y regresó el 16 del mismo mes, del año
1991, señalando que el motivo de su viaje fue porque BERRIOS
quería denunciar su situación a la policía. Por su parte el General
RAMIREZ RURANGE, su superior, sostuvo que lo mandó por el mal
comportamiento de BERRIOS.
Resulta evidente que si BERRIOS pensó denunciar o si lo
hizo, fue totalmente intrascendente, toda vez que de ese hecho no
existe constancia alguna en la investigación, solamente los dichos
de Pérez Santillán, pero, que unido al mérito de autos es
verdaderamente absurdo, toda vez que Berríos en el año 1991 fue
visitado por su cónyuge, la cual nada expresó respecto del supuesto
“secuestro” ni en Uruguay ni en Chile.
Lo único lógico que se estima concluir es que PEREZ se
confunde fecha y episodio, el hecho de Parque del Plata fue el 15
de noviembre de 1992, y su declaración fue prestada 10 años
después.
El N°7 señala: “Que durante el año 1992 Eugenio
BERRIOS SAGREDO residió en Uruguay en calle Buxareo N° 1117,
departamento 403, sector La Rambla, Barrio de Pocitos en la ciudad
de Montevideo, permanentemente controlado.
Dice la defensa que largos años de investigación han
transcurrido para llegar a la etapa procesal que le impone a sus
representados la obligación de contestar los cargos formulados.
Lamentablemente considera que no obstante la importancia de los
hechos que se investigan, que llevan a sus representados a
permanecer lejos de su país, familia y trabajo, no ha sido
suficientemente meticuloso y contiene una serie de inexactitudes y
contradicciones que no resultan explicables a la luz de un proceso
de esta envergadura.
Señala que a continuación planteará todos y cada uno de
los antecedentes que se reunieron en los 34 tomos del expediente,
que permiten afirmar que Eugenio BERRIOS, en Uruguay, tenía la
más absoluta y total libertad de circulación y nunca estuvo sujeto a
un “PERMANENTE CONTROL”,como lo señala el libelo acusatorio.
Así las cosas, se detallan las declaraciones de Luis
Míguez prestadas en el expediente uruguayo, en el Informe Policial
N°41 y en la causa criminal incoada en Chile. También, las
declaraciones de la testigo Sonia Casaretto prestadas a fs. 277 del
expediente uruguayo, en el informe policial N° 41 y en exhorto
enviado desde Chile a Uruguay.
Posteriormente, se analizan las declaraciones prestadas
por los procesados Eugenio Covarrubias, Marcelo Sandoval y
Nelson Román. Se detalla la fotocopia del pasaporte de Marcelo
Sandoval, especificándose la fecha de su salida de Chile el día 27
de marzo de 1992 y su entrada a Uruguay el 27 de marzo de 1992.
También la lista de pasajeros del “Aliscafo” (Colonia-Buenos Aires)
y se señala la entrada a Uruguay el día 27 de Marzo de 1992.
A continuación se analizan las diferentes declaraciones
prestadas por Gladys Schmeisser, como también lo expuesto por
ésta última en la querella que interpuso donde señala lo siguiente:
“Luego,a su regreso a Chile, mantuvo con EUGENIO contacto
telefónico, una vez por semana, hasta el mes de noviembre de
1992, en que viajó de nuevo a Uruguay. Al despedirse, le dijo que
por el momento no podían volver juntos, pero, que tan pronto como
se le solucionaran los problemas de cheques que tenía en Chile,
regresaría. Desde esa fecha –Noviembre de 1992- hasta ahora
nunca más ha tenido contacto con él, salvo una llamada telefónica
que le hizo a las dos semanas de su regreso a Chile, para decirle
que estaba bien y que ojalá que pudiera ir a visitarlo en Pascuas.
También se señala parte de una declaración prestada el día 26 de
agosto de 2002 por el acusado Raúl Lillo y se inserta el ACTA DE
INTERROGACION de Eugenio BERRIOS en Comisaría de Parque
del Plata mencionada el día 17 de Agosto de 2004/6427/PROG.
CONTACTO y el 02JUN06/T21/8060.
CONCLUSIONES.
A diferencia de lo sostenido en el auto acusatorio, para
esta defensa lo que se ha logrado establecer fehacientemente en la
investigación, respecto de la permanencia de BERRIOS en Uruguay
es lo siguiente, sobre los propios dichos de los testigos citados por
el tribunal:
Eugenio BERRIOS durante los años 1991 y 1992,en
Montevideo, residió en Buxareo Nº1117, también se alojó solo y con
su cónyuge en el Hotel Hispanoamericano en calle Melitón
González N°1225 y en un hotel de la zona de Pocitos, al cual
concurrió con su cónyuge y otro en el centro de la ciudad, pero que
ella no recuerda los nombres. Igualmente, y resultando extraño,
para el contexto de la acusación, estuvo con su cónyuge en una
cabaña del balneario de Piriápolis, en todos esos lugares, NUNCA
su cónyuge aludió a alguna vigilancia o custodia.
No es
efectivo que Eugenio BERRIOS estuviera
permanentemente controlado, de hecho, recién en Marzo de 1992,
Marcelo SANDOVAL es el primero que viaja a acompañarlo. Se
destaca que desde el 29 de Octubre de 1991, cuando llega a
Uruguay, hasta el 27 de marzo de 1992 vive solo. Tampoco estuvo
permanentemente controlado en los otros lugares donde residió, ya
que estuvo solo o con su cónyuge. Asimismo, en el departamento
de la calle Buxareo tenía plena libertad ambulatoria, como lo
declaran los testigos MIGUEZ y CASARETTO, pese a estar
acompañado por Sandoval y Román. Inclusive el 15 de Noviembre
de 1992, según figura en el acta de la Policía de Parque del Plata,
manifiesta residir en el Hotel Hispanoamericano, ocultando se real
domicilio.
En el N°8 de su exposición, la defensa señala lo
siguiente:”Avisar del mismo modo al oficial de Ejército del Uruguay
Eduardo RADAELLI COPOLLA, cuyo número telefónico les fue
entregado.
Esta afirmación del acusado Sandoval, que es de donde
se extrajo la misma, no se condice con el resto de la investigación,
toda vez que solamente se da por verídico lo que él manifiesta y no
lo señalado por otros testigos y acusados.
Para justificar lo antes señalado se señalan los careos
realizados entre Marcelo Sandoval con Pablo Rodríguez y entre
Sandoval con Radaelli.
Como conclusiones se señala al tribunal, que los dichos
de Marcelo Sandoval son del todo contradictorios con otras
declaraciones y este punto lo reafirma, por lo que malamente se le
debe dar valor probatorio.
En el N°9 dice la defensa: Que Marcelo Sandoval Durán
viaja por última vez a Uruguay en Noviembre de 1992 a custodiar a
Berríos.
Dice que el determinar quien era y los tiempos en que
estuvo Marcelo SANDOVAL junto a Eugenio BERRIOS, resulta
determinante para sostener el procesamiento por el delito de
Secuestro, por lo que las inconsistencias y diferencias entre los
dichos de los acusados y testigos, es manifiesta y solamente se
toman aquellas que permiten sustentar la teoría del acusador, como
demostrará:
A continuación explicita nuevamente las declaraciones
prestadas por Luis Míguez en el Informe Policial N° 41, y en el
expediente uruguayo, como también las declaraciones prestadas en
este último por Sonia Casaretto.
Como conclusión, señala la defensa, queda de manifiesto
con lo transcrito, que en Diciembre de 1992 el testigo MIGUZ
reconoce claramente a Sandoval en el edificio de la calle Buxareo,
anteriormente a esa fecha lo había visto y lo recordaba por una
botella de pisco que le había regalado. Claramente fue Sandoval
visto retirando maletas junto a otro chileno que nunca se pudo
reconocer por fotografías por parte del testigo. Míguez recuerda que
los interceptó y Sandoval manifestó que ese chileno desconocido,
iba con él. CASARETTO se refiere a Sandoval sin nombrarlo.
Sandoval declara que se había desconectado de Eugenio
BERRIOS el 13 de noviembre y nunca dio una explicación de quien
era el chileno desconocido que lo acompañó a retirar las valijas,
contradiciéndose cuando declara que viajó por última vez a Uruguay
en Noviembre de 1992.
Con el N°10 la defensa se refiere a la que denomina
“retención forzada” y señala que Marcelo SANDOVAL nuevamente
hace aseveraciones que llevan al tribunal a fundamentar su
acusación sobre la base de hechos que no son efectivos, como
queda de manifiesto en el proceso, según ha demostrado, lo que se
agrava a partir de las
Luego
de
explicitar
parcialmente
la
declaración
extrajudicial del nombrado declaraciones rectificatorias, cuyo
fundamento nunca se ha investigado. Marcelo Sandoval Durán
contenida en el parte policial N°79, que fuera ratificada en el
tribunal, la defensa concluye que se deberá prestar particular
atención a este Parte Policial N°79 que en esta oportunidad sólo se
resume y analiza respecto del término “retención forzada”.
Sandoval al efectuar esta declaración ante la policía luego
se retracta, por lo que necesariamente el tribunal debería, según la
defensa, investigar el origen de las falsedades que ha sostenido el
testigo y luego inculpado, para posteriormente determinar si estas
declaraciones podrían dar origen a otras responsabilidades penales
derivada de sus dichos, por la siguiente razón:
Niega que fuera custodia de Berríos, por lo tanto no existe
la retención forzada, siendo esta única vez donde se menciona este
término que ha sido recogido por la Juez Sra. Olga Pérez y
posteriormente por el ministro instructor en diferentes resoluciones.
Con el N°11 dice la defensa, lo siguiente: Situación que es
informada por Sandoval Durán a Chile y a los militares de
nacionalidad uruguaya, procediendo el entonces capitán Eduardo
Radaelli Copolla a trasladarlo hasta la localidad de Parque del
Plata, desde donde se le ordenó a Sandoval que viajara de vuelta a
Chile, dejando a Berríos Sagredo en Parque del Plata, junto a los
militares uruguayos.
Medular en este proceso resultan ser los hechos ocurridos
en Parque del Plata entre el 13 y el 15 de noviembre de 1992.Por
los dichos que se transcriben estos, no pueden, según esta
defensa, llegar a establecer los hechos conforme el tribunal
concluye en su acusación, dada las evidentes contradicciones entre
los testigos del sumario y varios de los acusados, resultando ser las
exposiciones de sus representados, los únicos que en 16 años
siempre han mantenido sus versiones, y no como otros que les han
variado o adecuado a sus intereses procesales.
Enseguida se refiere la defensa a las declaraciones de
Marcelo Sandoval Durán, tanto a las extrajudiciales como a las
prestadas ante el tribunal, al careo sostenido con Radaelli, a un
segmento del Programa Contacto de Canal 13,a las declaraciones
de Sonia Casaretto cuando responde al cuestionario contenido en
un exhorto enviado por el tribunal chileno, a la rueda de
reconocimiento realizada con la participación del testigo Luis
Miguez en el expediente uruguayo y a la declaración de este último
que se contiene en el Informe Policial N°41 y que fuera prestada en
la Embajada de Chile en Montevideo, Uruguay.
Como conclusiones señala la defensa que resultan muy
evidentes las contradicciones de Marcelo Sandoval, por lo que
estima que ninguno de sus dichos puede ser considerado como
elemento inculpatorio toda vez que respecto de él:
1) no supo describir la casa de Parque del Plata, donde dijo
haber alojado a lo menos una noche.
2) no sabe si la casa donde alojó era de RADAELLI.
3) no recuerda como regresó de Parque del Plata, diciendo
que pudo haber ido directo a Colonia, lo cual es imposible, pues
aunque no se haya investigado por los policía que estuvieron en
Uruguay o aclarado por el tribunal por otros testigos, no existe
ningún medio de locomoción directo entre esas localidades y
necesariamente debe pasarse por Montevideo, situación que es
imposible que Sandoval no recuerde con claridad.
4) sostuvo que llegó a las 23 horas, pero dice que
tomaron onces, cuestión mínima pero poco creíble.
5) dice que Torres lo llamó por teléfono, pero, la casa de
Parque del Plata carece hasta hoy de teléfono y en esa época no
existía la telefonía celular en ninguna parte del territorio uruguayo.
6) no recuerda con quien habló en Chile cuando
comunicó que se trasladaba a PARQUE DEL Plata. Y tampoco
recuerda si fue él quien llamó.
7) según Migraciones de Chile, SANDOVAL el 13 de
noviembre ingresa a Chile desde Argentina y según Migraciones de
Uruguay eses mismo día sale desde Colonia a Buenos Aires. Por su
parte su pasaporte así lo indica. Por lo tanto, no puede haber
estado en Parque del Plata el 13 de noviembre, día que se trasladó
a Berríos desde Montevideo a esa localidad, con compañía de
Carlos Ramírez, inubicable hasta el día de hoy y Eduardo
RADAELLI. Resulta evidente que el día 13 de noviembre no estuvo
en Parque del Plata.
8) Por lo anterior, tampoco es efectivo, que ese día
durmió en Buenos Aires, como él lo sostiene, pues no se entiende
entonces su ingreso a Chile desde Argentina el mismo día.9) Existen contradicciones en cuento al lugar donde le fue
entregado el pasaje de regreso a Chile por parte de Jaime
TORRES.10) También sostiene que después de esa fecha no volvió
a Uruguay, sin embargo MIGUEZ lo reconoce claramente como la
persona que junto a otro chileno retiraron las maletas del
apartamento donde vivía Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Esto
demuestra que en los días que Eugenio BERRIOS SAGREDO
estuvo en Parque del Plata estaba con otro chileno y continuaron
estando en el entorno de él, por lo menos hasta de mediados o
fines de diciembre, y no como afirma el General COVARRUBIAS
que dice haber retirado el personal en octubre.- No hay razón para
que SANDOVAL fuera a Parque del Plata y se volviera al otro día
como él sostiene, supuestamente esto lo dice para realizar una
desenganche efectivo de BERRIOS y entregárselo a los uruguayos,
“despidiéndome de ellos dos, BERRIOS y RADAELLI”.11) Los testigos CASARETTO y MIGUEZ, cuyos dichos
han sido muy considerados por el Tribunal en su acusación, nunca
han reconocido a RADAELLI como visitante del departamento de
calle
Buxareo
Nº1117,
como
sí
lo
señala
el
deponente
SANDOVAL.12) En una declaración sostiene que RADAELLI llegó
acompañado de otro uruguayo, y en otra dice que llegó solo.13) No sabe si Eugenio BERRIOS le planteó su situación
a RADAELLI.Con el Nº12 señala la defensa que con anterioridad, el
día 11 de noviembre de 1992, BERRIOS llamó por teléfono al
Consulado de Chile en Uruguay solicitando hablar con el Cónsul
para obtener documentos para regresar a Chile ya que estaba
siendo
perseguido
y
quería
obtener
un
salvoconducto;
y
previamente se había comunicado, también telefónicamente, con
Gines Emilio ROJAS GOMEZ, antiguo amigo suyo, que se
desempeñaba como Agregado Cultural y de Prensa de la Embajada
de Chile en Uruguay, circunstancia que éste comunicó al Agregado
Militar de Embajada, quién le señaló que en un momento de
descuido se les había arrancado y se había tratado de comunicar
también con la Embajada chilena, acontecimientos que el nombrado
ROJAS GOMEZ no comunicó a nadie más, omitiendo proporcionar
al Cónsul Federico MARULL la identidad completa de su amigo
BERRIOS cuando le fuera solicitada por éste, lo que impidió que la
Cancillería chilena pudiera determinar la identidad del chileno que
solicitaba volver al país.Este episodio, que fundamenta la acusación de oficio,
resulta muy complejo de analizar, pues se mezclan los dichos de
una persona fallecida (BERRIOS), actos del mismo (llamada
telefónica) y se sacan conclusiones que a todas luces no tienen
acreditación legal, como debe exigirse en esta etapa procesal, pues
los relatos no se compadecen con la realidad, ni histórica ni
científica.A continuación, con el objeto de arribar a la conclusión
que se analizará más adelante, se señalan los datos contenidos en
dos ordenes de investigar, la letra m) del auto de procesamiento,
declaraciones de Federico MARULL, José VARAS, Rodrigo de
ARTEAGABEITYA, Emilio ROJAS, Emilio Timermann, una parte del
contenido de la querella interpuesta por la Sra. Fabiola LETELIER y
en Consejo de Defensa del Estado, declaraciones prestadas por
Margarita DI STEFFANO y Emilio ROJAS en el sumario
administrativo realizado en la Embajada de Chile en Uruguay.También se refiere a la resolución del Ministerio de Relaciones
Exteriores de Chile, por la cual el Fiscal propone la destitución del
Sr. Emilio ROJAS basada en los siguientes antecedentes:
1) que el Sr. ROJAS conocía al Sr. Eugenio BERRIOS
según consta en su propia declaración, como asimismo, en las
declaraciones de las siguientes personas: Sr. Miguel VARAS, Sra.
Ximena NOVOA y Sr. Sergio Hernán PRIETO.2) Que el Sr. ROJAS supo de la presencia del Sr.
Eugenio BERRIOS en Montevideo en el mes de noviembre de 1991
conforme a su declaración prestada ante la fiscalía …por lo demás
no desmiente.3) Que el señor ROJAS sabía que el Sr. Eugenio
BERRIOS tenía problemas con la justicia chilena según se
desprende de la conversación que ambos sostuvieron en noviembre
de 1991 en Montevideo … y luego corroboradas en las entrevistas
habidas entre el señor ROJAS y el periodista Miguel VARAS, tanto
en noviembre de 1991 en Montevideo, y en 1992 aparentemente, a
comienzos de ese año en Santiago… el señor ROJAS no comunicó
a su superior jerárquico en la Embajada el llamado que el Sr.
BERRIOS le hiciera en noviembre de 1991, mas aún, conociendo la
existencia del Sr. BERRIOS, no lo hizo saber a la justicia chilena.No obstante lo cual existe constancia en el sumario que el Sr.
ROJAS sí comunicó este hecho al periodista chileno Miguel VARAS
en Santiago, cuando visitó esta capital a comienzos de 1992,
oportunidad en que bien pudo proporcionarlos a los tribunales
nacionales competentes… RESUELVO al Sr. Emilio ROJAS la
sanción de destitución……
CONCLUSIONES
No existe acreditación alguna, en forma legal, que permita
sostener que la persona que llamó al consulado de Chile en
Montevideo, el 11 de noviembre de 1992, fuera Eugenio BERRIOS,
lo que resulta muy dudoso por lo sostenido en el proceso, en el
sentido
de
que
en
esa
época
él
mismo
se
encontraba
“SECUESTRADO”.- Más aún, se repiten los llamados a casas
particulares de uncionarios consulares, lo que a todas luces, es más
dudoso aún, para un “secuestrado”.Cuando se señala en la acusación que Eugenio
BERRIOS (o quién señaló ser esta persona), en su llamado
telefónico,
solicitó
un
salvoconducto
al
cónsul,
surge
inmediatamente la duda ¿para qué? Si tenía documentos con los
que ingresó a Argentina y Uruguay, porqué no regresó con los
mismos.- Solamente se hace una afirmación poco sustentable con
el proceso.Es muy extraño que en el proceso de investigación se
afirmara que existía una relación entre el diplomático Sr. ROJAS y
el “secuestrado” Eugenio BERRIOS, además, de resultar más raro
el sostener que en varias oportunidades se comunicaron por vía
telefónica y que no se investigara aquello.- Asimismo, por
declaraciones del propio MARULL, quién habla con el supuesto
BERRIOS, este nunca le dijo que era para obtener documentos o
un salvoconducto.- “ES ROJAS QUIEN INTERPRETA ESTO Y SE
LO COMENTA A MARULL”.Igualmente, la afirmación de ROJAS, respecto del
comentario
al
testigo
TIMERMANN
sobre
BERRIOS,
es
categóricamente desmentido por éste, por lo que no es dable darle
veracidad a los dichos de ROJAS, sin a lo menos realizar una
acuciosa investigación previa.Con el Nº13 la defensa se refiere a las circunstancias
que se encontraban en el lugar oficiales de los Ejércitos chileno y
uruguayo.El auto acusatorio deja asentada la presencia en el
desarrollo de los denominados “HECHOS DE PARQUE DEL
PLATA” de los oficiales uruguayos, de los cuales a lo menos
CASSELLA y RADAELLI lo reconocen, con lo cual no lo
cuestionaran.Si cuestionaran esta afirmación, con respecto a los
oficiales chilenos, a partir de la conclusión, del documento policial
investigativo que se hace referencia: a continuación, se enuncia el
parte policial Nº32 de la Jefatura Nacional de Extranjería, relativo a
los viajes de Arturo SILVA y de Jaime TORRES.CONCLUSION.
El documento de referencia sólo dá por acreditado que
Arturo SILVA y Jaime TORRES sólo estuvieron en Brasil y
Argentina respectivamente, nada se dice respecto de que alguno de
ellos haya estado en Uruguay.Con el Nº15 la defensa señala la parte del auto
acusatorio donde se indica lo siguiente: irrumpiendo luego en la
Comisaría de Parque del Plata en don de agritos manifiesta estar
“secuestrado por militares chilenos y uruguayos” y que lo van a
matar “por orden de Pinochet”.Previa a la llegada de BERRIOS, se había presentado
en la misma unidad policial, el militar uruguayo, manifestando que
se había escapado una persona, que estaba bajo su custodia y que
este era un asunto muy grave que le podía costar su vida.- Luego
de ello, ingresan a la Comisaría varias personas, algunos militares
uruguayos de uniforme, y civiles con apariencia de militares.El hecho descrito, que resume lo ocurrido en el
denominado “Hechos de Parque del Plata”, desde el punto de vista
del acusador, creemos que debe situarse en los antecedentes de la
investigación.- De un exhaustivo análisis de los mismos, solamente
podemos colegir que la narración corresponde a una transcripción
de la carta anónima que a continuación se expone y que no se
condice con el mérito del proceso.A continuación se transcribe la referida carta anónima
enviada a parlamentarios uruguayos y medios de prensa los
primeros días del mes de junio del año 1993 confeccionada por
elementos de la policía uruguaya (acompañada en un otrosí de la
contestación).CONCLUSIONES.
Esta consideración está basada en una carta anónima que
solamente se allegó al proceso a través de su representado
RADAELLI, es decir, 02 de junio de 2006, no estando antes
“formalmente” integrando el sumario.- Fue confeccionada por
Policías y enviada anónimamente en los primeros días de junio de
1993 a varios legisladores, y posteriormente aparece en la prensa.Origina todos los hechos posteriores, empieza a actuar la justicia
civil uruguaya el 07 de junio de 1993 y el Jefe de Policía, Coronel
RIVAS, es relevado de su cargo.Lo grave de estos hechos es que nunca fueron
declarados por testigos, sin embargo, fueron recogidos en los
procesamientos de la jueza Olga PEREZ en contra de Arturo SILVA
y Jaime TORRES el 18 de octubre de 2002, donde sostiene que el
Capitán RADAELLI manifiesta que: “se había escapado una
persona que estaba bajo su custodia y que este era un asunto muy
grave que le podía costar la vida” (Tomo VI/fojas 2.446).- Es
concluyente que la jueza PEREZ utilizó pasajes de una carta
anónima, publicada en la prensa y que no estaba en la época no
estaba en el expediente.La prensa uruguaya y otros actores políticos y judiciales, le
dieron a la carta una veracidad que no era tal, repitiendo algunos
pasajes en reiteradas oportunidades.Históricamente se debe destacar que el Coronel RIVAS fue
nombrado por el poder político como Jefe de Policía de Canelones y
destituyó a varios policías por corrupción.- Estos hechos, más la
huelga policial, emergente en esos días, son los que desencadenan
la aparición de la carta, en venganza de su jefe y contra el Ejército,
por la participación que le cupo a éste para sofocar la huelga.Tampoco existe ninguna declaración que fundamente la
concurrencia a la seccional de militares de uruguayos de uniforme y
civiles con apariencia de militares, ni siquiera en la propia carta
anónima y menos aún, respecto de los supuestos gritos referidos a
estar secuestrado y la orden de matarlo de PINOCHET.Con el Nº16 dice la defensa que al Policlínico lo
acompañan el Comisario señalado y varios otros individuos de los
que cuatro de ellos iban uniformados como Policías uruguayos y el
resto de civil, pero con apariencias de militares.Lo afirmado por el testigo doctor FERRARI, debemos
catalogarlo de, a lo menos, “DUDOSO” en cuanto a su veracidad,
pues conforme la secuencia que aportamos a continuación se
puede concluir que ha cambiado sus dichos desde sus primeras
declaraciones hasta las consideradas por el tribunal.A continuación, la defensa detalla parcialmente las
declaraciones prestadas por el doctor FERRARI en el expediente
uruguayo, en la Embajada chilena y en el informe policial Nº41.También hace referencia al Programa Contacto del Canal
13 en la parte que la periodista Sra. Claudia GODOY, entrevista al
Comisario de Policía Sr. Elbio HERNANDEZ y, por último,
declaración de Jorge FERULANO prestada el 22 de agosto de 2003
y que rola a fojas 672 del expediente uruguayo.CONCLUSION.
Ferrari declaró en Uruguay en el año 1993 que el
Comisario HERNANDEZ fue acompañado de unos agentes, lo que
es confirmado por el Sr. FERULANO y por el propio comisario
HERNANDEZ al programa Contacto, y cambia sus dichos en su
declaración prestada en la Embajada de Chile ante el policía
investigador y lo reitera declarando ante el tribunal, que
concurrieron aproximadamente ocho personas, la mitad de uniforme
azul y los otros de civil con apariencia de militares, ¿Qué se le debe
creer?...
Con el Nº17 transcribe la defensa la parte del auto
acusatorio que señala que el médico al quedar sólo con BERRIOS
recibe de parte de éste la misma versión dada en cuanto a estar
secuestrado y en peligro de muerte, identificándose con su
verdadero nombre mediante una fotocopia de su cédula de
identidad y solicitándole que llame a la Embajada de Chile para
solicitar ayuda.Nuevamente, de igual forma que en el punto anterior, es
dudosa la credibilidad de este testigo, que a medida que avanzan
los años desde la ocurrencia de los hechos respecto de los cuales
depone, va agregando circunstancias que antes no expreso, como
la que se indica en la parte final del párrafo que antecede.Acto seguido, se señalan parcialmente declaraciones del
doctor Juan FERRARI prestadas en el expediente uruguayo, en la
Embajada de Chile, la extrajudicial contenida en el informe policial
Nº41, la ratificación de la misma prestada en la presente causa, la
apreciación del investigador policial, la declaración de Jorge
FERULANO de 22 de agosto de 2003, que rola a fojas 672 del
expediente uruguayo y la grabación del programa Contacto de
Canal 13, donde se indica parcialmente las preguntas que formula
la periodista Sra. Claudia GODOY al Comisario de Policía
uruguayo, Sr. Elbio HERNANDEZ.CONCLUSIONES.
El
doctor
FERRARI
en
sus
declaraciones
hace
referencia a la petición que habría recibido de BERRIOS, para que
llamara a la Embajada de Chile, lo que le merece dudas a la
defensa, al igual que lo expresado en el punto anterior, pues de ser
efectivo lo declarado, porqué no lo señaló desde un principio en la
investigación
en
Uruguay.-
También
resultan
extrañas
las
afirmaciones del médico relacionadas con las respuestas que le
habría dado BERRIOS, pues si estaba “secuestrado”. Se orientaba
perfectamente en cuanto al lugar y tiempo.- También lo afirmado
contradice lo señalado por el Comisario HERNANDEZ al programa
Contacto.Con el Nº18 se explicita por la defensa la parte del auto
de cargos donde se indica, que llegando el Teniente Coronel Tomas
CASELLA quién convence a BERRIOS de desistirse de su
denuncia.Sin poder pronunciarse la defensa respecto de la
veracidad de esta afirmación, cree importante destacar ¿qué prueba
existe en el sumario?, para poder fundamentar esta grave
imputación, cuyo carácter es principal o únicamente subjetivo, pues
el único que podría corroborar el hecho sería el propio Eugenio
BERRIOS, pues si se le convenció o se dejó convencer, solamente
él lo podría saber.Para fundar dicha duda señala la defensa el extracto del
acta de interrogación de Eugenio BERRIOS en la Comisaría de
Parque del Plata y parte de la grabación del programa Contacto
antes referido.CONCLUSION.Los largos años de investigación de este proceso, que
han llevado a dictar la acusaciones en contra de sus representados,
no han podido desvirtuar lo afirmado por Eugenio BERRIOS en su
declaración ante la Policía de Parque del Plata.- Respecto del
documento transcrito, no existe elemento alguno que pueda formar
convicción contraria a este respecto, ni otro documento, ni testigos
u otro medio de prueba, solamente existe una afirmación del
acusador que carece de sustento en la investigación.- Además, si
se quiere valorar la declaración del Comisario Elbio HERNANDEZ
que prestó al programa “Contacto”, solamente se reafirma lo que
sostiene la defensa.En el punto Nº19 la defensa indica aquella parte de la
resolución antes señalada que señala lo siguiente: …y se lleva, una
vez más a BERRIOS al servicio de salud en donde éste,
acompañado de Jaime TORRES GACITUA y Wellington SARLI
POSE (ambos reconocidos por el doctor FERRARI) habla con el
médico y le explica que todo esta bien y que se irá con sus “amigos”
que van a ayudarlo.Dice, que en el Tribunal a partir de las declaraciones del
doctor FERRARI, se van armando una serie de conjeturas que
estima la defensa, son falsas, como dice que lo demostrará, pues
efectivamente él entra en contradicciones garrafales, como ya lo ha
señalado, por ejemplo con el número de autos y personas que
concurren al policlínico.- Lamentablemente, los dichos de este
médico han servido he inspirado en demasía a los policías
investigadores y hoy al ver todas las actuaciones en conjunto, es
factible darse cuenta que están colmadas de contradicciones y
falsedades.Luego,
la
defensa
describe
parcialmente
las
declaraciones del doctor Juan FERRARI prestadas en el expediente
uruguayo, en la Embajada de Chile y en los careos realizados con
los procesados Jaime TORRES GACITUA, Arturo SILVA VALDES y
Tomas
CASSELLA
SANTOS.-
Asimismo,
se
señala
el
reconocimiento en rueda de detenidos realizado con la participación
del testigo FERRARI, el informe policial Nº41, la apreciación del
investigador policial relacionada con el referido informe y la
declaración del acusado Tomas CASSELLA prestada en el marco
del exhorto remitido por la justicia chilena.CONCLUSIONES.
Es evidente la diferencia entre lo declarado por el doctor
FERRARI y los reconocimientos efectuados, cuando declara en
Uruguay y en Chile, en la forma que expone:
FERRARI declaró en el año 1993:
Que dos personas de civil acompañaron a BERRIOS
cuando éste fue por segunda vez al Policlínico a agradecerle y le
dijo que se le habían acabado los problemas, y que las personas
que lo acompañaban no hablaron nada.FERRARI declaró en el año 2002 en la Embajada
chilena y en Chile:
Que en la segunda vez concurrieron los mismos sujetos
que fueron en la mañana, incluye a SILVA.- Reconoció como los
ciudadanos chilenos a SILVA y TORRES con certeza en una rueda
de reconocimiento y luego en el careo con estos dijo no tener la
misma certeza.- SILVA y TORRES negaron haber estado en el
policlínico.- Se contradice al afirmar que los acompañantes no le
expresan nada y luego los reconoce como chilenos.- A SARLI lo
reconoció por una fotografía como acompañante de BERRIOS,
agregó que estaban aparentemente armados.-
La policía estableció que concurrieron SILVA, TORRES,
SARLI y además sin fundamento CASSELLA, persona que
FERRARI no reconoció.FERRARI declaró en Uruguay en el año 2003:
Negó haber reconocido con certeza en Chile a TORRES
y SILVA, afirmó haberlos sólo reconocido por rasgos físicos, hizo
una proyección de edad de TORRES y dijo que esta no
correspondería con la actualidad.- Negó haber reconocido a SARLI,
pese a que se le mostraron sus declaraciones en Chile.Por lo tanto, consideran que los dichos de este testigo
en nada aportan a la investigación y no podrían ser sustento de
ninguna sentencia, pues sus dichos no solamente han sido
refutados por otras pruebas, sino lo más grave, son contradictorios
con lo afirmado por él mismo.- En conclusión, no es dable que se
tenga por reconocido a su representado Sr. SARLI, por las
declaraciones de este testigo.Lo afirmado por la defensa, señala no sería una cuestión
que carezca de sustento, toda vez que al regreso del doctor
FERRARI desde Chile, luego de prestar declaración, es interrogado
por la justicia uruguaya y en virtud de sus múltiples contradicciones
se le señala:
¿Si se sintió presionado por la justicia chilena y si las
diligencias de reconocimiento y careos fueron en cierta manera
inducidas por la Sra. Juez o usted actuó con libertad? (luce a fojas
8053 del 02/JUN/06/CAREO FERRER Y CASSELLA y corresponde
a declaración del 22/AGO/03 A FOJAS 675 DEL EXPEDIENTE
URUGUAYO).En el punto 20, la defensa señala que el auto de cargos
dice: “BERRIOS, aparte de los militares uruguayos, queda a cargo
de los militares chilenos Jaime TORRES GACITUA y Arturo SILVA
VALDES, quienes habían llegado a Uruguay el día anterior, es
decir, el 14 de noviembre en la noche, a la casa del militar uruguayo
Wellington SARLI, en donde se encontraba otro chileno oculto de la
justicia chilena, el mayor (R) de Ejército Sr. Arturo SANHUEZA
ROS”.Indica que, ello no es efectivo por cuanto estos militares
no llegaron a la casa de su representado SARLI en dicha ocasión ni
tampoco SANHUEZA se encontraba oculto en su casa, y que
dichas afirmaciones sólo se entienden en la lógica de involucrar a
sus representados.- Para demostrar lo anterior detalla en forma
parcializada las siguientes declaraciones del proceso:
Declaración de Arturo SANHUEZA rolante a fojas
5.496/T.15; informe policial Nº41 rolante a fojas 1.635/T.5;
declaración extrajudicial de SANHUEZA rolante a fojas 1986/T.6;
dcihos
de
SANHUEZA
ROS
rolantes
a
fojas
7.886/T21;
declaraciones de su cónyuge Sra. Ismenia SOTO MARTINEZ de
fojas 9.961/T28; diligencia e careo entre TORRES GACITUA y
SANHUEZA ROS de fojas 2.415/T.6 y de este último con SILVA
VALDES de fojas 2.418/T6; registro de salidas del país de SILVA
VALDES y de TORRES GACITUA rolantes a fojas 1.863 y 1.818,
respectivamente;
diligencia
de
careo
entre
SANHUEZA
y
RADAELLI de fojas 8.131/T.21 y entre SANHUEZA y SARLI de
fojas 8.134/T.21.CONCLUSIONES.En las piezas del sumario señaladas precedentemente
se destacan las siguientes contradicciones:
SANHUEZA y su mujer, señalaron que SILVA llegó a la
casa de SARLI el 14/NOV/1992, sin mencionar a TORRES, no
obstante, ambos mencionaron haber visto a estos el día 15 de
noviembre.SILVA y TORRES negaron estar en Uruguay esos días.Tampoco los documentos de migraciones registran
movimientos a ese país en las fechas señaladas.Por su parte, los dichos de su representados en nada se
condicen con esta afirmación, pero lamentablemente se le da valor
de convicción a las afirmaciones de SANHUEZA y no a la ellos, lo
que a su juicio deberá aclararse en la sentencia que deberá fundar
el tribunal sobre estos hechos o desvirtuarlos, como suponemos
ocurrirá.CASSELLA no vió ni a SANHUEZA, TORRES y SILVA
en Parque del Plata, y RADAELLI, negó haber estado el 15 de
noviembre en la casa de SARLI de Parque del Plata y no vió a
SILVA ni TORRES.SARLI negó haber estado con su familia ese día junto a
SANHUEZA y a la familia de este.- Agregó que estaba de servicio y
que había concurrido a un acto de la Armada.Dice que es subjetivo que los días 13, 14 y 15 de
noviembre de 1992, se hayan utilizado para que la familia de SARLI
y SANHUEZA fueran a Parque del Plata, siendo que son
exactamente los mismos días que BERRIOS estuvo en ese
balneario, hechos acreditados desde el año 1992, siendo que lo
relativo a la estadía de SANHUEZA en Parque del Plata surge diez
años después, en el 2002.- También señala lo inverosímil que
resulta el hecho que, por un lado se hable de una “operación de
inteligencia” con BERRIOS y a pocas cuadras se realice una
reunión familiar con otro “fugado” de la justicia chilena.-
Con el Nº21 dice la defensa que todos los antecedentes
relativos al episodio protagonizado por BERRIOS y sus custodios,
que constaban del “Libro de novedades” de la comisaría antes
referida, fueron inutilizados por la acción del Jefe de Policía Sr.
Ramón RIVAS VILA y desparecieron con posterioridad, sin que
exista una explicación valedera.Dice que este punto no se corresponde con la realidad,
puesto que los documentos se encuentran agregados en la
investigación seguida ante la justicia uruguaya, sin perjuicio de lo
cual, acompaña copias simples de ellos.CONCLUSIONES.No es efectivo que hayan desaparecido todos los
antecedentes relativos al episodio, ya que la justicia uruguaya
obtuvo los siguientes documentos de la propia comisaría y rolan en
la investigación llevada en el Juzgado de Pando, Uruguay:
Certificado médico expedido por el doctor FERRARI, a
fojas 80.Acta de interrogación de BERRIOS a fojas 81.Libro de denuncias, donde consta el retiro de la denuncia
de los vecinos, a fojas 166.Con el Nº22 se indica la parte del auto acusatorio donde
se expresa que: Después de estos acontecimientos del día 15 de
noviembre de 1992, regresan a Chile Jaime TORRES GACITUA y
Arturo Rodrigo SILVA VALDES, el primero, el 16 de noviembre y el
segundo, el 18 de noviembre de 1992, cesando a partir de estas
fechas los viajes a Uruguay a custodiar a BERRIOS.Dice la defensa que existen diversos antecedentes que
acreditan que varios chilenos, involucrados en esta investigación y
otros vinculados al Servicio Secreto chileno (unidad que estuvo a
cargo de la salida de SANHUEZA de Chile) viajaron con
posterioridad al 15 de noviembre de 1992 con destino a Uruguay.Así las cosas, enumera listados de viajes de Arturo
SILVA, de Jaime TORRES, de Raúl LILLO, de Mario CISTERNAS,
la declaración de Luis MIGUEZ contenida en el informe policial
Nº41, la del sub oficial en retiro Pedro MUÑOZ, contenida en el
informe policial Nº99 y la de Luis ZAMORANO, cuya extrajudicial
rola en el informe policial Nº241 y la judicial a fojas 6.092 del Tomo
16.CONCLUSIONES.Después del 15 de noviembre de 1992, se acredita que
chilenos
(incluso
algunos
procesados
por
este
proceso),
pertenecientes a la unidad de Asesoría de Análisis y otros del
Servicio Secreto, siguieron viajando a Uruguay, los motivos,
evidentemente, los desconoce la defensa, pero esta señala que no
sería descartable que estuvieran con BERRIOS o se vincularan con
él.Con el Nº23 se señala la parte de la resolución que dice:
Cesando a partir de estas fechas los viajes a Uruguay a custodiar a
BERRIOS y el contrato de arrendamiento del departamento Nº403
de calle Buxareo Nº1117.Esta afirmación, sobre el contrato de arrendamiento es de
aquellas que, a lo menos esta defensa, no ha encontrado
sustentada en el mérito probatorio del proceso, por lo que a su
entender carece de fuerza para formar convicción en una eventual
sentencia.Con el Nº24 se transcribe la frase que dice: que la ultima
fecha en que se vió indubitadamente con vida a Eugenio BERRIOS
SAGREDO fue el día 15 de noviembre de 1992.-
Si bien la muerte de Eugenio BERRIOS, por un hecho
delictivo, no es fundamento de la extradición de sus representados,
por lo que no procedería juzgarlos por esto, no deja de ser
fundamental para su defensa, el determinar cuando habría ocurrido
su muerte, pues con motivo de la misma, se derivan una serie de
consecuencias de hecho y de derecho, a saber, si luego de esa
fecha siguieron militares chilenos “acompañando” a BERRIOS en
Uruguay o determinar los plazos de prescripción delictiva,
respectivamente.Dice que demostrará una serie de inconsistencias
respecto de la fecha, a partir de la propia investigación, que
desvirtúan la afirmación transcrita.Así,
se
refiere
a
las
declaraciones
de
Sonia
CASARETTO prestadas en el expediente uruguayo, en el exhorto
de Chile y la extrajudicial que proporcionó en el informe policial
Nº41; también a las declaraciones de Luis MIGUEZ otorgadas en el
expediente uruguayo y las extrajudiciales contenidas en el informe
policial Nº41; también la rueda de reconocimiento realizada con la
intervención del nombrado MIGUEZ con fecha 22 de agosto de
2003 y que rola a fojas 680 del expediente uruguayo; declaraciones
de Gladys SCHMMEISSER prestadas en el Tribunal y en el exhorto
de Uruguay de fojas 604 y siguientes, también, lo señalado por esta
en la querella que interpuso y que rola a fojas 482 del Tomo 1;
declaraciones de Tomas CASSELLA en el exhorto de Chile y en el
Tribunal y declaraciones de Viviana EGAÑA.DATA DE MUERTE.Trámites realizados en Chile con el certificado oficial de
defunción; resolución del Tribunal por la que se ordena oficiar al
Registro Civil para que se proceda a inscribir la defunción del
nombrado BERRIOS de fecha 21 de octubre de 2003; también
oficio del Registro Civil por el cual remite fotocopia oficial de
defunción Nº808, Registro 10 e fecha 06 de noviembre de 2003
correspondiente al Registro de Defunción del occiso y certificado de
defunción del mismo de fecha enero de 1993.Por último, programa Contacto del Canal 13. Minuto 2.50
de la grabación por el cual se reproducen los dichos del antropólogo
forense Horacio SOLLA (primero en examinar el cuerpo), establece
una data de muerte en el primer semestre de 1993 con un lapso de
6 meses.Forense Patricia HERNANDEZ (SML): ante la pregunta
de la periodista si se puede establecer que BERRIOS murió el 15
de noviembre de 1992 o el 14 de febrero de 1993, afirma que no se
puede determinar una fecha.CONCLUSIONES.Dice la defensa que a partir de la investigación sumarial
se ha extraído los antecedentes más importantes que desvirtúan la
afirmación de la acusación, en el sentido de señalar que existen en
el proceso antecedentes para afirmar que Eugenio BERRIOS sí
estaba vivo, a lo menos, hasta el 10 de diciembre de 1992 o
mediados de diciembre (testigos CASARETTO y MIGUEZ).- La
testigo EGAÑA hace un aporte conteste con las declaraciones de su
representado CASSELLA.CASARETTO lo vió el 10 de diciembre de 1992 y tenía
bien referida la fecha por coincidir con el cumpleaños de su hija,
oportunidad en que BERRIOS le ayuda a bajar especies del
ascensor, lo declaró en Uruguay y por exhorto en Chile.MIGUEZ lo vió en diciembre de 1992, más bien sobre fin de
año, lo recuerda porque no le dejó propina para la fiesta de fin de
año.- Vió realizar la mudanza entre el 12 y 13 de diciembre de 1992
y lo tenía referido porque fue unos días antes de tomar sus
vacaciones.- En esa oportunidad reconoce a Marcelo SANDOVAL,
quién realizó la mudanza acompañado de otro chileno.- Siempre
declaró en Uruguay cuando había sido la última vez que vió a
BERRIOS, aunque en la Embajada y en su declaración en Chile no
está establecido, porque no se lo preguntaron.- Sin embargo el
investigador lo interroga al respecto en Uruguay, en abril de 1996, y
MIGUEZ le repite lo ya señalado.Viviana EGAÑA: las declaraciones de ella confirman las
de CASSELLA en el sentido de que Eugenio BERRIOS luego del 15
de noviembre de 1992 viajó a Brasil y si afirma que se entera de
esto luego de haber aparecido una foto de él en los diarios,
necesariamente, esto es, después del 15 de noviembre.Por otra parte, las declaraciones de la cónyuge de
BERRIOS y querellante de autos, también llevan a la misma
conclusión,
en cuanto
a que
ella
reconoce haber
tenido
comunicación con su marido con posterioridad a la fecha del 15 de
noviembre de 1992.SCHMMEISSER: Siempre declaró que BERRIOS la llamó
por teléfono para las pascuas de 1992 o a dos semanas de haber
regresado de su segundo viaje a Montevideo (10 de noviembre).Desde la perspectiva jurídica y científica, obran en autos,
documentos que manifiestan claras diferencias respecto de la fecha
de muerte de BERRIOS y contradicen lo aseverado en la
acusación.Por último, con relación a lo señalado se solicita que el
Tribunal tenga presente lo señalado anteriormente por la defensa.-
Que en el segundo otrosí señala la defensa que, en su
opinión, el trabajo de los investigadores que intervinieron en el
proceso no fue acorde a lo que supuestamente se esperaba de
ellos, pues este se habría apartado de lo que denominan “Ciencia
de la Investigación Criminalística”.- Agrega que las irregularidades
que se expondrán van desde apreciaciones policiales sin sustento,
documentos que no son acordes a la realidad, personas que acusan
diversas anomalías en el trabajo policial y otras.Se indica que con la finalidad de ilustrar al tribunal se
irán señalando como títulos las irregularidades, para luego hacer la
referencia expresa al expediente y sus menciones, luego se
extraerá brevemente la diligencia y finalmente se hará la conclusión
de la defensa, con la que se pretende demostrar el hecho
denunciado como irregular.A) apreciaciones policiales no acordes a la investigación.Se exponen diversas diligencias policiales en las cuales
los funcionarios que intervinieron, efectuaron apreciaciones en su
calidad de investigadores que suponen o supondrían una relación
exacta entre la evidencia recogida y la conclusión policial, lo que a
juicio de esta defensa no ha ocurrido.Informe policial Nº217 de 19/Nov/93, T. 1, pág. 260 y
siguientes.- Se detallan declaraciones de Carlos HERRERA
JIMENEZ como asimismo el informe policial Nº41 y 87; también
declaraciones de Pedro ACOSTA, de Luis FERNANDEZ, Carlos
ARISTIMUÑO, de Jorge PASTORE y de Elena DELLACROCE,
estas últimas correspondientes al expediente uruguayo.CONCLUSION.En cuanto a la forma, señala que respecto de ninguno de
los nombrados, se adjuntó al parte policial las declaraciones de
estas
personas,
se
extractan
afirmaciones,
presuntamente
efectuadas por ellos, sin que exista la comparecencia del mismo y
menos la rúbrica por firma o huella dactilar de su declaración, por lo
tanto solamente existe lo afirmado por los funcionarios que
redactaron el documento.En cuanto al fondo, la defensa ha traído al proceso y
acompañado a la presente contestación, las declaraciones que
efectivamente prestaron ante la justicia uruguaya los testigos
citados por el documento policial referido, pero que difieren de este
pues los testigos, conserjes del edificio Rambla, declaran no haber
visto nunca a Eugenio BERRIOS.No existe antecedente alguno que permita a esta defensa
saber como los investigadores llegan a concluir que en noviembre y
diciembre de 1991 y enero de 1992 (Eugenio BERRIOS) recibió
protección de parte de su representado CASSELLA y Carlos
HERRERA.B)
respecto
de
las
declaraciones
de
Eugenio
DOMINGUEZ.- Corresponden al parte referido y este manifiesta que
Eugenio BERRIOS, llegó a alquilar una habitación por unos días
con otra identidad, pagando en efectivo sus estadía y luego e
algunos días le dice que se va a ausentar por un breve tiempo no
regresando hasta esa fecha.- El mismo testigo declara en el
expediente uruguayo y agrega que a este sujeto sólo lo vino a
reconocer cuando salió en el prensa.CONCLUSION.En cuanto a la forma, dice que la declaración de este
testigo no ha sido acompañada a la investigación policial.En cuanto al fondo, dice que la conclusión que hace el
investigador policial no se corresponde con la realidad.-
2.- informe policial Nº82 de 07/mayo/2001, T.3, fojas 986
y siguientes.- Dice que el referido informe se compone de tres
partes y un anexo documental.- La primera parte se denomina I.Antecedentes del procedimiento investigativo; la segunda parte se
denomina II.- Procedimientos de la investigación criminalistica; y, la
tercera parte, signada con el NºIII se denomina apreciación del
investigador policial y como conclusión final, señala: “Que
finalmente se deduce a la luz de la nueva diligencia realizada en el
Juzgado de Pando en Uruguay y de los antecedentes establecidos
en esta investigación de presunta desgracia de Eugenio Antonio
BERRIOS SAGREDO, tanto en Chile como en ese país, el ingreso
ilegal a Uruguay, su protección forzada, su desaparición y
finalmente su homicidio, de acuerdo a la investigación de los restos
óseos que pertenecen al buscado.- Durante todo ese período en
que BERRIOS SAGREDO permaneció en ese país, estuvo siempre
con personal del ejército de Chile y del ejército de Uruguay,
investigación que presentaría dificultades en la continuidad de las
indagaciones, por tratarse de militares presuntamente en servicio
activo.- Según la defensa, la conclusión señalada no tendría ningún
asidero en la investigación y estaría fundada en antecedentes del
fuero interno de los policías, sin que se señale su sustento
probatorio.A mayor abundamiento dice que, luego de extraer
algunas afirmaciones del documento, procederá a desvirtuarlo con
el propio mérito de la investigación del Tribunal.a) paradero de Eugenio BERRIOS entre el 15 de
noviembre de 1992 y el hallazgo de su cuerpo el 13 de abril de
1995.-
Para fundar la conclusión que se indicará más adelante,
la defensa señala las declaraciones de Luis MIGUEZ y Sonia
CASSARETTO prestadas en el expediente uruguayo y la de esta
última en el exhorto de Chile.CONCLUSION.A pesar que los policías chilenos tuvieron conocimiento
de acuerdo a las declaraciones de los referidos testigos que habían
visto a Eugenio BERRIOS, con posterioridad al 15 de noviembre de
1992, en su informe desestiman esas declaraciones;
b) veracidad de la petición de salvoconducto de Eugenio
BERRIOS en la Embajada de Chile en Uruguay.Dice el parte referido que: “Cabe demostrar que días
antes, el 12 de noviembre de 1992 Eugenio BERRIOS llamó a la
Embajada de Chile en Montevideo, solicitando salvoconducto para
regresar a Chile, quedando en evidencia que se encontraba
indocumentado, manifestando que se encontraba secuestrado por
militares chilenos y uruguayos.- La defensa hace referencia a la
declaración prestada por el Cónsul MARUL en el expediente chileno
y concluye, señalando que la policía dice demostrar que BERRIOS
llamó el 12 de noviembre a la embajada para pedir un
salvoconducto porque estaba secuestrado por militares chilenos y
uruguayos, lo cual es falso, porque MARUL es el único que habló
con
él y sin embargo, Emilio ROJAS “presume” que podría
necesitar un salvoconducto o pasaporte y la policía lo reitera como
hecho
comprobado.-
Cabe
destacar
que
en
el
auto
de
procesamiento y acusación se establece que llamó el día 11 de
noviembre (un día antes) y no el día 12, como establece el parte
aludido, en primer lugar, no está acreditado que haya sido el propio
BERRIOS quién llamó a la embajada y la persona que llamó no dice
para nada lo que la policía afirma estar demostrado.Nº3 Parte de Policía de Investigaciones Nº327 de 03 de
marzo de 2002, T.3, 4/1242.
Parte referido.…también se tomó contacto con el Comisario Elbio
HERNANDEZ… con relación a lo ocurrido en la seccional… y que
también conoció a los ciudadanos chilenos.Funda la conclusión a la que arribará en las
declaraciones de Elbio HERNANDEZ (exhorto) y las que prestó en
el Programa Contactos de Canal 13 y en ella manifiesta que resulta
del todo extraño que los investigadores concluyan que el testigo
HERNANDEZ manifestara en marzo del año 2002, que conoció a
ciudadanos chilenos, y se lo informara al tribunal en su diligencia
policial, toda vez que de este testigo no se acompañó su
declaración por parte de los policías, menos aún, no existe una
rúbrica con firma o huella dactilar que demuestre que efectivamente
declaró lo anterior.- Lo más grave, resulta al revisar las
declaraciones de HERNANDEZ que se han destacado, ante el
Juzgado que tramitó el exhorto del tribunal, en que no manifiesta
nada respecto de algún chileno y peor aún, ante la misma consulta
por parte de la periodista del Programa “CONTACTO”, señaló no
saber de quienes se trataban las fotos que se le exhibieron
(imputados SILVA y TORRES) y en conclusión, la afirmación policial
carece de sustento probatorio.4.- Informe policial Nº41 de 15 de mayo de 2002, T.5,
fojas 1.635 y siguientes.Esta
extensa
diligencia
policial,
corresponde
principalmente a los interrogatorios de diversos testigos del
proceso,
diligencias
cuyas
o
declaraciones
resoluciones
con
judiciales
posterioridad
motivaron
(antecedentes
para
el
procesamiento o acusación).- Llama fuertemente la atención que en
el curso de la investigación, a posteriori, y en algunos casos en
forma anterior es decir en diligencias probatorias realizadas en
Chile y en Uruguay, lo afirmado por ellos es desmentido o
simplemente cambiado, por lo que evidentemente la convicción
probatoria del documento pierde su fuerza.Dice la defensa que de cada testigo analizará una
afirmación, que considera relevante, y verá como varía o se
desvirtúa en las conclusiones a que arribará en cada caso.Luego de describir parcialmente declaraciones de Gladys
SCHMMEISSER concluye que desde 1993 hasta el 15 de mayo de
2002 la Sra. SCHMMEISSER declaró en cuatro oportunidades.Siempre sostuvo que la última comunicación telefónica con Eugenio
BERRIOS fue antes de la pascua de 1992 o a las dos semanas de
su regreso a Chile el 10 de noviembre de 1992.- Como
posteriormente declaró que éste la habría llamado a los dos días de
su regreso, esto correspondería al día 12 de noviembre de 1992 y,
como según el auto de procesamiento Eugenio BERRIOS llegó a
Parque del Plata el 11 de noviembre de 1992, significa que éste
estando “secuestrado” realizó la llamada.A continuación, la defensa se refiere a declaraciones de
Ever CANO TETTI quién señala, en una primera declaración, haber
visto a Eduardo RADAELLI que entraba y salía del hotel San Rafael
donde estaba alojado el General PINOCHET, y, en una segunda
declaración, no lo menciona y a pesar de ello el informe policial
Nº41 establece que el declarante antes mencionado vió a
RADAELLI entrar y salir del hotel.-
Posteriormente, la defensa señala en forma parcializada
numerosas declaraciones prestadas por Sonia CASARETTO y Luis
MIGUEZ, tanto judiciales como extrajudiciales y señala como
conclusión que en el año 1996 la policía chilena ya había
interrogado a estos dos testigos y sabían que Eugenio BERRIOS
vivía con otros chilenos, que gozaba de absoluta libertad
ambulatoria (salía sólo y acompañado) y que la última vez que lo
vieron fue en diciembre de 1992.- Ambos siempre han declarado lo
mismo a la justicia uruguaya y a la chilena y por ello resulta
evidente
que
exista
una
abierta
contradicción
entre
sus
declaraciones y lo que concluye el investigador policial en el informe
Nº41 y a mayor abundamiento, la declaración prestada por el
testigo MIGUEZ, que se acompaña al referido parte policial, no se
condice con la expresión extraída por la policía en el cuerpo del
documento.Luego, la defensa se refiere a las declaraciones del doctor
Juan FERRARI médico de guardia en la policlínica de Parque del
Plata el día 15 de noviembre de 1992 y concluye que las
declaraciones prestadas por éste en la Embajada en Montevideo y
en los tribunales en Chile, no concuerdan con las prestadas ante la
justicia uruguaya.- Dice, que si bien la policía recoge sus
declaraciones, FERRARI falta a la verdad en algunas de ellas, pues
este testigo, al que se le ha dado un notable valor para formar
convicción en el procesamiento y en la acusación, nunca ha sido
conteste con lo expresado por otros testigos, por ejemplo, el
Comisario HERNANDEZ, pero lo peor es que se ha contradicho con
sus propias declaraciones, como se puede leer en las mismas,
donde señala que existiría contradicción con relación a la identidad
de las personas que concurrieron al Policlínico, sea en la primera o
la segunda oportunidad y lo que ellas expresaron en esas
oportunidades; tampoco ha sido claro en señalar en que vehículos
se movilizaban estos; tampoco ha sido preciso al reproducir sus
diálogos con BERRIOS y solamente manifiesta en su declaración
prestada en la Embajada de Chile, que éste último le habría pedido
que llamara a dicha sede diplomática.- Resulta que esto no lo
señaló en sus dos declaraciones ante la justicia uruguaya, donde
también se refirió a lo no presencia de Wellington SARLI en el
policlínico.Después, la defensa se refiere a las declaraciones
prestadas por el testigo MIGUEZ y por la testigo Kathia MEDINA y
concluye que el primero reconoció a SANDOVAL como uno de los
chilenos que retiraron las pertenencias de BERRIOS desde el
departamento de la calle Buxareo, lo que desacredita lo afirmado
por los policías.- Por otra parte, la testigo MEDINA utiliza el término
“secuestro” para describir la situación de BERRIOS en el cuartel del
BIE y señala que lo escuchó de un colega que no identifica.Agrega luego de señalar declaraciones de funcionarios
del BIE que las conclusiones del auto acusatorio son contradictorias
con las afirmaciones de los testigos YAÑEZ y STAGNARO, las que
tampoco coinciden con la conclusión a que arriba el investigador
policial.Acto seguido, se refiere la defensa al documento que rola
en el expediente a fojas 839 consistente en un informe del
departamento de extranjería de Policía de Investigaciones de Chile
en que se informa al tribunal de a lo menos nueve viajes que se
imputan
a
Tomas
Ventura
CASELLA
SANTOS
que
son
absolutamente falsos, nunca él los realizó.- Lo que se remitió al
tribunal fueron los viajes a Chile del ciudadano uruguayo César
Eduardo CASELLA CASAS, persona que efectivamente viajaba a
Chile a través del paso Los Libertadores, documento en el cual se
cambió el nombre de esta persona por el del Coronel, es decir, se
puso TOMAS, manteniendo el apellido CASELLA (con una sola “s”)
y agregando el segundo apellido CASAS.Por último, la defensa en el Tercer Otrosí del escrito de
fojas 13.538 bis y siguientes solicita se tenga presente al fallar la
existencia de un documento de dudoso origen sobre movimiento
migratorio
de
Tomas
CASSELLA;
también
la
entrega
de
antecedentes respecto del la actitud del testigo Juan FERRARI;
actividades irregulares cometidas por la policía chilena en Uruguay,
con entrega de la denuncia que el testigo Luis MIGUEZ efectuó ante
INTERPOL Uruguay; la entrega de una carta anónima referente a
los hechos de Parque del Plata que fueron denunciados por esa vía
a legisladores y prensa de Uruguay y, finalmente señalan que ante
la solicitud de revocación del auto de procesamiento, el tribunal
señaló que esto era extemporáneo y que, además, ya había sido
revisado por un estrado superior y que tanto la Excma. Corte
Suprema de Chile como la de Uruguay le habían dado curso,
manifestando que esta resolución vulnera abiertamente lo dispuesto
en el artículo 278 bis del Código de Procedimiento Penal y esta
decisión, no obstante los recursos interpuestos, significó la
negación
a
sus
representados
de
un
derecho legalmente
consagrado.- Significa, además, que si el Tribunal entiende que no
es posible revocar el auto de procesamiento por las razones
expuestas, menos será posible que absuelva a ninguno de los
acusados.Siguiendo esta lógica, la resolución aludida, significa para
sus representados una condena anticipada sin que exista una
verdadera y real posibilidad de tener un debido proceso y sentencia
acorde a la teoría del caso de la defensa.Que la defensa en el cuarto otrosi del escrito de fojas
13.538 bis se refiere al fondo de los ilícitos imputados y señala que
en subsidio de lo expuesto en lo principal como excepción de previo
y especial pronunciamiento, y conforme a lo dispuesto en el inciso
1º del artículo 434 en relación con los artículos 447 y siguientes,
todos del Código de Procedimiento Penal, procede a contestar el
auto de cargos, las adhesiones y acusaciones particulares
deducidas en contra de sus representados, a quienes se les imputa
responsabilidad de “autores del delito de secuestro, establecido en
el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal”, e igualmente de
“autores del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los
artículos 292 y 293 del Código Penal.Con relación a la primera conducta imputada, vale
decir el delito de secuestro, establecido en los incisos primero a
cuarto del referido artículo 141 del Código Penal, el Tribunal, lo
hace consistir en una larga serie de hechos, circunstancias y
episodios que parecen detallados desde la letra a) hasta la letra r)
en el punto II de la acusación en examen.- Dice que el aludido
artículo 141 del Código antes señalado describe el delito de
secuestro como encerrar o detener a otro, sin derecho, privándole
de su libertad.- Agrega que el sujeto activo del delito es un particular
y si quién realiza esta conducta es un funcionario público que obra
en su carácter de tal, el delito se convierte en la detención ilegal,
que pertenece al segundo grupo de infracciones.- Sujeto pasivo del
secuestro común es cualquiera persona mayor de 18 años.- Si la
víctima es menor de dicha edad el delito es de sustracción de
menor.-
La forma de comisión del delito son dos: encerrar y
detener.- Por “encierro” debe entenderse la colocación (o
mantenimiento, si ya estaba allí), de una persona en un recinto
cerrado, o al menos limitado, de la cual no puede salir a su
voluntad, o en todo caso, no puede hacerlo sin grave riesgo para su
persona, su pudor, etc.- No es esencial que el sujeto llegue a estar
en la imposibilidad absoluta de salir: siempre hay “encierro”, aunque
la víctima pueda derribar la puerta a golpes o descubrir el
mecanismo oculto que permite abrirla.- El hecho de que la persona
conserve la libertad de movimiento dentro de ciertos límites no
impide que haya secuestro, como si puede caminar, etc…, dentro
de la pieza en que está encerrado: de otro modo no habría
secuestro sino en caso de inmovilidad absoluta.- Del mismo modo
puede existir un desplazamiento a través del espacio y siempre
existir encierro, como si se encierra una persona en el camarote de
un barco que navega, o en un vagón de ferrocarril o un automóvil en
movimiento (en estos casos la sola colocación de la persona en uno
de dichos vehículo en contra de su voluntad ya supone “encierro”,
pues no puede abandonar el recinto sin grave riesgo).- Lo
importante es que existan límites bien demarcados y estos sean
razonablemente restringidos.En cuanto a la “detención”, su significado no es tan
preciso, para ANTON y RODRIGUEZ
(Derecho Penal, Madrid,
1949), tiene un alcance más amplio que el “encierro”, y comprende
todas las formas de privación de libertad de movimiento que no
consistan en “encerrar”.- En su sentido natural y obvio, “detener” es
un verbo vinculado con la idea de “cesación de movimientos”,
“inmovilidad”.- Se referiría esta expresión, por consiguiente, a
cualquiera forma de privación de la libertad de movimiento que no
consistiera en un “encierro”.- “Detención” y “encierro” estarían en
relación de género a especie.- Pero surge un problema: ¿Se referirá
esta figura a la privación de libertad de “movimiento” o de
“desplazamiento”?.- La expresión de la ley es amplia: “privándolo de
su libertad”, sin hacer distinciones.El “encierro” y la “detención” son sólo medios a través de
los cuales se logra un resultado: la “privación de libertad”.- Como la
libertad
es
esencialmente
un
poder
inmaterial
de
auto
determinación, es preciso atender a la forma en que este poder se
ve afectado por el encierro o detención.- La “privación de libertad”
supone por parte del sujeto pasivo la conciencia de estar privado de
la facultad de autodeterminarse
en cuanto a sus facultades y
posibilidades de desplazamiento físico.- Así, encerrar en una
habitación entre tres y cuatro de la mañana a una persona que
duerme durante todo ese lapso, no es secuestro.- Tampoco lo
habría, aunque el sujeto despertara durante el mismo, siempre
intentara salir, ni se enterara en otra forma de que está encerrado.(extracto del libro Derecho Penal, de Alfredo ETCHEVERRY).A continuación la defensa argumenta con relación a la
situación de Eugenio BERRIOS SAGREDO y para ello detalla
diversas circunstancias que dicen relación con éste.- En primer
término se refiere a sus antecedentes; en segundo lugar a los días
previos a su salida y permanencia en el BIE; luego a la salida de
Eugenio BERRIOS de Chile; después a su estadía en Uruguay y,
por último, a los sucesos de Parque del Plata el 15 de noviembre de
1992.Respecto a los antecedentes de BERRIOS SAGREDO,
la defensa hace una enumeración de distintas piezas sumariales las
que rolan a fojas 2.144, 2.107, 415, 44, 41, 55, 46, 17, 8, 25, 78, 72,
31, 11.449, 181v, 194, 260, 405, 577, 2.327, 2.338, 3.208, 1.970,
1.986, 2.782, 3.489, 356, 3.786, 4.110.Luego de enunciar una síntesis de cada uno de los
antecedentes
antes
referidos
concluye
que
de
todas
las
declaraciones de testigos que a lo largo de su vida conocieron a
BERRIOS, y de informes policiales se desprende que su
personalidad revestía varias facetas.- Era una persona mitómana,
capaz de crear situaciones confusas, de tendencias homosexuales,
drogadicto, alcohólico y sus relaciones sentimentales, tanto con sus
parejas como con sus padres, no eran normales.- A esto se suma
la facilidad de este para realizar negocios con amigos suyos,
perjudicándolos, el libramiento de cheques sin fondos, el trato con
prestamistas, su relación con la DEA y la CIA por dinero, la venta de
información y la relación comercial con narcotraficantes.- Hechos
estos que lo llevaron a mantenerse oculto en varias oportunidades,
incluso de la Policía, con conocimiento de sus padres y esposa.- El
episodio que protagonizó en Parque del Plata y el episodio que
protagonizó en Viña del Mar en 1991, son dos hechos
escandalosos, a los que él estaba acostumbrado y le sacaba
provecho.Finalmente resulta del todo evidente que por las
actividades presuntamente desarrolladas por BERRIOS en los años
80 era conveniente que saliera del país para evitar posibles
investigaciones a su respecto.- Lo anterior, a juicio de la defensa,
no obsta también a presumir la conveniencia que tenía el que
BERRIOS como persona natural evitara otras múltiples acciones
que en contra de él podrían intentar diversas personas de su
entorno, había recibido varias amenazas.- Ejemplos de esas
amenazas fueron especificados por sus amigos mas cercanos.-
En ambos supuestos, sus representados no tuvieron
ninguna participación, no existe ningún antecedente en la
investigación que los vincule con una decisión institucional o
personal para que BERRIOS abandonara Chile.Con relación, a los días previos a la salida de BERRIOS
y su permanencia en el BIE, señala la defensa que conforme a la
información allegada al proceso, BERRIOS sintió en algún momento
la imperiosa necesidad de ser protegido, pues estimaba su vida en
peligro por diversas razones y buscaba por todos los medios
posibles abandonar el país.- Fue así como pidió ayuda a la DINE y
fue alojado en el Batallón de Inteligencia del Ejército, a los efectos
de ser preparada su salida y esto fluye de las piezas del proceso
que a continuación se enumeran: fojas 11.324, 7.159, 12.081,
11.299, 3.601, 5.979, 6.001, 6.043, 6.167, 6.733, 7.019, 7.174,
7.178, 10.122, 10.380 y 10.122.Como conclusión sobre este tema, se señala por la
defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya que está
acreditado que BERRIOS permaneció en el BIE por una cantidad de
días no especificada en el auto acusatorio.- Sobre su situación
fueron interrogados decenas de funcionarios de planta de esa
unidad y la mayoría no supieron de su presencia.- Otros lo vieron
deambular por los pasillos, tomar sol en el estacionamiento, comer
en el casino, alojarse en una habitación del subterráneo, inclusive
tuvieron conversaciones informales con él.Con
respecto
al
acceso
de
particulares
para
permanecer o pernoctar en un cuartel, el informe del Ejército es
contundente en afirmar que el Comandante, en este caso PROVIS,
es quién puede autorizar tal acceso, así como es recogido en el
auto acusatorio, que fue lo que realmente ocurrió.-
Sin embargo, Kathia MEDINA, en su declaración
policial, es la única persona que señala que escuchó de un sub
alterno de la presencia de un “secuestrado” siendo el único testigo
que efectúa esta calificación respecto de la permanencia de
BERRIOS en dependencias del BIE y como no se pudo
individualizar “el subalterno”, a que hace referencia la testigo, esta
afirmación “de oídas”, carecería de todo sustento probatorio que
pudiese de alguna manera involucrar a sus representados en la
permanencia de este sujeto en dependencias del BIE.Con relación a la salida de Eugenio BERRIOS de
Chile, la defensa entrega un listado de todas aquellas personas que
de una u otra manera tuvieron conocimiento o participaron en el
proceso y trámites de salida de BERRIOS de Chile, ninguno de los
cuales ha manifestado el haber tenido algún grado de conocimiento
de la participación en estos hechos de sus representados.- Dichas
personas declaran a fojas 1.593, 4.480, 4.665, 4.129, 4.384 y
4.905.Como conclusión, señala la defensa que el trámite de
salida de BERRIOS fue largo y engorroso, además, a la vista de
muchas personas, lo que evidencia las diversas oportunidades que
tuvo el “presuntamente secuestrado” para denunciar ser víctima de
un delito.De tratarse de una operación de inteligencia militar
resulta extraño que los involucrados hubieran hecho todos los
trámites con sus identidades verdaderas.- BERRIOS llenó su propia
ficha migratoria, por lo tanto, aceptó su identidad falsa y la utilizó,
pues claramente el beneficiado con todo este proceso fue él
mismo.- También en la salida del puerto de Buenos Aires y en la
entrada a Uruguay por el puerto de Colonia, los pasajeros están
sujetos a controles similares, en los cuales BERRIOS, podría haber
denunciado su situación de “secuestrado”.- Una vez más queda en
evidencia la clara voluntad de BERRIOS de abandonar Chile por su
propia voluntad y beneficio.- En cuanto a sus representados queda
establecido que no tuvieron ninguna participación en estos hechos.Sobre la estadía de Eugenio BERRIOS en Uruguay,
señala que de acuerdo a los datos antes mencionados que, en su
concepto, descartan una eventual privación de libertad de
BERRIOS por parte de terceros, ya por vía de “encierro” o
“detención”, antes de su llegada a Uruguay, aparece comprobado
que en ese último país gozó siempre de libertad para tomar sus
decisiones y tampoco vió restringidos sus desplazamientos, tal
como lo señalan los antecedentes que se enuncian a continuación:
fojas 1.941, 2.398, 922, 56, 40, 125, 703, 713, 2.863, 715, 751,
1.998, 611, 1.635, 260, 5, 948, 8.742, 3.454, 307 (u), 215 (u), 8.018
(u), 8.013 (u), 1.635, 2.391, 8.021 (u), 8.024 (U), 8.028 (U), 8.032
(U). 1.635, 5.698, 5, 17, 110, 400, 426, 482, 611, 1.635, 1.555,
4.815 y 2.863.Como conclusión, señala la defensa que los testigos que
han hecho referencia a la estadía de BERRIOS en Uruguay son
personas que tuvieron conocimiento de su situación en ese país,
pues convivieron muy cerca de él o tenían una relación afectiva.- La
vecina Sonia CASARETTO y el portero MIGUEZ declaran contestes
que lo conocieron con el nombre de Hernán Tulio PAREDES, bajo
ese nombre llegaban los recibos de servicios, que habitualmente
salía de compras al supermercado y ferias cercanas, donde era
visto por ellos o lo veían concurrir a un bar cercano.- Nunca vieron o
conocieron ciudadanos uruguayos en su entorno.- También
manifestaron que BERRIOS viajaba a varias provincias de
Uruguay.Respecto de la querellante Gladys SCHMEISSER
resulta destacable decir que ella visitó a lo menos en dos
oportunidades a BERRIOS en Uruguay y siempre lo vió sólo.BERRIOS conversó semanalmente por teléfono con ella, trajo
cartas de él a su abogado en Chile, utilizó pasajes aéreos que él le
mandó, lo acompañó en viajes a Punta del Este y Pirlápolis, se
alojaron juntos en hoteles, es decir, ella tal cual lo declaró, siempre
supo donde estuvo su marido y cual era su condición, lo cual
también sabían sus padres.Igualmente, resulta destacable que los diplomáticos
chilenos Sr. ROJAS, que fue destituido por este hecho, tuvo
contactos con BERRIOS, sin nunca denunciar que este se
encontraba “secuestrado”, y el Cónsul MARUL solamente recibió
una llamada telefónica, en la que supuestamente BERRIOS le pidió
una entrevista, sin manifestar tampoco que se encontraba
“secuestrado” y la afirmación que señala que ese llamado habría
sido para pedir un salvoconducto, no fue del Cónsul MARUL, sino
que solamente se origina por un comentario de ROJAS al Cónsul.Ninguno de los testigos nombrados, ha manifestado
durante el sumario, que sus representados hayan tenido algún tipo
de participación en la llegada de BERRIOS a Uruguay y su posterior
instalación en Montevideo, como así se desprende también del
calendario confeccionado por la Policía de Investigaciones.En cuanto al análisis de los sucesos de Parque del
Plata del 15 de noviembre de 1992.- La defensa dice que resulta
medular en este proceso los hechos ocurridos el 15 de noviembre
de 1992 en el balneario uruguayo de Parque del Plata, pues a partir
de los mismos se inicia la investigación de estos hechos, a los
cuales se les ha calificado como ilícitos, respecto de la participación
de su representado.- Para un mejor análisis de los mismos, la
defensa los ha separado en dos, los primeros acaecidos en la
Comisaría del balneario y los segundos, en el Policlínico del
mismo.Sobre los hechos en la Comisaría, se enumeran una
serie de antecedentes que tendrían relación con ellos, los cuales
son los siguientes: fojas 8.007 (U), 81 (U), 6.427, 88 (U), 496 (U) y
6.427.Como conclusión, se indica que la carta anónima antes
referida fue confeccionada por Policías y enviada en los primeros
días de junio de 1993 a varios legisladores y a la prensa.- Esta
origina todo los hechos posteriores, comienza a actuar la justicia
civil el 07 de junio de 1993 y el Jefe de Policía, coronel (R) RIVAS
es relevado de su cargo.- Agrega que los dichos o hechos
subrayados nunca fueron declarados por testigos e indagados
presenciales, sin embargo fueron recogidos en documentos de la
justicia chilena.- En el auto de procesamiento dictado por la jueza
Sra. Olga PEREZ, se sostiene que el Capitán RADAELLI
manifiesta: “se había escapado una persona que estaba bajo su
custodia y que este era un asunto muy grave que le podía costar la
vida” (fojas 2.446), esos dichos sólo pueden haber sido declarados
por RADAELLI o por el Comisario HERNANDEZ y de la lectura de
esas declaraciones se confirmó que ni ellos ni otros lo declararon.Es concluyente que la jueza Olga PEREZ utilizó pasajes de esta
carta anónima y fueron recogidos por el Tribunal en el auto de
procesamiento y acusación hacia sus defendidos.-
Del análisis del acta firmada por BERRIOS se concluye:
Oculta su verdadero domicilio en la calle Buxareo y manifiesta vivir
sólo y en el hotel Hipanoamerica, lo que evidencia su intención de
ocultar su domicilio real y encubrir a sus acompañantes.Manifiesta estar en calidad de turista en el chalet
“Eduleo” lo que evidencia que sabía perfectamente donde se
encontraba y en calidad de que.Realiza una explicación de su primer estado de ánimo en
la mañana y manifiesta claramente no haber estado privado de sus
libre movimientos y que todo se trató de un mal entendido, lo cual
dicho por el propio BERRIOS es concluyente para determinar la
situación en que se encontraba.Según el Comisario HERNANDEZ, BERRIOS firma el
acta a solas con él, manifestando que no fué presionado para
firmarla y que se iba voluntariamente.- Además, le manifiesta que
fue sus cumpleaños el día anterior, que estaba tomando
medicamentos y que al no estar su señora se le produjo un estado
de angustia, estado este que dio lugar a su confesión.En cuanto a la persona de Carlos RAMIREZ, quién fue
señalado por BERRIOS al Comisario HERNANDEZ como la
persona que lo acompañaba, nunca se ha logrado determinar por la
Policía o por el Tribunal quién era el mismo y que participación pudo
haber tenido en estos hechos.Respecto a la participación de sus defendidos en estos
hechos, deben precisar que Eduardo RADAELLI nunca ha negado
haber concurrido a la Comisaría, identificándose en la misma y
conversando con el Comisario HERNANDEZ
respecto de la
situación confusa provocada por los dichos de BERRIOS.Posteriormente, y previo a haber llamado al Coronel CASSELLA, se
retiró a su casa del balneario ubicada a unas 15 cuadras en un
sector rodeado de otras casas ocupadas durante todo el año, donde
se encontraba Carlos RAMIREZ (Acompañado en el quinto otrosí
literal b.24 de la contestación).En cuanto a TOMAS CASSELLA manifiesta, previa
comunicación con su superior, haber concurrido a la Comisaría tras
el llamado de RADAELLI para enterarse de lo ocurrido.- Luego, por
voluntad manifiesta de BERRIOS, y en conocimiento del Comisario
HERNANDEZ, se retira con aquel.A su vez, Wellington SARLI a manifestado haber
concurrido a la comisaría siguiendo ordenes superiores (como lo ha
declarado su jefe directo, acompañado en el quinto otrosí literal b.21
de la contestación), dado que estaba de servicio ese día en la
misma destinación de RADAELLI, a requerir los antecedentes,
hecho normal cuando un militar da lugar a una intervención policial.Llegó en horas de la tarde al local policial, no tuvo contacto con
ninguno de los nombrados y recibió la orden de retirarse a su
unidad porque ya el mando estaba enterado de la situación.En segundo término, en lo relativo a los hechos ocurridos
en el policlínico de Parque del Plata la defensa enuncia una serie de
antecedentes de juicio que se indican a continuación: fojas 116 (U),
1.635, 8.027 (U), 116 (U), 1.635, 2.392, 2.414, 2.420, 8.049 (U),
6.427 y 8.053 (U).De los elementos pormenorizados anteriormente, la
defensa obtiene como conclusión que con relación a las dos
concurrencias de BERRIOS al policlínico, estas son efectivas en
cuanto a su ocurrencia pero las circunstancias y quienes estuvieron
en el mismo no han podido ser determinadas y precisadas a
cabalidad en la investigación, pues el principal testigo de estos
hechos es Juan FERRARI, quién a declarado en a lo menos cuatro
veces en la justicia uruguaya y tres en la chilena (judicial y policial),
con evidentes y manifiestas contradicciones entre sus mismos
dichos y otras pruebas allegadas al proceso.Para la defensa es fundamental señalar a modo
ilustrativo, y no por ello descartando otras situaciones, las
principales contradicciones de este testigo, cuyas declaraciones han
sido fuertemente valorados por los policías chilenos y por el
Tribunal:
a) Respecto de quienes concurrieron y cuando;
b) Respecto de los dichos de Berrios, principalmente
referidos a su situación en Uruguay y los documentos que portaba;
c) Respecto del reconocimiento de Wellington SARLI y su
concurrencia al Policlínico;
d) Respecto del reconocimiento de chilenos al policlínico;
A la defensa le resulta extraño, por decir lo menos, que
este testigo a medida que pasan los años y es nuevamente
interrogado respecto a estos hechos, va agregando nuevas
aseveraciones y reconocimiento respecto de un episodio en el cual
no pasaron más de breves minutos en compañía de terceros.(Primeras declaraciones en Uruguay en 1993 y últimas en Chile en
el año 2002).Respecto a la participación de sus defendidos en estos
hechos deben precisar que, TOMAS CASSELLA a manifestado que
concurrió con BERRIOS al Policlínico en la segunda visita, a
solicitud del mismo, con el objeto de saludar y agradecer la atención
que le brindaron.- Posteriormente, señala haber llevado a BERRIOS
a la casa de RADAELLI, desde la cual BERRIOS y Carlos
RAMIREZ se retiran del lugar.- Respecto de SARLI, nunca
concurrió al policlínico, no obstante lo sostenido en contrario por
FERRARI, lo cual carece de sustento ya que solamente es
aseverado ante la policía chilena que lo interroga en la Embajada
de Chile en Uruguay, y a su regreso de Chile niega su aseveración
ante la justicia uruguaya.Respecto de Eduardo RADAELLI no tiene relación con
este hecho.Actividades de BERRIOS luego de los sucesos de Parque
del Plata.- La defensa dice que con posterioridad a los hechos de
Parque del Plata, existen en el expediente variados antecedentes
que les permiten a lo menos presumir fundadamente que Eugenio
BERRIOS pudo haber estado en Uruguay y o en Brasil.Los antecedentes que justificarían su permanencia en
Uruguay son los constan a fojas 8.028 (U), 8.032 (U), 1.635, 5.698,
215 (U), 8.018 (U), 8.013 (U), 8.021 (U), 8.024, 482 y 426.Los antecedentes que podrían hacer presumir su estadía
en Brasil, se enumeran en fojas 2.412, 2.969, 3.082, 4.815, 1.185,
7.847, 3.066 y 1.987.Conclusión: Actividades de BERRIOS luego de los
sucesos de Parque del Plata en Uruguay y Brasil.Uruguay:
Lo declarado por los testigos CASARETTO y MIGUEZ
resulta fundamental para establecer que BERRIOS estuvo en
Montevideo a lo menos hasta el mes de diciembre de 1992.Concordante con lo anterior, la cónyuge de BERRIOS, la
querellante Gladys SCHMEISSER declaró haber recibido llamados
telefónicos de BERRIOS, después del 15 de noviembre de 1992.Brasil:
De los antecedentes expresados y extractados es dable,
a lo menos, presumir que BERRIOS pudo haber estado en Brasil tal
cual lo manifiestan testigos y algunos familiares.Como conclusión final la defensa de los acusados de
nacionalidad uruguaya exponen lo siguiente:
De lo citado en los apartados que preceden, fluye de
manera categórica e inequívoca
que el Sr. Eugenio Antonio
BERRIOS SAGREDO, jamás estuvo en situación de “encierro” o
“detención”, toda vez que en Chile buscó protección y ayuda, dado
sus múltiples problemas y anunció su deseo y decisión de
abandonar el territorio bajo un nombre supuesto, se refugió en
dependencias militares; luego viajó a la zona austral donde,
personalmente y asumiendo la identidad ficticia que se había
asignado, llenó de su puño y letra el formulario oficial requerido a
todo ciudadano por la autoridad policial para permitirle la salida del
suelo patrio, mismo que exhibió y entregó en el control regulador del
paso internacional por el que consiguió su propósito de ponerse a
suficiente
distancia
de
quienes
lo
acosaban
(acreedores,
funcionarios de la DEA y narcotraficantes), todo esto lo hizo
acompañado de otros ciudadanos chilenos; una vez instalado en la
República Oriental del Uruguay gozó de la más absoluta libertad,
ocupando la habitación de un hotel y un departamento, circulando
por la ciudad de Montevideo como un turista más, para luego
asumir un rol de empresario, concurriendo a una línea aérea para
adquirir pasajes a su cónyuge, recibiendo a ésta en el aeropuerto
internacional de esa urbe, compartiendo con ella días de relajo y
tranquilidad, hasta despedirla en la misma terminal aérea; haciendo
vida social con diversas personas, efectuando compras en negocios
varios, arrendando un departamento bajo su nombre falso y
poniendo todas las cuentas del mismo con esa referencia; invitando
nuevamente a su cónyuge para llevarla, esta vez, a Pirlápolis por
varios días a una cabaña arrendada en forma previa, y a Punta del
Este, utilizando sus tarjetas de crédito, portando dinero, etc.
Dice que en este proceso, no se ha podido determinar
cual habría sido el objetivo de sus representados para haber
secuestrado a BERRIOS, es decir cual sería la causa para cometer
dicho delito.- En el Uruguay la persona de BERRIOS o Hernán Tulio
PAREDES era absolutamente intrascendente, sólo hasta que se
inicia este proceso se llega a determinar que se trataba de un
mismo sujeto, por lo que nuevamente se pregunta la defensa ¿Cuál
era el objeto de “secuestrarlo”?
Indica que para sus representados, el relacionarse con
PAREDES, salvo SARLI que nunca lo conoció, obedeció solamente
a relaciones de carácter personal, y luego de cuatro cinco meses
que este se encontraba en Montevideo.- El Coronel CASSELLA es
contactado por el militar chileno Julio CONCHA quién le informa que
irían a Montevideo dos chilenos y si lo autorizaba a darles su
teléfono, por cualquier eventualidad, de esta forma entran en esta
causa sus representados, y sin que el Tribunal, según señala la
defensa, intentara ubicar a quién los contactó, a saber, Julio
CONCHA y menos determinar que pasó en esos meses en Uruguay
con Hernán Tulio PAREDES y su relación con sus representados,
es decir, se les proceso y acusó por un “secuestro” que tuvo un
período de interrupción que no ha sido aclarado en la investigación,
o lo que es peor, que no se relacionó con CASSELLA, ARADAELLI
y SARLI.Dice que han demostrado que durante el tiempo de
permanencia de BERRIOS en Uruguay, tuvo una absoluta libertad
ambulatoria, sin que esta le fuera restringida bajo ningún respecto.A su vez, ninguno e sus representados tuvo una relación con
BERRIOS en forma permanente, es más, SARLI, insistimos, nunca
lo conoció, y CASSELLA y RADAELLI, lo conocen meses después
de su llegada y lo ven CASSELLA en cuatro oportunidades (marzo
92, cenó con él y Carlos RAMIREZ, junio o julio 92, lo encuentra en
un mall donde estaba sólo, 13 de noviembre de 1992, le presenta a
RADAELLI y finalmente, en el incidente de Parque del Plata del 15
de noviembre, última vez que lo ve) y RADAELLI lo ve en dos
oportunidades
(13
de
noviembre,
fecha
que
lo
conoce
conjuntamente con Carlos RAMIREZ, luego lo deja en la casa que
les facilita en parque del Plata, volviendo a Montevideo y el 14 en la
noche vuelve pues era el cumpleaños de BERRIOS y lo celebrarían,
finalmente el día 15 lo ve en los denominados hechos de Parque del
Plata).En conclusión, sus representados no han tenido
participación alguna en el ilícito de secuestro, en los términos del
artículo 141 del Código Penal, pues los supuestos fácticos que se
requieren no encuadran en el mérito del proceso.Finalmente, como petición concreta, señala que, como
se aprecia, a la luz de la realidad que emana de este proceso,
objetiva e innegable, Eugenio BERRIOS SAGREDO, circuló
siempre como hombre libre, adoptó sus propias decisiones,
compartió sus días con quién se propuso, y nada indica que a su
respecto se haya producido, en momento alguno, una privación de
libertad sin derecho mediante encierro o detención, que es la
conducta tratada en el artículo 141 del Código Penal, en
consecuencia, la acusación, adhesiones y acusaciones particulares,
carecen de sustento jurídico, debiéndose por ello dictar sentencia
absolutoria respecto de sus representados.Con relación a la segunda conducta imputada, señala la
defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya que el hecho
por el que se ha dictado el auto de cargos, contra sus mandantes,
como autores del delito de asociación ilícita contemplado en los
artículos 292 y 293 del Código Penal y el tribunal lo hace consistir
en una larga serie de hechos, circunstancias y episodios que
aparecen detallados desde la letra a) hasta la letra r) en el punto
segundo de la acusación en examen.En primer término, señala la defensa, sería necesario
realizar un análisis del tipo penal imputado y así las cosas, el
artículo 292 del Código Penal, señala que toda asociación ilícita
constituye un delito por el sólo hecho de organizarse y las penas
que se aplican a los asociados son proporcionales a su grado de
participación, refiriéndose el tipo penal a la perpetración de
“atentados” que quiere decir en realidad la perpetración de “delitos”
(con exclusión de las faltas), ya que el artículo 293 para los efectos
de la penalidad, distingue según sui el objeto de la asociación ha
sido la comisión de crímenes o la de simples delitos, sin señalar
penas para otros casos.- Dice que la expresión “orden social”, no es
muy precisa, y parece referida al “orden público” en su sentido más
amplio, no en el restringido de “tranquilidad” .- Del mismo modo, la
asociación debe haber tenido por objeto la comisión de una
multiplicidad de delitos y no de uno sólo.- A veces es difícil distinguir
lo que es una asociación ilícita de un simple concierto o
conspiración para delinquir.- La asociación es un grupo de carácter
más o menos permanente y jerarquizado, como se desprende del
tenor del artículo 293, que alude a los “jefes” y a “ejercer mando”.-
No se precisa el número de personas necesarias para constituir
asociación; en rigor, bastaría con dos (extractado del libro Derecho
Penal, de Alfredo ETCHEVERRY).Haciendo un examen del artículo 292 del Código Penal,
se constata que este alude única y exclusivamente a cuatro
objetivos perseguidos por quienes se asocian, y estos son “atentar
contra el orden social” (orden público, según el autor arriba citado),
contra las “buenas costumbres, contra las personas o las
propiedades”, de donde resulta necesario contrastar la otra
imputación penal, hecha contra sus representados –secuestro
tratado en el artículo 141 del Código Penal-, con esta finalidades u
objetivos.El delito de secuestro a que se refiere el auto de cargos
dictado por el Tribunal, está “establecido en los incisos primero a
cuarto del referido artículo 141 del Código Penal” conforme señala
la letra b) del numeral 3 de esa resolución, norma ubicada en el
párrafo tres del título tercero del libro II del estatuto punitivo que se
refiere a “Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad
cometidos por particulares”.- Es decir, no se enmarca en ninguno de
los objetivos a que alude el artículo 292 del mismo cuerpo legal.En efecto, haciendo un desglose de la norma en examen
tenemos que ella sanciona a quienes se organizan para atentar: a)
contra el orden social (orden público), materia tratada en el Titulo VI
del Libro II del Código Penal, artículos 261 y siguientes, bajo el
rótulo “De los crímenes y simples delitos contra el orden y la
seguridad públicos cometidos por particulares”; b) contra las buenas
costumbres, materia tratada en el párrafo VIII del Título VII del Libro
II del Código Penal, artículos 373 y siguientes, bajo la denominación
“De los ultrajes públicos a las buenas costumbres”; c) contra las
personas, materia de que trata del Titulo VIII del Libro II del Código
Penal, artículo 390 y siguientes, bajo el epígrafe “Crímenes y
simples delitos contra las personas” ; y, d) Contra la propiedad,
materia esta última, tratada en el Titulo IX del Libro II del Código
Penal, artículos 432 y siguientes, con la designación de “Crímenes y
simples delitos contra la propiedad”.Como ya se expuso, el auto de cargos singularizado
imputa a sus mandantes la comisión “del delito de asociación ilícita
establecida en los artículos 292 y 293 del Código Penal”, sin
precisar a cual de las cuatro conductas posibles se encaminaba la
organización –no satisface la exigencia el simple hecho de formular
una mención abierta en la letra r) del punto 2º -a una “asociación
ilícita con propósitos delictuales”- y en el mismo se les considera
igualmente autores “del delito de secuestro” establecido en los
incisos primero a cuarto del referido artículo 141 del Código Penal,
figura esta última que claramente no constituye un atentado contra
el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas
o la propiedad, que son las únicas y exclusivas finalidades u
objetivos asumidos por un grupo humano que autorizan un
procesamiento, acusación y condena “por el sólo hecho de
organizarse”.A continuación, la defensa sin perjuicio de estimar la
absoluta inocencia de sus representados y la falta de tipicidad en la
imputación efectuada respecto de este delito, se hace cargo a
través del pronunciamiento de la jurisprudencia del cargo efectuado
por el Tribunal en la acusación, expresamente del contendido en la
letra r) del auto de cargos.Este
delito
pretende
reprimir
los
fenómenos
de
criminalidad organizada, cuyos contornos y requisitos ha ido
perfilando la doctrina y la jurisprudencia nacional, particularmente
para diferenciar a la asociación ilícita de la simple concurrencia de
varias personas en la comisión de un delito.- Naturalmente, en este
último caso, cada concurrente responde por el delito cometido, de
acuerdo a su forma de intervención en él.- En cambio, si existe un
delito de asociación ilícita, además de las sanciones que
corresponda aplicar por el delito cometido, se castiga penalmente a
quienes han cometido el hecho por la sola circunstancia de haber
formado una asociación (artículo 294 bis del Código Penal).- Ello
conlleva un incremento sustantivo de la penalidad, lo que obliga a
ser extremadamente cauto al momento de fijar los requisitos del
delito en cuestión.Lo anterior, es sin perjuicio de que el principio de
reserva o legalidad (artículo 19 Nº3 incisos 7º y 8º de la
Constitución Política de la República), prohíbe la aplicación
analógica de los tipos penales y de las penas y sin perjuicio también
de que para condenar por un delito a una persona, el Tribunal que
lo juzga debe haber “adquirido, por los medios de prueba legal, la
convicción de que realmente se ha cometido un hecho punible y
que en el ha correspondido al reo una participación culpable y
penada por la ley” (artículo 456 bis del Código de Procedimiento
Penal), o como exige el nuevo sistema procesal penal: “Nadie podrá
ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare
adquiriere, más allá de toda duda razonable, la convicción de que
realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la
acusación y que en el
hubiere correspondido al acusado una
participación culpable y penada por la ley”, convicción que debe
formarse “sobre la base de la prueba producida durante el juicio
oral” (artículo 340 del Código Procesal Penal).-
De
acuerdo
a
lo
expresado
por
el
profesor
ETCHEVERRY, para los efectos de la penalidad los artículos 293 y
294 distinguen entre tres categorías de personas:
a) Los jefes, los que hubieren ejercido mando en la
asociación y sus provocadores.- La penalidad de esta categoría de
personas se gradúa según si la asociación ha tenido por objeto la
perpetración de crímenes o de simples delitos.b) Los demás miembros de la asociación, penados en el
artículo 294, respecto de los cuales se distingue también entre los
diversos objetivos delictuales de la asociación, y,
c) Las personas que, sin pertenecer a la asociación, ha
sabiendas y voluntariamente, le hubieren suministrado ayuda en
forma de materiales, armas, lugar de escondite o reunión, albergue,
etc.- Son conductas parecidas a las del encubrimiento habitual del
artículo 17.- También se distingue aquí según si la asociación ha
tenido por fín la comisión de crimines o de simples delitos (Alfredo
ETCHEVERRY O.: “Derecho Penal, Parte Especial. Tomo IV,
Tercera Edición revisada y actualizada.- Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, 1998, pagina 317”).De lo expuesto por el profesor ETCHEVERRY se
desprende que los requisitos para que exista una asociación ilícita
son:
1.- Multiplicidad de personas;
2.- Que esas personas se agrupen o asocien (lo que
implica un grado de organización entre ellos en vistas de objetivos
comunes);
3.- Permanencia del grupo (que la diferencia de la simple
“división del trabajo” en el caso de la co autoría);
4.- Jerarquía entre sus miembros (que también la
diferencia de la simple “división del trabajo” en el caso de la
coautoría);
5.- El objeto de la asociación ha de ser la comisión de
multiplicidad de crímenes y simples delitos, y no de uno sólo (que
también la diferencia de la simple “división del trabajo” en el caso de
la coautoría).Por otra parte, el profesor de Derecho Penal Sr. Héctor
HERNANDEZ BASUALTO, respecto del bien jurídico protegido,
responde señalando que “en general con respecto a los delitos
contra el crimen organizado se han dado posturas contrapuestas:
para algunos, este no es otro que el mismo bien jurídico que el que
es afectado por el delito para el cual se organizan.- Otros, en
cambio, consideran que en esta norma hay una protección a la
administración de justicia en sentido de que la organización criminal
genera poder y que ese poder puede infiltrar a las instituciones
tendiendo
a
asegurar
la
impunidad
de
los
sujetos
y,
consecuentemente con ello, impidiendo que el sistema de justicia
criminal funcione y en el fondo, la propia institucionalidad”, afirmó.El mismo profesor señala que este tipo penal “claramente
es una situación en que un mismo hecho es constitutivo de dos o
más delitos y esa es la definición estándar del concurso ideal y no
de uno material.- Señala que la idea de una pena aparte de la
actividad ilícita que cometen no le parece razonable, pues puede
producir el contrasentido de que eventualmente los hechos
concretos sean de poca monta y que tengan una pena
absolutamente desproporcionada por el lado de la asociación
ilícita”.-
Agrega, sobre este punto que existe una tendencia a
separar, como la ley lo sugiere, pero sólo habrá asociación ilícita,
cuando ella efectivamente se dedique a cometer delitos.- “Hoy la
asociación ilícita es un delito accesorio a una efectiva actividad
criminal, y ello debería reflejarse en una pena accesoria”,
argumentó HERNANDEZ.Para el señalado académico ha ocurrido que en la
práctica existen muchas cosas que empiezan como asociación
ilícita y no terminan como tal, por tratarse de un tipo penal exigente,
generando una cierta decepción y una sospecha de que hay algo en
el tipo que no funciona.- A su juicio, se está abusando
procesalmente de la figura de la asociación ilícita, por cuanto se
esta usando como “un tipo penal de recogida”, -según denominan
los alemanes- con fines instrumentales en el proceso penal, para el
caso en que hayan dudas sobre lo que puede haber en una
situación determinada en la cual existen dos o mas hechotes.- Es
efectivo que la jurisprudencia a puesto una vara alta en términos de
los requisitos de la asociación, en lo que no ve dificultades,
concordando con la jurisprudencia, pues estima que si hay un
castigo ya por delitos que comenten, tiene que haber un
fundamento muy fuerte para castigarlos extra, nada más por el
hecho de estar organizados”.Dice la defensa que haciéndose cargo de estas
dificultades y del posible error de aplicar las normas de asociación
como un “tipo de recogida”, es decir, con un fin puramente
instrumental en un proceso penal y no porque verdaderamente
concurran
en
el caso
los
presupuestos
del tipo,
nuestra
jurisprudencia ha establecido estándares y requisitos para su
procedencia, recogiendo la moderna doctrina en este caso.- Es así
que se mencionan diversos fallos de los tribunales superiores de
justicia entre los cuales se pueden enunciar los recaídos en la
causa rol Nº5576-07 contra Claudio SPINIAK VILENSKY de la
Excma. Corte Suprema de fecha 06 de agosto de 2008; la sentencia
de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, recaída en la causa
rol Nº12.860-2006, de fecha 16 de agosto de 2008; el fallo de 27 de
julio de 2005, dictado por el Tribunal del Juicio Oral en Lo Penal de
Temuco en causa RUC Nº0200142499-0- RIT 080/2004, seguida
contra Patricia Troncoso Robles y otros (causa Coordinadora
Arauco-Malleco).- Esta sentencia absolutoria en lo referente al delito
de asociación ilícita, corresponde a un segundo juicio oral realizado
después que la Excma. Corte Suprema (sentencia de fecha 06 de
abril de 2005, Rol Nº5440-04), anulara la sentencia dictada en la
causa –también absolutoria- dictada por el Tribunal en Lo Penal del
Juicio Oral de Temuco.- Sentencia de la Excma. Corte Suprema de
feha 02 de mayo de 2003 dictada en causa rol Nº51.577-2001.Sentencia Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 20 de
marzo de 2008, rol Nº1.858-2007.- Sentencias de esa misma Corte
de fecha 24 de marzo de 2006, rol Nº326-2006, de fecha 31 de
enero de 2000 causa rol Nº66.865-1999.- Sentencia de 23 de
febrero de 2002 del Primer Juzgado de San Miguel en causa rol
Nº119.509, confirmada por la Iltma. Corte de Apelaciones de San
Miguel por sentencia de fecha 09 de julio de 2003 (rol nº1.0482002).- Sentencia de Corte de Apelaciones de Antofagasta de fecha
31 de agosto de 2007, dictada en causa seguida contra Armando
FERNANDEZ LARIOS y otros y, por último, fallo de fecha 10 de
abril de 2006 del Ministro de Fuero de la Iltma. Crte de Apelaciones
de Santiago Sr. Jorge ZEPEDA ARANCIBIA en causa rol Nº2.18298 (Asociación ilícita-ex Colonia Dignidad).-
Por último, como conclusión final señala la defensa
que la dictación de una sentencia absolutoria a favor de sus
representados, con relación a
este ilícito imputado, deberá
fundarse en lo siguiente: a) el ilícito imputado de asociación ilícita
en este proceso no se corresponde con un delito que tenga por
objeto atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres,
contra las personas o las propiedades, conforme lo establece el
legislador, sino que claramente se refiere a un “secuestro”, figura
que se trata dentro de los delitos contra la libertad y seguridad,
cometidos por particulares, con lo cual queda excluida la posibilidad
de condenar a los acusados, por falta de congruencia sistémica de
los hechos con los tipos penales.b) la doctrina y la jurisprudencia nacional a desarrollado
en los últimos años un nutrido material que permite establecer una
serie de requisitos que se deben cumplir respecto de la
“organización delictiva” y
c) Por último, los hechos punibles que se imputan a su
representado tampoco se corresponden con la realidad fáctica de
participación, toda vez que ellos son funcionarios públicos y estos
no pueden cometer el delito de asociación ilícita pues esta figura le
está vedada a ellos.La petición principal de la defensa se concreta en la
dictación de una sentencia absolutoria respecto de la acusación,
adhesiones y acusaciones particulares, por carecer de sustento
jurídico.Como peticiones subsidiarias se alegan las aminorantes
de los números 6º y 9º del artículo 11 del Código Penal y la
denominada “media prescripción” , contemplada en el artículo 103
del mismo cuerpo legal.- Y en caso de haber una decisión de
condena, esta se cumpla mediante alguna de las medidas
alternativas contempladas en la Ley 18.216.OCTOGESIMO TERCERO: Que con relación a lo que la defensa
denomina inconsistencias en la investigación ellas las hacen
consistir en diversas interpretaciones muy particulares de los
diversos acápites del auto acusatorio y se pretende por medio de la
transcripción parcial de declaraciones extrajudiciales y judiciales,
como asimismo, de conclusiones a que han arribado los
investigadores policiales como también de las que han sustentado
distintos peritos, declaraciones expuestas en careos realizados ante
el tribunal, como también, respuestas otorgadas en el exhorto
remitido a Uruguay por la justicia chilena y por último, un análisis
parcializado de la causa seguida en Uruguay, resulta que las
mencionadas inconsistencias, constituyen en el fondo defensas que
pretenden excluir de responsabilidad a los acusados en los hechos
que motivaron la presente causa.Para un mejor análisis de ellas, se agruparán en el marco
de los delitos por los que se les han formulado cargos a estos
procesados y, así las cosas, en primer término pretenden desvirtuar
el hecho del secuestro del ciudadano chileno Eugenio BERRIOS
SAGREDO, señalando que su estadía en una dependencia del
cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército no habría sido contra
su voluntad y tampoco habría estado privado de su libertad de
desplazamiento.Es necesario, para rechazar dicha alegación descrita
como inconsistencia, precisar que el bien jurídico que protege el
señalado delito es el de la libertad de desplazamiento, garantizado
por la Constitución Política de la República, y, el sólo hecho de que
previo a su salida del país, utilizando una documentación falsa y
acompañado por funcionarios pertenecientes a la Dirección de
Inteligencia del Ejército, evidencia que dicho egreso –en la forma
que se realizó- no fue voluntario.- También, aunque se haya querido
presentar la estadía de este ex agente de DINE en el cuartel antes
referido como accediendo a una solicitud de protección demandada
por este, en realidad, los hechos que esta larga investigación han
tenido por justificados, permiten llegar a la conclusión contraria, esto
es, que, la mantención de este ex agente en ese lugar, como su
posterior estadía en Uruguay, obedeció a una decisión de terceros y
no a su propia voluntad.No resulta verosímil, tal como lo señalan los testigos
Juan Carlos Briones Valenzuela, Luis Felipe Fernández Soto y
Victor Poza Reyes, la presencia de un civil en el cuartel de la
referida unidad militar, lo que por otra parte está expresamente
prohibido por el mando superior, tal como lo señala el oficio de fojas
6.733.También
resulta,
inverosímil,
el
hecho que
este
ciudadano chileno –cuya posible implicancia en diversos hechos
punibles que se investigaban en la época de su egreso, podría
llegar a constituir un riesgo para diversas personas naturales e
instituciones- haya sido mantenido en forma económica en el
extranjero y con una custodia y/o observación permanentes en
Uruguay, más aún, si se aprecia que sus custodios eran miembros
activos de los ejércitos de Chile y de Uruguay, cuya finalidad,
evidentemente, no consiste en prestar ayuda de tipo personal a un
individuo requerido por la justicia.Las declaraciones de quienes tuvieron contacto con
Berrios en Uruguay, ponen de manifiesto la situación en que se
encontraba este sujeto, que aunque en algún periodo de su
permanencia pudo hacer uso de una relativa capacidad de
desplazamiento, de la propia realidad de los hechos aparece
evidente que cuando aquel pretendió hacer cesar la situación en
que se encontraba, fue impedido de ello.Por último, en lo relativo a este ilícito resulta que las
declaraciones de los testigos Sonia CASARETTO y Luis MIGUEZ
prestadas a fojas 5.698 y 2.391 de esta causa y también en el
expediente uruguayo que se tiene a la vista, son coincidentes con lo
expuesto anteriormente y el hecho, tantas veces repetido por la
defensa de estos acusados, en sentido que estas personas son
testigos de haber visto al nombrado BERRIOS en el edificio de calle
Buxareo en el mes de diciembre de 1992, no resultaron
especialmente relevantes para la presente investigación, toda vez
que los informes agregados a los autos, donde se especifica la data
de muerte de este sujeto, señalan que ella habría acontecido con
posterioridad a esa fecha y, por otra parte, tampoco resulta
pertinente y favorable a sus representados la señalada alegación,
en atención a que ellos no han sido sometidos a proceso por la
muerte de Eugenio BERRIOS y por consecuencia, no han sido
extraditados por ese delito.Con relación al segundo tema de inconsistencias alegadas
por estos acusados de nacionalidad uruguaya, ellas pueden
resumirse en su negativa a reconocer haber sido miembros de una
asociación ilícita formada con ciudadanos chilenos para ocultar en
Uruguay a miembros del Ejército de Chile o a civiles vinculados con
este.Respecto de lo anterior, se puede señalar que las
declaraciones de los testigos que rolan en el motivo décimo de esta
resolución, permiten comprobar que estos acusados mantuvieron
una relación, tanto con los chilenos que estaban en ese país, como
con los que integraban la asociación ilícita que los sacó de Chile y,
por otra parte, de otra manera no se explicaría su vinculación con el
presente caso la que determinó la solicitud de su extradición que
fuera aprobada por los tribunales máximos de ambos países.Con relación a las supuestas irregularidades cometidas
durante
la
investigación
sumarial,
también
pueden
ser
sintetizadas en dos aspectos: el primero relativo a las conclusiones
a las que habrían arribado los investigadores policiales al dar
cumplimiento a las órdenes de investigar expedidas por el tribunal
competente.Sin embargo, tal como lo señala el inciso segundo del
artículo 110 del Código de Procedimiento Penal, este dice lo
siguiente: “Las informaciones que la policía proporcione sopbre
hechos en que haya intervenido, que se relaten en las
comunicaciones o partes que se envíen a los tribunales, tendrán el
mérito de un antecedente que el juez apreciará conforme a las
reglas generales, sin perjuicio de que pueda citar a los funcionarios
respectivos para interrogarlos sobre esos hechos, o para otras
diligencias del proceso; y sin perjuicio también del derecho de los
inculpados para solicitar que se los interrogue al respecto, se les
caree o contrainterrogue”.Por último, la defensa señala como una irregularidad la
agregación al proceso de un documento que daría cuenta de
numerosos viajes realizados desde Uruguay a Chile por una
persona de apellido CASELLA, que no correspondería al acusado
Tomas Ventura CASELLA SANTOS, lo que en su opinión, habría
constituido un antecedente incriminatorio en contra de este último.-
El documento referido, si bien es cierto, fue remitido por la
autoridad competente y se encuentra agregado a los autos, por
proporcionar una información errónea, fue posteriormente corregido
por la misma autoridad remisora (fojas 2.493) y, por ello, no se
incluyó su mención en el auto acusatorio librado contra el
procesado antes mencionado.Con relación al delito de secuestro por el que se han
formulado cargos a los acusados Tomas CASELLA SANTOS y
Eduardo RADELLI COPOLLA, sin entrar en distinción acerca de las
diversas formas que puede revestir el señalado tipo penal y
haciéndose cargo el tribunal de las argumentaciones de las
defensas de los acusados antes mencionados, quienes, sostienen
que no existiría el referido delito por cuanto no concurrirían en la
especie los verbos rectores que sirven para su tipificación, tales
como “encerrar” y ”detener”.- Para ello, basan su argumentación en
diversas declaraciones contenidas en el proceso las cuales se
referirían a la supuesta libertad de desplazamiento que habría
tenido BERRIOS tanto durante su permanencia en el BIE, como
posteriormente en la ciudad de Punta Arenas, el paso fronterizo de
Monte Aymont, la ciudad de Río Gallegos, Buenos Aires, Puerto de
Colonia, Montevideo y Piriápolis, estas tres últimas en Uruguay, sin
embargo, es preciso efectuar algunas consideraciones basado
sobre todo en el bien jurídico que protege el señalado delito de
secuestro y que no es más que la libertad de desplazamiento
consagrada en nuestra carta fundamental como una garantía
constitucional.Resulta, que el nombrado BERRIOS de acuerdo a la
extensa investigación realizada, aparece con nitidez que estuvo
durante largos periodos de tiempo sujeto a una vigilancia y control
por parte de los organismos de seguridad del régimen militar y esta
se materializaba en la vigilancia que tenía sobre él el suboficial del
Ejército Remigio RIOS SAN MARTIN, también, luego de terminada
la DINA mantuvo un contacto más o menos permanente con el
oficial de ejercito Manuel PEREZ SANTILLAN quién había integrado
anteriormente la denominada Brigada “MULCHEN” de DINA.Resulta que una vez retornado el régimen democrático, el control
sobre esta persona se hizo más intenso y es así, que se determinó
por el propio Comandante en Jefe del Ejército, General Augusto
PINOCHET UGARTE el egreso de este sujeto del país, lo que fue
ordenado al General Hernán RAMIREZ RURANGE que era el
Director de DINE en el año 1991 y este, encomendó esta tarea a
una unidad especial que dependía directamente de él y que estaba
al mando del mayor Arturo SILVA VALDES.- La referida unidad se
encargó de la salida de este sujeto y después en Uruguay, con la
participación de militares de ese país procuró que la permanencia
de él, estuviera siempre sometida a un control y este, se
materializó, tanto en las visitas realizadas por el nombrado SILVA,
por el empleado civil LILLO, por el Capitán Pablo RODRIGUEZ
MARQUEZ, por el mayor Manuel PEREZ SANTILLAN y por los sub
oficiales SANDOVAL y ROMAN, todos ellos, pertenecientes a la
referida unidad especial y según declaraciones de estos últimos
que rolan en aurtos se les habría proporcionado el nombre y el
teléfono del oficial uruguayo de apellido RADAELLI, quién era el
contacto para la solución de cualquier dificultad que se produjera
con el nombrado BERRIOS.Del mérito también de las declaraciones de ellos,
aparece que la permanencia de este ciudadano chileno en Uruguay,
era completamente financiada con fondos provenientes de la DINE
y también es necesario destacar que el pago del arriendo del
departamento que ocupaba se hacía a través del oficial uruguayo
Tomas CASSELLA.Si bien es cierto que en un principio el nombrado
BERRIOS, no obstante el control que sobre él ejecutaban los
acusados antes nombrados, gozaba de una relativa libertad de
desplazamiento, es necesario señalar que ella no implica que no se
encontrara limitado absolutamente con relación a sus movimientos y
ello aparece de manifiesto en la medida que la situación que lo
afecta se hace más insostenible y, es así, que recurre vía telefónica
al Consulado de Chile con el objeto de procurar su retorno al país
para comparecer ante la justicia por haber sido requerido por el
Ministro Sr. Adolfo BAÑADOS CUADRA, en la causa rol Nº 1-91
seguida por el asesinato del ex Canciller Orlando LETELIER DEL
SOLAR, y, también, se revela en toda su intensidad cuando el día
15 de noviembre de 1992 huye de la casa de veraneo de la familia
RADAELLI y solicita amparo a un vecino del balneario de apellido
CABRERA y a su señora y, posteriormente, comparece a la unidad
policial de Parque del Plata, donde en forma casi inmediata
aparecen sus custodios, quienes posteriormente se hacen presente
en el policlínico del lugar al que fuera trasladado el ex químico de la
DINA para verificar su estado de salud mental, por el medico a
cargo de ese establecimiento, doctor Juan FERRARI, el cual en sus
declaraciones de fojas 2.390, manifiesta que el sujeto le contó que
estaba secuestrado por orden del General PINOCHET, asimismo, le
dio a conocer su verdadera identidad que constaba en una
fotocopia de una cédula identificatoria que portaba en uno de sus
zapatos y, también le dijo que su vida corría peligro porque el
General antes nombrado había ordenado darle muerte.-
También, del análisis de los elementos de juicio
enunciados en el fundamento décimo, del presente fallo, aparece
como una conducta forzada y no como una decisión libre y
voluntaria, el abandono que hace BERRIOS de la Comisaría del
lugar conjuntamente con sus captores y, tampoco resultan
verosímiles las explicaciones que da para justificar su mal
comportamiento, las cuales proporciona tanto al jefe de la unidad
policial, comisario don Elbio HERNANDEZ, como al encargado del
policlínico doctor Juan FERRARI y al vecino de apellido CABRERA
y su cónyuge.Como se ha dicho, el hecho de tener el nombrado
BERRIOS una relativa libertad de desplazamiento en Uruguay, no
se contrapone a la restricción de su libertad de desplazamiento que
constituye el bien jurídico protegido por el referido tipo penal y ello
aparece de manifiesto con la descripción de los hechos señalada
anteriormente.Por otra parte, el hecho de ser funcionarios públicos los
sujetos encargados de la custodia de BERRIOS no significa que la
restricción de su libertad, se transforme en una detención ilegal,
puesto que aquellos, no han actuado con la finalidad de ponerlo a
disposición de la autoridad, sino que, precisamente, con el fin
contrario, esto es, sustraerlo de la acción de ella.En
atención
a
lo
antes
expuesto,
corresponde
desestimar la petición de la defensa de los acusados antes
nombrados, como asimismo, acoger lo peticionado por los
acusadores particulares que formulan cargos contra los imputados
CASELLA y RADAELLI como autores del delito de secuestro
contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.-
En cuanto al delito de asociación ilícita, la defensa ha
señalado que dicho tipo penal no se corresponde con el otro delito
por el que han sido acusados sus representados, esto es, el de
secuestro.En efecto, señala que el análisis del artículo 292 del
Código
Penal
permite
constatar
que
este
alude
única
y
exclusivamente a cuatro objetivos perseguidos por quienes se
asocian, y estos son, “atentar contra el orden social”, contra las
“buenas costumbres, contra las personas, o las propiedades”, y por
ello, resultaría necesario contrastar la otra imputación penal
formulada contra sus representados –secuestro tratado en el
artículo 141 del Código Penal-, con estas finalidades u objetivos.Como el delito de secuestro se encuentra tratado en el
párrafo tres del título tercero del libro II del estatuto punitivo que se
refiere a “crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad
cometidos por particulares”.- Es decir, no se enmarca en ninguno de
los objetivos a que alude el artículo 292 del mismo cuerpo legal.Sin embargo, dichas argumentaciones serán rechazadas
por el tribunal, por cuanto, el precepto legal últimamente
mencionado dispone que: “Toda asociación formada con el objeto
de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres,
contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe
por el sólo hecho de organizarse”.- Vale decir, se requiere que en
este ilícito concurran acción y dolo propios, concretados en la
concurrencia de una pluralidad de sujetos activos que forman
cuadros permanentes, organizados jerárquicamente, con reglas
propias, que tienen por objeto realizar delitos indeterminados.- Sin
estos elementos –dice la doctrina y la jurisprudencia-, no existe
asociación ilícita.-
Asimismo, la necesidad que los delitos no sean
determinados, no sólo surge del texto legal, sino que del hecho que
el mayor disvalor de la conducta
y su justificación como delito
independiente, tiene su base en la permanencia en el tiempo y en el
temor de ser víctima de un ataque por parte de la asociación
delictual.Por otra parte, se puede hacer notar que entre los
requisitos que contempla dicho tipo penal se encuentra el de la
realización de conductas constitutivas de delitos y que se trate de
hechos indeterminados.- No siendo delito, no hay asociación ilícita
y, por el otro lado, siendo delitos determinados, basta con las
normas de coparticipación.De acuerdo a lo razonado precedentemente, no resulta
procedente relacionar la comisión del delito de secuestro –por el
que también se ha acusado a los imputados antes señalados-, con
el de asociación ilícita, delito que existe por el sólo hecho de
organizarse mediando las finalidades que señala el artículo 292 del
Código Penal, lo que, en el presente caso aparece completamente
justificado con los elementos de juicio que se han reseñado en el
considerando décimo cuarto del presente fallo y, tampoco resultan
válidos los razonamientos de la defensa, en cuanto vinculan los
requisitos del tipo penal antes señalado con diversos títulos del
código sancionatorio, los que se refieren a distintos bienes jurídicos
y, así las cosas, el hecho de atentar contra el orden social, no
necesariamente aparece referido a un delito especifico, sino que
este también puede ser afectado con la comisión de cualquier
ilícito.Finalmente, parece necesario al tribunal precisar que, tal
como lo sostiene la doctrina en relación a este tipo penal, lo que
este ofende resulta ser el propio poder del Estado, su preeminencia
como institución política y jurídicamente organizada, cuya existencia
puede aparecer amenazada por otra institución que tiene fines
contrapuestos a los suyos y que, asimismo, disputa la hegemonía
que válidamente tiene aquel.Por las aludidas razones, corresponde rechazar las
alegaciones de las defensas de los acusados CASELLA y RADELLI
y acoger las peticiones de las partes acusadoras particulares antes
mencionadas, recalificando –conforme a lo pedido por estas-, el tipo
penal por el que se sancionará al acusado Eduardo RADAELLI
COPOLLA, quién, efectivamente, formó parte de la asociación
delictiva sin tener la calidad de jefe ni ejercer mando en ella,
conforme lo señalan los antecedentes probatorios enumerados en
el considerando décimo cuarto que antecede.Con respecto a las peticiones subsidiarias de la
defensa, se acogerá a favor de los acusados CASELLA y
RADAELLI, la aminorante contemplada en el artículo 11 Nº6 del
Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, la que se
encuentra suficientemente comprobada con el mérito de sus
extractos de filiación y antecedentes agregados a fojas 7.956 y
7.957, respectivamente, que no contienen más anotaciones
prontuariales, que la derivada de la presente causa.Se rechaza la aminorante contemplada en el Nº9 del
artículo 11 del código antes referido, puesto que, de la sóla lectura
de sus declaraciones prestadas en autos aparece que de ninguna
manera han colaborado al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, en favor de ambos acusados, la
media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal,
puesto que la presentación del responsable antes de completar el
tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya
transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente
la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado
otorga al juez del fondo.OCTOGESIMO CUARTO: Que la defensa del acusado Wellington
SARLI POSE en el cuarto otrosí del escrito de fojas 13.538 bis se
refiere al fondo de los ilícitos imputados y procede a contestar la
acusación fiscal, las adhesiones y acusaciones particulares
deducidas en contra de su representado, a quién se imputa
responsabilidad como “autor del delito de secuestro, establecido en
el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal”, e igualmente como
“autor del delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en los
artículos 292 y 293 del Código Penal”.Que con relación al primero de los ilícitos, vale decir, el
delito de secuestro, señala que el aludido artículo 141 del Código
Penal, describe el delito de secuestro como encerrar o detener a
otro, sin derecho, privándole de su libertad.- Agrega que el sujeto
activo del delito es un particular y si quién realiza esta conducta es
un funcionario público que obra en su carácter de tal, el delito se
convierte en la detención ilegal, que pertenece al segundo grupo de
infracciones.- Sujeto pasivo del secuestro común es cualquiera
persona mayor de 18 años.- Si la víctima es menor de dicha edad el
delito es de sustracción de menor.A
continuación,
la
defensa
realiza
una
serie
de
consideraciones y de enumeración de distintas piezas sumariales
para tratar de demostrar que la privación de libertad de BERRIOS,
no fue tal, y que, ya con anterioridad a su salida del país había
tenido que mantenerse oculto en varias oportunidades, incluso de la
policía
y con conocimiento de sus padres y esposa.- También
señala, que resulta evidente que por las actividades presuntamente
desarrolladas por BERRIOS en los años 80, era conveniente que
saliera del país, para evitar posibles investigaciones a su respecto.Lo anterior, a juicio de la defensa, no obsta también a
presumir la conveniencia
que tenía el que
BERRIOS, como
persona natural, evitara otras múltiples acciones que en contra de él
podrían intentar diversas personas de su entorno, puesto que había
recibido varias amenazas.En
ambos
supuestos,
dice
la
defensa,
que
su
representado no tuvo ninguna participación, no existe ningún
antecedente en la investigación que los vincule con una decisión
institucional o personal para que BERRIOS abandonara Chile.Por lo anterior, en lo que se refiere al delito de secuestro,
como se señala que Eugenio BERRIOS SAGREDO, circuló siempre
como hombre libre, adoptó sus propias decisiones, compartió sus
días con quién se propuso, y nada indica que a su respecto se haya
producido una privación de libertad sin derecho, mediante encierro
o detención, que es la conducta que describe el artículo 141 del
Código Penal, resulta que la acusación fiscal, adhesiones y
acusaciones particulares, carecen de sustento jurídico, debiéndose
por ello dictar sentencia absolutoria respecto de su representado.Con relación al delito de asociación ilícita, la defensa sin
perjuicio de estimar la absoluta inocencia de su representado y la
falta de tipicidad en la imputación efectuada respecto de este delito,
solicita la dictación de una sentencia absolutoria a favor de éste por
cuanto el ilícito imputado no se corresponde con un delito que tenga
por objeto atentar contra el orden social, contra las buenas
costumbres, contra las personas o las propiedades, conforme lo
establece el legislador, sino que claramente se refiere a un
“secuestro”, figura tratada dentro de los delitos contra la libertad y
seguridad cometidos por particulares, con lo cual queda excluida la
posibilidad de condena de éste por falta de congruencia sistémica
de los hechos con los tipos penales y, finalmente señala que los
hechos punibles que se imputan a su representado tampoco se
corresponden con la realidad fáctica de participación, toda vez que
él, es un funcionario público y estos no pueden cometer el delito de
asociación ilícita pues esta figura les está vedada ellos.Con relación a las argumentaciones esgrimidas por la
defensa y que permitirían sustentar la petición de absolución antes
referida, es necesario precisar lo siguiente:
El tribunal después de una larga investigación que ha
sido revisada por diversas instancias superiores, ha dictado
distintas resoluciones que, en cada una de las oportunidades
procesales, han sido ratificadas por lo entes jurisdiccionales
correspondientes, tanto en Chile, como en Uruguay, por ello, la
alegación de la defensa en orden a que no habría secuestro del
nombrado BERRIOS, ya que se habría desplazado con entera
libertad tanto en Chile como en Uruguay, no resulta verosímil y
menos puede ser fundada en el hecho que porque los supuestos
autores del ilícito eran funcionarios públicos, el tipo penal se
transformaría en detención ilegal.En efecto, la jurisprudencia y la doctrina otorgan, en la
actualidad, un alcance amplio a los verbos rectores del delito de
secuestro, esto es, “encerrar y detener”, ya que, más bien, lo
pertinente es apreciar el alcance que tiene el bien jurídico protegido
por dicho tipo penal, que no es otro, que la libertad individual de
cada persona, lo cual en el presente caso, sin entrar en una
repetición innecesaria de los numerosos elementos de juicio que
existen en el proceso y que justifican la comisión del delito, la sola
circunstancia de los incidentes ocurridos en la Comiseria de Parque
del Plata en Uruguay, acreditan de un modo suficiente que éste
individuo se encontraba –ya desde antes- privado de su libertad de
desplazamiento.Además, por formado parte el acusado de un grupo
que se asoció ilegalmente, esto es, fuera de las funciones propias
del cargo militar que ostentaba, resulta que la calidad funcionaria de
empleado público que tenía, no puede ser alegada para exculparse
de responsabilidad.Por otra parte, tal como se ha señalado en el
considerando
cuadragésimo
cuarto
el
acusado
SARLI
ha
reconocido haber concurrido el día 15 de noviembre de 1992 al
cuartel policial de Parque del Plata, lo que manifiesta haber hecho
por haber estado de turno en la unidad militar donde prestaba sus
servicios y con la finalidad de informar a su superior jerárquico.
Sin embargo, durante ese mismo día y en el mismo lugar,
en la casa de veraneo de éste acusado se encontraban un ex militar
chileno, que a la postre resultó haber sido requerido por la justicia
chilena, llamado Arturo SANHUEZA ROS, donde también, estaban
los militares chilenos Arturo SILVA y Jaime TORRES, quienes eran
los encargados por el Director de Inteligencia de Chile de mantener
contacto con los chilenos que se encontraban implicados en causas
penales seguidas por violación a los Derechos Humanos.Que tal como se ha dicho en el considerando a que se ha
hecho referencia, de lo anterior fluye que no obstante que el
acusado Sarli no tuvo una participación que pudiera ser calificada
como autoría, en la comisión de los delitos investigados, su
intervención en la unidad policial antes referida, puede ser
considerada como de complicidad, en atención a que, sin haber
tenido intervención como autor, colaboró en la ejecución del hecho
por actos anteriores o simultáneos.
En virtud de lo señalado anteriormente, se recalifica el
grado de participación que se le atribuye en el auto de cargos en lo
referido al delito de secuestro, de autor a cómplice.
Y en lo relativo, al delito de asociación ilícita en atención a
que no resulta acreditado de estos autos que el acusado SARLI,
haya tenido la calidad de jefe, hubiere ejercido mando en ella o
hubiere sido un provocador de la misma, corresponde que también
sea recalificado el tipo penal por el que en definitiva se le
sancionará, vale decir, del artículo 293 al 294 del Código Penal, por
cuanto esta última figura satisface en mejor medida la conducta
realizada por el referido imputado, puesto que, se encuentra
completamente acreditado con los elementos de juicio que se han
pormenorizado en el fundamente décimo cuarto, que éste tomó
parte en la asociación, y a sabiendas y voluntariamente, le hubiere
suministrado medios e instrumentos para cometer los crímenes o
simples delitos, alojamiento, escondite o lugar de reunión.De esta manera y por las razones antes dichas, el
Tribunal disiente del acusador particular en cuanto este fue de
parecer de condenar al nombrado SARLI POSE como autor del
delito de secuestro y de asociación ilícita, quién de acuerdo a lo que
se resolverá más adelante será sancionado como cómplice del
delito de secuestro y por haber formado parte de una asociación
delictual en los términos que señala el artículo 294 del Código
Penal.Con respecto a las peticiones subsidiarias de la
defensa de Wellinton SARLI POSE, se acogerá a favor de éste la
aminorante contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal,
esto es, su irreprochable conducta anterior, la que se encuentra
suficientemente comprobada con el mérito de su extracto de
filiación y antecedentes agregado a fojas 7.956, que no contienen
más anotaciones prontuariales, que la derivada de la presente
causa.Se rechaza la aminorante contemplada en el Nº9 del
artículo 11 del código antes referido, puesto que, de la sóla lectura
de sus declaraciones prestadas en autos aparece que de ninguna
manera ha colaborado al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, en favor de éste acusado, la media
prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto
que la presentación del responsable antes de completar el tiempo
de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido
la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación
de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez
del fondo.OCTOGESIMO QUINTO: Que la defensa del imputado Marcelo
Ariel Sandoval Durán en el primer otrosí del escrito de fojas 13.039
y siguientes procede, en subsidio de la excepción de previo y
especial pronunciamiento opuesta, a contestar la acusación de
oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares deducidas en
contra de su representado, en los siguientes términos:
En primer lugar, solicita que se dicta sentencia absolutoria
a favor de su representado por cuanto la acción penal en su contra
se encuentra cubierta por la prescripción de ésta. Para este efecto
da por reproducida toda la parte pertinente de lo principal y renueva
la excepción de prescripción, esta vez, como defensa de fondo, de
acuerdo al derecho que le concede el artículo 434, inciso 2° del
Código de Procedimiento Penal.
Respecto del delito de secuestro, solicita al tribunal dictar
sentencia absolutoria a favor de su representado, ya que, a juicio de
la defensa, los elementos que configuran su auto de procesamiento
y posterior acusación, no le permiten al tribunal adquirir la
convicción de que al encartado, le haya correspondido una
participación culpable en los hechos que se le imputan, acorde a lo
dispuesto en el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal,
toda vez que no se desprende actividad alguna por parte de
Marcelo Sandoval Durán, en el secuestro y suerte corrida por don
Eugenio Berríos Sagredo, ya que según se establece claramente en
el proceso, sobre la base del mérito probatorio de los elementos de
juicio reunidos, que el presunto secuestrado salió, con su
conocimiento y voluntad libre, desde Chile, por Monte Aymond (XII
Región), por órdenes superiores de la Dirección de Inteligencia del
Ejército de Chile, DINE, sacado materialmente del país, con su
aquiescencia, por agentes de dicha entidad, entre los cuales no
estuvo el encartado que representa.
Así las cosas, al finalizar el año 1991, cuando se da inicio
al secuestro por actos directos de los autores, tanto a partir de la
retención de Berríos en dependencias del Batallón de Inteligencia
del Ejército, tiempo intermedio y hasta su llegada a Uruguay, nada
tuvo que ver su representado con dicho presunto delito.
A
fojas
3.255,
su
representado
declara
que
fue
comisionado por el Mayor Arturo Silva, quien era su jefe directo en
DINE, para viajar a Uruguay a través de una orden verbal, quien no
le explicitó en que consistía la misión encomendada, el cual le dio el
pasaje, un sobre con una cantidad de dinero en dólares, no
recuerda la cantidad y que no inquirió mayores detalles. Nunca
había viajado antes fuera del país, era un suboficial joven y sin
mayor experiencia. Alguien lo esperaría en el aeropuerto. Se trataba
del Capitán Pablo Rodríguez Márquez, también bajo las órdenes del
Mayor Silva y todos bajo las órdenes del Director de DINE.
Para acusar a su representado, se tiene única y
exclusivamente presente que él viajó -por órdenes militares
superiores- dos o tres veces a Uruguay, en el año 1992, a
desempeñarse
-por
órdenes
superiores-,
como
dijo,
como
acompañante del Sr. Berríos.
No se puede presumir que este Cabo de Ejército, destinado
al servicio de inteligencia del Ejército, organismo que actúa según
las reglas básicas del compartimentaje, esto es, que por secreto y
seguridad, la persona que recibe una orden, no sabe o no debe
saber lo que harán otras, conocía las intenciones que- respecto de
Berríos- podría haber tenido a la época el Alto Mando del Ejército.
Agrega que lo primero que debe tenerse en cuenta para saber si
una persona es culpable o no lo es respecto a una conducta
punible, es determinar objetiva y realmente si el eventual
incriminado sabía o no sabía, previamente, lo que iba a pasar con
su conducta.
Si el Cabo Sandoval, hoy encartado, no sabía lo que
pasaba o el destino final de Berríos, no debiera ser acusado de
injusto alguno. Sin intención no hay delito.
Subsidiariamente, respecto del grado de participación,
solicita
se
recalifique
éste
de
autor
a
cómplice,
habida
consideración que el encartado sólo en 1992, acompañó en
Uruguay a Berríos, esto es, habría cooperado a la ejecución del
hecho al custodiar a la víctima, no al momento del inicio del
secuestro (año 1991) sino en el desarrollo de éste, pide se le tenga
como cómplice del delito y no como autor, según lo dispuesto en el
artículo 16 del Código Penal.
También, respecto del delito de secuestro calificado solicita
la recalificación de éste a detención ilegal, por errónea aplicación
del artículo 141 del Código Penal.
En efecto, el Código Penal, hace una clara distinción entre
los delitos que cometen los particulares y los empleados públicos y,
es así, como en el Libro II, Título III, párrafo 3, que trata de
“Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad,
cometidos por particulares”,se encuentra el artículo 141 del Código
Penal, que sanciona el secuestro, delito que solo puede ser
cometido por particulares, norma que no admite interpretación
alguna, dada las características del Derecho Penal, que es objetiva
y esencialmente legal. El haber aplicado este artículo a un
empleado público, como en la especie, infringe abiertamente
garantías constitucionales como la establecida en el artículo 19 N°
3,de la Constitución Política de la República, que reconoce el
principio universal de los delitos y las penas, que implica el principio
de ley estricta, esto es, que ésta señale en forma precisa y
circunstanciada el hecho o hechos que fundamentan la aplicación
de una pena.
En consecuencia, su representado, en su calidad de
empleado público, debe ser acusado de detención ilegal, delito que
sanciona el artículo 148 del Código Penal, y no por secuestro, que
es un delito cometido sólo por particulares.
Respecto del cargo de asociación ilícita, la defensa solicita
la absolución del encartado de este cargo, atendido que es
impensable siquiera suponer que un cabo de Ejército, presuma que
todos o parte de sus superiores jerárquicos integren una asociación
ilícita en los términos que la tipifica el artículo 292 y siguientes del
Código Penal.
Dice que la única asociación que ellos necesariamente
conocen y no hay otra, es la llamada “Ejército de Chile”, sin
cuestionamientos de ninguna especie y, en consecuencia, no habría
respecto del encartado, intencionalidad ni conocimiento del delito
que se le acusa, esto es, haber sabido que conformaba, a
sabiendas, una asociación ilícita con fines criminales.
Respecto de la infracción al artículo 295 bis del Código
Penal, solicita la absolución del encartado de éste cargo, porque en
definitiva no se ha acreditado en autos que su representado haya
tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades
desarrolladas por uno o más miembros de una asociación ilícita.
Dice que todos los integrantes de la referida asociación eran sus
superiores jerárquicos y, el hecho de no conocer el acusado, cual
era el fin o propósito que se perseguía con la custodia del Sr.
Berríos, verdad sólo en conocimiento de sus superiores o jefes, mal
podría haber justificado una denuncia oportuna a la autoridad, por
una parte, y, por la otra, dar cuenta al General de DINE u otra
autoridad militar que era posible se estuviese cometiendo un
eventual delito, habría significado su baja del Ejército.
Con respecto a las atenuantes de responsabilidad
criminal que benefician al acusado, la defensa alega como muy
calificada, la contemplada en el N°6 del artículo 11 del Código
Penal,
esto
es,
la
irreprochable conducta
anterior
de
su
representado. También, invoca a favor de su defendido la
denominada
“media
prescripción”
o
“prescripción
contemplada en el artículo 103 del Código Penal.
gradual”,
Dice, que en este proceso, el plazo de prescripción,
empezó a correr -respecto del secuestro y de la asociación ilícitadesde la fecha de término de aquel. La última vez que se vió con
vida al Sr. Berríos, según los antecedentes de la causa, fue el 15 de
noviembre de 1992, fecha a partir de la cual se presume muerta la
víctima. En la especie, han transcurrido con creces, más de cinco
años desde que cesó el secuestro del Sr. Berríos (15 de noviembre
de 1992) hasta la fecha en la cual se dictó auto de procesamiento
por secuestro contra Marcelo Ariel Sandoval Durán (23 de julio de
2007), lapso de tiempo, los cinco años, que corresponde a la mitad
del tiempo de la prescripción y ello hace absolutamente aplicable la
“media prescripción”, contemplada en la cita legal antes referida.
Señala, que a este respecto, está claro que por favorecer
al imputado esta “media prescripción”, el tribunal deberá considerar
que concurren, a lo menos, dos o más circunstancias muy
calificadas y ninguna agravante y, aplicar luego, las normas sobre la
determinación de la pena, que en este caso en concreto las
encontramos en los artículos 65, 66, 67 y 68.
Señala la defensa, que el cómputo del tiempo transcurrido
desde el 15 de noviembre de 1992 -fecha que permite considerarse
como la de inicio de la prescripción acorde a nuestra normativa
ordinaria-, hasta el 29 de diciembre de 2003, en que se somete a
proceso a Marcelo Sandoval Durán por infracción a lo dispuesto en
el artículo 295 bis del Código Penal y cuando se le somete a
proceso por asociación ilícita y secuestro, con fecha 23 de Julio de
2007, según consta en autos, arroja un decurso de casi 11 años
para el primer procesamiento y 14 años para el segundo, lapsos de
tiempo más que suficientes para aquilatar la procedencia o nó de la
“media prescripción”, que requiere, como se ha dicho, de dos años
y medio para el primer simple delito y cinco años para el crimen. En
ambos casos, incluso, operaría de lleno la prescripción total de la
acción penal, de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y
siguientes del Código Penal.
También solicita se le reconozca a su representado la
circunstancia atenuante de la responsabilidad penal del artículo
211,en relación al artículo 214,del Código de Justicia Militar,
aplicable a los delitos militares y comunes, toda vez que de los
antecedentes allegados a la investigación, aparece demostrado que
a la época de ocurrencia de los hechos, el encartado, siendo cabo
del Ejército, esto es, suboficial, se encontraba sometido a la
jerarquía y al cumplimiento de las órdenes de sus superiores
jerárquicos -DINE- le impartían.
El precepto legal primeramente mencionado dispone:
Art.211 “Fuera de los casos previstos en el inciso segundo del
artículo 214, será circunstancia atenuante tanto en los delitos
militares como en los comunes, el haber cometido el hecho en
cumplimiento de órdenes recibidas de un superior jerárquico. Y si
ellas fueran relativas al servicio podrá ser considerada como muy
calificada”.
Finalmente, la defensa del imputado antes mencionado
solicita tener por evacuado el traslado para contestar la acusación
de oficio, adhesiones a ella, acusaciones particulares, deducidas en
contra de su representado Marcelo Sandoval Durán y, en definitiva,
absolverlo por prescripción de la acción penal; de no ser ello
posible,
respecto
del
delito
de
secuestro,
absolver
a
su
representado de toda pena por falta de participación culpable y, en
subsidio de lo anterior, recalificar el grado de participación de autor
a cómplice, recalificando, además, el delito de secuestro, cuyos
sujetos activos legalmente son particulares, a detención ilegal,
injusto de sujeto especial como son los empleados públicos,
categoría esta última que gozaba el encartado a la fecha de estos
hechos investigados; respecto de la asociación ilícita, absolverlo,
por las razones dadas, esto es, ignorar el encartado la existencia o
entidad de tal asociación, dentro del Ejército de Chile, conocimiento
objetivo y elemento esencial exigido por la norma penal, en su
tipicidad y castigo, asimismo, en relación a la infracción del artículo
295 bis, absolverlo, en razón de que al no haber tenido noticias
ciertas de plan alguno. fue imposible para el encartado, alertar
sobre aquello a la autoridad; y, en todo caso, ante fallo
condenatorio, hacer aplicación de las tres circunstancias atenuantes
de la responsabilidad criminal invocadas y que le favorecen, como
muy calificadas, según disponen las normas que, para cada caso,
fueron citadas precedentemente, por esta defensa y según dispone
el artículo 68 bis del Código Penal y para todos los efectos legales.
OCTOGESIMO SEXTO: Que este tribunal al hacerse cargo de las
peticiones formuladas por la defensa del acusado Marcelo Ariel
SANDOVAL DURAN, en primer término, con respecto a la
renovación de la excepción de prescripción como defensa de fondo
de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 434 del Código
de Procedimiento Penal, procederá a desestimar la referida
alegación puesto que el término necesario para que opere la
prescripción de la acción penal respecto de los crímenes materia de
la acusación fiscal, adhesiones a ella y acusación particular, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 94 del Código Penal, es de
10 años y de acuerdo a lo que señala el artículo 95 del mismo
cuerpo legal, dicho término empieza a correr desde el día en que se
hubiere cometido el delito y se suspende desde que el
procedimiento se dirige contra el responsable del ilícito, tal como lo
explicita la norma contenida en el artículo 96 del código antes
señalado.Como con fecha 05 de febrero de 1996 el abogado Sr.
Tomas EHRENFELD IVANYI, en representación de doña Gladys
SCHMEISSER ARRIAGADA dedujo una querella por presunta
desgracia con el objeto de que se ubicara el paradero de Eugenio
BERRIOS SAGREDO y se detuviera a todas las personas que
resultaren ser responsables de su desaparición.- Con fecha, 06 de
febrero de ese mismo año, no se dio lugar a la querella, por no
constituir un delito la presunta desgracia, sin embargo, con fecha 11
de marzo de 1996, la querellante con los nuevos antecedentes que
aporta en el escrito de fojas 482 y siguiente, solicita se tenga por
complementada la querella y se provea derechamente por los
delitos de secuestro con resultado de muerte, falsificación de
instrumento público y demás delitos que se hubieren cometido con
ocasión del desaparecimiento de su cónyuge, dicho libelo fue
proveído con fecha 13 de marzo de 1996 y con esa fecha se tuvo
por interpuesta la referida querella.Como de los antecedentes que proporciona el referido
escrito, se desprende que el señalado BERRIOS protagonizó un
incidente en una Comisaría de Canelones, Uruguay en el mes de
diciembre de 1992, lugar donde concurrió a denunciar un secuestro
realizado por un grupo de chilenos, ex integrantes de la CNI, y por
policías uruguayos vestidos de civil, resulta que al dirigirse la acción
penal en contra de dichos sujetos que en ese momento su identidad
aparecía indeterminada, se habría suspendido la prescripción, tal
como lo señala el precepto legal anteriormente citado, por lo que
corresponde rechazar la petición antes señalada.-
Con respecto al delito de secuestro que se atribuye al
acusado SANDOVAL la defensa esgrime como argumento el hecho
que éste ignoraba lo que pasaba con BERRIOS y cual iba a ser su
destino final y como sin intención no hay delito el Tribunal debería
dictar sentencia absolutoria, lo que debe ser desestimado, por
cuanto, si bien pudiera ser cierto que el acusado desconociera la
permanencia de BERRIOS en el cuartel del Batallón de Inteligencia
del Ejército, no es menos cierto que al ser enviado en varias
oportunidades a custodiar al antes nombrado BERRIOS en
Uruguay, no pudo menos que tomar conocimiento de la situación de
restricción de libertad en que éste se encontraba, y como el delito
de secuestro, es de efectos permanentes que se van sucediendo en
el tiempo, la participación de este acusado debe ser calificada como
de autor, rechazándose la petición subsidiaria de la defensa en que
solicitaba se recalificara de autor a cómplice.Con relación al delito de asociación ilícita, también se
desestimará la petición de absolución formulada por la defensa
puesto que el acusado formó parte de esta agrupación delictiva
durante un prolongado período de tiempo y de tal manera se
satisface el presupuesto contemplado en el artículo 294 del Código
Penal, accediéndose de esta manera a lo señalado en las
acusaciones particulares formuladas por la parte del Consejo de
Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley 19.123 del
Ministerio del Interior y recalificándose el tipo penal de asociación
ilícita que contempla el artículo 293 del código señalado y que
aparece descrito en la acusación de oficio y adhesiones a la
misma.En cuanto a las peticiones subsidiarias de la defensa, se
accederá a considerar a favor del acusado SANDOVAL la
aminorante de su irreprochable conducta anterior contemplada en el
artículo 11 Nº6 del Código Penal, la que se comprueba con el
mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas
5.381,
exento
de
anotaciones
prontuariales
pretéritas.-
Sin
embargo, se rechaza la calificación pedida por no existir en autos
ningún antecedente que la sustente.Se acogerá también, la media prescripción que
contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la
presentación del responsable antes de completar el tiempo de la
prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la
mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de
la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del
fondo.Con respecto a la aminorante del artículo 211 del
Código de Justicia Militar, se rechazará por cuanto –tal como se ha
señalado anteriormente-, al formar parte el imputado de una
asociación ilícita, no pudo haber cometido el hecho en cumplimiento
de una orden del servicio, más aún, si al habérsele comisionado
para viajar a Uruguay a custodiar a una persona que había sido
sacada ilegalmente de Chile, resulta evidente que dicha orden
tendía notoriamente a la perpetración de un delito y no aparece del
mérito de autos que el imputado la haya representado a quién se la
había impartido.OCTOGESIMO SEPTIMO: Que el abogado Sr. Jorge Triviño
Figueroa, en representación del imputado Nelson Román Vargas a
fojas 13.324 y siguientes, procede a contestar la acusación de
oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, solicitando la
absolución de su representado por los delitos objeto de su
acusación en la resolución de fojas 12.663 y siguientes de fecha 26
de septiembre de 2008, por la cual se le acusa como autor de los
delitos de asociación ilícita, secuestro e infracción al artículo 295 bis
del Código Penal. Para el improbable evento de que fuera
condenado, solicita al tribunal se le reconozca la circunstancia
atenuante de responsabilidad contemplada en el N° 6 del artículo 11
del Código Penal, la que pide se considere como muy calificada,
conforme a los antecedentes que se aportarán durante el
probatorio. Del mismo modo, solicita se le considere la atenuante
contemplada en el N° 9 del artículo antes referido, en atención a los
antecedentes que obran en autos. Finalmente, pide se le reconozca
a su defendido el beneficio contemplado en el artículo 103 del
Código Penal,en atención al tiempo transcurrido desde la ocurrencia
del ilícito investigado por el tribunal, esto es, la denominada “media
prescripción”.
Como antecedentes generales se puede explicitar que la
fecha de salida del país de la víctima, según se ha podido
determinar en la investigación, corresponde al mes de octubre del
año 1991, por una unidad especial de DINE, denominada “Asesoría
de Análisis” a cargo del Mayor Arturo Silva Valdés.
La última fecha en que se vió con vida a Eugenio Berríos
Sagredo, habría sido el 15 de noviembre de 1992, en la localidad
uruguaya de Parque del Plata en Montevideo, Uruguay, siendo los
últimos ciudadanos chilenos con quienes se les vinculó en dicho
período, aquellos pertenecientes a esta unidad denominada
“asesoría de análisis”, que, a la fecha, dependían del nuevo Director
de la DINE, General Eugenio Covarrubias Valenzuela.
Que su representado, dentro de dicho período de tiempo,
actuando dentro de una organización jerarquizada como es el
Ejército de Chile, recibió la orden de su superior jerárquico de viajar
a Uruguay a cumplir una misión dispuesta por la autoridad militar,
sin darle razones de su cometido.
Asimismo, señala que del mérito de su extracto de filiación
y antecedentes aparece demostrado que su representado ha
mantenido una irreprochable conducta anterior y, por tal razón, en
caso de estimar el tribunal que existe mérito para condenar a su
defendido, es necesario aplicar dicha minorante de responsabilidad
criminal la que debe ser considerada como muy calificada.
También, invoca a favor del acusado la circunstancia
atenuante contemplada en el N° 9 del artículo 11 del Código Penal,
puesto que considera que la colaboración de su representado ha
sido fundamental y substancial para que el tribunal pueda formular
cargos en contra de los verdaderos responsables de los delitos
investigados en la presente causa.
Por último, señala que sería plenamente aplicable en este
caso la denominada “media prescripción”, contemplada en el
artículo 193 del código citado, puesto que según da cuenta el auto
acusatorio de fojas 12.663 y siguientes, los hechos investigados se
habrían producido hasta noviembre de 1992, y su defendido declara
por primera vez en estos autos el año 2002, por lo que habría
transcurrido con creces más de la mitad del plazo máximo de
prescripción de la acción penal que podría considerarse.
OCTOGESIMO OCTAVO: La defensa del acusado ha solicitado la
absolución de Nelson ROMAN VARGAS del cargo que se le formula
como autor del delito de secuestro, en atención, a que su
representado, dentro del período de tiempo en que permeneció
BERRIOS en Uruguay, actuando dentro de una organización
jerarquizada, como es el Ejército de Chile, recibió la orden de su
superior jerárquico de viajar a Uruguay a cumplir una misión
dispuesta por la autoridad militar, sin darle razones de su cometido.Dicha petición de absolución será desestimada por el
tribunal por cuanto según aparece del mérito de autos, el imputado
viajó en una oportunidad a Uruguay a custodiar al nombrado
BERRIOS, quién, como se ha dicho, se encontraba con su libertad
personal suprimida.- La señalada actuación permite calificar su
participación como co-autor del referido ilícito y, también, como
autor de la asociación ilícita formada por militares de Chile y de
Uruguay, encuadrándose su participación en el tipo penal
contemplado en el artículo 294 del Código Penal que sanciona a
cualquier otro individuo que hubieren tomado parte en la asociación,
recalificándose de esta manera la acusación de oficio dictada por el
tribunal y accediéndose a lo pedido en este sentido, por las partes
acusadoras particulares del Consejo de Defensa del Estado y del
Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior.El hecho que este acusado haya recibido una orden para
actuar como lo hizo, no lo libera de su responsabilidad, por cuanto
dicho mandato –en la forma en que se impartió-, esto es, sin
guardar ninguna de las formalidades legales exigidas (comisión de
servicio debidamente documentada, pago formal de viáticos y
rendición de cuenta de los mismos), evidentemente, permitía
presumir que ella se expedía fuera del ámbito legal y reglamentario
del servicio del que formaba parte el imputado y, por último, a pesar
de la notoria ilicitud de ella, no consta en autos que haya sido
representada por dicho acusado.Que, en lo referente al delito de infracción a lo dispuesto
en el artículo 295 bis del Código Penal, corresponde acoger –sólo
en esto-, la petición de la defensa del acusado Nelson Williams
ROMAN VARGAS, ya que la exigencia del tipo penal está
constituida por la omisión de poner en conocimiento de la autoridad
los planes o actividades que desarrolla una asociación ilícita, pero,
como en el presente caso, el propio Nelson ROMAN formaba parte
del grupo que se organizó para cometer delitos, resultando ser
objeto de una sanción, por ello no resulta procedente que se le exija
que se autodenuncie y haga lo propio con los restantes partícipes,
que por lo demás eran sus superiores jerárquicos en la institución –
Ejército de Chile-, de la que forma parte.Por lo anterior, resulta procedente dictar sentencia
absolutoria en su favor, por este capítulo de la acusación.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del
acusado ROMAN, se accederá a otorgar a su favor la aminorante
contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la
irreprochable conducta anterior de su defendido, la que se
encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y
antecedentes agregado a fojas 5.344, exento de anotaciones
penales anteriores y con la testifical de conducta rendida a su favor
en autos, rechazándose la calificación pedida por cuanto los
documentos allegados a la causa, no constituyen elementos de
juicio suficientes –a juicio de este sentenciador-, para darle a la
atenuante antes indicada la calidad que se solicita.Se rechaza asimismo, la aminorante alegada contenida
en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal, puesto que tampoco se
desprende del mérito de los antecedentes que este imputado haya
colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, a favor des este acusado, la media
prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, que
solicita su defensa, puesto que con la presentación del responsable
antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal,
pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso,
hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal
antes señalado otorga al juez del fondo.OCTOGESIMO NOVENO: Que a fojas 13.262 y siguientes el
abogado Sr. Marcelo CIBIE PAOLINELLI contesta por su defendido
Fernando TORRES SILVA, la acusación fiscal, acusaciones
particulares y adhesiones a la acusación deducidas en contra de
este último y solicita se le absuelva del cargo de ser autor del delito
de asociación ilícita.En primer término la defensa realiza algunos alcances
generales sobre los hechos investigados que corresponderían a una
operación de inteligencia.Como cuestión previa y atendida la participación que se
atribuye a su representado en el acápite tercero de la parte
resolutiva del auto acusatorio, señala que sólo se referirá a aquellos
que dicen relación con la averiguación de los hechos que motivan la
salida del país del Sr. Eugenio BERRIOS SAGREDO, y sólo para
clarificarlo se referirá a eventos de su llegada a Argentina y
posterior establecimiento en Uruguay.Lo anterior, habida consideración a que la asociación
ilícita, que se imputa al General TORRES SILVA, Auditor General
de Ejército a esa fecha, y por ende Jefe del Escalafón Jurídico de
esa institución, se hace consistir, en el numeral tercero del auto
acusatorio, como autor de dicho ilícito penal.En el auto acusatorio, en el numeral 2º letra e) señala:
“que la forma en que se actuó con respecto a Eugenio BERRIOS
corresponde a una operación de inteligencia…realizada por orden
de la Dirección de Inteligencia del Ejército”.-
Dice que, la defensa, comparte absolutamente dicha
apreciación.- En el análisis de la prueba se demostrará al margen
de toda duda que la salida del Sr. BERRIOS del país, fue una
operación de inteligencia.A continuación, transcribe la declaración del General
RAMIREZ RURANGE de fecha 27 de abril de 2006 y que rola a
fojas 163 del cuaderno reservado, en la cual señala que en el mes
de octubre de 1991 fue citado a una reunión en el domicilio
particular del comandante en Jefe del Ejército, ubicado en calle
Presidente Errazuriz de esta ciudad.- Dice que recuerda que fue el
día domingo 13 de octubre de 1991, como a las 10:00 o 11:00 horas
de la mañana, cuando ingresa a la casa ve a un grupo de
Generales entre los que estaban el Vice comandante en jefe
General LUCAR, el Jefe del Estado Mayor, Rodrigo SANCHEZ
CASILLAS, el Inspector General del Ejército, General BALLERINO y
el General Jefe de la Auditoria General del Ejército.- El General
PINOCHET inició la reunión diciendo que venía llegando del norte,
que había revistado a la primera o sexta división.- Sorpresivamente
se dirigió hacia él y le dijo: “general RAMIREZ, le voy a dar una
orden, existe un ex agente de la DINA que se llama Eugenio
BERRIOS, a quién hay que protegerlo y sacarlo del país”.- Le
contestó: “a su orden mi General…” mis colegas escucharon esto,
pero no tuvieron ninguna participación… agregó que esta persona
tomaría contacto con él.Posteriormente, señala que el día 16 o 17 de octubre,
BERRIOS va a la DINE, manifestando haber sido citado y en ese
momento él ordena a PROVIS, a la sazón, jefe del BIE que le debe
dar protección, alojamiento y alimentación en el cuartel del BIE…y
le dijo que lo alojara en el edificio de departamentos donde vivían
los oficiales solteros.- PROVIS sólo dijo: “a su orden” y se retiró.RAMIREZ niega haber visto a BERRIOS, no lo recibió, sólo le indicó
a PROVIS que esta persona estaba esperando en el primer piso.También llamó al Capitán SILVA y le dio la orden de sacar a
BERRIOS… SILVA le señala que como Pablo RODRIGUEZ iba a
hacer trabajos de inteligencia en el sur de Argentina con LILLO…
podía aprovecharse esa actividad para sacar al ciudadano y llevarlo
a Argentina o a Uruguay.Esta declaración es de especial importancia, pues refleja
con fecha 27 de abril de 2006, el corazón del sistema, que ha
calificado en el capítulo 1, operaciones de inteligencia, pues refleja
claramente las etapas de preparación, implementación (logística y
financiera), materialización y, por último, en lo que al General
COVARRUBIAS se refiere, el retiro del personal que estaba en el
extranjero, esto es, en Argentina y Uruguay.Dice también que de esto no se desprende la intervención
de otros organismos del Ejército, puesto que la inteligencia militar
cumple un rol de vital importancia dentro del quehacer institucional
de un organismo armado, y dentro de sus principios está el de
reserva absoluta y del compartimentaje, los que también se aplican
dentro del propio organismo de inteligencia.Dice que esta declaración del General RAMIREZ
relataría un hecho falso, puesto que dicha reunión jamás habría
existido, y tampoco este general habría necesitado formar una
asociación de ningún tipo con ningún otro mando con el objeto de
sustraer a Eugenio BERRIOS del ámbito de ordenes de detención o
arresto emanadas de los tribunales de justicia en su contra.Luego la defensa en el denominado Capítulo II, se refiere
a la salida de Chile del nombrado BERRIOS y hace un análisis de
cuales pudieran haber sido las causas de su huída de Chile.- Para
esto último se refiere parcialmente a declaraciones de su cónyuge
Gladys SCHMMEISSER ARRIAGADA prestadas a fojas 15 de
autos, del ciudadano peruano Máximo isidro BOCANEGRA
GUEVARA de fojas 34, de Diego Alejandro MOLENHAUSE
ESCUDERO, de Aldo ESPINOZA VALDIVIA de fojas 86, de Hernán
MONJE de fojas 90, de Carlos WHAR DANIEL de fojas 97, e Luis
Gerardo de AZCUENAGA GONZALEZ de fojas 101, todos los
cuales señalan que BERRIOS era un consumidor y traficante de
cocaína.- También a fojas 104 Aldo DUQUE SANTOS declara en
términos semejantes, al igual que su cónyuge ya nombrada que a
fojas 2.163 declara extrajudicialmente en la orden de investigar de
fecha 27 de junio de 1993.A continuación, señala la declaración del General en
retiro Manuel CONTRERAS SEPULVEDA de fojas 2587, quién
señala que tiene conocimiento que BERRIES trabajó en la
elaboración de cocaína “negra”, esto es, sin el olor característico de
esta sustancia, con el fín de evitar su detección por los perros.Luego señala parte del contenido del informe policial de fojas 3.216
(página 9) y las declaraciones de Juan Carlos CHEYRE
STEVENSON de fojas 2.775, de Carlos MIRANDA ARRAU de fojas
2.792, informe policial de fojas 3.470, declaración de Manuel
Antonio
PEREZ
SANTILLAN
de
fojas
3.602,
de
Nelson
HERNANDEZ FRANCO de fojas 3.786 y, por último, declaración
policial de Aldo Norberto DUQUE SANTOS de fojas 3.790.Todo lo cual permite a la defensa concluir que dada su
condición de traficante de drogas y adicto a la cocaína y a su
vinculación con prestamistas, existían varias ordenes de detención
pendientes en contra del nombrado BERRIOS, por los delitos de
giro doloso de cheque y estafa.- Asimismo, su relación con
narcotraficantes y las deudas de dinero que este mantenía, hicieron
que su estadía en el país le fuera altamente complicada y
peligrosa.Por ello, según se acreditará en el capítulo siguiente,
obtiene que se le preste ayuda por antiguas relaciones que él tenía
con organismos de inteligencia del Ejército, a fín se le facilite la
salida del país y se le preste cooperación para subsistir,
materializándose todo esto a través de la Dirección de Inteligencia
del Ejército.Luego, la defensa describe la materialización de la salida
de Chile de BERRIOS, en el denominado capítulo III, y luego de
transcribir parcialmente antecedentes del proceso correspondientes
a declaraciones prestadas por los procesados RAMIREZ, SILVA y
TORRES GACITUA, procede a realizar un análisis de la prueba
relacionada con la participación que se imputa a su representado.Señala que de acuerdo a la lógica seguida por el auto de
procesamiento y acusación fiscal, existiría una asociación para la
salida del país de BERRIOS, asociación para su traslado y
permanencia en Montevideo, Uruguay; y, por último, una eventual
asociación para el homicidio del Sr. BERRIOS SAGREDO.Dice
que
al
General
TORRES
se
le
imputaría
participación en la primera fase y para demostrar la inocencia de su
representado, durante el sumario solicitó la realización de
diligencias destinadas a producir prueba.- Luego de hacer una
relación sucinta de los escritos presentados por su parte, señala
que con fecha 08 de noviembre de 2007, solicita y se dispone por el
Tribunal la citación del General (R) RAMIREZ a fín de que clarifique
la contradicción que existe en su declaración de fojas 2.838, en la
que sostiene, que por razones de seguridad dispone la salida del
país de Arturo SANHUEZA ROS; no obstante ello a fojas 3.693, con
fecha mayo de 2006, expresa textualmente el mismo RAMIREZ que
de acuerdo a una orden de comando firmada por el Comandante en
Jefe, con fecha 09 de diciembre de 1992 “todas las facultades
estaban radicadas en el AUGE, y por el Auditor General del Ejército
Fernando TORRES SILVA”, para agregar, “es así como se sacó del
país al Mayor SANHUEZA, a petición del AUGE”.Sin embargo, el mayor SANHUEZA sale del país en
abril de 1991, esto es, ocho meses antes de la orden de comando a
que alude el Director de Inteligencia.- También señala que
pretender que una orden de comando, entrega “todas las facultades
en el AUGE”, fuera de constituir una falsedad, es de una ilógica
castrense que no resiste opinión de nadie.También con fecha 20 de noviembre con el fín de
acreditar pruebas en el sumario pidió se interrogara al Teniente
Coronel en retiro don Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA lo
que fue concedido y decía relación con sus declaraciones prestadas
en un informe de la Policía de Investigaciones, de fecha 23 de
agosto de 2002, que afectarían al General TORRES SILVA.Según expresa ese informe policial, el Sr. CISTERNAS
ORELLANA, relata la existencia de misiones dentro del nominado
“control de bajas”, en el cual se identifican las salidas de Arturo
SANHUEZA ROS, de Carlos HERRERA JIMENEZ y de Eugenio
BERRIOS SAGREDO y, por lo que manifiesta este oficial, ellas:
“Responden a operaciones planificadas por miembros de la
Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) y miembros de la
Auditoría General del Ejército (AUGE)”.-
Cuando responde las preguntas que le formula el
Tribunal y en atención a que su ingreso a DINE fue posterior al
egreso de los antes nombrados, señala que de ello tuvo
conocimiento por medio de los dichos de Arturo SILVA y de Jaime
TORRES, pero resulta que este último ha manifestado no haber
tenido nada que ver en el tema del egreso de SANHUEZA ROS.Por otra parte, a fojas 3.648 declara el Mayor Jaime
TORRES GACITUA, quién manifiesta que durante la permanencia
de BERRIOS en el BIE, Enrique IBARRA habría tenido acceso y
conversado con él, lo que obedecería a un encargo del General
TORRES SILVA y cuando se le consulta nuevamente con relación a
esto último a fojas 12.641 con fecha 22 de abril de 2008, señala que
esta información es la que recibió oficialmente por parte del
comandante de la unidad Mayor Arturo SILVA VALDES y, estima
que estos hechos afectan la responsabilidad del General TORRES
SILVA, debido a que por lo que le señaló el comandante de su
unidad, la génesis del caso BERRIOS parte el en AUGE, cuyo
Director en esa época era el General TORRES SILVA.Como podrá apreciar el tribunal, la información del Mayor
TORRES GACITUA es referencial y se originaría del mayor SILVA.También el procesado TORRES GACITUA cuando se
refiere al General RAMIREZ señala que el responsable único fue
este y si hubo alguna coordinación con el AUGE, señala que:
“…necesariamente debió ser entre RAMIREZ RURANGE y
TORRES SILVA”.- Cuando se le solicita que explicite más su
respuesta señala: “porque ambos –RAMIREZ y TORRES- han
hecho una carrera juntos en la institución y circunscrito a la
situación del personal con problemas judiciales, fueron estos dos
generales los que coordinaron las salidas de Carlos HERRERA
JIMENEZ,
Arturo
SANHUEZA
ROS
y
Eugenio
BERRIOS
SAGREDO. de lo anterior, presumo que existe entre ambos un
vínculo mayor del que pueden tener otros oficiales de la misma
investidura”.- Sin embargo RAMIREZ RURANGE con fecha 20 de
agosto de 2003 a fojas 4.132 dice: “también puedo señalar a US.
que al General Fernando TORRES, si bien lo conozco, las veces
que tuve mayor contacto con él, fue cuando me desempeñé como
Juez Militar a cargo del Segundo Juzgado Militar de Santiago,
donde por razones obvias debía estar en coordinación con el
Auditor General del Ejército.- Con el General TORRES no tengo
vínculo de amistad, no nos visitamos, nunca he estado en su casa
ni él en la mía”.Por lo anterior concluye que la afirmación del Mayor
TORRES GACITUA no tiene solidez alguna y al igual que las
restantes pruebas de cargos en que se funda el auto acusatorio no
permiten concluir que a su defendido le haya correspondido
participación en calidad de autor del delito de asociación ilícita por
lo cual deberá dictarse sentencia absolutoria en su favor.Como capítulo IV la defensa del acusado TORRES
procede a hacer un análisis del tipo penal de asociación ilícita y
señala que este es considerado por la doctrina como de
“emprendimiento o adelanto de la punibilidad”, protege un bien
jurídico social que puede alterarse por la sóla creación de una
asociación –acuerdo de voluntades- para, “atentar contra el orden
social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las
propiedades.La prueba de esta asociación está sometida a
características específicas, de acuerdo a la doctrina:
a) la concertación de varias personas para la comisión
de delitos;
b) organización y jerarquía (esquema de mando
interno);
c) estabilidad;
d) permanencia en el tiempo.Dice que el “animus” o querer formar parte de ella, es
una condición indispensable.- La voluntad de ser asociado tiene que
corresponder a una convicción de que integren una asociación
adhiriendo a sus planes y conociendo sus fines, el dolo se integra
exclusivamente en la voluntad de sentirse realmente perteneciente
al grupo o sociedad, asociación, produciéndose así la necesaria
comunicabilidad de sus acciones entre los partícipes de esta.Este ilícito tiene como objetivo penalizar conductas
indeterminadas, permanentes e indefinidas que pongan en riesgo la
tranquilidad pública, dicho de otra manera, se les amenaza con
pena aún antes que estas se lleven a cabo o se concreten los
ilícitos de acuerdo a lo señalado en el artículo 292 del Código
Penal.A continuación, en lo que la defensa denomina como
capítulo V, se refiere a la participación en la referida asociación
ilícita que se imputa al General (R) Fernando TORRES SILVA.El fundamento 2º, letra r) del auto acusatorio en lo
pertinente acusa al General TORRES SILVA que: “utilizando los
medios –del Ejército de Chile- que este proporciona a sus
integrantes para la ejecución de sus tareas profesionales,
establecen una línea de mando jerárquica paralela a la que
detentaban dentro de la orgánica de la Dirección de Inteligencia del
Ejército (DINE) con algunos jefes superiores de la Auditoria General
del Ejército (AUGE) y el batallón de Inteligencia del Ejército
(BIE)…”.- “Sin que el mando superior del la época de la institución
de que formaban parte haya tomado alguna medida para lograra su
desarticulación o para impedir la prosecución de sus actividades
ilícitas, ni tampoco haya denunciado los diversos delitos e
irregularidades administrativas a la justicia ordinaria o a la militar, o
haya, iniciado una investigación interna; lo anterior, a pesar de que
estos hechos son de tal gravedad que los partícipes en ellos con
sus conductas han podido llegar a comprometer la seguridad
interna del Ejército y el prestigio de la administración de justicia”.Dice la defensa, que formar una organización paralela
resulta lógicamente imposible, pues el mando superior de la
Auditoria General, de acuerdo a lo dispuesto tanto en el Estatuto del
Personal del Ejército como en el Código de Justicia Militar, artículo
34 y siguientes del mismo, era el General TORRES SILVA, quién,
además, era Jefe del Servicio de Justicia Militar y por tal razón no
es posible establecer una organización paralela a la estructura
regular de mando.Señala que de la prueba rendida en autos y que fuera
materia de análisis en los capítulos II y III de esta contestación, no
existe antecedente alguno que permita establecer la existencia de
una estructura paralela en los términos que expresa la acusación
fiscal.En cuanto a las letras b) y c), se refieren, la primera, a
la coordinación que habría existido entre el AUGE y el DINE y la
segunda, al hecho de haber actuado el General RAMIREZ en
cumplimiento de una orden emanada del Comandante en Jefe del
Ejército.- Sobre aquello, señala que esto aparece como una
consecuencia lógica, vale decir, la referida coordinación y, respecto
de lo segundo, dicha afirmación sólo tiene como prueba los dichos
del propio acusado últimamente mencionado.En lo que se refiere a la letra d), esto es, a la
participación de esta asociación en acciones destinadas “a sustraer
de la acción de la justicia…a militares y civiles que se encontraban
imputados…”, cabe precisar que lo que dice relación con
SANHUEZA ROS y BERRIOS, ninguno de estos tenía orden
pendiente al momento de salir del país.- BERRIOS tenía una
citación del Ministro BAÑADOS, que se transformó en una orden de
aprehensión por desobediencia o desacato, con fecha 08 de
noviembre de 1991, en circunstancias que BERRIOS abandona el
país –según textualmente dice la defensa, que se desprendería del
proceso- con fecha 26 de noviembre de 1991.- En el caso de
SANHUEZA ROS, este no estaba citado por tribunal alguno al
momento de su salida del país.- Finalmente en cuanto a HERRERA
JIMENEZ se refiere, su situación corresponde a una causa que se
encuentra terminada respecto de la cual existe cosa juzgada.De lo expresado hasta ahora, puede determinarse, que no
existe un establecimiento de una línea de mando jerárquica
paralela, pues son precisamente los mandos superiores castrenses
los inculpados en este auto acusatorio.Por las razones antes dichas su parte estima que no
existe el hecho punible que se le atribuye a su representado, por la
razón de que no es posible que al interior del Ejército de Chile
pueda constituirse ninguna asociación de algún tipo, ni menos de
carácter ilícito, asimismo, tampoco resultan ser efectivos los
objetivos que se habrían tenido en consideración para formarla que
fueron los de participar en diversas acciones tendientes a sustraer
de la acción de la justicia a militares y civiles imputados de diversos
crímenes y simples delitos cometidos durante el régimen militar y
sus integrantes con sus conductas han podido llegar a comprometer
la seguridad interna del ejército y el prestigio de la administración de
justicia.Por último, en relación a haber comprometido la
seguridad interna del Ejército, esta no puede verse afectada por una
situación de ese tipo ya que a lo más en este caso se dio una orden
a fín de que una persona determinada fuera auxiliada a salir del
país.Tampoco se compromete el prestigio de la administración
de justicia, puesto que este depende de su correcto actuar que
nadie ha cuestionado.Finalmente, reitera la petición de absolución a favor de su
representado y no obstante indicar la absoluta inocencia de este,
señala que la agravante que aducen los querellantes le afectaría en
caso de ser declarado culpable, la del Nº15 del artículo 12 del
Código Penal, no lo afecta, ya que este artículo cambió su
redacción por la ley Nº20.253 publicada en el Diario Oficial de fecha
14 de marzo de 2008 (Artículo 18 del Código Penal y artículo 19
Nº3 inciso penúltimo de la Constitución Política de la República de
Chile).NONAGESIMO: Que la defensa del acusado Fernando TORRES
SILVA ha solicitado la absolución de su representado basado en
que, a su juicio, los hechos que se produjeron con motivo del
egreso del país de Eugenio BERRIOS, corresponderían a una
operación de inteligencia, tal como se indica en el propio auto
acusatorio.- Agrega que dada la función que detentaba su
representado –Auditor General del Ejército-, no le correspondía
tener ingerencia en ese tipo de operaciones y las ordenes que le
fueron impartidas en virtud de una Orden de Comando, dada por el
Sr. Comandante en Jefe del Ejército, no dicen relación con la
asociación ilícita en la cual se le imputa participación a su
defendido.Sin embargo, es necesario precisar que, tal como se ha
señalado en el auto de cargo, tanto la salida de Chile como la
estadía de Berrios en Uruguay correspondieron al desarrollo de lo
que en términos militares se denomina “operación de inteligencia”,
las argumentaciones de la defensa en cuanto sostiene que estos
acontecimientos correspondieron al cumplimiento de ordenes
impartidas por el Director de Inteligencia del Ejército, en las cuales
no habría tenido responsabilidad su representado y, tampoco
resultaría verosímil que dentro de la institución –Ejército de Chile-,
se formara una asociación ilícita cuya finalidad sería la perpetración
de crímenes y/o simples delitos.Con respecto a la primera alegación, resulta que si bien
la forma como se planificó, organizó y ejecutó la operación que tuvo
por objeto obtener el egreso de Chile del tantas veces nombrado
Eugenio BERRIOS, fue realizada por personal de DINE, que dentro
de
dicha
Dirección,
constituía
una
“unidad
especial”,
no
contemplada en la orgánica de esa repartición de carácter militar,
resulta que al apartarse de sus funciones propias y sustraer de la
jurisdicción
criminal
a
un
individuo
requerido
por
esta,
evidentemente, su proceder no se ha encuadrado dentro de la
legalidad vigente y, por otra parte, la segunda argumentación de la
defensa también debe ser desestimada, puesto que, por las mismas
razones señaladas anteriormente y por el sólo hecho de constituirse
como tal los partícipes han pasado a formar parte de una asociación
de carácter delictual.-
La participación del nombrado acusado TORRES SILVA
en la referida asociación ha quedado demostrada con los elementos
de juicio que se consignan en el fundamento décimo cuarto de este
fallo, y, especialmente, esta aparece señalada en las declaraciones
de Arturo Silva Valdes, Jaime Torres Gacitua, Hernán Ramirez
Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Arturo Sanhueza Ros y
Enrique Ibarra Chamorro.Por las razones antes dichas, corresponde rechazar la
petición de absolución de la defensa del nombrado acusado
Fernando TORRES SILVA y tener por acreditada su participación
como autor del delito de asociación ilícita descrito en los artículos
292 y 293 del Código Penal, tal como se ha señalado en la
acusación de oficio y en las acusaciones particulares de autos.Con relación a la agravante alegada por la parte
acusadora particular del Consejo de Defensa del Estado y del
Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior,
esto es, la contemplada en el Nº15 del artículo 12 del Código Penal,
ella, será desestimada por cuanto del mérito del extracto de filiación
y antecedentes no aparece que existan los elementos de hecho que
la justifiquen.NONAGESIMO PRIMERO: Que la defensa del acusado Enrique
Ibarra Chamorro en lo principal del escrito de fojas 13.335 y
siguientes contesta la acusación de oficio, adhesiones a la misma y
acusaciones particulares deducidas en contra de su representado.
Como cuestión previa se expresa que no toda participación
-concurrencia de varias personas- es una asociación ilícita, ya que
la naturaleza de garantía del Derecho Penal y de los tipos penales
exige analizar todos y cada uno de los elementos del tipo para
afirmar la existencia o nó de este delito, como, asimismo, la
pertenencia o no de una persona a la Asociación Ilícita.
El auto acusatorio de oficio afirma la existencia de una
serie de hechos -los que en su conjunto constituyen esta asociación
ilícita- que no se encuentran en el proceso. Se imputan y afirman
hechos que no son efectivos.
Se señala que su representado se apartó de las funciones
propias de su cargo. Existen múltiples antecedentes en la causa
que prueban que las actuaciones de su representado, a cargo del
Departamento IV de la AUGE, no fueron sino aquellas que por
Oficio N°6030/253, que rola a fojas 2.255 y 7.969, corresponden al
Departamento de Estudio y Planificación. Dice que basta la lectura
de este documento -orden directa del Comandante en Jefe, General
Pinochet Ugarte- para ver que aquello que se imputa como
“funciones fuera de su cargo”, no son sino aquello que éste se
encontraba obligado a hacer.
Hace presente la defensa que en este oficio se contiene
claramente una “orden de comando” que expresa y detalla estas
funciones. En el “Objetivo” señala: funciones que se indican. Se
trata de instrucciones para el cargo de su representado.
Internamente el Director de AUGE, Sr. Torres Silva, dispuso que su
representado debía cumplir con tales funciones.
Por otra parte, la letra A del oficio de fojas 8.857, del Sr.
Julio Cerda Carrasco, Jefe del Estado Mayor del Ejército, indica que
la organización interna del AUGE
depende del Director de la
misma.
Este Oficio también resulta importante, ya que en el se
señala que durante los años 1990 a 1995 funcionaron en el AUGE
los referidos Departamento I a V, los que concretan y detallan de
manera completa la “orden comando” antes referida.
Se señala que el Departamento IV tiene por función
“coordinar la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse
al personal y proponer la documentación referente a los
requerimientos de los Tribunales de Justicia a través del Estado
Mayor General del Ejército.”
El departamento V debía “otorgar al personal de la
institución la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse
en materias particulares de índole penal”.
A su turno, por Oficio de fecha 22 de octubre de 2003 el
Ministerio de Defensa informa la efectividad de lo anterior, es decir,
que entre el año 1990 y 1995 funcionarios del AUGE tenían como
función propia de su cargo –entre otras cosas– coordinar defensas
judiciales y otorgar defensa judicial a los funcionarios que tuviesen
problemas de índole penal.
Sólo personal en servicio activo o en retiro, no para civiles
no miembros del Ejército.
A modo de conclusión, señala que toda la actuación que
se puede imputar a su representado, consistió en realizar sus
funciones o labores propias de su cargo, dispuestas por el Director
del AUGE y en cumplimiento de las funciones dispuestas por el
Comandante en Jefe del Ejército.
El auto de cargos señala que esta organización es
paralela a la estructura regular de mando del Ejército. Señala que
no ha existido ninguna estructura separada del organigrama regular
de dicha institución.
A fojas 8.753 Hernán Ramírez Rurange (Director de
Dine) declara que recibió la orden de “proteger y sacar fuera del
país” al químico Berríos directamente del Comandante en Jefe del
Ejército. En dicha reunión reservada el General Ramírez refiere
quienes estaban presentes en la reunión, entre ellos, el Director del
AUGE, el Jefe del Comité Asesor del Comandante en Jefe del
Ejército y el Secretario General del Ejército.
Es decir, se trata de las personas que el mismo Oficio
reservado –cuya copia rola a fojas 2255 y 7969- dispone que deben
estar presentes al momento de tomar decisiones de índole procesal
y en vista a consideraciones políticas, comunicacionales y de
inteligencia.
En conclusión, no hay nada de estructura paralela al
Ejército, sino que sus máximas autoridades tomando una decisión y
que se concreta en disponer la salida del país del químico Berríos.
Agrega que en dicha reunión no se encontraba presente su
representado.
Por otra parte, señala la defensa que en otro proceso
criminal se dictó una sentencia definitiva, la que señala que su
conducta no es constitutiva de delito. Dice que los hechos que se
investigan en la presente causa y que justificarían la dictación del
auto de procesamiento dictado en contra de su representado, ya
fueron total y completamente investigados en la causa criminal
denominada “Caso Tucapel Jiménez”, seguidos ante el 19° Juzgado
del Crimen de Santiago.
Por sentencia de fecha 12 de junio de 2003, que se
encuentra acompañada en autos, se sentó la premisa -inamovible
en esta causa- que las conductas a que se refiere el fallo en
cuestión y que habrían sido realizadas por su defendido, no
constituyen ilícito penal alguno, sino que a lo sumo, infracciones de
carácter legal o ético, o infracción a su deber de funcionario público,
pero en ningún caso delito criminal.
También señala que un punto no menor a considerar, lo
constituye el hecho que se acusa a su representado por haber
cooperado con una supuesta asociación ilícita, de la cual formarían
parte
las
máximas
autoridades
del
Ejército
de
Chile
y,
específicamente, su Comandante en Jefe y el Director de
Inteligencia.
Sin embargo, resulta que dentro del propio DINE existe el
denominado DEPARTAMENTO VII “ ASUNTOS ESPECIALES”,
cuya misión general es “…asesorar en la planificación y ejecución
de actividades tendientes a obtener información sobre los procesos
judiciales en que esté o pueda estar involucrado personal militar, en
servicio activo o en retiro, con motivo del ejercicio de sus funciones
y en que pueda quedar comprometida la Seguridad Militar,
proporcionar a éste orientaciones y sugerir a quien corresponda el
apoyo que fuera procedente…”
Adicionalmente, entre sus tareas fundamentales se
encuentra la de “…proporcionar asesoría al personal que, a juicio
del Director de Inteligencia, del Jefe del Estado Mayor General o del
Vice Comandante en Jefe del Ejército, lo necesiten, o sugerir el
apoyo necesario…”
Así consta del artículo 24 del Reglamento Orgánico y de
Funciones de la Dirección de Inteligencia (R.O. (R) 304-IV).
Adicionalmente
dicha
Dirección
de
Inteligencia
tiene
como
organismo dependiente la denominada “Asesoría Jurídica”, lo que
consta del artículo 3 del mismo reglamento.
Como se puede ver claramente de dicho reglamento, no
era necesario recurrir a los abogados del AUGE (Auditoría General
del Ejército), ya que la propia DINE contaba con todos los medios
para desarrollar esta misión u operación de “control de bajas”,
dentro de lo que el artículo 24 denomina “…apoyo necesario…” y,
como aparece del mismo, se trata de una labor que debía efectuar
el Director del DINE por orden de alguna de las máximas
autoridades. Así ocurrió precisamente en este caso, en que el
Comandante en Jefe ordena al Director del DINE sacar del país al
agente Berríos.
También señala la defensa que respecto a su defendido
existe una diferenciación con la situación del Auditor General
Fernando Torres Silva. Dice que se ha intentado hacer creer al
tribunal que ambos se encuentran en una idéntica situación, lo que
no es efectivo.
No sólo por cuanto su situación procesal en las causas
relacionadas es distinta, ya que en la causa “Tucapel Jiménez” se
condenó al nombrado Torres Silva como encubridor del delito, sino
debido especialmente a que fue él quien participó en una reunión en
la cual se acordó y dio la orden de sacar del país a Eugenio Berríos.
También señala la defensa que a partir de la base que
acepta como hecho de la causa que su representado visitó a
Berríos durante su estadía en el BIE. Plantea este hecho como
hipótesis de trabajo.
Analizando la totalidad de los antecedentes que han sido
mencionados en el auto acusatorio, no puede sino llegar a la
conclusión que esta es la imputación concreta de las diversas
pruebas –haber visitado al Agente Berríos en dependencias del BIE
en compañía del Mayor Silva– lo que no es sino una actuación
propia de sus funciones en el AUGE. Si vemos que lo que hacía en
realidad eran labores de abogado y que sus clientes eran los
funcionarios activos y en retiro, no se puede entender la visita sino
como un acto propio de abogado para con su cliente. Esta es la
única explicación posible a la luz del organigrama y funciones que
cumplía en el AUGE.
En cuanto a los elementos típicos de la conducta, en
relación con la figura del artículo 292 del Código Penal, hace
presente que no resulta posible adecuar los hechos imputados al
tipo penal por el cual se ha dictado auto de procesamiento.
La diferencia entre la coparticipación y la asociación ilícita
se encuentra dada por la exigencia que en este delito concurran
acción y dolo propios, concretados en la concurrencia de una
pluralidad de sujetos activos que forman cuadros permanentes,
organizados jerárquicamente, con reglas propias, que tienen por
objeto realizar delitos indeterminados. Sin estos elementos no
existe asociación ilícita.
La necesidad que los delitos no sea determinados no sólo
surge del texto legal, sino que del hecho que el mayor disvalor de la
conducta y su justificación como delito independiente, tiene su base
en la permanencia en el tiempo y en el temor de ser víctima de una
ataque por parte de la Asociación.
La Comisión Redactora del Código Penal estableció
claramente que los hechos que ejecuta la Asociación deben ser
delictuales. Expresamente el Sr. Reyes manifestó ante la consulta
del señor Gandarillas, que no siendo estos ataques constitutivos de
delito, no resulta posible sancionar la reunión a título de Asociación
Ilícita.
De este modo tenemos que los requisitos, entre otros,
son la realización de conductas constitutivas de delito y que se trate
de hechos indeterminados. No siendo delito, no hay asociación
ilícita y, por el otro lado, siendo delitos determinados, basta con las
normas de coparticipación.
Por último, el dolo del delito de asociación ilícita se
encuentra dado por la necesidad que el fin mismo y principal de la
reunión sea la comisión de delitos; si es que se trata de una
finalidad accesoria, es decir, que todo se haga para cometer los
delitos no nos encontramos ante una Asociación Ilícita.
En cuanto al primer punto, resulta que la conducta
imputada a su representado como parte de su hacer en la
Asociación Ilícita no es constitutiva de delito.
Primero, por cuanto así lo han señalado las sentencias
firmes en los casos que se investigó sus actos en las causas
“Tucapel Jiménez” y “Caso Albania”,a los que ya se ha referido.
En segundo término, por cuanto la única conducta
delictiva que puede imputarse del auto de procesamiento –delito
cometido por la sociedad criminal– consiste en la figura específica
del articulo 17 N°4 del Código Penal, sin que se cumpla con los
requisitos de dicho tipo.
Entre
dichos
requisitos
nos
encontramos
con
la
habitualidad, es decir, con la reiteración en el tiempo de la
conducta.
Señala que ello lleva al problema que la Asociación Ilícita
se configura para cometer varios delitos en el tiempo, pero, a la vez,
el delito que se dice haber cometido requiere la habitualidad, con lo
cual una misma circunstancia se estaría valorando dos veces; para
justificar la Asociación Ilícita y al mismo tiempo para configurar la
habitualidad del delito del artículo 17 N° 4 del Código Penal. Ello no
es posible, siendo por ende jurídicamente imposible configurar la
Asociación Ilícita.
De otro lado, tampoco se cumple con la exigencia que los
ilícitos hayan sido delitos determinados.
Aquí, lo que a lo sumo existe es un concurso material en
el tiempo, ya que la conducta que se imputa como delictual –con
habitualidad
facilitar
los
medios
para
que
se
salven
los
malhechores– no es un delito indeterminado, sino que es el mismo
y realizado de una misma manera o modo.
Por último, resulta útil tener presente que la imputación
realizada a su representado se encuentra circunscrita a una
conducta específica: realizar diversas acciones tendientes a
sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en países
vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados de
diversos crímenes y simples delitos cometidos durante el régimen
militar.
Esto es importante, ya que no se ha imputado una
asociación ilícita para cometer delitos en general, sino que uno
específico, consistente en los hechos descritos por el auto de
procesamiento y posterior auto acusatorio.
Estos hechos –a la luz de la legislación penal– no pueden
constituir sino un solo delito específico: infracción del artículo 17
N°4 del Código Penal, cuya pena se encuentra establecida en el
artículo 52 inciso 3° del mismo código.
Para el caso que el tribunal estime que se encuentra
acreditada la existencia de una asociación ilícita, solicita se tenga
presente y se acceda a lo siguiente:
Dice que respecto a su representado habría existido una
mera colaboración o formar parte sin ser jefe o provocador. Pide la
recalificación del artículo 294 del Código Penal.
Señala que dada la especial forma en que se encuentra
sancionado en el Código Penal el delito de Asociación Ilícita, pide
que para el caso que se estime acreditada la existencia de tal delito,
se determine la pena que debe aplicarse a su representado sobre la
base de lo dispuesto por el artículo 294 de dicho código.
En efecto, existen dos criterios para determinar la
penalidad a los diversos partícipes del delito en cuestión: naturaleza
del o los delitos que se cometerían; y por ser jefe, tener mando o
ser provocador, por un lado, y otro individuo sea que tome parte en
la asociación o que suministre medios (esto con independencia de
la división de los partícipes entre autores y cómplices).
En el caso de su representado y como se pasará a
exponer, desde ambos puntos de vista debe ser aplicada, la norma
del artículo 294 del Código Penal : no es jefe, no ejerció mando
alguno en la asociación, ni es su provocador.
Lo anterior –en el hecho– fue expresamente declarado
al resolver la apelación interpuesta en contra de la resolución que lo
sometió a proceso. En dicha oportunidad, la Corte dejó constancia
de lo siguiente: “…cooperó y tomó parte en los hechos hacia los
que se orientó la organización…”. Resulta evidente que las
conductas de cooperar y tomar parte resultan incompatibles con la
afirmación que de su parte ha existido mando, o el ejercicio de una
jefatura o ser el provocador de la asociación.
En la acusación de oficio no se aclara que tipo de
participación habría tenido en la asociación ilícita, pero en el hecho
se le acusa por los delitos de los artículos 292 y 293 del Código
Penal, es decir, precisamente por haber sido jefe, tener mando o
ser el provocador. En la acusación del Consejo de Defensa del
Estado se le acusa por infracción del artículo 293 del Código Penal,
“por ser jefes y por haber ejercido mando”. A su turno, la acusación
particular del denominado “Programa Continuación Ley N° 19.123 “
formula acusación en contra de su representado expresamente por
el delito del artículo 293 del Código Penal, en iguales términos a la
acusación particular anterior.
Agrega que resulta evidente que dentro del contexto de la
operación denominada “Control de Bajas”,la labor precisa y
concreta de su representado –como lo ha señalado la Corte de
Apelaciones– no puede ser sino aquella descrita en la segunda
parte del artículo 294 del Código Penal: a sabiendas y
voluntariamente le hubiera suministrado medios para cometer los
crímenes o simples delitos a la asociación. Esto es claramente una
forma de cooperación, que habría consistido en el análisis, dada su
profesión de abogado, de la situación actual y futura que tenían
aquellos agentes de los aparatos de seguridad que eran objeto de
esta operación de inteligencia.
En conclusión, pide –en este evento subsidiario– que se
condene a su representado por la infracción del artículo 294 del
Código Penal, recalificando el delito por el cual se le ha acusado.
Señala la defensa que otro punto que debe ser analizado
al momento de determinar la eventual pena que debe aplicarse a su
representado lo constituye la calificante del delito o tipo de delito
que cometería la asociación. Si se trata de crímenes la sanción para
los partícipes es mayor, comparado con la sanción para los casos
que se trate de simples delitos.
Dice que no hay lugar a dudas que este elemento se
comporta como una calificante del delito y, como tal, se deben
aplicar las reglas generales para las instituciones de su clase: sólo
es posible su aplicación en aquellos partícipes en que concurren o
que hubiesen tenido conocimiento. Este principio tiene su aplicación
entre otros casos, en la regla del artículo 64 del Código Penal.
Dicho principio llevado al caso de autos conduce a la
pregunta lógica: ¿Tenía conocimiento su representado que la
denominada operación “Control de Bajas” evolucionaría con el
secuestro calificado y posterior asesinato del agente?. La respuesta
no puede sino ser negativa, ya que se trata de eventos muy
posteriores a su eventual participación y en los cuales no ha tenido
intervención ni conocimiento. Dice que tampoco sería posible
sostener que desde el principio la operación tenía por objeto matar
al ex agente, ya que ello no resulta compatible con el hecho de
haberlo mantenido, mandado dinero y haber enviado hasta su
familia a Uruguay.
De este modo y si no es posible sostener que ha tenido
conocimiento que se cometerían en el futuro –muy lejano, casi 2
años después– un secuestro y un asesinato, sólo queda el único
delito subsistente y que cometiéndolo la asociación habría tenido
conocimiento su representado, la obstrucción a la justicia del
antiguo artículo 269 bis del Código Penal, en relación con el atrículo
141 inciso primero del mismo código.
Atendida la rebaja de dos grados establecida en esta
figura penal, no se pude sino concluir que se trata de un simple
delito y, por ende, sólo es posible –en este evento subsidiario–
condenar por las figuras de la asociación ilícita relacionadas con los
simples delitos y no con los crímenes. En conclusión, ya sea 293
inciso final o 294 segunda parte del Código Penal, presidio menor
en cualquiera de sus grados o presidio menor en su grado mínimo,
según se estime que concurre el elemento ser jefe, tener mando o
ser provocador, según se ha referido anteriormente.
También se alega por la defensa la atenuante de la
irreprochable conducta anterior de su representado, la que solicita
se considere como muy calificada de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 68 bis del Código Penal.
Por último, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos
211 y 214 del Código de Justicia Militar se deberá imponer la pena
inferior en grado a la asignada por la ley al delito, si el inferior
comete un delito en cumplimiento de una orden notoriamente
tendiente a la perpetración del ilícito y sin dar cumplimiento con la
formalidad de representar la orden de acuerdo al artículo 335 del
mismo código. Esta atenuante es calificada, ya que perentoriamente
dispone que deberá imponerse la pena inferior en grado a la
asignada por la ley al delito.
Se trata de la llamada atenuante de obediencia
jerárquica y, en primer lugar, se debe destacar que de acuerdo a la
doctrina no es necesario que la orden al inferior se haya dado fuera
de las atribuciones legítimas del superior, por lo que, perfectamente
se puede tratar de una orden no relativa al servicio. Asimismo, se
requiere que el subalterno no haya representado la orden.
Para justificar la calificación de la irreprochable conducta
anterior pedida, señala que rolan en autos las declaraciones de dos
testigos de conducta, junto a ello, está agregada la “Hoja de Vida”
de su representado, carente de anotaciones de demérito. Pide que
en virtud de los referidos antecedentes no sólo se les reconozca,
sino que adicionalmente se le califique la atenuante. La edad de su
representado, su conducta anterior y posterior a los hechos, las
circunstancias y motivos de su comisión, su actuación como
integrante incluso de la Corte Marcial, justifican la calificación de su
irreprochable conducta anterior.
Para el evento subsidiario que se condene a su
representado, pide se le otorguen alguno de los beneficios de la Ley
N°18.216, ya sea bajo la modalidad de la remisión condicional de la
pena o libertad vigilada; disponiendo, en este último caso la
realización de los trámites de rigor.NONAGESIMO SEGUNDO: Que la defensa del mencionado
procesado al contestar, los cargos que se le formulan en la
acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares,
los que han sido deducidos en contra de su representado Gabriel
Enrique IBARRA CHAMORRO.Luego de hacer diversas consideraciones sobre las
funciones que su defendido realizaba en la Auditoría General del
Ejército, como también con relación a las órdenes superiores que le
fueron impartidas en la época en que se perpetraron los delitos que
se investigan en esta causa y, además, sobre el hecho específico
de haber cooperado en el egreso del país del tantas veces
mencionado Eugenio BERRIOS SAGREDO, al haber concurrido al
cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército y haber indicado al
Mayor Arturo SILVA VALDES quién era BERRIOS.Sobre la base de las argumentaciones que sucintamente
se han expresado anteriormente, solicita la absolución de su
representado por no haber tenido participación como autor del delito
de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293
del Código Penal.Que el tribunal señalará que, tal como lo señala la
defensa, los cargos principales que se le formulan a este acusado
se pueden resumir en la ubicación que él tenía dentro del escalafón
de mando de la Auditoría General del Ejército y también, con
relación a la actividad desarrollada en el cuartel del Batallón de
Inteligencia del Ejército con la finalidad expresada en el acápite
anterior.Sin embargo, dichos elementos, si bien, justificaron en su
oportunidad el procesamiento y posterior acusación del nombrado
IBARRA CHAMORRO, no son suficientes para demostrar que éste
tuvo la calidad de autor del delito de asociación ilícita que se le
atribuye.-
En
efecto,
para
que
exista
dicho
ilícito
debe
necesariamente haber un concierto previo de voluntades con el
objeto de cometer crímenes o simples delitos y, específicamente
con relación a este acusado no se divisa de qué manera pudo
haberse manifestado dicho concierto, ya que el mero acatamiento
de órdenes superiores con las finalidades señaladas en la Orden de
Comando que señalaba la orgánica de la AUGE, cuya copia
aparece acompañada al cuaderno reservado y la circunstancia de
haber concurrido a un cuartel militar para señalar a una persona,
que a la postre resultó ser víctima de delitos, no puede ser
indicativa
de que haya existido por su parte, ni autoría ni
complicidad en el tipo penal antes referido.- Dicha conducta, podrá
ser reprochable éticamente o bien podría constituir una falta
administrativa, pero en ningún caso puede alcanzar al grado de
comisión de un ilícito penal.Como se ha dicho, este juez no ha alcanzado la
convicción necesaria para condenar y por tal razón se deberá dictar
sentencia absolutoria en favor del acusado antes nombrado,
desestimándose también, por las mismas razones, las peticiones de
los acusadores particulares.En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente
emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones subsidiarias
de la defensa del nombrado IBARRA CHAMORRO.-
NONAGESIMO TERCERO: Que a fojas 13 319 y siguientes el
abogado Sr. Jorge Triviño Figueroa en representación de su
defendido Mario Enrique Cisternas Orellana contesta la acusación
de oficio, adhesiones a ella y acusación particular, solicitando la
absolución de su representado acusado por la resolución de fojas
12.663 y siguientes, de fecha 26 de septiembre de 2008, como
autor del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del
Código Penal. Agrega que para el improbable evento de que fuera
condenado, solicita al tribunal se le reconozca la circunstancia
atenuante de responsabilidad contemplada en el N° 6 del artículo 11
del Código Penal, la que solicita considerar como muy calificada,
conforme a los antecedentes que se aportarán durante el
probatorio. Del mismo modo solicita se le considere la atenuante
contemplada en el N° 9 del mismo artículo, en atención a los
antecedentes que obran en autos. Finalmente, solicita se tenga
presente en su favor el beneficio contemplado en el artículo 103 del
Código Penal, en atención al tiempo transcurrido desde la
ocurrencia del ilícito investigado por el tribunal, esto es, la
denominada “media prescripción”.
Como antecedentes generales, señala la defensa que la
fecha de salida del país de Berríos, según se ha podido establecer
en la investigación, corresponde al mes de octubre de 1991, por
una unidad especial de DINE, denominada “Asesoría de Análisis”, a
cargo del Mayor Arturo Silva Valdés.
La última fecha que se vió con vida a Eugenio Berríos
Sagredo habría sido el día 15 de noviembre de 1992, en la localidad
uruguaya de Parque del Plata en Montevideo, Uruguay, siendo los
últimos ciudadanos chilenos con quienes se les vinculó en dicho
período, aquellos pertenecientes a la referida unidad, que a la fecha
dependían del nuevo Director de la DINE, General Eugenio
Covarrubias Valenzuela.
Su representado, el Sr. Mario Cisternas Orellana, es
destinado, según da cuenta su hoja de vida, solicitada por el propio
tribunal, a la denominada “asesoría de análisis”, en una fecha muy
posterior a esa, por lo que, nada tendría que ver con la persona de
Eugenio Berríos Sagredo, y en cuanto al delito, por el que se le
acusa, carece de toda responsabilidad, por el contrario, dicho
precepto legal sanciona “…..al que, habiendo tenido noticias
verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por uno
o más miembros de una asociación ilícita, omite ponerlas
oportunamente en conocimiento de la autoridad….”, y esto es, lo
que contrariamente hace su representado, una vez que se le toma
declaración por parte de los funcionarios de la Policía de
Investigaciones de Chile, investigadores de la presente causa.
Dice, que podía hacer el Mayor Cisternas Orellana, con
anterioridad, denunciar un hecho ilícito que ni siquiera el sabía se
cometió, a su superior jerárquico, máximo acusado en esta causa.
O quizás, saltarse el conducto regular y denunciarlo ante
el superior del Mayor Silva Valdés, esto es, el General Eugenio
Covarrubias Valenzuela, quien aparece acusado por la mayor
cantidad de ilícitos en estos autos.
O tal vez denunciarlo, ante la máxima autoridad
contralora del Ejército, el Auditor General del Ejército, a la fecha, el
General Fernando Torres Silva, o saltándose todos los conductos
regulares, debía denunciar estos hechos de los que tomó
conocimiento de oídas, ante el Comandante en Jefe del Ejército, el
General Augusto Pinochet Ugarte, quien como ha demostrado la
investigación del tribunal, fue quien dio la orden de la salida de
Eugenio Berríos de nuestro país, es decir, no había ninguna
autoridad
superior,
en
su
institución,
a
quien
denunciar
antecedentes de los que tuvo conocimiento de oídas, que por si
solos ni siquiera evidenciaban la ocurrencia de hechos ilícitos, es
solo, años mas tarde con la investigación del tribunal y uniendo
diferentes antecedentes que pudo advertir que los dichos que
escuchó decían relación con estos hechos, e inmediatamente tomó
la decisión de exponerlos en la primera oportunidad que tuvo de
hacerlo, esto es, la primera vez que presta declaración policial en
esta causa.
De estimar el tribunal que exista mérito para condenar a
su representado, es necesario aplicar la aminorante de su
irreprochable conducta anterior, contemplada en el N° 6 del artículo
11 del Código Penal, la que solicita sea considerada como muy
calificada, conforme lo autoriza la norma legal, calificación que
quedará demostrada plenamente en el plenario.
Además, la atenuante de la colaboración de su
defendido, surge por si sola, del mérito del proceso y, esta ha sido
fundamental y substancial, como un elemento más, que le ha
permitido al tribunal formular cargos contra los autores de los delito
aquí investigados, no tan solo en la primera oportunidad en que
tuvo la posibilidad, con los elementos que conoció entonces y de los
que antes no había tenido la posibilidad de unir adecuadamente,
sacar sus conclusiones y señalar sin lugar a dudas, en forma
oportuna (primera ocasión en que tiene la posibilidad de declarar a
este respecto) y eficaz, lo que había escuchado de uno de los
acusados en lo que decía relación con la participación de otros en
los hechos que terminaron con la vida del ex -químico de la DINA
Eugenio Berríos Sagredo, sino que, además, en forma posterior
ratificó ante el tribunal y, posteriormente los mantuvo en las
diligencias de careo a las que fue sometido, por lo que aquí la
norma del artículo 11 N° 9 del Código Penal, tiene plena aplicación.
Según da cuenta el auto acusatorio de fojas 12.663 y
siguientes, los hechos investigados, se habrían producido hasta
noviembre de 1992, y su defendido declara por primera vez en
estos autos el año 2002, por lo que ha transcurrido con creces más
de la mitad del plazo máximo de prescripción de la acción penal que
podría considerarse y, por ello sería plenamente aplicable en este
caso, la norma ya citada del artículo 103 del código punitivo.
Por tanto, solicita al tribunal, se sirva tener por
contestada la acusación fiscal de oficio, adhesiones a ella y
acusación particular, absolviendo a su representado del delito por el
cual se le acusa, o en su defecto, se le aplique el mínimo de la pena
rebajada
en
grado,
teniendo
presente
las
circunstancias
modificatorias de responsabilidad expuestas en el presente escrito.
NONAGESIMO CUARTO: Que, la defensa del acusado Mario
CISTERNAS ORELLANA solicita la absolución de su defendido del
cargo que se le ha formulado de ser autor de la infracción al artículo
295 bis del Código Penal, puesto que señala que se vió impedido
de poner oportunamente en conocimiento de la autoridad los planes
o actividades desarrolladas por uno o más miembros de la
asociación ilícita investigada, ello en atención a que su canal normal
de mando existente en la unidad de Asesoría de Análisis de la
Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), lo constituían
precisamente los oficiales que también se encuentran acusados en
la presente causa, lo que es efectivo, como también lo es el hecho
que el verbo rector del tipo penal consiste en “omitir poner
oportunamente en conocimiento de la autoridad”, los planes antes
referidos, lo que no pudo ser posible por cuanto las actividades
ilícitas desarrolladas por la referida asociación ya se encontraban
en pleno desarrollo cuando el acusado fue integrado a esa unidad,
sin que se encuentre comprobado en autos que tuviera un
conocimiento previo de los ilícitos perpetrados por otros miembros
de esa repartición.Lo anterior, significa que este tribunal no ha logrado la
convicción necesaria para condenar, tal como lo exige la ley, y, por
ello, necesariamente deberá proceder a absolver a este acusado.Que en atención a lo que se resolverá, resulta
innecesario emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones
subsidiarias de su defensa, y también, con relación a las
circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal alegadas
en su favor.NONAGESIMO QUINTO: Que la defensa del acusado Nelson
Edison Hernández Franco en el primer otrosí del escrito de fojas
13.052 y siguientes, contesta la acusación de oficio, adhesiones a
ella y acusaciones particulares en los siguientes términos:
Solicita se dicte sentencia absolutoria por prescripción de
la acción penal respecto del delito de infracción al artículo 295 bis
del
Código Penal, por cuanto la acción penal en su contra se
encuentra prescrita.
Para este efecto da por reproducida toda la parte
pertinente de lo principal y renueva la excepción de prescripción,
esta vez, como defensa de fondo, de acuerdo al derecho que le
concede el artículo 434 inciso 2° del Código de Procedimiento
Penal.
Por otra parte, pide sentencia absolutoria por falta de
participación culpable de parte del acusado. Señala, que si bien, a
fojas 2377 y siguientes, el imputado presta declaración y reconoce
que en la oficina de la plana mayor de DINE, lugar en el cual se
desenvolvía, estaban en un kardex, las carpetas de Herrera y
Sanhueza. También tenía conocimiento que fuera de Chile había
agentes con problemas judiciales, pero, que el Mayor Silva tenía el
control de esta situación. También dice que no sabía a que lugares
viajaba Marcelo Sandoval Durán, que en general desconocía a que
lugares viajaba la gente ya que no era su papel indagar sobre
aquello. Sobre lo que se investiga en esta causa, la desaparición y
muerte del Sr. Berríos nada dice, ni tampoco sobre la salida de
Chile de éste último.
Entonces, no existen en el proceso antecedentes que
permitan elaborar presunciones judiciales para dictar una sentencia
condenatoria como autor, cómplice o encubridor en el referido ilícito,
ya que no hay indicios reales y probados que sustenten la
participación culpable, objetiva e intencional de Nelson Hernández
Franco en la infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del
Código Penal, por lo que deberá dictarse sentencia absolutoria en
su favor.
En conclusión, solicita al absolución de su defendido,
porque en definitiva, no está acreditado en autos que su
representado haya tenido noticias verosímiles de los planes o de las
actividades desarrolladas por uno o más miembros de la presunta
asociación ilícita.
Para el evento que se estime que Nelson Hernández
Franco es responsable de estos hechos, existen las siguientes
circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal:
En primer término, la atenuante de la irreprochable
conducta anterior de su defendido, contemplada en el N°6 del
artículo 11del Código Penal, la que solicita se considere como muy
calificada en los términos del artículo 68 bis del señalado cuerpo
legal, imponiendo el tribunal la pena inferior en un grado al mínimo
de la señalada al delito.
En segundo lugar, alega a favor de su defendido la
denominada “media prescrpción”, contemplada en el artículo 10 del
Código Penal, que establece que si el inculpado se presentare o
fuere habido antes de completar el plazo de prescripción de la
acción penal, pero, habiendo transcurrido ya la mitad de él, el
tribunal deberá considerar el hecho como revestido de a lo menos
dos o más atenuantes muy calificadas y ninguna agravante, para
luego, hacer uso de las reglas pertinentes a la aplicación de la pena
o incluso, disminuir la ya impuesta, si se tratare de una causa ya
fallada.
Dice, que el cómputo del tiempo transcurrido desde el 15
de noviembre de 1992,fecha que permite considerarse como la de
inicio del cómputo de la prescripción acorde a nuestra normativa
ordinaria, hasta el día 29 de diciembre de 2003,en que se somete a
proceso al imputado Hernández Franco por infracción a lo dispuesto
en el artículo 295 bis del Código Penal, según consta en autos,
arroja un decurso de casi 11 años, lapso de tiempo, más que
suficiente, para aquilatar la procedencia o nó de la media
prescripción, que requiere de dos años y medio. En todo caso,
incluso, operaría de lleno
la prescripción total de la acción penal,
de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y siguientes del
código antes señalado.
Por último, solicita se le reconozca a su representado la
circunstancia atenuante de la responsabilidad del artículo 211,en
relación al artículo 214 del Código de Justicia Militar, aplicable a los
delitos militares y comunes, toda vez que de los antecedentes
allegados a la investigación, aparece demostrado que a al época de
ocurrencia de los hechos, el encartado, siendo cabo de Ejército,
esto es, suboficial, se encontraba sometido a la jerarquía y al
cumplimiento de las órdenes que sus superiores jerárquicos -DINEle impartían.
Por todo lo anterior, la defensa solicita al tribunal, se sirva
tener por evacuado el traslado para contestar la acusación de oficio,
adhesiones a ella, acusaciones particulares, y, en definitiva,
absolver a su representado Nelson Hernández Franco, por
prescripción de la acción penal y de no ser ello posible, absolverlo
de toda pena por falta de participación culpable al ignorar el
encartado la existencia o entidad de la presunta asociación criminal,
conocimiento indispensable para justificar una sanción penal y que
no se dá en la especia ya que, en razón de no haber tenido noticias
ciertas de plan alguno, fue imposible para él, alertar sobre aquello a
la autoridad y, en caso de fallo condenatorio, hacer aplicación de las
3 circunstancias atenuantes de la responsabilidad invocadas y que
le favorecen, como muy calificadas, según disponen las normas
que, para cada caso, fueron citadas precedentemente por la
defensa y según dispone el artículo 68 bis del Código Penal y para
todos los efectos legales.
NONAGESIMO SEXTO: Que la defensa del acusado Nelson
HERNANDEZ FRANCO señala que deberá dictarse sentencia
absolutoria a favor de su defendido por cuanto, dada la posición que
ocupaba en el Ejército de Chile, éste no se encontraba en situación
de saber los planes o actividades realizados por la asociación ilícita
formada dentro de la unidad militar donde desarrollaba funciones y,
tampoco los antecedentes allegados a la causa permiten presumir
que éste tuviera un conocimiento verosímil del egreso de Eugenio
BERRIOS SAGREDO y de su situación en Uruguay.Que el tribunal acogerá la petición de la defensa en atención
a que del mérito del proceso, no existen antecedentes que permitan
elaborar presunciones judiciales que acrediten la participación del
acusado antes nombrado en el ilícito por el que se le han formulado
cargos y, en consecuencia, por no haber adquirido la convicción
necesaria para condenar se deberá dictar sentencia absolutoria en
su favor.En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente
emitir un pronunciamiento con respecto a las demás peticiones
formuladas por su defensa, esto es, se declare la prescripción de la
acción penal, y, en subsidio, se acojan las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal que indica.NONAGESIMO SEPTIMO: Que a fojas 13.028 y siguientes, en el
primer otrosí del referido escrito, la defensa de la imputada Erika
Silva Morales contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y
acusaciones particulares deducidas en contra de su defendida.
En primer término, solicita se dicte sentencia absolutoria
a favor de su representada por prescripción de la acción penal
respecto del delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal.
Para este efecto da por reproducida toda la parte pertinente
expuesta en lo principal –donde interpuso la excepción de previo y
especial pronunciamiento de prescripción de la acción penal que
favorecería a su defendida- y, renueva la excepción de prescripción,
esta vez, como defensa de fondo, de acuerdo al derecho que le
concede el artículo 434 inciso 2° del Código de Procedimiento
Penal.
Por otra parte, solicita al tribunal dictar sentencia
absolutoria a favor de su representada ya que, a juicio de esta
defensa, los elementos que configuran su auto de procesamiento y
posterior acusación, no le permiten al tribunal adquirir la convicción
de que a ella le ha correspondido participación culpable en los
hechos que se le imputan, acorde a lo dispuesto en el artículo 456
bis del Código de Procedimiento Penal, toda vez que no se
desprende actividad alguna, por parte de Silva Morales, en la
consumación del delito por el cual se le acusa, esto es, infracción a
lo dispuesto por el artículo 295 del Código Penal.
Para inferir lo anterior dice que basta con leer las
declaraciones de absoluta buena fé, hechas por ella, tanto judiciales
como extrajudiciales. A fojas 4.186 y siguientes de autos, declara
respecto de la salida de Berríos (fojas 4.194) “yo en ese tiempo no
supe nada sobre esto ni menos ví al tal Berríos en el cuartel donde
trabajaba….”
A fojas 4.188 declara:”…..en lo relativo a dineros, puedo
manifestar que nunca pasó por mis manos dinero en efectivo, ni
tampoco cheques que yo debiera entregar a alguien de CNI,
solamente después se ordenaban lo relativo a boletas de consumo,
facturas, gastos de combustible y extras, pero, para los fines de
rendición de cuentas.”
Más adelante, agrega:”…..ignoro que destino le daban a
ese documento (Rendición de Cuentas) estos oficiales”.
Así las cosas, esta secretaria, si nada sabía de esto, esto
es, no teniendo noticias verosímiles de los planes o de las
actividades desarrolladas por los miembros de una presunta
asociación ilícita. ¿Que información podía omitir?
Asimismo, consta del extracto de filiación y antecedentes
de su representada que esta no tiene anotaciones prontuariales
pretéritas y, en consecuencia, le favorece la aminorante de su
irreprochable conducta anterior establecida en el N° 6° del artículo
11 del Código Penal, la que solicita se considere como muy
calificada en los términos que señala el artículo 68 bis del señalado
cuerpo legal, imponiendo el tribunal la pena inferior en un grado al
mínimo de la señalada al delito.
Por otro lado, el cómputo del tiempo transcurrido desde el
15 de noviembre de 1992 -fecha que permite considerarse como la
de inicio de la prescripción acorde a nuestra normativa ordinariahasta el 29 de diciembre de 2003, fecha en que se somete a
proceso a Erika Silva Morales, por infracción a lo dispuesto en el
artículo por el artículo 295 bis del Código Penal, según consta en
autos, arroja un decurso de casi 11 años, lapso de tiempo más que
suficiente para aquilatar la procedencia o no de la denominada
“media prescripción”, que requiere, como se ha dicho, de dos años
y medio. En todo caso, operaría de lleno la prescripción total de la
acción penal, de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y
siguientes del Código Penal.
Por existir la institución antes referida resulta del caso
señalar que el tribunal, en caso de condenar, deberá considerar que
concurren, a lo menos, dos o más circunstancias muy calificadas y
ninguna agravante y,
aplicar luego,
las
normas sobre la
determinación de la pena, que en este caso en concreto, se
encuentran en los artículos 65, 66, 67 y 68 del Código Penal.
Por último, solicita se le reconozca a su representada la
circunstancia atenuante de la responsabilidad penal del artículo
211, en relación al artículo 214 del Código de Justicia Militar,
aplicable a los delitos militares y comunes, toda vez que de los
antecedentes allegados a la investigación, aparece demostrado que
a la época de ocurrencia de los hechos, la encartada, siendo cabo
de ejército, esto es, suboficial, se encontraba sometida a la
jerarquía y al cumplimiento de las órdenes que sus superiores
jerárquicos – DINE – le impartían.
Finalmente, solicita se tenga por evacuado el traslado
concedido para contestar los cargos formulados en contra de su
defendida y absolverla por prescripción de la acción penal, de no
ser ello posible, absolverla de toda pena por falta de participación
culpable al ignorar la encartada la existencia o entidad de la
presunta asociación criminal, conocimiento indispensable para
justificar una sanción penal y que no se dá en la especie ya que, en
razón de no haber tenido noticias ciertas de plan alguno, ha sido
imposible para ella, alertar sobre aquello a la autoridad; y, en caso
de fallo condenatorio, hacer aplicación hacer aplicación de las tres
circunstancias modificatorias de la responsabilidad criminal que le
favorecen, como muy calificadas, según disponen las normas que,
para cada caso, fueron citadas precedentemente por esta defensa,
según dispone el artículo 68 bis del Código Penal y para todos los
efectos legales.
NONAGESIMO OCTAVO: Que el tribunal acogerá la petición de la
defensa en atención a que del mérito del proceso, no existen
antecedentes que permitan elaborar presunciones judiciales que
acrediten la participación de la acusada antes nombrada en el ilícito
por el que se le han formulado cargos y, en consecuencia, por no
haber adquirido la convicción necesaria para condenar se deberá
dictar sentencia absolutoria en su favor.-
En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente
emitir un pronunciamiento con respecto a las demás peticiones
formuladas por su defensa, esto es, se declare la prescripción de la
acción penal, y, en subsidio, se acojan las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal que indica.NONAGESIMO NOVENO: Que a fojas 13.329 y siguientes la
defensa del imputado Ginés Emilio Rojas Gómez contesta la
acusación fiscal deducida en contra de su representado, las
adhesiones y las acusaciones particulares a la misma, solicitando
que se absuelva de ellas al acusado sobre la base de los siguientes
antecedentes:
El cargo que se le formula, se sustenta en el hecho que el
nombrado Rojas Gómez, quien se desempeñaba como Agregado
Cultural y de Prensa de la Embajada de Chile en Uruguay habría
omitido proporcionar al Cónsul Federico Marul la identidad completa
de su amigo Eugenio Berríos, cuando le fuera solicitada por éste, lo
que impidió que la Cancillería chilena pudiera determinar la
identidad del chileno que solicitaba volver al país.
El tipo penal por el cual Ginés Emilio Rojas Gómez fue
acusado, esto es, el delito de obstrucción a la justicia ya no existe
en la actual legislación, ya que éste ilícito fue derogado del Código
Penal, cuando en noviembre de 2005 entró en vigencia la Ley N°
20.074, que modificó algunos aspectos de la Reforma Procesal
Penal.
La nueva normativa legal al respecto, determina que la
figura penal es de “obstrucción a la investigación”, y afecta
principalmente el desempeño del Ministerio Público, pero no la labor
de los Tribunales de Justicia, teniendo presente, además, que este
nuevo tipo penal requiere el ánimo doloso de destruir pruebas, al
contrario de lo que ocurría antes, cuando se sancionaba a quien
realizara cualquier tipo de labor para impedir la acción de la justicia
y la conducta de su representado no se enmarca dentro de ésta
nueva figura penal, por lo que necesariamente deberá dictarse una
sentencia absolutoria en su favor.
En subsidio, y para el evento que se dicta sentencia
condenatoria, solicita se aplique al acusado, la pena mínima legal,
considerándose que obra a favor de su defendido la aminorante de
su irreprochable conducta anterior que contempla el N° 6 del
artículo 11 del Código Penal, la que solicita se considere como muy
calificada de acuerdo a lo establecido en el artículo 68 bis del
cuerpo legal últimamente mencionado.
CENTECIMO: Que, tal como lo señala la defensa del acusado
antes mencionado, la ley 20.074 derogó el tipo penal de obstrucción
a la justicia contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal y,
de conformidad al principio de rango constitucional contemplado en
la Constitución Política de la República, sumado a la norma del
artículo 18 del Código Penal, procede dictar sentencia absolutoria a
favor de este acusado.Que en atención a lo que se resolverá, resulta innecesario
emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones subsidiarias
de su defensa, y también, con relación a las circunstancias
modificatorias de responsabilidad criminal alegadas en su favor.CENTECIMO PRIMERO: Con relación a las peticiones contenidas
en las acusaciones particulares del Fisco de Chile deducida en lo
principal del escrito de fojas 12.746 y siguientes y de la abogada
Srta. Luisa SANHUEZA GOMEZ del Programa Continuación Ley
Nº19.123 del Ministerio del Interior formulada en lo principal de su
presentación de fojas 12.789 y siguientes, por las que, sobre la
base de las consideraciones expuestas con anterioridad solicitan al
acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ, se le condene como
cómplice del delito de secuestro de Eugenio BERRIOS SAGREDO.Dichas alegaciones serán rechazadas por el Tribunal por
cuanto la participación del acusado antes nombrado se habría
limitado a comunicar al agregado militar de la Embajada de Chile en
Uruguay el hecho de haber recibido un llamado telefónico del
nombrado BERRIOS, recibiendo como respuesta por parte del
Coronel Emilio TIMMERMAN que en un momento de descuido
aquel se habría tratado de arrancar.- Posteriormente, nuevamente
BERRIOS se habría tratado de comunicar con la Embajada y el
nombrado ROJAS habría omitido proporcionar al Cónsul Federico
MARULL la identidad completa de su amigo BERRIOS cuando le
fuera solicitada por éste, lo que impidió que la Cancillería de Chile
pudiera determinar la identidad del nacional que solicitaba volver al
país.Dichos hechos, de los cuales el primero de ellos no se
encuentra completamente justificado en los autos, en atención a
que en el careo celebrado con la participación de ROJAS y
TIMMERMAN, éste último habría negado haber tenido conocimiento
del hecho afirmado por aquel y también de haber conversado sobre
este tema con él.- Con relación a lo segundo, si bien es cierto que
no se pudo establecer la identidad completa de Eugenio BERRIOS
por no haber sido proporcionado su segundo apellido el cual no
podía ser desconocido por ROJAS dado los vínculos de amistad
que lo unían con él, este sólo antecedente resulta insuficiente para
acreditar un grado de complicidad en el secuestro de que estaba
siendo víctima BERRIOS, pues ni ROJAS ni MARULL, en ese
momento tuvieron clara conciencia de la privación forzada de su
libertad que afectaba a BERRIOS y por ello, éste acusado, no pudo
cooperar a la ejecución del hecho por actos anteriores o
simultáneos, tal como lo exige el precepto legal contemplado en el
artículo 16 del Código Penal.Por otro lado, si bien, la defensa no se refiere
expresamente a los cargos que se formulan a su representado en
las acusaciones particulares antes referidas, en la suma de su
escrito de fojas 13.329, si hace expresa mención a ellas al señalar
de que procede a contestar la acusación fiscal, adhesiones a la
misma y acusaciones particulares.- Además, la descripción que
realiza, de los hechos en que habría tenido participación su
representado, permite desvirtuar las alegaciones de los acusadores
particulares, por cuanto el acusado ROJAS sólo supo de la
existencia de BERRIOS en Uruguay, cuando éste lo llamó por
teléfono lo que ocurrió en una sóla oportunidad y, además, el no
haber puesto oportunamente en conocimiento del Cónsul esta
situación, que sí habría sido informada al agregado militar, se debe
a la circunstancia de haber tenido temor por su vida por haber
estado anteriormente detenido como preso político en las
dependencias de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes en San
Antonio.- Estas afirmaciones, son coincidentes con el mérito de
autos y con lo señalado anteriormente por el tribunal, en cuanto los
hechos probados son insuficientes para que éste adquiera la
convicción necesaria para condenar en los términos que establece
el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal.En consecuencia, por las razones antes dichas se
procederá en lo resolutivo a rechazar las peticiones contenidas en
las acusaciones particulares formuladas por las partes antes
señaladas en lo que dice relación con el acusado Gines Emilio
ROJAS GOMEZ.CENTECIMO SEGUNDO: Que con referencia a la acusación
particular deducida por el Consejo de Defensa del Estado a que se
ha hecho mención en el considerando sexagésimo, resulta que es
necesario señalar que con relación a los acusados que se
enunciarán ella es coincidente con la acusación fiscal en las partes
que se indicarán:
Así las cosas, con relación al acusado Hernán RAMIREZ
RURANGE, dicha parte lo acusa como autor del delito de secuestro
contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y
como autor del delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293
del señalado cuerpo legal; ello es coincidente con la acusación
fiscal y sólo difiere en la parte en que ésta última también formula
cargos en contra del nombrado RAMIREZ RURANGE como autor
del delito de obstrucción a la justicia.Con
respecto
al
acusado
Eugenio
Adrian
COVARRUBIAS VALENZUELA, la referida parte lo acusa por los
mismos delitos por los que se han formulado cargos al procesado
RAMIREZ RURANGE, con excepción del delito de obstrucción a la
justicia y el delito de encubridor de secuestro con homicidio por el
que también se formulan cargos en la acusación fiscal en contra del
nombrado COVARRUBIAS VALENZUELA.También se acusa particularmente al encartado Juan
Fernando Alfredo TORRES SILVA y al procesado Enrique Gabriel
IBARRA CHAMORRO, como autores del delito de asociación ilícita
contemplado en el artículo 292 y 293 del Código Penal, lo que es
coincidente con los cargos que se le formulan en la acusación
fiscal.-
Al acusado Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, la parte
del Consejo de Defensa del Estado lo acusa particularmente como
autor de los delitos de secuestro contemplado en el inciso 4º del
artículo 141 del Código Penal y como autor del delito de asociación
ilícita descrito en los artículos 292 y 294 del señalado texto legal, lo
que coincide en cuanto se refiere al primer ilícito con los cargos que
se le formulan en la acusación fiscal y, respecto del segundo delito,
difiere, por cuanto el cargo que se le formula en esta, es el de autor
del delito de asociación ilícita contemplado en los artículos 292 y
293 del Código Penal.Con
relación
al
acusado
Manuel
Jorge
PROVIS
CARRASCO, la parte del Consejo de Defensa del estado lo acusa
como autor de los delitos de secuestro contemplado en el inciso 4º
del artículo 141 del Código Penal y de asociación ilícita de los
artículos 292 y 293 del mismo cuerpo legal, todo lo cual es
coincidente con el auto de cargos dictado por el tribunal
Al acusado Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, lo acusa
como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del
artículo 141 del Código Penal, lo que coincide con la acusación de
oficio, y, también lo acusa como autor del delito de asociación ilícita
descrita en los artículos 292 y 294 del señalado cuerpo legal, lo que
no coincide con lo expuesto en el auto de cargos dictado de oficio
por el tribunal que loa cusa como autor del delito de asociación
ilícita contemplado en los artículos 292 y 293 del Código Penal y del
delito de obstrucción a la justicia.Con relación al acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES, la
parte antes referida, lo acusa como autor del delito de secuestro
con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso 5º del Código
Penal, en cambio el tribunal lo acusa como autor del delito de
secuestro con homicidio contemplado en el inciso final del artículo
141 del cuerpo de leyes antes señalado.También, la parte del Consejo de Defensa del Estado
acusa particularmente a este procesado como autor del delito de
asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del Código Penal, lo que
es coincidente con el cargo que por este ilícito se le formula en la
acusación de oficio.Respecto
del
acusado
Pablo
Marcelo
RODRIGUEZ
MARQUEZ, la señalada parte lo acusa como autor del delito de
secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código
Penal, lo que es coincidente con lo resuelto en la acusación de
oficio, pero discrepa de esta última en cuanto al cargo que formula
por el delito de asociación ilícita, donde lo acusa como autor del
delito que contemplan los artículos 292 y 294 del código
sancionatorio, en cambio, la acusación de oficio le atribuye autoría
en la comisión de los delitos contemplados en los artículos 292 y
293 del Código Penal y en el delito de obstrucción a la justicia.Asimismo,
al
acusado
Jaime
Fernando
TORRES
GACITUA lo acusa particularmente como autor del delito de
secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código
Penal y como autor de asociación ilícita de los artículos 292 y 293
del señalado cuerpo legal, todo lo cual es coincidente con la
acusación de oficio.A los acusados Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN y
Nelson Williams ROMAN VARGAS, la parte del Consejo de
Defensa del Estado les formula cargos como autores de los delitos
de secuestro del inciso 4º del artículo 141 del Código punitivo y de
asociación ilícita contemplada en los artículos 292 y 294 del Código
Penal.- El primero de los tipos penales, es coincidente con el que
se les atribuye en la acusación de oficio y, el segundo cargo, difiere
de esta, la que los acusa como autores del delito de asociación
ilícita de los artículos 292 y 293 del Código Penal y de infracción a
lo dispuesto en el artículo 295 bis del señalado cuerpo legal.Con relación a los acusados Tomas Ventura CASELLA
SANTOS, Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA y Wellington
SARLI POSE, la parte del Consejo de Defensa del Estado los acusa
como autores de los delitos de secuestro contemplado en el inciso
cuarto del artículo 141 del Código Penal y de asociación ilícita de
los artículos 292 y 293 del señalado cuerpo legal, lo que coincide
con la acusación de oficio.Por último, con relación a los acusados Nelson Edison
HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES, Mario
Enrique CISTERNAS ORELLANA y Gines Emilio ROJAS GOMEZ,
la parte del Consejo de Defensa del Estado los acusa a todos como
autores del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis
del Código Penal, lo que es coincidente con la acusación de oficio
dictada por el Tribunal, pero, además al último de los nombrados lo
acusa como cómplice del delito de secuestro contemplado en el
inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.Con relación a estos últimos, en atención a lo que se
resolverá resulta innecesario emitir un pronunciamiento, por ahora,
respecto de los cargos contemplados en la acusación de oficio y
acusaciones particulares antes señaladas.Respecto de los acusados que han sido acusados
particularmente por delitos que son diferentes a los especificados
en la acusación de oficio, también, se emitirá un pronunciamiento
fundado y se resolverá oportunamente al hacerse cargo el tribunal
de las defensas de los acusados que se encuentran en la situación
antes señalada, que son los siguientes:
Hernan RAMIREZ RURANGE;
Eugenio Adrian COVARRUBIAS VALENZUELA;
Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN;
Raúl Diego LILLO GUTIERREZ;
Arturo Rodrigo SILVA VALDES;
Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ;
Marcelo Arierl SANDOVAL DURAN;
Nelson Williams ROMAN VARGAS; y,
Gines Emilio ROJAS GOMEZ.CENTECIMO TERCERO: Con respecto a la acusación particular
deducida por Luisa SANHUEZA GOMEZ, abogada del Programa
Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior, dicha parte
señala que los hechos que se han reseñado en el auto acusatorio
de oficio configuran los siguientes delitos:
a) infracción al artículo 295 bis del Código Penal;
b) secuestro con homicidio contemplado en el inciso final
del artículo 141 del Código Penal;
c) secuestro, establecido en el inciso 4º del artículo 141
del Código Penal; y,
d) asociación ilícita, establecida en los artículos 292, 293
y 294 del Código Penal.Señala la parte antes mencionada que en cuanto a los
dos primeros delitos, esto es, infracción al artículo 295 bis del
Código Penal y secuestro con homicidio contemplado en el inciso
final del artículo 141 del mismo cuerpo de leyes, procederá a
adherirse a la acusación de oficio dictada por el tribunal.- Con
relación al delito de secuestro establecido en el inciso 4º del artículo
141 de Código Penal señala que los hechos descritos en el auto de
cargos configuran el referido delito ya que BERRIOS fue privado de
su libertad de desplazamiento sin derecho, manteniéndosele
custodiado, primero en Chile, en una habitación ubicada en el
subterráneo del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) y, luego
en Uruguay, en la ciudad de Montevideo, específicamente en el
departamento Nº403 de calle Buxareo Nº1.117 y, por último, en la
localidad de Parque del Plata, en la casa del militar uruguayo
Eduardo RADAELLI COPOLLA, donde fue visto con vida por última
vez; detención o encierro que se mantuvo durante todo el lapso que
va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha en la cual, cesa
la privación de libertad, no por la liberación del secuestrado, sino
por ocasionársele la muerte, trasladándose la figura nuclear de
privación de libertad descrita en el inciso 1º del mencionado artículo
141 al inciso final de dicha norma.Dice que respecto de ese ilícito les cabe participación en
calidad de autores en los términos del artículo 15 Nº1 del Código
Penal a los imputados: Hernán RAMIREZ RURANGE, Manuel Jorge
PROVIS CARRASCO, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ,
Jaime
Fernando
TORRES
GACITUA,
Raúl
Diego
LILLO
GUTIERREZ, Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, Tomas Ventura
CASELLA SANTOS, Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA,
Wellington SARLI POSE, Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN y
Nelson Williams ROMAN VARGAS y a Gines Emilio ROJAS
GOMEZ, como cómplice del mismo delito.También señala que a Hernán RAMIREZ RURANGE,
Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo
Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Gabriel Arturo
Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando
Torres Gacitúa, Tomás Ventura Cassella Santos, Eduardo Ernesto
Radaelli Coppola y Wellington Sarli Pose, los acusa como autores
del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo
292 en relación al artículo 293, ambos del Código Penal, ello por
haber sido jefes y por haber ejercido mando en la asociación ilícita
acreditada en autos.
Finalmente,
acusa
particularmente
a
Pablo
Marcelo
Rodríguez Márquez, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel Antonio
Pérez Santillán, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams
Román Vargas como autores del delito de asociación ilícita descrito
y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294 ambos
del Código Penal, por haber tomado parte en la asociación
acreditada en estos autos.
El Tribunal, en la forma en que lo señala en cada caso, al
hacerse cargo de las defensas de los acusados particularmente
como coautores del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º
del artículo 141 del Código Penal, coincidirá con los hechos y
calificación
jurídica
realizada
por
la
parte
del
Programa
Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior y, por dicha
razón no repetirá los argumentos que han servido de base para
descartar las alegaciones de las defensas.Con relación al delito de asociación ilícita, también el
tribunal
al hacerse cargo de las defensas de los acusados
Rodríguez Márquez, Lillo Gutiérrez, Pérez
Santillán, Sandoval
Durán y Román Vargas ha coincidido con lo señalado por la parte
acusadora del Programa de Continuación de la Ley 19.123 en el
sentido que los referidos acusados no han ostentado las calidades
que indica el artículo 293 del Código Penal, sino que por el contrario
se encuentra suficientemente justificado que han tomado parte en la
asociación y han realizado las conductas descritas en la acusación
de oficio.Asimismo, en lo que dice relación con el delito
señalado anteriormente, el tribunal coincide con la acusadora antes
referida, y así ha quedado de manifiesto al hacerse cargo de las
defensas de cada uno de los acusados que se indicarán a
continuación, en cuanto a la participación de Hernán Ramirez
Rurange, Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando
Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Arturo Rodrigo
Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Ventura
Cassella Santos y Eduardo Ernesto Radaelli Copilla, como autores
del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo
292 en relación al artículo 293 del Código Penal, por haber sido
jefes y por haber ejercido mando en la asociación ilícita acreditada
en autos.Con respecto a la situación de los acusados Enrique
Gabriel Arturo IBARRA CHAMORRO y Wellington SARLI POSE, el
tribunal no aceptará la calificación jurídica realizada por la referida
parte acusadora y, por el contrario, con relación a ellos se deberá
estar a lo razonado y fundamentado al hacerse cargo el tribunal de
sus respectivas defensas.En cuanto a las circunstancias modificatorias de
responsabilidad:
CENTECIMO CUARTO: Que los encausados en sus respectivas
contestaciones
a
la
acusación,
acusaciones
particulares
y
adhesiones a aquella, han alegado, como parte de sus peticiones
subsidiarias, se les reconozca como atenuante de responsabilidad
penal la contemplada en el artículo 103 del Código Penal, esto es,
la media prescripción o prescripción gradual y, al sancionarlos
considerar el hecho como revestido de dos o más circunstancias
atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante, por darse en la
especie las condiciones fácticas requeridas por dicha norma;
CENTECIMO QUINTO: Que, en efecto, contado el plazo de
prescripción de la acción penal desde la fecha de ocurrencia de los
hechos investigados hasta aquella en que esta se suspendió, el
término necesario para considerar la concurrencia de esta
institución jurídica, esto es, la mitad del tiempo que se exige para la
prescripción total, se encontraría cumplido;
CENTECIMO SEXTO: Que, en consecuencia, se dará aplicación a
la antes referida circunstancia de atenuación de la responsabilidad
criminal tanto a favor de quienes la alegaron formalmente como de
aquellos procesados que no lo hicieron, dado que se trata de una
norma de orden público que el juez debe aplicar y que es favorable
a los encausados. La forma de imponer la pena y la incidencia de
esta media prescripción se hará de la manera que más adelante se
señala, toda vez que la propia norma que la contiene le impone al
sentenciador el deber de remitirse a las reglas contempladas en los
artículos 65, 66, 67 y 68 del Código Penal;
CENTECIMO SEPTIMO: Que a los acusados Silva Valdés,
Covarrubias Valenzuela, Provis Carrasco, Rodríguez Márquez,
Torres Gacitúa, Lillo Gutiérrez, Pérez Santillan, Casella Santos,
Radaelli Copolla, Sarli Pose, Sandoval Duran y Roman Vargas, les
favorece la aminorante contemplada en el Artículo 11 Nº6 del
Código Penal, y también les beneficia la prescripción gradual
contemplada en el artículo 103 del señalado cuerpo de leyes.En atención a lo preceptuado en la última disposición
legal citada, el tribunal deberá considerar el hecho como revestido
de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y de
ninguna agravante y aplicar las reglas de los artículos 65, 66, 67 y
68 del Código Penal, para la imposición de la pena.CENTECIMO OCTAVO: Que con respecto al acusado RAMIREZ
RURANGE
no
existen
circunstancias
modificatorias
de
responsabilidad criminal que ponderar a favor o en contra suyo.- Sin
embargo, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 68 y 103 del
Código Penal, el Tribunal impondrá a dicho sentenciado la pena
inferior en un grado al mínimo de lo señalado por la ley en cada uno
de los delitos de que es responsable.CENTECIMO NOVENO: Que la misma rebaja de un grado de las
penas por cada uno de los ilícitos por los que se les han formulado
cargos se efectuará con relación a los acusados Provis, Rodriguez,
Torres Gacitua, Lillo Gutiérrez, Pérez Santillan, Casella Santos,
Radaelli Copolla y Sarli Pose.CENTECIMO DECIMO: Que, con relación a los acusados
Covarrubias Valenzuela, Sandoval Duran y Roman Vargas, el
tribunal hará uso de la facultad contenida en el artículo 68 del
Código Penal en relación con lo dispuesto en el artículo 103 del
mismo cuerpo legal y procederá a imponer a cada uno de estos
acusados la pena inferior en dos grados al mínimo de lo señalado
por la ley.Se funda dicha rebaja, en el primer caso, vale decir,
respecto del acusado Covarrubias Valenzuela en la circunstancia
que cuando se produjo su nombramiento como Director de DINE, ya
se había producido el principio de ejecución de ambos delitos por
los que se le han formulado cargos y, no obstante, haber tenido
participación en ellos, en la forma que se ha reseñado en esta
sentencia, aparece del mérito de autos que por su intermediación se
logró el retorno de Arturo Sanhueza Ros a Chile, el cual
posteriormente,
compareció
ante
la
justicia.-
Dicha
acción,
evidencia el propósito de este acusado de evitar males mayores y
por dicha razón el tribunal, atenuará su sanción.En el caso de los acusados Sandoval Duran y Roman
Vargas, también se impondrá la pena disminuida, por cuanto a
pesar de estar suficientemente acreditada
ambos
ilícitos,
es
necesario
hacer
su participación en
notar
que
ellos
eran
subordinados de uno de los jefes de la asociación delictiva y, no
obstante, como se ha dicho, no representaron las ordenes ilegales
que se les impartieron y tampoco demostraron en autos que no les
haya resultado posible evitarlas o desconocerlas, sin embargo,
dadas las circunstancias imperantes en la época de comisión de los
delitos, resulta que el tribunal deberá ponderar su conducta mirada
desde esa perspectiva y por ello, disminuirá la sanción que
corresponde aplicar.CENTECIMO
DECIMO
PRIMERO:
Que
no
existen
otras
circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal que
ponderar a favor o en contra de los acusados y la pena que les
corresponda a cada uno de ellos se les impondrá en la forma que
señala el artículo 74 del Código Penal, esto es, por cada uno de los
delitos de que se trata.- Lo anterior, por resultar más favorable a los
sentenciados.CENTECIMO
DECIMO
SEGUNDO:
Que
nadie
puede
ser
condenado por delito, sino cuando el tribunal que lo juzgue haya
adquirido, por los medios de prueba legal, la convicción de que
realmente se ha cometido un hecho punible y que en él ha
correspondido al procesado una participación culpable y penada por
la ley.En cuanto a las acciones civiles:
CENTECIMO DECIMO TERCERO:
En el segundo otrosi del
escrito de fojas 12.723 y siguientes, Faviola Alicia Letelier del Solar,
abogado, chilena, soltera, c. i, y R.U.T. Nº 2.595.561-7, domiciliada
en Galvarino Gallardo Nº 1583 Dpto. 902, comuna de Providencia,
Santiago, por si, en este acto viene en deducir e interponer
demanda de indemnización de perjuicios en contra del fisco de
Chile, representado por don Carlos Mackenney Urzua , abogado,
chileno, casado-en su calidad de presidente del Consejo de
Defensa del Estado-, ambos domiciliado en Santiago, calle
Agustinas Nº 1687; y en contra de todas las personas acusadas en
estos autos criminales, por delitos de secuestro, homicidio,
asociación ilícita. Obstrucción a la justicia y desacato, que a
continuación demanda: Arturo Rodrigo Silva Valdés, Eugenio
Covarrubias Valenzuela, Hernán Ramírez Rurange, Manuel Jorge
Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Màrquez, Jaime Fernando Torres
Gacìtua, Raùl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas
Casella Santos, Eduardo radaelli Copilla, Wellington Sarli Pose,
Marcelo Ariel Sandoval Durán, Nelson Williams Roman Vargas,
Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Enrique Ibarra Chamorro,
Nelson Hernández Franco, Erica Silva Morales y Gines Emilio Rojas
Gómez, todos ya individualizados, fundándose en la demanda en
los siguientes antecedentes de hecho y derecho que expone a
continuación:
1.- Antecedentes generales
Dice que el 21 de septiembre de 1976, funcionarios del
Ejército de Chile, que actuaron como agentes de la DINA y
personas civiles que se encontraban a su servicio, asesinaron en
Washington D.C. a su hermano don Orlando Letelier del Solar, ex
Ministro de Defensa y ex Canciller de la República de Chile y a
Ronny Moffit, ciudadana Norteamericana con la cual trabajaba. Este
hecho criminal que fue organizado como un atentado terrorista
corresponde a un delito de lesa humanidad, que fue cometido en la
capital de los Estados Unidos de América por agentes del estado
de Chile. No obstante la condena impuesta por la justicia Chilena al
General Manuel Contreras Sepúlveda y al Coronel Pedro Espinoza
Bravo, como autores de este delito, sería una ignominia que
permanezca impune y sin esclarecer este atentado terrorista en
aspectos esenciales, como es la necesaria identificación y sanción
de todos los responsables del crimen. Que se identifique las
personas que dieron la orden criminal y se determine a los otros
agentes que contribuyeron y ayudaron a consumar y participaron en
esta gravísima violación de derechos humanos.
Señala que es un hecho muy importante, acreditado en
éste sumario que la investigación del crimen de Orlando Letelier del
Solar, sustanciada en los autos Rol Nº 1-91 de la Excma. Corte
Suprema, fue entorpecida, obstruida con desacato de la autoridad
judicial, por actuaciones ilícitas de funcionarios militares, que
siguiendo ordenes de quienes detentaban en la época el mando
superior del Ejército de Chile, actuaron desviándose de sus
funciones propias, para lograr finalidades criminales y frustrar la
acción de la justicia. Dice que los acusados de este proceso
sustrajeron del alcance de la justicia al principal testigo del caso
“Letelier”. Con medios estatales y recursos económicos cuantiosos
secuestraron al testigo en el país, manteniéndolo oculto en
dependencias militares. Luego lo sacaron del territorio nacional y
finalmente cuando el testigo se refugio en una comisaría policial en
Uruguay manifestando que quería regresar a Chile para declarar en
el caso Letelier, fue callado para siempre. El testigo fue asesinado,
sus restos inhumados ilegalmente y ocultados.
2.- hechos establecidos en el sumario criminal que
fundamentan la demanda civil indemnizatoria.
En el sumario criminal rol Nº 7981 se consignaron
antecedentes probatorios que permiten dar por establecido
legalmente que en el proceso criminal rol Nº 1-91 sobre homicidio
calificado de don Orlando Letelier del Solar, instruido por el señor
Ministro de la Corte Suprema de Chile don Adolfo Bañados Cuadra,
se ordeno en varias oportunidades la citación y comparecencia de
Eugenio Berrios, apodado “Hermes”, siendo la última de ellas con
fecha 2 de octubre de 1981, a fin de que prestara declaración al
tenor de lo expuesto por la ex Secretaria de Michael Townley,
Alejandra Damián Serrano a fojas 3.066 del proceso aludido, en la
cual se indica a Berrios como colaborador de su jefe Michael
Townley en el proyecto químico “ANDREA” relacionado con la
elaboración de gas “Sarin”, para la eliminación de personas, y que
según ella presumía, fue utilizado para asesinar al diplomático
español Carmelio Soria y a un Notario o Conservador de Bienes
Raíces.
Luego de escribir las circunstancias que se produjeron
para sacar del país al nombrado Berrios, mantenerlo sometido a
vigilancia en Uruguay y posteriormente darle muerte para evitar su
comparecencia ante la justicia de Chile, señala que dichos hechos
que se encuentran debidamente comprobados en la causa criminal
antes referida y donde aparece establecido que los funcionarios del
estado que asesinaron al testigo clave del caso Letelier, causaron
un daño material y moral enorme a los querellantes y familiares
directo de Orlando Letelier, y provocaron un resultado maligno de
impunidad que daña a la sociedad y en forma directa provoco un
perjuicio material y daño moral a esta querellante y demandante,
que el tribunal puede mitigar condenando a los autores, cómplices y
encubridores de estos delitos al pago de la reparación e
indemnizaciones de vidas por el perjuicio causado.
3.- El deber jurídico del estado de indemnizar.
De conformidad con la Constitución, Leyes de la
República de Chile, los principios generales y las normas
convencionales y consuetudinarias del derecho Internacional, el
Fisco de Chile que representa al estado e instituciones de la
república de Chile, los acusados y demandados en estos autos, se
encuentran obligados al resarcimiento de los daños y perjuicios
ocasionados, en virtud del principio de la responsabilidad legal o
extra contractual objetiva.
En primer término dice que los artículos sexto y
séptimo de la Constitución Política establecen el principio de
legalidad y de responsabilidad del Estado señalando que sus
órganos deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ellas. Los órganos del Estado actúan
válidamente si lo hacen dentro de su competencia y en la forma que
se prescribe en la ley, sin que puedan atribuirse más autoridad que
en las que expresamente se les haya conferido constitucional y
legalmente, estableciéndose que toda infracción yo contravención a
ella originara las responsabilidades que señale la ley.
Las
otras
normas
de
rango
constitucional
que
especifican esta responsabilidad legal se encuentran contempladas
en los artículos primero inciso cuarto, cuarto y quinto inciso
segundo, en relación con los artículos diecinueve Nº 20 y 24, y en el
artículo 38 inciso 2º de la misma Constitución.
La responsabilidad extra contractual del estado se
traduce en la búsqueda de soluciones tendientes a otorgar al
ciudadano una adecuada protección legal frente a los daños
sufridos a su persona o propiedad derivado de la actividad jurídica y
material de la administración y del estado en general.
Agrega que la responsabilidad extracontractual del
Estado es por su naturaleza de derecho público y constituye una
obligación jurídica de derecho público internacional, muy distinta a
los que se conoce como responsabilidad subjetiva que se encuentra
regulada en el Código Civil y que se ventila en sede privada, ya que
esta última es la que regula las relaciones patrimoniales entre
particulares. Como además, la responsabilidad objetiva prescinde
en absoluto de la conducta del sujeto, de su culpabilidad, en ella se
atiende única y exclusivamente al daño producido, bastando éste
para que su autor sea considerado responsable. Cualquiera allá
sido su conducta. No es relevante que allá existido culpa o dolo de
parte de la gente.
En efecto, la directa imputabilidad generada entre los
actos de los militares causante de un daño al interés y derechos
legítimos de la persona de la querellante y demandante de autos, y
la responsabilidad que de ella se deriva, se aplica conforme a lo que
en doctrina se denomina teoría del órgano, según la cual existe un
vinculo directo entre el poder público y los administrados, en el cual
no intermedia la persona del funcionario o agente interviniente
(Militares en actividad en este caso) cuya actuación no es a título
personal sino institucional, comprometiendo al órgano estatal del
que forma parte.
En consecuencia, el demandado Fisco de Chile debe
pagar a la demandante doña Faviola Alicia Letelier del Solar a título
de indemnización de perjuicios por concepto de daño moral la suma
de $ 600.000.000 (seiscientos millones de pesos), o la suma que el
tribunal estime ajustada a derecho y equidad. Asimismo, debe
pagar el monto de la indemnización respectiva, reajustado y
generara intereses desde la fecha de la sentencia que la establezca
y hasta el pago efectivo y total de la misma, más las costas de la
causa.
Los restantes demandados deben pagar cada uno de
ellos a la demandante antes mencionada a título de indemnización
de perjuicios por concepto de daño moral-la suma de $ 20.000.000
(veinte millones de pesos), cada uno, es decir en forma conjunta
deberán pagar la suma total de $ 480.000.000 (cuatrocientos
ochenta millones de pesos), o las sumas que el tribunal estime
ajustadas a derecho y equidad, las que se reajustaran y generaran
intereses desde la fecha de la sentencia que las establezcas y
hasta el pago efectivo y total de las mismas, más las costas de la
causa.
CENTECIMO DECIMO CUARTO: En el primer otrosi del escrito de
fojas 12.766 y siguientes, Gladys Erika Schmeisser Arriagada,
chilena, viuda, de profesión Relacionadora Pública, domiciliada en
Av. Américo Vespucio Sur Nº 1919, Dpto. 104-B, comuna de Las
Condes, asistida por su abogado doña Claudia Moya Urtubia, ya
individualizada en autos, la primera, victima de los delitos por los
cuales el tribunal a acusado a los procesados por los delitos de
secuestro, homicidio y otros, en la causa rol Nº 7981.
Dice que con arreglo a lo dispuesto en el artículo 428 del
Código de procedimiento Penal, deduce demanda civil de
indemnización de perjuicios
en contra de los acusados, ya
individualizados en autos, y en contra del Fisco de Chile, persona
jurídica de derecho público, cuyo representante legal, para estos
efectos es el presidente del Consejo de Defensa del Estado, don
Carlos Mackenney Úrzua, abogado, ambos domiciliados en
Agustinas Nº 1687, primer piso, comuna y ciudad de Santiago, por
las razones de hechos y derecho que pasa a expresar:
Los hechos se explicitan latamente en la demanda y en
síntesis, ellos dicen relación con el egreso del país del ex químico
de la DINA Eugenio Berrios Sagredo, quién previamente, fue
mantenido en dependencias de un cuartel militar y luego abandono
el territorio nacional por el paso fronterizo de Monte Aymond, Punta
Arenas, para finalmente llegar a su destino en Montevideo,
Uruguay, donde vivió sujeto a vigilancia, hasta que fuera rescatado
de una comisaría policial a donde había ido a pedir ayuda, ubicada
en el balneario de Parque del Plata y posteriormente se le dio
muerte, ocultando su cadáver en una playa cercana.
Con relación al derecho, la obligación de indemnizar
fluye del hecho que Eugenio Berrios Sagredo fue victima de la
organización ilícita formada por agentes del estado y por ellos es
mantenido fuera del ámbito de acción de la justicia Chilena,
secuestrado y posteriormente asesinado, con un solo objetivo,
obstruir la justicia.
Conforme lo establece el artículo 2314 del Código Civil,
el que ha cometido un delito que ha inferido daño a otro es obligado
a la indemnización y por otra parte, el artículo 10 del Código de
Procedimiento Penal, expresa que en el proceso penal podrán
deducirse también, con arreglo a las prescripciones de éste Código,
las acciones civiles que tengan por objeto reparar los efectos civiles
del hecho punible, como son, entre otras, las que perciban la
restitución de la cosa o su valor, o la indemnización de los perjuicios
causados.
Con relación a la naturaleza del daño producido,
expresa la actora, que no cabe duda que los hechos reseñados y
que se encuentran acreditados en el proceso, han producido en ella
una secuela de daños, los que permanecerán de por vida, y por
tanto, generan un daño moral que debe ser resarcido.
El daño moral según la jurisprudencia de nuestros
tribunales, es de identidad subjetiva y sicológica, y se verifica
cuando un hecho externo afecta la integridad física o moral de una
persona con la cual se tiene lazos que crean serios vínculos de
afecto (revista de derecho y jurisprudencia, tomo XLV, sección
primera, página 526).
El daño moral es de índole netamente subjetiva y su
fundamento se encuentra en la propia naturaleza afectiva del ser
humano, y por tanto, tal daño se produce cada vez que un hecho
afecta la integridad física o moral de un individuo.
Dice que el daño sufrido por ella tiene justamente la
naturaleza descrita. Se trata de una aflicción pesar, dolor, angustia,
desamparo que ha afectado seriamente su salud sicológica y
siquiátrica, todo como consecuencia directa del secuestro y
posterior homicidio de su marido, todos actos perpetrados por
agentes del Estado de Chile y en los cuales le ha cabido
participación a los demandados, quienes tienen el deber legal de
indemnizar los perjuicios, en primer término, los acusados, puesto
que el artículo 2214 del Código Civil establece que el que a
cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización y, a su vez, el artículo 2317 del mismo
cuerpo legal, expresa que si este delito o cuasidelito a sido
cometido por dos o más personas, cada una de ellas será
solidariamente responsable de todo perjuicio proveniente del mismo
delito o cuasidelito.
En segundo término, la responsabilidad del estado de
Chile, de indemnizar los perjuicios morales sufridos con ocasión de
los hechos ya señalados, tienen su fundamento en la Constitución
Política y en la Ley Orgánica Constitucional de bases de la
administración del estado y, dicha responsabilidad fluye de la falta
de servicio en que incurrió al no controlar el actuar irregular de sus
órganos y, tal responsabilidad es una especie de responsabilidad
“Vicaria”, en virtud de la cual el estado y las municipalidades
responden personal y directamente, sin consideración al cuidado
aplicado respecto de la actuación de los funcionarios. Sin necesidad
que exista culpa o falta por parte del agente, lo cual es lógico, ya
que indudablemente una violación de derechos humanos, como es
el caso, por su propia naturaleza supone dolo o la menos culpa
estatal. Lo realmente determinante es la debida diligencia para
evitar la violación de tales derechos.
En
síntesis
señala,
que
para
que
proceda
la
responsabilidad del estado es menester que se cumplan ciertos y
determinados requisitos:
El primero de ellos es la existencia de una lesión, estos
es, un daño antijurídico, producido como consecuencia de una
acción u omisión realizada por un órgano del estado en el ejercicio
de sus funciones, en cuanto el sujeto no tiene la obligación de
soportarlo.
En segundo lugar, debe existir una relación de
causalidad, estos es, un fenómeno jurídico consistente en la
atribución de un sujeto determinado del deber de reparar un daño,
sobre la base de la relación existente entre aquel y éste.
De los hechos que constan en el proceso, queda de
manifiesto que los agentes del estado se encontraban en ejercicio
de sus funciones y actuaron en la comisión de los ilícitos con fondos
del mismo, y por tanto, se da justamente la relación causal
solicitada.
Finalmente solicita se condene a todos los acusados a
pagar solidariamente la suma de $ 500.000.000 por concepto de
indemnización de los perjuicios ocasionados en razón de los delitos
cometidos por estos o las sumas que estime el tribunal de justicia,
con reajustes e intereses, desde la fecha de la sentencia que la
establezca y hasta el pago efectivo y total de las mismas.
Por
otra
parte se condene
al
Fisco de
Chile,
representado legalmente por el presidente del Consejo de Defensa
del Estado, ambos ya individualizados en autos, a pagar la suma de
1.000.000.000, por concepto de indemnización de los perjuicios
ocasionados en razón de los delitos cometidos por sus agentes y
por la falta de servicio descrita y probada en autos o la suma que el
tribunal determine de justicia, con reajustes e intereses, desde la
fecha de la sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y
total de las mismas.
Por último los demandados deberán pagar las costas de
la causa.
CENTECIMO DECIMO QUINTO: Que en primer otrosí del escrito
de fojas 12.807 y siguientes el abogado Sr. Thomas EHRENFELD
IVANYI, domiciliado en Matias Counsiño Nº82, oficina 903,
Santiago, en la representación que inviste, como apoderado según
se acreditará de los sucesores de la persona el querellante don
Gonzalo BERRIOS SAGREDO, padre de Eugenio BERRIOS
SAGREDO, ya individualizados en autos, don Guillermo Manuel
BERRIOS PAILLAMAR, odontólogo, domiciliado en Bueras Nº330,
Rancagua, doña Maria Eugenia BERRIOS ALCAINO, pensionada,
domiciliada en Gonzalez Malbran Nº4455, Santiago, doña Maria
Isabel VEGA BERRIOS, labores de hogar, domiciliada en Noruega
Nº695, departamento 804, Santiago, don Manuel SAGREDO PEÑA,
pensionado, domiciliado en Lontananza Nº635, Las Condes,
Santiago, y, doña Gladys Erika SCHMEISSER ARRIAGADA,
relacionadora pública, domiciliada en Américo Vespucio Sur
Nº1.919, departamento 104 B, Las Condes, Santiago, y de
conformidad con lo establecido en los artículos 10 inciso 2º, 425,
428, 432 y demás pertinentes del Código de Procedimiento Penal,
artículo 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, y
demás
normas
legales
correspondientes,
demanda
de
indemnización de daños y perjuicios al Fisco de Chile, representado
legalmente por el abogado don Carlos MACKENNEY URZUA, en su
calidad de Presidente del Consejo de Defensa del Estado, ambos
domiciliados en Agustinas Nº1.687, Santiago.Funda su acción, en el hecho que dentro del proceso por
el homicidio de Orlando Letelier del Solar se despachó una orden
de detención en contra de Eugenio Berrios Sagredo, químico de la
DINA, con fecha 08 de noviembre de 1991 por rebeldía en concurrir
a la citación del tribunal respectivo para prestar declaración.
Con el fin de evitar dicha comparecencia, fue retenido en
dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), para
luego sacarlo del país, con rumbo a Argentina, por el sur de Chile.
Desde allí lo trasladaron a Buenos Aires y finalmente a Uruguay,
donde se le mantuvo bajo custodia de militares chilenos y
uruguayos.
Señala que la última fecha en que se le vió con vida a
Eugenio Berrios Sagredo fue el día 15 de noviembre de 1992,
encontrándose sus restos el día 13 de abril de 1995 semienterrados
en una aislada playa en Uruguay.
Manifiesta que como consecuencia directa del secuestro
y homicidio de Eugenio BERRIOS SAGREDO por parte de los
agentes del Estado de Chile, su padre don Gonzalo BERRIOS
SAGREDO sufrió un profundo daño irreparable de índole subjetivo,
el que no necesita prueba por tratarse de daños morales
provocados a los parientes más próximos, presumiéndose el
perjuicio por la muerte del hijo y tratándose de
una víctima de
agentes estatales, el derecho y la equidad obligan a indemnizar los
daños morales sufridos, a prorrata de los derechos hereditarios que
los corresponden a cada uno de los demandantes.Por último, señala que demanda al Fisco de Chile al pago
de una suma única y total de seiscientos millones de pesos
($600.000.000.) por el daño moral, ocasionado por el accionar ilícito
de agentes estatales que secuestraron y asesinaron al hijo de don
Gonzalo BERRIOS SAGREDO, más reajustes e intereses hasta la
fecha del pago.En cuanto a las contestaciones a las demandas
civiles:
CENTECIMO DECIMO SEXTO: Que, a fojas 12978 y siguientes la
Sra. MARIA TERESA MUÑOZ ORTUZAR, Abogado Procurador
Fiscal de Santiago del Consejo de Defensa del Estado por el Fisco
de Chile, persona jurídica de derecho público, ya individualizada,
procede a contestar la demanda civil deducida en autos por doña
Gladys
Schmeisser Arriagada. Esta última, en su calidad de
cónyuge de la víctima del delito materia de autos, deduce demanda
en contra del Fisco, con el objeto que sea condenado a pagarle una
indemnización por daño moral ascendente a $1.000.000.000.-(mil
millones de pesos) con reajustes e intereses desde la fecha de la
sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y total de las
mismas, con costas.
Funda su demanda en el hecho que, en el año 1991,don
Eugenio Berríos Sagredo, químico de la DINA, fue retenido en
dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), para
luego, en el mes de octubre de ese año sacarlo del país con rumbo
a Argentina, por el sur de Chile. Desde allí lo trasladaron a Buenos
Aires y finalmente a Uruguay. El objeto de tal operación consistía en
mantenerlo fuera del alcance de la justicia chilena por encontrarse
comprometido en procesos por violaciones a los Derechos
Humanos. Para tal efecto, se le mantuvo bajo custodia de militares
chilenos y uruguayos.
Señala
que
la
última
fecha
en
que
se
vio
indubitadamente con vida a Eugenio Berríos Sagredo fue el día 15
de noviembre de 1992, encontrándose sus restos el día 13 de abril
de 1995 en Uruguay.
Finalmente, señala la demandante que, con el fin de
mantenerla vigilada y controlada, mediante engaño, mantuvo una
relación sentimental con Raúl Lillo Gutiérrez, quien en realidad era
un funcionario de la DINE. Dicha relación se mantuvo desde el año
1993 a 1999.
Señala que de conformidad a lo previsto en el inciso final
del artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, opone, en primer
término, la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, para
el conocimiento de la demanda civil interpuesta contra el fisco.
Como cuestión preliminar dice que, en nuestra legislación,
sólo excepcionalmente en los procesos criminales pueden incoarse
y fallarse acciones de naturaleza civil, de manera que, como se
trata de una facultad excepcional, debe ser interpretada y aplicada
de modo restrictivo.
Agrega que, por aplicación del precepto legal antes
señalado, las condiciones en que debe desenvolverse la acción
civil, para que sea de competencia del juez del crimen, son las
siguientes:
a) La acción civil debe fundarse en los perjuicios
patrimoniales causados directa e inmediatamente por las propias
conductas de los procesados o que sean consecuencias próximas o
directas de aquellas.
b) El juzgamiento de la pretensión civil del actor no puede
extenderse de ninguna manera a extremos ajenos “a las conductas
que constituyen el hecho punible”.
c) El hecho punible es la visión procesal penal o adjetiva de
la tipicidad penal.
e) La tipicidad penal es la causada por los agentes
delictuales.
En síntesis, el juez del crimen carece de competencia para
conocer de acciones civiles indemnizatorias o reparatorias que
proceden de hechos distintos de los propios que causaron la
tipicidad o que tengan causas de pedir ajenas al objeto del proceso
penal.
También manifiesta que si se observan los fundamentos
de la demanda civil dirigida en contra del Fisco, ésta invoca como
derecho sustantivo los artículos 6, 7 y 38 inciso 2° de la
Constitución Política, y artículos 4 y 42 del DFL N° 1/19653 que fija
el texto refundido, coordinado y sistematizado de la ley N° 18.575
Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración
del Estado. Como puede notarse de dichas normas y de algunos
párrafos de la demanda, pretende arrastrarse al Estado a este
proceso, sobre la base de un sistema de responsabilidad objetiva,
donde “El Estado y las Municipalidades responden personal y
directamente, sin consideración al cuidado aplicado respecto de la
actuación de los funcionarios”, como expresamente se indica en el
libelo.
De ello aparece que, para resolver la procedencia de
acoger o rechazar la acción civil deducida en este proceso en
contra del Fisco, no deberá el tribunal decidir sobre la base del
juzgamiento de “las mismas conductas que constituyen el hecho
punible objeto del proceso penal”, por el contrario, la supuesta
responsabilidad indemnizatoria del Fisco deberá buscarse en
extremos ajenos al comportamiento de los autores o cómplices, por
lo que el juzgamiento debe necesariamente extenderse a hechos
distintos a los propios de la norma citada, artículo 10 del Código de
Procedimiento Penal, excediéndose con creces la limitación
impuesta por el legislador. Dice que ello es especialmente notorio
en el presente caso, dado que se ha demandado al Fisco de Chile
por falta de servicio, lo cual no constituye
la misma conducta
constitutiva del hecho punible.
De lo expuesto, fluye que los fundamentos de la acción
civil intentada han de ser enjuiciados en sede civil, exclusivamente,
y una conclusión en sentido contrario, implicaría extender el ámbito
de competencia fuera de los límites trazados por el legislador.-
Señala que esta incompetencia absoluta no sólo se
desprende del texto legal, sino que también ha sido reconocida
judicialmente por la Excma. Corte Suprema en numerosos fallos, tal
como el recaído en los autos Rol I.C.S. N°6188-2006, seguidos
contra Freddy Ruiz Bunger y otros.
Además, la demanda de responsabilidad civil en contra
del Fisco debe ser sometida al Juicio de Hacienda, tal como lo
señalan los artículos 748 al 752 del Código de Procedimiento Civil y
cuyo conocimiento corresponde a un Juzgado Civil de Comuna
Asiento de Corte.
En subsidio de lo anterior, el Fisco de Chile opone la
excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de
perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2332 del Código
Civil, solicitando que, por encontrarse prescrita ésta, debe
rechazarse la demanda en todas sus partes, con costas.
El plazo de prescripción de 4 años, en este caso,
comienza a computarse desde las últimas noticias de la víctima,
esto es, el 15 de noviembre de 1992. Siendo así, el plazo extintivo
se encontraba largamente cumplido a la época de notificación de la
demanda, en noviembre del año 2008.Asimismo, se hace notar que
el propio artículo 41 del Código de Procedimiento Penal hace
aplicable a la acción civil incoada en el juicio criminal el plazo
contemplado en el artículo 2332 del Código Civil.
En este caso, habiéndose practicado la notificación
recién el día 24 de noviembre de 2008, no cabe duda que la acción
de autos deberá ser desechada por cuanto, como se explicó, se
extinguió mucho antes de la notificación a su parte.
En subsidio, y para el evento que el tribunal estimare
que la disposición contenida en el citado artículo 2332 no es
aplicable a este caso, opone la excepción de prescripción ordinaria
de aplicación general prevista en el artículo 2515 del Código Civil
que establece un plazo de 5 años desde que la obligación se hizo
exigible, por lo cual su eventual aplicación deberá conducir de igual
modo al rechazo de la demanda.
Agrega, además, esta parte que la acción civil ejercida no
es imprescriptible.- Señala que la prescripción es una institución
universal y de orden público. Las normas del Título XLII del Código
Civil, que la consagran y, en especial, las de su Párrafo I,son de
aplicación general a todas las áreas del derecho y no sólo al
derecho privado como lo sostiene el actor.
Entre dichas
disposiciones se encuentra el artículo 2497, que ordena aplicar las
normas de la prescripción a favor y en contra del Estado sin
distinción alguna. Dice que la prescriptibilidad, más que una
institución constituye un principio general del derecho que
resguarda un valor fundamental para el funcionamiento de la
sociedad: La seguridad y la certeza jurídica. Por ello, su aplicación a
las más variadas relaciones jurídicas resulta ser la regla general.
La imprescriptibilidad, en cambio, es siempre excepcional
y requiere siempre de una declaración explicita que en el caso de
autos, simplemente no existe. Desde hace mucho tiempo la
jurisprudencia ha establecido en forma clara que “para que un
derecho personal y de contenido patrimonial sea imprescriptible, es
necesario que exista en nuestra legislación disposiciones que
establezcan su imprescriptibilidad”.
A continuación esta parte enuncia numerosos fallos de la
Excma. Corte Suprema donde se explicita la referida tesis, así como
la doctrina sobre la prescripción coincidente con su argumentación.
Señala luego que, no obstante haber quedado establecido
que la acción interpuesta está prescrita, en subsidio, alega la
inexistencia de un régimen especial de responsabilidad del Estado
en los términos expuestos en la demanda. Agrega ,que la mención
hecha por el actor al artículo 38 de la Carta Fundamental, no resulta
valedera, dado que dicho precepto constitucional no es una norma
sustantiva destinada a regular la responsabilidad del Estado, sino
que está destinada a entregar la competencia para conocer los
asuntos contenciosos administrativos,”a los tribunales que señale la
ley”.
No es admisible entonces pretender que dicha norma
eliminaría el elemento subjetivo inherente a la obligación de
indemnizar, para reemplazarlo por la mera relación de causalidad
material entre el daño y la actividad de la administración, como
sostiene el actor. Manifiesta que tal planteamiento resulta
absolutamente arbitrario y errado, ya que la norma en cuestión nada
dice sobre la naturaleza objetiva o subjetiva de la responsabilidad.
Por último, en lo que dice relación con este tema es
necesario precisar que el derecho común en materia de
responsabilidad extracontractual se encuentra contenido en el
Código
Civil,
título
XXXV,
denominado
“De
los
delitos
y
cuasidelitos”, artículos 2314 y siguientes. De acuerdo a esas
normas la responsabilidad extracontractual es de carácter subjetiva,
lo cual guarda relación con el artículo 42 del DFL N° 1/19653, que
contiene un sistema de responsabilidad subjetiva fundado en la falta
de servicio.
En este caso, se trataría de una acción indemnizatoria
destinada a hacer efectiva la responsabilidad patrimonial del Estado
conforme al mencionado título XXXV del Libro IV del Código Civil y
para que ella opere se requiere que el acto u omisión dañoso haya
sido ejecutado por alguno de los órganos en los que reside la
voluntad del Estado, que estos órganos hayan actuado dentro del
ejercicio de sus funciones y que lo hayan hecho con culpa o dolo.
En conclusión, no existe un régimen de responsabilidad
extracontractual del Estado de carácter objetiva como lo pretende la
demandante, y en este caso, especialmente le son aplicables
directamente la normativa contenida en el Código Civil.
En subsidio de las alegaciones precedentes, la defensa
fiscal controvierte la procedencia de los daños, señalando, en
primer término, en cuanto a la fijación de la indemnización por daño
moral que el monto de la reparación depende de la extensión del
daño y no de la gravedad del hecho. La reparación no es una pena,
es el resarcimiento del daño causado y debe ser completa. Esto no
se lograría si su monto dependiera de esa culpabilidad, puesto que
entonces podría ser mayor o menor que el daño. Tampoco resulta
procedente acudir a la capacidad económica del demandante y/o
del demandado como elemento para fijar la cuantía de la
indemnización, pues, como se ha dicho, el juez sólo está obligado a
atenerse a la extensión del daño sufrido por la víctima, en la cual no
tienen influencia estas capacidades. Sólo en casos excepcionales,
indicados en la ley, no se sigue este principio, como por ejemplo
con la reducción que contempla el artículo 2330 del Código Civil en
caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al daño.
También señala la defensa fiscal que el daño moral no se
presume, por lo que cada uno de los perjuicios alegados debe ser
acreditado en el juicio con arreglo a la ley, por lo que la extensión
de cada daño y el monto de cada indemnización pretendida
deberán ser justificadas íntegramente. Cabe advertir que no
corresponde asumir “per se” la presencia de un dolor o aflicción
constitutivo de daño moral o su magnitud, por el solo hecho de
existir un vínculo de parentesco entre la víctima del hecho y el
demandante. Como no existe en nuestra legislación normas
especiales sobre la acreditación del daño moral, rigen al respecto
las reglas generales.
Por último, señala esta parte, que la cantidad demandada
excede cualquier valor satisfactivo propio del daño moral y cae de
lleno en el área del lucro, debiendo tenerse presente lo expuesto
por el profesor don Arturo Alessandri Rodríguez a propósito del
daño moral: “en todo caso, el juez al avaluar este daño, debe
proceder con prudencia, tanto para evitar los abusos a que esta
reparación puede dar origen, cuanto para impedir que se transforme
en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien lo demanda”.
Por tanto, en virtud de lo antes expuesto solicita tener por
contestadas las demandas y en definitiva:
1.- Acogerla excepción de incompetencia absoluta,
declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia
respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco,con
costas.
2.-
En subsidio, acoger la excepción de prescripción
extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando
lugar a la demanda en todas sus partes, con costas.
3.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de
no concurrir los elementos que se requieren para que el Fisco sea
considerado responsable, con costas.
4.- En subsidio, en el evento que los perjuicios no fueren
legalmente acreditados, negar lugar a la demanda íntegramente,
con costas.
5.- En subsidio, en el evento que la demanda sea acogida,
reducir ostensiblemente el monto de la indemnización conforme a
los argumentos expuesto y, en todo caso, sin reajustes y eximiendo
de costas al Fisco.
CENTECIMO DECIMO SEPTIMO: Que, el Fisco de Chile contesta
la demanda civil deducida por don Thomás Ehrenfeld Ivanyi, en
representación de la sucesión de don Gonzalo Berrios Sagredo,
padre de la víctima del delito materia de autos y dice que de
conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 10 del Código
de Procedimiento Penal, opone en primer término la excepción de
incompetencia absoluta del tribunal, para el conocimiento de la
demanda civil de indemnización de perjuicios interpuesta contra el
Fisco. Como cuestión preliminar incumbe señalar que, en nuestra
legislación, sólo excepcionalmente en los procesos criminales
pueden incoarse y fallarse acciones de naturaleza civil, de manera
que, como se trata de una facultad excepcional, debe ser aplicada
de modo restrictivo.
A continuación, dicha parte expone sus argumentos sobre
este tema y que dicen relación con el artículo 10 del Código de
Procedimiento Penal y su correcta aplicación al caso, los cuales han
sido desarrollados latamente en los fundamentos anteriores y por tal
razón no se enunciarán nuevamente.
También se señala por el Fisco que la demanda de
responsabilidad civil en contra del Fisco debe ser sometida al Juicio
de Hacienda, cuyo conocimiento corresponde a un Juzgado Civil de
Comuna Asiento de Corte.
Por otra parte y en subsidio de lo anterior, la defensa
opone la excepción de fondo de falta de legitimación activa de los
integrantes de la sucesión de Gonzalo Berrios Sagredo para
demandar al Fisco de Chile y para ello se basa en primer término
,en el hecho que no existiría reserva de acciones civiles en contra
del Fisco de Chile, dado que en el texto petitorio del escrito de
querella (fojas 2659) se lee la solicitud de que se condene a los
procesados al máximo de las penas que establece la ley para estos
ilícitos, indemnizaciones civiles según demanda que oportunamente
deducirá, con costas. De ello se desprende que la reserva de
acciones dice relación con los responsables penalmente en este
proceso y no respecto de terceros a éste -he aquí otro fundamento
para la declaración de incompetencia-, como es el Fisco de Chile.
En definitiva, manifiesta que no existe en relación a esta
defensa, ninguna reserva de demanda civil ni siquiera “en germen”,
por lo que menos cabría alguna especie de transmisibilidad.
Luego, señala la improcedencia de la sucesión de Gonzalo
Berrios Sagredo para reclamar daño moral en esta causa, puesto
que la referida pretensión indemnizatoria importa y lleva implícito el
ejercicio de la acción en cuanto continuadores legales del causante.
Es decir, la demandante entiende incorporado a su patrimonio, por
sucesión por causa de muerte, el derecho personalísimo que
correspondía exclusivamente al causante, para demandar los
supuestos perjuicios morales que le habría producido a él la muerte
de Eugenio Berrios. Sin embargo, ello no es así, ya que el derecho
a solicitar la reparación del daño moral, por ser un derecho de
carácter personalísimo es intransmisible.
Agrega que, por otra parte, la finalidad meramente
satisfactiva que se persigue con su reparación no se puede cumplir
en tanto cuanto se indemnice a quien no padeció el sufrimiento,
aunque tal persona tenga la condición de heredero del causante.
Los herederos son continuadores de la personalidad patrimonial del
causante y no de su personalidad o atributos morales. Por sucesión
por causa de muerte sólo se adquieren los derechos transmisibles
del causante, por lo que este derecho a solicitar el daño moral no se
ha transmitido.
Señala que la indemnización por daño moral persigue
mitigar o atenuar o dar una satisfacción económica a quien sufrió
directamente el perjuicio moral para restringir de alguna forma el
detrimento en sus derechos extrapatrimioniales y esa finalidad no
se logra pagándola a terceros, aún si son herederos del afectado ya
que no sufrieron daño.- Los derechos deben ser ejercidos en
función de su finalidad. No hacerlo importa un abuso del derecho.
También al contestar la referida demanda la parte del
Fisco de Chile, en forma subsidiaria de lo anterior, viene en oponer
la excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de
perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2332 del Código
Civil, solicitando que, por encontrarse prescrita ésta, debe
rechazarse la demanda en todas sus partes, con costas.
Sobre esta materia y sobre la imprescriptibilidad de la
acción civil ejercitada por los actores antes mencionados, la parte
del Fisco se explayó largamente y este tribunal, en los fundamentos
anteriores dejó una completa constancia de dicha exposición,
teniéndola
por
completamente
reproducida
por
razones
de
economía procesal. También se tendrán por reproducidas las
alegaciones efectuadas por esta parte y que dicen relación con el
cómputo del plazo de prescripción.
Luego, la parte antes aludida señala la improcedencia de
la demanda respecto de doña Gladys Erika Schmeisser Arriagada,
puesto
que
ella ha
demandado
por
el
daño
moral
que
personalmente habría sufrido con la muerte de su cónyuge, don
Eugenio Berrios Sagredo y que corresponde a los mismos hechos
que motivan la demanda que por este acto se contesta.
En efecto, por medio de la demanda deducida en
virtud de la querella de don Gonzalo Berrios Sagredo, se persigue,
respecto de la viuda de la víctima, obtener una doble indemnización
lo que excede cualquier valor satisfactivo propio del daño moral y
cae de lleno en el área del lucro.
Agrega que al respecto el profesor señor Enrique
Barros
Bourie
en
su
“Tratado
de
la
Responsabilidad
Extracontractual”, señala, tratándose de los problemas que plantea
aceptar la transmisibilidad del daño moral es que se llega al
inconveniente de aceptar dos acciones concurrentes y distintas en
caso de una muerte: la que reconoce el daño moral del causante
(que el demandante señala haberse transmitido) y la del daño
personalmente sufrido por las personas más cercanas a la víctima
fallecida, debiendo elegirse la segunda, negando lugar a la
transmisión.
En subsidio de lo anteriormente expresado, alega la
inexistencia de un régimen especial de responsabilidad del Estado
en los términos contenidos en la demanda y también controvierte la
procedencia de los daños. Las razones que justifican y los
argumentos proporcionados por esta parte, ya han sido explicitados
en los fundamentos anteriores al haberse referido este tribunal a la
contestación de la demanda civil interpuesta por doña Gladys
Schmeisser Arriagada, que fuera realizada por la parte del Fisco de
Chile y para evitar su repetición se tienen por reproducidos en este
acto.
Con relación al pago de reajustes e intereses pedido, dice
que los actores han solicitado que se acoja su pretensión
indemnizatoria “más reajustes e intereses desde la notificación de
esta demanda. Dice que aún en el caso que la demanda sea
acogida, el tribunal deberá tener presente que esta solicitud carece
de todo fundamento jurídico y es contraria a la lógica, por lo que
debe ser rechazada.
Como
sabemos,
el
reajuste
es
un
mecanismo
económico-financiero que tiene por objeto neutralizar el efecto que
los procesos inflacionarios o deflacionarios tienen sobre la moneda
de curso legal. Ciertamente, en el caso que la acción indemnizatoria
fuera acogida, la suma a cuyo pago estaría obligado el Fisco recién
nacería con la dictación de la sentencia, una vez que quede
ejecutoriada, de manera que no podrían aplicarse a dicha cantidad
los factores de reajustabilidad que corrigen la inflación acumulada
desde la notificación de la demanda, puesto que tal método
conduciría sin duda a una situación de enriquecimiento incausado.
En cuanto a la improcedencia de intereses, dice que no
existe disposición legal alguna que ordene su pago, y mucho menos
desde la fecha que se pretende. En efecto, a la fecha de notificación
de esta demanda no existe obligación alguna por parte del Fisco en
orden a indemnizar, por lo que no hay suma alguna que pueda
haber producido frutos civiles con antelación a su declaración y
establecimiento.
Tampoco puede sostenerse que su parte se encuentre
en mora, dado que ni siquiera existe una obligación líquida y
exigible a cuyo pago esté obligado el Fisco, ya que su defensa no
ha sido condenada al pago de suma alguna, no concurriendo en la
especie ninguna de las circunstancias establecidas en el artículo
1551 del Código Civil, de tal modo que, el pago de intereses
también es improcedente.
Que en mérito de lo antes expuesto, solicita se tenga por
contestada la demanda y en definitiva:
1.- Acoger la excepción de incompetencia absoluta,
declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia
respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco, con
costas.
2.- En subsidio, acoger la excepción de falta de
legitimación activa de los demandantes, rechazando la demanda en
todas sus partes, con costas.
3.- En subsidio, acoger la excepción de prescripción
extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando
lugar a la demanda en todas sus partes, con costas.
4.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de
las demás alegaciones y defensas expuestas en el cuerpo de esta
presentación.
5.- En subsidio, en el evento que la demanda sea
acogida, reducir ostensiblemente el monto de la indemnización
conforme a los argumentos expuestos y, en todo caso, sin reajustes
y eximiendo de costas al Fisco.
CENTECIMO DECIMO OCTAVO: Que el Fisco de Chile contesta la
demanda civil deducida por doña Faviola Alicia Letelier del Solar, y
de conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 10 del
Código de Procedimiento Penal, opone en primer término la
excepción de incompetencia absoluta del tribunal, para el
conocimiento de la demanda civil de indemnización de perjuicios
interpuesta en su contra.
Los argumentos en que funda dicha alegación han sido
latamente expuestos en los considerandos precedentes relativos a
las otras contestaciones a las demandas civiles interpuestas en
contra del Fisco, por lo cual, para evitar su repetición se tienen por
íntegramente reproducidos.
En subsidio de las alegaciones precedentes, la defensa
fiscal controvierte la procedencia de los daños, por lo que se
expone a continuación:
La defensa fiscal controvierte la procedencia de los daños
y señala que se demanda a titulo de indemnización por este
concepto la suma total de $600.000.000.-(seiscientos millones de
pesos) por los perjuicios que se le habrían causado por no haberse
castigado a todos los que habrían intervenido en la muerte de su
hermano, por haberse asesinado a un testigo -Berrios Sagredo- que
considera clave para tales objetivos. En efecto, la actora considera
que se ha obstruído a la justicia y que ello ha “atentado a las
Instituciones de la República y el funcionamiento del sistema
democrático”.
Agrega que cabe recordar que para que el hecho o la
omisión de una persona capaz de delito o cuasidelito engendren
responsabilidad es indispensable que cause daño: “Sin él no hay
responsabilidad civil; sin interés no hay acción”.
De esta manera, “la lógica nos indica que para que exista
responsabilidad extracontractual y, por consiguiente, la obligación
de reparar, es necesario tener algo que reparar”. Entonces, no se
observa
cual
es
el
daño
producido
que
sea
amparable
jurídicamente, por cuanto el mero hecho de la muerte de un testigo
en una causa criminal respecto de la cual existen condenados, por
muy clave que considere la demandante. Por otro lado no es
afectada directa ni indirectamente por la muerte de Eugenio Berrios
Sagredo.
Sin perjuicio de lo anterior, y sólo como un ejercicio
hipotético, en el evento que tal situación constituya un daño, éste no
es de aquellos indemnizables de acuerdo a la ley. Además, de
acuerdo a la doctrina, para que el daño sea indemnizado es preciso:
que éste sea cierto y no meramente eventual; que se lesione un
derecho subjetivo o un interés legitimado por el ordenamiento
jurídico; que el daño sea directo, entre otros.
El daño es cierto cuando es real, efectivo, tanto que, a no
mediar el, la víctima se habría hallado en mejor situación. Entonces,
tratándose de la demandante de autos no ha sufrido daño cierto
alguno, por cuanto el hecho de la muerte de la víctima de autos no
ha provocado daño alguno en sus aspiraciones de investigación
adecuada en la causa de su hermano, que tal como la propia actora
reconoce, se han establecido los hechos y se ha condenado a los
responsables. No puede, a través de la falta de un testigo, asegurar
que no se han castigado a todos los responsables. Si se aceptara la
tesis que se propone en la demanda civil, todos los habitantes de la
República se encontrarían en condiciones de reclamar, no sólo
respecto del caso Letelier, sino que en cualquier investigación penal
el hecho que no se ha castigado a todos los responsables, y que
ello impide el logro de la justicia. Establecer dichas consecuencias
es jurídicamente inaceptable.
En efecto, los daños eventuales no podrán ser resarcidos
“por cuanto la mera posibilidad o eventualidad de sufrir un perjuicio
no es suficiente para generar responsabilidad”. En este mismo
sentido se entiende que un daño eventual o “hipotético, fundado en
suposiciones o conjeturas, por fundadas que parezcan, sea
presente o futuro, no da derecho a indemnización”, como es el caso
de considerar que el testimonio de una persona necesariamente
producirá tales o cuales efectos, si con ello se condena a tal o cual
persona, o que con ello se obtiene la verdad total de los hechos o si
con ello se logra la condena de todos los partícipes.
Por otro lado, no existe derecho alguno, que garantice que
los tribunales deban castigar a todos los supuestos responsables en
la comisión de un delito. Por cierto, ni siquiera se asegura por el
orden procesal que el juez en lo penal obtenga necesariamente la
coincidencia entre la verdad real y la judicial. Lo que es verdadero
es la justa aspiración de lograr que ello ocurra, por lo que afirmado
por el demandante no constituye un interés legitimado por el
ordenamiento jurídico.
De todo lo anterior queda claro que la demandante no ha
sufrido daño alguno, y en el evento que haya sufrido alguna
molestia o aflicción, éste no es indemnizable de acuerdo a la
doctrina y a la jurisprudencia, por lo que la demanda de
indemnización de perjuicios debe ser rechazada por falta de
fundamento.
A continuación, la parte antes señalada hace referencia a
que el daño moral no se presume, por lo que debe ser legalmente
acreditado, también a la fijación de la indemnización por daño
moral, que debe regularse de acuerdo a la extensión del daño y no
depende de la gravedad del hecho y, en todo caso, el juez al
avaluar este daño, debe proceder con prudencia, tanto para evitar
los abusos a que esta reparación puede dar origen, cuanto para
impedir que se transforme en pena o en enriquecimiento sin causa
para quien lo demanda. Agrega
que el monto solicitado como
indemnización por daño moral es excesivo. Opone, en forma
subsidiaria, la excepción de prescripción de la acción civil de
indemnización de perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo
2332 del Código Civil y, también interpone la excepción de
prescripción ordinaria de aplicación general prevista en el artículo
2515 del Código Civil que establece un plazo de cinco años desde
que la obligación se hizo exigible, razón por la cual su eventual
aplicación deberá conducir, de igual modo, al rechazo de la
demanda.
Asimismo, expresa que la acción civil ejercida no es
imprescriptible, hace referencia a la doctrina sobre la prescripción,
al contenido patrimonial de la acción indemnizatoria y sobre la
inexistencia de la pretendida responsabilidad objetiva del Estado.
Respecto de todas las alegaciones antes señaladas se
ha hecho mención latamente con anterioridad, razón por la cual,
dichos argumentos se tienen por expresamente reproducidos para
evitar su repetición.
Por todo lo anterior, solicita tener por contestada la
demanda y en definitiva:
1.- Acoger la excepción de incompetencia absoluta,
declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia
respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco, con
costas.
2.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de
las alegaciones y defensas expuestas en el cuerpo de la referida
presentación, con costas.
3.- En subsidio, acoger la excepción de prescripción
extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando
lugar a la demanda en todas sus partes, con costas.
4.- En subsidio, en el evento que la demanda sea
acogida, reducir ostensiblemente el monto de la indemnización
conforme a los argumentos expuestos y, en todo caso, sin reajustes
y eximiendo de costas al Fisco.
CENTECIMO DECIMO NOVENO: Que en el primer otrosí del
escrito de fojas 13.002 la parte del demandado civil Pablo
RODRIGUEZ MARQUEZ, contesta la acción que fuera interpuesta
en su contra por la actora Faviola LETELIER DEL SOLAR y, en
primer término, alega la prescripción contemplada en el artículo
2.492 del Código Civil y señala que, en caso que no fuera acogida
la referida excepción, que la pretensión de la actora carece de todo
fundamento de derecho por cuanto el hecho en que sustenta su
pretensión consistiría en haber sustraído a un testigo que podría
haber dado luces con relación a la muerte del ex Canciller Orlando
LETELIER DEL SOLAR, hermano de la actora.- Dice que la causa
criminal que se siguió por esa razón se encuentra terminada por
sentencia ejecutoriada y, el Estado de Chile habría dado una
indemnización a los parientes de la víctima.Por último, señala que la demanda está mal planteada,
puesto que funda su pretensión en normas de orden público que se
aplican a entes jurídicos y no a personas naturales, como su
defendido y por ello no debió haber sido admitida a tramitación,
solicitando su rechazo, con costas.Con relación a la contestación de la demanda civil
deducida por Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, el demandado
ya individualizado, solicita su rechazo por estar prescrita la acción
civil derivada de los hechos por los que se le han formulado cargos
y como manifiesta su inocencia en los delitos que se le atribuyen,
no existe una relación de causa a efecto entre los ilícitos y los
efectos civiles derivados de ellos, por lo cual la pretensión deberá
ser rechazada, con costas.-
CENTECIMO VIGESIMO: Que el demandado civil Marcelo
SANDOVAL DURAN en el primer otrosi de su presentación de fojas
13.039 contesta la demandas civiles deducidas en su contra por las
partes de Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y Faviola LETELIER
DEL SOLAR, señala que ellas se encuentran prescritas en virtud de
lo que preceptúa el artículo 2.332 del Código Civil y con relación a
la última nombrada, indica que como hermana del ex Canciller
LETELIER DEL SOLAR, ya habría sido resarcida por la muerte de
éste y, el hecho que BERRIOS no prestara declaración en la causa
criminal seguida por la muerte antes referida, no ha tenido
significación en atención a que los autores de ese crimen ya fueron
condenados por sentencia ejecutoriada.Por lo anterior solicita el rechazo de las demandas con
expresa condenación en costas.CENTECIMO VIGESIMO PRIMERO: Que en el cuarto otrosí del
escrito de fojas 13.064 y siguientes, la parte del demandado Manuel
PROVIS CARRASCO, contesta la acción civil deducida en su contra
por las querellantes Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y Faviola
LETELIER del SOLAR.Con relación a la primera opone excepción de prescripción
de la acción penal y la de inoponibilidad, también alega la falta de
elementos constitutivos de la responsabilidad extracontractual y por
ello solicita se rechace la demanda, con costas.Con respecto a la segunda, opone las excepciones
dilatorias de incompetencia y de ineptitud del libelo.- También las
excepciones perentorias de prescripción, de falta de legitimación
activa, de inoponibilidad y de falta de elementos constitutivos de
responsabilidad extracontractual.Por lo anterior, también solicita su rechazo, con costas.-
CENTECIMO VIGESIMO SEGUNDO: Que en el primer otrosi de su
presentación de fojas 13.146 y siguientes la parte del demandado
civil Jaime TORRES GACITUA, contesta la demanda deducida en
su contra por las actoras Faviola LETELIER DEL SOLAR y Gladys
SCHMEISSER ARRIAGADA y solicita su rechazo con costas por
cuanto el aludido demandado no tiene responsabilidad en los delitos
que se le atribuyen ni tampoco en la muerte del ex Canciller
Orlando LETELIER DEL SOLAR.CENTECIMO VIGESIMO TERCERO: Que a fojas 13.160 y a fojas
13.162 la parte de los demandados civiles Tomas CASELLA
SANTOS, Eduardo RADELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE,
contestan las demandas deducidas por Faviola LETELIER DEL
SOLAR y doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA.- Respecto de
los primeros, dice que la demanda no cumple con los requisitos
contemplados en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil
en relación con lo expresado en el artículo 428 del Código de
Procedimiento Penal, puesto que no contiene el nombre, domicilio,
profesión u oficio del demandante ni de quienes lo representan, ni
tampoco el nombre, profesión u oficio del demandado.Por otra parte, como las pruebas acompañadas a los
autos no son suficientes para demostrar la responsabilidad de sus
representados, no podría prosperar la acción civil deducida en su
contra.Con respecto a la segunda, también solicita su rechazo
por cuanto sus representados serían inocentes de los cargos que se
les imputan, y, por ello, no existiría ninguna responsabilidad civil
que les afectara.CENTECIMO VIGESIMO CUARTO: Que en lo principal del escrito
de fojas 13.164 el demandado civil Arturo SILVA VALDES, contesta
la demanda deducida en su contra por doña Gladys SCHMEISSER
ARRIAGADA y por doña Faviola LETELIER DEL SOLAR.Con relación a la primera, dice que su representado no
es autor de los delitos por los que ha sido acusado, por lo cual no
se le puede demandar civilmente.- Sin perjuicio de ello invoca la
excepción de prescripción, por cuanto la querella interpuesta por
don Gonzalo BERRIOS con fecha 16 de diciembre de 2002, en que
si bien, se anuncia una demanda civil que permitiría dar por
interrumpida la prescripción, a esa fecha ya había transcurrido el
plazo que es de cuatro años.Con relación a la segunda, señala que la actora carece,
ya sea en forma directa o indirecta, de toda legitimación activa para
interponer la referida demanda.Por las razones señaladas, solicita que ellas sean
rechazadas.CENTECIMO VIGESIMO QUINTO: Que en el primer otrosí del
escrito de fojas 13.168 y siguientes la parte del demandado civil
Eugenio
COVARRUBIAS
VALENZUELA
contesta
la
acción
deducida en su contra por doña Faviola LETELIER DEL SOLAR y
doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA.Solicita que ellas sean rechazadas por cuanto su parte no
ha cometido ningún delito que la justifique y, con relación a la actora
LETELIER, señala que la ausencia de BERRIOS no impidió la
prosecución y fallo de la causa seguida por la muerte de Orlando
LETELIER y el pago de una indemnización a aquella.Con respecto a Gladys SCHMEISSER, señala que las
alteraciones psicológicas que padece, seguramente, no provienen
de la muerte de su cónyuge, sino que del cargo de conciencia y
remordimiento que le aflige por haberle sido infiel con Raúl LILLO
(fojas 1.632 y 1.636, declaraciones de LILLO) y fojas 2977 y 2978
(declaraciones de Arturo SILVA VALDES).Además, alega la excepción de prescripción y solicita el
rechazo de las aludidas demandas con expresa condenación en
costas.CENTECIMO VIGESIMO SEXTO: Que en el primer otrosí del
escrito de fojas 13.262 y siguientes el demandado civil Fernando
TORRES SILVA contesta la demanda civil deducida por doña
Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y solicita que esta sea
rechazada por cuanto habría transcurrido el plazo de prescripción
que es de cuatro años y por ello no corresponde cobro ni pago de
indemnización alguna.- Asimismo, dice que su cliente no ha
cometido ningún delito que de lugar a su responsabilidad civil,
señalando además, que para la determinación de la indemnización
que ésta última reclama deberá tenerse en cuenta las declaraciones
señaladas en el considerando anterior.Por lo anterior, solicita el rechazo de la demanda, con
costas.CENTECIMO VIGESIMO SEPTIMO: Que en el primer otrosí del
escrito de fojas 13.324 y siguientes, el demandado Nelson Williams
ROMAN VARGAS, contesta las demandas civiles deducidas en su
contra por Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y solicita su
rechazo en todas su partes, con costas, por cuanto su parte no es
autor de los delitos que se le imputan y por encontrarse prescrita la
acción civil, al no cumplirse los requisitos del artículo 103 del
Código de Procedimiento Penal.CENTECIMO VIGESIMO OCTAVO: Que en el segundo otrosí del
escrito de fojas 13.356 y siguientes, la parte del demandado civil
Raúl LILLO GUTIERREZ, contesta las demandas civiles deducidas
en contra de éste por Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y
solicita, en primer término, su rechazo por no existir responsabilidad
penal de su representado, quién se encuentra exento de la misma y
tampoco se ha acreditado suficientemente los ilícitos por los cuales
se acusa ni tampoco su participación en ellos.En segundo término, en el improbable caso que se dieran
por acreditados los delitos y la participación, opone la excepción de
prescripción de la acción civil de indemnización de perjuicios
contemplada en el artículo 2.332 del Código Civil y a mayor
abundamiento, opone también la prescripción extintiva ordinaria
establecida en el artículo 2.515 del cuerpo de leyes antes
mencionado.Por lo anterior, solicita se niegue lugar a las demandas
civiles en todas sus partes, con costas.CENTECIMO VIGESIMO NOVENO: Que en el sexto otrosí de su
presentación de fojas 13.861 y siguientes la parte del demandado
civil Hernán RAMIREZ RURANGE contesta la acción deducida en
su contra por Faviola Letelier del Solar y Gladys Schmeisser
Arriagada y señala que por no existir responsabilidad penal, no
existiría la relación de causalidad necesaria entre las acciones de
aquel y el resultado perjudicial para las demandantes.En subsidio, invoca las prescripciones de los artículos
2.332 y 2.515 del Código Civil.Solicita que se e declara que se rechazan las aludidas
demandas en todas su partes.CENTECIMO TRIGESIMO: Que con relación al demandando civil
Manuel PEREZ SANTILLAN, este no contestó las acciones
deducidad en su contra, no obstante que fuera debidamente
emplazado al efecto, tal como consta a fojas 12.831.-
CENTECIMO TRIGESIMO PRIMERO: Que con relación
a las
demandas civiles deducidas por Faviola LETELIER DEL SOLAR y
Gladys
SCHMEISSER
ARRIAGADA
en
contra
de
Nelson
HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES, Mario
Enrique
CISTERNAS
ORELLANA,
Enrique
Gabriel
IBARRA
CHAMORRO y Gines Emilio ROJAS GOMEZ, en atención a lo que
se resolverá, no corresponde emitir un pronunciamiento a su
respecto.CENTECIMO TRIGESIMO SEGUNDO: Que en lo que se refiere a
la incompetencia del tribunal alegada, por el Fisco de Chile, es
necesario tener presente que en razón de haber el Juez del Crimen
investigado durante años las circunstancias que rodearon la
comisión de estos delitos, se encuentra en mejor posición para
verificar la extensión del daño producido por dichos ilícitos y ello
resulta más conveniente para resolver ambas acciones, debido a
que, por la intervención de lo civil dentro del proceso penal, las
pruebas y antecedentes allegados a este último, pueden ser
valorados de mejor forma en sede civil.Asimismo, el Estado de Chile, no puede eludir su
responsabilidad histórica de reparar dicha deuda social a que se
encuentra obligado además, por el derecho internacional, traducido
en convenios y tratados que, por disposición constitucional le son
vinculantes, como ocurre, entre otros, con la propia Convención de
Viena sobre Derechos de los Tratados, el que se encuentra vigente
en nuestro país, desde el 27 de enero de 1980, que establece en su
artículo 27 que el Estado no puede invocar su derecho interno para
eludir sus obligaciones internacionales, ya que de hacerlo comete
un hecho ilícito que compromete su responsabilidad internacional
(Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Edición 2000,
Humberto Nogueira Alcalá, Las Constituciones Latinoamericanas,
pag. 231).Por otra parte, el artículo 5º de la Constitución Política
de la República señala que “el ejercicio de la soberanía reconoce
como limitación el respecto de los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana” y, el artículo 6º de la misma Carta
Fundamental, dispone que: “Los órganos del Estado deben someter
su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a
ella”, de ello se desprende la obligación que se impone al tribunal
para descartar la aplicación de normas que no se conformen o sean
contrarias a la Constitución y tal como lo señala el referido artículo
“la infracción de esta norma generará las responsabilidades y
sanciones que determine la ley”.CENTECIMO TRIGESIMO TERCERO: Que, en consecuencia, por
no estar conformes las disposiciones invocadas por el Fisco de
Chile,
para
eximirse
de
responsabilidad,
a
la
legislación
internacional que se ha analizado con ocasión de los delitos
cometidos por los acusados y por prevalecer ellas sobre el derecho
interno corresponde rechazar la excepción de incompetencia
absoluta formulada por el Fisco de Chile.CENTECIMO TRIGESIMO CUARTO: Que, por otra parte, tampoco
resultan aplicables las normas del derecho interno contempladas en
el Código Civil, sobre prescripción de las acciones civiles comunes
de indemnización de perjuicios, invocadas por el Fisco de Chile y
por los demandados civiles, por contraponerse con las normas del
derecho internacional de los Derechos Humanos, que protegen el
derecho de las víctimas y sus familiares a recibir la reparación
correspondiente, estatuto normativo internacional que ha sido
reconocido por Chile.-
No obstante lo anterior, y aún cuando pudiera estimarse
que las normas del derecho civil alegadas por el Fisco y por los
demandados civiles son aplicables al presente caso, lo que este
tribunal no comparte, el computo del plazo correspondiente, no
procede en la forma en que lo señalan dichas partes, dado que,
como la demanda civil persigue la responsabilidad extracontractual
del Estado por las acciones dolosas cometidas por sus agentes o
funcionarios públicos, obligación que deriva de su responsabilidad
penal, esta requiere una decisión jurisdiccional y, en consecuencia,
dicha certeza sólo es posible obtener cuando se dicta la sentencia
condenatoria o, al menos, desde que se deduce acusación en
contra del inculpado y, como a partir desde esas fecha no ha
transcurrido el plazo correspondiente, también por esa razón,
corresponde desestimar la excepción de prescripción alegada por la
defensa fiscal y por los demandados civiles.CENTECIMO TRIGESIMO QUINTO : Que en cuanto a la alegación
de la parte del Fisco de Chile en orden a que no existiría un régimen
de responsabilidad objetiva del Estado, ello constituye una de sus
defensas principales para eximirse de su obligación y, con respecto
a ese tema, el Tribunal ha hecho consideraciones al referirse a la
excepción de incompetencia absoluta antes analizada y, de ello se
desprende que la responsabilidad extracontractual del Estado
aparece justificada tanto del Derecho Público como del Derecho
Internacional Humanitario.Así las cosas, cabe resaltar la obligación ineludible del
Estado frente a los Derechos Humanos, en cuanto estos, por su
naturaleza jurídica constituyen obligaciones positivas y negativas
del Estado y, por ello, la persona, como sujeto de derechos puede
demandar con respecto a los deberes estatales, contemplados en
preceptos
constitucionales
e
internacionales
reconocidos
y
aceptados por Chile, formando parte de los Tratados y Principios
Internacionales del Derecho Humanitario, y en consecuencia,
vinculantes para todas las instituciones que conforman el Estado.CENTECIMO TRIGESIMO SEXTO : Que con respecto a la
demanda civil deducida por el abogado Sr. Thomas Ehrenfeld
Ivanyi, en representación de la sucesión de don Gonzalo Berrios
Sagredo en contra del Fisco de Chile, este ha opuesto la excepción
de falta de legitimación activa, la que será rechazada por el tribunal
por cuanto en su calidad de parientes de la víctima, resulta
incuestionable que debido a los sucesos que provocaron la muerte
de su familiar, sumado a la larga investigación realizada para el
esclarecimiento de los delitos, como, asimismo, el juzgamiento
público de la calidad moral de la víctima, sumado al hecho del
conocimiento obtenido de haber sido su familiar víctima de delitos
perpetrados en su contra por personas que aparentaban mantener
vínculos de amistad, tanto con él como con su familia, según lo
demuestran los antecedentes agregados a los autos, evidentemente
ha debido producir en ese grupo familiar un sufrimiento de tal
magnitud –tal como lo señalan los informes psicológicos agregados
a los autos-, que debe ser resarcido por el Estado, dada la calidad
de funcionarios públicos que tenían los partícipes en los hechos
investigados.No obstante lo anterior, este tribunal, determinará una
indemnización a cada uno de los demandantes civiles en forma
individual, dada su calidad de parientes del occiso y no lo hará –en
la forma pedida por la demandante civil-, esto es, como partes de
una sucesión hereditaria.- En consecuencia, se excluirá, por esta
razón, a la cónyuge del occiso Sra. Gladys Schmeisser Arriagada a
quién se indemnizará en virtud a dicha calidad y por separado.Finalmente, se rechazarán las restantes alegaciones y
excepciones opuestas por el Fisco de Chile y por los demás
demandados civiles.Se deja constancia, que de la simple lectura de las
demandas civiles aparece que ellas satisfacen las exigencias que
contempla el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.CENTECIMO TRIGESIMO SEPTIMO: Que la parte demandante
civil Sra. Faviola Letelier del Solar, tal como se ha dicho
anteriormente, ha deducido la referida acción basada en el hecho
del daño moral ocasionado con motivo del asesinato de su hermano
Orlando Letelier del Solar, acaecido en Washington DC., el día 21
de septiembre de 1976, y, como indica que dedujo una querella
criminal en la presente causa fundada en que la salida de Chile de
Eugenio Berrios Sagredo y su posterior homicidio en Uruguay, dada
la época en que este último acontecimiento se produjo, resulta que
habría sido motivado por la necesidad imperiosa de los organismos
de seguridad vinculados al régimen militar, de impedir que este
prestara declaraciones en la causa rol Nº1-91, seguida por el
homicidio calificado del ex Canciller antes mencionado, que era
instruida por el Ministro de la Excma. Corte Suprema, Sr. Adolfo
BAÑADOS CUADRA.De acuerdo a su parecer, dicha interrogación habría
permitido esclarecer completamente la muerte de su hermano,
como, asimismo, sus declaraciones significarían el aporte de
nuevos antecedentes valederos para aclarar otros procesos
criminales seguidos por violación a
los derechos humanos
cometidos por integrantes de los organismos antes señalados,
perpetrados durante el régimen militar;
CENTECIMO TRIGESIMO OCTAVO: Que, si bien, es efectivo que
el nombrado BERRIOS –cuyo secuestro y posterior homicidio- se
ha investigado en estos autos, se encontraba requerido por la
justicia y por dicha razón –entre otras- fue sacado del país, su
muerte impidió su comparecencia ante estrados y, por ello, no
podrá saberse cual habría sido su real y verdadero aporte, si es que
hubiere prestado declaraciones.Sin embargo, el sólo hecho de haberlo sacado de Chile
y después de mantenerlo largo tiempo privado de su libertad de
desplazamiento, haberle quitado la vida, evidentemente, permite
presumir que su aporte hubiera sido de real importancia para
resolver el caso judicial que afectaba a la actora civil antes
mencionada.Tales elementos
llevan al sentenciador a la convicción
de que la actora ya aludida, efectivamente sufrió el daño moral que
ha sostenido en su demanda por lo que esta será acogida.Se rechazarán las alegaciones y excepciones opuestas
por el Fisco de Chile y por los demás demandados civiles.CENTECIMO TRIGESIMO NOVENO: Que con relación a la
demanda civil interpuesta por la querellante Gladys Schmeisser
Arriagada, resulta que con las declaraciones de los testigos del
plenario Sergio Raimundo Beaza Corvalan, Julio Veloso Abril, Lus
Maria Gilles Vial, Roberto Raga Garcia y Jezabel Rideau Faundes,
que rolan a fojas 14.696 y siguientes, ha quedado de manifiesto el
daño moral sufrido por dicha actora civil.- El engaño de que fue
objeto su cónyuge al ser víctima de delitos cometidos por quienes
aparentaban prestarle ayuda, lo que también ocurrió con ella al
hacérsele creer eso, indudablemente, ha debido ocasionar un
sufrimiento que ha repercutido en su salud mental tal como lo
indican los certificados e informes médico legales acompañados a
los autos.Por las razones expuestas este tribunal acogerá la
demanda en los términos que se indicaran en lo resolutivo de esta
sentencia y rechazará las alegaciones y excepciones opuestas por
el Fisco de Chile y por los demás demandados civiles.Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto
en los artículos 1, 10, 11, 15 N° 1 y 2, 16, 18, 21, 24, 26, 27, 28, 29,
30, 50, 51, 64, 65, 67, 68, 74, 141, 292, 293, 294, 294 bis y 295 bis
del Código Penal; 10, 108, 109, 110, 193, 221, 221 bis, 237, 456
bis, 458, 459, 472, 473, 474, 477, 479, 481, 482, 488, 500, 501,
503, 504, 509 y 533 del Código de Procedimiento Penal; 211, 214 y
335 del Código de Justicia Militar; y artículos 2.314, 2.317, 2.332 y
2.515 del Código Civil, y Ley N°18.216, se declara:
I.- En cuanto a las tachas.
Que se acogen las tachas deducidas por el Consejo de
Defensa del Estado y las partes querellantes de Irene Frei RuizTagle y de Gonzalo Berrios Sagredo, en contra de los testigos
Hernán Ramirez Rurange, Raúl Lillo Gutiérrez, Jaime Torres
Gacitua,
Arturo Silva Valdés, Eugenio Covarrubias Valenzuela,
Pablo Rodríguez Márquez, Manuel Pérez Santillan, Marcelo
Sandoval Duran y Nelson Roman Vargas.Que se rechazan las tachas deducidas por la defensa del
acusado Arturo Silva Valdes en contra del testigo del testigo Juan
Ferrari Grillo y, la tacha opuesta por el Consejo de Defensa del
Estado y los querellantes en contra del testigo José Armijo
Echeverría.-
II.- En cuanto a la acción penal.
A.-
Que se ABSUELVE a los acusados Hernán RAMIREZ
RURANGE, Eugenio Adrian COVARRUBIAS VALENZUELA,
Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ
MARQUEZ y Gines Emilio ROJAS GOMEZ, ya individualizados,
de la acusación fiscal y adhesiones a la misma, deducidas en su
contra como co-autores del delito de obstrucción a la justicia
contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal.B.- Que se
ABSUELVE a los acusados Nelson Edison
HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES,
Mario
Enrique
CISTERNAS
ORELLANA,
Marcelo
Ariel
SANDOVAL DURAN y Nelson Williams ROMAN VARGAS, ya
individualizados, de la acusación fiscal y adhesiones a la misma,
deducidas en su contra como co-autores de la infracción al delito
contemplado en el artículo 295 bis del Código Penal.C.- Que se ABSUELVE a los acusados Enrique Gabriel IBARRA
CHAMORRO
y
Manuel
Antonio
PEREZ
SANTILLAN,
ya
individualizados, de la acusación fiscal, adhesiones a la misma y
acusaciones particulares, deducidas en su contra como co-autores
del delito de asociación ilícita contemplado en el artículo 292 y 293
del Código Penal.D.- Que se CONDENA al acusado Arturo Rodrigo SILVA
VALDES, ya individualizado, a las penas de DIEZ AÑOS Y UN DIA
DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MEDIO, accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como
autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio Berrios
Sagredo, descrito en el inciso final del artículo 141 del Código
Penal,
perpetrado
en
la
localidad
de
Parque
del
Plata,
Departamento de Canelones, Uruguay, en fecha no determinada
que medió entre el 15 de noviembre de 1992 y el mes de abril de
1993.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y
UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el
tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del
delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada
en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta
ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.E.- Que se CONDENA al acusado Hernán RAMIREZ RURANGE,
ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE
PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como
autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo,
descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal,
perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y
UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el
tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del
delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada
en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta
ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.-
F.- Que se CONDENA al acusado Eugenio COVARRUBIAS
VALENZUELA, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y
UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y
accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta
para profesiones titulares mientras dure la condena, por su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de QUINIENTOS
CUARENTA Y UN DIAS de presidio menor en su grado medio y a
las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos
políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios
públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad
como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo
292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera
formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Que en atención, a lo expuesto en el considerando
sexagésimo octavo, no corresponde emitir un pronunciamiento con
relación al cargo que como encubridor del delito de secuestro con
homicidio le fuera formulado al imputado Eugenio COVARRUBIAS
VALENZUELA, en la acusación de oficio y en la adhesión a la
acusación deducida por la parte del Programa Continuación Ley
Nº19.123 del Ministerio del Interior, contenida en el primer otrosí del
escrito de fojas 12,789 y siguientes.G.- Que se CONDENA al acusado Manuel Jorge PROVIS
CARRASCO, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y
UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y
accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta
para profesiones titulares mientras dure la condena, por su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y
UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el
tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del
delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada
en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta
ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.H) Que se CONDENA al acusado Jaime Fernando TORRES
GACITUA, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y
UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el
tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del
delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada
en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta
ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.I) Que se CONDENA al acusado Raúl Diego LILLO GUTIERREZ,
ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE
PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como
autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo,
descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal,
perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de CIEN DIAS de
presidio menor en su grado mínimo y a las accesorias de
suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la
condena por su responsabilidad como co-autor del delito de
asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el
artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad,
a partir del mes de octubre de 1991.J) Que se CONDENA al acusado Pablo Marcelo RODRIGUEZ
MARQUEZ, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS
de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de
cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su
responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita
descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del
Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes
de octubre de 1991.K) Que se CONDENA al acusado Tomas Ventura CASELLA
SANTOS, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y
UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el
tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del
delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada
en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta
ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.L) Que se CONDENA al acusado Eduardo Ernesto RADAELLI
COPOLLA, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA Y UN
DIAS de presidio menor en su grado mínimo y a las accesorias de
suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la
condena por su responsabilidad como co-autor del delito de
asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el
artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad,
a partir del mes de octubre de 1991.M) Que se CONDENA al acusado Wellington SARLI POSE, ya
individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE
PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como
autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo,
descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal,
perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS
de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de
cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su
responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita
descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del
Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes
de octubre de 1991.N) Que se CONDENA al acusado Manuel Antonio PEREZ
SANTILLAN, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como cómplice del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Ñ) Que se CONDENA al acusado Juan Fernando Alfredo
TORRES SILVA, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y
UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y
accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta
para profesiones titulares mientras dure la condena, por su
responsabilidad como autor del delito de asociación ilícita descrito
en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal,
y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de
1991.O) Que se CONDENA al acusado Nelson Williams ROMAN
VARGAS, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN
DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS
de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de
cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su
responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita
descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del
Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes
de octubre de 1991.P) Que se CONDENA al acusado Marcelo Ariel SANDOVAL
DURAN, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA
DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias
legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones
titulares
mientras
dure
la
condena,
por
su
responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio
Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del
Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de
octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS
de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de
cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su
responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita
descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del
Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes
de octubre de 1991.Q) Que en atención a la resuelto precedentemente, se rechaza la
acusación particular deducida por la parte del Consejo de Defensa
del Estado por la cual formula cargos al acusado Gines Emilio Rojas
Gómez, como cómplice del delito de secuestro.También se desestima en la parte que atribuye a Enrique
Gabriel Ibarra Chamorro responsabilidad como autor del delito de
asociación ilícita, a Wellington Sarli Pose en cuanto lo sindica como
jefe y por haber ejercido mando en la referida asociación y a Manuel
Pérez Santillan donde le imputa el cargo de haber tomado parte en
la referida asociación.Por último, se rechaza la acusación particular antes
señalada en aquella parte que formula cargos en contra de los
imputados Mario Enrique Cisternas Orellana, Nelson Edison
Hernández Franco y Erika Silva Morales, como autores del delito de
infracción al artículo 295 bis del Código Penal, ello en atención a
que han resultado absueltos del señalado cargo.R) Se rechaza, asimismo, la acusación particular deducida por el
Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior, en la
parte que al imputado Wellington Sarli Pose lo sindica como autor
del delito de secuestro contemplado en el inciso cuarto del artículo
141 del Código Penal y, también en la parte que atribuye a Enrique
Gabriel Ibarra Chamorro y al antes nombrado Sarli Pose, la calidad
de haber sido jefes y haber ejercido mando en la asociación ilícita,
puesto que, con relación al primero, ha resultado absuelto del
señalado cargo y con respecto al segundo se ha modificado su
participación a aquella contemplada en el artículo 294 del Código
penal.S) Que se condena a todos los sentenciados que han sido
condenados al pago proporcional de las costas de la causa.III.- En cuanto a las acciones civiles.
Que se
acoge la demanda civil deducidas por la
querellante Faviola LETELIER DEL SOLAR representada por ella
misma y por el abogado Sr. Sergio CORVALAN, en contra de los
acusados Arturo Silva Valdes, Eugenio Covarrubias Valenzuela,
Hernán
Ramirez
Rurange,
Manuel
Provis
Carrasco,
Pablo
Rodríguez Marquez, Jaime Torres Gacitua, Raúl Lillo Gutierrez,
Manuel Perez Santillan, Tomas Casella Santos, Eduardo Radaelli
Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Sandoval Duran, Nelson
Roman Vargas y Juan Fernando Torres Silva, regulándose la
indemnización que por concepto de daño moral deberán pagar a
esta cada uno de los demandados antes mencionados, en la suma
diez millones de pesos ($10.000.000.-), que se reajustarán de
acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al
Consumidor entre la fecha de notificación de las respectivas
demandas y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes
desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las
costas de la causa.
En cuanto al Fisco de Chile, se regula la indemnización
que, por concepto de daño moral deberá pagar a esta, en la suma
cien millones de pesos ($100.000.000.-), que se reajustarán de
acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al
Consumidor entre la fecha de notificación de la respectiva demanda
y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que
quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la
causa.
Que se rechaza la aludida demanda en cuanto ella
aparece direccionada en contra de Enrique Gabriel Ibarra
Chamorro, Nelson Edison Hernandez Franco, Erika del Carmen
Silva Morales y Gines Emilio Rojas Gómez, quienes fueron
absueltos de los cargos formulados en su contra.Que se
acoge la demanda civil deducidas por la
abogada Claudia Moya Urtubia en representación de doña Gladys
Schmeisser Arriagada, en contra de los acusados Arturo Silva
Valdes,
Eugenio
Covarrubias
Valenzuela,
Hernán
Ramirez
Rurange, Manuel Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Marquez,
Jaime Torres Gacitua, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillan,
Tomas Casella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli
Pose, Marcelo Sandoval Duran, Nelson Román Vargas y Juan
Fernando Torres Silva, regulándose la indemnización que, por
concepto de daño moral deberán pagar los demandados a su
representada, en la suma cien millones de pesos ($100.000.000.-),
en forma solidaria, cantidad que se reajustará de acuerdo a la
variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre
la fecha de notificación de las respectivas demandas y la de su
pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede
ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa.
En
cuanto
al
Fisco
de
Chile,
se
regula
la
indemnización que, por concepto de daño moral deberá pagar a
esta, en la suma doscientos millones de pesos ($200.000.000.-),
que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el
Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de la
respectiva demanda y la de su pago efectivo, con más intereses
corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago
de las costas de la causa.
Que se rechaza la aludida demanda en cuanto ella
aparece direccionada en contra de Enrique Gabriel Ibarra
Chamorro, Nelson Edison Hernández Franco, Erika del Carmen
Silva Morales, Mario Enrique Cisternas Orellana y Gines Emilio
Rojas Gómez, quienes fueron absueltos de los cargos formulados
en su contra.Que se acoge la demanda civil deducida por el abogado
Thomas Ehrenfeld Ivanyi en representación de los sucesores de la
persona del querellante don Gonzalo Berrios Sagredo, vale decir,
don Guillermo Manuel Berrios Paillamar, doña Maria Eugenia
Berrios Alcaíno, doña Maria Isabel Vega Berrios y don Manuel
Sagredo Peña,
en contra del
Fisco de Chile, regulándose la
indemnización que, por concepto de daño moral deberá pagar a los
antes nombrados en su calidad de personas naturales, en la suma
veinte millones de pesos ($20.000.000.-), para cada uno de ellos,
que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el
Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de la
respectiva demanda y la de su pago efectivo, con más intereses
corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago
de las costas de la causa.
Que se rechaza la demanda interpuesta por doña Gladys
Schmeisser Arriagada como sucesora de la persona del querellante
don Gonzalo Berrios Sagredo.Reuniéndose en la especie exigidos en el artículo 15 de
la Ley N°18.216, se concede a los condenados Eugenio Adrián
Covarrubias Valenzuela, Manuel Antonio Pérez Santillan, Pablo
Marcelo Rodríguez Márquez, Marcelo Ariel Sandoval Duran, Nelson
Williams Román Vargas y Wellington Sarli Pose, la medida
alternativa de la libertad vigilada, estableciéndose como plazo de
tratamiento
y
observación
ante
la
autoridad
administrativa
correspondiente el plazo de sus respectivas condenas y debiendo
cumplir además, las otras exigencias a que se refiere el artículo 17
de la misma ley, con excepción de aquella contemplada en la letra
d), esto es, la satisfacción previa de la indemnización civil, costas y
multas impuestas, por estimar el tribunal que la situación personal
de cada uno de ellos, derivada de su largo procesamiento
constituye impedimento justificado.
En el evento que los sentenciados que han sido
beneficiados con dicha medida, no cumplieren con las exigencias
que les imponen las leyes y reglamentos respectivos, y les fuere
revocado el expresado beneficio, deberán cumplir en forma efectiva
la pena corporal que les ha sido impuesta, sirviéndoles de abono el
tiempo que permanecieron privados de libertad con motivo de la
presente causa, Covarrubias Valenzuela, entre el 29 de diciembre
de 2003 y el 22 de marzo de 2004 (fs. 2.462 y fs 5.395), Pérez
Santillan entre el 29 de diciembre de 2003 y el 29 de enero de 2004
(fojas 2.462 y fojas 5.076), Rodríguez Marquez entre el 29 de
diciembre de 2003 y el 29 de enero de 2004 (fojas 2.462 y fojas
5.077), Sandoval Duran entre el 23 de julio y el 23 de agosto de
2007 (fojas 11.844 y fojas 12.119), Roman Vargas entre el 23 de
julio y el 23 de agosto de 2007 ( fojas 11.844 y fojas 12.119); y Sarli
Pose entre el 18 de abril de 2006 y el 13 de septiembre de 2006
(fojas 7.591 y fojas 9.138).En atención a la extensión de las penas privativas de
libertad impuestas a los restantes sentenciados que han sido
condenados, se rechaza la solicitud de sus defensas en orden a
que se le conceda alguno de las medidas alternativas que
contempla la Ley N°18.216.Para el cumplimiento efectivo de las penas impuestas, en
la forma que corresponda, servirá de abono el tiempo que cada uno
estuvo privado de libertad y que, según las certificaciones
pertinentes es el que se indica: Arturo Silva Valdes, entre el 18 de
octubre de 2002 y el 29 de marzo de 2004 (fs. 2.462 y fs. 5.414);
Hernán Ramirez Rurange entre el 29 de diciembre de 2003 y el 05
de marzo de 2004 (fojas 2.462 y fojas 5.376); Juan Fernando
Alfredo Torres Silva entre el 23 de julio y el 06 de septiembre de
2007 (fojas 11.844 y fojas 12.229); Manuel Jorge Provis Carrasco
entre 31 de marzo de 2006 y el 13 de septiembre de 2006 (fojas
7.221 y fojas 9.142); Raúl Diego Lillo Gutiérrez
entre el 29 de
diciembre de 2003 y el 01 de abril de 2004 (fojas 2.462 y fojas
5.435); Jaime Fernando Torres Gacitua entre el 18 de octubre de
2002 y el 14 de noviembre de 2003 (fojas 2.462 y fojas 4.478);
Tomas Ventura Casella Santos entre el 18 de abril de 2006 y el 13
de septiembre de 2006 (fojas 7.592 y fojas 9.136); y, Eduardo
Ernesto Radaelli Copolla entre el 18 de abril de 2006 y el 13 de
septiembre de 2006 (fojas 7.591 y fojas 9.138).Agréguese copia autorizada de este fallo a los anexos rol
Nº 7.981-B, 7.981-C, 7.981-D y 7.981-E, que se instruyen en forma
separada, pero que forman parte de esta causa principal.
Cúmplase con lo dispuesto en el artículo 509 bis del
Código de Procedimiento Penal.
Regístrese y consúltese si no fuere apelado.
ROL Nº 7.981
Dictado por don Alejandro MADRID CROHARE, Ministro en visita
extraordinaria y autorizado por doña Lucia PINEDA LUNA,
Secretaria Subrogante del Décimo Juzgado del Crimen (ex Sexto
Juzgado del Crimen).-
En Santiago, a diez de septiembre de dos mil diez notifiqué por el
Estado Diario la resolución que antecede.-
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