LAUREL Nombre científico: Laurus nobilis L. Familia y especie: El laurel es la especie más característica de la Familia Lauráceas, la cual comprende árboles y arbustos tropicales y subtropicales en su mayor parte, o al menos de regiones muy térmicas, de gran interés económico por sus aplicaciones o como ornamentales: algunos de sus congéneres son el aguacate, la canela, el alcanfor, el sasafrás, etc... Descripción: Es un arbusto de hasta 20 metros de altura, aunque raramente supera los 10 metros, con un porte irregular, redondeado o columnado y tronco fino, muy ramificado desde la base; de corteza grisácea y con numerosas lenticelas pequeñas más oscuras. Posee hojas perennes, alternas y coriáceas, oval-lanceoladas y un poco acumiadas, con borde entero. Miden de 7 a 12 cm x 3,5 a 5,5 cm, de color verde oscuro y brillantes, y fuertemente aromáticas al estrujarlas. A mediados de abril aparecen pequeños grupos de cuatro a cinco flores poco vistosas y muy apretadas en las axilas de las hojas, cada flor, de aproximadamente 1cm de diámetro, se compone de cuatro sépalos en cruz cóncavos, numerosos estambres con anteras amarillas y un ovario súpero sin estilo ni estigma o simplemente con un estigma discoide. En al madurez las flores dan lugar a unos frutos carnosos, como aceitunas, de 1,5 a 2 cm, con una gruesa semilla en su interior. Origen y hábitat: El laurel es una planta típica del estrato arbóreo o arbustivo de los bosques de la laurisilva, en la región mediterránea, desde España hasta Asia Menor Cultivo, crecimiento y cuidado: Es un arbusto de crecimiento más bien lento, requiere bastante humedad, como especie típica laurisilva y prefiere condiciones umbrías, por lo que resulta una especie muy apta para jardines sombríos o con gran cobertura arbórea o para las umbrías de casas o edificios. Desarrolla igualmente en situaciones de solana, donde da más flor y menos hojas, pero más aromáticas. Distribución en Navarra: Ocasional en diversos jardines particulares o públicos como Taconera y Hospital en Pamplona, Carlos V de Tudela y sobre todo hay que destacar los del parque de El Conde de Tafalla. En la vertiente cantábrica es muy frecuente e incluso se encuentra subespontáneamente en matorrales, setos y ribazos.