UNA COMUNIDAD INTERCONGREGACIONAL APOYA EL NUEVO PROYECTO DE VIVIENDAS DE INTEGRACIÓN SOCIAL DE CÁRITAS MADRID Formarán el “equipo de vida” del Centro Residencial Sínodo 2005, similar al del Centro Residencial Jubileo 2000 MADRID (IVICON) abril 2006.- Cuatro religiosas de otras tantas congregaciones diferentes formarán el “equipo de vida” del nuevo proyecto de Viviendas de Integración Social (VIS), puesto en marcha recientemente por Cáritas Madrid en la capital. Se las conoce como VIS II o Centro Residencial Sínodo 2005, tras la creación del VIS I o Centro Residencial Jubileo 2000, uno de los signos jubilares propuesto a la diócesis de Madrid por el cardenal Antonio María Rouco Varela. En este caso, la comunidad religiosa que habitará permanentemente en el edificio y compartirá responsabilidades con el equipo técnico (educadores) y los voluntarios está formada por Isabel Bravo Calderón, religiosa de la Compasión de Nuestra Señora; Concepción Morales Sánchez, de las Mercedarias de la Caridad; Antonia Gil Moral, de las Apostólicas del Corazón de Jesús; y Juana García García, de las Hijas de Jesús. Como en el caso de las VIS I, las cuatro religiosas dependen jurídicamente de sus propias Congregaciones, donde tienen una comunidad de referencia a la que acuden periódicamente. El Centro Residencia Sínodo 2005 es uno de los frutos de la Asamblea Sinodal que tuvo lugar el año pasado en la archidiócesis madrileña. Según informa Cáritas Madrid, se trata de viviendas destinadas a familias y personas necesitadas de especial protección social y con dificultades para acceder a un hogar. Además, el centro se complementa con un espacio de apoyo a la convivencia familiar y social, en el que se desarrollarán actividades y servicios para los residentes de las viviendas y que sirvan como instrumento facilitador de la intervención realizada con los mismos. Desde el proyecto se favorecerá al máximo el uso de los servicios comunitarios de la zona, por lo que estas acciones o servicios tendrán un carácter complementario y temporal, en función de las necesidades detectadas. Desde estas viviendas se pretende ofrecer durante un máximo de dos años un alojamiento de autogestión, lo más parecido posible a una vivienda real, desde donde puedan completar el proceso de inserción iniciado en alojamientos tutelados, informan las mismas fuentes. También busca ofrecer una alternativa residencial a personas y familias normalizadas, de forma que en un periodo no superior a un año puedan resolver y organizar de forma estable el lugar donde vivir. Asimismo, mira ofrecer un espacio de alojamiento por un tiempo máximo de tres meses a personas y familias en situación de emergencia atendidas en programas de Cáritas Madrid y de otras instituciones con programas similares, antes de ser derivados a otros recursos residenciales más adecuados a las necesidades planteadas. Cáritas Madrid apunta que un grupo de Trabajadores de lo Social valorará la situación de cada persona y/o familia, ofreciendo a los residentes una atención dirigida a potenciar, reforzar, compensar y corregir aquellos aspectos de la esfera individual y social que puedan incidir en su proceso, continuando el trabajo iniciado por los recursos derivadores. En el caso de personas y/o familias en situación de emergencia, la intervención desde este Centro consistirá en dar una acogida a estas personas durante el tiempo que dure su estancia aquí. Serán los recursos derivadores los encargados de valorar y buscar el recurso más adecuado para los mismos. Se establecerán diferentes niveles de intervención en función del uso de las viviendas, en las que existirán viviendas destinadas a completar procesos de inserción social (estancia máxima: 2 años) y atender situaciones de emergencia (estancia de 1 a 3 meses). Las viviendas serán completamente independientes, a excepción de las viviendas de emergencia, que serán compartidas. Los residentes tendrán que realizar una aportación económica en concepto de alojamiento y hacerse cargo de sus gastos de suministros y comunidad.