LA VIDA DEL ARBOL El árbol está compuesto por las raíces, el tronco, la copa, las ramas, las flores y los frutos. Las raíces constituyen la parte que penetra en el suelo. Dos son sus funciones principales. La primera, es absorber el agua y los nutrientes que hay en el suelo es decir, se ocupan de extraer de la tierra los alimentos necesarios para el árbol. La segunda función es anclar el árbol a la tierra. El tronco o fuste es la parte que se ubica entre la raíz y la copa. Se compone de células leñosas que forman fibras, radios y vasos. Sus funciones principales son, por un lado, sostener el árbol en pie, y por otra el almacenamiento y el transporte de los alimentos hacia la copa. La copa del árbol la forman el conjunto de ramas y hojas que hay en la parte superior. Las ramas tienen como funciones sostener las hojas y hacer que el agua y los nutrientes pasen del tronco a las hojas. Las hojas, por su parte, se ocupan de separar los nutrientes y elaborar a partir de ellos sustancias alimenticias para el árbol a través del proceso de fotosíntesis. De esta forma, las sustancias que han penetrado en el árbol por las raíces, han subido por el tronco y las ramas, interaccionando con la energía solar, se convierte en fuente de alimento. También en las ramas, se haya las flores. Las flores están formadas por un conjunto de hojas fértiles y otras estériles modificadas y son la parte del árbol dedicada a la reproducción. Los frutos, son también elementos indispensables para la reproducción. En ellos se encuentran encerradas las semillas que luego, al desarrollarse, formaran otro individuo de la misma especie. Visto queda pues, que todas y cada una de las partes del árbol tiene funciones importantísimas y que ninguna de ellas es prescindible.