Santiago, diez de septiembre de dos mil diez. VISTO: Se ha instruido esta causa ROL Nº 7.981 para investigar los delitos de secuestro con homicidio y secuestro de Eugenio BERRIOS SAGREDO, asociación ilícita, infracción al artículo 295 bis del Código Penal y obstrucción a la justicia; y, establecer la responsabilidad que en tal hecho le ha correspondido a: 1.- Arturo Rodrigo SILVA VALDES, nacido en Santiago, el 13 de enero de 1956, 54 años, casado, Mayor de Ejército en retiro, cédula de identidad Nº7.084.213-0, domiciliado en Ricardo Lyon Nº920, departamento Nº805, Comuna de Providencia, Santiago; 2.- Jaime Fernando TORRES GACITUA, nacido en Santiago, el 16 de octubre de 1964, 46 años, casado, Mayor de Ejército en retiro, cédula de identidad Nº8.396.664-5, domiciliado en General del Canto Nº307 de la comuna de Providencia, Santiago; 3.- Hernán RAMIREZ RURANGE, nacido en Antofagasta, el 15 de marzo de 1939, 71 años, casado, General de Ejército en retiro, cédula de identidad Nº3.917.407-3, domiciliado en Américo Vespucio Norte Nº767, departamento 123, Comuna de Las Condes, Santiago; 4.- Eugenio Adrián COVARRUBIAS VALENZUELA, chileno, nacido en Talca el 27 de julio de 1943, 66 años, casado, General en Retiro del Ejército, cédula de identidad N° 4.826.616-9, domiciliado en Calle Tadeo Reyes N°1092, departamento 53, Comuna de Las Condes, Santiago; 5.- Juan Fernando Alfredo TORRES SILVA, chileno, nacido en Santiago el 03 de julio de 1939, 70 años, casado, General de Ejército en retiro, cédula de identidad Nº4.483.214-3, domiciliado en Luis Thayer Ojeda Norte Nº180, departamento 1507, Comuna de Providencia, Santiago; 6.- MANUEL JORGE PROVIS CARRASCO, chileno, nacido en Valparaíso, el 18 de junio de 1948, 61 años, casado, Brigadier de Ejército en retiro, cédula de identidad N°5.590.653-K, domiciliado en Sebastián Elcano N°1672, Comuna de Las Condes, Santiago; 7.- Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, chileno, nacido en Santiago, el 11 de diciembre de 1958, 51 años, casado, Teniente Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad N°7.165.662-4, domiciliado en Las Palmas Nº380, departamento Nº812, Co.muna de Peñalolen, Santiago; 8.- Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, chileno, nacido en Santiago, el 25 de junio de 1951, 58 años, casado, Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 5.015.183-2, domiciliado en Camino Las Flores N°12.379, Comuna de Las Condes, Santiago; 9.- Enrique Gabriel Arturo IBARRA CHAMORRO, chileno, nacido en Talca, el 03 de marzo de 1948, 61 años, casado, Coronel de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 5.795.586-4, domiciliado en Los Caiquenes N°435, Comuna de Peñalolen, Santiago; 10.- Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, chileno, nacido en Viña del Mar, el 14 de junio de 1956, 53 años, casado, Mayor de Ejército en retiro, cédula de identidad N° 7.839.292-4, domiciliado en José Manuel Borgoño N°360, Villa Magisterio, Arica; 11.- Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO, chileno, nacido en Pitrufquen, el 23 de noviembre de 1952, 56 años, casado, Sargento 1º (R) del Ejército, cédula de identidad N° 6.669.908-0, domiciliado en Carlos Valdovinos N°2460, Comuna de Pedro Aguirre Cerda, Santiago; 12.- Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN, chileno, nacido en Los Angeles el 28 de noviembre de 1958, 51 años, casado, sub oficial de Ejército en servicio activo, cédula de identidad Nº8.387.412-0, domiciliado en Condominio Villa Cordillera, pasaje 3, casa 12, kilómetro 2 camino María Dolores, Los Angeles; 13.- Nelson Williams ROMAN VARGAS, chileno, nacido en Colina, el 01 de octubre de 1964, 45 años, casado, sub oficial de Ejército en servicio activo, cédula de identidad Nº9.026.355-2, domiciliado en El Molino Nº34, Villa Aires de Chicureo de la comuna de Colina, Santiago; 14.- Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, chileno, nacido en Santiago, el 06 de julio de 1950, 59 años, casado, ex Empleado civil del Ejército, cédula de identidad N° 6.074.169-7, domiciliado en Pasaje El Señorial Nº186, Comuna de La Florida, Santiago; 15.- Gines Emilio ROJAS GOMEZ, chileno, nacido en Santiago, el 04 de diciembre de 1939, 70 años, casado, Periodista, cédula de identidad Nº4.049.125-2, domiciliado en Antonio Varas Nº290 C, depto. 208, de la comuna de Providencia, Santiago; 16.- Erika del Carmen SILVA MORALES, chilena, nacida en Santiago, el 29 de agosto de 1955, 54 años, casada, ex empleado civil del Ejército, cédula de identidad Nº7.521.543-6, domiciliado en Antonio Varas Nº290 C, depto. 208, de la comuna de Providencia, Santiago; 17.- Tomas Ventura CASELLA SANTOS, uruguayo, nacido el 12 de noviembre de 1946, cédula de identidad para extranjeros Nº14.723.706-5, 63 años, casado, Coronel en retiro del Ejército uruguayo, domiciliado en calle Vaticano Nº4304, depto. 808 de la comuna de Las Condes, Santiago; 18.- Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA, uruguayo, nacido el 25 de julio de 1958, cédula de identidad para extranjeros Nº14.723.698-0, 51 años, divorciado, Coronel en servicio activo del Ejército uruguayo, domiciliado en Las Palmas Nº380, depto. 431 de la comuna de Peñalolen, Santiago; y, 19.- Wellington SARLI POSE, uruguayo, nacido el 02 de diciembre de 1953, cédula de identidad para extranjeros Nº14.723.699-9, 56 años, casado, Coronel en servicio activo del Ejército uruguayo, domiciliado en calle Campoamor Nº3137, condominio Málaga 2 de la comuna de Ñuñoa, Santiago.El proceso se inicia mediante denuncia rolante a fojas 1 y siguiente de fecha 15 de junio de 1993, formulada por el Sr. Enrique KRAUSS RUSQUE, Ministro del Interior, domiciliado en el Palacio de La Moneda, que da cuenta de la presunta desgracia sufrida por el ciudadano chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién se encuentra desaparecido de su domicilio desde hace varios meses a la fecha, sin que se sepa su actual paradero.A fojas 277 se hace parte el Consejo de Defensa del Estado.A fojas 421 y siguientes, doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, formula querella criminal en contra de los que resulten responsables de la presunta desgracia de su cónyuge antes nombrado.- A fojas 2.656 y siguientes, don Gonzalo BERRIOS SAGREDO, formula querella criminal en contra de los que resulten responsables del homicidio de su hijo antes nombrado.A fojas 10.409 y siguientes, doña Fabiola LETELIER DEL SOLAR, formula querella criminal en contra de todos lo que resulten responsables del delito de asociación ilícita y obstrucción a la justicia, por las razones que indica.A fojas 10.946 y siguientes, don José Ignacio Orlando LETELIER MOREL, formula querella criminal en contra de todas las personas sometidas a proceso en las resoluciones de fojas 2439 y 5.579 por los delitos indicados en ellas y a las que resulten responsables por los delitos de asociación ilícita y obstrucción a la justicia.A fojas 1.199, 1.604, 2.224, 3.066, 4.129, 5.089, 7004, 12.486 y 163 (cuaderno reservado) presta declaración Hernán Ramírez Rurange; Eugenio Covarrubias Valenzuela lo hace a fojas 1.197, 2.226, 2.663, 2.702, 3.247, 5.968 y 7.759; Juan Fernando Torres Silva a fojas 1.181, 1.494, 1.496, 1.497, 1.498, 2.231, 4.303, 7.271 y 7.962; Manuel Provis Carrasco a fojas 2.474, 4.151, 7.192, 7.202, 7.755, 8.077 y 12.484; Enrique Ibarra Chamorro a fojas 2.220, 2.254, 4.396, 4.428, 4.461, 4.811, 8.703 y 169 (cuaderno reservado); Arturo Silva Valdés a fojas 1.201, 2.401, 2.408, 2.434, 2.636, 2.962, 4.052, 7.857, 8.766 y 12.490; Jaime Torres Gacitua a fojas 2.407, 2.412, 2.637, 2.981, 3.647, 3653, 4.147, 7.860 bis, 8.762 y 12.461; Pablo Rodríguez Márquez a fojas 1.585, 1.607, 3.076 y 4.480; Raúl Lillo Gutiérrez a fojas 1.593, 1.632, 3.082 y 4.405; Manuel Pérez Santillan a fojas 1.625, 3.601 y 4.293; Tomás Cassella Santos a fojas 3.364, 7.636, 7.719, 7.730, 7.847, 7.862, 7.902 y 8.728; Eduardo Ernesto Radaelli Coppola a fojas 3.379, 7.658, 8.060 y 8.726; Wellington Sarli Pose a fojas 3.388, 7.647, 7.761 y 8.724; Mario Enrique Cisternas Orellana a fojas 1.629, 4.760, 6.996 y 12.356; Marcelo Sandoval Duran a fojas 1.571, 1.912, 3.255, 7.739 y 7.788; Nelson Román Vargas a fojas 1.578, 1.917, 2.375, 3.260, 7.781 y 7.792; Nelson Hernández Franco a fojas 2.377 y 4.114; a Erika Silva Morales a fojas 2.376 y 4.186; y Ginez Emilio Rojas Gómez a fojas 124 vta., 1124 y 2.777.A fojas 2.439 y siguientes, Hernán Ramírez Rurange, Pablo Rodríguez Márquez y Raúl Lillo Gutiérrez fueron sometidos a proceso como autores del delito de obstrucción a la justicia; Arturo Silva Valdes y Jaime Torres Gacitua, fueron sometidos a proceso como autores del delito de homicidio calificado; y, Eugenio Covarrubias Valenzuela fue sometido a proceso como encubridor del delito de obstrucción a la justicia.A fojas 2.564 y siguiente la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, conociendo de una apelación de resolución que no dio lugar a dejar sin efecto el auto de procesamiento, la confirma con declaración que Arturo Silva Valdes queda procesado como autor del delito de secuestro con homicidio y Jaime Torres Gacitua, como autor del delito de secuestro.A fojas 4.861 y siguientes, fueron sometidos a proceso, como autores del delito de asociación ilícita: Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Pablo Rodríguez Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose; como autores del delito de secuestro: Hernán Ramírez Rurange, Pablo Rodríguez Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose; como encubridor del delito de secuestro con homicidio: Eugenio Covarrubias Valenzuela; como autores del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal: Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel Sandoval Duran, Nelson Williams Román Cáceres, Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales; y, como autores del delito de obstrucción a la justicia: Gines Emilio Rojas Gómez y Eugenio Covarrubias Valenzuela.A fojas 7.212 y siguientes, fue sometido a proceso, como autor del delito de asociación ilícita y secuestro, Manuel Jorge Provis Carrasco.A fojas 11.825 y siguientes, fueron sometidos a proceso, como autores del delito de asociación ilícita: Juan Fernando Alfredo Torres Silva y Enrique Ibarra Chamorro; y, como autores del delito de secuestro y asociación ilícita: Marcelo Ariel Sandoval Duran y Nelson Williams Roman Vargas.A fojas 2.452 y siguientes, 11.859 y siguientes, 12.022 y siguientes y a fojas 14.926, se agregan los extractos de filiación de todos los procesados en esta causa. A fojas 12.491, se declara cerrado sumario. A fojas 12.663 y siguientes, se dictó acusación fiscal, mediante la cual se acusó: 1.- a Arturo Rodrigo Silva Valdés, como autor del delito de secuestro con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso final del Código Penal y a Eugenio Covarrubias Valenzuela como encubridor del mismo delito 2.- a Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Márquez, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Duran y Nelson Williams Román Cáceres, como autores del delito de secuestro establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal.3.- a Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Pablo Rodríguez Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Duran y Nelson Williams Román Cáceres, como autores del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.4.- a Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel Sandoval Duran, Nelson Williams Román Cáceres, Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales como autores del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal.5.- a Ginez Emilio Rojas Gómez, Hernán Ramírez Rurange, Pablo Rodríguez Marquez, Raúl Lillo Gutiérrez y Eugenio Covarrubias Valenzuela como autores del delito de obstrucción a la justicia contemplada en el artículo 269 bis del Código Penal con relación al delito del artículo 141, inciso primero del Código Penal.A fojas 12.723 y siguientes, por la parte de la querellante Fabiola LETELIER DEL SOLAR y José Ignacio LETELIER MOREL, los abogados Sergio CORVALAN CARRASCO y Fabiola LETELIER DEL SOLAR, se adhirieron a la acusación fiscal y dedujeron demanda civil. A fojas 12.746 y siguientes, por la parte del Consejo de Defensa del Estado, el Abogado Procurador Fiscal (S) de Santiago, Sra. Irma SOTO RODRIGUEZ, deduce acusación particular en los términos que indica.A fojas 12.766 y siguientes, por la parte de la querellante Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, la abogada Claudia MOYA URTUBIA, se adhiriere a la acusación fiscal y deduce demanda civil.A fojas 12.789 y siguientes, por la parte del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, la Abogada Srta. Luisa SANHUEZA GOMEZ, deduce acusación particular en los términos que señala y adhiere a la acusación fiscal respecto de acusados y delitos que indica.A fojas 12.804 y siguientes, por la parte del querellante Irene FREI RUIZ-TAGLE, el abogado Alvaro VARELA WALKER, se adhiere a la acusación fiscal. A fojas 12.807 y siguientes, por la parte del querellante Gonzalo BERRIOS SAGREDO, el abogado Tomas EHRENFELD IVANYI, se adhiere a la acusación fiscal y deduce demanda civil. A fojas 12.918 y siguientes, a fojas 12.951 y siguientes y a fojas 12.978 y siguientes, por la parte del Consejo de Defensa del Estado, la abogado Procurador Fiscal de Santiago, Sra. Maria Teresa MUÑOZ ORTUZAR, contesta las demandas civiles interpuestas en su contra por la parte de Gonzalo BERRIOS SAGREDO, Fabiola LETELIER DEL SOLAR SCHMEISSER ARRIAGADA, respectivamente.- y Gladys A fojas 13.002 y siguientes, la abogada Sra. Ximena Márquez por su representado Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, contesta la demanda civil, la acusación fiscal, acusación particular y adhesiones a la acusación. A fojas 13.028 el abogado Sr. Nelson CARVALLO ANDRADE, por su representada Erika del Carmen SILVA MORALES, contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares.A fojas 13.039 y siguientes la defensa del acusado Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN, contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, y respecto de los delitos de secuestro, asociación ilícita e infracción al artículo 295 bis del Código Penal, solicita se dicta sentencia absolutoria por cuanto la acción penal se encuentra prescrita y pide se tenga por reproducida la parte pertinente de lo principal del escrito y renueva la excepción de prescripción como defensa de fondo de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 434 del Código de Procedimiento Penal.A fojas 13.052 el abogado Sr. Nelson CARVALLO ANDRADE, por su representado Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO, contesta en el primer otrosí de su presentación la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, y en cuanto al delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal, solicita se dicta sentencia absolutoria por prescripción de la acción penal y pide se tenga por reproducida la parte pertinente de lo principal del escrito y renueva la excepción de prescripción como defensa de fondo de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 434 del Código de Procedimiento Penal.- A fojas 13.064 y siguientes, en el tercer otrosí, el abogado Cristian LETELIER AGUILAR, en representación del acusado Manuel Jorge PROVIS CARRASCO, contesta en forma subsidiaria la acusación fiscal de fojas 12.663 y siguientes y las adhesiones a la misma y en definitiva solicita que a su defendido, en primer término, se le absuelva de todos los cargos, por las razones de hecho y de derecho expuestas en el escrito antes señalado; en subsidio, absolverlo por el cargo de secuestro y asociación ilícita por prescripción de las acciones penales respectivas; también en forma subsidiaria, reconocerle, en el improbable evento de condenarlo por uno u otro delito o ambos, las circunstancias atenuantes invocadas, rebajando las penas en tres grados de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 65 y siguientes del Código Penal, imponiendo las penas mínimas rebajadas en uno, dos o tres grados.A fojas 13.146 el abogado Sr. Vivian BULLEMORE GALLARDO en representación de Jaime TORRES GACITUA contesta la acusación fiscal, acusación particular y adhesiones a la acusación, y solicita se absuelva a su representado de los delitos individualizados en el auto acusatorio, adhesiones al mismo y acusación particular, por no encontrarse acreditada su participación en los hechos punibles investigados en autos.- En subsidio, señala que si se estimara que existe mérito o antecedentes para dictar sentencia condenatoria, pide se reconozca a su respecto la circunstancia atenuante de responsabilidad del artículo 11 Nº6 del Código Penal, considerándose su irreprochable conducta anterior como una aminorante muy calificada.- Igualmente, solicita se reconozca a su respecto la institución comúnmente llamada “media prescripción”, contemplada en el artículo 103 del Código Penal.- A fojas 13.168 y siguientes el abogado Sr. Marcelo CIBIE PAOLINELLI por su representado, el acusado Eugenio Adrián COVARRUBIAS VALENZUELA, contesta la acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación, y solicita sean desechadas las referidas formulaciones de cargos en contra de su defendido quién debe ser absuelto de toda culpa.A fojas 13.262 y siguientes el abogado Sr. Marcelo CIBIE PAOLINELLI contesta por su defendido Fernando TORRES SILVA, la acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación deducidas en contra de este último y solicita se le absuelva del cargo de ser autor del delito de asociación ilícita.A fojas 13.319 y siguientes la defensa del acusado Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, contesta la acusación de oficio, adhesiones a la misma y acusación particular solicitando la absolución de su representado acusado como autor del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal.A fojas 13.324 y siguientes el abogado Jorge TRIVIÑO FIGUEROA, en lo principal de su presentación, contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusación particular interpuesta en contra de su representado Nelson Williams ROMAN VARGAS, por las que se lo acusa como autor de los delitos de asociación ilícita, secuestro e infracción al artículo 295 bis del Código Penal, solicitando la absolución de su defendido y para el improbable evento de que fuera condenado solicita se le reconozca la atenuante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, la que solicita se considera como muy calificada.- También se le reconozca la aminorante de la colaboración eficaz contemplada en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal e invoca a favor de de su representado la institución de la prescripción gradual o “media prescripción” contemplada en el artículo 103 del Código Penal.A fojas 13.329 y siguientes el abogado Erny FUENTES ULLOA en representación del acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ, contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares interpuestas en contra de este, solicitando se lo absuelva de ellas por cuanto el tipo penal de obstrucción a la justicia por el que fue acusado, ya no existe en la actual legislación.A fojas 13.335 y siguientes la defensa del acusado Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO contesta la acusación de oficio, adhesiones y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado y pide se dicte sentencia absolutoria en su favor por cuanto no concurrirían en la especie tres elementos del tipo penal del delito de asociación ilícita.A fojas 13.356, la defensa del acusado Raúl LILLO GUTIERREZ, contesta la acusación de oficio, adhesiones a la acusación y acusación particular deducidas en contra de su representado. Solicita la absolución de su defendido, por las razones de hecho y de derecho que expone.- En subsidio de lo anterior, solicita se aplique el artículo 103 del Código Penal y, considerar, además, que Raúl Diego Lillo Gutiérrez ha tenido una irreprochable conducta anterior y que no ha tenido inculpación alguna en otro proceso, por lo que solicita se le considere como atenuante muy calificada. Además, solicita se considere a favor de su defendido las aminorantes de los números 1 y 9 del artículo 11 del código recién señalado, la primera vinculada al N°10 del referido artículo, como eximente incompleta y, la otra, por haber, colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos. A fojas 13.379 y siguientes el apoderado del encausado Manuel PEREZ SANTILLAN, contesta la acusación fiscal y acusación particular deducidas en contra de su representado y solicita que este sea absuelto de los cargos que se le formulan como presunto autor de los delitos de asociación ilícita y de secuestro; y, en subsidio, invoca a favor del acusado la atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior la que solicita se considere como muy calificada.A fojas 13.429 y siguientes, la defensa del acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES contesta la acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación.- Solicita que de dicte sentencia absolutoria en favor de su defendido respecto de los delitos por los cuales ha sido acusado.- En subsidio, invoca en su favor la atenuante del Nº6 del artículo 11 del Código Penal.A fojas 13.538 y siguientes, en el cuarto otrosí, la defensa de los encausados Tomas CASSELLA SANTOS, Eduardo RADAELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE, contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares, indicando que sus representados no han tenido participación alguna en los ilícitos de secuestro y asociación ilícita que se le imputan, pues los supuestos fácticos que se requieren no se encuadran en el mérito del proceso.- Como peticiones subsidiarias se alegan las aminorantes de los números 6º y 9º del artículo 11 del Código Penal y la denominada “media prescripción” , contemplada en el artículo 103 del mismo cuerpo legal.- Y en caso de haber una decisión de condena, esta se cumpla mediante alguna de las medidas alternativas contempladas en la Ley 18.216.- A fojas 13.861 y siguientes el abogado Mauricio UNDA MERINO por su representado Hernán RAMIREZ RURANGE contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares, declarando en definitiva que se absuelve a su defendido de los delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la justicia.- En primer término por prescripción de la acción penal en los tres tipos penales invocados.- En subsidio de lo anterior plantea como defensa de fondo la prescripción, en los mismos términos expuestos en lo principal de esta presentación y también alega en favor de su representado las aminorantes de los números 6 y 9 del artículo 11 del Código Penal, la atenuante del inciso segundo de los artículos 211 y 214 del Código de Justicia Militar y, finalmente solicita se pondere a favor de su defendido la denominada “media prescripción” contemplada en el artículo 103 del Código Penal.A fojas 14.599, se trajeron los autos para los efectos del artículo 499 del Código de Procedimiento Penal. A fojas 15.671, se trajeron los autos para fallo CONSIDERANDO: En cuanto a las tachas: PRIMERO: Que en el tercer otrosí de su presentación de fojas 13.429 el apoderado del acusado Arturo SILVA VALDES dedujo tacha en contra del testigo Juan Bautista FERARRI por las causales señaladas en los Nos. 8 y 12 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, por considerar que esta ha carecido de la imparcialidad necesaria, demostrada reiterada veces en autos, manifestando un interés directo en el proceso y por haber recibido dádivas o beneficios económicos para prestar su testimonio, como se demuestra de su propia declaración reproducida en la referida presentación.SEGUNDO: Que en la audiencia de prueba del día cinco de agosto de 2009, rolante a fojas 14.338 y siguientes, la abogada del Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra de los testigos Hernán RAMIREZ RURANGE y Raúl LILLO GUTIERREZ por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, por cuanto las personas que prestan declaración carecen de la imparcialidad necesaria para comparecer.Habiéndose conferido traslado por el tribunal en la misma audiencia, al apoderado de la parte que presenta al primero de ellos, señala que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 464 del Código de Procedimiento Penal, el testimonio de la persona que ha presentado como testigo podría configurar una presunción judicial.TERCERO: Que en la audiencia de prueba del día seis de agosto de 2009, rolante a fojas 14.365 y siguientes, la abogada del Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra del testigo Jaime TORRES GACITUA por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, por estar procesado anteriormente y por tener interés directo sobre los hechos respecto de los cuales va a declarar.Pide además se tenga presente lo establecido en el artículo 364 del Código de Procedimiento Civil que impide la presencia de los testigos en las audiencias previas para los efectos de la facultad contenida en el artículo 497 en relación con el artículo 464 del Código de Procedimiento Penal.- Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida, los mismos términos, los apoderados del acusado Hernán RAMIREZ RURANGE y de los querellantes de autos.CUARTO: Que en la audiencia de prueba del día seis de agosto de 2009, rolante a fojas 14.367 y siguientes, la abogada del Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra del testigo José ARMIJO ECHEVARRIA por la causal del Nº7 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, por ser dependiente y tener relaciones con el acusado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA.Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida, los mismos términos, los apoderados de los querellantes de autos.Habiéndose conferida en la misma audiencia traslado al apoderado de la parte que presenta al testigo, señala que se rechace la tacha por cuanto no tiene relación de dependencia con su cliente, sino que sólo sirvió bajo sus órdenes QUINTO: Que a fojas 14.369 y siguientes en la audiencia de prueba del día seis de agosto de 2009, la abogada del Consejo de Defensa del Estado, deduce tacha en contra del testigo Arturo SILVA VALDES por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, sin perjuicio del valor que se les pueda dar a sus declaraciones por el juez de la causa de conformidad con lo dispuesto en el artículo 497 en relación al artículo 464 del Código de Procedimiento Penal.Se adhieren en la referida audiencia a la tacha deducida, los apoderados de los querellantes de autos y del acusado Hernán RAMIREZ RURANGE.- Habiéndose conferida en la misma audiencia traslado al apoderado de la parte que presenta al testigo, señala que se rechace la tacha por las razones que indica.SEXTO: Que a fojas 14.383, 14.391, 14.399 y 14.402 en la audiencia de prueba del día siete de agosto de 2009, el abogado Alvaro VARELA WALKER por la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle, deduce tacha en contra de los testigos Arturo SILVA VALDES, Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, Jaime TORRES GACITUA y Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal.Se adhiere en la misma audiencia a la tacha deducida, el abogado Tomas EHRENFELD IVANYI por el querellante Gonzalo Berrios Sagredo, en los mismos términos.SEPTIMO: Que a fojas 14.431, 14.433 y 14.435 la abogada del Consejo del Defensa del Estado, el abogado Tomas EHRENFELD IVANYI, por el querellante Gonzalo Berrios Sagredo y el abogado Alvaro VARELA WALKER por la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle, respectivamente, y sin perjuicio de las tachas ya opuestas en las audiencias testimoniales, formulan tacha en contra de Manuel PEREZ SANTILLAN, Hernán RAMIREZ RURANGE, Raúl LILLO GUTIERREZ, Jaime TORRES GACITUA, Arturo SILVA VALDES, Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, Fernando TORRES SILVA, Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, Marcelo SANDOVAL DURAN y Nelson ROMAN VARGAS, por las causales de los Nº2 y 8 del artículo 460 del Código de Procedimiento Penal, que se acreditan por sus respectivos extractos de filiación acompañados en autos en el caso de la primera causal, y por carecer de la imparcialidad necesaria pues tienen interés directo en los hechos, con lo cual se configura la segunda causal invocada y por ser además demandados civiles en el caso de la querellante representada por el abogado EHRENFELD.El abogado Gustavo MENARES por la parte de Manuel PEREZ SANTILLAN, pide el rechazo de estas por cuanto no se señalaron de manera circunstanciada los medios de prueba con que se pretende hacer valer las tachas.OCTAVO: Que procede acoger las tachas opuestas en los considerandos segundo, tercero, quinto, sexto y séptimo, por carecer los testigos tachados, a juicio de este sentenciador, de imparcialidad necesaria, al tener en el proceso un interés directo, lo que aparece del mérito de autos, atendida su calidad de acusados y demandados civiles, no siéndole indiferente el resultado de este y en consecuencia las declaraciones que prestaron las hicieron como inculpados.- Sin embargo, no obstante lo expuesto anteriormente, el tribunal apreciará la fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos que no reúnan los requisitos legales de conformidad a lo dispuesto en el artículo 464 del Código de Procedimiento Penal; NOVENO: Que en lo que dice relación con las tachas opuestas en los considerandos primero y cuarto, no se ha dado cumplimiento a lo que dispone el artículo 493 inciso 2º del Código de Procedimiento Penal, en cuanto prescribe que no se admitirán las tachas alegadas cuando no se indicare circunstanciadamente los medios de prueba con que se pretende acreditar la inhabilidad que afecta al testigo, razón por la cual estas no pueden prosperar, de modo que serán rechazadas.En cuanto a los hechos: En cuanto a las acciones penales: DECIMO: Que, del mérito del auto acusatorio de fojas 12.663, dictado con fecha 26 de septiembre de dos mil ocho, se desprende que de acuerdo a la exposición detallada de los hechos materia de la investigación, se han cometido los siguientes delitos: 1.- secuestro con homicidio, contemplado en el artículo 141 inciso final del Código Penal; 2.- secuestro, establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal; 3.- asociación ilícita, previsto y sancionado en los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal; 4.- infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal; y, 5.- obstrucción a la justicia, contemplada en el artículo 269 bis del Código Penal con relación al delito del artículo 141, inciso primero del Código Penal.Para un mejor orden de la presente sentencia se procederá a continuación a realizar un análisis por separado respecto a cada uno de los ilícitos por los que se han fundado los cargos a los acusados: 1.- En cuanto a los delitos de secuestro con homicidio y de secuestro: DECIMO PRIMERO: Que en orden a acreditar los hechos punibles antes referidos se han reunido en autos los siguientes elementos de convicción: a) denuncia de fojas 1 y siguientes interpuesta por el Sr. Enrique KRAUSS RUSQUE en su calidad de Ministerio del Interior, el 15 de junio de 1993, por la presunta desgracia del ciudadano chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién se encuentra desaparecido de su domicilio desde hace varios meses a la fecha sin que se sepa su actual paradero.- b) declaraciones judiciales de Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, quién a fojas 5 y siguientes, señala que se encuentra casada con Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO desde el 07 de septiembre de 1987, manteniendo una vida normal hasta marzo de 1991, fecha en que encontrándose ambos residiendo en la ciudad de Viña del Mar, él se vino a la casa de sus padres en calle Antonio BELLET Nº92 de la comuna de Providencia, sin darle explicaciones de su traslado, lo que no le llamó la atención dado el carácter independiente que él tenía, es así como comenzó a visitar a su marido cada quince días los fines de semana en forma normal y en una fecha que no recuerda, al llegar a Santiago, se encontró con que él no estaba en casa, los padres de éste le señalaron que había salido hacía una semana, sin dar explicaciones donde estaba, lo que no le pareció tan extraño debido a que su marido tenía problemas de cheques y pensó que estaba eludiendo a la justicia.Alrededor de un mes después, en el mes de agosto de 1991, recibió un llamado en Viña del Mar de Eugenio BERRIOS, que le pedía lo fuera a ver a la casa de un amigo de nombre Hernán PRIETO que residía en el sector de La Dehesa que era dueño de las cecinas La Española, por lo que fue a verlo un fin de semana, regresando luego a Viña del Mar.- Pasó algún tiempo en que nada supo de su marido, ya se había mudado a la casa de los padres de éste en Santiago y en el mes de octubre, recibió un llamado suyo desde Montevideo, Uruguay, quién le indicó que no le contara a nadie, que hiciera su maleta y que se fuera a la línea aérea PLUNA, donde había un pasaje reservado para ella abierto, de ida y vuelta, con el que viajó a ese país.- En Montevideo la llevó a un hotel en el sector de Pocitos donde la visitaba y alguna veces se quedaba con ella, paseaban mucho pero nunca le presentó a nadie, seguía muy hermético y cuando le quiso preguntar algo, él le pidió que no lo hiciera, estuvo allí como diez días.- De regreso en Santiago, su marido la llamó de vez en cuando y en octubre de 1992, le pidió fuera a verlo nuevamente a Montevideo, con sus propios recursos pues él estaba sin dinero, viajó y él la fue a esperar al Aeropuerto de Carrasco, la llevó a un hotel del centro de la ciudad, permaneciendo juntos, pasearon bastante e incluso viajaron a Punta del Este, en esta ocasión volvió a decirle que no le hiciera preguntas.La última vez que supo de él fue antes de Pascua del año 1992, fecha en que le dijo que quería que ella se trasladara a Montevideo y que él le avisaría, sin saber nunca más de él.Posteriormente a fojas 15 y siguiente, aclara que el único problema que tenía su marido era con prestamistas, que jamás lo vio usando cocaína.- Agrega que estaba conforme con estar separado de su marido por su situación con los cheques protestados, indica que en las dos ocasiones que viajó a Uruguay nunca le dijo a que se dedicaba en dicho país y conversaron la posibilidad de que ella se avecindara allá.En una nueva declaración a fojas 426 y siguientes agrega que en el segundo viaje, además de permanecer en un hotel, estuvieron en una casa en Pirlápolis por alrededor de ocho días.Finalmente señala que en este segundo viaje no le manifestó su intención de viajar a otro país, él quería permanecer en Montevideo hasta que prescribieran los cheques, esa fue la razón que le dio para su viaje, además, ante su comentario de que querían que declarara en el caso LETELIER, manifestó que no tenía inconveniente en hacerlo.- Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 1.555 y siguientes agrega que en ninguna de las oportunidades que viajó a Uruguay a reunirse con su cónyuge supo o se dio cuenta que hubiera estado vigilado o custodiado por alguna persona.c) acta de inspección personal del tribunal rolante a fojas 8 y siguientes de fecha 21 de junio de 1993, de la causa rol Nº129.526 del Sexto Juzgado del Crimen de esta ciudad, iniciada el 29 de noviembre de 1989 por el delito de giro doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO y acumuladas, y encontrándose archivada por sobreseimiento decretado en rebeldía del inculpado, es reabierta el 23 de febrero de 1991 cuando el nombrado BERRIOS es puesto a disposición del tribunal, se le notifican los autos de procesamiento y obtiene su libertad provisional bajo fianza el 1º de marzo del mismo año, el 11 de febrero de 1993 existe una constancia de haberse solicitado la causa por la Excma. Corte Suprema, posteriormente con fecha 16 de junio de ese mismo año se despacha orden de aprehensión en su contra, bajo apercibimiento de rebeldía, terminando con dicha diligencia la inspección.d) declaraciones de Gonzalo BERRIOS SAGREDO, quién a fojas 54 vta. y siguiente señala ser el padre de Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO quién se tituló de Bioquímico en la Universidad de Chile y se casó con Gladys SCHMEISSER, quién vive con ellos.- Agrega que su hijo trabajó un tiempo con el extracto de boldo, pero no le fue bien; también lo hizo en la elaboración de aceite de rosa mosqueta, con algunos socios, pero tampoco le fue bien, se hizo cargo de una pastelería de una tía ubicada en calle Carmen, pero el negocio tenía deudas contraídas, por lo que comenzó a endeudarse con prestamistas que lo persiguieron y lo obligaron, incluso, a trasladarse a vivir a Viña del Mar.- Señala que la última vez que vió a su hijo fue el año 1991, no les dijo nada, se fue cuando vivía con Gladys en Viña del Mar y ella se los comunicó recién como a los tres meses después, sin decirles donde estaba, quedando en claro en todo caso que era fuera de Chile.- La explicación para este egreso era su situación económica, pues sus acreedores lo asediaban.- Finalmente indica que no se comunicó nunca con su hijo por teléfono, advirtiendo sí que lo hacía con su nuera.e) acta de inspección personal del Tribunal rolante a fojas 55 vta. de fecha 09 de julio de 1993, por la cual se tiene a la vista la causa rol Nº1410 acumulada a la 129.526, por querella por giro doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO, en la que se despachó orden de aprehensión en su contra el 04 de febrero de 1992, devuelta sin resultado, sobreseyéndose en rebeldía y tras ser aprobado este se archivó con fecha 13 de enero de 1993.f) declaraciones de José Miguel VARAS MOREL quién a fojas 56 y siguientes, señala que en el mes de noviembre de 1991 viajó por razones familiares a Montevideo, allí se acordó de un amigo, de quién sabía se desempeñaba como Agregado Cultural y de Prensa en la Embajada chilena en ese país, ante lo cual, lo ubicó y almorzaron juntos, éste le confidenció que BERRIOS lo había ubicado por teléfono a través de la Embajada, lo llamó a su casa y al parecer se encontraron en un lugar cercano, le contó que se sentía muy sólo en Montevideo donde al parecer lo habían llevado para protegerlo a raíz de que lo había citado el Ministro BAÑADOS para interrogarlo en el caso LETELIER.- Agrega que su amigo se molestó con él por ubicarlo y no quería saber nada de él y que había negado todo contacto a futuro con él.- Posteriormente, en careo de fojas 127 vta. mantiene sus dichos y rectifica el hecho de que al parecer su amigo no se juntó con BERRIOS sino que la conversación fue en forma telefónica entre ambos.- Posteriormente en una nueva declaración de fojas 831 agrega que BERRIOS le dio a entender a su amigo que estaba sometido a algún tipo de vigilancia o limitación de su libertad.g) declaraciones de Rodrigo Ximeno de ARTEAGABEITIA HALLEY-HARRIS quién a fojas 58 señala que conoció de la reunión de un conocido suyo con Eugenio BERRIOS en Montevideo, por los dichos de su amigo el periodista José Miguel VARAS, quién le confidenció esto, y él en su calidad –en la época- de asesor de comunicaciones del Director de la Policía de Investigaciones, y luego de esto, con su autorización comunicó ello al Director de ese entonces de apellido TORO.h) declaraciones de Rafael Enrique MATTOS DIAZ quién a fojas 70 y siguiente señala que conoció a Eugenio BERRIOS cuando ambos estuvieron internados en Capuchinos por el delito de giro doloso de cheque donde entablaron amistad, luego lo visitó en su casa en tres o cuatro ocasiones, y recuerda que ha solicitud suya concurrió al Sexto Juzgado del Crimen a pedir que le acumularan todas sus causas por giro doloso de cheque en una sola, ya que él le señaló que no podía presentarse en el tribunal, indica que le ofreció “falopa” como una manera de ayudarlo económicamente, pero él la rechazó.- Indica que en la cárcel se decía que era de la DINA, pero nunca hizo alguna demostración en ese sentido, luego se enteró por la prensa que estaba involucrado en el denominado “caso LETELIER”, y la última vez que supo de él fue en el mes de marzo de 1992, fue a casa de sus padres, quienes lo habían llamado en varias ocasiones para que tratara de ayudarlos en el problema de cheques que tenía su hijo, en esa oportunidad BERRIOS los llamó por teléfono y él aprovechó de decirle que no quería estar más involucrado con él, esto a través de ellos, ya que no habló directamente con él.i) declaraciones de Diego Alejandro MOLLENHAUER ESCUDERO, quién a fojas 73 vta. señala que conoció a BERRIOS cuando ambos estaban detenidos en Capuchinos por giro doloso de cheque, señaló que era bioquímico, que había trabajado para el gobierno militar y que había sido miembro de la DINA, agrega que “gustaba hablar mucho de sus temores, porque según él, era perseguido, y querían matarlo o alejarlo de su medio”, lo escuchaban con sorpresa pues todos tenían problemas por el no pago de obligaciones comerciales, mientras este señor no parecía preocuparse de sus deudas.- Indica que él fue la persona que le presentó a su abogado Hernán LOIS, quién finalmente le gestionó y obtuvo su libertad, lo que aparentemente a BERRIOS no le interesaba, ya que al parecer, su deseo era permanecer detenido en Capuchinos.- El decía que allí se sentía mucho más seguro y cómodo.- Finalmente, señala que entre los meses de abril a junio de 1991 se lo encontró en Providencia y le mencionó que tenía un trabajo en un país sudamericano que no recuerda y que debía viajar.j) declaraciones de Sergio Hernán PRIETO PRIETO, quién a fojas 75 y siguientes declara que conoció a BERRIOS desde el año 1985 cuando fue expositor en la FISA de la “Boldina” y tenía un stand al lado del suyo, entablando una cierta amistad, de almorzar juntos y de bares, la última vez que lo vió fue en el mes de agosto de 1990 cuando estuvo en su casa por unos días, contándole que estaba pasando por una situación difícil, ya que tenía problemas económicos.- Agrega que no recuerda que lo visitara allí su señora.k) declaraciones de Carlos Alberto HERRERA JIMENEZ quién a fojas 569 y siguiente señala que entre el mes de octubre de 1991 hasta el 18 de enero de 1992 estuvo en la ciudad de Montevideo, residiendo en un departamento que arrendó sobre la Rambla en el sector de Pocitos, como le solicitaron un aval presentó a un militar uruguayo a quién conoció cuando éste estuvo en Chile.Agrega que conoció a BERRIOS accidentalmente en Uruguay en un restaurante, donde se conocieron y hablaron, luego fueron en grupo hasta su departamento y en el mes de diciembre lo tuvo alojado por unos días, ya que le expresó que tenía problemas económicos, pero por ser de mal vivir le solicitó que se fuera.- Nunca tuvo conocimiento de sus actividades.Posteriormente en su declaración de fojas 3.841 y siguientes señala que su salida del país, se produjo por una orden militar dada por Auditor General del Ejército, quién manifestó que era por una orden del Director de la DINE, orden que evidentemente venía de sus superiores, esto era así porque hubiera sido imposible que tanto él como SANHUEZA y BERRIOS hayan salido sin este conocimiento hacia Uruguay.- Tampoco es casualidad que hayan llegado al mismo país, puesto que al más alto nivel debió haber un contacto entre los altos mandos de las instituciones.- Agrega, que pensaba que la colaboración, como la ayuda y compañía que le brindaba el militar uruguayo eran fruto de su carácter amistoso, pero después se dio cuenta que no era tan así ya que obedecía a una operación de inteligencia de ambos países.- l) declaraciones de José Remigio RIOS SAN MARTIN quién a fojas 581 y siguientes indica que no es efectivo que él haya desempeñado labores de custodia o escolta de Eugenio BERRIOS, a quién conoció el año 1976 cuando fue destinado en comisión de servicio extrainstitucional a DINA, en ese período concurrió en una ocasión a la casa de Michael TOWNLEY ubicada en el sector de Lo Curro a retirar unos muebles, donde le fue presentada esta persona y en otra ocasión que concurrió a dicho lugar también lo divisó.Posteriormente alrededor del año 1977 se lo encontró saliendo de una panadería ubicada en calle Carmen que era de su tía y allí le contó que vivía a pocos cuadras y a los días lo fue a visitar, así comenzó a frecuentarlo y luego se mudo a la casa que daba a los pies de la panadería, conoció a su novia de ese tiempo de nombre Viviana ZURITA.- Agrega que BERRIOS por darse importancia lo presentaba como su protector o escolta.- El siempre lo llamaba como Alberto ARROYO que era su nombre de seguridad cuando estaba en DINA.Indica que para el año 1982 en el Ejército lo destinaron a funciones diversas por lo que lo perdió de vista, al menos en lo que se refiera a tratar con él, pese a que vivió en dicho lugar hasta el año 1992.m) declaraciones de Juan Rigoberto CASTILLO SILVA quién a fojas 615 señala que como empleado civil del Ejército, conoció a Eugenio BERRIOS en el tiempo de la DINA entre los años 1978 a 1979 cuando trabajaba en Avda. Eleodoro Yañez, ignora en que unidad trabajaba este señor pero concurría en forma esporádica a esa unidad donde él aprovechaba de hacerle preguntas relativas a sus conocimientos científicos, esto cuando se retiraba.- Con el tiempo le enseñó a hacer una incubadora y de vez en cuando lo iba a visitar a la panadería de su tía en calle Carmen y en un departamento de calle Merced.- Posteriormente, en su declaración de fojas 12.233, agrega que con respecto al gas sarin, en el cuartel de Eleodoro Yañez había una perra que se llamaba andrea y es así como hablando en clave comenzaron a referirse a este gas como “ANDREA”, señalando que era muy bueno y que lo iban a ocupar en trabajos de inteligencia n) declaraciones de Viviana Patricia EGAÑA BONNEFOY, quién a fojas 620 vta. y siguiente señala que en el año 1980 conoció a Eugenio BERRIOS cuando ella trabajaba en el Cabaret 1.100.- fecha en que iniciaron una relación sentimental que duró hasta el año 1986, pero continuó viéndolo hasta el año 1988 porque el le iba a pedir cheques prestados.- Posteriormente a fojas 1.184 y siguientes agrega que cuando conoció a BERRIOS siempre andaba acompañado por un sujeto al que conoció como “pelao ARROYO”, cuando Eugenio iba a su casa este sujeto lo acompañaba y lo esperaba en el auto.- Incluso a ella le preguntó sus dos apellidos y en una ocasión a raíz del caso SORIA hizo un comentario que había pertenecido a la Brigada MULCHEN, pero Eugenio le dijo que no siguiera hablando.- En otra ocasión ambos comentaron que a Carmelo SORIA lo había matado la brigada MULCHEN en el laboratorio de Lo Curro.- Indica que la chapa de BERRIOS en la CNI era HERMES BRAVO, tuvo incluso en sus manos un carnet de identidad con esa identidad, en cuanto al gas sarin le comentó que él lo había inventado y lo había trabajado para el gobierno.Posteriormente en su declaración de fojas 2.845 y siguientes agrega que en una ocasión se encontró en el centro de Santiago con un sujeto de nombre David MORALES quién le indicó que BERRIOS estaba afuera del país y que “lo habían sacado los de arriba y que harto caro les estaba saliendo”.ñ) que a fojas 626 y siguientes rola exhorto internacional de la República Oriental del Uruguay por el que se acompaña certificado de defunción correspondiente a Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, indicando como lugar de la muerte el sector denominado Canelones, perteneciente a El Pinar, estimándose como fecha de muerte entre los meses de enero a junio de 1993, siendo la causa de esta: “Heridas encéfalo craneanas por proyectiles de arma de fuego.- Instituto Técnico Forense, Montevideo, abril de 1997”.o) oficio rolante a fojas 837 del Departamento Control Fronteras de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 27 de agosto de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal que ha contar del 01 de enero de 1990, el consultado Eugenio BERRIOS SAGREDO, no registra anotaciones de viajes.p) oficio rolante a fojas 839 y siguiente de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 02 de septiembre de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal que Eduardo RADAELLI COPOLLA, uruguayo, registra los siguientes viajes: ENTRADA: 08.ENE.1992 A. MERINO B. ARGENTINA SALIDA URUGUAY : 15.ENE.1992 A. MERINO B. ENTRADA: 27.JUN.1992 “ “ SALIDA “ “ ENTRADA: 29.ENE.1993 “ “ SALIDA “ “ : 04.JUL.1992 : 10.FEB.1993 ENTRADA: 12.ABR.1994 A. DIEGO A. SALIDA : 06.ABR.1994 “ “ ENTRADA: 21.JUL.1998 A. MERINO B. MEXICO SALIDA URUGUAY : 21.JUL.1998 A. MERINO B. q) declaraciones de Fabiola LETELIER DEL SOLAR rolantes a fojas 922 y siguientes en las que señala que atendida su calidad de abogado querellante por más de 15 años en el denominado caso LETELIER, atendido el mérito de lo allí investigado, puede afirmar que Eugenio BERRIOS SAGREDO era una agente civil de la DINA de profesión químico que trabajó durante los años 1975 a 1976 en un recinto de la DINA ubicado en el sector de Lo Curro junto a otras personas en la elaboración del denominado gas sarin, cuya utilización estaba destinada a la eliminación física de opositores al régimen militar y por haber decretado su detención el Sr. Ministro de la Corte Suprema don Sergio BAÑADOS CUADRA, fue sacado del país por oficiales chilenos y mantenido en Uruguay con la colaboración de militares de ese país.- Termina su declaración señalando que, aparece como un hecho claro y preciso que BERRIOS, fue asesinado por sus captores.r) declaraciones de Juan Manuel Guillermo CONTRERAS SEPULVEDA quién a fojas 969 y siguiente declara que fue el Director Ejecutivo de la DINA entre 1974 y 1977, no conoció a Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién no fue funcionario de la DINA ni menos agente, porque dichos funcionarios debían pertenecer a las instituciones de la defensa nacional.- El fue vinculado a DINA por la prensa pero sólo perteneció a Patria y Libertad, junto con TOWNLEY, OYARZUN y ETCHEPARE.- Supo que ellos trabajaban en forma particular elaborando boldina y para ello contaban con los servicios de dicho químico.- Posteriormente cuando estaba internado en el Hospital Militar en el año 1991, el Auditor General del Ejército le comentó que la CNI le había pagado un sueldo a BERRIOS y a los otros nombrados en forma mensual hasta 1990, ignorando el motivo de estos pagos.Posteriormente, en una nueva declaración de fojas 2.586 y siguientes agrega que la salida de Eugenio BERRIOS del país, no fue porque se tratara de un testigo clave en el caso de la muerte de Orlando LETELIER, sino que le asiste el convencimiento de que se trataba de un problema de drogas.- Y como se había transformado en un alcohólico y drogadicto, había personas interesadas en sacarlo del país, debido a que se hacía muy peligroso para la organización para la que trabajaba.- Señala que la persona que dio la orden de sacarlo, es decir el Director de Inteligencia Nacional, desconocía la verdadera razón de la orden que debió recibir de un escalón superior en este sentido.- Sin orden superior no podía ordenar una operación de esta naturaleza, pues se trataba de una operación internacional en que se involucraban relaciones extranjeras.s) declaraciones de Hernán Tulio PAREDES ORELLANA quién a fojas 1.098 señala que no conoce a Eugenio BERRIOS, nunca ha tenido vinculación con el Ejército u organismos de seguridad, agrega que en una ocasión extravió su cédula de identidad, pero no puede precisar la fecha, pero debe haber sido alrededor del año 1988.- Finalmente, señala que por su trabajo en NCR Chile viajó en reiteradas ocasiones fuera del país, sin tener nada más que agregar.t) declaraciones de Odlanier Rafael MENA SALINAS quién a fojas 1.182 señala que nunca conoció ni vió a Eugenio BERRIOS, si supo que trabajaba para la DINA cuando él llegó a la CNI y que cuando se allanó la casa de Lo Curro habían unas dependencias que eran usadas como laboratorio por esta persona y habían comentarios de que estaba experimentando con el gas sarin y otros productos.- Por otra parte ratifica sus dichos en una entrevista periodística en el sentido que el general CONTRERAS había intentado asesinarlo, lo que supo por una carta que le envío Mariana Callejas quién le comunicó esto y que sería a través de un compuesto preparado por BERRIOS y que se lo iba a dar una secretaria de la CNI lo que posteriormente fue ratificado por Michael TOWNLEY en una declaración en el denominado caso LETELIER.Finalmente agrega que en el proceso por la muerte de Orlando LETELIER es posible que fuera muy importante la declaración de BERRIOS por las investigaciones que el realizaba, por haber tenido conocimientos que no era conveniente que se supieran, pero no le consta.Posteriormente a fojas 5.663 y siguiente señala que cuando se recibió de CNI le encomendó al Mayor SECCATORE que averiguara con relación a Eugenio BERRIOS, -ya que sabía de su existencia y de los trabajos que había hecho en Lo Curro, por informaciones que se tenían-, si mantenía aún en su poder restos de gas sarin, por su contenido altamente peligroso, luego este oficial le informó respecto de las conversaciones que había tenido con BERRIOS y hasta allí llego el tema.u) parte policial de fojas 1.206 y siguientes de fecha 22 de febrero de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a disposición del Tribunal muestras óseas correspondientes al cadáver encontrado en el balneario de El Pinar en Montevideo, Uruguay, correspondientes a “tibia y peroné izquierdos, además de dos piezas dentales”, las que fueron remitidas por el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal del Segundo Turno de Pando, Departamento de Canelones, ciudad de Montevideo, en los autos caratulados “BERRIOS SAGREDO, Eugenio Antonio, su muerte, ficha P/1080/1996”, conforme a la Convención sobre Igualdad de Trato Procesal y Exhortos, suscrita por ambos países.v) parte policial de fojas 1.206 y siguientes de fecha 22 de febrero de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a disposición del Tribunal una copia del informe emitido por el Antropólogo Forense, Sr. Horacio SOLLA OLIVERA, quién fue el perito policial que recibió en la Morgue del Instituto Técnico Forense de Montevideo, las osamentas encontradas el día 13 de abril de 1995 a orillas del Balneario El Pinar, que en su parte pertinente señala que su data de muerte es superior a los diez meses desde el momento del hallazgo, en abril de 1993; se aprecian en el cráneo muy claramente los orificios de entrada de 2 proyectiles de arma de fuego que comprometen región occipital y temporal izquierdas, con orificios de salida en región frontal que provocó múltiples fracturas cráneo-faciales.- Los proyectiles son de calibre 9 mm encamisados, compatibles con un revolver Mágnum 357 según el informe balístico de de la Policía Técnica de Montevideo.- Los restos óseos corresponden a un individuo de sexo masculino, caucasoide, de aproximadamente 170 + o – 3 cms. de estatura y que tenía entre 40 a 50 años de edad.- Finalmente, agrega que por medio del método de identificación cráneo-facial por video-superposición digital y los demás estudios óseos, permiten afirmar sin lugar a dudas que el cráneo desconocido corresponde al individuo de la fotografía (que corresponde a Eugenio BERRIOS SAGREDO).w) parte policial de fojas 1.335 y siguientes de fecha 25 de marzo de 2002 por el cual la Policía de Investigaciones pone a disposición del Tribunal los documentos que dan cuenta del traslado de los restos mortales de Eugenio BERRIOS SAGREDO así como de su recepción por parte del Servicio Médico Legal.x) oficio del Servicio Médico Legal rolante a fojas 1.394 y siguientes, por el que se acompaña: - informe sobre ADN mitocondrial, que señala que al comparar los perfiles de ADN mitocondrial de las muestras óseas (peroné Eugenio BERRIOS) y familiar de referencia, no se observó diferencia en la secuencia de las mismas, por lo tanto se concluye que existe compatibilidad en la maternidad para las muestras analizadas.- informe de video superposición cráneo-facial, por el que se concluye que de acuerdo a las coincidencias en la superposición cráneo-rostro, es opinión del perito que el cráneo periciado corresponde al Sr. Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO.- informe comparativo odontológico, por el que se concluye que los restos estudiados corresponden desde el punto de vista odontológico al Sr. Eugenio BERRIOS.y) Informe Médico Legal de osamentas humanas rolante a fojas 1.408 y siguientes de 13 de mayo de 2002, por el que se informa al Tribunal que se trata de una osamenta incompleta de un individuo de sexo masculino de entre 45 y 50 años de edad; de 173 +/- 3 cms. de estatura, con tratamientos odontológicos restaurantes, causa de muerte traumatismo cráneo encefálico y toráxico por impacto de proyectil de tipo homicida, con una data de muerte de entre 5 a 8 años.z) antecedentes agregados a la causa de fojas 1.489 a 1.553 que dicen relación con copia de declaraciones de los autos en que se investiga el homicidio del Sr. Tucapel JIMENEZ ALFARO.- a’) oficio del Departamento de Control Fronterizo de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 21 de septiembre de 2001 rolante a fojas 1.696 y siguientes que da cuenta de los registros de entradas y salidas del país, entre el 01 de enero de 1990 a 31 de diciembre de 1995, de Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, Arturo Rodrigo SILVA VALDES, Jaime Fernando TORRES GACITUA y de Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN.b’) informe policial de fecha 08 de agosto de 2002 rolante a fojas 1.899 y siguientes que da cuenta de los registros de entradas y salidas del país de Nelson Williams ROMAN VARGAS.c’) copia de antecedentes de los autos rol Nº1-91 por el homicidio del Sr. Orlando LETELIER DEL SOLAR rolantes de fojas 2.052 a fojas 2.218.d’) informe pericial de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la Policía de Investigaciones, rolante a fojas 2.276 y siguientes, por el cual se concluye que examinados los restos óseos, se trata de un individuo de sexo masculino de 50 años de edad aproximadamente, con tipo racial caucasoide, se constató la existencia de patologías de carácter congénitas (posible hipogonadismo) y adquiridas, con expresión morfológica visible.- Se informa que las lesiones constatadas en el cráneo y en al menos una de las costillas (11ª izquierda) son compatibles por traumatismos por proyectiles balísticos.- Conforme a las trayectorias descritas por los proyectiles el impacto en el cráneo es, con víctima de pie y a lo menos uno toráxico, con víctima en el suelo.- De acuerdo a la localización de las lesiones, trayectoria de los proyectiles, distancia de disparos, se puede inferir con razonable certeza, participación de terceras personas.- La causa de la muerte es, como consecuencia de, traumatismos cráneo encefálico y toráxico, de proyectil balístico.e’) declaraciones de Juan Bautista FERRARI GRILLI quién a fojas 2.390 señala que ratifica íntegramente su declaración policial de fojas 1.690, precisa que la persona a quién se la llevó para que la atendiera y que después reconoció en fotografías como Eugenio BERRIOS, estaba acompañado por dos personas más que al parecer eran chilenos, él estaba bajo un estado de ansiedad y angustia, se veía asustado, sudoroso, desaliñado, con ropa de vestir de buena calidad.- Agrega que cuando lo hizo pasar a su consulta, una persona intentó entrar con él, pero no se lo permitió y le pidió que esperara afuera.- Luego procedió a examinarlo, pudiendo advertir que no tenía sus facultades mentales perturbadas.- Fue el comisario HERNANDEZ quién le pidió que lo atendiera.- Agrega que le practicó un test neuro psicológico mínimo o test minimental que dura unos diez minutos que consiste en un método oral en que se le dicen palabras que debe memorizar y luego se le hacen preguntas en torno a ellas, este tiene un puntaje que en el caso de los dementes puede arrojar un 40 % de efectividad en el caso de esta persona arrojó un 100 %.- Finalmente señala que en el Ministerio del Interior se le exhibieron fotografías donde reconoció a BERRIOS como la persona que se presentó en su consulta.f’) declaraciones de Luis Angel MIGUEZ, quién a fojas 2.391 señala que ratifica su declaración policial de fojas 1.688, quién señala que cuando BERRIOS llegó al edificio en que trabaja como conserje, se presentó como Hernán Tulio ORELLANA, era una persona muy tranquila que salía a caminar sólo, a veces iba al supermercado, los únicos que estaban con él eran otros ciudadanos chilenos que se alternaban viviendo con él, ni siquiera entraba nadie a limpiar su departamento.g’) querella rolante a fojas 2.656 y siguientes interpuesta por Gonzalo BERRIOS SAGREDO, por el delito de secuestro con homicidio de su hijo Eugenio BERRIOS SAGREDO, y otros delitos que indica, en contra de quienes resulten responsables.h’) informe policial Nº07 de 14 de enero de 2003, por el cual se pone a disposición del Tribunal diferentes libros y carpeta con recortes de prensa encontrados en la casa habitada por Eugenio BERRIOS SAGREDO: - Titular: “desmienten versión de M. Townley sobre fabricación en Chile de gas sarin”.- El Mercurio, 15 de diciembre de 1981; - Titular: “Townley llevó gas letal a los Estados Unidos, según versión del Washington Post”.- La Tercera, 14 de diciembre de 1981 - Titular: “Desmienten que Chile haya practicado gas paralizante” “septicemia mantiene grave a Eduardo Frei”.- La Segunda, 14 de diciembre de 1981; - Titular: “Chile en el exterior: Kennedy publicita informe sobre presunto plan con gas”.- El Mercurio, 12 de enero de 1982; - Titular: “Hasta de gas venenoso se habla en el caso de los intoxicados”.- Las Ultimas Noticias, 11 de enero de 1982; - Titular: “Caso de reos intoxicados, Morris West daria nueva pista”.Las Ultimas Noticias, 12 de enero de 1982.i’) informe pericial químico rolante a fojas 2.696 del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones, por el que se da cuenta al Tribunal que revisados los libros encontrados en casa de Eugenio BERRIOS, aparece el libro: American Journal of Clinical Pathology, que contiene entre las paginas 128-132 el artículo titulado ”Observations on a chemical test related to the virulence of staphylococcus aureus”, en el cual se informa sobre una correlación positiva entre un test químico (AMC) y la capacidad patogénica del estafilococo dorado, basándose en los tipos de infección invasiva en seres humanos y en su potencial letal después de la inoculación de ratones de experimentación.j’) declaraciones de Mariana Ines CALLEJAS HONORES, rolantes a fojas 2.723 y siguientes donde señala que conoció a Eugenio BERRIOS en su casa de Lo Curro que servía como cuartel de DINA cuando llegó a formar y trabajar en un laboratorio que iba a preocuparse de la fabricación de un gas letal llamado SARIN.Agrega que el material y los elementos que requerían estos trabajos se compraban en Europa, él trabajaba desde temprano y hasta muy tarde en la noche sin detenerse.- Cuando a principios de 1977 se disolvió la DINA y esta pasó a llamarse CNI, no vió más a Eugenio BERRIOS y el laboratorio fue desmantelado por subordinados del General CONTRERAS.- Recuerda que BERRIOS le manifestaba sus ideas de eliminar personas con material que podía conseguir del Instituto Bacteriológico, le habló del estafilococo dorado, que era muy fácil de introducir en la comida de las personas, conversación que recordó a los años cuando murió Eduardo FREI MONTALVA.Señala que a su marido y a ella se le pagaba un salario por parte de DINA al igual que a las personas que trabajaban en el Cuartel de Lo Curro.- Posteriormente en su declaración de fojas 6.702 y siguientes, agrega que a BERRIOS lo llevó a Lo Curro su marido Michael TOWNLEY y lo presentó como un químico que trabajaría con él y con Francisco OYARZUN, este último se fue a Suecia cuando ocurrió un tema de Concepción, pensando que podría quedar involucrado en eso.- k’) declaraciones de Maria Rosa Alejandra DAMIANI SERRANO, quién a fojas 2.726 y siguientes señala que ratifica íntegramente su declaración extrajudicial prestada ante la Policía de Investigaciones.- Agrega que las declaraciones que hubiera podido prestar Eugenio BERRIOS en la causa por el homicidio de Orlando LETELIER, eran importantes ya que él trabajaba directamente con las personas que estaban en la parte operativa.l’) declaraciones de Manuel NOVOA CONTADOR rolantes a fojas 2.782 y siguientes donde señala que conoció a Eugenio BERRIOS entre el año 1980 a 1981, le fue presentado por un amigo común, con la finalidad de hacer un negocio de rosa mosqueta y de boldo granulado, él era químico y formaron una sociedad llamada Fotoquímica Nacional Chile que duró hasta el año 1985 a 1986, cuando él se casó con Gladys SCHMEISSER, ya que las cuentas no estaban claras.- El siempre hacía gala de tener mucho poder y estar protegido por los organismos de seguridad de los militares.- Cuando lo volvió a ver luego de que estuvo preso en Capuchinos, le pidió dinero y le dijo que iba a pedir ayuda a sus amigos del Ejército.- Agrega que durante su relación comercial con BERRIOS, mantenía un laboratorio en calle Carmen en la Pastelería de su tía, lugar que frecuentaba un sujeto a quién conocía como “el pelao”, que era su chofer cuando trabajaba en la casa de Michael Townley.- Agrega que si sabe que produjo en dicho lugar el gas sarin, con el que se ocasionó la muerte de un Conservador de Bienes Raíces de apellido CENTENO y de Carmelo SORIA.m’) declaraciones de Federico Augusto MARULL BERMUDEZ quién a fojas 2863 y siguientes señala que fue Cónsul General de Chile en Montevideo entre 1991 y 1992, y el Embajador era don Enrique RODRIGUEZ REBOLLEDO.- Agrega que el consulado funcionaba en la planta baja de la Embajada, también trabajaban allí, entre otros el Agregado de Prensa y de Cultura y Emilio TIMMERMANN que era el Agregado Militar.- Señala que en una ocasión mientras estaba en el Consulado le pasaron una llamada de un ciudadano chileno, ante lo cual contestó y le indicaron “habla Eugenio BERRIOS, quería hablar con usted”, ante lo cual le contestó que viniera y que el Consulado estaba en la calle Andes, y él señaló “si sé donde esta, pero no puedo ir por ahora porque estoy medio vigilado”, y cortó, recuerdo que incluso hizo una broma ante las presentes por el sentido de la conversación, pero en eso apareció el agregado de prensa y le preguntó quién había llamado y luego de informárselo, éste dijo que no hiciera bromas, que podía tratarse del mismo Eugenio BERRIOS que era requerido por la justicia en Chile y le recomendó que diera cuenta al Ministerio en Santiago en forma inmediata, indicándole que al hacerlo se “iba a llenar de gloria” por su celo funcionario, pues había leído la noticia en un diario de Chile.- Lo anterior, sin indicar que lo conocía de antes, en cuyo caso hubiera agregado dicho dato al telex que finalmente mandó, llegándole una respuesta en el sentido que necesitaban más antecedentes, tales como el segundo apellido, pero como no tenía tales antecedentes, no volvió a insistir ante la Cancillería y no supo más de este Sr. BERRIOS.Posteriormente hubo un sumario por estos hechos en la Cancillería y se le impuso finalmente una multa del 70% de sus sueldo por un mes.n’) oficio del Departamento Control Fronteras de la Policía de Investigaciones de Chile rolante a fojas 2.943 y siguiente, dando cuenta de los registros de las entradas y salidas del país de los acusados de nacionalidad uruguaya.p’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército rolante a fojas 3.038 por el cual informa al Tribunal que la Institución no posee antecedentes que permitan dar satisfacción a la solicitud de que informe si se proporcionaron dineros a la DINE para la mantención de Eugenio BERRIOS SAGREDO y otros ciudadanos chilenos, durante su permanencia en el extranjero durante los años 1991 y 1992.q’) declaraciones de Ramón Julio RIVAS VILA rolantes a fojas 3.392 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, quién señala lo siguiente: que para el año 1992 era coronel retirado y estuvo veinte meses en la Jefatura de Policía de Canelones designado por el Ejecutivo, señala que recuerda el tema del incidente producido en el balneario del Parque del Plata, indica que el Comisario HERNANDEZ se comunicó por teléfono con él para manifestarle que había un ciudadano chileno allí, que señalaba que estaba secuestrado por el Ejército, no le hablo nada de muerte, sólo que estaba secuestrado, ante lo cual consultó al Comandante y Jefe del Ejército, Gral. Juan REBOLLO si sabía algo al respecto, quién indicó que de ninguna manera.- Luego se dirigió a la seccional.- Agrega que recibió una llamada del Coronel LLUIS quién le indicó que recibiera a un Coronel que iría a hablar con él por esa situación, ante lo cual le dijo que sí y a los diez o quince minutos se produce la presencia de este oficial, quién le explicó que “…este señor estaba en relación con ellos…”, que “…tenía una fluida relación que por otro lado se transforma en una protección que le daban…”, ante lo cual fue a hablar con esta persona, quién le indica que estaba en un estado emocional muy alterado porque hacía mucho tiempo que no veía a su familia, que había sido una crisis pero que ya se encontraba bien, dijo que estaba en Uruguay por problemas de deudas, luego habló a solas por unos minutos con dicho oficial y luego este coronel le manifestó que se había aclarado todo, que lo del secuestro había sido producto de los nervios y si se podía retirar, ante lo cual el encargado de la seccional levantó un acta donde se expresaba que todo había sido un malentendido y que no estaba privado de libertad.- Agrega que sabía que se trataba de Eugenio BERRIOS porque le exhibió una copia de su cédula de identidad y le dijo que trabajaba como bioquímico, luego lo vió salir junto a dicho oficial y no supo nada más de esta persona.- Agrega, que piensa que esta persona posteriormente la mataron militares extranjeros por cuanto era un hombre que comprometía las cosas y a los militares uruguayos no los afectaba.- Estos hechos ocurrieron el 15 de noviembre de 1992 y nunca se hizo presente ningún militar chileno, al menos en la seccional.r’) declaraciones de Elbio Alberto HERNANDEZ MARRERO, rolantes a fojas 3.396 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, quién señala lo siguiente: que para el 15 de noviembre de 1992 era subcomisario y se desempeñaba a cargo de la Seccional de Parque del Plata, como Comisario.- Ese día ingresa un ciudadano chileno, que se notaba muy nervioso, lo hizo pasar a la cocina y en un principio relató estar secuestrado por militares uruguayos, no recuerda que haya mencionado a militares chilenos, que estaba allí por un problema con la justicia chilena.- Que él había producido como biólogo un gas llamado sarin y comenta que lo tenían como secuestrado y si salía debía enfrentar la justicia chilena, llevaba una fotocopia de su cédula de identidad escondida adentro de una radio a transistor, su nombre era BERRIOS y de nacionalidad chilena, llegó sólo a la comisaría en un auto que lo trajo y que luego se retiró.- En la oficina de guardia estaban recibiendo la denuncia de un vecino donde él pidió ayuda.Manifiesta que antes de BERRIOS llegó una persona muy nerviosa quién pide hablar con él, quién indica que tenían en su casa a una persona con problemas psiquiátricos, que dos estaban con él en la casa, pero que uno había salido a hacer mandados y él estaba en el techo a hacer unos arreglos y que esta persona se les había escapado, se identificó como Capitán de Ejército, no recuerda el nombre, y llegó pidiendo ayuda para localizar al que se le había ido, como él estaba recibiendo una llamada le dijo que esperara pero esta persona se retiró.- Luego a los veinte minutos aparece CABRERA a hacer la denuncia y cuando estaba con su señora en la oficina de guardia, aparece este hombre.- Como se mencionaba el tema del desequilibrio mental optó por llevarlo a la Policlínica de Salud Pública, a la vuelta informo a su superior y él a su vez le dice que iba a enterar a los mandos superiores, luego le devuelve la llamada y le dió instrucciones que no hiciera nada porque él iba a la Comisaría.Cuando él llega, luego de darle cuenta, se retira a su despacho, él habla con BERRIOS y con un Coronel que llegó luego, con el cual BERRIOS acepta irse, ante lo cual el pidió hablar a solas con BERRIOS, le pregunto por su situación, él le indicó que era amigo del Coronel y que se quería ir con él, y luego le manifestó si se animaba a dejar documentado que él se iba voluntariamente, y luego le pidió autorización al Jefe de Policía quién dijo que no era necesario pero si quería la hacía de forma no oficial, ante lo cual lo hizo y la guardó en su casa, pero este documento se lo fue a pedir posteriormente el Jefe de Policía, cuando estalló el escándalo y se hizo público el hecho.- En la Comisaría sólo quedó estampada la denuncia de CABRERA, pero se le dice que había incurrido en un error al documentar eso porque era “prácticamente secreto militar” y que el personal de la Comisaría no debía enterarse.- Luego al Jefe de la Policía se le ocurre que debía volcar tinta arriba de la escritura, lo que efectivamente hizo, pero con el cuidado que ninguna gota cayera sobre la escritura, cosa que fue inadvertida por el jefe.s’) declaraciones de Hugo Abayuba CABRERA VILLARREAL, rolantes a fojas 3.402 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, quién señala lo siguiente: señala que el día de los hechos eran entre las 09 y 10 de la mañana, se encontraba afuera de su casa conversando con un vecino, cuando aparece un extranjero que le dice que quiere hablar con la Policía, llevaba unas llaves en la mano, a los minutos aparece otro señor que intenta agarrar al extranjero y llevárselo, ahí forcejean un poco porque tenía más físico BERRIOS, ante lo cual se metió en el medio, eran dos hombres luchando de un lugar a otro, el otro le dice que era teniente e integrante del servicio de inteligencia del Ejército, ante lo cual él sacó su tarjeta y le dijo que era de las Fuerzas Armadas y que fueran a la Seccional para aclarar la situación, se dirigieron en su vehículo con RADAELLI y señora, y BERRIOS quedó en el lugar, los dos hablaron con el Comisario, se tomó un parte diario que firmó y luego se retiró a su casa.- Luego, como a las ocho o nueve de la noche llega hasta su casa BERRIOS a agradecerle por lo que habían hecho, iba en un auto blanco, no vió cuantos personas lo acompañaban, dice que todo estaba arreglado y se despide.t’) declaraciones de Teresa María MENDEZ REGO rolantes a fojas 3.405 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, quién señala lo siguiente: estaba con su marido tomando mate y un vecino, actualmente fallecido, cuando llega una persona que dice que lo estaban custodiando y que quiere ir a la Policía, llevaba la camisa y una corbata en la mano, y tenía una billetera con bastante dinero y una fotocopia de su cédula, luego aparece otro señor y le dice “veni, veni, tienes que venir conmigo” y empiezan a forcejear, ante lo cual interviene su esposo y les dice que deben ir a la Policía, el segundo señor señala que es Teniente del Ejército y su esposo le indica que es Capitán de Fragata, fue ella con su marido y el Teniente en auto a la Comisaría, primero entró a hablar el Teniente, luego entró su marido y le tomaron la denuncia, después vió que llegó BERRIOS y como estaba muy nervioso, el Comisario dice que lo va a llevar a un médico y que se podían retirar a su casa, estuvieron allí como dos horas, luego en horas de la tarde vé que llega caminando hasta su casa este señor acompañado de otro y les da las gracias, le toma la mano y le dice que se quede tranquila porque esta en buenas manos, luego ve pasar un coche y él se va en el vehículo que era de color blanco y se despidió.u’) declaraciones de Alberto Antonio COMUNIAN PIVARI, quién a fojas 3.414 y siguientes señala que por su nacionalidad italiana y su amistad con un Oficial de Ejército Carlos SCHLI, éste le solicitó que orientara a unos ciudadanos italianos que estarían en el país, dada su condición de representante de marcas, sin embargo a los días advirtió que se trataba de Stefano DELLE CHIAIE junto a un grupo de personas que eran prófugos de la justicia italiana por atentados terroristas, en el departamento de estos conoció a Eugenio BERRIOS con quién compartían las mismas ideas, él le manifestó que era químico y le habló de un negocio con la elaboración de boldina, pero ese negocio no prosperó.- A los varios años lo vió nuevamente y le contó que trabajaba en Talagante en un complejo del Ejército, le habían dado un auto y tenía una radio prendida en la onda del Ejército.v’) declaraciones de David Manuel MORALES LAZO, quién a fojas 3.442 y siguientes señala que como suboficial del Ejército que participó en el denominado Tacnazo, fue dado de baja de la institución, luego comenzó a trabajar como guardia de don Pablo RODRIGUEZ en el movimiento Patria y Libertad, donde conoció a Eugenio BERRIOS que participaba en las juventudes nacionalistas de dicho movimiento.- Se hizo muy amigo de él y de su familia, lo ayudó en varias ocasiones, ya que por su falta de dinero le hizo contactos con un policía de nombre Felipe RIOS por unos datos de narcotraficantes y con el oficial Italo SECCATORE, quién lo visitó en su casa, a quién le señaló que lo llevaran a trabajar al Complejo Químico de Talagante por sus conocimientos de química, ignora que sucedió luego, pero cuando se lo encontró posteriormente indicaba que estaba bien y que tenía un buen trabajo y que ayudaba a SECCATORE en su memoria.- Agrega que, piensa que BERRIOS era una persona importante para el Ejército porque tenía la custodia de Alberto ARROYO, se movilizaban en un vehículo de la institución, a este custodio le arrendaron una casa al lado de la suya, lo que significaba un control permanente.- w’) Informe policial de fojas 3.562 y siguientes de fecha 19 de mayo de 2003, por el cual la Policía de Investigaciones informa al Tribunal que consultado en el Departamento de Asesoría Técnica, Eugenio BERRIOS SAGREDO, entre otras, registra tarjeta informativa por orden de aprehensión pendiente en causa rol Nº191 de fecha 08 de noviembre de 1991 de la Excma. Corte Suprema de Justicia, reiterada con fecha 21 de enero de 1992.x’) declaraciones de Italo SECCATORE GOMEZ quien a fojas 3.575 y siguientes señala que como oficial de ejército estuvo en DINE bajo el mando del General POLLONI, desde allí fue llevado a CNI por el General Odlanier MENA para implementar un programa de informática.- Agrega que en una ocasión el General MENA le ordenó ubicar a un ciudadano de apellido BERRIOS para averiguar lo relativo al gas sarin, lo que hizo, tomó contacto con Eugenio BERRIOS, quién vivía en una panadería en calle Carmen, quién le señaló que efectivamente lo había elaborado en Lo Curro, escribió su fórmula en unas hojas, en esa época él estaba elaborando su tesis sobre elaboración de Boldina, para titularse como químico y mantenía un laboratorio artesanal en la parte trasera de su domicilio, se relacionó con él por alrededor de un mes y luego le entregó un informe verbal al General MENA, quién al parecer quedó satisfecho con ello, porque no le preguntó nada más acerca de esta persona, manifiesta como opinión personal, que el interés del General MENA por averiguar este asunto era por un tema de proteger a su persona, es decir quería tener la seguridad de que ya no existiese este gas.- Agrega que no volvió a ver a BERRIOS.y’) declaraciones de Francisco José OYARZUN SJOBERG quién a fojas 3.770 y siguientes señala que conoció a Eugenio BERRIOS durante sus estudios universitarios.- Agrega que en Lo Curro no trabajó directamente con él, sino que BERRIOS lo reemplazo e inició una ruta de síntesis muy distinta para la producción del gas sarin.- Agrega que efectivamente llegó a producirlo en una cantidad que estima en 300 a 400 mililitros, cantidad que es suficiente para producir la muerte de muchas personas, teóricamente más de mil, indica que dicho gas es un líquido aceitoso de alto punto de ebullición y por lo tanto baja tensión de vapor, que se puede utilizar en caso de guerra, como atomizador formando una nube y para un caso puntual, basta con aplicar una gota en la piel.- Señala que en este caso destapó el frasco que contenía el líquido, inhaló una mínima cantidad de lo poco que evapora al aire, sintiendo una inmediata congestión en los bronquios y una fuerte secreción de mucus en la boca y nariz, y a una dosis más alta se produce la muerte por asfixia.- Finalmente señala que luego de irse a vivir a Estados Unidos nunca más vió a Eugenio BERRIOS.Posteriormente en su declaración de fojas 4.070 y siguientes agrega que fue Michael TOWNLEY quién lo contactó y obtuvo que se le diera una comisión de servicio en la Universidad de Chile donde trabajaba en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, y luego aparece contratado por una empresa llamada DINAR.- Siempre se contactó con él, nunca se contactó con militares de la DINA, salvo los choferes que estaban para hacer alguna diligencia.z’) declaraciones de Francisco Maximiliano FERRER LIMA quién a fojas 3.938 y siguientes señala que como jefe del servicio secreto, la misión de la salida de Chile y el encasillamienrto dentro de su servicio, de Luis Arturo SANHUEZA ROS le fue impuesto por el General Director de DINE, a quién le manifestó sus reparos, pues no aceptaba que el servicio secreto fuera utilizado para realizar ese tipo de actividades, pero él le indicó que era una orden y estas de daban para ser cumplidas.- Agrega que conociendo a éste general, no le quedó ninguna duda de que él a sus vez estaba cumpliendo una orden superior.- Luego este tema fue un desastre por cuanto SANHUEZA sólo produjo gastos y riesgos y la ciudad donde residía en Argentina no era de aquellas donde existieran aspectos militares de importancia, posteriormente, por orden del mismo general, le traspasó esta persona al mayor SILVA o a GAETE, no lo recuerda, sin volver a verla.a’’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA quién a fojas 4.061 señala que efectivamente como oficial de Ejército, habiendo recién asumido la jefatura de la unidad Asesoría de Análisis, a fines de julio de 1994 recibió una orden del Director de DINE de ese período, para que se contactara con el oficial SANHUEZA ROS que vivía en San Martin de los Andes, Argentina y que preparara las condiciones para que pudiera volver a Chile a fines de año para ser presentado a la justicia chilena.- Lo que finalmente ocurrió, agrega que a SANHUEZA mensualmente se le depositaba la cantidad de mil quinientos dólares, que no recuerda si era el Coronel GARCIA de Finanzas o el Director de DINE quién se los entregaba.- Indica que cuando se hizo cargo de la unidad Asesoría de Análisis su comandante anterior le entrego sólo una carpeta con antecedentes, relacionada con SANHUEZA, y cuando se produjo el desprendimiento de SANHUEZA de la asesoría y él salió con una nueva destinación procedió a incinerar dicha carpeta con documentos.- b’’) declaraciones de Aldo Nolberto DUQUE SANTOS, quién a fojas 4.110 y siguientes señala conoció a Eugenio BERRIOS el año 1986 cuando se desempeñaba como oficial sumariante en la 3ª Fiscalía Militar de Santiago, hasta donde llegó con su pareja de nombre Viviana EGAÑA a interceder por unos pasteleros del negocio de su tía que habían estado involucrados en una riña, se les dio la libertad y él quedó muy agradecido por ello, lo que fue el comienzo de una amistad que tuvo con ellos por varios años.Señala que la última vez que lo vió el año 1991, estaba muy desmejorado, decía que “lo tenían loco” y que iba a abandonar el país, sin precisar porque motivo, pero indicó que se iría con una “chapa”, esto último porque poco antes había estado privado de libertad por cheques y obtuvo su libertad por el Pacto de San José de Costa Rica, ante lo cual le advirtió, como abogado, que debía ir al 6º Juzgado del Crimen a arreglar si situación.- Recuerda que en una oportunidad BERRIOS le preguntó si conocía al Ministro BAÑADOS, señalando que “lo requería y que lo andaba buscando debido a TOWNLEY”.Posteriormente en la audiencia de prueba rolante a fojas 14.313 y siguientes agrega que la última vez que vió a Eugenio BERRIOS fue en septiembre u octubre de 1991, se veía muy mal, andaba con un abrigo raído, con barba y pelo desgreñado, señala que lo invitó a almorzar al mercado central, éste le señaló que lo perseguía la DINA, la CNI y el FBI, decía que lo tenían loco y que estaba desesperado, indicó que la CNI y la DINA lo andaban buscando.- Finalmente, agrega que cuando recién lo conoció, alrededor del año 1987 o 1988, en una ocasión le mostró una pequeña ampolla y le dijo que eso producía el efecto que una persona lo aspiraba y se le producía un ataque cardiaco y su muerte parecía ocasionada por causas naturales y que al hacerle la autopsia no encontrarían nada.c’’) declaraciones de Flor Margarita CALDERON RIOS, quién a fojas 4.157 y siguientes señala que ingresó como empleada civil el año 1975, prestando servicios en DINA, CNI, DINE y el BIE hasta el año 2001, agrega que formó parte de la unidad Asesoría de Análisis junto a Erika SILVA, estaba al mando del mayor Arturo SILVA y funcionaba en un local ubicada en calle Gay entre República y Avda. España, además estaba el Capitán TORRES, el empleado civil LILLO, los sargentos VERGARA, JARAMILLO, HERNANDEZ, ROMAN y SANDOVAL.d’’) oficio del Ministerio de Defensa Nacional rolante a fojas 4.415 y siguientes de fecha 22 de octubre de 2003 por el cual se informa al tribunal que recabados los antecedentes ante la Auditoria General del Ejército esta informó que no fue posible encontrar las ordenes de servicio mediante las cuales se habría dispuesto que entre los años 1991 a 1993 esta repartición proporcionara defensa jurídica a miembros del Ejército.- Sin embargo, se pudo establecer que entre los años 1990 a 1995, habría funcionado en la Auditoria en forma experimental los departamentos IV y V cuyas actividades específicas habrían sido las siguientes: - DEPARTAMENTO IV: Coordinar la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse al personal en asuntos del servicio y proponer la documentación referente a los requerimientos de los tribunales de justicia a través del Estado Mayor General del Ejército.- - DEPARTAMENTO V: otorgar al personal de la institución la defina judicial y la asesoría legal que debe prestarse en materias particulares de índole civil, penal y de policía local.e’’) declaraciones de Jorge Alejandro Guillermo RODRIGUEZ MARQUEZ, quién a fojas 4.665 y siguientes señala que efectivamente acompañó a su hermano junto a dos personas más saliendo por Monte Aymond el día 26 de octubre de 1991, era un día sábado y dicho viaje lo tenía programado con anterioridad, su destino era Río Gallegos en Argentina con el objeto de buscar cables para la empresa de televisión por cable TV RED que mantenía en Punta Arenas junto a cuatro socios más.- Agrega que su hermano ya estaba en su casa desde hacía varios días, y eran frecuentes sus viajes a Punta Arenas y como supo de su viaje le preguntó si podía viajar con él junto a un amigo, pero al final viajó junto a dos personas más, recuerda que le dio el número de la cédula de esta persona, cuyo apellido no recuerda, y de otro de apellido LILLO, los que agregó junto al de su hermano en la lista de pasajeros que lo acompañaban.- En esa época uno debía ir previamente a Policía Internacional y dar los datos personales del que viajaba y sus acompañantes con sus respectivos números de cédula de identidad, para que verificaran sino tenía orden de aprehensión o arraigo y sino las tenía se autorizaba la salida estampando una firma y timbre de dicho organismo.- Luego en la frontera en Monte Aymond cada uno se bajaba y llenaba la ficha migratoria y exhibía su cédula de identidad.Llegaron hasta el hotel Costa Río en Río Gallegos, donde pidieron un departamento que era de dos ambientes, él durmió en una habitación con su hermano y en la otra lo hicieron sus dos amigos chilenos, quienes le impresionaron como militares por la forma de hablar y de vestir.f’’) copia autorizada del Registro de Defunción de Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO rolante a fojas 4.680 y siguientes remitida por el Servicio de Registro Civil e Identificación por el cual se indica que en la Inscripción Nº808, Registro X de 06 de noviembre de 2003 de la Región Metropolitana, se ha inscrito la defunción de esta persona ocurrida entre el mes de enero de 1993 a junio de 1993, en Canelones, El Pinar, Uruguay, sepultado en el Cementerio General de Santiago, siendo la causa de la muerte heridas encéfalo craneanas por proyectiles de arma de fuego.g’’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército rolante a fojas 4.683 de fecha 19 de noviembre de 2003 por el cual se informa al tribunal que ante la solicitud de informar si con motivo de la salida del país de Carlos HERRERA JIMENEZ, Arturo SANHUEZA ROS y Eugenio BERRIOS SAGREDO, se inició investigación interna o sumario administrativo o si se dio cuenta a la justicia militar, atendido que para facilitar dicha salida habrían participado miembros en servicio activo de la institución, se señala que practicadas las averiguaciones pertinentes, se pudo determinar que en la Institución no existen antecedentes que permitan dar satisfacción a lo consultado.h’’) acta de diligencia de inspección personal del Tribunal rolante a fojas 4.739 y siguiente, efectuada el día 20 de noviembre de 2003 en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército ubicado en García Reyes Nº12 de la comuna de Santiago, remitida por la Fiscal Militar de la Sexta Fiscalía Militar de Santiago, que en su parte pertinente señala que por indicaciones de uno de los procesados en la causa, se ubicaron en la puerta del frontis del edificio por donde se ubica el ingreso de visitas para luego ingresar a un pasillo superior y posteriormente dirigirse a una escalera que lleva a un piso bajo nivel, en el cual se ubican una serie de dependencias ocupadas como oficinas, señalando entre ellas una que se ubica al final del pasillo y que reconoce como la antigua enfermería, donde en ese entonces había una cama y un velador y en donde se habría entrevistado por algunos minutos con Eugenio BERRIOS.i’’) certificado de defunción rolante a fojas 5.624 emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificación dando cuenta que Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, fecha de defunción: enero de 1993, lugar: Canelones, El Pinar, Uruguay; causa de muerte: heridas encefalo craneanas por proyectiles de arma de fuego, inscripción practicada conforme al artículo 12 de la Ley 11.987 para chilenos.j’’) declaraciones de Sonia CASARETTO ZALACAIN prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.698 y siguientes señala: que entre los años 1991 a 1992 vivió en Montevideo, Uruguay en el departamento 401 de calle Buxaredo Nº1117, contiguo al suyo se ubica el departamento 403, donde, señala que se le exhibieron fotos pero nunca tuvo la certeza de que se tratara de BERRIOS, agrega que los muchachos que lo acompañaban eran de pocas palabras y con BERRIOS, sólo se limitaba al “buenos días o buenas tardes”, indica que en el ascensor le comentó que era representante de empresas chilenas en Uruguay, muchas veces se encontraban en la calle, iban al mismo supermercado, él iba sólo a hacer las compras, señala que no lo conocía por el nombre, sólo sabía que era chileno, la mayoría de las veces lo vió sólo, no iba a la playa, sólo iban los muchachos y desde su terraza vió que en el departamento de ellos había una antena grande, desconociendo que era un equipo transmisor.- La última vez que lo vió fue el 10 de diciembre de 1992, era el cumpleaños de su hija y él le ayudo a bajar los refrescos del ascensor, después de esa fecha no volvió a ver gente en ese departamento.k’’) declaraciones de Héctor Hernando LLUIS LEONI prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.718 y siguientes señala: que para el año 1992 era uno de los tres subdirectores de la Dirección General de Información de Defensa (DGID) de Uruguay y en febrero de 1993 fue designado como Agregado Militar y Naval de la República de Chile.- Señala que un día domingo del año 1992 lo llama en la tarde un Coronel, que era el jefe del Departamento 1º de la DGID, para informarle que unos amigos suyos chilenos habían tenido un problema que había dado lugar a la intervención policial, que el Jefe de la Policía, en ese entonces, el Coronel RIVAS se desplazaba hacia la Comisaría del Parque del Plata, ante lo cual le señaló que se dirigiera a dicha comisaría y que él iba a llamar al Coronel RIVAS, lo que hizo, explicándole la magnitud del problema y que dicho coronel iba en camino a la Comisaría, se ofreció él también para ir, pero el Coronel RIVAS le manifestó que no era necesaria y que ya había tomado conocimiento del tema.- Luego en la noche lo vuelve a llamar su subalterno para informarle que ese amigo chileno “había armado un escándalo o algo así”, debido a que había tomado tranquilizantes y bebido alcohol en exceso, con motivo de su cumpleaños, que luego fue a hablar con un vecino para decirle que estaba secuestrado. Ante lo cual el vecino dijo que iban a ir a la Comisaría, donde se solucionó el problema, ya que el individuo se tranquilizó.- Agrega que le ordenó a este coronel que el día lunes le informara, lo que hizo, sin recordar los detalles.l’’) declaraciones de Mario AGUERRONDO prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.733 y siguientes señala: para el año 1992 era el Director General de la DGID en Uruguay, respecto del incidente ocurrido en la Comisaría del Parque del Plata, tuvo conocimiento a través del Coronel LLUIS quién lo llamó a Venecia, donde estaba en una conferencia, y le informó que un Teniente coronel había tenido un incidente en el balneario de Parque del Plata con una persona que aparentemente en un asado se habría emborrachado y habría hecho una denuncia en la seccional, pero que luego se habrían aclarado los hechos y todo había vuelto a la normalidad y que el individuo que era un chileno había retirado la denuncia.- Agrega que antes había tomado conocimiento por parte de ese mismo Teniente coronel que un chileno llegaba a Uruguay a entrevistarlo y que era experto en armamentos, según cree recordar, señala que autorizó a éste a tomar contacto con él y que luego le informara.- Finalmente señala que por estos hechos hubo sanción para el dicho oficial por parte del Comandante en Jefe, quién estaba en el extranjero, fue un arresto de rigor por dar motivo a una intervención policial y que él posteriormente fue relevado de la DGID como consecuencia de la investigación del Ministerio de Defensa que se hizo.m’’) declaraciones de Katia Estela MEDINA HIDALGO, compulsadas en copia autorizada desde el anexo B de estos autos, rolantes a fojas 6.043 y siguientes, quién ratifica su declaración policial en la parte en que señala que el Comandante de BIE, del cual era secretaria, mantenía un contacto telefónico con un coronel uruguayo, ambos se llamaban, agrega que dicho oficial estuvo en Chile.- A mayor abundamiento exhibe y acompaña al tribunal su libreta telefónica de la época donde figuran los datos de dicho oficial uruguayo.n’’) declaraciones de Juan Raúl GONZALEZ REBOLLEDO, quién a fojas 6.047 y siguientes señala que durante el año 1991, como sub oficial de Ejército, se desempeñó como ayudante del Comandante del BIE, indica que en una fecha que no puede precisar de ese año, el Comandante del Batallón le impartió la orden de preparar una dependencia del subterráneo, ante lo cual le ordenó a un subalterno que lo hiciera.- Agrega que nunca vió a Eugenio BERRIOS en dependencias del BIE.ñ’’) declaraciones de Rene Francisco YAÑEZ SAAVEDRA quién a fojas 6.100 y siguientes señala que como suboficial de Ejercito se desempeñaba en la Unidad de Apoyo Técnico en el BIE, entre sus funciones estaban las de adulterar cédulas de identidad y otras.- Agrega que a mediados o fines del año 1991 se restringió el acceso al subterráneo del BIE, ubicándose un cartel en que se prohibía el acceso a esa dependencia, por orden del comandante de la unidad o del segundo, sólo ellos podían disponer tal medida.o’’) declaraciones de Marcos Andrés STAGNARO TELLO quién a fojas 6.135 y siguientes señala que como empleado civil del Ejército, se desempeñaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército, su comandante lo mandó a buscar y le solicitó una cédula de identidad en blanco, ante lo cual le hizo entrega de una que había en la Unidad de Apoyo Técnico, lo vió y se la devolvió inmediatamente, luego le pasó una de las cédulas que actualmente están en vigencia y le preguntó si era posible de adulterar, respondiéndole que con los medios con que se contaba en el BIE era imposible.- También recuerda que en otra ocasión le pasó su pasaporte personal y le preguntó lo mismo, ante lo cual le manifestó que no era posible de adulterar o falsificar.Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 15.282 y siguientes, señala que en su declaración anterior omitió declarar ciertos hechos por un tema de lealtad, para proteger a los mandos, y también institucional, porque aún es funcionario en servicio activo del Ejército.- Agrega que en la primera ocasión que concurrió a declarar, recibió una llamada telefónica anónima señalándole que tuviera cuidado con lo que hablaba.- Indica, en a mediados del año 1991 lo mando a buscar el comandante del BIE, donde se desempeñaba en la Compañía de Apoyo Técnico, estaba con otro oficial de otra repartición quién traía una fotografía que después supe se trataba de Eugenio BERRIOS y se me ordena confeccionar una cédula de identidad adulterada con dicha fotografía, lo que hizo y al terminar concurrió a entregársela a su comandante, señalando ambos oficiales que el trabajo no había quedado bueno.- A los días concurrió otro oficial al BIE con otra foto de esta persona y se le ordena hacer la misma operación por el Comandante, pero ahora el oficial también traía la cédula de identidad, entregándola conforme a los días después.- Finalmente, agrega que al tiempo después el comandante le pasa una fotografía donde había un sillón y otra en que estaba BERRIOS con un diario en la mano, debiendo hacer con los medios de esa época lo que ahora se conoce como fotoshop y a los días vió que aparecía dicha fotografía en los diarios, indicándose que BERRIOS estaba vivo.- p’’) declaraciones de Edison Hugo Emerson TORRES FERNANDEZ quién a fojas 6.167 y siguientes señala que como empleado civil del Ejército, en la primavera del año 1991 mientras se desempeñaba en el BIE en la parte de tránsito de dicho batallón en el lugar donde se estacionan los vehículos, se cruzó con un sujeto al que reconoció como Eugenio BERRIOS SAGREDO, él también lo reconoció e intercambiaron saludos y un par de palabras, hacía mucho tiempo que no lo veía, desde que ambos coincidieron en el movimiento político “Patria y Libertad”, y le sorprendió la razón sobre lo que hubiera estado haciendo en ese lugar, estaba como tomando sol, no se veía como una visita, porque no usaba la credencial que normalmente usan las visitas y tampoco vestía de una manera formal.- Agrega que dicha credencial incluso deben utilizarla miembros del Ejército que han pertenecido al BIE o personal en retiro que vuelve al cuartel.q’’) oficio Nº1595/322 del Jefe del Estado Mayor General del Ejército de fecha 01 de abril de 2005, rolante a fojas 6.733 por el cual se informa al Tribunal que el acceso de particulares para pernoctar y/o permanecer en un cuartel militar, sólo es posible con la autorización del respectivo Comandante.r’’) declaraciones de Juan Carlos BRIONES VALENZUELA quién a fojas 7.025 y siguientes señala que en abril de 1991 con el grado de Coronel de Ejército, fue designado como segundo Comandante del Batallón de Inteligencia del Ejército, y en una ocasión en el patio de mantenimiento de la unidad vió a Eugenio BERRIOS, no recuerda las vestimentas que llevaba pero de inmediato se dio cuenta que no era un funcionario del BIE y posteriormente cuando lo vió aparecer en los medios de prensa lo relacionó con la misma persona que había visto en la unidad.- Agrega que el comandante del BIE nunca le manifestó que se encontraba un extraño en el batallón y porque razón estaba allí, él tampoco se lo preguntó, porque al Comandante le corresponden las labores operativas y al segundo las labores administrativas.s’’) declaraciones de Luis Felipe FERNANDEZ SOTO quién a fojas 7.178 y siguientes señala que para el año 1991 se desempeñaba como conductor del Comandante del BIE y señala que en una oportunidad cuya fecha no recuerda exactamente, éste le ordenó que bajara al subterráneo, al lado de la enfermería, y le preguntara a una persona que allí se encontraba si necesitaba algo, esta persona le manifestó que necesitaba leche blanca y ranitidina por problemas a la ulcera, ante lo cual el coronel le dio dinero para comprar lo que esta persona necesitaba.- Esta persona estuvo por dos semanas en la unidad y a diario bajaba a ver si necesitaba algo, y tiene entendido que después de las siete de la tarde, salía al patio a dar una vuelta.- Agrega que cuando señala que a los tres días supo de quién se trataba, indica que no recuerda si se lo mencionó alguien o leyó en la prensa que se mencionaba a esta persona.Luego, de un día para otro, no vió más a este señor BERRIOS y el comandante no le volvió a ordenar que fuera a verlo al subterráneo para preguntarle acerca de sus necesidades.t’’) declaraciones de Luis Arturo SANHUEZA ROS quién a fojas 7.886 y siguientes señala que estando en Uruguay, es efectivo que concurrió a Parque del Plata el día viernes 13 de noviembre de 1992 con su grupo familiar invitado por un militar uruguayo procesado en estos autos junto a su grudo familiar, en la casa de éste, compraron carne para hacer un asado el próximo día, pero alrededor de las 13:30 horas del día siguiente cuando vuelve a la casa después de haber asistido a misa, se encuentra allí con militares chilenos que le señalan que debe volver inmediatamente con su familia a Montevideo, en un furgón que llevaban ellos y en el que los trasladaron, sin darle mayores explicaciones al respecto.u’’) declaraciones de Juan Gustavo ETCHEPARE OLIVARES, quién a fojas 9.890 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS lo conoció en el matrimonio de una hija de Michael TOWNLEY, de quién era amigo, después lo visitaba en su panadería y a su vez él concurría a su casa.- Recuerda que cuando lo visitaba en el negocio, en la caja atendía una mujer joven y además circulaba una persona a quién conoció como “pelao ARROYO”.- Hablaba mucho de la boldina pero nunca del gas sarin por el que se le pregunta.- Finalmente con relación al laboratorio de Lo Curro, señala que Michael TOWNLEY estaba oculto y no recuerda si fue personalmente o por teléfono que, en forma urgente le solicitó que desarme el laboratorio, lo que hizo ayudado por unos sub oficiales que trabajaban con él, luego pusieron los elementos en un camión cuyo destino desconoce.v’’) declaraciones de Ismenia del Carmen SOTO MARTINEZ, quién a fojas 9.961 y siguientes señala que entre los meses de abril y mayo de 1991 su marido Luis Arturo SANHUEZA ROS, quién estaba en servicio activo en el Ejército le comenta que había sido mandado a llamar a la Auditoria General del Ejército, donde se le comunicó que se había dispuesto sacarlo inmediatamente del país, en la noche tuvieron una reunión familiar donde le comunicó esto a su familia, no dio razones ya que a él tampoco se las dieron, pues las ordenes que a él le daban eran para que las cumpliera, su salida era por una razón de seguridad pues pensaban que su vida corría peligro y agrego que lo habían hecho firmar en blanco una solicitud de baja por la premura del tiempo; y, al día siguiente, lo pasaron a buscar.- Al mes siguiente se reunieron en el sur de Argentina junto a sus hijos, allí trabajaron en un negocio que compró su marido en US 3.000, que le habían dado cuando salió del país.- Al año después el Ejército le indicó a su marido que debía radicarse en Buenos Aires, y desde ese momento el Ejército comenzó a entregarle la cantidad de US 1.000 mensuales, que le llevaban personalmente oficiales chilenos.- Como a los tres meses llega un oficial chileno y les señala que al día siguiente se debían ir, lo que hicieron con rumbo a Uruguay, allí fueron recibidos por un militar uruguayo y fueron llevados por unos días a la casa de otro oficial uruguayo en el balneario de Parque del Plata, que fue con la persona que tuvieron mayor afinidad en el tiempo que estuvieron en ese país, luego se fueron a vivir a un departamento que arrendaron en Montevideo.- Todos los meses recibían el dinero que le entregaban los oficiales chilenos y en algunas ocasiones los uruguayos.- Este oficial uruguayo con el que tuvieron mayor afinan los invitaba a su casa en Montevideo y a Parque del Plata, incluso les pasaba la llave para que fueran solos.- Señala que en una de las ocasiones en que este oficial uruguayo los invitó a Parque del Plata, fueron y allí estaba además su madre y hermana, durante el día hicieron distintas actividades y además compraron carne para un asado que harían el domingo, en la noche llegó uno de los oficiales chilenos y compartió con ellos, al día siguiente cuando se levantó, su marido andaba en misa porque hacía un tiempo había muerto su padre, y en el garaje se encontró con otro oficial chileno, distinto al de la noche anterior y que estaba muy raro.- Más tarde llegó su marido y le dijo que debían guardar las cosas porque el oficial chileno les había señalado que debían volver a Montevideo, incluso estaba el fuego listo para el asado, los subieron a un furgón y se los llevaron.- Recuerda que en trayecto su marido, les preguntó a los dos oficiales chilenos, el porque los sacaban de allí y producto de la presión y la angustia de la situación en que estaban, se puso a llorar.- En Montevideo siguieron con su vida normal, volvieron en otras ocasiones a Parque del Plata.- Pasado un tiempo cuando en la prensa salió el tema del escándalo en Parque del Plata en el que participaron militares uruguayos y un ciudadano chileno de nombre Eugenio BERRIOS, comprendieron el episodio que habían vivido un tiempo antes cuando fueron sacados raudamente de ese balneario por oficiales chilenos sin darles explicaciones.- En ese período, llegó un oficial uruguayo a avisarle a su marido, que por orden del Comandante en Jefe del Uruguay debía salir del país inmediatamente, lo que hizo ese mismo día junto a un empleado civil del ejército chileno, ella y sus hijos lo hicieron al tiempo después, apoyadas por otro oficial chileno.w’’) declaraciones de Ricardo Héctor Omar VIDAL GARRIDO, quién a fojas 10.357 y siguientes señala que como oficial de Ejército, entre los años 1989 a 1994 estuvo encuadrado en la unidad G-4, perteneciente al Batallón de Inteligencia del Ejército, señalando que en una oportunidad en que concurrió al Cuartel ubicado en calle García Reyes y se encontraba almorzando en el casino, pudo observar a un hombre comiendo sólo y al tiempo después cuando apareció en los medios de comunicación la fotografía de Eugenio BERRIOS SAGREDO la relacionó con la misma persona que antes había visto, pero nunca comentó este hecho con nadie.- indica que esta persona le llamó la atención por cuanto no era frecuente que al BIE ingresara gente extraña, todos se conocían al menos de vista y a esta persona nunca la había visto.- x’’) declaraciones de Jaime Jorge Fernando TORRES FLEMING quién a fojas 10.378 y siguientes señala que como oficial de Ejército llegó al BIE el año 1990 designándosele como Jefe de la sección organismos internacionales y resto del mundo que se encuadraba dentro de la Unidad de Contraespionaje o G-3, en ese período escuchó comentarios de sub oficiales antiguos en el sentido que había llegado una persona invitada por el comandante del batallón, sin saber quién era y posteriormente atendido lo que escuchó en los medios de comunicación, los sub oficiales relacionaron a esta persona con Eugenio BERRIOS.y’’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA quién a fojas 11.180 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS nunca lo vió en el BIE, pero si supo que había estado cuando volvió de hacer el curso de Capitán a fines del año 1991, informándose en forma extraoficial de dicha situación.- Agrega que posteriormente fue encuadrado en la unidad “Asesoría de Análisis” y le correspondió hacerse cargo del tema del regreso al país de SANHUEZA ROS por ordenes superiores.z’’) declaraciones de Luis Omar ABURTO CABRERA quién a fojas 11.312 y siguientes señala que trabajando como pastelero en la Panadería San Pancracio ubicada en calle Carmen de esta ciudad, conoció a Eugenio BERRIOS, quién vivía con su tía en una casa contigua al negocio, allí tenía un laboratorio donde fabricaba una sustancia denominada boldina, cuando la panadería quebró comenzó a trabajar con él produciendo aceite de rosa mosqueta en un laboratorio que tenía en calle Alvarez de Toledo con Santa Rosa.- Además él tenía otro laboratorio en casa de sus padres en calle Antonia BELLET.- a’’’) declaraciones de Hernán Enrique RAMOS CASTRO, quién a fojas 11.324 y siguientes señala que el año 1991 como funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile, le correspondió, en el curso de la investigación del denominado “Caso Letelier”, cumplir un mandato judicial del Ministro Sr. BAÑADOS en el sentido de citar o diligenciar una orden de aprehensión en contra de Eugenio BERRIOS, recordando que se traslado a la casa de sus padres en Antonio Ballet, Providencia, entrevistándose con éstos, quienes eran personas de avanzada edad, que manifestaron no saber nada del paradero de su hijo.b’’’) declaraciones de Víctor Hugo POZA REYES quién a fojas 11.329 y siguientes señala que como oficial de Ejército, para el año 1990 estaba a cargo de la unidad de países paralimítrofes, encuadrada dentro de la Unidad G-3 y estando como comandante de guardia, en la primavera de 1991, se le ordenó que debía preocuparse de una persona que se encontraba en una de las dependencias del subterráneo del BIE, señalándosele que se trataba una persona “relacionada con el Ejército” que estaba allí mientras solucionaba unos problemas judiciales relacionados con cheques, no se le indicó su nombre, tampoco estaba dentro de sus atribuciones preguntar mas detalles, atendido el compartimentaje que operaba en ese tipo de cuarteles militares.- Más tarde, por las funciones de su cargo, bajó al subterráneo a ver a esa persona, preguntándole si necesitaba algo, se trataba de un civil que lo impresionó como una persona culta, no estaba con una vigilancia permanente y podía transitar libremente por el patio del Batallón en la tarde, cuando se iba la gente.- Posteriormente cuando apareció en los medios de prensa, lo relacionó con la persona que había estado en el BIE por alrededor de un mes, ya que lo vió en dos oportunidades en que le correspondió el turno de ronda.c’’’) declaraciones de Leonor Rosa CASTILLO NAVARRETE, quién a fojas 11.412 a) señala que llegó de 27 años a trabajar a la casa de los padres de Eugenio BERRIOS y ratifica su declaración policial donde señala que trabajó allí por 30 años, hasta 1992.- Agrega que no supo si Eugenio tuvo problemas con alguien, pero un día llegó y le dijo “hasta aquí nos mas llegué Leo, me llegó la hora”, en el sentido que no lo iba a ver nunca más, señalando que se iba de su casa por estar involucrado en el caso Letelier, su mamá le ordenó hacer una maleta con las pertenencias de Eugenio y ese mismo día lo fue a buscar una persona de unos 40 años, y la maleta la fueron a buscar después.d’’’) declaraciones de Esteban Alejandro CASTRO SAINT JEAN, quién a fojas 11.997 y siguientes señala que como oficial de ejército estaba a cargo de la unidad denominada G-4, perteneciente al Batallón de Inteligencia del Ejército, visualizó en una ocasión a una persona a la cual no le dio mayor importancia, pero con el tiempo pudo advertir que se trataba de Eugenio BERRIOS, luego en el departamento de un amigo conoció a su señora, agrega que la vió en algunas ocasiones y además la visitó en la casa de los padres de BERRIOS en dos ocasiones para preguntarle si necesitaba algo del Ejército, lo que hizo, no por iniciativa propia sino que le fue planteado en el BIE, seguramente por su comandante, pero no lo recuerda y luego de un período de tiempo en que la vió nunca más supo de ella.e’’’) declaraciones de Hernán LOIS SARTON rolantes a fojas 14.500 en donde señala que conoció a Berrios cuando lo defendió por un proceso de cheques, logrando su excarcelación.- Agrega que efectivamente en una ocasión su cónyuge le llevó una carta de BERRIOS, pero nunca supo que estaba en otro país o donde estaba, pero por el tenor de la carta parecía que estaba pasando por un problema raro, que no supo interpretar.- También en otra ocasión lo llamó telefónicamente, pero no le comentó nada acerca de su situación.- El siempre le señaló que lo habían tratado de matar cuando estuvo detenido en Capuchinos y por ello estaba muy agradecido cuando salió en libertad, pero no lo tomó mucho en cuenta en dicha ocasión.- Indica que cuando lo llamó BERRIOS por teléfono, no le dijo que estuviera secuestrado o contra su voluntad, pero daba la impresión de que no de podía expresar libremente, aunque en esa fecha no había ningún parámetro que pudiera hacerlo notar que se encontraba en esa situación tan terrible.DECIMO SEGUNDO: Que los elementos de juicio que se han enumerado en el fundamento anterior constituyen un conjunto de presunciones judiciales que apreciadas legalmente, permiten a este sentenciador tener por justificados los siguientes hechos: A) Que en circunstancias que en el mes de octubre de 1991, en la causa rol Nº1-91 seguida por el homicidio de don Orlando LETELIER DEL SOLAR, el ex químico de la DINA Eugenio BERRIOS SAGREDO había sido citado a prestar declaración sin que fuera habido y, ello ocurrió, por cuanto éste se encontraba retenido en el cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), ubicado en calle García Reyes de esta ciudad.Posteriormente, el nombrado BERRIOS SAGREDO fue sacado por una Unidad Especial que dependía directamente del Director de Inteligencia del Ejército (DINE) y luego de egresar con una identidad falsa de Chile, fue trasladado a Argentina (Río Gallegos y Buenos Aires) y de ahí al Puerto de Colonia y Montevideo en Uruguay, donde permaneció siendo permanentemente controlado por personal de inteligencia de la República de Uruguay y de Chile, remitiéndosele dinero para su mantención a través de distintos integrantes de la referida Unidad Especial; B) Que durante su permanencia en Montevideo fue mantenido en un departamento alquilado por sus captores y una vez que BERRIOS trató de establecer un contacto con la Embajada de Chile, este no fructificó y en atención a haber exteriorizado su deseo de retornar a Chile, fue trasladado a una casa de veraneo ubicada en el balneario del Parque del Plata, Departamento de Canelones, cercana a la capital uruguaya y como se fugó desde esa casa sorprendiendo a los oficiales que lo retenían contra su voluntad, resultó que fue nuevamente sacado desde la Comisaría donde había buscado refugio, perdiéndose su rastro y apareciendo un tiempo después su cadáver en una playa cercana con dos impactos de bala en su cabeza; DECIMO TERCERO: Que, los hechos que se han descrito en el considerando anterior, resultan ser constitutivos de los delitos de secuestro con homicidio y de secuestro, descritos en el inciso final del artículo 141 del Código Penal, el primero de ellos y sancionado con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, y, el segundo de los referidos ilícitos constituye el delito de secuestro, descrito en el inciso primero del referido artículo y sancionado en el inciso cuarto del mismo con la pena de presidio mayor en su grado medio a máximo, por cuanto la detención se prolongó por más de quince días; 2) En cuanto al delito de asociación ilícita: DECIMO CUARTO: Que para establecer el ilícito antes referido se han reunido en autos los siguientes antecedentes: a) denuncia de fojas 1 y siguientes interpuesta por el Sr. Enrique KRAUSS RUSQUE en su calidad de Ministerio del Interior, el 15 de junio de 1993, por la presunta desgracia del ciudadano chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién se encuentra desaparecido de su domicilio desde hace varios meses a la fecha sin que se sepa su actual paradero.b) acta de inspección personal del tribunal rolante a fojas 8 y siguientes de fecha 21 de junio de 1993, de la causa rol Nº129.526 del Sexto Juzgado del Crimen de esta ciudad, iniciada el 29 de noviembre de 1989 por el delito de giro doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO y acumuladas, y encontrándose archivada por sobreseimiento decretado en rebeldía del inculpado, es reabierta el 23 de febrero de 1991 cuando el nombrado BERRIOS es puesto a disposición del tribunal, se le notifican los autos de procesamiento y obtiene su libertad provisional bajo fianza el 1º de marzo del mismo año, el 11 de febrero de 1993 existe una constancia de haberse solicitado la causa por la Excma. Corte Suprema, posteriormente con fecha 16 de junio de ese mismo año se despacha orden de aprehensión en su contra, bajo apercibimiento de rebeldía, terminando con dicha diligencia la inspección.c) acta de inspección personal del Tribunal rolante a fojas 55 vta. de fecha 09 de julio de 1993, por la cual se tiene a la vista la causa rol Nº1410 acumulada a la 129.526, por querella por giro doloso de cheque en contra de Eugenio BERRIOS SAGREDO, en la que se despachó orden de aprehensión en su contra el 04 de febrero de 1992, devuelta sin resultado, sobreseyéndose en rebeldía y tras ser aprobado este se archivó con fecha 13 de enero de 1993.d) declaraciones de José Miguel VARAS MOREL quién a fojas 56 y siguientes, señala que en el mes de noviembre de 1991 viajó por razones familiares a Montevideo, allí se acordó de un amigo, de quién sabía se desempeñaba como Agregado Cultural y de Prensa en la Embajada chilena en ese país, ante lo cual, lo ubicó y almorzaron juntos, éste le confidenció que BERRIOS lo había ubicado por teléfono a través de la Embajada, lo llamó a su casa y al parecer se encontraron en un lugar cercano, le contó que se sentía muy sólo en Montevideo donde al parecer lo habían llevado para protegerlo a raíz de que lo había citado el Ministro BAÑADOS para interrogarlo en el caso LETELIER.- Agrega que su amigo se molestó con él por ubicarlo y no quería saber nada de él y que había negado todo contacto a futuro con él.- Posteriormente, en careo de fojas 127 vta. mantiene sus dichos y rectifica el hecho de que al parecer su amigo no se juntó con BERRIOS sino que la conversación fue en forma telefónica entre ambos.- Posteriormente en una nueva declaración de fojas 831 agrega que BERRIOS le dio a entender a su amigo que estaba sometido a algún tipo de vigilancia o limitación de su libertad.e) declaraciones de Rodrigo Ximeno de ARTEAGABEITIA HALLEY-HARRIS quién a fojas 58 señala que conoció de la reunión de un conocido suyo con Eugenio BERRIOS en Montevideo, por los dichos de su amigo el periodista José Miguel VARAS, quién le confidenció esto, y él en su calidad –en la época- de asesor de comunicaciones del Director de la Policía de Investigaciones, y luego de esto, con su autorización comunicó ello al Director de ese entonces de apellido TORO.- f) declaraciones de Diego Alejandro MOLLENHAUER ESCUDERO, quién a fojas 73 vta. señala que conoció a BERRIOS cuando ambos estaban detenidos en Capuchinos por giro doloso de cheque, señaló que era bioquímico, que había trabajado para el gobierno militar y que había sido miembro de la DINA, agrega que “gustaba hablar mucho de sus temores, porque según él, era perseguido, y querían matarlo o alejarlo de su medio”, lo escuchaban con sorpresa pues todos tenían problemas por el no pago de obligaciones comerciales, mientras este señor no parecía preocuparse de sus deudas.- Indica que él fue la persona que le presentó a su abogado Hernán LOIS, quién finalmente le gestionó y obtuvo su libertad, lo que aparentemente a BERRIOS no le interesaba, ya que al parecer, su deseo era permanecer detenido en Capuchinos.- El decía que allí se sentía mucho más seguro y cómodo.- Finalmente, señala que entre los meses de abril a junio de 1991 se lo encontró en Providencia y le mencionó que tenía un trabajo en un país sudamericano que no recuerda y que debía viajar.g) declaraciones de Carlos Alberto HERRERA JIMENEZ quién a fojas 569 y siguiente señala que entre el mes de octubre de 1991 hasta el 18 de enero de 1992 estuvo en la ciudad de Montevideo, residiendo en un departamento que arrendó sobre la Rambla en el sector de Pocitos, como le solicitaron un aval presentó a un militar uruguayo a quién conoció cuando éste estuvo en Chile.Agrega que conoció a BERRIOS accidentalmente en Uruguay en un restaurante, donde se conocieron y hablaron, luego fueron en grupo hasta su departamento y en el mes de diciembre lo tuvo alojado por unos días, ya que le expresó que tenía problemas económicos, pero por ser de mal vivir le solicitó que se fuera.- Nunca tuvo conocimiento de sus actividades.Posteriormente en su declaración de fojas 3.841 y siguientes señala que su salida del país, se produjo por una orden militar dada por Auditor General del Ejército, quién manifestó que era por una orden del Director de la DINE, orden que evidentemente venía de sus superiores, esto era así porque hubiera sido imposible que tanto él como SANHUEZA y BERRIOS hayan salido sin este conocimiento hacia Uruguay.- Tampoco es casualidad que hayan llegado al mismo país, puesto que al más alto nivel debió haber un contacto entre los altos mandos de las instituciones.- Agrega, que pensaba que la colaboración, como la ayuda y compañía que le brindaba el militar uruguayo eran fruto de su carácter amistoso, pero después se dio cuenta que no era tan así ya que obedecía a una operación de inteligencia de ambos países.h) declaraciones de José Remigio RIOS SAN MARTIN quién a fojas 581 y siguientes indica que no es efectivo que él haya desempeñado labores de custodia o escolta de Eugenio BERRIOS, a quién conoció el año 1976 cuando fue destinado en comisión de servicio extrainstitucional a DINA, en ese período concurrió en una ocasión a la casa de Michael TOWNLEY ubicada en el sector de Lo Curro a retirar unos muebles, donde le fue presentada esta persona y en otra ocasión que concurrió a dicho lugar también lo divisó.Posteriormente alrededor del año 1977 se lo encontró saliendo de una panadería ubicada en calle Carmen que era de su tía y allí le contó que vivía a pocos cuadras y a los días lo fue a visitar, así comenzó a frecuentarlo y luego se mudo a la casa que daba a los pies de la panadería, conoció a su novia de ese tiempo de nombre Viviana ZURITA.- Agrega que BERRIOS por darse importancia lo presentaba como su protector o escolta.- El siempre lo llamaba como Alberto ARROYO que era su nombre de seguridad cuando estaba en DINA.Indica que para el año 1982 en el Ejército lo destinaron a funciones diversas por lo que lo perdió de vista, al menos en lo que se refiera a tratar con él, pese a que vivió en dicho lugar hasta el año 1992.i) declaraciones de Viviana Patricia EGAÑA BONNEFOY, quién a fojas 620 vta. y siguiente señala que en el año 1980 conoció a Eugenio BERRIOS cuando ella trabajaba en el Cabaret 1.100.- fecha en que iniciaron una relación sentimental que duró hasta el año 1986, pero continuó viéndolo hasta el año 1988 porque el le iba a pedir cheques prestados.- Posteriormente a fojas 1.184 y siguientes agrega que cuando conoció a BERRIOS siempre andaba acompañado por un sujeto al que conoció como “pelao ARROYO”, cuando Eugenio iba a su casa este sujeto lo acompañaba y lo esperaba en el auto.- Incluso a ella le preguntó sus dos apellidos y en una ocasión a raíz del caso SORIA hizo un comentario que había pertenecido a la Brigada MULCHEN, pero Eugenio le dijo que no siguiera hablando.- En otra ocasión ambos comentaron que a Carmelo SORIA lo había matado la brigada MULCHEN en el laboratorio de Lo Curro.- Indica que la chapa de BERRIOS en la CNI era HERMES BRAVO, tuvo incluso en sus manos un carnet de identidad con esa identidad, en cuanto al gas sarin le comentó que él lo había inventado y lo había trabajado para el gobierno.Posteriormente en su declaración de fojas 2.845 y siguientes agrega que en una ocasión se encontró en el centro de Santiago con un sujeto de nombre David MORALES quién le indicó que BERRIOS estaba afuera del país y que “lo habían sacado los de arriba y que harto caro les estaba saliendo”.j) que a fojas 626 y siguientes rola exhorto internacional de la República Oriental del Uruguay por el que se acompaña certificado de defunción correspondiente a Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, indicando como lugar de la muerte el sector denominado Canelones, perteneciente a El Pinar, estimándose como fecha de muerte entre los meses de enero a junio de 1993, siendo la causa de esta: “Heridas encéfalo craneanas por proyectiles de arma de fuego.- Instituto Técnico Forense, Montevideo, abril de 1997”.k) oficio rolante a fojas 837 del Departamento Control Fronteras de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 27 de agosto de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal que ha contar del 01 de enero de 1990, el consultado Eugenio BERRIOS SAGREDO, no registra anotaciones de viajes.l) oficio rolante a fojas 839 y siguiente de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 02 de septiembre de 1998, por el que se dá cuenta al Tribunal de los ingresos y salidas del país de Eduardo RADAELLI COPOLLA.m) declaraciones de Fabiola LETELIER DEL SOLAR rolantes a fojas 922 y siguientes en las que señala que atendida su calidad de abogado querellante por más de 15 años en el denominado caso LETELIER, atendido el mérito de lo allí investigado, puede afirmar que Eugenio BERRIOS SAGREDO era una agente civil de la DINA de profesión químico que trabajó durante los años 1975 a 1976 en un recinto de la DINA ubicado en el sector de Lo Curro junto a otras personas en la elaboración del denominado gas sarin, cuya utilización estaba destinada a la eliminación física de opositores al régimen militar y por haber decretado su detención el Sr. Ministro de la Corte Suprema don Sergio BAÑADOS CUADRA, fue sacado del país por oficiales chilenos y mantenido en Uruguay con la colaboración de militares de ese país.- Termina su declaración señalando que, aparece como un hecho claro y preciso que BERRIOS, fue asesinado por sus captores.n) declaraciones de Juan Manuel Guillermo CONTRERAS SEPULVEDA quién a fojas 969 y siguiente declara que fue el Director Ejecutivo de la DINA entre 1974 y 1977, no conoció a Eugenio BERRIOS SAGREDO, quién no fue funcionario de la DINA ni menos agente, porque dichos funcionarios debían pertenecer a las instituciones de la defensa nacional.- El fue vinculado a DINA por la prensa pero sólo perteneció a Patria y Libertad, junto con TOWNLEY, OYARZUN y ETCHEPARE.- Supo que ellos trabajaban en forma particular elaborando boldina y para ello contaban con los servicios de dicho químico.- Posteriormente cuando estaba internado en el Hospital Militar en el año 1991, el Auditor General del Ejército le comentó que la CNI le había pagado un sueldo a BERRIOS y a los otros nombrados en forma mensual hasta 1990, ignorando el motivo de estos pagos.Posteriormente, en una nueva declaración de fojas 2.586 y siguientes agrega que la salida de Eugenio BERRIOS del país, no fue porque se tratara de un testigo clave en el caso de la muerte de Orlando LETELIER, sino que le asiste el convencimiento de que se trataba de un problema de drogas.- Y como se había transformado en un alcohólico y drogadicto, había personas interesadas en sacarlo del país, debido a que se hacía muy peligroso para la organización para la que trabajaba.- Señala que la persona que dio la orden de sacarlo, es decir el Director de Inteligencia Nacional, desconocía la verdadera razón de la orden que debió recibir de un escalón superior en este sentido.- Sin orden superior no podía ordenar una operación de esta naturaleza, pues se trataba de una operación internacional en que se involucraban relaciones extranjeras.o) declaraciones de Odlanier Rafael MENA SALINAS quién a fojas 1.182 señala que nunca conoció ni vió a Eugenio BERRIOS, si supo que trabajaba para la DINA cuando él llegó a la CNI y que cuando se allanó la casa de Lo Curro habían unas dependencias que eran usadas como laboratorio por esta persona y habían comentarios de que estaba experimentando con el gas sarin y otros productos.- Por otra parte ratifica sus dichos en una entrevista periodística en el sentido que el general CONTRERAS había intentado asesinarlo, lo que supo por una carta que le envío Mariana Callejas quién le comunicó esto y que sería a través de un compuesto preparado por BERRIOS y que se lo iba a dar una secretaria de la CNI lo que posteriormente fue ratificado por Michael TOWNLEY en una declaración en el denominado caso LETELIER.Finalmente agrega que en el proceso por la muerte de Orlando LETELIER es posible que fuera muy importante la declaración de BERRIOS por las investigaciones que el realizaba, por haber tenido conocimientos que no era conveniente que se supieran, pero no le consta.Posteriormente a fojas 5.663 y siguiente señala que cuando se recibió de CNI le encomendó al Mayor SECCATORE que averiguara con relación a Eugenio BERRIOS, -ya que sabía de su existencia y de los trabajos que había hecho en Lo Curro, por informaciones que se tenían-, si mantenía aún en su poder restos de gas sarin, por su contenido altamente peligroso, luego este oficial le informó respecto de las conversaciones que había tenido con BERRIOS y hasta allí llego el tema.p) oficio del Departamento de Control Fronterizo de la Policía de Investigaciones de Chile de fecha 21 de septiembre de 2001 rolante a fojas 1.696 y siguientes que da cuenta de los registros de entradas y salidas del país, entre el 01 de enero de 1990 a 31 de diciembre de 1995, de Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, Arturo Rodrigo SILVA VALDES, Jaime Fernando TORRES GACITUA y de Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN.q) informe policial de fecha 08 de agosto de 2002 rolante a fojas 1.899 y siguientes que da cuenta de los registros de entradas y salidas del país de Nelson Williams ROMAN VARGAS.r) declaraciones de Juan Bautista FERRARI GRILLI quién a fojas 2.390 señala que ratifica íntegramente su declaración policial de fojas 1.690, precisa que la persona a quién se la llevó para que la atendiera y que después reconoció en fotografías como Eugenio BERRIOS, estaba acompañado por dos personas más que al parecer eran chilenos, él estaba bajo un estado de ansiedad y angustia, se veía asustado, sudoroso, desaliñado, con ropa de vestir de buena calidad.- Agrega que cuando lo hizo pasar a su consulta, una persona intentó entrar con él, pero no se lo permitió y le pidió que esperara afuera.- Luego procedió a examinarlo, pudiendo advertir que no tenía sus facultades mentales perturbadas.- Fue el comisario HERNANDEZ quién le pidió que lo atendiera.- Agrega que le practicó un test neuro psicológico mínimo o test minimental que dura unos diez minutos que consiste en un método oral en que se le dicen palabras que debe memorizar y luego se le hacen preguntas en torno a ellas, este tiene un puntaje que en el caso de los dementes puede arrojar un 40 % de efectividad en el caso de esta persona arrojó un 100 %.- Finalmente señala que en el Ministerio del Interior se le exhibieron fotografías donde reconoció a BERRIOS como la persona que se presentó en su consulta.s) declaraciones de Luis Angel MIGUEZ, quién a fojas 2.391 señala que ratifica su declaración policial de fojas 1.688, quién señala que cuando BERRIOS llegó al edificio en que trabaja como conserje, se presentó como Hernán Tulio ORELLANA, era una persona muy tranquila que salía a caminar sólo, a veces iba al supermercado, los únicos que estaban con él eran otros ciudadanos chilenos que se alternaban viviendo con él, ni siquiera entraba nadie a limpiar su departamento.t) declaraciones de Mariana Ines CALLEJAS HONORES, rolantes a fojas 2.723 y siguientes donde señala que conoció a Eugenio BERRIOS en su casa de Lo Curro que servía como cuartel de DINA cuando llegó a formar y trabajar en un laboratorio que iba a preocuparse de la fabricación de un gas letal llamado SARIN.Agrega que el material y los elementos que requerían estos trabajos se compraban en Europa, él trabajaba desde temprano y hasta muy tarde en la noche sin detenerse.- Cuando a principios de 1977 se disolvió la DINA y esta pasó a llamarse CNI, no vió más a Eugenio BERRIOS y el laboratorio fue desmantelado por subordinados del General CONTRERAS.- Recuerda que BERRIOS le manifestaba sus ideas de eliminar personas con material que podía conseguir del Instituto Bacteriológico, le habló del estafilococo dorado, que era muy fácil de introducir en la comida de las personas, conversación que recordó a los años cuando murió Eduardo FREI MONTALVA.Señala que a su marido y a ella se le pagaba un salario por parte de DINA al igual que a las personas que trabajaban en el Cuartel de Lo Curro.- Posteriormente en su declaración de fojas 6.702 y siguientes, agrega que a BERRIOS lo llevó a Lo Curro su marido Michael TOWNLEY y lo presentó como un químico que trabajaría con él y con Francisco OYARZUN, este último se fue a Suecia cuando ocurrió un tema de Concepción, pensando que podría quedar involucrado en eso.u) declaraciones de Maria Rosa Alejandra DAMIANI SERRANO, quién a fojas 2.726 y siguientes señala que ratifica íntegramente su declaración extrajudicial prestada ante la Policía de Investigaciones.- Agrega que las declaraciones que hubiera podido prestar Eugenio BERRIOS en la causa por el homicidio de Orlando LETELIER, eran importantes ya que él trabajaba directamente con las personas que estaban en la parte operativa.v) declaraciones de Federico Augusto MARULL BERMUDEZ quién a fojas 2863 y siguientes señala que fue Cónsul General de Chile en Montevideo entre 1991 y 1992, y el Embajador era don Enrique RODRIGUEZ REBOLLEDO.- Agrega que el consulado funcionaba en la planta baja de la Embajada, también trabajaban allí, entre otros el Agregado de Prensa y de Cultura y Emilio TIMMERMANN que era el Agregado Militar.- Señala que en una ocasión mientras estaba en el Consulado le pasaron una llamada de un ciudadano chileno, ante lo cual contestó y le indicaron “habla Eugenio BERRIOS, quería hablar con usted”, ante lo cual le contestó que viniera y que el Consulado estaba en la calle Andes, y él señaló “si sé donde esta, pero no puedo ir por ahora porque estoy medio vigilado”, y cortó, recuerdo que incluso hizo una broma ante las presentes por el sentido de la conversación, pero en eso apareció el agregado de prensa y le preguntó quién había llamado y luego de informárselo, éste dijo que no hiciera bromas, que podía tratarse del mismo Eugenio BERRIOS que era requerido por la justicia en Chile y le recomendó que diera cuenta al Ministerio en Santiago en forma inmediata, indicándole que al hacerlo se “iba a llenar de gloria” por su celo funcionario, pues había leído la noticia en un diario de Chile.- Lo anterior, sin indicar que lo conocía de antes, en cuyo caso hubiera agregado dicho dato al telex que finalmente mandó, llegándole una respuesta en el sentido que necesitaban más antecedentes, tales como el segundo apellido, pero como no tenía tales antecedentes, no volvió a insistir ante la Cancillería y no supo más de este Sr. BERRIOS.Posteriormente hubo un sumario por estos hechos en la Cancillería y se le impuso finalmente una multa del 70% de sus sueldo por un mes.w) oficio del Departamento Control Fronteras de la Policía de Investigaciones de Chile rolante a fojas 2.943 y siguiente, dando cuenta de los registros de las entradas y salidas del país de los acusados de nacionalidad uruguaya.x) declaraciones de Ramón Julio RIVAS VILA rolantes a fojas 3.392 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, reseñadas en la letra q’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.y) declaraciones de Elbio Alberto HERNANDEZ MARRERO, rolantes a fojas 3.396 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, reseñadas en la letra r’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.z) declaraciones de Hugo Abayuba CABRERA VILLARREAL, rolantes a fojas 3.402 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, reseñadas en la letra s’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.a’) declaraciones de Teresa María MENDEZ REGO rolantes a fojas 3.405 y siguientes recabadas vía exhorto internacional desde la República Oriental del Uruguay, reseñadas en la letra t’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.b’) declaraciones de David Manuel MORALES LAZO, quién a fojas 3.442 y siguientes, indicadas en la letra v’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.c’) Informe policial de fojas 3.562 y siguientes de fecha 19 de mayo de 2003, por el cual la Policía de Investigaciones informa al Tribunal que consultado en el Departamento de Asesoría Técnica, Eugenio BERRIOS SAGREDO, entre otras, registra tarjeta informativa por orden de aprehensión pendiente en causa rol Nº191 de fecha 08 de noviembre de 1991 de la Excma. Corte Suprema de Justicia, reiterada con fecha 21 de enero de 1992.d’) declaraciones de Francisco Maximiliano FERRER LIMA quién a fojas 3.938 y siguientes señala que como jefe del servicio secreto, la misión de la salida de Chile y el encasillamienrto dentro de su servicio, de Luis Arturo SANHUEZA ROS le fue impuesto por el General Director de DINE, a quién le manifestó sus reparos, pues no aceptaba que el servicio secreto fuera utilizado para realizar ese tipo de actividades, pero él le indicó que era una orden y estas de daban para ser cumplidas.- Agrega que conociendo a éste general, no le quedó ninguna duda de que él a sus vez estaba cumpliendo una orden superior.- Luego este tema fue un desastre por cuanto SANHUEZA sólo produjo gastos y riesgos y la ciudad donde residía en Argentina no era de aquellas donde existieran aspectos militares de importancia, posteriormente, por orden del mismo general, le traspasó esta persona al mayor SILVA o a GAETE, no lo recuerda, sin volver a verla.e’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA quién a fojas 4.061 señala que efectivamente como oficial de Ejército, habiendo recién asumido la jefatura de la unidad Asesoría de Análisis, a fines de julio de 1994 recibió una orden del Director de DINE de ese período, para que se contactara con el oficial SANHUEZA ROS que vivía en San Martin de los Andes, Argentina y que preparara las condiciones para que pudiera volver a Chile a fines de año para ser presentado a la justicia chilena.- Lo que finalmente ocurrió, agrega que a SANHUEZA mensualmente se le depositaba la cantidad de mil quinientos dólares, que no recuerda si era el Coronel GARCIA de Finanzas o el Director de DINE quién se los entregaba.- Indica que cuando se hizo cargo de la unidad Asesoría de Análisis su comandante anterior le entrego sólo una carpeta con antecedentes, relacionada con SANHUEZA, y cuando se produjo el desprendimiento de SANHUEZA de la asesoría y él salió con una nueva destinación procedió a incinerar dicha carpeta con documentos.- f’) declaraciones de Aldo Nolberto DUQUE SANTOS, quién a fojas 4.110 y siguientes señala conoció a Eugenio BERRIOS el año 1986 cuando se desempeñaba como oficial sumariante en la 3ª Fiscalía Militar de Santiago, hasta donde llegó con su pareja de nombre Viviana EGAÑA a interceder por unos pasteleros del negocio de su tía que habían estado involucrados en una riña, se les dio la libertad y él quedó muy agradecido por ello, lo que fue el comienzo de una amistad que tuvo con ellos por varios años.Señala que la última vez que lo vió el año 1991, estaba muy desmejorado, decía que “lo tenían loco” y que iba a abandonar el país, sin precisar porque motivo, pero indicó que se iría con una “chapa”, esto último porque poco antes había estado privado de libertad por cheques y obtuvo su libertad por el Pacto de San José de Costa Rica, ante lo cual le advirtió, como abogado, que debía ir al 6º Juzgado del Crimen a arreglar si situación.- Recuerda que en una oportunidad BERRIOS le preguntó si conocía al Ministro BAÑADOS, señalando que “lo requería y que lo andaba buscando debido a TOWNLEY”.Posteriormente en la audiencia de prueba rolante a fojas 14.313 y siguientes agrega que la última vez que vió a Eugenio BERRIOS fue en septiembre u octubre de 1991, se veía muy mal, andaba con un abrigo raído, con barba y pelo desgreñado, señala que lo invitó a almorzar al mercado central, éste le señaló que lo perseguía la DINA, la CNI y el FBI, decía que lo tenían loco y que estaba desesperado, indicó que la CNI y la DINA lo andaban buscando.- Finalmente, agrega que cuando recién lo conoció, alrededor del año 1987 o 1988, en una ocasión le mostró una pequeña ampolla y le dijo que eso producía el efecto que una persona lo aspiraba y se le producía un ataque cardiaco y su muerte parecía ocasionada por causas naturales y que al hacerle la autopsia no encontrarían nada.g’) declaraciones de Flor Margarita CALDERON RIOS, quién a fojas 4.157 y siguientes señala que ingresó como empleada civil el año 1975, prestando servicios en DINA, CNI, DINE y el BIE hasta el año 2001, agrega que formó parte de la unidad Asesoría de Análisis junto a Erika SILVA, estaba al mando del mayor Arturo SILVA y funcionaba en un local ubicada en calle Gay entre República y Avda. España, además estaba el Capitán TORRES, el empleado civil LILLO, los sargentos VERGARA, JARAMILLO, HERNANDEZ, ROMAN y SANDOVAL.h’) oficio del Ministerio de Defensa Nacional rolante a fojas 4.415 y siguientes de fecha 22 de octubre de 2003 por el cual se informa al tribunal que recabados los antecedentes ante la Auditoria General del Ejército esta informó que no fue posible encontrar las ordenes de servicio mediante las cuales se habría dispuesto que entre los años 1991 a 1993 esta repartición proporcionara defensa jurídica a miembros del Ejército.- Sin embargo, se pudo establecer que entre los años 1990 a 1995, habría funcionado en la Auditoria en forma experimental los departamentos IV y V cuyas actividades específicas habrían sido las siguientes: - DEPARTAMENTO IV: Coordinar la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse al personal en asuntos del servicio y proponer la documentación referente a los requerimientos de los tribunales de justicia a través del Estado Mayor General del Ejército.- - DEPARTAMENTO V: otorgar al personal de la institución la defina judicial y la asesoría legal que debe prestarse en materias particulares de índole civil, penal y de policía local.i’) oficio del Jefe del Estado Mayor General del Ejército rolante a fojas 4.683 de fecha 19 de noviembre de 2003 por el cual se informa al tribunal que ante la solicitud de informar si con motivo de la salida del país de Carlos HERRERA JIMENEZ, Arturo SANHUEZA ROS y Eugenio BERRIOS SAGREDO, se inició investigación interna o sumario administrativo o si se dio cuenta a la justicia militar, atendido que para facilitar dicha salida habrían participado miembros en servicio activo de la institución, se señala que practicadas las averiguaciones pertinentes, se pudo determinar que en la Institución no existen antecedentes que permitan dar satisfacción a lo consultado.j’) declaraciones de Sonia CASARETTO ZALACAIN prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.698 y siguientes señala: que entre los años 1991 a 1992 vivió en Montevideo, Uruguay en el departamento 401 de calle Buxaredo Nº1117, contiguo al suyo se ubica el departamento 403, donde, señala que se le exhibieron fotos pero nunca tuvo la certeza de que se tratara de BERRIOS, agrega que los muchachos que lo acompañaban eran de pocas palabras y con BERRIOS, sólo se limitaba al “buenos días o buenas tardes”, indica que en el ascensor le comentó que era representante de empresas chilenas en Uruguay, muchas veces se encontraban en la calle, iban al mismo supermercado, él iba sólo a hacer las compras, señala que no lo conocía por el nombre, sólo sabía que era chileno, la mayoría de las veces lo vió sólo, no iba a la playa, sólo iban los muchachos y desde su terraza vió que en el departamento de ellos había una antena grande, desconociendo que era un equipo transmisor.- La última vez que lo vió fue el 10 de diciembre de 1992, era el cumpleaños de su hija y él le ayudo a bajar los refrescos del ascensor, después de esa fecha no volvió a ver gente en ese departamento.k’) declaraciones de Héctor Hernando LLUIS LEONI prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.718 y siguientes señala: que para el año 1992 era uno de los tres subdirectores de la Dirección General de Información de Defensa (DGID) de Uruguay y en febrero de 1993 fue designado como Agregado Militar y Naval de la República de Chile.- Señala que un día domingo del año 1992 lo llama en la tarde un Coronel, que era el jefe del Departamento 1º de la DGID, para informarle que unos amigos suyos chilenos habían tenido un problema que había dado lugar a la intervención policial, que el Jefe de la Policía, en ese entonces, el Coronel RIVAS se desplazaba hacia la Comisaría del Parque del Plata, ante lo cual le señaló que se dirigiera a dicha comisaría y que él iba a llamar al Coronel RIVAS, lo que hizo, explicándole la magnitud del problema y que dicho coronel iba en camino a la Comisaría, se ofreció él también para ir, pero el Coronel RIVAS le manifestó que no era necesaria y que ya había tomado conocimiento del tema.- Luego en la noche lo vuelve a llamar su subalterno para informarle que ese amigo chileno “había armado un escándalo o algo así”, debido a que había tomado tranquilizantes y bebido alcohol en exceso, con motivo de su cumpleaños, que luego fue a hablar con un vecino para decirle que estaba secuestrado. Ante lo cual el vecino dijo que iban a ir a la Comisaría, donde se solucionó el problema, ya que el individuo se tranquilizó.- Agrega que le ordenó a este coronel que el día lunes le informara, lo que hizo, sin recordar los detalles.l’) declaraciones de Mario AGUERRONDO prestadas mediante exhorto internacional ante el Juez Letrado de Primera Instancia de segundo turno de Pando, Uruguay, quién a fojas 5.733 y siguientes señala: para el año 1992 era el Director General de la DGID en Uruguay, respecto del incidente ocurrido en la Comisaría del Parque del Plata, tuvo conocimiento a través del Coronel LLUIS quién lo llamó a Venecia, donde estaba en una conferencia, y le informó que un Teniente coronel había tenido un incidente en el balneario de Parque del Plata con una persona que aparentemente en un asado se habría emborrachado y habría hecho una denuncia en la seccional, pero que luego se habrían aclarado los hechos y todo había vuelto a la normalidad y que el individuo que era un chileno había retirado la denuncia.- Agrega que antes había tomado conocimiento por parte de ese mismo Teniente coronel que un chileno llegaba a Uruguay a entrevistarlo y que era experto en armamentos, según cree recordar, señala que autorizó a éste a tomar contacto con él y que luego le informara.- Finalmente señala que por estos hechos hubo sanción para el dicho oficial por parte del Comandante en Jefe, quién estaba en el extranjero, fue un arresto de rigor por dar motivo a una intervención policial y que él posteriormente fue relevado de la DGID como consecuencia de la investigación del Ministerio de Defensa que se hizo.m’) declaraciones de Katia Estela MEDINA HIDALGO, compulsadas en copia autorizada desde el anexo B de estos autos, rolantes a fojas 6.043 y siguientes, quién ratifica su declaración policial en la parte en que señala que el Comandante de BIE, del cual era secretaria, mantenía un contacto telefónico con un coronel uruguayo, ambos se llamaban, agrega que dicho oficial estuvo en Chile.- A mayor abundamiento exhibe y acompaña al tribunal su libreta telefónica de la época donde figuran los datos de dicho oficial uruguayo.n’) declaraciones de Juan Raúl GONZALEZ REBOLLEDO, quién a fojas 6.047 y siguientes señala que durante el año 1991, como sub oficial de Ejército, se desempeñó como ayudante del Comandante del BIE, indica que en una fecha que no puede precisar de ese año, el Comandante del Batallón le impartió la orden de preparar una dependencia del subterráneo, ante lo cual le ordenó a un subalterno que lo hiciera.- Agrega que nunca vió a Eugenio BERRIOS en dependencias del BIE.ñ’) declaraciones de Rene Francisco YAÑEZ SAAVEDRA quién a fojas 6.100 y siguientes señala que como suboficial de Ejercito se desempeñaba en la Unidad de Apoyo Técnico en el BIE, entre sus funciones estaban las de adulterar cédulas de identidad y otras.- Agrega que a mediados o fines del año 1991 se restringió el acceso al subterráneo del BIE, ubicándose un cartel en que se prohibía el acceso a esa dependencia, por orden del comandante de la unidad o del segundo, sólo ellos podían disponer tal medida.o’) declaraciones de Marcos Andrés STAGNARO TELLO quién a fojas 6.135 y siguientes señala que como empleado civil del Ejército, se desempeñaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército, su comandante lo mandó a buscar y le solicitó una cédula de identidad en blanco, ante lo cual le hizo entrega de una que había en la Unidad de Apoyo Técnico, lo vió y se la devolvió inmediatamente, luego le pasó una de las cédulas que actualmente están en vigencia y le preguntó si era posible de adulterar, respondiéndole que con los medios con que se contaba en el BIE era imposible.- También recuerda que en otra ocasión le pasó su pasaporte personal y le preguntó lo mismo, ante lo cual le manifestó que no era posible de adulterar o falsificar.Posteriormente, en una nueva declaración a fojas 15.282 y siguientes, señala que en su declaración anterior omitió declarar ciertos hechos por un tema de lealtad, para proteger a los mandos, y también institucional, porque aún es funcionario en servicio activo del Ejército.- Agrega que en la primera ocasión que concurrió a declarar, recibió una llamada telefónica anónima señalándole que tuviera cuidado con lo que hablaba.- Indica, en a mediados del año 1991 lo mando a buscar el comandante del BIE, donde se desempeñaba en la Compañía de Apoyo Técnico, estaba con otro oficial de otra repartición quién traía una fotografía que después supe se trataba de Eugenio BERRIOS y se me ordena confeccionar una cédula de identidad adulterada con dicha fotografía, lo que hizo y al terminar concurrió a entregársela a su comandante, señalando ambos oficiales que el trabajo no había quedado bueno.- A los días concurrió otro oficial al BIE con otra foto de esta persona y se le ordena hacer la misma operación por el Comandante, pero ahora el oficial también traía la cédula de identidad, entregándola conforme a los días después.- Finalmente, agrega que al tiempo después el comandante le pasa una fotografía donde había un sillón y otra en que estaba BERRIOS con un diario en la mano, debiendo hacer con los medios de esa época lo que ahora se conoce como fotoshop y a los días vió que aparecía dicha fotografía en los diarios, indicándose que BERRIOS estaba vivo.p’) declaraciones de Edison Hugo Emerson TORRES FERNANDEZ quién a fojas 6.167 y siguientes señala que como empleado civil del Ejército, en la primavera del año 1991 mientras se desempeñaba en el BIE en la parte de tránsito de dicho batallón en el lugar donde se estacionan los vehículos, se cruzó con un sujeto al que reconoció como Eugenio BERRIOS SAGREDO, él también lo reconoció e intercambiaron saludos y un par de palabras, hacía mucho tiempo que no lo veía, desde que ambos coincidieron en el movimiento político “Patria y Libertad”, y le sorprendió la razón sobre lo que hubiera estado haciendo en ese lugar, estaba como tomando sol, no se veía como una visita, porque no usaba la credencial que normalmente usan las visitas y tampoco vestía de una manera formal.- Agrega que dicha credencial incluso deben utilizarla miembros del Ejército que han pertenecido al BIE o personal en retiro que vuelve al cuartel.q’) oficio Nº1595/322 del Jefe del Estado Mayor General del Ejército de fecha 01 de abril de 2005, rolante a fojas 6.733 por el cual se informa al Tribunal que el acceso de particulares para pernoctar y/o permanecer en un cuartel militar, sólo es posible con la autorización del respectivo Comandante.r’) declaraciones de Juan Carlos BRIONES VALENZUELA quién a fojas 7.025 y siguientes señala que en abril de 1991 con el grado de Coronel de Ejército, fue designado como segundo Comandante del Batallón de Inteligencia del Ejército, y en una ocasión en el patio de mantenimiento de la unidad vió a Eugenio BERRIOS, no recuerda las vestimentas que llevaba pero de inmediato se dio cuenta que no era un funcionario del BIE y posteriormente cuando lo vió aparecer en los medios de prensa lo relacionó con la misma persona que había visto en la unidad.Agrega que el comandante del BIE nunca le manifestó que se encontraba un extraño en el batallón y porque razón estaba allí, él tampoco se lo preguntó, porque al Comandante le corresponden las labores operativas y al segundo las labores administrativas.s’) declaraciones de Luis Felipe FERNANDEZ SOTO quién a fojas 7.178 y siguientes señala que para el año 1991 se desempeñaba como conductor del Comandante del BIE y señala que en una oportunidad cuya fecha no recuerda exactamente, éste le ordenó que bajara al subterráneo, al lado de la enfermería, y le preguntara a una persona que allí se encontraba si necesitaba algo, esta persona le manifestó que necesitaba leche blanca y ranitidina por problemas a la ulcera, ante lo cual el coronel le dio dinero para comprar lo que esta persona necesitaba.- Esta persona estuvo por dos semanas en la unidad y a diario bajaba a ver si necesitaba algo, y tiene entendido que después de las siete de la tarde, salía al patio a dar una vuelta.- Agrega que cuando señala que a los tres días supo de quién se trataba, indica que no recuerda si se lo mencionó alguien o leyó en la prensa que se mencionaba a esta persona.Luego, de un día para otro, no vió más a este señor BERRIOS y el comandante no le volvió a ordenar que fuera a verlo al subterráneo para preguntarle acerca de sus necesidades.t’) declaraciones de Luis Arturo SANHUEZA ROS quién a fojas 7.886 y siguientes señala que estando en Uruguay, es efectivo que concurrió a Parque del Plata el día viernes 13 de noviembre de 1992 con su grupo familiar invitado por un militar uruguayo procesado en estos autos junto a su grudo familiar, en la casa de éste, compraron carne para hacer un asado el próximo día, pero alrededor de las 13:30 horas del día siguiente cuando vuelve a la casa después de haber asistido a misa, se encuentra allí con militares chilenos que le señalan que debe volver inmediatamente con su familia a Montevideo, en un furgón que llevaban ellos y en el que los trasladaron, sin darle mayores explicaciones al respecto.u’) declaraciones de Juan Gustavo ETCHEPARE OLIVARES, quién a fojas 9.890 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS lo conoció en el matrimonio de una hija de Michael TOWNLEY, de quién era amigo, después lo visitaba en su panadería y a su vez él concurría a su casa.- Recuerda que cuando lo visitaba en el negocio, en la caja atendía una mujer joven y además circulaba una persona a quién conoció como “pelao ARROYO”.- Hablaba mucho de la boldina pero nunca del gas sarin por el que se le pregunta.- Finalmente con relación al laboratorio de Lo Curro, señala que Michael TOWNLEY estaba oculto y no recuerda si fue personalmente o por teléfono que, en forma urgente le solicitó que desarme el laboratorio, lo que hizo ayudado por unos sub oficiales que trabajaban con él, luego pusieron los elementos en un camión cuyo destino desconoce.v’) declaraciones de Ismenia del Carmen SOTO MARTINEZ, reseñadas en la letra v’’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.w’) declaraciones de Ricardo Héctor Omar VIDAL GARRIDO, quién a fojas 10.357 y siguientes señala que como oficial de Ejército, entre los años 1989 a 1994 estuvo encuadrado en la unidad G-4, perteneciente al Batallón de Inteligencia del Ejército, señalando que en una oportunidad en que concurrió al Cuartel ubicado en calle García Reyes y se encontraba almorzando en el casino, pudo observar a un hombre comiendo sólo y al tiempo después cuando apareció en los medios de comunicación la fotografía de Eugenio BERRIOS SAGREDO la relacionó con la misma persona que antes había visto, pero nunca comentó este hecho con nadie.- indica que esta persona le llamó la atención por cuanto no era frecuente que al BIE ingresara gente extraña, todos se conocían al menos de vista y a esta persona nunca la había visto.x’) declaraciones de Jaime Jorge Fernando TORRES FLEMING quién a fojas 10.378 y siguientes señala que como oficial de Ejército llegó al BIE el año 1990 designándosele como Jefe de la sección organismos internacionales y resto del mundo que se encuadraba dentro de la Unidad de Contraespionaje o G-3, en ese período escuchó comentarios de sub oficiales antiguos en el sentido que había llegado una persona invitada por el comandante del batallón, sin saber quién era y posteriormente atendido lo que escuchó en los medios de comunicación, los sub oficiales relacionaron a esta persona con Eugenio BERRIOS.y’) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA quién a fojas 11.180 y siguientes señala que a Eugenio BERRIOS nunca lo vió en el BIE, pero si supo que había estado cuando volvió de hacer el curso de Capitán a fines del año 1991, informándose en forma extraoficial de dicha situación.- Agrega que posteriormente fue encuadrado en la unidad “Asesoría de Análisis” y le correspondió hacerse cargo del tema del regreso al país de SANHUEZA ROS por ordenes superiores.z’) declaraciones de Víctor Hugo POZA REYES rolantes a fojas 11.329 y siguientes reseñadas en la letra b’’’) del motivo décimo tercero de la presente resolución, que se tiene por expresamente reproducida en esta parte.DECIMO QUINTO: Que los antecedentes probatorios que se han enunciado en el considerando anterior constituyen un conjunto de presunciones judiciales que apreciadas de conformidad a la ley permiten a este tribunal tener por justificados los siguientes hechos: C) Que como se ha explicitado anteriormente, para proceder a retener y sacar del país a Eugenio BERRIOS SAGREDO se implementó una operación especial de inteligencia, articulada por quien entonces se desempeñaba a cargo de esa Dirección en el Ejército de Chile, quién manifiesta haber actuado en cumplimiento de una orden emanada del Comandante en Jefe del Ejército de la época, General Sr. Augusto PINOCHET UGARTE y, en atención a ella procedió a formar una asociación con propósitos delictuales que se constituye al interior de la referida institución y que utilizando los medios que ella proporciona a sus integrantes para la ejecución de sus tareas profesionales, estableció una línea de mando jerárquica paralela a la que detentaban dentro de la orgánica de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), contando el jefe superior de la Auditoría General del Ejército (AUGE) y del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) quienes sumados a algunos de los integrantes de la denominada Unidad Especial, que dependía del jefe superior de la referida Dirección de Inteligencia, procuran recursos económicos a los miembros del grupo para la realización de las misiones ilícitas que le son encomendadas, establecen vínculos con militares extranjeros a los que invitan a participar en esta organización delictual, quienes, en algunos casos actúan directamente, y, en otros colaboran en la perpetración de los delitos que se investigan en la presente causa, lo que ha significado que durante un extenso periodo de tiempo – 1991 a 1993 – han podido seguir operando al margen de la ley, sin que el mando superior de la institución de que formaban parte haya tomado alguna medida para lograr su desarticulación o para impedir la prosecución de sus actividades ilícitas, ni tampoco haya denunciado los diversos delitos e irregularidades administrativas a la justicia ordinaria o a la militar, o haya, iniciado una investigación interna, lo que ha significado que en la práctica les ha proporcionado una protección a los integrantes de esta asociación delictual a pesar de que estos hechos son de tal gravedad que los participes en ellos con sus conductas han podido llegar a comprometer la seguridad del Ejercito de Chile, como asimismo, el normal desenvolvimiento de las relaciones internacionales con un país extranjero y el prestigio de la administración de justicia; DECIMO SEXTO: Que los hechos establecidos en el fundamento anterior dan origen al delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 del Código Penal y sancionado en los artículo 293 y 294 del referido cuerpo legal con las penas de presidio mayor en cualquiera de sus grados y, con presidio menor en su grado medio y con presidio menor en su grado mínimo, respectivamente; 3.- En cuanto al delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal: DECIMO SEPTIMO: Que para la comprobación del ilícito antes referido se han agregado a los autos los siguientes elementos: a) denuncia de fojas 1 de fecha 15 de junio de 1993, formulada por el entonces Ministro del Interior de Chile don Enrique Graus Rusque, dando cuenta de la presunta desgracia de Eugenio BERRIOS SAGREDO.b) declaraciones de la cónyuge de este último Gladys SCHMMEISER ARRIAGADA, prestadas a fojas 5, 15, 426, 611 y 1.555, que constan en el motivo décimo del presente fallo.- c) declaraciones de José Antonio ARMIJO ECHEVERRIA rolantes a fojas 4.061, que se encuentra detallada en el considerando décimo del presente fallo.d) declaraciones de Arturo SILVA VALDES que aparecen en el motivo vigésimo noveno del presente fallo.e) declaraciones de Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ señaladas en el motivo trigésimo tercero de esta sentencia.f) declaraciones de Jaime TORRES GACITUA que aparecen reseñadas en el motivo trigésimo primero del presente fallo.DECIMO OCTAVO: Que los antecedentes que se han enunciado en el motivo anterior no resultan suficientes para tener por completamente justificada la existencia del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, que exige haber tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por uno o más miembros de una asociación ilícita.- En efecto, el hecho de desarrollar labores vinculadas a uno o más de los miembros de la referida asociación, no constituye un elemento determinante para poseer las informaciones que exige el tipo penal en comento, más aún, si se tiene en consideración que las labores que los imputados desarrollaban dentro de sus actividades habituales, comenzaron con mucha anterioridad a la formación de la asociación delictiva en cuestión, y, por otra parte, ellas se enmarcan dentro del ámbito de las funciones de la “inteligencia política y militar”, uno de cuyos elementos básicos lo constituye el denominado “compartimentaje”, esto es, el conocimiento parcial de una actividad específica, de cuyo desarrollo total no se tiene la información completa.En atención a lo razonado, procede dictar sentencia absolutoria a favor de los acusados por este delito.- 4) En cuanto al delito de obstrucción a la justicia: DECIMO NOVENO: Que para la comprobación del delito antes referido se han agregado a los autos los siguientes elementos de convicción: a) denuncia de fojas 1 de fecha 15 de junio de 1993, formulada por el entonces Ministro del Interior de Chile don Enrique Graus Rusque, dando cuenta de la presunta desgracia de Eugenio BERRIOS SAGREDO.b) declaraciones de la cónyuge de este último Gladys SCHMMEISER ARRIAGADA, prestadas a fojas 5, 15, 426, 611 y 1.555, quién señala que su marido la llamó por teléfono en octubre de 1991 desde Uruguay, país al que viajó secretamente, solicitándole que lo hiciera sin que le dijera a nadie, permaneció con él por aproximadamente diez días y nuevamente fue a Montevideo en octubre del año siguiente, esto es, 1992; c) diligencia de fojas 8 a 9 vta. en que se deja constancia de haber revisado la causa rol Nº129.526 por giros dolosos de cheques y estafa en contra de Berrios Sagrado, seguida ante el Sexto Juzgado del Crimen de Santiago.d) declaraciones de Carlos Alberto Fernando Herrera Jiménez de fojas 569 y 970, que se han analizado con anterioridad.e) declaración de Tulio Paredes Orellana de fojas 1.098, ya descrita en el motivo décimo de esta sentencia.VIGESIMO: Que, no obstante, que en su época los antecedentes enunciados en el motivo que antecede resultaron suficientes para someter a proceso como coautores del ilícito antes mencionado a las personas que se indican en el auto acusatorio, resulta que con la dictación de la Ley Nº20.074, el referido tipo legal fue derogado y, en consecuencia, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 18 del Código Penal, procederá dictar sentencia absolutoria a este respecto.En cuanto a la participación: VIGESIMO PRIMERO: Que del mérito de las declaraciones prestadas por Hernán RAMIREZ RURANGE a fojas 1.199, 1.604, 2.224, 3.066, 4.129, 5.089, 7004, 12.486 y 163 (cuaderno reservado) en las que señala que se hizo cargo como General de Brigada de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) específicamente a fines del mes de octubre de 1990 y estuvo al mando de esa Dirección hasta el día 14 de diciembre de 1991, cuando pase a ser Comandante en Jefe de la 2ª División del Ejército, con sede en Santiago y Juez Militar del 2º Juzgado Militar.Agrega que cuando conoce a BERRIOS lo ve totalmente atemorizado y le indica que fue agente de DINA y que está amenazado por traficantes.- Dice que llamó al Comandante del BIE a quién le solicitó que le hiciera averiguaciones sobre esta persona , este le respondió que no aparecía con ningún antecedente negativo y que tenía la calidad de empleado civil de DINA.Posteriormente, en la declaración prestada a fojas 163 (cuaderno reservado) dice que en una reunión de Generales del Ejército realizada en el domicilio del ex Comandante en Jefe del Ejército General Augusto PINOCHET UGARTE, éste le ordenó que sacara del país a Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Dice que encomendó la misión ordenada por el jefe superior a la Unidad de Asesoría de Análisis que estaba a cargo del Mayor Arturo SILVA VALDES y que para el egreso del país del nombrado BERRIOS este se materializó por la ciudad de Punta Arenas y estuvo a cargo del agente civil de DINE Sr. Raúl LILLO GUTIERREZ y del Capitán de Ejército Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ.- BERRIOS atravesó por el paso fronterizo de Monte Aymon, junto al Capitán RODRIGUEZ y un hermano de este.- Lo dejaron en Río Gallegos o Río Turbio y desde ese lugar siguió junto a LILLO y los hermanos RODRIGUEZ se regresaron a Punta Arenas.Posteriormente llegó a Buenos Aires donde lo esperaba Arturo SILVA quién después le informó que lo había dejado en un hotel de Montevideo, pero, no le dijo, que hubiera solicitado ayuda a los miembros del Ejército de Uruguay.- Dice que no sabía que BERRIOS era requerido por la justicia, de lo que vino a tomar conocimiento cuando la anterior magistrado le notificó el auto de procesamiento donde se indica que esta persona tenía problemas con cheques y también lo buscaba Investigaciones para entregarle una citación en el caso LETELIER y cuando habían concurrido los funcionarios policiales no lo habían encontrado por lo que el Ministro a cargo de esa causa había expedido una orden de detención en su contra cuando él ya se encontraba en Uruguay.Por último, señala que efectivamente conoce al Coronel (R) Manuel PEREZ SANTILLAN y manifiesta que cuando conoció a BERRIOS, este le dijo a modo de presentación, que era muy amigo del entonces Mayor PEREZ SANTILLAN que trabajaba en la Dirección del Personal y, como, posteriormente, a mediados de noviembre de 1991, es decir un mes después que había salido, recibió una comunicación de la Inteligencia uruguaya, consultándole con relación a un ciudadano chileno que cometía escándalos y que se embriagaba haciendo ostentación de haber sido agente del régimen de PINOCHET; en atención a esto hizo llamar en comisión de servicios al referido Mayor PEREZ SANTILLAN a quién le encomendó que viajara a Uruguay y le dijera a BERRIOS que si no se comportaba como correspondía se volvía a Chile, porque los estaban perjudicando a pesar que ellos le habían hecho un favor.Dice que no habló después con PEREZ porque no estaba en Santiago, pero si lo hizo SILVA quién le informó que BERRIOS le había asegurado a PEREZ que no volvería a incurrir en esos comportamientos, que lo vió, que estaba bien y que, además, estaba acompañado por su mujer.Agrega que después hizo entrega del mando de la DINE el 14 de diciembre de 1991 al General Eugenio COVARRUBIAS y le contó que había un chileno que estaba en Uruguay a quién había ayudado a salir de Chile, pero que no contaba con apoyo económico ni de otro tipo del Ejército, pero que debido al mal comportamiento de este sujeto debía estar alerta porque cualquier situación que se diere comprometía la relación con un país amigo como es Uruguay; VIGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del procesado Hernán Ramírez Rurange que se han analizado en el considerando anterior, constituyen una confesión judicial la que por haber sido prestada de conformidad a la ley, permite a éste tribunal tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado, con excepción del delito de obstrucción a la justicia por el que será absuelto. VIGESIMO TERCERO: Que el acusado Eugenio Adrián COVARRUBIAS VALENZUELA a fojas 1.197, 2.226, 2.663, 2.702, 3.247, 5.968 y 7.759 ha manifestado que en su primera indagatoria mintió cuando se le preguntó acerca de su conocimiento sobre el caso de Eugenio BERRIOS, dice que esto lo hizo por un deber de lealtad con un compañero que venía saliendo de una delicada situación y con quién pensó conversar posteriormente para hacerle presente que con sus dichos había quedado en una situación indefendible para él ya que estaba ocultando hechos; Con respecto a la denominada “Unidad Especial” señala que no se trataba de una unidad que obedeciera a una orgánica, sino que usaba un edificio separado de la Dirección de Inteligencia y se desempeñaban en la seguridad exterior del Sr. Comandante en Jefe del Ejército y su familia.- De acuerdo a comisiones de servicio que pedía la Comandancia en Jefe se le dotaba de personal y también habían personas que estaban a cargo de un estudio geográfico de Argentina, donde participa el oficial RODRIGUEZ y un civil de nombre LILLO.Agrega que la parte de seguridad exterior la conformaban el Mayor SILVA, el Teniente TORRES que llegó en marzo de 1992 y uno o dos clases y, para lo de los familiares se agregó al Mayor CISTERNAS en 1993.- Dice que esta unidad se manejaba con recursos de la Comandancia en Jefe y que eran pedidos en comisión de servicio corta y que debían cumplir una misión.Señala con respecto a la salida de Eugenio BERRIOS que el día 14 de diciembre de 1991 se recibe de la Dirección de Inteligencia y cuando el General RAMIREZ le da cuenta de las tareas en desarrollo le informa que existe un ex agente de la DINA que está en Uruguay, al que ayudaron a salir por su complicación y porque se lo había solicitado directamente, luego le señala que en noviembre se comprometió con la inteligencia uruguaya de mantener un cierto control por problemas conductuales que estaba llevando, lo que se debe realizar para no afectar las buenas relaciones con ese país.- Dice que en enero de 1992 cuando se produce la detención del Mayor HERRERA en Argentina, hay un cúmulo de informaciones relativas a ese hecho ante lo cual habla con el General RAMIREZ y le pregunta por el sujeto que le había encargado y él le dice que hay que mantenerlo controlado, recordándole el compromiso que había adoptado con la inteligencia uruguaya y, por ello llamó al mayor SILVA y le ordena que tome contacto con BERRIOS y trate de averiguar en que condiciones está producto del escándalo producido, esto ocurre a fines de enero de 1992.- A principios de marzo se reúne con él el Mayor SILVA, quién le informa que el sujeto dice estar siendo perseguido y temeroso pidiendo compañía y, por ello, estima que lo más conveniente era preparar “dos clases” para que en forma alternada se mantuvieran con él y así se lo ordenó al mayor SILVA, esto se produjo entre abril y agosto, eran SANDOVAL y ROMAN, pero, en el intertanto le llega el informe que el sujeto tenía constantes borracheras y desaparecía por lo que le ordena al oficial antes referido que retire la gente y que esporádicamente le hagan visitas hasta producirse el desprendimiento de este individuo para dejarlo sólo.Sin embargo dice que cuando viaja a Uruguay la viuda de BERRIOS en noviembre de 1992 con Raúl LILLO, quién le habría coordinado el traslado, ese viaje lo desconocía absolutamente, pues su información es que se perdió contacto con el individuo en octubre de 1992, porque el Mayor SILVA le informa el deseo que tenía dicho sujeto de irse a Brasil, pero desconoce si eso ocurrió.Finalmente, dice que el supo que en el momento del escándalo en Parque del Plata el 11 de noviembre de 1992, no había ningún chileno perteneciente a DINE en Uruguay y lo último que supo de BERRIOS fue que a fines de mayo o junio de 1993, estallan las noticias y se da cuenta que luego que lo abandonaron había protagonizado un escándalo de envergadura.- Todo lo relacionado con este tema le era informado a él por el Mayor SILVA quién era la persona que tenía contacto con “los clases” y, también por el empleado civil LILLO, que era el contacto que existía con la familia de BERRIOS, manteniendo su correspondencia entre este último y su familia; VIGESIMO CUARTO: Que las declaraciones prestadas por el acusado Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, constituyen una confesión judicial, la que por haber sido prestada mediando la concurrencia de las exigencias legales, permite a éste sentenciador tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor del delito de secuestro descrito en el artículo 141 inciso 4º del Código Penal y como autor del delito de asociación ilícita, tipificado en el artículo 293 del Código Penal. VIGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones el General (R) Juan Fernando TORRES SILVA a fojas 1.181, 1.494, 1.496, 1.497, 1.498, 2.231, 4.303, 7.271 y 7.962 expone: Que nunca conoció a Eugenio BERRIOS SAGREDO, sólo tenía información de él a través de la prensa y en cuanto a las fuentes del Ejército, no tiene ninguna referencia respecto a que el nombrado BERRIOS haya trabajado alguna vez para la DINA o la CNI.- Reitera que a BERRIOS sólo lo conoce por los diarios y que el General RAMIREZ nunca le comentó este caso ni le solicitó alguna asesoría, ello por el compartimentaje que opera en inteligencia, requisito principal del Director de Inteligencia, él tiene un canal de decisión de mando independiente, por lo que nunca podría haberle consultado.Agrega que respecto al oficio reservado de la Comandancia en Jefe del Ejército de fecha 09 de diciembre de 1992, agregado a fojas 2.255 dirigido a la AUGE y que dispone la creación del Departamento de Estudio y Planificación, ratifica su declaración anterior en la parte en que señala que materialmente no se implementó.- Dice que en realidad ese oficio no es más que una repetición de documentos anteriores en que se materializó una orgánica que de hecho existía y funcionaba, sin embargo, el título es equívoco, en el fondo lo que se hacía era tener un control de cuales eran los procesos en los que estaba afectado personal del Ejército en servicio activo o en situación de retiro y entre los cuales se encontraban comprendidos aquellos que en alguna oportunidad habían pertenecido a los servicios de seguridad, porque es necesario precisar que la destinación que se hacía en ese tiempo en estos servicios era una destinación más dentro de la carrera militar.Dice que respecto a la defensa jurídica de miembros de la institución, había un fondo voluntario en que se le descontaba a las personas que aceptaban ese descuento, una parte de su sueldo, que era un porcentaje muy bajo de un 0,1 a 0,2 por ciento que era destinado a defensa del personal en las causas en que no era parte el Consejo de Defensa del Estado.- La forma en que se manejaba ese descuento no lo tiene muy claro, pero, si recuerda que se pagaba directamente a los abogados cuyos nombres les eran proporcionados a las personas que estaban afectadas por alguna situación de carácter judicial.Por último, manifiesta que tuvo mucho contacto con el General RAMIREZ RURANGE durante ese período, igual que con todos los Generales que conformaban el alto mando de la época, dado que por su cargo, ellos concurrían a la AUGE cuando tenían dudas sobre la asesoría jurídica que se les había dado en sus Direcciones o bien por la trascendencia de la resolución que debían tomar en un caso determinado; VIGESIMO SEXTO: Que, si bien, el procesado Fernando TORRES SILVA, ha negado su participación en los hechos que se le atribuyen, obran en su contra los siguientes elementos de convicción: a) declaración Jaime Torres Gacitua, que se detallan en el considerando trigésimo primero de esta sentencia, quién señala que la información sobre la situación judicial del personal militar comprometido en violaciones a los Derechos Humanos, le era proporcionada al Director de DINE por el Auditor General del Ejército, cargo que en la época de acaecimiento de los hechos que se investigan en estos autos, detentaba el General (J) Fernando TORRES SILVA; b) declaraciones de Arturo Silva Valdes que se detallan en el motivo vigésimo noveno de este fallo, quién señala que resulta obvio que para el desarrollo de la operación de inteligencia que significó sacar del país a militares y civiles comprometidos en casos de violación a los Derechos Humanos, necesariamente debió existir una coordinación entre ambos oficiales generales, esto es, los generales RAMIREZ RURANGE y TORRES SILVA; c) declaraciones de Arturo Sanhueza Ros que se explicitan en la letra t’’) del fundamento décimo, quién señala que previo a su salida de Chile el General TORRES SILVA lo citó a su oficina de la Auditoría General y le entregó un papel en blanco para que lo firmara y en él solicitaba su baja del Ejército.- Señala que posteriormente, se produjo su egreso del país por orden del General RAMIREZ RURANGE; d) oficio reservado de la Comandancia en Jefe del Ejército, de fecha 09 de diciembre de 1992, agregado a fojas 2.255, dirigido al AUGE que dispone –dentro de la Auditoría-, la creación de un Departamento de Estudio y Planificación, por el cual, se pretendió sistematizar ordenes impartidas en documentos anteriores que permitían mantener un control acerca de cuales eran los procesos en los que estaba afectado personal del Ejército en servicio activo o en situación de retiro y, entre los cuales se encontraban comprendidos aquellos que en alguna oportunidad habían pertenecido a los servicios de seguridad, debido a que la adscripción a esos servicios correspondía a una destinación dentro de la carrera militar; e) declaraciones de Enrique Ibarra Chamorro consignadas en el considerando cuadragésimo noveno de esta sentencia, quién señala el jefe del servicio era el General TORRES quién se encargaba del pago a los abogados que defendían a militares comprometidos en procesos judiciales por violación a los derechos humanos, y, asimismo, era quién mantenía coordinación con el Director de DINE, General RAMIREZ RURANGE, con quién tenía un grado de amistad.Que los elementos de juicio que se han enumerado en el motivo anterior, constituyen un conjunto de presunciones judiciales que apreciadas de conformidad a la ley, permiten a este tribunal tener por suficientemente comprobada la participación del acusado antes nombrado como autor del delito de asociación ilícita, descrito en el artículo 292 y sancionado en el artículo 293 del Código Penal.VIGESIMO SEPTIMO: Que el procesado Manuel PROVIS CARRASCO prestando declaraciones a fojas 2.474, 4.151, 7.192, 7.202, 7.755, 8.077 y 12.484, manifiesta en la primera de las referidas indagatorias que nunca conoció a BERRIOS, pese a que estuvo en la DINA y después en CNI.- Reconoce que fue consultado por sus antecedentes, debe haber sido el Director de DINE quién lo hizo; en esa misma declaración manifiesta que no es posible que el mencionado BERRIOS haya estado escondido durante unos días en dependencias del BIE antes de concretar su salida del país, ello lo habría sabido inmediatamente.- Sin embargo, posteriormente, reconoce que mientras se desempeñó como Comandante del BIE efectivamente estuvo pernoctando algunos días, el nombrado Eugenio BERRIOS por el que se le consulta.Dice que aunque parezca inverosímil, dada la calidad de mando que él tenía, no sabe como llegó allí ni por orden de quién, aunque estuvo con la autorización del General RAMIREZ, él nunca le dijo nada al respecto, pero supone esto porque era la única forma posible.- Tampoco, dejó ninguna constancia de ese hecho, lo que en realidad ni siquiera se le ocurrió; finalmente, a la pregunta que se le formula responde que el General RAMIREZ no le ordenó recibir a BERRIOS, pero el hecho es que estuvo en ese lugar y el no podía haber estado en desconocimiento de ese hecho.VIGESIMO OCTAVO: Que las declaraciones del procesado Manuel Jorge Provis Carrasco, descritas en el fundamento anterior son constitutivas de una confesión judicial, la que por haber sido prestada con la concurrencia de los requisitos que contempla la ley, permite a éste tribunal tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado. VIGESIMO NOVENO: Que prestando declaraciones el acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES a fojas 1.201, 2.401, 2.408, 2.434, 2.636, 2.962, 4.052, 7.857, 8.766 y 12.490 dice que ignora porque se le citó a declarar aunque piensa que tiene algo que ver con Carlos HERRERA JIMENEZ ya que también fue involucrado en el proceso que lleva el ministro Sr. Sergio MUÑOZ.- Señala que en 1983 fue destinado a la ex CNI cuando estaba como Director el General GORDON y él trabajó en el Departamento Político Sindical.- Cuando se disolvió la CNI el año 1988 pasa a la DINE integrando la Asesoría del Director de Inteligencia que era el General Gustavo ABARZUA.- Agrega que en DINE no tuvo nada que ver con la salida de BERRIOS de Chile e ignora si esa Dirección tuvo algo que ver en ello.- El nombre de Carlos RAMIREZ no le suena familiar, ni siquiera como identidad operativa.Posteriormente en la declaración de fojas 2.434 reitera al tribunal que no es responsable de la muerte de Eugenio BERRIOS, no estuvo en Uruguay, específicamente en Parque del Plata los días 14 y 15 de noviembre de 1992, cuando este protagonizó un escándalo refugiándose en una Comisaría del sector.- En esa oportunidad el estaba viajando aunque no recuerda a que lugar, no sabe quién pudo haber atentado en contra de este personaje de quién poco o nada sabía, aunque reconoce la participación de DINE en su salida y posterior permanencia en Uruguay.- Agrega que BERRIOS salió de Chile cuando era Director de DINE el General RAMIREZ RURANGE y al año siguiente el nuevo Director el General COVARRUBIAS ordena retirar los medios, con esto se refiere a traer al personal que lo acompañaba y a ello obedeció el viaje de Jaime TORRES quién despachó a SANDOVAL a Chile.Por último, declara que en forma previa a la salida de HERRERA JIMENEZ y de BERRIOS, el General RAMIREZ que antes de ser nombrado como Director de DINE fue Agregado Militar en Uruguay, tenía un conocimiento físico de todos los oficiales de inteligencia de ese país, por razones de su cargo es así como lo comisiona para que tomara contacto con la inteligencia uruguaya, allá lo reciben en el edificio de la DGID, el General AGUERRONDO que era la persona con la que le mandó a hablar el General RAMIREZ, junto a otro oficial que pudo ser LLUIS o ARANCO, allí conoció a varios oficiales entre los cuales estaba Tomas CASSELLA y recorre varias dependencias de la DGID, donde habían miembros de las fuerzas armadas de ese país.Agrega que el propio Coronel CASSELLA, tenía muchas relaciones con Chile, había realizado distintos cursos de perfeccionamiento en Chile y compañeros de esos cursos ostentaban altos cargos en nuestro país.- Dice que en la visita del General PINOCHET a Uruguay se estableció una mayor relación de amistad, el estaba encargado de la agenda de protocolo y CASSELLA era el edecán por lo que coordinaba sus actividades diariamente.Cuando estaba BERRIOS y HERRERA en Uruguay el seguía viajando a la DGID, preguntaba por ellos y los oficiales uruguayos le señalaban que estaban bien.- Más adelante cuando estaba BERRIOS, el sentía la molestia de los uruguayos, incluso ellos se lo representaron, por la conducta impropia de BERRIOS, que arriesgaba un tema de seguridad, cree que fue el propio Coronel CASSELLA u otro oficial y así lo informó al Director de DINE, el General COVARRUBIAS, quién le dio la orden de enviar a SANDOVAL y ROMAN a acompañarlo, por cuanto las malas conductas de BERRIOS podrían comprometer en definitiva al Ejército uruguayo, más que a ellos mismos.Por otra parte, puede señalar respecto a la intervención de CASSELLA, de RADAELLI y de SARLI, en cuanto al conocimiento del tema de BERRIOS, piensa que no sólo ellos sabían esto, sino que varios oficiales uruguayos estuvieron al tanto del proceder de este sujeto, tanto de la DGID y de la inteligencia uruguaya, al igual que la propia policía de ese país, que tenían conocimiento de las conductas impropias de BERRIOS, la misma que mantenía en Chile y que también era conocida por otros oficiales de nuestro país.Agrega, que a este sujeto BERRIOS lo vino a conocer en el BIE junto al abogado IBARRA, quién, además, sabía el tema judicial de esta persona en su calidad de abogado del AUGE.También señala que esta situación de conducta impropia de BERRIOS se la informaba al mando de la DINE y, tanto es así, que cuando el general RAMIREZ desempeñaba otras funciones, seguía preocupado de este tema, incluso lo llamó en un par de oportunidades y lo citó para preguntarle respecto de la situación de BERRIOS y su conducta, ante lo cual le informó los mismo que le había informado al Director de DINE, en cuanto a que su conducta era mala.- Señala que el viaje de PEREZ SANTILLAN a Uruguay, lo vino a saber tiempo después, cuando se enteró que fue comisionado por el General RAMIREZ para ir a ese país.- En su momento no lo supo.Finalmente, dice que en cuanto a los hechos de Parque del Plata los conoció posteriormente, obviamente fue informado el DINE y también salió en la prensa de ese tiempo.TRIGESIMO: Que, si bien, el procesado SILVA VALDES confiesa su participación en el hecho punible, le atribuye circunstancias que pueden eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y, como tales circunstancias no están comprobadas en el proceso, el tribunal no les dará valor, atendiendo al modo en que verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del proceso y la exactitud de su exposición, teniendo además en cuenta el Tribunal lo siguiente: Con relación a la participación del acusado antes nombrado en los ilícitos por los que se le han formulado cargos, es necesario tener presente que por la calidad de jefe de la asociación ilícita denominada “Unidad Especial”, tuvo con relación a Eugenio BERRIOS SAGREDO una posición denominada “de garante”, dado que el control directo del sujeto pasivo del delito, pasaba por su persona, y esto, además, resulta suficientemente comprobado con las declaraciones que se han enunciado en los fundamentos décimo y décimo cuarto de esta sentencia.- Ellos, son coincidentes en manifestar que Arturo SILVA VALDES impartía ordenes directas con relación al nombrado BERRIOS, manejaba los dineros que se utilizaban para la mantención de este último en Uruguay y, mandaba a algunos subordinados suyos a cumplir diversas misiones ilícitas relacionadas con la estadía de éste sujeto en el país recién mencionado.En consecuencia, en virtud de la aludida posición de garante en que se encontraba, no puede menos que atribuírsele la responsabilidad y el conocimiento completo relacionado con la muerte de Eugenio BERRIOS SAGREDO acaecida en Uruguay, más aún, cuando determinados hechos producidos con posterioridad a la muerte, como sería la aparición de una carta remitida por BERRIOS desde Europa, también el viaje de Raúl Lillo y Gladys Schmeisser a Brasil, el intempestivo retorno a Chile de Arturo Sanhueza Ros y, sobre todo, el cese de los viajes a Uruguay por parte de los miembros de la referida unidad especial.Todo lo anterior, sumado al hecho que el acusado antes nombrado no ha comprobado lo contrario durante la secuela de este juicio, vale decir, no ha demostrado su defensa que luego del retiro forzoso de Eugenio BERRIOS SAGREDO desde la Comisaría de Parque del Plata, dejó de estar sometido al control de sus custodios con anterioridad a su deceso.TRIGESIMO PRIMERO: Que el procesado Jaime Fernando TORRES GACITUA prestando declaraciones a fojas 2.407, 2.412, 2.637, 2.981, 3.647, 3653, 4.147, 7.860 bis, 8.762 y 12.461 dice que ratifica sus declaración extrajudicial prestada ante la Policía de Investigaciones que rola a fojas 1.926 y siguiente, con la salvedad que en la parte que dice relación con el hecho de haber conocido a Eugenio BERRIOS debe agregar que tuvo dos contactos indirectos con él, no recuerda la fecha, pero fue en Montevideo, a fín de atender los requerimiento de dos suboficiales que se encontraban acompañando a esta persona.- Señala que el General COVARRUBIAS ordenó mandar dos hombre de aquí, es decir, una suerte de compañía para BERRIOS y, en dos oportunidades fue requerido por este tema, la primera, por el General COVARRUBIAS y, la segunda, por el Mayor SILVA para tomar contacto con los dos suboficiales, la misión que le entregó fue que trataran de convencer a Eugenio BERRIOS que regresara a Chile, desconoce los problemas judiciales que este último tenía en el país.- A continuación agrega que durante octubre de 1992 y gran parte de noviembre, estuvo solamente en Argentina.Por último, puede señalar que después que el General COVARRUBIAS le ordenó al Mayor SILVA que ordenara “al clase” que acompañara a BERRIOS, esto fue entre el 12 y el 13 de noviembre de 1992, lo que recuerda muy bien porque estaban en Buenos Aires cumpliendo una comisión de servicio con el Mayor SILVA relacionada con la entrega de invitaciones y obsequios a las autoridades argentinas que habían recibido al General PINOCHET en su visita a ese país y para esos fines se entrevistaron con distintos altos mandos del Ejército de ese país y con otras autoridades de la Policía Federal y del SIDE.Volviendo atrás, dice que cuando el General COVARRUBIAS le preguntó al Mayor SILVA si todavía había miembros de la institución en Uruguay, acompañando a BERRIOS, este oficial le preguntó a él y le contestó que al parecer se encontraba allí uno de los cabos, entonces el Mayor SILVA le dio la orden de que se contactara con él y dispusiera su retorno inmediato a Chile, ante lo cual llamó telefónicamente a SANDOVAL a un celular o al teléfono de red fija en el departamento de BERRIOS, y le transmitió la orden del Director de Inteligencia de volver de inmediato a Chile, a lo que le contestó que así lo haría y, posteriormente tomó contacto con él sólo en Buenos Aires, en el sector de Aeroparque y le hizo entrega de la cantidad de cincuenta dólares para que pagara si era necesario un impuesto adicional que se cobra cuando no se hace uso del pasaje aéreo en la fecha que corresponde.No sabe si cuando SANDOVAL volvió a Chile se presentó a su mando superior que era el Mayor SILVA y si este no estaba en ese momento, debió haberlo hecho donde el Capitán Pablo RODRIGUEZ, quién lo seguía en la línea de mando.TRIGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del encartado Jaime Fernando Torres Gacitúa, a que se ha hecho referencia en el considerando que antecede, constituyen una confesión judicial, que por haber sido otorgada cumpliendo con las exigencias que señala la ley, permite a éste tribunal tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que fue acusado. TRIGESIMO TERCERO: Que el procesado Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, prestando declaraciones a fojas 1.585, 1.607, 3.076 y 4.480 señala en la primera de ellas que si en el viaje que realizó a la República Argentina por el paso de Monte Aymon en octubre de 1991, llevaba a Eugenio BERRIOS SAGREDO, señala que no es así.- Dice que efectivamente viajó en esa oportunidad en el vehículo de su hermano Jorge acompañado además de Raúl LILLO GUTIERREZ, a quién llevaba en misión especial y además, viajó otra persona que era un agente de inteligencia que iba en otra misión encargada directamente por el Director de Inteligencia de esa época General Hernán RAMIREZ RURANGE, atendido el tipo de misión que debía cumplir.- Agrega que esa persona en ningún caso era Eugenio BERRIOS y se quedó en Río Gallegos, ignorando que ocurrió con él.- Dice que con el Mayor Arturo SILVA VALDES no existió un trabajo conjunto ni relación jerárquica y el trabajo que ambos desempeñaban era distinto, sin perjuicio de que él le otorgaba servidumbre en algunas tareas.- El término “servidumbre” en el léxico militar significa prestar apoyo logístico o administrativo y que no es permanente.En la declaración referida en segundo término señala lo siguiente: en atención a que el General RAMIREZ lo ha relevado de su obligación de reserva, desea rectificar sus dichos prestados en este proceso y, es así que señala que estando en Punta Arenas terminando un permiso y preparando un viaje a Río Gallegos, fue llamado por teléfono por el General RAMIREZ RURANGE quién le solicitó si era posible que en su viaje a Argentina pudiera incluir a otra persona con el objeto de trasladarlo a ese país, puesto que no quería viajar sólo.- Dice que su viaje estaba pre planificado para hacerlo en compañía de Raúl LILLO, era un viaje de entrenamiento y debía dejarlo para que subiera a Buenos Aires desde Río Gallegos.- Agrega que la referida persona llegó en el mismo vuelo junto a LILLO y luego de obtener su salvoconducto atravesaron la frontera y llegaron a Río Gallegos donde lo dejó luego de informarle cuales eran sus alternativas de viaje.Posteriormente, complementando sus declaraciones anteriores, manifiesta que el General RAMIREZ le informó que para esa misión adicional él quedaría bajo la dependencia del Mayor SILVA que estaba en DINE a cargo de asesorías al Director.Después Arturo SILVA lo llamó, le dio instrucciones de detalle y le informó quién era el sujeto que debía trasladar, le dijo que era ex DINA y como SILVA era más antiguo asumió la responsabilidad de la misión que ha señalado quedando subordinado a dicho oficial.En cuanto al destino final de BERRIOS no lo recuerda, pero si sabe que LILLO llegaría al final a la ciudad de Montevideo, desde donde regresaría a Santiago, por lo que no es descartable que BERRIOS también haya podido haber llegado a esa ciudad.Agrega que a fines de marzo de 1992 se encontraba en comisión de servicio en Buenos Aires cuando recibió un llamado telefónico del Mayor SILVA para que apoyara al Sargento SANDOVAL y lo recibiera en Uruguay.- Dice que viajó vía fluvial a Colonia en Uruguay y luego por bus a Montevideo, donde esperó en el aeropuerto a SANDOVAL, lo llevó al departamento que ocupaba Eugenio BERRIOS en el sector de La Rambla.- Después a su regreso en un reporte al Director le informó acerca de la todo lo que había hecho.- Por otra parte piensa que Arturo SILVA estaba dubitativo acerca del cumplimiento de esta orden y por eso le pidió a él su opinión personal con respecto a la persona de HERRERA JIMENEZ y él como había trabajado en contrainteligencia tenía su opinión perfectamente formada y así se lo hizo saber a SILVA, de que esto no tendría un bien final, lo que aconteció.- Señala que obviamente si SILVA hubiera tenido la certeza de que tal misión estaba encuadrada dentro de las leyes y los reglamentos militares no tenía que preguntarle nada, dice que desconoce que aconteció, pero, igual cumplió la orden.Finalmente, respondiendo lo que el Tribunal le pregunta sobre si no existió en ese tiempo otra manera de solucionar el problema que afectaba a la institución con la presencia en Chile de estas personas, esto es, HERRERA, SANHUEZA y BERRIOS, que podían ser requeridos en algún momento por la justicia, sin involucrar en esto a un área tan sensible para la institución como son los servicios de inteligencia interna y servicio exterior del Ejército, responde que sí existió esa posibilidad, pero ella pasaba por asumir las consecuencias de las actuaciones de estas personas que igual con posterioridad se han tenido que asumir, lo que demuestra el fracaso total de esas estrategias.- No comprende cuales eran las razones imperiosas de realizar estas operaciones, pero, ya ordenadas hubo que cumplirlas.TRIGESIMO CUARTO: Que las declaraciones del procesado Pablo Marcelo Rodríguez Márquez que se han analizado en el motivo que precede, son constitutivas de una confesión judicial, que por haber sido prestada con la concurrencia de las exigencias legales, permite a éste sentenciador tener por plenamente demostrada su participación en calidad de autor de los delitos por los que se le formularon cargos, con excepción del ilícito de obstrucción a la justicia por que también fue acusado, respecto del cual se procederá a dictar sentencia absolutoria. TRIGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones indagatorias el procesado Raúl LILLO GUTIERREZ a fojas 1.593, 1.632, 3.082 y 4.405 expone que ratifica su declaración extrajudicial prestada ante Investigaciones, contenida en el anexo Nº18 del informe Nº82 agregado en autos, y manifiesta que viajó a Punta Arenas en avión desde Santiago junto a otro sujeto que no conocía en ese momento, pero que después supo que se trataba de Eugenio BERRIOS.- Dice que esto no se trataba de ningún agente en misión especial sino que era BERRIOS y que incluso, le comentó durante el viaje que tenía problemas en Chile por unos cheques protestados y que había pedido dinero a prestamistas.- Agrega que sospechó de la desaparición de BERRIOS antes que aparecieran sus restos en Uruguay y que supiera del escándalo que este protagonizó en ese país.- Además, como al regreso de sus viajes traía cartas de BERRIOS a su madre, quién lo quería a él como a otro hijo y conversaba mucho con él, supuso que algo le había ocurrido porque ya no fue más a ese país , y, por ende, se cortó el flujo de correspondencia.Agrega que con respecto a Gladys SCHMMEISSER es efectivo que mantuvo una relación con ella y en el mes de octubre de 1992 viajaron a Uruguay para que ella se reuniera con BERRIOS, viajando a Pirlápolis donde llegaron a una casa donde alojarían.- No sabe quién arrendó esa casa en la que también había un automóvil marca Chevette color azul que BERRIOS le señaló que estaba allí para ser utilizado, cosa que hicieron.- Señala que su relación con Gladys continuó y viajó con ella a Puerto Montt y a Brasil, en la primera de las ciudades recién nombradas estaba Jaime TORRES GACITUA, que había viajado como apoyo de él por si tenía algún problema.- Dice que los fondos para estos viajes se los proporcionó íntegramente su unidad, le fueron entregados por Arturo SILVA, cuando era Director el General COVARRUBIAS.Este mismo Arturo SILVA lo envío a Brasil junto con Gladys y le consultó si era necesario que lo apoyara personal del servicio secreto brasilero, a lo que respondió negativamente.- Viajaron con Gladys en diferentes aviones y él la espero en Sao Paulo desde donde fueron a Río de Janeiro.Por otra parte, dice que no sabe quién mató a BERRIOS, ha tratado de recordar quién se quedó en Uruguay con BERRIOS cuando él regresó, pero no tiene las fechas en su memoria.- Le parece que fue el oficial RADAELLI quién lo llevó al aeropuerto porque no es posible que se haya ido sólo.- Sin embargo ese viaje de regreso fue entre el 08 y el 10 de noviembre de 1992, con Gladys SCHMMEISSER, alojó con ella en Buenos Aires, luego se fueron a Mendoza, regresando ella a Chile vía terrestre y él por vía aérea.Asimismo agrega que cree que la molestia de BERRIOS en Uruguay y que lo puede haber llevado a tomar las medidas de huir y hacerse notar allí, era el regreso de Gladys y que él no pudiera volver a Chile.Por último, puede señalar que vió a un uruguayo en el departamento de BERRIOS y de acuerdo a las fotografías que el Tribunal le exhibe, al parecer sería el oficial de apellido RADAELLI quién estaba con él, también estaba un chileno, pero, no recuerda si era SANDOVAL o ROMAN, con él no se presentó y él tampoco se lo preguntó, pero está seguro que es la persona cuya fotografía está a fojas 1.798.- TRIGESIMO SEXTO: Que las declaraciones del procesado Raúl Diego Lillo Gutiérrez que se han analizado en el motivo anterior constituyen confesión judicial, la que por haber sido prestada conforme a las exigencias que contempla la ley, permite a éste sentenciador, tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado, exceptuando el delito de obstrucción a la justicia por el que se dictará sentencia absolutoria. TRIGESIMO SEPTIMO: Que prestando declaraciones el imputado Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN a fojas 1.625, 3.601 y 4.293 dice que conoce el motivo de su citación al tribunal, se trata del caso de Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Ratifica su declaración extrajudicial prestada ante Investigaciones y que consta en el anexo Nº21 del parte Nº86 agregada en autos.De este modo ratifica, en consecuencia, todo lo que se relaciona con la forma en que conoció a BERRIOS y las relaciones esporádicas que mantuvieron durante un tiempo, siempre a instancias de él, en las que le pedía ayuda.- Dice que éste le solicitó ayuda y la única que pudo prestarle era de tipo económico, pero eso no le bastaba ya que necesitaba irse del país y salirse de la situación que enfrentaba.- Agrega que le preguntó acerca de quién estaba en la DINE y le dijo que el Director era el General RAMIREZ RURANGE con oficina en la calle República, señalándole que ahí debía dirigirse si necesitaba hablar con alguno de los jefes o con el mismo Director.- Un tiempo después le comentó que había estado en DINE y hablado con los jefes, sin señalarle alguna persona.Agrega que en esa época él se desempeñaba en la Oficina de Pasajes y Fletes del Ejército y un día un oficial de inteligencia vestido de civil le dijo que el General RAMIREZ lo necesitaba y que se encontraba en el sexto piso del Edificio de las Fuerzas Armadas, donde estaba la Vice Comandancia en Jefe de del Ejército.- Le dijo que debía viajar a Uruguay porque BERRIOS lo quería ver y conversar con él y le manifestó que él hablaría con el General Ramón CASTRO que era su superior directo, luego esa misma tarde un estafeta del DINE le traje un pasaje y dinero en dólares para viajar al otro día.Es así como viajó a Uruguay en avión y una vez allá lo llamó por teléfono un uruguayo quién le dijo que BERRIOS deseaba hablar con él, por lo que acordaron reunirse en una plaza.- Allí en presencia del uruguayo BERRIOS se quejó mucho de su situación diciéndole que estaba muy sólo, sin dinero, pasando hambre incluso, que quería tener allá en forma permanente a su cónyuge quién en esos momentos estaba con él y le solicitó que fuera a ver a sus padres en Santiago, y les comunicara como se encontraba él.- Berrios decía estar aburrido que quería trabajar y llevar a su madre con él posteriormente.Estuvo en Uruguay un par de días y regresó a Chile cumpliendo el encargo de BERRIOS en cuanto a visitar a sus padres y dos días después fue a su oficina un oficial que dijo ser del DINE de nombre Arturo SILVA, quién le consultó acerca de BERRIOS y de los detalles de su viaje.- Le parece que este viaje lo realizó en noviembre de 1991, pero no puede precisar la fecha y BERRIOS estaba alojando en un hotel con su cónyuge en esa oportunidad.Dice que no supo o no recuerda el nombre del uruguayo que lo contactó, lo impresionó como militar por sus gestos y su forma de hablar.- Respecto de las fotografías que el Tribunal le exhibe, sin reconocer claramente la identidad, se inclina a creer que pudo haber sido Tomas CASSELLA.- Esta persona estuvo presente durante su entrevista con BERRIOS.TRIGESIMO OCTAVO: Que en las declaraciones del procesado Manuel Antonio Pérez Santillán que se han expuesto en el considerando que antecede, si bien, ha reconocido su participación en los hechos punibles investigados, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute, las que en su parte substancial se refieren a haber viajado a Uruguay para verificar la condición en que se encontraba Eugenio Berrios Sagredo, a quien conocía desde antes, hacerle saber la necesidad que mantuviera una buena conducta para que así no se viera afectada la buena relación existente con el Ejército de ese país, todo lo cual habría realizado en cumplimiento de una orden superior, lo cual, si bien ello aparece comprobado del mérito de autos, sólo resulta exculpatorio de su responsabilidad penal en cuanto al cargo que se le formula de haber participado en una asociación ilícita, tipo penal que exige un tiempo de permanencia y no, una actuación esporádica como la que ha correspondido a este sujeto y por ello procederá absolverle de este cargo.- Con relación al delito de secuestro, dado el conocimiento previo que tenía el nombrado PEREZ con relación a la victima y a su entorno familiar, sumado al hecho de la comisión que desempeñó en Uruguay, no pudo menos que tomar conocimiento de la situación de restricción de su libertad que afectaba a BERRIOS y, al cumplir ese cometido en la forma que lo hizo, su participación en el delito debe ser recalificada a la de cómplice en atención a que cooperó a la ejecución del hecho durante su desarrollo, esto es, por actos simultáneos, tal como lo señala el artículo 16 del Código Penal, y sin que su conducta se encuentre comprendida en las situaciones que describe el artículo 15 del mismo cuerpo legal.De esta manera, se recalifica el grado de participación que se le ha formulado en el auto acusatorio y en las adhesiones al mismo.TRIGESIMO NOVENO: Que prestando declaración Tomas Ventura CASSELLA SANTOS a fojas 3.364, 7.636, 7.719, 7.730, 7.847, 7.862, 7.902 y 8.728 dice que su relación con Chile comenzó en 1975 cuando concurrió a la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales a realizar un curso de paracaidismo, pues en Uruguay no existía el paracaidismo militar y la escuela chilena fue la madrina de esta.- Señala que estuvo desde el mes de junio hasta el 26 de noviembre de 1975 en la referida Escuela y tenía como jefe del curso de comando al entonces Capitán Jaime LEPE, con quién estableció una relación de amistad.- Agrega que en su carrera es del arma de infantería y, en 1988, por primera vez hace un curso de análisis de inteligencia, ese es el curso avanzado, el básico es para la gente operativa, él nunca lo hizo.- En 1989 viajó a Chile a hacer un curso de 21 días de “Análisis Político Estratégico de Inteligencia” en Rinconada de Maipú en la Escuela de Inteligencia de CNI.Dice que en febrero o marzo de 1992 cuando HERRERA ya no estaba en Uruguay, había caído pero en Argentina, en esa fecha lo llama por teléfono un chileno que se identificó con el apellido “CONCHA”, hace presente que en el caso de CNI todos los oficiales estaban con “chapa”, los profesores y el cuadro permanente; este le dice “van a ir unos amigos” y le pregunta si le puede dar mi teléfono.- Como a la semana después le llama un chileno le dice que es RAMIREZ, le invita a cenar, se juntan y aparece quién dice ser RAMIREZ y Hernán TULIO ORELLANA.- Dice que estuvieron cenando en el Restaurante “Las Tejas” y recuerda que ORELLANA quién hablaba con una voz suave, incluso en una ocasión se levantó de la mesa y salió a comprar cigarrillos, él piensa que BERRIOS en Uruguay, nunca estuvo secuestrado.Posteriormente, se enteró que este último estaba en el Hotel Panamericano que queda cerca del Shoping, que era el único que había en Montevideo en esa época.Agrega que la primera vez que se juntó con RAMIREZ y ORELLANA, al día siguiente, le dio cuenta al Coronel LLUIS y al General AGUERRONDO, recuerda que le comentó de estos chilenos y que eran integrantes del servicio, le preguntó que andaban haciendo y él le dijo que no sabía, le señaló que mantuviera el contacto y que le mantuviera informado.Señala que en todo ese tiempo año 1992, Arturo SILVA fue en varias oportunidades a las oficinas de la DGID, cuando hablaba con él, también hablaba con otros, generalmente lo hacía con LLUIS, el General AGUERRONDO también lo citaba.- En un principio no sabía que SILVA era un hombre de confianza de PINOCHET, eso sólo lo notó cuando fue el General PINOCHET a Uruguay y SILVA era el que movía toda la estructura, pagaba las comidas, etc.Dice que cuando se anuncia que el General PINOCHET va a ir a Uruguay, lo designa el Teniente General Sr. REBOLLO, quién llamó al General AGUERRONDO y le dijo que lo destinaran como Edecán de PINOCHET, lo que para él en ese momento fue un honor en atención al alto concepto que tenía de dicho General, no sabía las cosas que han salido ahora, pero, en ese momento pensaba que era un gran estadista y un gran gobernante, eso era lo que el veía desde otro país en ese momento.Asimismo, junto con señalar que no tiene conocimiento que el Sr. Presidente LACALLE estuviera informado del tema de Eugenio BERRIOS SAGREDO puede decir que solicitó al Capitán RADAELLI que le facilitara su casa de verano a RAMIREZ y a ORELLANA.- Agrega que cuando se encontraba cenando con los chilenos, se acuerda que RADAELLI que había prestado servicios con él en la Compañía de Contrainteligencia, tenía una casa en las afueras de Montevideo y cuando se la solicita accede a ello porque la casa estaba disponible, coordinan para juntarse y presentarle a estas personas y, cuando RADAELLI prestó la casa a solicitud suya, lo arrestan por prestar una vivienda sin dar cuenta a su mando natural que era Glauco YANONE.- A él también le aplicaron una sanción, al mismo día 15 de noviembre a RADAELLI y a él el 23 y 24 de noviembre, ello porque AGUERRONDO estaba en Europa y el Comandante en Jefe del Ejército por un tema de deferencia esperó la llegada de su jefe directo.- AGUERRONDO volvió de Europa a los 8 a 10 días de ocurrido esto.Por otra parte, el día 15 de noviembre de 1992, lo llama RADAELLI y le dice: “mi Comandante, el chileno que Ud. me presentó se enloqueció y dice que está secuestrado”, agrega que había ido con un vecino a la seccional y que iba a llegar el Jefe de la Policía, ante lo cual llamó a LLUIS que era el Sub director que subrogaba a AGUERRONDO y le pide al Jefe de la Policía que era el Coronel RIVAS que lo reciba y en la oficina del jefe de la seccional le dice: “estos son unos chilenos que están acá, esto está en conocimiento del mando, del General AGUERRONDO y le pide hablar a solas con el chileno a quién conocía como ORELLANA, este le dice que lo perdone por el lío que se armó y que estaba muy angustiado porque se había ido la Gladys (refiriéndose a su mujer).- Rivas le preguntó “usted en que situación esta”, él señala que estaba viviendo en Uruguay y le dice que siempre hay un chileno que lo está a acompañando, pero, era el mes de noviembre de 1992.- Agrega que a BERRIOS lo vió muy angustiado cuando RIVAS le dijo que no se iba, entonces, para irse RIVAS le dice que debía levantar la denuncia, ante lo cual llama al Sub comisario HERNANDEZ y RIVAS le dice “el señor se quiere ir” y, el le manifiesta que para irse tiene que levantar la denuncia.- Ante eso HERNANDEZ le dice que el chileno no hizo denuncia y que esta la hizo el matrimonio que venía con el militar.- Entonces RIVAS le pregunta como se resolvía eso, ante lo cual le señala HERNANDEZ que se debía hacer un acta en que BERRIOS manifieste que se quiere retirar, después de confeccionarla RIVAS la lee, no sabe quién la firmó y, posteriormente esa acta fue integrada al expediente de Uruguay.- RIVAS después de revisarla le dice que la archive en la seccional, HERNANDEZ no hace ningún reparo y le dice RIVAS “que va a hacer con la denuncia del matrimonio”, ante lo cual HERNANDEZ le dice que conoce al Sr. CABRERA y que luego iría a hablar con él para que levante la denuncia; sabe que esto más tarde se produjo porque lo vió en el expediente de Pando.El tema del derrame de tinta sobre el libro, manifiesta que este tema nunca lo habló con el Coronel RIVAS, pero, supone que este quiso sacar de circulación el libro de denuncias donde estaba la de CABRERA y luego la pasó al archivo por el motivo que estaba inutilizado.- Agrega que el Coronel RIVAS no tiene nada que ver con la desaparición del libro, porque si este lo hubiera hecho desaparecer, no podría haber aparecido la fotocopia del libro seis meses después cuando sale el anónimo, porque la fotocopia de este libro iba adjunta a la denuncia anónima que apareció en junio de 1993.Finalmente BERRIOS pidió ir a saludar al médico que había sido muy amable con él, dice que lo llevó solo luego que un policía le explicara donde quedaba el Policlínico, bajaron ambos y entraron al lugar, se acercó al médico FERRARI y se presentó como el Comandante Tomas CASSELLA y BERRIOS lo saluda, le toma la mano con sus dos manos y le dice “muchas gracias doctor, estoy tranquilo, me voy con CASSELLA”, se despidieron y se fueron.- El doctor FERRARI, posteriormente, en un interrogatorio manifiesta que con la expresión señalaba otra cosa, eso él no lo vió, él no lo dice en su primera declaración, eso lo dice después que viene a Chile.- Agrega que el doctor FERRARI declara cosas diferentes en cada una de sus declaraciones.- Después se fueron a la casa de RADAELLI, donde estaba este con RAMIREZ, cuando entra BERRIOS, RAMIREZ estaba sumamente molesto y lo insulta con un garabato, ante lo cual BERRIOS le dice que lo perdone, estaba muy manso, ya no estaba angustiado, ante lo cual él les manifestó que con todos estos problemas debían acelerar su viaje, ya que ellos le habían dicho que iban a ir a Brasil, ya era tarde y estaba oscureciendo, entonces le señalan que sí, que debían ir a Montevideo a buscar sus cosas, esto de la ubicación de un departamento se ha sabido más tarde.CUADRAGESIMO: Que, si bien, el procesado Tomás Cassella Santos en sus declaraciones enunciadas en el fundamento que antecede, ha reconocido su participación en los hechos punibles investigados, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y como tales circunstancias no están comprobadas en el proceso, el tribunal no les dará valor, atendiendo al modo en que verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del procesado y la exactitud de su exposición. En consecuencia, se tiene por plenamente comprobada la participación del encausado antes mencionado, en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado. CUADRAGESIMO PRIMERO: Que el acusado Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA, prestando declaraciones a fojas 3.379, 7.658, 8.060 y 8.726, expone: Que es oficial del Ejército uruguayo y actualmente se encuentra en servicio activo, desempeñándose a partir del año 2004 en la Secretaria General de la Comandancia en Jefe del Ejército con el grado de Teniente Coronel.- Dice que el año 1990 ascendió a Capitán y estuvo en la Compañía de Contrainformación del Ejército en el área de Contrainteligencia, cuando su primer jefe fue el Teniente Coronel CASSELLA, después estuvo Glauco YANONE y posteriormente el Comandante Edgardo DA CUNA.Con relación a la persona de BERRIOS puede decir que lo conoció en la siguiente forma: en noviembre de 1992, específicamente el día 12 de ese mes, CASSELLA le dice que tiene dos conocidos chilenos que están en Uruguay y que después iban a viajar y le pregunta que posibilidad hay para que esas dos personas pasen un par de días en Parque del Plata, yo le digo que no tenía inconveniente pero que tenía que consultar a sus padres y como ellos accedieron, llamó a CASSELLA y el día 13 del mismo mes, que era un día viernes, se juntaron los cuatro en la tarde en la puerta del comando y de allí los acompañó a la casa de Parque del Plata.- Señala que CASSELLA sólo le manifestó que los chilenos eran conocidos de él, no les preguntó si eran militares y tampoco le dieron la impresión de serlo.- Los chilenos viajaron en un auto conducido por uno de ellos a quién conoció como RAMIREZ y cuando llegó a la casa de veraneo, se las mostró les enseñó como prender la bomba para el agua, se instalaron y el regresó a Montevideo.- Dice que el día sábado en la tarde volvió a Parque del Plata y regresó porque el día anterior el otro chileno de apellido ORELLANA, le dijo que el día 14 de noviembre era su cumpleaños y como él había sido tan amable lo invitaba a festejar.- Hicieron un asado, bebieron whisky, él tomó un solo trago y ORELLANA bebió un poco más pero no puede decir que haya quedado ebrio, si estaba muy locuaz, hablaba mucho, de la situación de Chile, de política, salió el tema de PINOCHET y del proceso militar, pero no le dieron la pauta para pensar que ellos pertenecían a las fuerzas armadas chilenas, pero se notaba que ellos no estaban en contra de PINOCHET.Agrega, que se acostaron alrededor de las 23:00 horas, ellos quedaron juntos en una habitación y él durmió en el dormitorio de sus padres y estando dentro del inmueble se percata que no salía agua porque una de las cañerías que traslada el agua al tanque se había roto y por ello decidió quedarse esa noche para que al día siguiente se pudiera levantar temprano y solucionar el problema del agua, entiende que ellos se iban el día lunes, puesto que ese había sido su compromiso con CASSELLA.El día siguiente se despierta como a las 08:30 horas, pone una escalera y sube a la azotea y se pone a reparar el caño, estaban los dos chilenos acostados y pasado unos veinte minutos, vé que este señor ORELLANA, está cruzando la calle, se dirige a la casa de un vecino y se pone a conversar con ellos.- Dice que no escuchaba lo que decían, pero este hombre gesticulaba y por ello se dirige a hablar con sus vecinos y allí se entera que el decía que estaba mal, que tenía problemas y los vecinos le manifiestan que les había dicho que estaba secuestrado por orden de PINOCHET y que quería ver a la Policía.- Dice que se identificó señalando que era militar y que no sabía que pasaba con este señor, el vecino le dijo que estaba bien, pero no podía dejar que ocurriera una situación así en el sentido que viniera una persona a su casa, señalando estar secuestrado y no pasara nada, ante lo cual se identificó como Oficial de Marina y acordaron ir a la seccional en el vehículo de ellos.- Mientras tanto ORELLANA quedó allí conversando con otro vecino de apellido MARTINEZ y yo le dije a ORELLANA que si quería volver a la casa lo hiciera, llegaron a la seccional, habló con el Comisario y le explicó la situación, le relató los hechos y le señaló que el día de hoy en la mañana el sujeto a quién conoció como ORELLANA se presentó a la casa del vecino, señalando que estaba secuestrado, ante lo cual le manifestó que iba a llamar al Coronel CASSELLA quién tenía un mayor conocimiento de estas dos personas.Dice que cuando habló con el Comisario le dijo que no sabía que pasaba con este hombre, si estaba ebrio o enfermo, porque no entendía su situación y él le dijo que se iba a seguir el procedimiento normal y luego no volvió a hablar con este Comisario.Posteriormente salió de la seccional, llamó a CASSELLA, quién le respondió que iba a llamar a la Comisaría y que iba a tratar de ir, pero a él no le dijo que iba a avisar a sus superiores del Ejército.- Posteriormente volvió a la seccional, donde se entera que había llegado ORELLANA, sigue estando en el lugar CABRERA y su señora, quienes le dicen que había concurrido el primero de los nombrados, pero él no lo vé, ni tampoco le tomaron ninguna declaración.- Como a las 12:00 horas de ese día se retira y vuelve a su casa, allí estaba RAMIREZ a quién le contó toda la situación y al comentarle lo sucedido, éste ultimo dijo “este hombre se enloqueció”, volvió a la seccional a las 14:00 horas para ver que pasaba, y allí estaba el Coronel RIVAS que era el Jefe de Policía quién estaba hablando con CASSELLA por lo que él no intervino.Dice que no vió a personal militar que hubiera llegado a las afueras de la seccional, tampoco estaba cuando sacaron a ORELLANA y lo llevaron a un examen médico, presume que lo trasladó el Comisario la primera vez que se retiró de la Comisaría y fue trasladado al Policlínico que queda como a treinta cuadras.Por último, señala que a ORELLANA no lo volvió a ver en la seccional, posteriormente como a las 15:00 o 16:00 horas se va sólo para la casa del balneario donde estaba RAMIREZ a quién le comentó lo sucedido y él se extrañó pero no mostró una preocupación muy grande, señalaba que no sabía que le pasaba a ese hombre y que si estaba CASSELLA este se haría cargo, le llamó la atención su actitud de indiferencia, lo cual comentó después a CASSELLA, en el sentido que prácticamente él quedó solucionando los problemas que eran suyos, mientras él se quedó en la casa sin ir a la seccional.- A los pocos minutos volvió CASSELLA con ORELLANA y éste último me pidió que lo disculpara por lo sucedido y también se disculpó con RAMIREZ, quién lo increpo por lo que había hecho, luego RAMIREZ dice que se iban y que no se quedaban hasta el otro día.- Finalmente, expone que CASSELLA le dijo que había tenido contacto con los chilenos desde hace un tiempo atrás, pero no le contó que había otros chilenos que estaban en contacto con estos y viajaban entre Uruguay y Chile.- Dice que sólo sabía que estaba SANHUEZA en Uruguay porque lo había visto en la casa de SARLI, que es un militar que se desempeñaba en una unidad de análisis de inteligencia, pero a él no lo vió en la seccional, sin embargo después se enteró que también estuvo allí por boca del mismo o de CASSELLA, no recuerda bien, pero si supo que estuvo y le parece que fue el mismo SARLI quién se lo comentó porque le contó más detalles de lo ocurrido.- Por estos hechos fue sancionado con un arresto de rigor de ocho a diez días por “participar en una actividad de otro servicio sin darle cuenta a su mando superior”.CUADRAGESIMO SEGUNDO: Que, si bien, el procesado Eduardo Ernesto Radaelli Copolla en sus declaraciones prestadas en el considerando precedente, ha reconocido su participación en los hechos punibles investigados, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute, y como tales circunstancias no se encuentran comprobadas en el proceso, el tribunal no les dará valor, atendiendo al modo en que verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del procesado y la exactitud de su exposición. En consecuencia, se tiene por plenamente comprobada la participación del referido imputado en su carácter de autor de los delitos por los que ha sido acusado. CUADRAGESIMO TERCERO: Que el acusado Wellington SARLI POSE prestando declaraciones a fojas 3.388, 7.647, 7.761 y 8.724 ha señalado que en la actualidad se desempeña como Coronel en servicio activo del Ejercito del Uruguay y es sub jefe del Departamento V (asuntos civiles) del Estado Mayor del Ejército, con treinta y seis años de servicios.Dice que ha realizado cursos de inteligencia en Alemania, donde efectúo un curso de tácticas y técnicas en la ciudad de MUNICH impartido por el servicio de inteligencia alemán.En Uruguay realizó un curso básico sobre este tema y también participó en seminarios de inteligencia impartidos por oficiales de los ejércitos brasileros e israelitas.Durante el año 1992 estaba en la Compañía de Contrainteligencia y su jefe era el Comandante DA CUNA, esta Compañía dependía directamente del Comandante en Jefe del Ejército y, con relación, al conocimiento que tenía en 1991 de la estadía de militares chilenos en Uruguay puede decir que en ese tiempo el Coronel CAUSI, que era el jefe de un Departamento de la DGID cuyo Director era el General AGUERRONDO le dijo que en un tiempo más iba a venir un chileno que era militar y le preguntó si lo podría ayudar porque se iba a radicar en ese país.- Dice que lo contestó que si estaba dispuesto a ayudarlo y le ofreció la casa que su madre tenía en el balneario de Parque del Plata mientras se ubicaban en Uruguay.Agrega que unos meses después llegó el chileno, de apellido SANHUEZA, con su mujer llamada Carmen y sus hijos Arturo y Paulina.- Dice que SANHUEZA estuvo alrededor de una semana en la casa de su madre y luego se mudó a Montevideo a la calle Ana Monterroso de Lavalleja, en el departamento de un edificio no muy grande en un segundo o tercer piso.- Señala que nunca le preguntó a SANHUEZA si había tenido un problema judicial o de otro tipo, ni él tampoco le comentó nada, porque obviamente si él hubiera sabido los graves crímenes en que estuvo involucrado como padre, no habría dejado que su hijo alternara con su familia.- También dice que lo visitaba en su oficina y su mujer tenía una cédula de identidad uruguaya la que obtuvo regularmente y tiene entendido que CASSELLA la ayudó para agilizarle los trámites; también tiene entendido que recibía regularmente su sueldo desde Chile, ignorando la fecha y forma en que le llegaba el dinero, al parecer era mediante un giro bancario y cree que en alguna ocasión Arturo SILVA se lo llevó y a este último lo conoció en el Servicio de Información, calcula que a fines de 1991 o 1992, no recuerda bien la fecha, en todo caso fue meses antes de que llegara SANHUEZA a Uruguay, no recuerda quién se lo presentó, puede haber sido CAUSI, CASSELLA o AGUERRONDO, pero no fue una presentación formal, él iba sólo y lo conoció en la oficina, no recuerda el tema que conversaron pero no le dijo que venía a ver a unos chilenos que estaban en Uruguay.- En otra oportunidad coincidimos en la casa de SANHUEZA y fueron ambos a un restaurante ubicado en La Rambla de Montevideo y allí se habló del tema de SANHUEZA.- Posteriormente nunca más se volvió a reunir con Arturo SILVA y en la fecha en que SANHUEZA llega a Uruguay, CASSELLA había reemplazado al Coronel CAUSI y, en consecuencia, era jefe de un Departamento de la DGID y, el General AGUERRONDO seguía siendo el jefe superior.Con relación a los sucesos del día 15 de noviembre de 1992, dice que estaba en su casa en Montevideo y ese día es el día de los Caídos en la Armada y todos los años hay una ceremonia a la que asiste con su familia porque tiene un hermano que perteneció a la marina y que falleció en acto de servicio.- Señala que, como ese día estaba de servicio a la orden y le avisa el Comandante DA CUNA que el Comandante RADAELLI había tenido un problema en Parque del Plata, se dirige a la seccional de ese lugar y habla con los policías que estaban en la puerta, quienes le dicen que había habido un lío con un chileno que estaba borracho y que habían estado unos militares, agrega que se dirige al auto para comunicarse por radio con el Comandante DA CUNA y se le ordena que vuelva a la base, y allí estaba RADAELLI con DA CUNA y aquel le contó que se trataba de un episodio en que un chileno que estaba en su casa se había ido a una Comisaría y CASSELLA, que no estaba, se había llevado al chileno y recuerda que por disposición del Comandante en Jefe se ordenó el arresto riguroso de diez días para RADAELLI y quince días rigurosos para CASSELLA.- Dice que ese día no vió a SANHUEZA en Parque del Plata, no vió a Arturo SILVA, no conoce a Jaime TORRES y tampoco conoce a otros chilenos que estaban con BERRIOS.- También señala que escuchó que RADAELLI le decía a DA CUNA que un chileno al que CASSELLA le había pedido que tuviera en su casa, se había emborrachado y había hecho un escándalo, en todo caso él nunca vió el informe que hizo RADAELLI a su jefe, sólo estaba presente cuando le narró los hechos, de lo demás que ocurrió en la Comisaría, no lo sé, ignoro si se siguió el procedimiento normal y respecto del chileno, señaló que este se había ido con CASSELLA.Después de este episodio el siguió su vida normal y tanto CASSELLA como RADAELLI sabían que estaba SANHUEZA en Uruguay, mucha gente lo sabía, incluso el mando, CAUSI también lo sabía y a partir del momento que SANHUEZA iba a su oficina, era obvio que muchos más lo sabían.Por último, a los meses después debió comparecer a prestar declaración en un sumario en la sede del Ministerio de Defensa, donde lo entrevistó una abogada cuyo nombre no recuerda, quién le preguntó acerca de su participación en este tema y como habían intervenido los otros partícipes, dice que le manifestó que él no estaba involucrado y ella le dijo que había una persona que lo había involucrado por un llamado que hizo a un oficial de la marina conocido de él de nombre BALIÑAS que también era de inteligencia a quién le contó el tema y él ya sabía que había un marino jubilado de apellido CABRERA que había tenido un problema con RADAELLI.CUADRAGESIMO CUARTO: Que si bien el procesado Wellington Sarli Pose, ha reconocido su participación en el hecho punible, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y, como tales circunstancias no se encuentran comprobadas en el proceso, el tribunal les dará valor o no, según corresponda, atendiendo al modo en que verosímilmente acaecerían los hechos y a los datos que arroje el proceso para apreciar los antecedentes, el carácter y la veracidad del procesado y la exactitud de su exposición.CUADRAGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones el acusado Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN a fojas 1.571, 1.912, 3.255, 7.739 y 7.788, dice que: efectivamente fue comisionado por el Mayor Arturo SILVA quién era su jefe directo en DINE para viajar a Uruguay y sólo le dijo que al día siguiente debía estar en el aeropuerto, le dio el pasaje, no le dijo en que consistía su misión, sólo que debía viajar y que en el aeropuerto lo iban a esperar, también le entregó un sobre con una cantidad de dinero en dólares, no recuerda cuanto era, pero si era el dinero necesario para su estadía durante un tiempo.- Dice que viajó en Pluna y cuando llegó lo estaba esperando el Capitán Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ que trabajaba en DINE, pero no era jefe directo suyo, tampoco sabe si estaba bajo las órdenes del Mayor SILVA o del Director.- No recibió ninguna copia de alguna resolución que lo destinara en comisión de servicio y tampoco algún documento donde se dejara constancia de los pasajes y dinero que se le entregaban y a su regreso debía rendir cuenta al Mayor SILVA respecto al gasto del dinero y si sobraba algo se lo devolvía, no era una rendición formal, sino que un simple escrito a máquina sin formalidad.Manifiesta que fueron tres veces las que estuvo en Montevideo en el Departamento de este señor BERRIOS, cuyo nombre lo supo de su propia boca y nunca supo la razón por la que estaba en ese lugar, siéndole presentado por el capitán RODRIGUEZ en el departamento, después de haberlo llevado a conocer la ciudad.Por otra parte, dice que cuando BERRIOS no regresaba se preocupaba y llamaba al Capitán RADAELLI del ejército uruguayo, quién lo tranquilizaba y le decía que esperara a que este llegara.- Nunca BERRIOS le manifestó que estuviera desesperado por volver a Chile o que echara de menos, se veía una persona vital, sin depresión, cree que en la última estadía suya que fue en noviembre de 1992, le manifestó que tenía alguna intención de volver y siempre le conversaba que lo que más le preocupaba era que tenía unos problemas de cheques protestados, por lo que no podía regresar a Chile.Con respecto al escándalo que se produjo en la Comisaría del Parque del Plata manifiesta que se enteró por la prensa y con respecto a ello, sólo puede señalar que cuando BERRIOS fue cambiado desde el departamento hasta el balneario antes señalado, éste estaba molesto y RADAELLI se lo llevó a ese balneario.- Dice que se quedó en el departamento y luego llegó otro oficial uruguayo que le dijo que tomara sus cosas y se fuera donde estaba BERRIOS pasando la noche en dicho lugar.- Al día siguiente le informaron que debía regresar a Chile y BERRIOS quedó allí, mientras el volvía en la forma acostumbrada y lo estaba esperando el capitán RODRIGUEZ en el aeropuerto, lo cual fue algo extraño porque él no tenía una dependencia directa con esta persona.También agrega que cuando estuvieron el Parque del Plata con BERRIOS y los dos uruguayos, el otro Uruguayo también se llamaba Eduardo, pero, no esta seguro.Por último, quiere aclarar que recuerda que el pasaje de vuelta a Chile del último de los viajes, se lo entregó Jaime TORRES en el aeropuerto de Azeiza y tuvo que pernoctar una noche en Buenos Aires debido a que el pasaje era para el día siguiente y éste le dijo que por orden del General debía volver de inmediato a Chile.CUADRAGESIMO SEXTO: Que las declaraciones del procesado Marcelo Ariel Sandoval Durán reseñadas anteriormente, constituyen una confesión judicial, la que por haber sido prestada con la concurrencia de los requisitos exigidos por la ley, permiten a éste tribunal tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado.CUADRAGESIMO SEPTIMO: Que el acusado Nelson Williams ROMAN VARGAS prestando declaraciones a fojas 1.578, 1.917, 2.375, 3.260, 7.781 y 7.792 manifiesta que estuvo en la CNI desde 1986 a 1990, trabajando con relación a las actividades del partido democratacristiano bajo el mando del mayor de Carabineros Miguel HERNANDEZ y cuando este volvió a su institución en 1988, quedaron bajo el mando del mayor Arturo SILVA VALDES.- Conoció a Raúl LILLO, a Marcelo SANDOVAL y al Mayor Jaime TORRES GACITUA, que también estaba en la misma unidad, pero no en el mismo lugar en el que él se desempeñaba.Dice que cuando terminó la CNI pasó a DINE donde estuvo en una unidad especial que primero se llamaba “Asuntos Internos” y luego “Asesoría de Análisis”, el jefe era Arturo SILVA y dependía directamente la unidad del Director de DINE.Agrega que en una ocasión Arturo SILVA le manifestó que la próxima semana debería partir en una misión al extranjero sin darme mayores detalles y a la semana siguiente viajó en avión junto a Raúl LILLO quién le dio algunas otras instrucciones, sin darle mayores detalles, sólo que debía acompañar a una persona que tenía problemas judiciales y es así que cuando llegaron al departamento estaba SANDOVAL junto a Eugenio BERRIOS.- Dice que en el período que él estuvo vió en dos oportunidades a RADAELLI en URUGUAY, pero no a raíz de algún problema con BERRIOS.- Agrega que estuvo como cuarenta días con este último, se fue a fines de mayo y volvió los primeros días de julio de 1992 y señala que con BERRIOS conversaban, paseaban y nunca tuvieron un percance o alguna situación incomoda.- El salía con cierta libertad, estaba en un tratamiento dental donde lo acompañó en una oportunidad y también recuerda que en una ocasión le mostró una documentación con otro nombre.- Hablaba que conocía a unos peruanos, que había trabajado con el boldo, le dijo que tenía problemas judiciales tanto en materia de Derechos Humanos como de cheques adeudados.- Recuerda que le gustaba beber, a veces compraba licor y lo consumía en el departamento y otras veces iba a un local cercano donde en ocasiones él lo acompañaba y en otras iba sólo y volvía normalmente al departamento.- Recuerda que Raúl LILLO le entregó el teléfono y el nombre del capitán uruguayo RADAELLI para acudir a él si había algún problema, ese dato se lo dio por escrito cuando llegaron a Montevideo y fue cuando estaban los cuatro junto a SANDOVAL y a BERRIOS.- Agrega que en una oportunidad fue visitado por el Capitán Pablo RODRIGUEZ, no sabe en que cosa andaba y no recuerda si durmió en el departamento.RADAELLI si fue al departamento en un par de ocasiones, cuando llegaron estaba SANDOVAL, le da la impresión que había tomado contacto antes con SANDOVAL.- La primera vez fue a visitarlos para ver como estaban, si tenían algún problema, fue una visita rápida, BERRIOS no se extraño de su visita, lo saludó como si ya lo conociera; en la segunda visita pasó rápidamente, les preguntó como se encontraban, le dijeron que bien y se fueron.Por último, señala que a BERRIOS nunca lo vió preocupado o deprimido, tenía una personalidad especial, se veía bien optimista, salían todos los días a caminar, esto como una forma de matar el tiempo, después veían televisión hasta tarde y al otro día se levantaban tarde, almorzaban y salían a caminar, dice que BERRIOS no manejaba grandes sumas de dinero, no podía hacer gastos exagerados y las veces que bebió, no fueron tantas y por su parte el sólo contaba con trescientos dólares para el mes y cien dólares más para emergencias, estos últimos los ocupó para comer una semana mas que tuvo que quedarse.- En relación a este tema, sólo le resta agregar que en una oportunidad efectivamente BERRIOS le exhibió una cédula de identidad a nombre de Tulio ORELLANA la cual era de esas antiguas.CUADRAGESIMO OCTAVO: Que las declaraciones del procesado Nelson Williams Román Vargas que se han señalado anteriormente, resultan ser constitutivas de una confesión judicial, la que por haber sido prestada con la concurrencia de los requisitos legales, permite a éste sentenciador tener por suficientemente comprobada su participación en calidad de autor de los delitos por los que ha sido acusado. CUADRAGESIMO NOVENO: Que prestando declaraciones Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO a fojas 2.220, 2.254, 4.396, 4.428, 4.461, 4.811, 8.703 y 169 (cuaderno reservado) dice que desde el año 1990 hasta el 2001 trabajó en la Auditoría General del Ejército, como Jefe del Departamento IV (Defensoría del Personal) y directamente bajo la dependencia del General Fernando TORRES SILVA y los dos últimos años, esto es, desde marzo de 1999, del General Juan ROMERO.- Este Departamento IV se componía de dos secciones, la primera de ellas se dedicaba a todo lo relacionado a procesos denominados “presuntas violaciones a los derechos humanos” en las que estuviera inculpado personal militar en servicio activo y en retiro, y, la segunda, todos las demás casos judiciales que afectaban en forma particular a personal exclusivamente en servicio activo.- Manifiesta que desconoce la operación de salida de Chile de BERRIOS, así como tampoco tuvo participación en los casos de HERRERA JIMENEZ y SANHUEZA ROS.- Las relaciones entre los Generales TORRES SILVA y RAMIREZ RURANGE eran normales y me atrevo a decir que eran amigos pues se conocían desde hace muchos años por sus trabajos muy cercanos al General PINOCHET, ignora sus relaciones laborales.Asimismo, agrega que hace unos meses recibió un llamado del Mayor Alvaro CORVALAN quién le solicitó que fuera a verlo al lugar donde estaba detenido -Comando de Telecomunicaciones del Ejército- porque el Mayor SILVA quería hablar conmigo.- Agrega que fue al lugar y al entrar a la cabaña que ocupa el referido Mayor, este estaba con varios amigos los que se retiraron y mientras SILVA iba a buscar al Mayor Jaime TORRES quién en tono alterado le dijo que él era la persona que debía saber las circunstancias que rodearon la salida de BERRIOS del país.- El le manifestó que estaba absolutamente equivocado que no sabía nada de ese hecho, entonces intervino SILVA que le dijo que si acaso no se acordaba de haber participado en una reunión con el General RAMIREZ RURANGE, el Brigadier Manuel PROVIS, SILVA y él en calle República.- Dice que le señaló que conoce a esos oficiales, pero, que esa reunión no había ocurrido, de haberse producido no sería él el indicado para asistir a ella, sino que el Auditor General que era el General Fernando TORRES SILVA.Por último, relativo al hecho de haber ido con SILVA al Batallón de Inteligencia del Ejército, es absolutamente falso de que haya entrado a ese cuartel y visto a BERRIOS en una habitación del subsuelo, conoce el Batallón pero ese hecho puntual que dice SILVA, no es efectivo y eso se lo puede preguntar el Tribunal al Brigadier Manuel PROVIS que era el jefe de la unidad en ese tiempo.- Sin embargo, en un careo realizado con la participación de IBARRA y de SILVA, este último, se mantiene en su declaración y señala que si no conoció a BERRIOS en ese lugar, que le digan donde lo conoció.Agrega PROVIS en dicha diligencia, que el Coronel IBARRA no tiene relación alguna con el tema de la salida de BERRIOS a Uruguay, pero, le sorprende que niegue este hecho que es evidente que por su parte así ocurrió y ambos cumplieron ordenes superiores y piensa que él no está involucrado en este hecho y no sabe porque falta a la verdad y lo perjudica.- Finalmente expone que resulta obvio que la Auditoría del Ejército estaba informada de la situación de BERRIOS, o al menos de su situación jurídica, así como participó en los hechos que acarrearon la salida de Carlos HERRERA y de SANHUEZA ROS; QUINCUAGESIMO: Que si bien el procesado ha reconocido su participación en el hecho punible, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le impute y, como el mérito de los antecedentes agregados al proceso que dicen relación con este imputado, no permiten al tribunal formarse convicción acerca de su participación en el hecho punible investigado, este sentenciador procederá a dictar sentencia absolutoria a su favor.QUINCUAGESIMO PRIMERO: Que prestando declaraciones el procesado Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA a fojas 1.629, 4.760, 6.996 y 12.356 señala: Que ratifica en todas sus partes su declaración contenida en el anexo Nº20 del parte Nº 85 de O.C.N. INTERPOL y agrega que fue destinado a DINE a comienzos del año 1993, siendo su Director el General Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, pasando a integrar la Unidad de Apoyo Técnico, que dependía directamente del Director y que estaba a cargo del Mayor Arturo SILVA VALDES.- Esta unidad estaba compuesta en orden jerárquico por el referido Mayor SILVA, por el Capitán Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, el Teniente Jaime TORRES GACITUA, el empleado civil Raúl LILLO GUTIERREZ, los sub oficiales Nelson HERNANDEZ y Marcelo SANDOVAL, dos secretarias y otros dos sub oficiales cuyos nombres no recuerda.Esta unidad tenía como misión la de realizar la seguridad de “adelantada” del Comandante en Jefe del Ejército general Augusto PINOCHET y de su familia, a nivel nacional e internacional y también tenía como misión el “control de bajas” que se trataba de la seguridad y el bienestar de los oficiales y sub oficiales militares que tenían problemas en el país, de todo tipo, y otros que por disposición superior se encontraban en el extranjero.En lo que dice relación precisa con el caso de Eugenio BERRIOS, en una oportunidad en que estaba iniciando sus servicios en la unidad referida, que debe haber sido a principios de enero de 1993, se le acercó el Teniente Jaime TORRES GACITUA, con quién inició una conversación en la que pudo apreciar que estaba muy complicado, afligido y deseaba conversar con alguien; en esa oportunidad le contó que cuando ocurre el escándalo de BERRIOS en Uruguay, refiriéndose al episodio de la huída de BERRIOS cuando este llegó hasta una Comisaría, inmediatamente viajan a Uruguay él y Arturo SILVA y en compañía de oficiales uruguayos habían llevado a BERRIOS a una playa y le habían disparado, matándolo, le disparó un oficial uruguayo y Arturo SILVA.Dice que lo relatado lo impactó y no supo que hacer decidiendo esperar la llegada de SILVA, para escuchar su versión de lo que había pasado y éste cuando llegó le habló sobre los casos de control de bajas, entre los que estaban Eugenio BERRIOS, HERRERA JIMENEZ y SANHUEZA ROS, recibiendo de su parte la misión de hacerse cargo de esta última persona en un futuro cercano y con respecto al caso de BERRIOS, Arturo SILVA manifestó que este era un caso cerrado para ellos, porque después del escándalo de su huída en Uruguay se hicieron cargo de él, los propios uruguayos.- Volviendo un poco atrás, recuerda que le preguntó al Teniente TORRES, si él le había disparado a BERRIOS y le contestó que nó, sino que lo habían hecho SILVA y un uruguayo.Agrega que la participación que le correspondió en los hechos que dicen relación con SANHUEZA, HERRERA y BERRIOS, responde que con BERRIOS y HERRERA, ninguna.Con SANHUEZA, al principio, tomar contacto telefónico en forma personal, luego SILVA se lo presentó en Uruguay y a partir de ese momento, cada vez que viajaba a entregarle los fondos que estaban destinados para él.- Luego, llevarlo desde Uruguay a Argentina, hasta donde lo fue a buscar otra gente para llevarlo al sur de ese último país y recuerda que en Argentina, solamente una vez fue hasta el sur a dejarle sus fondos y luego salió destinado de la unidad.Finalmente expone, que lo que ha señalado sobre la muerte de BERRIOS se lo declaró directamente a la Juez anterior y fue lo que le relató Jaime TORRES, él nombró a SILVA como una de las personas que ejecutó a BERRIOS junto con un uruguayo, cuyo nombre no le dio.- Señala que para él todo esto fue lo que TORRES le dijo y no algo que le consta personalmente, ya que a BERRIOS nunca lo conoció.QUINCUAGESIMO SEGUNDO: Que las declaraciones del acusado Mario Enrique Cisternas Orellana indicadas en el considerando que antecede, resultan coincidentes con el mérito del proceso y no resultan ser suficientes para que éste tribunal pueda adquirir la convicción que al referido imputado le ha correspondido la participación de autor del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, por lo que procederá dictar sentencia absolutoria en su favor. QUINCUAGESIMO TERCERO: Que prestando declaración el acusado Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO a fojas 2.377 y 4.114 expone: Que ratifica su declaración que prestó a la Policía de Investigaciones con fecha 30 de junio del año 2003 y que rola a fojas 3.785 y siguientes.- Dice que al parecer el año 1993 o 1994 era un funcionario en servicio activo en el Ejército y tenía el grado de Sargento 1º y fue comisionado por la institución junto a los cabos Marcelo SANDOVAL, Nelson ROMAN y al Sargento 1º VERGARA, que eran de DINE, para preocuparse de la seguridad personal del Señor Agustin EDWARD EASTMAN después de ocurrido el secuestro de su hijo.- El año 1995 se acogió a retiro con 20 años y tres meses en el Ejército y se fue a trabajar a SERPROTEC que era una empresa que pertenecía al holding de El Mercurio y cuando llegó allí el Gerente General era Arturo SILVA quién todavía permanecía como Oficial de Ejército en servicio activo.- Recuerda que llegó en enero de 1995 a SERPROTEC, Erika SILVA ya se encontraba allí, también estaba en servicio activo en el Ejército y también trabajaba allí su marido Sergio RIOS quién estaba en retiro, pero él no venía de DINE, sino que de Telecomunicaciones.Agrega que el Director de DINE en esos tiempos era el General Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA y él fue quién les dio la orden que fueran a la seguridad de don Agustin EDWARDS y cuando pasó a retiro, él todavía estaba a cargo de DINE.Por otra parte puede señalar que es cierto que en la oficina de la Plana Mayor en DINE, dentro de la Unidad Especial, estaba un kardex con las carpetas de HERRERA y SANHUEZA, él sabía que ellos estaban fuera del país por problemas judiciales y también sabía que el tema del control de ellos estaba a cargo del Mayor SILVA, quién era el jefe de la referida unidad.- El se desempeñaba como jefe de la Plana Mayor y por eso debía preocuparse del aspecto administrativo del personal y se mantenía en el mismo kardex carpetas de cada uno de los funcionarios que trabajaban en esa unidad, donde se lleva su hoja de vida con todos sus datos.Además, señala que cuando la unidad estaba en la calle GAY era una casa vieja, ellos estaban en el primer piso, donde entre otras cosas se mantenía el kardex a que se ha referido y la oficina de SILVA estaba en el segundo piso, por lo que nadie subía allí sino era llamado por él.Con respecto a los viajes de los cabos SANDOVAL y ROMAN a Uruguay, contesta que específicamente no sabía a que lugares viajaba la gente, sabía que salían fuera de Chile, pero no era su papel indagar su destino y su misión, además que en ese tiempo pasaba poco en la oficina porque por orden de SILVA debió preocuparse de llevar a su hijo Arturo que era un niño pequeño a los tratamientos médicos necesarios del Hospital Militar, porque padecía de cáncer al nervio óptico.Por último, con relación a su viaje a Argentina puede decir que salieron por el paso Libertadores y volvieron por otro paso que esta cerca de Valdivia y a él SILVA le ordenó que viajara como acompañante de las otras personas que eran SANHUEZA, CISTERNAS y LILLO, en Buenos Aires él permanecía en el hotel viendo televisión, mientras los otros salían sin saber que hacían y después en San Martín de los Andes cumplió la misma función.QUINCUAGESIMO CUARTO: Que las declaraciones del imputado Nelson Edison Hernández Franco que se han analizado en el considerando anterior, en ellas, si bien, reconoce haber desempeñado funciones en la “Unidad Especial”, existente en DINE, le atribuye a su participación circunstancias que pueden eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le imputa, y, ellas serán tomadas en consideración por éste tribunal para absolverlo del cargo que se le formuló, puesto que evidentemente, en la posición de dependencia en que se encontraba con relación a su superior directo inmediato, quien, a su vez, actuaba en cumplimiento de una misión ilegal, ordenada por el jefe de la dirección a la que pertenecía, resulta que el acusado, a pesar de estar en conocimiento de las actividades ilícitas que sus superiores jerárquicos llevaban a cabo, éste no se encontraba, por esa misma razón, en situación de recurrir al conducto regular existente en la institución de la que formaba parte, más aún cuando para la perpetración de diversos ilícitos dichos jefes formaba parte de una asociación ilícita. QUINCUAGESIMO QUINTO: Que prestando declaraciones a fojas 2.376 y 4.186 la acusada Erika del Carmen SILVA MORALES dice que ratifica su declaración extrajudicial que rola a fojas 2.250 y siguientes y también la declaración judicial de fojas 2.376 y la extrajudicial que rola a fojas 3.490 y siguientes.Dice que ingresó a DINA en 1976, cuando se desempeñaba como operadora de la Compañía de Teléfonos.- Fue reclutada junto con un grupo de sus compañeras por el Comandante Vianel VALDIVIESO, después estuvo en CNI y posteriormente en DINE como empleada civil.- Su marido era militar, se llama Sergio RIOS ALVAREZ y trabajaba en la 2ª División del Ejército en el Departamento de Telecomunicaciones, actualmente está en retiro y trabaja en SERPROTEC.En DINE conoció al Mayor Arturo SILVA y allí pasó a desempeñarse como su secretaria en una unidad especial que estaba a su cargo.- Allí se desempeñaba el Capitán Pablo RODRIGUEZ y también recuerda a Nelson HERNANDEZ que era el jefe de la Plana Mayor.- Y ella se preocupaba del tema de las hojas de vida del personal, cuando se informaban, el aseo de la oficina de don Arturo, hacer los documentos que Nelson HERNANDEZ le indicaba que confeccionara y también solucionar algunas situaciones domésticas relacionadas con su jefe.El Mayor SILVA era muy amigo del hijo del General PINOCHET, de Augusto, cuando él iba a DINE se saludaban de abrazo, y, al parecer, con el General PINOCHET tenían una relación muy cercana, su oficina estaba llena de fotos, donde aparecía con este compartiendo momentos de intimidad, no eran fotos oficiales.Agrega que cuando en 1994 comenzó esto de SERPROTEC don Arturo se desempeñaba en esa empresa como gerente general y le ofreció que se fuera a trabajar con él, sin decirle donde, ella para aumentar su remuneración aceptó y como le dijo que todavía era empleada civil del Ejército le manifestó que elevara una solicitud al Director de DINE que era el general COVARRUBIAS, así lo hizo, pero el se llevó la solicitud diciéndole que la haría llegar al general, luego le contestó que estaba lista y le llevó en la tarde en el auto a su nuevo trabajo, recién allí se enteró que era en el diario El Mercurio, SERPROTEC estaba ubicada dentro de las dependencias de ese periódico, luego ella sólo volvía al Ejército cuando había una Revista de Comisario y nada más, permanecía toda la jornada laboral en SERPROTEC.- Agrega que don Arturo era Mayor en servicio activo y seguía en la unidad, pero, obviamente debía haber contado con la autorización del General COVARRUBIAS, más aún, si un hijo de este General también se desempeñó como Gerente Administrativo de esa empresa en ese tiempo y que actualmente no está.Con relación al tema de la salida del país de BERRIOS dice que en ese tiempo no supo nada de esto ni menos lo vió en el cuartel donde trabajaba, pero si le llamaba la atención las ausencias injustificadas de sus compañeros de trabajo, debido a que no se tramitaba ninguna comisión de servicio, como las que ella hacía cuando trabajaba en las giras del General PINOCHET.Por último, señala que recuerda que varias veces llamó a la oficina un señor con acento uruguayo que se identificó como Tomás, ella recibía las llamadas y al principio se las pasaba a Nelson HERNANDEZ, y luego directamente le avisaba a don Arturo SILVA, le decía solamente que estaba don Tomás en la línea, no sabe la procedencia de la llamada, pero siempre era la misma persona quién la saludaba muy bien, incluso la trataba por su nombre.- Don Arturo frecuentemente recibía llamados de personas con acento argentino y también de don Eduardo RADAELLI, incluso puede decir al Tribunal que ahora que ha visto fotografías de Tomás CASSELLA, está segura que en alguna oportunidad lo vió en las oficinas de DINE con don Arturo cuando la unidad especial estaba en la casa de calle GAY.QUINCUAGESIMO SEXTO: Que de las declaraciones de la acusada Erika del Carmen Silva Morales, reseñadas en el fundamento anterior, si bien se desprende que reconoce haber prestado sus servicios como empleada civil del Ejército en la denominada “Unidad Especial” de DINE, le atribuye a su participación circunstancias que pueden eximirla de responsabilidad o atenuar la que se le imputa y ellas serán tomadas en consideración por éste tribunal para absolverla del cargo que se le formuló, puesto que evidentemente, dada la posición de dependencia en que se encontraba con relación a su superior jerárquico inmediato, quien a su vez, actuaba en cumplimiento de una misión ilegal ordenada por el jefe de la Dirección a la que pertenecía, resulta que, a pesar de encontrarse en conocimiento de las actividades ilícitas que ellos desarrollaban, no estaba –por ese mismo hecho-, en situación de recurrir al conducto regular institucional, sobre todo, cuando para la perpetración de diversos ilícitos sus superiores jerárquicos formaban parte de una asociación ilícita, como ha quedado demostrado en estos autos. QUINCUAGESIMO SEPTIMO: Que a fojas 124 vta., 1.124 y 2.777 presta declaraciones el acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ y señala que ratifica sus declaraciones anteriores y señala que durante el gobierno de don Patricio AYLWIN AZOCAR, se desempeñó como Agregado Cultural y de Prensa de la Embajada de Chile en Uruguay y durante ese período ocurrieron los hechos que se investigan en esta causa.- Dice que efectivamente esa persona Eugenio BERRIOS SAGREDO, lo llamó por teléfono a su domicilio y le manifestó que estaba en Uruguay protegido por los militares de Chile y específicamente le señaló que estaba protegido por “el Tata” y cuando le preguntó de que tata le hablaba, le manifestó que se refería a PINOCHET.- Agrega que le lanzó una serie de improperios, porque tuvo un presentimiento de que algo malo le podía ocurrir, sobre todo como había conseguido su teléfono y se acordó lo que le señaló la abogado de la Vicaría de la Solidaridad cuando declaró e identificó a varias personas que actualmente se encuentran desaparecidas y que estuvieron detenidas junto a él en Tejas Verdes, ella le dijo que se cuidara porque la mano del General CONTRERAS era muy larga, ellos sabían que él estaba en Uruguay y que había venido a Chile a prestar la declaración referida.Este contacto telefónico se lo comunicó al Coronel Emilio TIMMERMAN UNDURRAGA quién era el Agregado Militar en la Embajada y este reconoció que BERRIOS estaba en Uruguay y que bastante caro estaba costando tenerlo ahí y que sabían que lo había llamado porque en un momento de descuido se les había arrancado y había hablado por teléfono con la Embajada y luego con él.- Le dijo que no dijera ninguna palabra de eso, puesto que ya había vivido una experiencia siendo soltero y que ahora que tenía una familia, tuviera cuidado.- En vista de eso no comentó la situación con nadie más de la Embajada, sin embargo, después le pidió un consejo sobre este hecho al escritor José Miguel VARAS y posteriormente, dos años después, se enteró con motivo del sumario que hizo la Cancillería que había presumido que él iba a verlo, presumía que tenía miedo y que le iba a prestar protección o ayuda, pero de esto último se desdijo en un careo que se realizó en el tribunal y también se retractó en el careo que se hizo en el sumario de la Cancillería.Por último, agrega que por su función propia el Coronel TIMMERMAN tenía relación con los militares uruguayos y por otra parte cuando el Comandante en Jefe del Ejército de Chile el General PINOCHET viajó a Uruguay, ellos en la Embajada no tenían conocimiento de eso y, por el contrario, a él le sorprendió la visita intempestiva de este alto oficial quién se alojó en un hotel que está al frente de la Embajada, en la calle Andes, y, allí presenció las contra manifestaciones que se le hicieron.QUINCUAGESIMO OCTAVO: Que el imputado Gines Emilio Rojas Gómez en sus declaraciones que anteceden ha reconocido su participación en el hecho punible investigado, pero, le atribuye circunstancias que puedan eximirlo de responsabilidad o atenuar la que se le imputa. En efecto, señala que tomó conocimiento de la permanencia de Eugenio Berrios SAGREDO en Uruguay por un llamado telefónico que recibió en la Embajada de Chile en ese país, donde se desempeñaba como Agregado Cultural. Señala que había conocido con anterioridad a ésta persona en Chile e incluso había realizado negocios con él, en un stand que mantuvo en la Feria Internacional de Santiago (FISA). Agrega que no prestó oídos a sus dichos en los que le comentó que se encontraba en Uruguay protegido por el General Pinochet y, por esa razón, cuando tomó nuevamente conocimiento de un llamado efectuado por esta persona al Consulado a cargo de Federico Marul, le señaló a éste, que lo mejor era que avisara a la Cancillería en Santiago y pusiera en antecedentes el llamado de Berrios. Por último, señala que por éste hecho se realizó un sumario en el ministerio y a él se le aplicó una sanción disciplinaria. Que con relación al cargo de obstrucción a la justicia por el que se acusó a este procesado, corresponde que sea desestimado, por haber sido derogado el tipo penal antes aludido y, en consecuencia, procederá dictar una sentencia absolutoria en su favor por éste concepto. Con relación al delito de secuestro por el que se le han formulado cargo por el Consejo de Defensa del Estado para que sea castigado por dicho ilícito en calidad de cómplice, también será absuelto de la referida acusación particular, puesto que su grado de conocimiento de los hechos, tal como se ha reseñado en el acápite anterior, de ninguna manera puede satisfacer las exigencias del tipo penal antes señalado, puesto que la omisión en que incurrió el encartado al no proporcionar la identidad completa del nombrado Berrios, no significa que haya cooperado a la realización del señalado delito por actos anteriores o simultáneos, tal como lo exige el artículo 16 del Código Penal, más aún, cuando no existe en el proceso ningún antecedentes que le haya permitido imponerse que el nombrado Berrios se encontraba efectivamente secuestrado en Uruguay, tal como en la realidad ocurrió. Por tales razones, el tribunal no ha adquirido la convicción necesaria para condenar y, por ello, procederá a rechazar la petición contenida en la acusación particular antes señalada.En cuanto a las adhesiones y acusaciones particulares: QUINCUAGESIMO NOVENO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.723 y siguientes los abogados Faviola Letelier del Solar y Sergio Corvalan Carrasco, en representación de la primera y del querellante José Ignacio Letelier Morel se adhieren a la acusación fiscal de fojas 12.663 y siguientes dictada con fecha 26 de septiembre de 2008, en los mismos términos y fundamentos que los señalados en aquella.SEXAGESIMO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.746 y siguientes la Abogado Procurador Fiscal de Santiago, Sra. Irma Soto Rodríguez, formula acusación particular en nombre del Estado de Chile, en contra de los acusados que se señalarán.Dice que conforme a los antecedentes probatorios reunidos en el proceso durante la etapa de sumario criminal, expuestos en el auto acusatorio fiscal, los cuales dicha parte da por reproducidos, ha quedado establecido legalmente en autos que: En el proceso rol N° 1-91 sobre homicidio de don Orlando Letelier del Solar, instruido por el ministro de la Excma. Corte Suprema don Adolfo Bañados, se ordenó en varias oportunidades la citación de Eugenio Berrios Sagrado, apodado “Hermes”, siendo la última de dichas citaciones expedida con fecha 02 de octubre de 1991, a fin de que prestara declaración al tenor de lo expuesto por la ex secretaria de Michael Townley, Alejandra Damiani Serrano a fojas 3066 del proceso aludido, en la que lo sindicaba como colaborador de su jefe (Townley) en el proyecto químico “Andrea” relacionado con la elaboración de gas “Sarín” para la eliminación de personas, y que según ella presumía, fue utilizado para asesinar al diplomático español Carmelo Soria y a un Notario o Conservador de Bienes Raíces. En esta causa Berrios no compareció, habiéndosele despachado una orden de aprehensión el día 08 de noviembre del mismo año, sin resultados. Cabe señalar que en la Dirección de Inteligencia del Ejército existía una Unidad Especial llamada “Asesoría de Análisis”, que dependía directamente del Director y que estaba integrada por distintos oficiales y funcionarios subalternos, completamente individualizados en autos y que participaron de los hechos investigados en este proceso. Asimismo, se ha establecido que por un período no determinado de tiempo, a fines del año 1991, Eugenio Berrios Sagredo es mantenido oculto en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), cuyo comandante a la fecha era el acusado Manuel Provis Carrasco, permaneciendo en una habitación ubicada en el subterráneo de dicho cuartel militar, custodiado, con pleno conocimiento del comandante del batallón, sin que la aludida privación de libertad del sujeto antes nombrado haya sido dispuesta por autoridad facultada para hacerlo, ni menos, sea permitida por la reglamentación institucional el acceso de particulares para permanecer y/o pernoctar en un cuartel militar, lo que sólo es posible con la autorización del respectivo comandante. Posteriormente, el General Ramírez Rurange, que a la sazón se desempeñaba como Director de la Dirección de Inteligencia del Ejército, ordenó al Oficial Pablo Rodríguez Márquez sacar del país a Eugenio Berrios Sagredo, bajo identidad falsa, aprovechando un viaje que aquél debería hacer a territorio argentino, para lo cual viajan desde Santiago a Punta Arenas el militar antes mencionado y Raúl Lillo Gutiérrez, empleado civil de la DINE, quienes atraviesan la frontera en el vehículo particular del hermano del oficial antes mencionado, llamado Jorge Rodríguez Márquez, y son dejados en la localidad de Rio Gallegos, desde donde viajan a Buenos Aires en avión, siendo esperados en el aeropuerto por el Mayor de Ejército Arturo Silva Valdés, oficial que dirigía la Unidad Especial antes referida y que se desempeñaba como subordinado directo del señalado Director, quien los llevó a un hotel donde permanecieron dos días para posteriormente viajar por vía fluvial a Uruguay, desembarcando en el puerto de Colonia. En este último país, BERRIOS se quedó con Arturo Silva regresando a Chile Raúl Lillo Gutiérrez. Después, de permanecer por un largo período de tiempo en ese país, el nombrado Berrios comenzó a dar muestras de mala conducta e inquietud por la situación en que se encontraba, puesto que era permanentemente acompañado por dos clases de la DINE, y también era regularmente controlado por los oficiales de la Unidad Especial antes señalada, llegando incluso a viajar a Uruguay el acusado Manuel Pérez Santillán, quien se desempeñaba en otra repartición institucional, esto es, en Pasajes y Fletes dependiente de la Dirección del Personal del Ejército y no obstante ello, le fue ordenado por el General Ramírez Rurange que, dado el conocimiento y amistad que mantenía con Berrios viajara a Uruguay y le manifestara que debía enmendar su conducta, la cual estaba ocasionando problemas a las autoridades uruguayas y podía dificultar las buenas relaciones y la colaboración que se tenía con el Ejército uruguayo. No obstante el control y permanente vigilancia a que era sometido este ex agente de la DINA, trató de pedir ayuda recurriendo, en primer término a la Embajada de Chile, lo que se frustró, por cuanto sus captores tuvieron conocimiento de esos intentos y debido a ello fue trasladado de Montevideo al balneario de Parque del Plata, a la casa de veraneo de los padres de Eduardo Radaelli que era el oficial uruguayo que debía servir de nexo con los oficiales chilenos que custodiaban a Berrios. De la casa de Parque del Plata, Berrios se dio a la fuga, solicitando ayuda a un vecino y posteriormente recurriendo a la seccional de la Policía del lugar, desde donde fue rescatado por sus captores, contando para ello con la colaboración de militares uruguayos. Desde, su recuperación por parte de esos militares, no fue posible obtener ninguna noticia fehaciente sobre su paradero, cesando el control que mantenían sobre él los militares pertenecientes a los servicios de inteligencia chilenos, hasta que fue hallado su cadáver en una playa cercana al último lugar donde estuvo con vida. A continuación, la parte acusadora particular se refiere al derecho, al delito y a la participación de los imputados. Dicha parte acusadora estima que los hechos antes descritos configuran diversos ilícitos, a saber: secuestro con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso final del Código Penal, secuestro establecido en el inciso cuarto artículo 141 del Código Penal, asociación ilícita establecida en los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal e infracción al artículo 295 bis del Código Penal. El primero de los delitos antes mencionados se encuentra penado con la sanción de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo y el tipo penal antes descrito castiga al que con motivo u ocasión del secuestro cometiere, además, entre otros ilícitos, homicidio. Sobre el referido delito cabe señalar, que el secuestro es de aquellos delitos clasificados como de lesión y permanentes, pues el mismo se ejecuta, durante todo el tiempo que perdura la ilegítima privación de libertad, que en el caso de autos se mantuvo durante todo el lapso que va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha en la cual, cesa la privación de libertad, no por la liberación del secuestrado, sino por ocasionársele la muerte, trasladándose la figura nuclear de privación de libertad descrita en el inciso primero del mencionado artículo 141 al inciso final de dicha norma. La parte antes señalada considera, que conforme a los hechos expuestos en el apartado anterior, le cabe participación en este ilícito en calidad de autor, en los términos del artículo 15 N°1 al acusado Arturo Silva Valdés, ultimo sujeto con el cual se vió a la víctima con vida e imputado directamente por un imputado en autos de haberle dado muerte. Con relación al segundo de los ilícitos antes mencionados señala que el inciso 4° del artículo 141 del Código Penal sanciona con la pena de presidio mayor en su grado medio a máximo a quienes encerraren o detuvieren a otro, privándole de su libertad, por más de 15 días o si del encierro resultare un daño grave en la persona o intereses del secuestrado. Ha quedado establecido conforme a los hechos antes reseñados que la privación de libertad de la víctima se extendió por un tiempo superior a aquel exigido por la norma en comento para los efectos de hacerla aplicable al presente caso y que el resultado de esa privación, culminó como se ha señalado, con el homicidio del secuestrado. Sobre este punto, señala el acusador particular que tanto la doctrina como la jurisprudencia han señalado que por tratarse de un delito permanente, la participación posterior a la detención propiamente tal, por ejemplo, la custodia del secuestrado mientras dura el secuestro, debe calificarse como autoría, aunque no haya acuerdo acerca de la detención ni se haya tomado parte en ella. Agrega que en este contexto, dicha parte estima que le es imputable este delito por tanto, no sólo a quienes dispusieron su detención ilegítima y privación de libertad ambulatoria, sino, además, a todos aquellos imputados que participaron del secuestro ya sea custodiándolo o disponiendo la custodia del secuestrado. Por ello, estima cabe participación en calidad de autores en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal del delito de secuestro sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del mismo cuerpo legal a los imputados Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Márquez, Jaime Torres Gacitúa, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomás Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copilla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas. A su turno, estima la señalada parte que al acusado Gines Emilio Rojas Gómez, le cabe participación en este delito en calidad de cómplice en los términos del artículo 16 del Código Penal. También, la señalada parte, haciendo uso de la facultad contenida en el artículo 427 del Código de Procedimiento Penal, difiere de la calificación jurídica del hecho imputado en el auto acusatorio, pues más que obstrucción a la justicia, aquí existió una cooperación al plan criminal por actos simultáneos al momento en el cual se estaba ejecutando el delito de secuestro. Con relación al delito de asociación ilícita señala que los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal sancionan una forma especial de participación y organización para los efectos de delinquir. Los mismos, tras definir las asociaciones como aquellas formadas con el objeto de atentar contra el orden social, las buenas costumbres, las personas o la propiedad y sancionarlas por el solo hecho de conformarse, pasan a especificar en el artículo 293 del Código Penal, la penalidad aplicable a quienes son jefes de las mismas o ejercen mando en ellas, de quienes pertenecen o toman parte en la asociación sin detentar dicha calidad (artículo 294 del Código Penal). La doctrina nacional ha impuesto ciertos requisitos que permitan diferenciar a las organizaciones ilícitas de la simple coautoría en la ejecución de ilícitos. Entre ellos se destaca la necesidad de la permanencia de la asociación y de la existencia de jerarquía dentro de la misma. Señala que de los hechos descritos anteriormente, queda claro que en la ejecución de los crímenes que se investigan en autos, los sujetos que participaron en ellos, conformaron una asociación ilícita en los términos exigidos por la ley penal. En efecto, la misma presenta el carácter de permanencia en el tiempo requerido -1991/1993-, y pueden identificarse en su conformación sujetos que tienen la calidad de jefes o ejercen mando dentro de ella y quienes pertenecen a la misma y colaboran en su actuar ilícito sin ostentar dicho poder. Dice la parte acusadora, que corresponde imputar la calidad de autores en los términos del artículo 15 N°1 del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 293 ambos del Código Penal, a los acusados Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Cassella Santos, Eduardo Radaelli Copolla y Wellington Sarli Pose, por ser jefes y por haber ejercido mando en la asociación acreditada en autos. A su turno, les cabe imputar la calidad de autores en los términos del artículo 15 N° 1 del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294 ambos del Código Penal, a los acusados Pablo Rodríguez Márquez, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas, por haber tomado parte en la asociación ilícita acreditada en estos autos. Por último, en lo que dice relación con la infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, éste sanciona a quienes teniendo noticias de los planes o de las actividades desarrolladas por uno o más miembros de la asociación ilícita, omite ponerlas oportunamente en conocimiento de la autoridad. Este tipo penal no exige que el sujeto sea parte de la organización, sino que le basta el conocimiento que el hechor tiene de la actividad delictiva desplegada por uno o más miembros de la asociación. Conforme a los hechos establecidos y reseñados en la acusación, a los imputados Mario Enrique Cisternas Orellana, Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales, les cabe, a juicio de dicha parte, participación en calidad de autores en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal, en el ilícito antes referido. Circunstancias modificatorias de la responsabilidad criminal y las penas solicitadas por el acusador particular.Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 427 del Código de Procedimiento Penal, la parte antes señalada solicita se aplique a los acusados las penas que pasan a indicarse por los siguientes ilícitos, teniendo para ello presente que respecto de los imputados Manuel Provis Carrasco y Eugenio Covarrubias Valenzuela no concurren circunstancias agravantes ni atenuantes; que respecto de los acusados Fernando Torres Silva y Hernán Ramírez Rurange, concurre la agravante del artículo 12 N° 15 del Código Penal, por haber sido condenados como encubridores del delito de homicidio calificado, en la causa Rol N°1643 del 18 Juzgado del Crimen, seguida por el homicidio de Tucapel Jiménez Alfaro, y, que respecto de los demás acusados les beneficia la atenuante de irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N° 6 del Código Penal. En consideración a lo antes expuesto, solicita se apliquen las siguientes sanciones, por los delitos que en cada caso se especifican a los siguientes acusados: Hernán Ramírez Rurange, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo, más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°,a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo y accesorias legales. Eugenio Covarrubias Valenzuela, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292 ambos del Código Penal,a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo y accesorias legales. Manuel Jorge Provis Carrasco, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo y accesorias legales. Juan Fernando Alfredo Torres Silva, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación con el artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo más accesorias legales. Enrique Ibarra Chamorro, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación con el artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo más accesorias legales. Arturo Rodrigo Silva Valdés, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro con homicidio establecido en el artículo 141 inciso 5°, a la pena de 20 años de presidio mayor en su grado máximo y accesorias legales. Jaime Fernando Torres Gacitúa, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Tomás Cassella Santos, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Eduardo Radaelli Copolla, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Wellington Sarli Pose, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 293 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Pablo Rodríguez Márquez, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más las accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Raúl Lillo Gutiérrez, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Manuel Pérez Santillán, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 294 en relación al artículo 292 del Código Penal, a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Marcelo Ariel Sandoval Durán, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°,a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Nelson Williams Román Vargas, sea sancionado en calidad de autor del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 294 en relación al artículo 292, ambos del Código Penal, a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio más accesorias legales y, por la responsabilidad que le cabe en calidad de autor del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°,a la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio y accesorias legales. Mario Enrique Cisternas Orellana, sea sancionado en calidad de autor del delito descrito y sancionado en el artículo 295 bis del Código Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias legales y multa. Nelson Edisón Hernández Franco, sea sancionado en calidad de autor del delito descrito y sancionado en el artículo 295 bis del Código Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias legales y multa. Erika Silva Morales, sea sancionada en calidad de autora del delito descrito y sancionado en el artículo 295 bis del Código Penal, a la pena de 60 días de prisión, accesorias legales y multa. Gines Emilio Rojas Gómez, sea sancionado en calidad de cómplice del delito de secuestro establecido en el artículo 141 inciso 4°, a la pena de 5 años y 1 día de presidio mayor en su grado mínimo y accesorias legales. Finalmente, se solicita que los acusados sean, en definitiva condenados, además, al pago de las costas de la causa. SEXAGESIMO PRIMERO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.766 y siguientes la abogado Claudia Moya Urtubia en representación de la querellante Gladys Schmeisser Arriagada se adhiere a la acusación fiscal formulada en autos, solicitando al tribunal se sirva condenar a los acusados al máximo de las penas principales y accesorias que faculta la ley, por los respectivos delitos cometidos.SEXAGESIMO SEGUNDO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.789 y siguientes la abogado Luisa Sanhueza Gomez en representación del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior formula acusación particular en contra de los procesados que se indicarán.- Con relación a los hechos que la sustentan, señala que da por íntegramente reproducidos los que se encuentran expuestos en la acusación de oficio de fecha 26 de septiembre de 2008. Con respecto a los delitos, participación, circunstancias modificatorias de responsabilidad penal y penas. Los hechos que se han reseñado en el auto acusatorio de oficio y que se han tenido por reproducidos tal como se ha dicho anteriormente configuran los siguientes delitos: infracción al artículo 295 bis del Código Penal; secuestro, establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal; y asociación ilícita, establecida en los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal. Señala la parte antes mencionada que en cuanto a los dos primeros delitos mencionados, esto es, secuestro con homicidio e infracción al artículo 295 bis del Código Penal, no se referirá, atendido que respecto de ellos se adherirá en el primer otrosí. 1.- Delito de secuestro, establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal.Dice que los hechos acreditados en autos configuran el delito de secuestro de Eugenio Antonio Berrios Sagredo, previsto y sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del Código Penal, reuniéndose todos los requisitos que lo configuran ya que Berríos fue privado de libertad de desplazamiento sin derecho, manteniéndosele custodiado, primero en Chile, en una habitación ubicada en el subterráneo del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) y, luego en Uruguay, en la ciudad de Montevideo, específicamente en el departamento N°403 de calle Buxareo N° 1117 y, por último, en la localidad de Parque del Plata, en la casa del militar uruguayo Eduardo Radaelli Coppola, donde fue visto con vida por última vez; detención o encierro que se mantuvo durante todo el lapso que va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha en la cual cesa la privación de libertad, no por la liberación del secuestrado, sino por ocasionársele la muerte trasladándose la figura nuclear de privación de libertad descrita en el inciso primero del mencionado artículo 141 al inciso final de dicha norma. Agrega, que respecto del delito de secuestro sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del Código Penal les cabe participación en calidad de autores en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal a los imputados: Hernán Ramírez Rurange, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Marcelo Rodríguez Márquez, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel Antonio Pérez Santillán, Tomás Ventura Cassella Santos, Eduardo Ernesto Radaelli Coppola, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas. En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se les condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto es, presidio mayor en su grado máximo más las accesorias legales, teniendo en consideración las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal que detalla. En cuanto a Manuel Jorge Provis Carrasco no concurren circunstancias agravantes ni atenuantes. Respecto de los acusados Juan Fernando Alfredo Torres Silva y Hernán Ramírez Rurange concurre la agravante del artículo 12 N° 15 del Código Penal, por haber sido condenados como encubridores del delito de homicidio calificado, en la causa Rol N°1643 del 18° Juzgado del Crimen de Santiago, seguida por el homicidio de Tucapel Jiménez Alfaro. Y en cuanto a los demás acusados les beneficia la atenuante de su irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N° 6 del Código Penal. En conformidad a la facultad contenida en el artículo 427 del Código de Procedimiento Penal, estima dicha parte que al acusado Gines Emilio Rojas Gómez, le cabe participación en el delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, en calidad de cómplice, en los términos del artículo 16 del Código Penal, pues más que una obstrucción a la justicia, aquí existió una cooperación al plan criminal por actos simultáneos al momento en el cual se estaba ejecutando el delito de secuestro. En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se le condene al máximo de las penas establecidas para este delito atendida su participación e irreprochable conducta anterior-, establecida en el artículo 11 N°6 del Código Penal, esto es, presidio mayor en su grado mínimo más las accesorias legales. 2.- Delito de asociación ilícita, establecido en los artículos 292,293 y 294 del Código Penal.Los hechos a que se ha hecho referencia con anterioridad configuran el delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal, reuniéndose todos los requisitos exigidos, tanto por la ley penal, como por la doctrina (permanencia y organización-jerarquía). En cuanto a la participación, les cabe en calidad de autores en los términos del artículo 15 N° 1 del Código Penal del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 293 del mismo cuerpo legal, a los acusados Hernán Ramírez Rurange, Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Gabriel Arturo Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Ventura Cassella Santos, Eduardo Ernesto Radaelli Coppola y Wellington Sarli Pose, por haber sido jefes y por haber ejercido mando en la asociación ilícita acreditada en autos. En cuanto a las penas, solicita, desde ya, que se les condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto es, presidio mayor en su grado máximo más las accesorias legales, teniendo en consideración las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal que detalla. En cuanto a Manuel Jorge Provis Carrasco y Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela no concurren circunstancias agravantes ni atenuantes. Respecto de los acusados Juan Fernando Alfredo Torres Silva y Hernán Ramírez Rurange concurre la agravante del artículo 12 N° 15 del Código Penal, por haber sido condenados como encubridores del delito de homicidio calificado, en la causa Rol N°1.643 del 18° Juzgado del Crimen de Santiago, seguida por el homicidio de Tucapel Jiménez Alfaro. Y en cuanto a los demás acusados les beneficia la atenuante de irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N° 6 del Código Penal. En cuanto a los acusados Pablo Marcelo Rodríguez Márquez, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel Antonio Pérez Santillán, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas, les cabe imputar la calidad de autores en los términos del artículo 15 N°1 del Código Penal, del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294 ambos del Código Penal, por haber tomado parte en la asociación acreditada en estos autos. En cuanto a las penas, solicita desde ya, que se les condene al máximo de las penas establecidas para este delito, esto es, presidio menor en su grado medio más las accesorias legales, teniendo en consideración que les beneficia la atenuante de su irreprochable conducta anterior establecida en el artículo 11 N°6 del Código Penal. Finalmente, en el primer otrosí del escrito de fojas 12789 y siguientes, la parte antes señalada se adhiere a la acusación de oficio de fecha 26 de septiembre de 2008, rolada a fojas 12.663 y siguientes contra los siguientes acusados y por los delitos que indica a continuación: 1.- a Arturo Rodrigo Silva Valdés, como autor del delito de secuestro con homicidio, contemplado en el artículo 141 inciso final del Código Penal y a Eugenio Covarrubias Valenzuela como encubridor del mismo delito. 2.- a Mario Enrique Cisternas Orellana, Marcelo Ariel Sandoval Durán, Nelson Williams Román Vargas, Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales como autores del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal. SEXAGESIMO TERCERO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.804 y siguientes el abogado Alvaro Varela Walker, en representación de la querellante Irene Frei Ruiz-Tagle se adhiere en todas sus partes al auto acusatorio de fojas 12.663, solicitando la aplicación del máximo de las penas que la ley señala para cada uno de los ilícitos penales indicados, con las demás penas accesorias que procedan, con expresa condenación en costas.SEXAGESIMO CUARTO: Que en lo principal de su presentación de fojas 12.807 y siguientes el abogado Thomas Eherenfeld Ivanyi, en representación del querellante Gonzalo Berrios Sagredo se adhiere en todas sus partes a la acusación fiscal de fojas 12.663, en los mismos términos que aquella.En cuanto a las contestaciones a la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares: SEXAGESIMO QUINTO: Que la defensa del procesado Arturo Rodrigo Silva Valdés en lo principal del escrito de fojas 13.429 contesta acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación deducidas en contra de su representado. Señala que por medio de la mencionada acusación fiscal, dictada con fecha 26 de septiembre de 2008,el tribunal acusa al Mayor (R) don Arturo Rodrigo Silva Valdés como autor del delito de secuestro con homicidio, tipificado en el artículo 141, inciso final, del Código Penal, cometido en la persona de Eugenio Antonio Berríos Sagredo, y, como coautor del delito de asociación ilícita, tipificado en los artículos 292 y 293 del mismo cuerpo de leyes. A su vez, las acusaciones particulares y las respectivas adhesiones a la acusación, acusan a su defendido de los mismos delitos, razón por la cual contestará todas ellas conjuntamente a través de la referida presentación. Agrega, que al tenor del auto acusatorio antes referido, en él no se señalan cuales son los hechos que constituyen los delitos que resultan habría cometido su representado y la participación que le habría correspondido en ellos, el que carecería de fundamento. Con relación a la acusación que se formula a su defendido de ser autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio Berríos Sagredo, señala que los hechos a que se refiere el acusador en el auto de cargos no son constitutivos de dichos delitos. En efecto: En primer término, se referirá a la inexistencia del delito de secuestro. Dice, que el delito de secuestro se encuentra tipificado en la legislación chilena en el inciso 1° del artículo 141 del Código Penal, en los siguientes términos: “El que sin derecho encerrare o detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito de secuestro…”. Agrega que, al tenor de los antecedentes de que da cuenta el sumario de autos y, no obstante la afirmación del acusador de que “se encuentran legalmente acreditados en autos los siguientes hechos”, ello no sería así, sino todo lo contrario, puesto que, en lo que se refiere al delito de secuestro: éste no se encuentra, ni con mucho, legalmente acreditado en autos, puesto que dicha afirmación no se asienta ni en un antecedente cierto, o siquiera medianamente cierto. Dice que por la sola declaración extrajudicial de una testigo, Katia Medina de fojas 6043 (Tomo XVI) de 27 de diciembre de 2004, que por ser tal –de oídas- carece de toda relevancia jurídica a estas alturas del proceso, atendido lo dispuesto en el artículo 424 del Código de Procedimiento Penal (“por comentarios que le hizo el cabo Víctor Palma, encargado de llevarle películas de video a su habitación…”, señala textualmente, para, después, desdecirse, al afirmar “...en realidad, dado el tiempo transcurrido tengo una confusión y en realidad el Cabo Palma no estaba en ese tiempo en esa parte de la sección…...y por eso no puede ser que le llevara videos a Eugenio Berríos…”).- Sin embargo, en el resumen del investigador de fojas 6001 (Tomo XVI) se expresa textualmente: “Por declaración policial de Katia Medina se establece que Eugenio Berríos Sagredo estuvo secuestrado en el BIE en el año 1991, previo a su salida del país hacia Argentina y finalmente Uruguay”. Agrega la referida defensa que lo cierto es que Eugenio Berríos Sagredo nunca estuvo secuestrado en Chile; no existe ningún antecedente serio que avale esta tesis, ni expresa ni tácitamente, y el acusador, así debió dejar constancia de ello en su Auto Acusatorio. No solamente no lo hace, sino que, tratando de dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 424 del Código de Procedimiento Penal, en cuanto a dejar testimonio de los hechos que constituyen el delito, lo que hace, es efectuar una serie de afirmaciones que no cumplen con dicho mandato, sin precisar el tiempo que Berríos habría estado secuestrado (“por un período no determinado de tiempo”); ni quienes habrían sido sus secuestradores; ni cuales serían los hechos que constituyen la privación de libertad de aquél; ni como se hizo efectivo este encierro o detención que implicó su privación de libertad; ni que certezas tiene el Acusador al respecto. También señala la defensa que, entonces, dada la gran cantidad de trámites, es impensable sacar a una persona contra su voluntad pasando por tantos controles. Si se hubiera tratado de una operación clandestina, uno de los intervinientes, el Oficial de Ejército Sr. Pablo Rodríguez, no hubiera utilizado a su hermano y sus medios. Tampoco hubieran hecho todos los trámites con sus identidades verdaderas.- Eugenio Berríos debió realizar su propia ficha migratoria.- También en la salida del Puerto de Buenos Aires y en la entrada a Uruguay por el Puerto de Colonia, los pasajeros están sujetos a controles similares, donde Berríos pudo haber denunciado su situación, de ser efectiva. Es por ello, que su representado en su declaración de fojas 2969 (Tomo VII) señala que : “Respecto a la salida de Berríos, su salida fue preparada con la debida antelación, que todos y cada uno de los oficiales y empleados civiles estaban en absoluto conocimiento de quien era realmente y por donde se iba a materializar su salida del territorio nacional. De la misma forma, debe mencionar, que desde un inicio el destino final de Berríos era Montevideo, Uruguay. De hecho, a él se le ordenó esperarlo en Argentina para acompañar su traslado a Uruguay……Para lo anterior, le entregó los pasajes y viáticos en Santiago para Lillo y Berríos, asignándosele a él, por orden del DINE que lo esperase en Buenos Aires para cruzar con Berríos y Lillo hasta el Puerto de Colonia y desde ahí por tierra a Montevideo, donde los esperaba el Coronel Eduardo Caussi a quien se le había solicitado previamente ubicar un hotel o residencial en donde ubicar a Berríos. Debe mencionar que el coronel uruguayo no tenía conocimiento quien era Berríos. Siguiendo con lo anterior debe mencionar que fue ubicado en el Hotel Hispanoamericano…….y que lo que ha declarado el General Ramírez aparece como una burla de que él por hacer un favor a un sujeto que tiene cheques protestado, disponga de medios del Ejército de Chile…...En el mes de octubre de 1991…...cuando él llegó con Eugenio Berríos a Uruguay y él le ordenó con anterioridad que tome contacto con la gente de la inteligencia uruguaya, específicamente con el Coronel Cuassi, a quien él no conocía y se reúne con él, en la Terminal de Buses, en el centro de Montevideo y allí recién se identificaron……,alguien del DINE o el General Ramírez tiene que haber tomado contacto con oficiales uruguayos para acoger a Eugenio Berríos en ese país (fs. 4052,Tomo XI). También señala la defensa que existen tres ejemplos de “apreciaciones” y “órdenes de investigar” que no se condicen con la realidad. Para reafirmar este aserto, se remite al propio expediente y a las propias declaraciones que obran en él. En efecto, a fojas 2863 (Tomo VIII), y con fecha 12 de marzo de 2003, declara Federico Marull, Cónsul de Chile en Montevideo, en los siguientes términos: “…puedo manifestar que me recuerdo muy bien el día por una circunstancia familiar, ya que debía ir a esperar a un tío al Aeropuerto de Carrasco y, por eso estaba su mujer en el Consulado cuando ocurrió este hecho, de una llamada que recibí, la cual le fue transmitida por un empleado chileno cuyo apellido no recuerda y al contestar y decir al interlocutor, con quien quería hablar, él le dijo “habla Eugenio Berríos, quisiera hablar con Ud., ningún problema le dijo, venga al Consulado, está en la calle Andes, y él le contestó “sí, se donde está, pero no puedo ir por ahora, porque estoy medio vigilado”, bueno, cuando pueda, le contestó. Por su acento, dedujo que era chileno. Debido a la respuesta de este Sr. Berríos hizo un comentario a su señora allí presente y a la Sra. Silvia García que era la secretaria del Consulado, uruguaya y abogada, el cual fue en un tono jocoso, diciéndole a ambas que llamaba una persona chilena, que posiblemente era un exiliado sentimental, cuya señora actual no lo dejaba concurrir al consulado y pues, seguramente quería hablar de su ex mujer, que posiblemente era chilena. En ese momento apareció Emilio Rojas, quien escuchó parte de este comentario, inquiriéndome que quien había llamado y le contestó que era un chileno llamado Eugenio Berríos. Entonces él le dijo que no hiciera bromas porque podría tratarse del mismo Eugenio Berríos que era requerido por la justicia en Chile y le recomendó que diera cuenta al Ministerio en Santiago, en forma inmediata, señalándole que al hacerlo se iba a llenar de gloria por su celo funcionario. Dice que él le dijo que no había leído nada sobre esta persona Berríos porque no había aparecido en la prensa….El le manifestó que la noticia sobre esta persona había aparecido meses atrás en La Nación, creo que en el mes de mayo, pero no le dijo nada sobre él, ni menos que él lo había conocido desde antes, porque en ese caso, si él se lo hubiera dicho, él lo habría manifestado en la comunicación en el Télex de la Embajada. Además, le señaló Rojas que seguramente el tal Berríos lo había llamado para obtener un pasaporte chileno o un salvoconducto, siendo esto lo más probable……Haciéndole caso al consejo de Rojas, poco antes de partir, le entregó al funcionario de turno Juan Carlos Barriento un telex que el mismo redactó…...Sobre esta persona (BERRIOS) recuerda que les preguntó a todos los funcionarios de la Embajada, entre los que puede nombrar a Juan Burgos, José González, el Embajador Barros Charlín y al propio Emilio Rojas que estaba almorzando con este último, el día que le llegó la respuesta de la Cancillería, ninguno le dio ningún antecedente o dato más y, por eso no volvió a insistir ante la cancillería. (Sobre datos de ampliar el 2° apellido de BERRIOS). Viendo ahora con la perspectiva del tiempo como ocurrieron los hechos y la negativa o silencio que tuvo él (ROJAS) de proporcionarle el segundo apellido cuando él se lo preguntó, porque, posteriormente se enteró que lo conocía muy bien a BERRIOS ,ya que incluso habían sido socios y, después se enteró que lo había llamado un año antes a su casa y a la Embajada y que Rojas sabía que estaba en Uruguay. Todo ello, le hace sospechar de una trama que pudo ser urdida por Rojas para involucrar a otra persona en el problema y al mismo tiempo ayudar a su ex socio, sin que apareciera el figurando, ya que el siempre manifestó haber sido perseguido político…”. Por otra parte, señala la referida defensa que este testimonio está en consonancia con el que proporciona Margarita Di Steffano, funcionaria de la Embajada de Chile en Uruguay a fojas 713 (tomo II): “…También recuerdo que en una oportunidad que no puedo precisar la fecha, en todo caso muchos meses antes de noviembre del 92, ROJAS me dijo que lo había llamado su amigo BERRIOS y le pedía ayuda. La ayuda que pedía era buscar alojamiento, incluso pudo haber sido antes de la noticia del diario chileno (La Nación del 17 de Abril de 1992). Al preguntarle ella que quien era BERRIOS, le expresó que era un amigo de él y que estaba en problemas. Dio a entender que eran problemas judiciales. Sin embargo, en relación a los hechos antes descritos, los funcionarios policiales a cargo de estas diligencias, los habrían tergiversado en su orden de investigar, corriente a fojas 986: “Cabe demostrar que días antes, el 12 de noviembre de 1992, Eugenio Berríos llamó a la Embajada de Chile en Montevideo, solicitando salvoconducto para regresar a Chile, quedando en evidencia que se encontraba indocumentado, manifestando que estaba secuestrado por militares chilenos y uruguayos.” También, dichos investigadores, en concepto de la señalada defensa, faltarían a la verdad cuando afirman en la Investigación Policial de 30 de agosto de 2002,corriente a fojas 1986 (Tomo VI) que BERRIOS SAGREDO “encontrándose retenido forzadamente en Uruguay por parte de agentes de la DINE, con participación del servicio de inteligencia uruguayo, éste procede a fugarse en dos oportunidades, primero en Montevideo y luego en el balneario de Parque del Plata….”. Afirmaciones que carecerían de sustento alguno, sin prueba alguna que las confirme y,que se encontrarían en contradicción con el mérito del proceso y con el testimonio de numerosos testigos. Agrega, que sobre estos “Informes”, se va sustentando, primero, el auto de procesamiento, y luego, la acusación en contra de su representado, por parte del órgano jurisdiccional, los que se contradicen con las declaraciones de múltiples testimonios que afirman lo contrario, todos los cuales dan razón de sus dichos, y, todos los cuales son desechados, o, peor aún, ni siquiera son tomados en cuenta por los funcionarios a cargo de las investigaciones. En efecto, a fojas 569 (Tomo II), CARLOS HERRERA JIMENEZ expresa: “Efectivamente conocí a Eugenio Berríos durante mi estadía en Uruguay y de forma accidental. Estaban varios chilenos en una especie de tanguería que hay en Montevideo llamada La Cumparsita. En medio del show se les rinde una especie de homenaje a los visitantes tocándoles música de su tierra. En este caso tocaron una cueca para los chilenos que allí estaban, entre los que se encontraba BERRIOS. Posteriormente, todos se dirigieron a su departamento, para tomar un trago. Dice que en el mes de diciembre, según recuerda, tuvo a BERRIOS en su casa un par de días, ya que, según dijo, se hallaba en mala situación económica y no tenía donde dormir. En efecto, se veía en malas condiciones económicas. El caso es que luego de esos dos días le pidió que se fuera, ya que lo desagradó, debido a que era muy bueno para beber y durante sus ausencias ocupaba el teléfono para hacer llamadas de larga distancia a Chile……Por otra parte, el departamento era pequeñísimo, de un solo ambiente, y no podían estar los dos allí”. Asimismo, a fojas 3396 (Tomo IX), declara, vía exhorto, el Jefe de la Comisaría de Parque del Plata don Elbio Hernández, en los siguientes términos: “PREG: Es efectivo que ese día en la mañana ingresó a la Comisaría un sujeto que dijo ser chileno y estar secuestrado por militares uruguayos y chilenos. CONT: Sí, ingresó un ciudadano chileno, pero, no dijo estar secuestrado”. Cuando se interroga a Luis Míguez, Conserje del edificio de calle Buxareo N° 1117,departamento 403, en donde vivió EUGENIO BERRIOS SAGREDO en Montevideo, Uruguay, éste siempre, coherentemente, responde lo mismo, ya sea en Uruguay o en Chile: que éste salía solo a la Rambla (“Si, salía a la Rambla, iba y venía, salía solo hacía mandados, salía a caminar, yo los domingos salgo a caminar con mi esposa y lo encontraba a él caminando solo”). En otra ocasión señala: “Siempre ví a BERRIOS acompañado de estos sujetos, salir y entrar al edificio, y en otras ocasiones ví a BERRIOS salir y llegar solo. BERRIOS frecuentaba el Café Costa Azul que queda frente al edificio. Pude apreciar que todos se vestían muy bien, y siempre de sport, nunca de corbata, sus horarios de salida y de llegada siempre eran distintos…”.- Cuando, con fecha 16 de abril de 1996 señala a la Interpol de Uruguay (fs. 256,Tomo I, del proceso seguido en ese último país y que se encuentra agregado a estos autos) que: “…El que preguntaba era el hombre; querían saber desde cuando, hasta cuando vivió BERRIOS en el Edificio, a lo cual le contestó que la persona que él conoce, no lo conocía por el nombre de BERRIOS, sino como HERNAN TULIO PAREDES y dijo que vivía desde el año 92 (febrero) hasta mediados de diciembre del mismo año. Preguntaron si vivía solo, a lo cual dijo que nó, que habían dos personas más con él, a los cuales nunca les preguntó los nombres y no sabía como se llamaban, sólo sabía que eran chilenos. Lo que dijo a esas dos personas, fue lo mismo que declaró en el Juzgado de Pando: con respecto al nombre de dicha persona, tiempo que permaneció viviendo en el Edificio, con quien vivía, si salía solo a la calle, a lo que contestó que a veces lo hacía solo o acompañado; que los que estaban con él, nunca figuraron como custodia…”. Agrega que: “Me preguntaron si él tenía amistades acá, a lo cual contestó que sí; si sabía a que se dedicaba, que sí, que me había dicho que trabaja en importación y exportación, y que por eso serían las amistades que tenía que venían y conversaban con él; me preguntaron si salía y me hacía comentarios, lo que respondí en forma afirmativa ya que me hablaba de Paysandú y Punta del Este, donde él había concurrido”. El mismo Luis Míguez, con fecha 10 de marzo de 1994,y ante la justicia de su país (fs. 215,Tomo I del expediente llevado por la justicia uruguaya) declara en los mismo términos señalados anteriormente al ser preguntado por el tribunal. En su declaración de fojas 591 del expediente uruguayo, prestada el 4 de junio del año 2003, agrega, respondiendo a una pregunta que se le formula que: “Yo a la última persona que veo en el Edificio es a SANDOVAL con otra persona a fin de año, que era cuando estaban retirando las cosas de la habitación, vió salir a una persona con una valija y,al no conocerlo, le preguntó de donde venía y le dijo de tal habitación y ahí vió a SANDOVAL y a la persona que se retiró. A Eugenio BERRIOS lo vió solo. PREG: Si Ud. tiene certeza que lo vió en Diciembre. CONT: Sí señor, no puedo precisar el día, pero sí que fue en diciembre y a fin de mes, ya que por motivo de las fiestas, no me había dado nada”. Por su parte, Sonia Casaretto, la periodista que vivía en departamento vecino al que ocupaba EUGENIO BERRIOS SAGREDO en el Edificio de calle Buxareo N° 1117 de la capital uruguaya, expresa con fecha 25 de octubre de 1996 ante la justicia de este país, en una declaración que se encuentra agregada a estos autos, lo siguiente: “PREG: Si cuando lo vió le pareció estar privado de su libertad ambulatoria. CONT: Lo que yo le puedo decir es la idea que yo tengo, es una persona que no hacía nada, que estaba jubilado, no era un tipo de horarios, iba libremente a todos lados, donde yó lo veía, como al supermercado, cuando hacíamos mandados, lo veía solo en el supermercado. CONT: A mediados de este año, en Junio o Julio, fue un hombre a mi casa, dijo ser de Interpol Chile, no recuerda el nombre, estuvieron hablando, le preguntó que sabía ella sobre el tema, con papeles no se identificó, sino en forma verbal, le propuso que el gobierno chileno le abonaría los gastos y la estadía para que se le tomaran declaraciones en el juzgado o tribunal de Chile, le dijo que nó. Estaba sola en casa, estuvo un rato, le dijo que si ella aceptaba hacer esas declaraciones que había hecho ante la Embajada, en un lugar secreto. Ella le dijo, si tengo que ir a la Embajada, sí, pero, a un lugar secreto, nó. Le dijo que (Berrios) estaba trabajando para sacarle el olor a la cocaína o marihuana. Dice que esta persona fue solo a su casa. Posteriormente, con fecha 30 de Noviembre de 2003, y ante la misma jurisdicción expresa textualmente lo siguiente: “Preguntada: Si ud. conoció a la persona cuya foto se le exhibe y que surge a fojas 72 de los autos, señala……ahí comenzó el diálogo al encontrarme en el pasillo del edificio donde vive, o sea, que lo comenzó a ver en el mes de agosto de 1992 y él le preguntó a que piso iba ella, lo vió en la planta baja, le responde que al cuarto y el le dice que va al mismo y baja en el mismo piso. El siempre se desplazaba solo, al supermercado ella ha ido con él, iban con “las chismosas” (bolsas de plástico), cada uno, le preguntó si el iba a la playa y le dijo que nó, que iban sus compañeros…”. Poco antes, el 15 de Febrero de 2002, en la Embajada de Chile en Uruguay, en una declaración que corre a fojas 1681 (Tomo V9 afirma textualmente: “En otras ocasiones, salió junto con Berríos a comprar a una feria que queda cerca de nuestro domicilio…...También en algunas ocasiones, se hablaban por medio del balcón, y en algunas ocasiones a Berríos lo veía cruzar la calle al Café Costa Azul….”. En otra declaración efectuada vía exhorto con fecha 9 de marzo de 2002 y que se lee a fojas 5695 (Tomo XV) precisa que:”Los uruguayos jamás la llamaron, pero, sí se sintió un poco presionada por las llamadas del policía chileno, respecto a que se le daba toda la seguridad del mundo para que fuera a Chile a identificar a una persona. Dice que nunca tuvo dudas respecto a no ir, hizo una declaración en el Consulado chileno, pero, en otro país, nó. Manifiesta que le decía al investigador, ud. me cuida allá y acá, le preguntaba, donde están los otros y agregaba que ella tiene una familia, hijos y nietos, una tiene miedo natural. En resumen, CASARETTO lo vió el 10 de diciembre de 1992 y tenía bien referida la fecha por coincidir con el cumpleaños de su hija, oportunidad en que Berríos le ayuda a bajar especies del ascensor, lo declaró en Uruguay y por exhorto en Chile. MIGUEZ lo vio en diciembre de 1992, más bien sobre fin de año, lo recuerda porque no le dejó propina para las Fiestas de fin de año. Vió realizar la mudanza entre el 12 y el 13 de diciembre de 1992 y lo tenía referido porque fue unos días antes de tomar sus vacaciones. En esa oportunidad, reconoce a Marcelo SANDOVAL quien realizó la mudanza acompañado de otro chileno. Siempre declaró en Uruguay cuando había sido la última vez que vió a Berríos, aunque en la Embajada y en Chile no está establecido porque no se lo preguntaron. Señala la defensa que si no se han tomado en consideración las declaraciones de los señores Míguez y Casaretto, tampoco se habrían considerado las de los suboficiales chilenos Marcelo Sandoval Durán y Nelson Román Vargas. El primero de ellos declara a fojas 1571 (Tomo V) y con fecha 12 de agosto de 2002,que “Deseo aclarar con respecto a la página dos de la declaración aludida (Anexo 13 al Informe Policial) del día 8 de agosto de 2002) que no es correcto consignar que se encontraba custodiando a EUGENIO BERRIOS, sino que en realidad fue enviado a observarlo, porque le habían dicho que era una persona complicada y alcohólica, a quien no debía descuidarse”;agrega a fojas 3255 (Tomo IX) que: “Sobre las actividades cotidianas que tenían, preparábamos indistintamente el almuerzo, cada uno se preocupaba de lo que iba a comer ese día, a veces se servían algo afuera, a él le gustaba el whisky y compraba alguna botella para tener en el departamento…...Siempre que le conversaba lo que más le preocupaba era que tenía unos problemas de cheques protestado en Chile, por lo que no podía volver a Chile……Dice que mientras estuvo con él, nunca le vió alguna visita, ni tampoco le contó que haya tenido algún contacto con ciudadanos chilenos. No seguía sus pasos, nunca le hizo un seguimiento porque no se le ordenó”. Más adelante, a fojas 5520 (Tomo XV), afirma que: “El motivo fundamental de los viajes fue por estar comisionado para acompañar a EUGENIO BERRIOS,……mi función concreta era brindarle apoyo, estar con él y acompañarlo para que no se sintiera solo. Dice que él estaba solo con Eugenio BERRIOS y en las ocasiones que lo acompañó se alojó junto a él en el departamento de calle BUXAREO…….(Eugenio BERRIOS) lo único que le mencionaba era que no podía volver a Chile por problemas de cheques protestado y deudas con prestamistas……de repente se perdía del departamento, normalmente, no por más de un día, ya que salía en la tarde y no volvía en la noche, después cuando regresaba le comentaba que había estado con unos amigos peruanos que tenía en Montevideo, después de esas salidas llegaba pasado de tragos…….a veces salían a dar una vuelta, él lo acompañaba……en alguna oportunidad también fueron a almorzar a algún negocio, en una ocasión fueron a almorzar al mercado de Montevideo, él vivía en forma relajada.” A su vez, el sargento Nelson Román Vargas ratifica a fojas 1578, y con fecha 13 de agosto de 2002, “en todas sus partes la declaración extrajudicial del Anexo 14 del Informe Policial N° 79 del 8 de agosto de 2002, con las siguientes salvedades: que su misión en Uruguay era acompañar a una persona cuya identidad desconocía…….no sabía que se trataba de EUGENIO BERRIOS SAGREDO sino que lo supo posteriormente. Tampoco sabía que EUGENIO BERRIOS tenía problemas en la justicia chilena por procesos sobre Derechos Humanos, sino que el le comentó que tenía problemas de cheques”.Agrega más adelante (fs. 1575, Tomo V) que “su misión en Uruguay era acompañar a una persona cuya identidad desconocía, durante un mes en relevo de MARCELO SANDOVAL. Que BERRIOS tenía sus propias llaves del departamento y salía muchas veces a compras o a hablar por teléfono a un teléfono público cercano…….Tampoco sabía que BERRIOS tenía problemas con la justicia chilena por Derechos Humanos, sino que él le contó que tenía procesos por cheques”.En otra declaración (fs. 3260,Tomo IX) agrega que: “También que en nuestras conversaciones manifestaba su interés de quedarse en Uruguay y trabajar en el boldo, decía que tenía contactos con peruanos, recuerda que le gustaba beber, a veces compraba licor y lo bebía en el departamento y otras veces iba a un local cerca del departamento donde en ocasiones él lo acompañaba, pero, en otras iba solo y volvía normalmente al departamento……Nunca lo vió preocupado o deprimido, tenía una personalidad especial, se veía bien optimista cuando él lo acompañaba, además, salían todos los días a caminar al centro, caminaban mucho…...él tenía una radio portátil ya había una antena en el departamento que era del televisor, estaba puesta hacia abajo y la usaba para tratar de captar emisoras chilenas con su radio portátil, dice que ha leído después relativo a este tema que en el departamento había un radio transmisor lo que no era efectivo……Por último, quiere agregar que a Tomás Casella lo vió cuando viajó posteriormente a Uruguay, pero no le fue presentado formalmente, él estaba a cargo de toda la comitiva en Uruguay…” (viaje del General Pinochet a Uruguay). Por su parte, el propietario del Hotel Hispanoamericano, el señor Domínguez, declara a fojas 302 (Tomo II del expediente seguido ante la justicia uruguaya y que se encuentra agregado a estos autos) con fecha 24 de julio de 1997: “Yo siempre lo ví solo, no recuerdo haberlo visto acompañado. El hombre entró y salió. Dijo, me tengo que ir, y se fue solo. La deuda en el hotel la pagó él. PREG: si recuerda si dicha persona recibió visitas. CONT: No señor, normalmente las personas que viven allí, no reciben visitas en la habitación. PREG: como explica que hay versiones que personal policial fue a su hotel, realizó allanamiento y retiró ropa de esta persona BERRIOS? CONT: Eso no es así, ni militares ni policías concurrieron al hotel, yo sé que dicha persona se retiró por sus propios medios, pagó y se fue”. A su turno, el Jefe de Policía uruguaya, bajo cuya dependencia se encontraba la Comisaría de parque del Plata, el señor Ramón Rivas, en declaración prestada con fecha 7 de junio de 1993 ante la justicia de su país (fs. 109,Tomo I), señala que : “…Luego hablé con el ciudadano chileno que se encontraba bastante alterado de los nervios, le pregunté si conocía al Tte. Crnel. Cassella, al mencionarle el nombre cambió sustancialmente la actitud que tenía y adoptó una actitud mucho más tranquila. Le preguntó si tenía interés en verlo, a lo que respondió que sí. Lo hizo pasar al Tte. Crnel. Cassella, tuvieron un saludo muy afectuoso, se distendió completamente el ciudadano chileno y conversaron de la época en que se conocieron, manifestando el ciudadano que deseaba seguir en la situación que se encontraba anteriormente. Cuando se le pregunta el porqué de esa actitud que había tomado, expresó que hacía tiempo que no veía a la familia ni tenía noticias de ella, que había causado un problema por una equivocación y dijo que deseaba expresar que no se encontraba secuestrado ni privado de la libertad, que había tenido libertad de movimiento de acuerdo al Acta que se labró entre el Sub. Comisario encargado de la Seccional y el señor chileno Eugenio BERRIOS, Acta redactada en su presencia. Frente a esta situación se optó por dejarlo en libertad de movimiento, que hiciera lo que él quisiera, retirándose en compañía del Tte. Crnel. Cassella…….Quedando la denuncia del presunto secuestro sin efecto, ya que el mismo manifiesta en el Acta que nunca se encontró privado de su libertad……me manifestó que había contraído deudas y que tenía problemas con la justicia…….PREG: el ciudadano chileno le manifestó tener temor por su vida. CONT: Nó. PREG: habló con algún militar del Ejército chileno o estuvo presente. CONT: nó, ni lo uno ni lo otro. PREG: que explicación le da Ud. al hecho de que el ciudadano chileno manifestara a otros policías y a terceras personas que se encontraba secuestrado? CONT: creo que en el Acta el da una explicación de esto y esas son las causas, dice que se encontraba lejos de su familia. En una posterior declaración, de fecha 22 de julio de 1993,también ante la justicia de su país, (fs. 172,Tomo I del expediente que se encuentra agregado a estos autos expresa que “…Me dirigí al lugar donde se encontraba el que decía ser ciudadano chileno y me puse a conversar con él sobre la situación que esta viviendo. El se encontraba muy excitado. Era de profesión químico que había tenido problemas en Chile por malos negocios, que había tenido problemas por cheques sin fondos,lo habían requerido por esa razón, por lo que se encontraba en este país……Me dijo que estaba alejado de la familia, que la señora había venido algunas veces hasta acá. Por lo que él le dijo, que había estado en Montevideo, en un apartamento en Pocitos y luego un hotel en Buxareo, no tiene presente que tuviera custodia, y también le dijo que había ido a Parque del Plata presumiblemente a pasar un fin de semana……Respecto de la presencia de él en la Seccional le dijo que se encontraba en la casa de Parque del Plata y que se había sentido terriblemente deprimido y pensó o creyó que estaba limitado en sus movimientos y tomó, tuvo esa reacción de irrumpir violentamente en una casa y pedir auxilio al matrimonio que vive enfrente……Luego habló con Cassella y él le hizo el relato del chileno que era amigo de él, que había tomado contacto en Montevideo por intermedio de unos amigos. Lo había visto algunas veces y era una persona que se manejaba en el país con total libertad. Después de eso habló con el ciudadano chileno nuevamente y le preguntó si lo conocía a Cassella. Me expresó que sí y la actitud de él cambió a pesar de que ya estaba más calmado, le expresó si quería verlo y le dijo que sí, que deseaba conversar con él e hizo pasar a Cassella, por supuesto, estaba él presente en todo momento, estuvieron conversando y tuvieron un saludo muy afectuoso, hablaron del conocimiento anterior que tenían y de las reuniones que tuvieron anteriormente y luego Cassella le preguntó de porqué esa actitud y éste le expresó que se encontraba deprimido, que tenía deseos de ver a la familia, que lamentaba la situación que se había creado, que no era la realidad, y preguntado si deseaba volver a la situación en que se encontraba antes de llegar a la Seccional policial, expresó que sí”. Agrega la defensa del acusado Silva Valdés que, las declaraciones de la cónyuge del acusado Gladys Schmeisser Arriagada, no obstante su importancia objetiva y subjetiva para desvirtuar los hechos que, en concepto del tribunal, constituyen el delito de secuestro de Eugenio BERRIOS SAGREDO, no fueron considerados referencialmente, ni menos en la forma que correspondería en el auto acusatorio librado por el tribunal. Luego de hacer referencia la defensa a las declaraciones prestadas por la cónyuge de Berríos, tales como las contenidas a fojas 1659 (Tomo V),donde indica que la última vez que Berríos la llamó telefónicamente fue en diciembre de 1992.A fojas 611 (Tomo II) precisa que: “Estuve dos veces en Uruguay, la primera fue en el mes de octubre del 91,entre los días 8 y 18 de ese mes, más o menos, La segunda entre fines del mes de octubre y noviembre del 92……En mi primera visita estuve en el Hotel Hispanoamericano, en su segunda visita estuvo en unas cabañas de Piriápolis……Eugenio arrendó la cabaña……Nunca fue a la casa donde él habitaba……siempre ví a Eugenio solo, tranquilo y parecía no tener problemas. Nunca se percató si estaba sometido a un trato especial de protección o vigilancia. Nunca vió a Eugenio acompañado de otras personas, ni conocidos ni desconocidos. Eugenio le contó que su estadía en Uruguay era debido a problemas económicos que tenía en Chile……Las únicas personas que sabían que Eugenio BERRIOS se encontraba en Uruguay eran sus padres y ella. Esta situación nunca la comentó con nadie……El último contacto personal que tuvo con Eugenio BERRIOS fue en Piriápolis, entre fines de octubre y el 10 de noviembre de 1992.Y concretamente, la última vez que lo vió fue al despedirse en el Aeropuerto de Carrasco……Salían a pasear a las playas……fueron a Punta del Este durante su estadía en Piriápolis……al final se le veía un poco preocupado,……estaba aburrido de permanecer en Uruguay,…….pero, según él, tenía que esperar el transcurso de los tiempos penales en relación al delito de giro doloso de cheques……Con fecha posterior al 15 de noviembre de 1992 tuvo una breve conversación telefónica con EUGENIO,……No conoció a las personas por las cuales se le pregunta (RADAELLI Y CASSELLA) y nunca escuchó tales nombres”. A fojas 5 (Tomo I) de estos autos, y con fecha 18 de junio de 1993,doña GLADYS SCHMEISSER señala textualmente: “Hasta que en octubre de eses año 1991,la llamó por teléfono a la casa de sus suegros, lugar al que se había trasladado previa entrega de su apartamento en Viña, el llamado venía de Montevideo, Uruguay, y le dijo que no dijera nada a nadie, que tomara una maleta con sus cosas y se fuera a Pluna, en donde tenía reservado un pasaje abierto de ida y vuelta, con el que efectivamente viajó”. “Me llevó a un hotel del sector de Pocitos, no recuerda el nombre (en declaraciones posteriores precisaría que se trata del Hotel Hispanoamericano) EUGENIO la visitaba en ese hotel, algunas veces se quedaba con ella, paseaban mucho, pero nunca le presentó a nadie……Su permanencia a esa fecha fue de 10 días. De regreso a Santiago su marido la llamó de vez en cuando, hasta que en octubre del año 1992 le pidió que fuera a verlo nuevamente a Montevideo……esperándola EUGENIO en el Aeropuerto de Carrasco de Montevideo……Dice que la llevó a un hotel en el centro de la ciudad……y esta vez si permanecieron juntos, pasearon bastante y hasta fueron a Punta del Este……cuando le preguntó que hacía en Uruguay……pero que estaba viendo la posibilidad que se fuera con él a ese país……La última vez que supo de su marido fue cuando le llamó por teléfono a casa de sus suegros, antes de Pascua del año pasado (1992). Complementando la declaración anterior, es importante detenerse en lo que declara doña María Díaz Uribe, declaración contenida en el Informe Policial de fojas 260 (Tomo I) de fecha 19 de noviembre de 1993 en el que señala a la letra “…entrevistó a María DIAZ URIBE, supervisora de pasajes de Pluna Santiago……efectivamente con fecha 8 de noviembre de 1991 se recibió un pasaje aéreo desde la agencia matríz en Montevideo a nombre de Gladys SCHMEISSER, siendo éste retirado personalmente por ella, viajando a esa ciudad. Al consultar vía fax mayores antecedentes a la casa matríz en Montevideo, a petición de los detectives, informaron que la persona que compró dicho pasaje aéreo (Santiago-Montevideo-Santiago), lo canceló en efectivo con el nombre de Antonio BERRIOS”. A fojas 1555(Tomo V) doña Gladys Schmeisser precisa que “…En ninguna de las oportunidades que viajé a Uruguay a reunirme con mi cónyuge Eugenio Berríos, supe o me dí cuenta que hubiera estado vigilado o custodiado por alguna persona, declaración que, en su contenido, se complementa con la prestada con fecha 1° de diciembre de 2003 a fojas 4815 (Tomo XIII): Recuerdo que cuando estuve con Eugenio Berríos en Montevideo saludaba a todo el mundo, no parecía que anduviera contra su voluntad ni que estuviera secuestrado por alguien, se dio cuenta que lo conocían, recuerda que un par de veces se embriagó en Uruguay cuando estaban en un hotel, recuerda incluso que en una ocasión que estaba en Piriápolis, y luego de una discusión, ella se acostó…y cuando reaccionó él se arrancó y Manolo lo ubicó en el Hotel Hispanoamericano. No parecía que anduviera contra su voluntad ni que estuviera secuestrado por alguien. Agrega a fojas 17 (Tomo I): “…él tenía sus cosas en ese hotel (referente al alojamiento en la segunda visita que le hizo a EUGENIO BERRIOS en Uruguay) “…el hotel estaba cerca de la avenida principal…” PREG: En Uruguay con que chilenos se contactan. CONT: Con chilenos, ninguno. PREG: Y uruguayos. CONT: Tampoco, salvo los taxistas muy amenos, lo saludaban, le llamó la atención, se paseaba muy abierto, impresionaba como que ya era conocido. PREG: Que hizo en su primer viaje y luego en el segundo en Montevideo. CONT: Pasear, ir a la playa, quería conocer Punta del Este, salían a recorrer esas partes. PREG: Ud. dijo que había tratado de ponerse en contacto con Emilio Rojaws acá en Santiago. CONT: Nó, al no saber nada de él, porque ya después que ella se vino, no supo más, salvo una llamada que hizo antes de Pascuas, que ella tenía muchas ganas de ir para el verano. PREG: En que año fue eso. CONT: El año pasado (año 1992), llamó para acá como en diciembre, fue la última vez que llamó, después se perdió y comenzó su inquietud. PREG: Nunca sintió inquietud de quedarse con él. Por que estaban ya separados. CONT: Sí, ella muchas veces le dijo que ganas de venirse ,dijo “si chanchita más adelante veremos” A su vez, a fojas 400 (Tomo I) expresa que: “Si recuerdo haberle mostrado Eugenio una peluquería en el sector céntrico y le dijo que era muy amigo del peluquero, también un taxista de un Mercedes Benz, quien también lo conocía…….lo otro que recuerda que EUGENIO en la primera oportunidad vestía deportivo y en el segundo viaje vistió siempre de terno y corbata. En éste segundo viaje, visitaron en un bus Punta del Este por el día. En esta segunda oportunidad le manifestó negocios y siempre lo vió que portaba un maletín, pero, al hacerle preguntas le manifestó que no le preguntara detalles, que era mejor que no le hiciera consultas sobre su estadía en ese país; agrega en esta declaración que “…..en el segundo viaje que hizo a Uruguay no solamente permanecieron en un hotel con su marido, sino que también estuvieron ocho días en una casa en un sector que según cree recordar, se llama Piriápolis, y que de acuerdo a lo que escuchó, él había arrendado. En ese lugar permanecieron juntos, salvo separaciones momentáneas por compras domésticas, etc”. A fojas 1635 (Tomo V) vuelve a declarar ante la Policía de Investigaciones (Informe Policial N° 41) señalando que “transcurrido más o menos un año (desde el primer viaje a Uruguay), salgo con don Gonzalo (padre de EUGENIO BERRIOS) hacia el centro de la ciudad para realizar una llamada de larga distancia, según se entera, ya lo había acordado anteriormente con EUGENIO y acordaron que sus suegros le darían el dinero para costear sus pasajes y que en una semana más, llamaría a la casa a la media noche para acordar la fecha del viaje. Dice que don Gonzalo comenta esto con “Manolo” y éste planifica como se va a realizar el viaje a Uruguay, para lo cual, decide que viaje por tierra y en bus hacia Mendoza,”Manolo” utiliza un subterfugio de encargar un remedio para su suegra, y desde ahí manifestó que debía tomar un avión hasta Uruguay. Agrega que “Manolo”,le dio instrucciones que sacara pasaporte, lo que hizo y que exhibe a los detectives que le toman la presente declaración, el que se le otorgó con fecha 1° de octubre de 1992,realizando el viaje por el paso fronterizo Libertadores, por bus hacia Mendoza, Argentina, con fecha 24 de octubre de 1992.Una vez que llegó a Mendoza la estaba esperando “Manolo” en el Terminal de Buses, fueron a cenar, se alojaron en un hotel céntrico de esa ciudad y al día siguiente, el día 25 de octubre de 1992,la va a dejar al Aeropuerto y toma un avión con destino a Montevideo, Uruguay, y al llegar de noche la estaba esperando su esposo EUGENIO BERRIOS, con quien se fueron a cenar y seguidamente tomaron un taxi que los trasladó al balneario de Piriápolis, donde llegaron a una casa, y al preguntarle de quien era, le dijo que la había alquilado y que no preguntara nada, observando que en la cocina había bastante mercadería. Le manifesté que “Manolo” venía también a Uruguay y le pasó un número telefónico al parecer de Montevideo, donde debía ubicarlo. Se contentó de la noticia y al día siguiente salió solo a llamarlo por teléfono, manifestándole que lo iba a invitar a un asado a la casa, salieron a comprar carne, percatándose que conocía bien el sector, compró leña, y otras cosas regresándose luego a la casa……salieron a Punta del Este, recorrieron el lugar y se fueron a almorzar a un restaurante, regresándose a la casa de Piriápolis, alojándose “Manolo” con ellos y al día siguiente salieron los dos solos en dirección a Montevideo, regresando horas más tarde. Un día antes de regresar a Chile, en la noche se hizo un asado y estuvieron compartiendo los tres…….,hasta que el 8 de junio de 1993,que es su día de cumpleaños, por eso lo recuerda, cuando se desata el escándalo por intermedio de la prensa uruguaya que EUGENIO BERRIOS SAGREDO estaba secuestrado en ese país, situación que le impactó ya que nunca pudo percatarse de tal situación en las oportunidades en que viajó a Uruguay. Por otra parte, la misma Gladys Schmeisser, a fojas 4815 (Tomo XIII) declara que con fecha 11 de diciembre de 2003, “…su suegra encontró conveniente la proposición de Manolo (RAUL LILLO), incluso le dio los pasajes en avión para ir a Brasil……piensa que ella estaba interesada en que ella fuera para que ella viera a Eugenio Berríos en Brasil. Quiere decir también, que si bien en un principio ella no le dijo a Investigaciones de su viaje a Brasil, ello fue por temor a que esta información se filtrara a la prensa y sus suegros supieran de ello”. La defensa dice que el tribunal ha desechado la declaración que el mismo Berríos firmara en el “Acta de Interrogación”, ante el Sub Comisario Elbio Hernández, suscrita el día 15 de noviembre de 1992 en la localidad de Pando, Balneario de Parque del plata, Uruguay, que él jamás ha estado privado de sus “libres movimientos”; que la mañana de ese día se sintió deprimido por estar lejos de su familia, por lo que salió en busca de desahogo, llegando a una casa de enfrente de la que se encontraba, habiéndolo malinterpretado sus moradores, porque cuando dijo que se encontraba como “como preso, lo que estaba significando era que se encontraba preso de recuerdos, pero que aquellos le dieron otra interpretación”. Concluye la defensa en este punto, que al tenor de las declaraciones antes expuestas y del propio Berríos, no podría deducirse que éste último se haya encontrado”secuestrado”. Tampoco es efectivo que Berríos Sagredo estuviera permanentemente controlado; de hecho, recién en marzo de 1992, Marcelo Sandoval es el primero que viaja a acompañarlo; en consecuencia, desde el 29 de octubre de 1991,cuando llega a Uruguay, y hasta el 27 de marzo de 1992,vive solo. Tampoco estuvo permanentemente controlado en los otros lugares donde residió, ya que estuvo solo o con su cónyuge. Asimismo, en el departamento de calle Buxareo, cuyas llaves tenía a su disposición, tenía plena libertad ambulatoria, como lo declaran los testigos Míguez y Casaretto, Sandoval y Román, pese a estar acompañado por estos dos últimos, quienes desconocen haberlo tenido secuestrado, vigilado, controlado o indebidamente retenido. Que por otra parte, señala la defensa que durante la investigación para acreditar la participación que habría correspondido a su representado Arturo Silva Valdés, no se especifica cuales son los medios de prueba que obran en el sumario para acreditar la conducta típica de aquel? ¿Cuánto tiempo lo habría mantenido éste secuestrado? ¿Cuándo se habría iniciado este delito y cuando habría tenido fin? ¿Fue autor de su secuestro en Chile, o en Uruguay, o en ambos países? Dice que no existe antecedente probatorio alguno que permita arribar a la conclusión que su defendido fue autor, en cualquiera de las hipótesis del artículo 15 del Código Penal, como se le acusa del secuestro de Eugenio Berríos Sagredo. Agrega que tan solo considerando la resolución de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, referida en el literal c) precedente, que fija entre el 11 y el 15 de noviembre de 1992,el comienzo y término del eventual secuestro de Eugenio Berríos Sagredo, señala que su representado jamás pudo haber cometido el delito de secuestro en la persona de éste, por la circunstancia que no se encontraba en Uruguay en eses fechas, sino que en Argentina, tal como consta en autos. (A fs.1863 – Tomo V-, rola el Informe N° 32 de la Jefatura Ncional de Extranjería de la Policía de Investigaciones de Chile, el que, en relación con su defendido señala lo siguiente: ARTURO SILVA Salida de Chile a Brasil: 12 NOV.92. Entrada a Chile desde Argentina:18NOV 92). En definitiva, no existiría ningún antecedente que permita, siquiera presumir, que su defendido mantuvo secuestrado a Berríos Sagredo entre esas fechas ni entre ninguna otra; esta conclusión fluye de los propios considerandos h), i) y j) del auto acusatorio, en los que no se indica, ni menos desarrolla, cual habría sido la participación que su defendido habría tenido en el hecho punible. Pero aún cuando se afirmara como una simple conjetura, para el solo efecto de suponer el escenario, que su defendido se encontraba en Parque del Plata, ello ocurrió tan solo a partir del 14 de noviembre de 1992, “en la noche”, como lo reconoce expresamente y se encarga de destacarlo el Considerando “1” del Auto Acusatorio. Y si, por otra parte, la Iltma. Corte de Apelaciones, según queda dicho en el literal II) anterior, “entre el 11 y el 15 de noviembre de 1992, una persona permaneció privada ilegalmente de su libertad por la acción de sus custodios en la localidad uruguaya de Parque del plata”, no divisa la defensa como es que su defendido pudo participar, en calidad de autor, en el secuestro de BERRIOS SAGREDO. Y para ello, tan solo contrapone lo resuelto por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago con fecha 29 de noviembre de 2002, y que se lee a fojas 2564 (Tomo VII), y lo establecido por el tribunal en el Auto Acusatorio, Considerando “1”, en cuanto a que su representado, conjuntamente con el militar chileno Jaime Torres Gacitúa “habían llegado a Uruguay el día anterior, es decir, el 14 de noviembre en la noche, a la casa del militar uruguayo Wellington Sarli….”. En conclusión, su representado no tiene participación alguna, ni como autor, cómplice o encubridor en el delito de secuestro, supuesto, como hipótesis de trabajo, que este delito estuviera tipificado como tal. Reitera al tribunal que, si de acuerdo al fallo de la Iltma. Corte de Apelaciones de 29 de noviembre de 2002, BERRIOS SAGREDO permaneció privado de libertad entre el 11 y el 15 de noviembre de 1992, ¿Cómo entonces, podría el Mayor (R) Arturo Silva Valdés haber sido autor de tal ilícito penal, sí, por otra parte, el Auto Acusatorio, en su considerando 1) consigna textualmente: “Que, en consecuencia, Berríos, aparte de los oficiales uruguayos, queda a cargo de los militares chilenos Jaime Torres Gacitúa y de Arturo Silva Valdés, quienes habían llegado a Uruguay el día anterior, es decir, el 14 de noviembre en la noche…”. Dice la defensa, que la respuesta la dá el testigo uruguayo Dr. Juan Bautista Ferrari, quien en el transcurso de los años, y, de acuerdo a las interrogaciones formuladas por los investigadores, va dando distintas versiones acerca de los hechos acaecidos en el balneario de Parque del Plata, Uruguay, con fecha 15 de noviembre de 1992, razón por la cual sus declaraciones carecerían de toda seriedad y trascendencia, no solamente, porque habría recibido dádivas o beneficios por sus testimonios, sino porque sus declaraciones son falsas, en algunos casos contradictorias, en otros, y siempre vagas, imprecisas, ambiguas y confusas, todo lo cual hace presumir que no tiene la imparcialidad necesaria para declarar y, así debió quedar establecido en el Auto Acusatorio. En efecto, ante la justicia de su país declara en 1993,que a BERRIOS SAGREDO, lo acompañaron dos personas de civil cuando concurrió por segunda vez al Policlínico a su cargo el día 15 de noviembre de 1992 y que estas personas no hablaron nada. En cambio, en el año 2002,tanto en la Embajada de Chile en Uruguay como en Chile ante los funcionarios policiales que lo interrogaron, afirma que en dicha segunda oportunidad, concurrieron los mismos sujetos que fueron en la mañana, incluyendo a su defendido, al que “reconoció”,según el informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo V): “fue acompañado por un señor que en todo momento permaneció al lado del paciente, pero, al que no le permitió la entrada al consultorio con el paciente, al que reconoce por fotografías que se le exhiben en este momento y se entera por los detectives que se trataría de un ciudadano chileno con el nombre de ARTURO SILVA VALDES, de estatura alto, delgado, atlético y bien vestido”. Sin embargo, en una declaración posterior, prestada en Chile ante los funcionarios de la Policía de Investigaciones a cargo de las diligencias, la que rola a fojas 2390 (Tomo VI) señala: “Quiero precisar que cuando la persona a quien se le llevó para que atendiera y cuya fotografía se le exhibe en este momento por el tribunal, a quien reconoce como EUGENIO BERRIOS, estaba acompañado por dos personas más que, al parecer eran ciudadanos chilenos”. En la misma diligencia, reconoce en rueda de detenidos a estas dos personas que,al parecer,eran ciudadanos chilenos” (Todas sus declaraciones llevan esta impronta: “al parecer”, “no tengo certeza”, “creo que” manifiesta su percepción….) en los siguientes términos: “…Se procede a hacer pasar en primer lugar al testigo JUAN BAUTISTA FERRARI, quien reconoce a los ubicados en los lugares N°4 y 5, como las personas que acompañaban a EUGENIO BERRIOS el día que fue examinado en el Policlínico de Parque del Plata. Señala que de todos los presentes en la rueda, estos dos son los que tiene la certeza de reconocerlos, pese al tiempo transcurrido y a que han variados sus fisonomías. Se deja constancia que las identidades de las personas reconocidas corresponde a JAIME TORRES GACITUA y ARTURO SILVA VALDES…”. Sin embargo, un poco mas adelante, a fojas 2414, y con fecha 14 de octubre de 2002, en el careo que se le practica con su representado señala textualmente: “…Quien señala que ratifica sus declaraciones prestadas en autos y manifiesta su percepción de haber visto a la persona con quien se lo carea, tendría características físicas similares a esta persona aunque no podría decir con certeza de que se trate de él, con la salvedad que han transcurrido diez años desde el incidente. Tenía las características físicas de la persona con quien se le enfrenta, pero, no puede decir que sea él…”. Lo anterior, no es lo mismo que declara ante la justicia de su país, según consta a fojas 587 (Tomo II) del expediente seguido ante esta y que se encuentra incorporado a estos autos: “…El me habló que vino en forma voluntaria, pero, lo hizo por su situación en Chile, en la cual era testigo o tenía que testificar en varios casos que investigaba la justicia chilena, el nombre no le dio ninguno, le dijo que estaba custodiado por militares, pero, en ningún momento le dio la nacionalidad de los militares…”. Agrega que en el Ministerio del Interior de su país, y con fecha 8 de junio de 1993, según consta a fojas 116 (Tomo I) del expediente seguido ante ésta y que se encuentra incorporado a estos autos señala: “PREG: si volvió a ver al ciudadano chileno. CONT: a las dos o tres horas volvió. Venía acompañado de dos particulares…”. A fojas 69 del mismo expediente reitera: “Posteriormente como dos o tres horas después apareció nuevamente el ciudadano chileno acompañado de dos personas de civil en coches particulares, dos coches, uno venía el chileno con una persona sola y atrás otro coche con otra persona. Llegaron a la Policlínica y a mí me sorprendió, bajaron todos de los coches entraron a la Policlínica los tres, entraron al consultorio los tres, le dije a que venían…”. Sin embargo, ante los funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile, cambia su versión y acota lo que queda consignado en el Informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo V): “…Transcurrieron cerca de dos horas, aparecieron nuevamente los mismos sujetos vestidos de civil acompañando a Eugenio Berríos Sagredo ingresando acompañado por dos de estas personas, con prendas sport que aparentaban ser militares presumiendo que estaban armados, entre estos el señor que reconoce por fotografías y otro que por los detectives se entera que se trata de otro ciudadano chileno de nombre Jaime Torres Gacitúa, también reconoce a otro sujeto que viste de uniforme militar uruguayo en que los detectives le exhiben que su nombre es Wellington Sarli Pose…”. En consecuencia, la “Apreciación” de dicho informe policial, concluye que “conforme a la declaración proporcionada por el médico geriatra Dr. Juan Bautista Ferrari, de nacionalidad uruguaya, se determinó que el 15 de noviembre de 1992, EUGENIO BERRIOS protagonizó un episodio con ribetes de escándalo en dependencias de la Comisaría de Policía del balneario Parque del Plata, a cargo del Comisario ELBIO HERNANDEZ y, posteriormente, en la clínica de la localidad, en el que expresa su desesperación por huir de un secuestro del cual era víctima, ocasión en la cual exhibe al profesional su verdadera identidad y su calidad de un activo partícipe de un organismo de seguridad del Estado chileno. Asimismo, FERRARI, hace denotar en su testimonio que aquel 15 de noviembre de 1992, que BERRIOS SAGREDO fue acompañado por los oficiales uruguayos TOMAS CASSELLA SANTOS Y WELLINGTON SARLI POSE, junto a otros individuos chilenos que aparentaban estar armados, entre los cuales reconoce fotográficamente a ARTURO SILVA VALDES y JAIME TORRES GACITUA”. Esta apreciación policial, en opinión de la defensa, se desvanece, ya que no hay constancia, en parte alguna, que BERRIOS haya manifestado “su desesperación por huir de un secuestro del cual era víctima”,sino todo lo contrario, según consta en su propia declaración aludida en el literal “hh” del Subcapítulo N° 1 anterior, sin perjuicio de las señaladas por diversos testigos, entre los que se cuenta el de Rivas, según se reseña en el literal “z” del mismo, ni, tampoco, que haya estado acompañado por las personas que señala, como el propio Ferrari se encargará de desmentir en otras declaraciones a las que se referirá”. Una primera conclusión acerca de las diversas declaraciones que va prestando en estos autos el Doctor Juan Ferrari, es que a 10 años de ocurridos los hechos en Parque del Plata, Uruguay, y por primera vez, reconoce en su declaración prestada al comisario Nelson Jofré, -evidenciando una recuperación de su memoria-, en la Embajada de Chile en Uruguay que EUGENIO BERRIOS venía con una persona que identificó como ARTURO SILVA, quien permaneció en todo momento a su lado; que aquel sacó tarjetas de crédito del calcetín, que manifestó estar secuestrado por militares chilenos y uruguayos; que le pidió que lo contactara con la Embajada; que Pinochet había ordenado matarlo; que los grupos de civiles y policías permanecían discutiendo en grupos separados y que desconocía quien retiró las planillas del policlínico y el informe policial antes señalado dice que el que hizo desaparecer las planillas fue el Dr. Arbiza, Director del Policlínico. A su vez, cuando declara ante el funcionario policial antes mencionado, ahora en Chile, agrega que a EUGENIO BERRIOS lo acompañaban dos ciudadanos chilenos, más el Comisario Hernández y dos de sus subalternos uniformados. En la rueda de reconocimiento identifica, con certeza, a Torres y Silva, pese al tiempo transcurrido (10 años) y que han variado sus fisonomías. En el careo con Torres dice que éste fue en la mañana y en la tarde acompañando a BERRIOS SAGREDO; en la Embajada había identificado a Silva Valdés como la persona que había estado al lado de EUGENIO BERRIOS en todo momento. En ese careo “tuvo la percepción de haber visto a Torres, pero, no la certeza y tiene dudas referentes a la edad”. Reconoce a Silva en el careo como la persona que fue con Eugenio Berríos al policlínico, aunque también tiene la percepción, pero, no la certeza; también reconoció al militar uruguayo Wellington Sarli Pose como uno de sus acompañantes, negando esta circunstancia en el año 2003,en una declaración prestada ante la justicia de su país. Con posterioridad a sus declaraciones en Chile declara en Uruguay que habló solo con el Comisario, que EUGENIO BERRIOS no le dijo en ningún momento la nacionalidad de sus custodios y que BERRIOS le señaló que había ido a Uruguay en forma voluntaria. Agrega que una demostración más de las características de las declaraciones prestadas en estos autos por el Dr. Ferrari, lo constituyen las declaraciones que se reproducen a continuación y el careo que, como consecuencia de ellas, tiene con el Coronel (R) del Ejército de Uruguay, don Tomás Cassella Santos. En efecto, éste, en una de sus declaraciones, afirma que: “…A las dos horas siguientes de retirarse del policlínico, aparecieron las personas vestidas de civil acompañando a EUGENIO BERRIOS, quien se acercó a él y siempre acompañado de dos sujetos, uno a cada lado, le dio la mano y le dijo que su problema estaba solucionado, pero, pudo observar que por su expresión y gestos, no era con lo que estaba diciendo, se vió preocupado, y uno de los sujetos que lo acompañaba, le dijo en tono especial y era chileno, que todo estaba bien doctor, retirándose en dirección desconocida y sin la presencia de la policía. De las fotografías que le exhiben los detectives que le toman la presente declaración, puede reconocer a las personas que llegaron al consultorio ese día, al ciudadano chileno JAIME TORRES GACITUA y a WELLINGTON SARLI POSE. Particularizando dicha declaración, a fs. 8049 (Tomo XXI) y que corresponde a su declaración prestada el día 4 de junio del año2003 a fs. 587 del expediente uruguayo, detalla que “ cuando regresan después de que se fueron todos, él siguió con sus tareas en la policlínica, estaba en el escritorio, vió que ingresaba gente a la policlínica, y entran tres personas, pasan al hall de entrada de la policlínica, enseguida está el consultorio donde él estaba, entraron, él estaba ahí solo, al verlo que viene ingresando se levanta y llega a la puerta, y el hombre ahí lo saluda y le expresa que venía a agradecerle, siempre acompañado por dos personas que estaban parados detrás de él, a medio metro más o menos en una línea posterior a él, no llegaron a entrar quedaron del otro lado de la puerta, con la puerta abierta. Las personas que lo acompañaban prácticamente no hablaron, solo le dijeron, está todo bien doctor o algo similar y él fue quien habló más, pero no como la primera vez. Incluso cuando le da la mano, primero y dice que viene a agradecerle la atención que le había realizado, con la mano siempre agarrada –se hace la prueba en la sede tomando la mano-, se dice que se solucionó el problema, que se quedara tranquilo, que estaba todo arreglado. No acompañaba lo que decía con sus gestos no verbales o comunicación no verbal, teniendo en cuenta que las dos personas permanecían en ese lugar detrás. La comunicación no verbal no acompañaba lo que decía verbalmente, él tenía la impresión que no estaba bien, es como si alguien con la cabeza gacha, caído y expresa que está bien, en definitiva el vino con la misma verborragia, nerviosismo que la primera vez. Preguntado: si ud. cuando concurrió a Chile reconoció a las personas que lo acompañaron en esa oportunidad, dando la mayor amplitud de detalles posibles. Contesta: fui interrogado, dí los detalles físicos de las personas, que antes se los había dado en la Embajada a los agentes de Interpol Sr. Jofré y sus ayudantes, eso lo reiteró en la sede judicial. Tanto en la Embajada como en Chile, le exhibieron fotografías y él hizo un reconocimiento físico similar a las personas que habían acompañado a BERRIOS. Quiere aclarar, ya que salieron publicadas en la prensa, que él no reconoció a las personas mencionadas como CASSELLA y RADAELLI, como los que acompañaran a BERRIOS en la segunda oportunidad. Se basa en las publicaciones de prensa donde han salido las fotografías de CASSELLA y RADAELLI, no conoce a WELLINGTON SARLI. Pregunta Fiscal: Si ud. vió a Radaelli o Cassella en la policlínica como los que acompañaban a Berríos. Contesta: no señor, yo no los reconocí, ni se asemejan a las personas que acompañaron al señor BERRIOS en la policlínica. Preguntado: Cuando usted procede a realizar el reconocimiento en Chile, a quienes reconoce, respecto a las personas que acompañaron la última vez a BERRIOS. Contesta: reconozco a dos ciudadanos chilenos, con características físicas similares a los que habían acompañado por última vez a EUGENIO BERRIOS, no tengo la certeza absoluta, de que esas personas correspondieran a esos ciudadanos que le presentaron en Chile, correspondía a las características de estatura, color de piel, pelo, y las facies de los mismos y la raza también, uno de ellos con raza blanca y el otro con cutis trigueño, característico a la mayoría de los chilenos. Quiere aclarar que también hizo una proyección de la edad correspondiente, que en ese momento andaría alrededor de los treinta años y uno de ellos le pareció que no tenía más de cuarenta como correspondería en la actualidad, como se conservaba, no se había producido el proceso de envejecimiento normal, ya que no tenía mas de cuarenta años, cree que le dijeron que tenía 46 años. A través de las fotos que salieron en la prensa cree corresponden a JAIME TORRES y ARTURO SILVA VALDES, son las personas que él reconoció, pero, a su vez, él hizo careo con ellos, ellos le dijeron ser JAIME TORRES y ARTURO SILVA, en la sala de audiencias se los presentaron y eran las personas que él había descrito por los datos físicos, ellos, por supuesto, negaron haberlo conocido, esas declaraciones fueron escritas y las firmamos ambos en la misma hoja. Preguntado: si usted se caracteriza por tener una buena memoria. Contesta: si señor, memoria visual siempre he tenido. Preguntado: cuantos reconocimientos realizó de estas personas. Contesta: las características físicas por fotografías que se me exhibieron acá y allá, también en una sala de reconocimiento donde se me exhibieron con otras personas, eran cinco o seis personas y también en la sala de audiencias en el careo. Preguntado: si en alguna oportunidad usted vió militares uruguayos. Contesta: no señora, yo ví dos personas que llegaron a la policlínica, que se vinieron en dos autos, desconozco si en esos dos autos habían otras personas. Preguntado: si usted en Chile reconoció a Wellington Sarli, según la sentencia que se le exhibe. Contesta: nó señora, no reconocí a ningún ciudadano Wellington Sarli (en circunstancias que ante los funcionarios policiales chileno lo había tenido como un de quienes acompañó a BERRIOS SAGREDO al Policlínico de Parque del Plata el 15 de noviembre de 1992,como queda consignado en el Informe Policial N° 41 de fojas 1635 (Tomo V),aludido en el literal signado con la letra “q” del subcapítulo N° 1 anterior). Asimismo, estas declaraciones contradicen con las que, vía exhorto presta el Coronel (R) del Ejército de Uruguay Sr. Tomás Cassella Santos a fs. 3364 (Tomo IX) : “P: Si Ramírez estaba en la Seccional? C: No. P: Si nunca fue a la Seccional? C: No sé. Cuando el entró estuvo un rato con el Jefe de Policía, con BERRIOS, hicieron el acta, y cuando se hace el acta la firma y ahí es cuando él dice para ir a saludar al médico, le quiere agradecer, a él lo habían llevado a la Policlínica de parque del Plata, fue conmigo el Subcomisario a saludar al médico, el no sabía donde quedaba la Policlínica de Parque del Plata, fueron ellos dos, cuando entraron a hablar con el médico, el se quedó para atrás, y decirle lo que quisiera…”. A fs.8053 (Tomo XXI),y que corresponde a la actuación de fs.675 del expediente uruguayo,declara nuevamente ante la justicia de su país,el testigo antes nombrado,esto es,el Dr.Ferrari el cual a la pregunta si se sintió presionado por la justicia chilena y si las diligencias de reconocimiento y careos fueran en cierta manera inducidas por la Sra. Juez o Ud. actuó con libertad? Contesta: Sí, me sentí libre. Quiero volver a contestar esto, lo dije allá y lo dije acá, lo que yo reconocí fueron características físicas similares, yo no afirmé que esas personas eran fulano de tal y fulano de tal. Pregunta: Ud. tuvo algún beneficio fuera del costo del pasaje y el hotel? Contesta: Nó. Pregunta: Si perdió de trabajar por esos días? Contesta: Sí. Pregunta: Sise le remuneró por esos días que no trabajó. Contesta: Sí, me pagaron lo que correspondía a mis honorarios, no recuerdo si fueron 200 dólares”. Señala la defensa que las contradicciones en que ha incurrido el testigo antes señalado, son numerosas y por ello no han podido servir de base para fundar el auto acusatorio dictado en contra de su representado. Lo cierto es que en lo que respecta a su defendido y su relación con EUGENIO BERRIOS SAGREDO, durante el tiempo en que este permaneció viviendo en Montevideo, Uruguay, es preciso remitirse a la propia declaración de aquél, corriente a fs. 5479 (Tomo XV) “…Sí, concurrí a Uruguay en varias oportunidades, la primera de ellas, con motivo de la salida de Eugenio BERRIOS en Octubre del 91 y la última, en el mes de enero de 1993,con motivo de la preparación del viaje del Comandante en Jefe y, posteriormente, en el mes de febrero cuando se concretó ese viaje. En el intertanto, debe haber viajado al menos en tres oportunidades, una de ellas, cuando se dispone la concurrencia de los clases del Ejército SANDOVAL y ROMAN, ello a partir del mes de junio de 1992,le ordena el Sr. Director de Inteligencia, General COVARRUBIAS tomar contacto con la DGID de Uruguay, ocasión en que habló con un oficial de dicho país, cuyo nombre no recuerda, y, las otras dos ocasiones fueron durante el año 92……Sí, efectivamente, concurrí a la DGID de Uruguay…...recuerdo entre otros, al General AGUERRONDO, Coronel LLUIS, Coronel CAUSSI, Coronel CASSELLA, Capitán RADAELLI y Capitán SARLI y a varios otros oficiales que ahora no recuerda……”. “….Sí, conocí a RADAELLI….fue con motivo que el Capitán iba a venir a realizar un curso de inteligencia a Chile y en una de mis estadías le consultó si podía averiguar respecto a la realización o nó del curso…recuerda que justamente ese año el curso no se realizó para extranjeros…Efectivamente, visitó a Eugenio BERRIOS en Uruguay en mas de una ocasión…las veces que le correspondió visitarlo fue por orden expresa del Director de Inteligencia, fue como una función accesoria a la principal que estaba realizando, básicamente se trataba de conocer su situación…El Director de Inteligencia de Chile recibió información respecto a la desordenada vida que estaba llevando Eugenio BERRIOS en Uruguay, y, dada su negativa a regresar a Chile u otro de los tantos países que mencionó, se llegó incluso a ordenar que se le acompañara con personal de la institución……intentando lograr con ello que llevara una vida más ordenada, sobria y austera, lo que definitivamente no ocurrió, disponiéndose el término de esa actividad. Dice que nunca conoció, como se le intentó imputar, la Comisaría y el Policlínico de Parque del Plata, menos al Dr. FERRARI que fue traído como testigo a Chile” (fs. 5486). A continuación, la defensa del acusado Silva Valdés explicita diversas circunstancias y consideraciones que acreditarían la inocencia de su representado respecto de los hechos que, de acuerdo al auto acusatorio, serían constitutivos del delito de homicidio. Dice que el inciso final del artículo 141 del Código Penal, señala textualmente que: “El que con motivo u ocasión del secuestro cometiere, además, homicidio, violación, violación sodomítica o alguna de las lesiones comprendidas en los artículos 395,396 y 397 N° 1,en la persona del ofendido, será castigado con presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado”. El auto acusatorio de fecha 26 de septiembre del año 2008, expresa a la letra: “Que la última fecha en que se vió con vida a Eugenio Berríos Sagredo fue el día 15 de noviembre de 1992, oportunidad en que se encontraba custodiado por militares chilenos y uruguayos”. Señala la defensa que reproduce en esta ocasión íntegramente lo que expresara anteriormente en relación con el delito de secuestro. Por otra parte, señala que lo dicho por el acusador en cuanto señala que en la fecha que indica anteriormente, el nombrado Berríos “…se encontraba custodiado por militares chilenos y uruguayos”, resulta que este considerando es el único que en todo el auto acusatorio se refiere, oblicuamente y por contraposición, a la muerte de EUGENIO BERRIOS SAGREDO: señala, tajante y definitivamente, que la última vez que se le vió con vida fue el 15 de noviembre de 1992 en la localidad de Parque del Plata, distante a unos 50 kilómetros de Montevideo, Uruguay, deslizando la especie, como escurriéndola, que habría sido asesinado dicho día por sus custodios, entre los que se contaba su representado, según el Auto Acusatorio, sin que esta resolución señale claramente, como corresponde en una Auto Acusatorio que acusa a una persona del homicidio de otra, cuando ocurrió éste. Y no puede hacerlo, porque todas las pericias a las que se referirá más adelante, conducen a concluir que su muerte se produjo muchos meses o años después, sin que exista ningún antecedente probatorio que incrimine a su defendido en el crimen del que se le acusa sin fundamento alguno, salvo el testimonio de oídas de Enrique Cisternas Orellana de fojas 1629,quien señala que apenas se incorporó a la Unidad de Apoyo Técnico de la DINE que comandaba el Mayor Silva Valdés, se le acercó el entonces teniente Jaime Torres Gacitúa, para señalarle, nada menos, así como así, sin más, sin conocerlo, que “cuando ocurrió el episodio de BERRIOS (se está refiriendo a los acontecimientos del día 15 de noviembre de 1992 en Parque del Plata, Uruguay), inmediatamente viajan a Uruguay él y Arturo Silva, quienes en compañía de oficiales uruguayos habrían llevado a Berríos a una playa solitaria y le habrían disparado, Silva y un militar uruguayo, matándolo. O sea, según esta versión de oídas que dá Cisternas, Torres se le habría acercado, sin conocerlo, para relatarle este horrible hecho, para lo cual habrían viajado inmediatamente después de ocurridos los incidentes del 15 de noviembre de 1992,lo que evidentemente, no se condice ni con la verdad ni con el mérito del proceso. Según esta versión, al tomar conocimiento de dichos incidentes (por lo tanto, no estaban en el lugar), por sí y ante sí, toman una pistola, se suben a un avión y van a matar a Berríos. Pregunta la defensa, lo siguiente: ¿Tiene alguna credibilidad esta versión al tenor de la trayectoria de su defendido, su actuación profesional, las funciones de gran responsabilidad y sensibilidad que desempeñaba, lo señalado por el General (R) Covarrubias a fs. 2226, la reglamentación acerca de los viajes de los Oficiales del Ejército chileno al extranjero que se encuentra agregada a los autos, la actitud subsecuente de Cisternas, que el mismo relata en la declaración a que viene haciendo referencia, señalando, incluso, que el mismo Silva le había indicado que “el caso BERRIOS era un caso cerrado para nosotros”, porque se habían hecho cargo de él los propios uruguayos, lo que coincide con la información que destaca el desaparecido diario La Epoca de 12 de junio de 1993, agregada a estos autos, en el sentido que “el Ministro del Interior uruguayo Juan Andrés Ramírez informó a los parlamentarios de ese país, que el químico BERRIOS llamó a un oficial de Ejército el 16 de noviembre de 1992,desde Puerto Alegre, Brasil, un día después que denunció haber sido secuestrado en el cuartel policial de Parque del Plata?; evidentemente que nó, y así quedó demostrado en el careo a que fueron sometidos los Mayores (R) Silva y Torres con Luis Sanhueza Ros a fs. 2415 y 2418 y con Cisternas Orellana a fojas 2437 y 2439. El mencionado considerando, dice la defensa, hay que relacionarlo con la resolución de fojas 2363 y con la deposición del testigo de oídas enrique Cisternas Orellana de fojas 1629, ya que la presente investigación sumaria es un todo omnicomprensivo y unitario que, en este caso, ha culminado con la Acusación, razón por la cual es necesario relacionar ésta con el auto de procesamiento de fecha 18 de octubre de 2002, confirmado por la Iltma. Corte con fecha 29 de noviembre del mismo año, con declaración que su defendido queda sometido a proceso como autor del delito de secuestro con homicidio de EUGENIO BERRIOS SAGREDO y, muy importante, con la resolución previa de 3 del mismo mes y año que se lee a fojas 2.363, preliminar, preparatoria y justificatoria de la anterior, que, en lo pertinente, es del siguiente tenor: “Del mérito de los antecedentes, en especial, el último día que Eugenio Berríos Sagredo fue visto con vida, se fija como fecha presuntiva de su muerte el 15 de noviembre de 1992”. Primero, entonces, se fija arbitrariamente, el día en que habría sido visto por última vez con vida, para, luego, fijar dicho día como fecha presuntiva de su muerte, y, finalmente, someter a proceso a su defendido como autor de su muerte, todo lo cual es validado y aceptado, en los mismos términos, en el Auto Acusatorio. ¿Como es que una juez del crimen dicta una resolución de carácter eminentemente civil, y, cuyas consecuencias también quedan radicadas única y exclusivamente en este ámbito, principalmente para efectos sucesorios, en circunstancias que, al tenor de lo dispuesto por el N°1 del artículo 80 del Código Civil, corresponde sea declarada “por el juez del último domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile, cumpliéndose los requisitos que esta disposición legal prescribe, debiendo el juez fijar como día presuntivo de la muerte “el último del primer bienio contado desde la fecha de las últimas noticias”? Y entonces, porqué, o a título de qué, la Juez, dicta tal resolución, absolutamente ajena a un proceso penal, contra todas las evidencias del proceso, si ni siquiera es competente para dictarla? ¿Que la mueve a actuar de esa manera? Obviamente, justificar, que BERRIOS SAGREDO fue asesinado el día 15 de noviembre de 1992, lo que es copiado por el Acusador. A continuación, la defensa reproduce parcialmente declaraciones de la cónyuge de BERRIOS, Gladys Schmeisser Arriagada que rolan a fs. 5, fs.110, fs. 426, fs. 611, fs.1.555 y 1.659 (declaraciones prestadas ante la Policía de Investigaciones de Chile y ante el tribunal, respectivamente); declaraciones de Viviana Egaña Bonnefoy, ex conviviente de EUGENIO BERRIOS de fojas 620 y de fojas 1.184 (Tomo III). Declaraciones de Sonia Casaretto Zalacaín de fojas 1.681, de fs. 5.695 (Tomo XV), de don Luis Míguez, Conserje del Edificio de calle Buxareo en Montevideo, Uruguay, en donde viviera EUGENIO BERRIOS SAGREDO, quien declara en el expediente seguido ante la justicia de su país con fecha 16 de abril de 1996,el cual se encuentra agregado a estos autos, también declara anteriormente ante la justicia de su país, con fecha 10 de marzo de 1994. También declara lo mismo en la Embajada de Chile en Uruguay (fs. 1.688, Tomo V) e igual cosa ante el tribunal de la causa, con fecha 14 de octubre de 2002, según se lee a fs. 2.391 (Tomo VI). Agrega la defensa, que las referidas declaraciones constituyen testimonios de testigos imparciales y verídicos, contestes en los hechos, lugar y tiempo, no contradichos por otros igualmente hábiles. Y así todo, no son considerados en manera alguna, son omitidos absolutamente, dejados de lado, olvidados, en circunstancias que son fundamentales y así lo debió considerar el tribunal para decretar el sobreseimiento de su representado. Más aún, si se toma en consideración la circunstancia que la acusación formulada por el tribunal respecto de ser su representado el autor del homicidio de EUGENIO BERRIOS SAGREDO, tampoco se condice con las pericias científicas y los documentos públicos que se encuentran agregados a los autos. Así es, recién descubierto el cadáver, en el expediente llevado por la justicia uruguaya y que se encuentra agregado a estos autos, consta el Informe de la Prefectura Nacional Naval de 15 de Abril de 1995 donde se señala textualmente: ”con la presencia del Médico forense Dr. Jorge Risso y del Antropólogo Judicial Horacio Solla establecen que……tendría en primera instancia de 6 meses a un año y medio de fallecido” (entre Noviembre de 1993 y Noviembre de 1994). En efecto, el examen de los restos óseos descubiertos el 13 de abril de 1995, realizado por el Antropólogo Forense uruguayo Doctor Horacio Solla Rivera, mediante la utilización del método especializado de identificación cráneo facial por video superposición digital, a través del cual se comparó anatómicamente el cráneo que formaba parte del esqueleto descubierto en Solymar con la fotografía de EUGENIO BERRIOS, llega a la conclusión que dichos restos óseos pertenecían a éste, lo cual se reafirmó por el examen odontológico que también se realizó a dichos restos por un Odontólogo Forense de la misma nacionalidad, estableciéndose en dichos exámenes que la data de la muerte era superior a los diez meses desde el momento del hallazgo, ocurrido el 13 de abril de 1995,sin hacer mayores precisiones; así consta en el indicado informe tanatológico corriente a fojas 1252. (“En el caso de autos se partió de un indicio –restos humanos hallados-cuya fecha presunta de muerte oscilaba en un período superior a los diez meses antes del hallazgo en Abril de 1995,esto es, anterior a Junio de 1994……”). Con posterioridad, en un informe que le emite a la jueza uruguaya (Juzgado de Pando) a cargo a esa fecha, del juicio en ese país, doña Aída Vera Barreto, con fecha 20 de abril de 1995 “en un mínimo de 3 meses a un máximo de 15 meses”. Más tarde (28 de octubre de 1995) precisa que “……de dichos estudios se deduce que la muerte data de más de 10 meses desde el momento del hallazgo, es decir desde abril del95,en base al hallazgo abundante de corynetes ruficollis, insecto de la familia de los coleópteros que coloniza el cadáver en ese período aproximadamente”. En otro informe del Antropólogo Horacio Solla de fecha 23 de noviembre de 1999 se señala que “Se estimó que la muerte podría haber ocurrido en cualquier fecha entre el invierno (junio) de 1994 al otoño (abril) de 1993, lo cual significa, 10 meses a dos años antes a que se encontraran los restos”. A su vez, la Juez de Pando, Uruguay, doña Aída Vera Barreto, en su sentencia que resuelve que dichos restos óseos corresponden a EUGENIO BERRIOS, establece en su sentencia de 22 de Junio de 1996, corriente a fojas 628, que la data de su muerte, de acuerdo a las pericias, ocurrió entre un mínimo de 3 meses a un máximo de 15 meses, desde la fecha del descubrimiento de los restos (fs. 629), o sea, entre enero de 1994 y enero de 1995. Por otra parte, los médicos uruguayos Balbella, Berro y Solla, informan al Juzgado de Pando con fecha 29 de abril de 1997 que: “1) el cronotanadiagnóstico (fecha de muerte) es difícil, con márgenes amplios y posibles errores, cada vez más, cuanto más lejana es la fecha de la muerte; 2) Los métodos de datación de restos óseos son todos relativos, y de aplicación mayoritariamente en huesos de más de diez años de fallecimiento; 3) El método de ADN no aporta datos respecto a la data de muerte y actualmente no se dispone tampoco de otros; 4) Habitualmente a esqueletización casi total aún con algunos restos titulares como este caso se alcanza a los dos años en cuerpos enterrados. Los restos aparecieron en abril de 1995, por lo tanto, en términos generales, esta consideración nos ubicaría en Abril de 1993, el margen de error es amplio, en general se estima en más menos 3 meses (lapso de 6 meses); 5) Por todo lo antedicho y en base a la experiencia en cuanto al estado de los restos, referencias bibliográficas y estudio entomológico (fauna necrófaga presente) la cual consistía en abundante presencia de la especie de coleóptero corynetes ruficollis, los suscritos se inclinan por muerte ocurrida en el año 1993,presumiblemente el primer semestre”. Por su parte, el Certificado de Defunción emitido por el Instituto Técnico Forense – Morgue Judicial – de Uruguay, agregado a fs. 636 de autos, señala que la data de la muerte se estima ENTRE ENERO DE 1993 YJUNIO DE 1993. De acuerdo a un informe de la Forensic Science International, cuya traducción al castellano corre a fojas 1264 y siguientes, “Se estimó que la muerte podría haber ocurrido en cualquier fecha entre el invierno (Junio) de 1994 al otoño (Abril) de 1993, lo cual significa, 10 meses a 2 años antes que se encontraran los restos”. Finalmente, el Informe Médico Legal N°819/02, emitido por el Instituto Médico Legal de Chile con fecha 13 de mayo de 2002,corriente a fojas 1408 y siguientes, señala que la data de la muerte es de 5 a 8 años, esto es, entre 1994 y 1997. A fojas 636 (Tomo II) rola el Informe de la Jueza uruguaya Aída Vera Barreto de fecha 21 de junio de 1996, adjuntando Certificado de defunción de EUGENIO BERRIOS SAGREDO. El Certificado de Defunción firmado por los Médicos Forenses uruguayos Guillermo Mesa, Guido Berro y Beatríz Balbella, del Instituto Técnico Forense, estima la muerte de BERRIOS entre “1/93 a 6/93”. A su vez, el Registro de Defunción de BERRIOS SAGREDO emitido por la oficina del Registro Civil e Identificación de Chile, estima su muerte entre las mismas fechas. Sin embargo, el Certificado de Defunción propiamente tal, señala como fecha de su muerte “Enero de 1993”. ¿Por qué eligió este mes, si los certificados provenientes de Uruguay, emitidos sobre la base de los peritajes forenses practicados en ese país, y el propio Registro de Defunción, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile, señalaban como probable data de la muerte entre Enero a Junio de 1993?. A continuación, se pregunta la defensa cual es la relación entre todo este cúmulo de informes tanatológicos acerca de la fecha de la muerte de BERRIOS SAGREDO con su defendido? ¿Cómo hace coincidir la probable data de su muerte –la que el Acusador, no particulariza- en un Auto Acusatorio en el que se acusa a una persona de ser autor del homicidio de otra? En otras palabras, se acusa a su defendido de ser el autor del crimen de BERRIOS, y en la resolución respectiva no se señala cuando habría cometido tal delito; menos, cuales serían los medios de prueba que obran en el sumario para acreditar su participación como autor. Al respecto, la única referencia a su representado de ser el autor de la muerte de Berríos, como ya se ha dicho (literal signado con la letra “e” de este subcapítulo),emana de un testigo de oídas, cuyos dichos no califican, ni siquiera, para haber constituído una presunción fundada para someter a proceso a su defendido y, sobre esta materia, no existe opinión discordante, ni en la doctrina ni en la jurisprudencia, en cuanto a que es necesario que estas presunciones deben tener el mérito de una prueba completa del hecho, es decir, deben reunir los requisitos que, al respecto, establece el artículo 488 del Código de procedimiento Penal, esto es, que se funden en hechos reales y probados, que sean múltiples y graves, que sean precisas, que sean directas y, en fin, que las unas concuerden con las otras, de manera tal que los hechos guarden conexión entre sí e induzcan todas, sin contraposición alguna, a la misma conclusión de haber existido el hecho de que se trata. En otras palabras, es menester que sean fundadas, esto es, que el juez las deduzca como consecuencia de hechos conocidos o manifestados en el proceso, para determinar la participación del inculpado en el hecho punible, sin que sea aceptable, que basten meras sospechas para adoptar tan trascendente decisión. Pues bien, si dicho testimonio de oídas no pudo constituir una presunción fundada para someter a proceso a su defendido, menos puede, ahora, servir como fundamento de la acusación enderezada en su contra. Se remite sobre la materia a lo dispuesto en los artículos 47 inciso 1° y 1.712 del Código Civil; y 485 y 488 del Código de Procedimiento Penal. Por otra parte, señala la defensa que, a la postre, todos estos antecedentes no son indiciarios ni relevantes para el Acusador, quien no hace ninguna referencia a la data de muerte de BERRIOS SAGREDO no obstante que el artículo 424 del Código de Procedimiento Penal ordena expresamente que en él: “El juez dejará testimonio de los hechos que constituyen el delito o los delitos que resultan haberse cometido y la participación que ha cabido en él, o en cada uno de ellos, al procesado o a los procesados de la causa”. También la defensa señala que tampoco es verdad que su defendido se encontraba en Uruguay, y concretamente, en la localidad de Parque del Plata, distante a unos 50 kilómetros de Montevideo, el día 15 de noviembre de 1992 y, a este respecto, su parte acompañó oportunamente a estos autos, fotocopia autorizada ante Notario del pasaporte de aquél, en el que consta que no registra ingresos a Uruguay en Noviembre de 1992 y tampoco Migraciones registra movimientos a este país. Por último, en lo que se refiere a este delito, señala la defensa que la resolución por la que se formulan cargos a su representado, ha sido pronunciada sobre la base de los mismos fundamentos de la resolución que, por el mismo delito, lo sometiera a proceso seis años antes, sin que durante ese extenso período de tiempo se haya llevado a cabo ninguna investigación adicional sobre los referidos hechos, siendo, por tanto, los fundamentos de ambas resoluciones similares, no obstante ser tan distintas procesalmente, ya sea desde el punto de vista del momento de su dictación, de los requisitos que deben reunirse en uno y otro caso, de las consecuencias de las mismas, etc. También el Auto Acusatorio de fecha 26 de septiembre de 2008, corriente a fojas 12.663 y siguientes, acusa a su defendido, el Mayor (R) del Ejército de Chile Sr. Arturo Rodrigo Silva Valdés de ser autor del delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal. En efecto, el artículo 292 del código del ramo, tipifica el delito de asociación ilícita en los siguientes términos: “Toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo hecho de organizarse”. Esta figura penal se inserta, en el Título VI, del Libro II del Código Penal, que trata acerca de los “Crímenes y simples delitos contra el orden y la seguridad pública cometidos por particulares”. Entonces, como una primera aproximación al tema, es menester señalar que su representado, obviamente, no era un “particular” a la época en que ocurrieron los hechos materia de estos autos, razón por la cual, su participación y la relación jurídica con los otros acusados que invisten la misma condición, no puede, ni jamás podría, encuadrarse dentro de los elementos del tipo del artículo 292 del Código Penal. En efecto, consta en autos, que a la época, el acusado investía la calidad de capitán del Ejército de Chile y, por tanto, era un empleado público. En este contexto, le eran plenamente aplicables las disposiciones contenidas en el Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas, la Ley Orgánica constitucional de las Fuerzas Armadas, el Código de Justicia Militar y el Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas, disposiciones legales todas que tienen como su fundamento primario, estatuir y reglamentar la subordinación jerárquica entre los miembros de las Fuerzas Armadas. Ello es de su esencia, en términos que si dicho principio no existiera, éstas dejarían de ser tales y se transformarían en una montonera; todo ello enmarcado dentro de un escalafón, razón por la cual su relación no se trata de algo voluntario, sino que impuesto por la ley o sobre la base, de su condición de militares sujetos a subordinación jerárquica por el ministerio de la ley. En cambio, la característica del delito de asociación ilícita es que se trata de un conglomerado de personas que tienen por objeto la comisión de determinados hechos delictuosos, y que lo hace diferente de los delitos que se cometen por su intermedio. En este contexto, de lo investigado, no existe indicio alguno que suponga que su representado haya tenido el propósito de incurrir en conductas ilícitas; primero que todo, porque en su condición de capitán no pudo haber tenido el control de todos los extremos de la cuestión material e intelectual de lo que, en definitiva, concluyó en concepto del acusador en un secuestro y homicidio, cometido con motivo u ocasión de aquél. Evidentemente, su representado carecía de la condición de jefe, no ejerció mando y sólo hizo o transmitió lo que se le ordenó, dentro de un ordenamiento jurídico preestablecido, estatuido, entre otras, por severas normas punitivas que lo forzaban a cumplir, sin réplica, aquello que racionalmente y formalmente aparecían como propias de su especialidad de Oficial de Inteligencia. Por lo demás, en concepto del Acusador, la mencionada asociación se habría constituído para la perpetración de los delitos que se investigan en la presente causa, esto es, el secuestro y homicidio de BERRIOS SAGREDO, asociación criminal cuyo período, de acuerdo al considerando “r”, estaría acotada a los años 1991 a 1993, lo que, como se ha señalado, también es contradictorio. Sin embargo, tanto del auto de procesamiento como del auto acusatorio, se debe deducir que su defendido recibió una orden de carácter militar y del servicio, la que, dentro del desarrollo de la misma, devino en otra, cuya causa, motivación u objetivo final, por cierto, que jamás fue o pudo ser advertido, circunstancia que no es incompatible con que la orden primitiva se encontrara, como ocurre siempre en este tipo de órdenes, colmada de sigilo y reserva, propias de la actividad de Inteligencia, lo cual no significaba o presuponía una actividad ilícita, como razona el Acusador. Así las cosas, su defendido, el Mayor (R) del Ejército Sr. Arturo Silva Valdés, acusado del delito de asociación ilícita en grado de autor, era de dotación de la Dirección de Inteligencia del Ejército de Chile, y sujeto, en razón de mando, a su Director, el General (R) Hernán Ramírez Rurange, quien, en uso de sus facultades dispuso una misión de inteligencia la que conforme a las normas aludidas, su defendido estuvo en imposibilidad jurídica y material de oponerse a la orden directa impartida por un General de la República, a quien le estaba subordinado. A este respecto, es necesario destacar que el ligamen jurídico que ata a su representado con su Escalón Superior tiene su causa en la Constitución Política de la República, la Ley y el Reglamento; de allí que es impensable que él, por una vía distinta y a un título distinto, se hubiese asociado con su superior en razón de mando para cometer actos delictuosos. Las razones anteriores son, indudablemente las que hacen que, de acuerdo al mérito del proceso no exista elemento alguno que pruebe irredarguiblemente que existió una asociación o agrupación entre los diversos involucrados, distinta a la condición de militar. En este sentido, es consustancial al tipo, que, dentro de los elementos exigidos para que éste se configure está el propósito de todos y cada uno de los integrantes de cometer crímenes o simples delitos, contra los bienes jurídicos taxativamente señalados. En este sentido, la defensa se pregunta.¿cual habría sido el propósito de su defendido para facilitar la salida de un sujeto, al que no conocía y respecto del cual no existía orden de aprehensión, y aunque hubiera existido, no tenía como saberlo?. No existe en el proceso elemento alguno que haga presumir fundadamente que se estaba obstruyendo a la justicia, ya que de la sola lectura de esta norma, es posible descartar la participación de su defendido. Por lo demás, de la lectura del artículo 292 del Código Penal, se puede apreciar que entre los bienes jurídicos que protege no se encuentra el bien jurídico “Administración de Justicia y su obstrucción”, razón por la cual, se da una razón más para que el delito de asociación ilícita no pueda configurarse respecto de su defendido, por lo que debió ser sobreseído. Como conclusiones la defensa del acusado Silva Valdés señala las siguientes: 1.- En relación con el delito de secuestro de EUGENIO BERRIOS SAGREDO, éste, por los antecedentes que obran en el proceso no se encuentra tipificado y el Auto Acusatorio no deja constancia de los hechos que constituirían tal delito. 2.- Pero aún, en el evento que tal delito fuere considerado como tipificado, no existe antecedente alguno acerca de la participación que, en calidad de autor, le habría correspondido a su defendido, con expresión de los medios de prueba que obran en el sumario para acreditarlo. 3.- Respecto del delito de asociación ilícita, cuya autoría se le imputa a su representado, se trata de un delito que nunca pudo cometer su representado. Es un delito imposible a su respecto, por las razones dadas en el Capítulo III de esta contestación. Por lo demás, el Auto Acusatorio no deja constancia de los hechos que constituirían el delito, ni menos, la participación que le habría correspondido a su representado en él, con expresión de los medios de prueba que obran en el sumario para acreditarlo. Por tanto, pide que, de acuerdo a lo expuesto, normas legales citadas, mérito de autos y atendido a lo dispuesto en el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, se tenga por contestada la acusación fiscal de autos, como así también las acusaciones particulares y adhesiones a la acusación deducidas en contra de su defendido, y, en su mérito, se sirva dictar sentencia absolutoria en su favor respecto de los delitos por los que ha sido acusado. En subsidio, invoca en su favor la atenuante del N°6 del artículo 11 del Código Penal. SEXAGESIMO SEXTO: Que la defensa del acusado Arturo SILVA VALDES en lo principal del escrito de fojas 13.429 y siguientes, ha solicitado que este sea absuelto del cargo que se le ha formulado como autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio Berríos Sagredo, dice que no tuvo participación en el referido ilícito y que tampoco se encontraba presente cuando el nombrado Berríos provocó un incidente en la Comisaría de Parque del Plata en Uruguay. Asimismo, expresa que su participación en el egreso del nombrado Berríos de Chile con dirección a Uruguay se debió a que en la fecha de acaecimiento del hecho -mes de octubre de 1991– desempeñaba funciones en su calidad de oficial con el grado de Mayor, a cargo de una “unidad especial” ,formada al interior de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE),la cual dependía directamente del Director de ese organismo de inteligencia, cargo que en ese tiempo era ocupado por el General Sr. Hernán Ramírez Rurange. Sus funciones consistían en servir como seguridad “adelantada” del Sr. Comandante en Jefe del Ejército, cargo que era desempeñado en ese entonces por el General Sr. Augusto Pinochet Ugarte. Esa función debía realizarla con ocasión de los viajes que realizaba el General antes mencionado, tanto dentro del país como en el extranjero y la protección era tanto para su persona como para su familia cuando esta lo acompañaba en los referidos viajes. Dice que, además, debía cumplir otras funciones específicas que le encomendara el Director de la Dirección de Inteligencia y entre ellas le tocó preparar la salida del país de los ex agentes de los servicios de seguridad del régimen militar, mayor de Ejército Carlos Herrera Jiménez y del Químico de la DINA Eugenio Berríos Sagredo. Con relación a este último, señala que no lo conocía y que por ello se le indicó que debía ir al cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), donde se encontraba. Señala que se juntó con el Coronel (J) Sr. Enrique Ibarra Chamorro quien le señaló quien era el individuo que debía sacar del país. Agrega que también se encontraba presente el Comandante del referido batallón, el Teniente Coronel Manuel Provis, a quien conocía con anterioridad. Señala que la salida del país de Berríos fue realizada por otros integrantes de la unidad a su cargo y que a él le correspondió recibirlo en Buenos Aires y posteriormente ubicarlo en Montevideo, como, asimismo, efectuar las respectivas coordinaciones con los servicios de inteligencia uruguayos, quienes estaban en conocimiento de la presencia de este sujeto en su país. Luego de ubicársele en la capital uruguaya, tanto él como miembros de su unidad comparecían periódicamente a Montevideo y debido al mal comportamiento de Berríos fue necesario asignársele a dos suboficiales que estaban bajo su mando, para que turnándose, vivieran junto al químico en el departamento que ocupaba. Posteriormente, luego del incidente ocurrido en la Comisaría de Parque del Plata, por órdenes del general Eugenio Covarrubias Valenzuela que, a la sazón, comandaba la Dirección de Inteligencia del Ejército, se produjo un gradual desprendimiento de los integrantes de la unidad militar que comandaba y el nombrado Berríos habría quedado a cargo de los militares uruguayos. Sin perjuicio de lo expuesto por el acusado antes señalado, como por su defensa, quienes han sostenido que durante su permanencia en Uruguay, Berríos habría tenido una completa libertad de desplazamiento, por lo cual no se divisaría en que forma se habría producido el secuestro que se le atribuye a su defendido. Sin embargo, es necesario tener presente que, dadas las especiales circunstancias de la estrecha relación mantenida en el tiempo por parte del químico antes nombrado, con los organismos de seguridad del régimen militar y con algunos miembros del Ejército no resulta posible argumentar que por el solo hecho de la aparente libertad de que gozaba este individuo, no haya existido el delito de secuestro que se encuentra definido en el artículo 141 del Código Penal como “encerrar o detener a otro, sin derecho, privándole de su libertad”. En efecto como lo indica el Profesor don Alfredo Etcheverry O., en su obra “Derecho Penal” (Tomo III, pág. 209), las formas de comisión del delito son dos: encerrar y detener. Por “encierro” debe entenderse la colocación (o mantenimiento, si ya estaba allí) de una persona en un recinto cerrado, o al menos limitado, del cual no puede salir a voluntad, o en todo caso, no puede hacerlo sin grave riesgo para su persona. En cuanto a la “detención”, dice el tratadista antes nombrado, su significado no es tan preciso. Para algunos, como ANTON Y RODRIGUEZ en su obra “Derecho Penal” (II, pág. 308), tiene un alcance más amplio que el “encierro”,y comprende todas las formas de privación de libertad de movimiento que no consistan en “encerrar”. “Detención” y “encierro” estarían en relación de género a especie. Tal como lo dice el profesor Alfredo Etcheverry, el “encierro” y la “detención” son solo medios a través de los cuales se logra un resultado: la “privación de libertad” y, como la “libertad” es esencialmente un poder inmaterial de autodetereminación, es preciso atender a la forma en que este poder se ve afectado por el encierro o detención. En efecto, tal como se ha dicho anteriormente, el hecho del resguardo permanente que con mucha anterioridad se mantuvo con el nombrado Berríos, obviamente, aunque pudiera atribuírsele una connotación diferente, en la práctica significa un control sobre la libertad de desplazamiento que tiene toda persona en una sociedad democrática. Además, las circunstancias de haber mantenido a dicho sujeto detenido en un cuartel militar –que por su propia naturaleza no debería admitir la permanencia de personas civiles en dicha condición-,sumado al hecho de haber abandonado el territorio nacional provisto de una identidad falsa y sometido a la custodia de personal de un servicio de inteligencia; a lo que se debe agregar la custodia permanente que se mantuvo sobre él, mientras vivió en la ciudad de Montevideo, el envío de un oficial del Ejército, perteneciente a otra repartición, con el expreso propósito de obtener un cambio en la conducta disoluta observada por Berríos durante su permanencia en Uruguay, constituyen muestras categóricas que permiten comprobar la restricción que lo afectó en lo que se refiere a su libertad de desplazamiento durante un extenso período de tiempo, lo cual aparece corroborado por el hecho de haber sido sorprendido en sus intentos de obtener un salvoconducto para regresar a Chile, a pesar de los requerimientos judiciales que lo afectaban, lo cual llevó a sus captores a tomar la determinación de trasladarlo al balneario de Parque del Plata y al huir de la residencia de verano donde se encontraba, debió ser rescatado por estos desde una unidad policial, perdiéndose posteriormente su rastro, hasta que fuera encontrado su cadáver en una playa cercana. Evidentemente, al estar a cargo de la operación el nombrado acusado Silva Valdés, mantenía un deber de cuidado sobre su víctima, lo que la doctrina denomina “posición de garante” y por tal razón no le resultaba posible desentenderse de ella, más aún, si se tiene en consideración la confianza que le dispensaba quien había impartido la orden de sacar de Chile al referido sujeto, esto es, el entonces Comandante en Jefe del Ejército General Augusto Pinochet Ugarte, a quien el nombrado Silva le proporcionaba la denominada “seguridad de adelantada”, para lo cual debía viajar permanentemente al extranjero, manteniendo contactos con los servicios de seguridad de otros países. Como también la presencia de éste en el balneario de Parque del Plata el día del hecho aparece de los testimonios del Dr. Juan Ferrari Grillo, de Arturo Sanhueza Ros y de Mario Cisternas Orellana quienes declaran en autos, y también se desprende del solo hecho que a partir de esa fecha -15 de noviembre de 1992-, cuando se produjo la recaptura de Berríos, cesaron los viajes de sus custodios a Uruguay y también aconteció el regreso de Sanhueza Ros a Chile, no obstante que la estadía de éste último en Uruguay junto a su familia había estado exenta de dificultades que perjudicaran la buena relación existente entre los servicios de inteligencia de ambos países. En cuanto al delito de asociación ilícita, también será rechazada la petición de la defensa en cuanto señala que su representado no habría cometido el referido ilícito, puesto que, tal como indican los antecedentes enunciados en el considerando décimo cuarto, la participación del acusado antes nombrado en calidad de jefe de la referida asociación se encuentra plenamente comprobada en estos autos.Resulta del caso precisar que tal como lo señala el artículo 292 del Código Penal –tantas veces referido-: “…toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el sólo hecho de organizarse”.- Aquí no se trata de castigar la participación en un delito específico, sino la participación en una asociación o banda destinada a cometerlos con independencia de la ejecución o inejecución de los hechos planeados o propuestos.Para controvertir los argumentos expuestos por la defensa en orden a que por la calidad militar que detentaba el acusado SILVA VALDES –Mayor de Ejército en servicio activo-, se habría limitado a cumplir ordenes superiores, se debe señalar que como jefe de una denominada “Unidad Especial” de DINE habría ejecutado el operativo destinado a procurar el egreso del país de Eugenio BERRIOS SAGREDO quién era solicitado por la justicia para prestar declaración en el homicidio calificado del ex Canciller Orlando LETELIER DEL SOLAR, estando también sometido a arraigo de pleno derecho en la causa rol Nº129.526 del ex Sexto Juzgado del Crimen de Santiago, seguida en su contra por el delito de giro doloso de cheque, por lo cual ese sólo hecho, resulta ser constitutivo de un delito y, el grupo formado para llevarlo a cabo se transformó en una asociación ilícita.Asimismo, señala la defensa que por la función que desempeñaba tenía la calidad de empleado público y por ello, le eran plenamente aplicables las disposiciones contenidas en el Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas, la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas, el Código de Justicia Militar y el Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas, disposiciones legales que tienen como su fundamento primario, estatuir y reglamentar la subordinación jerárquica entre los miembros de las referidas instituciones.- Por ello, su defendido no habría podido cometer el delito que se le imputa.La referida alegación será desestimada, por cuanto la asociación ilícita de la cual formó parte el señalado imputado, constituyó un grupo paralelo a la institucionalidad normal del Ejército de Chile y, justamente esa fue la razón de su organización la que se llevó a efecto con el objeto de evitar la presentación ante la justicia de diversos militares y civiles inculpados de diversos crímenes y/o simples delitos, cometidos durante el régimen militar existente en nuestro país entre los años 1973 y 1990.Por último, resulta pertinente tener por reproducida con relación a este acusado la argumentación vertida por el tribunal al referirse a la defensa del acusado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA en cuanto ella indica que el hecho de que varios de los partícipes en este delito se hayan desempeñado como miembros activos de la institución antes señalada, no excluye que hayan actuado al margen de la legalidad, lo que justamente fue realizado por los mandos superiores de la Dirección de Inteligencia del Ejército.En consecuencia, se rechaza la petición de absolución con relación a este delito formulada por la defensa del acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES y, asimismo, se acogen las peticiones de los acusadores particulares en cuanto piden se condene al imputado recién nombrado como autor del delito de secuestro con homicidio descrito en el inciso final del artículo 141 del Código Penal y del de asociación ilícita que sanciona el artículo 293 del señalado cuerpo legal.El tribunal acogerá la petición subsidiaria de la defensa de invocar a favor de su representado la atenuante del Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, la que se encuentra debidamente comprobada en los autos, con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 14.935, exento de anotaciones penales anteriores.SEXAGESIMO SEPTIMO: Que, a fojas 13.168 y siguientes el abogado señor representado Marcelo Eugenio Cibié Paolinelli COVARRUBIAS contesta por su VALENZUELA, la acusación fiscal, las adhesiones a ella y las acusaciones particulares que corren en autos. Para cumplir con la exigencia legal, la defensa realiza un extenso análisis de diversos antecedentes que obran en el proceso, refiriéndose a declaraciones de los encausados, dichos de testigos, órdenes de investigar, peritajes, etc., y, para ello divide su presentación en distintos capítulos, así las cosas, en el primero de ellos, lo titula ¿Quién era el General Covarrubias? Y en él realiza un pormenorizado análisis acerca de la personalidad de su defendido, el que funda en documentos y declaraciones de imputados y testigos. El denominado capítulo II, lo encabeza con el título ¿Quién era Eugenio Berríos? Y en él formula diversa consideraciones acerca de la personalidad y conducta del occiso, destacando el prontuario penal que tenía, como asimismo, numerosos testimonios que rolan en autos, de los cuales se desprende la pésima conducta de este sujeto, manifestada en su condición de alcohólico, prestamista, usurero, traficante de drogas, consumidor de las mismas, mantenía numerosos vínculos de amistad con traficantes de drogas chilenos y peruanos y había intervenido en un homicidio (Sr. Zenteno). El capítulo III de su contestación lo encabeza con el título ¿Quién y como sacó a Berríos fuera de Chile? Y motivo para ello. Y allí señala diversas declaraciones que hacen referencia a la forma como se produjo el egreso del nombrado Berríos de Chile; destaca de entre ellas, la declaración del acusado Arturo Silva Valdés que rola a fojas 4052 y siguientes en la que expresa lo siguiente: ”Recuerdo que en el mes de octubre de 1991, aproximadamente, me citó el General Ramírez Rurange a su oficina de la Dirección de DINE en calle República y le ordenó que debía concurrir al Batallón de Inteligencia ubicado en García Reyes para conocer a un tal Eugenio Berríos a quien él no conocía, diciéndole que esto lo debía hacer porque era probable que él debería hacer abandono del país,obviamente con apoyo del Ejército”. A fojas 4.058 el nombrado Silva Valdés manifiesta: “Por último, además de la dependencia administrativa y orgánica del Director de DINE con el Jefe del Estado Mayor, tiene este también una dependencia directa con el Comandante en Jefe,… …aparece perfectamente posible que éste último hubiese impartido una orden al General Ramírez para sacar a estas personas del país, vale decir, a Herrera, Sanhueza y Berríos”. Agrega, “…cuando él llega con Berríos a Uruguay él le ordena (Grl. Ramírez) con anterioridad que tome contacto con la gente de inteligencia uruguaya….específicamente con el Coronel Causi…”. Dice “…alguien de DINE o el General Ramírez tiene que haber tomado contacto con oficiales uruguayos para acoger a Berríos en ese país…”. Como capítulo IV la defensa del acusado Eugenio Covarrubias Valenzuela lo titula “Cambio de mando en la DINE” y, en él, detalla los esfuerzos realizados por su defendido para que retornaran al país Herrera Jiménez, Berríos y Sanhueza Ros, quienes se encontraban en el extranjero por orden del General Ramírez Rurange, anterior mando de la DINE. En apoyo de su alegación señala la declaración de fojas 3.073 prestada por el General Hernán Ramírez Rurange quien señala lo siguiente: “…Después hice entrega del mando de la DINE el 14 de Diciembre de 1991 al General Covarrubias y le manifestó que había una persona chilena que estaba en Uruguay a quien había ayudado a salir de Chile, pero que no contaba con apoyo económico ni de otro tipo del Ejército, incluso le contó que se había visto en la obligación de comisionar a un militar conocido de Berríos que era el Mayor Manuel Pérez Santillán, para que lo tranquilizara en Uruguay y que Berríos había prometido portarse bien, pero, igual le advirtió que debía estar alerta, porque cualquier situación que se diera comprometía la relación con un país amigo, como es Uruguay”. A fojas 3247, rola declaración de Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela quien dice: “…al General Ramírez que fue su antecesor al mando de DINE y que justamente fue la persona que lo puso en antecedentes de la situación producida con este señor Berríos, que era un ex-agente de la DINA, que había sido sacado por el General Ramírez y que estaba en Uruguay. Le contó que por la mala conducta de esta persona era necesario mantenerlo bajo control por parte nuestra, toda vez, que él había adquirido un compromiso con la inteligencia del Ejército uruguayo, relacionado con la permanencia de este sujeto, dado que desde su llegada a ese país había observado una conducta inapropiada, piensa que la inteligencia uruguaya le había informado esto al General Ramírez, por lo que él le manifestó, pero a él no le consta todo aquello”. Lo anterior se complementa con los dichos de Arturo Rodrigo Silva Valdés quien declara a fojas 2964 lo siguiente: “…pero si sé el caso de Berríos y de Herrera, que fueron operaciones realizadas por orden del Director del DINE, General Sr. Ramírez Rurange, quien no le dio a conocer los motivos para sacar del país a estas personas”. También corrobora estos asertos la declaración que rola a fojas 3.648 prestada por Jaime Fernando Torres Gacitúa quien señala: “He tomado conocimiento que Eugenio Berríos, a quien como lo manifestó anteriormente no conocía de antes, estuvo bajo la protección del Director de DINE que era en ese tiempo el General Ramírez, por lo menos durante diez días, desconoce en que sitio se le mantuvo bajo protección militar y porque se produjo ella, pero debe haber sido un motivo de la suficiente magnitud para que ella se le brindara, más aún, si se trataba de un civil que no formaba parte de la institución…”. A fojas 3.655 rolan antecedentes aportados por Jaime Torres, quien señala: “El Director de Inteligencia del Ejército, Gral. Hernán Ramírez Rurange, dispuso la salida del país de Eugenio Berríos, de lo cual se desprende que sólo él puede conocer los motivos de esa actividad por él ordenada y las circunstancias previas. Producto de esta situación, que sólo conoce el General Ramírez, ser dispuso el traslado de Berríos a dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), cuyo comandante era el Teniente Coronel Manuel Provis. Finalmente señala que en relación al punto anterior, puede indicar, que esta fue una orden y decisión del General Ramírez, que tuvo por objeto proteger y ocultar a Berríos por un período superior a 20 días”. En el aporte de antecedentes de Arturo Silva Valdés que rola a fojas 2.972 este señala: “El Director Gral. Covarrubias, dispone a partir de Marzo, se designara a un integrante de la Asesoría para que acompañara al Sr. Berríos en Uruguay, ya que se había recibido la información de que su desempeño estaba ocasionando molestias en el Ejército uruguayo, para lo cual se designan para que lo acompañen, en turnos sucesivos, al empleado civil Lillo y a los clases Sandoval y Román, los que, a su vez, debían relevarse mutuamente y entregar un informe general del Sr. Berríos, el que normalmente no era bueno, debido, especialmente, a que según los encargados, se ausentaba y no aparecía, a veces, hasta por varios días. El manejo de dinero en efectivo del que se desconocía su origen y el casi absoluto desconocimiento de sus actividades personales o privadas, ha venido a ser conocido por nosotros solamente en la actualidad y atendido el mérito del proceso”. Por otra parte, el nombrado Silva agrega lo siguiente: ”La preocupación por parte de la DINE se mantenía en lograr su regreso a Chile, y de hechos, así se lo manifestó al Sr. Berríos cuando se entrevistó con él. También le consta que el Teniente Torres le manifestó lo mismo, y siempre sus respuestas eran evasivas y poco claras, decía, por ejemplo, que lo estaban contactando con distintos países o servicios y en el último tiempo repetía que quería radicarse en Brasil, y que incluso personas de ese país se lo habían propuesto. El hecho es que no podría afirmar definitivamente que es lo que quería, ni que era cierto y que nó. Debido a lo anterior, el General Covarrubias, le dispuso que se retirara el personal de apoyo, en un desprendimiento gradual, esto es, que fuera en forma paulatina debido principalmente a las buenas relaciones que se debían mantener con Uruguay. Por otras fuentes se confirmaba, además, el interés de trasladarse a Brasil por parte del Sr. Berríos. Incluso le tocó en uno de sus viajes a Brasil, entrevistarse con un funcionario de inteligencia de ese país consultándole si ellos estaban interesados en el Sr. Berríos. La respuesta fue negativa, sin embargo si le manifestó que ellos sabían de su permanencia en Uruguay”. Que, asimismo, a fojas 3.084 rola declaración de Raúl Diego Lillo Gutiérrez quien manifiesta lo siguiente: “Posteriormente seguí viajando a Argentina y, además, a Uruguay, donde me junté en varias ocasiones con Sanhueza a quien conocía desde hacía tiempo, viajes que eran con conocimiento de mis jefes y también del General Covarrubias. Por lo que tengo entendido anteriormente Arturo Sanhueza era manejado por otra unidad de DINE, pero, como esa situación no dio los resultados esperados, el General Covarrubias la terminó y los puso a ellos a cargo de este tema, por ello, varias veces viajó a Uruguay, específicamente a Montevideo, a su departamento, alojándome en su casa, llevándole noticias de su familia, el trataba de levantarle la moral conversando con él, y en los hechos se transformó en una especie de correo particular de él y de Berríos, trayendo y llevando cartas de ambos, pero, no como primera prioridad, que era cumplir su misión de inteligencia y el resto del tiempo dedicarlo a esto, este era un cometido adicional que se encomendada y no el principal”. Por último, a fojas 3.254 rola la parte final de la declaración de Eugenio Covarrubias Valenzuela quien dice: “Quiero hacer presente que toda la responsabilidad del proceso que vivimos, de apoyo al Sr. Berríos desde mi llegada a la Dirección del DINE hasta que se ordena la retirada del personal por la conducta inapropiada de Berríos y que finaliza con el regreso del cabo Sandoval, es suya como Director de DINE”. En el denominado capítulo V se señala la plena libertad de Berríos en Uruguay.- Se realiza un análisis de numerosas declaraciones prestadas por la cónyuge de Eugenio Berríos Sagredo llamada Gladys Schmeisser las que son coincidentes en manifestar “que en ninguna de las oportunidades que viajó a Uruguay a reunirse con su cónyuge Eugenio Berríos, supo o se dio cuenta que hubiera estado vigilado o custodiado por alguna persona”. A fojas 1.571 rola declaración de Marcelo Ariel Sandoval Durán quien señala lo siguiente: “…que no es correcto consignar que se encontraba custodiando a Eugenio Berríos, sino que, en realidad fue enviado a observarlo, porque le habían dicho que era una persona complicada y alcohólica, a quien no debía descuidarse”, “…quien muchas veces salía solo y hasta se perdía un par de días, durante los que él permanecía en el departamento y en caso de que no volviera, avisaba al enlace que tenían en Uruguay que era un oficial del Ejército Uruguayo de apellido Radaelli”.El capítulo VI se titula “Secuestro de Berríos en Uruguay.Allí se hace referencia al auto de procesamiento inicial de fojas 2.439 de 18 de octubre de 2002 y que fuera modificado por la resolución de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 29 de noviembre de 2002 que en su N°1 señala lo siguiente: ”Que al menos a raíz de las circunstancias mencionadas en las letras l) m) y n), entre el 11 y el 15 de Noviembre de 1992, una persona permaneció privada ilegalmente de su libertad por la acción de sus custodios, en la localidad uruguaya de Parque del Plata, lo que unido a las comprobaciones relativas a la muerte por disparos de quien se ha identificado en la investigación como Enrique Berríos Sagredo, corresponde calificar en esta fase procesal como delito de secuestro con homicidio de dicha persona, comprendido en el artículo 141 inciso final del Código Penal en su texto vigente desde la Ley N° 18.222 y antes de las modificaciones introducidas por la Ley 19.241”. El capítulo VII se refiere a las probables causas de asesinato de Berríos y fecha de la muerte.Fojas 636: Certificado de Defunción: “Se estima entre Enero de 1993 a Junio de 1993”. Fojas 1275: Pericia Antropológica: “…se estimó que la muerte podría haber ocurrido en cualquier fecha entre el invierno (junio) de 1994 al otoño (abril) de 1993, lo cual significa,10 meses a dos años antes de que se encontraran los restos”. Los que se encontraron el 13 de abril de 1995”.13 de abril de 1995,10 meses antes de Julio 1994 (muerte sería en agosto de 1993). Fojas 1413: Sexta Hoja Informe Médico Legal (13.5.2002). “Data de muerte entre 5 y 8 años” 13 de abril 1995 (encuentro de los restos)=5 años. Abril 1995 y 8 años sería – Abril 1987. Cuerpo aparece el 13 de Junio de 1995. 5 años Abril 1990. Data de muerte 5 y 8 años. 5 años Abril de 1987. Ninguna fecha coincide con el 15 de Noviembre de 1992, fecha en que se fijó la muerte.(fojas 2365). A continuación, se refiere a declaraciones que contradicen la fecha de la muerte de Berríos y sus consecuencias. Así las cosas, a fojas 1.642 en el Informe Policial (hoja 8) que contiene declaraciones de testigos uruguayos en dependencias de la Embajada de Chile en Montevideo, se explicita la de Sonia Casaretto Zalacaín quien a fojas 1681 dice: ”Que es propietaria del depto. 401, que en el verano de 1992 vio llegar a vivir en un departamento contiguo a unos chilenos, reconoce por fotos a Berríos y a Cisternas Orellana…- Salió una vez a comprar con Berríos: “La última vez que vio a Berríos fue el día 10 de Diciembre de 1992…” “…vengo llegando cerca de las 11 horas de la mañana y al salir del ascensor me encuentro con él, quien se disponía a bajar y se despide” (Declaración policial en Anexo 7). Reconoce la fecha porque era el cumpleaños de una hija. A fojas 1.684 rola declaración extrajudicial de Luis Angel Miguez (conserje) quien dice: “A principios de Marzo de 1992 al regresar de su feriado se enteró que el departamento 403 estaba habitado por chilenos, él supone que deben haber llegado en febrero de ese año…….Se encontró con dos sujetos extraños y uno de ellos se presenta como Hernán Paredes Orellana, reconoce por fotografías a Cisternas. La cuenta de la luz llegaba a nombre de Hernán Tulio Orellana. Las personas en el departamento iban rotando cada quince días. Reconoce a Pablo, a Torres Gacitúa y a Lillo Gutiérrez. Veía a Berríos salir y llegar solo”. “En Diciembre de 1992 recuerda que se fueron sin dar aviso, vio cuando se fueron cargando cosas…….nunca vio llegar ciudadanos uruguayos al departamento…..” La señora de Berríos, doña Gladys Schmeisser, a fojas 7 y a fojas 32 declara haber hablado por teléfono con su marido que la llamó antes de Pascua (1992) en Diciembre. Por consiguiente, Berríos sobrevivió, a lo menos hasta fines de Diciembre y esto demuestra que los querellantes están equivocados al decir que después de los sucesos de Parque del Plata, los militares chilenos no volvieron a Uruguay, ya que si Berríos estaba muerto ya no se justificaba la presencia de ellos en Uruguay y, prueba, por el contrario, que si la muerte fue a fines de Diciembre sin que los chilenos estuvieran en Uruguay, ellos no pudieron intervenir en dicha muerte. Acto seguido, se hace cargo de la defensa del General Eugenio Covarrubias Valenzuela, en cuanto a los delitos por los cuales se le acusa, con fecha 26 de Septiembre de 2008. Dice, que del supuesto encubrimiento del secuestro con homicidio en que habría incurrido el General Covarrubias no existe prueba alguna en el expediente que él haya tenido o hubiera podido tener conocimiento de la ejecución y autoría del hecho. La única prueba, consistiría en aplicar la verticalidad del mando y no el conocimiento de los hechos llevados a cabo para perpetrar el delito y sus autores, lo cual no puede conducir a condena alguna y el tribunal debe rechazar la acusación con respecto a este supuesto encubrimiento de secuestro con homicidio que se le imputa al General Covarrubias. Señala la defensa que se ha acusado, además, al General Covarrubias como autor del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal. Dice que se debe rechazar esta acusación por diversos motivos: primero, en el Ejército o dentro del Ejército no existe ni puede existir, de acuerdo a sus normas disciplinarias y a la jerarquía establecida por muchos años, una asociación de ninguna naturaleza, ni menos ilícita. Agrega que la jerarquía es una de las piedras angulares sobre las cuales descansa la organización y conducción del Ejército y las Fuerzas Armadas en general. De esta manera cuando un superior necesita la ejecución de un acto, no se asocia, no ruega, no pide, no sugiere sino solamente ordena, y, si el inferior a quien se le ha ordenado el cumplimiento de algo determinado considera que ello es ilícito o equivocado, puede representarlo al superior por escrito y luego, si le es insistido por la autoridad, debe cumplirla sin ser responsable de los hechos, sino el superior de quien emanó dicha orden (artículo 335 del Código de Justicia Militar). Por otra parte, la asociación ilícita según sostienen los acusadores particulares, los demandantes civiles y el proceso instruido por este tribunal, tenía por objeto evitar que determinadas personas, en este caso el Sr. Berríos, prestara declaración en el juicio que se seguía por el homicidio del Sr. Orlando Letelier. Por esas razones se deberá desechar la acusación por este delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del Código Penal, recaída en contra de su defendido Eugenio Covarrubias Valenzuela, a quien se le atribuye la calidad de autor del referido ilícito, ya que si la asociación ilícita, como sostienen los querellantes y demandantes civiles en sus escritos de plenario, tenía por objeto que los testigos, especialmente Berríos no declarara en la causa criminal recién mencionada, quiere decir que esta asociación ilícita como finalidad tenía la obstrucción a la justicia y como esta como delito propiamente tal, ha dejado de existir, no puede ser castigada una asociación que se forma para efectuar hechos que, a su vez, no son delitos. Por último, señala la defensa que se ha acusado al General Covarrubias como autor del delito de obstrucción a la justicia contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal, con relación al artículo 141 inciso 1° del mismo cuerpo legal. Solicita también el rechazo de esta acusación en atención a que favorecería a su representado el principio legal de “indubio pro-reo” (ley más favorable al reo), ya que el delito de obstrucción a la justicia fue derogado del Código Penal al promulgarse –en noviembre de 2005- la ley N° 20.074 que modificó, entre otros, el artículo 269 bis del Código Penal, estableciendo como conducta punible la obstrucción de la investigación sólo en el caso del Ministerio Público. En consecuencia, si la obstrucción a la justicia no es delito, la asociación para obstruir a la justicia, si es que esta existió, lo que niega, tampoco es delito porque no puede haber asociación ilícita de algo que ha dejado de serlo en virtud de la derogación referida. Por consiguiente, por todas las razones dadas, solicita al tribunal se sirva rechazar la acusación dictada contra su defendido que lo consideró como autor del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal. Por último, solicita se tenga por contestada la acusación fiscal, las adhesiones a ella y las acusaciones particulares presentadas por los querellantes y en mérito del contenido del escrito en la parte que antecede, resolver que se desechan las acusaciones por los motivos referidos en cada caso y, por consiguiente, se absuelve de toda culpa y pena a su defendido el General Sr. Eugenio Covarrubias Valenzuela. Agrega que para el caso improbable de condena, solicita tener presente que favorecen a su defendido las siguientes atenuantes: la del número 6° del artículo 11 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior la que debe considerarse como muy calificada de acuerdo a lo establecido en el artículo 68 bis del Código Penal. Dice que dicha circunstancia de calificación la merece más que sobradamente el imputado de acuerdo a su hoja de vida y a las anotaciones que se ha destacado en el capítulo primero del cuerpo del escrito, y, por consiguiente, bajar un grado al mínimo de las penas establecidas en la ley para los delitos por los que se pudiera condenar, tomando en cuenta las atenuantes, ya que su representado ha cooperado eficazmente al éxito de la investigación como queda explicado en la presentación voluntaria del General Covarrubias haciendo presente que en su declaración anterior había faltado a la verdad y aclarando los puntos de fondo del asunto. Asimismo, deberá tomarse en cuenta también como atenuante, la establecida en el artículo 11 N°9 del Código Penal, esto es, que ha colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos, ya que consta de autos que el Sr. Covarrubias mintió en su declaración inicial y concurrió al día siguiente, delatando esta situación y relatando todo lo que sabía del fondo del asunto. Para el caso de dictar sentencia condenatoria, solicita se sirva otorgar a su defendido el beneficio de la remisión condicional de la pena y/o en subsidio, el beneficio de la libertad vigilada. SEXAGESIMO OCTAVO: Que, previo al análisis que debe realizar el tribunal para hacerse cargo de la contestación a la acusación de oficio y acusaciones particulares deducidas en contra del acusado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, es necesario rectificar un error de hecho cometido al momento de dictar el auto de cargos, por cuanto el ilícito señalado en el Nº1 de dicha resolución vale decir el cargo que se le formula al imputado recién nombrado como encubridor del delito de secuestro con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso final del Código Penal, debe entenderse subsumido en el cargo que se le hace en el Nº2 de la señalada resolución, como autor del delito de secuestro establecido en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.Como la defensa en primer término señala que no existe ningún antecedente en el expediente que su representado haya tenido o hubiera podido tener conocimiento de la ejecución y autoría del secuestro con homicidio que se le atribuye a éste, por lo cual concluye que por dicho ilícito, no resulta procedente dictar condena alguna en contra de su defendido.Que como más arriba se ha tenido por subsumido el ilícito recién mencionado -que se imputó por error al acusado-, no corresponde que este tribunal emita un pronunciamiento a ese respecto, por cuanto debe entenderse eliminado de la acusación de oficio y, por otra parte, consecuencialmente, tampoco procede que el juzgador haga alguna consideración con relación a la adhesión a la acusación, que con relación al ilícito eliminado fuera formulada por la parte del Programa de Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, contenida en el primer otrosi del escrito de fojas 12.789 y siguientes.SEXAGESIMO NOVENO: Que a pesar que la defensa expresamente no se ha referido en el derecho al delito de secuestro contemplado en el artículo 141 inciso 4º del Código Penal por el cual también se acusó a su representado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, si lo hizo en los hechos y, en razón de ello, el tribunal tendrá por salvada dicha omisión y procederá a rechazar su argumentación en cuanto justifica la no participación de su defendido en el delito antes señalado.En efecto, si bien es cierto, que el imputado COVARRUBIAS sólo asumió como Director de DINE en una fecha posterior al egreso de BERRIOS y, en consecuencia, no pudo tener ninguna participación en él, sí reconoce en sus declaraciones, que su antecesor en dicho cargo –General Hernán RAMIREZ RURANGE-, le informó sobre la presencia de éste en Uruguay y le dijo que era necesario ejercer sobre él cierta vigilancia para que evitara cometer excesos, los que ya había efectuado y, por ello, no afectar las relaciones interinstitucionales existentes con dicho país.Sin embargo, resulta que al tomar conocimiento de dicha situación ilícita y mantenerla en el tiempo, evidentemente el imputado asumió sobre sí dicha responsabilidad y al proporcionar los medios necesarios para someterlo a una custodia de carácter permanente, su libertad de desplazamiento se vió afectada y, en definitiva, se impidió su retorno al país como eran sus deseos.Por lo anterior, procede rechazar la petición de absolución hecha por la defensa, en lo referido a este delito.En cuanto al delito de asociación ilícita, la defensa señala que por haber sido su representado un oficial superior del Ejército, resulta que en dicha institución no existe ni puede existir de acuerdo a sus normas disciplinarias y a la jerarquía establecida por muchos años, una asociación de ninguna naturaleza, ni menos ilícita.Lo anterior, aparece desvirtuado con los numerosos antecedentes existentes en el proceso, cuya repetición resulta innecesaria, que demuestran que dentro de la Dirección de Inteligencia del Ejército, un grupo de personas, se concertó para la comisión de diversos delitos y, al hacerlo, evidentemente han actuado fuera del ordenamiento jurídico que rige a dicha institución y la responsabilidad que corresponde al acusado COVARRUBIAS dice relación con los hechos descritos anteriormente y, también, con las circunstancias que dada su calidad de General de la República a cargo de una repartición institucional no haya puesto término en forma inmediata y denunciado a la autoridad que corresponde, la ocurrencia de tales sucesos.- Por ello, corresponde desestimar la petición de absolución que por este ilícito formula su defensa.En virtud de lo señalado anteriormente, este tribunal se ha hecho cargo también de lo peticionado en la acusación particular del Consejo de Defensa del Estado y de la adhesión a la acusación de oficio formulada por la parte del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior.Que finalmente, resulta procedente acoger en lo que se refiere al cargo por el delito de obstrucción a la justicia, la petición de absolución realizada por la defensa del acusado COVARRUBIAS, por cuanto, tal como lo indica en la parte pertinente de su escrito de contestación a la acusación, adhesiones y acusaciones particulares, dicho ilícito fue derogado por la Ley Nº20.074, y por tal razón, haciendo aplicación de la norma que contempla el artículo 19 Nº3, inciso séptimo de la carta fundamental y el artículo 18 inciso 2º del Código Penal, necesariamente deberá absolverse al imputado antes referido por este capítulo de la acusación.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del acusado COVARRUBIAS, se accederá a otorgar a su favor la aminorante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior de su defendido, la que se encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 14.929, el cual, si bien contiene una anotación prontuarial, ella obedece a la causa rol Nº26.369, seguida por el homicidio del Coronel Gerardo HUBER OLIVARES, que fuera iniciada con posterioridad a esta y, donde, por lo demás, se dictó sentencia absolutoria de primer grado en favor de este acusado, tal como consta de la certificación que se acompaña en autos, rechazándose la calificación pedida por cuanto los documentos agregados a fojas 15.619 y siguientes, no constituyen elementos de juicio suficientes –a juicio de este sentenciador-, para darle a la atenuante antes indicada la calidad que se solicita.Asimismo, se rechaza la restante aminorante invocada, esto es, la contemplada en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal, en atención a que la colaboración prestada por el acusado no ha sido sustancial para el esclarecimiento de los hechos.SEPTUAGESIMO: Que en el primer otrosí de su presentación de fojas 13.861 y siguientes el abogado Mauricio UNDA MERINO por su representado Hernán RAMIREZ RURANGE contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares, declarando en definitiva que se absuelve a su defendido de los delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la justicia.- En primer término por prescripción de la acción penal en los tres tipos penales invocados; subsidiariamente, por no haber existido secuestro durante el período que medió entre la salida de BERRIOS y el día en que su representado entregó el mando de la Dirección de Inteligencia; ni asociación ilícita, por ser un delito cometido por particulares y no ser necesaria su conformación en el contexto de una organización de obediencia absoluta como es el área de inteligencia; y, finalmente, por derogación posterior del delito de obstrucción a la justicia.Con relación al delito de secuestro señala que del proceso emana nítidamente que no se está en presencia de circunstancia alguna que establezca la participación de autoría de su defendido, puesto que de acuerdo a los medios de prueba legal no consta en autos que éste haya dado la orden de secuestrar a BERRIOS.- Dice que no habría existido secuestro entre el día de la salida, 26 de octubre de 1991 e incluso durante los días de permanencia de BERRIOS en el BIE.- Agrega que por la entrega del mando de la DINE el día 13 o 14 de diciembre de 1991, una eventual calificante del tipo, no se le comunica a su representado y esto está acotado en el tiempo por la fecha de salida y la fecha de entrega del mando antes referida.- Efectivamente, el acusado RAMIREZ sin duda ni lugar a equívocos, ordena que saquen del país a BERRIOS en cumplimiento a una orden dada personal y exclusivamente a él por el General PINOCHET y éste último fue desaforado, por estos hechos.En consecuencia, sólo existía un motivo con la magnitud suficiente para que RAMIREZ ordene ayudar a salir del país a BERRIOS y ese no es otro que una orden superior y, por otra parte, entre las fechas antes señaladas, BERRIOS nunca estuvo encerrado, detenido o privado de libertad y tampoco resultó para él daño alguno en su persona o intereses.- A continuación la defensa enumera una serie de declaraciones prestadas en el proceso que justificarían sus afirmaciones y que no se detallan por razones de economía procesal y por constar ellas del mérito de autos.En cuanto al delito de asociación ilícita, dice que carecería de objeto que dentro de la organización militar se hubiera formado una asociación de ese tipo puesto que la relación de su defendido con sus subalternos habría pasado de ser jerárquica a una vinculación entre asociados.- Lo anterior está demostrado de manera palmaria en la declaración de PEREZ SANTILLAN, en que RAMIREZ no da lugar a discutir la orden y también esto está ratificado por Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ que cumplió la orden, no obstante que a su juicio fue una acción mal planificada.Asimismo, de conformidad a la parte pertinente del auto acusatorio se concluye o desprende de forma nítida que una eventual asociación ilícita dentro de la DINE tuvo por objeto “…sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en países vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados…”.- Es decir, habría sido una asociación ilícita con miras a la comisión de un simple delito –obstrucción a la justicia-, por lo que la penalidad arriesgada es la de presidio menor en cualquiera de sus grados y la acción penal derivada de este ilícito prescribiría en cinco años.En síntesis, en relación a esta segunda figura delictiva por la que se acusa a RAMIREZ RURANGE que éste en la Dirección de Inteligencia que estaba a su cargo nunca permitió, ni solicitó, ni menos propuso, la creación de una asociación fuera del ámbito institucional a ninguno de sus subalternos durante el tiempo de su mando, por no necesitarlo y es más, todos los declarantes, supuestos asociados, siempre refieren haber recibido haber recibido ordenes propias de esa institución castrense y bajo ese contexto, y además el propio auto acusatorio refiere que se trató de “una operación de inteligencia”.- Debido a lo anterior considera que faltan al menos dos elementos del tipo penal, debido a que es propio de una asociación ilícita de manera indeterminada, de lo contrario, estaríamos en presencia de una conspiración, con fines determinados, que queda impune, por regla general, y en la especie.Como el propio auto acusatorio explica la razón de la asociación y le confiere designios determinados resulta que faltarían dos elementos del tipo y, en subsidio, solicita que si se considerara que estaría determinada esa eventual asociación hacia la comisión de actos por los que incluso acusa: “diversas acciones tendientes a sustraer de la acción de la justicia”, siendo ello simple delito, son hechos en que ha operado la prescripción de la acción penal.Por último, en relación al tercer delito de obstrucción a la justicia esta figura fue tácitamente derogada en 09 de noviembre de 2005 por la Ley 20.074 y en relación a los tres ilícitos, el secuestro, la asociación ilícita y la obstrucción a la justicia, estima que el tribunal debe dar cumplimiento a la exigencia del artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, esto es, debe adquirir la convicción necesaria para condenar y esta convicción constituye la etapa más pura y perfecta del conocimiento de un asunto, incluso superior a la certeza, debe obtenerse de los antecedentes del proceso y a la luz de lo antes expuesto estima que el Tribunal no puede obtener de una manera objetiva ese estado único y perfecto de conocimiento de un asunto, en lo que a presunta participación de su defendido se refiere.En subsidio de lo anterior plantea como defensa de fondo la prescripción, en los mismos términos expuestos en lo principal de esta presentación y también alega en favor de su representado las aminorantes de los números 6 y 9 del artículo 11 del Código Penal, la atenuante del inciso segundo de los artículos 211 y 214 del Código de Justicia Militar puesto que todos los antecedentes de autos dan cuenta de manera indudable que RAMIREZ recibió una orden de su superior jerárquico directo, PINOCHET de sacar del país y ayudar a BERRIOS a reinsertarse en el exterior y, finalmente solicita se pondere a favor de su defendido la denominada “media prescripción” contemplada en el artículo 103 del Código Penal, ponderándose el hecho como revestido de tres atenuantes y ninguna agravante.SEPTUAGESIMO PRIMERO: Que este Tribunal, en primer término, se pronunciará respecto de la petición de la defensa del acusado Hernán RAMIREZ RURANGE en cuanto invoca la prescripción de la acción penal en los tres tipos penales que se atribuyen a su representado.Con relación a los delitos de secuestro y de asociación ilícita, debe entenderse que el término de la prescripciones suspendió con motivo de la interposición de la querella y posterior proveído de la misma, por lo cual, no alcanzó a transcurrir todo el tiempo exigido por la ley, que tratándose de crímenes es de diez años, razón suficiente para desestimar la pretensión de la defensa.La petición subsidiaria de absolución, basada en el hecho de no haber existido secuestro durante el período que medio entre la salida de BERRIOS y el día en que su representado entregó el mando de la Dirección de Inteligencia; ni asociación ilícita por ser un delito cometido por particulares y no ser necesaria su conformación en el contexto de una organización de obediencia absoluta, como es el área de inteligencia.- La aludida pretensión también será rechazada por este tribunal, la primera, por cuanto –como se ha dicho-, el secuestro de BERRIOS tuvo su principio de ejecución durante su permanencia en el cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército, a donde fue remitido por orden precisamente del acusado RAMIREZ, y, todos los preparativos previos para su salida del país, se concretaron precisamente durante su permanencia en el referido cuartel militar, lo que evidencia la participación que en calidad de autor corresponde al nombrado acusado en el delito de secuestro que se le atribuye en la acusación de oficio dictada por el tribunal y, también, por los acusadores particulares.La segunda, por cuanto el delito de asociación ilícita, según señala la defensa, carecería de objeto dentro de la organización militar, puesto que la relación de su defendido con sus subalternos, habría pasado de ser jerárquica a una vinculación entre asociados y también, la parte pertinente del auto acusatorio dice que esta asociación ilícita dentro de la DINE tuvo por objeto “…sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en países vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados…”.- Es decir, habría sido una asociación ilícita con miras a la comisión de un simple delito –obstrucción a la justicia-, por lo que la penalidad arriesgada es la de presidio menor en cualquiera de sus grados y la acción penal derivada de este ilícito prescribiría en cinco años.Con relación a lo señalado por la defensa, este tribunal puede responder que en una asociación ilícita no se quebranta el principio de jerarquía y por ello el artículo 293 del Código Penal sanciona con mayor rigor a los jefes y/o a los que han ejercido mando en la referida asociación.- Además, el hecho que la finalidad del egreso del país de BERRIOS haya sido sustraerlo de la acción de la justicia, no resulta contrapuesto a la circunstancia que para lograr ese objetivo final haya sido necesario cometer el delito de secuestro, lo que por lo demás, resulta evidente que para la consecución de ese objetivo se estaba dispuesto a ocasionar la muerte del que pretendiera eludir la privación de libertad que le afectaba.- Tampoco resulta excluyente el hecho de haber formado este grupo delictivo dentro de una repartición del Ejército, puesto que, este último se encuentra sujeto al cumplimiento de la Ley y a la subordinación a la autoridad civil, tal como lo preceptúa la Carta Fundamental y la legislación pertinente.Por las razones antes expuestas corresponde desestimar también la referida alegación, coincidiendo este tribunal con lo peticionado por los acusadores particulares en cuanto se refiere a los delitos por los que corresponde castigar al responsable de los mismos.Que por último, en lo que se refiere, al delito de obstrucción a la justicia, por el que también se han formulado cargos al acusado antes nombrado, tal como lo señala su defensa, corresponde dictar sentencia absolutoria por este capítulo de la acusación, en atención a que la Ley 20.074 derogó el ilícito que contemplaba el artículo 269 bis del Código Penal y, como en virtud de lo preceptuado en el artículo 19 Nº3, inciso 7º de la Constitución Política de la República y artículo 18 inciso 2º del Código Penal, la ley primeramente mencionada eximió tal hecho de toda pena y por ello, debe arreglarse a esa norma su juzgamiento.En cuanto, a las peticiones subsidiarias de la defensa del acusado RAMIREZ RURANGE, este tribunal desestimará las atenuantes invocadas en su favor, esto es, las de los números 6 y 9 del artículo 11 del Código Penal; la primera, por cuanto de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 14.926 aparece que registra una condena anterior recaída en la causa rol Nº1.643, seguida por el homicidio calificado de Tucapel JIMENEZ ALFARO, la que se encuentra cumplida, de lo cual se desprende que su conducta anterior no ha sido irreprochable.En cuanto a la segunda atenuante alegada, también será rechazada por cuanto, si bien es efectivo que el acusado ha cooperado al esclarecimiento de los hechos, dicha colaboración no ha sido sustancial en los términos que exige el Nº9 del referido artículo 11 del código sancionatorio, toda vez, que al momento de aportar el antecedente que la orden del egreso del nombrado BERRIOS se la impartió el ex Comandante en Jefe del Ejército General Augusto PINOCHET UGARTE, la investigación ya había logrado establecer la forma como este se produjo y las circunstancias que rodearon el hecho en Chile y Uruguay.Con relación a la aminorante contemplada en los artículos 211 y 214 del Código de Justicia Militar, también será rechazada, por cuanto, la orden que dice, le fuera impartida por su superior jerárquico, tendía notoriamente a la perpetración de un delito, por lo cual, el acusado debió haberla representado en los términos que señala el artículo 335 del cuerpo de leyes antes mencionado, lo que no aparece del mérito de autos que haya ocurrido y que resulta particularmente reprobable por la calidad jerárquica –General de la República-, que detentaba el acusado.Finalmente, se acogerá la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, solicitada por su defensa, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.SEPTUAGESIMO SEGUNDO: Que en el tercer otrosí del escrito de fojas 13.064 y siguientes, la defensa del acusado Manuel Provis Carrasco procede a contestar en forma subsidiaria la acusación fiscal y adhesiones a la misma. En primer término, respecto del auto acusatorio que sindica al nombrado Provis como autor del delito de secuestro, cometido en la persona de Eugenio Berrios Sagredo, figura penal prevista y sancionada en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, la defensa alega la ausencia de acción. Funda su alegación en el hecho que la figura penal del delito de secuestro de personas, tipifica dos situaciones diversas: a) el encierro de una persona, que es el hecho de retenerla en un lugar de donde no puede escaparse o comunicarse con otras personas; y, b) la detención, que es la aprehensión de una persona, acompañada de la privación de su libertad. Dice que los hechos que motivaron este proceso y que fundan la acusación consisten en “que por un período no determinado de tiempo, Eugenio Berrios Sagredo, es mantenido oculto en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), permaneciendo en una habitación ubicada en un subterráneo de dicho cuartel militar, con pleno conocimiento del Comandante del Batallón. Dice que “ocultarse” es esconderse de algo o de alguien y precisamente Berrios Sagredo estaba prófugo de la justicia puesto que estaba citado por el ministro de la Excma. Corte Suprema de Justicia don Adolfo Bañados Cuadra, que investigaba el homicidio de Orlando Letelier, pero, también se quería ocultar de otros perseguidores, como serían los prestamistas, traficantes de drogas y de la CIA. En su escrito, la defensa hacer referencia a piezas del proceso que enumera y que justificarían la exculpación de su representado, las cuales, en su opinión, demostrarían que por propia voluntad de Eugenio Berrios Sagredo, éste se pone bajo la protección del Director de la DINE. Dice que así las cosas, no habría acción, en efecto, la acción, como elemento del delito consiste en la voluntad final destinada a perpetrar un delito, y ocurre que aquí, Manuel Provis no tiene sino la voluntad legítima y lícita, de estar ejerciendo sus funciones de militar, y en este caso, como Comandante del Batallón, que recibe a Berrios Sagredo, ergo existe ausencia de acción. La segunda defensa consiste en la alegación de una causal excluyente de la tipicidad y ausencia de dolo. Dice que la víctima llegó y permaneció en dependencias del BIE, por voluntad propia, siendo indeterminada la época que estuvo en ese recinto escondido u oculto, por lo tanto, existiendo causa excluyente de la tipicidad, por haber consentimiento del ofendido, por ello el tribunal debe concluir que no hay ni hubo delito de secuestro. También dice que en el caso de autos y particularmente respecto a la participación de su defendido, no hay este propósito de detener, secuestrar o encerrar a Eugenio Berrios. Desde luego no lo conocía, tampoco recibió una orden de un superior para que apresara o detuviera a Berrios Sagredo, por lo que su actuar es más bien por omisión que por acción. Habiendo ingresado una persona extraña a la unidad a pernoctar en ella, el Comandante del Batallón debió echarla de allí, pero lejos está en la voluntad de Provis un actuar doloso. Como tercera defensa invoca una causal de justificación: cumplimiento de un deber. Dice que es un hecho público y notorio que en el Ejército de Chile la obediencia debida de los oficiales de inferior rango a sus superiores jerárquicos es un principio fundamental llevado a norma de rango constitucional conforme lo expresa el artículo 101 de la Constitución Política de la República, también establecido en la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas N° 18.948 y en el Código de Justicia Militar. Conforme a lo señalado anteriormente, en declaraciones del General Ramírez Rurange prestadas en este proceso con fecha 27 de abril de 2006, consignadas en un cuaderno reservado, éste señala que le ordena a Provis en forma directa y personal que a una persona que fue agente de la DINA, debe darse la protección, alojamiento y alimentación en el cuartel del batallón. Por las razones expuestas resulta que Provis no se encontraba en situación de oponerse a la orden de su superior jerárquico pues estaba sujeto a obediencia disciplinaria y, por consiguiente, concurriendo esta causal de justificación en el obrar de su representado no concurre la antijuricidad, como elemento del delito. Como cuarta defensa esgrime la de inexigibilidad de otra conducta, como causal de exculpación. Dice que constituye una especie de esa inexigibilidad la obediencia debida, conforme a la cual, tratándose de militares, el artículo 214 del Código de Justicia Militar en relación con el artículo 335 del mismo cuerpo legal, exculpa al militar que haya cometido un delito con motivo de la ejecución de una orden de servicio, la que con relación a su defendido le fuera impartida por el General Hernán Ramírez Rurange. En quinto lugar y en forma subsidiaria renueva la alegación de la prescripción de la prescripción penal del delito de secuestro. Funda su alegación en el hecho que el presunto delito de secuestro, de haberse cometido, lo habría sido en una fecha anterior al día 26 de octubre de 1991 y, en el caso de Manuel Provis Carrasco la primera declaración indagatoria que presta en este proceso es el día 21 de octubre de 2002,la que rola a fojas 2474 y siguientes. Es decir, cuando se interroga por primera vez a su defendido, ya habían transcurrido más de seis años de la prescripción de la acción penal correspondiente al delito que se le imputa. Como sexta defensa, el apoderado del procesado antes mencionado, solicita el desplazamiento del tipo penal del artículo 141 del Código Penal al artículo 148 del mismo código. Funda su petición en el hecho que conforme a lo antes expuesto, Eugenio Berrios Sagredo no estuvo secuestrado ni detenido arbitraria e ilegalmente por oficiales del Ejército, lo que él buscó fue una protección del Director de la DINE de la época, con la finalidad que lo resguardara de sus perseguidores, ya enunciados precedentemente. Por eso, y en todo caso de ser sancionada la conducta de su defendido debiera ser conforme al tipo penal del artículo 148 del Código Penal, dado que un sujeto activo que tiene la calidad de empleado público al momento de privar ilegítimamente de su libertad a una persona, comete el delito contemplado en el artículo 148 y no la conducta del artículo 141 del Código Penal. Como séptima defensa, invoca circunstancias atenuantes para el caso improbable de condena por el delito de secuestro y, como primera aminorante invoca la de prescripción gradual de la acción penal del delito de secuestro, contemplada en el artículo 103 del Código Penal y la funda en el hecho que habría transcurrido en exceso el plazo que la ley señala para que opere la denominada “media prescripción”. Como segunda aminorante alega la de la irreprochable conducta anterior de su defendido contemplada en el N° 6 del artículo 11 del código punitivo y solicite se la considere como muy calificada. Respecto de la acusación de imputar a Manuel Provis Carrasco ser partícipe de una asociación ilícita, figura penal prevista y sancionada en los artículos 292 y 293 del Código Penal, en primer término la defensa alega la ausencia de acción y exclusión de la tipicidad. Señala, que del propio auto acusatorio, se infiere con nitidez que, su representado, nunca ha participado en una asociación ilícita y del propio mérito de autos se encuentra acreditado, a juicio de la defensa, que el entonces Teniente Coronel Manuel Provis Carrasco, no tuvo ni siquiera una mínima participación en las operaciones de sacar a Eugenio Berrios de Chile, mal entonces, se le puede acusar como autor del delito de asociación ilícita, más aún, si se tiene en consideración que quienes participaron en la salida de Eugenio Berrios a Montevideo, más bien, conformaron lo que se conoce en doctrina, como “aparato organizado de poder”, que funcionó dentro del Ejército, donde Manuel Provis no tuvo participación alguna, ni como autor ejecutor ni como autor mediato ni tampoco tiene ninguna de las otras calidades de partícipes, esto es, como cómplice o encubridor.Como segunda defensa, subsidiariamente, renueva la alegación de la prescripción penal del delito de asociación ilícita. Dice que para el caso que la prescripción invocada no sea acogida como excepción de previo y especial pronunciamiento, ejerce como defensa de fondo la referida excepción de la prescripción de la acción penal del delito de asociación ilícita. Como tercera defensa invoca las circunstancias atenuantes de la prescripción gradual y de la irreprochable conducta anterior de su defendido, ésta última, como muy calificada. Por último, solicita a favor de su representado que sea absuelto de todos los cargo, por las razones de hecho y de derecho expuestas precedentemente. En subsidio, absolverlo de los cargos de secuestro y asociación ilícita por prescripción de las acciones penales respectivas y, finalmente, y también en subsidio, reconocerle en el improbable evento de condenarlo por uno u otro delito o ambos, las circunstancias atenuantes de responsabilidad invocadas, rebajando las penas en 3 grados de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 65 y siguientes del Código Penal, imponiendo las penas mínimas rebajadas en uno, dos o tres grados. SEPTUAGESIMO TERCERO: Que tal como se ha señalado en el fundamento anterior, la defensa en lo que dice relación con el delito de secuestro por el que se acusa a su representado, señala que el artículo 141 del Código Penal, contempla dos situaciones diversas, vale decir, el “encierro” y la “detención”, y, como el auto acusatorio señala que Eugenio BERRIOS SAGREDO fue mantenido “oculto” en dependencias del Batallón de Inteligencia Militar, lo que habría ocurrido por la propia voluntad del sujeto recién mencionado.- Así las cosas, no habría acción, como elemento del delito que consiste en la voluntad final de perpetrar un ilícito y, señala que su defendido no tiene sino la voluntad legítima y lícita de ejercer sus funciones como Comandante del referido batallón, que recibe a BERRIOS SAGREDO, ergo, existiría ausencia de acción.Dicha alegación será rechazada por el Tribunal, por cuanto del propio mérito de autos aparece que el acusado PROVIS se concertó con otras personas para mantener oculto a BERRIOS en la unidad militar que estaba a su cargo, sin que fuera lícito que autorizara dicha permanencia, tal como lo señala el oficio agregado a fojas 6.733.- Asimismo, facilitó los medios que tenía a su disposición al proporcionar una cédula de identidad que permitiera el egreso del territorio nacional del nombrado BERRIOS y con dicho objeto, se valió de su cargo para impartir una orden ilegal a un subordinado suyo.- También, desde el cuartel a su cargo, salió el sujeto acompañado de un empleado civil del Ejército con destino a Punta Arenas, viajando desde allí a Río Gallegos, Buenos Aires, Colonia y finalmente Montevideo, de ello se desprende que el principio de ejecución del ilícito de secuestro tuvo precisamente su comienzo a cargo del acusado.Por estas razones, corresponde desestimar las alegaciones de la defensa referidas a este tipo penal, rechazando también sus argumentos en cuanto se refiere a la inexigibilidad de otra conducta como causal de exculpación, señalando que la obediencia debida constituye una especie de inexigibilidad conforme a la cual el artículo 214 del Código de Justicia Militar en relación con el artículo 335 del mismo cuerpo legal, exculpa al militar que haya cometido un delito con motivo de la ejecución de una orden de servicio, la que con relación a su defendido le fuere impartida por el General Hernán RAMIREZ RURANGE.Esta última defensa también será rechazada, en atención a que no consta en autos que el acusado PROVIS haya representado la orden ilegal a su superior jerárquico y, también, por la razón de que el cumplimiento de esa instrucción se produjo dentro del marco de la asociación ilícita cuya jefatura ejercieron entre otros el acusado antes nombrado y el General RAMIREZ RURANGE.Con relación al delito de asociación ilícita también será rechazada la alegación de la defensa, en cuanto sostiene que su representado PROVIS no tuvo participación en ella, puesto que esta aparece suficientemente demostrada con los elementos de juicio que se han enunciado en el considerando décimo cuarto de esta sentencia y con lo reseñado en el acápite anterior.Por último, con respecto a la alegación de prescripción renovada en el escrito antes señalado ella será rechazada por cuanto con la interposición de la querella y con su providencia respectiva se suspendió el término que señala la ley, que tratándose de crímenes, es de diez años.En atención a lo señalado y a lo que se resolverá más adelante, el tribunal coincide en lo que dice relación con este acusado con lo solicitado por los acusadores particulares.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del acusado PROVIS, aunque su extracto de filiación y antecedentes de fojas 14.931, registra una anotación por una causa anterior que es la rol Nº26.369, seguida por el homicidio del Coronel Gerardo HUBER OLIVARES en la que con fecha 05 de octubre de 2009, se dictó sentencia definitiva de primera instancia, por la que se condeno al imputado recién nombrado a la pena de ocho años de cárcel, la que no se encuentra ejecutoriada y, por ello, se accederá a otorgar a su favor la atenuante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, rechazándose la calificación pedida por cuanto no existen antecedentes que permitan darle a la atenuante antes indicada la calidad que se solicita.Se acogerá finalmente, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.SEPTUAGESIMO CUARTO: Que la defensa del imputado Pablo Rodríguez Márquez en lo principal del escrito de fojas 13.002 y siguientes, deduce las excepciones de previo y especial pronunciamiento de incompetencia absoluta del tribunal, la de prescripción de la acción penal y la de falta de personería para acusar, asimismo, contesta acusación de oficio, particular y adhesiones en forma subsidiaria. Dice que en la eventualidad que el tribunal rechace la declaración de prescripción en esta sede, solicita se renueve su revisión en definitiva, absolviendo a su representado conforme lo permite el inciso 2° del artículo 434 del Código de Procedimiento Penal. Con respecto a la acusación de oficio, el tribunal, conforme al mérito probatorio de los elementos de juicio allegados a la causa, manifiesta que se encuentran legalmente acreditados los hechos que consigna el auto acusatorio. La defensa, contestando los cargos y adhesiones, se refiere, en primer término, a la subsunción de la conducta en delitos determinados. Señala, que el tribunal, fundado en los hechos que declara probados atribuye que las conductas descritas –en relación a su representado– se subsumen en las descripciones típicas de los artículos 141 inciso cuarto; 292, 293 y 269 bis en relación al artículo 141 inciso 1°, todas del código punitivo, en calidad de autor conforme al artículo 15 N°1,del mismo cuerpo de leyes. Señala que, como aproximación al tema, es posible observar una seria dicotomía en dos Capítulos de la Acusación Fiscal. En efecto, al acusado Rodríguez Márquez, se le atribuye la autoría en dos ilícitos; el uno, como autor de secuestro del inciso 4° del artículo 141 y, coetáneamente, el del inciso 1° de la misma norma, este último en relación con un delito que no existe, cuyo tratamiento se hará en el acápite respectivo. Como se observará, el artículo 141 en su geografía describe tres situaciones absolutamente distintas; en su inciso primero la doctrina lo describe como secuestro simple y el inciso 4° como calificado y la propia ley le asigna a cada situación una penalidad que difiere en gravedad. En la especie, la acusación incumple el mandato legal expresado en el artículo 424 del Código de Procedimiento Penal, ya que los Capítulos de la Acusación sea de oficio o particular se debe asignar la responsabilidad de una manera precisa determinando –en este caso- ,si se es autor de secuestro simple o calificado. Esta cuestión no es baladí, porque –dentro de otros vicios– ataca una situación casi sagrada dentro del debido proceso de ley, cual es, la única oportunidad procesal para que el acusado pueda desvirtuar los cargos que se le atribuyen por el juez, produciendo incluso indefensión –cuestión de vital importancia para dar, a su turno– cumplimiento a las exigencias del artículo 500, en relación con el artículo 541 numerales 9° y 12°, todos del Código de Procedimiento Penal. Dice la defensa que hecha valer esta circunstancia, procederá a contestar los cargos en el orden lógico. En lo que se refiere al delito de obstrucción a la justicia en concurso con secuestro simple, dice que, a la fecha en que se producen los hechos, esto es, entre el 26 de octubre de 1991 y últimos meses de 1992,la norma penal en la que se pretende subsumir la actividad material de su representado decía “…El que rehusare a proporcionar a los tribunales de justicia antecedentes que conozca o que obren en su poder y que permitan establecer la existencia de un delito o la participación punible en él, o que, con posterioridad a su descubrimiento, destruya, oculte o inutilice el cuerpo, los efectos o instrumentos de un crimen o simple delito, será sancionado con la pena señalada para el respectivo crimen o simple delito, rebajada en dos grados…”. Con fecha 14 de noviembre de 2005, se promulga la Ley 20.074, que sustituye la descripción anterior, y prescribe “…El que a sabiendas obstaculice gravemente el esclarecimiento de un hecho punible o la determinación de los responsables, mediante la aportación de antecedentes falsos que condujeren al Ministerio Público a realizar u omitir actuaciones de la investigación, será sancionado…”. De la simple observación de los textos es posible constatar que ambas descripciones son distintas, aunque ambas, se refieren a testigos y no a imputados del ilícito de que se trate, porque de otra manera estarían vulnerando la garantía constitucional descrita en el artículo 19 N°7, letra f) de la Constitución Política de la República y, distintos son también los entes persecutores a los cuales se les priva de información, ambos con distinta y obvia naturaleza jurídica. En términos sencillos el –a la sazón– Capitán Pablo Rodríguez Márquez, quien es sometido a proceso por este presunto ilícito con fecha 18 de octubre de 2002, auto de procesamiento que se mantiene vigente y coetáneo con el dictado el 29 de diciembre de 2003,no habría proporcionado al tribunal, antecedentes que conociere o que hubieren obrado en su poder, los que hubieren permitido establecer la existencia del delito o la participación punible en él, o que con posterioridad a su descubrimiento haya destruido, ocultado o inutilizado el cuerpo, los efectos o instrumentos de un crimen o simple delito. Pues bien, como el tribunal en el auto acusatorio antes referido, liga el inexistente delito de obstrucción a la justicia con el secuestro simple de Berríos Sagredo, resulta que el imputado Rodríguez Márquez –según la acusación de oficio– obstruyó la acción de la justicia, ejecutando todas o algunas de las acciones que describía el tipo penal. Pues bien, si obstruyó realizando las acciones que describía la norma penal sustituida, como pudo –al mismo tiempo– ser autor de secuestro calificado? La acusación particular del Consejo de Defensa del Estado señala que no existe “obstrucción”,sino cooperación al delito principal que señala es el secuestro agravado o con resultado de muerte. En consecuencia, señala la defensa que su defendido Pable Rodríguez Márquez, no obstruyó la acción de la justicia porque su accionar físico siempre estuvo orientado a una conducta lícita, conforme al rol estatutario al que estaba adscrito y, porque, en definitiva la descripción típica a la que habría infringido fue derogada por una ley posterior más favorable al encartado, de allí que debe absolvérsele. Con respecto al delito de asociación ilícita por el que también se formulan cargos al imputado Rodríguez, la defensa, en primer término describe los tipos penales que se refieren a dicho ilícito. Estos se encuentran en los artículos 292 y 293 del Código Penal. El primero de ellos, esto es, el artículo 292 dice los siguiente: “…Toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo hecho de organizarse…”. El artículo 293 señala: “…Cuando la asociación ha tenido por objeto la perpetración de crímenes, los jefes, los que hubieren ejercido mando en ella y sus provocadores, sufrirán la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados…”. “…Cuando la asociación ha tenido por objeto la perpetración de simples delitos, la pena será de presidio menor en cualquiera de sus grados para los individuos comprendidos en el acápite anterior…”. Conforme al texto de la acusación, el tribunal no discrimina con respecto a la participación de todos los acusados, de allí que deba entenderse que los considera a todos como “Jefes” de la supuesta asociación para delinquir. Asimismo, la letra r) del considerando 2° de aquel, parece contener las conductas, eventualmente, reprochables penalmente, subsumidas –a su turnoen las descripciones penales transcritas. Para una mayor comprensión y análisis, los acusados, dentro de los cuales está su representado, habrían realizado todas o algunas de las siguientes conductas: 1) Se coordinaron con el entonces Director de la Dirección de Inteligencia del Ejército. 2) Procedieron a participar en diversas acciones tendientes a sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en países vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados de diversos crímenes y simples delitos cometidos durante el régimen militar, formando para ello una asociación ilícita con propósitos delictuales, constituída al interior del Ejército, utilizando los medios que este proporciona, establecen una línea de mando jerárquica paralela a la que detentaban dentro de la orgánica de la DINE,con algunos jefes superiores del AUGE y del Batallón de Inteligencia del Ejército.(BIE). 3) Proporcionan recursos económicos a los miembros del grupo para la realización de las misiones ilícitas que les son encomendadas. 4) Establecen vínculos con militares extranjeros a los que invitan a participar en esta organización delictual, quienes, en algunos casos actúan directamente, y, en otros colaboran en la perpetración de los delitos que se investigan en esta causa. 5) Operando al margen de la ley entre 1991-1993. Dice la defensa, que su representado jamás participó –a ningún título– en ninguna asociación para delinquir. Agrega que no se habría coordinado con el Director de DINE, sino que se habría limitado a cumplir órdenes que le fueron impartidas; tampoco habría participado en la sustracción de ningún individuo de la acción de la justicia ni proporcionado refugio a los mismos; Señala que hasta donde está probado ni Berríos Sagredo ni Sanhueza Ros tenían la calidad de imputados por delitos cometidos dentro del régimen militar, sólo tenía esa condición el reo rematado Herrera Jiménez, cuestión que no cae dentro del conocimiento del tribunal a su cargo. Tampoco, su cliente jamás proporcionó ni recursos económicos para miembros de la Dirección de Inteligencia del Ejército, ni para si mismo, para cumplir misiones ilícitas; salvo aquellos que percibió en el carácter de legítimos y reglamentarios para ejercer sus propias funciones que, a su turno, siempre fueron lícitas y legítimas. También manifiesta que jamás estableció vínculos con militares extranjeros ni los invitó a participar en esa organización delictual y, tampoco cometió delitos de ninguna naturaleza ni dentro del período que medió entre 1991 a 1993, ni en toda su existencia física. Con relación al análisis del tipo penal de la Asociación Ilícita, dice que es pacífico en la doctrina penal nacional e internacional que el tipo “asociación ilícita” societas delincuentium”, tenido conceptualmente – desde el punto de vistas de la sanción – como de “emprendimiento o adelanto de la punibilidad”, protege el bien jurídico de la “tranquilidad pública”.Agrega que esta cuestión no es baladí ya que el traspaso de la parte general a la especial de los códigos punitivos, tiene por objeto tutelar la confianza general de la sociedad afectada también genéricamente por una cuestión de orden público ante la posibilidad real de que estas societas se formen con el objeto de llevar a cabo conductas indeterminadas, perennes en el tiempo, porque de formarse –como las bandas o por pluralidad de sujetos– para delitos determinados, la sociedad que se forma es criminis o asociación criminal que no escapa a los parámetros de la co-autoría. Es así como el animus contrahende de los integrantes de las societas delincuentium debe darse para formar una societas que se propone una serie indefinida e indeterminada de delitos, constituyéndose así, en una agresión permanente para la sociedad civil, de allí que el legislador en el artículo 292 del Código Penal expresa “…importa un delito que existe por el sólo hecho de organizarse…”, penalizando de acuerdo a la gravedad de los ilícitos y del mando que sus componentes ejerzan y se haya propuesto cometer y/o ejercer. Tal como se esboza, no basta la pluralidad de sujetos sino que debe existir –como en todo acto humano– un animus finalista. La afecttio societatis, o querer formar parte, es una condición necesaria, pero, no única, además debe ser aceptado. Esa voluntad de ser socio tiene que estar conteste con la convicción de que integra una organización adhiriendo a sus planes y conociendo sus fines, es decir, el dolo se integra exclusivamente en la voluntad de sentirse realmente perteneciente al grupo, produciendo la comunicabilidad de sus acciones con los demás partícipes. Sus requisitos son los siguientes: 1) La concertación de varias personas para la comisión de delitos; 2) Cierta organización; 3) Estabilidad y ; 4) Permanencia en el tiempo. Como se observará, en este ilícito como se ha adelantado, tiene como objetivo penalizar conductas indeterminadas, permanentes e indefinidas, que pongan en serio riesgo la tranquilidad pública, adelantando la punibilidad, es decir, se les amenaza con pena aún antes que éstas se lleven a cabo o concreten; que se opone al concepto de co-autoría, donde la comunión de voluntades debe estar dirigida exclusivamente a una sola conducta disvaliosa y debe ser excluyente para con otros delitos, toda vez que el concierto es de naturaleza ocasional y hasta contemporáneo con el hecho reprochable no permanente y anterior como en la asociación ilícita. El tribunal para fundamentar la existencia de esta supuesta organización criminal, declara que “…la forma como se actuó con respecto a Berríos corresponde a una operación de inteligencia similar a las realizadas con el Mayor Carlos Herrera Jiménez y con el Mayor Arturo Sanhueza Ros...,agregando….el objeto de estos operativos fue impedir que personas que eran requeridas por los tribunales de justicia chilenos comparecieran ante los mismos a prestar declaración sobre hechos en los cuales o estaban involucrados o respecto de los cuales poseían antecedentes para el esclarecimiento de sus circunstancias o partícipes…”. Antes que todo, del mérito del proceso resulta que ni Berríos ni Sanhueza Ros, estaban imputados a esa fecha como autores, cómplices o encubridores de delitos contra los “DD.HH”; Berríos tenía una citación emanada del Ministro de la Excma. Corte Suprema, don Adolfo Bañados Cuadra, que se transformó en una orden de aprehensión por desobediencia o desacato al tribunal pertinente y no como se ha especulado, a título de partícipe en delitos. En el caso de Sanhueza Ros, ni siquiera estaba citado a comparecer a un tribunal y, ha quedado establecido que fue contratado por el Servicio Secreto Exterior –una vez que obtuvo su baja del Ejército-, como informante pagado; agrega, la defensa que, ni el uno ni el otro, fueron sacados por estar involucrados en problemas de delitos de lesa humanidad, porque, a la fecha de sus respectivas salidas del país, no existía ningún tribunal que los mantuviera en calidad de partes en causa criminal. Dice, que tal como se ha adelantado, Rodríguez Márquez, era -a la fecha de los hechos-, un Oficial del Ejército, en esa condición jurídica estaba obligado, no sólo estatutariamente, sino legalmente intimado de recibir una sanción, sea disciplinaria o penal, como las que describe el artículo 336 del Código de Justicia Militar, que puede llegar hasta la muerte (en tiempo de guerra), si desobedecía. De allí que, su disposición psíquica, como todo militar, está orientada al cumplimiento. Para este afán, se transcribe el inciso 2° del artículo 20 del Reglamento de Disciplina de las Fuerzas Armadas que ordena “…Toda orden del servicio impartida por un Superior debe cumplirse sin réplica…”, salvo las excepciones que la misma norma reglamentaria describe. En la especie, Pablo Rodríguez era un Oficial de Inteligencia, especialista en esa área militar y, el día 25 de octubre de 1991, recibió una orden del servicio, que como se ha señalado, decía relación con la seguridad nacional; en este estado de cosas, recibe otra, dada por la máxima autoridad de Inteligencia del Ejército, en este caso el General de Brigada Sr. Hernán Ramírez Rurange. La segunda orden carecía de todo viso de ilegalidad, por lo que, no estaba dentro de ninguna de las excepciones que señalan el inciso 2° del artículo 20 del Reglamento o 335 del Código de Justicia Militar, por lo que –su deber– era cumplirla. Esta situación del Teniente Coronel Rodríguez Márquez, la compartió con todos y cada uno de los afectados en esta situación, por lo que –racionalmente– nadie, ninguno tuvo intención ni posibilidad de salirse de su ámbito legal y de acción; de allí que, aunque las acciones desplegadas fueren como dice Carrara “…un acto se convierte en delito sólo cuando choca con la ley; puede ser dañoso, puede ser malvado, puede ser malvado y dañoso, pero si la ley no lo prohíbe, no es dado reprocharlo como delito por quien lo ejecuta…..”,no pueden subsumirse en la figura penal de la Asociación Ilícita. Por ello, solicita se absuelva a su representado por este cargo que se le ha formulado. Con relación al delito de secuestro calificado, dice, que en la especie, la defensa estará circunscrita a la actividad fáctica que le correspondió realizar a su representado y que no es otra que la de cumplir entre las misiones oficiales que ejercía, otra u otras que le encomendaba su superior directo, a través de Silva Valdés. En efecto, Berríos sale de Chile por Punta Arenas en dirección a Río Gallegos via Monte Aymond; lo hace junto a Pablo Rodríguez, su hermano Jorge en su jeep y Lillo Gutiérrez, último, que en definitiva lo acompaña en un avión de itinerario a Buenos Aires, donde lo esperaba Silva Valdés y, luego, ambos más Berríos se dirigen vía fluvial a la República del Uruguay. Como se observa Berríos por tres días consecutivos viaja, come, pernocta y se desplaza sin dificultad, todo esto, a vista y paciencia de innumerables personas corrientes y policías, últimos que están y vigilan sistemáticamente los aeropuertos internacionales. Tampoco pasará inadvertido para el tribunal, que Pablo Rodríguez Márquez era un Oficial de Inteligencia, característica no menor en cuanto al entorno en que se desarrollaba que es, ni más ni menos, la Contrainteligencia del Ejército de Chile. Paralelamente, tenemos que, si bien, sus misiones eran relevantes desde el punto de vista estratégico, su condición misma era precaria e insignificante en comparación con los actores relevantes de la trama, máxime cuando la orden de salida de Berríos la dio el propio General Pinochet. Ahora bien, si hubo un exceso no vino ni nació en él, y, sólo cumplió en los términos del artículo 20 del Reglamento de Disciplina de las Fuerzas Armadas. Básicamente, porque nunca se representó que la orden que cumplía tendía notoriamente a la perpetración de un delito, lo notorio era que debía cumplir una cuestión cuyas aristas no podía y no pudo percibir. Con relación al derecho, resulta que el acusado Rodríguez Márquez durante su carrera militar siempre realizó actividades de carácter profesional e institucional y su egreso del territorio nacional que se debía llevar a cabo el día 26 de octubre de 1991 se debía realizar en cumplimiento de actividades ordenadas por el propio Director de Inteligencia relativa a materias atingentes a la seguridad nacional y, en las dos oportunidades en que desarrolló actividad física referida a Berríos Sagredo, lo hizo como una cuestión intermedia, aprovechando el medio geográfico en que en ese momento se encontraba inmerso. Por otra parte, del propio mérito de la prueba allegada por el tribunal, se desprende que Berríos Sagredo jamás estuvo privado ilegítimamente de libertad. En efecto, de la declaración de innumerables personas que se pronunciaron sobre la vida de aquel, tanto en Chile como en el extranjero, queda en evidencia que: 1° Berríos quería y tenía obsesión por salir de Chile (fojas 1973, 3602-3603 Pérez Santillán); fojas 2163 declaración extrajudicial de Gladys Schemeisser; fojas 2792 y 3497 de Miguel Miranda Arrau; fojas 3786,3790,4110-4111 de Aldo Duque Santos, y, 2° Berríos se desenvolvía libremente en Uruguay y fue visto con posterioridad al 15 de noviembre de 1992 (fojas 5, 6, 7, 18, 25, 31, 32, 482 , 611, 1.555, 1.633, 1.661 todas de Gladys Schemeisser) fojas 1.681 de la Sra. Cazareto Zalacaín; fojas 1.684 de Luis Míguez). Por las razones expuestas, solicita al tribunal absolver a su representado por el delito de secuestro calificado de Eugenio Berríos Sagredo, conforme lo prescribe el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, en relación al artículo 488 del mismo cuerpo legal, porque conforme a las presunciones judiciales que obran en autos, ellas producen plena prueba de que aquel jamás estuvo privado ilegítimamente de libertad o si lo estuvo después de diciembre de 1992, su defendido, en ambos casos carece de participación criminal. A continuación, la defensa procede a contestar las acusaciones deducidas en contra de su representado y dice que el Abogado Procurador Fiscal de Santiago por el Estado de Chile y la abogada Sra. Luisa Sanhueza Gómez por la fenecida Ley N° 19.123,han acusado particularmente, en idénticos términos; a objeto de no ser repetitivo y por economía procesal da por reproducida –en lo que corresponde a cada una– la contestación de la acusación de oficio, limitándose a puntualizar aquellas cuestiones que fueron abordadas por las mismas y que difieren de la acusación del tribunal. El Estado de Chile y el “Programa de la Ley N°19.123, consideran, aunque de una manera imperfecta, que en la especie no existe obstrucción en el sentido del artículo 269 bis del Código Penal, limitándose a decir que “…miembros del Ejército, específicamente de la Dirección de Inteligencia del Ejército y de la Auditoría General, conformaron un grupo organizado, jerarquizado y permanente cuyo objeto era cometer delitos que permitiesen alejar del accionar de la justicia, de cualquier modo, a ex agentes de los servicios de inteligencia involucrados en procesos seguidos por violación a los derechos humanos…”. Atribuyendo al General Torres Silva y al Coronel Ibarra que “seleccionando para la organización aquellos individuos que debían ser sacados del país, debido al conocimiento que poseían de los procesos judiciales pendientes en los cuales estaban involucrados ex miembros de la institución y de los servicios de inteligencia del gobierno militar…”. Por otra parte, del análisis de las propias atribuciones legales del DINE, queda en evidencia que este organismo no tenía necesidad de “asociarse criminalmente” con el AUGE u otros funcionarios para obtener la información que requería, porque estaba dentro de sus facultades legítimas obtenerlas por los medios idóneos y tampoco tenía necesidad de “…montar una organización ilícita paralela a la estructura regular de la institución a la cual pertenecían….”. No obstante la dialéctica empleada en estas acusaciones particulares no se llega a establecer cuales son los hipotéticos delitos que habrían cometido los asociados para alejar a los”beneficiados” del accionar de la justicia. En efecto, tal como se ha sostenido ni Berríos Sagredo, ni Sanhueza Ros, estaban a la fecha de sus respectivas salidas del país, imputados por delitos contra los Derechos Humanos, de suerte que, la supuesta asociación para delinquir no tenía por fin la comisión de crímenes o simples delitos, por lo que, se haya también ausente otro de los elementos o requisitos exigidos por la doctrina para su constitución. Por último, y respecto al eventual secuestro de Berríos Sagredo, es inconcuso que quien, por las razones que sea, aprovecha, pide o acepta el mando de un General del Ejército para salir del país, mantenerse varios meses en un país extranjero completamente solo, desarrollando una vida absolutamente normal, por lo menos hasta el 15 de noviembre de 1992,no puede estar privado ilegítimamente de libertad y, si ello hubiere acontecido en algún momento, Pablo Rodríguez Márquez no tiene participación dolosa. Por tanto, solicita al tribunal absolver a su representado de los cargos formulados en las acusaciones particulares, por ausencia de participación criminal en los mismos. En cuanto a las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal, en primer término, alega la eximente contemplada en el artículo 214 del Código de Justicia Militar, el cual señala: “...Cuando se haya cometido un delito por la ejecución de una orden del servicio, el superior que la hubiere impartido será el único responsable, salvo el concierto previo, en que serán responsables todos los concertados…”. Dice, que como el delito de obstrucción a la justicia no existe, y, en consecuencia no puede ser punible, sólo restan los delitos de asociación para delinquir y secuestro, es inconcuso que, en su condición de Oficial del Ejército de Chile no ha podido oponerse a las órdenes de sus superiores, por lo que, en la eventualidad que hubiere infringido la ley, esa conducta está expresamente exenta de responsabilidad criminal. En consecuencia, la ley sólo exige para la procedencia de la eximente que se haya cometido un delito por la ejecución de una orden del servicio, en el caso en particular y atento a todo el desarrollo de las contestaciones sea fiscal o particulares, es de manifiesto, que a raíz del cumplimiento de una orden del servicio se habría cometido un delito, por lo que procede que el tribunal declare con respecto a su representado la exención penal descrita en la norma transcrita. En subsidio, invoca a favor de su defendido las aminorantes del artículo 211 del Código de Justicia Militar, la que justifica en haberse cometido el hecho en cumplimiento de órdenes impartidas por un superior y ellas habrían sido relativas al servicio que en ese momento se encontraba cumpliendo, por lo que la referida atenuante puede ser considerada como muy calificada. También, alega en beneficio de su representado la circunstancia modificatoria de responsabilidad criminal contemplada en el artículo 103 del Código Penal, esto es, la denominada “media prescripción”,ya que, tal como se alegó para los efectos de la declaración de la prescripción de la acción penal, su cliente se “presentó” ante estrados, con fecha 22 de agosto de 2002,es decir, habían transcurrido desde los eventuales hechos criminosos, más de once años; teniendo los ilícitos que se le atribuyen penalidad de crímenes y de simple delito, respectivamente, la exigencia de cinco años, que en este caso cubre ambos, por lo cual procede que el tribunal actúe en los términos que ordena el inciso 3° del artículo 68 del Código Penal, es decir, considere el hecho como revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas, imponiendo la pena inferior en tres grados al mínimo, esto es, presidio menor en su grado medio y presidio menor en su grado mínimo, respectivamente. Por último, solicita se considere en pro de su patrocinado, la atenuante de su irreprochable conducta anterior contemplada en el N°6 del artículo 11 del Código Penal y, por el comportamiento ejemplar que ha mantenido durante su existencia, solicita que esta sea considerada como muy calificada, teniendo aplicación entonces lo dispuesto en el artículo 68 bis del Código Penal, que se sumará a la atenuante especial solicitada en el numeral anterior. Por lo anterior, solicita se tenga por alegadas las referidas circunstancias modificatorias descritas, procediendo en un caso a absolver a su cliente o, en subsidio, declarar que le benefician, a lo menos, tres circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal, todas ellas muy calificadas, rebajando la pena en tres grados al mínimo, declarando que se le beneficiará con la remisión condicional de la pena impuesta. SEPTUAGESIMO QUINTO: En primer término el tribunal rechazará la excepción de prescripción renovada por la defensa del acusado RODRIGUEZ MARQUEZ, en atención a que a la fecha en que se dedujo la querella y a la de la resolución por la que se le dio curso a la misma, no alcanzó a transcurrir el término exigido por la ley para disponer la prescripción de la acción penal ejercitada por la parte querellante.En consecuencia, procederá rechazar la aludida excepción de prescripción.En cuanto se refiere al delito de secuestro la defensa, del imputado RODRIGUEZ observa una dicotomía en dos capítulos de la acusación fiscal puesto que a su representado se le atribuiría autoría en dos ilícitos; el uno, como autor de secuestro del inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y, coetaneamente, el del inciso 1º de la misma norma.Dice que el referido precepto legal describe tres situaciones distintas, el del inciso primero constituye secuestro simple y el del inciso 4º, secuestro calificado y la propia ley le asigna a cada situación una penalidad que difiere en gravedad.- En la especie, la acusación incumple el mandato legal expresado en el artículo 424 del Código de Procedimiento Penal, ya que por los capítulos de la acusación, sea de oficio, o particular, se debe asignar la responsabilidad de una manera precisa determinando – en este caso-, si se es autor de secuestro simple o calificado.También, señala la defensa que como el Tribunal en el referido auto acusatorio, liga el inexistente delito de obstrucción a la justicia con el secuestro simple de BERRIOS SAGREDO, resulta que el imputado RODRIGUEZ MARQUEZ –según la acusación de oficio- obstruyó la acción de la justicia, ejecutando todas o algunas de las acciones que describía el tipo penal.- Pues bien, si obstruyó realizando las acciones que describía la norma penal substituída, como pudo –al mismo tiempo- ser autor de secuestro calificado? La acusación particular del Consejo de Defensa del Estado señala que no existe “obstrucción”, sino cooperación al delito principal que señala es el secuestro agravado o con resultado de muerte.El Tribunal rechazará la referida alegación, en primer término, porque en cualquier referencia hecha al inciso primero del artículo 141 del Código Penal, lo que este juzgador ha pretendido es identificar los verbos rectores del aludido tipo penal, esto es, los vocablos “encerrar” y/o “detener”, no teniendo ello más alcance que esto y, por otra parte, el auto acusatorio en su acápite 2.- señala expresamente, que el cargo que se le formula al nombrado RODRIGUEZ es el de ser autor del delito de secuestro establecido en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.En segundo lugar, también corresponde desestimar la alegación que señala que como la finalidad del egreso de BERRIOS fue obstruir la acción de la justicia, y dicho ilícito fue derogado por una ley posterior, no podría sancionarse a este acusado, lo que no resulta procedente, en atención a que si bien, como se señalará más adelante, corresponde absolver al acusado por su participación en el delito de obstrucción a la justicia, el delito de secuestro es una figura penal independiente que pude o no coexistir con el de obstrucción a la justicia y, por otra parte, lo que el tribunal ha querido significar en la resolución aludida por la defensa, es que, con la afectación a la libertad personal de BERRIOS, se quiso dificultar y/o entorpecer la acción jurisdiccional, lo que se consiguió con la muerte de este último.- Además, la participación del nombrado RODRIGUEZ en este ilícito –secuestro calificado- esta, sobradamente demostrada en autos, con el propio reconocimiento que él hace, de haber procurado el egreso de BERRIOS a través de un paso fronterizo utilizando un documento que no correspondía a este sujeto y posteriormente, trasladarlo a Argentina desde donde fue llevado a Uruguay.- También, ha reconocido haber ido a ese último país y haber estado en contacto con el sujeto víctima del secuestro y, por último, ha señalado haber formado parte de la Unidad de Análisis de DINE, algunos de cuyos miembros –entre los cuales se encuentra el imputado-, formaron una asociación ilícita en la forma que se indicará a continuación.De esta manera el Tribunal, tiene por plenamente justificada la participación de este acusado como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal, coincidiendo con lo peticionado por la acusadora particular y por la parte del Programa que se adhirió a la acusación de oficio en los mismos términos de esta.Respecto del delito de asociación ilícita por que se le han formulado cargos, solicita su absolución por cuanto, en su concepto, no se encuentra legalmente comprobado dicho hecho punible. Dice que su defendido nunca ha formado parte de ninguna asociación ilícita ni de ningún otro tipo. Manifiesta que es cierto que formaba parte de una “unidad especial”, constituída dentro de la Dirección de Inteligencia del Ejército, la cual se encontraba al mando del Mayor Arturo Silva Valdés y que tenía una dependencia directa del Director de la aludida repartición. Señala que es cierto que participó en la operación destinada a sacar del país al ex químico de la DINA llamado Eugenio Berríos Sagredo, a quien no conocía con anterioridad y que efectivamente viajó a Argentina y Uruguay con el objeto de visitar a este sujeto que se encontraba bajo la protección del Ejército. Agrega que todo lo anterior, lo realizó en cumplimiento de órdenes que le fueron impartidas por sus superiores jerárquicos y que nunca pensó que ellas obedecían a un propósito delictual. Que, si bien es cierto, que el aludido acusado a la fecha en que acaecieron los hechos que se investigan en la presente causa, se desempeñaba como oficial del Ejército de Chile y formaba parte de la unidad militar antes señalada, ello no significa que miembros de la señalada “unidad especial” no hayan formado una “asociación ilícita”, por cuanto se trataba de un grupo organizado, que operaba al margen de la orgánica previamente establecida de la Dirección de Inteligencia del Ejército y cuya misión principal obedecía al cumplimiento de un denominado “Control de Bajas”, lo que en realidad venía a significar que debían procurar la salida del país de ex agentes de los servicios de seguridad del régimen militar y del propio Ejército, que se hubieran visto implicados en delitos que significaron una violación a los “Derechos Humanos”. Para el cumplimiento de esa finalidad no trepidaron en violar la legislación vigente y en cumplir órdenes ilegales que claramente significaban que se encontraban dirigidas a la perpetración de delitos, operando al margen de la propia institucionalidad de la institución armada a la que pertenecían y también al juramento prestado que los obligaba a cumplir la constitución y las leyes de la República. Dicha asociación mantenía recursos que les eran proporcionados para operar, los cuales no se utilizaban para los fines propios del servicio, no se rendía cuenta de ellos, no se entregaban mediante los canales reglamentarios que correspondía, se ordenaban misiones sin que se dejara constancia de las respectivas “comisiones de servicio”, tal como corresponde a una institución militar y, sobre todo, apartándose de las funciones propias de un organismo de inteligencia militar, se utilizaron cuarteles, recursos económicos y medios materiales pertenecientes a la referida Dirección de Inteligencia del Ejército, con el objeto de cometer crímenes y simples delitos que le permitiera a la referida asociación ilícita el logro de sus objetivos delictivos. Asimismo, resulta del caso destacar que contrariamente a lo aseverado por la defensa, concurren en el presente caso, todos los elementos que según la doctrina permiten configura el tipo penal a que se ha hecho referencia, es decir, el imputado tomaba parte en una asociación cuya finalidad no era la especifica de la organización institucional de la que formaba parte; esta asociación tenía un número mínimo de partícipes y las tareas que cada uno de ellos realizaba se encontraban claramente determinadas por el mando superior de la referida asociación y, esta última, tenía un propósito colectivo de cometer delitos. Sin que la referida asociación se hubiera constituído para la comisión de un delito especifico, sino que genéricamente para la realización de todas las actividades ilícitas que se debieran llevar a cabo para la consecución de su finalidad, se puede señalar que con respecto al egreso ilegal del territorio nacional del químico Eugenio Berríos Sagredo fue necesario aprovechar la cobertura que proporcionaba una misión rutinaria del servicio para sacar a este civil utilizando una cédula de identidad falsa, por el Paso de Monte Aymond ubicado en la XII Región, luego trasladarse a Río Gallegos, de ahí a Buenos Aires, luego al puerto de Colonia en Uruguay de desde allí a Montevideo. Por otra parte, tal como lo preceptúa el artículo 292 del Código Penal: “...Toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo hecho de organizarse”. Aquí no se trata de castigar la participación en un delito, sino la participación en una asociación o banda destinada a cometerlos con independencia de la ejecución o inejecución de los hechos planeados o propuestos. El delito consiste en tomar parte en una asociación. Asimismo, para que pueda hablarse de asociación es necesario cierto elemento de “permanencia”, para lo cual habrá de atenderse en cada caso a la naturaleza de los planes de la asociación, pues se trata de un concepto relativo de permanencia. Tampoco se requiere que una asociación para cometer delitos revista formas especiales de organización, sin embargo, se necesita un mínimo de organización o cohesión entre los miembros del grupo. También es preciso que el sujeto sea conciente de formar parte de un grupo cuya existencia y finalidades les son conocidas y no se necesita, en consecuencia, el trato personal, ni el conocimiento, ni la reunión en común, ni la unidad de lugar. Los acuerdos pueden ser alcanzados por medio de emisarios o de correspondencia. El tipo penal antes referido, se satisface con la concurrencia de varios partícipes, no exigiendo la ley chilena un número determinado de ellos, sino que, por el contrario deja indefinida la cantidad de personas que pueden conformar la asociación. La figura penal antes referida exige un propósito colectivo de cometer delitos y el conocimiento de esa finalidad por parte de cada partícipe, se rige por los principios generales de la culpabilidad. No es necesario que la asociación se constituya inicialmente como asociación criminal; la finalidad delictiva puede agregarse a una asociación preexistente, pero, en tal caso no son autores de asociación ilícita todos los partícipes de la primitiva asociación, sino los que hayan impreso a ella el nuevo rumbo y los que hayan participado en los acuerdos y compartido la nueva orientación. La expresión crímenes o simples delitos usadas en plural por la ley, impone entender esta figura como referida a los casos en que el objeto de la asociación sea el de cometer, a lo menos, más de una infracción. Dicha conclusión es una consecuencia evidente de los principios generales relativos a la participación. Con respecto a la indeterminación de los delitos propuestos por la asociación, la ley requiere la pluralidad de delitos o de planes para llevarlos a cabo. Lo importante es que los planes delictivos sean varios, plurales; pero, es poco razonable exigir que sean indeterminados, pues ello haría prácticamente impracticable el tipo penal, toda vez que es necesario comprobar la existencia de planes delictivos, y estos, generalmente, llegarán a cierto grado de concreción. El hecho de que los planes, como planes, se hayan concretado, no quita a la asociación el carácter de tal. Debe tratarse de una pluralidad de planes y que pueda de hecho afirmarse la existencia de aquel elemento de permanencia, ya referido, que caracteriza a una asociación verdadera, diferenciándola de un acuerdo criminal, tendiente a varios delitos, pero, transitorio. La circunstancia de que alguno de los delitos planeados no haya sido ejecutado no resta aplicabilidad a la norma que describe el tipo penal referido, siempre que existan los elementos requeridos para dicho ilícito. De esto se desprende que la indeterminación de los hechos no es necesaria y que bien puede constituir prueba de la preexistencia de la asociación, cuya penalidad deberá concurrir materialmente con las que correspondan a los hechos ya consumados por esta.- Con respecto a estos, sin embargo, rigen siempre los principios comunes de la participación: no todo miembro de la asociación responde necesariamente de los delitos efectivamente consumados por algunos de sus miembros. Por último, se puede señalar que se rechaza la alegación formulada por la defensa del acusado RODRIGUEZ MARQUEZ, quien señala que en su calidad de miembro del Ejército de Chile, se habría limitado a cumplir órdenes de sus superiores jerárquicos y que debido al compartimentaje con que operan los servicios de inteligencia, desconocía que las misiones que se le encomendaron pudieran constituir hechos ilícitos. La referida alegación será desestimada, por cuanto la asociación ilícita de la cual formó parte el señalado imputado, constituyó un grupo paralelo a la institucionalidad normal del Ejército y, justamente ello fue la razón de su organización la que se llevó a efecto con el objeto de evitar la presentación ante la justicia de diversos militares y civiles incriminados de distintos crímenes y/o simples delitos, cometidos durante el régimen militar existente en nuestro país entre los años 1973 y 1990. El hecho que los componentes de esa asociación delictiva se hayan desempeñado como miembros activos de la institución antes señalada, no excluye que hayan actuado al margen de la legalidad, lo que justamente fue realizado por los mandos superiores de la Dirección de Inteligencia del Ejército, quienes según lo afirma el propio General Director de DINE, Sr. Hernán Ramírez Rurange, habría procedido de esa manera en cumplimiento de una orden directa que le fuera impartida por el propio Comandante en Jefe de la referida institución, General Sr. Augusto Pinochet Ugarte. Dicha conducta implica pasar por sobre el Estado de Derecho el que justamente conlleva un irrestricto respeto a la legalidad y a la competencia que constitucionalmente corresponde a cada uno de los poderes y autoridades que conforman la institucionalidad del país. Es necesario, también, precisar que estos hechos tuvieron ocurrencia durante la plena vigencia de un régimen constitucional normal, debiendo cada uno de los miembros de la institución Ejército de Chile cumplir con las obligaciones que les imponen la Constitución y las Leyes de la República, lo que como se ha comprobado en la presente investigación criminal, no aconteció. Lo anterior aparece de manifiesto cuando se observa que el presente sumario se inicia justamente por medio de una denuncia efectuada por el propio Ministro del Interior de la época Sr. Enrique Krauss Rusque, lo que evidencia el desconocimiento que tenía la autoridad civil de las inconductas de los altos mandos militares antes nombrados. En lo referente a este ilícito, las partes del Consejo de Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, han acusado particularmente al nombrado imputado RODRIGUEZ MARQUEZ como autor del delito descrito en el artículo 294 del Código Penal, en lugar del tipo del artículo 293 del mismo cuerpo legal invocado por el Tribunal.En atención al mérito de autos, y a lo peticionado por las referidas partes, se accederá a ello en la forma que se expresará en lo resolutivo de esta sentencia.Que haciéndose cargo el tribunal de la argumentación de la defensa en cuanto sostiene que no se habrían producido los hechos que dieron sustento al procesamiento y acusación por el delito de obstrucción a la justicia y la aceptará, con la salvedad que la referencia que se hace al artículo 19 Nº7 letra f) de la Constitución Política del República debe entenderse hecha al artículo 19 Nº3, inciso 7º de esa carta fundamental, y también, como en virtud de la Ley 20.074 sustituyó la descripción contemplada en el artículo 269 del Código Penal y dejó circunscrita a la aportación de antecedentes falsos que condujeren al Ministerio Público a realizar u omitir actuaciones de la investigación, lo cual como es sabido en el presente caso –que se rige por el procedimiento establecido en el Código de Procedimiento Penal-, no ocurre y, por ello, al haber sido derogado tácitamente el tipo penal respectivo corresponde dictar sentencia absolutoria en favor del imputado antes señalado en relación al delito antes referido.Con relación a la eximente contemplada en el artículo 214 del Código de Justicia Militar, que señal lo siguiente: “Cuando se haya cometido un delito por la ejecución de una orden del servicio, el superior que la hubiere impartido será el único responsable; salvo el caso de concierto previo, en que serán responsables todos los concertados.El inferior que, fuera del caso de excepción a que se refiere la parte final del inciso anterior, se hubiere excedido en su ejecución, o si, tendiendo la orden notoriamente a la perpetración de un delito, no hubiere cumplido con la formalidad del artículo 335, será castigado con la pena inferior en un grado a la asignada por la ley al delito”.En atención al mérito de autos este Tribunal procederá a desestimar dicha alegación por cuanto, tal como se ha dicho anteriormente, no fue una orden del servicio la que cumplió el nombrado acusado RODRIGUEZ MARQUEZ, sino que por el contrario, él formó parte de una asociación ilícita y en ese marco procuró el egreso de BERRIOS de Chile, no existiendo constancia en autos de que haya cumplido con la formalidad descrita en el artículo 335 del señalado Código de Justicia Militar, esto es, que hubiese suspendido el cumplimiento de la orden y, en casos urgentes –por tender la orden notoriamente a la perpetración de un delito-, la haya modificado, dando inmediata cuenta al superior.Por la misma razón se rechaza la atenuante del artículo 211 del Código de Justicia Militar que fuera invocada en forma subsidiaria por su defensa.Asimismo, esta última alega a favor de su defendido la atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior de su representado, la que será acogida por cuanto esta justificada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 14.936 exento de anotaciones penales anteriores.- Rechazándose la calificación pedida por no estar debidamente comprobada en autos.Se acogerá también, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.SEPTUAGESIMO SEXTO: Que en lo principal del escrito de fojas 13.146 y siguientes, la defensa del acusado Jaime Torres Gacitúa contesta la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusación particular deducidas en contra de su representado y solicita se le absuelva, por no encontrarse acreditada su participación en los hechos punibles investigados en autos. En su defecto, de estimar el tribunal que existe mérito o antecedentes para dictar sentencia condenatoria, solicita se reconozca a su respecto la circunstancia atenuante de responsabilidad del artículo 11 N°6 del Código Penal, considerándose su irreprochable conducta anterior como atenuante muy calificada. Igualmente, solicita se reconozca a su respecto la institución comúnmente llamada “media prescripción”, contemplada en el artículo 103 del Código Penal. Como cuestión previa señala que consta en el auto acusatorio, que los hechos objeto de la presente investigación criminal habrían ocurrido entre fines de 1991 y noviembre de 1992 y se acusa a su defendido como autor del delito de secuestro previsto en el artículo 141 inciso 4° del Código Penal. Sin embargo, a la luz del artículo 18 del señalado cuerpo legal y 19 N° 3 inciso 7° de la Constitución Política de la República, no cabe duda que la legislación aplicable es la vigente a la época de los hechos, esto es, el artículo 141 antes de las modificaciones introducidas por la ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993 y luego por la ley 19.241 de fecha 28 de agosto de 1993 y finalmente por la ley 19.737 de 5 de junio de 2001. Agrega, que en este orden de ideas, resulta que a la época de los hechos, y como se ha señalado, antes de la modificación introducida por la ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993,el artículo 141 del Código Penal sólo contemplaba tres incisos y, el último de ellos señalaba lo siguiente: “Si el encierro o la detención se prolongare por más de noventa días, o si de ellos resultare un daño grave en la persona o intereses del encerrado o detenido, la pena será de presidio mayor en cualquiera de sus grados”. En consecuencia, se estaría acusando a su defendido por una disposición penal inexistente a la época de los hechos, lo que importa un atentado grave al derecho a defensa y, también, la acusación particular del Consejo de Defensa del Estado incurre en el mismo error, al invocar, dentro de los ilícitos que habría cometido su defendido, aquel previsto en el inexistente inciso 4° del artículo 141 del Código Penal. Por otra parte, luego de hacer una breve referencia a los antecedentes personales de su defendido, analiza los tipos penales por los que se formulan cargos a éste. En primer término, con relación al delito de secuestro señala que la vaguedad de la descripción de los hechos contenida en la acusación fiscal dificulta gravemente una adecuada defensa. Si a ello se agrega que la disposición penal relativa al delito de secuestro que se le imputa no existía a la época de los hechos, el derecho a defensa, resulta -en su opinión-, simplemente ilusorio. A continuación, señala que debe analizar el tipo penal del secuestro por un lapso determinado de tiempo, que es el que supone pretende configurar el acusador. Dice que éste es el razonamiento del Consejo de Defensa del Estado, que en lo pertinente se encarga de subrayar el plazo de 15 días y decir que la detención duró mucho más. La norma vigente a la época hablaba de 90 días. ¿Cuanto duró el secuestro? ¿Cuánto tiempo lo habrá tenido secuestrado su defendido? Agrega que no hay antecedentes reales y concretos en el proceso que permitan siquiera presumir que Berrios estuvo secuestrado todo el tiempo que estuvo en Uruguay. De hecho, la propia cónyuge que lo visitó en Uruguay en noviembre de 1991 y en octubre de 1992, declara a fojas 1659 que nunca se percató de tal secuestro. De hecho, relata que cuando estuvo con Eugenio Berrios en octubre de 1992, en Uruguay, éste manifestó que quería quedarse con ella en ese país. Todo indica, dice la defensa, que Berríos salió voluntariamente del país, su salida cumplió aparentemente un doble fin. Para Berríos, fue claramente una manera de burlar prestamistas y narcotraficantes que lo tenían amenazado (por eso sale voluntariamente) y para el Ejército, habría sido la forma de evitar sus declaraciones en procesos sobre derechos humanos. En consecuencia, su estadía en Uruguay fue voluntaria. Agrega que tan claro es que Berrios se encontraba voluntariamente en Uruguay que el propio conserje del edificio donde vivía, don Luis Angel Miguez, declara a fojas 2391 textualmente: ”…salía varias veces a caminar solo, a veces iba al supermercado…”, testimonio que no se condice con una situación de secuestro. Del mismo modo, Ginés Rojas Gómez declara a fojas 2777 que Berrios lo llamó y le dijo que estaba en Uruguay protegido por los militares. Aparentemente se habría desatado un conflicto con sus colaboradores (en ningún caso secuestradores, pues para estar secuestrado hay que encerrar o detener a otro sin su voluntad) a raíz del requerimiento de éste en orden a que su cónyuge se fuese también a vivir a Uruguay (así lo declara la propia Gladys Schmeisser). En consecuencia, si existió algún secuestro, éste habría tenido lugar cuando surge el conflicto, esto es, con posterioridad al regreso de su cónyuge el 8 de noviembre de 1992, lo que sería concordante con el confuso episodio de Parque del Plata y respecto del cual se atribuye una participación a su defendido entre los días 14 y 16 de noviembre de 1992, participación que no tuvo, según se verá y conforme se ratificará en el plenario. Ahora bien, sin perjuicio que su defendido no participó en los acontecimientos de Parque del Plata, de ser estos efectivos, se le podría atribuir un secuestro por dos o tres días, hipótesis del inciso 1° del artículo 141 vigente a la época de los hechos. Así lo estimó la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago al modificar el primitivo auto de procesamiento y estimar en su considerando 1° que existió un secuestro en la persona de Berríos entre el día 11 y 15 de noviembre de 1992. Es decir, confirma la existencia de un secuestro por cuatro días, hipótesis del artículo 141 inciso 1° vigente a la época de los hechos, esto es, antes de la reforma introducida por la Ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993. Finalmente expresa que el antecedente fundamental que utiliza el acusadora efecto de establecer la presencia de su defendido en Parque del Plata es la declaración de médico Juan Bautista Ferrari, quien inicialmente, y conforme las fotografías que se le exhibieron en Investigaciones, por el Comisario Jofré, reconoce a su defendido como el sujeto que acompañó a su defendido al Policlínico. Sin embargo, en careo de fojas 2414 y estando sentado junto a su defendido no está seguro. Manifiesta su percepción de haber visto a la persona con quien se le carea, aunque no la certeza. Del mismo modo, Raúl Lillo que ante la Policía de Investigaciones, declaró haber visto a Jaime Torres en Parque del Plata, a fojas 3088 declara no haber dicho eso. Por último, Marcelo Sandoval Durán declara judicialmente a fojas 3259 lo siguiente: “Por último, quiero aclarar que recuerdo que en alguna declaración anterior manifesté que Jaime Torres estaba en Uruguay, pero, haciendo memoria el pasaje de vuelta a Chile del último de los viajes me lo entregó Jaime Torres en el Aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires…”. Con respecto al delito de asociación ilícita por el que también fue acusado su representado, señala que en la especie no concurren los elementos del tipo penal en cuestión y respecto de Jaime Torres Gacitúa tampoco existen antecedentes de participación, menos aún en los términos requeridos por los artículos 292 y 293 del Código Penal. Con relación a lo primero, el tipo penal en cuestión requiere de una organización de carácter más o menos permanente y jerarquizada, cuyo objeto haya sido la comisión de una multiplicidad de delitos y no de uno solo. Además, se ha establecido también que la asociación ilícita requiere de acción y dolo propio. Dice que esta supuesta asociación ilícita dice relación con la supuesta salida de tres personas del país y su defendido, a quien se le imputa ser autor de ella, no participó en la salida de ninguno de los tres, pues según consta en autos ingresó a la DINE recién en marzo de 1992. Es más, y concretamente, este proceso dice relación únicamente con la situación de Eugenio Berrios, lo que es contrario a la exigencia de multiplicidad de delitos y de acción propia. En efecto, lo relativo a Sanhueza y Herrera fue objeto de otros juzgamientos, procesos criminales en los cuales Jaime Torres Gacitúa nada tuvo que ver. En este mismo sentido señala la defensa, tampoco hay respecto de su representado antecedentes de dolo de asociarse ilícitamente ni del carácter permanente de la supuesta organización. Su defendido es destinado a la DINE en marzo de 1992, y circunstancialmente, cumpliendo órdenes militares lícitas, le correspondió visitar al señor Berríos en Uruguay. Dice, nada más lejano al dolo de asociarse ilícitamente. A continuación la defensa solicita la aplicación del artículo 214 del Código de Justicia Militar y, en cuanto a los hechos, señala que el Capitán de Ejército Jaime Torres Gacitúa, tal cual figura consignado en autos, en dos ocasiones viajó a Uruguay y, en ambas, su superior jerárquico, General Covarrubias, le ordenó que aprovechara de coordinar actividades en relación con Berríos, específicamente conversar con éste y ver la situación en que se encontraba para convencerlo de su regreso a Chile. Dice que lo anterior lo realizó su defendido aprovechando los viajes referidos que tuvieron por objeto coordinar la visita del Comandante en Jefe del Ejército a la República Oriental del Uruguay, misión militar que, a su vez, la realizaba como asistente del Mayor Silva, del Ejército. A su turno, el General Covarrubias declara a fojas 2227 que la responsabilidad de todo esto es suya y que muchas de estas comisiones fueron hechas aprovechando situaciones paralelas, cumpliendo otro tipo de funciones. En cuanto al derecho, señala que los hechos anteriormente expuestos tienen relevancia jurídica dependiendo si la orden recibida de un superior jerárquico es una orden lícita o ilícita. Agrega que en el presente caso, es claro que la orden recibida por el Capitán Torres Gacitúa es de aquellas comprendidas entre las lícitas, toda vez que su mero cumplimiento no importa la comisión de un hecho punible y, además, fue dada con fines de servicio. Señala, que mal podría sostenerse que de una orden, a la que ni se cuestiona que fuera dada con fines relativos al servicio, podría dar lugar a un delito de asociación ilícita, puesto que tal forma de asociación, que no es más que una figura de anticipación de la punibilidad a estadios previos de la tentativa, esto es, a los de la conspiración, requiere, en primer lugar, de una colaboración intelectual de planificación para la comisión de ilícitos y el acusado Torres Gacitúa, no aparece relacionado con tal tipo de actividad respecto del secuestro y homicidio de Berríos. Tampoco podría fundarse la responsabilidad penal de éste en el delito de secuestro descrito y sancionado en el inciso final del artículo 141 del Código Penal, vigente a la época de los hechos investigados, puesto que órdenes de servicio lícitas difícilmente podrían significar una relación con los verbos rectores del tipo penal, es decir, encerrar o detener a otro, sin derecho. En caso de estimar que hubiere mérito para dictar una sentencia condenatoria, la defensa solicite se considere a favor de su representado la atenuante de su irreprochable conducta anterior contemplada en el artículo 11 N°6 del Código Penal, la que se encuentra comprobada con el mérito del certificado de antecedentes agregado al proceso,libre de anotaciones penales y con la declaración de los correspondientes testigos de conducta. Además, solicita se considere su irreprochable conducta anterior como atenuante muy calificada, conforme lo dispuesto en el artículo 68 bis del Código Penal. Por último, la defensa del acusado Torres Gacitúa solicita se considere a favor de su representado, la denominada “media prescripción” y funda su pretención en la circunstancia que los hechos materia de la presente investigación, habrían ocurrido, según se establece en el propio auto acusatorio, desde fines de 1991 a noviembre de 1992. El plazo máximo de prescripción en nuestro ordenamiento jurídico es de 15 años, conforme lo dispuesto en el artículo 97 del Código Penal. Pues bien, su defendido declara por primera vez en estos autos ante la Policía de Investigaciones el día 8 de agosto de 2002, por lo que había transcurrido con creces mas de la mitad del tiempo de la prescripción de la acción penal. Así las cosas, concurren a su respecto las exigencias del artículo 193 (debe entenderse referido al artículo 103) del Código Penal, que establece la institución comunmente llamada “media prescripción”, que se traduce en el reconocimiento de dos o más circunstancias muy calificadas y de ninguna agravante. Con el mérito de lo antes señalado, la defensa solicita al tribunal se sirva tener por contestada la acusación fiscal, las adhesiones a la acusación fiscal y acusaciones particulares en los términos expuestos en el cuerpo del escrito de fojas 13.146 y siguientes y, en subsidio de lo principal, y para el improbable evento que se rechace lo argumentado por dicha defensa y sea condenado su representado, solicita se le otorguen los beneficios consagrados en la Ley N° 18.216. SEPTUAGESIMO SEPTIMO: Que tal como se señala en el considerando anterior, la defensa del acusado Jaime TORRES GACITUA, como cuestión previa, señala que como los hechos objetos de esta investigación habrían ocurrido entre fines de 1991 y noviembre de 1992 y, por ello se acusa a su defendido –en la acusación fiscal y particular-, como autor del delito de secuestro previsto en el artículo 141 inciso 4º del Código Penal, sin embargo, la legislación aplicable es la vigente a la época de los hechos, esto es, el artículo 141 antes de las modificaciones introducidas por la Ley 18.222 de fecha 28 de mayo de 1993 y luego por la ley 19.241 de fecha 28 de agosto de 1993 y finalmente por la ley 19.737 de 05 de junio de 2001.Señala que se estaría acusando a su defendido por una disposición penal inexistente a la época de los hechos lo que importaría un atentado grave al derecho a defensa, a lo que se sumaría, en lo relativo al delito de secuestro, la vaguedad de la descripción de los hechos contenida en el auto de cargos.Que este tribunal procederá a desestimar la alegación formal de la defensa por cuanto el auto acusatorio correspondiente fue dictado ajustándose a la normativa legal vigente a la época de comisión de los delitos investigados.- La referencia hecha por la defensa del acusado TORRES GACITUA a la Ley 18.222 que según manifiesta sería de fecha 28 de mayo de 1993, resulta errónea pues dicha ley fue publicada el 28 de mayo de 1983 y promulgada el 20 de mayo del mismo año.Por otro lado la descripción de los hechos que sustentan los cargos realizados a su defendido por el delito de secuestro resultan lo suficientemente explícitos para la realización de una adecuada defensa de su representado.Por todo lo anterior corresponde desestimar los vicios formales aducidos por la defensa del acusado Jaime Torres Gacitúa.En cuanto al fondo de los cargos que se le hacen al acusado antes nombrado, en primer término, la defensa señala que no habría existido el delito de secuestro ni menos su representado habría tenido participación en él en caso de ser este efectivo.- Dice que el supuesto secuestrado salió por su propia voluntad de Chile y en Uruguay se desplazaba libremente y su defendido lo habría visto en ese país sólo en una oportunidad, no encontrándose allí el día 15 de noviembre de 1992, cuando ocurrió el incidente de la comisaría de Parque del Plata.- En todo caso señala que de ser condenado sólo podría serlo por la norma que contemplaba el inciso primero del artículo 141 vigente a la fecha de comisión del delito.- No obstante lo señalado, resulta que la restricción a su libertad de desplazamiento del nombrado BERRIOS ya ha sido latamente explicada en esta sentencia y, tal como se ha señalado, la interpretación correcta de los verbos rectores del aludido tipo penal, necesariamente debe realizarse teniendo en consideración el bien jurídico protegido por la norma.- Por lo demás, sobradamente se encuentra comprobado el largo tiempo de control a que fue sometido este individuo, debido precisamente a la labor que éste realizó en un laboratorio químico existente en la casa del ex agente de la DINA, Michael Vernon TOWNLEY WELCH, donde, tal como se ha demostrado en la presente causa procedió a la fabricación del denominado gas sarín, que sirvió para la eliminación física de opositores al régimen militar de la época.En lo relativo a la participación del acusado TORRES en el señalado ilícito, ella fluye de su pertenencia a la denominada Unidad Especial formada al interior de DINE, donde se manejaban los antecedentes relativos a los sujetos que había necesidad de sacar del país para los efectos de evitar que comparecieran a los tribunales a declarar en los procesos por violación a los Derechos Humanos que se habían reactivado precisamente en el tiempo en que BERRIOS fue sacado del país.- Además, éste imputado tuvo un cabal conocimiento de la real situación de afectación a su libertad, dado que, según los dichos de Arturo SANHUEZA ROS, éste oficial del ejército se encontraba en Parque del Plata el día 15 de noviembre de 1992, lo que aparece corroborado por el médico del Policlínico de esa localidad, doctor Juan FERRARI GRILLI rolante en autos.- Asimismo, él procedió a despachar de vuelta a Chile al acusado Marcelo SANDOVAL DURAN, según este lo señala en sus declaraciones en el motivo cuadragésimo quinto, descartándose la retractación de éste último según aparece de su declaración antes referida, por no estar acreditado que su primera declaración haya adolecido de algún vicio.Con relación al delito de asociación ilícita, por el que también se han formulado cargos a este acusado, tal como se ha dicho, el hecho de haber pertenecido a una unidad militar, no permite descartar la circunstancia que al interior de ella se haya formado una asociación con el propósito de perpetrar diversos ilícitos para sustraer de la acción de la justicia a distintas personas que eran o podían ser requeridas por esta.- Si las acciones que realizó se hubieran enmarcado dentro del cumplimiento de las órdenes del servicio a que estaba obligado por su calidad de militar, obviamente, este podía representarlas y dicha circunstancia exculpatoria la habría señalado y acreditado en el proceso, lo que no ha ocurrido y por ello, necesariamente debe considerarse que el acusado actuó al margen de la ley y que esa agrupación de personas se formó precisamente con esa finalidad, debiendo tenerse en consideración que el referido ilícito se configura por el sólo hecho de organizarse, sin que sea necesaria la perpetración de uno o más delitos.En consecuencia, se rechazará la petición de absolución formulada por la defensa del acusado Jaime TORRES GACITUA.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del acusado TORRES, se accederá a otorgar a su favor la aminorante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior de su defendido, la que se encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 2.632, exento de anotaciones penales anteriores, rechazándose la calificación pedida por no aparecer del mérito de autos ningún antecedente que la justifique.Finalmente. se acogerá también, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.SEPTUAGESIMO OCTAVO: Que la defensa del acusado Raúl Lillo Gutiérrez en el primer otrosí del escrito de fojas 13.356 y siguientes, contesta la acusación de oficio, adhesiones a la acusación y acusación particular deducidas en contra de su representado. Solicita la absolución de su defendido, por las razones de hecho y de derecho que pasa a exponer las cuales para una mayor comprensión ha dividido en dos apartados, el primero de ellos, contiene la petición de absolución de su representado por existir una circunstancia que lo exime de responsabilidad criminal, y la segunda, contiene la solicitud de absolución por no encontrarse acreditados los delitos ni la participación en ellos del imputado Lillo Gutiérrez. En primer lugar, dice que el tribunal ha sometido a proceso y acusado a su patrocinado como autor de los delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la justicia, pero, resulta que su defendido tal como se acredita en el certificado médico que acompaña en el séptimo otrosí del presente escrito, es una persona con serios problemas psiquiátricos, pues padece de trastorno afectivo monopolar, deterioro orgánico cerebral y personalidad limítrofe, trastornos todos ellos de carácter crónico y con poca respuesta al tratamiento ambulatorio, siendo tratado desde el año 1999 en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Militar. Es por dichas circunstancias que Raúl Lillo Gutiérrez no está en condiciones de asumir un proceso en su contra, y según lo dispone el artículo 10 del Código Penal está exento de responsabilidad criminal, pues es una persona que por una causa independiente a su voluntad se encuentra totalmente privado de razón. De lo anterior se desprende que su representado debe ser eximido de toda responsabilidad criminal, según lo dispone el mencionado artículo 10, por lo cual solicita al tribunal se le absuelva de toda responsabilidad de los delitos por los que se le acusa. Por otro lado, al mencionado encartado le favorece la eximente de responsabilidad contemplada en el artículo 10 N°10 del señalado código, es decir, el haber obrado en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo. Es así, como su representado al pertenecer a una institución regida por una disciplina estricta, jerarquías y mandos dotados de fuertes poderes, no poseía la libertad para desobedecer órdenes, que a simple vista, no parecían ser criminales. Tal como lo señala el artículo 334 del Código de Justicia Militar, todo militar está obligado a obedecer, salvo una fuerza mayor, una orden relativa al servicio que, en uso de sus atribuciones legítimas, le fuere impartida por un superior, lo que se conoce por la doctrina como obediencia debida. Agrega que de esta manera no es posible desconocer el hecho que su representado era un subalterno, que recibía órdenes que no podía cuestionar o desobedecer, no sin a lo menos sufrir fuerza moral en razón al oficio que desempeñaba, es por ello, que en este caso existe una inexigibilidad de otra conducta por el condicionamiento que ejerce en el subordinado el superior jerárquico. En subsidio, la defensa solicita la absolución de su representado, por no encontrarse debidamente acreditados los ilícitos ni la participación en ellos del acusado Lillo Gutiérrez. En primer término, la defensa señala que se referirá al delito de secuestro establecido en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal y por el cual se acusa a su representado de tener una participación en calidad de autor. A este respecto señala que la norma que tipifica el mencionado delito, es el señalado artículo 141 del Código Penal, el cual al respecto dispone que: “El que sin derecho encerrare o detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito de secuestro y será castigado con la pena de presidio o reclusión en su grado máximo…”. Dice que, como se vé, en este caso las conductas tipificadas son las de “encerrar” o “detener” y en autos ha quedado establecido que su representado jamás ha realizado alguna de estas conductas y, que sólo acompañó a Berríos a Uruguay, tal como consta de las declaraciones de fojas 1.593 y siguientes, nunca lo encerró o detuvo, inclusive paseó con él, tanto en Uruguay como en Argentina, y sólo realizó viajes esporádicos para llevarle dinero y acompañar a la esposa de éste para que lo visitara. Por lo tanto, en primer lugar nunca realizó ninguna de las conductas tipificadas por el legislador penal, por lo tanto, no existe delito al respecto y mucho menos una participación en él de su representado. En lo que dice relación al delito de asociación ilícita por el que se acusa a éste encausado, señala que no existe tal delito y mucho menos una participación en él de su defendido. A este respecto, los artículos que sancionan el delito de asociación ilícita son los artículos 292 del Código Penal en relación con el artículo 293 del mismo cuerpo legal, a saber, el mencionado artículo 292 señala lo siguiente: “Toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el solo hecho de organizarse”.,y el artículo 293 dispone que :”Si la asociación ha tenido por objeto la perpetración de crímenes, los jefes, los que hubieren ejercido mando en ella y sus provocadores, sufrirán la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados”. En lo que dice relación a éste ilícito no se configuran los supuestos para configurar el delito de asociación ilícita, pues no hubo una concertación previa por parte de los acusados y, en lo que dice relación a su representado no se puede establecer que pertenecía a una asociación que tuviese como objetivo atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o la propiedad, pues el solo recibía instrucciones por pertenecer a una organización conocida como DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército), la cual no puede ser considerada como una asociación ilícita, pues forma parte de una institución legal, como es el Ejército de Chile. A lo dicho respecto de la inexistencia de la asociación ilícita, se debe agregar que su representado nunca tuvo una participación en la mencionada asociación, ni como jefe de ella, ni ejerciendo mando, ni provocando las acciones, como miembro de la referida organización fue destinado a distintas operaciones entre ellas, la de llevar dinero a Berríos, pero nunca cometió ilícito alguno. Referente al último delito por el cual se acusa a su representado, esto es, un presunto delito de obstrucción a la justicia que estaría previsto y sancionado en el artículo 269 bis del Código Penal, éste ilícito actualmente no existe, pues fue sustituido con fecha 14 de noviembre de 2005 por el delito de obstrucción a la investigación, por lo tanto, no se podría acusar a su patrocinado por un delito que no existe, pues de modo contrario se estaría atentando contra el principio de legalidad, el cual tiene un reconocimiento no sólo legal, sin también constitucional, y que, además, es reconocido ampliamente por la jurisprudencia de nuestros tribunales. Además, tal como se señaló en lo principal del presente escrito, de conformidad a los artículos 93, 94 y 95 del Código Penal las acciones penales derivadas de todos los ilícitos por los cuales se acusa a su representado se encuentran prescritas. En subsidio de lo anterior, si se rechazaran los argumentos anteriormente señalados, solicita se tenga presente que ha transcurrido más de la mitad de la prescripción, por lo que, para el eventual caso de imponer una pena a su representado se debe aplicar el artículo 103 del Código Penal y, considerar, además, que Raúl Diego Lillo Gutiérrez ha tenido una irreprochable conducta anterior y que no ha tenido inculpación alguna en otro proceso, por lo que solicita se le considere como atenuante muy calificada. Además, solicita se considere a favor de su defendido las aminorantes de los números 1 y 9 del artículo 11 del código recién señalado, la primera vinculada al N°10 del referido artículo, como eximente incompleta y, la otra, por haber, colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos. De esta manera, en el eventual caso de existir una condena, el tribunal debe rebajar la pena en dos o tres grados, dado el número y calidad de las atenuantes señaladas. Finalmente, la defensa solicita se tenga por contestada la acusación de oficio, las adhesiones a ésta y las acusaciones particulares deducidas en contra de Raúl Lillo Gutiérrez por los presuntos delitos de secuestro, asociación ilícita y obstrucción a la justicia, solicitando se le absuelva en definitiva, por no haber tenido participación alguna en los hechos. En subsidio, solicita que el tribunal declare la prescripción de la acción penal y la correspondiente extinción de toda responsabilidad criminal, de conformidad a lo dispuesto por los artículos 93,94 y 95 del Código Penal. Por último, en subsidio, acoger la aminorante de haber transcurrido más de la mitad del plazo de prescripción y las atenuantes de los numerales 1,6 y 9 del artículo 11 del Código Penal. SEPTUAGESIMO NOVENO: Que en primer término, la defensa del acusado Raúl LILLO GUTIERREZ ha señalado que éste no está en condiciones de asumir un proceso en su contra, y según lo dispone el artículo 10 del Código Penal, está exento de responsabilidad criminal, pues es una persona que por una causa independiente a su voluntad, se encuentra totalmente privado de razón.- Esto, lo acredita con un certificado médico que acompaña en el séptimo otrosí del escrito referido en el fundamento anterior, el que indica que el referido acusado, es una persona con serios problemas psiquiátricos, pues padece de trastorno afectivo monopolar, deterioro orgánico cerebral y personalidad limítrofe, trastornos todos ellos de carácter crónico y con poca respuesta al tratamiento ambulatorio, siendo tratado desde el año 1999 en el servicio de psiquiatría del Hospital Militar.- Esta petición será rechazada por el Tribunal, por cuanto del mérito de los exámenes médicos acompañados a los autos que rolan a fojas 5.634 y siguientes, aparece que este acusado no padece de un trastorno mental que signifique que su imputabilidad se encuentre disminuida total o parcialmente.Con relación a la eximente de responsabilidad criminal contemplada en el Artículo 10 Nº10 del Código Penal, es decir, el haber obrado en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo.- Fundada en el hecho de no haber poseído la libertad para desobedecer ordenes, que a simple vista, no parecían ser criminales.- Esta alegación, también será rechazada, por cuanto no aparece del mérito de autos que este acusado haya representado la orden ilegal que se le impartió, y, por otra parte, la propia actividad que realizó con la víctima, evidentemente demuestra que no pudo menos que conocer que las ordenes que se le daban se apartaban de la ley.También la defensa señala que deberá dictarse sentencia absolutoria por no estar debidamente acreditado los ilícitos ni la participación en ellos del acusado LILLO GUTIERREZ.Lo anterior, también será desestimado por el tribunal, puesto que, la participación de LILLO en los delitos de secuestro y de asociación ilícita se encuentra plenamente comprobada con los elementos de juicio que se consignan en los fundamentos décimo y décimo cuarto, que anteceden.Por lo demás, el hecho que éste acusado haya acompañado a BERRIOS en algunos paseos en Uruguay, no permiten demostrar que no haya tenido participación en el secuestro de éste, puesto que la labor que éste empleado civil del Ejército realizaba era la de mantener un control permanente sobre las actividades del secuestrado, de su cónyuge y de su familia más cercana.- Asimismo, como se dicho anteriormente, el bien jurídico protegido por el delito de secuestro es la libertad de desplazamiento y ella se encontraba afectada por la acción del nombrado LILLO.Con relación al delito de asociación ilícita, la defensa sostiene que por ser este acusado un empelado civil del Ejército, formaba parte de una institución legal y por ello no podría ser acusado de ser integrante de la referida asociación.Lo anterior, también será desestimado por el tribunal puesto que el hecho señalado por la defensa no impide que al margen de la legalidad y no obstante formar parte de una institución, como es el Ejército, pueda constituirse una agrupación destinada a cometer delitos, de la cual, éste acusado formó parte en los términos que contempla el artículo 294 del Código Penal, recalificándose de esta manera su grado de intervención en la misma y accediéndose a lo peticionado por los acusadores particulares.Que en lo referente al delito de obstrucción a la justicia, tal como lo señala la defensa, actualmente ese tipo penal fue derogado por la ley Nº20.074 y, reemplazado por el delito de obstrucción a la investigación –que es de cargo del Ministerio Público-, por tal razón, y haciendo aplicación de la norma contemplada en el artículo 19 Nº3 inciso séptimo de la Constitución Política de la República y del artículo 18 inciso 2º del Código Penal, procederá dictar sentencia absolutoria a favor del acusado Raúl LILLO GUTIERREZ, por este capítulo del auto de cargos.Finalmente, se rechaza la renovación de la alegación de prescripción de las acciones penales, por haberse suspendido el término correspondiente con la interposición y proveído de la querella de fojas 421 y siguientes.Subsidiariamente, la defensa alega a favor de su representado la circunstancia atenuante contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, que reúne la calidad de muy calificada.Asimismo, invoca la aminorante del artículo 11 Nº1 en relación con el artículo 10 Nº1 del Código Penal y, también la del Nº9 del señalado artículo 11 de dicho cuerpo legal.- Por último, alega la denominada prescripción gradual contemplada en el artículo 103 del Código Penal, señalando que su defendido a tenido una irreprochable conducta anterior y como no ha tenido inculpación alguna en otro proceso, solicita se le considere como atenuante muy calificada.El tribunal acogerá la aminorante de la irreprochable conducta anterior del acusado LILLO, tal como aparece del mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 2.630 y con la testimonial de conducta rendida en su favor a fojas 14.300 y siguientes, sin que dicha atenuante pueda ser calificada por no existir motivo para ello.- También, concurre en su favor la prescripción gradual o media prescripción, contemplada en el artículo 103 del Código Penal, puesto que el responsable fue habido antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso y, en tal virtud, deberá el tribunal considerar el hecho como revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante y aplicar las reglas de los artículos 65, 66, 67 y 68 del referido cuerpo legal, en la imposición de la pena.- Se rechazarán las restantes aminorantes invocadas por no estar debidamente comprobadas del mérito de de autos en el caso de la atenuante de la eximente incompleta y por no aparecer suficientemente comprobado que haya colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos, tal como lo señala su defensa.OCTOGESIMO: Que la defensa del acusado Manuel Pérez Santillán en lo principal y primer otrosí del escrito de fojas 13379 y siguientes, contesta la acusación fiscal y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado antes mencionado. Solicita que su defendido sea absuelto de los cargos que pesan sobre él, como presunto autor de los delitos de secuestro y asociación ilícita. Con relación al primero de los delitos antes referidos, esto es, asociación ilícita, señala que a lo largo de esta investigación se ha acreditado que durante los años 1991 a 1993,bajo la comandancia de los Generales de Ejército Ramírez Rurange y Covarrubias, existió una unidad especial de análisis al interior de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE),encargada entre otras funciones, de sustraer de la acción de la justicia, a determinados individuos que en algunos casos se vinculaban a procesos de Derechos Humanos en calidad de testigos y, en otros, en calidad de imputados; lo anterior, con el objeto de entorpecer la acción de la justicia y el esclarecimiento de los hechos. En este contexto, la unidad de análisis especial de manera activa colaboró y actuó de forma directa en la salida del país de, a lo menos, tres personeros estrechamente vinculados a la violación de derechos durante el régimen del General Pinochet, los señores Herrera Jiménez, Sanhueza Ross y el señor Eugenio Berríos. A lo largo de esta investigación y particularmente mediante el testimonio del señor Marcelo Ariel Sandoval Durán, rolante a fojas 1912,la organización interna, composición y jerarquía de la Unidad Especial de Análisis, ha quedado acreditada como sigue: 1) en su cúspide, ejerciendo roles de mando, el acusado Arturo Silva Valdés; 2) Le sigue, el capitán señor Pablo Rodríguez Márquez; 3) Teniente Sr. Jaime Torres Gacitúa; 4) Empleado Civil Sr. Raúl Lillo Gutiérrez; 5) Sargento Primero Nelson Hernández Franco; 6) Sargento Primero Sr. Luis Vergara Bravo; 7) Sargento Segundo Sr. Marcelo Sandoval Durán y, 8) Cabo Primero Sr. Nelson Román Vargas. A todo lo anterior, debe sumarse que de las declaraciones de los propios imputados y de los Generales Ramírez Rurange y Covarrubias, ha quedado demostrado que la Unidad Especial de Análisis dependía directamente del General Director de Inteligencia del Ejército y se coordinaba intermedio del acusado Silva Valdés. Lo anterior, se ve reafirmado por las declaraciones del acusado Nelson Román Vargas rolante a fojas 1917,quien sostiene que la unidad especial se encontraba al mando de Silva Valdés y dependía directamente del Director de DINE; ratifican la anterior conclusión los dichos de Pablo Rodríguez Márquez rolante a fojas 1549, quien señala: “Todas las labores que desarrollé en la Dirección de Inteligencia del Ejército lo fueron bajo dependencia directa del Director General Ramírez Rurange quien me encomendó conforme a un grupo especial de trabajo y por lo mismo debía rendirle cuentas directamente, sin que pudiera llevar adelante trabajos en forma personal”. Súmase a lo anterior las declaraciones del propio General Covarrubias rolante a fojas 1500, quien sostiene: “En relación a las funciones que desarrollaba Arturo Silva Valdés en el DINE, podría señalar que, si no todas, en su gran mayoría eran de conocimiento del Director de DINE, específicamente, no podría haber salido del país, sin que dicho Director lo supiera”. Por otra parte, los objetivos perseguidos por dicha unidad o sus funciones también han quedado acreditadas a través de las declaraciones del Sr. Silva Valdés, también por intermedio de las declaraciones de Pablo Rodríguez Márquez y de los propios Generales Directores de DINE imputados, de cuyo mérito se desprende con claridad que las funciones encomendadas a la Unidad Especial de Análisis eran de dos tipos: Uno) constituir la avanzada del Comandante en Jefe del Ejército de la época. Dos) planificar y llevar a efecto el programa de control de bajas. Por otra parte, a lo menos, en relación a los imputados Silva Valdés Rodríguez Márquez, Ramírez Rurange y Covarrubias, salta a la vista del mérito de los antecedentes reunidos durante la investigación, la existencia de un objetivo común perseguido, querido y deseado por todos los intervinientes, esto es, evitar que la imagen del Ejército y la de su Comandante en Jefe se viera mancillada o amenazada con el testimonio de uniformados o personal civil ligado a organismos de seguridad, en las causas sobre violación a derechos humanos que se ventilaban ante los tribunales de justicia. En general, la doctrina sostiene en relación al delito de asociación ilícita que aquello que ofende es el propio poder del Estado, su primacía en cuanto institución política y jurídica comprometida por la mera existencia de otra institución, provista de fines antitéticos a los suyos y que le discute la hegemonía o monopolio del orden jurídico y político, se trata, como también ha puntualizado la jurisprudencia de nuestros tribunales de una organización viva. Agrega la defensa, ahora bien, si se toman los distintos elementos y antecedentes recabados durante esta investigación en relación al Grupo de Análisis Especial, se puede concluir que su principal función consistía en ejecutar el plan de control de bajas, esto es, sustraer a distintas personas ligadas a procesos de derechos humanos, en algunos casos, eventuales imputados y, en otros, eventuales testigos, precisamente para rivalizar con la supremacía de la función jurisdiccional del Estado, el móvil de los integrantes de esta organización no era otro que el de entorpecer la función jurisdiccional del Estado, afectarla, incluso ponerla en peligro en relación a las investigaciones que se llevaban a cabo en causas de derechos humanos.-Razón por la cual, cree la defensa, que en relación al Grupo de Análisis Especial, nos encontramos en presencia de un cuerpo vivo, más o menos organizado, permanente en el tiempo, con una jerarquía propia, reglas propias, fines y objetivos definidos y destinados a poner en jaque la función jurisdiccional del Estado, que a la luz del derecho, puede y debe ser sancionado a título de asociación ilícita. Sin perjuicio de lo anterior, cuando uno analiza el auto acusatorio, no es posible sustraerse al hecho, de que el persecutor también ha sostenido cargos en contra de su defendido como presunto autor del delito de asociación ilícita y, según su opinión, dicha imputación resulta infundada, por cuanto, de las propias declaraciones de los integrantes de la referida asociación resulta claro y contundente que ninguna participación cabe a su defendido Manuel Pérez Santillán en la estructura orgánica de esta asociación, que se abocara a fines criminales. Sin embargo, dice que la defensa no puede dejar de reconocer que es un hecho de la causa que el Comandante Pérez Santillán, viajó al Uruguay con el objeto de visitar a Eugenio Berríos, lo que hizo en cumplimiento de una orden impartida por el General Ramírez Rurange, el cual señala que se envió a éste oficial porque se buscaba a alguien que no estuviera relacionado ni relacionara al DINE y también se le había informado que era amigo del nombrado Berríos. Señala la defensa que para afirmar la existencia y pertenencia de un individuo a un cuerpo vivo organizado con carácter de asociación ilícita se requiere algo más que simplemente aparecer involucrado en ciertos actos que puedan revestir carácter de delito, se requiere la existencia de convergencia subjetiva, la existencia de un acuerdo previo de pertenencia o en otras palabras la existencia de un vínculo asociativo que haga que todos sus integrantes quieran y busquen los mismos objetivos. En otros términos, para integrar el elemento psicológico de la asociación es necesaria la conciencia y voluntad de asociarse teniendo la finalidad de cometer delito, o sea, contribuir a la realización del programa delictivo. Precisamente, sobre este punto, la imputación de cargo que se sostiene en contra de su representado crece de base, puesto que no existen antecedentes a lo largo de esta investigación, que hagan, a lo menos, presumir la existencia de esta convergencia subjetiva o vínculo asociativo, muy por el contrario, de las propias declaraciones del imputado Ramírez, se puede desprender, que éste utilizó a Pérez Santillán enviándolo al Uruguay para no levantar sospecha. Sobre este punto, cree que resulta claro, que la asociación ilícita conformada por el grupo de operaciones especiales, dirigida por el imputado Ramírez, con el objeto de cumplir sus objetivos y velar por su impunidad, se valió de un sujeto ajeno a la organización criminal y abusando de su mando y jerarquía militar, Ramírez utilizó a este sujeto extraño a la organización como mero instrumento de sus designios. En razón de los antecedentes expuestos, esta defensa insta por la absolución de Manuel Pérez Santillán de las imputaciones de cargo, que como autor del delito de asociación ilícita se sostienen en su contra. Con relación a la imputación de cargo como presunto autor del delito de secuestro deducida en contra de Manuel Pérez Santillán, la defensa solicita su absolución sobre la base de los antecedentes que expone: Dice que los móviles de la operación realizada para el egreso de Berríos del país, han sido acreditados a lo largo de esta investigación, por un lado, para Eugenio Berríos resultaba conveniente salir del país a objeto de sustraerse de la acción de la justicia, pues mantenía vigente procesos penales ante el 6° Juzgado del Crimen como autor de delitos reiterados de giro fraudulento de cheques y, por otro lado, para el General Ramírez resultaba conveniente ayudar a Berríos a salir del país y financiar su estadía en el extranjero a objeto de impedir que prestara declaración en el marco de la investigación que substanciaban los tribunales de justicia por violación a los derechos humanos durante el régimen militar. Dice, que es un hecho de la causa, que durante la primera etapa de la permanencia de Berríos en Uruguay, su representado por órdenes de Ramírez viaja al Uruguay y visita a aquel, primero en el Hotel Hispanoamericano y, luego, se reúnen en una plaza pública, el objetivo del viaje, Ramírez le pide a Pérez que le transmita a Berríos que su conducta de sistemáticos escándalos en centros públicos productos de sus borracheras deben cesar. Agrega la defensa que hasta este punto, no existen antecedentes que permitan imputar participación alguna en el delito de secuestro a su defendido, él no privó de forma directa o indirecta la libertad de Berríos, no se concertó, ni conspiró sobre el punto, se limitó a viajar al Uruguay por órdenes de Ramírez a pedirle a Berríos que detuviera los escándalos públicos producto de su vida licenciosa. A la luz de estos antecedentes y conforme a lo dispuesto por el artículo 141 del Código Penal, la defensa no vislumbra como, la conducta del acusado Pérez Santillán se subsume en aquella que consiste en privar sin derecho la libertad de otro, si por el contrario, toda la prueba de cargo reunida a lo largo de esta investigación, permite acreditar, que Berríos no encontraba afectada su libertad ambulatoria y seguridad individual al ser visitado por su representado. A la luz del artículo 141 del cuerpo de leyes antes mencionado y la descripción de la conducta incriminada, puede colegirse que los verbos rectores del tipo son encerrar y detener, ambas conductas se traducen en la impedición de ejercer la facultad de cambiar de lugar libremente. Así pues, la detención es la aprehensión de una persona acompañada de la privación de su libertad, la que incluye conductas tales como amarrar, aturdir, narcotizar, etc. Es decir, consiste en obligar a una persona a estar en un lugar contra su voluntad, privándosele, así, de su libertad ambulatoria. El encierro consiste en mantener a una persona en un lugar de donde no pueda escapar, aunque el espacio en que se le mantiene tenga salidas, que el encerrado no conoce o que su utilización sea para éste peligrosa o inexigible. Ninguna de estas dos conductas pueden ser imputadas a Pérez Santillán, máxime cuando es un hecho de la causa establecido por intermedio de prueba no controvertida, que este se reunió en una plaza y luego en el Hotel Panamericano con Berríos, para posteriormente retornar a Chile, sin que existan antecedentes que permitan imputar a su defendido ni la aprehensión o encierro de la víctima. Por otra parte, la defensa manifiesta que en el auto acusatorio el juez debe describir los hechos que constituyen las infracciones penales imputadas, cuestión que en la práctica no ocurre y que queda demostrado formulando una simple interrogante ¿Cuál es la conducta de encierro o detención que ejecuta Manuel Pérez Santillán, en perjuicio de Eugenio Berríos?, dice que el auto de cargos no contiene esa descripción. Lo anterior se suma al cúmulo de razones que conducen inexorablemente a la absolución del imputado por este cargo. Finalmente, dice que existe una última etapa que se desarrolla en el departamento de calle Buxareo. Como con el transcurso del tiempo la permanencia de Eugenio Berríos en Montevideo continuó siendo un verdadero dolor de cabeza para la Inteligencia Uruguaya y el DINE, la vida licenciosa de aquel y los continuos informes de los servicios de inteligencia uruguayos determinaron que se tomara en arrendamiento el departamento de calle Buxareo, hasta donde trasladó su morada Eugenio Berríos y se le designó por parte del DINE personal de custodia para vigilar sus movimientos en Montevideo. Es a partir de este punto, que la libertad de Berríos puede considerarse amagada por las actuaciones del grupo de operaciones especiales del DINE, como fluye de las múltiples declaraciones recopiladas a lo largo de esta investigación penal, pero, respecto de estos hechos, no existen antecedentes para formular reproche alguno en contra de su defendido Manuel Pérez Santillán y por ello solicita su absolución. En subsidio, de las referidas alegaciones y para el caso improbable que el tribunal no compartiera los argumentos de la defensa, invoca a favor del acusado la atenuante de su irreprochable conducta anterior, contemplada en el N°6 del artículo 11 del Código Penal, la que solicita se le considere como muy calificada en los términos del artículo 68 bis de ese cuerpo legal. OCTOGESIMO PRIMERO: Que el abogado Sr. Gustavo MENARES CARRERAS en lo principal y primer otrosí de su escrito de fojas 13.379 y siguientes, contesta la acusación fiscal y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, a quién por la primera de ellas se le atribuye responsabilidad en la comisión de los delitos de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y de asociación ilícita descrita en los artículos 292 y 293 del señalado cuerpo legal.- Asimismo, la acusación particular del Consejo de Defensa del Estado le atribuye la misma responsabilidad en cuanto se refiere al delito de secuestro y en lo que dice relación con el delito de asociación ilícita manifiesta que se le imputa el cargo de autor del referido ilícito contemplado en los artículos 292 y 294 del Código Penal.Que, con relación al delito de asociación ilícita, tal como lo señala la defensa, este acusado no tiene responsabilidad en él.Efectivamente, a la fecha de ocurrencia de los hechos él cumplía funciones como oficial del ejército en el departamento de Pasajes y Fletes, dependiente de la Dirección del Personal, que se encuentra a cargo de un General del Ejército.- Así las cosas, como del mérito de la investigación se ha averiguado con certeza que la salida del país de Eugenio BERRIOS fue realizada por un grupo de personas que pertenecían a una unidad especial de la Dirección de Inteligencia del Ejército y que para su mantención en Uruguay se contó con la participación de oficiales del Ejército de ese país, resulta que la responsabilidad que se atribuye a este acusado queda circunscrita al hecho de haber viajado en cumplimiento de una orden impartida por el General RAMIREZ RURANGE, que a la sazón, oficiaba como Director de DINE, con el objeto de que conversara con BERRIOS y le manifestara que debía mantener una buena conducta en atención a que los numerosas reclamos que recibía este oficial superior, por parte de militares uruguayos podía llegar a deteriorar las relaciones existentes entre ambas instituciones.- Asimismo, un hecho de la causa también lo constituye el conocimiento que este acusado mantenía con BERRIOS y la amistad que tenía con él y su familia.No obstante, no tener una dependencia institucional con el oficial superior que le impartió la orden, la que sin embargo fue puesta en antecedentes de su superior jerárquico –General DARRIGRANDI-, el nombrado PEREZ SANTILLAN viajó en comisión de servicios a Uruguay y se entrevistó con Eugenio BERRIOS a quién le transmitió las instrucciones que había recibido por parte del General RAMIREZ RURANGE y, hasta allí habría llegado su participación en estos hechos.Lo anterior demuestra que no existió una vinculación ni un concierto previo con la asociación ilícita que procuró y ejecutó el egreso de BERRIOS de Chile, por lo que deberá ser absuelto por éste capítulo de la acusación fiscal y particular.- Sin embargo, en lo que se refiere al delito de secuestro, si bien es cierto, él no tuvo una participación directa, ni en su organización ni en su precedentemente constituye ejecución, la conducta señalada una cooperación a la ejecución del ilícito, la cual, dada las particulares circunstancias de su viaje a Uruguay y su conocimiento previo de las actividades desarrolladas en los organismos de seguridad del Régimen Militar por parte de BERRIOS, no pudo ser desconocido que la estadía de este último en el país antes señalado era forzada, es decir, contra su voluntad.Por las razones antes expuestas, se procederá a recalificar el grado de participación del nombrado PEREZ SANTILLAN en el delito de secuestro que se le atribuye en la acusación fiscal y particular, en el cual ostenta la calidad de cómplice.En cuanto al delito de asociación ilícita, también en virtud de lo antes señalado y lo expuesto a ese respecto por su defensa – alegaciones que este tribunal comparte-, como se ha dicho, se le exculpará del referido cargo.Con relación a la aminorante de responsabilidad penal alegada por su defensa, esto es, la contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, vale decir, su irreprochable conducta anterior, ella será acogida por el tribunal, por cuanto se encuentra suficientemente comprobada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 5.790, exento de anotaciones prontuariales pretéritas.Se rechaza la calificación pedida por no existir ningún antecedente probatorio que la justifique.OCTOGESIMO SEGUNDO: Que en el primer otrosí del escrito de fojas 13.538 bis la defensa de los acusados Tomas CASSELLA SANTOS, Eduardo RADAELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE solicita se tengan presentes por el tribunal lo que denomina inconsistencias en la investigación. Asimismo, señala que con el objeto de poder determinar las inconsistencias que dicha defensa estima que existen en el proceso y, consecuencialmente en la acusación de autos, se transcribe la misma y se destaca en negrillas y entre paréntesis con numeración del 1 al 24. A continuación la referida defensa transcribe literalmente el número 2° del Auto Acusatorio y destaca determinados hechos en la forma que se ha señalado anteriormente. Por razones de economía procesal éste tribunal para evitar repetir innecesariamente los pasajes del señalado auto de cargos, se referirá solamente a los números y a los pasajes que se han señalado como inconsistentes. Así las cosas, en primer término la resolución antes mencionada contiene un vocablo y una frase que se refieren al hecho de haber sido mantenido el tantas veces aludido Eugenio BERRIOS SAGREDO “oculto” en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE),permaneciendo en una habitación ubicada en el subterráneo de dicho cuartel militar, con pleno conocimiento del Comandante del Batallón, sin que la aludida “privación de libertad del sujeto” antes nombrado haya sido dispuesta por autoridad facultada para hacerlo, ni menos sea permitida por la reglamentación institucional el acceso de particulares para permanecer y/o pernoctar en un cuartel militar, lo que solo es posible con la autorización del respectivo comandante. Dice la defensa, que respecto del auto acusatorio, en cuanto al delito de “secuestro”, resulta necesario que se analicen en conjunto los antecedentes que se tuvieron a la vista por el juez para dictar la resolución, al hacerlo se llega a la conclusión que solamente un testigo de oídas fundamenta esta conclusión, como pasa a demostrar, a continuación, realizando una descripción y análisis parcial de numerosos testimonios y órdenes de investigar. Finalmente, arriba a la conclusión que el único testigo que afirma que Eugenio BERRIOS estuvo “secuestrado” es Katia MEDINA, pero, por dichos de terceros, los que además, no ha podido identificar a cabalidad. El resto de las personas que supieron de su presencia, declaran que se estaba alojando, que allí adentro se movía con total libertad y que habría sido invitado por el Comandante. Luego, la defensa describe la siguiente frase: “País en el que con la cooperación de oficiales del Ejército de eses país,se les mantuvo fuera del alcance de la justicia chilena por encontrarse comprometidos en procesos por violaciones a los derechos humanos”. Dice que el concepto de “cooperación”, en el cual se fundamenta esta aseveración del acusador, no se condice con el mérito del proceso, toda vez que la información que se manejaba respecto de la identidad de BERRIOS y los motivos de su viaje (sin perjuicio de la situación de Sanhueza), no eran de conocimiento general ni en los estamentos del Ejército de Chile y mucho menos en el de Uruguay, como dice que demostrará. Luego de hacer una larga enumeración de testigos y describir parcialmente sus declaraciones y careos, como, asimismo, realizar un análisis no completo de los dichos de los acusados Cassella y Sarli, llega a la siguiente conclusión: “No está acreditado que “los uruguayos” cooperaron para mantener a BERRIOS, HERRERA y SANHUEZA, lejos del alcance de la justicia chilena, ni que supieran que estuvieran comprometidos en procesos de DDHH., no existe ninguna manifestación a este respecto por parte de los testigos y solamente son conclusiones que carecen de conectividad con la investigación. En el caso que los uruguayos están acusados, esto es, la salida de Eugenio BERRIOS hacia Uruguay y la cooperación de ellos para la estadía en ese país existen varias declaraciones que demuestran que la verdadera identidad de BERRIOS sólo era manejada al más alto nivel del Ejército de Chile, es decir, al nivel de Dirección del DINE. Todos los otros funcionarios chilenos involucrados desconocían que Tulio ORELLANA era Eugenio BERRIOS. Mientras que los uruguayos, si prestaron cooperación lo hicieron con Hernán Tulio PAREDES, recuérdese que en Uruguay se supo la verdadera identidad cuando ocurrió el incidente en la seccional policial de Parque del Plata, a un año de su llegada a Uruguay, el 15 de Noviembre de 1992.Más reafirma esta tesis es que dos de ellos se encontraban en destinos que no tenían nada que ver con la inteligencia militar. Por los antecedentes aportados los únicos que podrán haber sabido la verdadera razón para sacar a los nombrados de Chile, eran quienes desempeñaron los cargos de Director de DINE y tal vez estamentos superiores, inclusive se podría catalogar como una operación de inteligencia en la que los subordinados participantes desconocían el propósito, pero esto es solamente para Chile, lo que es contradictorio afirmar que los uruguayos cooperaron para evitar la actuación de la justicia chilena, cuando casi todos los chilenos involucrados no estaban informados de ello. Finalmente, es importante situarse en el contexto histórico, en el año 1991, el nombre de EUGENIO BERRIOS SAGREDO no era o no tenía ningún grado de trascendencia pública y solamente a través de los años y luego de largas investigaciones judiciales este nombre adquiere en Chile notoriedad, para luego y mucho más tarde, salir el mismo de nuestras fronteras, por lo que en Uruguay habría sido lo mismo decir EUGENIO BERRIOS SAGREDO o HERNAN TULIO PAREDES ORELLANA. A continuación la defensa señala en el N°4 la parte de la resolución –auto acusatorio- que dice lo siguiente:” Cuyos gastos de estadía en el exterior eran solventados con fondos de ese organismo, situación que era conocida por la secretaria del nombrado Silva Valdés y empleada civil de la unidad “Asesoría de Análisis”, Sra. Erika Silva Morales y por parte del suboficial de la misma unidad Nelson Hernández Franco.” Agrega, que la afirmación del auto acusatorio no se condice en absoluto con lo manifestado por los testigos que depusieron en el sumario, respecto del manejo de los fondos que habrían servido para sustentar los gastos de estadía en el exterior de chilenos vinculados al Ejército, como demostrarían las declaraciones de los acusados recién mencionados. Como conclusión expone que resulta evidente que los testigos antes referidos ignoraban totalmente el manejo de los fondos en dinero que se ocupaban para sustentar los gastos de los chilenos vinculados al Ejército que se encontraban en el exterior. En el N°5, dice lo siguiente:”Debido a que esta operación fue apoyada por militares de la inteligencia uruguaya debe evitarse la repetición de episodios que puedan involucrar a ese organismo y deteriorar las relaciones interinstitucionales”. La afirmación que se subraya es contradictoria con los antecedentes reseñados, toda vez que Eugenio Berríos efectivamente salió de Chile y estuvo en Uruguay, pero nada existe en las pruebas que fundan la imputación, respecto de alguna “operación que estuviera apoyada por militares de la inteligencia uruguaya. Luego de analizar las conclusiones del investigador policial, como también, parcialmente las declaraciones de los acusados Lillo, Silva, Ramírez y careo de Ramírez con Silva y en la misma forma, el exhorto por el que se toma declaración al General uruguayo de apellido Aguerrondo, la defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya arriba a las siguientes conclusiones:”Los únicos acusados en esta causa que tienen nacionalidad uruguaya son sus representados CASSELLA, RADAELLI y SARLI, por lo que necesariamente quienes serían los miembros de la inteligencia uruguaya que participaron en estos “presuntos ilícitos”,solamente pudieron ser ellos. Señala que de los años que se investiga esta causa, se ha podido concluir que sus representados a la fecha de salida de BERRIOS de Chile y su llegada a Uruguay, éstos se encontraban en las siguientes destinaciones: - Año 1991 Teniente coronel Tomás CASSELLA SANTOS se encontraba en el Servicio de Inteligencia del Ejército, como Jefe de Estado Mayor Personal de la Dirección. - Año 1991 Mayor Wellington SARLI POSE se encontraba en el Instituto Militar de Estudios Superiores, en calidad de alumno. - Año 1991 Capitán Eduardo RADAELLI COPPOLA se encontraba en la Compañía de Contra Información del ejército, funciones administrativas. - Año 1991 General Mario AGUERRONDO se encontraba en el Estado Mayor Conjunto. Se desprende que ninguno de los mencionados en el año 1991 estaba con destino en la DGID, por lo tanto es imposible que se haya coordinado con esa dependencia la llegada de BERRIOS. Igualmente resulta paradójico que se considere en la investigación las declaraciones contradictorias de los acusados RAMIREZ, LILLO y SILVA, quienes no están contestes en: Si se le impartió la orden a Silva de contactarse con algún uruguayo. Si había algún uruguayo esperando en Montevideo a BERRIOS: Si el uruguayo que recibió (supuestamente) a BERRIOS y sus acompañantes era su representado Teniente Coronel Tomás CASSELLA o el Coronel Eduardo CAUSSI o lo que es peor, ninguna persona lo esperaba. Con el N°6 la defensa dice:”Quería denunciar su situación en una Comisaría” Lo declarado por el Coronel Manuel PEREZ SANTILLAN ante el tribunal, resulta ilustrativo para contextualizar la situación de Eugenio BERRIOS en Uruguay, por lo que la claridad que se le debió exigir a ese deponente resultaba necesaria para la investigación, y nó como se hizo, tomando arbitrariamente una parte de lo declarado, erróneamente, y no relacionándolo con el mérito del proceso. Luego, la defensa analiza parte de las declaraciones de los encausados Ramírez y Pérez Santillán y, concluye señalando lo siguiente: “El Coronel PEREZ SANTILLAN, se acreditó que viaja a Uruguay el 13 de noviembre y regresó el 16 del mismo mes, del año 1991, señalando que el motivo de su viaje fue porque BERRIOS quería denunciar su situación a la policía. Por su parte el General RAMIREZ RURANGE, su superior, sostuvo que lo mandó por el mal comportamiento de BERRIOS. Resulta evidente que si BERRIOS pensó denunciar o si lo hizo, fue totalmente intrascendente, toda vez que de ese hecho no existe constancia alguna en la investigación, solamente los dichos de Pérez Santillán, pero, que unido al mérito de autos es verdaderamente absurdo, toda vez que Berríos en el año 1991 fue visitado por su cónyuge, la cual nada expresó respecto del supuesto “secuestro” ni en Uruguay ni en Chile. Lo único lógico que se estima concluir es que PEREZ se confunde fecha y episodio, el hecho de Parque del Plata fue el 15 de noviembre de 1992, y su declaración fue prestada 10 años después. El N°7 señala: “Que durante el año 1992 Eugenio BERRIOS SAGREDO residió en Uruguay en calle Buxareo N° 1117, departamento 403, sector La Rambla, Barrio de Pocitos en la ciudad de Montevideo, permanentemente controlado. Dice la defensa que largos años de investigación han transcurrido para llegar a la etapa procesal que le impone a sus representados la obligación de contestar los cargos formulados. Lamentablemente considera que no obstante la importancia de los hechos que se investigan, que llevan a sus representados a permanecer lejos de su país, familia y trabajo, no ha sido suficientemente meticuloso y contiene una serie de inexactitudes y contradicciones que no resultan explicables a la luz de un proceso de esta envergadura. Señala que a continuación planteará todos y cada uno de los antecedentes que se reunieron en los 34 tomos del expediente, que permiten afirmar que Eugenio BERRIOS, en Uruguay, tenía la más absoluta y total libertad de circulación y nunca estuvo sujeto a un “PERMANENTE CONTROL”,como lo señala el libelo acusatorio. Así las cosas, se detallan las declaraciones de Luis Míguez prestadas en el expediente uruguayo, en el Informe Policial N°41 y en la causa criminal incoada en Chile. También, las declaraciones de la testigo Sonia Casaretto prestadas a fs. 277 del expediente uruguayo, en el informe policial N° 41 y en exhorto enviado desde Chile a Uruguay. Posteriormente, se analizan las declaraciones prestadas por los procesados Eugenio Covarrubias, Marcelo Sandoval y Nelson Román. Se detalla la fotocopia del pasaporte de Marcelo Sandoval, especificándose la fecha de su salida de Chile el día 27 de marzo de 1992 y su entrada a Uruguay el 27 de marzo de 1992. También la lista de pasajeros del “Aliscafo” (Colonia-Buenos Aires) y se señala la entrada a Uruguay el día 27 de Marzo de 1992. A continuación se analizan las diferentes declaraciones prestadas por Gladys Schmeisser, como también lo expuesto por ésta última en la querella que interpuso donde señala lo siguiente: “Luego,a su regreso a Chile, mantuvo con EUGENIO contacto telefónico, una vez por semana, hasta el mes de noviembre de 1992, en que viajó de nuevo a Uruguay. Al despedirse, le dijo que por el momento no podían volver juntos, pero, que tan pronto como se le solucionaran los problemas de cheques que tenía en Chile, regresaría. Desde esa fecha –Noviembre de 1992- hasta ahora nunca más ha tenido contacto con él, salvo una llamada telefónica que le hizo a las dos semanas de su regreso a Chile, para decirle que estaba bien y que ojalá que pudiera ir a visitarlo en Pascuas. También se señala parte de una declaración prestada el día 26 de agosto de 2002 por el acusado Raúl Lillo y se inserta el ACTA DE INTERROGACION de Eugenio BERRIOS en Comisaría de Parque del Plata mencionada el día 17 de Agosto de 2004/6427/PROG. CONTACTO y el 02JUN06/T21/8060. CONCLUSIONES. A diferencia de lo sostenido en el auto acusatorio, para esta defensa lo que se ha logrado establecer fehacientemente en la investigación, respecto de la permanencia de BERRIOS en Uruguay es lo siguiente, sobre los propios dichos de los testigos citados por el tribunal: Eugenio BERRIOS durante los años 1991 y 1992,en Montevideo, residió en Buxareo Nº1117, también se alojó solo y con su cónyuge en el Hotel Hispanoamericano en calle Melitón González N°1225 y en un hotel de la zona de Pocitos, al cual concurrió con su cónyuge y otro en el centro de la ciudad, pero que ella no recuerda los nombres. Igualmente, y resultando extraño, para el contexto de la acusación, estuvo con su cónyuge en una cabaña del balneario de Piriápolis, en todos esos lugares, NUNCA su cónyuge aludió a alguna vigilancia o custodia. No es efectivo que Eugenio BERRIOS estuviera permanentemente controlado, de hecho, recién en Marzo de 1992, Marcelo SANDOVAL es el primero que viaja a acompañarlo. Se destaca que desde el 29 de Octubre de 1991, cuando llega a Uruguay, hasta el 27 de marzo de 1992 vive solo. Tampoco estuvo permanentemente controlado en los otros lugares donde residió, ya que estuvo solo o con su cónyuge. Asimismo, en el departamento de la calle Buxareo tenía plena libertad ambulatoria, como lo declaran los testigos MIGUEZ y CASARETTO, pese a estar acompañado por Sandoval y Román. Inclusive el 15 de Noviembre de 1992, según figura en el acta de la Policía de Parque del Plata, manifiesta residir en el Hotel Hispanoamericano, ocultando se real domicilio. En el N°8 de su exposición, la defensa señala lo siguiente:”Avisar del mismo modo al oficial de Ejército del Uruguay Eduardo RADAELLI COPOLLA, cuyo número telefónico les fue entregado. Esta afirmación del acusado Sandoval, que es de donde se extrajo la misma, no se condice con el resto de la investigación, toda vez que solamente se da por verídico lo que él manifiesta y no lo señalado por otros testigos y acusados. Para justificar lo antes señalado se señalan los careos realizados entre Marcelo Sandoval con Pablo Rodríguez y entre Sandoval con Radaelli. Como conclusiones se señala al tribunal, que los dichos de Marcelo Sandoval son del todo contradictorios con otras declaraciones y este punto lo reafirma, por lo que malamente se le debe dar valor probatorio. En el N°9 dice la defensa: Que Marcelo Sandoval Durán viaja por última vez a Uruguay en Noviembre de 1992 a custodiar a Berríos. Dice que el determinar quien era y los tiempos en que estuvo Marcelo SANDOVAL junto a Eugenio BERRIOS, resulta determinante para sostener el procesamiento por el delito de Secuestro, por lo que las inconsistencias y diferencias entre los dichos de los acusados y testigos, es manifiesta y solamente se toman aquellas que permiten sustentar la teoría del acusador, como demostrará: A continuación explicita nuevamente las declaraciones prestadas por Luis Míguez en el Informe Policial N° 41, y en el expediente uruguayo, como también las declaraciones prestadas en este último por Sonia Casaretto. Como conclusión, señala la defensa, queda de manifiesto con lo transcrito, que en Diciembre de 1992 el testigo MIGUZ reconoce claramente a Sandoval en el edificio de la calle Buxareo, anteriormente a esa fecha lo había visto y lo recordaba por una botella de pisco que le había regalado. Claramente fue Sandoval visto retirando maletas junto a otro chileno que nunca se pudo reconocer por fotografías por parte del testigo. Míguez recuerda que los interceptó y Sandoval manifestó que ese chileno desconocido, iba con él. CASARETTO se refiere a Sandoval sin nombrarlo. Sandoval declara que se había desconectado de Eugenio BERRIOS el 13 de noviembre y nunca dio una explicación de quien era el chileno desconocido que lo acompañó a retirar las valijas, contradiciéndose cuando declara que viajó por última vez a Uruguay en Noviembre de 1992. Con el N°10 la defensa se refiere a la que denomina “retención forzada” y señala que Marcelo SANDOVAL nuevamente hace aseveraciones que llevan al tribunal a fundamentar su acusación sobre la base de hechos que no son efectivos, como queda de manifiesto en el proceso, según ha demostrado, lo que se agrava a partir de las Luego de explicitar parcialmente la declaración extrajudicial del nombrado declaraciones rectificatorias, cuyo fundamento nunca se ha investigado. Marcelo Sandoval Durán contenida en el parte policial N°79, que fuera ratificada en el tribunal, la defensa concluye que se deberá prestar particular atención a este Parte Policial N°79 que en esta oportunidad sólo se resume y analiza respecto del término “retención forzada”. Sandoval al efectuar esta declaración ante la policía luego se retracta, por lo que necesariamente el tribunal debería, según la defensa, investigar el origen de las falsedades que ha sostenido el testigo y luego inculpado, para posteriormente determinar si estas declaraciones podrían dar origen a otras responsabilidades penales derivada de sus dichos, por la siguiente razón: Niega que fuera custodia de Berríos, por lo tanto no existe la retención forzada, siendo esta única vez donde se menciona este término que ha sido recogido por la Juez Sra. Olga Pérez y posteriormente por el ministro instructor en diferentes resoluciones. Con el N°11 dice la defensa, lo siguiente: Situación que es informada por Sandoval Durán a Chile y a los militares de nacionalidad uruguaya, procediendo el entonces capitán Eduardo Radaelli Copolla a trasladarlo hasta la localidad de Parque del Plata, desde donde se le ordenó a Sandoval que viajara de vuelta a Chile, dejando a Berríos Sagredo en Parque del Plata, junto a los militares uruguayos. Medular en este proceso resultan ser los hechos ocurridos en Parque del Plata entre el 13 y el 15 de noviembre de 1992.Por los dichos que se transcriben estos, no pueden, según esta defensa, llegar a establecer los hechos conforme el tribunal concluye en su acusación, dada las evidentes contradicciones entre los testigos del sumario y varios de los acusados, resultando ser las exposiciones de sus representados, los únicos que en 16 años siempre han mantenido sus versiones, y no como otros que les han variado o adecuado a sus intereses procesales. Enseguida se refiere la defensa a las declaraciones de Marcelo Sandoval Durán, tanto a las extrajudiciales como a las prestadas ante el tribunal, al careo sostenido con Radaelli, a un segmento del Programa Contacto de Canal 13,a las declaraciones de Sonia Casaretto cuando responde al cuestionario contenido en un exhorto enviado por el tribunal chileno, a la rueda de reconocimiento realizada con la participación del testigo Luis Miguez en el expediente uruguayo y a la declaración de este último que se contiene en el Informe Policial N°41 y que fuera prestada en la Embajada de Chile en Montevideo, Uruguay. Como conclusiones señala la defensa que resultan muy evidentes las contradicciones de Marcelo Sandoval, por lo que estima que ninguno de sus dichos puede ser considerado como elemento inculpatorio toda vez que respecto de él: 1) no supo describir la casa de Parque del Plata, donde dijo haber alojado a lo menos una noche. 2) no sabe si la casa donde alojó era de RADAELLI. 3) no recuerda como regresó de Parque del Plata, diciendo que pudo haber ido directo a Colonia, lo cual es imposible, pues aunque no se haya investigado por los policía que estuvieron en Uruguay o aclarado por el tribunal por otros testigos, no existe ningún medio de locomoción directo entre esas localidades y necesariamente debe pasarse por Montevideo, situación que es imposible que Sandoval no recuerde con claridad. 4) sostuvo que llegó a las 23 horas, pero dice que tomaron onces, cuestión mínima pero poco creíble. 5) dice que Torres lo llamó por teléfono, pero, la casa de Parque del Plata carece hasta hoy de teléfono y en esa época no existía la telefonía celular en ninguna parte del territorio uruguayo. 6) no recuerda con quien habló en Chile cuando comunicó que se trasladaba a PARQUE DEL Plata. Y tampoco recuerda si fue él quien llamó. 7) según Migraciones de Chile, SANDOVAL el 13 de noviembre ingresa a Chile desde Argentina y según Migraciones de Uruguay eses mismo día sale desde Colonia a Buenos Aires. Por su parte su pasaporte así lo indica. Por lo tanto, no puede haber estado en Parque del Plata el 13 de noviembre, día que se trasladó a Berríos desde Montevideo a esa localidad, con compañía de Carlos Ramírez, inubicable hasta el día de hoy y Eduardo RADAELLI. Resulta evidente que el día 13 de noviembre no estuvo en Parque del Plata. 8) Por lo anterior, tampoco es efectivo, que ese día durmió en Buenos Aires, como él lo sostiene, pues no se entiende entonces su ingreso a Chile desde Argentina el mismo día.9) Existen contradicciones en cuento al lugar donde le fue entregado el pasaje de regreso a Chile por parte de Jaime TORRES.10) También sostiene que después de esa fecha no volvió a Uruguay, sin embargo MIGUEZ lo reconoce claramente como la persona que junto a otro chileno retiraron las maletas del apartamento donde vivía Eugenio BERRIOS SAGREDO.- Esto demuestra que en los días que Eugenio BERRIOS SAGREDO estuvo en Parque del Plata estaba con otro chileno y continuaron estando en el entorno de él, por lo menos hasta de mediados o fines de diciembre, y no como afirma el General COVARRUBIAS que dice haber retirado el personal en octubre.- No hay razón para que SANDOVAL fuera a Parque del Plata y se volviera al otro día como él sostiene, supuestamente esto lo dice para realizar una desenganche efectivo de BERRIOS y entregárselo a los uruguayos, “despidiéndome de ellos dos, BERRIOS y RADAELLI”.11) Los testigos CASARETTO y MIGUEZ, cuyos dichos han sido muy considerados por el Tribunal en su acusación, nunca han reconocido a RADAELLI como visitante del departamento de calle Buxareo Nº1117, como sí lo señala el deponente SANDOVAL.12) En una declaración sostiene que RADAELLI llegó acompañado de otro uruguayo, y en otra dice que llegó solo.13) No sabe si Eugenio BERRIOS le planteó su situación a RADAELLI.Con el Nº12 señala la defensa que con anterioridad, el día 11 de noviembre de 1992, BERRIOS llamó por teléfono al Consulado de Chile en Uruguay solicitando hablar con el Cónsul para obtener documentos para regresar a Chile ya que estaba siendo perseguido y quería obtener un salvoconducto; y previamente se había comunicado, también telefónicamente, con Gines Emilio ROJAS GOMEZ, antiguo amigo suyo, que se desempeñaba como Agregado Cultural y de Prensa de la Embajada de Chile en Uruguay, circunstancia que éste comunicó al Agregado Militar de Embajada, quién le señaló que en un momento de descuido se les había arrancado y se había tratado de comunicar también con la Embajada chilena, acontecimientos que el nombrado ROJAS GOMEZ no comunicó a nadie más, omitiendo proporcionar al Cónsul Federico MARULL la identidad completa de su amigo BERRIOS cuando le fuera solicitada por éste, lo que impidió que la Cancillería chilena pudiera determinar la identidad del chileno que solicitaba volver al país.Este episodio, que fundamenta la acusación de oficio, resulta muy complejo de analizar, pues se mezclan los dichos de una persona fallecida (BERRIOS), actos del mismo (llamada telefónica) y se sacan conclusiones que a todas luces no tienen acreditación legal, como debe exigirse en esta etapa procesal, pues los relatos no se compadecen con la realidad, ni histórica ni científica.A continuación, con el objeto de arribar a la conclusión que se analizará más adelante, se señalan los datos contenidos en dos ordenes de investigar, la letra m) del auto de procesamiento, declaraciones de Federico MARULL, José VARAS, Rodrigo de ARTEAGABEITYA, Emilio ROJAS, Emilio Timermann, una parte del contenido de la querella interpuesta por la Sra. Fabiola LETELIER y en Consejo de Defensa del Estado, declaraciones prestadas por Margarita DI STEFFANO y Emilio ROJAS en el sumario administrativo realizado en la Embajada de Chile en Uruguay.También se refiere a la resolución del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, por la cual el Fiscal propone la destitución del Sr. Emilio ROJAS basada en los siguientes antecedentes: 1) que el Sr. ROJAS conocía al Sr. Eugenio BERRIOS según consta en su propia declaración, como asimismo, en las declaraciones de las siguientes personas: Sr. Miguel VARAS, Sra. Ximena NOVOA y Sr. Sergio Hernán PRIETO.2) Que el Sr. ROJAS supo de la presencia del Sr. Eugenio BERRIOS en Montevideo en el mes de noviembre de 1991 conforme a su declaración prestada ante la fiscalía …por lo demás no desmiente.3) Que el señor ROJAS sabía que el Sr. Eugenio BERRIOS tenía problemas con la justicia chilena según se desprende de la conversación que ambos sostuvieron en noviembre de 1991 en Montevideo … y luego corroboradas en las entrevistas habidas entre el señor ROJAS y el periodista Miguel VARAS, tanto en noviembre de 1991 en Montevideo, y en 1992 aparentemente, a comienzos de ese año en Santiago… el señor ROJAS no comunicó a su superior jerárquico en la Embajada el llamado que el Sr. BERRIOS le hiciera en noviembre de 1991, mas aún, conociendo la existencia del Sr. BERRIOS, no lo hizo saber a la justicia chilena.No obstante lo cual existe constancia en el sumario que el Sr. ROJAS sí comunicó este hecho al periodista chileno Miguel VARAS en Santiago, cuando visitó esta capital a comienzos de 1992, oportunidad en que bien pudo proporcionarlos a los tribunales nacionales competentes… RESUELVO al Sr. Emilio ROJAS la sanción de destitución…… CONCLUSIONES No existe acreditación alguna, en forma legal, que permita sostener que la persona que llamó al consulado de Chile en Montevideo, el 11 de noviembre de 1992, fuera Eugenio BERRIOS, lo que resulta muy dudoso por lo sostenido en el proceso, en el sentido de que en esa época él mismo se encontraba “SECUESTRADO”.- Más aún, se repiten los llamados a casas particulares de uncionarios consulares, lo que a todas luces, es más dudoso aún, para un “secuestrado”.Cuando se señala en la acusación que Eugenio BERRIOS (o quién señaló ser esta persona), en su llamado telefónico, solicitó un salvoconducto al cónsul, surge inmediatamente la duda ¿para qué? Si tenía documentos con los que ingresó a Argentina y Uruguay, porqué no regresó con los mismos.- Solamente se hace una afirmación poco sustentable con el proceso.Es muy extraño que en el proceso de investigación se afirmara que existía una relación entre el diplomático Sr. ROJAS y el “secuestrado” Eugenio BERRIOS, además, de resultar más raro el sostener que en varias oportunidades se comunicaron por vía telefónica y que no se investigara aquello.- Asimismo, por declaraciones del propio MARULL, quién habla con el supuesto BERRIOS, este nunca le dijo que era para obtener documentos o un salvoconducto.- “ES ROJAS QUIEN INTERPRETA ESTO Y SE LO COMENTA A MARULL”.Igualmente, la afirmación de ROJAS, respecto del comentario al testigo TIMERMANN sobre BERRIOS, es categóricamente desmentido por éste, por lo que no es dable darle veracidad a los dichos de ROJAS, sin a lo menos realizar una acuciosa investigación previa.Con el Nº13 la defensa se refiere a las circunstancias que se encontraban en el lugar oficiales de los Ejércitos chileno y uruguayo.El auto acusatorio deja asentada la presencia en el desarrollo de los denominados “HECHOS DE PARQUE DEL PLATA” de los oficiales uruguayos, de los cuales a lo menos CASSELLA y RADAELLI lo reconocen, con lo cual no lo cuestionaran.Si cuestionaran esta afirmación, con respecto a los oficiales chilenos, a partir de la conclusión, del documento policial investigativo que se hace referencia: a continuación, se enuncia el parte policial Nº32 de la Jefatura Nacional de Extranjería, relativo a los viajes de Arturo SILVA y de Jaime TORRES.CONCLUSION. El documento de referencia sólo dá por acreditado que Arturo SILVA y Jaime TORRES sólo estuvieron en Brasil y Argentina respectivamente, nada se dice respecto de que alguno de ellos haya estado en Uruguay.Con el Nº15 la defensa señala la parte del auto acusatorio donde se indica lo siguiente: irrumpiendo luego en la Comisaría de Parque del Plata en don de agritos manifiesta estar “secuestrado por militares chilenos y uruguayos” y que lo van a matar “por orden de Pinochet”.Previa a la llegada de BERRIOS, se había presentado en la misma unidad policial, el militar uruguayo, manifestando que se había escapado una persona, que estaba bajo su custodia y que este era un asunto muy grave que le podía costar su vida.- Luego de ello, ingresan a la Comisaría varias personas, algunos militares uruguayos de uniforme, y civiles con apariencia de militares.El hecho descrito, que resume lo ocurrido en el denominado “Hechos de Parque del Plata”, desde el punto de vista del acusador, creemos que debe situarse en los antecedentes de la investigación.- De un exhaustivo análisis de los mismos, solamente podemos colegir que la narración corresponde a una transcripción de la carta anónima que a continuación se expone y que no se condice con el mérito del proceso.A continuación se transcribe la referida carta anónima enviada a parlamentarios uruguayos y medios de prensa los primeros días del mes de junio del año 1993 confeccionada por elementos de la policía uruguaya (acompañada en un otrosí de la contestación).CONCLUSIONES. Esta consideración está basada en una carta anónima que solamente se allegó al proceso a través de su representado RADAELLI, es decir, 02 de junio de 2006, no estando antes “formalmente” integrando el sumario.- Fue confeccionada por Policías y enviada anónimamente en los primeros días de junio de 1993 a varios legisladores, y posteriormente aparece en la prensa.Origina todos los hechos posteriores, empieza a actuar la justicia civil uruguaya el 07 de junio de 1993 y el Jefe de Policía, Coronel RIVAS, es relevado de su cargo.Lo grave de estos hechos es que nunca fueron declarados por testigos, sin embargo, fueron recogidos en los procesamientos de la jueza Olga PEREZ en contra de Arturo SILVA y Jaime TORRES el 18 de octubre de 2002, donde sostiene que el Capitán RADAELLI manifiesta que: “se había escapado una persona que estaba bajo su custodia y que este era un asunto muy grave que le podía costar la vida” (Tomo VI/fojas 2.446).- Es concluyente que la jueza PEREZ utilizó pasajes de una carta anónima, publicada en la prensa y que no estaba en la época no estaba en el expediente.La prensa uruguaya y otros actores políticos y judiciales, le dieron a la carta una veracidad que no era tal, repitiendo algunos pasajes en reiteradas oportunidades.Históricamente se debe destacar que el Coronel RIVAS fue nombrado por el poder político como Jefe de Policía de Canelones y destituyó a varios policías por corrupción.- Estos hechos, más la huelga policial, emergente en esos días, son los que desencadenan la aparición de la carta, en venganza de su jefe y contra el Ejército, por la participación que le cupo a éste para sofocar la huelga.Tampoco existe ninguna declaración que fundamente la concurrencia a la seccional de militares de uruguayos de uniforme y civiles con apariencia de militares, ni siquiera en la propia carta anónima y menos aún, respecto de los supuestos gritos referidos a estar secuestrado y la orden de matarlo de PINOCHET.Con el Nº16 dice la defensa que al Policlínico lo acompañan el Comisario señalado y varios otros individuos de los que cuatro de ellos iban uniformados como Policías uruguayos y el resto de civil, pero con apariencias de militares.Lo afirmado por el testigo doctor FERRARI, debemos catalogarlo de, a lo menos, “DUDOSO” en cuanto a su veracidad, pues conforme la secuencia que aportamos a continuación se puede concluir que ha cambiado sus dichos desde sus primeras declaraciones hasta las consideradas por el tribunal.A continuación, la defensa detalla parcialmente las declaraciones prestadas por el doctor FERRARI en el expediente uruguayo, en la Embajada chilena y en el informe policial Nº41.También hace referencia al Programa Contacto del Canal 13 en la parte que la periodista Sra. Claudia GODOY, entrevista al Comisario de Policía Sr. Elbio HERNANDEZ y, por último, declaración de Jorge FERULANO prestada el 22 de agosto de 2003 y que rola a fojas 672 del expediente uruguayo.CONCLUSION. Ferrari declaró en Uruguay en el año 1993 que el Comisario HERNANDEZ fue acompañado de unos agentes, lo que es confirmado por el Sr. FERULANO y por el propio comisario HERNANDEZ al programa Contacto, y cambia sus dichos en su declaración prestada en la Embajada de Chile ante el policía investigador y lo reitera declarando ante el tribunal, que concurrieron aproximadamente ocho personas, la mitad de uniforme azul y los otros de civil con apariencia de militares, ¿Qué se le debe creer?... Con el Nº17 transcribe la defensa la parte del auto acusatorio que señala que el médico al quedar sólo con BERRIOS recibe de parte de éste la misma versión dada en cuanto a estar secuestrado y en peligro de muerte, identificándose con su verdadero nombre mediante una fotocopia de su cédula de identidad y solicitándole que llame a la Embajada de Chile para solicitar ayuda.Nuevamente, de igual forma que en el punto anterior, es dudosa la credibilidad de este testigo, que a medida que avanzan los años desde la ocurrencia de los hechos respecto de los cuales depone, va agregando circunstancias que antes no expreso, como la que se indica en la parte final del párrafo que antecede.Acto seguido, se señalan parcialmente declaraciones del doctor Juan FERRARI prestadas en el expediente uruguayo, en la Embajada de Chile, la extrajudicial contenida en el informe policial Nº41, la ratificación de la misma prestada en la presente causa, la apreciación del investigador policial, la declaración de Jorge FERULANO de 22 de agosto de 2003, que rola a fojas 672 del expediente uruguayo y la grabación del programa Contacto de Canal 13, donde se indica parcialmente las preguntas que formula la periodista Sra. Claudia GODOY al Comisario de Policía uruguayo, Sr. Elbio HERNANDEZ.CONCLUSIONES. El doctor FERRARI en sus declaraciones hace referencia a la petición que habría recibido de BERRIOS, para que llamara a la Embajada de Chile, lo que le merece dudas a la defensa, al igual que lo expresado en el punto anterior, pues de ser efectivo lo declarado, porqué no lo señaló desde un principio en la investigación en Uruguay.- También resultan extrañas las afirmaciones del médico relacionadas con las respuestas que le habría dado BERRIOS, pues si estaba “secuestrado”. Se orientaba perfectamente en cuanto al lugar y tiempo.- También lo afirmado contradice lo señalado por el Comisario HERNANDEZ al programa Contacto.Con el Nº18 se explicita por la defensa la parte del auto de cargos donde se indica, que llegando el Teniente Coronel Tomas CASELLA quién convence a BERRIOS de desistirse de su denuncia.Sin poder pronunciarse la defensa respecto de la veracidad de esta afirmación, cree importante destacar ¿qué prueba existe en el sumario?, para poder fundamentar esta grave imputación, cuyo carácter es principal o únicamente subjetivo, pues el único que podría corroborar el hecho sería el propio Eugenio BERRIOS, pues si se le convenció o se dejó convencer, solamente él lo podría saber.Para fundar dicha duda señala la defensa el extracto del acta de interrogación de Eugenio BERRIOS en la Comisaría de Parque del Plata y parte de la grabación del programa Contacto antes referido.CONCLUSION.Los largos años de investigación de este proceso, que han llevado a dictar la acusaciones en contra de sus representados, no han podido desvirtuar lo afirmado por Eugenio BERRIOS en su declaración ante la Policía de Parque del Plata.- Respecto del documento transcrito, no existe elemento alguno que pueda formar convicción contraria a este respecto, ni otro documento, ni testigos u otro medio de prueba, solamente existe una afirmación del acusador que carece de sustento en la investigación.- Además, si se quiere valorar la declaración del Comisario Elbio HERNANDEZ que prestó al programa “Contacto”, solamente se reafirma lo que sostiene la defensa.En el punto Nº19 la defensa indica aquella parte de la resolución antes señalada que señala lo siguiente: …y se lleva, una vez más a BERRIOS al servicio de salud en donde éste, acompañado de Jaime TORRES GACITUA y Wellington SARLI POSE (ambos reconocidos por el doctor FERRARI) habla con el médico y le explica que todo esta bien y que se irá con sus “amigos” que van a ayudarlo.Dice, que en el Tribunal a partir de las declaraciones del doctor FERRARI, se van armando una serie de conjeturas que estima la defensa, son falsas, como dice que lo demostrará, pues efectivamente él entra en contradicciones garrafales, como ya lo ha señalado, por ejemplo con el número de autos y personas que concurren al policlínico.- Lamentablemente, los dichos de este médico han servido he inspirado en demasía a los policías investigadores y hoy al ver todas las actuaciones en conjunto, es factible darse cuenta que están colmadas de contradicciones y falsedades.Luego, la defensa describe parcialmente las declaraciones del doctor Juan FERRARI prestadas en el expediente uruguayo, en la Embajada de Chile y en los careos realizados con los procesados Jaime TORRES GACITUA, Arturo SILVA VALDES y Tomas CASSELLA SANTOS.- Asimismo, se señala el reconocimiento en rueda de detenidos realizado con la participación del testigo FERRARI, el informe policial Nº41, la apreciación del investigador policial relacionada con el referido informe y la declaración del acusado Tomas CASSELLA prestada en el marco del exhorto remitido por la justicia chilena.CONCLUSIONES. Es evidente la diferencia entre lo declarado por el doctor FERRARI y los reconocimientos efectuados, cuando declara en Uruguay y en Chile, en la forma que expone: FERRARI declaró en el año 1993: Que dos personas de civil acompañaron a BERRIOS cuando éste fue por segunda vez al Policlínico a agradecerle y le dijo que se le habían acabado los problemas, y que las personas que lo acompañaban no hablaron nada.FERRARI declaró en el año 2002 en la Embajada chilena y en Chile: Que en la segunda vez concurrieron los mismos sujetos que fueron en la mañana, incluye a SILVA.- Reconoció como los ciudadanos chilenos a SILVA y TORRES con certeza en una rueda de reconocimiento y luego en el careo con estos dijo no tener la misma certeza.- SILVA y TORRES negaron haber estado en el policlínico.- Se contradice al afirmar que los acompañantes no le expresan nada y luego los reconoce como chilenos.- A SARLI lo reconoció por una fotografía como acompañante de BERRIOS, agregó que estaban aparentemente armados.- La policía estableció que concurrieron SILVA, TORRES, SARLI y además sin fundamento CASSELLA, persona que FERRARI no reconoció.FERRARI declaró en Uruguay en el año 2003: Negó haber reconocido con certeza en Chile a TORRES y SILVA, afirmó haberlos sólo reconocido por rasgos físicos, hizo una proyección de edad de TORRES y dijo que esta no correspondería con la actualidad.- Negó haber reconocido a SARLI, pese a que se le mostraron sus declaraciones en Chile.Por lo tanto, consideran que los dichos de este testigo en nada aportan a la investigación y no podrían ser sustento de ninguna sentencia, pues sus dichos no solamente han sido refutados por otras pruebas, sino lo más grave, son contradictorios con lo afirmado por él mismo.- En conclusión, no es dable que se tenga por reconocido a su representado Sr. SARLI, por las declaraciones de este testigo.Lo afirmado por la defensa, señala no sería una cuestión que carezca de sustento, toda vez que al regreso del doctor FERRARI desde Chile, luego de prestar declaración, es interrogado por la justicia uruguaya y en virtud de sus múltiples contradicciones se le señala: ¿Si se sintió presionado por la justicia chilena y si las diligencias de reconocimiento y careos fueron en cierta manera inducidas por la Sra. Juez o usted actuó con libertad? (luce a fojas 8053 del 02/JUN/06/CAREO FERRER Y CASSELLA y corresponde a declaración del 22/AGO/03 A FOJAS 675 DEL EXPEDIENTE URUGUAYO).En el punto 20, la defensa señala que el auto de cargos dice: “BERRIOS, aparte de los militares uruguayos, queda a cargo de los militares chilenos Jaime TORRES GACITUA y Arturo SILVA VALDES, quienes habían llegado a Uruguay el día anterior, es decir, el 14 de noviembre en la noche, a la casa del militar uruguayo Wellington SARLI, en donde se encontraba otro chileno oculto de la justicia chilena, el mayor (R) de Ejército Sr. Arturo SANHUEZA ROS”.Indica que, ello no es efectivo por cuanto estos militares no llegaron a la casa de su representado SARLI en dicha ocasión ni tampoco SANHUEZA se encontraba oculto en su casa, y que dichas afirmaciones sólo se entienden en la lógica de involucrar a sus representados.- Para demostrar lo anterior detalla en forma parcializada las siguientes declaraciones del proceso: Declaración de Arturo SANHUEZA rolante a fojas 5.496/T.15; informe policial Nº41 rolante a fojas 1.635/T.5; declaración extrajudicial de SANHUEZA rolante a fojas 1986/T.6; dcihos de SANHUEZA ROS rolantes a fojas 7.886/T21; declaraciones de su cónyuge Sra. Ismenia SOTO MARTINEZ de fojas 9.961/T28; diligencia e careo entre TORRES GACITUA y SANHUEZA ROS de fojas 2.415/T.6 y de este último con SILVA VALDES de fojas 2.418/T6; registro de salidas del país de SILVA VALDES y de TORRES GACITUA rolantes a fojas 1.863 y 1.818, respectivamente; diligencia de careo entre SANHUEZA y RADAELLI de fojas 8.131/T.21 y entre SANHUEZA y SARLI de fojas 8.134/T.21.CONCLUSIONES.En las piezas del sumario señaladas precedentemente se destacan las siguientes contradicciones: SANHUEZA y su mujer, señalaron que SILVA llegó a la casa de SARLI el 14/NOV/1992, sin mencionar a TORRES, no obstante, ambos mencionaron haber visto a estos el día 15 de noviembre.SILVA y TORRES negaron estar en Uruguay esos días.Tampoco los documentos de migraciones registran movimientos a ese país en las fechas señaladas.Por su parte, los dichos de su representados en nada se condicen con esta afirmación, pero lamentablemente se le da valor de convicción a las afirmaciones de SANHUEZA y no a la ellos, lo que a su juicio deberá aclararse en la sentencia que deberá fundar el tribunal sobre estos hechos o desvirtuarlos, como suponemos ocurrirá.CASSELLA no vió ni a SANHUEZA, TORRES y SILVA en Parque del Plata, y RADAELLI, negó haber estado el 15 de noviembre en la casa de SARLI de Parque del Plata y no vió a SILVA ni TORRES.SARLI negó haber estado con su familia ese día junto a SANHUEZA y a la familia de este.- Agregó que estaba de servicio y que había concurrido a un acto de la Armada.Dice que es subjetivo que los días 13, 14 y 15 de noviembre de 1992, se hayan utilizado para que la familia de SARLI y SANHUEZA fueran a Parque del Plata, siendo que son exactamente los mismos días que BERRIOS estuvo en ese balneario, hechos acreditados desde el año 1992, siendo que lo relativo a la estadía de SANHUEZA en Parque del Plata surge diez años después, en el 2002.- También señala lo inverosímil que resulta el hecho que, por un lado se hable de una “operación de inteligencia” con BERRIOS y a pocas cuadras se realice una reunión familiar con otro “fugado” de la justicia chilena.- Con el Nº21 dice la defensa que todos los antecedentes relativos al episodio protagonizado por BERRIOS y sus custodios, que constaban del “Libro de novedades” de la comisaría antes referida, fueron inutilizados por la acción del Jefe de Policía Sr. Ramón RIVAS VILA y desparecieron con posterioridad, sin que exista una explicación valedera.Dice que este punto no se corresponde con la realidad, puesto que los documentos se encuentran agregados en la investigación seguida ante la justicia uruguaya, sin perjuicio de lo cual, acompaña copias simples de ellos.CONCLUSIONES.No es efectivo que hayan desaparecido todos los antecedentes relativos al episodio, ya que la justicia uruguaya obtuvo los siguientes documentos de la propia comisaría y rolan en la investigación llevada en el Juzgado de Pando, Uruguay: Certificado médico expedido por el doctor FERRARI, a fojas 80.Acta de interrogación de BERRIOS a fojas 81.Libro de denuncias, donde consta el retiro de la denuncia de los vecinos, a fojas 166.Con el Nº22 se indica la parte del auto acusatorio donde se expresa que: Después de estos acontecimientos del día 15 de noviembre de 1992, regresan a Chile Jaime TORRES GACITUA y Arturo Rodrigo SILVA VALDES, el primero, el 16 de noviembre y el segundo, el 18 de noviembre de 1992, cesando a partir de estas fechas los viajes a Uruguay a custodiar a BERRIOS.Dice la defensa que existen diversos antecedentes que acreditan que varios chilenos, involucrados en esta investigación y otros vinculados al Servicio Secreto chileno (unidad que estuvo a cargo de la salida de SANHUEZA de Chile) viajaron con posterioridad al 15 de noviembre de 1992 con destino a Uruguay.Así las cosas, enumera listados de viajes de Arturo SILVA, de Jaime TORRES, de Raúl LILLO, de Mario CISTERNAS, la declaración de Luis MIGUEZ contenida en el informe policial Nº41, la del sub oficial en retiro Pedro MUÑOZ, contenida en el informe policial Nº99 y la de Luis ZAMORANO, cuya extrajudicial rola en el informe policial Nº241 y la judicial a fojas 6.092 del Tomo 16.CONCLUSIONES.Después del 15 de noviembre de 1992, se acredita que chilenos (incluso algunos procesados por este proceso), pertenecientes a la unidad de Asesoría de Análisis y otros del Servicio Secreto, siguieron viajando a Uruguay, los motivos, evidentemente, los desconoce la defensa, pero esta señala que no sería descartable que estuvieran con BERRIOS o se vincularan con él.Con el Nº23 se señala la parte de la resolución que dice: Cesando a partir de estas fechas los viajes a Uruguay a custodiar a BERRIOS y el contrato de arrendamiento del departamento Nº403 de calle Buxareo Nº1117.Esta afirmación, sobre el contrato de arrendamiento es de aquellas que, a lo menos esta defensa, no ha encontrado sustentada en el mérito probatorio del proceso, por lo que a su entender carece de fuerza para formar convicción en una eventual sentencia.Con el Nº24 se transcribe la frase que dice: que la ultima fecha en que se vió indubitadamente con vida a Eugenio BERRIOS SAGREDO fue el día 15 de noviembre de 1992.- Si bien la muerte de Eugenio BERRIOS, por un hecho delictivo, no es fundamento de la extradición de sus representados, por lo que no procedería juzgarlos por esto, no deja de ser fundamental para su defensa, el determinar cuando habría ocurrido su muerte, pues con motivo de la misma, se derivan una serie de consecuencias de hecho y de derecho, a saber, si luego de esa fecha siguieron militares chilenos “acompañando” a BERRIOS en Uruguay o determinar los plazos de prescripción delictiva, respectivamente.Dice que demostrará una serie de inconsistencias respecto de la fecha, a partir de la propia investigación, que desvirtúan la afirmación transcrita.Así, se refiere a las declaraciones de Sonia CASARETTO prestadas en el expediente uruguayo, en el exhorto de Chile y la extrajudicial que proporcionó en el informe policial Nº41; también a las declaraciones de Luis MIGUEZ otorgadas en el expediente uruguayo y las extrajudiciales contenidas en el informe policial Nº41; también la rueda de reconocimiento realizada con la intervención del nombrado MIGUEZ con fecha 22 de agosto de 2003 y que rola a fojas 680 del expediente uruguayo; declaraciones de Gladys SCHMMEISSER prestadas en el Tribunal y en el exhorto de Uruguay de fojas 604 y siguientes, también, lo señalado por esta en la querella que interpuso y que rola a fojas 482 del Tomo 1; declaraciones de Tomas CASSELLA en el exhorto de Chile y en el Tribunal y declaraciones de Viviana EGAÑA.DATA DE MUERTE.Trámites realizados en Chile con el certificado oficial de defunción; resolución del Tribunal por la que se ordena oficiar al Registro Civil para que se proceda a inscribir la defunción del nombrado BERRIOS de fecha 21 de octubre de 2003; también oficio del Registro Civil por el cual remite fotocopia oficial de defunción Nº808, Registro 10 e fecha 06 de noviembre de 2003 correspondiente al Registro de Defunción del occiso y certificado de defunción del mismo de fecha enero de 1993.Por último, programa Contacto del Canal 13. Minuto 2.50 de la grabación por el cual se reproducen los dichos del antropólogo forense Horacio SOLLA (primero en examinar el cuerpo), establece una data de muerte en el primer semestre de 1993 con un lapso de 6 meses.Forense Patricia HERNANDEZ (SML): ante la pregunta de la periodista si se puede establecer que BERRIOS murió el 15 de noviembre de 1992 o el 14 de febrero de 1993, afirma que no se puede determinar una fecha.CONCLUSIONES.Dice la defensa que a partir de la investigación sumarial se ha extraído los antecedentes más importantes que desvirtúan la afirmación de la acusación, en el sentido de señalar que existen en el proceso antecedentes para afirmar que Eugenio BERRIOS sí estaba vivo, a lo menos, hasta el 10 de diciembre de 1992 o mediados de diciembre (testigos CASARETTO y MIGUEZ).- La testigo EGAÑA hace un aporte conteste con las declaraciones de su representado CASSELLA.CASARETTO lo vió el 10 de diciembre de 1992 y tenía bien referida la fecha por coincidir con el cumpleaños de su hija, oportunidad en que BERRIOS le ayuda a bajar especies del ascensor, lo declaró en Uruguay y por exhorto en Chile.MIGUEZ lo vió en diciembre de 1992, más bien sobre fin de año, lo recuerda porque no le dejó propina para la fiesta de fin de año.- Vió realizar la mudanza entre el 12 y 13 de diciembre de 1992 y lo tenía referido porque fue unos días antes de tomar sus vacaciones.- En esa oportunidad reconoce a Marcelo SANDOVAL, quién realizó la mudanza acompañado de otro chileno.- Siempre declaró en Uruguay cuando había sido la última vez que vió a BERRIOS, aunque en la Embajada y en su declaración en Chile no está establecido, porque no se lo preguntaron.- Sin embargo el investigador lo interroga al respecto en Uruguay, en abril de 1996, y MIGUEZ le repite lo ya señalado.Viviana EGAÑA: las declaraciones de ella confirman las de CASSELLA en el sentido de que Eugenio BERRIOS luego del 15 de noviembre de 1992 viajó a Brasil y si afirma que se entera de esto luego de haber aparecido una foto de él en los diarios, necesariamente, esto es, después del 15 de noviembre.Por otra parte, las declaraciones de la cónyuge de BERRIOS y querellante de autos, también llevan a la misma conclusión, en cuanto a que ella reconoce haber tenido comunicación con su marido con posterioridad a la fecha del 15 de noviembre de 1992.SCHMMEISSER: Siempre declaró que BERRIOS la llamó por teléfono para las pascuas de 1992 o a dos semanas de haber regresado de su segundo viaje a Montevideo (10 de noviembre).Desde la perspectiva jurídica y científica, obran en autos, documentos que manifiestan claras diferencias respecto de la fecha de muerte de BERRIOS y contradicen lo aseverado en la acusación.Por último, con relación a lo señalado se solicita que el Tribunal tenga presente lo señalado anteriormente por la defensa.- Que en el segundo otrosí señala la defensa que, en su opinión, el trabajo de los investigadores que intervinieron en el proceso no fue acorde a lo que supuestamente se esperaba de ellos, pues este se habría apartado de lo que denominan “Ciencia de la Investigación Criminalística”.- Agrega que las irregularidades que se expondrán van desde apreciaciones policiales sin sustento, documentos que no son acordes a la realidad, personas que acusan diversas anomalías en el trabajo policial y otras.Se indica que con la finalidad de ilustrar al tribunal se irán señalando como títulos las irregularidades, para luego hacer la referencia expresa al expediente y sus menciones, luego se extraerá brevemente la diligencia y finalmente se hará la conclusión de la defensa, con la que se pretende demostrar el hecho denunciado como irregular.A) apreciaciones policiales no acordes a la investigación.Se exponen diversas diligencias policiales en las cuales los funcionarios que intervinieron, efectuaron apreciaciones en su calidad de investigadores que suponen o supondrían una relación exacta entre la evidencia recogida y la conclusión policial, lo que a juicio de esta defensa no ha ocurrido.Informe policial Nº217 de 19/Nov/93, T. 1, pág. 260 y siguientes.- Se detallan declaraciones de Carlos HERRERA JIMENEZ como asimismo el informe policial Nº41 y 87; también declaraciones de Pedro ACOSTA, de Luis FERNANDEZ, Carlos ARISTIMUÑO, de Jorge PASTORE y de Elena DELLACROCE, estas últimas correspondientes al expediente uruguayo.CONCLUSION.En cuanto a la forma, señala que respecto de ninguno de los nombrados, se adjuntó al parte policial las declaraciones de estas personas, se extractan afirmaciones, presuntamente efectuadas por ellos, sin que exista la comparecencia del mismo y menos la rúbrica por firma o huella dactilar de su declaración, por lo tanto solamente existe lo afirmado por los funcionarios que redactaron el documento.En cuanto al fondo, la defensa ha traído al proceso y acompañado a la presente contestación, las declaraciones que efectivamente prestaron ante la justicia uruguaya los testigos citados por el documento policial referido, pero que difieren de este pues los testigos, conserjes del edificio Rambla, declaran no haber visto nunca a Eugenio BERRIOS.No existe antecedente alguno que permita a esta defensa saber como los investigadores llegan a concluir que en noviembre y diciembre de 1991 y enero de 1992 (Eugenio BERRIOS) recibió protección de parte de su representado CASSELLA y Carlos HERRERA.B) respecto de las declaraciones de Eugenio DOMINGUEZ.- Corresponden al parte referido y este manifiesta que Eugenio BERRIOS, llegó a alquilar una habitación por unos días con otra identidad, pagando en efectivo sus estadía y luego e algunos días le dice que se va a ausentar por un breve tiempo no regresando hasta esa fecha.- El mismo testigo declara en el expediente uruguayo y agrega que a este sujeto sólo lo vino a reconocer cuando salió en el prensa.CONCLUSION.En cuanto a la forma, dice que la declaración de este testigo no ha sido acompañada a la investigación policial.En cuanto al fondo, dice que la conclusión que hace el investigador policial no se corresponde con la realidad.- 2.- informe policial Nº82 de 07/mayo/2001, T.3, fojas 986 y siguientes.- Dice que el referido informe se compone de tres partes y un anexo documental.- La primera parte se denomina I.Antecedentes del procedimiento investigativo; la segunda parte se denomina II.- Procedimientos de la investigación criminalistica; y, la tercera parte, signada con el NºIII se denomina apreciación del investigador policial y como conclusión final, señala: “Que finalmente se deduce a la luz de la nueva diligencia realizada en el Juzgado de Pando en Uruguay y de los antecedentes establecidos en esta investigación de presunta desgracia de Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, tanto en Chile como en ese país, el ingreso ilegal a Uruguay, su protección forzada, su desaparición y finalmente su homicidio, de acuerdo a la investigación de los restos óseos que pertenecen al buscado.- Durante todo ese período en que BERRIOS SAGREDO permaneció en ese país, estuvo siempre con personal del ejército de Chile y del ejército de Uruguay, investigación que presentaría dificultades en la continuidad de las indagaciones, por tratarse de militares presuntamente en servicio activo.- Según la defensa, la conclusión señalada no tendría ningún asidero en la investigación y estaría fundada en antecedentes del fuero interno de los policías, sin que se señale su sustento probatorio.A mayor abundamiento dice que, luego de extraer algunas afirmaciones del documento, procederá a desvirtuarlo con el propio mérito de la investigación del Tribunal.a) paradero de Eugenio BERRIOS entre el 15 de noviembre de 1992 y el hallazgo de su cuerpo el 13 de abril de 1995.- Para fundar la conclusión que se indicará más adelante, la defensa señala las declaraciones de Luis MIGUEZ y Sonia CASSARETTO prestadas en el expediente uruguayo y la de esta última en el exhorto de Chile.CONCLUSION.A pesar que los policías chilenos tuvieron conocimiento de acuerdo a las declaraciones de los referidos testigos que habían visto a Eugenio BERRIOS, con posterioridad al 15 de noviembre de 1992, en su informe desestiman esas declaraciones; b) veracidad de la petición de salvoconducto de Eugenio BERRIOS en la Embajada de Chile en Uruguay.Dice el parte referido que: “Cabe demostrar que días antes, el 12 de noviembre de 1992 Eugenio BERRIOS llamó a la Embajada de Chile en Montevideo, solicitando salvoconducto para regresar a Chile, quedando en evidencia que se encontraba indocumentado, manifestando que se encontraba secuestrado por militares chilenos y uruguayos.- La defensa hace referencia a la declaración prestada por el Cónsul MARUL en el expediente chileno y concluye, señalando que la policía dice demostrar que BERRIOS llamó el 12 de noviembre a la embajada para pedir un salvoconducto porque estaba secuestrado por militares chilenos y uruguayos, lo cual es falso, porque MARUL es el único que habló con él y sin embargo, Emilio ROJAS “presume” que podría necesitar un salvoconducto o pasaporte y la policía lo reitera como hecho comprobado.- Cabe destacar que en el auto de procesamiento y acusación se establece que llamó el día 11 de noviembre (un día antes) y no el día 12, como establece el parte aludido, en primer lugar, no está acreditado que haya sido el propio BERRIOS quién llamó a la embajada y la persona que llamó no dice para nada lo que la policía afirma estar demostrado.Nº3 Parte de Policía de Investigaciones Nº327 de 03 de marzo de 2002, T.3, 4/1242. Parte referido.…también se tomó contacto con el Comisario Elbio HERNANDEZ… con relación a lo ocurrido en la seccional… y que también conoció a los ciudadanos chilenos.Funda la conclusión a la que arribará en las declaraciones de Elbio HERNANDEZ (exhorto) y las que prestó en el Programa Contactos de Canal 13 y en ella manifiesta que resulta del todo extraño que los investigadores concluyan que el testigo HERNANDEZ manifestara en marzo del año 2002, que conoció a ciudadanos chilenos, y se lo informara al tribunal en su diligencia policial, toda vez que de este testigo no se acompañó su declaración por parte de los policías, menos aún, no existe una rúbrica con firma o huella dactilar que demuestre que efectivamente declaró lo anterior.- Lo más grave, resulta al revisar las declaraciones de HERNANDEZ que se han destacado, ante el Juzgado que tramitó el exhorto del tribunal, en que no manifiesta nada respecto de algún chileno y peor aún, ante la misma consulta por parte de la periodista del Programa “CONTACTO”, señaló no saber de quienes se trataban las fotos que se le exhibieron (imputados SILVA y TORRES) y en conclusión, la afirmación policial carece de sustento probatorio.4.- Informe policial Nº41 de 15 de mayo de 2002, T.5, fojas 1.635 y siguientes.Esta extensa diligencia policial, corresponde principalmente a los interrogatorios de diversos testigos del proceso, diligencias cuyas o declaraciones resoluciones con judiciales posterioridad motivaron (antecedentes para el procesamiento o acusación).- Llama fuertemente la atención que en el curso de la investigación, a posteriori, y en algunos casos en forma anterior es decir en diligencias probatorias realizadas en Chile y en Uruguay, lo afirmado por ellos es desmentido o simplemente cambiado, por lo que evidentemente la convicción probatoria del documento pierde su fuerza.Dice la defensa que de cada testigo analizará una afirmación, que considera relevante, y verá como varía o se desvirtúa en las conclusiones a que arribará en cada caso.Luego de describir parcialmente declaraciones de Gladys SCHMMEISSER concluye que desde 1993 hasta el 15 de mayo de 2002 la Sra. SCHMMEISSER declaró en cuatro oportunidades.Siempre sostuvo que la última comunicación telefónica con Eugenio BERRIOS fue antes de la pascua de 1992 o a las dos semanas de su regreso a Chile el 10 de noviembre de 1992.- Como posteriormente declaró que éste la habría llamado a los dos días de su regreso, esto correspondería al día 12 de noviembre de 1992 y, como según el auto de procesamiento Eugenio BERRIOS llegó a Parque del Plata el 11 de noviembre de 1992, significa que éste estando “secuestrado” realizó la llamada.A continuación, la defensa se refiere a declaraciones de Ever CANO TETTI quién señala, en una primera declaración, haber visto a Eduardo RADAELLI que entraba y salía del hotel San Rafael donde estaba alojado el General PINOCHET, y, en una segunda declaración, no lo menciona y a pesar de ello el informe policial Nº41 establece que el declarante antes mencionado vió a RADAELLI entrar y salir del hotel.- Posteriormente, la defensa señala en forma parcializada numerosas declaraciones prestadas por Sonia CASARETTO y Luis MIGUEZ, tanto judiciales como extrajudiciales y señala como conclusión que en el año 1996 la policía chilena ya había interrogado a estos dos testigos y sabían que Eugenio BERRIOS vivía con otros chilenos, que gozaba de absoluta libertad ambulatoria (salía sólo y acompañado) y que la última vez que lo vieron fue en diciembre de 1992.- Ambos siempre han declarado lo mismo a la justicia uruguaya y a la chilena y por ello resulta evidente que exista una abierta contradicción entre sus declaraciones y lo que concluye el investigador policial en el informe Nº41 y a mayor abundamiento, la declaración prestada por el testigo MIGUEZ, que se acompaña al referido parte policial, no se condice con la expresión extraída por la policía en el cuerpo del documento.Luego, la defensa se refiere a las declaraciones del doctor Juan FERRARI médico de guardia en la policlínica de Parque del Plata el día 15 de noviembre de 1992 y concluye que las declaraciones prestadas por éste en la Embajada en Montevideo y en los tribunales en Chile, no concuerdan con las prestadas ante la justicia uruguaya.- Dice, que si bien la policía recoge sus declaraciones, FERRARI falta a la verdad en algunas de ellas, pues este testigo, al que se le ha dado un notable valor para formar convicción en el procesamiento y en la acusación, nunca ha sido conteste con lo expresado por otros testigos, por ejemplo, el Comisario HERNANDEZ, pero lo peor es que se ha contradicho con sus propias declaraciones, como se puede leer en las mismas, donde señala que existiría contradicción con relación a la identidad de las personas que concurrieron al Policlínico, sea en la primera o la segunda oportunidad y lo que ellas expresaron en esas oportunidades; tampoco ha sido claro en señalar en que vehículos se movilizaban estos; tampoco ha sido preciso al reproducir sus diálogos con BERRIOS y solamente manifiesta en su declaración prestada en la Embajada de Chile, que éste último le habría pedido que llamara a dicha sede diplomática.- Resulta que esto no lo señaló en sus dos declaraciones ante la justicia uruguaya, donde también se refirió a lo no presencia de Wellington SARLI en el policlínico.Después, la defensa se refiere a las declaraciones prestadas por el testigo MIGUEZ y por la testigo Kathia MEDINA y concluye que el primero reconoció a SANDOVAL como uno de los chilenos que retiraron las pertenencias de BERRIOS desde el departamento de la calle Buxareo, lo que desacredita lo afirmado por los policías.- Por otra parte, la testigo MEDINA utiliza el término “secuestro” para describir la situación de BERRIOS en el cuartel del BIE y señala que lo escuchó de un colega que no identifica.Agrega luego de señalar declaraciones de funcionarios del BIE que las conclusiones del auto acusatorio son contradictorias con las afirmaciones de los testigos YAÑEZ y STAGNARO, las que tampoco coinciden con la conclusión a que arriba el investigador policial.Acto seguido, se refiere la defensa al documento que rola en el expediente a fojas 839 consistente en un informe del departamento de extranjería de Policía de Investigaciones de Chile en que se informa al tribunal de a lo menos nueve viajes que se imputan a Tomas Ventura CASELLA SANTOS que son absolutamente falsos, nunca él los realizó.- Lo que se remitió al tribunal fueron los viajes a Chile del ciudadano uruguayo César Eduardo CASELLA CASAS, persona que efectivamente viajaba a Chile a través del paso Los Libertadores, documento en el cual se cambió el nombre de esta persona por el del Coronel, es decir, se puso TOMAS, manteniendo el apellido CASELLA (con una sola “s”) y agregando el segundo apellido CASAS.Por último, la defensa en el Tercer Otrosí del escrito de fojas 13.538 bis y siguientes solicita se tenga presente al fallar la existencia de un documento de dudoso origen sobre movimiento migratorio de Tomas CASSELLA; también la entrega de antecedentes respecto del la actitud del testigo Juan FERRARI; actividades irregulares cometidas por la policía chilena en Uruguay, con entrega de la denuncia que el testigo Luis MIGUEZ efectuó ante INTERPOL Uruguay; la entrega de una carta anónima referente a los hechos de Parque del Plata que fueron denunciados por esa vía a legisladores y prensa de Uruguay y, finalmente señalan que ante la solicitud de revocación del auto de procesamiento, el tribunal señaló que esto era extemporáneo y que, además, ya había sido revisado por un estrado superior y que tanto la Excma. Corte Suprema de Chile como la de Uruguay le habían dado curso, manifestando que esta resolución vulnera abiertamente lo dispuesto en el artículo 278 bis del Código de Procedimiento Penal y esta decisión, no obstante los recursos interpuestos, significó la negación a sus representados de un derecho legalmente consagrado.- Significa, además, que si el Tribunal entiende que no es posible revocar el auto de procesamiento por las razones expuestas, menos será posible que absuelva a ninguno de los acusados.Siguiendo esta lógica, la resolución aludida, significa para sus representados una condena anticipada sin que exista una verdadera y real posibilidad de tener un debido proceso y sentencia acorde a la teoría del caso de la defensa.Que la defensa en el cuarto otrosi del escrito de fojas 13.538 bis se refiere al fondo de los ilícitos imputados y señala que en subsidio de lo expuesto en lo principal como excepción de previo y especial pronunciamiento, y conforme a lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 434 en relación con los artículos 447 y siguientes, todos del Código de Procedimiento Penal, procede a contestar el auto de cargos, las adhesiones y acusaciones particulares deducidas en contra de sus representados, a quienes se les imputa responsabilidad de “autores del delito de secuestro, establecido en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal”, e igualmente de “autores del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.Con relación a la primera conducta imputada, vale decir el delito de secuestro, establecido en los incisos primero a cuarto del referido artículo 141 del Código Penal, el Tribunal, lo hace consistir en una larga serie de hechos, circunstancias y episodios que parecen detallados desde la letra a) hasta la letra r) en el punto II de la acusación en examen.- Dice que el aludido artículo 141 del Código antes señalado describe el delito de secuestro como encerrar o detener a otro, sin derecho, privándole de su libertad.- Agrega que el sujeto activo del delito es un particular y si quién realiza esta conducta es un funcionario público que obra en su carácter de tal, el delito se convierte en la detención ilegal, que pertenece al segundo grupo de infracciones.- Sujeto pasivo del secuestro común es cualquiera persona mayor de 18 años.- Si la víctima es menor de dicha edad el delito es de sustracción de menor.- La forma de comisión del delito son dos: encerrar y detener.- Por “encierro” debe entenderse la colocación (o mantenimiento, si ya estaba allí), de una persona en un recinto cerrado, o al menos limitado, de la cual no puede salir a su voluntad, o en todo caso, no puede hacerlo sin grave riesgo para su persona, su pudor, etc.- No es esencial que el sujeto llegue a estar en la imposibilidad absoluta de salir: siempre hay “encierro”, aunque la víctima pueda derribar la puerta a golpes o descubrir el mecanismo oculto que permite abrirla.- El hecho de que la persona conserve la libertad de movimiento dentro de ciertos límites no impide que haya secuestro, como si puede caminar, etc…, dentro de la pieza en que está encerrado: de otro modo no habría secuestro sino en caso de inmovilidad absoluta.- Del mismo modo puede existir un desplazamiento a través del espacio y siempre existir encierro, como si se encierra una persona en el camarote de un barco que navega, o en un vagón de ferrocarril o un automóvil en movimiento (en estos casos la sola colocación de la persona en uno de dichos vehículo en contra de su voluntad ya supone “encierro”, pues no puede abandonar el recinto sin grave riesgo).- Lo importante es que existan límites bien demarcados y estos sean razonablemente restringidos.En cuanto a la “detención”, su significado no es tan preciso, para ANTON y RODRIGUEZ (Derecho Penal, Madrid, 1949), tiene un alcance más amplio que el “encierro”, y comprende todas las formas de privación de libertad de movimiento que no consistan en “encerrar”.- En su sentido natural y obvio, “detener” es un verbo vinculado con la idea de “cesación de movimientos”, “inmovilidad”.- Se referiría esta expresión, por consiguiente, a cualquiera forma de privación de la libertad de movimiento que no consistiera en un “encierro”.- “Detención” y “encierro” estarían en relación de género a especie.- Pero surge un problema: ¿Se referirá esta figura a la privación de libertad de “movimiento” o de “desplazamiento”?.- La expresión de la ley es amplia: “privándolo de su libertad”, sin hacer distinciones.El “encierro” y la “detención” son sólo medios a través de los cuales se logra un resultado: la “privación de libertad”.- Como la libertad es esencialmente un poder inmaterial de auto determinación, es preciso atender a la forma en que este poder se ve afectado por el encierro o detención.- La “privación de libertad” supone por parte del sujeto pasivo la conciencia de estar privado de la facultad de autodeterminarse en cuanto a sus facultades y posibilidades de desplazamiento físico.- Así, encerrar en una habitación entre tres y cuatro de la mañana a una persona que duerme durante todo ese lapso, no es secuestro.- Tampoco lo habría, aunque el sujeto despertara durante el mismo, siempre intentara salir, ni se enterara en otra forma de que está encerrado.(extracto del libro Derecho Penal, de Alfredo ETCHEVERRY).A continuación la defensa argumenta con relación a la situación de Eugenio BERRIOS SAGREDO y para ello detalla diversas circunstancias que dicen relación con éste.- En primer término se refiere a sus antecedentes; en segundo lugar a los días previos a su salida y permanencia en el BIE; luego a la salida de Eugenio BERRIOS de Chile; después a su estadía en Uruguay y, por último, a los sucesos de Parque del Plata el 15 de noviembre de 1992.Respecto a los antecedentes de BERRIOS SAGREDO, la defensa hace una enumeración de distintas piezas sumariales las que rolan a fojas 2.144, 2.107, 415, 44, 41, 55, 46, 17, 8, 25, 78, 72, 31, 11.449, 181v, 194, 260, 405, 577, 2.327, 2.338, 3.208, 1.970, 1.986, 2.782, 3.489, 356, 3.786, 4.110.Luego de enunciar una síntesis de cada uno de los antecedentes antes referidos concluye que de todas las declaraciones de testigos que a lo largo de su vida conocieron a BERRIOS, y de informes policiales se desprende que su personalidad revestía varias facetas.- Era una persona mitómana, capaz de crear situaciones confusas, de tendencias homosexuales, drogadicto, alcohólico y sus relaciones sentimentales, tanto con sus parejas como con sus padres, no eran normales.- A esto se suma la facilidad de este para realizar negocios con amigos suyos, perjudicándolos, el libramiento de cheques sin fondos, el trato con prestamistas, su relación con la DEA y la CIA por dinero, la venta de información y la relación comercial con narcotraficantes.- Hechos estos que lo llevaron a mantenerse oculto en varias oportunidades, incluso de la Policía, con conocimiento de sus padres y esposa.- El episodio que protagonizó en Parque del Plata y el episodio que protagonizó en Viña del Mar en 1991, son dos hechos escandalosos, a los que él estaba acostumbrado y le sacaba provecho.Finalmente resulta del todo evidente que por las actividades presuntamente desarrolladas por BERRIOS en los años 80 era conveniente que saliera del país para evitar posibles investigaciones a su respecto.- Lo anterior, a juicio de la defensa, no obsta también a presumir la conveniencia que tenía el que BERRIOS como persona natural evitara otras múltiples acciones que en contra de él podrían intentar diversas personas de su entorno, había recibido varias amenazas.- Ejemplos de esas amenazas fueron especificados por sus amigos mas cercanos.- En ambos supuestos, sus representados no tuvieron ninguna participación, no existe ningún antecedente en la investigación que los vincule con una decisión institucional o personal para que BERRIOS abandonara Chile.Con relación, a los días previos a la salida de BERRIOS y su permanencia en el BIE, señala la defensa que conforme a la información allegada al proceso, BERRIOS sintió en algún momento la imperiosa necesidad de ser protegido, pues estimaba su vida en peligro por diversas razones y buscaba por todos los medios posibles abandonar el país.- Fue así como pidió ayuda a la DINE y fue alojado en el Batallón de Inteligencia del Ejército, a los efectos de ser preparada su salida y esto fluye de las piezas del proceso que a continuación se enumeran: fojas 11.324, 7.159, 12.081, 11.299, 3.601, 5.979, 6.001, 6.043, 6.167, 6.733, 7.019, 7.174, 7.178, 10.122, 10.380 y 10.122.Como conclusión sobre este tema, se señala por la defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya que está acreditado que BERRIOS permaneció en el BIE por una cantidad de días no especificada en el auto acusatorio.- Sobre su situación fueron interrogados decenas de funcionarios de planta de esa unidad y la mayoría no supieron de su presencia.- Otros lo vieron deambular por los pasillos, tomar sol en el estacionamiento, comer en el casino, alojarse en una habitación del subterráneo, inclusive tuvieron conversaciones informales con él.Con respecto al acceso de particulares para permanecer o pernoctar en un cuartel, el informe del Ejército es contundente en afirmar que el Comandante, en este caso PROVIS, es quién puede autorizar tal acceso, así como es recogido en el auto acusatorio, que fue lo que realmente ocurrió.- Sin embargo, Kathia MEDINA, en su declaración policial, es la única persona que señala que escuchó de un sub alterno de la presencia de un “secuestrado” siendo el único testigo que efectúa esta calificación respecto de la permanencia de BERRIOS en dependencias del BIE y como no se pudo individualizar “el subalterno”, a que hace referencia la testigo, esta afirmación “de oídas”, carecería de todo sustento probatorio que pudiese de alguna manera involucrar a sus representados en la permanencia de este sujeto en dependencias del BIE.Con relación a la salida de Eugenio BERRIOS de Chile, la defensa entrega un listado de todas aquellas personas que de una u otra manera tuvieron conocimiento o participaron en el proceso y trámites de salida de BERRIOS de Chile, ninguno de los cuales ha manifestado el haber tenido algún grado de conocimiento de la participación en estos hechos de sus representados.- Dichas personas declaran a fojas 1.593, 4.480, 4.665, 4.129, 4.384 y 4.905.Como conclusión, señala la defensa que el trámite de salida de BERRIOS fue largo y engorroso, además, a la vista de muchas personas, lo que evidencia las diversas oportunidades que tuvo el “presuntamente secuestrado” para denunciar ser víctima de un delito.De tratarse de una operación de inteligencia militar resulta extraño que los involucrados hubieran hecho todos los trámites con sus identidades verdaderas.- BERRIOS llenó su propia ficha migratoria, por lo tanto, aceptó su identidad falsa y la utilizó, pues claramente el beneficiado con todo este proceso fue él mismo.- También en la salida del puerto de Buenos Aires y en la entrada a Uruguay por el puerto de Colonia, los pasajeros están sujetos a controles similares, en los cuales BERRIOS, podría haber denunciado su situación de “secuestrado”.- Una vez más queda en evidencia la clara voluntad de BERRIOS de abandonar Chile por su propia voluntad y beneficio.- En cuanto a sus representados queda establecido que no tuvieron ninguna participación en estos hechos.Sobre la estadía de Eugenio BERRIOS en Uruguay, señala que de acuerdo a los datos antes mencionados que, en su concepto, descartan una eventual privación de libertad de BERRIOS por parte de terceros, ya por vía de “encierro” o “detención”, antes de su llegada a Uruguay, aparece comprobado que en ese último país gozó siempre de libertad para tomar sus decisiones y tampoco vió restringidos sus desplazamientos, tal como lo señalan los antecedentes que se enuncian a continuación: fojas 1.941, 2.398, 922, 56, 40, 125, 703, 713, 2.863, 715, 751, 1.998, 611, 1.635, 260, 5, 948, 8.742, 3.454, 307 (u), 215 (u), 8.018 (u), 8.013 (u), 1.635, 2.391, 8.021 (u), 8.024 (U), 8.028 (U), 8.032 (U). 1.635, 5.698, 5, 17, 110, 400, 426, 482, 611, 1.635, 1.555, 4.815 y 2.863.Como conclusión, señala la defensa que los testigos que han hecho referencia a la estadía de BERRIOS en Uruguay son personas que tuvieron conocimiento de su situación en ese país, pues convivieron muy cerca de él o tenían una relación afectiva.- La vecina Sonia CASARETTO y el portero MIGUEZ declaran contestes que lo conocieron con el nombre de Hernán Tulio PAREDES, bajo ese nombre llegaban los recibos de servicios, que habitualmente salía de compras al supermercado y ferias cercanas, donde era visto por ellos o lo veían concurrir a un bar cercano.- Nunca vieron o conocieron ciudadanos uruguayos en su entorno.- También manifestaron que BERRIOS viajaba a varias provincias de Uruguay.Respecto de la querellante Gladys SCHMEISSER resulta destacable decir que ella visitó a lo menos en dos oportunidades a BERRIOS en Uruguay y siempre lo vió sólo.BERRIOS conversó semanalmente por teléfono con ella, trajo cartas de él a su abogado en Chile, utilizó pasajes aéreos que él le mandó, lo acompañó en viajes a Punta del Este y Pirlápolis, se alojaron juntos en hoteles, es decir, ella tal cual lo declaró, siempre supo donde estuvo su marido y cual era su condición, lo cual también sabían sus padres.Igualmente, resulta destacable que los diplomáticos chilenos Sr. ROJAS, que fue destituido por este hecho, tuvo contactos con BERRIOS, sin nunca denunciar que este se encontraba “secuestrado”, y el Cónsul MARUL solamente recibió una llamada telefónica, en la que supuestamente BERRIOS le pidió una entrevista, sin manifestar tampoco que se encontraba “secuestrado” y la afirmación que señala que ese llamado habría sido para pedir un salvoconducto, no fue del Cónsul MARUL, sino que solamente se origina por un comentario de ROJAS al Cónsul.Ninguno de los testigos nombrados, ha manifestado durante el sumario, que sus representados hayan tenido algún tipo de participación en la llegada de BERRIOS a Uruguay y su posterior instalación en Montevideo, como así se desprende también del calendario confeccionado por la Policía de Investigaciones.En cuanto al análisis de los sucesos de Parque del Plata del 15 de noviembre de 1992.- La defensa dice que resulta medular en este proceso los hechos ocurridos el 15 de noviembre de 1992 en el balneario uruguayo de Parque del Plata, pues a partir de los mismos se inicia la investigación de estos hechos, a los cuales se les ha calificado como ilícitos, respecto de la participación de su representado.- Para un mejor análisis de los mismos, la defensa los ha separado en dos, los primeros acaecidos en la Comisaría del balneario y los segundos, en el Policlínico del mismo.Sobre los hechos en la Comisaría, se enumeran una serie de antecedentes que tendrían relación con ellos, los cuales son los siguientes: fojas 8.007 (U), 81 (U), 6.427, 88 (U), 496 (U) y 6.427.Como conclusión, se indica que la carta anónima antes referida fue confeccionada por Policías y enviada en los primeros días de junio de 1993 a varios legisladores y a la prensa.- Esta origina todo los hechos posteriores, comienza a actuar la justicia civil el 07 de junio de 1993 y el Jefe de Policía, coronel (R) RIVAS es relevado de su cargo.- Agrega que los dichos o hechos subrayados nunca fueron declarados por testigos e indagados presenciales, sin embargo fueron recogidos en documentos de la justicia chilena.- En el auto de procesamiento dictado por la jueza Sra. Olga PEREZ, se sostiene que el Capitán RADAELLI manifiesta: “se había escapado una persona que estaba bajo su custodia y que este era un asunto muy grave que le podía costar la vida” (fojas 2.446), esos dichos sólo pueden haber sido declarados por RADAELLI o por el Comisario HERNANDEZ y de la lectura de esas declaraciones se confirmó que ni ellos ni otros lo declararon.Es concluyente que la jueza Olga PEREZ utilizó pasajes de esta carta anónima y fueron recogidos por el Tribunal en el auto de procesamiento y acusación hacia sus defendidos.- Del análisis del acta firmada por BERRIOS se concluye: Oculta su verdadero domicilio en la calle Buxareo y manifiesta vivir sólo y en el hotel Hipanoamerica, lo que evidencia su intención de ocultar su domicilio real y encubrir a sus acompañantes.Manifiesta estar en calidad de turista en el chalet “Eduleo” lo que evidencia que sabía perfectamente donde se encontraba y en calidad de que.Realiza una explicación de su primer estado de ánimo en la mañana y manifiesta claramente no haber estado privado de sus libre movimientos y que todo se trató de un mal entendido, lo cual dicho por el propio BERRIOS es concluyente para determinar la situación en que se encontraba.Según el Comisario HERNANDEZ, BERRIOS firma el acta a solas con él, manifestando que no fué presionado para firmarla y que se iba voluntariamente.- Además, le manifiesta que fue sus cumpleaños el día anterior, que estaba tomando medicamentos y que al no estar su señora se le produjo un estado de angustia, estado este que dio lugar a su confesión.En cuanto a la persona de Carlos RAMIREZ, quién fue señalado por BERRIOS al Comisario HERNANDEZ como la persona que lo acompañaba, nunca se ha logrado determinar por la Policía o por el Tribunal quién era el mismo y que participación pudo haber tenido en estos hechos.Respecto a la participación de sus defendidos en estos hechos, deben precisar que Eduardo RADAELLI nunca ha negado haber concurrido a la Comisaría, identificándose en la misma y conversando con el Comisario HERNANDEZ respecto de la situación confusa provocada por los dichos de BERRIOS.Posteriormente, y previo a haber llamado al Coronel CASSELLA, se retiró a su casa del balneario ubicada a unas 15 cuadras en un sector rodeado de otras casas ocupadas durante todo el año, donde se encontraba Carlos RAMIREZ (Acompañado en el quinto otrosí literal b.24 de la contestación).En cuanto a TOMAS CASSELLA manifiesta, previa comunicación con su superior, haber concurrido a la Comisaría tras el llamado de RADAELLI para enterarse de lo ocurrido.- Luego, por voluntad manifiesta de BERRIOS, y en conocimiento del Comisario HERNANDEZ, se retira con aquel.A su vez, Wellington SARLI a manifestado haber concurrido a la comisaría siguiendo ordenes superiores (como lo ha declarado su jefe directo, acompañado en el quinto otrosí literal b.21 de la contestación), dado que estaba de servicio ese día en la misma destinación de RADAELLI, a requerir los antecedentes, hecho normal cuando un militar da lugar a una intervención policial.Llegó en horas de la tarde al local policial, no tuvo contacto con ninguno de los nombrados y recibió la orden de retirarse a su unidad porque ya el mando estaba enterado de la situación.En segundo término, en lo relativo a los hechos ocurridos en el policlínico de Parque del Plata la defensa enuncia una serie de antecedentes de juicio que se indican a continuación: fojas 116 (U), 1.635, 8.027 (U), 116 (U), 1.635, 2.392, 2.414, 2.420, 8.049 (U), 6.427 y 8.053 (U).De los elementos pormenorizados anteriormente, la defensa obtiene como conclusión que con relación a las dos concurrencias de BERRIOS al policlínico, estas son efectivas en cuanto a su ocurrencia pero las circunstancias y quienes estuvieron en el mismo no han podido ser determinadas y precisadas a cabalidad en la investigación, pues el principal testigo de estos hechos es Juan FERRARI, quién a declarado en a lo menos cuatro veces en la justicia uruguaya y tres en la chilena (judicial y policial), con evidentes y manifiestas contradicciones entre sus mismos dichos y otras pruebas allegadas al proceso.Para la defensa es fundamental señalar a modo ilustrativo, y no por ello descartando otras situaciones, las principales contradicciones de este testigo, cuyas declaraciones han sido fuertemente valorados por los policías chilenos y por el Tribunal: a) Respecto de quienes concurrieron y cuando; b) Respecto de los dichos de Berrios, principalmente referidos a su situación en Uruguay y los documentos que portaba; c) Respecto del reconocimiento de Wellington SARLI y su concurrencia al Policlínico; d) Respecto del reconocimiento de chilenos al policlínico; A la defensa le resulta extraño, por decir lo menos, que este testigo a medida que pasan los años y es nuevamente interrogado respecto a estos hechos, va agregando nuevas aseveraciones y reconocimiento respecto de un episodio en el cual no pasaron más de breves minutos en compañía de terceros.(Primeras declaraciones en Uruguay en 1993 y últimas en Chile en el año 2002).Respecto a la participación de sus defendidos en estos hechos deben precisar que, TOMAS CASSELLA a manifestado que concurrió con BERRIOS al Policlínico en la segunda visita, a solicitud del mismo, con el objeto de saludar y agradecer la atención que le brindaron.- Posteriormente, señala haber llevado a BERRIOS a la casa de RADAELLI, desde la cual BERRIOS y Carlos RAMIREZ se retiran del lugar.- Respecto de SARLI, nunca concurrió al policlínico, no obstante lo sostenido en contrario por FERRARI, lo cual carece de sustento ya que solamente es aseverado ante la policía chilena que lo interroga en la Embajada de Chile en Uruguay, y a su regreso de Chile niega su aseveración ante la justicia uruguaya.Respecto de Eduardo RADAELLI no tiene relación con este hecho.Actividades de BERRIOS luego de los sucesos de Parque del Plata.- La defensa dice que con posterioridad a los hechos de Parque del Plata, existen en el expediente variados antecedentes que les permiten a lo menos presumir fundadamente que Eugenio BERRIOS pudo haber estado en Uruguay y o en Brasil.Los antecedentes que justificarían su permanencia en Uruguay son los constan a fojas 8.028 (U), 8.032 (U), 1.635, 5.698, 215 (U), 8.018 (U), 8.013 (U), 8.021 (U), 8.024, 482 y 426.Los antecedentes que podrían hacer presumir su estadía en Brasil, se enumeran en fojas 2.412, 2.969, 3.082, 4.815, 1.185, 7.847, 3.066 y 1.987.Conclusión: Actividades de BERRIOS luego de los sucesos de Parque del Plata en Uruguay y Brasil.Uruguay: Lo declarado por los testigos CASARETTO y MIGUEZ resulta fundamental para establecer que BERRIOS estuvo en Montevideo a lo menos hasta el mes de diciembre de 1992.Concordante con lo anterior, la cónyuge de BERRIOS, la querellante Gladys SCHMEISSER declaró haber recibido llamados telefónicos de BERRIOS, después del 15 de noviembre de 1992.Brasil: De los antecedentes expresados y extractados es dable, a lo menos, presumir que BERRIOS pudo haber estado en Brasil tal cual lo manifiestan testigos y algunos familiares.Como conclusión final la defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya exponen lo siguiente: De lo citado en los apartados que preceden, fluye de manera categórica e inequívoca que el Sr. Eugenio Antonio BERRIOS SAGREDO, jamás estuvo en situación de “encierro” o “detención”, toda vez que en Chile buscó protección y ayuda, dado sus múltiples problemas y anunció su deseo y decisión de abandonar el territorio bajo un nombre supuesto, se refugió en dependencias militares; luego viajó a la zona austral donde, personalmente y asumiendo la identidad ficticia que se había asignado, llenó de su puño y letra el formulario oficial requerido a todo ciudadano por la autoridad policial para permitirle la salida del suelo patrio, mismo que exhibió y entregó en el control regulador del paso internacional por el que consiguió su propósito de ponerse a suficiente distancia de quienes lo acosaban (acreedores, funcionarios de la DEA y narcotraficantes), todo esto lo hizo acompañado de otros ciudadanos chilenos; una vez instalado en la República Oriental del Uruguay gozó de la más absoluta libertad, ocupando la habitación de un hotel y un departamento, circulando por la ciudad de Montevideo como un turista más, para luego asumir un rol de empresario, concurriendo a una línea aérea para adquirir pasajes a su cónyuge, recibiendo a ésta en el aeropuerto internacional de esa urbe, compartiendo con ella días de relajo y tranquilidad, hasta despedirla en la misma terminal aérea; haciendo vida social con diversas personas, efectuando compras en negocios varios, arrendando un departamento bajo su nombre falso y poniendo todas las cuentas del mismo con esa referencia; invitando nuevamente a su cónyuge para llevarla, esta vez, a Pirlápolis por varios días a una cabaña arrendada en forma previa, y a Punta del Este, utilizando sus tarjetas de crédito, portando dinero, etc. Dice que en este proceso, no se ha podido determinar cual habría sido el objetivo de sus representados para haber secuestrado a BERRIOS, es decir cual sería la causa para cometer dicho delito.- En el Uruguay la persona de BERRIOS o Hernán Tulio PAREDES era absolutamente intrascendente, sólo hasta que se inicia este proceso se llega a determinar que se trataba de un mismo sujeto, por lo que nuevamente se pregunta la defensa ¿Cuál era el objeto de “secuestrarlo”? Indica que para sus representados, el relacionarse con PAREDES, salvo SARLI que nunca lo conoció, obedeció solamente a relaciones de carácter personal, y luego de cuatro cinco meses que este se encontraba en Montevideo.- El Coronel CASSELLA es contactado por el militar chileno Julio CONCHA quién le informa que irían a Montevideo dos chilenos y si lo autorizaba a darles su teléfono, por cualquier eventualidad, de esta forma entran en esta causa sus representados, y sin que el Tribunal, según señala la defensa, intentara ubicar a quién los contactó, a saber, Julio CONCHA y menos determinar que pasó en esos meses en Uruguay con Hernán Tulio PAREDES y su relación con sus representados, es decir, se les proceso y acusó por un “secuestro” que tuvo un período de interrupción que no ha sido aclarado en la investigación, o lo que es peor, que no se relacionó con CASSELLA, ARADAELLI y SARLI.Dice que han demostrado que durante el tiempo de permanencia de BERRIOS en Uruguay, tuvo una absoluta libertad ambulatoria, sin que esta le fuera restringida bajo ningún respecto.A su vez, ninguno e sus representados tuvo una relación con BERRIOS en forma permanente, es más, SARLI, insistimos, nunca lo conoció, y CASSELLA y RADAELLI, lo conocen meses después de su llegada y lo ven CASSELLA en cuatro oportunidades (marzo 92, cenó con él y Carlos RAMIREZ, junio o julio 92, lo encuentra en un mall donde estaba sólo, 13 de noviembre de 1992, le presenta a RADAELLI y finalmente, en el incidente de Parque del Plata del 15 de noviembre, última vez que lo ve) y RADAELLI lo ve en dos oportunidades (13 de noviembre, fecha que lo conoce conjuntamente con Carlos RAMIREZ, luego lo deja en la casa que les facilita en parque del Plata, volviendo a Montevideo y el 14 en la noche vuelve pues era el cumpleaños de BERRIOS y lo celebrarían, finalmente el día 15 lo ve en los denominados hechos de Parque del Plata).En conclusión, sus representados no han tenido participación alguna en el ilícito de secuestro, en los términos del artículo 141 del Código Penal, pues los supuestos fácticos que se requieren no encuadran en el mérito del proceso.Finalmente, como petición concreta, señala que, como se aprecia, a la luz de la realidad que emana de este proceso, objetiva e innegable, Eugenio BERRIOS SAGREDO, circuló siempre como hombre libre, adoptó sus propias decisiones, compartió sus días con quién se propuso, y nada indica que a su respecto se haya producido, en momento alguno, una privación de libertad sin derecho mediante encierro o detención, que es la conducta tratada en el artículo 141 del Código Penal, en consecuencia, la acusación, adhesiones y acusaciones particulares, carecen de sustento jurídico, debiéndose por ello dictar sentencia absolutoria respecto de sus representados.Con relación a la segunda conducta imputada, señala la defensa de los acusados de nacionalidad uruguaya que el hecho por el que se ha dictado el auto de cargos, contra sus mandantes, como autores del delito de asociación ilícita contemplado en los artículos 292 y 293 del Código Penal y el tribunal lo hace consistir en una larga serie de hechos, circunstancias y episodios que aparecen detallados desde la letra a) hasta la letra r) en el punto segundo de la acusación en examen.En primer término, señala la defensa, sería necesario realizar un análisis del tipo penal imputado y así las cosas, el artículo 292 del Código Penal, señala que toda asociación ilícita constituye un delito por el sólo hecho de organizarse y las penas que se aplican a los asociados son proporcionales a su grado de participación, refiriéndose el tipo penal a la perpetración de “atentados” que quiere decir en realidad la perpetración de “delitos” (con exclusión de las faltas), ya que el artículo 293 para los efectos de la penalidad, distingue según sui el objeto de la asociación ha sido la comisión de crímenes o la de simples delitos, sin señalar penas para otros casos.- Dice que la expresión “orden social”, no es muy precisa, y parece referida al “orden público” en su sentido más amplio, no en el restringido de “tranquilidad” .- Del mismo modo, la asociación debe haber tenido por objeto la comisión de una multiplicidad de delitos y no de uno sólo.- A veces es difícil distinguir lo que es una asociación ilícita de un simple concierto o conspiración para delinquir.- La asociación es un grupo de carácter más o menos permanente y jerarquizado, como se desprende del tenor del artículo 293, que alude a los “jefes” y a “ejercer mando”.- No se precisa el número de personas necesarias para constituir asociación; en rigor, bastaría con dos (extractado del libro Derecho Penal, de Alfredo ETCHEVERRY).Haciendo un examen del artículo 292 del Código Penal, se constata que este alude única y exclusivamente a cuatro objetivos perseguidos por quienes se asocian, y estos son “atentar contra el orden social” (orden público, según el autor arriba citado), contra las “buenas costumbres, contra las personas o las propiedades”, de donde resulta necesario contrastar la otra imputación penal, hecha contra sus representados –secuestro tratado en el artículo 141 del Código Penal-, con esta finalidades u objetivos.El delito de secuestro a que se refiere el auto de cargos dictado por el Tribunal, está “establecido en los incisos primero a cuarto del referido artículo 141 del Código Penal” conforme señala la letra b) del numeral 3 de esa resolución, norma ubicada en el párrafo tres del título tercero del libro II del estatuto punitivo que se refiere a “Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad cometidos por particulares”.- Es decir, no se enmarca en ninguno de los objetivos a que alude el artículo 292 del mismo cuerpo legal.En efecto, haciendo un desglose de la norma en examen tenemos que ella sanciona a quienes se organizan para atentar: a) contra el orden social (orden público), materia tratada en el Titulo VI del Libro II del Código Penal, artículos 261 y siguientes, bajo el rótulo “De los crímenes y simples delitos contra el orden y la seguridad públicos cometidos por particulares”; b) contra las buenas costumbres, materia tratada en el párrafo VIII del Título VII del Libro II del Código Penal, artículos 373 y siguientes, bajo la denominación “De los ultrajes públicos a las buenas costumbres”; c) contra las personas, materia de que trata del Titulo VIII del Libro II del Código Penal, artículo 390 y siguientes, bajo el epígrafe “Crímenes y simples delitos contra las personas” ; y, d) Contra la propiedad, materia esta última, tratada en el Titulo IX del Libro II del Código Penal, artículos 432 y siguientes, con la designación de “Crímenes y simples delitos contra la propiedad”.Como ya se expuso, el auto de cargos singularizado imputa a sus mandantes la comisión “del delito de asociación ilícita establecida en los artículos 292 y 293 del Código Penal”, sin precisar a cual de las cuatro conductas posibles se encaminaba la organización –no satisface la exigencia el simple hecho de formular una mención abierta en la letra r) del punto 2º -a una “asociación ilícita con propósitos delictuales”- y en el mismo se les considera igualmente autores “del delito de secuestro” establecido en los incisos primero a cuarto del referido artículo 141 del Código Penal, figura esta última que claramente no constituye un atentado contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o la propiedad, que son las únicas y exclusivas finalidades u objetivos asumidos por un grupo humano que autorizan un procesamiento, acusación y condena “por el sólo hecho de organizarse”.A continuación, la defensa sin perjuicio de estimar la absoluta inocencia de sus representados y la falta de tipicidad en la imputación efectuada respecto de este delito, se hace cargo a través del pronunciamiento de la jurisprudencia del cargo efectuado por el Tribunal en la acusación, expresamente del contendido en la letra r) del auto de cargos.Este delito pretende reprimir los fenómenos de criminalidad organizada, cuyos contornos y requisitos ha ido perfilando la doctrina y la jurisprudencia nacional, particularmente para diferenciar a la asociación ilícita de la simple concurrencia de varias personas en la comisión de un delito.- Naturalmente, en este último caso, cada concurrente responde por el delito cometido, de acuerdo a su forma de intervención en él.- En cambio, si existe un delito de asociación ilícita, además de las sanciones que corresponda aplicar por el delito cometido, se castiga penalmente a quienes han cometido el hecho por la sola circunstancia de haber formado una asociación (artículo 294 bis del Código Penal).- Ello conlleva un incremento sustantivo de la penalidad, lo que obliga a ser extremadamente cauto al momento de fijar los requisitos del delito en cuestión.Lo anterior, es sin perjuicio de que el principio de reserva o legalidad (artículo 19 Nº3 incisos 7º y 8º de la Constitución Política de la República), prohíbe la aplicación analógica de los tipos penales y de las penas y sin perjuicio también de que para condenar por un delito a una persona, el Tribunal que lo juzga debe haber “adquirido, por los medios de prueba legal, la convicción de que realmente se ha cometido un hecho punible y que en el ha correspondido al reo una participación culpable y penada por la ley” (artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal), o como exige el nuevo sistema procesal penal: “Nadie podrá ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en el hubiere correspondido al acusado una participación culpable y penada por la ley”, convicción que debe formarse “sobre la base de la prueba producida durante el juicio oral” (artículo 340 del Código Procesal Penal).- De acuerdo a lo expresado por el profesor ETCHEVERRY, para los efectos de la penalidad los artículos 293 y 294 distinguen entre tres categorías de personas: a) Los jefes, los que hubieren ejercido mando en la asociación y sus provocadores.- La penalidad de esta categoría de personas se gradúa según si la asociación ha tenido por objeto la perpetración de crímenes o de simples delitos.b) Los demás miembros de la asociación, penados en el artículo 294, respecto de los cuales se distingue también entre los diversos objetivos delictuales de la asociación, y, c) Las personas que, sin pertenecer a la asociación, ha sabiendas y voluntariamente, le hubieren suministrado ayuda en forma de materiales, armas, lugar de escondite o reunión, albergue, etc.- Son conductas parecidas a las del encubrimiento habitual del artículo 17.- También se distingue aquí según si la asociación ha tenido por fín la comisión de crimines o de simples delitos (Alfredo ETCHEVERRY O.: “Derecho Penal, Parte Especial. Tomo IV, Tercera Edición revisada y actualizada.- Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1998, pagina 317”).De lo expuesto por el profesor ETCHEVERRY se desprende que los requisitos para que exista una asociación ilícita son: 1.- Multiplicidad de personas; 2.- Que esas personas se agrupen o asocien (lo que implica un grado de organización entre ellos en vistas de objetivos comunes); 3.- Permanencia del grupo (que la diferencia de la simple “división del trabajo” en el caso de la co autoría); 4.- Jerarquía entre sus miembros (que también la diferencia de la simple “división del trabajo” en el caso de la coautoría); 5.- El objeto de la asociación ha de ser la comisión de multiplicidad de crímenes y simples delitos, y no de uno sólo (que también la diferencia de la simple “división del trabajo” en el caso de la coautoría).Por otra parte, el profesor de Derecho Penal Sr. Héctor HERNANDEZ BASUALTO, respecto del bien jurídico protegido, responde señalando que “en general con respecto a los delitos contra el crimen organizado se han dado posturas contrapuestas: para algunos, este no es otro que el mismo bien jurídico que el que es afectado por el delito para el cual se organizan.- Otros, en cambio, consideran que en esta norma hay una protección a la administración de justicia en sentido de que la organización criminal genera poder y que ese poder puede infiltrar a las instituciones tendiendo a asegurar la impunidad de los sujetos y, consecuentemente con ello, impidiendo que el sistema de justicia criminal funcione y en el fondo, la propia institucionalidad”, afirmó.El mismo profesor señala que este tipo penal “claramente es una situación en que un mismo hecho es constitutivo de dos o más delitos y esa es la definición estándar del concurso ideal y no de uno material.- Señala que la idea de una pena aparte de la actividad ilícita que cometen no le parece razonable, pues puede producir el contrasentido de que eventualmente los hechos concretos sean de poca monta y que tengan una pena absolutamente desproporcionada por el lado de la asociación ilícita”.- Agrega, sobre este punto que existe una tendencia a separar, como la ley lo sugiere, pero sólo habrá asociación ilícita, cuando ella efectivamente se dedique a cometer delitos.- “Hoy la asociación ilícita es un delito accesorio a una efectiva actividad criminal, y ello debería reflejarse en una pena accesoria”, argumentó HERNANDEZ.Para el señalado académico ha ocurrido que en la práctica existen muchas cosas que empiezan como asociación ilícita y no terminan como tal, por tratarse de un tipo penal exigente, generando una cierta decepción y una sospecha de que hay algo en el tipo que no funciona.- A su juicio, se está abusando procesalmente de la figura de la asociación ilícita, por cuanto se esta usando como “un tipo penal de recogida”, -según denominan los alemanes- con fines instrumentales en el proceso penal, para el caso en que hayan dudas sobre lo que puede haber en una situación determinada en la cual existen dos o mas hechotes.- Es efectivo que la jurisprudencia a puesto una vara alta en términos de los requisitos de la asociación, en lo que no ve dificultades, concordando con la jurisprudencia, pues estima que si hay un castigo ya por delitos que comenten, tiene que haber un fundamento muy fuerte para castigarlos extra, nada más por el hecho de estar organizados”.Dice la defensa que haciéndose cargo de estas dificultades y del posible error de aplicar las normas de asociación como un “tipo de recogida”, es decir, con un fin puramente instrumental en un proceso penal y no porque verdaderamente concurran en el caso los presupuestos del tipo, nuestra jurisprudencia ha establecido estándares y requisitos para su procedencia, recogiendo la moderna doctrina en este caso.- Es así que se mencionan diversos fallos de los tribunales superiores de justicia entre los cuales se pueden enunciar los recaídos en la causa rol Nº5576-07 contra Claudio SPINIAK VILENSKY de la Excma. Corte Suprema de fecha 06 de agosto de 2008; la sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, recaída en la causa rol Nº12.860-2006, de fecha 16 de agosto de 2008; el fallo de 27 de julio de 2005, dictado por el Tribunal del Juicio Oral en Lo Penal de Temuco en causa RUC Nº0200142499-0- RIT 080/2004, seguida contra Patricia Troncoso Robles y otros (causa Coordinadora Arauco-Malleco).- Esta sentencia absolutoria en lo referente al delito de asociación ilícita, corresponde a un segundo juicio oral realizado después que la Excma. Corte Suprema (sentencia de fecha 06 de abril de 2005, Rol Nº5440-04), anulara la sentencia dictada en la causa –también absolutoria- dictada por el Tribunal en Lo Penal del Juicio Oral de Temuco.- Sentencia de la Excma. Corte Suprema de feha 02 de mayo de 2003 dictada en causa rol Nº51.577-2001.Sentencia Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 20 de marzo de 2008, rol Nº1.858-2007.- Sentencias de esa misma Corte de fecha 24 de marzo de 2006, rol Nº326-2006, de fecha 31 de enero de 2000 causa rol Nº66.865-1999.- Sentencia de 23 de febrero de 2002 del Primer Juzgado de San Miguel en causa rol Nº119.509, confirmada por la Iltma. Corte de Apelaciones de San Miguel por sentencia de fecha 09 de julio de 2003 (rol nº1.0482002).- Sentencia de Corte de Apelaciones de Antofagasta de fecha 31 de agosto de 2007, dictada en causa seguida contra Armando FERNANDEZ LARIOS y otros y, por último, fallo de fecha 10 de abril de 2006 del Ministro de Fuero de la Iltma. Crte de Apelaciones de Santiago Sr. Jorge ZEPEDA ARANCIBIA en causa rol Nº2.18298 (Asociación ilícita-ex Colonia Dignidad).- Por último, como conclusión final señala la defensa que la dictación de una sentencia absolutoria a favor de sus representados, con relación a este ilícito imputado, deberá fundarse en lo siguiente: a) el ilícito imputado de asociación ilícita en este proceso no se corresponde con un delito que tenga por objeto atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, conforme lo establece el legislador, sino que claramente se refiere a un “secuestro”, figura que se trata dentro de los delitos contra la libertad y seguridad, cometidos por particulares, con lo cual queda excluida la posibilidad de condenar a los acusados, por falta de congruencia sistémica de los hechos con los tipos penales.b) la doctrina y la jurisprudencia nacional a desarrollado en los últimos años un nutrido material que permite establecer una serie de requisitos que se deben cumplir respecto de la “organización delictiva” y c) Por último, los hechos punibles que se imputan a su representado tampoco se corresponden con la realidad fáctica de participación, toda vez que ellos son funcionarios públicos y estos no pueden cometer el delito de asociación ilícita pues esta figura le está vedada a ellos.La petición principal de la defensa se concreta en la dictación de una sentencia absolutoria respecto de la acusación, adhesiones y acusaciones particulares, por carecer de sustento jurídico.Como peticiones subsidiarias se alegan las aminorantes de los números 6º y 9º del artículo 11 del Código Penal y la denominada “media prescripción” , contemplada en el artículo 103 del mismo cuerpo legal.- Y en caso de haber una decisión de condena, esta se cumpla mediante alguna de las medidas alternativas contempladas en la Ley 18.216.OCTOGESIMO TERCERO: Que con relación a lo que la defensa denomina inconsistencias en la investigación ellas las hacen consistir en diversas interpretaciones muy particulares de los diversos acápites del auto acusatorio y se pretende por medio de la transcripción parcial de declaraciones extrajudiciales y judiciales, como asimismo, de conclusiones a que han arribado los investigadores policiales como también de las que han sustentado distintos peritos, declaraciones expuestas en careos realizados ante el tribunal, como también, respuestas otorgadas en el exhorto remitido a Uruguay por la justicia chilena y por último, un análisis parcializado de la causa seguida en Uruguay, resulta que las mencionadas inconsistencias, constituyen en el fondo defensas que pretenden excluir de responsabilidad a los acusados en los hechos que motivaron la presente causa.Para un mejor análisis de ellas, se agruparán en el marco de los delitos por los que se les han formulado cargos a estos procesados y, así las cosas, en primer término pretenden desvirtuar el hecho del secuestro del ciudadano chileno Eugenio BERRIOS SAGREDO, señalando que su estadía en una dependencia del cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército no habría sido contra su voluntad y tampoco habría estado privado de su libertad de desplazamiento.Es necesario, para rechazar dicha alegación descrita como inconsistencia, precisar que el bien jurídico que protege el señalado delito es el de la libertad de desplazamiento, garantizado por la Constitución Política de la República, y, el sólo hecho de que previo a su salida del país, utilizando una documentación falsa y acompañado por funcionarios pertenecientes a la Dirección de Inteligencia del Ejército, evidencia que dicho egreso –en la forma que se realizó- no fue voluntario.- También, aunque se haya querido presentar la estadía de este ex agente de DINE en el cuartel antes referido como accediendo a una solicitud de protección demandada por este, en realidad, los hechos que esta larga investigación han tenido por justificados, permiten llegar a la conclusión contraria, esto es, que, la mantención de este ex agente en ese lugar, como su posterior estadía en Uruguay, obedeció a una decisión de terceros y no a su propia voluntad.No resulta verosímil, tal como lo señalan los testigos Juan Carlos Briones Valenzuela, Luis Felipe Fernández Soto y Victor Poza Reyes, la presencia de un civil en el cuartel de la referida unidad militar, lo que por otra parte está expresamente prohibido por el mando superior, tal como lo señala el oficio de fojas 6.733.También resulta, inverosímil, el hecho que este ciudadano chileno –cuya posible implicancia en diversos hechos punibles que se investigaban en la época de su egreso, podría llegar a constituir un riesgo para diversas personas naturales e instituciones- haya sido mantenido en forma económica en el extranjero y con una custodia y/o observación permanentes en Uruguay, más aún, si se aprecia que sus custodios eran miembros activos de los ejércitos de Chile y de Uruguay, cuya finalidad, evidentemente, no consiste en prestar ayuda de tipo personal a un individuo requerido por la justicia.Las declaraciones de quienes tuvieron contacto con Berrios en Uruguay, ponen de manifiesto la situación en que se encontraba este sujeto, que aunque en algún periodo de su permanencia pudo hacer uso de una relativa capacidad de desplazamiento, de la propia realidad de los hechos aparece evidente que cuando aquel pretendió hacer cesar la situación en que se encontraba, fue impedido de ello.Por último, en lo relativo a este ilícito resulta que las declaraciones de los testigos Sonia CASARETTO y Luis MIGUEZ prestadas a fojas 5.698 y 2.391 de esta causa y también en el expediente uruguayo que se tiene a la vista, son coincidentes con lo expuesto anteriormente y el hecho, tantas veces repetido por la defensa de estos acusados, en sentido que estas personas son testigos de haber visto al nombrado BERRIOS en el edificio de calle Buxareo en el mes de diciembre de 1992, no resultaron especialmente relevantes para la presente investigación, toda vez que los informes agregados a los autos, donde se especifica la data de muerte de este sujeto, señalan que ella habría acontecido con posterioridad a esa fecha y, por otra parte, tampoco resulta pertinente y favorable a sus representados la señalada alegación, en atención a que ellos no han sido sometidos a proceso por la muerte de Eugenio BERRIOS y por consecuencia, no han sido extraditados por ese delito.Con relación al segundo tema de inconsistencias alegadas por estos acusados de nacionalidad uruguaya, ellas pueden resumirse en su negativa a reconocer haber sido miembros de una asociación ilícita formada con ciudadanos chilenos para ocultar en Uruguay a miembros del Ejército de Chile o a civiles vinculados con este.Respecto de lo anterior, se puede señalar que las declaraciones de los testigos que rolan en el motivo décimo de esta resolución, permiten comprobar que estos acusados mantuvieron una relación, tanto con los chilenos que estaban en ese país, como con los que integraban la asociación ilícita que los sacó de Chile y, por otra parte, de otra manera no se explicaría su vinculación con el presente caso la que determinó la solicitud de su extradición que fuera aprobada por los tribunales máximos de ambos países.Con relación a las supuestas irregularidades cometidas durante la investigación sumarial, también pueden ser sintetizadas en dos aspectos: el primero relativo a las conclusiones a las que habrían arribado los investigadores policiales al dar cumplimiento a las órdenes de investigar expedidas por el tribunal competente.Sin embargo, tal como lo señala el inciso segundo del artículo 110 del Código de Procedimiento Penal, este dice lo siguiente: “Las informaciones que la policía proporcione sopbre hechos en que haya intervenido, que se relaten en las comunicaciones o partes que se envíen a los tribunales, tendrán el mérito de un antecedente que el juez apreciará conforme a las reglas generales, sin perjuicio de que pueda citar a los funcionarios respectivos para interrogarlos sobre esos hechos, o para otras diligencias del proceso; y sin perjuicio también del derecho de los inculpados para solicitar que se los interrogue al respecto, se les caree o contrainterrogue”.Por último, la defensa señala como una irregularidad la agregación al proceso de un documento que daría cuenta de numerosos viajes realizados desde Uruguay a Chile por una persona de apellido CASELLA, que no correspondería al acusado Tomas Ventura CASELLA SANTOS, lo que en su opinión, habría constituido un antecedente incriminatorio en contra de este último.- El documento referido, si bien es cierto, fue remitido por la autoridad competente y se encuentra agregado a los autos, por proporcionar una información errónea, fue posteriormente corregido por la misma autoridad remisora (fojas 2.493) y, por ello, no se incluyó su mención en el auto acusatorio librado contra el procesado antes mencionado.Con relación al delito de secuestro por el que se han formulado cargos a los acusados Tomas CASELLA SANTOS y Eduardo RADELLI COPOLLA, sin entrar en distinción acerca de las diversas formas que puede revestir el señalado tipo penal y haciéndose cargo el tribunal de las argumentaciones de las defensas de los acusados antes mencionados, quienes, sostienen que no existiría el referido delito por cuanto no concurrirían en la especie los verbos rectores que sirven para su tipificación, tales como “encerrar” y ”detener”.- Para ello, basan su argumentación en diversas declaraciones contenidas en el proceso las cuales se referirían a la supuesta libertad de desplazamiento que habría tenido BERRIOS tanto durante su permanencia en el BIE, como posteriormente en la ciudad de Punta Arenas, el paso fronterizo de Monte Aymont, la ciudad de Río Gallegos, Buenos Aires, Puerto de Colonia, Montevideo y Piriápolis, estas tres últimas en Uruguay, sin embargo, es preciso efectuar algunas consideraciones basado sobre todo en el bien jurídico que protege el señalado delito de secuestro y que no es más que la libertad de desplazamiento consagrada en nuestra carta fundamental como una garantía constitucional.Resulta, que el nombrado BERRIOS de acuerdo a la extensa investigación realizada, aparece con nitidez que estuvo durante largos periodos de tiempo sujeto a una vigilancia y control por parte de los organismos de seguridad del régimen militar y esta se materializaba en la vigilancia que tenía sobre él el suboficial del Ejército Remigio RIOS SAN MARTIN, también, luego de terminada la DINA mantuvo un contacto más o menos permanente con el oficial de ejercito Manuel PEREZ SANTILLAN quién había integrado anteriormente la denominada Brigada “MULCHEN” de DINA.Resulta que una vez retornado el régimen democrático, el control sobre esta persona se hizo más intenso y es así, que se determinó por el propio Comandante en Jefe del Ejército, General Augusto PINOCHET UGARTE el egreso de este sujeto del país, lo que fue ordenado al General Hernán RAMIREZ RURANGE que era el Director de DINE en el año 1991 y este, encomendó esta tarea a una unidad especial que dependía directamente de él y que estaba al mando del mayor Arturo SILVA VALDES.- La referida unidad se encargó de la salida de este sujeto y después en Uruguay, con la participación de militares de ese país procuró que la permanencia de él, estuviera siempre sometida a un control y este, se materializó, tanto en las visitas realizadas por el nombrado SILVA, por el empleado civil LILLO, por el Capitán Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, por el mayor Manuel PEREZ SANTILLAN y por los sub oficiales SANDOVAL y ROMAN, todos ellos, pertenecientes a la referida unidad especial y según declaraciones de estos últimos que rolan en aurtos se les habría proporcionado el nombre y el teléfono del oficial uruguayo de apellido RADAELLI, quién era el contacto para la solución de cualquier dificultad que se produjera con el nombrado BERRIOS.Del mérito también de las declaraciones de ellos, aparece que la permanencia de este ciudadano chileno en Uruguay, era completamente financiada con fondos provenientes de la DINE y también es necesario destacar que el pago del arriendo del departamento que ocupaba se hacía a través del oficial uruguayo Tomas CASSELLA.Si bien es cierto que en un principio el nombrado BERRIOS, no obstante el control que sobre él ejecutaban los acusados antes nombrados, gozaba de una relativa libertad de desplazamiento, es necesario señalar que ella no implica que no se encontrara limitado absolutamente con relación a sus movimientos y ello aparece de manifiesto en la medida que la situación que lo afecta se hace más insostenible y, es así, que recurre vía telefónica al Consulado de Chile con el objeto de procurar su retorno al país para comparecer ante la justicia por haber sido requerido por el Ministro Sr. Adolfo BAÑADOS CUADRA, en la causa rol Nº 1-91 seguida por el asesinato del ex Canciller Orlando LETELIER DEL SOLAR, y, también, se revela en toda su intensidad cuando el día 15 de noviembre de 1992 huye de la casa de veraneo de la familia RADAELLI y solicita amparo a un vecino del balneario de apellido CABRERA y a su señora y, posteriormente, comparece a la unidad policial de Parque del Plata, donde en forma casi inmediata aparecen sus custodios, quienes posteriormente se hacen presente en el policlínico del lugar al que fuera trasladado el ex químico de la DINA para verificar su estado de salud mental, por el medico a cargo de ese establecimiento, doctor Juan FERRARI, el cual en sus declaraciones de fojas 2.390, manifiesta que el sujeto le contó que estaba secuestrado por orden del General PINOCHET, asimismo, le dio a conocer su verdadera identidad que constaba en una fotocopia de una cédula identificatoria que portaba en uno de sus zapatos y, también le dijo que su vida corría peligro porque el General antes nombrado había ordenado darle muerte.- También, del análisis de los elementos de juicio enunciados en el fundamento décimo, del presente fallo, aparece como una conducta forzada y no como una decisión libre y voluntaria, el abandono que hace BERRIOS de la Comisaría del lugar conjuntamente con sus captores y, tampoco resultan verosímiles las explicaciones que da para justificar su mal comportamiento, las cuales proporciona tanto al jefe de la unidad policial, comisario don Elbio HERNANDEZ, como al encargado del policlínico doctor Juan FERRARI y al vecino de apellido CABRERA y su cónyuge.Como se ha dicho, el hecho de tener el nombrado BERRIOS una relativa libertad de desplazamiento en Uruguay, no se contrapone a la restricción de su libertad de desplazamiento que constituye el bien jurídico protegido por el referido tipo penal y ello aparece de manifiesto con la descripción de los hechos señalada anteriormente.Por otra parte, el hecho de ser funcionarios públicos los sujetos encargados de la custodia de BERRIOS no significa que la restricción de su libertad, se transforme en una detención ilegal, puesto que aquellos, no han actuado con la finalidad de ponerlo a disposición de la autoridad, sino que, precisamente, con el fin contrario, esto es, sustraerlo de la acción de ella.En atención a lo antes expuesto, corresponde desestimar la petición de la defensa de los acusados antes nombrados, como asimismo, acoger lo peticionado por los acusadores particulares que formulan cargos contra los imputados CASELLA y RADAELLI como autores del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.- En cuanto al delito de asociación ilícita, la defensa ha señalado que dicho tipo penal no se corresponde con el otro delito por el que han sido acusados sus representados, esto es, el de secuestro.En efecto, señala que el análisis del artículo 292 del Código Penal permite constatar que este alude única y exclusivamente a cuatro objetivos perseguidos por quienes se asocian, y estos son, “atentar contra el orden social”, contra las “buenas costumbres, contra las personas, o las propiedades”, y por ello, resultaría necesario contrastar la otra imputación penal formulada contra sus representados –secuestro tratado en el artículo 141 del Código Penal-, con estas finalidades u objetivos.Como el delito de secuestro se encuentra tratado en el párrafo tres del título tercero del libro II del estatuto punitivo que se refiere a “crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad cometidos por particulares”.- Es decir, no se enmarca en ninguno de los objetivos a que alude el artículo 292 del mismo cuerpo legal.Sin embargo, dichas argumentaciones serán rechazadas por el tribunal, por cuanto, el precepto legal últimamente mencionado dispone que: “Toda asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, importa un delito que existe por el sólo hecho de organizarse”.- Vale decir, se requiere que en este ilícito concurran acción y dolo propios, concretados en la concurrencia de una pluralidad de sujetos activos que forman cuadros permanentes, organizados jerárquicamente, con reglas propias, que tienen por objeto realizar delitos indeterminados.- Sin estos elementos –dice la doctrina y la jurisprudencia-, no existe asociación ilícita.- Asimismo, la necesidad que los delitos no sean determinados, no sólo surge del texto legal, sino que del hecho que el mayor disvalor de la conducta y su justificación como delito independiente, tiene su base en la permanencia en el tiempo y en el temor de ser víctima de un ataque por parte de la asociación delictual.Por otra parte, se puede hacer notar que entre los requisitos que contempla dicho tipo penal se encuentra el de la realización de conductas constitutivas de delitos y que se trate de hechos indeterminados.- No siendo delito, no hay asociación ilícita y, por el otro lado, siendo delitos determinados, basta con las normas de coparticipación.De acuerdo a lo razonado precedentemente, no resulta procedente relacionar la comisión del delito de secuestro –por el que también se ha acusado a los imputados antes señalados-, con el de asociación ilícita, delito que existe por el sólo hecho de organizarse mediando las finalidades que señala el artículo 292 del Código Penal, lo que, en el presente caso aparece completamente justificado con los elementos de juicio que se han reseñado en el considerando décimo cuarto del presente fallo y, tampoco resultan válidos los razonamientos de la defensa, en cuanto vinculan los requisitos del tipo penal antes señalado con diversos títulos del código sancionatorio, los que se refieren a distintos bienes jurídicos y, así las cosas, el hecho de atentar contra el orden social, no necesariamente aparece referido a un delito especifico, sino que este también puede ser afectado con la comisión de cualquier ilícito.Finalmente, parece necesario al tribunal precisar que, tal como lo sostiene la doctrina en relación a este tipo penal, lo que este ofende resulta ser el propio poder del Estado, su preeminencia como institución política y jurídicamente organizada, cuya existencia puede aparecer amenazada por otra institución que tiene fines contrapuestos a los suyos y que, asimismo, disputa la hegemonía que válidamente tiene aquel.Por las aludidas razones, corresponde rechazar las alegaciones de las defensas de los acusados CASELLA y RADELLI y acoger las peticiones de las partes acusadoras particulares antes mencionadas, recalificando –conforme a lo pedido por estas-, el tipo penal por el que se sancionará al acusado Eduardo RADAELLI COPOLLA, quién, efectivamente, formó parte de la asociación delictiva sin tener la calidad de jefe ni ejercer mando en ella, conforme lo señalan los antecedentes probatorios enumerados en el considerando décimo cuarto que antecede.Con respecto a las peticiones subsidiarias de la defensa, se acogerá a favor de los acusados CASELLA y RADAELLI, la aminorante contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, la que se encuentra suficientemente comprobada con el mérito de sus extractos de filiación y antecedentes agregados a fojas 7.956 y 7.957, respectivamente, que no contienen más anotaciones prontuariales, que la derivada de la presente causa.Se rechaza la aminorante contemplada en el Nº9 del artículo 11 del código antes referido, puesto que, de la sóla lectura de sus declaraciones prestadas en autos aparece que de ninguna manera han colaborado al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, en favor de ambos acusados, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.OCTOGESIMO CUARTO: Que la defensa del acusado Wellington SARLI POSE en el cuarto otrosí del escrito de fojas 13.538 bis se refiere al fondo de los ilícitos imputados y procede a contestar la acusación fiscal, las adhesiones y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado, a quién se imputa responsabilidad como “autor del delito de secuestro, establecido en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal”, e igualmente como “autor del delito de asociación ilícita, previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal”.Que con relación al primero de los ilícitos, vale decir, el delito de secuestro, señala que el aludido artículo 141 del Código Penal, describe el delito de secuestro como encerrar o detener a otro, sin derecho, privándole de su libertad.- Agrega que el sujeto activo del delito es un particular y si quién realiza esta conducta es un funcionario público que obra en su carácter de tal, el delito se convierte en la detención ilegal, que pertenece al segundo grupo de infracciones.- Sujeto pasivo del secuestro común es cualquiera persona mayor de 18 años.- Si la víctima es menor de dicha edad el delito es de sustracción de menor.A continuación, la defensa realiza una serie de consideraciones y de enumeración de distintas piezas sumariales para tratar de demostrar que la privación de libertad de BERRIOS, no fue tal, y que, ya con anterioridad a su salida del país había tenido que mantenerse oculto en varias oportunidades, incluso de la policía y con conocimiento de sus padres y esposa.- También señala, que resulta evidente que por las actividades presuntamente desarrolladas por BERRIOS en los años 80, era conveniente que saliera del país, para evitar posibles investigaciones a su respecto.Lo anterior, a juicio de la defensa, no obsta también a presumir la conveniencia que tenía el que BERRIOS, como persona natural, evitara otras múltiples acciones que en contra de él podrían intentar diversas personas de su entorno, puesto que había recibido varias amenazas.En ambos supuestos, dice la defensa, que su representado no tuvo ninguna participación, no existe ningún antecedente en la investigación que los vincule con una decisión institucional o personal para que BERRIOS abandonara Chile.Por lo anterior, en lo que se refiere al delito de secuestro, como se señala que Eugenio BERRIOS SAGREDO, circuló siempre como hombre libre, adoptó sus propias decisiones, compartió sus días con quién se propuso, y nada indica que a su respecto se haya producido una privación de libertad sin derecho, mediante encierro o detención, que es la conducta que describe el artículo 141 del Código Penal, resulta que la acusación fiscal, adhesiones y acusaciones particulares, carecen de sustento jurídico, debiéndose por ello dictar sentencia absolutoria respecto de su representado.Con relación al delito de asociación ilícita, la defensa sin perjuicio de estimar la absoluta inocencia de su representado y la falta de tipicidad en la imputación efectuada respecto de este delito, solicita la dictación de una sentencia absolutoria a favor de éste por cuanto el ilícito imputado no se corresponde con un delito que tenga por objeto atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades, conforme lo establece el legislador, sino que claramente se refiere a un “secuestro”, figura tratada dentro de los delitos contra la libertad y seguridad cometidos por particulares, con lo cual queda excluida la posibilidad de condena de éste por falta de congruencia sistémica de los hechos con los tipos penales y, finalmente señala que los hechos punibles que se imputan a su representado tampoco se corresponden con la realidad fáctica de participación, toda vez que él, es un funcionario público y estos no pueden cometer el delito de asociación ilícita pues esta figura les está vedada ellos.Con relación a las argumentaciones esgrimidas por la defensa y que permitirían sustentar la petición de absolución antes referida, es necesario precisar lo siguiente: El tribunal después de una larga investigación que ha sido revisada por diversas instancias superiores, ha dictado distintas resoluciones que, en cada una de las oportunidades procesales, han sido ratificadas por lo entes jurisdiccionales correspondientes, tanto en Chile, como en Uruguay, por ello, la alegación de la defensa en orden a que no habría secuestro del nombrado BERRIOS, ya que se habría desplazado con entera libertad tanto en Chile como en Uruguay, no resulta verosímil y menos puede ser fundada en el hecho que porque los supuestos autores del ilícito eran funcionarios públicos, el tipo penal se transformaría en detención ilegal.En efecto, la jurisprudencia y la doctrina otorgan, en la actualidad, un alcance amplio a los verbos rectores del delito de secuestro, esto es, “encerrar y detener”, ya que, más bien, lo pertinente es apreciar el alcance que tiene el bien jurídico protegido por dicho tipo penal, que no es otro, que la libertad individual de cada persona, lo cual en el presente caso, sin entrar en una repetición innecesaria de los numerosos elementos de juicio que existen en el proceso y que justifican la comisión del delito, la sola circunstancia de los incidentes ocurridos en la Comiseria de Parque del Plata en Uruguay, acreditan de un modo suficiente que éste individuo se encontraba –ya desde antes- privado de su libertad de desplazamiento.Además, por formado parte el acusado de un grupo que se asoció ilegalmente, esto es, fuera de las funciones propias del cargo militar que ostentaba, resulta que la calidad funcionaria de empleado público que tenía, no puede ser alegada para exculparse de responsabilidad.Por otra parte, tal como se ha señalado en el considerando cuadragésimo cuarto el acusado SARLI ha reconocido haber concurrido el día 15 de noviembre de 1992 al cuartel policial de Parque del Plata, lo que manifiesta haber hecho por haber estado de turno en la unidad militar donde prestaba sus servicios y con la finalidad de informar a su superior jerárquico. Sin embargo, durante ese mismo día y en el mismo lugar, en la casa de veraneo de éste acusado se encontraban un ex militar chileno, que a la postre resultó haber sido requerido por la justicia chilena, llamado Arturo SANHUEZA ROS, donde también, estaban los militares chilenos Arturo SILVA y Jaime TORRES, quienes eran los encargados por el Director de Inteligencia de Chile de mantener contacto con los chilenos que se encontraban implicados en causas penales seguidas por violación a los Derechos Humanos.Que tal como se ha dicho en el considerando a que se ha hecho referencia, de lo anterior fluye que no obstante que el acusado Sarli no tuvo una participación que pudiera ser calificada como autoría, en la comisión de los delitos investigados, su intervención en la unidad policial antes referida, puede ser considerada como de complicidad, en atención a que, sin haber tenido intervención como autor, colaboró en la ejecución del hecho por actos anteriores o simultáneos. En virtud de lo señalado anteriormente, se recalifica el grado de participación que se le atribuye en el auto de cargos en lo referido al delito de secuestro, de autor a cómplice. Y en lo relativo, al delito de asociación ilícita en atención a que no resulta acreditado de estos autos que el acusado SARLI, haya tenido la calidad de jefe, hubiere ejercido mando en ella o hubiere sido un provocador de la misma, corresponde que también sea recalificado el tipo penal por el que en definitiva se le sancionará, vale decir, del artículo 293 al 294 del Código Penal, por cuanto esta última figura satisface en mejor medida la conducta realizada por el referido imputado, puesto que, se encuentra completamente acreditado con los elementos de juicio que se han pormenorizado en el fundamente décimo cuarto, que éste tomó parte en la asociación, y a sabiendas y voluntariamente, le hubiere suministrado medios e instrumentos para cometer los crímenes o simples delitos, alojamiento, escondite o lugar de reunión.De esta manera y por las razones antes dichas, el Tribunal disiente del acusador particular en cuanto este fue de parecer de condenar al nombrado SARLI POSE como autor del delito de secuestro y de asociación ilícita, quién de acuerdo a lo que se resolverá más adelante será sancionado como cómplice del delito de secuestro y por haber formado parte de una asociación delictual en los términos que señala el artículo 294 del Código Penal.Con respecto a las peticiones subsidiarias de la defensa de Wellinton SARLI POSE, se acogerá a favor de éste la aminorante contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, esto es, su irreprochable conducta anterior, la que se encuentra suficientemente comprobada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 7.956, que no contienen más anotaciones prontuariales, que la derivada de la presente causa.Se rechaza la aminorante contemplada en el Nº9 del artículo 11 del código antes referido, puesto que, de la sóla lectura de sus declaraciones prestadas en autos aparece que de ninguna manera ha colaborado al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, en favor de éste acusado, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.OCTOGESIMO QUINTO: Que la defensa del imputado Marcelo Ariel Sandoval Durán en el primer otrosí del escrito de fojas 13.039 y siguientes procede, en subsidio de la excepción de previo y especial pronunciamiento opuesta, a contestar la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado, en los siguientes términos: En primer lugar, solicita que se dicta sentencia absolutoria a favor de su representado por cuanto la acción penal en su contra se encuentra cubierta por la prescripción de ésta. Para este efecto da por reproducida toda la parte pertinente de lo principal y renueva la excepción de prescripción, esta vez, como defensa de fondo, de acuerdo al derecho que le concede el artículo 434, inciso 2° del Código de Procedimiento Penal. Respecto del delito de secuestro, solicita al tribunal dictar sentencia absolutoria a favor de su representado, ya que, a juicio de la defensa, los elementos que configuran su auto de procesamiento y posterior acusación, no le permiten al tribunal adquirir la convicción de que al encartado, le haya correspondido una participación culpable en los hechos que se le imputan, acorde a lo dispuesto en el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, toda vez que no se desprende actividad alguna por parte de Marcelo Sandoval Durán, en el secuestro y suerte corrida por don Eugenio Berríos Sagredo, ya que según se establece claramente en el proceso, sobre la base del mérito probatorio de los elementos de juicio reunidos, que el presunto secuestrado salió, con su conocimiento y voluntad libre, desde Chile, por Monte Aymond (XII Región), por órdenes superiores de la Dirección de Inteligencia del Ejército de Chile, DINE, sacado materialmente del país, con su aquiescencia, por agentes de dicha entidad, entre los cuales no estuvo el encartado que representa. Así las cosas, al finalizar el año 1991, cuando se da inicio al secuestro por actos directos de los autores, tanto a partir de la retención de Berríos en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército, tiempo intermedio y hasta su llegada a Uruguay, nada tuvo que ver su representado con dicho presunto delito. A fojas 3.255, su representado declara que fue comisionado por el Mayor Arturo Silva, quien era su jefe directo en DINE, para viajar a Uruguay a través de una orden verbal, quien no le explicitó en que consistía la misión encomendada, el cual le dio el pasaje, un sobre con una cantidad de dinero en dólares, no recuerda la cantidad y que no inquirió mayores detalles. Nunca había viajado antes fuera del país, era un suboficial joven y sin mayor experiencia. Alguien lo esperaría en el aeropuerto. Se trataba del Capitán Pablo Rodríguez Márquez, también bajo las órdenes del Mayor Silva y todos bajo las órdenes del Director de DINE. Para acusar a su representado, se tiene única y exclusivamente presente que él viajó -por órdenes militares superiores- dos o tres veces a Uruguay, en el año 1992, a desempeñarse -por órdenes superiores-, como dijo, como acompañante del Sr. Berríos. No se puede presumir que este Cabo de Ejército, destinado al servicio de inteligencia del Ejército, organismo que actúa según las reglas básicas del compartimentaje, esto es, que por secreto y seguridad, la persona que recibe una orden, no sabe o no debe saber lo que harán otras, conocía las intenciones que- respecto de Berríos- podría haber tenido a la época el Alto Mando del Ejército. Agrega que lo primero que debe tenerse en cuenta para saber si una persona es culpable o no lo es respecto a una conducta punible, es determinar objetiva y realmente si el eventual incriminado sabía o no sabía, previamente, lo que iba a pasar con su conducta. Si el Cabo Sandoval, hoy encartado, no sabía lo que pasaba o el destino final de Berríos, no debiera ser acusado de injusto alguno. Sin intención no hay delito. Subsidiariamente, respecto del grado de participación, solicita se recalifique éste de autor a cómplice, habida consideración que el encartado sólo en 1992, acompañó en Uruguay a Berríos, esto es, habría cooperado a la ejecución del hecho al custodiar a la víctima, no al momento del inicio del secuestro (año 1991) sino en el desarrollo de éste, pide se le tenga como cómplice del delito y no como autor, según lo dispuesto en el artículo 16 del Código Penal. También, respecto del delito de secuestro calificado solicita la recalificación de éste a detención ilegal, por errónea aplicación del artículo 141 del Código Penal. En efecto, el Código Penal, hace una clara distinción entre los delitos que cometen los particulares y los empleados públicos y, es así, como en el Libro II, Título III, párrafo 3, que trata de “Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad, cometidos por particulares”,se encuentra el artículo 141 del Código Penal, que sanciona el secuestro, delito que solo puede ser cometido por particulares, norma que no admite interpretación alguna, dada las características del Derecho Penal, que es objetiva y esencialmente legal. El haber aplicado este artículo a un empleado público, como en la especie, infringe abiertamente garantías constitucionales como la establecida en el artículo 19 N° 3,de la Constitución Política de la República, que reconoce el principio universal de los delitos y las penas, que implica el principio de ley estricta, esto es, que ésta señale en forma precisa y circunstanciada el hecho o hechos que fundamentan la aplicación de una pena. En consecuencia, su representado, en su calidad de empleado público, debe ser acusado de detención ilegal, delito que sanciona el artículo 148 del Código Penal, y no por secuestro, que es un delito cometido sólo por particulares. Respecto del cargo de asociación ilícita, la defensa solicita la absolución del encartado de este cargo, atendido que es impensable siquiera suponer que un cabo de Ejército, presuma que todos o parte de sus superiores jerárquicos integren una asociación ilícita en los términos que la tipifica el artículo 292 y siguientes del Código Penal. Dice que la única asociación que ellos necesariamente conocen y no hay otra, es la llamada “Ejército de Chile”, sin cuestionamientos de ninguna especie y, en consecuencia, no habría respecto del encartado, intencionalidad ni conocimiento del delito que se le acusa, esto es, haber sabido que conformaba, a sabiendas, una asociación ilícita con fines criminales. Respecto de la infracción al artículo 295 bis del Código Penal, solicita la absolución del encartado de éste cargo, porque en definitiva no se ha acreditado en autos que su representado haya tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por uno o más miembros de una asociación ilícita. Dice que todos los integrantes de la referida asociación eran sus superiores jerárquicos y, el hecho de no conocer el acusado, cual era el fin o propósito que se perseguía con la custodia del Sr. Berríos, verdad sólo en conocimiento de sus superiores o jefes, mal podría haber justificado una denuncia oportuna a la autoridad, por una parte, y, por la otra, dar cuenta al General de DINE u otra autoridad militar que era posible se estuviese cometiendo un eventual delito, habría significado su baja del Ejército. Con respecto a las atenuantes de responsabilidad criminal que benefician al acusado, la defensa alega como muy calificada, la contemplada en el N°6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior de su representado. También, invoca a favor de su defendido la denominada “media prescripción” o “prescripción contemplada en el artículo 103 del Código Penal. gradual”, Dice, que en este proceso, el plazo de prescripción, empezó a correr -respecto del secuestro y de la asociación ilícitadesde la fecha de término de aquel. La última vez que se vió con vida al Sr. Berríos, según los antecedentes de la causa, fue el 15 de noviembre de 1992, fecha a partir de la cual se presume muerta la víctima. En la especie, han transcurrido con creces, más de cinco años desde que cesó el secuestro del Sr. Berríos (15 de noviembre de 1992) hasta la fecha en la cual se dictó auto de procesamiento por secuestro contra Marcelo Ariel Sandoval Durán (23 de julio de 2007), lapso de tiempo, los cinco años, que corresponde a la mitad del tiempo de la prescripción y ello hace absolutamente aplicable la “media prescripción”, contemplada en la cita legal antes referida. Señala, que a este respecto, está claro que por favorecer al imputado esta “media prescripción”, el tribunal deberá considerar que concurren, a lo menos, dos o más circunstancias muy calificadas y ninguna agravante y, aplicar luego, las normas sobre la determinación de la pena, que en este caso en concreto las encontramos en los artículos 65, 66, 67 y 68. Señala la defensa, que el cómputo del tiempo transcurrido desde el 15 de noviembre de 1992 -fecha que permite considerarse como la de inicio de la prescripción acorde a nuestra normativa ordinaria-, hasta el 29 de diciembre de 2003, en que se somete a proceso a Marcelo Sandoval Durán por infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal y cuando se le somete a proceso por asociación ilícita y secuestro, con fecha 23 de Julio de 2007, según consta en autos, arroja un decurso de casi 11 años para el primer procesamiento y 14 años para el segundo, lapsos de tiempo más que suficientes para aquilatar la procedencia o nó de la “media prescripción”, que requiere, como se ha dicho, de dos años y medio para el primer simple delito y cinco años para el crimen. En ambos casos, incluso, operaría de lleno la prescripción total de la acción penal, de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y siguientes del Código Penal. También solicita se le reconozca a su representado la circunstancia atenuante de la responsabilidad penal del artículo 211,en relación al artículo 214,del Código de Justicia Militar, aplicable a los delitos militares y comunes, toda vez que de los antecedentes allegados a la investigación, aparece demostrado que a la época de ocurrencia de los hechos, el encartado, siendo cabo del Ejército, esto es, suboficial, se encontraba sometido a la jerarquía y al cumplimiento de las órdenes de sus superiores jerárquicos -DINE- le impartían. El precepto legal primeramente mencionado dispone: Art.211 “Fuera de los casos previstos en el inciso segundo del artículo 214, será circunstancia atenuante tanto en los delitos militares como en los comunes, el haber cometido el hecho en cumplimiento de órdenes recibidas de un superior jerárquico. Y si ellas fueran relativas al servicio podrá ser considerada como muy calificada”. Finalmente, la defensa del imputado antes mencionado solicita tener por evacuado el traslado para contestar la acusación de oficio, adhesiones a ella, acusaciones particulares, deducidas en contra de su representado Marcelo Sandoval Durán y, en definitiva, absolverlo por prescripción de la acción penal; de no ser ello posible, respecto del delito de secuestro, absolver a su representado de toda pena por falta de participación culpable y, en subsidio de lo anterior, recalificar el grado de participación de autor a cómplice, recalificando, además, el delito de secuestro, cuyos sujetos activos legalmente son particulares, a detención ilegal, injusto de sujeto especial como son los empleados públicos, categoría esta última que gozaba el encartado a la fecha de estos hechos investigados; respecto de la asociación ilícita, absolverlo, por las razones dadas, esto es, ignorar el encartado la existencia o entidad de tal asociación, dentro del Ejército de Chile, conocimiento objetivo y elemento esencial exigido por la norma penal, en su tipicidad y castigo, asimismo, en relación a la infracción del artículo 295 bis, absolverlo, en razón de que al no haber tenido noticias ciertas de plan alguno. fue imposible para el encartado, alertar sobre aquello a la autoridad; y, en todo caso, ante fallo condenatorio, hacer aplicación de las tres circunstancias atenuantes de la responsabilidad criminal invocadas y que le favorecen, como muy calificadas, según disponen las normas que, para cada caso, fueron citadas precedentemente, por esta defensa y según dispone el artículo 68 bis del Código Penal y para todos los efectos legales. OCTOGESIMO SEXTO: Que este tribunal al hacerse cargo de las peticiones formuladas por la defensa del acusado Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN, en primer término, con respecto a la renovación de la excepción de prescripción como defensa de fondo de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 434 del Código de Procedimiento Penal, procederá a desestimar la referida alegación puesto que el término necesario para que opere la prescripción de la acción penal respecto de los crímenes materia de la acusación fiscal, adhesiones a ella y acusación particular, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 94 del Código Penal, es de 10 años y de acuerdo a lo que señala el artículo 95 del mismo cuerpo legal, dicho término empieza a correr desde el día en que se hubiere cometido el delito y se suspende desde que el procedimiento se dirige contra el responsable del ilícito, tal como lo explicita la norma contenida en el artículo 96 del código antes señalado.Como con fecha 05 de febrero de 1996 el abogado Sr. Tomas EHRENFELD IVANYI, en representación de doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA dedujo una querella por presunta desgracia con el objeto de que se ubicara el paradero de Eugenio BERRIOS SAGREDO y se detuviera a todas las personas que resultaren ser responsables de su desaparición.- Con fecha, 06 de febrero de ese mismo año, no se dio lugar a la querella, por no constituir un delito la presunta desgracia, sin embargo, con fecha 11 de marzo de 1996, la querellante con los nuevos antecedentes que aporta en el escrito de fojas 482 y siguiente, solicita se tenga por complementada la querella y se provea derechamente por los delitos de secuestro con resultado de muerte, falsificación de instrumento público y demás delitos que se hubieren cometido con ocasión del desaparecimiento de su cónyuge, dicho libelo fue proveído con fecha 13 de marzo de 1996 y con esa fecha se tuvo por interpuesta la referida querella.Como de los antecedentes que proporciona el referido escrito, se desprende que el señalado BERRIOS protagonizó un incidente en una Comisaría de Canelones, Uruguay en el mes de diciembre de 1992, lugar donde concurrió a denunciar un secuestro realizado por un grupo de chilenos, ex integrantes de la CNI, y por policías uruguayos vestidos de civil, resulta que al dirigirse la acción penal en contra de dichos sujetos que en ese momento su identidad aparecía indeterminada, se habría suspendido la prescripción, tal como lo señala el precepto legal anteriormente citado, por lo que corresponde rechazar la petición antes señalada.- Con respecto al delito de secuestro que se atribuye al acusado SANDOVAL la defensa esgrime como argumento el hecho que éste ignoraba lo que pasaba con BERRIOS y cual iba a ser su destino final y como sin intención no hay delito el Tribunal debería dictar sentencia absolutoria, lo que debe ser desestimado, por cuanto, si bien pudiera ser cierto que el acusado desconociera la permanencia de BERRIOS en el cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército, no es menos cierto que al ser enviado en varias oportunidades a custodiar al antes nombrado BERRIOS en Uruguay, no pudo menos que tomar conocimiento de la situación de restricción de libertad en que éste se encontraba, y como el delito de secuestro, es de efectos permanentes que se van sucediendo en el tiempo, la participación de este acusado debe ser calificada como de autor, rechazándose la petición subsidiaria de la defensa en que solicitaba se recalificara de autor a cómplice.Con relación al delito de asociación ilícita, también se desestimará la petición de absolución formulada por la defensa puesto que el acusado formó parte de esta agrupación delictiva durante un prolongado período de tiempo y de tal manera se satisface el presupuesto contemplado en el artículo 294 del Código Penal, accediéndose de esta manera a lo señalado en las acusaciones particulares formuladas por la parte del Consejo de Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior y recalificándose el tipo penal de asociación ilícita que contempla el artículo 293 del código señalado y que aparece descrito en la acusación de oficio y adhesiones a la misma.En cuanto a las peticiones subsidiarias de la defensa, se accederá a considerar a favor del acusado SANDOVAL la aminorante de su irreprochable conducta anterior contemplada en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, la que se comprueba con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 5.381, exento de anotaciones prontuariales pretéritas.- Sin embargo, se rechaza la calificación pedida por no existir en autos ningún antecedente que la sustente.Se acogerá también, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.Con respecto a la aminorante del artículo 211 del Código de Justicia Militar, se rechazará por cuanto –tal como se ha señalado anteriormente-, al formar parte el imputado de una asociación ilícita, no pudo haber cometido el hecho en cumplimiento de una orden del servicio, más aún, si al habérsele comisionado para viajar a Uruguay a custodiar a una persona que había sido sacada ilegalmente de Chile, resulta evidente que dicha orden tendía notoriamente a la perpetración de un delito y no aparece del mérito de autos que el imputado la haya representado a quién se la había impartido.OCTOGESIMO SEPTIMO: Que el abogado Sr. Jorge Triviño Figueroa, en representación del imputado Nelson Román Vargas a fojas 13.324 y siguientes, procede a contestar la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares, solicitando la absolución de su representado por los delitos objeto de su acusación en la resolución de fojas 12.663 y siguientes de fecha 26 de septiembre de 2008, por la cual se le acusa como autor de los delitos de asociación ilícita, secuestro e infracción al artículo 295 bis del Código Penal. Para el improbable evento de que fuera condenado, solicita al tribunal se le reconozca la circunstancia atenuante de responsabilidad contemplada en el N° 6 del artículo 11 del Código Penal, la que pide se considere como muy calificada, conforme a los antecedentes que se aportarán durante el probatorio. Del mismo modo, solicita se le considere la atenuante contemplada en el N° 9 del artículo antes referido, en atención a los antecedentes que obran en autos. Finalmente, pide se le reconozca a su defendido el beneficio contemplado en el artículo 103 del Código Penal,en atención al tiempo transcurrido desde la ocurrencia del ilícito investigado por el tribunal, esto es, la denominada “media prescripción”. Como antecedentes generales se puede explicitar que la fecha de salida del país de la víctima, según se ha podido determinar en la investigación, corresponde al mes de octubre del año 1991, por una unidad especial de DINE, denominada “Asesoría de Análisis” a cargo del Mayor Arturo Silva Valdés. La última fecha en que se vió con vida a Eugenio Berríos Sagredo, habría sido el 15 de noviembre de 1992, en la localidad uruguaya de Parque del Plata en Montevideo, Uruguay, siendo los últimos ciudadanos chilenos con quienes se les vinculó en dicho período, aquellos pertenecientes a esta unidad denominada “asesoría de análisis”, que, a la fecha, dependían del nuevo Director de la DINE, General Eugenio Covarrubias Valenzuela. Que su representado, dentro de dicho período de tiempo, actuando dentro de una organización jerarquizada como es el Ejército de Chile, recibió la orden de su superior jerárquico de viajar a Uruguay a cumplir una misión dispuesta por la autoridad militar, sin darle razones de su cometido. Asimismo, señala que del mérito de su extracto de filiación y antecedentes aparece demostrado que su representado ha mantenido una irreprochable conducta anterior y, por tal razón, en caso de estimar el tribunal que existe mérito para condenar a su defendido, es necesario aplicar dicha minorante de responsabilidad criminal la que debe ser considerada como muy calificada. También, invoca a favor del acusado la circunstancia atenuante contemplada en el N° 9 del artículo 11 del Código Penal, puesto que considera que la colaboración de su representado ha sido fundamental y substancial para que el tribunal pueda formular cargos en contra de los verdaderos responsables de los delitos investigados en la presente causa. Por último, señala que sería plenamente aplicable en este caso la denominada “media prescripción”, contemplada en el artículo 193 del código citado, puesto que según da cuenta el auto acusatorio de fojas 12.663 y siguientes, los hechos investigados se habrían producido hasta noviembre de 1992, y su defendido declara por primera vez en estos autos el año 2002, por lo que habría transcurrido con creces más de la mitad del plazo máximo de prescripción de la acción penal que podría considerarse. OCTOGESIMO OCTAVO: La defensa del acusado ha solicitado la absolución de Nelson ROMAN VARGAS del cargo que se le formula como autor del delito de secuestro, en atención, a que su representado, dentro del período de tiempo en que permeneció BERRIOS en Uruguay, actuando dentro de una organización jerarquizada, como es el Ejército de Chile, recibió la orden de su superior jerárquico de viajar a Uruguay a cumplir una misión dispuesta por la autoridad militar, sin darle razones de su cometido.Dicha petición de absolución será desestimada por el tribunal por cuanto según aparece del mérito de autos, el imputado viajó en una oportunidad a Uruguay a custodiar al nombrado BERRIOS, quién, como se ha dicho, se encontraba con su libertad personal suprimida.- La señalada actuación permite calificar su participación como co-autor del referido ilícito y, también, como autor de la asociación ilícita formada por militares de Chile y de Uruguay, encuadrándose su participación en el tipo penal contemplado en el artículo 294 del Código Penal que sanciona a cualquier otro individuo que hubieren tomado parte en la asociación, recalificándose de esta manera la acusación de oficio dictada por el tribunal y accediéndose a lo pedido en este sentido, por las partes acusadoras particulares del Consejo de Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior.El hecho que este acusado haya recibido una orden para actuar como lo hizo, no lo libera de su responsabilidad, por cuanto dicho mandato –en la forma en que se impartió-, esto es, sin guardar ninguna de las formalidades legales exigidas (comisión de servicio debidamente documentada, pago formal de viáticos y rendición de cuenta de los mismos), evidentemente, permitía presumir que ella se expedía fuera del ámbito legal y reglamentario del servicio del que formaba parte el imputado y, por último, a pesar de la notoria ilicitud de ella, no consta en autos que haya sido representada por dicho acusado.Que, en lo referente al delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, corresponde acoger –sólo en esto-, la petición de la defensa del acusado Nelson Williams ROMAN VARGAS, ya que la exigencia del tipo penal está constituida por la omisión de poner en conocimiento de la autoridad los planes o actividades que desarrolla una asociación ilícita, pero, como en el presente caso, el propio Nelson ROMAN formaba parte del grupo que se organizó para cometer delitos, resultando ser objeto de una sanción, por ello no resulta procedente que se le exija que se autodenuncie y haga lo propio con los restantes partícipes, que por lo demás eran sus superiores jerárquicos en la institución – Ejército de Chile-, de la que forma parte.Por lo anterior, resulta procedente dictar sentencia absolutoria en su favor, por este capítulo de la acusación.Con relación a la petición subsidiaria de la defensa del acusado ROMAN, se accederá a otorgar a su favor la aminorante contemplada en el Nº6 del artículo 11 del Código Penal, esto es, la irreprochable conducta anterior de su defendido, la que se encuentra justificada con el mérito de su extracto de filiación y antecedentes agregado a fojas 5.344, exento de anotaciones penales anteriores y con la testifical de conducta rendida a su favor en autos, rechazándose la calificación pedida por cuanto los documentos allegados a la causa, no constituyen elementos de juicio suficientes –a juicio de este sentenciador-, para darle a la atenuante antes indicada la calidad que se solicita.Se rechaza asimismo, la aminorante alegada contenida en el Nº9 del artículo 11 del Código Penal, puesto que tampoco se desprende del mérito de los antecedentes que este imputado haya colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos.Se acogerá también, a favor des este acusado, la media prescripción que contempla el artículo 103 del Código Penal, que solicita su defensa, puesto que con la presentación del responsable antes de completar el tiempo de la prescripción de la acción penal, pero habiendo ya transcurrido la mitad del que se exige en tal caso, hace procedente la aplicación de la facultad que el precepto legal antes señalado otorga al juez del fondo.OCTOGESIMO NOVENO: Que a fojas 13.262 y siguientes el abogado Sr. Marcelo CIBIE PAOLINELLI contesta por su defendido Fernando TORRES SILVA, la acusación fiscal, acusaciones particulares y adhesiones a la acusación deducidas en contra de este último y solicita se le absuelva del cargo de ser autor del delito de asociación ilícita.En primer término la defensa realiza algunos alcances generales sobre los hechos investigados que corresponderían a una operación de inteligencia.Como cuestión previa y atendida la participación que se atribuye a su representado en el acápite tercero de la parte resolutiva del auto acusatorio, señala que sólo se referirá a aquellos que dicen relación con la averiguación de los hechos que motivan la salida del país del Sr. Eugenio BERRIOS SAGREDO, y sólo para clarificarlo se referirá a eventos de su llegada a Argentina y posterior establecimiento en Uruguay.Lo anterior, habida consideración a que la asociación ilícita, que se imputa al General TORRES SILVA, Auditor General de Ejército a esa fecha, y por ende Jefe del Escalafón Jurídico de esa institución, se hace consistir, en el numeral tercero del auto acusatorio, como autor de dicho ilícito penal.En el auto acusatorio, en el numeral 2º letra e) señala: “que la forma en que se actuó con respecto a Eugenio BERRIOS corresponde a una operación de inteligencia…realizada por orden de la Dirección de Inteligencia del Ejército”.- Dice que, la defensa, comparte absolutamente dicha apreciación.- En el análisis de la prueba se demostrará al margen de toda duda que la salida del Sr. BERRIOS del país, fue una operación de inteligencia.A continuación, transcribe la declaración del General RAMIREZ RURANGE de fecha 27 de abril de 2006 y que rola a fojas 163 del cuaderno reservado, en la cual señala que en el mes de octubre de 1991 fue citado a una reunión en el domicilio particular del comandante en Jefe del Ejército, ubicado en calle Presidente Errazuriz de esta ciudad.- Dice que recuerda que fue el día domingo 13 de octubre de 1991, como a las 10:00 o 11:00 horas de la mañana, cuando ingresa a la casa ve a un grupo de Generales entre los que estaban el Vice comandante en jefe General LUCAR, el Jefe del Estado Mayor, Rodrigo SANCHEZ CASILLAS, el Inspector General del Ejército, General BALLERINO y el General Jefe de la Auditoria General del Ejército.- El General PINOCHET inició la reunión diciendo que venía llegando del norte, que había revistado a la primera o sexta división.- Sorpresivamente se dirigió hacia él y le dijo: “general RAMIREZ, le voy a dar una orden, existe un ex agente de la DINA que se llama Eugenio BERRIOS, a quién hay que protegerlo y sacarlo del país”.- Le contestó: “a su orden mi General…” mis colegas escucharon esto, pero no tuvieron ninguna participación… agregó que esta persona tomaría contacto con él.Posteriormente, señala que el día 16 o 17 de octubre, BERRIOS va a la DINE, manifestando haber sido citado y en ese momento él ordena a PROVIS, a la sazón, jefe del BIE que le debe dar protección, alojamiento y alimentación en el cuartel del BIE…y le dijo que lo alojara en el edificio de departamentos donde vivían los oficiales solteros.- PROVIS sólo dijo: “a su orden” y se retiró.RAMIREZ niega haber visto a BERRIOS, no lo recibió, sólo le indicó a PROVIS que esta persona estaba esperando en el primer piso.También llamó al Capitán SILVA y le dio la orden de sacar a BERRIOS… SILVA le señala que como Pablo RODRIGUEZ iba a hacer trabajos de inteligencia en el sur de Argentina con LILLO… podía aprovecharse esa actividad para sacar al ciudadano y llevarlo a Argentina o a Uruguay.Esta declaración es de especial importancia, pues refleja con fecha 27 de abril de 2006, el corazón del sistema, que ha calificado en el capítulo 1, operaciones de inteligencia, pues refleja claramente las etapas de preparación, implementación (logística y financiera), materialización y, por último, en lo que al General COVARRUBIAS se refiere, el retiro del personal que estaba en el extranjero, esto es, en Argentina y Uruguay.Dice también que de esto no se desprende la intervención de otros organismos del Ejército, puesto que la inteligencia militar cumple un rol de vital importancia dentro del quehacer institucional de un organismo armado, y dentro de sus principios está el de reserva absoluta y del compartimentaje, los que también se aplican dentro del propio organismo de inteligencia.Dice que esta declaración del General RAMIREZ relataría un hecho falso, puesto que dicha reunión jamás habría existido, y tampoco este general habría necesitado formar una asociación de ningún tipo con ningún otro mando con el objeto de sustraer a Eugenio BERRIOS del ámbito de ordenes de detención o arresto emanadas de los tribunales de justicia en su contra.Luego la defensa en el denominado Capítulo II, se refiere a la salida de Chile del nombrado BERRIOS y hace un análisis de cuales pudieran haber sido las causas de su huída de Chile.- Para esto último se refiere parcialmente a declaraciones de su cónyuge Gladys SCHMMEISSER ARRIAGADA prestadas a fojas 15 de autos, del ciudadano peruano Máximo isidro BOCANEGRA GUEVARA de fojas 34, de Diego Alejandro MOLENHAUSE ESCUDERO, de Aldo ESPINOZA VALDIVIA de fojas 86, de Hernán MONJE de fojas 90, de Carlos WHAR DANIEL de fojas 97, e Luis Gerardo de AZCUENAGA GONZALEZ de fojas 101, todos los cuales señalan que BERRIOS era un consumidor y traficante de cocaína.- También a fojas 104 Aldo DUQUE SANTOS declara en términos semejantes, al igual que su cónyuge ya nombrada que a fojas 2.163 declara extrajudicialmente en la orden de investigar de fecha 27 de junio de 1993.A continuación, señala la declaración del General en retiro Manuel CONTRERAS SEPULVEDA de fojas 2587, quién señala que tiene conocimiento que BERRIES trabajó en la elaboración de cocaína “negra”, esto es, sin el olor característico de esta sustancia, con el fín de evitar su detección por los perros.Luego señala parte del contenido del informe policial de fojas 3.216 (página 9) y las declaraciones de Juan Carlos CHEYRE STEVENSON de fojas 2.775, de Carlos MIRANDA ARRAU de fojas 2.792, informe policial de fojas 3.470, declaración de Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN de fojas 3.602, de Nelson HERNANDEZ FRANCO de fojas 3.786 y, por último, declaración policial de Aldo Norberto DUQUE SANTOS de fojas 3.790.Todo lo cual permite a la defensa concluir que dada su condición de traficante de drogas y adicto a la cocaína y a su vinculación con prestamistas, existían varias ordenes de detención pendientes en contra del nombrado BERRIOS, por los delitos de giro doloso de cheque y estafa.- Asimismo, su relación con narcotraficantes y las deudas de dinero que este mantenía, hicieron que su estadía en el país le fuera altamente complicada y peligrosa.Por ello, según se acreditará en el capítulo siguiente, obtiene que se le preste ayuda por antiguas relaciones que él tenía con organismos de inteligencia del Ejército, a fín se le facilite la salida del país y se le preste cooperación para subsistir, materializándose todo esto a través de la Dirección de Inteligencia del Ejército.Luego, la defensa describe la materialización de la salida de Chile de BERRIOS, en el denominado capítulo III, y luego de transcribir parcialmente antecedentes del proceso correspondientes a declaraciones prestadas por los procesados RAMIREZ, SILVA y TORRES GACITUA, procede a realizar un análisis de la prueba relacionada con la participación que se imputa a su representado.Señala que de acuerdo a la lógica seguida por el auto de procesamiento y acusación fiscal, existiría una asociación para la salida del país de BERRIOS, asociación para su traslado y permanencia en Montevideo, Uruguay; y, por último, una eventual asociación para el homicidio del Sr. BERRIOS SAGREDO.Dice que al General TORRES se le imputaría participación en la primera fase y para demostrar la inocencia de su representado, durante el sumario solicitó la realización de diligencias destinadas a producir prueba.- Luego de hacer una relación sucinta de los escritos presentados por su parte, señala que con fecha 08 de noviembre de 2007, solicita y se dispone por el Tribunal la citación del General (R) RAMIREZ a fín de que clarifique la contradicción que existe en su declaración de fojas 2.838, en la que sostiene, que por razones de seguridad dispone la salida del país de Arturo SANHUEZA ROS; no obstante ello a fojas 3.693, con fecha mayo de 2006, expresa textualmente el mismo RAMIREZ que de acuerdo a una orden de comando firmada por el Comandante en Jefe, con fecha 09 de diciembre de 1992 “todas las facultades estaban radicadas en el AUGE, y por el Auditor General del Ejército Fernando TORRES SILVA”, para agregar, “es así como se sacó del país al Mayor SANHUEZA, a petición del AUGE”.Sin embargo, el mayor SANHUEZA sale del país en abril de 1991, esto es, ocho meses antes de la orden de comando a que alude el Director de Inteligencia.- También señala que pretender que una orden de comando, entrega “todas las facultades en el AUGE”, fuera de constituir una falsedad, es de una ilógica castrense que no resiste opinión de nadie.También con fecha 20 de noviembre con el fín de acreditar pruebas en el sumario pidió se interrogara al Teniente Coronel en retiro don Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA lo que fue concedido y decía relación con sus declaraciones prestadas en un informe de la Policía de Investigaciones, de fecha 23 de agosto de 2002, que afectarían al General TORRES SILVA.Según expresa ese informe policial, el Sr. CISTERNAS ORELLANA, relata la existencia de misiones dentro del nominado “control de bajas”, en el cual se identifican las salidas de Arturo SANHUEZA ROS, de Carlos HERRERA JIMENEZ y de Eugenio BERRIOS SAGREDO y, por lo que manifiesta este oficial, ellas: “Responden a operaciones planificadas por miembros de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) y miembros de la Auditoría General del Ejército (AUGE)”.- Cuando responde las preguntas que le formula el Tribunal y en atención a que su ingreso a DINE fue posterior al egreso de los antes nombrados, señala que de ello tuvo conocimiento por medio de los dichos de Arturo SILVA y de Jaime TORRES, pero resulta que este último ha manifestado no haber tenido nada que ver en el tema del egreso de SANHUEZA ROS.Por otra parte, a fojas 3.648 declara el Mayor Jaime TORRES GACITUA, quién manifiesta que durante la permanencia de BERRIOS en el BIE, Enrique IBARRA habría tenido acceso y conversado con él, lo que obedecería a un encargo del General TORRES SILVA y cuando se le consulta nuevamente con relación a esto último a fojas 12.641 con fecha 22 de abril de 2008, señala que esta información es la que recibió oficialmente por parte del comandante de la unidad Mayor Arturo SILVA VALDES y, estima que estos hechos afectan la responsabilidad del General TORRES SILVA, debido a que por lo que le señaló el comandante de su unidad, la génesis del caso BERRIOS parte el en AUGE, cuyo Director en esa época era el General TORRES SILVA.Como podrá apreciar el tribunal, la información del Mayor TORRES GACITUA es referencial y se originaría del mayor SILVA.También el procesado TORRES GACITUA cuando se refiere al General RAMIREZ señala que el responsable único fue este y si hubo alguna coordinación con el AUGE, señala que: “…necesariamente debió ser entre RAMIREZ RURANGE y TORRES SILVA”.- Cuando se le solicita que explicite más su respuesta señala: “porque ambos –RAMIREZ y TORRES- han hecho una carrera juntos en la institución y circunscrito a la situación del personal con problemas judiciales, fueron estos dos generales los que coordinaron las salidas de Carlos HERRERA JIMENEZ, Arturo SANHUEZA ROS y Eugenio BERRIOS SAGREDO. de lo anterior, presumo que existe entre ambos un vínculo mayor del que pueden tener otros oficiales de la misma investidura”.- Sin embargo RAMIREZ RURANGE con fecha 20 de agosto de 2003 a fojas 4.132 dice: “también puedo señalar a US. que al General Fernando TORRES, si bien lo conozco, las veces que tuve mayor contacto con él, fue cuando me desempeñé como Juez Militar a cargo del Segundo Juzgado Militar de Santiago, donde por razones obvias debía estar en coordinación con el Auditor General del Ejército.- Con el General TORRES no tengo vínculo de amistad, no nos visitamos, nunca he estado en su casa ni él en la mía”.Por lo anterior concluye que la afirmación del Mayor TORRES GACITUA no tiene solidez alguna y al igual que las restantes pruebas de cargos en que se funda el auto acusatorio no permiten concluir que a su defendido le haya correspondido participación en calidad de autor del delito de asociación ilícita por lo cual deberá dictarse sentencia absolutoria en su favor.Como capítulo IV la defensa del acusado TORRES procede a hacer un análisis del tipo penal de asociación ilícita y señala que este es considerado por la doctrina como de “emprendimiento o adelanto de la punibilidad”, protege un bien jurídico social que puede alterarse por la sóla creación de una asociación –acuerdo de voluntades- para, “atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades.La prueba de esta asociación está sometida a características específicas, de acuerdo a la doctrina: a) la concertación de varias personas para la comisión de delitos; b) organización y jerarquía (esquema de mando interno); c) estabilidad; d) permanencia en el tiempo.Dice que el “animus” o querer formar parte de ella, es una condición indispensable.- La voluntad de ser asociado tiene que corresponder a una convicción de que integren una asociación adhiriendo a sus planes y conociendo sus fines, el dolo se integra exclusivamente en la voluntad de sentirse realmente perteneciente al grupo o sociedad, asociación, produciéndose así la necesaria comunicabilidad de sus acciones entre los partícipes de esta.Este ilícito tiene como objetivo penalizar conductas indeterminadas, permanentes e indefinidas que pongan en riesgo la tranquilidad pública, dicho de otra manera, se les amenaza con pena aún antes que estas se lleven a cabo o se concreten los ilícitos de acuerdo a lo señalado en el artículo 292 del Código Penal.A continuación, en lo que la defensa denomina como capítulo V, se refiere a la participación en la referida asociación ilícita que se imputa al General (R) Fernando TORRES SILVA.El fundamento 2º, letra r) del auto acusatorio en lo pertinente acusa al General TORRES SILVA que: “utilizando los medios –del Ejército de Chile- que este proporciona a sus integrantes para la ejecución de sus tareas profesionales, establecen una línea de mando jerárquica paralela a la que detentaban dentro de la orgánica de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) con algunos jefes superiores de la Auditoria General del Ejército (AUGE) y el batallón de Inteligencia del Ejército (BIE)…”.- “Sin que el mando superior del la época de la institución de que formaban parte haya tomado alguna medida para lograra su desarticulación o para impedir la prosecución de sus actividades ilícitas, ni tampoco haya denunciado los diversos delitos e irregularidades administrativas a la justicia ordinaria o a la militar, o haya, iniciado una investigación interna; lo anterior, a pesar de que estos hechos son de tal gravedad que los partícipes en ellos con sus conductas han podido llegar a comprometer la seguridad interna del Ejército y el prestigio de la administración de justicia”.Dice la defensa, que formar una organización paralela resulta lógicamente imposible, pues el mando superior de la Auditoria General, de acuerdo a lo dispuesto tanto en el Estatuto del Personal del Ejército como en el Código de Justicia Militar, artículo 34 y siguientes del mismo, era el General TORRES SILVA, quién, además, era Jefe del Servicio de Justicia Militar y por tal razón no es posible establecer una organización paralela a la estructura regular de mando.Señala que de la prueba rendida en autos y que fuera materia de análisis en los capítulos II y III de esta contestación, no existe antecedente alguno que permita establecer la existencia de una estructura paralela en los términos que expresa la acusación fiscal.En cuanto a las letras b) y c), se refieren, la primera, a la coordinación que habría existido entre el AUGE y el DINE y la segunda, al hecho de haber actuado el General RAMIREZ en cumplimiento de una orden emanada del Comandante en Jefe del Ejército.- Sobre aquello, señala que esto aparece como una consecuencia lógica, vale decir, la referida coordinación y, respecto de lo segundo, dicha afirmación sólo tiene como prueba los dichos del propio acusado últimamente mencionado.En lo que se refiere a la letra d), esto es, a la participación de esta asociación en acciones destinadas “a sustraer de la acción de la justicia…a militares y civiles que se encontraban imputados…”, cabe precisar que lo que dice relación con SANHUEZA ROS y BERRIOS, ninguno de estos tenía orden pendiente al momento de salir del país.- BERRIOS tenía una citación del Ministro BAÑADOS, que se transformó en una orden de aprehensión por desobediencia o desacato, con fecha 08 de noviembre de 1991, en circunstancias que BERRIOS abandona el país –según textualmente dice la defensa, que se desprendería del proceso- con fecha 26 de noviembre de 1991.- En el caso de SANHUEZA ROS, este no estaba citado por tribunal alguno al momento de su salida del país.- Finalmente en cuanto a HERRERA JIMENEZ se refiere, su situación corresponde a una causa que se encuentra terminada respecto de la cual existe cosa juzgada.De lo expresado hasta ahora, puede determinarse, que no existe un establecimiento de una línea de mando jerárquica paralela, pues son precisamente los mandos superiores castrenses los inculpados en este auto acusatorio.Por las razones antes dichas su parte estima que no existe el hecho punible que se le atribuye a su representado, por la razón de que no es posible que al interior del Ejército de Chile pueda constituirse ninguna asociación de algún tipo, ni menos de carácter ilícito, asimismo, tampoco resultan ser efectivos los objetivos que se habrían tenido en consideración para formarla que fueron los de participar en diversas acciones tendientes a sustraer de la acción de la justicia a militares y civiles imputados de diversos crímenes y simples delitos cometidos durante el régimen militar y sus integrantes con sus conductas han podido llegar a comprometer la seguridad interna del ejército y el prestigio de la administración de justicia.Por último, en relación a haber comprometido la seguridad interna del Ejército, esta no puede verse afectada por una situación de ese tipo ya que a lo más en este caso se dio una orden a fín de que una persona determinada fuera auxiliada a salir del país.Tampoco se compromete el prestigio de la administración de justicia, puesto que este depende de su correcto actuar que nadie ha cuestionado.Finalmente, reitera la petición de absolución a favor de su representado y no obstante indicar la absoluta inocencia de este, señala que la agravante que aducen los querellantes le afectaría en caso de ser declarado culpable, la del Nº15 del artículo 12 del Código Penal, no lo afecta, ya que este artículo cambió su redacción por la ley Nº20.253 publicada en el Diario Oficial de fecha 14 de marzo de 2008 (Artículo 18 del Código Penal y artículo 19 Nº3 inciso penúltimo de la Constitución Política de la República de Chile).NONAGESIMO: Que la defensa del acusado Fernando TORRES SILVA ha solicitado la absolución de su representado basado en que, a su juicio, los hechos que se produjeron con motivo del egreso del país de Eugenio BERRIOS, corresponderían a una operación de inteligencia, tal como se indica en el propio auto acusatorio.- Agrega que dada la función que detentaba su representado –Auditor General del Ejército-, no le correspondía tener ingerencia en ese tipo de operaciones y las ordenes que le fueron impartidas en virtud de una Orden de Comando, dada por el Sr. Comandante en Jefe del Ejército, no dicen relación con la asociación ilícita en la cual se le imputa participación a su defendido.Sin embargo, es necesario precisar que, tal como se ha señalado en el auto de cargo, tanto la salida de Chile como la estadía de Berrios en Uruguay correspondieron al desarrollo de lo que en términos militares se denomina “operación de inteligencia”, las argumentaciones de la defensa en cuanto sostiene que estos acontecimientos correspondieron al cumplimiento de ordenes impartidas por el Director de Inteligencia del Ejército, en las cuales no habría tenido responsabilidad su representado y, tampoco resultaría verosímil que dentro de la institución –Ejército de Chile-, se formara una asociación ilícita cuya finalidad sería la perpetración de crímenes y/o simples delitos.Con respecto a la primera alegación, resulta que si bien la forma como se planificó, organizó y ejecutó la operación que tuvo por objeto obtener el egreso de Chile del tantas veces nombrado Eugenio BERRIOS, fue realizada por personal de DINE, que dentro de dicha Dirección, constituía una “unidad especial”, no contemplada en la orgánica de esa repartición de carácter militar, resulta que al apartarse de sus funciones propias y sustraer de la jurisdicción criminal a un individuo requerido por esta, evidentemente, su proceder no se ha encuadrado dentro de la legalidad vigente y, por otra parte, la segunda argumentación de la defensa también debe ser desestimada, puesto que, por las mismas razones señaladas anteriormente y por el sólo hecho de constituirse como tal los partícipes han pasado a formar parte de una asociación de carácter delictual.- La participación del nombrado acusado TORRES SILVA en la referida asociación ha quedado demostrada con los elementos de juicio que se consignan en el fundamento décimo cuarto de este fallo, y, especialmente, esta aparece señalada en las declaraciones de Arturo Silva Valdes, Jaime Torres Gacitua, Hernán Ramirez Rurange, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Arturo Sanhueza Ros y Enrique Ibarra Chamorro.Por las razones antes dichas, corresponde rechazar la petición de absolución de la defensa del nombrado acusado Fernando TORRES SILVA y tener por acreditada su participación como autor del delito de asociación ilícita descrito en los artículos 292 y 293 del Código Penal, tal como se ha señalado en la acusación de oficio y en las acusaciones particulares de autos.Con relación a la agravante alegada por la parte acusadora particular del Consejo de Defensa del Estado y del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, esto es, la contemplada en el Nº15 del artículo 12 del Código Penal, ella, será desestimada por cuanto del mérito del extracto de filiación y antecedentes no aparece que existan los elementos de hecho que la justifiquen.NONAGESIMO PRIMERO: Que la defensa del acusado Enrique Ibarra Chamorro en lo principal del escrito de fojas 13.335 y siguientes contesta la acusación de oficio, adhesiones a la misma y acusaciones particulares deducidas en contra de su representado. Como cuestión previa se expresa que no toda participación -concurrencia de varias personas- es una asociación ilícita, ya que la naturaleza de garantía del Derecho Penal y de los tipos penales exige analizar todos y cada uno de los elementos del tipo para afirmar la existencia o nó de este delito, como, asimismo, la pertenencia o no de una persona a la Asociación Ilícita. El auto acusatorio de oficio afirma la existencia de una serie de hechos -los que en su conjunto constituyen esta asociación ilícita- que no se encuentran en el proceso. Se imputan y afirman hechos que no son efectivos. Se señala que su representado se apartó de las funciones propias de su cargo. Existen múltiples antecedentes en la causa que prueban que las actuaciones de su representado, a cargo del Departamento IV de la AUGE, no fueron sino aquellas que por Oficio N°6030/253, que rola a fojas 2.255 y 7.969, corresponden al Departamento de Estudio y Planificación. Dice que basta la lectura de este documento -orden directa del Comandante en Jefe, General Pinochet Ugarte- para ver que aquello que se imputa como “funciones fuera de su cargo”, no son sino aquello que éste se encontraba obligado a hacer. Hace presente la defensa que en este oficio se contiene claramente una “orden de comando” que expresa y detalla estas funciones. En el “Objetivo” señala: funciones que se indican. Se trata de instrucciones para el cargo de su representado. Internamente el Director de AUGE, Sr. Torres Silva, dispuso que su representado debía cumplir con tales funciones. Por otra parte, la letra A del oficio de fojas 8.857, del Sr. Julio Cerda Carrasco, Jefe del Estado Mayor del Ejército, indica que la organización interna del AUGE depende del Director de la misma. Este Oficio también resulta importante, ya que en el se señala que durante los años 1990 a 1995 funcionaron en el AUGE los referidos Departamento I a V, los que concretan y detallan de manera completa la “orden comando” antes referida. Se señala que el Departamento IV tiene por función “coordinar la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse al personal y proponer la documentación referente a los requerimientos de los Tribunales de Justicia a través del Estado Mayor General del Ejército.” El departamento V debía “otorgar al personal de la institución la defensa judicial y la asesoría legal que debe prestarse en materias particulares de índole penal”. A su turno, por Oficio de fecha 22 de octubre de 2003 el Ministerio de Defensa informa la efectividad de lo anterior, es decir, que entre el año 1990 y 1995 funcionarios del AUGE tenían como función propia de su cargo –entre otras cosas– coordinar defensas judiciales y otorgar defensa judicial a los funcionarios que tuviesen problemas de índole penal. Sólo personal en servicio activo o en retiro, no para civiles no miembros del Ejército. A modo de conclusión, señala que toda la actuación que se puede imputar a su representado, consistió en realizar sus funciones o labores propias de su cargo, dispuestas por el Director del AUGE y en cumplimiento de las funciones dispuestas por el Comandante en Jefe del Ejército. El auto de cargos señala que esta organización es paralela a la estructura regular de mando del Ejército. Señala que no ha existido ninguna estructura separada del organigrama regular de dicha institución. A fojas 8.753 Hernán Ramírez Rurange (Director de Dine) declara que recibió la orden de “proteger y sacar fuera del país” al químico Berríos directamente del Comandante en Jefe del Ejército. En dicha reunión reservada el General Ramírez refiere quienes estaban presentes en la reunión, entre ellos, el Director del AUGE, el Jefe del Comité Asesor del Comandante en Jefe del Ejército y el Secretario General del Ejército. Es decir, se trata de las personas que el mismo Oficio reservado –cuya copia rola a fojas 2255 y 7969- dispone que deben estar presentes al momento de tomar decisiones de índole procesal y en vista a consideraciones políticas, comunicacionales y de inteligencia. En conclusión, no hay nada de estructura paralela al Ejército, sino que sus máximas autoridades tomando una decisión y que se concreta en disponer la salida del país del químico Berríos. Agrega que en dicha reunión no se encontraba presente su representado. Por otra parte, señala la defensa que en otro proceso criminal se dictó una sentencia definitiva, la que señala que su conducta no es constitutiva de delito. Dice que los hechos que se investigan en la presente causa y que justificarían la dictación del auto de procesamiento dictado en contra de su representado, ya fueron total y completamente investigados en la causa criminal denominada “Caso Tucapel Jiménez”, seguidos ante el 19° Juzgado del Crimen de Santiago. Por sentencia de fecha 12 de junio de 2003, que se encuentra acompañada en autos, se sentó la premisa -inamovible en esta causa- que las conductas a que se refiere el fallo en cuestión y que habrían sido realizadas por su defendido, no constituyen ilícito penal alguno, sino que a lo sumo, infracciones de carácter legal o ético, o infracción a su deber de funcionario público, pero en ningún caso delito criminal. También señala que un punto no menor a considerar, lo constituye el hecho que se acusa a su representado por haber cooperado con una supuesta asociación ilícita, de la cual formarían parte las máximas autoridades del Ejército de Chile y, específicamente, su Comandante en Jefe y el Director de Inteligencia. Sin embargo, resulta que dentro del propio DINE existe el denominado DEPARTAMENTO VII “ ASUNTOS ESPECIALES”, cuya misión general es “…asesorar en la planificación y ejecución de actividades tendientes a obtener información sobre los procesos judiciales en que esté o pueda estar involucrado personal militar, en servicio activo o en retiro, con motivo del ejercicio de sus funciones y en que pueda quedar comprometida la Seguridad Militar, proporcionar a éste orientaciones y sugerir a quien corresponda el apoyo que fuera procedente…” Adicionalmente, entre sus tareas fundamentales se encuentra la de “…proporcionar asesoría al personal que, a juicio del Director de Inteligencia, del Jefe del Estado Mayor General o del Vice Comandante en Jefe del Ejército, lo necesiten, o sugerir el apoyo necesario…” Así consta del artículo 24 del Reglamento Orgánico y de Funciones de la Dirección de Inteligencia (R.O. (R) 304-IV). Adicionalmente dicha Dirección de Inteligencia tiene como organismo dependiente la denominada “Asesoría Jurídica”, lo que consta del artículo 3 del mismo reglamento. Como se puede ver claramente de dicho reglamento, no era necesario recurrir a los abogados del AUGE (Auditoría General del Ejército), ya que la propia DINE contaba con todos los medios para desarrollar esta misión u operación de “control de bajas”, dentro de lo que el artículo 24 denomina “…apoyo necesario…” y, como aparece del mismo, se trata de una labor que debía efectuar el Director del DINE por orden de alguna de las máximas autoridades. Así ocurrió precisamente en este caso, en que el Comandante en Jefe ordena al Director del DINE sacar del país al agente Berríos. También señala la defensa que respecto a su defendido existe una diferenciación con la situación del Auditor General Fernando Torres Silva. Dice que se ha intentado hacer creer al tribunal que ambos se encuentran en una idéntica situación, lo que no es efectivo. No sólo por cuanto su situación procesal en las causas relacionadas es distinta, ya que en la causa “Tucapel Jiménez” se condenó al nombrado Torres Silva como encubridor del delito, sino debido especialmente a que fue él quien participó en una reunión en la cual se acordó y dio la orden de sacar del país a Eugenio Berríos. También señala la defensa que a partir de la base que acepta como hecho de la causa que su representado visitó a Berríos durante su estadía en el BIE. Plantea este hecho como hipótesis de trabajo. Analizando la totalidad de los antecedentes que han sido mencionados en el auto acusatorio, no puede sino llegar a la conclusión que esta es la imputación concreta de las diversas pruebas –haber visitado al Agente Berríos en dependencias del BIE en compañía del Mayor Silva– lo que no es sino una actuación propia de sus funciones en el AUGE. Si vemos que lo que hacía en realidad eran labores de abogado y que sus clientes eran los funcionarios activos y en retiro, no se puede entender la visita sino como un acto propio de abogado para con su cliente. Esta es la única explicación posible a la luz del organigrama y funciones que cumplía en el AUGE. En cuanto a los elementos típicos de la conducta, en relación con la figura del artículo 292 del Código Penal, hace presente que no resulta posible adecuar los hechos imputados al tipo penal por el cual se ha dictado auto de procesamiento. La diferencia entre la coparticipación y la asociación ilícita se encuentra dada por la exigencia que en este delito concurran acción y dolo propios, concretados en la concurrencia de una pluralidad de sujetos activos que forman cuadros permanentes, organizados jerárquicamente, con reglas propias, que tienen por objeto realizar delitos indeterminados. Sin estos elementos no existe asociación ilícita. La necesidad que los delitos no sea determinados no sólo surge del texto legal, sino que del hecho que el mayor disvalor de la conducta y su justificación como delito independiente, tiene su base en la permanencia en el tiempo y en el temor de ser víctima de una ataque por parte de la Asociación. La Comisión Redactora del Código Penal estableció claramente que los hechos que ejecuta la Asociación deben ser delictuales. Expresamente el Sr. Reyes manifestó ante la consulta del señor Gandarillas, que no siendo estos ataques constitutivos de delito, no resulta posible sancionar la reunión a título de Asociación Ilícita. De este modo tenemos que los requisitos, entre otros, son la realización de conductas constitutivas de delito y que se trate de hechos indeterminados. No siendo delito, no hay asociación ilícita y, por el otro lado, siendo delitos determinados, basta con las normas de coparticipación. Por último, el dolo del delito de asociación ilícita se encuentra dado por la necesidad que el fin mismo y principal de la reunión sea la comisión de delitos; si es que se trata de una finalidad accesoria, es decir, que todo se haga para cometer los delitos no nos encontramos ante una Asociación Ilícita. En cuanto al primer punto, resulta que la conducta imputada a su representado como parte de su hacer en la Asociación Ilícita no es constitutiva de delito. Primero, por cuanto así lo han señalado las sentencias firmes en los casos que se investigó sus actos en las causas “Tucapel Jiménez” y “Caso Albania”,a los que ya se ha referido. En segundo término, por cuanto la única conducta delictiva que puede imputarse del auto de procesamiento –delito cometido por la sociedad criminal– consiste en la figura específica del articulo 17 N°4 del Código Penal, sin que se cumpla con los requisitos de dicho tipo. Entre dichos requisitos nos encontramos con la habitualidad, es decir, con la reiteración en el tiempo de la conducta. Señala que ello lleva al problema que la Asociación Ilícita se configura para cometer varios delitos en el tiempo, pero, a la vez, el delito que se dice haber cometido requiere la habitualidad, con lo cual una misma circunstancia se estaría valorando dos veces; para justificar la Asociación Ilícita y al mismo tiempo para configurar la habitualidad del delito del artículo 17 N° 4 del Código Penal. Ello no es posible, siendo por ende jurídicamente imposible configurar la Asociación Ilícita. De otro lado, tampoco se cumple con la exigencia que los ilícitos hayan sido delitos determinados. Aquí, lo que a lo sumo existe es un concurso material en el tiempo, ya que la conducta que se imputa como delictual –con habitualidad facilitar los medios para que se salven los malhechores– no es un delito indeterminado, sino que es el mismo y realizado de una misma manera o modo. Por último, resulta útil tener presente que la imputación realizada a su representado se encuentra circunscrita a una conducta específica: realizar diversas acciones tendientes a sustraer de la acción de la justicia y proporcionar refugio en países vecinos a militares y civiles que se encontraban imputados de diversos crímenes y simples delitos cometidos durante el régimen militar. Esto es importante, ya que no se ha imputado una asociación ilícita para cometer delitos en general, sino que uno específico, consistente en los hechos descritos por el auto de procesamiento y posterior auto acusatorio. Estos hechos –a la luz de la legislación penal– no pueden constituir sino un solo delito específico: infracción del artículo 17 N°4 del Código Penal, cuya pena se encuentra establecida en el artículo 52 inciso 3° del mismo código. Para el caso que el tribunal estime que se encuentra acreditada la existencia de una asociación ilícita, solicita se tenga presente y se acceda a lo siguiente: Dice que respecto a su representado habría existido una mera colaboración o formar parte sin ser jefe o provocador. Pide la recalificación del artículo 294 del Código Penal. Señala que dada la especial forma en que se encuentra sancionado en el Código Penal el delito de Asociación Ilícita, pide que para el caso que se estime acreditada la existencia de tal delito, se determine la pena que debe aplicarse a su representado sobre la base de lo dispuesto por el artículo 294 de dicho código. En efecto, existen dos criterios para determinar la penalidad a los diversos partícipes del delito en cuestión: naturaleza del o los delitos que se cometerían; y por ser jefe, tener mando o ser provocador, por un lado, y otro individuo sea que tome parte en la asociación o que suministre medios (esto con independencia de la división de los partícipes entre autores y cómplices). En el caso de su representado y como se pasará a exponer, desde ambos puntos de vista debe ser aplicada, la norma del artículo 294 del Código Penal : no es jefe, no ejerció mando alguno en la asociación, ni es su provocador. Lo anterior –en el hecho– fue expresamente declarado al resolver la apelación interpuesta en contra de la resolución que lo sometió a proceso. En dicha oportunidad, la Corte dejó constancia de lo siguiente: “…cooperó y tomó parte en los hechos hacia los que se orientó la organización…”. Resulta evidente que las conductas de cooperar y tomar parte resultan incompatibles con la afirmación que de su parte ha existido mando, o el ejercicio de una jefatura o ser el provocador de la asociación. En la acusación de oficio no se aclara que tipo de participación habría tenido en la asociación ilícita, pero en el hecho se le acusa por los delitos de los artículos 292 y 293 del Código Penal, es decir, precisamente por haber sido jefe, tener mando o ser el provocador. En la acusación del Consejo de Defensa del Estado se le acusa por infracción del artículo 293 del Código Penal, “por ser jefes y por haber ejercido mando”. A su turno, la acusación particular del denominado “Programa Continuación Ley N° 19.123 “ formula acusación en contra de su representado expresamente por el delito del artículo 293 del Código Penal, en iguales términos a la acusación particular anterior. Agrega que resulta evidente que dentro del contexto de la operación denominada “Control de Bajas”,la labor precisa y concreta de su representado –como lo ha señalado la Corte de Apelaciones– no puede ser sino aquella descrita en la segunda parte del artículo 294 del Código Penal: a sabiendas y voluntariamente le hubiera suministrado medios para cometer los crímenes o simples delitos a la asociación. Esto es claramente una forma de cooperación, que habría consistido en el análisis, dada su profesión de abogado, de la situación actual y futura que tenían aquellos agentes de los aparatos de seguridad que eran objeto de esta operación de inteligencia. En conclusión, pide –en este evento subsidiario– que se condene a su representado por la infracción del artículo 294 del Código Penal, recalificando el delito por el cual se le ha acusado. Señala la defensa que otro punto que debe ser analizado al momento de determinar la eventual pena que debe aplicarse a su representado lo constituye la calificante del delito o tipo de delito que cometería la asociación. Si se trata de crímenes la sanción para los partícipes es mayor, comparado con la sanción para los casos que se trate de simples delitos. Dice que no hay lugar a dudas que este elemento se comporta como una calificante del delito y, como tal, se deben aplicar las reglas generales para las instituciones de su clase: sólo es posible su aplicación en aquellos partícipes en que concurren o que hubiesen tenido conocimiento. Este principio tiene su aplicación entre otros casos, en la regla del artículo 64 del Código Penal. Dicho principio llevado al caso de autos conduce a la pregunta lógica: ¿Tenía conocimiento su representado que la denominada operación “Control de Bajas” evolucionaría con el secuestro calificado y posterior asesinato del agente?. La respuesta no puede sino ser negativa, ya que se trata de eventos muy posteriores a su eventual participación y en los cuales no ha tenido intervención ni conocimiento. Dice que tampoco sería posible sostener que desde el principio la operación tenía por objeto matar al ex agente, ya que ello no resulta compatible con el hecho de haberlo mantenido, mandado dinero y haber enviado hasta su familia a Uruguay. De este modo y si no es posible sostener que ha tenido conocimiento que se cometerían en el futuro –muy lejano, casi 2 años después– un secuestro y un asesinato, sólo queda el único delito subsistente y que cometiéndolo la asociación habría tenido conocimiento su representado, la obstrucción a la justicia del antiguo artículo 269 bis del Código Penal, en relación con el atrículo 141 inciso primero del mismo código. Atendida la rebaja de dos grados establecida en esta figura penal, no se pude sino concluir que se trata de un simple delito y, por ende, sólo es posible –en este evento subsidiario– condenar por las figuras de la asociación ilícita relacionadas con los simples delitos y no con los crímenes. En conclusión, ya sea 293 inciso final o 294 segunda parte del Código Penal, presidio menor en cualquiera de sus grados o presidio menor en su grado mínimo, según se estime que concurre el elemento ser jefe, tener mando o ser provocador, según se ha referido anteriormente. También se alega por la defensa la atenuante de la irreprochable conducta anterior de su representado, la que solicita se considere como muy calificada de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 68 bis del Código Penal. Por último, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 211 y 214 del Código de Justicia Militar se deberá imponer la pena inferior en grado a la asignada por la ley al delito, si el inferior comete un delito en cumplimiento de una orden notoriamente tendiente a la perpetración del ilícito y sin dar cumplimiento con la formalidad de representar la orden de acuerdo al artículo 335 del mismo código. Esta atenuante es calificada, ya que perentoriamente dispone que deberá imponerse la pena inferior en grado a la asignada por la ley al delito. Se trata de la llamada atenuante de obediencia jerárquica y, en primer lugar, se debe destacar que de acuerdo a la doctrina no es necesario que la orden al inferior se haya dado fuera de las atribuciones legítimas del superior, por lo que, perfectamente se puede tratar de una orden no relativa al servicio. Asimismo, se requiere que el subalterno no haya representado la orden. Para justificar la calificación de la irreprochable conducta anterior pedida, señala que rolan en autos las declaraciones de dos testigos de conducta, junto a ello, está agregada la “Hoja de Vida” de su representado, carente de anotaciones de demérito. Pide que en virtud de los referidos antecedentes no sólo se les reconozca, sino que adicionalmente se le califique la atenuante. La edad de su representado, su conducta anterior y posterior a los hechos, las circunstancias y motivos de su comisión, su actuación como integrante incluso de la Corte Marcial, justifican la calificación de su irreprochable conducta anterior. Para el evento subsidiario que se condene a su representado, pide se le otorguen alguno de los beneficios de la Ley N°18.216, ya sea bajo la modalidad de la remisión condicional de la pena o libertad vigilada; disponiendo, en este último caso la realización de los trámites de rigor.NONAGESIMO SEGUNDO: Que la defensa del mencionado procesado al contestar, los cargos que se le formulan en la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares, los que han sido deducidos en contra de su representado Gabriel Enrique IBARRA CHAMORRO.Luego de hacer diversas consideraciones sobre las funciones que su defendido realizaba en la Auditoría General del Ejército, como también con relación a las órdenes superiores que le fueron impartidas en la época en que se perpetraron los delitos que se investigan en esta causa y, además, sobre el hecho específico de haber cooperado en el egreso del país del tantas veces mencionado Eugenio BERRIOS SAGREDO, al haber concurrido al cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército y haber indicado al Mayor Arturo SILVA VALDES quién era BERRIOS.Sobre la base de las argumentaciones que sucintamente se han expresado anteriormente, solicita la absolución de su representado por no haber tenido participación como autor del delito de asociación ilícita previsto y sancionado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.Que el tribunal señalará que, tal como lo señala la defensa, los cargos principales que se le formulan a este acusado se pueden resumir en la ubicación que él tenía dentro del escalafón de mando de la Auditoría General del Ejército y también, con relación a la actividad desarrollada en el cuartel del Batallón de Inteligencia del Ejército con la finalidad expresada en el acápite anterior.Sin embargo, dichos elementos, si bien, justificaron en su oportunidad el procesamiento y posterior acusación del nombrado IBARRA CHAMORRO, no son suficientes para demostrar que éste tuvo la calidad de autor del delito de asociación ilícita que se le atribuye.- En efecto, para que exista dicho ilícito debe necesariamente haber un concierto previo de voluntades con el objeto de cometer crímenes o simples delitos y, específicamente con relación a este acusado no se divisa de qué manera pudo haberse manifestado dicho concierto, ya que el mero acatamiento de órdenes superiores con las finalidades señaladas en la Orden de Comando que señalaba la orgánica de la AUGE, cuya copia aparece acompañada al cuaderno reservado y la circunstancia de haber concurrido a un cuartel militar para señalar a una persona, que a la postre resultó ser víctima de delitos, no puede ser indicativa de que haya existido por su parte, ni autoría ni complicidad en el tipo penal antes referido.- Dicha conducta, podrá ser reprochable éticamente o bien podría constituir una falta administrativa, pero en ningún caso puede alcanzar al grado de comisión de un ilícito penal.Como se ha dicho, este juez no ha alcanzado la convicción necesaria para condenar y por tal razón se deberá dictar sentencia absolutoria en favor del acusado antes nombrado, desestimándose también, por las mismas razones, las peticiones de los acusadores particulares.En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones subsidiarias de la defensa del nombrado IBARRA CHAMORRO.- NONAGESIMO TERCERO: Que a fojas 13 319 y siguientes el abogado Sr. Jorge Triviño Figueroa en representación de su defendido Mario Enrique Cisternas Orellana contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusación particular, solicitando la absolución de su representado acusado por la resolución de fojas 12.663 y siguientes, de fecha 26 de septiembre de 2008, como autor del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal. Agrega que para el improbable evento de que fuera condenado, solicita al tribunal se le reconozca la circunstancia atenuante de responsabilidad contemplada en el N° 6 del artículo 11 del Código Penal, la que solicita considerar como muy calificada, conforme a los antecedentes que se aportarán durante el probatorio. Del mismo modo solicita se le considere la atenuante contemplada en el N° 9 del mismo artículo, en atención a los antecedentes que obran en autos. Finalmente, solicita se tenga presente en su favor el beneficio contemplado en el artículo 103 del Código Penal, en atención al tiempo transcurrido desde la ocurrencia del ilícito investigado por el tribunal, esto es, la denominada “media prescripción”. Como antecedentes generales, señala la defensa que la fecha de salida del país de Berríos, según se ha podido establecer en la investigación, corresponde al mes de octubre de 1991, por una unidad especial de DINE, denominada “Asesoría de Análisis”, a cargo del Mayor Arturo Silva Valdés. La última fecha que se vió con vida a Eugenio Berríos Sagredo habría sido el día 15 de noviembre de 1992, en la localidad uruguaya de Parque del Plata en Montevideo, Uruguay, siendo los últimos ciudadanos chilenos con quienes se les vinculó en dicho período, aquellos pertenecientes a la referida unidad, que a la fecha dependían del nuevo Director de la DINE, General Eugenio Covarrubias Valenzuela. Su representado, el Sr. Mario Cisternas Orellana, es destinado, según da cuenta su hoja de vida, solicitada por el propio tribunal, a la denominada “asesoría de análisis”, en una fecha muy posterior a esa, por lo que, nada tendría que ver con la persona de Eugenio Berríos Sagredo, y en cuanto al delito, por el que se le acusa, carece de toda responsabilidad, por el contrario, dicho precepto legal sanciona “…..al que, habiendo tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por uno o más miembros de una asociación ilícita, omite ponerlas oportunamente en conocimiento de la autoridad….”, y esto es, lo que contrariamente hace su representado, una vez que se le toma declaración por parte de los funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile, investigadores de la presente causa. Dice, que podía hacer el Mayor Cisternas Orellana, con anterioridad, denunciar un hecho ilícito que ni siquiera el sabía se cometió, a su superior jerárquico, máximo acusado en esta causa. O quizás, saltarse el conducto regular y denunciarlo ante el superior del Mayor Silva Valdés, esto es, el General Eugenio Covarrubias Valenzuela, quien aparece acusado por la mayor cantidad de ilícitos en estos autos. O tal vez denunciarlo, ante la máxima autoridad contralora del Ejército, el Auditor General del Ejército, a la fecha, el General Fernando Torres Silva, o saltándose todos los conductos regulares, debía denunciar estos hechos de los que tomó conocimiento de oídas, ante el Comandante en Jefe del Ejército, el General Augusto Pinochet Ugarte, quien como ha demostrado la investigación del tribunal, fue quien dio la orden de la salida de Eugenio Berríos de nuestro país, es decir, no había ninguna autoridad superior, en su institución, a quien denunciar antecedentes de los que tuvo conocimiento de oídas, que por si solos ni siquiera evidenciaban la ocurrencia de hechos ilícitos, es solo, años mas tarde con la investigación del tribunal y uniendo diferentes antecedentes que pudo advertir que los dichos que escuchó decían relación con estos hechos, e inmediatamente tomó la decisión de exponerlos en la primera oportunidad que tuvo de hacerlo, esto es, la primera vez que presta declaración policial en esta causa. De estimar el tribunal que exista mérito para condenar a su representado, es necesario aplicar la aminorante de su irreprochable conducta anterior, contemplada en el N° 6 del artículo 11 del Código Penal, la que solicita sea considerada como muy calificada, conforme lo autoriza la norma legal, calificación que quedará demostrada plenamente en el plenario. Además, la atenuante de la colaboración de su defendido, surge por si sola, del mérito del proceso y, esta ha sido fundamental y substancial, como un elemento más, que le ha permitido al tribunal formular cargos contra los autores de los delito aquí investigados, no tan solo en la primera oportunidad en que tuvo la posibilidad, con los elementos que conoció entonces y de los que antes no había tenido la posibilidad de unir adecuadamente, sacar sus conclusiones y señalar sin lugar a dudas, en forma oportuna (primera ocasión en que tiene la posibilidad de declarar a este respecto) y eficaz, lo que había escuchado de uno de los acusados en lo que decía relación con la participación de otros en los hechos que terminaron con la vida del ex -químico de la DINA Eugenio Berríos Sagredo, sino que, además, en forma posterior ratificó ante el tribunal y, posteriormente los mantuvo en las diligencias de careo a las que fue sometido, por lo que aquí la norma del artículo 11 N° 9 del Código Penal, tiene plena aplicación. Según da cuenta el auto acusatorio de fojas 12.663 y siguientes, los hechos investigados, se habrían producido hasta noviembre de 1992, y su defendido declara por primera vez en estos autos el año 2002, por lo que ha transcurrido con creces más de la mitad del plazo máximo de prescripción de la acción penal que podría considerarse y, por ello sería plenamente aplicable en este caso, la norma ya citada del artículo 103 del código punitivo. Por tanto, solicita al tribunal, se sirva tener por contestada la acusación fiscal de oficio, adhesiones a ella y acusación particular, absolviendo a su representado del delito por el cual se le acusa, o en su defecto, se le aplique el mínimo de la pena rebajada en grado, teniendo presente las circunstancias modificatorias de responsabilidad expuestas en el presente escrito. NONAGESIMO CUARTO: Que, la defensa del acusado Mario CISTERNAS ORELLANA solicita la absolución de su defendido del cargo que se le ha formulado de ser autor de la infracción al artículo 295 bis del Código Penal, puesto que señala que se vió impedido de poner oportunamente en conocimiento de la autoridad los planes o actividades desarrolladas por uno o más miembros de la asociación ilícita investigada, ello en atención a que su canal normal de mando existente en la unidad de Asesoría de Análisis de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), lo constituían precisamente los oficiales que también se encuentran acusados en la presente causa, lo que es efectivo, como también lo es el hecho que el verbo rector del tipo penal consiste en “omitir poner oportunamente en conocimiento de la autoridad”, los planes antes referidos, lo que no pudo ser posible por cuanto las actividades ilícitas desarrolladas por la referida asociación ya se encontraban en pleno desarrollo cuando el acusado fue integrado a esa unidad, sin que se encuentre comprobado en autos que tuviera un conocimiento previo de los ilícitos perpetrados por otros miembros de esa repartición.Lo anterior, significa que este tribunal no ha logrado la convicción necesaria para condenar, tal como lo exige la ley, y, por ello, necesariamente deberá proceder a absolver a este acusado.Que en atención a lo que se resolverá, resulta innecesario emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones subsidiarias de su defensa, y también, con relación a las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal alegadas en su favor.NONAGESIMO QUINTO: Que la defensa del acusado Nelson Edison Hernández Franco en el primer otrosí del escrito de fojas 13.052 y siguientes, contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares en los siguientes términos: Solicita se dicte sentencia absolutoria por prescripción de la acción penal respecto del delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal, por cuanto la acción penal en su contra se encuentra prescrita. Para este efecto da por reproducida toda la parte pertinente de lo principal y renueva la excepción de prescripción, esta vez, como defensa de fondo, de acuerdo al derecho que le concede el artículo 434 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal. Por otra parte, pide sentencia absolutoria por falta de participación culpable de parte del acusado. Señala, que si bien, a fojas 2377 y siguientes, el imputado presta declaración y reconoce que en la oficina de la plana mayor de DINE, lugar en el cual se desenvolvía, estaban en un kardex, las carpetas de Herrera y Sanhueza. También tenía conocimiento que fuera de Chile había agentes con problemas judiciales, pero, que el Mayor Silva tenía el control de esta situación. También dice que no sabía a que lugares viajaba Marcelo Sandoval Durán, que en general desconocía a que lugares viajaba la gente ya que no era su papel indagar sobre aquello. Sobre lo que se investiga en esta causa, la desaparición y muerte del Sr. Berríos nada dice, ni tampoco sobre la salida de Chile de éste último. Entonces, no existen en el proceso antecedentes que permitan elaborar presunciones judiciales para dictar una sentencia condenatoria como autor, cómplice o encubridor en el referido ilícito, ya que no hay indicios reales y probados que sustenten la participación culpable, objetiva e intencional de Nelson Hernández Franco en la infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, por lo que deberá dictarse sentencia absolutoria en su favor. En conclusión, solicita al absolución de su defendido, porque en definitiva, no está acreditado en autos que su representado haya tenido noticias verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por uno o más miembros de la presunta asociación ilícita. Para el evento que se estime que Nelson Hernández Franco es responsable de estos hechos, existen las siguientes circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal: En primer término, la atenuante de la irreprochable conducta anterior de su defendido, contemplada en el N°6 del artículo 11del Código Penal, la que solicita se considere como muy calificada en los términos del artículo 68 bis del señalado cuerpo legal, imponiendo el tribunal la pena inferior en un grado al mínimo de la señalada al delito. En segundo lugar, alega a favor de su defendido la denominada “media prescrpción”, contemplada en el artículo 10 del Código Penal, que establece que si el inculpado se presentare o fuere habido antes de completar el plazo de prescripción de la acción penal, pero, habiendo transcurrido ya la mitad de él, el tribunal deberá considerar el hecho como revestido de a lo menos dos o más atenuantes muy calificadas y ninguna agravante, para luego, hacer uso de las reglas pertinentes a la aplicación de la pena o incluso, disminuir la ya impuesta, si se tratare de una causa ya fallada. Dice, que el cómputo del tiempo transcurrido desde el 15 de noviembre de 1992,fecha que permite considerarse como la de inicio del cómputo de la prescripción acorde a nuestra normativa ordinaria, hasta el día 29 de diciembre de 2003,en que se somete a proceso al imputado Hernández Franco por infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, según consta en autos, arroja un decurso de casi 11 años, lapso de tiempo, más que suficiente, para aquilatar la procedencia o nó de la media prescripción, que requiere de dos años y medio. En todo caso, incluso, operaría de lleno la prescripción total de la acción penal, de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y siguientes del código antes señalado. Por último, solicita se le reconozca a su representado la circunstancia atenuante de la responsabilidad del artículo 211,en relación al artículo 214 del Código de Justicia Militar, aplicable a los delitos militares y comunes, toda vez que de los antecedentes allegados a la investigación, aparece demostrado que a al época de ocurrencia de los hechos, el encartado, siendo cabo de Ejército, esto es, suboficial, se encontraba sometido a la jerarquía y al cumplimiento de las órdenes que sus superiores jerárquicos -DINEle impartían. Por todo lo anterior, la defensa solicita al tribunal, se sirva tener por evacuado el traslado para contestar la acusación de oficio, adhesiones a ella, acusaciones particulares, y, en definitiva, absolver a su representado Nelson Hernández Franco, por prescripción de la acción penal y de no ser ello posible, absolverlo de toda pena por falta de participación culpable al ignorar el encartado la existencia o entidad de la presunta asociación criminal, conocimiento indispensable para justificar una sanción penal y que no se dá en la especia ya que, en razón de no haber tenido noticias ciertas de plan alguno, fue imposible para él, alertar sobre aquello a la autoridad y, en caso de fallo condenatorio, hacer aplicación de las 3 circunstancias atenuantes de la responsabilidad invocadas y que le favorecen, como muy calificadas, según disponen las normas que, para cada caso, fueron citadas precedentemente por la defensa y según dispone el artículo 68 bis del Código Penal y para todos los efectos legales. NONAGESIMO SEXTO: Que la defensa del acusado Nelson HERNANDEZ FRANCO señala que deberá dictarse sentencia absolutoria a favor de su defendido por cuanto, dada la posición que ocupaba en el Ejército de Chile, éste no se encontraba en situación de saber los planes o actividades realizados por la asociación ilícita formada dentro de la unidad militar donde desarrollaba funciones y, tampoco los antecedentes allegados a la causa permiten presumir que éste tuviera un conocimiento verosímil del egreso de Eugenio BERRIOS SAGREDO y de su situación en Uruguay.Que el tribunal acogerá la petición de la defensa en atención a que del mérito del proceso, no existen antecedentes que permitan elaborar presunciones judiciales que acrediten la participación del acusado antes nombrado en el ilícito por el que se le han formulado cargos y, en consecuencia, por no haber adquirido la convicción necesaria para condenar se deberá dictar sentencia absolutoria en su favor.En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente emitir un pronunciamiento con respecto a las demás peticiones formuladas por su defensa, esto es, se declare la prescripción de la acción penal, y, en subsidio, se acojan las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal que indica.NONAGESIMO SEPTIMO: Que a fojas 13.028 y siguientes, en el primer otrosí del referido escrito, la defensa de la imputada Erika Silva Morales contesta la acusación de oficio, adhesiones a ella y acusaciones particulares deducidas en contra de su defendida. En primer término, solicita se dicte sentencia absolutoria a favor de su representada por prescripción de la acción penal respecto del delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal. Para este efecto da por reproducida toda la parte pertinente expuesta en lo principal –donde interpuso la excepción de previo y especial pronunciamiento de prescripción de la acción penal que favorecería a su defendida- y, renueva la excepción de prescripción, esta vez, como defensa de fondo, de acuerdo al derecho que le concede el artículo 434 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal. Por otra parte, solicita al tribunal dictar sentencia absolutoria a favor de su representada ya que, a juicio de esta defensa, los elementos que configuran su auto de procesamiento y posterior acusación, no le permiten al tribunal adquirir la convicción de que a ella le ha correspondido participación culpable en los hechos que se le imputan, acorde a lo dispuesto en el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, toda vez que no se desprende actividad alguna, por parte de Silva Morales, en la consumación del delito por el cual se le acusa, esto es, infracción a lo dispuesto por el artículo 295 del Código Penal. Para inferir lo anterior dice que basta con leer las declaraciones de absoluta buena fé, hechas por ella, tanto judiciales como extrajudiciales. A fojas 4.186 y siguientes de autos, declara respecto de la salida de Berríos (fojas 4.194) “yo en ese tiempo no supe nada sobre esto ni menos ví al tal Berríos en el cuartel donde trabajaba….” A fojas 4.188 declara:”…..en lo relativo a dineros, puedo manifestar que nunca pasó por mis manos dinero en efectivo, ni tampoco cheques que yo debiera entregar a alguien de CNI, solamente después se ordenaban lo relativo a boletas de consumo, facturas, gastos de combustible y extras, pero, para los fines de rendición de cuentas.” Más adelante, agrega:”…..ignoro que destino le daban a ese documento (Rendición de Cuentas) estos oficiales”. Así las cosas, esta secretaria, si nada sabía de esto, esto es, no teniendo noticias verosímiles de los planes o de las actividades desarrolladas por los miembros de una presunta asociación ilícita. ¿Que información podía omitir? Asimismo, consta del extracto de filiación y antecedentes de su representada que esta no tiene anotaciones prontuariales pretéritas y, en consecuencia, le favorece la aminorante de su irreprochable conducta anterior establecida en el N° 6° del artículo 11 del Código Penal, la que solicita se considere como muy calificada en los términos que señala el artículo 68 bis del señalado cuerpo legal, imponiendo el tribunal la pena inferior en un grado al mínimo de la señalada al delito. Por otro lado, el cómputo del tiempo transcurrido desde el 15 de noviembre de 1992 -fecha que permite considerarse como la de inicio de la prescripción acorde a nuestra normativa ordinariahasta el 29 de diciembre de 2003, fecha en que se somete a proceso a Erika Silva Morales, por infracción a lo dispuesto en el artículo por el artículo 295 bis del Código Penal, según consta en autos, arroja un decurso de casi 11 años, lapso de tiempo más que suficiente para aquilatar la procedencia o no de la denominada “media prescripción”, que requiere, como se ha dicho, de dos años y medio. En todo caso, operaría de lleno la prescripción total de la acción penal, de acuerdo a lo establecido por los artículos 93 y siguientes del Código Penal. Por existir la institución antes referida resulta del caso señalar que el tribunal, en caso de condenar, deberá considerar que concurren, a lo menos, dos o más circunstancias muy calificadas y ninguna agravante y, aplicar luego, las normas sobre la determinación de la pena, que en este caso en concreto, se encuentran en los artículos 65, 66, 67 y 68 del Código Penal. Por último, solicita se le reconozca a su representada la circunstancia atenuante de la responsabilidad penal del artículo 211, en relación al artículo 214 del Código de Justicia Militar, aplicable a los delitos militares y comunes, toda vez que de los antecedentes allegados a la investigación, aparece demostrado que a la época de ocurrencia de los hechos, la encartada, siendo cabo de ejército, esto es, suboficial, se encontraba sometida a la jerarquía y al cumplimiento de las órdenes que sus superiores jerárquicos – DINE – le impartían. Finalmente, solicita se tenga por evacuado el traslado concedido para contestar los cargos formulados en contra de su defendida y absolverla por prescripción de la acción penal, de no ser ello posible, absolverla de toda pena por falta de participación culpable al ignorar la encartada la existencia o entidad de la presunta asociación criminal, conocimiento indispensable para justificar una sanción penal y que no se dá en la especie ya que, en razón de no haber tenido noticias ciertas de plan alguno, ha sido imposible para ella, alertar sobre aquello a la autoridad; y, en caso de fallo condenatorio, hacer aplicación hacer aplicación de las tres circunstancias modificatorias de la responsabilidad criminal que le favorecen, como muy calificadas, según disponen las normas que, para cada caso, fueron citadas precedentemente por esta defensa, según dispone el artículo 68 bis del Código Penal y para todos los efectos legales. NONAGESIMO OCTAVO: Que el tribunal acogerá la petición de la defensa en atención a que del mérito del proceso, no existen antecedentes que permitan elaborar presunciones judiciales que acrediten la participación de la acusada antes nombrada en el ilícito por el que se le han formulado cargos y, en consecuencia, por no haber adquirido la convicción necesaria para condenar se deberá dictar sentencia absolutoria en su favor.- En atención a lo que se resolverá, no resulta procedente emitir un pronunciamiento con respecto a las demás peticiones formuladas por su defensa, esto es, se declare la prescripción de la acción penal, y, en subsidio, se acojan las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal que indica.NONAGESIMO NOVENO: Que a fojas 13.329 y siguientes la defensa del imputado Ginés Emilio Rojas Gómez contesta la acusación fiscal deducida en contra de su representado, las adhesiones y las acusaciones particulares a la misma, solicitando que se absuelva de ellas al acusado sobre la base de los siguientes antecedentes: El cargo que se le formula, se sustenta en el hecho que el nombrado Rojas Gómez, quien se desempeñaba como Agregado Cultural y de Prensa de la Embajada de Chile en Uruguay habría omitido proporcionar al Cónsul Federico Marul la identidad completa de su amigo Eugenio Berríos, cuando le fuera solicitada por éste, lo que impidió que la Cancillería chilena pudiera determinar la identidad del chileno que solicitaba volver al país. El tipo penal por el cual Ginés Emilio Rojas Gómez fue acusado, esto es, el delito de obstrucción a la justicia ya no existe en la actual legislación, ya que éste ilícito fue derogado del Código Penal, cuando en noviembre de 2005 entró en vigencia la Ley N° 20.074, que modificó algunos aspectos de la Reforma Procesal Penal. La nueva normativa legal al respecto, determina que la figura penal es de “obstrucción a la investigación”, y afecta principalmente el desempeño del Ministerio Público, pero no la labor de los Tribunales de Justicia, teniendo presente, además, que este nuevo tipo penal requiere el ánimo doloso de destruir pruebas, al contrario de lo que ocurría antes, cuando se sancionaba a quien realizara cualquier tipo de labor para impedir la acción de la justicia y la conducta de su representado no se enmarca dentro de ésta nueva figura penal, por lo que necesariamente deberá dictarse una sentencia absolutoria en su favor. En subsidio, y para el evento que se dicta sentencia condenatoria, solicita se aplique al acusado, la pena mínima legal, considerándose que obra a favor de su defendido la aminorante de su irreprochable conducta anterior que contempla el N° 6 del artículo 11 del Código Penal, la que solicita se considere como muy calificada de acuerdo a lo establecido en el artículo 68 bis del cuerpo legal últimamente mencionado. CENTECIMO: Que, tal como lo señala la defensa del acusado antes mencionado, la ley 20.074 derogó el tipo penal de obstrucción a la justicia contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal y, de conformidad al principio de rango constitucional contemplado en la Constitución Política de la República, sumado a la norma del artículo 18 del Código Penal, procede dictar sentencia absolutoria a favor de este acusado.Que en atención a lo que se resolverá, resulta innecesario emitir un pronunciamiento con relación a las peticiones subsidiarias de su defensa, y también, con relación a las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal alegadas en su favor.CENTECIMO PRIMERO: Con relación a las peticiones contenidas en las acusaciones particulares del Fisco de Chile deducida en lo principal del escrito de fojas 12.746 y siguientes y de la abogada Srta. Luisa SANHUEZA GOMEZ del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior formulada en lo principal de su presentación de fojas 12.789 y siguientes, por las que, sobre la base de las consideraciones expuestas con anterioridad solicitan al acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ, se le condene como cómplice del delito de secuestro de Eugenio BERRIOS SAGREDO.Dichas alegaciones serán rechazadas por el Tribunal por cuanto la participación del acusado antes nombrado se habría limitado a comunicar al agregado militar de la Embajada de Chile en Uruguay el hecho de haber recibido un llamado telefónico del nombrado BERRIOS, recibiendo como respuesta por parte del Coronel Emilio TIMMERMAN que en un momento de descuido aquel se habría tratado de arrancar.- Posteriormente, nuevamente BERRIOS se habría tratado de comunicar con la Embajada y el nombrado ROJAS habría omitido proporcionar al Cónsul Federico MARULL la identidad completa de su amigo BERRIOS cuando le fuera solicitada por éste, lo que impidió que la Cancillería de Chile pudiera determinar la identidad del nacional que solicitaba volver al país.Dichos hechos, de los cuales el primero de ellos no se encuentra completamente justificado en los autos, en atención a que en el careo celebrado con la participación de ROJAS y TIMMERMAN, éste último habría negado haber tenido conocimiento del hecho afirmado por aquel y también de haber conversado sobre este tema con él.- Con relación a lo segundo, si bien es cierto que no se pudo establecer la identidad completa de Eugenio BERRIOS por no haber sido proporcionado su segundo apellido el cual no podía ser desconocido por ROJAS dado los vínculos de amistad que lo unían con él, este sólo antecedente resulta insuficiente para acreditar un grado de complicidad en el secuestro de que estaba siendo víctima BERRIOS, pues ni ROJAS ni MARULL, en ese momento tuvieron clara conciencia de la privación forzada de su libertad que afectaba a BERRIOS y por ello, éste acusado, no pudo cooperar a la ejecución del hecho por actos anteriores o simultáneos, tal como lo exige el precepto legal contemplado en el artículo 16 del Código Penal.Por otro lado, si bien, la defensa no se refiere expresamente a los cargos que se formulan a su representado en las acusaciones particulares antes referidas, en la suma de su escrito de fojas 13.329, si hace expresa mención a ellas al señalar de que procede a contestar la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares.- Además, la descripción que realiza, de los hechos en que habría tenido participación su representado, permite desvirtuar las alegaciones de los acusadores particulares, por cuanto el acusado ROJAS sólo supo de la existencia de BERRIOS en Uruguay, cuando éste lo llamó por teléfono lo que ocurrió en una sóla oportunidad y, además, el no haber puesto oportunamente en conocimiento del Cónsul esta situación, que sí habría sido informada al agregado militar, se debe a la circunstancia de haber tenido temor por su vida por haber estado anteriormente detenido como preso político en las dependencias de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes en San Antonio.- Estas afirmaciones, son coincidentes con el mérito de autos y con lo señalado anteriormente por el tribunal, en cuanto los hechos probados son insuficientes para que éste adquiera la convicción necesaria para condenar en los términos que establece el artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal.En consecuencia, por las razones antes dichas se procederá en lo resolutivo a rechazar las peticiones contenidas en las acusaciones particulares formuladas por las partes antes señaladas en lo que dice relación con el acusado Gines Emilio ROJAS GOMEZ.CENTECIMO SEGUNDO: Que con referencia a la acusación particular deducida por el Consejo de Defensa del Estado a que se ha hecho mención en el considerando sexagésimo, resulta que es necesario señalar que con relación a los acusados que se enunciarán ella es coincidente con la acusación fiscal en las partes que se indicarán: Así las cosas, con relación al acusado Hernán RAMIREZ RURANGE, dicha parte lo acusa como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y como autor del delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del señalado cuerpo legal; ello es coincidente con la acusación fiscal y sólo difiere en la parte en que ésta última también formula cargos en contra del nombrado RAMIREZ RURANGE como autor del delito de obstrucción a la justicia.Con respecto al acusado Eugenio Adrian COVARRUBIAS VALENZUELA, la referida parte lo acusa por los mismos delitos por los que se han formulado cargos al procesado RAMIREZ RURANGE, con excepción del delito de obstrucción a la justicia y el delito de encubridor de secuestro con homicidio por el que también se formulan cargos en la acusación fiscal en contra del nombrado COVARRUBIAS VALENZUELA.También se acusa particularmente al encartado Juan Fernando Alfredo TORRES SILVA y al procesado Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO, como autores del delito de asociación ilícita contemplado en el artículo 292 y 293 del Código Penal, lo que es coincidente con los cargos que se le formulan en la acusación fiscal.- Al acusado Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, la parte del Consejo de Defensa del Estado lo acusa particularmente como autor de los delitos de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y como autor del delito de asociación ilícita descrito en los artículos 292 y 294 del señalado texto legal, lo que coincide en cuanto se refiere al primer ilícito con los cargos que se le formulan en la acusación fiscal y, respecto del segundo delito, difiere, por cuanto el cargo que se le formula en esta, es el de autor del delito de asociación ilícita contemplado en los artículos 292 y 293 del Código Penal.Con relación al acusado Manuel Jorge PROVIS CARRASCO, la parte del Consejo de Defensa del estado lo acusa como autor de los delitos de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del mismo cuerpo legal, todo lo cual es coincidente con el auto de cargos dictado por el tribunal Al acusado Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, lo acusa como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal, lo que coincide con la acusación de oficio, y, también lo acusa como autor del delito de asociación ilícita descrita en los artículos 292 y 294 del señalado cuerpo legal, lo que no coincide con lo expuesto en el auto de cargos dictado de oficio por el tribunal que loa cusa como autor del delito de asociación ilícita contemplado en los artículos 292 y 293 del Código Penal y del delito de obstrucción a la justicia.Con relación al acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES, la parte antes referida, lo acusa como autor del delito de secuestro con homicidio contemplado en el artículo 141 inciso 5º del Código Penal, en cambio el tribunal lo acusa como autor del delito de secuestro con homicidio contemplado en el inciso final del artículo 141 del cuerpo de leyes antes señalado.También, la parte del Consejo de Defensa del Estado acusa particularmente a este procesado como autor del delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del Código Penal, lo que es coincidente con el cargo que por este ilícito se le formula en la acusación de oficio.Respecto del acusado Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, la señalada parte lo acusa como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal, lo que es coincidente con lo resuelto en la acusación de oficio, pero discrepa de esta última en cuanto al cargo que formula por el delito de asociación ilícita, donde lo acusa como autor del delito que contemplan los artículos 292 y 294 del código sancionatorio, en cambio, la acusación de oficio le atribuye autoría en la comisión de los delitos contemplados en los artículos 292 y 293 del Código Penal y en el delito de obstrucción a la justicia.Asimismo, al acusado Jaime Fernando TORRES GACITUA lo acusa particularmente como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal y como autor de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del señalado cuerpo legal, todo lo cual es coincidente con la acusación de oficio.A los acusados Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN y Nelson Williams ROMAN VARGAS, la parte del Consejo de Defensa del Estado les formula cargos como autores de los delitos de secuestro del inciso 4º del artículo 141 del Código punitivo y de asociación ilícita contemplada en los artículos 292 y 294 del Código Penal.- El primero de los tipos penales, es coincidente con el que se les atribuye en la acusación de oficio y, el segundo cargo, difiere de esta, la que los acusa como autores del delito de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del Código Penal y de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del señalado cuerpo legal.Con relación a los acusados Tomas Ventura CASELLA SANTOS, Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE, la parte del Consejo de Defensa del Estado los acusa como autores de los delitos de secuestro contemplado en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal y de asociación ilícita de los artículos 292 y 293 del señalado cuerpo legal, lo que coincide con la acusación de oficio.Por último, con relación a los acusados Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES, Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA y Gines Emilio ROJAS GOMEZ, la parte del Consejo de Defensa del Estado los acusa a todos como autores del delito de infracción a lo dispuesto en el artículo 295 bis del Código Penal, lo que es coincidente con la acusación de oficio dictada por el Tribunal, pero, además al último de los nombrados lo acusa como cómplice del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal.Con relación a estos últimos, en atención a lo que se resolverá resulta innecesario emitir un pronunciamiento, por ahora, respecto de los cargos contemplados en la acusación de oficio y acusaciones particulares antes señaladas.Respecto de los acusados que han sido acusados particularmente por delitos que son diferentes a los especificados en la acusación de oficio, también, se emitirá un pronunciamiento fundado y se resolverá oportunamente al hacerse cargo el tribunal de las defensas de los acusados que se encuentran en la situación antes señalada, que son los siguientes: Hernan RAMIREZ RURANGE; Eugenio Adrian COVARRUBIAS VALENZUELA; Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN; Raúl Diego LILLO GUTIERREZ; Arturo Rodrigo SILVA VALDES; Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ; Marcelo Arierl SANDOVAL DURAN; Nelson Williams ROMAN VARGAS; y, Gines Emilio ROJAS GOMEZ.CENTECIMO TERCERO: Con respecto a la acusación particular deducida por Luisa SANHUEZA GOMEZ, abogada del Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior, dicha parte señala que los hechos que se han reseñado en el auto acusatorio de oficio configuran los siguientes delitos: a) infracción al artículo 295 bis del Código Penal; b) secuestro con homicidio contemplado en el inciso final del artículo 141 del Código Penal; c) secuestro, establecido en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal; y, d) asociación ilícita, establecida en los artículos 292, 293 y 294 del Código Penal.Señala la parte antes mencionada que en cuanto a los dos primeros delitos, esto es, infracción al artículo 295 bis del Código Penal y secuestro con homicidio contemplado en el inciso final del artículo 141 del mismo cuerpo de leyes, procederá a adherirse a la acusación de oficio dictada por el tribunal.- Con relación al delito de secuestro establecido en el inciso 4º del artículo 141 de Código Penal señala que los hechos descritos en el auto de cargos configuran el referido delito ya que BERRIOS fue privado de su libertad de desplazamiento sin derecho, manteniéndosele custodiado, primero en Chile, en una habitación ubicada en el subterráneo del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) y, luego en Uruguay, en la ciudad de Montevideo, específicamente en el departamento Nº403 de calle Buxareo Nº1.117 y, por último, en la localidad de Parque del Plata, en la casa del militar uruguayo Eduardo RADAELLI COPOLLA, donde fue visto con vida por última vez; detención o encierro que se mantuvo durante todo el lapso que va entre fines del año 1991 a fines de 1992, fecha en la cual, cesa la privación de libertad, no por la liberación del secuestrado, sino por ocasionársele la muerte, trasladándose la figura nuclear de privación de libertad descrita en el inciso 1º del mencionado artículo 141 al inciso final de dicha norma.Dice que respecto de ese ilícito les cabe participación en calidad de autores en los términos del artículo 15 Nº1 del Código Penal a los imputados: Hernán RAMIREZ RURANGE, Manuel Jorge PROVIS CARRASCO, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, Jaime Fernando TORRES GACITUA, Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, Tomas Ventura CASELLA SANTOS, Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA, Wellington SARLI POSE, Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN y Nelson Williams ROMAN VARGAS y a Gines Emilio ROJAS GOMEZ, como cómplice del mismo delito.También señala que a Hernán RAMIREZ RURANGE, Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Enrique Gabriel Arturo Ibarra Chamorro, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Ventura Cassella Santos, Eduardo Ernesto Radaelli Coppola y Wellington Sarli Pose, los acusa como autores del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 293, ambos del Código Penal, ello por haber sido jefes y por haber ejercido mando en la asociación ilícita acreditada en autos. Finalmente, acusa particularmente a Pablo Marcelo Rodríguez Márquez, Raúl Diego Lillo Gutiérrez, Manuel Antonio Pérez Santillán, Marcelo Ariel Sandoval Durán y Nelson Williams Román Vargas como autores del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 294 ambos del Código Penal, por haber tomado parte en la asociación acreditada en estos autos. El Tribunal, en la forma en que lo señala en cada caso, al hacerse cargo de las defensas de los acusados particularmente como coautores del delito de secuestro contemplado en el inciso 4º del artículo 141 del Código Penal, coincidirá con los hechos y calificación jurídica realizada por la parte del Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior y, por dicha razón no repetirá los argumentos que han servido de base para descartar las alegaciones de las defensas.Con relación al delito de asociación ilícita, también el tribunal al hacerse cargo de las defensas de los acusados Rodríguez Márquez, Lillo Gutiérrez, Pérez Santillán, Sandoval Durán y Román Vargas ha coincidido con lo señalado por la parte acusadora del Programa de Continuación de la Ley 19.123 en el sentido que los referidos acusados no han ostentado las calidades que indica el artículo 293 del Código Penal, sino que por el contrario se encuentra suficientemente justificado que han tomado parte en la asociación y han realizado las conductas descritas en la acusación de oficio.Asimismo, en lo que dice relación con el delito señalado anteriormente, el tribunal coincide con la acusadora antes referida, y así ha quedado de manifiesto al hacerse cargo de las defensas de cada uno de los acusados que se indicarán a continuación, en cuanto a la participación de Hernán Ramirez Rurange, Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Manuel Jorge Provis Carrasco, Arturo Rodrigo Silva Valdés, Jaime Fernando Torres Gacitúa, Tomás Ventura Cassella Santos y Eduardo Ernesto Radaelli Copilla, como autores del delito de asociación ilícita descrito y sancionado en el artículo 292 en relación al artículo 293 del Código Penal, por haber sido jefes y por haber ejercido mando en la asociación ilícita acreditada en autos.Con respecto a la situación de los acusados Enrique Gabriel Arturo IBARRA CHAMORRO y Wellington SARLI POSE, el tribunal no aceptará la calificación jurídica realizada por la referida parte acusadora y, por el contrario, con relación a ellos se deberá estar a lo razonado y fundamentado al hacerse cargo el tribunal de sus respectivas defensas.En cuanto a las circunstancias modificatorias de responsabilidad: CENTECIMO CUARTO: Que los encausados en sus respectivas contestaciones a la acusación, acusaciones particulares y adhesiones a aquella, han alegado, como parte de sus peticiones subsidiarias, se les reconozca como atenuante de responsabilidad penal la contemplada en el artículo 103 del Código Penal, esto es, la media prescripción o prescripción gradual y, al sancionarlos considerar el hecho como revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante, por darse en la especie las condiciones fácticas requeridas por dicha norma; CENTECIMO QUINTO: Que, en efecto, contado el plazo de prescripción de la acción penal desde la fecha de ocurrencia de los hechos investigados hasta aquella en que esta se suspendió, el término necesario para considerar la concurrencia de esta institución jurídica, esto es, la mitad del tiempo que se exige para la prescripción total, se encontraría cumplido; CENTECIMO SEXTO: Que, en consecuencia, se dará aplicación a la antes referida circunstancia de atenuación de la responsabilidad criminal tanto a favor de quienes la alegaron formalmente como de aquellos procesados que no lo hicieron, dado que se trata de una norma de orden público que el juez debe aplicar y que es favorable a los encausados. La forma de imponer la pena y la incidencia de esta media prescripción se hará de la manera que más adelante se señala, toda vez que la propia norma que la contiene le impone al sentenciador el deber de remitirse a las reglas contempladas en los artículos 65, 66, 67 y 68 del Código Penal; CENTECIMO SEPTIMO: Que a los acusados Silva Valdés, Covarrubias Valenzuela, Provis Carrasco, Rodríguez Márquez, Torres Gacitúa, Lillo Gutiérrez, Pérez Santillan, Casella Santos, Radaelli Copolla, Sarli Pose, Sandoval Duran y Roman Vargas, les favorece la aminorante contemplada en el Artículo 11 Nº6 del Código Penal, y también les beneficia la prescripción gradual contemplada en el artículo 103 del señalado cuerpo de leyes.En atención a lo preceptuado en la última disposición legal citada, el tribunal deberá considerar el hecho como revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante y aplicar las reglas de los artículos 65, 66, 67 y 68 del Código Penal, para la imposición de la pena.CENTECIMO OCTAVO: Que con respecto al acusado RAMIREZ RURANGE no existen circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal que ponderar a favor o en contra suyo.- Sin embargo, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 68 y 103 del Código Penal, el Tribunal impondrá a dicho sentenciado la pena inferior en un grado al mínimo de lo señalado por la ley en cada uno de los delitos de que es responsable.CENTECIMO NOVENO: Que la misma rebaja de un grado de las penas por cada uno de los ilícitos por los que se les han formulado cargos se efectuará con relación a los acusados Provis, Rodriguez, Torres Gacitua, Lillo Gutiérrez, Pérez Santillan, Casella Santos, Radaelli Copolla y Sarli Pose.CENTECIMO DECIMO: Que, con relación a los acusados Covarrubias Valenzuela, Sandoval Duran y Roman Vargas, el tribunal hará uso de la facultad contenida en el artículo 68 del Código Penal en relación con lo dispuesto en el artículo 103 del mismo cuerpo legal y procederá a imponer a cada uno de estos acusados la pena inferior en dos grados al mínimo de lo señalado por la ley.Se funda dicha rebaja, en el primer caso, vale decir, respecto del acusado Covarrubias Valenzuela en la circunstancia que cuando se produjo su nombramiento como Director de DINE, ya se había producido el principio de ejecución de ambos delitos por los que se le han formulado cargos y, no obstante, haber tenido participación en ellos, en la forma que se ha reseñado en esta sentencia, aparece del mérito de autos que por su intermediación se logró el retorno de Arturo Sanhueza Ros a Chile, el cual posteriormente, compareció ante la justicia.- Dicha acción, evidencia el propósito de este acusado de evitar males mayores y por dicha razón el tribunal, atenuará su sanción.En el caso de los acusados Sandoval Duran y Roman Vargas, también se impondrá la pena disminuida, por cuanto a pesar de estar suficientemente acreditada ambos ilícitos, es necesario hacer su participación en notar que ellos eran subordinados de uno de los jefes de la asociación delictiva y, no obstante, como se ha dicho, no representaron las ordenes ilegales que se les impartieron y tampoco demostraron en autos que no les haya resultado posible evitarlas o desconocerlas, sin embargo, dadas las circunstancias imperantes en la época de comisión de los delitos, resulta que el tribunal deberá ponderar su conducta mirada desde esa perspectiva y por ello, disminuirá la sanción que corresponde aplicar.CENTECIMO DECIMO PRIMERO: Que no existen otras circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal que ponderar a favor o en contra de los acusados y la pena que les corresponda a cada uno de ellos se les impondrá en la forma que señala el artículo 74 del Código Penal, esto es, por cada uno de los delitos de que se trata.- Lo anterior, por resultar más favorable a los sentenciados.CENTECIMO DECIMO SEGUNDO: Que nadie puede ser condenado por delito, sino cuando el tribunal que lo juzgue haya adquirido, por los medios de prueba legal, la convicción de que realmente se ha cometido un hecho punible y que en él ha correspondido al procesado una participación culpable y penada por la ley.En cuanto a las acciones civiles: CENTECIMO DECIMO TERCERO: En el segundo otrosi del escrito de fojas 12.723 y siguientes, Faviola Alicia Letelier del Solar, abogado, chilena, soltera, c. i, y R.U.T. Nº 2.595.561-7, domiciliada en Galvarino Gallardo Nº 1583 Dpto. 902, comuna de Providencia, Santiago, por si, en este acto viene en deducir e interponer demanda de indemnización de perjuicios en contra del fisco de Chile, representado por don Carlos Mackenney Urzua , abogado, chileno, casado-en su calidad de presidente del Consejo de Defensa del Estado-, ambos domiciliado en Santiago, calle Agustinas Nº 1687; y en contra de todas las personas acusadas en estos autos criminales, por delitos de secuestro, homicidio, asociación ilícita. Obstrucción a la justicia y desacato, que a continuación demanda: Arturo Rodrigo Silva Valdés, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Hernán Ramírez Rurange, Manuel Jorge Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Màrquez, Jaime Fernando Torres Gacìtua, Raùl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillán, Tomas Casella Santos, Eduardo radaelli Copilla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Ariel Sandoval Durán, Nelson Williams Roman Vargas, Juan Fernando Alfredo Torres Silva, Enrique Ibarra Chamorro, Nelson Hernández Franco, Erica Silva Morales y Gines Emilio Rojas Gómez, todos ya individualizados, fundándose en la demanda en los siguientes antecedentes de hecho y derecho que expone a continuación: 1.- Antecedentes generales Dice que el 21 de septiembre de 1976, funcionarios del Ejército de Chile, que actuaron como agentes de la DINA y personas civiles que se encontraban a su servicio, asesinaron en Washington D.C. a su hermano don Orlando Letelier del Solar, ex Ministro de Defensa y ex Canciller de la República de Chile y a Ronny Moffit, ciudadana Norteamericana con la cual trabajaba. Este hecho criminal que fue organizado como un atentado terrorista corresponde a un delito de lesa humanidad, que fue cometido en la capital de los Estados Unidos de América por agentes del estado de Chile. No obstante la condena impuesta por la justicia Chilena al General Manuel Contreras Sepúlveda y al Coronel Pedro Espinoza Bravo, como autores de este delito, sería una ignominia que permanezca impune y sin esclarecer este atentado terrorista en aspectos esenciales, como es la necesaria identificación y sanción de todos los responsables del crimen. Que se identifique las personas que dieron la orden criminal y se determine a los otros agentes que contribuyeron y ayudaron a consumar y participaron en esta gravísima violación de derechos humanos. Señala que es un hecho muy importante, acreditado en éste sumario que la investigación del crimen de Orlando Letelier del Solar, sustanciada en los autos Rol Nº 1-91 de la Excma. Corte Suprema, fue entorpecida, obstruida con desacato de la autoridad judicial, por actuaciones ilícitas de funcionarios militares, que siguiendo ordenes de quienes detentaban en la época el mando superior del Ejército de Chile, actuaron desviándose de sus funciones propias, para lograr finalidades criminales y frustrar la acción de la justicia. Dice que los acusados de este proceso sustrajeron del alcance de la justicia al principal testigo del caso “Letelier”. Con medios estatales y recursos económicos cuantiosos secuestraron al testigo en el país, manteniéndolo oculto en dependencias militares. Luego lo sacaron del territorio nacional y finalmente cuando el testigo se refugio en una comisaría policial en Uruguay manifestando que quería regresar a Chile para declarar en el caso Letelier, fue callado para siempre. El testigo fue asesinado, sus restos inhumados ilegalmente y ocultados. 2.- hechos establecidos en el sumario criminal que fundamentan la demanda civil indemnizatoria. En el sumario criminal rol Nº 7981 se consignaron antecedentes probatorios que permiten dar por establecido legalmente que en el proceso criminal rol Nº 1-91 sobre homicidio calificado de don Orlando Letelier del Solar, instruido por el señor Ministro de la Corte Suprema de Chile don Adolfo Bañados Cuadra, se ordeno en varias oportunidades la citación y comparecencia de Eugenio Berrios, apodado “Hermes”, siendo la última de ellas con fecha 2 de octubre de 1981, a fin de que prestara declaración al tenor de lo expuesto por la ex Secretaria de Michael Townley, Alejandra Damián Serrano a fojas 3.066 del proceso aludido, en la cual se indica a Berrios como colaborador de su jefe Michael Townley en el proyecto químico “ANDREA” relacionado con la elaboración de gas “Sarin”, para la eliminación de personas, y que según ella presumía, fue utilizado para asesinar al diplomático español Carmelio Soria y a un Notario o Conservador de Bienes Raíces. Luego de escribir las circunstancias que se produjeron para sacar del país al nombrado Berrios, mantenerlo sometido a vigilancia en Uruguay y posteriormente darle muerte para evitar su comparecencia ante la justicia de Chile, señala que dichos hechos que se encuentran debidamente comprobados en la causa criminal antes referida y donde aparece establecido que los funcionarios del estado que asesinaron al testigo clave del caso Letelier, causaron un daño material y moral enorme a los querellantes y familiares directo de Orlando Letelier, y provocaron un resultado maligno de impunidad que daña a la sociedad y en forma directa provoco un perjuicio material y daño moral a esta querellante y demandante, que el tribunal puede mitigar condenando a los autores, cómplices y encubridores de estos delitos al pago de la reparación e indemnizaciones de vidas por el perjuicio causado. 3.- El deber jurídico del estado de indemnizar. De conformidad con la Constitución, Leyes de la República de Chile, los principios generales y las normas convencionales y consuetudinarias del derecho Internacional, el Fisco de Chile que representa al estado e instituciones de la república de Chile, los acusados y demandados en estos autos, se encuentran obligados al resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados, en virtud del principio de la responsabilidad legal o extra contractual objetiva. En primer término dice que los artículos sexto y séptimo de la Constitución Política establecen el principio de legalidad y de responsabilidad del Estado señalando que sus órganos deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ellas. Los órganos del Estado actúan válidamente si lo hacen dentro de su competencia y en la forma que se prescribe en la ley, sin que puedan atribuirse más autoridad que en las que expresamente se les haya conferido constitucional y legalmente, estableciéndose que toda infracción yo contravención a ella originara las responsabilidades que señale la ley. Las otras normas de rango constitucional que especifican esta responsabilidad legal se encuentran contempladas en los artículos primero inciso cuarto, cuarto y quinto inciso segundo, en relación con los artículos diecinueve Nº 20 y 24, y en el artículo 38 inciso 2º de la misma Constitución. La responsabilidad extra contractual del estado se traduce en la búsqueda de soluciones tendientes a otorgar al ciudadano una adecuada protección legal frente a los daños sufridos a su persona o propiedad derivado de la actividad jurídica y material de la administración y del estado en general. Agrega que la responsabilidad extracontractual del Estado es por su naturaleza de derecho público y constituye una obligación jurídica de derecho público internacional, muy distinta a los que se conoce como responsabilidad subjetiva que se encuentra regulada en el Código Civil y que se ventila en sede privada, ya que esta última es la que regula las relaciones patrimoniales entre particulares. Como además, la responsabilidad objetiva prescinde en absoluto de la conducta del sujeto, de su culpabilidad, en ella se atiende única y exclusivamente al daño producido, bastando éste para que su autor sea considerado responsable. Cualquiera allá sido su conducta. No es relevante que allá existido culpa o dolo de parte de la gente. En efecto, la directa imputabilidad generada entre los actos de los militares causante de un daño al interés y derechos legítimos de la persona de la querellante y demandante de autos, y la responsabilidad que de ella se deriva, se aplica conforme a lo que en doctrina se denomina teoría del órgano, según la cual existe un vinculo directo entre el poder público y los administrados, en el cual no intermedia la persona del funcionario o agente interviniente (Militares en actividad en este caso) cuya actuación no es a título personal sino institucional, comprometiendo al órgano estatal del que forma parte. En consecuencia, el demandado Fisco de Chile debe pagar a la demandante doña Faviola Alicia Letelier del Solar a título de indemnización de perjuicios por concepto de daño moral la suma de $ 600.000.000 (seiscientos millones de pesos), o la suma que el tribunal estime ajustada a derecho y equidad. Asimismo, debe pagar el monto de la indemnización respectiva, reajustado y generara intereses desde la fecha de la sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y total de la misma, más las costas de la causa. Los restantes demandados deben pagar cada uno de ellos a la demandante antes mencionada a título de indemnización de perjuicios por concepto de daño moral-la suma de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos), cada uno, es decir en forma conjunta deberán pagar la suma total de $ 480.000.000 (cuatrocientos ochenta millones de pesos), o las sumas que el tribunal estime ajustadas a derecho y equidad, las que se reajustaran y generaran intereses desde la fecha de la sentencia que las establezcas y hasta el pago efectivo y total de las mismas, más las costas de la causa. CENTECIMO DECIMO CUARTO: En el primer otrosi del escrito de fojas 12.766 y siguientes, Gladys Erika Schmeisser Arriagada, chilena, viuda, de profesión Relacionadora Pública, domiciliada en Av. Américo Vespucio Sur Nº 1919, Dpto. 104-B, comuna de Las Condes, asistida por su abogado doña Claudia Moya Urtubia, ya individualizada en autos, la primera, victima de los delitos por los cuales el tribunal a acusado a los procesados por los delitos de secuestro, homicidio y otros, en la causa rol Nº 7981. Dice que con arreglo a lo dispuesto en el artículo 428 del Código de procedimiento Penal, deduce demanda civil de indemnización de perjuicios en contra de los acusados, ya individualizados en autos, y en contra del Fisco de Chile, persona jurídica de derecho público, cuyo representante legal, para estos efectos es el presidente del Consejo de Defensa del Estado, don Carlos Mackenney Úrzua, abogado, ambos domiciliados en Agustinas Nº 1687, primer piso, comuna y ciudad de Santiago, por las razones de hechos y derecho que pasa a expresar: Los hechos se explicitan latamente en la demanda y en síntesis, ellos dicen relación con el egreso del país del ex químico de la DINA Eugenio Berrios Sagredo, quién previamente, fue mantenido en dependencias de un cuartel militar y luego abandono el territorio nacional por el paso fronterizo de Monte Aymond, Punta Arenas, para finalmente llegar a su destino en Montevideo, Uruguay, donde vivió sujeto a vigilancia, hasta que fuera rescatado de una comisaría policial a donde había ido a pedir ayuda, ubicada en el balneario de Parque del Plata y posteriormente se le dio muerte, ocultando su cadáver en una playa cercana. Con relación al derecho, la obligación de indemnizar fluye del hecho que Eugenio Berrios Sagredo fue victima de la organización ilícita formada por agentes del estado y por ellos es mantenido fuera del ámbito de acción de la justicia Chilena, secuestrado y posteriormente asesinado, con un solo objetivo, obstruir la justicia. Conforme lo establece el artículo 2314 del Código Civil, el que ha cometido un delito que ha inferido daño a otro es obligado a la indemnización y por otra parte, el artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, expresa que en el proceso penal podrán deducirse también, con arreglo a las prescripciones de éste Código, las acciones civiles que tengan por objeto reparar los efectos civiles del hecho punible, como son, entre otras, las que perciban la restitución de la cosa o su valor, o la indemnización de los perjuicios causados. Con relación a la naturaleza del daño producido, expresa la actora, que no cabe duda que los hechos reseñados y que se encuentran acreditados en el proceso, han producido en ella una secuela de daños, los que permanecerán de por vida, y por tanto, generan un daño moral que debe ser resarcido. El daño moral según la jurisprudencia de nuestros tribunales, es de identidad subjetiva y sicológica, y se verifica cuando un hecho externo afecta la integridad física o moral de una persona con la cual se tiene lazos que crean serios vínculos de afecto (revista de derecho y jurisprudencia, tomo XLV, sección primera, página 526). El daño moral es de índole netamente subjetiva y su fundamento se encuentra en la propia naturaleza afectiva del ser humano, y por tanto, tal daño se produce cada vez que un hecho afecta la integridad física o moral de un individuo. Dice que el daño sufrido por ella tiene justamente la naturaleza descrita. Se trata de una aflicción pesar, dolor, angustia, desamparo que ha afectado seriamente su salud sicológica y siquiátrica, todo como consecuencia directa del secuestro y posterior homicidio de su marido, todos actos perpetrados por agentes del Estado de Chile y en los cuales le ha cabido participación a los demandados, quienes tienen el deber legal de indemnizar los perjuicios, en primer término, los acusados, puesto que el artículo 2214 del Código Civil establece que el que a cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización y, a su vez, el artículo 2317 del mismo cuerpo legal, expresa que si este delito o cuasidelito a sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será solidariamente responsable de todo perjuicio proveniente del mismo delito o cuasidelito. En segundo término, la responsabilidad del estado de Chile, de indemnizar los perjuicios morales sufridos con ocasión de los hechos ya señalados, tienen su fundamento en la Constitución Política y en la Ley Orgánica Constitucional de bases de la administración del estado y, dicha responsabilidad fluye de la falta de servicio en que incurrió al no controlar el actuar irregular de sus órganos y, tal responsabilidad es una especie de responsabilidad “Vicaria”, en virtud de la cual el estado y las municipalidades responden personal y directamente, sin consideración al cuidado aplicado respecto de la actuación de los funcionarios. Sin necesidad que exista culpa o falta por parte del agente, lo cual es lógico, ya que indudablemente una violación de derechos humanos, como es el caso, por su propia naturaleza supone dolo o la menos culpa estatal. Lo realmente determinante es la debida diligencia para evitar la violación de tales derechos. En síntesis señala, que para que proceda la responsabilidad del estado es menester que se cumplan ciertos y determinados requisitos: El primero de ellos es la existencia de una lesión, estos es, un daño antijurídico, producido como consecuencia de una acción u omisión realizada por un órgano del estado en el ejercicio de sus funciones, en cuanto el sujeto no tiene la obligación de soportarlo. En segundo lugar, debe existir una relación de causalidad, estos es, un fenómeno jurídico consistente en la atribución de un sujeto determinado del deber de reparar un daño, sobre la base de la relación existente entre aquel y éste. De los hechos que constan en el proceso, queda de manifiesto que los agentes del estado se encontraban en ejercicio de sus funciones y actuaron en la comisión de los ilícitos con fondos del mismo, y por tanto, se da justamente la relación causal solicitada. Finalmente solicita se condene a todos los acusados a pagar solidariamente la suma de $ 500.000.000 por concepto de indemnización de los perjuicios ocasionados en razón de los delitos cometidos por estos o las sumas que estime el tribunal de justicia, con reajustes e intereses, desde la fecha de la sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y total de las mismas. Por otra parte se condene al Fisco de Chile, representado legalmente por el presidente del Consejo de Defensa del Estado, ambos ya individualizados en autos, a pagar la suma de 1.000.000.000, por concepto de indemnización de los perjuicios ocasionados en razón de los delitos cometidos por sus agentes y por la falta de servicio descrita y probada en autos o la suma que el tribunal determine de justicia, con reajustes e intereses, desde la fecha de la sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y total de las mismas. Por último los demandados deberán pagar las costas de la causa. CENTECIMO DECIMO QUINTO: Que en primer otrosí del escrito de fojas 12.807 y siguientes el abogado Sr. Thomas EHRENFELD IVANYI, domiciliado en Matias Counsiño Nº82, oficina 903, Santiago, en la representación que inviste, como apoderado según se acreditará de los sucesores de la persona el querellante don Gonzalo BERRIOS SAGREDO, padre de Eugenio BERRIOS SAGREDO, ya individualizados en autos, don Guillermo Manuel BERRIOS PAILLAMAR, odontólogo, domiciliado en Bueras Nº330, Rancagua, doña Maria Eugenia BERRIOS ALCAINO, pensionada, domiciliada en Gonzalez Malbran Nº4455, Santiago, doña Maria Isabel VEGA BERRIOS, labores de hogar, domiciliada en Noruega Nº695, departamento 804, Santiago, don Manuel SAGREDO PEÑA, pensionado, domiciliado en Lontananza Nº635, Las Condes, Santiago, y, doña Gladys Erika SCHMEISSER ARRIAGADA, relacionadora pública, domiciliada en Américo Vespucio Sur Nº1.919, departamento 104 B, Las Condes, Santiago, y de conformidad con lo establecido en los artículos 10 inciso 2º, 425, 428, 432 y demás pertinentes del Código de Procedimiento Penal, artículo 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, y demás normas legales correspondientes, demanda de indemnización de daños y perjuicios al Fisco de Chile, representado legalmente por el abogado don Carlos MACKENNEY URZUA, en su calidad de Presidente del Consejo de Defensa del Estado, ambos domiciliados en Agustinas Nº1.687, Santiago.Funda su acción, en el hecho que dentro del proceso por el homicidio de Orlando Letelier del Solar se despachó una orden de detención en contra de Eugenio Berrios Sagredo, químico de la DINA, con fecha 08 de noviembre de 1991 por rebeldía en concurrir a la citación del tribunal respectivo para prestar declaración. Con el fin de evitar dicha comparecencia, fue retenido en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), para luego sacarlo del país, con rumbo a Argentina, por el sur de Chile. Desde allí lo trasladaron a Buenos Aires y finalmente a Uruguay, donde se le mantuvo bajo custodia de militares chilenos y uruguayos. Señala que la última fecha en que se le vió con vida a Eugenio Berrios Sagredo fue el día 15 de noviembre de 1992, encontrándose sus restos el día 13 de abril de 1995 semienterrados en una aislada playa en Uruguay. Manifiesta que como consecuencia directa del secuestro y homicidio de Eugenio BERRIOS SAGREDO por parte de los agentes del Estado de Chile, su padre don Gonzalo BERRIOS SAGREDO sufrió un profundo daño irreparable de índole subjetivo, el que no necesita prueba por tratarse de daños morales provocados a los parientes más próximos, presumiéndose el perjuicio por la muerte del hijo y tratándose de una víctima de agentes estatales, el derecho y la equidad obligan a indemnizar los daños morales sufridos, a prorrata de los derechos hereditarios que los corresponden a cada uno de los demandantes.Por último, señala que demanda al Fisco de Chile al pago de una suma única y total de seiscientos millones de pesos ($600.000.000.) por el daño moral, ocasionado por el accionar ilícito de agentes estatales que secuestraron y asesinaron al hijo de don Gonzalo BERRIOS SAGREDO, más reajustes e intereses hasta la fecha del pago.En cuanto a las contestaciones a las demandas civiles: CENTECIMO DECIMO SEXTO: Que, a fojas 12978 y siguientes la Sra. MARIA TERESA MUÑOZ ORTUZAR, Abogado Procurador Fiscal de Santiago del Consejo de Defensa del Estado por el Fisco de Chile, persona jurídica de derecho público, ya individualizada, procede a contestar la demanda civil deducida en autos por doña Gladys Schmeisser Arriagada. Esta última, en su calidad de cónyuge de la víctima del delito materia de autos, deduce demanda en contra del Fisco, con el objeto que sea condenado a pagarle una indemnización por daño moral ascendente a $1.000.000.000.-(mil millones de pesos) con reajustes e intereses desde la fecha de la sentencia que la establezca y hasta el pago efectivo y total de las mismas, con costas. Funda su demanda en el hecho que, en el año 1991,don Eugenio Berríos Sagredo, químico de la DINA, fue retenido en dependencias del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), para luego, en el mes de octubre de ese año sacarlo del país con rumbo a Argentina, por el sur de Chile. Desde allí lo trasladaron a Buenos Aires y finalmente a Uruguay. El objeto de tal operación consistía en mantenerlo fuera del alcance de la justicia chilena por encontrarse comprometido en procesos por violaciones a los Derechos Humanos. Para tal efecto, se le mantuvo bajo custodia de militares chilenos y uruguayos. Señala que la última fecha en que se vio indubitadamente con vida a Eugenio Berríos Sagredo fue el día 15 de noviembre de 1992, encontrándose sus restos el día 13 de abril de 1995 en Uruguay. Finalmente, señala la demandante que, con el fin de mantenerla vigilada y controlada, mediante engaño, mantuvo una relación sentimental con Raúl Lillo Gutiérrez, quien en realidad era un funcionario de la DINE. Dicha relación se mantuvo desde el año 1993 a 1999. Señala que de conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, opone, en primer término, la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, para el conocimiento de la demanda civil interpuesta contra el fisco. Como cuestión preliminar dice que, en nuestra legislación, sólo excepcionalmente en los procesos criminales pueden incoarse y fallarse acciones de naturaleza civil, de manera que, como se trata de una facultad excepcional, debe ser interpretada y aplicada de modo restrictivo. Agrega que, por aplicación del precepto legal antes señalado, las condiciones en que debe desenvolverse la acción civil, para que sea de competencia del juez del crimen, son las siguientes: a) La acción civil debe fundarse en los perjuicios patrimoniales causados directa e inmediatamente por las propias conductas de los procesados o que sean consecuencias próximas o directas de aquellas. b) El juzgamiento de la pretensión civil del actor no puede extenderse de ninguna manera a extremos ajenos “a las conductas que constituyen el hecho punible”. c) El hecho punible es la visión procesal penal o adjetiva de la tipicidad penal. e) La tipicidad penal es la causada por los agentes delictuales. En síntesis, el juez del crimen carece de competencia para conocer de acciones civiles indemnizatorias o reparatorias que proceden de hechos distintos de los propios que causaron la tipicidad o que tengan causas de pedir ajenas al objeto del proceso penal. También manifiesta que si se observan los fundamentos de la demanda civil dirigida en contra del Fisco, ésta invoca como derecho sustantivo los artículos 6, 7 y 38 inciso 2° de la Constitución Política, y artículos 4 y 42 del DFL N° 1/19653 que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la ley N° 18.575 Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado. Como puede notarse de dichas normas y de algunos párrafos de la demanda, pretende arrastrarse al Estado a este proceso, sobre la base de un sistema de responsabilidad objetiva, donde “El Estado y las Municipalidades responden personal y directamente, sin consideración al cuidado aplicado respecto de la actuación de los funcionarios”, como expresamente se indica en el libelo. De ello aparece que, para resolver la procedencia de acoger o rechazar la acción civil deducida en este proceso en contra del Fisco, no deberá el tribunal decidir sobre la base del juzgamiento de “las mismas conductas que constituyen el hecho punible objeto del proceso penal”, por el contrario, la supuesta responsabilidad indemnizatoria del Fisco deberá buscarse en extremos ajenos al comportamiento de los autores o cómplices, por lo que el juzgamiento debe necesariamente extenderse a hechos distintos a los propios de la norma citada, artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, excediéndose con creces la limitación impuesta por el legislador. Dice que ello es especialmente notorio en el presente caso, dado que se ha demandado al Fisco de Chile por falta de servicio, lo cual no constituye la misma conducta constitutiva del hecho punible. De lo expuesto, fluye que los fundamentos de la acción civil intentada han de ser enjuiciados en sede civil, exclusivamente, y una conclusión en sentido contrario, implicaría extender el ámbito de competencia fuera de los límites trazados por el legislador.- Señala que esta incompetencia absoluta no sólo se desprende del texto legal, sino que también ha sido reconocida judicialmente por la Excma. Corte Suprema en numerosos fallos, tal como el recaído en los autos Rol I.C.S. N°6188-2006, seguidos contra Freddy Ruiz Bunger y otros. Además, la demanda de responsabilidad civil en contra del Fisco debe ser sometida al Juicio de Hacienda, tal como lo señalan los artículos 748 al 752 del Código de Procedimiento Civil y cuyo conocimiento corresponde a un Juzgado Civil de Comuna Asiento de Corte. En subsidio de lo anterior, el Fisco de Chile opone la excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2332 del Código Civil, solicitando que, por encontrarse prescrita ésta, debe rechazarse la demanda en todas sus partes, con costas. El plazo de prescripción de 4 años, en este caso, comienza a computarse desde las últimas noticias de la víctima, esto es, el 15 de noviembre de 1992. Siendo así, el plazo extintivo se encontraba largamente cumplido a la época de notificación de la demanda, en noviembre del año 2008.Asimismo, se hace notar que el propio artículo 41 del Código de Procedimiento Penal hace aplicable a la acción civil incoada en el juicio criminal el plazo contemplado en el artículo 2332 del Código Civil. En este caso, habiéndose practicado la notificación recién el día 24 de noviembre de 2008, no cabe duda que la acción de autos deberá ser desechada por cuanto, como se explicó, se extinguió mucho antes de la notificación a su parte. En subsidio, y para el evento que el tribunal estimare que la disposición contenida en el citado artículo 2332 no es aplicable a este caso, opone la excepción de prescripción ordinaria de aplicación general prevista en el artículo 2515 del Código Civil que establece un plazo de 5 años desde que la obligación se hizo exigible, por lo cual su eventual aplicación deberá conducir de igual modo al rechazo de la demanda. Agrega, además, esta parte que la acción civil ejercida no es imprescriptible.- Señala que la prescripción es una institución universal y de orden público. Las normas del Título XLII del Código Civil, que la consagran y, en especial, las de su Párrafo I,son de aplicación general a todas las áreas del derecho y no sólo al derecho privado como lo sostiene el actor. Entre dichas disposiciones se encuentra el artículo 2497, que ordena aplicar las normas de la prescripción a favor y en contra del Estado sin distinción alguna. Dice que la prescriptibilidad, más que una institución constituye un principio general del derecho que resguarda un valor fundamental para el funcionamiento de la sociedad: La seguridad y la certeza jurídica. Por ello, su aplicación a las más variadas relaciones jurídicas resulta ser la regla general. La imprescriptibilidad, en cambio, es siempre excepcional y requiere siempre de una declaración explicita que en el caso de autos, simplemente no existe. Desde hace mucho tiempo la jurisprudencia ha establecido en forma clara que “para que un derecho personal y de contenido patrimonial sea imprescriptible, es necesario que exista en nuestra legislación disposiciones que establezcan su imprescriptibilidad”. A continuación esta parte enuncia numerosos fallos de la Excma. Corte Suprema donde se explicita la referida tesis, así como la doctrina sobre la prescripción coincidente con su argumentación. Señala luego que, no obstante haber quedado establecido que la acción interpuesta está prescrita, en subsidio, alega la inexistencia de un régimen especial de responsabilidad del Estado en los términos expuestos en la demanda. Agrega ,que la mención hecha por el actor al artículo 38 de la Carta Fundamental, no resulta valedera, dado que dicho precepto constitucional no es una norma sustantiva destinada a regular la responsabilidad del Estado, sino que está destinada a entregar la competencia para conocer los asuntos contenciosos administrativos,”a los tribunales que señale la ley”. No es admisible entonces pretender que dicha norma eliminaría el elemento subjetivo inherente a la obligación de indemnizar, para reemplazarlo por la mera relación de causalidad material entre el daño y la actividad de la administración, como sostiene el actor. Manifiesta que tal planteamiento resulta absolutamente arbitrario y errado, ya que la norma en cuestión nada dice sobre la naturaleza objetiva o subjetiva de la responsabilidad. Por último, en lo que dice relación con este tema es necesario precisar que el derecho común en materia de responsabilidad extracontractual se encuentra contenido en el Código Civil, título XXXV, denominado “De los delitos y cuasidelitos”, artículos 2314 y siguientes. De acuerdo a esas normas la responsabilidad extracontractual es de carácter subjetiva, lo cual guarda relación con el artículo 42 del DFL N° 1/19653, que contiene un sistema de responsabilidad subjetiva fundado en la falta de servicio. En este caso, se trataría de una acción indemnizatoria destinada a hacer efectiva la responsabilidad patrimonial del Estado conforme al mencionado título XXXV del Libro IV del Código Civil y para que ella opere se requiere que el acto u omisión dañoso haya sido ejecutado por alguno de los órganos en los que reside la voluntad del Estado, que estos órganos hayan actuado dentro del ejercicio de sus funciones y que lo hayan hecho con culpa o dolo. En conclusión, no existe un régimen de responsabilidad extracontractual del Estado de carácter objetiva como lo pretende la demandante, y en este caso, especialmente le son aplicables directamente la normativa contenida en el Código Civil. En subsidio de las alegaciones precedentes, la defensa fiscal controvierte la procedencia de los daños, señalando, en primer término, en cuanto a la fijación de la indemnización por daño moral que el monto de la reparación depende de la extensión del daño y no de la gravedad del hecho. La reparación no es una pena, es el resarcimiento del daño causado y debe ser completa. Esto no se lograría si su monto dependiera de esa culpabilidad, puesto que entonces podría ser mayor o menor que el daño. Tampoco resulta procedente acudir a la capacidad económica del demandante y/o del demandado como elemento para fijar la cuantía de la indemnización, pues, como se ha dicho, el juez sólo está obligado a atenerse a la extensión del daño sufrido por la víctima, en la cual no tienen influencia estas capacidades. Sólo en casos excepcionales, indicados en la ley, no se sigue este principio, como por ejemplo con la reducción que contempla el artículo 2330 del Código Civil en caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al daño. También señala la defensa fiscal que el daño moral no se presume, por lo que cada uno de los perjuicios alegados debe ser acreditado en el juicio con arreglo a la ley, por lo que la extensión de cada daño y el monto de cada indemnización pretendida deberán ser justificadas íntegramente. Cabe advertir que no corresponde asumir “per se” la presencia de un dolor o aflicción constitutivo de daño moral o su magnitud, por el solo hecho de existir un vínculo de parentesco entre la víctima del hecho y el demandante. Como no existe en nuestra legislación normas especiales sobre la acreditación del daño moral, rigen al respecto las reglas generales. Por último, señala esta parte, que la cantidad demandada excede cualquier valor satisfactivo propio del daño moral y cae de lleno en el área del lucro, debiendo tenerse presente lo expuesto por el profesor don Arturo Alessandri Rodríguez a propósito del daño moral: “en todo caso, el juez al avaluar este daño, debe proceder con prudencia, tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen, cuanto para impedir que se transforme en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien lo demanda”. Por tanto, en virtud de lo antes expuesto solicita tener por contestadas las demandas y en definitiva: 1.- Acogerla excepción de incompetencia absoluta, declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco,con costas. 2.- En subsidio, acoger la excepción de prescripción extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando lugar a la demanda en todas sus partes, con costas. 3.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de no concurrir los elementos que se requieren para que el Fisco sea considerado responsable, con costas. 4.- En subsidio, en el evento que los perjuicios no fueren legalmente acreditados, negar lugar a la demanda íntegramente, con costas. 5.- En subsidio, en el evento que la demanda sea acogida, reducir ostensiblemente el monto de la indemnización conforme a los argumentos expuesto y, en todo caso, sin reajustes y eximiendo de costas al Fisco. CENTECIMO DECIMO SEPTIMO: Que, el Fisco de Chile contesta la demanda civil deducida por don Thomás Ehrenfeld Ivanyi, en representación de la sucesión de don Gonzalo Berrios Sagredo, padre de la víctima del delito materia de autos y dice que de conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, opone en primer término la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, para el conocimiento de la demanda civil de indemnización de perjuicios interpuesta contra el Fisco. Como cuestión preliminar incumbe señalar que, en nuestra legislación, sólo excepcionalmente en los procesos criminales pueden incoarse y fallarse acciones de naturaleza civil, de manera que, como se trata de una facultad excepcional, debe ser aplicada de modo restrictivo. A continuación, dicha parte expone sus argumentos sobre este tema y que dicen relación con el artículo 10 del Código de Procedimiento Penal y su correcta aplicación al caso, los cuales han sido desarrollados latamente en los fundamentos anteriores y por tal razón no se enunciarán nuevamente. También se señala por el Fisco que la demanda de responsabilidad civil en contra del Fisco debe ser sometida al Juicio de Hacienda, cuyo conocimiento corresponde a un Juzgado Civil de Comuna Asiento de Corte. Por otra parte y en subsidio de lo anterior, la defensa opone la excepción de fondo de falta de legitimación activa de los integrantes de la sucesión de Gonzalo Berrios Sagredo para demandar al Fisco de Chile y para ello se basa en primer término ,en el hecho que no existiría reserva de acciones civiles en contra del Fisco de Chile, dado que en el texto petitorio del escrito de querella (fojas 2659) se lee la solicitud de que se condene a los procesados al máximo de las penas que establece la ley para estos ilícitos, indemnizaciones civiles según demanda que oportunamente deducirá, con costas. De ello se desprende que la reserva de acciones dice relación con los responsables penalmente en este proceso y no respecto de terceros a éste -he aquí otro fundamento para la declaración de incompetencia-, como es el Fisco de Chile. En definitiva, manifiesta que no existe en relación a esta defensa, ninguna reserva de demanda civil ni siquiera “en germen”, por lo que menos cabría alguna especie de transmisibilidad. Luego, señala la improcedencia de la sucesión de Gonzalo Berrios Sagredo para reclamar daño moral en esta causa, puesto que la referida pretensión indemnizatoria importa y lleva implícito el ejercicio de la acción en cuanto continuadores legales del causante. Es decir, la demandante entiende incorporado a su patrimonio, por sucesión por causa de muerte, el derecho personalísimo que correspondía exclusivamente al causante, para demandar los supuestos perjuicios morales que le habría producido a él la muerte de Eugenio Berrios. Sin embargo, ello no es así, ya que el derecho a solicitar la reparación del daño moral, por ser un derecho de carácter personalísimo es intransmisible. Agrega que, por otra parte, la finalidad meramente satisfactiva que se persigue con su reparación no se puede cumplir en tanto cuanto se indemnice a quien no padeció el sufrimiento, aunque tal persona tenga la condición de heredero del causante. Los herederos son continuadores de la personalidad patrimonial del causante y no de su personalidad o atributos morales. Por sucesión por causa de muerte sólo se adquieren los derechos transmisibles del causante, por lo que este derecho a solicitar el daño moral no se ha transmitido. Señala que la indemnización por daño moral persigue mitigar o atenuar o dar una satisfacción económica a quien sufrió directamente el perjuicio moral para restringir de alguna forma el detrimento en sus derechos extrapatrimioniales y esa finalidad no se logra pagándola a terceros, aún si son herederos del afectado ya que no sufrieron daño.- Los derechos deben ser ejercidos en función de su finalidad. No hacerlo importa un abuso del derecho. También al contestar la referida demanda la parte del Fisco de Chile, en forma subsidiaria de lo anterior, viene en oponer la excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2332 del Código Civil, solicitando que, por encontrarse prescrita ésta, debe rechazarse la demanda en todas sus partes, con costas. Sobre esta materia y sobre la imprescriptibilidad de la acción civil ejercitada por los actores antes mencionados, la parte del Fisco se explayó largamente y este tribunal, en los fundamentos anteriores dejó una completa constancia de dicha exposición, teniéndola por completamente reproducida por razones de economía procesal. También se tendrán por reproducidas las alegaciones efectuadas por esta parte y que dicen relación con el cómputo del plazo de prescripción. Luego, la parte antes aludida señala la improcedencia de la demanda respecto de doña Gladys Erika Schmeisser Arriagada, puesto que ella ha demandado por el daño moral que personalmente habría sufrido con la muerte de su cónyuge, don Eugenio Berrios Sagredo y que corresponde a los mismos hechos que motivan la demanda que por este acto se contesta. En efecto, por medio de la demanda deducida en virtud de la querella de don Gonzalo Berrios Sagredo, se persigue, respecto de la viuda de la víctima, obtener una doble indemnización lo que excede cualquier valor satisfactivo propio del daño moral y cae de lleno en el área del lucro. Agrega que al respecto el profesor señor Enrique Barros Bourie en su “Tratado de la Responsabilidad Extracontractual”, señala, tratándose de los problemas que plantea aceptar la transmisibilidad del daño moral es que se llega al inconveniente de aceptar dos acciones concurrentes y distintas en caso de una muerte: la que reconoce el daño moral del causante (que el demandante señala haberse transmitido) y la del daño personalmente sufrido por las personas más cercanas a la víctima fallecida, debiendo elegirse la segunda, negando lugar a la transmisión. En subsidio de lo anteriormente expresado, alega la inexistencia de un régimen especial de responsabilidad del Estado en los términos contenidos en la demanda y también controvierte la procedencia de los daños. Las razones que justifican y los argumentos proporcionados por esta parte, ya han sido explicitados en los fundamentos anteriores al haberse referido este tribunal a la contestación de la demanda civil interpuesta por doña Gladys Schmeisser Arriagada, que fuera realizada por la parte del Fisco de Chile y para evitar su repetición se tienen por reproducidos en este acto. Con relación al pago de reajustes e intereses pedido, dice que los actores han solicitado que se acoja su pretensión indemnizatoria “más reajustes e intereses desde la notificación de esta demanda. Dice que aún en el caso que la demanda sea acogida, el tribunal deberá tener presente que esta solicitud carece de todo fundamento jurídico y es contraria a la lógica, por lo que debe ser rechazada. Como sabemos, el reajuste es un mecanismo económico-financiero que tiene por objeto neutralizar el efecto que los procesos inflacionarios o deflacionarios tienen sobre la moneda de curso legal. Ciertamente, en el caso que la acción indemnizatoria fuera acogida, la suma a cuyo pago estaría obligado el Fisco recién nacería con la dictación de la sentencia, una vez que quede ejecutoriada, de manera que no podrían aplicarse a dicha cantidad los factores de reajustabilidad que corrigen la inflación acumulada desde la notificación de la demanda, puesto que tal método conduciría sin duda a una situación de enriquecimiento incausado. En cuanto a la improcedencia de intereses, dice que no existe disposición legal alguna que ordene su pago, y mucho menos desde la fecha que se pretende. En efecto, a la fecha de notificación de esta demanda no existe obligación alguna por parte del Fisco en orden a indemnizar, por lo que no hay suma alguna que pueda haber producido frutos civiles con antelación a su declaración y establecimiento. Tampoco puede sostenerse que su parte se encuentre en mora, dado que ni siquiera existe una obligación líquida y exigible a cuyo pago esté obligado el Fisco, ya que su defensa no ha sido condenada al pago de suma alguna, no concurriendo en la especie ninguna de las circunstancias establecidas en el artículo 1551 del Código Civil, de tal modo que, el pago de intereses también es improcedente. Que en mérito de lo antes expuesto, solicita se tenga por contestada la demanda y en definitiva: 1.- Acoger la excepción de incompetencia absoluta, declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco, con costas. 2.- En subsidio, acoger la excepción de falta de legitimación activa de los demandantes, rechazando la demanda en todas sus partes, con costas. 3.- En subsidio, acoger la excepción de prescripción extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando lugar a la demanda en todas sus partes, con costas. 4.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de las demás alegaciones y defensas expuestas en el cuerpo de esta presentación. 5.- En subsidio, en el evento que la demanda sea acogida, reducir ostensiblemente el monto de la indemnización conforme a los argumentos expuestos y, en todo caso, sin reajustes y eximiendo de costas al Fisco. CENTECIMO DECIMO OCTAVO: Que el Fisco de Chile contesta la demanda civil deducida por doña Faviola Alicia Letelier del Solar, y de conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, opone en primer término la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, para el conocimiento de la demanda civil de indemnización de perjuicios interpuesta en su contra. Los argumentos en que funda dicha alegación han sido latamente expuestos en los considerandos precedentes relativos a las otras contestaciones a las demandas civiles interpuestas en contra del Fisco, por lo cual, para evitar su repetición se tienen por íntegramente reproducidos. En subsidio de las alegaciones precedentes, la defensa fiscal controvierte la procedencia de los daños, por lo que se expone a continuación: La defensa fiscal controvierte la procedencia de los daños y señala que se demanda a titulo de indemnización por este concepto la suma total de $600.000.000.-(seiscientos millones de pesos) por los perjuicios que se le habrían causado por no haberse castigado a todos los que habrían intervenido en la muerte de su hermano, por haberse asesinado a un testigo -Berrios Sagredo- que considera clave para tales objetivos. En efecto, la actora considera que se ha obstruído a la justicia y que ello ha “atentado a las Instituciones de la República y el funcionamiento del sistema democrático”. Agrega que cabe recordar que para que el hecho o la omisión de una persona capaz de delito o cuasidelito engendren responsabilidad es indispensable que cause daño: “Sin él no hay responsabilidad civil; sin interés no hay acción”. De esta manera, “la lógica nos indica que para que exista responsabilidad extracontractual y, por consiguiente, la obligación de reparar, es necesario tener algo que reparar”. Entonces, no se observa cual es el daño producido que sea amparable jurídicamente, por cuanto el mero hecho de la muerte de un testigo en una causa criminal respecto de la cual existen condenados, por muy clave que considere la demandante. Por otro lado no es afectada directa ni indirectamente por la muerte de Eugenio Berrios Sagredo. Sin perjuicio de lo anterior, y sólo como un ejercicio hipotético, en el evento que tal situación constituya un daño, éste no es de aquellos indemnizables de acuerdo a la ley. Además, de acuerdo a la doctrina, para que el daño sea indemnizado es preciso: que éste sea cierto y no meramente eventual; que se lesione un derecho subjetivo o un interés legitimado por el ordenamiento jurídico; que el daño sea directo, entre otros. El daño es cierto cuando es real, efectivo, tanto que, a no mediar el, la víctima se habría hallado en mejor situación. Entonces, tratándose de la demandante de autos no ha sufrido daño cierto alguno, por cuanto el hecho de la muerte de la víctima de autos no ha provocado daño alguno en sus aspiraciones de investigación adecuada en la causa de su hermano, que tal como la propia actora reconoce, se han establecido los hechos y se ha condenado a los responsables. No puede, a través de la falta de un testigo, asegurar que no se han castigado a todos los responsables. Si se aceptara la tesis que se propone en la demanda civil, todos los habitantes de la República se encontrarían en condiciones de reclamar, no sólo respecto del caso Letelier, sino que en cualquier investigación penal el hecho que no se ha castigado a todos los responsables, y que ello impide el logro de la justicia. Establecer dichas consecuencias es jurídicamente inaceptable. En efecto, los daños eventuales no podrán ser resarcidos “por cuanto la mera posibilidad o eventualidad de sufrir un perjuicio no es suficiente para generar responsabilidad”. En este mismo sentido se entiende que un daño eventual o “hipotético, fundado en suposiciones o conjeturas, por fundadas que parezcan, sea presente o futuro, no da derecho a indemnización”, como es el caso de considerar que el testimonio de una persona necesariamente producirá tales o cuales efectos, si con ello se condena a tal o cual persona, o que con ello se obtiene la verdad total de los hechos o si con ello se logra la condena de todos los partícipes. Por otro lado, no existe derecho alguno, que garantice que los tribunales deban castigar a todos los supuestos responsables en la comisión de un delito. Por cierto, ni siquiera se asegura por el orden procesal que el juez en lo penal obtenga necesariamente la coincidencia entre la verdad real y la judicial. Lo que es verdadero es la justa aspiración de lograr que ello ocurra, por lo que afirmado por el demandante no constituye un interés legitimado por el ordenamiento jurídico. De todo lo anterior queda claro que la demandante no ha sufrido daño alguno, y en el evento que haya sufrido alguna molestia o aflicción, éste no es indemnizable de acuerdo a la doctrina y a la jurisprudencia, por lo que la demanda de indemnización de perjuicios debe ser rechazada por falta de fundamento. A continuación, la parte antes señalada hace referencia a que el daño moral no se presume, por lo que debe ser legalmente acreditado, también a la fijación de la indemnización por daño moral, que debe regularse de acuerdo a la extensión del daño y no depende de la gravedad del hecho y, en todo caso, el juez al avaluar este daño, debe proceder con prudencia, tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen, cuanto para impedir que se transforme en pena o en enriquecimiento sin causa para quien lo demanda. Agrega que el monto solicitado como indemnización por daño moral es excesivo. Opone, en forma subsidiaria, la excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de perjuicios con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2332 del Código Civil y, también interpone la excepción de prescripción ordinaria de aplicación general prevista en el artículo 2515 del Código Civil que establece un plazo de cinco años desde que la obligación se hizo exigible, razón por la cual su eventual aplicación deberá conducir, de igual modo, al rechazo de la demanda. Asimismo, expresa que la acción civil ejercida no es imprescriptible, hace referencia a la doctrina sobre la prescripción, al contenido patrimonial de la acción indemnizatoria y sobre la inexistencia de la pretendida responsabilidad objetiva del Estado. Respecto de todas las alegaciones antes señaladas se ha hecho mención latamente con anterioridad, razón por la cual, dichos argumentos se tienen por expresamente reproducidos para evitar su repetición. Por todo lo anterior, solicita tener por contestada la demanda y en definitiva: 1.- Acoger la excepción de incompetencia absoluta, declarándose incompetente para conocer y pronunciar sentencia respecto de la demanda civil incoada en contra del Fisco, con costas. 2.- En subsidio, que se rechace la demanda en virtud de las alegaciones y defensas expuestas en el cuerpo de la referida presentación, con costas. 3.- En subsidio, acoger la excepción de prescripción extintiva de la acción civil deducida por el demandante, negando lugar a la demanda en todas sus partes, con costas. 4.- En subsidio, en el evento que la demanda sea acogida, reducir ostensiblemente el monto de la indemnización conforme a los argumentos expuestos y, en todo caso, sin reajustes y eximiendo de costas al Fisco. CENTECIMO DECIMO NOVENO: Que en el primer otrosí del escrito de fojas 13.002 la parte del demandado civil Pablo RODRIGUEZ MARQUEZ, contesta la acción que fuera interpuesta en su contra por la actora Faviola LETELIER DEL SOLAR y, en primer término, alega la prescripción contemplada en el artículo 2.492 del Código Civil y señala que, en caso que no fuera acogida la referida excepción, que la pretensión de la actora carece de todo fundamento de derecho por cuanto el hecho en que sustenta su pretensión consistiría en haber sustraído a un testigo que podría haber dado luces con relación a la muerte del ex Canciller Orlando LETELIER DEL SOLAR, hermano de la actora.- Dice que la causa criminal que se siguió por esa razón se encuentra terminada por sentencia ejecutoriada y, el Estado de Chile habría dado una indemnización a los parientes de la víctima.Por último, señala que la demanda está mal planteada, puesto que funda su pretensión en normas de orden público que se aplican a entes jurídicos y no a personas naturales, como su defendido y por ello no debió haber sido admitida a tramitación, solicitando su rechazo, con costas.Con relación a la contestación de la demanda civil deducida por Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA, el demandado ya individualizado, solicita su rechazo por estar prescrita la acción civil derivada de los hechos por los que se le han formulado cargos y como manifiesta su inocencia en los delitos que se le atribuyen, no existe una relación de causa a efecto entre los ilícitos y los efectos civiles derivados de ellos, por lo cual la pretensión deberá ser rechazada, con costas.- CENTECIMO VIGESIMO: Que el demandado civil Marcelo SANDOVAL DURAN en el primer otrosi de su presentación de fojas 13.039 contesta la demandas civiles deducidas en su contra por las partes de Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y Faviola LETELIER DEL SOLAR, señala que ellas se encuentran prescritas en virtud de lo que preceptúa el artículo 2.332 del Código Civil y con relación a la última nombrada, indica que como hermana del ex Canciller LETELIER DEL SOLAR, ya habría sido resarcida por la muerte de éste y, el hecho que BERRIOS no prestara declaración en la causa criminal seguida por la muerte antes referida, no ha tenido significación en atención a que los autores de ese crimen ya fueron condenados por sentencia ejecutoriada.Por lo anterior solicita el rechazo de las demandas con expresa condenación en costas.CENTECIMO VIGESIMO PRIMERO: Que en el cuarto otrosí del escrito de fojas 13.064 y siguientes, la parte del demandado Manuel PROVIS CARRASCO, contesta la acción civil deducida en su contra por las querellantes Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y Faviola LETELIER del SOLAR.Con relación a la primera opone excepción de prescripción de la acción penal y la de inoponibilidad, también alega la falta de elementos constitutivos de la responsabilidad extracontractual y por ello solicita se rechace la demanda, con costas.Con respecto a la segunda, opone las excepciones dilatorias de incompetencia y de ineptitud del libelo.- También las excepciones perentorias de prescripción, de falta de legitimación activa, de inoponibilidad y de falta de elementos constitutivos de responsabilidad extracontractual.Por lo anterior, también solicita su rechazo, con costas.- CENTECIMO VIGESIMO SEGUNDO: Que en el primer otrosi de su presentación de fojas 13.146 y siguientes la parte del demandado civil Jaime TORRES GACITUA, contesta la demanda deducida en su contra por las actoras Faviola LETELIER DEL SOLAR y Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y solicita su rechazo con costas por cuanto el aludido demandado no tiene responsabilidad en los delitos que se le atribuyen ni tampoco en la muerte del ex Canciller Orlando LETELIER DEL SOLAR.CENTECIMO VIGESIMO TERCERO: Que a fojas 13.160 y a fojas 13.162 la parte de los demandados civiles Tomas CASELLA SANTOS, Eduardo RADELLI COPOLLA y Wellington SARLI POSE, contestan las demandas deducidas por Faviola LETELIER DEL SOLAR y doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA.- Respecto de los primeros, dice que la demanda no cumple con los requisitos contemplados en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil en relación con lo expresado en el artículo 428 del Código de Procedimiento Penal, puesto que no contiene el nombre, domicilio, profesión u oficio del demandante ni de quienes lo representan, ni tampoco el nombre, profesión u oficio del demandado.Por otra parte, como las pruebas acompañadas a los autos no son suficientes para demostrar la responsabilidad de sus representados, no podría prosperar la acción civil deducida en su contra.Con respecto a la segunda, también solicita su rechazo por cuanto sus representados serían inocentes de los cargos que se les imputan, y, por ello, no existiría ninguna responsabilidad civil que les afectara.CENTECIMO VIGESIMO CUARTO: Que en lo principal del escrito de fojas 13.164 el demandado civil Arturo SILVA VALDES, contesta la demanda deducida en su contra por doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA y por doña Faviola LETELIER DEL SOLAR.Con relación a la primera, dice que su representado no es autor de los delitos por los que ha sido acusado, por lo cual no se le puede demandar civilmente.- Sin perjuicio de ello invoca la excepción de prescripción, por cuanto la querella interpuesta por don Gonzalo BERRIOS con fecha 16 de diciembre de 2002, en que si bien, se anuncia una demanda civil que permitiría dar por interrumpida la prescripción, a esa fecha ya había transcurrido el plazo que es de cuatro años.Con relación a la segunda, señala que la actora carece, ya sea en forma directa o indirecta, de toda legitimación activa para interponer la referida demanda.Por las razones señaladas, solicita que ellas sean rechazadas.CENTECIMO VIGESIMO QUINTO: Que en el primer otrosí del escrito de fojas 13.168 y siguientes la parte del demandado civil Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA contesta la acción deducida en su contra por doña Faviola LETELIER DEL SOLAR y doña Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA.Solicita que ellas sean rechazadas por cuanto su parte no ha cometido ningún delito que la justifique y, con relación a la actora LETELIER, señala que la ausencia de BERRIOS no impidió la prosecución y fallo de la causa seguida por la muerte de Orlando LETELIER y el pago de una indemnización a aquella.Con respecto a Gladys SCHMEISSER, señala que las alteraciones psicológicas que padece, seguramente, no provienen de la muerte de su cónyuge, sino que del cargo de conciencia y remordimiento que le aflige por haberle sido infiel con Raúl LILLO (fojas 1.632 y 1.636, declaraciones de LILLO) y fojas 2977 y 2978 (declaraciones de Arturo SILVA VALDES).Además, alega la excepción de prescripción y solicita el rechazo de las aludidas demandas con expresa condenación en costas.CENTECIMO VIGESIMO SEXTO: Que en el primer otrosí del escrito de fojas 13.262 y siguientes el demandado civil Fernando TORRES SILVA contesta la demanda civil deducida por doña Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y solicita que esta sea rechazada por cuanto habría transcurrido el plazo de prescripción que es de cuatro años y por ello no corresponde cobro ni pago de indemnización alguna.- Asimismo, dice que su cliente no ha cometido ningún delito que de lugar a su responsabilidad civil, señalando además, que para la determinación de la indemnización que ésta última reclama deberá tenerse en cuenta las declaraciones señaladas en el considerando anterior.Por lo anterior, solicita el rechazo de la demanda, con costas.CENTECIMO VIGESIMO SEPTIMO: Que en el primer otrosí del escrito de fojas 13.324 y siguientes, el demandado Nelson Williams ROMAN VARGAS, contesta las demandas civiles deducidas en su contra por Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y solicita su rechazo en todas su partes, con costas, por cuanto su parte no es autor de los delitos que se le imputan y por encontrarse prescrita la acción civil, al no cumplirse los requisitos del artículo 103 del Código de Procedimiento Penal.CENTECIMO VIGESIMO OCTAVO: Que en el segundo otrosí del escrito de fojas 13.356 y siguientes, la parte del demandado civil Raúl LILLO GUTIERREZ, contesta las demandas civiles deducidas en contra de éste por Faviola Letelier y Gladys Schmeisser y solicita, en primer término, su rechazo por no existir responsabilidad penal de su representado, quién se encuentra exento de la misma y tampoco se ha acreditado suficientemente los ilícitos por los cuales se acusa ni tampoco su participación en ellos.En segundo término, en el improbable caso que se dieran por acreditados los delitos y la participación, opone la excepción de prescripción de la acción civil de indemnización de perjuicios contemplada en el artículo 2.332 del Código Civil y a mayor abundamiento, opone también la prescripción extintiva ordinaria establecida en el artículo 2.515 del cuerpo de leyes antes mencionado.Por lo anterior, solicita se niegue lugar a las demandas civiles en todas sus partes, con costas.CENTECIMO VIGESIMO NOVENO: Que en el sexto otrosí de su presentación de fojas 13.861 y siguientes la parte del demandado civil Hernán RAMIREZ RURANGE contesta la acción deducida en su contra por Faviola Letelier del Solar y Gladys Schmeisser Arriagada y señala que por no existir responsabilidad penal, no existiría la relación de causalidad necesaria entre las acciones de aquel y el resultado perjudicial para las demandantes.En subsidio, invoca las prescripciones de los artículos 2.332 y 2.515 del Código Civil.Solicita que se e declara que se rechazan las aludidas demandas en todas su partes.CENTECIMO TRIGESIMO: Que con relación al demandando civil Manuel PEREZ SANTILLAN, este no contestó las acciones deducidad en su contra, no obstante que fuera debidamente emplazado al efecto, tal como consta a fojas 12.831.- CENTECIMO TRIGESIMO PRIMERO: Que con relación a las demandas civiles deducidas por Faviola LETELIER DEL SOLAR y Gladys SCHMEISSER ARRIAGADA en contra de Nelson HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES, Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO y Gines Emilio ROJAS GOMEZ, en atención a lo que se resolverá, no corresponde emitir un pronunciamiento a su respecto.CENTECIMO TRIGESIMO SEGUNDO: Que en lo que se refiere a la incompetencia del tribunal alegada, por el Fisco de Chile, es necesario tener presente que en razón de haber el Juez del Crimen investigado durante años las circunstancias que rodearon la comisión de estos delitos, se encuentra en mejor posición para verificar la extensión del daño producido por dichos ilícitos y ello resulta más conveniente para resolver ambas acciones, debido a que, por la intervención de lo civil dentro del proceso penal, las pruebas y antecedentes allegados a este último, pueden ser valorados de mejor forma en sede civil.Asimismo, el Estado de Chile, no puede eludir su responsabilidad histórica de reparar dicha deuda social a que se encuentra obligado además, por el derecho internacional, traducido en convenios y tratados que, por disposición constitucional le son vinculantes, como ocurre, entre otros, con la propia Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados, el que se encuentra vigente en nuestro país, desde el 27 de enero de 1980, que establece en su artículo 27 que el Estado no puede invocar su derecho interno para eludir sus obligaciones internacionales, ya que de hacerlo comete un hecho ilícito que compromete su responsabilidad internacional (Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Edición 2000, Humberto Nogueira Alcalá, Las Constituciones Latinoamericanas, pag. 231).Por otra parte, el artículo 5º de la Constitución Política de la República señala que “el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respecto de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana” y, el artículo 6º de la misma Carta Fundamental, dispone que: “Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella”, de ello se desprende la obligación que se impone al tribunal para descartar la aplicación de normas que no se conformen o sean contrarias a la Constitución y tal como lo señala el referido artículo “la infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley”.CENTECIMO TRIGESIMO TERCERO: Que, en consecuencia, por no estar conformes las disposiciones invocadas por el Fisco de Chile, para eximirse de responsabilidad, a la legislación internacional que se ha analizado con ocasión de los delitos cometidos por los acusados y por prevalecer ellas sobre el derecho interno corresponde rechazar la excepción de incompetencia absoluta formulada por el Fisco de Chile.CENTECIMO TRIGESIMO CUARTO: Que, por otra parte, tampoco resultan aplicables las normas del derecho interno contempladas en el Código Civil, sobre prescripción de las acciones civiles comunes de indemnización de perjuicios, invocadas por el Fisco de Chile y por los demandados civiles, por contraponerse con las normas del derecho internacional de los Derechos Humanos, que protegen el derecho de las víctimas y sus familiares a recibir la reparación correspondiente, estatuto normativo internacional que ha sido reconocido por Chile.- No obstante lo anterior, y aún cuando pudiera estimarse que las normas del derecho civil alegadas por el Fisco y por los demandados civiles son aplicables al presente caso, lo que este tribunal no comparte, el computo del plazo correspondiente, no procede en la forma en que lo señalan dichas partes, dado que, como la demanda civil persigue la responsabilidad extracontractual del Estado por las acciones dolosas cometidas por sus agentes o funcionarios públicos, obligación que deriva de su responsabilidad penal, esta requiere una decisión jurisdiccional y, en consecuencia, dicha certeza sólo es posible obtener cuando se dicta la sentencia condenatoria o, al menos, desde que se deduce acusación en contra del inculpado y, como a partir desde esas fecha no ha transcurrido el plazo correspondiente, también por esa razón, corresponde desestimar la excepción de prescripción alegada por la defensa fiscal y por los demandados civiles.CENTECIMO TRIGESIMO QUINTO : Que en cuanto a la alegación de la parte del Fisco de Chile en orden a que no existiría un régimen de responsabilidad objetiva del Estado, ello constituye una de sus defensas principales para eximirse de su obligación y, con respecto a ese tema, el Tribunal ha hecho consideraciones al referirse a la excepción de incompetencia absoluta antes analizada y, de ello se desprende que la responsabilidad extracontractual del Estado aparece justificada tanto del Derecho Público como del Derecho Internacional Humanitario.Así las cosas, cabe resaltar la obligación ineludible del Estado frente a los Derechos Humanos, en cuanto estos, por su naturaleza jurídica constituyen obligaciones positivas y negativas del Estado y, por ello, la persona, como sujeto de derechos puede demandar con respecto a los deberes estatales, contemplados en preceptos constitucionales e internacionales reconocidos y aceptados por Chile, formando parte de los Tratados y Principios Internacionales del Derecho Humanitario, y en consecuencia, vinculantes para todas las instituciones que conforman el Estado.CENTECIMO TRIGESIMO SEXTO : Que con respecto a la demanda civil deducida por el abogado Sr. Thomas Ehrenfeld Ivanyi, en representación de la sucesión de don Gonzalo Berrios Sagredo en contra del Fisco de Chile, este ha opuesto la excepción de falta de legitimación activa, la que será rechazada por el tribunal por cuanto en su calidad de parientes de la víctima, resulta incuestionable que debido a los sucesos que provocaron la muerte de su familiar, sumado a la larga investigación realizada para el esclarecimiento de los delitos, como, asimismo, el juzgamiento público de la calidad moral de la víctima, sumado al hecho del conocimiento obtenido de haber sido su familiar víctima de delitos perpetrados en su contra por personas que aparentaban mantener vínculos de amistad, tanto con él como con su familia, según lo demuestran los antecedentes agregados a los autos, evidentemente ha debido producir en ese grupo familiar un sufrimiento de tal magnitud –tal como lo señalan los informes psicológicos agregados a los autos-, que debe ser resarcido por el Estado, dada la calidad de funcionarios públicos que tenían los partícipes en los hechos investigados.No obstante lo anterior, este tribunal, determinará una indemnización a cada uno de los demandantes civiles en forma individual, dada su calidad de parientes del occiso y no lo hará –en la forma pedida por la demandante civil-, esto es, como partes de una sucesión hereditaria.- En consecuencia, se excluirá, por esta razón, a la cónyuge del occiso Sra. Gladys Schmeisser Arriagada a quién se indemnizará en virtud a dicha calidad y por separado.Finalmente, se rechazarán las restantes alegaciones y excepciones opuestas por el Fisco de Chile y por los demás demandados civiles.Se deja constancia, que de la simple lectura de las demandas civiles aparece que ellas satisfacen las exigencias que contempla el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.CENTECIMO TRIGESIMO SEPTIMO: Que la parte demandante civil Sra. Faviola Letelier del Solar, tal como se ha dicho anteriormente, ha deducido la referida acción basada en el hecho del daño moral ocasionado con motivo del asesinato de su hermano Orlando Letelier del Solar, acaecido en Washington DC., el día 21 de septiembre de 1976, y, como indica que dedujo una querella criminal en la presente causa fundada en que la salida de Chile de Eugenio Berrios Sagredo y su posterior homicidio en Uruguay, dada la época en que este último acontecimiento se produjo, resulta que habría sido motivado por la necesidad imperiosa de los organismos de seguridad vinculados al régimen militar, de impedir que este prestara declaraciones en la causa rol Nº1-91, seguida por el homicidio calificado del ex Canciller antes mencionado, que era instruida por el Ministro de la Excma. Corte Suprema, Sr. Adolfo BAÑADOS CUADRA.De acuerdo a su parecer, dicha interrogación habría permitido esclarecer completamente la muerte de su hermano, como, asimismo, sus declaraciones significarían el aporte de nuevos antecedentes valederos para aclarar otros procesos criminales seguidos por violación a los derechos humanos cometidos por integrantes de los organismos antes señalados, perpetrados durante el régimen militar; CENTECIMO TRIGESIMO OCTAVO: Que, si bien, es efectivo que el nombrado BERRIOS –cuyo secuestro y posterior homicidio- se ha investigado en estos autos, se encontraba requerido por la justicia y por dicha razón –entre otras- fue sacado del país, su muerte impidió su comparecencia ante estrados y, por ello, no podrá saberse cual habría sido su real y verdadero aporte, si es que hubiere prestado declaraciones.Sin embargo, el sólo hecho de haberlo sacado de Chile y después de mantenerlo largo tiempo privado de su libertad de desplazamiento, haberle quitado la vida, evidentemente, permite presumir que su aporte hubiera sido de real importancia para resolver el caso judicial que afectaba a la actora civil antes mencionada.Tales elementos llevan al sentenciador a la convicción de que la actora ya aludida, efectivamente sufrió el daño moral que ha sostenido en su demanda por lo que esta será acogida.Se rechazarán las alegaciones y excepciones opuestas por el Fisco de Chile y por los demás demandados civiles.CENTECIMO TRIGESIMO NOVENO: Que con relación a la demanda civil interpuesta por la querellante Gladys Schmeisser Arriagada, resulta que con las declaraciones de los testigos del plenario Sergio Raimundo Beaza Corvalan, Julio Veloso Abril, Lus Maria Gilles Vial, Roberto Raga Garcia y Jezabel Rideau Faundes, que rolan a fojas 14.696 y siguientes, ha quedado de manifiesto el daño moral sufrido por dicha actora civil.- El engaño de que fue objeto su cónyuge al ser víctima de delitos cometidos por quienes aparentaban prestarle ayuda, lo que también ocurrió con ella al hacérsele creer eso, indudablemente, ha debido ocasionar un sufrimiento que ha repercutido en su salud mental tal como lo indican los certificados e informes médico legales acompañados a los autos.Por las razones expuestas este tribunal acogerá la demanda en los términos que se indicaran en lo resolutivo de esta sentencia y rechazará las alegaciones y excepciones opuestas por el Fisco de Chile y por los demás demandados civiles.Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 10, 11, 15 N° 1 y 2, 16, 18, 21, 24, 26, 27, 28, 29, 30, 50, 51, 64, 65, 67, 68, 74, 141, 292, 293, 294, 294 bis y 295 bis del Código Penal; 10, 108, 109, 110, 193, 221, 221 bis, 237, 456 bis, 458, 459, 472, 473, 474, 477, 479, 481, 482, 488, 500, 501, 503, 504, 509 y 533 del Código de Procedimiento Penal; 211, 214 y 335 del Código de Justicia Militar; y artículos 2.314, 2.317, 2.332 y 2.515 del Código Civil, y Ley N°18.216, se declara: I.- En cuanto a las tachas. Que se acogen las tachas deducidas por el Consejo de Defensa del Estado y las partes querellantes de Irene Frei RuizTagle y de Gonzalo Berrios Sagredo, en contra de los testigos Hernán Ramirez Rurange, Raúl Lillo Gutiérrez, Jaime Torres Gacitua, Arturo Silva Valdés, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Pablo Rodríguez Márquez, Manuel Pérez Santillan, Marcelo Sandoval Duran y Nelson Roman Vargas.Que se rechazan las tachas deducidas por la defensa del acusado Arturo Silva Valdes en contra del testigo del testigo Juan Ferrari Grillo y, la tacha opuesta por el Consejo de Defensa del Estado y los querellantes en contra del testigo José Armijo Echeverría.- II.- En cuanto a la acción penal. A.- Que se ABSUELVE a los acusados Hernán RAMIREZ RURANGE, Eugenio Adrian COVARRUBIAS VALENZUELA, Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ y Gines Emilio ROJAS GOMEZ, ya individualizados, de la acusación fiscal y adhesiones a la misma, deducidas en su contra como co-autores del delito de obstrucción a la justicia contemplado en el artículo 269 bis del Código Penal.B.- Que se ABSUELVE a los acusados Nelson Edison HERNANDEZ FRANCO, Erika del Carmen SILVA MORALES, Mario Enrique CISTERNAS ORELLANA, Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN y Nelson Williams ROMAN VARGAS, ya individualizados, de la acusación fiscal y adhesiones a la misma, deducidas en su contra como co-autores de la infracción al delito contemplado en el artículo 295 bis del Código Penal.C.- Que se ABSUELVE a los acusados Enrique Gabriel IBARRA CHAMORRO y Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, ya individualizados, de la acusación fiscal, adhesiones a la misma y acusaciones particulares, deducidas en su contra como co-autores del delito de asociación ilícita contemplado en el artículo 292 y 293 del Código Penal.D.- Que se CONDENA al acusado Arturo Rodrigo SILVA VALDES, ya individualizado, a las penas de DIEZ AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MEDIO, accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro con homicidio de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso final del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en la localidad de Parque del Plata, Departamento de Canelones, Uruguay, en fecha no determinada que medió entre el 15 de noviembre de 1992 y el mes de abril de 1993.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.E.- Que se CONDENA al acusado Hernán RAMIREZ RURANGE, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.- F.- Que se CONDENA al acusado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de QUINIENTOS CUARENTA Y UN DIAS de presidio menor en su grado medio y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Que en atención, a lo expuesto en el considerando sexagésimo octavo, no corresponde emitir un pronunciamiento con relación al cargo que como encubridor del delito de secuestro con homicidio le fuera formulado al imputado Eugenio COVARRUBIAS VALENZUELA, en la acusación de oficio y en la adhesión a la acusación deducida por la parte del Programa Continuación Ley Nº19.123 del Ministerio del Interior, contenida en el primer otrosí del escrito de fojas 12,789 y siguientes.G.- Que se CONDENA al acusado Manuel Jorge PROVIS CARRASCO, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.H) Que se CONDENA al acusado Jaime Fernando TORRES GACITUA, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.I) Que se CONDENA al acusado Raúl Diego LILLO GUTIERREZ, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de CIEN DIAS de presidio menor en su grado mínimo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.J) Que se CONDENA al acusado Pablo Marcelo RODRIGUEZ MARQUEZ, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.K) Que se CONDENA al acusado Tomas Ventura CASELLA SANTOS, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.L) Que se CONDENA al acusado Eduardo Ernesto RADAELLI COPOLLA, ya individualizado, a las penas de CINCO AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MINIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA Y UN DIAS de presidio menor en su grado mínimo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.M) Que se CONDENA al acusado Wellington SARLI POSE, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.N) Que se CONDENA al acusado Manuel Antonio PEREZ SANTILLAN, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como cómplice del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Ñ) Que se CONDENA al acusado Juan Fernando Alfredo TORRES SILVA, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 293 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.O) Que se CONDENA al acusado Nelson Williams ROMAN VARGAS, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.P) Que se CONDENA al acusado Marcelo Ariel SANDOVAL DURAN, ya individualizado, a las penas de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MAXIMO y accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad como autor del delito de secuestro de Eugenio Berrios Sagredo, descrito en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal, perpetrado en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Asimismo, se le condena a la pena de SESENTA DIAS de prisión en su grado máximo y a las accesorias de suspensión de cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena por su responsabilidad como co-autor del delito de asociación ilícita descrito en el artículo 292 y sancionada en el artículo 294 del Código Penal, y que fuera formada en esta ciudad, a partir del mes de octubre de 1991.Q) Que en atención a la resuelto precedentemente, se rechaza la acusación particular deducida por la parte del Consejo de Defensa del Estado por la cual formula cargos al acusado Gines Emilio Rojas Gómez, como cómplice del delito de secuestro.También se desestima en la parte que atribuye a Enrique Gabriel Ibarra Chamorro responsabilidad como autor del delito de asociación ilícita, a Wellington Sarli Pose en cuanto lo sindica como jefe y por haber ejercido mando en la referida asociación y a Manuel Pérez Santillan donde le imputa el cargo de haber tomado parte en la referida asociación.Por último, se rechaza la acusación particular antes señalada en aquella parte que formula cargos en contra de los imputados Mario Enrique Cisternas Orellana, Nelson Edison Hernández Franco y Erika Silva Morales, como autores del delito de infracción al artículo 295 bis del Código Penal, ello en atención a que han resultado absueltos del señalado cargo.R) Se rechaza, asimismo, la acusación particular deducida por el Programa Continuación Ley 19.123 del Ministerio del Interior, en la parte que al imputado Wellington Sarli Pose lo sindica como autor del delito de secuestro contemplado en el inciso cuarto del artículo 141 del Código Penal y, también en la parte que atribuye a Enrique Gabriel Ibarra Chamorro y al antes nombrado Sarli Pose, la calidad de haber sido jefes y haber ejercido mando en la asociación ilícita, puesto que, con relación al primero, ha resultado absuelto del señalado cargo y con respecto al segundo se ha modificado su participación a aquella contemplada en el artículo 294 del Código penal.S) Que se condena a todos los sentenciados que han sido condenados al pago proporcional de las costas de la causa.III.- En cuanto a las acciones civiles. Que se acoge la demanda civil deducidas por la querellante Faviola LETELIER DEL SOLAR representada por ella misma y por el abogado Sr. Sergio CORVALAN, en contra de los acusados Arturo Silva Valdes, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Hernán Ramirez Rurange, Manuel Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Marquez, Jaime Torres Gacitua, Raúl Lillo Gutierrez, Manuel Perez Santillan, Tomas Casella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Sandoval Duran, Nelson Roman Vargas y Juan Fernando Torres Silva, regulándose la indemnización que por concepto de daño moral deberán pagar a esta cada uno de los demandados antes mencionados, en la suma diez millones de pesos ($10.000.000.-), que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de las respectivas demandas y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa. En cuanto al Fisco de Chile, se regula la indemnización que, por concepto de daño moral deberá pagar a esta, en la suma cien millones de pesos ($100.000.000.-), que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de la respectiva demanda y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa. Que se rechaza la aludida demanda en cuanto ella aparece direccionada en contra de Enrique Gabriel Ibarra Chamorro, Nelson Edison Hernandez Franco, Erika del Carmen Silva Morales y Gines Emilio Rojas Gómez, quienes fueron absueltos de los cargos formulados en su contra.Que se acoge la demanda civil deducidas por la abogada Claudia Moya Urtubia en representación de doña Gladys Schmeisser Arriagada, en contra de los acusados Arturo Silva Valdes, Eugenio Covarrubias Valenzuela, Hernán Ramirez Rurange, Manuel Provis Carrasco, Pablo Rodríguez Marquez, Jaime Torres Gacitua, Raúl Lillo Gutiérrez, Manuel Pérez Santillan, Tomas Casella Santos, Eduardo Radaelli Copolla, Wellington Sarli Pose, Marcelo Sandoval Duran, Nelson Román Vargas y Juan Fernando Torres Silva, regulándose la indemnización que, por concepto de daño moral deberán pagar los demandados a su representada, en la suma cien millones de pesos ($100.000.000.-), en forma solidaria, cantidad que se reajustará de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de las respectivas demandas y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa. En cuanto al Fisco de Chile, se regula la indemnización que, por concepto de daño moral deberá pagar a esta, en la suma doscientos millones de pesos ($200.000.000.-), que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de la respectiva demanda y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa. Que se rechaza la aludida demanda en cuanto ella aparece direccionada en contra de Enrique Gabriel Ibarra Chamorro, Nelson Edison Hernández Franco, Erika del Carmen Silva Morales, Mario Enrique Cisternas Orellana y Gines Emilio Rojas Gómez, quienes fueron absueltos de los cargos formulados en su contra.Que se acoge la demanda civil deducida por el abogado Thomas Ehrenfeld Ivanyi en representación de los sucesores de la persona del querellante don Gonzalo Berrios Sagredo, vale decir, don Guillermo Manuel Berrios Paillamar, doña Maria Eugenia Berrios Alcaíno, doña Maria Isabel Vega Berrios y don Manuel Sagredo Peña, en contra del Fisco de Chile, regulándose la indemnización que, por concepto de daño moral deberá pagar a los antes nombrados en su calidad de personas naturales, en la suma veinte millones de pesos ($20.000.000.-), para cada uno de ellos, que se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor entre la fecha de notificación de la respectiva demanda y la de su pago efectivo, con más intereses corrientes desde que quede ejecutoriada esta sentencia y al pago de las costas de la causa. Que se rechaza la demanda interpuesta por doña Gladys Schmeisser Arriagada como sucesora de la persona del querellante don Gonzalo Berrios Sagredo.Reuniéndose en la especie exigidos en el artículo 15 de la Ley N°18.216, se concede a los condenados Eugenio Adrián Covarrubias Valenzuela, Manuel Antonio Pérez Santillan, Pablo Marcelo Rodríguez Márquez, Marcelo Ariel Sandoval Duran, Nelson Williams Román Vargas y Wellington Sarli Pose, la medida alternativa de la libertad vigilada, estableciéndose como plazo de tratamiento y observación ante la autoridad administrativa correspondiente el plazo de sus respectivas condenas y debiendo cumplir además, las otras exigencias a que se refiere el artículo 17 de la misma ley, con excepción de aquella contemplada en la letra d), esto es, la satisfacción previa de la indemnización civil, costas y multas impuestas, por estimar el tribunal que la situación personal de cada uno de ellos, derivada de su largo procesamiento constituye impedimento justificado. En el evento que los sentenciados que han sido beneficiados con dicha medida, no cumplieren con las exigencias que les imponen las leyes y reglamentos respectivos, y les fuere revocado el expresado beneficio, deberán cumplir en forma efectiva la pena corporal que les ha sido impuesta, sirviéndoles de abono el tiempo que permanecieron privados de libertad con motivo de la presente causa, Covarrubias Valenzuela, entre el 29 de diciembre de 2003 y el 22 de marzo de 2004 (fs. 2.462 y fs 5.395), Pérez Santillan entre el 29 de diciembre de 2003 y el 29 de enero de 2004 (fojas 2.462 y fojas 5.076), Rodríguez Marquez entre el 29 de diciembre de 2003 y el 29 de enero de 2004 (fojas 2.462 y fojas 5.077), Sandoval Duran entre el 23 de julio y el 23 de agosto de 2007 (fojas 11.844 y fojas 12.119), Roman Vargas entre el 23 de julio y el 23 de agosto de 2007 ( fojas 11.844 y fojas 12.119); y Sarli Pose entre el 18 de abril de 2006 y el 13 de septiembre de 2006 (fojas 7.591 y fojas 9.138).En atención a la extensión de las penas privativas de libertad impuestas a los restantes sentenciados que han sido condenados, se rechaza la solicitud de sus defensas en orden a que se le conceda alguno de las medidas alternativas que contempla la Ley N°18.216.Para el cumplimiento efectivo de las penas impuestas, en la forma que corresponda, servirá de abono el tiempo que cada uno estuvo privado de libertad y que, según las certificaciones pertinentes es el que se indica: Arturo Silva Valdes, entre el 18 de octubre de 2002 y el 29 de marzo de 2004 (fs. 2.462 y fs. 5.414); Hernán Ramirez Rurange entre el 29 de diciembre de 2003 y el 05 de marzo de 2004 (fojas 2.462 y fojas 5.376); Juan Fernando Alfredo Torres Silva entre el 23 de julio y el 06 de septiembre de 2007 (fojas 11.844 y fojas 12.229); Manuel Jorge Provis Carrasco entre 31 de marzo de 2006 y el 13 de septiembre de 2006 (fojas 7.221 y fojas 9.142); Raúl Diego Lillo Gutiérrez entre el 29 de diciembre de 2003 y el 01 de abril de 2004 (fojas 2.462 y fojas 5.435); Jaime Fernando Torres Gacitua entre el 18 de octubre de 2002 y el 14 de noviembre de 2003 (fojas 2.462 y fojas 4.478); Tomas Ventura Casella Santos entre el 18 de abril de 2006 y el 13 de septiembre de 2006 (fojas 7.592 y fojas 9.136); y, Eduardo Ernesto Radaelli Copolla entre el 18 de abril de 2006 y el 13 de septiembre de 2006 (fojas 7.591 y fojas 9.138).Agréguese copia autorizada de este fallo a los anexos rol Nº 7.981-B, 7.981-C, 7.981-D y 7.981-E, que se instruyen en forma separada, pero que forman parte de esta causa principal. Cúmplase con lo dispuesto en el artículo 509 bis del Código de Procedimiento Penal. Regístrese y consúltese si no fuere apelado. ROL Nº 7.981 Dictado por don Alejandro MADRID CROHARE, Ministro en visita extraordinaria y autorizado por doña Lucia PINEDA LUNA, Secretaria Subrogante del Décimo Juzgado del Crimen (ex Sexto Juzgado del Crimen).- En Santiago, a diez de septiembre de dos mil diez notifiqué por el Estado Diario la resolución que antecede.-