TECNOAGRO INFORMA Boletín No. 74 – septiembre de 2015 FERTILIZACION DE CULTIVOS DE VERANO CAMPAÑA 2015/2016 2. Precios relativos En el cuadro 1 se consignan los precios orientativos de los fertilizantes más comunes (sin IVA). Se observa una reducción en los precios en relación a la última campaña. Cuadro 1: Precios fertilizantes (en u$s/tn) Precio en agosto (u$s/tn) Fertilizante 2012 2013 2014 2015 Urea gran. 630 495 510 467 UAN 32 455 405 383 345 Sol mix® 445 390 368 330 (28N, 5S) FDA 705 605 630 600 FMA 728 625 648 608 SFT 675 555 545 495 SFS 372 312 313 295 En el cuadro 2, se consignan los precios netos del maíz y la soja para el momento de cosecha. Se tomó un precio lleno de 120 u$s/tn para el maíz y 216 u$s/tn para la soja, con gastos de cosecha y comercialización del 35% y del 20%, respectivamente. Cuadro 2: Precios netos de productos (en u$s/tn) Producto 2014 2015 2016 Maíz abril 112 105 78 Soja mayo 238 225 173 Con los datos de los cuadros anteriores, se elaboraron el grafico 1 y cuadro 3, en el que podemos ver los kg de maíz necesarios para pagar 1 kg de nutriente, de los diferentes fertilizantes. Gráfico 1 Kilogramos de maíz necesarios para pagar un kilogramo de nutriente 25,00 FDA Urea 20,00 15,00 10,00 5,00 15/16 14/15 13/14 12/13 11/12 10/11 09/10 08/09 07/08 06/07 0,00 05/06 kg maíz/kg nutriente 1. Introducción En nuestro boletín de agosto del año pasado, decíamos que la campaña gruesa se iniciaba con preocupación por la caída de los precios internacionales de la soja y el maíz. Este año, la caída de los precios es aún mayor y podemos decir que iniciamos la campaña con la esperanza de que con el nuevo gobierno mejoren las condiciones de comercialización de nuestros productos. Desde el punto de vista climático, el “Niño” pronosticado este año es de mayor importancia que el previsto para la campaña pasada. Ya en este mes de agosto nos acompañaron importantes y atípicas lluvias en distintas zonas, existiendo en este momento áreas anegadas o con falta de piso. Siempre es importante realizar un adecuado diagnóstico de la disponibilidad de nutrientes a través de análisis de suelo de cada lote y/o ambiente. ¡BUENA SUERTE! Campaña Cuadro 3: kg producto para pagar 1 kg de nutriente Maíz Soja Fertilizante 2013 2014 2015 2013 2014 2015 Urea 9,6 10,4 12,9 ------UAN 11,3 11,4 13,8 ------Sol mix® 10,8 10,5 12,8 ------(28N, 5S) FDA 8,4 9,4 12,0 3,9 4,4 5,4 FMA 8,8 9,8 12,3 4,1 4,5 5,6 SFT 10,7 11,3 13,7 5 5,2 6,2 SFS 8,3 9,0 11,8 3,9 4,2 5,4 De acuerdo a la información presentada en el Cuadro 3 y Gráfico 1, se observa un deterioro generalizado de las relaciones de precios entre el grano y la unidad de nitrógeno y fósforo. Así, en maíz las relaciones de precios se encarecieron un 22% en promedio para los fertilizantes nitrogenados y 26% para los fosfatados. En soja, el deterioro de las relaciones de precios fue del 28%. El encarecimiento de las relaciones de precios se debe a la caída en los precios de los granos de maíz y soja, ya que los precios de los fertilizantes se redujeron un 9,5% para los nitrogenados y un 6% para los fosfatados en relación a la campaña pasada. De las disminuciones en los precios de los fertilizantes, las fuentes que verificaron el mayor descenso fueron el UAN y “Sol Mix” (-10%) y el SFT (-9%). 3. Los beneficios de la fertilización a largo plazo 3.1. Efectos sobre los rendimientos y la fertilidad del suelo Un buen manejo de la fertilización a través de los años tiene un impacto marcado sobre el rendimiento de los cultivos y la fertilidad del suelo. En ensayos de larga duración en la Región Pampeana se ha demostrado que, con dosis de fertilización fosforada de 5-10% sobre la dosis de reposición (o sea sobre lo que exporta el cultivo) y con dosis de acuerdo a los requerimientos basadas en los análisis de suelo para N y S, TECNOAGRO INFORMA resulta un beneficio económico para el productor (Correndo y col., 2015). Los principales efectos observados en estos ensayos son: Incrementos en los rendimientos a lo largo de los años en relación a los tratamientos testigo (sin agregado de nutrientes) Máxima productividad en los tratamientos “completos”, que incluyen la aplicación de nitrógeno, fósforo y azufre Efectos residuales de la fertilización fosfatada y azufrada Mayor rendimiento medio de la soja de segunda cuando se siembra sobre antecesor de “trigo bien fertilizado” Mayor eficiencia en el uso del agua del maíz en los tratamientos con fertilización balanceada o completa Mejoramiento progresivo de la fertilidad del suelo en relación a las parcelas sin fertilizar, brecha que se va incrementando a través de los años La implementación de estrategias de fertilización de largo plazo (y el subsecuente mejoramiento en la disponibilidad de nutrientes en el suelo e.g. fósforo extractable), permiten realizar ajustes coyunturales en las dosis de fertilizantes en años con relaciones de precios poco favorables entre los granos y los fertilizantes con bajo riesgo de tener “penalidades” por limitaciones de fertilidad, otorgando mayor resiliencia y estabilidad a los sistemas de producción. Por el contrario, en sistemas que se manejan con muy bajas dosis de fertilizantes, el riesgo intrínseco de los planteos productivos ante reducciones en la aplicación de tecnologías es mayor. Estos campos no cuentan con un “stock de fertilidad” acumulado para hacer frente a años difíciles. 3.2. ¿Es rentable la fertilización a largo plazo? Si bien en años difíciles (últimamente muy frecuentes en el país), existe una tendencia a centrarse en resolver cuestiones coyunturales, la información generada en ensayos de larga duración nos ofrece un panorama más completo, que integra una diversidad de condiciones económicas, con diferentes relaciones de precios, y situaciones climáticas contrastantes. Debido a que la respuesta a la fertilización es muy variable entre sitios y años, y que los resultados económicos varían entre campañas debido a cambios en las relaciones de precios, para poder analizar cambios a largo plazo de la fertilización es necesario analizar información de experimentos de campo de una serie prolongada de años. Un ejemplo muy interesante es el estudio realizado recientemente por Correndo y col. (2015) a partir de los resultados de los ensayos de fertilización de larga duración del CREA Sur de Santa Fe-IPNI-ASP. Esta red de ensayos se estableció en la campaña 2000/01 en lotes de producción y el análisis realizado por los autores consideró 14 años (campañas 2000/01 a 2013/14) en cinco sitios experimentales y dos rotaciones (maíz-trigo/soja y maíz-soja-trigo/soja). Los nutrientes aplicados en los tratamientos evaluados en los ensayos fueron nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S), principales nutrientes que limitan el rendimiento en la zona. Los tratamientos incluyeron un testigo (sin agregado de nutrientes), parcelas de omisión de nutrientes (donde se aplicaban dos de los tres nutrientes, PS, NS, NP) y un tratamiento completo (aplicación de N, P y S). El criterio de fertilización para el fósforo fue aplicar la dosis de reposición más un adicional de un 5-10% en concepto de “enriquecimiento” de la fertilidad fosfatada. La fertilización del doble cultivo trigo/soja se realizó en el momento de implantación del cultivo de trigo, cubriendo la necesidad de ambos cultivos. La soja no recibió aplicación de nitrógeno. En términos generales y en base a los 276 sitios-campaña analizados por los autores, el margen bruto fue positivo en la mayoría de los casos, variando la magnitud del mismo según la fertilidad del sitio (mayor respuesta en sitios con menor fertilidad). En los dos extremos del gradiente de fertilidad considerado en el análisis, la máxima frecuencia de márgenes brutos positivos en situaciones con muy prolongada historia agrícola, fue del 86% (establecimiento Balducchi, con más de 60 años de agricultura al comienzo del ensayo y 11 ppm de fósforo Bray 1) y el mínimo del 15% de frecuencia (establecimiento Lambaré con 12 años de agricultura al comienzo del ensayo y 68 ppm de fósforo Bray 1). Asimismo, los mayores márgenes brutos acumulados se presentaron en los tratamientos “completos”. Otro resultado interesante que surge del análisis realizado por Correndo y col. (2015), muestra que la “no fertilización” (tratamiento testigo), además de provocar una marcada caída en la disponibilidad del fósforo extractable (“descapitalización en fertilidad química”), generó lucros cesantes variables entre sitios, en el rango de 77 a 392 u$s/ha, representando el dinero que se “dejó de ganar” en los tratamientos testigos, en los 14 años. En cuanto al retorno a la inversión (RI) de la fertilización en el período estudiado, se pudo observar una asociación inversa entre la magnitud de la misma y el nivel de fertilidad del sitio. Así, considerando un gradiente de menor a mayor fertilidad de los diferentes sitios, el RI mostró un patrón decreciente en magnitud en los sitos Balducchi (menor fertilidad), San Alfredo, La Blanca, La Hansa y Lambaré (mayor fertilidad). Como es razonable, en el sitio Lambaré (con una elevada disponibilidad de fósforo), el RI fue superior a 1 (umbral de indiferencia) solamente en el tratamiento donde se aplicó nitrógeno y azufre, puesto que el fósforo no limitaba los rendimientos en ese sitio. TECNOAGRO INFORMA En el cuadro 4, se presenta un detalle del RI según el nutriente aplicado y el sitio experimental. Un RI igual a 1 significa un retorno nulo, y valores superiores evidencian un retorno positivo. Cuadro 4. Retorno a la inversión (RI) según nutriente y sitio experimental. Red de ensayos del CREA Sur de Santa Fe. Campañas 2000/01 a 2013/14. Fuente: Correndo y col. (2015) Sitio Nitrógeno Fósforo Azufre Balducchi 3,53 2,90 11,63 San Alfredo 1,35 1,38 2,33 La Blanca 1,33 1,34 3,60 La Hansa 2,10 0,97 5,14 Lambaré 0,66 -0,15 0,17 Es importante destacar que en el sitio Balducchi, donde se observaron los mayores márgenes brutos acumulados y retornos a la inversión en fertilización, el contenido de fósforo extractable aumentó significativamente durante el período analizado, pasando de 11 ppm a 40 ppm en las parcelas fertilizadas con el tratamiento completo (NPS). Esta mejora representa una “capitalización en fósforo” adicional al beneficio económico de la fertilización propiamente dicha (efectos sobre el rendimiento) de 194 u$s/ha (Correndo y col. 2015). Por el contrario, en Lambaré si bien la respuesta a la fertilización y el margen acumulado fue bajo (debido a la condición de fertilidad inicial favorable), se evidenció una clara reducción en la disponibilidad de fósforo extractable en las parcelas sin agregado de este nutriente (tratamientos NS), pasando de 68 ppm al comienzo del ensayo a aproximadamente 20 ppm luego de 14 años, reflejando una “descapitalización en fósforo” de 301 u$s/ha. Obviamente, en un suelo con una disponibilidad de 68 ppm de fósforo extractable no sería razonable aplicar fósforo, pero lo importante es tener presente que la ausencia de fertilización fosfatada o el uso de bajas dosis, genera una reducción en la disponibilidad de fósforo extractable. En condiciones de producción, cuando se implementan programas de fertilización de largo plazo, se sugiere realizar un manejo de la fertilización que permita mantener los contenidos de fósforo levemente por encima del rango crítico de los cultivos más exigentes de la rotación. 4. Fertilización en los cultivos de maíz y soja 4.1. Diagnóstico de deficiencias El diagnóstico de deficiencias nutricionales debería constituir la base para definir la dosis de fertilizante a aplicar en cada lote o ambiente del establecimiento. A pesar de los múltiples beneficios de los análisis de suelos, la adopción de esta importante herramienta es escasa en el país. Esto indica que la fertilización de los cultivos se decide, en muchos casos, sin conocer y/o evaluar previamente la disponibilidad de nutrientes o la condición de fertilidad del suelo. Debido a que esta disponibilidad cambia en las diferentes campañas, la mayor parte de las veces que un productor aplica una dosis “de referencia propia” sin realizar análisis puede estar cometiendo errores por exceso de nutrientes aplicados (perdiendo dinero y afectando el ambiente) o defecto (subfertilizando y “dejando de ganar” por limitar el rendimiento del cultivo). La importancia del muestreo y análisis de suelos se hace especialmente relevante en contextos económicos difíciles como el que está atravesando el país, donde los problemas generalizados de rentabilidad de los cultivos justifican y requieren de una muy cuidadosa evaluación de las prácticas agronómicas aplicadas a través de diagnósticos lo más exactos posibles. Actualmente el costo en fertilizantes es uno de los de mayor incidencia dentro de los gastos directos totales de los cultivos, y por ello no resulta racional decidir la fertilización de un cultivo sin evaluar la disponibilidad de los nutrientes en cada lote y/o ambiente del establecimiento. Se han desarrollado en el país una gran cantidad de modelos de diagnóstico de fertilización calibrados en diferentes regiones para los principales cultivos de grano, basados en información provista por los análisis de suelos. En algunos casos también el análisis de tejido vegetal permite complementar la evaluación del estatus nutricional de los cultivos, y mejorar la toma de decisiones de fertilización. 4.2. Nitrógeno Los modelos de diagnóstico más utilizados en maíz son aquellos que relacionan la disponibilidad de nitrógeno en el momento de la siembra (en general hasta 60 cm) y una estimación de rendimiento objetivo. Existen diferentes curvas disponibles y umbrales calibrados en las distintas zonas de producción, siendo recomendable utilizar las que mejor se ajusten a las condiciones del sitio de producción. La evaluación del contenido de nitratos se utiliza tanto en planteos de maíz temprano como tardío. En el caso de los maíces tempranos puede complementarse con evaluaciones durante el ciclo del cultivo (e.g. contenido de nitratos en suelo en V6 y medición del “índice de verdor” utilizando “clorofilómetros”). En los maíces tardíos estas medidas complementarias pueden complicarse debido al rápido desarrollo del cultivo. En el cultivo de soja, la clave para maximizar la nutrición nitrogenada es optimizar la tasa de fijación biológica de nitrógeno (FBN). Para ello el cultivo debe presentar una nutrición equilibrada (adecuada disponibilidad de fósforo y azufre). En cuanto a la inoculación, la respuesta a esta práctica es muy elevada y determinante de la viabilidad del cultivo en áreas sin antecedentes de soja, como puede ocurrir en zonas extra-pampeanas. En la Región Pampeana, donde el cultivo de soja domina en los planteos productivos (y por consiguiente hay rizobios naturalizados), TECNOAGRO INFORMA la respuesta a la inoculación es más pequeña. Así, una revisión reciente efectuada con numerosos datos experimentales muestra una respuesta media a la inoculación del 5,7 % (Gutiérrez Boem, 2012). Estas mejoras son interesantes ya que la respuesta de indiferencia (incremento de rendimiento necesario para “pagar” el inoculante y su aplicación) es mucho más baja. La práctica de inoculación está muy extendida en la Región Pampeana (90% del área sembrada de soja, y posiblemente 70-80% en los últimos años debido a la crisis). Debido a la magnitud de la respuesta a la inoculación, con incrementos de rendimiento más bajos comparado con otras tecnologías (e.g. fertilización, riego), es posible que a campo no se lleguen a observar mejoras “visuales” (por ejemplo en un cultivo de soja de 3000 kg/ha, una respuesta de 5,7% representan 171 kg/ha de grano). 4.3. Fósforo La herramienta más efectiva para determinar la probabilidad de obtener respuesta a la fertilización es el análisis de suelos (evaluación del contenido de fósforo extractable). Existe una clara relación entre el rendimiento de los cultivos y el fósforo extractable (P Bray 1, 0-20 cm), como se puede observar en el gráfico 2. Gráfico 2. Relación entre el rendimiento relativo y el fósforo disponible en el suelo para diferentes cultivos (entre paréntesis se indican el rango óptimo) Las dosis de fósforo a aplicar en los cultivos de soja o maíz, están muy influenciadas por el contexto productivo de cada productor, como el régimen de tenencia de la tierra (propietario, campo arrendado), el criterio o filosofía adoptado (e.g. suficiencia o “enriquecimiento y mantenimiento”), aspectos económicos (relaciones de precios entre los granos y el costo de la unidad del fósforo), entre otros factores. Así, en campos arrendados por períodos breves, es muy complicado establecer programas de fertilización a mediano o largo plazo, siendo viable en campos propios o en esquemas asociativos por períodos de varios años. En este último caso, la estrategia de fertilización debería permitir incrementar la disponibilidad de fósforo extractable hasta niveles levemente superiores al rango crítico (e.g. 20 ppm), donde se maximiza el rendimiento de los cultivos de la rotación, tanto cereales (trigo, maíz) como oleaginosas (e.g. soja). La fertilización fosfatada se realiza en general en el momento de la siembra del cultivo, aunque también es posible realizar parte o toda la aplicación del fósforo en forma anticipada a la siembra, dependiendo del tipo de suelo (cantidad y tipo de arcillas) y la concentración de fósforo extractable en el suelo. La principal ventaja de la fertilización al voleo es logística, ya que evita el manipuleo de fertilizantes durante la siembra, incrementando su eficiencia operativa. En cuanto a los diferentes fertilizantes fosfatados disponibles en el mercado, en general no se han observado diferencias en efectividad y eficiencia entre fuentes solubles (e.g. FMA, FDA, SFT), cuando se los compara en similar dosis y método de aplicación. La excepción a la regla son las rocas fosfáticas incluidas en algunos productos del mercado, que por ser una fuente poco soluble en agua, presentan una menor efectividad agronómica en comparación con las fuentes solubles. 4.4. Azufre y micronutrientes El azufre es el tercer nutriente limitante del rendimiento de los cultivos de grano de la región Pampeana, luego del nitrógeno y fósforo. Si bien las deficiencias son bastante generalizadas, el diagnóstico requiere de la evaluación de diferentes factores como la condición de fertilidad del suelo (MO, contenido de sulfatos, estado de degradación del suelo, entre otros) y de los antecedentes de respuesta a la aplicación de azufre en la zona. Debido a la frecuencia y magnitud de respuesta, y al relativamente “bajo” costo de la unidad de azufre, se suele alentar la fertilización azufrada, con dosis del orden de 10-15 kg/ha en donde tienden a maximizarse las respuestas. La aplicación de azufre se puede realizar tanto a la siembra o bien en estadios tempranos del ciclo del cultivo. Se dispone de una muy variada oferta de fertilizantes azufrados con similar capacidad para proveer azufre disponible para los cultivos (e.g. yeso, SFS, tiosulfato de amonio en formulaciones líquidas, entre otros). En el caso de seleccionar fertilizantes que incluyen azufre elemental (actualmente disponibles en el mercado), se debe tener en cuenta que debe oxidarse en el suelo para proveer sulfatos disponibles para las plantas. La oxidación depende de diferentes factores, tanto del producto (tamaño de partícula, propiedades de dispersión en el suelo) como del ambiente (temperatura, humedad edáfica, entre otros). En cuanto a micronutrientes, el zinc (Zn) y el boro (B) son los que se encuentran en menor disponibilidad en los suelos de la Región Pampeana. En el cultivo de maíz, calibraciones realizadas recientemente en diferentes zonas productivas, indican que con contenidos de Zn inferiores a 1 ppm en el momento de la siembra (determinados por el TECNOAGRO INFORMA método DTPA, 0-20 cm) son esperables respuestas económicas al agregado de Zn. Las dosis para maximizar las respuestas se ubican en 1,5 kg/ha de Zn. En el cultivo de soja, investigaciones recientes muestran que está aumentando la frecuencia de situaciones de respuesta a la fertilización con B, tanto en aplicaciones realizadas al suelo (e.g. con fertilizantes líquidos) como por vía foliar (en general aplicado en estadios reproductivos). Asimismo, parece haber una asociación inversa entre los contenidos de estos micronutrientes y los valores de MO del suelo. Sin embargo, no se dispone de calibraciones regionales basadas en análisis de suelo o de tejido foliar que permitan diagnosticar las deficiencias de B en el cultivo de soja. En este sentido, los antecedentes zonales (ensayos del INTA, Universidades, etc.) constituyen una fuente de información muy valiosa para evaluar en el propio establecimiento la respuesta a la fertilización con micronutrientes. Agradecimiento: Se agradece especialmente a los Ings. Agrs. Adrián Correndo y Fernando García por la información provista sobre el análisis económico de los ensayos de fertilización del CREA Sur de Santa Fe. CONVENIO AAPRESID – TECNOAGRO Durante el último Congreso de Aapresid se firmó un convenio entre Aapresid y Tecnoagro S.R.L. El mismo contempla que los análisis de suelos de las Chacras Experimentales que forman parte del Programa Chacras de Aapresid tendrán una tarifa especial. Lo mismo sucederá con las muestras que remitan los socios de Aapresid que apoyen dicho Programa (sean o no integrantes de una regional) y los socios que estén en el Programa de Agricultura Certificada. Participaron de la firma de este convenio la Presidenta de Aapresid María Pilar Giraudo, el vicepresidente Pedro Vigneau y Martín R. Weil, por Tecnoagro S.R.L. PARA COMUNICARNOS MEJOR Nuestro Tel/Fax: (011) 4553-2474 (líneas rotativas) email: [email protected] Aprovechamos la oportunidad para invitarlos a visitar nuestra página: www.tecnoagro.com.ar. En la misma encontrarán una descripción sobre los servicios que prestamos, como así también información técnica de interés, con nuestros boletines informativos y con notas que iremos renovando periódicamente. También encontrarán instrucciones para efectuar muestreos de suelos y foliares para distintos cultivos. Desde ya agradeceremos su visita y serán bienvenidos comentarios y consultas. Instrucciones para el muestreo de suelos para diagnóstico de fertilización En el siguiente cuadro se presenta criterios de muestreo de referencia para diferentes variables edáficas. Variable Intensidad (submuestras) MO, pH, C.E. 20-25 Profundidad y época 0-20 cm. Época Observaciones variable según objetivo. En suelos afectados por sales, las intensidades pueden ser mayores y también puede ser útil medir a diferentes profundidades. Nitratos, sulfatos, boro y zinc 20-25 0-20, 20-40 y 40-60 cm. Presiembra. Es posible estimar la capa 40-60 cm midiendo el contenido de nitratos de 0-20 y 20-40 cm. Fósforo Bray 1 30-40 0-20 cm. Presiembra En los últimos años se ha observado una elevada variabilidad del P en el suelo. u otros momentos. Humedad gravimétrica 10 0-100 cm. La intensidad consignada corresponde a unidades de muestreo homogéneas en cuanto a tipo de suelo y cobertura. En caso de observase diferencias en distribución de rastrojos, tipo de suelo, etc. puede ser necesario muestrear en diferentes partes del lote. Fuente: Adaptado de Torres Duggan et al. (2010). Las muestras de suelo deben extraerse a través de un sistema de muestreo compuesto a una, dos o tres profundidades por separado (0-20 cm, 20-40 cm y 40-60 cm). Para obtener la muestra compuesta de cada profundidad, deben recorrerse las dos diagonales del potrero en “zig-zag” tomando una submuestra cada 2 ha (20 submuestras como mínimo). Si la superficie del lote es mayor de 50 ha y/o presenta sectores con distintos suelos, diferencias de relieve o cualquier aspecto que considere que puede diferenciar las distintas partes del lote, se deben tomar muestras compuestas por separado. Evite el muestreo de antiguos comederos, bebederos, tinglados, etc. Cuando se requiera la determinación de fósforo, es necesario realizar un muestreo de suelos más intensivo (40 submuestras por muestra compuesta) ya que se observa una mayor variabilidad en este nutriente. Con el conjunto de submuestras de cada profundidad se hace la muestra compuesta final para enviar al laboratorio. Esta muestra compuesta debe homogeneizarse y posteriormente cuartearse hasta llegar a una cantidad de suelo de no más de un kilogramo. Luego se guardan en bolsas de polietileno que se cierran y se rotulan exteriormente, detallando nombre del establecimiento, potrero, sector y profundidad de extracción. Estas muestras se acondicionan en un envase aislante, enfriado con el sistema de transporte usado para las vacunas. Se recomienda especialmente que en ningún caso pasen más de 72 h entre el momento de la extracción y la llegada de las muestras al laboratorio. Si se solicita la recomendación de fertilización, se debe completar la planilla de información adjunta indicando la zona, los años de agricultura, cultivo antecesor, lluvias de los 90 días anteriores (si fuera para maíz o girasol), sistema de labranza, rendimiento esperado y en el caso del trigo indicar el genotipo (cultivar) utilizado. En todos los casos se debe aclarar si el sistema de producción es en secano o riego. TECNOAGRO S.R.L. LABORATORIO INAGRO Girardot 1331 – Buenos Aires (C1427AKC) Tel/Fax: (011) 4553-2474 e-mail: [email protected] www.tecnoagro.com.ar ANALISIS DE SUELOS, AGUAS, FERTILIZANTES Y FOLIARES RECOMENDACIONES DE FERTILIZACION - MAPAS DE SUELOS SUBDIVISION DE CAMPOS - MANEJO Y CONSERVACION DE SUELOS Y AGUAS Ings. Agrs.: Luis A. Berasategui - Martín R. Weil - Alberto R. Ongaro Luis A. Taquini - José A. Lamelas - Brenda Lüders - Alberto Sánchez Martín Torres Duggan - Ignacio Etchegaray PLANILLA A COMPLETAR PARA EL ENVIO DE MUESTRAS Nombre y ubicación del establecimiento: Dirección postal para el envío de los resultados y facturación: Nombre a quien facturar y CUIT: Teléfono/fax y/o e-mail para adelantar los resultados: Lluvias en los 90 días anteriores (mm): (**) Datos complementarios Análisis requerido por profundidad (cm) Potrero 0-20 20-40 40-60 Cultivo a implantar (variedad) Sup. ha Años de agric.(*) Cultivo anterior Sistema de labranza Riego (*) Nos referimos aquí a cantidad de años consecutivos con agricultura, anteriores a esta campaña. (**) Completar en caso de requerir diagnóstico de fertilización. Rendimiento esperado (qq/ha)